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EL HOMBRE Y EL LENGUAJE

La magnificencia de la creación universal contempla la hombre como el rey de todo lo que


existe, porque revestido de humanidad posee poderes exclusivos a su naturaleza donde la
capacidad de pensar y actuar, visionando su propia felicidad, le permite la transmisión de
este a través de un lenguaje cultural que le da la fuerza a sus palabras una ciencia formal que
llamamos lenguaje, representado en una serie de simbologías absolutas que por medio de
unos mecanismos físicos se traducen en palabras las cuales dan paso al entendimiento y el
raciocinio para vivir en comunidad con plena felicidad; consiguiendo el desarrollo
equilibrado de una vida comunitaria que permea la convivencia pacífica, la cual le
proporciona el cultivo de un autoestima, elevando su dignidad de ser superior en una
naturaleza donde los otros seres, solo pueden identificar signos inconscientes, ya que sea
ladridos, vuelos, chillidos, etc, con la que el mismo humano ha interpretado la relación de
estos como señal de comunicación para permitirse una relación, si se pudiera decir de vida
comunitaria de las diferentes especies de animales, sin señal, eso si de una orden o poder de
conciencia sino bajo el mecanismo de leyes u órdenes de su misma naturaleza.
Sin embargo ni las ciencias fácticas ni formales destacaron en sus investigaciones, la
curiosidad de plantear el gran beneficio desde la creación del hombre que nos prestó desde
el desarrollo del lenguaje a través de los tiempos un medio de entendimiento como arte
técnico, la comunicación de como su evolución llego a la plenitud de la expresión en el
sentido del ser en todas sus dimensiones.
No se conoce el desenvolvimiento de este afectivamente en su tiempo a-lingüístico hasta
cuando Helder y Wilhlm Humbol dejaron en claro la linguisidad originaria del hombre
destacándose ya para la época moderna, el Sabio de Gegue Wilheln Von Humbolatbue con
su obra de Veger, llego a ser el fundador de la lingüística moderna, aunque la filosofía del
lenguaje y la lingüística no fue contraria ni restauradora a la concepción Aristotélica; desde
entonces se inicia el entusiasmo y curiosidad por el estudio de la lingüística de los pueblos.
Pero su conocimiento al estructurar la lengua de los pueblos llamando la gramática, sintaxis
y vocabulario pudo clarificar la diversidad cultural que tenían los pueblos en épocas
prehistóricas como manifestación de espíritu humano; pues solo a través de su estructura,
pudimos descubrir en la época moderna, todo un recorrido metodológico para llegar al
concepto de la ciencia o descubrimiento de verdades; producto del amor al conocimiento que
la época que ilumino el siglo de las luces, abandonó totalmente la alienación mental del ser;
de tal manera resulta que el lenguaje determina la esencia del pensamiento, producto de
una actitud contemplativa de las potencias mentales, partiendo de la realización
inconsistente de la expresión pero aun así, el lenguaje tiene el enigma de que su utilización
no siempre logra abarcar todo el potencial expresivo del pensamiento que lleva en las
virtudes teologales que a pesar de sus poderes, no logran la superficialidad total de nuestro
sentir; de ahí el decir popular que de la abundancia del corazón hablan los labios.
El lenguaje va tan intrínsecamente a la condición del ser, que ni siquiera podríamos
considerarlo como herramienta de construcción pues este no va utilizando a una mecánica
manual ni mucho menos a una tarea de tiempo. Es un valor congénito que se desarrolla con
las etapas del crecimiento marcado desde la vivencia infantil hasta la madurez física y mental
del ser, por eso a veces su expresión delata la personalidad del individuo. El lenguaje tiene
un predominio indispensable en el campo de la investigación científica al comprender el
camino del análisis y la inducción por medio del cual logramos la síntesis y la deducción
para así llegar a la definición de lo que es una verdad; pues en la manifestación verbal del
lenguaje en cierto modo no es un elemento de manera exclusiva del conocimiento. En
ocasiones no siempre cuando se habla se posee una cierta conciencia de su lenguaje, porque
se duda de su verdadera expresión.
Con la dinámica universal del movimiento, el cambio y la trasformación; el lenguaje adquiere
su propia estructura gramática, sintaxis, etc, así todo lo que tematiza la ciencia queda
inconsciente para el lenguaje vivo, obligando a que en la escuela moderna ya no se sintetice
en lenguas muertas como el latín, sino en la propia lengua materna y por consiguiente el
lenguaje debe ser entendible porque

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