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Resumen
Uno de los capítulos más sangrientos de la historia de Venezuela
es la llamada “Guerra a Muerte”, decretada por Bolívar. El asunto ha
sido debatido desde posiciones nacionalistas apasionadas que han he-
cho resentir la necesidad de un análisis más equilibrado. La indepen-
dencia de Venezuela posee tantas lecturas como historiadores y las in-
terpretaciones que explican el paso de colonia a república son ricas en
contenido: guerra por la libertad, guerra civil, guerra internacional,
rebelión oligárquica, revuelta popular, conflicto interprovincial, entre
otras. El presente trabajo realiza un acercamiento histórico al crítico
año 1813, cuando realistas y republicanos extreman las medidas de
encarnizamiento.
Palabras clave: Independencia, Bolívar, “guerra a muerte”, realis-
tas-republicanos.
Abstract
One of the bloodiest chapters in Venezuelan history is the so-called
“War to the Death” decreed by Bolivar. This matter has been debated
1 Este trabajo forma parte del resultado de la tesis doctoral presentada ante la Universi-
dad Complutense de Madrid para optar al título de Doctor en Historia.
Angel Rafael LOMBARDI BOSCÁN
“¡Españoles y Canarios!
Contad con la muerte,
aún siendo indiferentes,
si no obráis activamente en obsequio
de la libertad de América.
¡americanos!
Contad con la vida,
aún cuando seáis culpables”.
Simón Bolívar
Cuartel General de Trujillo, 15 de junio de 1813.
1. Introducción
Al desmoronarse todas las instituciones monárquicas de go-
bierno en la Península, en el momento que ocurre la invasión napo-
leónica de 1808, los españoles en América quedaron estupefactos.
Las autoridades realistas vivieron momentos de incertidumbre so-
bre cuál era la conducta adecuada a seguir en esas críticas circuns-
tancias. Algunos coquetearon con la posibilidad de seguir a José I,
impuesto por Napoleón; mientras que la mayoría prefirió mantener
el mismo status quo en la espera de que los acontecimientos, en su
evolución, aclarasen el panorama. Lo cierto del caso es que el va-
cío de poder en la Península, desde 1808 hasta 1814, precipitó la
creación de las primeras Juntas Americanas y la declaración de la
Independencia a partir del año 1811.
3. Guerra irregular
La guerra venezolana comenzó siendo un conflicto inter-
provincial hasta devenir en una feroz contienda civil en que los
principios políticos estuvieron entremezclados con los odios y
rencores personales sujetos a una terrible venganza. Los prime-
ros años del conflicto se caracterizaron por la falta de ejércitos re-
gulares que pudieran contar con el aval del Estado español. Los
soldados se reclutaban de manera apresurada y su adiestramiento
era improvisado y sobre el terreno, además, estos bisoños solda-
dos tenían que aprender todas las artes y técnicas de un tipo de
combate cuerpo a cuerpo que carecía de la más mínima regula-
ción. El vencedor de las breves, pero furiosas escaramuzas, se co-
braba con las vidas de los derrotados, haciendo acopio de sus per-
tenencias. Fue una guerra sin cuartel que careció de algún signo
de humanismo. Los hombres retrogradaron hacia formas de
comportamiento animal y primario.
3 “Bolívar por de contado, sería uno de los mayores energúmenos, y en aquella Procla-
ma, una de las más terribles de la historia universal contemporánea, vertió su alma
siempre viril y a ocasiones cruel”. BLANCO FOMBONA, R. (1969:111). Véase tam-
bién el retrato psicológico sobre el Libertador que llevó a cabo el psiquiatra venezola-
no HERRERA LUQUE, F. (1991). En GIL FORTOUL (1964:347-348) ha quedado
recogida la polémica orden que Bolívar emitió en el año 1814 para acabar con la vida
de los 800 presos españoles y venezolanos recluidos en las bóvedas de Caracas y Puer-
to Cabello. “En los primeros días de febrero (1814), túvose noticia de la marcha de
Boves hacia el Centro y de la de Rosete a Ocumare. Temeroso entonces el comandante
de La Guaira, coronel Leandro Palacios, de que los presos intentasen un golpe de
mano, pidió instrucciones a Bolívar. Este, exasperado por el triunfo de Boves, le con-
de sus enemigos, sobre todo a partir del año 1813, cuando emite el
famoso y polémico “Decreto de Guerra a Muerte”. Para muchos
españoles de hoy en día, Bolívar no ha dejado de ser ese tirano
cruel y despótico sediento de sangre española; y no se repara que
su comportamiento no fue distinto al de los otros jefes, tanto los de
su propio bando como los del enemigo realista. En una guerra
cruenta y de carácter irregular como la venezolana, en la que no se
daba cuartel al enemigo y la toma de prisioneros era algo comple-
tamente inusual, el jefe más bárbaro apostaba siempre por el terror
como medio de propaganda para infligir derrotas morales al adver-
sario y con ello prevalecer.
¿Existieron y se practicaron las leyes de la guerra mientras
duró la contienda venezolana? ¿La “Guerra a Muerte” vulneró el
Derecho de Gentes? En Venezuela se tuvo que esperar hasta el año
1820, luego de la histórica entrevista entre Morillo y Bolívar, en un
pequeño pueblo campesino de los Andes trujillanos, para que los
beligerantes firmaran un acuerdo sobre la regularización de la gue-
rra. En los años precedentes, es decir en un lapso de diez años, la
guerra se libró sin ningún tipo de regulación aceptada o convenida
por los dos rivales. Los ánimos entre los beligerantes estuvieron
exacerbados hasta límites demenciales decretando una confronta-
ción civil feroz.
La revolución llevada a cabo por una minoría de criollos,
miembros de la oligarquía agraria y comercial en 1810, de pronto
devino en una rebelión popular sin objetivos sociales definidos y
que escapó a las previsiones de los jefes institucionales de uno y
otro bando. El asturiano José Tomás Boves bien pudo alzarse con
el poder político del país, en 1814, ante la ausencia declarada de las
autoridades legítimas al frente de las principales instituciones co-
testó desde Valencia el día 8: “Por el oficio de US. de 4 del actual, que acabo de reci-
bir, me impongo de las críticas circunstancias en que se encuentra esa plaza, con poca
guarnición y un crecido número de presos. En consecuencia, ordeno a US., que inme-
diatamente se pasen por las armas todos los españoles presos en esas bóvedas y en el
hospital, sin excepción alguna”. Y despachó al mismo tiempo igual oficio al coman-
dante de Caracas, coronel Juan Bautista Arismendi”.
5. La “Guerra a Muerte”
Para Bolívar y otros líderes republicanos, había que reaccio-
nar con rapidez para no caer en una situación de inferioridad con
relación a los medios jurídicos y militares utilizados en contra de
ellos en la guerra; tal como Monteverde y sus subalternos demos-
traron a partir del año 1812 6. Y es en este contexto en que un Bolí-
var escarmentado por una serie de dolorosas derrotas decide pro-
mulgar su polémico decreto de “Guerra a Muerte”, dado al público
5 PARKER cita a un autor italiano, GENTILI ALBERICO, quién escribió en 1589 que
el “mayor incentivo para la crueldad (en la guerra) es la rebelión”. Para obtener una
mayor información sobre este aspecto puede consultarse el capítulo titulado: “El Ce-
remonial de la Atrocidad: Las Leyes de la Guerra a Comienzos de la Era Moderna en
Europa” en PARKER, op. cit., pp. 143-167.
6 El militar extranjero Guillermo Miller, quién publicó unas “Memorias” en el ya lejano
año de 1829, llegó a señalar que antes del Decreto de Bolívar, sólo los realistas ajusti-
ciaban a los prisioneros por lo que la gran mayoría prefirió alistarse en el partido del
Rey. Bolívar para no estar en desventaja emitió su polémica Proclama o Decreto de
Guerra a Muerte en plena campaña militar, desde la localidad de Trujillo.
7 Para Bolívar fue frustrante observar cómo los soldados que le habían derrotado en las
campañas de la Primera República eran en su inmensa mayoría venezolanos. Bolívar
siempre tuvo conciencia del problema de identidad que acarreaba la “ruptura” con la
Metrópoli y el nacimiento de la nueva nacionalidad venezolana y americana. Porque
si hay un rasgo que engrandece a Bolívar y lo diferencia de los otros líderes republica-
nos de su época, es que sus miras siempre fueron anchas, continentales, que siempre
fue capaz de otear un horizonte de grandeza para las nuevas Repúblicas que habían na-
cido del seno español. Lo cual también nos explica la soledad de Bolívar y sus princi-
pales proyectos políticos cuando fue abandonado por sus principales partidarios, inca-
paces de actuar más allá de sus estrechos terruños regionales y provinciales. En esto
cobra sentido una de las más feroces críticas que los historiadores españoles posterio-
res a la guerra, e incluso muchos de los actuales, le han hecho a la actuación de Bolí-
var, al tildarlo de mediocre político y estadista, incapaz de engranar una política de es-
tado coherente en beneficio de los pueblos emancipados. Bolívar fue un ilustrado en
conflicto con una realidad primitiva que nunca fue capaz de asumir del todo. Sus actos
políticos y militares estuvieron signados por la paradoja.
10 El documento en cuestión escrito por el Libertador en 1815 fue su muy conocida Carta
de Jamaica. Allí presentó un autocrítico balance de las luchas emancipadoras en todo
el continente americano. La nueva identidad fue esbozada en los siguientes términos:
“Nosotros somos un pequeño género humano; poseemos un mundo aparte (…) no so-
mos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del
país y los usurpadores españoles; en suma, siendo nosotros americanos por nacimien-
to y nuestros derechos los de Europa, tenemos que disputar éstos a los del país y man-
tenernos en él contra la invasión de los invasores”.
8. Conclusiones
Es estéril seguir polemizando sobre qué bando y qué perso-
najes fueron más crueles, viles y perversos; tampoco sirve de mu-
cho establecer quién fue el primero en cometer las violaciones y
atrocidades que hoy en día nos parecen inocuas, debido a un re-
cuerdo bastante lejano y sepultado por el olvido o, en todo caso,
modificado por quienes se han encargado de canonizar esos re-
cuerdos.
Referencias
Documentales
AHN Estado, leg. 8740-76. Pastoral del Obispo de Cartagena de Indias,
Don Gregorio José. Palacio Episcopal de Cartagena de Indias, 18
de agosto de 1819.
Gaceta de Caracas 1985. Número 63, del lunes 2 de Mayo de 1814, 4to de
la Independencia. Bicentenario de Simón Bolívar, 1783-1983. Ca-
racas.
Gaceta de Caracas 1985. Número 68, del Jueves 19 de Mayo de 1814, 4to
de la Independencia, Bicentenario de Simón Bolívar, 1783-1983.
Caracas.
Bibliográficas
BLANCO FOMBONA, R. (1969). Bolívar y la Guerra a Muerte. Época
de Boves, 1813-1814. Ministerio de Educación. Caracas.
BOLÍVAR, Simón (1972). Carta de Jamaica. Presidencia de la Repúbli-
ca. Caracas.
DAUXIÓN-LAVAYSSE. J.J. (1967). Viaje a las islas de Trinidad, To-
bago, Margarita y a diversas partes de Venezuela en la América
Meridional. UCV. Caracas.
GIL FORTOUL, J. (1964). Historia Constitucional de Venezuela. Tomo
I. Ministerio de Educación. Caracas.
HERRERA LUQUE, F. (1991). Bolívar de carne y hueso y otros ensa-
yos. Pomaire. Caracas.
STRAKA, T. (2000). La voz de los vencidos. Ideas del partido realista de
Caracas, 1810-1821. UCV. Caracas.
VILLANUEVA, C. A. (1912). Bolívar y el General San Martín. Ollen-
dorff. París.
Referencias
Documentales
AHN Estado, leg. 8740-76. Pastoral del Obispo de Cartagena de Indias,
Don Gregorio José. Palacio Episcopal de Cartagena de Indias, 18
de agosto de 1819.
Gaceta de Caracas 1985. Número 63, del lunes 2 de Mayo de 1814, 4to de
la Independencia. Bicentenario de Simón Bolívar, 1783-1983. Ca-
racas.
Gaceta de Caracas 1985. Número 68, del Jueves 19 de Mayo de 1814, 4to
de la Independencia, Bicentenario de Simón Bolívar, 1783-1983.
Caracas.
Bibliográficas
BLANCO FOMBONA, R. (1969). Bolívar y la Guerra a Muerte. Época
de Boves, 1813-1814. Ministerio de Educación. Caracas.
BOLÍVAR, Simón (1972). Carta de Jamaica. Presidencia de la Repúbli-
ca. Caracas.
DAUXIÓN-LAVAYSSE. J.J. (1967). Viaje a las islas de Trinidad, To-
bago, Margarita y a diversas partes de Venezuela en la América
Meridional. UCV. Caracas.
GIL FORTOUL, J. (1964). Historia Constitucional de Venezuela. Tomo
I. Ministerio de Educación. Caracas.
HERRERA LUQUE, F. (1991). Bolívar de carne y hueso y otros ensa-
yos. Pomaire. Caracas.
STRAKA, T. (2000). La voz de los vencidos. Ideas del partido realista de
Caracas, 1810-1821. UCV. Caracas.
VILLANUEVA, C. A. (1912). Bolívar y el General San Martín. Ollen-
dorff. París.