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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

LIBORIO AL CALAPACHO

EL CONFLICTO INTERNO DE TÙPAC

ENSAYO ANALÍTICO

Curso: Antropología General

Docente: Rommel Plasencia

Alumno: Héctor Hidalgo Parra

EAP: Sociología

Lima – Perú
2018
LIBORIO AL CALAPACHO
EL CONFLICTO INTERNO DE TÚPAC

Introducción

La convicción de las personas con respecto a asumir una ideología, resplandece hasta
qué punto el individuo puede arriesgar su vida para plasmar sus ideas en la realidad y llevar
un régimen de vida, algunas veces impuesto por herencia cultural o voluntariamente, con el
fin de contemplar, desde su perspectiva, una sociedad realmente equitativa. Existen muchos
factores que crean la vía para poder acercarse más a una idea, citaré los dos más importantes:
en el plano objetivo: la condición económica que delimita el posicionamiento dentro de una
clase social; y en el plano subjetivo, las preferencias del individuo entorno a su construcción
ideológica, lo que es una síntesis de sus conocimientos abstraídos.

Así, durante los años ochenta que se suscitaba el conflicto interno en nuestro país entre
las Fuerzas Armadas del Perú y el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso (PCP-SL)
y que tuvo mucho mayor impacto en los Andes del sur (Ayacucho, Huancavelica, Apurímac)
reflejaron una problemática latente hasta nuestros días, aquella que visibiliza la articulación
del movimiento revolucionario y sus acciones de aquel entonces, llegando a impactar a nivel
internacional por la fortaleza en nuestro país del Marxismo-Leninismo-Maoísmo y la
acuñación del término Pensamiento Gonzalo. Algunas voces en la capital sesgaban su análisis
al resentimiento, otras, más intelectuales, asociaban un romanticismo a la disputa en su
localidad, sin esperanza que se acreciente.

Pero día a día un nuevo individuo, alimentado del dolor de la explotación que sufría o
veía sufrir en sus paisanos a manos de los gamonales, o mediante la vinculación con otros
senderistas que explicaban la lucha de clases y hacían un parangón entre lo ocurrido en China
y lo que sucedía en el contexto, tomaba las armas y se enfilaba a hacerle frente a los sinchis
que venían a desarticular la subversión. De esta manera, los habitantes de algunas
comunidades del sur simpatizaban con estos ideales y conciliaban con los senderistas para
proveerles de recursos y serles de apoyo, a diferencia de los soldados, de quienes sentían
bastante desconfianza.

Del libro Rosa Cuchillo, uno de esos personajes que se anexa a los senderistas es
Liborio, el alfa y el omega del presente ensayo, que encarna una serie de vicisitudes propias
de un sujeto que debe abandonar una serie de inquietudes que le permitan ser un guerrillero y
estar dispuesto a dejar la vida por sus ideales. Además, durante sus relatos, pone de manifiesto
en sus lectores varias interrogantes para la posteridad: ¿Cómo el contexto de guerra es capaz
de alienarnos de sentimientos y emociones; y a su vez, cómo nos invade de ellas cuando se
suscita algún hecho victorioso o desgarrador? ¿Será como dice el marxismo, parte de las
contradicciones presentes en la sociedad?

La duda del reclutamiento

Liborio Wanka, hijo de Rosa Wanka y Pedro Orcco, el dios montaña que brindaba
seguridad al pueblo de Rosa, era un joven de extracción campesina que vivía en Illaurocancha
y se ganaba la vida trabajando la tierra y comercializando su ganado. Al inicio, es mostrado
como un muchacho temeroso y desconfiado, pues el contexto donde lo dan a presentar es un
cuadro lleno de sospechas que alteraría la calma de cualquier individuo.

Durante la guerra interna y con las aguas tensas entre los habitantes de los Andes del
sur, Sendero Luminoso se encontraba siempre a la expectativa de conseguir nuevos adeptos
para poder mantener a cabo la guerra popular y tomar el poder en un futuro próximo. Pero
mantenían cierto recelo hacia las personas que desconocían por temor a tener algún infiltrado
que pueda revelar los paraderos de los camaradas y del armamento. Es por ello, se tejieron
redes periféricas de reclutamiento: el comité popular era una célula jerárquica que operaba en
una determinada área geográfica-poblacional y podía tener una determinada cantidad de
integrantes donde todos se encontraban fuertemente ideologizados. Éstos, atraían a sus
familiares, amigos, vecinos explicándoles las causas históricas, políticas y económicas que
impulsaban la guerra y prometiéndoles una nueva sociedad con genuinos moldes de justicia y
equidad.

Entra en escena Nieves Collanqui, bajo el alias de Camarada Santos, andahuaylino,


dirigente del partido que había tenido un largo recorrido por el país e inmerso en diferentes
protestas, mantuvo cierta participación política que le valió de cierto reconocimiento y sería la
clave para el devenir del cuento, pues éste sería el nexo entre Liborio y la guerra popular.
Resulta que, Nieves Collanqui ordena a sus camaradas dar con el paradero de Liborio, en
Huanta, y les pide que lo traigan para conversar. Es ésta situación la que despierta una serie de
interrogantes, pues se hicieron pasar como uniformados y lo llevaron arrestado por vender
ganado robado, hecho que era falso pero les permitía mantenerse vinculado.
El temor era incesante, ya se tenía de conocimiento en todas las aldeas que si un sinchi
te llevaba detenido existía una inmensa probabilidad de ser desaparecido o asesinado y tirado
a desde las alturas de los cerros. Pero no fue así, Liborio reconoce a Nieves Collanqui,
además compañeros de su colegio, vecinos otros y se queda pasmado hasta cierto punto
cuando recibe el ofrecimiento de ser parte de la guerrilla, una decisión que no la veía muy
lejana en un inicio, pues ya tenía una idea de lo que sucedía en su contexto.

Allí se desata un intenso conflicto dentro de nuestro personaje, aquel que cuestiona,
materialmente las precarias condiciones económicas que discurren en su pueblo, las
relaciones de sometimiento de los terratenientes sobre sus paisanos por un lado avivaban la
chispa para pertenecer ipso facto al conflicto, por otro lado, estar inmerso en una guerra
siempre crea la posibilidad de retornar lisiado o simplemente dejar la vida. Por esto mismo,
pensar en los familiares, dejarles una carga emocional tan pesada como un fallecimiento
puede generar un ambiente de melancolía y destruirlos anímicamente, quedar sin
motivaciones. Además, podían sufrir también de persecución política de parte de las
instancias de inteligencia del Estado, Fuerzas Armadas, etc. que pondría en riesgo sus vidas y
un constante seguimiento los recorrería por el resto de su vida.

Así, luego del análisis costo-beneficio que le lleva a tomar la decisión de pertenecer al
Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso y seguir sus órdenes de acciones. Se le
asigna el seudónimo de Camarada Túpac para ser reconocido dentro del espacio, se evidencia
también un temor inicial como de costumbre, preocupación por sobrevivir, poco a poco fue
tejiendo vínculos con los otros militantes que permitieron reafirmar sus ideales y no sentirse
solo durante la lucha.

Ante los primeros fallecidos, Liborio cobra cierto sentido del ambiente conflictual en el
que está inmerso, y durante los primeros ataques, se aliena de la compasión que inicialmente
sentía de los sinchis a quienes disparaba y consolida un lugar dentro del escuadrón donde se
encontraba. Se le otorga ciertas responsabilidades que le superponen por sobre otros
muchachos de corto periodo de integración. Los altos mandos ahora depositan confianza en el
pues, tras un periodo en cama por la herida de una bala, se enrumba antes del tiempo estimado
de curación para encontrarse con sus camaradas.
Una motivación descabellada

El título hace referencia a uno de los motivos más interesantes que daban lugar a la
participación de Liborio dentro de la guerrilla senderista, y este es, pues, un relato que
acompaña la frialdad de la trama con la que se cuentan los asesinatos acaecidos durante ese
contexto. Ese motivo, es la atracción sexual que tenía Liborio para con su compañera.

La camarada Angicha es descrita apoteósicamente ante los pensamientos de Liborio,


carácter fuerte, firmeza, mujer de enérgico carácter que se demuestran en diversas acciones: al
hablar en público, al entrenar a Liborio, al aguantar las torturas a manos de los sinchis.
Superficialmente, su rostro enmarcaba una belleza exorbitante que poseía, corporalmente se
hace referencia a una mujer de contorneada figura. Era una joven estudiante universitaria que
Abimael Guzmán captó durante la secundaria y con el tiempo se convirtió en una de las
lideresas a cargo de la formación ideológica de los nuevos. Su participación política era
llamativa a su corta edad, comandando acciones contestatarias de la población contra la
dictadura del entonces presidente de la República, Francisco Morales Bermúdez.

El vínculo que mantenían Liborio y Angicha era estrictamente político y formativo,


pues fue ella quien lo recibió para entrenarlo. Liborio la concibe de una manera idílica, con un
respeto constante y una gran admiración a su persona por todo lo que realizaba. Poco a poco,
consigue la manera de ser una persona de confianza de Angicha y refuerza los lazos sociales
entre ellos. Ella también, a medida que pasa el tiempo, concibe en Liborio un hombre en la
búsqueda de la revolución, lo respeta y lo admira por su rápido aprendizaje y, aún más, por el
episodio bizarro donde éste, pese a estar convaleciente de una herida de bala previa, abandona
el lugar donde se encontraba recuperando para reunirse con sus compañeros: este acto
reconforta a Angicha y reafirma lo que sentía por él, en menor medida, la molesta por la
imprudencia del hecho.

Entre ambos existe una especie de códigos al momento de intercomunicarse desde


Angicha con Liborio: Cuando se trataba de una acción o una orden del partido, cuando se
encontraba molesta o simplemente quería tocar un tema en serio, lo llamaba Túpac. Por otra
parte, cuando estaban conversando amenamente lo llamaba por su nombre común.

Con este escenario y puesto en relieve el desenvolvimiento y la interacción de ambos,


también existe la cuestión del riesgo en el que viven. El ejemplo más grande de esto se suscita
cuando a la camarada Angicha la detienen en la comisaría de Huamanga y es sometida a una
serie de torturas, tanto sexual, física y psicológica. En una operación llevada a cabo durante la
madrugada para rescatar a los detenidos del partido, los senderistas logran dinamitar las
entradas y consiguen lograr su plan. Allí se narra la emotiva escena donde Liborio logra sacar
de su celda a Angicha y la deja salir. Este acto simboliza la forma como el amor se transmite
entre individuos mediante la consecución de la libertad del otro, romper sus cadenas para que
fluya, con tintes de romanticismo hasta cierto punto.

Día a día, unas cuántas acciones armadas encima, incrementaban la suspicacia acerca de
la confesión de Liborio y el afecto desmedido que sentía por su compañera, pero transcurría el
tiempo y no había un acercamiento a esto, por consiguiente, en reserva se mantenían los
sentimientos unos de otros. Hasta que un día, Liborio decide dar el salto y manifestar el
desequilibrio emocional que avivaba las noches acampados a la espera de algún conflicto.
Algunas palabras al aire, ambos llevan a cabo el acto sexual (que en el texto se grafica de
manera connotativa) que deja de manifiesto la correspondencia afectiva que poseía Angicha
para con Liborio.

Luego de haber viajado en una misión juntos en el Alto Huallaga para asesinar a un
felón del partido, el hecho no ocurre como es de esperarse. Angicha es capturada y
aprisionada, Liborio lo lamenta, pero debe huir. Es allí donde se entera del motivo sentimental
del viaje: iban a matar a la persona que generó las condiciones para que asesinaran al
compañero Páucar, ex docente y pareja en vida de Angicha. Surgen una serie de
contradicciones que intentan reducir la relación mantenida con ella.

Para desgracia, Liborio intenta rescatarla nuevamente de la cárcel, reconoce que el lazo
que transita entre ellos funge de sostén para continuar con la guerra. Más aún, por las
cuestiones de la misma no logra hacerlo, ni logra salir vivo de un operativo en la mina de
Cayara, de donde sale dinamitado. La presente narrativa acerca de la motivación existente de
Liborio en el amor hacia su compañera refleja micro relaciones existentes en un sinnúmero de
grupos armados donde participan ambos sexos, y se divisa que en estos mismos no son
inalienables al afecto hacia los compañeros y la vida sexual está inmersa.
Devoto de las montañas

Es de público conocimiento como Liborio lleva consigo el pensamiento de la


cosmovisión andina, ese mismo animismo que es el alfa y el omega de su existencia y que
protege a sus familiares, amistades y lugares de consideración. Debido a la zona geográfica
donde vive, las mitificaciones existentes y leyendas rurales de la trascendencia de los
fenómenos naturales asociado a las divinidades son demasiado fuertes e impregnadas en el
común de los habitantes1.

Al iniciar la obra, se comenta como su madre, Rosa Cuchillo, una mujer que vivía sola
con su ganado y de fama de eludir a sus pretendientes, mantiene relacione sexuales con Pedro
Orcco, el dios de la montaña de Illaurocancha y protector de este poblado, donde todos le
rendían sumisión. Fruto de esta unión nace Liborio, bastante conflicto desataría reconocer ese
origen, pero bajo las costumbres del lugar, era algo bastante naturalizado.

A decir verdad, durante todos sus deseos se encontraba al final una petición al dios a
que evite las desgracias para sus compañeros y genere las condiciones necesarias para llevar a
cabo todo lo planeado sin que algo salga mal. Se reconoce bastante fervor de parte de Liborio
para con los dioses y el respeto que sentía por distintos animales y zonas geográficas. Este
aspecto, que llega a regir en sus actitudes, se vuelve un tanto incómodo para con los otros
senderistas.

Son dos los momentos donde se aprecia el cénit de su creencia en los dioses. En primer
lugar, durante la destrucción de la comisaría de Huamanga en el operativo para rescatar a los
detenidos del partido. Cuando se observaba una salida rápida y con pocos heridos, Liborio
llega a recibir un impacto de bala, que lo choca físicamente y le impide mantenerse en pie
hasta el automóvil que los trasladaría en la huida. Es allí, donde éste asume que lo están
cargando rápidamente sobre la espalda y lo lleva hacia el carro. Liborio se intriga y le
pregunta su identidad, identidad que le genera una sorpresa enorme y bastante reconforte al
estar a salvo, pues Pedro Orcco lo llevaba en brazos salvando su vida, era un hecho que los
rezos, los petitorios, las súplicas: en resumen, la fe de Liborio logra dejarlo bien parado de ese
trágico momento. Asombro inicial también existió cuando les preguntó a sus demás
compañeros si conocían a la persona que lo estaba trayendo. En ese aspecto se puede discernir
que solo los lugareños creyentes podían verlo.
El otro momento donde se aprecian las creencias de Liborio ocurre cuando sus
compañeros, sin provisiones y con mucha hambre, asesinan una vicuña que pasaba con su
pequeña cría. Grande fue el enojo que recorrió sus venas tal acción, pues era una insolencia
para el wamani y desataría la furia de este. En un acto donde los demás lo tomaban como un
simple enojo, el tiempo empezó a cambiar y una estrepitosa tormenta se desató en el lugar,
ante tal hecho, Liborio decide ofrecer a la vicuña cría para aliviar la ira del dios. Grande sería
la coincidencia, según los senderistas, que desapareció la tormenta y físicamente no vieron al
animal.

Este aspecto de la creencia de los individuos en un dios o dioses se invalida en la


ideología marxista, donde impera el materialismo y se deconstruye todo tipo de panteísmo,
monoteísmo y politeísmo. Marx concebía la religión como el opio del pueblo, pero los
grandes movimientos comunistas se han visto alimentados de guerrilleros motivados con
algún teísmo. Sucede en distintos contextos: los soldados vietnamitas del Vietcong2, al
agonizar durante el combate, efectuaban un rezo para la salvación de su alma y en el presente
algunos denominados revisionistas por la línea más ortodoxa del marxismo, se pueden
observar algunos adeptos del islamismo, pero con una firmeza para participar en las guerrillas
de liberación de espacio geográfico, como es el caso de Kurdistán3.

Sin embargo, desde la perspectiva del individuo que posee estas creencias, resulta difícil
ser constantemente criticado por la inconsecuencia en asumir la idea antes de la materia.
Sucede con Liborio, de parte de sus demás compañeros cierta hostilidad y que le hace
reflexionar más aun sobre el respeto a sus patrones culturales heredados desde hace
muchísimo tiempo, en una eventual revolución ¿Qué toca proceder con los devotos de los
wamanis? Queda claro que son factores que pueden llegar a impulsar el ritmo de vida de
muchas personas.

Este aspecto está bastante hilvanado a la cuestión de los naturales, que se plasmará en el
siguiente punto, sin antes mencionar, que dentro de la idea de identificación que rodea el
pensamiento de Liborio durante el cuento, la asociación que le hace a las personas que no
creían en ningún ente por ser estos grandes intelectuales, con la revolución misma, decae en
una interrogante acerca de quienes son quienes van a tomar el poder y cuestionar el carácter
de igualdad que existe en el comunismo.
¿Y los naturales?

Quizás el carácter más interpuesto en la asociación de Liborio para con el partido, sus
compañeros, la revolución misma, etc. Es aquel que surge respecto a la procedencia y raíces
familiares e históricas. Liborio es un joven convencido de la desigualdad existente y está
presto a llevar a cabo la revolución con Santos, Angicha y sus demás compañeros. Pero existe
también de parte de Liborio desconfianza.

La primera desconfianza de Liborio es al respecto a la diferenciación étnica. Liborio es


un joven indio, procedente de una familia de campesinos que hasta cierto punto le guarda
repudio a los mistis, denominación para aquellos blancos que vivían en los Andes,
discriminaban a los de tez cobriza, y a la hora de fungir de gamonales les exigían un
exhaustivo desgaste físico. Liborio observa ese aspecto en los altos mandos del partido:
personas blancas, algunos con formación universitaria. Incluso este aspecto lo observa en la
cabeza máxima, Abimael Guzmán, aquel individuo denominado por algunos historiadores,
como un hijo no reconocido de terratenientes y que no gozó de estos privilegios4.

Este aspecto se traduce en la preocupación de Liborio acerca de qué personas merecen


obtener el poder, y le surge un debate mental donde imagina que ésta lucha solo es para llevar
a los blancos al poder, es decir, un relevo de mandatarios que se olvidarán de los indios que
tanto tiempo viven en la explotación. Hasta este punto, las fronteras que dividían el
pensamiento de Liborio con sus compañeros eran acerca de la cuestión religiosa y como nacía
una incomodidad con respecto a su cosmovisión andina.

Sobre este punto, el pensamiento comunista reencarna la idea de la igualdad étnica,


llevar al poder a los indios sometidos y los blancos sumisos no altera las relaciones de
burgués – proletario, más aún, continúa la disputa clásica racista, pero en sentido inverso. El
enfoque va en realizar una revolución propia de los trabajadores, donde aquellos adinerados
dejen los medios de producción para otorgárselos a los obreros. Partiendo de ésta última
premisa, nace una inquietud.

La gran desconfianza que yace en Liborio es sobre el tipo de trabajadores que merece
obtener el poder: obreros o campesinos. Al proceder de una familia de campesinos y tener
habilidades en el agro, Liborio considera que, por historia, quienes más han sido explotados y
son el sostén de la alimentación de los individuos son los trabajadores del campo.
Organizados de diversas maneras, reconoce que estos son la mayoría en el Perú, y de llevar a
cabo una revolución popular, quienes deben obtener el poder son ellos.

Pero se topa con la realidad que, un grupo regular de compañeros provenía de trabajos
forzosos. Se disputa un debate entre Santos y Liborio sobre éste punto, donde este último
menciona ideas de como estructurar una eventual sociedad comunista, con los campesinos
ejerciendo el poder, y creando cooperativas de trabajadores en diversos ámbitos para que sean
relaciones sólidas como las de los trabajadores agrarios.

Sobre éste punto, y también mencionado en el libro, Lenin le otorga idealmente el poder
a los obreros de las fábricas, pues éste es el único medio que poseen para generar su salario, a
diferencia de los campesinos, quienes aparte de tener su fuerza de trabajo, también cuentan
con un área de trabajo propia, que vendría a ser la finca. Se desata entonces una relación de
propiedad privada entre el campesino y su tierra, y esa condición somete a esta especie de
trabajador a estar en constante alienación que le ha de permitir crear nuevamente una clase
burguesa (caso particular con la burguesía aymara en Bolivia)5 que nuevamente ejercerá
explotación sobre los trabajadores y el ciclo del capitalismo se reinicia.

Queda de manifiesto que estos aspectos económicos, políticos, culturales y étnicos


marcan una diferencia entre Liborio y los mismos senderistas en el hipotético de efectuar la
revolución y los problemas que se desencadenan por éstos conflictos que podrían alimentar a
Liborio de crear una nueva línea de insurgencia popular por no seguir con los principios
generales del comunismo y ver dificultades en satisfacer los petitorios de su clase que aún se
mantienen en sometimiento.

De estas ideas se desprende la posición nacionalista existente en Liborio que se


evidencia en sus relaciones con los altos mandos. Su influencia religiosa que proviene de la
herencia de los Chancas y el gran deseo por preservar su cultura e identidad se contrapone con
los ideales comunistas. Utilizando un lazo imaginario y contrastando con la actualidad,
Liborio, como otros que no reconocen a fondo la incorporación de una ideología, hubiese
caído en el etnocacerismo por mero amor a sus raíces.
Reflexiones finales

Acerca de la participación de Liborio durante el contexto de la guerra interna saltan


diversas interrogantes con respecto a un caso que puede ser similar a muchos otros durante un
contexto de guerra: El individuo puede desconocer una idea y su conformación política e
ideológica, más aun, está presto a pertenecer a ella si observa representatividad y es
contestataria al sometimiento impuesto desde el Estado o de una clase. La inclusión de
Liborio dentro de la guerrilla popular grafica también el abandono del joven marginado que
“busca” la igualdad ¿O busca cambiar de posición en la explotación? Éste es un conflicto de
supervivencia.

Es fehaciente que las relaciones con el sexo opuesto están presentes bajo cualquier
contexto: guerra o paz. Los individuos, a medida de convivencia, crean vínculos con otros y
así tejen redes de amistad o relaciones de pareja. Liborio no es ajeno a ello, y reconociendo la
flexibilidad de la composición de los comités y el probable llamado a un ataque, pone de
manifiesto lo que siente por su camarada, quien antes fue su amiga, le dio los primeros pasos
para conformar la guerrilla. Éste es un conflicto erótico.

Esa fe ciega que deposita en Pedro Orcco caracteriza al vulnerable pensamiento de las
personas del Ande, esto quiere decir, la visión externa acerca de las creencias de estos
individuos se muestran muy hostiles en ocasiones, llegando a causar mofa dentro del
ambiente de la capital, la nomenclatura de atrasados para denominarlos como seres inferiores
se hace presente desde el contexto de la guerra interna hasta nuestros días. Por ello, el aspecto
animista que le da Liborio al grupo genera incomodidad, pero a su vez, los hace repensar de
manera empática para con los devotos. Éste es un conflicto teísta.

Por último, la referencia a la condición de los naturales con respecto a los indios sirve
de impulso para darle una mirada más profunda al pensamiento de Liborio y reconocer
algunos aspectos propios de nacionalismo, presentes en algunos individuos y cierta tendencia
a estar adscritos a la burguesía. Bajo este concepto, se toma en cuenta la vitalidad de los
principios generales del comunismo a la hora de llevar a cabo las acciones. Este es un
conflicto ideológico.
Bibliografía

1
Purizaga, M. (1967). EL curacazgo Pocra. Perú: Editorial Yachaywasi.

2
Jones, S. (2017). Waging insurgent warfare: lessons from the Vietcong to the Islamic State.
Estados Unidos: Oxford University Press.

3
Černy, H. (2017). Iraqi Kurdistan, the PKK and International Relations: Theory and Ethnic
Conflict. Estados Unidos: Routledge.

4
Roncagliolo, S. (2008). La Cuarta Espada. Historia de Abimael Guzmán y de Sendero
Luminoso. Perú: Editora Objetiva.

5
Rea, C. (2016). Complementando racionalidades: la nueva pequeña burguesía aymara en
Bolivia. Revista Mexicana de Sociología, 78, 375-407.

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