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A
ARA Editores
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PRESENTACIÓN ................................................................ :............... 15
L. INTRODUCCIÓN .........................•............................................. · 21
II. EL DEBER JURÍDICO COMO SITUACIÓN JURÍDICA
SUBJETIVA .............................................................. ;..................... 23
III. TEORÍAS SOBRE LA ESENCIA DEL DEBER
JURÍDICO .................................... :................................................. 29
1. Teoría formal ............................ ;............................................... . 30
2. Teoría de la sanción.................................................................. 32
rv. RECONSTRUCCIÓN DE LA FIGURA................................ 35
1. El deber jurídico no es un fin en sí mismo .......................... 35
2. El deber jurídico es necesitas agendi ..................................... 40
3. El deber jurídico requiere de la presencia -externa- de la
sanción....................................................................................... 44
IV. CONCLUSIONES ............................................... :........................ 54
EL DÉBITO Y LA RESPONSABILIDAD EN
LA ESTRUCTURADE LA OBLIGACIÓN:
HISTORIA DE UNA CONFUSIÓN
11 .. r -.1
~
~
1
EL DERECHO SUBJETIVO
(consideraciones en torno a su esencia y estructura)
l. INTRODUCCIÓN....................................................................... 125
Il. TEORÍAS ESBOZADAS POR LA DOCTRINA.................. 128
1. La teoría de la voluntad ........................................................... 128
2. La teoría del interés .................................................................. 130
3. La teoría de la protección........................................................ 132
4. La teoría ecléctica ........................... ;......................................... 133
S. La teoría de la facultas agendi................................................. 135
III; RECONSTRUCCIÓN DE LA FIGURA ................................ 138
1. El modo de configurarla (apreciaciones críticas) ................ 138
12
~titréri z irrem mm~....,.,..,,_..,,~..-~~-----'---'-
Indice General
CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO
DE LA RELACIÓN JURÍDICA
-INTERSUBJETIVA-
13
Freddy Escobar Rozas
l. INTRODUCCIÓN....................................................................... 221
II. PROPIEDAD Y TITULARIDAD ............................................ 223
a) El origen ............ .'....................................................................... 223
b) La confusión ............................................................................. 227
III. EL ARTÍCULO 923 DEL CÓDIGO CIVIL .......................... 231
a) Antecedentes............................................................................. 231
b) Análisis crítico ........................................................................... 232
1.- La facultad de disposición ............................. :.. :................ 233
2.- La facultad de reivindicación ............................................ 241
e) Precisiones adicionales ............................................................ 248
rv. CONCLUSIONES........................................................................ 250
BIBLIOGRAFÍA................................................................................... 253
14
PRESENTACIÓN
7 •
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Freddy Escobar Rozas
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ALGUNAS CUESTIONES
FUNDAMENTALES SOBRE
EL DEBER JURíDICO
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l. INTRODUCCIÓN
21
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
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Freddy Escobar Rozas
Así: TRIMARCHI, Pietro, htituzioni di Viril/o Priva/o, Giuffri: Editore, Milano, 1989,
pág. 44.
LEGAZ Y LA<;:AMBRA, Luis, Introdn«ión a la Ciencia del Dmcho, Bosch Casa Edi-
torial, Barcelona, 1943, págs. 540 y 541.
En tal sentido: ZATTI, Paolo y COLUSSI, Vittorio, Uneammli di Diritlo Priva/o,
Casa Editrice Dott Antonio Milani, Padova, 1989, pág. 63; BRECCIA, Umberto;
BIGLIAZZI GERI, Lina; NATOU, Ugo; BUSNEW, Francesco D., Derecho Ci-
vil, traducido por Fernando Hinestrosa, Universidad Externado, Bogotá, 1992, tomo
I, vol. I, pág. 352. .
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
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tamente, que el derecho subjetivo no conozca una serie de límites. Pero de ahí a
sostener la necesaria <~bidimensionalidad» de sU concepto Qo que significa incorpo-
rar en éste al deber), hay un paso que por mandato de la razón no puede ser dado.
Por ello, afirmar, como lo hace Fernández Sessarego, que el «... derecho subjetivo
incluye, simultáneamente y en su propia entraña, un deber ...» (El Histórico Proble-
ma de la Capacidad Jurídica, Código Civil Pema11o. Diez A1ios. Bala11ces y Perspectivas,
Universidad de Lima, Lima, 1995, tomo I, pág.102); y, peor aún, que ambos (dere-
cho y deber) conforman un concepto mayor como el de «situación jurídica subjeti-
va>) (op. cit., pág. 103), es extraviarse; pues no se entiende cómo un derecho subjetivo
puede incluir un deber jurídico, desde que resulta imposible afirmar -salvo que en el
discurso empleado la coherencia constituya algo de lo que se pueda prescindir- que
un individuo tiene, a la vez, la libertad y la necesidad de hacer algo. Y en defensa de
la tesis criticada no .cabe acudir, como lo hace Fernández Sessarego, a casos como el
previsto en el artículo 19 de nuestro Código Civil, según el cual toda persona tiene
el derecho y el deber de llevar un nombre. ya que es claro que el referente objetivo
del derecho de llevar un nombre es distinto del referente objetivo del deber de
hacerlo, de donde se sigue sin dificultad que este último no puede estar alojado en
la entraña del primero. Lo dicho, obviamente, no supone que no existan situaciones
complejas -resaltamos el adjetivo calificativo- en las cuales el individuo sea portador
de derechos, deberes, cargas, intereses legítimos, etc. Pero nótese que una cosa es
decir que, por ejemplo, por el hecho de ser parte compradora tengo una serie de
derechos y deberes, y otra muy distinta que por ser titular del derecho de exigir la
entrega del bien ostento deberes que forman parte de aquél.
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
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de su interés. Así, es «activa» la situación si es que permite obrar
para realizar el interés que le sirve de presupuesto; e «inactiva» si es
que, por el contrario, no permite obrar para obtener dicho resulta-
do13. Vistas de esta manera las cosas, se puede afirmar que consti-
tuyen situaciones jurídicas subjetivas de ventaja activas, el derecho
subjetivo y el poder jurídico; y que constituye una situación jurídi-
ca subjetiva de ventaja inactiva, el interés legítimo 14 •
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
el libre goce de la cosa sobre la cual recae su derecho resulta valorado positivamente
por el ordenamiento, en tanto que éste conecta, por un lado, un deber genérico
tendiente a la satisfacción de dicho interés; y otorga; por el otro, medios de protec-
ción frente a la lesión -o el peligro de lesión- del mismo. Lo que ocurre es que la
posición de ventaja que tiene el propietario no puede ser reconducida ·a las viejas
figuras del derecho subjetivo y el interés legítimo. ·
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l. Teoría formal
t5 Aunque con difere.ncias, las teorías objetivas de la obligación son aquellas que con-
sideran que el objeto del derecho del acreedor no es la prestación a cargo del deu-
dor. Estas teorías, largamente superadas desde hace muchos años, son las siguien-
tes: (i) la teoría realista; (ü) la teoría del deber libre o de la carga; (iii) la teoría del
débito y la responsabilidad; y, (iv) .la teoría del bien debido.
16 PACCHIONI, Giovanni, Dirilto Civile Italiano, Casa Editrice Dott. A. Milani, Padova,
1937, parte prima, volume primo, págs. 15 y 16.
17 PACCHIONI, Giovanni, Il Concetto dell'Obbligazione, Rivista del Diritto
Commerciale e del Diritto Generale delle Obligazioni, Casa Editrice Francesco
Vallardi, Milano, 1924, vol. XXII, parte prima, pág. 224.
30
...
Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
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2. Teoría de la sanción
2o Además de los autores citados, de una u otra manera se afilian a esta teoría: ROCCO,
Alfredo, Studi sulla Teoria Generale del Fallimento, Rivista del Diritto Commerciale
e del Diritto Generale delle Obtigazioni, Casa Editrice Francesco Vallardi, Milano,
1910, vol. VIII, parte prima, pág. 678 y sgtes.; TRABUCCHI, Alberto, Istiiii'{/OIIi di
Dirillo Primto, Cedam, Padova, 1962, pág. 521; DINIZ, Maria Elena, Clmo de Direito
Brasilrro. Jeoria Gtral das Obrigacou, Editora Saraiva, Sao Paulo, 1996, pág. 77.
21 KELSEN, Hans, Teoría P11ra del Demho, traducido por Moisés Nilve, Editorial Uni-
versitaria de Buenos Aires, Buenos Aires, 1977, pág. 76.
32
....
Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
Ahora bien, para este autor, el deber juridico no era sino aquella
. conducta. prescrita a la que se le acompañaba una sanción para el
caso de incumplinúento 22 • Si faltaba· dicha sanción, la conducta
prescrita no constituía un verdadero deber jurídico, sino tan sólo
un deseo del legislador, carente sin embargo de toda relevancia
jurídica23 •
La razón por la cual todo deber jilrídico tenía que estar acom-
pañado de una sanción radicaba, en opinión de Kelsen, en la pro-
pia característica del Derecho como «técnica social de controb>.
En eft;cto, según este autor, aquello que caracterizaba al Derecho
frente a la moral, la costumbre, la religión y cualquier otra forma
de control social,. era la coactividad de sus preceptos; esto es, la
posibilidad de hacerlos respetar utilizando la fuerza 24 • En tal senti-
do, si se predicaba respecto de una conducta prescrita el atributo
de la juridicidad, era imprescindible que la núsma no pudiese ser
inobservada sin una sanción de por medio; pues, de lo contrario, la
norma que impusiese tal conducta no sería -por faltarle la
coactividad- jurídica25 •
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
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MORINEAU, Osear, Il Concetto di Diritto Soggettivo, JUS.Rivista di Scienze
Giuridiche, publicata a cura dell'Univetsita del Sacro Cuore; Milano, 1954, anno V,
pág. 160.
30 Lo que en realidad se quiere decir con esto no es tanto que dos derechos s~\>jetivos
no puedru:t' ~oexistir sobre un único bien, como que el comportamiento qUe autori-
zan. -en tanto coincidentes en todo o en parte- no pueda set desplegados al mismo
tiempo, ya q':le de este mOdó se crearía una situacióri de «conflictO>). Esto, por
ejemplo, se ve claramente en el caso de la propiedad y el usufructo. Así es, aquí
35
~
1
estos derechos coexisten sobre un mismo bien, hecho que sin embargo no ocasiona
situación i:onflictual alguna, desde que el ordenamiento permite dicha coexistencia
únicamente al amparo de la prohibición legal de que uno de ellos (el de propiedad)
sea ejercido en todo o en parte (sobre el particular ver: BARBERO, Domenico,
L' Usufrut/o eI DirilliAJfinr~ Dott. A. Giuffré Editore, Milano, 1952, pág. 30 y sgtes.).
31 En tal sentido: MIELE, Giovanni, Potere, Diritto Soggettivo e Interesse, Rivista del
Diritto Commerciale e del Diritto Generale delle Obbligazioni, Casa Editrice
Francesco Vallardi, Milano, 1944, vol. XLII, parte prima, pág. 115; FERRI, Luigi,
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
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33 La idea es, fundamentalmente, de Rosario NI COLÓ (ver: op. cit., págs. 139 y 142 a
145). La siguen, entre otros: SATTA, Salvatore, citado por PUGLIATTI, Salvatore,
Il Trasferimmto del/e Situaifoni Soggellive, Dott. A. Giuffré Editore, Milano, 1941, pág.
49; PEIDRÓ PASTOR, Ismael y RODRIGUEZ-ARIAS BUSTA.t\11\NTE, Lino,
op. cit., pág. 285.
34 Cuando el deber jurídico es un medio de realización su destinatario es aquel que
está llamado a satisfacer el interés presupuesto en el derecho -o en la situación
jurídica subjetiva de ventaja- conectado. Como se podrá advertir, a diferencia del
deber de protección, el deber de realización no consiste en no perturbar o impedir
el ejercicio del derecho ajeno sino más bien en satisfacer el interés que el mismo
presupone. En tal sentido, es evidente que este deber sólo ampara a los «derechos
personaleS>>, esto es, a los que se resuelven en la posibilidad de exigir a alguien la
realización de determinada conducta. Su violación, por ende, no puede afectar al
titular de un derecho cualquiera sino solamente al titular de una pretensión. Ante la
efectiva transgresión de este deber, d ordenamiento concede dos mecanismos ge-
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico ·
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
41 BETIT, Emilio, Dovere Giuridico, Enciclopedia del Diritto, Giuffre Editare, 1965,
tomo xrv, págs. 56 y 57.
42 El requisito de la posibilidad -física-.encuentra su origen en d Derecho romano,
donde se sancionaba con nulidad a aquella obligación que, desde un comienzo, no
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
·no haya urÍ lugar para la sanción. En efecto, así como en sede de
derecho subjetivO se encuentran entidades externas que son deter-
minantes para arribar a una correcta noción del institu-
giar. En efecto, si lo que se quiere es tutelar el interés que el acreedor tiene en que
los impedimentos particulares que afectan al deudor no influyan en el surgimiento
del derecho de crédito, habrá que acoger los postulados de la primera posición.
· Pero si por el contrario lo que se quiere es tutelar el interés que el de~dor tiene en
no ser gravado con un deber que no está en condiciones de cumplir; habrá que
acoger los postulados de la segunda posición. La alternativa planteada ha de ser,
pues, resuelta única y exclusivamente sobre la base de una opción de política legis-
lativa. Se equivocan, por eso, los defensores de la primera posición cuando intentan
demostrar el valor intrínseco de la misma, afirmando para ello que la imposibilidad
del deudor de ejecutar la prestación no debe determinar la inexistencia de la obliga-
.ción,_en tanto .que.si bien ésta no se eJecutaráJn nafllra, podrá en cambio ejecutarse
por «eq~valente». Con este razonamiento, los autores que adoptan la posición
mencionada no se percatan que si la causa de la irrelevan~ia de la imposibilidad
<<Subjetiva>> es que el id quod inten;t todavia va a poder ser pre~tado, h~bría que tener
por i~trascendente, también, a la imposibilidad <<objetiVa>>, pu~s igualtn"ente el id
. quod intmst va a poder ser prestado en caso que la misil)• se presente. Ahora bien,
una vez aclarado que ninguna de las posturas indicadas es intrínse.cam.ente iricorrec-
ta, cabe advertir que si la ley no establece cómo ha de entenderse cl requisito de la
posibilidad física (de la prestación), la posición que se adopte debe ser aquella que
guarde coherencia con el régimen de responsabilidai que haya Sido consagrado
positivamente. En efecto, no puede ahogarse, por ejemplo, por ..;,a posición obje-
tiva en torno al referido requisito cuando el régimen de responsabilidad descansa en
un factor subjetivo apreáable in coHmlo. Así es, si un ordenamiento jurídico consa-
gra a la ausencia de culpa i11 concreto como eximente de responsabilidad, el acreedor
no podría pretender el pago de una indemnización por incumplimiento originado
en imposibilidad subjetiva, pues ésta, de por sí, excluye a la culpa;, coumto. Enton-
ces, si en un contexto como este un sujeto se obliga a e~ectuar determinada presta-
ción en favor de otro y resulta que eso es subjetivamente imposible ab orifine, ten-
dremos que aquél necesariamente incurrirá en incumplimiento.. Pero como tal in-
cumplimiento no obedecerá a culpa del obligado, éste, por aplicación del factor de
exoneración de responsabilidad ya mencionado, no tendrá que prestar. el id quod
inlemt. Y si esto es así, es decir, si el acreedor del individuo afectado por la imposi-
bilidad no puede pretender la ejecución de la prestación ni puede reclamar el pago
de una indemnización, ¿para qué debería nacer la obligación? La respuesta a la
pregunta formulada es obvia: no hay razón alguna para que surja una relación inser-
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to43 , aquí también hallamos una entidad que, siendo diferente d~l
deber mismo, viene a influir, desde fuera, en su propia naturaleza.
Dicha entidad es, como se ha adelantado, la sanción.
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
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tida por tOdos los sujetos frente al titular de cualquier posición subjetiva tutclada
por el ordenamiento. En realidad, aquello que permite identificar al estado de
sujeción es esto: su titular, en virtud de la afectación de su esfera jurídica, queda
sujeto a la voluntad de un tercero en lo concerniente a la -posible- modificación de
la misma. Esta situación, en consecuencia, expone al sujeto que la padece a una
decisión que, proviniendo de otro, es capaz de alterar la configuración de su 'propia
esfera jurídica: En d ejemplo propuesto, esta característica se hac,¡¡, evidente al
enc<:>ntrarse el COfiCedente en la posibilidad de asumir una serie de nuevas sitUacio-
nes jurídicas subjetivas derivadas del contrato definitivo. Así configurado el estado
de sujeción, es claro que nos encon;ramos ante un tipo de situación de desvéntaja
distinto del deber jurídico. Esta distinción puede ser apreciada claramente cuando
se observa que, a diferencia de lo que sucede en el deber, aquí la efectiva subordina-
ción del interés presupuesto por la situación de desventaja se obtiene, no mediante
la ejecución de determinada conducta por parte del sujeto «sacrificada>>, sino a tra-
vés de la privación de la posibilidad de que el mismo determine la configuración de
su propiá ~sfera jurÍdica. Esto hace, podo demás, que esta situación -esto es, la
sujeción- sea considerada inactiva (el sujeto gravado con la misma no tiene que
obrar).
51 , Un ejemplo puede ilustrar claramente cómo funciona esta cadena_ limitada de san-
ciones. Imagínese que cierto escritor se obliga, frente a determinado editor, a escri-
bir'un libro, y que finalmente no cumple con el deber que asurile. Ante esta situa-
ción, el ordenamiento impone una primera sanción, manifestando de esta forma su
reacción ante la violación de la necesitas. Esta sanción consiste en la obligación de
.,. reparar los daños causados por el incumplimiento. Ahora bien, imagínese que esta
primera sanción -que al igual que la obligación original se traduce en la necesitas de
observar determinado comportamiento- es incumplida por el escritor. Ante tal
circunstancia, el ordenamiento impone un~ nueva sanción, que se traduce, no ya en
la necesitas de efectuar una conducta, sino- e.n el <<padecliniento»de un estado de
sujeción. Dicho estado de sujeción tiene como efecto colocar al escritor en una
51
••
1
situación tal que la pérdida de sus bienes dependa de la decisión del editor. Esta
segunda sanción, a diferencia de la primera, no es, para el escritor, una situación de
la cual pueda sustraerse. La cadena de sanciones, en consecuencia, aquí queda
interrumpida.
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Algunas cuestiones fundamentales sobre el deber jurídico
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1
IV. CONCLUSIONES
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EL DÉBITO Y LA RESPONSABILIDAD EN
LA ESTRUCTURA DE. LA OBLIGACIÓN:
HISTORIA DE UNA CONFUSIÓN
l. INTRODUCCIÓN
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II. ORIGEN
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El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
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El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
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El débito yla responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
a) Generalidades
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b) Los exponentes
ROCCO, Alfredo, Studi sulla teoria generale del fallimento, Rivista del Diritto
Commerciale e del Diritto Generale delle. Obbligazioni, Casa Editrice Francesco
Vallardi, Milano, 1910, vol. VIII, parte prima, pág. 678.
64
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vo del acreedor. Del mismo modo, sólo se podía sostener que este
último tenía un verdadero derecho subjetivo, y no una simple ex-
pectativa, cuando además de poder pretender el cumplimiento de
la prestación, tenía la posibilidad de agredir el patrimonio del deu-
dor a fin de obtener la· suma que representara el equivalente pecu-
niario de la misma21 •
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.
El débito y la responsabilidad en la esttuci:\J[a de la obligación: Historia de una confusión
e) Reconstrucción
24 Loe. cit.
25 En tal sentido: ROCCO, Alfredo, op. cil, pág. 683; PACCHIONI, Giovanni, Il con-
cetto ... , pág. 219; GANGI, Calogero, op. cit., pág. 524. Sustancialmente conformes:
VON TUHR, Andreas, Tratado de !OJ Obligacioner, traducido por W. Roces, Editorial
REUS S.A., Madrid, 1934, tomo I, pág. 1O; ENNECCERUS, Ludwig; KIPP, Theodor,
71
•
Freddy Escobar Rozas
d) La critica
La teoría del débito y la responsabilidad elaboró un concepto
demasiado tributario de la estructura que el fenómeno obligatorio
WOLPP, Martín, Tratado de Derecho Cit•iiAiemán, traducido por Bias Pérez González y
José Alguer, Bosch, Casa Editorial, Barcelona, 1954, tomo II, vol. I, págs. 12 y sgtes.;
LARENZ, Karl, Dencho de Obligacionu, traducido por Jaime Santos Briz, Editorial
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1976, págs. 29 y 34; BEITI, Emilio, Teoría Gmt·
ral de las Obligacionu, traducido por José Luis de los Mozos, Editorial Revista de Dere-
cho Privado, Madrid, 1969, tomo I, pág. 283; VAZQUEZ BOTE, Eduardo, La obli-
gación, concepto y estructura, Revista General de Legislación y Jurisprudencia, Edi-
torial REUS, Madrid, 1958, año CXXIII, número 1, tomo LXVIII, págs. 612, 613 y
618; PUIG PEÑA, Federico, Tratado de Derecho Civil Espmio/, Editorial Revista de
Derecho Privado, Madrid, 1958, tomo rv, vol. 1, págs. 33 y 34; BONET RAMÓN,
Francisco, La nat11rale!{fl j11ridica de la obligación, Revista de Derecho Privado, Editorial
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1967, tomo U, pág. 842 a 846 y 847.
26 En tal sentido: PACCHIONI, Giovanni, 11 concello ... ,págs. 220 y 232; GANGI,
Calogero, op. cit., pág. 524; BETTI, Emilio, op. cit., tomo 1, pág. 282 y sgtes.
27 En tal sentido: PACCHiONI, Giovanni, Il concello ... ,pág. 227; GANGI, Calogero,
op. cit., pág. 547.
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El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
. 28
SCUTO, Carmelo, lstitu'ífMi di Dinlto Privato, Libreria Interna2ionale Teves di Leo
Lupi, Napoli, 1955, voL III, pág. 8.
. 73
· Freddy Escobar Rozas
alguno, pues en los supuestos en los que ello parecía suceder siem-
pre era posible hallar un débito a ella vinculado. Así, si se trataba
del fiador, éste no solamente respondía, sino que también debía,
pues la ley, a la vez que sujetaba su patrimonio a la acción del acree-
dor, llegaba a imponerle el deber de cumplir lo adeudado por otro.
Del mismo modo, la garantía por débito condicional o futuro no
generaba responsabilidad sin débito, pues dicha responsabilidad
sólo surgía cuando el débito quedaba firme. Lo mismo ocurría
con la garantía por débito ajeno, que lo único que hacía era agregar
una responsabilidad adicional a la que soportaba el obligado; res-
ponsabilidad que, por lo demás, estaba íntimamente vinculada al
débito asumido por este último, hasta el punto de depender de su
existencia29 • · '
29 All..ARA, Mario, Le Notfoni Fondamenta/i del Diritto Civile, Giappichelli Editore, Torino,
1949, vol. I, pág. 427 y siguientes.
74
El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
volvía sin al)omalía alguna de por medio. Sin embargo, como quie-
ra qué ello ~o ocurría, tenía é¡ue concluirse que la responsabilidad
era un fenómeno que no podía ser parte de la estructura de la obli-
gación30.
a) Generalidades
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•
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b) Los exponentes
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El débito y la responsabilidad en la'estructur:i de la obligación: Historia de una confusión
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El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
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·¡
.;,
BO
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El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
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•
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y completa del vínculo obligatorio, era erróneo sostener que los ele-
mentos de la obligación (el débito y la responsabilidad) pudieran
conformar entidades jurídicamente autónomas, en tanto que un de-
ber sin responsabilidad, una conducta comprometida sin coacción,
una vinculación sin exigencia, eran entidades situadas fuera del mun-
do jurídico, al ser caracteristica esencial de éste la coacción41 •
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•·
El débito yla responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
e) ReconstrucCión
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•
Freddy Escobar Rozas
d) La critica
46 BARASSI, Lodovico, op. cit., vol. I, pág. 126; MELÓ N INFANTE, Pablo, op. cit.,
pág. 39; BELTRÁN DE HEREDIA Y ONIS, Pablo, La Obligación. Concept~ Estmc-
tura y FPentu, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1989, pág. 89; CRIS-
TOBAL MONTES, Ángel, La responsabilidad ... , pág. 26.
47 BARASSI, Lodovico, loe. cit.
48 Así: MELÓN INFANTE, Pablo, op. cit, pág. 39; BELTRÁN DE HEREDIA Y
CASTAÑO,José, op. cit.;pág. 40; CRISTOBAL MONTES, Ángel, La responsabilidad
.... pág. 26.
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El débito y la responsabilidad en la estrucrura de la obligación: Historia de una confusión
V. ANÁLISIS CRÍTICO
•• NICOLÓ, Rosario, Tutela dei Diritti, Commentario del Codice Gvile a cura di
Antonio Scialoja e Giuseppe Branca, Nicola Zanichelli Editore, Bologna, Socieci
Editrice del Foro Italiano, Roma, 1955, pág. 3. ·
85
•
. Freddy Escobar Rozas
86
•
El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
calid;d de svjetos sino más bien hi de objetos, las deudas que llega-
ban a contraer no podían ser consideradas como verdaderas obli-
gaciones civiles. Esta circu1,1stancia, empero, no enervaba el hecho
de que en otros ordenamientos, fundamentalmente en el ius natura/e,
tales deudas adquirieran la calidad de obligaciones (naturales).
52 En tal sentido: CANO MARTÍNEZ DE VELASCO, José Ignacio, pág. 23. o;. dt.,
53 En tal sentido: CANO MARTÍNEZ DE VELASCO,José Ignacio, op. dt., pág. 22.
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El débito y la responsabilidad en la estructur~ de la obligación: Historia de una confusión
56 SAVATIER, citado por: MOSCATI, Enrico, op. cit., pág. 356. '
57 Adoptaron esta posición: DURANTON, PLANIOL, PERREAU, RIPERT y
RADOUANT, todos ellos citados por: MOSCATI, Enrico, op. dÍ., pág. 357.
89
•
Freddy Escobar Rozas
58 Así: SCUTO, Carmelo, op. cit., vol. III, pág. 8; GIORGIANNI, Michele, La Obliga·
ción, traducción de Eriúlio Verdera Tuells, Bosch, Casa Editorial, Barcelona, 1958,
pág. 167.
59 Así: CARNELUTTI, citado por: MOSCATI, Enrico, op. cit., pág. 359, nota 51;
BARASSI, Lodovico, op. cit., tomo II, pág. 389.
60 OPPO, Giorgio, citado por: CARRESI, Franco, L'obbligazione naturale nella piu
recente letteratura guíridica itallana, Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura Civile,
Dott A. Giuffre Editore, Milano, 1948, anno II, págs. 573 a 578.
90
•
El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
61 Así: MORJ-CHECCUCCI, citado por: CARRESI, Franco, op. dt., págs. 579 y580;
GIORGIANNI, Michelle, op. dt., pág. 116.
91
Freddy Escobar Rozas
oz En tal sentido: SCUTO, Carmelo, op. cit, vol. III, pág. 8; GIORGIANNI, Michele,
op. cit., pág. 167; LACRUZ BERDEJO,José Luis, Nociones de Dmcho Civil Patrimonial
e Introducción al Derecho, Librería Bosch, Barcelona, tomo III, pág. 250; DE COSSIO,
Alfonso, /JI!titucionu de Derecho Civil, Alianza Editorial, Madrid, 1979, tomo I, pág.
203.
6J Así: OPPO, Giorgio, citado por: VISINTINI, Gíovanna, Obbligazíoru narurali,
Rivista di Diritto Civile, Casa Editrice Dott. Antonio Mílani; Padova, 1962, anno
VIII, parte secunda, pág. 48.
64 CARNELUTTI, Francesco, citado por: VISINTINI, Giovanna, op. cit., págs. 48 y
49; MESSINEO, Francesco, Manual de Derecho Civily CoJIIercial, traducido por San-
tiago Sentís Melendo, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1955,
tomo IV, pág. 375. ·
92
El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
l
tario- cu~plimiento no puede atribuirles ex post la juridicidad que
antes les faltaba. Sostener lo contrario implicaría aceptar que las
obligaciones. naturales, en tanto relaciones jurídicas, nacen de su
cumplimiento; y ello es, evidentemente, una contradiciio in adiecto6;.
65 En tal se~tido: DE RUGGIERO, Roberto y MARO!, Fulvio, op. cit., vol. U, pág. S;
SCUTO, Carmelo, op. cit., pág. 572; BONET RAMÓN, Francisco, La Naturaleza
jurídica de la obligación, Revista de Derecho,Privado. Editorial Revista de Derecho
Privado, Madrid, 1967, tomo U, págs. 843 y 844.
66 Siguen este razonamiento: CHERCHI, Amsicura, op. cit., vol. I, págs. 215 y 216;
BARBERO, Domenico, op. cit., tomo III, pág. 9; MAIORCA, Sergio, Istituziolli di
Din/lo Prit•alo, Giapichelli Editore, Torino, 1991, vol. II, pág. 30; DUQUE PÉREZ,
Darlo, La obligación civil, Esrudios de Derecho, Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad de Antioquia, Medellin, 1972, ai\o XXXIII, segunda
época, vol. XXXI, número 82, págs. 287 y 288.
93
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94
El débito yla responsabilidad en la estruttura de la obligación: Historia de una confusión
68. En tal sentido: MOSCATI, Enrico, op. cit., pág. 381; RESCIGNO, Pietro,
Obbligazioni, Enciclopedia del Diritto, Dott. A. Giuffre Edit~re, 1979, tomo XXIX,
pág. 137; MARTIN-BAUESTERO Y COSTEA, Luis, La obligacipn natural, Temis.
Revista de Ciencia y Técnica Jurídicas, Editadapor la Facultad de.Der~cho de la
Universidad de Zaragoza, Zaragoza, .1959, pág.17; LACRUZ BERDEJO,José Luis,
op. cit., p:Íg. 250; DIEZ-PI CAZO, Luis, FundamentO! de Derecho Civil Patrirno~ial, Edi-
torial Civitas, Madrid, 1993, tomo II, pág. 77; ZANNONI, Eduardo, La Obligación,
95
•
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96
El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
97
•
· Freddy Escobar Rozas
70 GIORGIANNI; Michele, op. cit., pág. 168; FRAGALI, Michele, Ipoteca, Enciclo-
pedia del Diritto, Giuffre Editore, 1972, tomo XXII, pág. 801; DIEZ-PICAZO,
Luis, op. cit., tomo II, pág. 81.
71 En efecto, como quiera que todo tercero dador de hipoteca o de prenda tiene inte-
rés («tutelable») en no perder el derecho que <<afecta>) con la garantía, el pago que
realiza para evitar la ejecución de la misma viene a ser supuesto en el que opera la
subrogación de pleno derecho (articulo 1260 del Código Civil).
72 ZANNONI, Eduardo, op. cit., pág. 58; CRISTOBAL MON1ES, Ángel, L1 respollsa-
bilidad ... , pág. 35.
98
•
El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
e} ¿Relación compleja?
73 En tal sentido: MESSINEO, Francesco, op. dt., tomo IV, pág. 13; HERNÁNDEZ
GIL, Antonio, op. dt., pág. 90. .
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El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
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El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
des, lo que sin embargo no ocurre. Así es, del hecho que el deudor
tenga a su cargo un débito y una responsabilidad no se deriva que
·el mismo se encuentre gravado con situaciones jurídicas subjetivas
correlativas a las facultades de ejecutar forzadamente la obligación;
en tanto que el primero se traduce en el deber de ejecutar la presta-
ción-y la segunda en la «sujeción a la sanción» mas no en la sanción
misfl1a" ·En .tal sentido, al ser el deber de indemnizar -situación
jurídica correlativa al derecho de ejecución forzosa genérica- y el
estado de ~ujeción -situación jurídica correlativa al derecho de eje-
cución forzosa específica- sanciones, ambos quedan fuera tanto
del débito.có111o de la respons~bilidad. De esto se sigue que ni
siquiera ~su111iendo a la responsabilidad como sujeción a la sanción
se logra demostrar que el derecho de crédito está compuesto por la
facu!'talde exigir· la prestación y por las facultades de ejecutar
for7.adamcntc la obligación. · ·
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1()()
.,
El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
•
En efecto, la evohi~ión que la obligación ha sufrido en el tiem-
po ha determinado que, actualmente, las consecuencias de su in-
cumplimiento no afecten direct,amente ala personádel deudor sino
solamente a sus bienes. Esto significa que si aquél transgrede el
, deber que toda obligación supone, el acreedor únicamente va a
poder dirigirse con.tra sus bienes mas no contra su persona. De
esto se sigue que dichos bienes constituyen, por así dec;:irlo, una
garantía para quien asume la posición crediticia en la relación. Ahora
,bien, como no es imposible que él deudor realice actos q~e provo-
quen la desaparición de la mencionada garantía, usualmente se le
conceden
, - al. acreedor una serie de mecanismos destinados a ener-
var la -efectiva- disminución o desaparición de aquello que vkne a
' '
107
•
•
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•
Vistas así las cosas, podría parecer que, en realidad, el patri-
monio del deudor queda afectado tan pronto surge la obligación,
pues el acreedor tiene la facultad de actuar sobre los bienes de
aquél antes y después de que se produzca el incumplimiento 84 • De
ahí que más de uno haya sostenido .que, junto con el derecho de
exigir la prestación, existe un derecho de prenda genérica sobre los
bienes del deudor a favor del acreedor; derecho que, por lo demás,
surgiría, al igual que el otro, en el momento mismo en que nace la
relación.
108
•
,-
del débito entendido eri sentido estricto (en tanto éste viene diferenciado de la
responsabilidad por las propios dispositivos citados), surgen en cabeza del deudor.
Eri esta línea, si se· observa que sólo cuando se produce una situación anómala
(incumplimiento, disminución o pérdida de la garantía patrimonial; etc.), el deudor
resulta gravado con una situación jurídica diferente de la que le impone el deber de
cwnplir la prestación, tendrá que concluirse que su responsabilidad se explica a
través de alguna de estas situaciones jurídicas (o de todas, si esto es posible). Ahora
bien, an~~ando·la estr~:~~tur.a de estas situaciones se observa que cada una de ellas
~ien~ . a. s~r el correlato de otras tantas que se ubican.en. el. lado c<actiyo»_de la rela-
ción. Así, por ejemplo, la situación que impone el deber de pagar la indemnización
por lOs cJaños y perjuicios oca~ionados por el incumplimiento es corrcladva del
dereCho de pretender el pago de la misma. Igual~ente, la situación que impone la
·sújeción ·a las consecuencias de hi revocaciófl de los actos de di~posici9n es Correla-
tiva al derecho de tornar c<inoponibles» los actos perjudiciales. Resulta claro, por lo
tanto, que .la responsabilidad que afecta al deudor sé traduce siempre en una
·corres¡)ectiVa situadón de «vefltaja» para el aCreedor.. Si la: hasta ~quí _dicho es
correcto, la idea de que la responsabilidad está presenté desde el nacimiento de la
obligáción deberia determinar que se considere necesario que a partir del momento
en que queda constituida una obligáción el deudor sufre la (cafeCtacióro> de su patri-
monio y et" acreedor experimenta la atribución de una serie de derechos distintos de
la pr~te~siÓn de exiWr la ejecución de la prestación. Pero, ¿es esto correcto? ¿El
acrc"edo.r, por el solo hecho de ser tal, tiene derecho a revoca[ los actos de disposi-
ción que efectúe el deudor, a ejercer los derechos que éste ~ene· frente a Sus acree-
dores, a pedir la ejecución forzada de la prestación· o a exigir el resarcimiento de
daños y perjuicios? ·De ningún modo. Así es, no se puede sostener que, surgida la
obligación, el acreedor ya tiene en su esfera los referidos derechos, ya que es obvio
que, en ese momento, no necesariamente existen actos de disposición 'JUe revocar,
ni derechos del deudor que ejercer, ni retraso que permita pedir la «actuación>>
forzada .de la obligación, ni ·daño cuyo resarcimiento reclarriar. Sólo cuando de
manera efectiva se produzcan los hechos correspondientes (actos de disposición,
inacción del deudor frente a sus deudores, inejecución de la prestación, perjuicios
ocasionados por el incumpJimiento) es que el acreedor podrá ejercer cada una de las
facultades indicadas, a fin de (<tUtelan> un interés autónomo. Mientras no suceda
109
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El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
"'' BIGLIAZZI GERI, Una, BUSI'IEW, Frnncesco D., BRECCIA, Umberto, NATOU,
Ugo, Dirillo Cir11'le, Unione.Tipografico Editrice Torinese, Torino, 1989, tom~ III,
pág. 9; ANGELES EGÚSQUIZA, María, Lo Cnnjiguradó11 Jurídica de las Obligaciones
N.;gativas, José M., Bosch Editor, S.A., Barcelona, 1990, pág. 6; MADURO, Eloy,
Cm·so dt Qblignrioms, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 1979, pág. 30.
K7 Y aquí se entiende por «sujeto que no tiene activo alguno» a a<.¡uel que no ostenta
bienes que, de acuerdo con la ley procesal, son susceptibles de expropiación forzada
y ulte~or realización~
as Si la responsabilidad, entendida como «afectación patrimonial», fuera cotÍlponente.
de la obligación, la pérdida del activo patrimonial debería -para mantener la cohe-
rencia normativa- provocar la extinción de esta relación. En efecto, si el débito y la.
responsapilidad fuesen elementos de la obligación, ésta no podría mantenerse vi-
g~nte en cáso que alguno de los mismos deja~a de estar presente.· Por lo tanto, así
como la obligación se extingtie i:uando el débito se torna imposible, esta reláción
tendría que correr la misma suerte en. caso que la resp0nsabilidad se torne imposi-
ble por desaparición del activo patrimonial. Semejante solución, sinembargo, no es
acogidá pOr nuestro Ordenamiento, cCisa·que demu~s"tra la· totaf irrele~ncia dd fe-
nómenO de la «afectación' p·atriinoniab> en la vida de la obligación.
111
•
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112
•
El débito yla responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
dor, habría que concluir, junto con una vieja doctrina 89, que tales
derechos estarían sujetos auna condición suspensiva -legal-. Pero
de. este modo se incurriría en \)n gravísimo error, pues, tal como lo
indicó Eygo~t90 , el derecho «condicional>> que resulta de un nego-
cio.o de la ley no existe penden/e conditionem; un derecho bajo condi-
ción suspensiva es algo que eventualmente existirá, pero que por el
momento no existé1,
113
Freddy Escobar Rozas
interés, sobre los bienes del deudor. Antes que dichos hechos acaez-
can, el acreedor no puede actuar, lo que sigrúfica dos cosas: prime-
ro, que aún no tiene derecho subjetivo que incida en el patrimorúo
del deudor; y, segundo, que este último aún no sufre el estado de
sujeción en el que viene a traducirse la afectación patrimorúal92 •
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El débito y la responsabilidad en la estruciura de la obligación: Historia de una confusión
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El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
117
'W
CRUZ, Gastón, op. rit., pág. 86). Como se podrá comprender, semejante plantea-
miento resulta del todo cuestionable debido a que no explica porqué no puede
exigirse el pago de la obligación ah i11ifio si ésta existe desde que nace la obligación y
no desde que la misma se incumple. Adviértase que para superar la observación
planteada no se puede sostener válidamente que dicha indemnización (o mejor, la
necesidad de pagarla) se encuentra sujeta a una condición suspensiva, ya que, como
se ha indicado, tal condición ataca a la fuente de los efectos jurídicos (hecho jurídi-
co) y no a estos últimos.
118
•
El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
No qúeremos concluir sin recalcar, una vez más, que todós ~~
tos son derechos autónomos y no simples facultádcs que forman un
único derecho, ya que ni son entre sí compatibles (al suponer intere-
ses diversos y hasta opuestos) ni recaen sobre el mismo objeto.
Ahora bien, vistas de esta manera las cosas, no queda más que
señalar que como quiera que de todos los derechos, enunciados y
no enunciados, únicamente el que otorga la facultad de exigir la
ejecución de.la prestación es constante y, ademas, p.resente -en el
119
Freddy Escobar Rozas
VII. CONCLUSIONES
too· ENNECCERUS, Ludwig; KIPP, Theodor; WOLI'F, Martín, op. al., tomo II, vol. I,
pág. 9; ALLARA, Mario, op. cit., vol. I, págs. 425 y 426; BlANCA, Massimo, op. cit.,
vol. IV, págs. 28 y 29.
120
El débito y la responsabilidad en la estructura de la obligación: Historia de una confusión
121
EL DERECHO SUBJETIVO
(consideraciones en torno a su esencia y estructura)
¡
l. INTRODUCCIÓN
Con la, palabra «derecho» se suele designar dos cosas relacio-
nadas pero entre sí distintas: (i) un conjunto de normas que, pose-
yendo el atributo de la «juridicidad», da lugar a lo que conocemos
como «ord~namiento jurídico»; y, (ii) un especial «poden>1 conferi-
do a los individuos a los cuales se dirigen las referidas normas.. En
el primer caso, a la referida palabra se le suele acompañar el adjeti-
vo «objetivo», mientras que en el segundo se le suele acompañar el
adjetivo «subjetivo».
125
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126
•
El derecho subjetivo
127
'.
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1. La teoría de la voluntad
SAVIGNY, Friedrich Carl von, Sistema de Derecho Romano Actual, traducido por Ja-
cinto Mecía y Manuel Poley, Centro Editorial de Góngora, Madrid, s/ f, tomo I, pág.
257 y 258.
WINDSCHEID, Bernhard, Tratado de Derecho CivilAlemán, traducido por Fernando
Hinestrosa, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1987, tomo I, volumen
I, pág. 135.
128
El derecho subjetivo
Aquí quedaban incluidos tanto los derechos «realesn como los «personalesn, ya que
en ambos el titular podía exigir un comportamiento -ajeno- bajo la amenaza de
acudir al Est~do en caso de desobediencia. En el primer caso, la «pretensióru> se
·dirigía contra todos; en. el segundo, en cambio, únicame?te contra ~~ deudor.
Aqul quedaban incluidos los derechos del propietario y 'del acreedor de transferir
las pfetensiones que resPectivamente tenían.
WINDSCHEID, Bernhard, op. dt., pág. 133 y 134.
Según IHERING,la voluntad no podía ser el elemento central del derecho subjeti-
vo en tanto que existían sujetos carentes de voluntad como los niños o los débiles
mentales que, pese a esta circunstancia, poseían derechos subjetivos (Abreviaturas
de El Espíri!IJ del Dmcho Romano, traducción de Fernando Vela, Revista de Occiden-
te, Buenos Aires, 1947, pág. 144).
129
•
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130
•
El derecho subjetivo
... Príncipe y Satorres, Editorial Losada S.A., Buenos Aires, 196(pág. 180.
Posteriormeíue, IHERING varía esta noción de interés, tratando así de Cvitar 10
que parecía una evidente contradicción en él. En efecto, COfl10. quiera que según su
teoría el interés del individuo era elemento del derecho subjetivo, éste no podría
surgiÍ en cabeia de un niño o de un débil mental, al ser éstos incapáces de r~a!lzar
un juicio de valoración. Para superar esta dificultad, IHERING modificó su no-
ción psicológica de interés por la del <<interés medio>>. Según esta última concep-
ción, entonces, el derecho subjetivo no era más que un interés predominante en
cierta sociedad, que se defendía o protegía a sf mismo (ver: GARCÍA MAYNEZ,
Eduardo, Introd11rdón al Ethldio del Demho, Ediciones Porrúa S.A., México, 1965,
pág. 190).
IHERING, Rudolf von, op. rit., pág. 189 y 190.
"
131
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3. La teoría de la protección
132
•
El derecho subjetivo
lB
THON, August, op. rit., pág. 206.
" THON, August, op. riJ., pág. 206 y 207.
20
JELUNEK, citado por: DABIN,Jean, op. ril., pág. 91.
133
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21
MICHOUD, citado por: DABIN, Jean, loe. cit.
22 FERRARA, citado por: DABIN,Jean, op. dt., pág. 93.
134
~' ...
•
El derecho subjetivo
23
En e(ec~o. este aut~r consideró en la segunda edición de su ((Sistema de Derechos
Públicos Subjetivos.>, que el derecho subjetivo era «... la potestad de la volÚntad
humana, reconocida y protegida por el orden jur!d.ico, que tiene por objeto un-bien
135
•
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136
•
El derecho subjetivo
DEL VECCJ:UO, Giorgio, Filorojia del Dmrho, traducido por L.;¡s Leg~z y Lacambra,
Bósch"Casil Editora S.A:, 1980, pág. 392. · ·
"28
BARBERO, Domenico, Sütema de Dtr"ho Pnvado, traducido por Santiago Sentís
Melendo, Editorial Jurídica Europa-América, Buenos Aires, tomo !, pág. 172 y 173.
LEY!, citadó. por: FROSINI, Vittorio, op. rit., pág. 121 a 123; CESARINI SFORZA,
Wid~r. Diritto Soggeitivo, Enciclopedia del Diritto, Giuffre Editore, 1964, tomo
XII, pág; 694.
137
•
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l3R
•
El derecho subjetivo
" WINDSCHEID, Bernhard, op. cit., pág. 136; DE RUGGIERO, Robert~,op. cit.,
tomo r. pág. 20.
" En efecto, la identificación del derecho subjetivo con la voluntad del ordenamiento
jurídico importa la reducción de la fenomenología jurídica al derechO objetivo, ya
que aquél quedaría suprimido y absorbido por este último al ser una sola la volun-
tad que gobierne tanto las normas como las facultades que éstas dan o conceden.
Conformes con la crítica: DEL PALAZO DÍAZ, Alejandro, op. cit., pág. 131;
MOUCHET, Carlos y ZORRAQUÍN, Ricardo, ]ntrodllcrión al Dmcho, Editorial
Perror;Buenos Aires, 1987, pág. 134; AFTALIÓN, Enriqué y VILANOVA,José,
· Introducción al Dmcho, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1988, pág. 565.
CESARINI SFORZA, Widar, op. cit., pág. 685 y 686; ESPÍN CANOVAS, Diego,
Manual de Dmcho Civil Erpa1iol, Editorial Revista de derecho Privado, Madrid, 1982,
vol. !, pág. 232.
" ÁLVAREZ, Ariel, Teorla Gmeral deliDtmho, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1975,
pág. 71. .
139
•
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140
El derecho subjetivo
1 los por separado son susceptibles de ser repetidas con éxito para
desvirtuar la cÓncepción que intenta presentarlos d7 manera éonjun-
ta. Y a esto no cabe oponer, en una clara defensa de la teoria ecléctica
o «tnixta» que otorga prevalencia 'al elemento del interés, que el pro-
1 blema de la ausencia de voluntad en el sujeto queda resuelto a ttavés
de la «integración» de la voluntad del representante, pues de este
modo se olvida que es perfectamente posible que un individuo des-
1
' provistO de voluntad no tenga representante Qegal o voluntario) y
que, por ende, no se pueda lograr la pretendida integración. Por lo
. demás, aun cuando este obstáculo no se presentase -cosa que en
nuestro caso sólo sería posible si es que se modifican las normas
relativas a la representación de suj~tos que carecen de voluntad rele-
vante~. quedaría enpie la objeción realizada de Thon, según la cual el
· interés es el fin del derecho subjetivo y no el derecho subjetivo tnismo.
. •.
1.2. La protección
141
•
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142
•
El derecho subjetivo
1.3. La factdtad ·
·143
•
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144
••
El derecho subjetivo
145
Freddy Escobar Rozas
Una posici6n como esta, aunt]UC referida al derecho de propiedad, es la que sostie-
ne Luis !'IZAR RO. (ver: Un Estudio Preliminar Sobre la Modificación Integral del
Libro do los Derechos Reales del Código Civil de 1984, El Dmcho Civtl Perumto.
Ptnprc/il't11 y Problrmnr Aclualrr, Fondo Editorial - Pontificia Universidad Católica
del Perú, Urna, 1993, pág. 230).
146
•
El derecho subjetivo
" · Conformes: COVIELLO, Nicola, Doctri11a Gen<ral dd Dmcho Civil, traducido por
F~lipe .de J. :rena,l Unión Tipográfica HispanO-Americana, l\1éxico, 1938, .pág. 20;
MIELE, Giownfii, op. cit., pág. 115; d'AVANZO, Walter: op. cit., tomó!, pág. 13;
NATOU, Vgo, !1 Diritto Saggettivo, Dott. A. Giuffre Editare, Milanq, 1943, p. 59
COSTA, Fausto, Tr~lollo di Filosofía dtl Dirillo, Fratelli Bocea Editori,Milano, 1947,
pág. 145;DE SEMO, Giorgio, op. cit., pág. 91; SCUTO, Carmelo, op. cit., vol), pág.
10; BARBERO, Domenico, op. cit., tomo I, pág. 1.72; GUARINO, Giu~eppe, citndo
por: rF.os~Nl, Yittori9, Diritto Soggettivo e Dovcre Gi~dirico; Rivista di Diritto
Civile, Cedam, Padova, 1961, Anno VII, 1961, parte prima, pág. 124; ROCCO,
Ugo, Ttoría Gen<ral dtl Promo Civil, traducción de Felipe de J. Tena; Editoriai Porrúa
147
•
S.A., México, 1959, pág. 23; CANDIAN, Aurelio, Inrlitllrionu dt Dmcho Privado, tra·
ducción de Blanca P. L de Caballero, Unión Tipografiq Editorial Hispano Ameri-
cana, México D. F., 1961, tomo I,.pág. 20; SANTO RO PASSARELLI, Francesco,
Doclri11a1 Gtmralu drl Derecho Civil, traducido por A. Luna Serrano: Editórial Rcvis~·a
de Derecho Privado, Madrid, 1964, pág. 68; ZATTI, Paolo y COLUSSI, Vittorio,
U~~tammti di Dirilfo Priz•alo, Cedam, Padova, 1989, pág. 71; BRECCIA, Umberto,
BIGLIAZZI GERI, Lina, NATOLI, Ugo, BUSNELLI, Francesco D., Dmcbo G-
t!il, traducido por Fernando Hinestrosa, Universidad Exter~ado de Colombia, tomo
I, vol. I., p~g. 370; CARBONIER, Jean, Dmcbo Ovil, traducción de Manuel María
Zorrilla Ruiz, Bosch Casa Editorial, Barcelona, 1960, tomo I, vol. I, pág. 170; COLIN,
A. y CAPITANT, H., C11rsoEirmmtal dt Dmcbo Cizil, traducido por la Revista Gene-
ral de Lcgislnci(m y Jurisprudencia, Instituto Editorial REUS S.A., Madrid, 1975,
tomo I, pág. 297; CASTAN TOBEÑAS,José, Derechos Subjetivos; Nueva Enci-
clopcdin Jurídica, E Scix Editor, Barcelona, 1955, tomo VIII, pág. 110;
RODRÍGUEZ- ARIAS, Lino y PEIDRÓ, Ismael, Teoría del Deber Jurídico y del
Derecho Subjetivo, Revista General de Legislación yJurisprudencia, Segunda Épo-
ca, Año XCIII, tomo XV, Número 3, pág. 285; DE COSSIO, Alfonso, Inrtitllrionu
dr Dmrho Cilil, Alianza Editorial, Madrid, 1977, tomo I, pág. 77; PUIG BRUTAU,
José, lntrodurción al Dmcho Ch•il, Bosch Casa Editorial S.A., Barcelona, 1981, pág.
400; LACRUZ BERDEJO,José Luis, Nocionu dt Dmcho Gzil Patrimonial t lntroduc-
dón al /Jmcho, Libroría Bosch, Bnrcelona, 1982, pág. 67 y 68; ESPÍN cANOVAS,
Diel(o, op. ,,~.• vol. I, pág. 237; DIEZ-PI CAZO, Luis y Antonio GULLÓN, op. cit.,
pág. 440; HADEN ES GASSET, Ramón, Concrptos Fnndammlalu dt Dmcho..Lar Rt-
lan"onn ]11rídira1 Pahimonialts, Marcambo Boixareu Editores, Batcelona, 1982, pág.
37; TORRENT, Armando, Inrtitnciontr dt Dmcho Pri1•ado, NEO Ediciones S.A.,
148
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149
•
" THON, citado por: AFTALIÓN, Enrique y VILANOVA, José, op. dt., pág. 563;
CANDIAN, Aurelio, op. dt., tomo I, pág. 18.
150
•
El derecho subjetivo
.,. En tal sentido: NICOLÓ, Rosario, op. ril., pág. 133; BRECCIA, Umberto,
BIGUAZZI GERI, Lina, NATOLI, Ugo, BUSNELLI, Francesco D., op. cit., tomo
I, voL I, pág. 338 y 339.
50 ROCCO, Ugo, op. ril., pág. 20; NICOLÓ, Rosario, op. di., pág. 134; DE CUPlS,
Adriano, El Daño, tráducción de Ángel Marúnez Serrión, BGsch Casa Editorial S.A.,
Barcelona, 1975, pág.. 109.
" ROCCO, Ugo, /oc. di.; NICOLÓ, Rosario, loe. ril.; D.E CUPIS, Adriano, op: di., pág.
110.
52 ROCCO, .Ugo,/oe. dt.; NICOLÓ, Rosario, loe. di.
151
•
Freddy Escobar Rozas
" BJGLIAZZ! GERI, Una, lntercsse Legittimo, Digesto delle Discipline Privatistiche,
Se>.ione Civilc, Unione Tipografico Editrice Torinese, tomo IX, pág. 537 ..
152
•
El derecho subjetivo
153
•
Freddy Escobar Rozas
... Es por ello que no basta, por ejemplo, la simple pérdida del interés en la prestación
por parte del titular del crédito para que, por ausencia de justificación, éste se con-
sidere extinguido. A fm de que se produzca dicbo efecto, el ordenamiento jurídico
exige que el acreedor tesuelva la relación, condone la deuda, etc.; o sea, que mani-
fieste la pérdida de su interés por determinados medioS. Asimismo, es por ello que
tampoco basta la simple pérdida de interés en la cosa por parte del propietario para
que se considere extinguido, por ausencia de justificación, el derecbo de propiedad.
A fin de que se produzca dicho efecto, el ordenamiento jurídico exige que el propie-
tario destruya -el bien, lo ·aba"ndone, etc.; esto es, que manifieste la pérdida ·de su
interés por determinados mecanismos.
154
El derecho subjetivo
155
•
Freddy Escobar Rozas
156
•
El derecho subjetivo
" BARBERO, Domenico, op. ril., tomo 1, pág. 165, nota 17.
57
NI COLÓ, Rosario: op. ril., pág. 138.
157
•
Nótese (1uc un~ cosa es que no se pueda obligar al acreedor a realizar su interés y
"
· otra muy distinta que, por la naturaléza de las cosas, dicho interés resulte realizado
aún en contra de su voluntad. Así, por ejemplo, si se trata de un derecho de crédito
en virtud del cual se puede exigir el cese de determinado comportamiento, la sola
circunstancia de que el deudor se avenga a cumplir, contra la propia voluntad del
acreedor, determina la realización del interés presupuesto del derecho subjetivo.
En este supue.!;to, evidentemente, no se puede: a. firmar que el acreedor ha sido obli-
gado a satisfacer la necesidad que experimentaba.
" En este sentido: BUSNELLI, Francesco Donato, La Luio1u del Crtdito da Parte di
Terzi, Dott. A. Giuffri: Editore, Milano, 1963, pág. 23 y 24.
158
.·. •
El derecho subjetivo
60
Solamente a título de referencia: PUGLIATI1, Salvatorc, I/Traiftrimmto dtllt Sitllazioni
S oggtftj,., Dott. A. Giuffri: Editore, Milano, 1941, pág. 24 y sgtes.;.NICOLÓ, Rosa-
rio, op. dt., pág.142 y sgtes:; BRECCIA, Umbetto, BIGLIAZZI, Una, NATOLI,
Ugo, BUSNELLI, Francesco D., op. dt., tomo 1, vol. 1, pág. 404 y sgtes.
159
•
Freddy Escobar Rozas
Por tanto, para el logro de nuestro fin, que viene a ser la ela-
boración de una :correcta- definición del derecho subjetivo, es ne-
cesario poner en evidencia cómo la relación que éste tiene con
otros institutos llega a determinar -externamente también- su pro-
pia configuración.
160
•
El derecho subjetivo
La .individualización
. '
de. semejante deber
. jurídico. general
'.
cons-
tituye, .sin embargo, sólo el primer paso en la estructuración del
conjunto de realidades -ideales- externas que el derecho subjetivo
requiere, a, titulo de garantía, para su existencia: En efecto, aten-
diendo a la circunstancia de que dicho derecho nose.agotaen.una
facultad directa sobre un bien, sino que también puede adoptar la
forma de una facultad -por así llamarla- indirecta sobre el mismo,
al autorizar su obtención a través de una exigencia dirigida hacia
otro individuo, resulta necesario que; además del referidO deber (o
sea, del general), exista otro de carácter específico, que correlativa-
mente ligado a aquél (esto es, al derecho subjetivo), no convierta
en '~Cana la pretensión concedida. Aquí se requiere, en consecuen-
cia, además de la entidad externa que cree las condiciones necesa-
rias para ejercer el propio derecho, la presencia de una situación de
deber (o necesidad), que, sobre la base de la primera, esté llamada
a realizar el contenido de la facultad indirecta hasta llegar a conver-
tirla en una facultad directa62 •
" F:n tal sentido: MIELE, Giovanni, op. ril., pág. 11 S; FERR!, Luigi, op. tit., pág. 247;
DEL VECCHIO, Giorgio, op. di., pág. 392; NICOLÓ, llosario, op. di., pág. 131;
VÍ',SCOV( Enrico, op. di., pág. 403; GARCÍA MAYNEZ, Eduardo, Dmrho S11bj'-
.livo .. :, pág: 274.
La idea es, fundamentalmente, de Rosario NI COLÓ (ver: op. di., pág. 139y 142 a
145). b siguen, enÍre otros: SATIA, Salvatore, citado por: PUGLIATII, Salvatore,
. ~p. á t., p~g. 49; PEIDRÚ PASTOR, ismacl y RODR!GUEZ-ARIAS
BUSTÁMANTE: Uno, op. dt., pág. 285. ·
161
Freddy Escobar Rozas
'•-' 1:,1 estado de sujeción es una situación jurídica subjetiva de desventaja que se can1.c~
tcri7.a por afectar la esfera del sujeto que la padece a la decisión de otro. En consc-
cllcnd;1, d qm· se cn<.·ucnl'ra en ese estado .está llamado a sufrir.l:ts consecuencias de
la actuación ajena, sin que pueda de algún modo sustraerse a las mismas. Padecen,
entre otros, semejante situacicln: el representado, el concedente, el deudor frente a
quien se ejerce la ejecución for7.ada y la parte frente a la que se hace valer la rcsolu-
ci<in.
1'"tal '"ntido: AZZARITI, Fanccsco Savcrio, MARTINEZ, Gim·anni, AZZARITI,
Giuscppe, op. dt., pág. 8; MORINEAU, Osear, op. dt., pág. 160; VESCOVI, Enrico,
op. dt., pág. 406; GARCÍA MAYNEZ, Eduardo, Dembo .f11bjtlil'o ... ,pág. 274.
162
••••
El derecho subjetivo
+ .
La palábra «tutdru> es, como indica BIGUAZZI, empleada, fundamentalmente,
para designar dos cosas muy distintas. En efecto, se utiliza dicha palabra como
sinónimo de reconocimiento (rectiur. calificación de juridicidad) que la norma reali-
za respecto de un interés. elevándolo al rango de «presupuesto)) do. Cierta situaciórl
jur(dica subjetiva, a la v:erificación de determinadas condiciones -de hecho-. Así, se
sude hablar de intereses merecedores dé. tutela, para designar a intereses que son
: suséept.Jbles de ser tomados en cuenta por l:f norma a efectos de acordarles situa.:
. ciones· jurídicas subjetivas de ventaja. Pero se utiliza también la referida palabra
como sinónimo de protección que, a manera de reacción, la norma otorga a quien
ha visto fésioriado ~de algún· modo- un interés previamente tomado en cuenta por la
· misma. Así, se suele hablar.de intereses objeto de tutela, para designar a intereses
que son defendidos por d ordenamiento ante una lesión o ante el peligro de que
- ésta se produzca. Ahora bien, conforme lo indica la. autora mencionada, y con ella
la más autorizada doctrina, la palabra «tutela», desde un punto de vista técnico, debe
ser entendida en este segúndo sentido.· En consecuencia, cuando aquí hagaffios
referencia a la (<tutela>> del derecho subjetivo lo haremos tomando en cuenta su
significado estricto (ver: Profili Súlematiri deii'Aulo/ulela Priva/a, Dott. A. Giuffre
Editore,Milano,l971, pág. lO y sgtes.).
163
•
Freddy Escobar Rozas
Una vez aclarado este punto; veamos, ahora sí, cómo la exis-
tencia de los mecanismos de tutela incide en la noción de derecho
subjetivo. Para esto, notemos que los referidos mecanismos no
tienen siempre el mismo efecto con relación al interés presupuesto
del derecho subjetivo; pues, dependiendo de la medida en que la
que éste :ie vea «afectado» por la violación de la garantía, aquéllos
trat~rán (i) de éliminar los obstáculos que impiden su plena realiza-
ción o (ii) de obtener en algún modo la satisfacción de la necesidad
subyacente a dicha violación.
164
•
El derecho subjetivo
165
•
Freddy Escobar Rozas
recibir una suma de dinero que resarza los daños ocasionados por
el incumplimiento de la obligación, respectivamente. Nótese como
esta nueva necesidad no sólo es distinta de la que fundamenta al
derecho subjetivo «afectado», sino que hasta incluso es contraria.
Así, por ejemplo, la necesidad del acreedor de obtener el pago de
una indemnización que resarza los daños ocasionados por el in-
cumplimiento no sólo es diferente a la de obtener la prestación
debida, sino que es opuesta ·a la misma, en tanto que no puede
coexistir con ésta.
166
•
El derecho· subjetivo
167
freddy Escobar Rozas
l'UIG PEÑA, Federico, Tratado dr Dmrho Cit•il Español, Ediwrial Revista de Dere-
cho Privado, Ma<lrid, 1958, vol. 1, pág. 283. En el.mismo sentido: CESARINI
Sl'ORZA, Widar, op. di., pág. '692.
" CANDTAN, Aurelio, op. di., tomo!, pág. 214.
168
El derecho subjetivo
169
Frcddy Escobar Rozas
IV. CONCLUSIÓN
611 De acuerdo: LARENZ, Karl, op. cit., pág. 370 y.371¡ PUIG PEÑA, Federico, loe. di.;
. ESPÍN CA NOVAS, Diego, op. al., vol. !, pág. 240, y sgtes.; GARCÍA AMIGO,
M:mucl, l11stilurionts dt Dtruho CiJ,il, Editorial Revista de Derecho Privado, f\.fadrid,
1979, vol. 1, pág. 253; DIEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio, op. cit., vol. !,
pág. 448; TORRENT, Armando, op. cit., vol. 1, primera parte, pág. 168.
" As!: MESS!NETri, Davide, Oggetto dei Diritri, Enciclopedia del Dirítto, Dott. A.
Gi~ffre Editore, 1979, tomo XXIX, pág. 809. ·
170
El derecho subjetivo
171
CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO
DE LA RELACIÓN JURÍDICA
-INTERSUBJETIVA-
I. INTRODUCCIÓN
175
)
•
Prcddy Escobar Rozas
176
•
Contribución al estudio de la relaCión jurídica Intersubjetiva-
SAVIGNY, Friedrich Carl von, Sisttma dt Dmrho Romano Arlt1a/, traducción deJa-
cinto Mesia y Manuel Poley, Centro Editorial de Góngora, Madrid, s/f, tomo I, pág.
259.
177
•
Freddy Eseo bar Rozas
178
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
6
·' Comparten esta teoría: DABIN,Jean, Teorla Gmererl del Derecho, traducido pOr Fran~
·cisco Javier· Osset, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955, pág.· 125;
LARENZ, Karl, Dencho Civil. Parte General, traducido por Miguel hquierdo yMádas-
Picavena·, Editorial Revisia de Derecho Privado, Madrid, 1976, pág. 249;
·PUGL!Ji.TI'I, Salvatore, lnlrodtiCción al Ettudio del Demho e¡,.¡¡, traducción a la se-
~nda edición italiana, Porrúa Hermanos y Cia., México D. !'., 1943, pág. 192 a 195;
CASATf, Ettore y RUSSO, Giácomo, Mimunle drl Din~Jo Priva/o Iinlinno, Unione
Típograflco Ediirice Torinese, Roma, 1947, pál} 8; COSTA, l'austó, Tralla/o ili Filos'!fia
dr/Dirillo, l'ratelli Bocea Editori, Milano, 1947, pág. 145; DE SEMO, Giorgio,
IsJiluzionitÍi Dirillo Priwlo, G. Barbera Editare, F'ttenze, 1952, pág. 94; CARNELUTIT,
Francesco, 1"toniJ. General dtl Dtrtrho, traducción de FranciscO JaViei Üss~t. Editorial
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955, pág. 184 y sgtes.; BARASSI, Lodovico,
bulilurionu de Dmcho Civil, traducido por Ramón Garda de Haro de Goytisolo,José
María Bos<:h Editor, Barcelona, 1955, pág. 105 y 106; MESSINEO, l'rancesco, Manual
dt Dmcho Ci!•ily Comercial, traducido por Santiago Sentís Melendo, Edi~iones Jurídi-
cas Europa-América, Buenos Aires, 1955, tomo II, pág. 3 y '5; ROCCO, Alfredo,
Pn·fuipio.r de Derecho Menanh'/1 traducci~n ~e la Re~sta de Derecho fri~d~, Editora
Naclonál, MéxiCo D. E, 1956,pág. 215; ROCCO, Ugo, Ttotia Gtittral ¡¡;¡ PromoCi1•il,
traducción de Felipe de J. Tena, Editorial Porrúa S.A., México D. E, 1959, pág. 31 y
32; DEL VECCHIO, Giorgio, Filosofía dtl Dtrubo, tradúcción de ·Luis Legáz y
179
•
Frcddy Escobar Rozas
2. La teoría de la interconexión
Lacamhra, flosch Casa Editorial S.A., flarcclona, 1980, pág. 401; ZATII, Paolo y
COLUSSI, Vittorio,l imammli di Diriflo Pritoalo, Casa Editrice Dott. Antonio Milani,
Padova, 1989, pág. 68; TRIMARCHI, Pietro, l!titHzioni di Diriflo Prit•alo, Giuffrc
Editore, Milano, 1989, pág. 64; BRECCIA, Umberto; BIGLIAZZI GERI, Lina;
NATOLI, Ugo; IlUSNELLI, Francesco D., Dmrho Cit•il, traducción de Fernando
Hinestrosa, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1992, tomo 1, vol. 1, pág.
337; TORRENTE, Andrea y SCHLESINGER, Piero, Ma~111ale del Dirillo Prit•ato,
Dott. A. Giuffrc Editore, Milano, 1994, pág. 55; DU PASQUIER, Claude, Introd11r·
dó11 a la Teoría Gmeral dtl Derrrboy ala Filosojia Jmidica, traducido por Juan Bautista de
La valle y Julio Ayasta Gonzáles, Librería e Imprenta Gil S.A., Lima, 1944, pág. 113;
G RANFIELD, David, Ú1 txperimria Interna del Dmrho. Una ]rmtpmdmria dt la SHh¡t·
lir•idad, traducido por Armando J. Bravo Gallardo con la colaboración de Víctor M.
Pérez Valera y Miguel Romero Pércz, Universidad Iberoamericana, México, D. F.,
1996, pág. 112 )' 113; JAWITSCH, L S., Teoria Gtneral del Dmrho, traducido por
Cristina García, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1988, pág. 186; BITTAR,
Carlos Alberto, Troria Gtral do Dirtilo Ch•il, Forense Universitária, Rio de Janeiro,
n
1991, pág. 14; DINIZ, Maria Helena, Compí11dio dr lntrod11rao Ciínria do Dirrilo,
Editora Saraiva, Siio Paulo, 1995, pág. 459; DOURADO DE GUSMAO, Paulo,
[lttrodnaio al Est11dio do Dirrilo, Editora Forense, Rio de Janeiro, 1998, pág 243; LEGAZ
Y LACAMfiRA, Luis, llltrodllcrióll a la Cimria dtl Dmrho, Bosch, Casa Editorial,
B;rcclona, 1943, pág. 529; PUIG PEÑA, Federico, Tratado de Dmrho Cil'il Español,
Editorial Revista de Derecho Privado; Madrid, 1958, vol. 1, págs. 2 a 4; MANTI·
LLA, Benigno, La Relación Juríclica, Revista de Derecho Español y Americano,
l'v!adrid, s/f, año VIl, número 31, págs. 209 a 211; SANTOS BRIZ,Jaime, Dmrho
Cit•il "Jtoria y Prnrtira, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1978, vol. 1,
pág. 277; CASTÁN TOBEÑAS, José, Dmrho e;,;¡ Espmiol, Com1ín y Foral, Reus
S.A., Madrid, 1982, tomo 1, vol. Il, págs. 11 a 15; BADENES GASSET, Ramón,
Conrrplos Pulldnnu.ntalu dr Drrecho. l~s Rrladonn ]11ddiras Palrimonia/u, Marcambo
Boixareau Editores, flarcelona, 1982, pág. 37; l\IARÍN PEREZ, Pascual, Dmrho
e;,.,¡, EditoriafTecnos S.A., Madrid, 1983, vol. 1, págs. 20 a 22; DIEZ-PICAZO,
Luis y GULLÓN, Antonio, Sistrma de Dmrho Cil•il, Tecnos S.A., Madrid, 1985, vol.
180
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
Il, p'ág$. 49 y 50; LACRUZ BERDEJO,José Luis, Nodonude Dmrbo Civil Patrimo-
nial t[ntroducción al Derecho, José María Bosch Editor S.A., Barcelona, 1991, pág: 63;
TORRENT, Armando, lnstt~udontJ de Dmcbo Prit•ado, NEO Ediciones S.A., Madrid,
1994, "ol. I, paite 1, págs. 159 a 161; HERVADA,Jnvic.r, Lecciones Propedéuticas
de Filosolia del Derecho, Ediciones Universidad de Navarra, S.A., Pamplona, 1995,
pág. 244; GOLPSCHMIDT, \Werner, lntrod11cción al Derrrbo, Aguilar, Buenos Aires,
. 1960, pág. 241; SMITH,Juan Carlos, El Concepto de Relación Jurídica, Anales de la
Fac.;¡tad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de la Plata,
tomó XXV, 1966; pág. 284 a 286; ROJINA VILi.EGAS, Rafael, Introducción al Dere-
cbo, Editorial Porrúa S.A., México, 1967, pág. 135 y sgtes.; REALE, Miguel,.lntroduc-
cióJ~ al Dt.ruho, traducción de Jaime Brufau Prats, Ediciones Pirámide .S~A., _Madrid,
1979, págs. 172 y sgtes.;TORRES LACROZE, Federico y PATRICIO MARTÍN,
GUillefmo; /Üam1al de lniroducció11 al Derrtho, Abelcdo-Pcrrot, RuCnos Aires, ·1983,
'p:íg. 235; GATTI, Edmundo, Dmrbos Suhjrtimry Rrkuioms Jmidirn.r, Ahc!cdo-Pcrrot,
Buenos Aires, 1992, pág. 21; BULLARD, Alfredo, ¡..,,
Relación Juridico Palrimo11ial
Reo/u vs. Obligaciones, ARA Editores, Lima, 1991, págs. 122 y 123. ·
EstR postura tambiéri ha. sido consagrada legislativ:tincntc. El ejemplo más ilustia-
tivo de dicha consagración lo proporciona el actual Código Civil cubano, que en sus
articulas 22 y 23 Uega a contemplar una definición de la relación jurídica. De acuer-
do con el primer articulo, «Tiene el carácter de jurídica la relación entre personas a
la que la ley le atribuye efectoS». De acuerdo con el segundo, <<Los elementos de la
relación jurídica son: a) los sujetos que intervienen en ella; b) el objeto; y, e) Ia causa
que la generro>.
VON TUHR, Andreas, Derecho Civil Ttoria Gmtral del Dmcho Civil Alemá11, traduci-
.do por Tito Ravá, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1946, tomo I, vol. I, págs. 155
a 157.
181
Freddy Escobar Rozas
182
••
Contribución al estudio de la relación jurldica Intersubjetiva-
3. La teoría normativa ·
183
•
Freddy Escobar Rozas
miento jurídico; cosa que por lo demás se producía cada vez que
aquél, voluntaria o involuntariamente, «entraba» en uno de h;)s su-
puestos previstos por el referido ordenamiento como hechos de-
terminantes de efectos -jurídicos-.
184
•
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
4. La teoria de la homogeneidad
KELSEN, Hans, Ttoria Gmtral del Ertado, traducido por Luis Lcgaz y Lacambra,
Editora Nacional, México D. E, 1959, pág. 109.
Lu~go de ser considerada como «criterio fundamental de cali(ic~ción jurídica», ca-
"
paz de comprender e incluso describir con fines didácticos cual<1uier rama del De-
recho (teorías clásica y de Ja interconexión), la relaci6n jurídica atravesó por una
serie de .etapa.s críticas que teqninaron por redefinir no sólo su concepto sino tam-
bién la función que debía cumplir. La primera «crisis» se produjo cuando un impor-
tante sector doctrinal (Hartni.ann, Camarata, Nicoló, Barbero, entre otros) cucstio~
185
•
Fr~ddy Escobar Rozas
186
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
ción del deudor era «Voluntaria>>, desde que la norma que concedía
la posibilidad de alcanzarla presuponía una voluntad objetiva diri-
gida a la consecución de la desaparición de la necesidad que afecta-
ba al deudor. Por lo tanto, el concepto de derecho subjetivo no se
veía ~en este caso- afectado ni siquiera cuando los terceros, aun en
contra del querer del deudor, cumplían la prestación y «ejercían»
de este modo el derecho que aquél tenía a su liberación 20 •
5. La tcoria de la complejidad
188
•
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
2.1
i.ÓPEZ DE ZAVALÍA; Fernando, op. cit., tomo!, pág. 2B.
LÓPEZ DE ZAVAÚA, Fernando, op. cil., tomo 1, págs. 31 y 32.
189
•
Freddy Escobar Rozas
1.1. La intersubjetividad
190
•
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva·
amplio, relación jurídica puede ser tanto aquella que vincula a una
persona con otra, como aquella que vincula a una persona con una
cosa, a una persona con un lugar etcétera. ,.
pedii del Diritto', Giuffri: Editore, 1964, tomo XII, pág. 751; PALAZZOLO,
Salvatore, Rapporto Giuridico, Enciclopedia del Diriito, Giuffre Editore, 1987, tomo
XX.'CVIll, págs. '293 y294; ALPA, Guido y BESSONE, Mario; ElnmÍIIi di Diritto
. CM/e, Dott. A. Giuffrc Editore, Milano, 1990, pág. 23; RODRIGUEZ-ARIAS
BUSíAMANTE, Lino y PEIDRÓ PASTOR, Ismael, Teoría del Deber Jurídico y
del Derecho Subjetivo, Revista Gen~ral de Legislación )• Jurisprudencia, año XC!Il,
tomo xV, número 3, pág. 278; LÓPEZ DE zAVAUA, Fernando, op. tit., pág. 19.
" En este sentido: CASATI, Ettore y RUSSO, Giacomo, op. cit., págs. 7 y 8; PUIG
PEÑA, Federico, op. tit., vol. !, págs. 2 a S; ESPÍN CÁNOVAS, Diego, Mant~al de
Dtmho, Civil Espatiol, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1982, vol. !,
pág. 227; BULLA RO, Alfredo, op. cit., págs. 107 y sgtes.
" En este sentido: CASATI, Ettore.y RUSSO, Giacomo,/or. cit.; DE SEMO, Giorgio,
op. tit., págs. 94 y 95; ESPÍN CÁNOVAS, Diego, loe. tit.
191
•
Freddy Escobar Rozas
·'
11
!...1. tinica mtmem de contradecir esto que se afirma es desconociendo la eficaci~
jurídica ~le los vínculos indicados. Semejante actitud, sin embargo, carecería -del
más mínimo respaldo positivo. Para despejar cualquier duda al respecto, piénsese
en el SiJ..rtlicnte caso cxtr.tído de la realidad: una empresa dedicada a ~a comerciali?.ación
de hehidas gasesosas Oa ~<empresa>)) celebró con una asociación pro-vivienda Oa
((asociaciün,>) un contrato en cuya virtud la primera quedó autorizada a utilizar, para
lincs publicitarios, un panel instalado en un terreno de propiedad de la segunda.
Transcurridos algunos mese~ y antes de que el pla:wdel contrato expirara, la asocia-
cilm procedió a retirar unilateralmente los avisos <JUC había colocado ~a emp~esa en
el panel publicitario. Ante tal hecho, la empresa planteó un interdicto de recobrar.
Ahora bien, tomando en consideración que el artículo 921 del Código Civil esrable-
cc que \micamente el poseedor de bienes muebles inscritos o el de bienes inmuebles
está facultado a interponer acciones posesorias e jmCrdictos, ¿podía la empresa
pretender por la vfa del interdicto la tutela de su interés? Veamos. Un panel publi.
citario, como se sabe, es un bien mueble que una vez instalado en cualquier bien
inmueble se convierte, por disposición del artículo 888 del Código Civil, en acceso-
rio ·de este último. La acccsoriedad de un bien respecto de otrO no determina, ~in
cmb:ugo,la pérdida de la individualidad del primero. En efecto, la norma citada no
sólo establece que el bien accesorio Sigue conservando su individualidad sino que
incluso reconoce la posibilidad de que el mismo sea objeto de derechos singulares.
192
•
Contribución al estudio de la relación jurldica Intersubjetiva-
·En realidad, de acuerdo con el artículo 889 del mismo cuerpo normativo, dúnico
Cfecío qJe se deriva de la accesoriedad es -de ser procedente- el cambio de la con-
dición (mueble o inmueble) original del bien accesorio en función de la que tenga el
principal. Ahora bien, en el caso analizado semejante efecto significó considerar
<cinmucble>> al panel publicitario y, por lo tanto, admitir la legitimación de la empresa
para interponer el interdicto de recobrar. En consecuencia, de acuerdo con una
visión desprejuiciada del asunto no sé puede ignorar que, en apliCación de las nor-
mas citadas, dos bienes }úódicamente independientes réstiltaron recíprocamente
vinculados y que; corno consecuencia de ello, uno cambió de condición juódica,
pCnhitiCndo di: este modo la actuacióh d.C un inccaniSnio de tutela abStracto como
·es el interdicto. Como se. podrá advertir, demostrár la irrcleV:tnciá jurídica del
víncUlo entre 'el panel publicitario y el terreno es, a la luz del derecho positivo, una
tarea imposible de realizir.
" La afirmación 'de que existe rélación.. jurídica: entre una persona y una cosa es, en
realidad, un·a siínple forma de aludir a la relación (vil1culadón) exiStente entre cierta
situación jtiódica subjetiva(el.derecho de propiedad, por ejemplo) y el objeto sobre
el cual dicha situación recae.
193
•
Frcddy Escobar Rozas
" Sobre el objeto del derecho de crédito la doctrina comparada ha debatido ardua-
mente, al punto que l]Uicncs se ocuparon de csn1diar este: tema llegaron a elaborar
una multiplicidad de planteamientos que: sólo con wan esfuerzo de sistematización
. pueden 5er .agrupados en ocho teorías, a saber: (i) la teoría personalista; (ii) l:i teoría
realista; (iii) la teoría de la carga; (it~ la teoría del dé~ito y la responsabilidad; Mla
. teoría del bien debido; (ti) la teoría de la tolerancia; (t•ii) la teoría neosubjetiva; y, (t•iii)
la teoría de la integración. Ni la considerable dificUltad del tema ni la proliferación
de postuhtdos impidieron, sin embargo, que la doctrina finalmente alcance el con-
sem;o dc:;e"do, de modo (.1ue se puede afirmar, sin temor alguno, que, sa.lvo unas
p.ocas e~cepcioncs, actualmente se considera a la prestación debida como objeto del
derecho de crédito.
194
•
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
J)
KELSEN, Hans, op. iit., pág. 190.
" Que el Derecho establece conductas que deben o que pueden desarrollarse respec-
to de cosas, animales etcétera, es algo de lo que no puede dudarsc. Así, por ejemplo,
el derecho de propiedad no es sino un conjunto de facultades que el ordenamiento
jurídico concede sobre un «bieru>. A este respecto, conviene puntualizar que no se
puede sostener válidamente, como lo pretende KELSEN, que la propiedad «... no
consiste sino en las normas que sancionan con pena y ejecución los actOs de dispo-
y
sición y goce sobré cosa ajena en la posibilidad concedida al propietario de pro-
vocar unilateralmente, mediante una simple manifestación de su voluntad (...) la
consecuencia jurídica contra el infractom (op. cit., p:lg. 190) (el énfasis es nuestro);
pues, si así fuera, las referidas fácultades solamente tendríim júridicidad en caso que
no sea el propietario quien las ejerza, lo cual resulta a todas luces absurdo.
195
•
Freddy Escobar Rozas
196
•
Contribución al estudio de la relación jurldica Intersubjetiva-
197
•
Freddy Escobar Rozas
1.3. La complejidad
198
•
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
"· Conexión ((:t.bstract~m es', ·en este contexto, la que «une» una situación -jurídica sub-
jetiva de v~n~a-ja- de «proteccióm> con un deber jurídico general. Esta conexión se
preSenta siempre, pues su función consiste en ~d.mpcdit>) que los terceros se inter-
. pongan en la satisfacción del interés presupuesto en cilda situación - jurídica sub-
jetiva de ventaja: de «goce».
" Conexión <lconcrcta>) cs,.cn Cste contexto, la que <<Une)) una situación -jurídica sub-
jetiva de ventaja- de «goce» con un deber jurídico especifico o con un estado de
sujeción. Este vínculo sólo se presenta cuando el interés que presupone dicha
situación tec¡ujere, para su satisfacción, de la «cooperación» de otro.
•• Siguen este camino: PUGLIATTI, Salvatore, I/TrasftriHJel/lo del/e Sillla;jom'Soggellive,
Dott. A. Giuffre, Editore Milano, 1964, pág. 22; GIACOBBE, Giovanni, Mora del
Creditore, Enciclopedia del Diritto, Giuffre Editore, 1976, tomo XXVI, pág. 950;
COMPORTI, Marco, Diritti Reali in Gencrale, Tratatto di Diritto Civile e
CorilmCrciale, diretto da Antonio Cicu e Francesco· MCssineo, continuato da Luigi
Mcngoni, Doít. A. Giuffre Editore, Milano, 1980, vol. VIII, tomo I, págs. 23 y
sgtes.; BRECCIA, Umberto; BIGLIAZZI GERI, Una; NATO U, Ugo; BUSNEW,
l'ranccsco D., op. dt., tomo I, vol. I, pág. 337;JAWITSCH, L S., op. di., pág. 195.
199
•
Freddy Escobar Rozas
200
•
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
201'
•
Frecldy Escobar Rozas
202
•
1
1 Contribución al estudio de la relación jurldica Intersubjetiva-
\.
pecto de cierto bien, las relaciones que contienen a los derechos en
\ cuestión (o sea, a los que se encuentran
.
al margen de las relaciones
. .
! de carácter intersubjetiva) le otorgan a dicho sujeto la posibilidad
de obrar directamente sobre el referido bien, viniendo así a consti-
tuir «relaciones de satisfacción»; es decir, relaciones que procuran
\ el goce de algo y, por eso, devienen en primarias respecto de cierto
de tipo de relaciones intersubjetivas Qas «abstractas») 43 •
fa.\~or facultad alguna a fin de logra! la sati~fac~ión d~ st,l irytcrés .(en no ser ((pcrhu-
bado;>). Nótese que no se puede afi~mar q~e al mismo le correspo~de pr~te~sión 1;
de exigir el cttmpliiniento del d~ber general de abstención; pues, como lo ha hecho
notar THOJ':' (Nomllt Gi11ridica r Dirillo Sogg•llivo, l11dr¡gi di Tronit Gmeril!e dd Dirillo,
.trndu>.ione di Alessandrq Levi, Casa Editrice Dou. A.. Milani, Padova, 1.?51, pág.
159), la posibilidad de exigencia de respeto carece, en este contexto, de toda rele-
van da· ji.tddiCa (¿se deriva alguna consecUencia jluídka si, ·cjcrciéÓdo su úprétcn-
. slórn>, el propietario e:dge a un tercero el cumplimiento del referido deber? ¿Existe
nlgún recono~imicnto r>or parte del orderiamicnt9 rcspl'Clo de tal acto?).
Es i-mportante puntuali?.ar, sin embargo, que el carácter «jurídico))__ <lc la situación en
la que se encuentra quien espera no ser <cperturbado>> en nlodo a_lgun~~puede ser
negado, pues es notorio que eUnterés que ostenta el titular de tal situación ha sido
valorado positivamente· por el ordenamiento jurídico, que (i) conecta un deber ten-
diente a su satisfacción y (ii) otorga medios de <iproteccióm> frente a la transgresión
del mis!llo. .Qe igual modo, es i_mportante. destac~r lJUe son titulares de esta situa-
ción innomina~a no sólo aquell<;>s que tienen derechos que no se insertan en rela-
ciones jurídicas intersubjetivas sino ·también aquellos que tienen. derechos que se
insertan en tales relaciones (y en general aquellos <¡uc ·ostentan situaciones de
gpce que puedan ser objeto de perturbación por parte de terceros).
Sustancialmente de acuerdo: PUGLIATTI, Salvatore, op. cit., págs. 22 y 23.
203
•
I'reddy Escobar Rozas
1.4. La homogeneidad
204
•
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
ROCCO, Ugo, op. cit., tomo 1, pág. 31; TRIMARCHI, Pietro, op. cit., pág. 57; ZATI1,
Paolo y COLUSSI, Vittorio, op. cit., pág. 68. .
205
i·
•
Freudy Escobar Rozas
Aquí hay <JUC hacer una precisión. Sqstcncr que dos derechos subj~tivos (u_ otras.
situadoncs de v~ntaja) no pueden ~st~r cOrrcindvamcnte ligados no significa neSar
(JUC en una rdadón 'jurídica intersubjetiva ambas partes puedán tener l;JOO o 'más
206
•
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
2. El J])Odo de configurarla(sigue)
"' A modo de referencia: GIACOBBE, Giovanni, np. ril., pág. 950 y s¡,<tcs.
207
•
Frcddy Escobar Rozas
.p
I'U< :t.IATI'I. Solv:uorc. lntrnrlnrrión .... pÓJ(. 2111 l' sgtes.; filGUAZZI GERl. Lina,
Projili JiJitlllflliri drll>'llllol!tltltl PriJ•ala, Dott. A. GiuffrC Editorc,l\.-lilano, 1971, pág.
12 l' sgtes.; PA LAZZOLO, Salvatore; op. cit., pág. 307 y sgtes.; 'ffi!MARCHI, Pietro,
np. cit., p:igs. SH r 59; ZA1TI, Paolo y COLUSSI, Vittorio, op. ril., pág. 64 y sgtes.;
AU'A, Guido y BESSONE, Mario, op. di., págs. 24 )' 25; BIGLIAZZI GERI, Lina;
IIR"CCIA, l tmbcrto; NATO U, Ugo; BUSNELLI, l'raocesco 0., op. ril., tomo 1,
vol. 1, pág. 353 y sgtcs; NlCOLÓ, Rosario, l...t Jituazioni Giun"dirht So_e,l!,tlliiY, l . .Hittrt
di /)itillo Citi!t, raccohe da Guido Alpa e Paolo Zatti, Casa Editrice Dott A. Milani,
Padova, 1990, póg. 129 y sgtes.
208
•
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
i
jurídicas subjetivas-, no nos queda más que evidenciar la imposibi-
¡ lidad de seguir manteniendo en pie una noción tan estrecha sobre
la composición de la relación jurídica intersubjetiva. Y para ello
nos serviremos del contrato de opción.
. En tal sentido: BlANCA, Massimo, Dirillo Civile, Dott. A. Giuffre Editore, Milano,
1984, vol. III, pág. 227; CARRESI, Franco, Il Contralto, Trattato di Diritto Civile e
Commerciale, gii dirctto da Ant~nio CicU e Frances'co Messineo, condnuato da
Luigi Mengoni, Dott. A. Giuffre Editore, Milano, 1987, tomo 11, pág. 755;
RAVAZZONI, citado por: SACCO, Rodolfo y DE NOVA, Giorgio, 11 Contralto,
Tratalto di Diritto Civile, diretto da Rodolfo Sacco, UTET, Torino, 1993, tomo 11,
pág. 323.
209
•
Freddy Escobar Rozas
210
.,
Contribución al csntdio de la relación jurídica Intersubjetiva-
· 2.2. El objeto
211
•
Freddy Escobar Rozas
" Así: CANDIAN, Aurclio, Tns@monu dr Dmrbo Pniwdo, traducido por Blanca P. L
· de Caballero, llnii>n Tipográfica Editorial Hispano Americana, México D. F., 1961,
pág.213.
" Así: ESPÍN CAN OVAS, Diego, op. cit. vol. 1, pág. 228.
" Así: RESCIGNO, Pietro, i\Ianua!t dtl Din"llo Pn"t alo Italiano, Casa EcÍitrice Dott.
Eugenio Jovcnc, Napoli, 1986, pág. 256.
1
212
•
. Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
54
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la Lengua Española, Espasa
Calpe, Madrid, 1992, tomo 11, pág. 1459.
213
•
Freddy Escobar Rozas
214
Contribución al estudio de la relación jurídica Intcrsubjetiva-
1
l
1
estructura, en tanto que el mismo recae también sobre la facultad.
En' tal seritido, o se coloca a la prestación y a la facultad cÓmo
. objetos de la relación o se excluye a ambas de tal categoría.
j
:J
determina que no se la pueda considerar como materia sobre la
cual recae -de manera exclusiva- todo el vínculo.
'·.
·1•.··
215
Freddy Escobar Rozas
216
Contribución al estudio de la relación jurídica Intersubjetiva-
IV. CONCLUSIONES
217
•-"
Dedico este trnbajo a Hortencia Rozas, Mariana Brigneti y Matiella Guerinoni, quienes
con su amistad, cariño y ejemplo han hecho de mJ una mejor persona.
I. INTRODUCCIÓN
'
A pesar de que el derecho de propiedad ha perdido el papel
que tuvo en épocas ya bastante lejanas, no cabe duda de que hoy
sigue siendo el derecho subjetivo patrimonial más importante que
existe, desde que posee, como ningún otro, un conh~nido que le
permite a su titular recabar del objetó sobre el cual recae la máXima
utilidad posiblc 1• -
221
Freddy Escobar Rozas
digo Civil de 1936 como el Código Civil de 1984 recojan, con lige-
ros cambios, una definición sumamente cuestionable de este dere-
cho, que evidentemente no es congruente con el avance doctrina-
rio en torno a la situación jurídica subjetiva y a sus mecanismos de
tutela material.
222
Mitos en torno al contenido del derecho de propiedad
a) El otigen
Un autorizado autor 4
ha afirmado que laprimera definición
de propiedad proviene del antiguo Egipto5 , por lo que cualquier
indagación acerca del desarrollo histórico de este instituto debería
tomar como punto de partida dicha definición. En este caso, sin
embargo, no parece necesario efectuar una retrospectiva tan ex-
haus.tiva. Y ello no sólo porque la misma excedería largamente los
limites de ·~ste trabajo sino porque el origen de la confusión que se
1
224
•
Mitos en torno al contenido del derecho de propiedad
11 Así: CAPOGROSSI, Luigi, op. cil., p. 177., De acuerdo con ciertos autores (lhering,
por ejemplo) la idea de que en un caso (resmancip1) exi~tia u'n señorío pleno y en otro
(ns tltt mandpt) un señorío relativo encontraba su fundamento en el resultado de la
comparación entre 'la nJtmdpah'o -mecanismo de trnn!'>fcrencin nplic:lblc a las ru tilmuipi-
y la lradih'o ~mecanismo de transferencia aplicables a las ru me mancipi-. Según ta1es
au_torcs, si se tomaba en consideración que la ma11cipalio tcní~ una estr:uctura com-
pleja en relación con la que poseía la lrad;ho, no se podía aceptar que esta última
produjera los mismos efectos que la primera (ver: CAPOGROSSI, Luigi, op. cil., p.
1 12
172).
Ejemplo emblemático de los cambios que se produjeron lo constituye el hecho que
la summa diviJio nrnm dejó de hact:rsc entre ruma11cipi y ns nu mnrtcipi para pasar a
hacerse entre rumobilu y ru inmobiles.
225
•
Freddy Escobar Rozas
ll
CAPOGROSS!, Luigi, op. dt., p. 180.
226
•
Mitos en torno ·al contenido del derecho de propiedad
b) ta confusión
Como lo ha hecho notar una autorizada opinión 16 , a diferen-
Cia de otros conceptos jurídicos, el de propiedad no es un concep-
to originario o natural (como sí loes, por ejemplo, el de posesión)
'sino más bien un concepto que emerge como resultado de la ela-
boración dogmática. Sin lugar a dudas, el concepto actual de pro-
piedad le debe mucho a la obra del Pandectismo alemán del siglo
XJX, el cual, en su afán de trabajar con construcciones y presu-
puestos sistemáticos anteriormente inexistentes, le clio a .aquella
«figura» un sentido predominantemente económico, convirtiéndo-
227
•
Freddy Escobar Rozas
17
En tal sentido: DE LOS MOZOS, José Luis, op. dt., p. 58.
" Por ejemplo: SERAPINI, Pelipe, lnstiludollts de Dmcho Romano, traducción de Juan
de Dios Tría~, corrcgidn, completada y puesta al día por J. M. Trías de Bes, Espasa-
Calpc, S.A., Bilbao, 1927, 10mo 1, p. 363; ALBALADEJO, Manuel, Dmcho Civil.
Dmrho dr /!imu,josé Maria Bosch Editor, S.A., Barcelona, 1994, vol. l, p. 247.
As!, por ejemplo: BRUNELLO, Bruno, Proprieta e diritto, Rivista lnternazionale di
Pilosofia del Diritto, diretta da Giorgio del Vecchio, Dott. A. Giuffre Editare, Mi-
lano, 1955, anno XXXII, serie lll, p. 510; COMPQRTI, Marco, Btni, dirilli rrali e
posuuo, lstituziolli di Difillo Prit•alo, a cura di Mario Bcssone. G: Giapichelli Editore,
Torino, 1999, p. 361; I..APAILLE, Héctor, Demho CM/. Trat,do de los Dmchos Rrales,
Compañía ArJ(entina de Editores S.R.L., Buenos Aires, 1943, tomo 11!, vol. !, p.
362; PUIG 1\RUTAU,José, FundamrnloJ de Dmrho Cil•il, Bosch, Casa Editora, S.A.,
Barcelona, 1994, tomo JJI, vol. 1, p. 130.
Así por ejemplo: PllJG BRUTAU,José, loe. dt.
228
Mitos en torno al contenido del derecho de propiedad
21
En tal sentido: ENNECCERUS, Ludwig,.KIPP, Theodor y WOLI'I', Martín, Tra-
tado dt Dmcho Civil. Dmcho de l01 Cosas, traducido por Bias Pérez González y José
Alguer, Bosch Casa Editorial, Barcelona, 1971, vol. 1, p. 333; RESCIGNO, Pietro,
Introduziont al Codict Civilt, Editori Laterza, Roma, 1999, p. 133; DE LOS MOZOS,
José Luis, op. cit., p. 224.
22
En tal sentido: I'LUME, Werner, El Negocio Jurídico, traducido por José Maria Miquel
González y Esther Gómez Calle, Fundación Cultural del Notariado, Madrid, 1998,
p. 182.
229
\ 1
21
1\{olitor reconoce que, aliado del concepto estricto de <<propiedacb), existe otro que
identifica a este institut.o con el <<dominio}) o pertenencia (tirularidad). Para este
autor, no existe problema alguno en utilizar este segundo concepto y, por lo tanto,
aceptar la existencia de, por ejemplo, <<propiedad)) sobre derechos personales. Molitor,
sin embargo, es tajante al afirmar que si bien se puede emplear sin mayor inconve-
niente el concepto (camplio>> de propiedad, no es posible en tal circunstanci,a ·preten-
der la aplicación de las normas que regulan a la propiedad como derecho real (ver:
230
•
Mitos en torno al contenido del derecho de propiedad
a) Antecedentes
231
; .
Freddy Escobar Rozas
b) Análisis critico
232
•
\ Mitos en torno al contenido del derecho de propiedad
!
233
•
Preddy Escobar Rozas
" THON, Aúgust, Nomu1 Giun.dira t Dirilto SO/{f!,tllit•o. l11dnp,i diTton·a Gtntra!t dtl Dirillo,
tradu1:ionc di Alcssandro Lcvi, Casa Editrice Dott. Antonio Milani, Padova, 1951,
1'· 3PJ.
27 Estn no súlo es reconocido por el Código Civil (el artículo 156 establece que C<Para
poder .di.s..punc;r de la propiedad ... •>; el artículo 1529 establece que «Por la compra-
venta el vendedor se obliga a tram;fc:rir la propiedad ...)); cte. [en todos los casos los
suhmyados son agrcgadosl) sino también por la doctrina. Así, a título de ejemplo·:
PUGLIA'rfl, Salvntore, J111di mi/a Rappmmlan'<f', Dott. A. Giuffre Editare, Mila-
no, 1965, p. 4; ZATII, Paolo y COLUSSJ, Vittorio, Untammli di Dirillo Prii'IJ/o,
Ccdnm, Padova, 1989, p. 79; ALPA, Guido y BESSONE, Mario, Elumnli di Dinllo
Cit•ilt, Giuffrc Editore, Milano, 1990, p. 27.
Resultante importante destacar que probablemente el hecho de no tener conscien-
cia sobre Jo que realmente se transfiere determine que algunos se adhieran, sin
mayor reflexión, a la idea de que la facultad de disponer forma parte del contenido
del derecho de propiedad. Este parece ser el caso de Lafaille y de Albaladejo,
quienes sostienen que, junto al_itJJ pouidmdi, al iustllmdiy a] illlJmmdi, d ita abutmdi
es un elemento del referido derecho. Sin e~bargo, cuando explican el contenido de
234
•
Mitos en torno .al contenido del. derecho de propiedad
" a
Sumamente ilustrativas son, este respecto, las palabras de Forrara. De acuerdo
con este autor, «Es un error evidente el sostener que la facultad de disposición es un
poder que entra en el derecho de propiedad. De hecho, el propietario que enajena
transmite la propiedad, en cuanto la propiedad es objeto de enajenación. Pero la
fuerza que transmite·Ja propiedad no puede formar parte de ella. Lo que se trans-
mite no. puede ser al mismo tiempo lo que transmite>> (ver: VILLAVICENCIO
ARÉVALO, Francisco, La facultad de disposición, Anuario de Derecho Civil, tomo
III,fasciculo IV, MCML, p. 1043 y 1044).
29
NATOU, Ugo, La Propnelti, Dott. A. Giuffre Editore, Milano, 1976, p. 99.
lO
En efecto, el razonamiento utilizado no difiere, en términos lógicos, del que: se
emplea, por ejemplo, en la exclusión de los mecanismos de tutela del contendido de
los derechos subjetivos <desionadoS>>. En este caso, la consideración de que tales
mecanismos son derechos autónomos se basa en la circutJ.stancia de qqe los mis-
mos actúan sobre el interés protegido por el derecho (rtrliur. el interés) lesionado.
235
Freddy Escobar Rozas
31
SPERDUTI, Giuseppe, Contri/mio olla Ttoria dtllt Sü11ai}oni Gi11ridirht Soggtllit•, Dott.
A. Giuffre Eclitore, Milano, 1944, p. 114; ROMANO, Salvatore, Aspetti soggettivi
dci cliritti sullc cose, Rivist'l Trimestrale di Diritto e Procedura Civile, Giuffre Editare,
Milano, 1955, anno IX, p. 1018 (también en Sulla no>ione di proprieta, Rivista
Trimestrale di Diritto e Procedura Civile, Giuffre Editor~:, Milano, 1960, anno XIV,
p. 339 y 340; CH!OVENDA, citado por: ANASTASI, Alcssandro,/oc. cit.; FERRI,
Luigi, La AIIIDniJmía Prit~t~da, traducción de Luis Sancho Men:dizabal, Editorial Re-
vista de Derecho Privado, Madrid, 1969, p. 305; FERRARA, Francesco; citado por
RODRIGUEZ- ARIAS, Uno y PEIDRÓ,Ismad, Teoría del Deber Jurídico y del
Qerecho Subjetivo, Revista General de Legislación yJurisprudencia, Segunda Épo"
en, Año XC!Il, tomo XV, Número 3, p. 295; VIll.AVICENCIO ARÉVALO, Fran-
ci.co, op. dt., p. 1OSO.
l2
Como c~nsccuencia lógica, de esto se deriva que d poder que se tiene para consti-
tuir un derecho real de garantía tampoCo forn1a parte del contenidO del_derecho de
propiedad. Así es, si tanto la prenda como la hipoteca, al conceder al acreedor la
fn~ultad de provocar la· transferencia del derecho de propiedad que existe sobre
cierto bien, se constituyen como dereChos sobre el derecho de propiedad; el poder
qu'c los crea ~o· puede dimanar, por las consideraciones expuestas. del objeto sobre
el cual.ambos recaen. A esta conclusión no puede oponCrse, ciertamente, el argu-
mento de que el Código Civil establece que los referidos derechos recaen sobre Jos
bienes objeto del derecho de propiedad y no sobre este derecho (el artículo 1055 de
dicho c6digo establece que: (cl....a p~enda se constituye· sobre un bien mueble .. ,)>;
mientras que el artículo 1097 del mismo cuerpo legal establece que: «Por la hipoteca
se afecta un inmueble ":·))),ya que tal argumento se basa en una lectura literal de
algunas de las normas que diseñan y regulan a estos instiNtos. En efecto, sí por un
lado se está a lo establecido por el articulo 1069 del Código Civil (que dispone que:
«. .. el acreedor puede proceder a la venta del bien ...») y a lo establecido por el
articulo 1097 de dicho código (que dispone que: «... na hipoteca] otorga al acreedor
236
Mitos en torno al contenido del derecho de propiedad
los derechos de ... venta judicial del bien ... »); y por el otro se está a lo establecido
por el artículo 1529 de aquel cuerpo legal (que dispone que la compraventa tiene
como fin la transferencia de la propiedad), se tiene que concluir que el derecho que
le corresponde al acreedor prendario {al acreedor hipotecario consiste en <<provo-
can> la transferencia de derecho de propiedad existente sobre la cosa <<gravada>>.
, Debe advertirse, por lo demás, que el hecho que la prenda implique, en ciertos
casos, la desposesión del bien y la concesión a favor del acreedor de la facultad de
usarlo· (artículo 1076 del Código Civil), en nada afecta la conclusión a la que se ha
arribado, pues es absolutamente factible que en el acreedor prendario se generen
dos derechos subjetivos coligados, como (i) el de usar el bien y (ii) el de provocar la
transferencia del derecho de propiedad existente sobre aquél. Ahora bien, es preci-
so indicar que aun ~n este último caso -esto es, cuando la prenda genera un derecho
directo sobre el bien-, el poder que lo crea no puede ser parte dei contendido del
derecho de propiedad, pues éste, por todo lo expuesto, es incapaz de «desmembrarse>>
a si mismo (esto si se asUme la teoría de que los derechos reales menores se originan
como consecuencia de un fenómeno de <~sucesión constitutiva>>). ni puede engen-
drar, cual derecho objetivo, otros derechos subjetivos (esto si se asume la tesis de
que los derechos reales menores no constitujren «desmembraciones•> del derecho de
propiedad sino nuevos derechos que limitan únicamente el ejercicio de su conteni-
do). Con este mismo razonamiento, finalmente, también puede ser descartada la
idea de que el poder que constituye al derecho de anticresis, que concede al acree-
dor la facultad de explotar y percibir los frutos del bien, forma parte del derecho de
propiedad.
237
Freddy Escobar Rozas
238
Mitos en torno al contenido del derecho de propiedad
ROMANO, Salvatore, .fu/la noziont di propritld •.. , p. 340; FERRI, Luigi,/or. rit.
El poder jurldico no es otra cosa que la genérica posibilidAd de operAr sobre la
realidad jurídica a fin de obtener un resultado útil derivado de la modificación de
dicha realidad. Según ha afirmado la doctrina más autorizada, el poder jurídico se
· coloca como un priuJ respecto del derecho subjetivo y, en general, respecto de cual-
quier otra situación jurídica subjetiva (esto lo hace notar muy claramenteLuigi Ferri
cuando advierte que el poder negocia!, esto es, la posibilidad de conduir de manera
\'álida y eficaz un negocio jurídico, constituye algo diverso de aquello que resultá ser
la consecuencia -directa- del negocio celebrado: el derecho subjetivo).
A diferencia de lo que ocurre con ciertos derechos subjetivos, el poder jurídico no
requier~ de una situación jurídica subjetiva que garantice su "actuación, en tanto que
·dicho poder, al resolverse en la -genérica- aptitud de actuar con efectos jurídicos,
viene a constituir una fnmllas ((autosuficientcn. Así, por ejCmplo, el poder negocia)
no requiere, para obtener la efectiva realización del interés que «protege>~, del cwn-
plimiento de deber jurídico alguno o, en todo caso, de la presencia de un estado de
sujeciÓn. Del mismo modo, d poder de adquirir -mediante apropiación- determi-
nado derecho subjetivo tampoco requiére, para lograr la efectiva realización del
interés que tutela, del cumplimiento de deber jurídico algúno o de la actuación de
otra situación de desventaja. En los casos mencionados, el titular del poder puede,
sin cooperación ajena, desplegarlo y conseguir de este modo el resultado esperado:
la modificación de la realidad jurídica pre-existente. Ahora bien, además de esta
239
•
Frcddy Escobar Rozas
plano, por así decirlo, «pasivo>> (1<aptitud para rccibim), sino más bien en uno «acti-
VO/> (<<fuerza para crcao>). En este sentido, mientras la su!Jjctividad asum~ la forma
de un espacio habitable por los efectos jurídicos, el poder jurídico asume la «forma))
de un fenómeno capa?. de crear dichos. efectos. La diferencia existente entre estos
. dos institutos permite constatar la presencia de supuestos en los cuales ambos están
presentes y supuestos en los que no ocurre esto. Así, ~i Pn'nms adqu_iere un derecho
subjetivo como consecuencia de haber celebrado un contrato, tanto la subjetividad
que posee -la cual le permite ser titular de tal derecho-, como el poder negocial que
ostenta -el cual le permite;_ celebrar válida y eficazmente dicho contrato·, habrán
estado en juego. En cambio, si Primm adquiere un derecho subjetivo como conse-
cuencia de la muerte de su padre (causante} o como con.o;ecuencia de un contrato (a
favor de tercero) celebrado por otros sujetos, habrá estado en juego su subjetividad
240
Mitos en torno al contenido del derecho de propiedad
.,. -que le posibilita recibir un efecto jurídico-, mas no su poder, en tanto que aquél no
ha obrado para provocar este efecto.
Por otro lado, si la capacidad constituye la -simple- posibilidad de actuar voluntaria-
mente y por sí mismo d contenido de una situación subjetiva, es más claro aún que
la misma no puede ser confundida con el poder jurídico, ya que se coloca en un
plano sustancialmente diverso (el del «ejercicio») de aquel en el que se coloca tal
poder (el de la «titularidad>>). En consecuencia, es perfectamente posible identificar
supuestos en los cuales ambos institutos están presentes y otros en ·los que no
sucede tal cosa. Asf, si Pn'n1111 (mayor de edad) celebra un contrato de compraventa
de su fu~do T111mlano, habrá estado presente tanto su poder negocia! como su capa-
cidad. Por el contrario, si Swmdus (menor de edad), representado por Tmius, cele-
bra un contrato de compraventa del fundo Tu;cnlano. que heredó de su padre, habrá
estado en juego su poder negocia! nías no su capacidad, al no haber ejercido volun-
tariamente y por sí mismo el referido poder. Para una magnífica exposición de esta
ligurá, ver: ROMANO, Santi, Frammmli di un Dizionan'o Giun'dico, Dott. A. Giuffre
Editare, Milano, 1947, p. 170 y sgtes.
36
BIGLIAZZI GERI, Lina, BRECCIA, Umberto, BUSNELLI, Francesco D. y
NATOLI, Ugo, op. dt., p. !52. .
" Entre eUos se encuentran el Código Ovil español, el Código Civil uruguayo, el Códi-
go Civil paraguayo, el Código Civil venezolano y el Código Civil portorriqueño.
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di Din.llo Prir•nlo, Libreri~ Intcrnazionale Tcves di Leo Lupi, Napoli, 1955, vol. 1, p. •1
11; DEL VECCHJO, Giorgio, FiiOJojia dtl Dmrbo, traducido por Luis Legaz y 1
l.acamhra, llosch Casa Editora S.A., 1980, p. 392; CESARINI SFORZA, Widar,
1
,Jiritto soggcttivo, Enciclopedia del Diritto, Giuffre F..ditore, 1964, tomo XII, pág.
694.
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lica dd Perú - Fondo Editorial, Lima, 1993, p. 230). Si es que ello es asf, ¿cómo, en
mi calidad de propietario, logro que los terceros se vean impedidos de actuar sobre
el bien? Adviértase que ya han sido descartadas, para la consecución de un fin
como este, 1!1 reivindicación, las acciones posesorias y los interdictos. Únicamente
quedaría la medida cautelar de no innovar. Sin embargo, resulta absolutamente
claro que.ésta.tampoco puede formar parte del contenido del derecho de propie-
dad, en tanto que constituye un mecanismo de tutela (preventiva) general.que sirve
para proteger cualquier situación jurídica subjetiva.
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e) Precisiones adicionales
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¡!
Adviértase que de compartirse esta postura, la inserci6n de la facultad de disponer
dentro -del contenido- del derecho de propiedad sería, aún, mucho más discutible.
Así es, si la constitución de un derecho como el usufructo, por ejemplo, implica la
transferencia a favor de un tercero de las facultades de uso y disfrute, es claro que
sería la facultad de disponer la que, con su ejercicio, provocaría tal efecto. Esta
facultad, sin embargo, permanecería a favor del nudo propietario, por lo que las
facultades transferidas no podrían ser, nuevamente, enajenadas. Pero, ¿no está el
usufructuario facultado para enajenar su derecho, esto es, sus facultades de usar y
dis.frutar? SI, sí lo está. Entonces, la facultad de disponer del usufructuario, ·quc.va
a incidir sobre las facultades que le han sido transferidas, es extraña a su derecho. Y
si esto es así en el caso del usufructo ¿porqué no lo es en el caso del derecho de
propiedad?
47
Así: BARBERO, Domenico, L' Umfmllo e I Dirilli AjJi11i, Dott. A. Giuffre Edito re,
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IV. CONCLUSIONES
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