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UN CAMINO

DE CONVERSIÓN

Inspirada en el discurso del Papa


Francisco a la Curia Romana en
Diciembre de 2014
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¿CÓMO UTILIZAR ESTE MATERIAL?

Las preguntas que te ofrecemos pretenden ayudarte a profundizar el mensaje del Papa Francisco.

No es necesario que recorras todas y cada una de las enfermedades respondiendo a las preguntas.

Comienza leyendo primero el mensaje del Papa. Deja que su catequesis sobre las enfermedades

espirituales resuene en tu corazón. Luego de que hayas “sentido y gustado internamente” [Ejercicios

Espirituales EE 2] su mensaje, escoge aquellos que más te han cuestionado sanamente. Una vez que

hayas elegido te dispondrás, con un corazón confiado en la misericordia de Dios, a profundizar en

ellos por medio de las preguntas. Como verás no es un material que puedas utilizar mientras estás en

la fila del confesionario, necesitas tomarte un tiempo para estar a solas con Dios.

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«Hermanos, las enfermedades y
tentaciones son naturalmente
un peligro para cada cristiano
y para cada curia, comunidad,
congregación , parroquia,
movimiento eclesial , y pueden
golpear sea a nivel individual
que comunitario.

Haciéndonos eco de las enseñanzas del Papa Francisco y deseosos de realizar un profundo y
auténtico camino de conversión, ofrecemos este material para ayudarte a preparar el corazón y
acercarte al sacramento de la reconciliación.

1. HUMILDAD FRENTE A LA ENFERMEDAD DE “LA INMORTALIDAD”

a.¿Descubro en mí la enfermedad de sentirme indispensable?


b.¿Asumo mis responsabilidades como un espacio de “poder”? ¿Hago alarde de ello para sentirme
superior a otros en lugar de ser servidor?
c.¿Al hablar con otros cultivo mi propia imagen? ¿Desfiguro la imagen de Dios impresa en los demás
por medio de las habladurías y chismes?
d.-En mi comunidad o familia, ¿promuevo instancias de sana autocrítica o corrección fraterna para
crecer y mejorar?

2. ORACIÓN Y DESCANSO FRENTE AL ACTIVISMO

a.¿Me encuentro sumergido en una excesiva laboriosidad descuidando a mis seres queridos? ¿Dedico
tiempo a estar con mi familia?
b.¿Cuido mi salud del estrés? ¿Exijo a mi cuerpo más de lo que puede sobrellevar?
c.¿Busco espacios o momentos de oración o de participación en la misa para estar un rato a solas con
Dios?
d.En mi comunidad o familia, ¿Reparto bien el tiempo entre mis quehaceres, responsabilidades y
descanso? ¿Ayudo a que otros den un tiempo a cada cosa?

“La enfermedad de sentirse “inmortal”, “inmune” o incluso “indispensable”


descuidando los necesarios y habituales controles. Esta deriva frecuentemente de
la patología del poder, del ‘complejo de los Elegidos’, del narcisismo que mira
apasionadamente la propia imagen y no ve la imagen de Dios impresa en el
rostro de los otros, especialmente de los más débiles y necesitados. El antídoto a
esta epidemia es la gracia de sentirnos pecadores y de decir con todo el corazón :
‘Somos siervos inútiles. Hemos hecho lo que teníamos que hacer’ (Lc 17,10).”
Papa Francisco

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3. EMPATÍA Y CERCANÍA FRENTE AL “CORAZÓN DE PIEDRA”

a.¿Miro a los demás como hermanos a los que ayudar o les aplicó “la ley” de Dios sin más?
b.¿Soy sensible y atento al dolor y necesidades de los demás? ¿Dejo que sus problemas me afecten o
soy un “profesional” de la religión?
c.¿Mi corazón se encuentra endurecido e indiferente ante las “fragilidades” de mis hermanos?
d.¿Promuevo los mismos sentimientos de Jesús de donación y generosidad o soy apegado a “mis
cosas”?

“La enfermedad de la ‘fosilización’ mental y espiritual . (…) pierden la serenidad


interior, la vivacidad y la audacia y se esconden bajo los papeles convirtiéndose en
‘máquinas de prácticas’ y no ‘hombres de Dios’ (cfr. Eb 3,12).
Es la enfermedad de quienes pierden ‘los sentimientos de Jesús’ (cfr Fil 2,5-11)
porque su corazón , con el pasar del tiempo, se endurece y se convierte en incapaz
de amar incondicionadamente al Padre y al prójimo (cfr Mt 22, 34-40). Ser cris-
tiano, de hecho, significa ‘tener los mismos sentimientos que fueron de Jesucristo’
(Fil 2,5), sentimientos de humildad y de donación , de desapego y de generosidad”
Papa Francisco

4. LIBERTAD INTERIOR FRENTE AL “FUNCIONALISMO”

a.¿Estoy atento a los «signos de los tiempos» o simplemente aplico la receta de “siempre se ha hecho
así”? ¿Soy abierto a la novedad y a los cambios o me aferro a defender lo “antiguo”?
b.¿Confío más en la planificación excesiva antes que en la frescura del Espíritu Santo?
c.¿Estoy atento, en la misión, a la novedad muchas veces desconcertante del Espíritu Santo?
d.En la comunidad o familia ¿en qué situaciones concretas tenemos la pretensión de domesticar al
Espíritu Santo?

“La enfermedad de la excesiva planificación y del funcionalismo. Cuando


el apóstol planifica todo minuciosamente y cree que si hace una perfecta
planificación las cosas efectivamente progresan , convirtiéndose de esta manera
en un contador. En realidad, la Iglesia se muestra fiel al Espíritu Santo en
la medida en que no tiene la pretensión de regularlo y de domesticarlo…
-domesticar al Espíritu Santo- Él es frescura, fantasía, novedad.”
Papa Francisco

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5. UNIDAD Y COMUNIÓN FRENTE AL INDIVIDUALISMO

a.¿Me gusta ser protagonista y centro en las relaciones o doy lugar a los demás?
b.¿Padezco la soberbia de “no necesitar de los demás”? ¿Estoy en “todo” y “haciendo de todo” sin
dar lugar a otros a crecer y madurar?
c.¿Estoy dispuesto a colaborar para crecer en comunión con los demás o busco personas que sean
“útiles” para los proyectos personales?
d.En la comunidad o familia, ¿pongo a consideración de los demás lo que hay que resolver o hago
siempre lo que quiero? ¿Soy signo de unidad con todos o colaboro sólo con aquellos que me caen
bien?
“La enfermedad de la mala coordinación . Cuando los miembros pierden la
comunión entre ellos y el cuerpo pierde su armonioso funcionamiento y su
templanza, se convierten en una orquesta que produce ruido porque sus miembros
no colaboran y no viven el espíritu de comunión y de equipo. Cuando el pie dice
al brazo: ‘no te necesito’ o la mano dice a la cabeza ‘mando yo’, causa malestar
y escándalo.”
Papa Francisco

6. GRATITUD FRENTE AL “OLVIDO”

a.¿Confío en mí mismo y en el Señor o vivo dependiente de la opinión de los demás? ¿Soy abierto a
las opiniones ajenas o las rechazo por completo?
b.¿Conservo una memoria agradecida de la fidelidad del Señor en mi historia o dudo de su presencia
en las dificultades?
c.¿Soy capaz de renunciar a mis caprichos y esquemas mentales para enriquecer mi vida con
experiencias ajenas?
d.¿Me convertí en “mi propio ídolo” rindiendo honor a mis propias pasiones o caprichos? ¿Me dejo
enriquecer por lo que aportan los demás?

“La enfermedad del ‘Alzheimer espiritual’, es decir el olvido de la ‘historia de la


salvación’, de la historia personal con el Señor, del ‘primer amor’ (Ap 2,4). Lo
vemos en aquellos que han perdido la memoria de su encuentro con el Señor;
en quienes no tienen sentido deuteronómico de la vida; en aquellos que dependen
completamente de su presente, de las propias pasiones, caprichos y manías, en
quienes construyen a su alrededor muros y hábitos se convierten , cada vez más, en
esclavos de los ídolos que han esculpido con sus propias manos.
Papa Francisco

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7. VERDAD FRENTE A LA “APARIENCIA”

a.¿Busco caminar en la Verdad o estoy enfermo de apariencias? ¿Cultivo vivir en la verdad o me


preocupo más por aparentar?
b.¿Considero a los demás como “superiores a mí mismo” o busco ser yo superior a ellos? ¿Soy
humilde para reconocer los dones y carismas de los demás o los rebajo denigrándolos?
c.¿De qué apariencias vivo hoy? ¿Quiero vivir en la Verdad?
d.En mi comunidad o familia, ¿vivimos tiempos de falso misticismo y quietismo?

“La enfermedad de la rivalidad y de la vanagloria. Cuando la apariencia, los


colores de la ropa o las medallas honoríficas se convierten en el primer objetivo
de la vida, olvidando las palabras de San Pablo: ‘No hagan nada por rivalidad
o vanagloria, sino que cada uno de ustedes, con humildad, considere a los otros
superiores a sí mismo. Cada uno no busque el propio interés, sino también el de los
otros (Fil 2,1-4). Es la enfermedad que nos lleva a ser hombres y mujeres falsos y
a vivir un falso ‘misticismo’ y un falso ‘quietismo’. “
Papa Francisco
8. AUTENTICIDAD FRENTE A “LA DOBLE VIDA”

a.¿Vivo mi espiritualidad al margen de mi vida cotidiana? ¿”Predico” principios y mandamientos que


luego no cumplo?
b.¿Vivo atrapado en un espiral de hipocresía?
c.En mis servicios en la Iglesia, ¿he perdido de vista la importancia de las personas y los sanos criterios
pastorales?
d.¿Contribuyo a mantener una comunidad burocrática? ¿Soy responsable de mantener una familia de
principios pero sin hábitos sanos?

“La enfermedad de la esquizofrenia existencial . Es la de quienes viven una doble


vida, fruto de la hipocresía típica del mediocre y del progresivo vacío espiritual
que licenciaturas o títulos académicos no pueden llenar. Una enfermedad que
sorprende frecuentemente a los que abandonan el servicio pastoral , se limitan a
las cosas burocráticas, perdiendo de esta manera el contacto con la realidad, con
las personas concretas. Crean así un mundo paralelo, en donde ponen de parte
todo lo que enseñan severamente a los demás e inician a vivir una vida oculta y
a menudo disoluta.”
Papa Francisco

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9. TRIGO FRENTE A LA “CIZAÑA”

a.¿Soy cómplice con chismes, murmuraciones y habladurías? ¿Hablo bien de los demás, les deseo el
bien?
b.¿Cuál es mi reacción cuando me vienen a hablar mal de los demás?
c.¿Juzgo a los demás por “lo que dicen” sin conocer la verdad?
En mi comunidad o familia ¿soy sembrador de cizaña? ¿Cuido lo suficiente no hablar ni dejar hablar
mal de los demás?

“La enfermedad de los chismes, de las murmuraciones y de las habladurías. De


esta enfermedad ya he hablado en muchas ocasiones, pero nunca lo suficiente. Es
una enfermedad grave, que inicia simplemente, quizá solo por hacer dos chismes
y se adueña de la persona haciendo que se vuelva ‘sembradora de cizaña’ (como
Satanás), y, en muchos casos casi ‘homicida a sangre fría’ de la fama de los
propios colegas y hermanos. Es la enfermedad de las personas cobardes que, al no
tener la valentía de hablar directamente, hablan a las espaldas de la gente. San
Pablo nos advierte: hacer todo sin murmurar y sin vacilar, para ser irreprensibles y
puros (Fil 2,14.18). Hermanos, ¡cuidémonos del terrorismo de los chismes!”
Papa Francisco

10. GENEROSIDAD FRENTE A “DIVINIZAR A OTROS”

a.¿Soy generoso y atentos con todos o sólo con aquellos que me pueden devolver un favor? ¿Adulo a
los débiles para recibir beneficios?
b.¿Halago a los que tienen algún tipo de autoridad o poder para recibir favores?
c.En algún momento, ¿he sido víctima del oportunismo divinizando a las personas y no a Dios?
d.¿Vivo pensando en lo que me conviene obtener antes que en lo que debo dar?

“La enfermedad de divinizar a los jefes: es la enfermedad de los que cortejan a


los superiores, esperando obtener su benevolencia. Son víctimas del carrerismo
y del oportunismo, honran a las personas y no a Dios (cfr Mt 23-8.12). Son
personas que viven el servicio pensando únicamente en lo que deben obtener y
no en lo que deben dar. Personas mezquinas, infelices e inspiradas solamente por
el propio egoísmo (cfr Gal 5,16-25). Esta enfermedad podría golpear también
a los superiores cuando cortejan a algunos de sus colaboradores para obtener
su sumisión , lealtad y dependencia psicológica, pero el resultado final es una
verdadera complicidad.”
Papa Francisco

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11. COLABORACIÓN VS LA “INDIFERENCIA”

a.¿Soy indiferente ante las necesidades de los demás? ¿Soy envidioso cuando a los demás les va bien?
b.¿Tengo relaciones de sincera colaboración con los demás o sólo interesadas?
c.¿Pienso sólo en mí mismo y me niego a compartir mi experiencia con los otros?
d.¿Siento alegría cuando mi hermano se cae o colaboro en levantarlo y animarlo?

“La enfermedad de la indiferencia hacia los demás. Cuando cada uno sólo
piensa en sí mismo y pierde la sinceridad y el calor de las relaciones humanas.
Cuando el más experto no pone su conocimiento al servicio de los colegas menos
expertos. Cuando se sabe algo se posee para sí mismo en lugar de compartirlo
positivamente con los otros. Cuando, por celos o por astucia, se siente alegría viendo
al otro caer en lugar de levantarlo y animarlo.”
Papa Francisco

12. ALEGRÍA FRENTE A LA “CARA DE FUNERAL”

a.¿Considero que la seriedad va unida a la melancolía y severidad?


b.¿Pienso que la alegría va unida a la risa descontrolada y a la burla?
c.¿Tengo un espíritu alegre a pesar de las dificultades que me tocan vivir?
d.En mi comunidad o familia, ¿contagiamos alegría y buen humor?

“La enfermedad de la cara de funeral . Es decir, la de las personas bruscas y


groseras, quienes consideran que para ser serios es necesario pintar el rostro de
melancolía, de severidad y tratar a los demás -sobre todo a los que consideran
inferiores- con rigidez, dureza y arrogancia. En realidad, la severidad teatral y
el pesimismo estéril son a menudo síntomas de miedo y de inseguridad de sí.
(…). Un corazón lleno de Dios es un corazón feliz que irradia y contagia con la
alegría a todos los que están alrededor de él : se ve inmediatamente (…).”
Papa Francisco

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13. COMPARTIR FRENTE A “LA ACUMULACIÓN”

a.¿Estoy acumulando bienes materiales sólo para sentirme seguro?


b.Cuándo me siento triste y desganado ¿salgo a comprar algo para pasar “el mal rato”?
c.¿Me considero miserable y pobre frente a los demás?
d.¿Qué debería cambiar en mí para compartir mis bienes con los más necesitados?

“La enfermedad de la acumulación : cuando el apóstol trata de llenar un vacío


existencial en su corazón acumulando bienes materiales, no por necesidad, sino
solo para sentirse él seguro (…). A estas personas el Señor repite ‘tú dices soy rico,
me he enriquecido, no tengo necesidad de nada. Pero no sabes que eres un infeliz,
un miserable, un pobre, un ciego y desnudo… Sé pues celoso y conviértete’
(Ap 3,17-19) (…).”
Papa Francisco

14. UNIVERSALIDAD FRENTE A “LOS CÍRCULOS CERRADOS”

1.¿Cómo me relaciono con los demás? ¿Margino a los demás que no coinciden con mi parecer, sentir
y querer?
2.¿En algún momento valoré más la pertenencia a mi grupito que la pertenencia a todo el Cuerpo?
¿Tengo capacidad de diálogo con el que piensa diferente? ¿Respeto la diversidad?
3.¿Busco a los que piensan como yo para armar mi propio ejército en lugar de formar una
comunidad?
4.En mi comunidad o familia, ¿favorezco la apertura a una relación más abierta y universal?

“La enfermedad de los círculos cerrados en donde la pertenencia al grupito se


vuelve más fuerte de la pertenencia al Cuerpo y, en algunas situaciones, a Cristo
mismo. También esta enfermedad comienza siempre de buenas intenciones, pero,
con el paso del tiempo, esclaviza a los miembros convirtiéndose en un ‘cáncer’ que
amenaza la armonía del Cuerpo y causa tanto mal –escándalos- especialmente a
nuestros hermanos más pequeños (…).”
Papa Francisco

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15. ENTREGA VS “PROVECHO MUNDANO”

a.¿Suelo transformar mi servicio en poder o mi poder es servir a los más necesitados?


b.¿Busco ser indispensable en el servicio a los que tienen autoridad para ganarme su beneplácito?
c.¿Me entrego cotidianamente sin buscar reconocimiento o lo hago buscando ser halagado y
reconocido por los demás? ¿Busco el aplauso mundano?
d.En mi comunidad o familia, ¿se multiplican servicios generosos o se buscan espacios de poder bajo
el manto del servicio?

“La enfermedad del provecho mundano, del exhibicionismo, cuando el apóstol


transforma su servicio en poder, y su poder en mercancía para obtener provechos
mundanos o más poderes. Es la enfermedad de las personas que buscan infati-
gablemente el multiplicar poderes y por este objetivo son capaces de calumniar, de
difamar y de desacreditar a los demás, incluso en periódicos y en revistas (…).”
Papa Francisco

“Es necesario aclarar que es sólo el Espíritu Santo –el alma del Cuerpo
Místico de Cristo, como afirma el Credo: ‘Creo… en el Espíritu Santo, Señor
y vivificador’- quien cura cada enfermedad. Es el Espíritu Santo quien
sostiene cada sincero esfuerzo de purificación y de cada buena voluntad de
conversión . Es Él quien nos da a entender que cada miembro participa en la
santificación del cuerpo y a su debilitamiento (…).

La curación es también fruto de la conciencia de la enfermedad y de la


decisión personal y comunitaria de curarse soportando pacientemente y con
perseverancia la curación .

Por lo tanto, estamos llamados a vivir ‘según la verdad en la caridad,


tratando de crecer en cada cosa hacia Él , que es el jefe, Cristo, de quien todo
el cuerpo, bien compaginado y conectado, mediante la colaboración de cada
empalme, según la energía propia de cada miembro, recibe fuerza para crecer
en manera de edificar a sí mismo en la caridad (Ef 4, 15-16).”
Papa Francisco

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