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ORIENTACIONES PARA LA EVALUACIÓN


PSICOPEDAGÓGICA DE ALUMNOS CON
DISCAPACIDAD AUDITIVA
Nieves ALEMÁN
(Orientadora del módulo de Audición y Lenguaje)
Curso 08/09
Centro de Recursos de Educación Especial de Navarra. Módulo de Audición y Lenguaje
INDICE
1. EL DIAGNÓSTICO MÉDICO
1.1. Tipos de pérdidas auditivas
1.2. Grados de pérdida auditiva
1.3. Implicaciones de la discapacidad auditiva en función del grado
1.4. Variables que inciden en las implicaciones
2. EVALUACIÓN DE LAS IMPLICACIONES
2.1. Necesidades educativas especiales de los alumnos sordos
2.2. Objetivos de la evaluación
2.3. Modalidad y estrategias de comunicación durante la evaluación
2.4. Contenidos de la evaluación
2.4.1. Análisis de las implicaciones de la discapacidad auditiva en
el alumno
2.4.2. Análisis del contexto escolar
2.4.3. Análisis del contexto familiar
3. MOMENTOS DE EVALUACIÓN
3.1. Evaluación de alumnos sordos
3.1.1. Inicio de la etapa de Educación Infantil (2º ciclo)
3.1.2. Finalización de la etapa de Educación Infantil
3.1.3. Finalización de la etapa de Educación Primaria
3.1.4. Evaluaciones de seguimiento
3.2. Evaluación de alumnos hipoacúsicos
3.2.1. Finalización de la etapa de Educación Infantil
3.2.2. Finalización de la etapa de Educación Primaria
4. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL PROCESO Y LOS
INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
5. PRUEBAS ESTANDARIZADAS PARA LA VALORACIÓN DE LA
AUDICIÓN, EL LENGUAJE ORAL Y EL LENGUAJE ESCRITO
BIBLIOGRAFIA
La evaluación psicopedagógica es un proceso de recogida de información de análisis e
identificación de necesidades educativas especiales para la toma de decisiones. La
información se recaba del alumno, del contexto escolar y del familiar, de forma compartida
entre los profesionales de las UAE y de los Departamentos de Orientación.
1. EL DIAGNÓSTICO MÉDICO
El diagnóstico del otorrino informa del tipo y el grado de pérdida auditiva y en función de
ello se puede llegar a inferir las repercusiones en el desarrollo lingüístico, comunicativo,
cognitivo, personal y social.
1.1. Tipos de pérdida auditiva
El tipo de déficit auditivo tiene que ver con el lugar donde se encuentra el
problema o la lesión:
- Hipoacusias transitorias. La pérdida auditiva es de tipo conductivo (oído externo y medio).
Este déficit implica que se oye menos, es decir, se necesita más intensidad para oír con
comodidad. Tienen solución médica.
- Hipoacusias permanentes. La pérdida auditiva es de tipo neurosensorial o de percepción
(oído interno). Los grados de pérdida son diferentes. Este déficit implica que se oye menos
y que además el lenguaje se percibe de forma distorsionada. El grado de pérdida puede ir
en aumento. No tienen solución médica y en función del grado de déficit se debe recurrir al
uso de prótesis auditivas personales (audífonos o implante coclear).
- Hipoacusias unilaterales. El déficit auditivo solo se da en un oído.
- Hipoacusias bilaterales. El déficit auditivo se da en los dos oídos.
1.2. Grados de pérdida auditiva
Las pérdidas auditivas de tipo neurosensorial se clasifican según el grado de
pérdida:
- Leve. Pérdida entre 20-40 decibelios. Se oye con incomodidad en situaciones acústicas no
óptimas. Puede tener implicaciones en el desarrollo del habla (procesos fonológicos).
- Moderada o media. Pérdida entre 40-70 decibelios. Oyen menos y no entienden bien porque
no perciben todos los fonemas del lenguaje, especialmente si se acerca a los 70
decibelios. Hay repercusiones en el desarrollo del lenguaje. Se requiere el uso de
audífonos.
- Severa. Pérdida entre 70-90 decibelios. No perciben muchos sonidos del lenguaje por lo que
se produce repercusiones muy graves en el desarrollo del mismo. Se requiere el uso de
audífonos.
- Profunda. Pérdida a partir de 90 decibelios. Solo oyen ruidos fuerte y especialmente por el
componente vibratorio. La repercusión es la mudez o la ausencia de lenguaje oral. A partir
de este grado de pérdida se coloca un implante coclear.
1.3. Implicaciones de la discapacidad auditiva en función del grado
En función del tipo y del grado de pérdida auditiva se puede inferir una serie de
repercusiones en el desarrollo del lenguaje oral.
Implicaciones de un déficit auditivo de grado moderado o severo de nivel
I (hipoacusias):
o

Dificultad para oír sonidos a baja intensidad.


o

Dificultad para percibir el habla en ambientes ruidosos, a distancia


o mensajes se emiten de voz baja.
o

Dificultad para seguir conversaciones rápidas.


o
Dificultad para percibir con total inteligibilidad palabras que presentan una cierta
complejidad en la composición fonológica y que son poco frecuentes o desconocidas para
el alumno.
o

Los audífonos palian la intensidad pero no restablecen totalmente


una percepción clara del lenguaje.
- Implicaciones de un déficit auditivo de grado severo de nivel II y
profundo (sorderas):
o

Menor control del entorno.


o

El lenguaje oral no se desarrolla sin ayuda.


o

Menos experiencias o menor nivel de información.


o

Desarrollo cognitivo más lento.


o

Dificultades en el desarrollo personal y en integración social.


o

Dificultades en el desarrollo de los procesos lectores.


1.4. Variables que inciden en las implicaciones
Así mismo es necesario tener presentes otras variables que van a paliar o agravar las
graves implicaciones de una discapacidad auditiva profunda o severa. Las variables que
hay que tener presentes son:
Edad de inicio. La mayoría de los alumnos sordos nacen con una pérdida profunda o la
adquieren antes de desarrollar el lenguaje. Son pérdidas prelocutivas. Algunos otros van
perder la audición después de haber desarrollado el lenguaje. Son pérdidas postlocutivas.
- Precocidad en el diagnóstico y en la intervención. Es importante, para el desarrollo de la
fonología, contar con amplificación auditiva en el primer año de edad. Un acceso a los
audífonos o al implante coclear más allá de la edad crítica (6 años) de plasticidad cerebral,
va a limitar de forma muy importante el acceso al lenguaje oral y como consecuencia al
lenguaje escrito.
- Eficacia de la ayuda protésica. Las implicaciones son diferentes según si el alumno sordo
puede llegar a desarrollar una audición funcional a través del implante o del audífono o
solo consigue una audición residual y debe acceder al lenguaje oral a través de la
labiolectura, en situaciones estructuradas de enseñanza y mediante una intervención muy
específica. En este caso, el nivel que alcanza en el dominio de todos los aspectos del
lenguaje es limitado.
- Problemas asociados. Hay pérdidas auditivas que son un síntoma más de un síndrome o
consecuencia de un problema prenatal, perinatal o postnatal y pueden conllevar otras
dificultades o discapacidades en el desarrollo motor, cognitivo, del habla, del lenguaje o de
la comunicación.
- Ambiente familiar. El contexto familiar es un ámbito fundamental en el
desarrollo del lenguaje y de la comunicación de los niños sordos y, por lo
tanto es importante el ajuste comunicativo y educativo de los padres a
las necesidades y posibilidades de su hijo.
2. EVALUACIÓN PSICOPEDAGÓCIA
Un alumno con una discapacidad auditiva profunda tiene una dificultad de recepción y de
comprensión del lenguaje oral y escrito. La mayoría de las pruebas o de los
procedimientos de evaluación tienen un componente lingüístico importante, bien sea para
poder explicar la tarea o para desarrollarla. Por lo tanto, la evaluación de un alumno con
discapacidad auditiva exige al evaluador una serie de reflexiones antes de iniciar el
proceso:
o

En primer lugar, es necesario analizar si el objeto de evaluación es conocer la


competencia en lenguaje oral o escrito o bien se trata de evaluar otro tipo de capacidades,
para decir sobre la conveniencia o no de introducir adaptaciones lingüísticas.
o

Decidir el código de comunicación que se debe establecer con el alumno. Si el evaluador


no tiene el suficiente conocimiento de signos para establecer una comunicación bimodal o
en lengua de signos, deberá ser ayudado por el profesional del centro que conozca esta
lengua.
o

Si se puede establecer una comunicación oral, será necesario saber si el alumno tiene
audición funcional o la recepción del lenguaje es por labiolectura con la finalidad de
desarrollar e intensificar determinadas estrategias de comunicación. El evaluador debe
conocer las estrategias para facilitar la comunicación con alumnos sordos.
o

Si el objeto de evaluación no es la competencia en lenguaje oral o escrito, se deberá


planificar las posibles adaptaciones lingüísticas en la formulación de preguntas o
enunciados (vocabulario y estructuras) de las pruebas.
Asimismo, la discapacidad auditiva exige a lo largo del proceso de evaluación recoger
también información del contexto físico y comunicativo en el que se establece la
interacción con el alumno. Algunas de las variables que se deben analizar del interlocutor y
del contexto físico son:
La distancia entre interlocutor y alumno.
o

La claridad en la vocalización y en la visualización de la boca del


interlocutor.
o

El acompañamiento que se hace al lenguaje: gestos, expresión facial,


señalizaciones contextuales o referencias visuales.
o

Las ayudas para facilitar la recepción: subir tono de voz, repetir la


pregunta, articular con más claridad, reducir el ritmo del habla.
o

Las adaptaciones lingüísticas en las preguntas o enunciados: vocabulario más usual,


formulación de estructuras más cortas y sencillas.
o

El tiempo que se deja para que responda el alumno y la cantidad de


turnos que se destina al él.
o

El nivel de ruido de fondo.


Por último, la interpretación de las pruebas es diferente según las implicaciones del déficit
auditivo. No es lo mismo interpretar unas pruebas cuando el acceso al lenguaje oral es
sólo visual y en situación de enseñanza o cuando el acceso se puede hacer a través de
una audición funcional y en contextos no formales.
La evaluación psicopedagógica debe partir de una recogida de información relevante de la
historia médica, personal y educativa del alumno y de su contexto familiar, para inferir
posibles implicaciones del déficit auditivo así como de otras variables que pueden estar
presentes.
En función de la información recogida, del conocimiento de las necesidades educativas
especiales que puede presentar el alumnado sordo, de la edad actual del alumno y de los
objetivos de la evaluación se podrá decidir el qué evaluar y los procedimientos y
estrategias de evaluación.
Una discapacidad auditiva profunda puede conllevar implicaciones muy diferentes en
función de las diferentes variables que se han expuesto, y por lo tanto, el qué evaluar, los
procedimientos y la interpretación de los resultados son también diferentes. Podemos
evaluar a:
– Alumnos sordos sin ningún tipo de lenguaje o con un grave retraso
en el desarrollo del mismo.
– Alumnos sordos signantes, con un limitado desarrollo del lenguaje
oral y sin posibilidad de una labiolectura funcional.
– Alumnos sordos que reciben el lenguaje oral a través de la
labiolectura.
– Alumnos sordos con habla normalizada y un desarrollo de la audición
y del lenguaje oral funcional, pero no normal.
Además, también se evaluará a alumnos hipoacúsicos con diferentes
implicaciones en el desarrollo del habla y del lenguaje oral.
2.1. Necesidades educativas especiales de los alumnos sordos
El conocer las necesidades educativas que plantean los alumnos sordos va a orientar la
evaluación psicopedagógica ya que del análisis y valoración de los resultados de la misma,
se deberá identificar las necesidades educativas especiales de cada alumno en particular.
El análisis de los resultados de la evaluación deberá servir para:
– Decidir el código de comunicación y de enseñanza más eficaz en
cada momento.
– Plantear un programa específico de audición y lenguaje oral y escrito
en función del nivel en el que se encuentre el alumno y de las
dificultades que presenta.
Introducir modificaciones en la forma de explicar y de enseñar en el
aula, para posibilitar la participación en la información, en el
aprendizaje y en las relaciones que se generan en el aula.
– Priorizar, adaptar o modificar la temporalización de los contenidos
para optimizar el desarrollo cognitivo y responder a las necesidades
educativas especiales.
– Introducir medidas de ayuda que faciliten el desarrollo personal y
social.
– Asesorar y ayudar a las familias.
2.2. Objetivos de la evaluación
La información que se recoja puede tener como objetivo:
– Proponer la medida organizativa de escolarización más adecuada y
los recursos que va a necesitar.
– Identificar las necesidades educativas especiales del alumno y para
ellos se necesitará:
Conocer las repercusiones del déficit en las competencias, capacidades y habilidades
objeto de desarrollo por el currículo escolar.
o

Identificar los condicionantes personales y sociales que dificultan o facilitan el aprendizaje,


el desarrollo personal y la integración social.
– Organizar la respuesta educativa. Con la información recabada se
podrá decidir sobre:
o

Gestión, modalidad y estrategias de comunicación.


o

Metodología y evaluación.
o

Contenidos del currículo.


o

Desarrollo personal y social.


o

Contenidos específicos de audición, lenguaje oral y escrito.


o
Adaptación y elaboración de material didáctico del alumno.
– Ayudar y orientar a la familia. De la información recabada del contexto
familiar se podrá conocer:
o

Las orientaciones que se requiere facilitar para establecer una comunicación eficaz,
ayudar en el desarrollo del lenguaje, y colaborar en los aprendizajes.
o

Las orientaciones sobre aspectos médicos y audioprotésicos


2.3. Modalidad y estrategias de comunicación durante la evaluación
En función de la competencia en lengua oral y del canal de recepción se
decidirá la forma en como se va a establecer la interacción:
– Lenguaje oral con ajustes para facilitar una adecuada recepción y
comprensión de las consignas, bien sea por audición o bien por
labiolectura.
– Comunicación bimodal. El evaluador, a la vez que habla signa lo que
dice.
– Lengua de signos. El evaluador utiliza la lengua de signos.
Si el evaluador no conoce signos, se deberá contar con la mediación del
profesorado del alumno competente en esta lengua.
Es necesario asegurar una buena comprensión de las consignas. Los ajustes
que se pueden realizar son:
– Facilitar la recepción del lenguaje oral:
o

Articular con claridad.


o

Moderar el ritmo del habla.


o

Hablar de frente.
o

Hablar con un tono más elevado.


Repetir consignas y asegurar lo que ha entendido (pedir que repita lo
que tiene que hacer).
– Facilitar la comprensión de los enunciados y preguntas, siempre que no
se esté evaluando el nivel de competencia lingüística:
o

Utilizar un vocabulario familiar y estructuras cortas y sencillas


o

Utiliza mayor cantidad de referencias gestuales, visuales y


contextuales.
o

Utilizar signos.
o

Realizar preguntas más cortas y sencillas.


– Facilitar la comprensión de la tarea.
o

Poner más ejemplos.

2.4. Contenidos de evaluación


2.4.1. Análisis de las implicaciones de la discapacidad auditiva en el alumno
Una discapacidad auditiva tiene implicaciones en el desarrollo de la audición y del lenguaje
en todos sus aspectos y vertientes. Pero además es necesario obtener información de las
ayudas que mejoran la respuesta con la finalidad de orientar estrategias de comunicación
y enseñanza.
o

Utilizar la demostración, el dibujo u otro tipo de representaciones.


Las ayudas que se faciliten, orientan las estrategias de comunicación y de
enseñanza para el aula.
Código y estrategias de comunicación

Qué evaluar Procedimiento


Del evaluador o interlocutor Observación a lo largo de la interacción.
 Se comprobará a lo largo de la
evaluación la funcionalidad de las
estrategias y de la modalidad de la
comunicación.
- A través del lenguaje oral:
recepción auditiva o recepción a
través de la labiolectura.
- A través de la comunicación
bomodal: Se comprobará si el uso
del sistema de signo ha de ser
sistemático o puntual. O bien si es
una ayuda para la expresión.
 Se analizarán las ayudas que
introduce el interlocutor y qué son
más eficaces para establecer y
mantener la comunicación.
Del alumno
 El código y las estrategias que
utiliza el niño para la comunicación

Habilidades auditivas

Qué evaluar Procedimiento


Del evaluador o interlocutor Observación a lo largo de la interacción.
 Se comprobará a lo largo de la
evaluación la funcionalidad de las
estrategias y de la modalidad de la
comunicación.
- A través del lenguaje oral:
recepción auditiva o recepción a
través de la labiolectura.
- A través de la comunicación
bomodal: Se comprobará si el uso
del sistema de signo ha de ser
sistemático o puntual. O bien si es
una ayuda para la expresión.
 Se analizarán las ayudas que
introduce el interlocutor y qué son
más eficaces para establecer y
mantener la comunicación.
Del alumno
 El código y las estrategias que
utiliza el niño para la comunicación

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