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Programa de Desintoxicación

Cómo empezar a limpiarse de toxinas en diez días,


arrancando con entusiasmo y terminando con dignidad

No estáá demáá s empezár diciendo que es imposible vivir sin toxinás.


Lá limpiezá ábsolutá es un deseo inuá til, ádemáá s de sospechoso, máá s ápto párá
álguná teologíáá que párá lá vidá reál, lá que efectivámente nos tocá. Támpoco es
bueno reducir el concepto de toxiná á lo que fáá cilmente puede relácionárse con un
“Prográmá de desintoxicácioá n” que pivoteá sobre álgunás dietás: lá presenciá de
sustánciás ingeridás con lá álimentácioá n o eá stá en síá mismá por lá cántidád y
cuálidád de sus componentes.

No: la idea de tóxico o toxina es más vasta porque lá toxicidád puede estár
contenidá en uná grán váriedád de fuentes de distinto origen.

Puede ser el áire, el águá, el espácio, los víánculos, lá vidá láborál, los medios de
comunicácioá n y muchos otros, por queá no. Y ásíá, cási sin querer, fueron enunciádás
lás principáles fuentes de toxinás.

Y de golpe o gráduálmente uno siente que estáá lleno de básurá, de problemás, que
su orgánismo no fluye, no vive ni se mueve contento, con solturá. Y entonces
decide limpiárse, desintoxicárse.

Sin áá nimo de extensos desárrollos, que no vienen ál cáso, ál menos es necesário


ádvertir que cádá vez máá s existe fundádá sospechá ácercá de lá cálidád de lo que
ingresámos en nuestro orgánismo. Párecierá que lá industria alimentaria es fáá cil
de criticár, y efectivámente es ásíá: lá vorácidád por áumentár lás gánánciás en un
mercádo mundiál que requiere cántidádes ástronoá micás de nutrientes le pásá por
encimá con ábsolutá fácilidád á estudios o controles. Sáborizántes y conservántes,
por ejemplo, ofrecen lá ilusioá n de grátificácioá n y álimento á costá de nuestrá sálud.
Reálmente, si los responsábles de lá sálud de los páíáses de este plánetá fuerán
rigurosos, cuálquier sustánciá ágregádá á los álimentos (y eá stos támbieá n) deberíáá
demostrár su inocuidád en estudios ánteriores á su utilizácioá n. Pues no es esto lo
que ocurre. Támpoco el proceso en síá de obtencioá n de álimentos estáá debidámente
fiscálizádo y, por lo generál, es mejor ignorárlo si es que uno no estáá dispuesto á
hácer uná huelgá de hámbre definitivá.

¿Queá tál el uso de insecticidás o herbicidás? ¿Alguien se preguntá ácercá de sus


consecuenciás á mediáno y lárgo plázo? Lá respuestá es: no. ¿Háy estimáciones
veráces ácercá del efecto de lás váriedádes obtenidás por mánipulácioá n geneá ticá,
los tránsgeá nicos? Támpoco. ¿Se sábe de verdád queá ocurre con el medio interno de
grándes pobláciones que consumen croá nicámente águá clorádá, especiálmente en
lás megá-urbes? La respuesta sigue siendo negativa. ¿Existe álguná relácioá n
entre todo lo ánterior y el crecimiento exponenciál del cáá ncer, otrás enfermedádes
degenerátivás y lás enfermedádes áuto-inmunes? Es muy probable. ¿Acáso los
fábricántes de láá cteos previenen ácercá de lá posibilidád que tienen sus productos
de ocásionár váriádás, limitántes y molestás álergiás, incluidá el ásmá? No, y sin
embárgo cádá páquete de cigárrillos contiene ádvertenciás ominosás ácercá de su
efecto.

En fin, el temá es inágotáble. Porque támbieá n es inevitáble mencionár otrás


fuentes de intoxicácioá n, áunque seá párá dárles un lugár en lá preocupácioá n
personál y sociál. Por ejemplo: el temá de lá contaminación electromagnética,
que tiene menos prensá que lá ocásionádá por energíáá nucleár, tál vez porque eá stá
es groserá y horrorosámente visible. Veán, si no, lo que ocurre con el uso intensivo
de los hornos á microondás y los teleá fonos celuláres o moá viles. Estáá cási
demostrádo que eá stos uá ltimos pueden producir tumores del loá bulo temporál, lá
estructurá cerebrál máá s cercáná á su utilizácioá n. Sin embárgo los fábricántes no
ádvierten contrá ese riesgo y, lo que es peor, sus usuários hán decidido por
ábsolutá máyoríáá tenerlos áctivos duránte veinticuátro horás diáriás y á lá noche
¡dejárlos operátivos sobre lá mesá de luz, muy cercá de sus cerebros!

Támbieá n estáá lá cuestioá n de los medios de “comunicación”, teá rmino equíávoco


como el que máá s porque en cuálquier comunicácioá n que se precie de tál el flujo
deberíáá ser en ámbás direcciones, y no es el cáso. Simplemente háy un emisor y un
receptor, hábituálmente pásivo sálvo excepciones como álgunos prográmás de
rádio. Y áquíá támbieá n se trátá de cárgás toá xicás de álto riesgo: ¿coá mo se puede
funcionár bien cuándo se estáá expuesto á váriás horás diáriás de mentirás y
estupideces? ¿Coá mo se puede sálir indemne mirándo cánáles ádoá nde son cápáces
de mentir hástá con lá sensácioá n teá rmicá?

Ustedes diráá n que es inuá til peleár contrá lá tecnologíáá moderná y los medios, pero
es un árgumento fálso siempre que lá sociedád y cádá integránte de ellá
conservemos lá posibilidád de decidir por cuenta propia ácercá de los riesgos
párá lá supervivenciá sin tránsformárnos en borregos fáá cilmente mánipulábles. El
ásunto es mántener niveles de independenciá compátibles con lá supervivenciá,
como se le exige á cuálquier bicho vivo que merezcá seguir estáá ndolo. Y áquíá estáá
el problemá, sin dudá.

Otro cápíátulo fundámentál de lás váriádás intoxicáciones es el que ocupán los


vínculos, no importá si cercános, ocásionáles o lejános. Cuálquierá se dá cuentá o
intuye que lá cátegoríáá de “gente toá xicá” no es un delirio ni un invento árbitrário.
Es máá s: los víánculos en síá mismos pueden devenir en purá toxiná párá los
vinculádos. Y áquíá cádá uno sábráá cuáles son los víánculos que podríáán entrár en
esá cátegoríáá, cuálesquierá seán: ocásionáles, cercános o lejános.

No es el propoá sito de este Prográmá instálár uná fábrica de faquires estoicos,


sufridos y álejádos de cuálquier fuente de contáminácioá n, les áseguro. Pero síá
álertár y proponer uná formá muy concretá de limpiárse perioá dicámente de todá
lá básurá que supimos conseguir.

Támpoco es el objetivo de estás líáneás desátár uná epidemia de paranoia ácercá


de los peligros que ofrece, generosámente, lá existenciá áctuál. Pero síá álertár,
poner en guárdiá, hácer pensár ácercá de cádá uno de ellos y motivár álguná
decisioá n si es que se hicierá necesáriá despueá s de considerár los fáctores de riesgo.

Yá seá que no es fáá cil, entre otrás cosás por que no estoy exento y vivo como
ustedes. Y lo que dificultá todo este operátivo es que háce fáltá un poderoso
equilibrio párá ádvertir cuáá ndo háce fáltá considerár álgo como problemá e
intentár resolverlo. Porque támpoco se puede vivir ánálizándo constántemente los
fáctores de riesgo y tomándo decisiones todo el díáá: esto támbieá n tránsformá lá
vidá en uná váriedád de locurá, de mánerá que no se ve lá ventájá de ádoptár
semejánte háá bito, que primero párece de cuidádo “responsáble” pero fáá cilmente se
tránsformá en uná álienácioá n máá s.

Etimología
Tóxico (de uná substánciá) que puede mátár o hácer mucho dánñ o (á un
orgánismo), venenoso: látíán tárdíáo toxicus “toá xico”, del látíán toxicum “veneno párá
flechás; veneno”, del griego toxikoá n, neutro de toxicoá s “de un árco, párá árcos; de
uná flechá, párá flechás”, de toá xon “árco” (en plurál, = “árco y flechá”; sentido
implíácito: “flechá, cosá que vuelá” (del indoeuropeo tokw-so- “cosá que vuelá”, de
tokw-, de tekw-, “correr, huir”) + -ikoá s “de”.

Breve diccionario etimológico de la lengua española, Guido Gómez de Silva

Máá s cláro imposible: nos bombardean todo el tiempo con flechas venenosas,
pero lá etimologíáá támbieá n ofrece uná posible sálidá: “correr, huir”.

Profundizando un poco
Es que todo málestár o enfermedád estáá originádá en cierto desequilibrio entre el
ádentro y el áfuerá, entre el interior y el exterior. Es imposible lográr un grádo
importánte de bienestár o sálud sin reformulár lás relaciones internas/externas.
Y es, justámente, un trábájo eficiente con nosotros mismos lo que puede inclinár lá
bálánzá háciá un estádo en el cuál podámos recibir lá mánñ áná con uná sonrisá.

En este contexto se propone el prográmá desintoxicánte.

Cláro, no hábríáá necesidád de proponerlo si no existierá uná agresión tóxica de lá


importánciá que los humános y los otros vivientes de este plánetá soportámos en
lá áctuálidád. No es fáá cil decirlo sin ponerse ápocálíáptico pero es cierto: vivimos en
un ámbiente cádá díáá máá s degrádádo y enfermánte.

La ecología no es una moda, es una toma de conciencia. Y el problemá es vásto


porque implicá uná suerte de conjurá que el hombre disenñ á y ejecutá contrá síá
mismo con uná ásombrosá mezclá de friáldád, estupidez y soberbiá. Disfrázár este
homicidio culposo contrá lá vidá consistente en envenenár el cielo, lás águás y lá
tierrá en nombre del "ávánce tecnoloá gico" háce pensár en uná siniestrá
convergenciá de locurá y espíáritu perverso. Estáá muy cláro que mientrás este
plánetá seá fundámentálmente un MERCADO, somos todos nosotros los que
estámos expuestos á precio de ofertá en los escápárátes del tontíásimo shopping
que supimos conseguir.

Es cierto que no se puede modificár lá enterá reálidád por medio de uná dietá y
uná serie de ejercicios, pero ál menos es necesário ácusár recibo ácercá de lá
mágnitud que tienen estos problemás.

Lá polución del medio ambiente es párte de un proceso máá s vásto y del cuál
nádie estáá excluido: lá sociedád humáná segregá por áccioá n u omisioá n
instituciones poderosás que terminán cercenándo el desárrollo potenciál de cádá
ser humáno en párticulár y de lá sociedád en generál. Lá historiá de nuestrá
especie muestrá con cláridád que hácer buenos negocios, defender ideologíáás
irrácionáles o eternizárse en el poder son áctitudes contrádictoriás con lá
buá squedá del bien comuá n.

Párá dár un simple ejemplo relácionádo con este prográmá bástá senñ álár que
duránte el uá ltimo siglo se modificoá de mánerá decisivá el proceso de
transformación y adecuación de los álimentos. Comenzáron á obtenerse por
refinácioá n de los grános hárinás despojádás de válor álimenticio y se introdujo el
ázuá cár blánco.

Cádá vez estáá máá s cláro que estos supuestos ávánces que intentán "corregir" á lá
náturálezá son gigántescos errores que ponen en márchá uná secuenciá cuyo finál
puede investigarse en lás árteriás, el híágádo o el cerebro de los dámnificádos.
Pero esto poco importá á los duenñ os de lá industriá álimentáriá mientrás lás
ventás y su poder econoá mico áumente. Y como nádie protestá, támbieá n se hán
encárgádo de potenciár lá toxicidád de lo que ofrecen con fertilizántes,
conservádores, colorántes y áromátizádores.

Es increíáble que puedá soportárse todá está cárgá toá xicá sin perecer
instántáá neámente, lo cuál demuestrá por el ábsurdo lá cálidád de los orgánismos
vivos. Pero está sobrecárgá tán ágresivá se págá inevitáblemente á corto, mediáno
o lárgo plázo. No es posible hácerse ilusiones sobre el temá: los organismos vivos
no son máquinas de procesar basura. Y lo mismo puede decirse ácercá de lá
máyoríáá de los medicámentos de utilizácioá n prolongádá: utilizádos duránte cierto
tiempo cási todos son cápáces de producir máá s dánñ os que beneficios.

Pero esto támpoco importá demásiádo á sus fábricántes: ellos no estáá n párá
ocupárse de nuestrá sálud sino, simplemente, párá hácer negocios. No es difíácil
ádvertir que mientrás estos problemás se plánteen en teá rminos de lá relácioá n
entre mercáchifles y consumidores, se háce imposible discutirlos á nivel
estrictámente sánitário.

Entonces háy que decirlo con cláridád: lá álimentácioá n áctuál y lá vidá sedentáriá
son purá toxiná párá los hombres de este tiempo.

Pero es uná historiá de lárgá dátá. Nos hemos pásádo siglos trátándo de
diferenciárnos de los otros seres vivos párá ádquirir uná supuesta importancia
que todávíáá estáá por demostrárse. Y en ese cámino de fugá háciá lá ápárente
perfeccioá n de lá especie hemos dejádo de escuchár nuestrá propiá voz: lá mismá
que susurrá el viento y explicá el cánto de los páá járos.

Reálmente no se puede ver en queá consiste "el negocio". Hemos creádo lás
condiciones ideáles párá el desárrollo de cuálquier enfermedád: un ámbiente
bioloá gico deplorable y háá bitos de vidá enfermizos. Tál cuál puede verificárse en
lá cálle, escuchárse en los hospitáles o leerse en los diários estáá muy cláro que está
“civilizácioá n” há lográdo en uná solá y fántáá sticá operácioá n destruir los cuerpos,
átontár lás mentes y envilecer los espíáritus. De mánerá que "desintoxicárse" es
bástánte máá s que cámbiár ázuá cár por frutás o toneládás de cárne por lechugá y
zánáhoriá. Párá comprender esto es necesário producir uná expánsioá n de los
conceptos de intoxicácioá n y nutricioá n.

Es necesário formulárse lá siguiente preguntá: ¿de qué nos estamos


alimentando, qué es lo que nos está nutriendo?

Estáá cláro que los álimentos soá lidos y líáquidos que consumimos en nuestrás
comidás nos nutren, ál iguál que el áire que respirámos. Pero... ¿es menos
"álimento" el perioá dico que leemos, lá muá sicá que escuchámos, el prográmá de
televisioá n que vemos o los víánculos que desárrollámos?

Como párte de un prográmá de limpiezá seríáá bueno que cádá uno revisárá estos
áspectos de lá intoxicácioá n cotidiáná. El problemá es de uná profundidád tál que
no es posible tránsformárlo en uná simple cuestioá n de cárníávoros versus
vegetáriános sin árrebátárle lo esenciál del cuestionámiento que puede inferirse si
se lo plánteá en teá rminos párecidos á contestárse está simple preguntá:

¿Coá mo estámos viviendo? ¿Queá hácemos párá controlár lá cántidád y cálidád de los
diversos nutrientes que nos álimentán?

Podríáá decirse que el problemá se reduce á investigar los términos de la


relación entre lo que somos y lo que incorporamos. Cádá elemento que
incorporámos se vinculá con nosotros y tiende á ser ádmitido o recházádo.
Nuestro sistemá defensivo deberíáá estár álertá párá expulsár cuálquier cosá que
puedá resultár dánñ iná, pero desáfortunádámente es mucho máá s fáá cil decirlo que
hácerlo. Es justámente un lárgo proceso de embrutecimiento y bloqueo de lás
percepciones lo que dificultá áceptár con náturálidád lo que nos áyudá á vivir y
recházár lo que nos dificultá o impide hácerlo.

¿Intoxicado yo?
Pues síá: el que esté libre de toxina que tire la primera piedra. Al iguál que en
cuánto ál estádo sálud/enfermedád háy un constánte desplázámiento de lá
relácioá n intoxicádo/desintoxicádo, pero debido á lás condiciones reáles de
existenciá, es poco menos que imposible estár libre de toxinás. Por definicioá n eá stás
consisten en venenos: substánciás orgáá nicás o inorgáá nicás circulándo por el
orgánismo y luego depositádás en lá intimidád de los tejidos, lo cuál trábá o
neutrálizá su funcionámiento normál.
Es cierto que nuestro orgánismo dispone de mecánismos párá neutralizarlas y
eliminarlas pero hástá cierto punto. Este punto depende de lá sobrecárgá toá xicá y
de lá condicioá n generál del orgánismo en cuestioá n. Pero máá s álláá de está fronterá
los sistemás de defensá, filtro y eliminácioá n comienzán á funcionár como
diseminádores de lá intoxicácioá n. En está situácioá n se encuentrán especiálmente
los sistemás linfáá tico, respirátorio, digestivo, renál y epideá rmico (piel).

Ejemplos de toxiná son los colorántes, conservádores y áromátizádores que utilizá


lá industriá álimentáriá. Pero támbieá n existe uná ámpliá gámá de substánciás
gáseosás, que por inhálácioá n se comportán como toá xicos, táles como los derivádos
de lá áctividád industriál o hidrocárburos productos de lá combustioá n de los
motores á explosioá n.

Estos son ejemplos de toxinas absolutas, perjudiciáles áuá n en dosis míánimás.


Pero támbieá n háy toxinas relativas, lás que áctuá án por ácumulácioá n y sobrecárgá.
Los álimentos que contienen escásos elementos nutritivos se comportán de está
mánerá, yá que su utilizácioá n reiterádá creá uná situácioá n de cárenciá nutricionál.
Es iroá nico pero cierto: se puede comer mucho, áumentár de peso y ál mismo
tiempo estár desnutrido.

El hecho de álimentárse mál creá uná situácioá n de sostenidá demándá por párte
del orgánismo, el cuál requiere de máá s álimento párá solventár su deá ficit
energeá tico. Si uno le sigue dándo máá s de lo mismo, simplemente engordá sin
álimentárse. Lá dietá estáá ndár en nuestro páíás (no "este páíás") tiene esá
cárácteríásticá: demásiádás hárinás refinádás (pán, pástás), grásás formádorás de
depoá sitos en lá red vásculár (áceites inádecuádos, fritos), ázuá cár bláncá (como
edulcoránte y dulces diversos) y proteíánás ánimáles (cárne rojá y pollos
"inflácionádos" con hormonás). Pocas verduras, frutas y cereales integrales.

Este modelo álimentário tiene deságrádábles consecuenciás, entre lás cuáles


pueden citárse lás dos máá s importántes: propende á depositar toxinas y
acúmulos grasos en los oá rgános que tienen uná funcioá n desintoxicánte (lo cuál
directámente los álterá), y transforma al organismo en una especie de charca
donde lá energíáá y los fluidos yá no circulán con ligerezá.

Esto suele ser el comienzo de uná serie de desgráciás en cádená: el exceso de


trábájo párá digerir álimentos pesádos y fáltos de nutrientes áuteá nticos
(vitáminás, oligoelementos y mineráles ádemáá s de proteíánás, líápidos y
cárbohidrátos de buená cálidád) se sumá ál esfuerzo párá neutrálizár á lá multitud
de toxinás que el mercádo ofrece generosámente y originá un estádo de
"empastamiento" en los grándes sistemás funcionáles.

Lá vidá sedentáriá y los conflictos croá nicos cierrán el cíárculo que tránsformá un
orgánismo fluido, movedizo y álegre en otro estáncádo, quieto y triste. Y es sábido
que el águá estáncádá inexoráblemente se pudre. A pártir de áquíá, lá historiá
personál en fránco complot con el presente eligen lá líáneá de enfermedádes
"posibles": uná ingeniosá mánerá de llámár lá átencioá n párá producir
rectificáciones en el estilo de funcionámiento.
Ignorár estos ávisos soá lo sirve párá profundizár lá enfermedád báá sicá en
desárrollo, pero producir un cámbio consistente en movilizár el enchárcámiento
párá volver á fluir tiene consecuenciás notáblemente positivás en poco tiempo. Por
suerte nuestro orgánismo no es tonto y sabe aprovechar las oportunidades que
áccedámos á dárle párá mejorár su funcionámiento globál.

Remover es cambiar de lugar, mover una cosa de un lugar a otro.

Desintoxicárse creá lás condiciones párá este movimiento. El movimiento es lo


cárácteríástico de lá energíáá, que es el fundámento de los sistemás vivos. El
prográmá áyudá párá que todo fluyá máá s fáá cil desde ádentro háciá áfuerá, lo cuál
áumentá lá velocidád del movimiento interno. Concretámente los líáquidos fluyen
máá s y mejor, á tráveá s de lás funciones relácionádás con el “exterior” (rinñ oá n, piel,
intestino) pero támbieá n con el “interior” (sángre, linfá), árrástrándo lás toxinás
depositádás en el orgánismo.

No importá su ántiguü edád: lá densá geologíáá de sus depoá sitos comienzá á moverse
en direccioá n háciá el áfuerá de lá personá y es está operácioá n lá que constituye el
objetivo del prográmá. Es lá remocioá n bioloá gicá, lá de los tejidos cuyá trámá formá
lá máteriá del orgánismo. Lás toxinás cámbián de lugár, se mueven desde ádentro
háciá áfuerá y el organismo entero se renueva removiéndose. Veámos un poco
mejor este fenoá meno párá sáber ádoá nde ocurre y queá significá.

El Sistema Básico de Pischinger


Lá mediciná cláá sicá sufre de cierto enámorámiento pernicioso ácercá de los
oá rgános y especiálmente de lá ceá lulá báá sicá que cárácterizá á cádá uno de ellos (el
hepátocito párá el híágádo, lá neuroná párá el sistemá nervioso, etc.); tánto que su
fundámento teoá rico es conocido como la teoría celular de Virchow. Este eá nfásis
en lo celulár/oá rgáno tuvo sus ventájás párá desárrollár el diágnoá stico y
trátámiento de infinidád de pádeceres, pero tiene poderosos líámites á lá horá de
entender ál orgánismo humáno como un verdádero sistemá vivo y no como merá
sumá de oá rgános, áuá n en un pláno "exclusivámente bioloá gico".

Párte de esá limitácioá n se notá á lá horá de comprender lá decisivá funcioá n que


tiene el tejido conectivo, verdáderá mátriz donde residen lás ceá lulás especíáficás
de cádá oá rgáno y ártíáfice del víánculo entre ellos y el resto del orgánismo.
Deslumbrádos por el espectáá culo de lá ceá lulá especíáficá, muchos cientíáficos
subestimáron lá importánciá del conectivo, cátálogáá ndolo de "máteriál de relleno"
sin ádvertir que es el már en el cuál nádán los tejidos que reálizán lá fámosá
funcioá n especíáficá y del cuál dependen párá su nutricioá n, áporte de váriádás
sustánciás y eliminácioá n de toxinás. Lá ceá lulá protágoá nicá del conectivo se llámá
fibroblasto y reálizá tántás funciones que enumerárlás cámbiáríáá el rumbo de
este escrito.

Quien entendioá á lá perfeccioá n su importánciá fue el pátoá logo Alfred Pischinger,


quien por los ánñ os 30 del siglo pásádo desárrolloá su brillánte hipoá tesis del
Sistema Básico. Esto significá que lás ceá lulás especíáficás (hepátocitos, neuronás,
etc.) soá lo pueden desárrollár su funcioá n cuándo lá mátriz extrácelulár en lá que
estáá n incluidos funcioná correctámente, yá que es lá encárgádá del soporte
ánátoá mico y fisioloá gico: conectá á dichás ceá lulás entre síá párá conformár el oá rgáno
y á eá stos entre síá párá definir ál orgánismo.

¿Cómo está compuesto el Sistema Básico de Pischinger?

Por tres elementos:

Ceá lulá del Conectivo (Fibroblásto)

Cápilár (Arterio-venoso)

Nervio (Neurovegetátivo)

¿Y dónde están instalados estos elementos?

En lá mátriz extrácelulár ocupádá por lá Sustánciá Fundámentál, uná complicádá y


extensá red de glicoproteíánás estructuráles difundidá por todo el orgánismo y que
mántiene condiciones operátivás constántes en lá relácioá n entre soá lidos, líáquidos y
pártíáculás cárgádás eleá ctricámente. Sin está "constánciá", lá vidá seríáá un
fenoá meno imposible. ¿Se ádvierte, ácáso, lá importánciá de este hecho? No háy
lugár del orgánismo donde fálte este sistemá: ásegurá lá nutricioá n, lá
comunicácioá n y lá "limpiezá" de los oá rgános.

Es cási elementál átribuirle importánciá decisivá en lá normálidád o ánormálidád


del sistemá, pero se há pásádo por álto su importánciá, ál iguál que lá del sistema
linfático, recieá n áhorá válorádo á ráíáz de su válor cruciál en el desempenñ o del
sistemá inmunoloá gico. Lá Homotoxicología -un desárrollo moderno de lá
homeopátíáá- postulá que infinidád de toxinás se depositán en este sistemá báá sico,
que no tiene uná cápácidád infinitá de áuto-desintoxicácioá n. Cuándo está
cápácidád es desbordádá por lá concentrácioá n toá xicá y decrece hástá niveles
críáticos, lás toxinás se diseminán por el torrente sánguíáneo ál tiempo que
comienzán á dánñ ár el oá rgáno que álimentán, conectán y protegen.

De mánerá que es imposible normalizar la función de algún órgano particular


si antes no se limpia de toxinas a este Sistema Básico y a la Sustancia
Fundamental, que juntás reciben el nombre de MESEÉ NQUIMA. Asíá pueden
explicárse álgunos fenoá menos báá sicos del envejecimiento, cárácterizádos por un
deterioro máá s o menos ácelerádo de lás funciones bioloá gicámente críáticás: lá
imposibilidád de mántener "limpio" ál orgánismo produce congestioá n,
"empástámiento funcionál" y por uá ltimo lesioá n á nivel de los oá rgános. Recieá n en
ese momento los oá rgános producen síántomás, pero lá historiá de su deterioro es
lárgá y su origen puede átribuirse á uná falla funcional del mesénquima.

Lá váriedád de toxinás es gránde; bájo está denominácioá n entrán álimentos y


bebidás inádecuádás, gáses en lá átmoá sferá, residuos de microorgánismos vários,
productos del metábolismo eliminádos con dificultád, etc. Lás imáá genes siguientes
ilustrán ácercá del Sistemá Báá sico:
¿Para qué este programa, qué objetivos tiene?
Este prográmá tiene el objetivo de producir uná mejoríáá importánte y
relátivámente ráá pidá del "ámbiente bioloá gico" en el cuál tránscurre nuestrá
existenciá. Y puede decirse, de ácuerdo á lo que hemos visto, que su misión
principal es empezar a limpiar de toxinas ál Sistemá Báá sico de Pischinger.

Se básá en dárle uná chánce á los sistemás fisioloá gicos involucrádos en los
procesos depurátivos párá que neutrálicen y expulsen del orgánismo lá máyor
cántidád de toxinás depositádás en los tejidos. Está oportunidád se consigue por
un medio bástánte sencillo que la mayoría de los animales conoce sin necesidád
de estudios universitários ni lárgos cuestionámientos ál estilo de vidá: ayuno y
descanso.

Lá cláve consiste en proporcionár un reposo profundo á los oá rgános, un


áquietámiento de lá áctividád fisioloá gicá hábituál pero ál mismo tiempo uná fuerte
estimulación sobre los sistemas eliminatorios. Lo cuál se lográ controlándo los
insumos y reduciendo el despliegue fíásico hábituál. Esto puede sonár
contrádictorio con lá denunciá ánterior ácercá de lá vidá sedentáriá, pero máá s bien
se refiere ál veá rtigo y descontrol hábituáles que solemos ejercer en lá vidá
cotidiáná. Es cierto que áquíá no se propone un áyuno ábsoluto (en está opcioá n soá lo
se ingieren bebidás párá reponer líáquidos y mineráles) pero el áyuno relátivo
indicádo máá s ádelánte es suficiente párá lográr los objetivos propuestos.

Lá ideá báá sicá es álterár significátivámente lás reglás de juego para crear un
espacio/tiempo muy álejádo del hábituál: en está nuevá áunque tránsitoriá
reálidád lá tránquilizácioá n de lá fisiologíáá tránscurre ál uníásono con lá de lá
concienciá.

Este meá todo simple pero eficáz coláborá párá que el intestino grueso, lás víáás
urináriás, lá piel y los pulmones trábájen con máyor eficienciá que lá normál y
logren su objetivo desintoxicánte de los oá rgános y fluidificánte de los líáquidos. Máá s
álláá de lás pálábrás veráá n que esto reálmente sucede: lo notáráá n en el olor,
consistenciá y color de lás secreciones y excretás. Pero támbieá n este descánso
verdáderámente profundo se nota en la conciencia yá que, á medidá que ván
pásándo los díáás, se experimentá uná ciertá páz, un ádentrámiento en el ser: uná
posibilidád de re-encuentro con lo que en reálidád somos.

Puede párecer uná exágerácioá n pero es lo que ocurre: este programa funciona
como "revisión y ajuste de cuentas" con uno mismo.

Por otrá párte, no háy dudás ácercá de lás ventájás que un experimento de está
náturálezá tiene párá un trátámiento meá dico: cuálquier intento terápeá utico se
encuentrá notáblemente dificultádo cuándo debe enfrentárse contrá un fáctor
constánte de resistenciá como el representádo por lá existenciá de muá ltiples
depoá sitos de toxinás. En el cáso especíáfico de lá ácupunturá debe senñ álárse que
este operátivo de limpiezá se encuentrá directámente vinculádo con lá rápidez y
profundidád de lá respuestá ál trátámiento: no háy compárácioá n posible en cuánto
á lo que puede obtenerse con lás águjás ántes y despueá s "de pásár lá escobá".

Ni tanto ni tan poco


Es cierto que el prográmá es tán uá til como uná escobá párá limpiár el orgánismo y
tán "meterete" como párá inmiscuirse en lá intimidád de los tejidos. Pero no es tán
fáá cil, yá que uno estáá ápegádo y "pegádo" á sus costumbres.

Cámbiárlás, áunque seá temporálmente, produce resistencias de todo tipo. Lá


comidá que se estáá ácostumbrádo á ingerir tiene o no válor dieteá tico, pero támbieá n
funcioná como un sistemá de seguridád y proporcioná plácer, párá muchos el máá s
importánte y "seguro".

El válor simboá lico de los álimentos es tán álto que muchá gente áccede á cámbiár
sus costumbres álimentáriás y su existenciá sedentáriá pero a cambio de
incorporar un sistemá de pensámiento y creenciás diferentes. No creo que comer
ensáládás requierá de uná tránsformácioá n metáfíásicá, pero en lá práá cticá esto
ocurre con demásiádá frecuenciá. Por está rázoá n es que, desáfortunádámente, el
náturismo y lá mácrobioá ticá impresionán como uná suerte de sectas
neurogastronómicas y sus defensores como predicádores.

No es el espíáritu de está propuestá, si bien es cierto que háy demásiádás cosás por
cámbiár y lá máá s importánte consiste en llevár uná existenciá destinádá á ejercer
creátivámente lá vitálidád, máá s que á perderlá por lá escásá cálidád de los
nutrientes de consumo hábituál, incluidos los medios de comunicácioá n y lás
conversáciones estuá pidás.

Si háy un cierto espíáritu de esfuerzo (áunque no de sácrificio) en todo este cámbio


es porque, sencillámente, hay que esforzarse para estar mejor. Lá derivá náturál
de lás costumbres vigentes encáminá en uná direccioá n desáfortunádá, eá se es el
problemá.
Y ábándonár está corriente párá optár por un estilo de vidá máá s sáludáble implicá
muchos cámbios que no se pueden desconocer ni minimizár con pálábrás fáá ciles. Y
támpoco es juego limpio reemplázárlos por discursos mesiáá nicos protágonizádos
por iluminádos de sáloá n.

En todo cáso, detráá s de cámbios profundos siempre existe uná modálidád de


pensár y sentir los problemás humános y quizáá s, hástá uná filosofíáá. Pero uná cosá
es reáfirmár los válores de lá vidá oponieá ndolos ál siniestro cárnávál de lá muerte
que con tánto entusiásmo párece predominár, y otrá cosá es pretender una
especie de pureza absoluta, atemporal y desarraigada. Por eso es peligroso
suponer que uno quedáráá "cero kiloá metro" despueá s del prográmá de
desintoxicácioá n. Pero se estáráá mucho mejor, esto támbieá n es cierto.

De mánerá que este prográmá no se presentá como uná máá gicá pánáceá cápáz de
árreglár todo, pero síá como un método seguro y eficiente para mejorar el
ambiente interno. Es bueno sáber que puede repetirse cádá vez que se sientá
verdáderá necesidád de volver á desintoxicárse, áunque lo rázonáble es ponerlo en
práá cticá duránte lás estáciones de tránsicioá n (primáverá/otonñ o) o cuándo se
átráviese álguná crisis personál que implique cámbios importántes en lá vidá.
Se veráá que el prográmá contiene dos tipos de indicáciones: generales y
dietéticas. Dentro de estás uá ltimás se presentán tres opciones distintás que
pueden elegirse con enterá libertád.

Ignoro si he sido suficientemente cláro párá tránsmitir lá ideá de que los diversos
toá xicos á los que estámos expuestos producen un bloqueo párciál de lás
áctividádes vitáles instáláá ndose en lá intimidád de los tejidos. Esto implicá uná
dificultád en lá comunicácioá n interná y externá y en eso consiste el sentido de lá
pálábrá, yá que bloquear significa "cortar toda clase de comunicación": ni máá s,
ni menos. Pero támbieá n está expresioá n se relácioná, de uná mánerá extránñ á, con
obsesioá n que significá "ideá fijá": sus ráíáces provienen de ásediár o bloqueár y máá s
exáctámente implicá "sentárse enfrente".

¡Las toxinas nos inmovilizan sentándose enfrente nuestro!

Es tán cláro y reveládor que espántá todás lás dudás ácercá del significádo de lá
pálábrá.

En reálidád, un operátivo de limpiezá consiste en uná campaña de liberación


personal, y no deberíáá intentárse si no se deseá tender háciá ese objetivo. De
mánerá que no es un operátivo que debá emprenderse como uná especie de
cástigo, penitenciá o privácioá n dolorosá. Seráá costoso y difíácil, pero no es áburrido
ni intráscendente.

Es uná áventurá personál que provocá uná importante remoción á nivel de lás
emociones, lá fisiologíáá de los oá rgános, lá ríágidá estructurá de cáráá cter que
supimos conseguir y hástá de lás ideás que segregámos. Pero á medidá que pásán
los díáás se siente uná rárá álegríáá. Y támbieá n ciertá ágilidád y hástá levedád que no
tiene tántá relácioá n con lá bájá de peso sino con los nudos que se desátán, con lás
cinchás que áfloján lá presioá n que nos encorsetá.

Lás toxinás deján de sentárse enfrente y dán un páso ál costádo párá que uno
puedá moverse bástánte máá s libre y menos átornilládo que ántes de está bárridá
en grán escálá. Si experimentán esá sensácioá n es que el prográmá há sido
reálmente exitoso: ¿queá máá s se puede pedir en tán poco tiempo? Les deseo que
puedán vivir con verdáderá álegríáá está áventurá. Que se sientán fluir con máyor
ligerezá y disminuyá lá sensácioá n de que uno cárgá el universo á sus espáldás. Y
especiálmente que ál terminár con este prográmá, disminuya notoriamente lá
cántidád de ágentes indeseábles sentádos delánte de ustedes.
Recomendaciones generales

No deben reálizárse esfuerzos fíásicos ni mentáles que impliquen uná grán


exigenciá duránte los díáás que demándá lá ejecucioá n del prográmá. No es
bueno jugár deportes que ácárreán un grán gásto de energíáá, ni ejercitáciones
áeroá bicás como el trote, ciclismo, nátácioá n o áctividádes gimnáá sticás que
impliquen áltá movilidád o rápidez en los desplázámientos. Pero síá se puede
cáminár, y es deseáble hácerlo, luego de los dos o tres primeros díáás.
Conviene rodeárse de uná átmoá sferá de ciertá tránquilidád. Es recomendáble
álejárse del ruido y del veá rtigo, especiálmente duránte los primeros díáás.
Como párte de está necesidád es deseáble elegir muá sicá y pelíáculás ádecuádás
á lás circunstánciás. Es mejor álejárse de lá lecturá compulsivá de los diários,
pero no de lá buená literáturá.
Conviene empezár en viernes o sáá bádo, yá que los primeros díáás son los máá s
difíáciles y requieren descánso extrá. En generál, no háy que esforzárse
demásiádo: lá ideá es hácer lo míánimo en el desempenñ o hábituál. Si bien lás
dietás se encárgán solás de lográr está formá de funcionár, es bueno reforzár
lá cálmá desde lá concienciá movieá ndose con ciertá lentitud y respirándo máá s
profundo.
Es necesário ácostárse tempráno y descánsár cádá vez que uno se sientá
fátigádo: eá ste es un momento de “párár lá máá quiná”.
Cuálquier prográmá desintoxicánte produce ciertá fátigá o cánsáncio fáá cil,
ligádos á lá disminucioá n y álterácioá n de lá ingestá hábituál, áunque támbieá n
debido á lá eliminácioá n de toxinás en grán escálá. Este cánsáncio suele
presentárse duránte los primeros díáás y no debe preocupár á nádie. Támbieá n
pueden ápárecer descárgás de todo tipo: násáles, bronquiáles, urináriás,
fecáles, etc. Los máteriáles excretádos pueden tener ápárienciá y olores
diferentes á los hábituáles, ál iguál que lá tránspirácioá n de lá piel. Támbieá n es
hábituál que duránte los primeros díáás duelá un poco lá cábezá.

Indicaciones dietéticas del programa


No existen diferenciás notábles en cuánto ál efecto de los plánes dieteá ticos que se
presentán á continuácioá n. Tál vez el plán 2 seá máá s ápto párá lá temporádá fríáá,
pero esto no impide que cuálquierá de los tres puedán ponerse en práá cticá en
cuálquier momento del ánñ o. Todás lás ensáládás indicádás pueden condimentárse
con un poco de sál, áceite y limoá n. Cuándo se use vinágre debe ser de mánzánás.
Los áceites máá s áconsejábles son los de cáá rtámo, sojá, girásol y olivá. Los teá s ván
sin ázuá cár, pero se puede usár un poco de miel.
Los tres planes tienen una duración de diez días.

Plan 1: Frutas y Verduras


Desayuno: Frutas

Media mañana: Fruta diferente de la del desayuno

Mediodía: Ensalada de 3 a 6 verduras más dos tazas de caldo desintoxicante

Hambre entre comidas: Jugos de fruta o verdura

Cena: Dos o tres verduras al vapor más dos tazas del caldo desintoxicante.

El plan admite manzanas asadas al horno sin azúcar.

Plan 2: Cereales integrales


Este plan consiste en mantenerse durante los diez días exclusivamente con cereales
integrales, utilizando como bebidas algún te de hierbas, agua mineral y el caldo
desintoxicante.

Desayuno: Té de hierbas con pan integral (se le puede poner miel)

Mediodía: Arroz integral previamente hervido y calentado dentro del caldo


desintoxicante.

Merienda: Igual que el desayuno.

Cena: Igual que al mediodía.

Plan 3: Frutas, Verduras, Cereales y Lácteos


Por la mañana: Muesli de yogur / Jugo de frutas (se puede remplazar al muesli por
yogur sólo)

Al mediodía: Fruta / Verduras crudas en ensalada / Hortalizas cocidas

Por la noche: Muesli / Fruta fresca / Una rebanada de pan integral con queso
blanco.

En las comidas debe tomarse caldo desintoxicante. En caso de sed puede consumirse
jugos de fruta.
Receta del Muesli
Una o dos cucharadas soperas de copos de avena instantánea.

Añadir tres cucharadas soperas de agua fría y una cucharada sopera de jugo de
limón.

Agregar tres cucharadas soperas de yogur y una cucharada sopera de miel.

Revolver todo y agregar una manzana rallada y un poco de nueces o almendras.

Debe quedar una mezcla homogénea, más densa que una sopa pero menos que un puré.

Receta del caldo desintoxicante


Picar hortalizas en porciones pequeñas. Utilizar zanahoria, papa (ambas con cáscara),
cebollas, apio, puerro, zapallo y hojas de perejil. Agregar una o dos manzanas (sin
pelar) y un poco de sal. Dejar hervir el tiempo suficiente. Colar y guardar por separado.
Las verduras también pueden utilizarse.

Calentar cuando vaya a consumirse.

Transición y salida del plan desintoxicante


Se agregan por orden y durante algunos días, los alimentos que no se han consumido
según la dieta elegida: verduras, frutas, cereales integrales, lácteos y por último las
carnes.
Prevención de la gripe y estados gripales

Suponiendo que uno há decidido renunciár á unos díáás de descánso áutorizádos


por lá gripe, o bien, que existen motivos importántes párá negárse á ese
entrenámiento y puestá á punto del sistemá inmunoloá gico, áquíá ván álgunás
sugerenciás párá poner en márchá. Todás ellás son de áplicácioá n á pártir de
mediádos del otonñ o o cuándo se produzcán bruscos cámbios de temperáturá. Y
existen álgunás opciones de buenos y comprobádos resultádos:

1. Tomár diáriámente 1 o 2 grámos de Vitamina C (áá cido áscoá rbico).


2. Tomár cinco veces por semáná 6 gráá nulos del medicámento homeopáá tico
Influenzinum preparado a la 30 X, uná vez por díáá. Pueden pedirlo á lá fármáciá
homeopáá ticá exáctámente ásíá: un frásquito de gráá nulos de Influenzinum á lá 30 X.

3. El oligoelemento de eleccioá n párá prevenir lá gripe y sucedáá neos es el


Gluconato de Manganeso-Cobre. Se pide á lá fármáciá un frásco de 100 mililitros,
pero debe estár eláborádo como gluconáto seguá n lá teá cnicá de Meneè trier, no como
dilucioá n homeopáá ticá. Se tomá cinco veces por semáná, á lá mánñ áná y en áyunás.
Lá teá cnicá consiste en depositár 40 gotás debájo de lá lenguá, retenerlás duránte
dos minutos y luego trágár.

Es bueno utilizár támbieá n lá vitáminá C si es que uno optá por homeopátíáá o los
oligoelementos, yá que háy que elegir entre Influenzinum o Mángáneso-Cobre.
Todo bien, ¿pero queá hácer si lá prevencioá n frácásá o no se tomoá ninguná
precáucioá n y “me ágárroá lá gripe”? Entonces:

Tratamiento de la gripe con homeopatía

Estáá cláro que es mejor hácer prepárár con ánticipácioá n álguná de lás dos foá rmulás
que se exponen á continuácioá n, cosá de tenerlás listás si fuerá necesário párá
comenzár á tomárlás de inmediáto por que es lá uá nicá mánerá de tener eá xito en el
trátámiento. Uná ventájá muy importánte (y práá cticá) de los prepárádos
homeopáá ticos es que no vencen, ásíá que estáráá n siempre listos párá cuándo uno
los necesite. Háy uná foá rmulá en gotás y otrá en comprimidos:

En gotas:

Aconitum X 2
Aconitum X 10
Aconitum X 30
Aconitum X 200
Eucalyptus X 2
Eucalyptus X 10
Eucalyptus X 30 ana 0,4 g;
Ipecacuanha X 2
Ipecacuanha X 10
Ipecacuanha X 30
Ipecacuanha X 200 ana 0,2 g.
Contenido en etanol: 35% (vol.)

Los medicamentos van juntos (es un compuesto) en un frasco de 100 mililitros.

Posología:

En generál, 10 gotas en un poco de agua, 3 veces ál díáá. En áfecciones águdás,


como es el cáso de lá gripe, inicialmente 10 gotas cada 15 minutos (duránte 2
horás como máá ximo). Luego de lás dos primerás horás se vá espáciándo, de
ácuerdo á lá evolucioá n, de mánerá de quedár en tres tomás diáriás hástá dos díáás
despueá s de que háyán cesádo los síántomás. Y no háy riesgo de “excederse” en lás
dosis, porque lá homeopátíáá no produce efectos secundários.

En comprimidos, cada uno de ellos contiene:

Aconitum X 4 120 mg;


Bryonia X 4,
Lachesis X 12 ana 60 mg;
Eupatorium perfoliatum X 3,
Phosphorus X 5 ana 30 mg.

Excipientes: estearato de magnesio, lactosa.

Este compuesto se prepara en frascos que contienen 50 comprimidos.

Posología:

En generál, 1 comprimido 3-5 veces al día, dejáá ndolo disolver en lá bocá. En


áfecciones águdás, como lá gripe: 1 comprimido cada 15 minutos durante 2
horas como máximo. Y luego espáciár, como en el cáso de lás gotás.

Tratamiento de la gripe con oligoelementos

En el terreno purámente terápeá utico, es importánte sáber que tánto lá homeopátíáá


como lá oligoterápiá pueden dár excelentes resultádos. Háy váriedád de
medicámentos y compuestos homeopáá ticos muy eficáces, pero áquíá voy á
contárles álgo ácercá del uso de los oligoelementos debido á que los receto desde
háce vários ánñ os párá trátár los cuádros gripáles (entre otrás cosás) y no hán
lográdo desilusionárme.

Cláro que tienen un problema serio: son muy eficáces y muy bárátos si es que á
álguá n ministerio de sálud de álguá n páíás se les ocurrierá confeccionárlos párá uso
másivo. Y encimá háy trábájos y estádíásticá á fávor.

No pretendo áquíá explicár demásiádo extenso en queá consiste lá oligoterápiá. Pero


síá decir que los oligoelementos son importantes catalizadores biológicos,
indispensábles párá hácer funcionár el metábolismo de los seres vivos. Se los
denominoá ásíá debido á que se encuentrán en pocá cántidád (oligo significá poco),
lo cuál no les quitá lá relevánciá que tienen. Muchos de ellos son bien conocidos:
mángáneso, zinc, cobre, cobálto, hierro, selenio, oro, plátá, níáquel, fluá or, yodo,
áluminio, litio y bismuto. Y los primeros investigádores del temá, que se desárrolloá
en Fránciá, se ágrupáron en 1901 fundándo lá primerá “Sociedád meá dicá párá el
estudio de los oligoelementos”. Encontráron que diluidos en gluconatos (párá ser
eficázmente ábsorbidos por lá mucosá sublinguál) y en uná concentrácioá n
equiválente á su peso átoá mico resultábán excepcionálmente eficáces párá váriedád
de dolenciás. Investigáron, trátáron infinidád de personás, escribieron y
publicáron muchos trábájos.

¿Ustedes escucháron háblár del temá? Me imágino que iguál que quienes
estudiámos mediciná en lá fácultád.

O seá: nuncá, lá cuestioá n no existe.

Y, por fávor, no me pregunten por queá extránñ á rázoá n álgo que funcioná bien en
mediciná no se ensenñ á o es desconocido. ¿Tál vez porque, si bien lá máyoríáá de lás
publicáciones es posterior á 1950, nácioá en 1901?

¿Se trátá de uná cosá viejá, superádá?

En ábsoluto: lá uá nicá rázoá n es que los popes de lá mediciná los desconocen (pero si
álguien les preguntá probáblemente diráá n que no sirven sin siquierá háber
escuchádo de su existenciá) y á lás empresás fármáceá uticás no les hábráá párecido
buen negocio.

Bueno, y párá ir ál gráno, que esto se estáá extendiendo máá s que uná gripe: el
gluconato de cobre es notoriamente eficaz en cuadros infecciosos,
especiálmente si se lo ásociá con áá cido áscoá rbico (vitamina C). Y su efectividád es
muy notoriá en lás virosis como lá gripe, párá lás cuáles no háy demostrádo ninguá n
trátámiento eficáz en lá mediciná convencionál.

Ahorá, y como párá ir terminándo, voy á tránscribir un pásáje del libro


“Utilización terapéutica de los Oligoelementos” del doctor Picárd, donde se
refiere uná investigácioá n sobre lá gripe, cuyos resultádos concuerdán por completo
con los míáos.

Y consideá rese, támbieá n, un homenaje á quienes los investigáron con pásioá n y


eficáciá: el mismo Picárd y los doctores Bertránd y Meneè trier.

“1970.- Utilizámos el Cobre en el trátámiento de enfermedádes infecciosás y en


párticulár lá gripe, desde háce máá s de quince ánñ os. Hemos constátádo muy
regulármente que su empleo (de uná á tres ámpollás oráles de Cobre Oligosol ál
díáá) desde lá ápáricioá n de los primeros síántomás, detiene lá evolucioá n en máá s del
90% de los cásos y esto entre lás 24 y lás 48 horás.

“Despueá s, el páciente no experimentá lá cláá sicá ásteniá (cánsáncio) pos gripál.


“Buscándo el estáblecimiento de uná estádíásticá sobre dátos precisos, hemos
pedido á lá responsáble de un convento de religiosás encláustrádás que áplicárá
sistemáá ticámente este trátámiento desde los primeros síántomás gripáles á todá
religiosá que los presentárá, con excepcioá n de álgunás, curádás de formá cláá sicá.

“En ábril de 1970, volviendo á visitár á nuestros pácientes de esá comunidád,


fuimos cálurosámente grátificádos. A pesár de lá severá epidemiá que sácudioá
duránte el invierno, el nuá mero de personás encámádás por gripe fue restringido y
lás duráciones de indisponibilidád muy cortás. Estás son lás cifrás que se nos hán
comunicádo:

“Comunidád de 102 mujeres comprendidás entre los 20 y los 95 ánñ os. Sesentá
personás áquejádás de síántomás gripáles, 50 trátádás con Cobre Oligosol á rázoá n
de dos ámpollás oráles ál díáá duránte dos díáás, y uná duránte los tres díáás
siguientes.

“Resultados:

“De 50 enfermás trátádás, 49 estuvieron de pieá entre lás 24 y lás 48 horás, uná solá
tuvo que guárdár cámá duránte máá s de cinco díáás y quizáá porque hábíáá reveládo
tárdíáámente sus málestáres. Lás 49 restántes constátáron todás lá áusenciá de
ásteniá pos gripál. Lás 10 testigos no trátádás con Cobre, tuvieron que guárdár
cámá duránte máá s de cinco díáás y constátáron despueá s uná ásteniá importánte.
Algunás tuvieron complicáciones.

“Un ámplio estudio de lá áplicácioá n del Cobre cátálíático ál conjunto de lás


enfermedádes víáricás y microbiánás nos párece enormemente interesánte. Nuestrá
experienciá personál yá ántiguá, lo mismo que lá de nuestros coláborádores, nos
incitá á pensár que poseemos con lás simples ámpollás de Gluconáto de Cobre el
medio máá s seguro, máá s eficáz y menos peligroso de devolver ál orgánismo sus
cápácidádes de defensá ánte el ágresor infeccioso virál.”

¿Está muy cláro, no?

Si deciden usárlo, tienen que conseguir uná fármáciá que los elábore de ácuerdo á
lá teá cnicá de Meneè trier, tál cuál se explicoá párá el cáso del Mángáneso-Cobre en
cuánto á lá prevencioá n. Si lográn esá házánñ á, deben pedir un frásco que contengá
60 mililitros de Gluconáto de Cobre: está es lá cántidád párá uná personá (y uná
gripe).

Utilicen la misma técnica que yá se describioá párá el Mángáneso-Cobre: 40 gotás


debájo de lá lenguá, retener dos minutos, trágár y despueá s tomár dos grámos de
vitáminá C.

Frecuencia:

El primer y segundo díáá: tres veces.

El tercer y cuárto díáá: dos veces.


El quinto y sexto díáá: uná vez.

El trátámiento es muy eficáz si se comienza inmediatamente, en cuánto ápárecen


los primeros síántomás. Los oligoelementos ásíá prepárádos, tienen vencimiento á
los 45 díáás.

Es obvio que, debido ál desconocimiento y desintereá s ácercá de está teá cnicá, no les
vá á resultár fáá cil conseguirlos, á diferenciá de lás foá rmulás homeopáá ticás. Pero no
puedo dejár de decir que lá eficáciá del cobre + vitáminá C es fráncámente
excepcionál en los cuádros gripáles: es mi experienciá y lá de todos áquellos que
utilizáron está recetá desde que lá recomiendo, háce yá vários ánñ os.

Y yá que estámos, de páso, repetir uná vez máá s que en eso tendríáá que consistir lá
medicina: eficáciá, áusenciá de complicáciones, inexistenciá de peligrosos efectos
secundários de lás medicáciones indicádás y bájo costo.

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