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El conocimiento

Desde que nacemos estamos sumergidos en un proceso continuo de aprendizaje, en el que vamos adquiriendo nuevos
conocimientos. Durante los primeros años suele ser un proceso espontáneo e inconsciente, pero no por ello carente de
importancia. Al contrario. Más tarde, durante la escolarización y, también, en la vida adulta, somos conscientes del
sacrificio necesario para alcanzar el saber y de la gran cantidad de cosas que aún no conocemos sobre nuestra realidad.
En su dimensión teórica, la filosofía nos ayuda a entender mejor conceptos como la verdad y el conocimiento.

1.¿Qué es "conocer"

Entendemos por "conocer" una actividad que tiene como objetivo la aprehensión (captación intelectual, comprensión) de
un estado de cosas, de tal forma que pueda ser compartida con los demás. En la actividad cognoscitiva se pueden
diferenciar dos polos: el sujeto, protagonista de la acción de conocer; y el objeto, aquello sobre lo cual recae dicha acción,
aquello que resulta aprehendido o conocido.

Se puede distinguir entre la actividad de conocer y el resultado de tal actividad, llamado conocimiento. El conocer está
ligado a la búsqueda de la verdad, el conocimiento se refiere sobre todo a la verdad hallada.

2. La epistemología.

Las ciencias (físicas, humanas...) nos aportan conocimientos sobre la realidad o, al menos, acerca de una parte de ella.
La física, por ejemplo, aporta conocimientos sobre la materia y la energía. La psicología, en cambio, proporciona
conocimientos sobre la vida psíquica y el comportamiento humano. Pero, además de los conocimientos científicos,
poseemos otros tipos de conocimientos: los que adquirimos directamente de nuestra experiencia, los que adquirimos
culturalmente...; por ejemplo: los efectos del fuego, el significado del color rojo del semáforo...Aunque sean de distinto
tipo, en estos casos y en los anteriores hablamos de conocimiento. Ahora bien, ¿qué tienen en común?¿ en qué consiste
conocer?

La epistemología es precisamente la rama de la filosofía que se ocupa de analizar en qué consiste el conocimiento, pero
también de determinar su origen, el método que seguimos para obtenerlo y el límite de lo que podemos conocer.

El interés por el conocimiento ha sido constante a lo largo de la historia del pensamiento. Sin embargo, a partir del siglo
XVII esta cuestión adquirió una importancia aún mayor y la epistemología pasó a ocupar el centro de la filosofía. Esto
se debió, básicamente, a dos motivos:

*la importancia de las ciencias naturales. La física alcanzó, con Newton su madurez como ciencia. Sus éxitos y progresos
animaron el análisis epistemológico de este tipo de conocimiento, para poder determinar qué hacía posible su eficacia e
infalibilidad.

* la conciencia de su dimensión básica. La filosofía de esta época reconoció que, antes de iniciar cualquier investigación,
es necesario determinar si podemos llegar a conocer lo que pretendemos. Si nuestro objetivo sobrepasa nuestras
posibilidades, será una tarea inútil desde antes de haber comenzado. La epistemología, por tanto, será considerada la
base de las demás ciencias.

ACTIVIDAD:

1. ¿Qué sabes de la epistemología?

2. ¿Qué pasó en el siglo XVII para que el problema del conocimiento se hiciese más importante?

3. El ámbito del conocimiento.

Hay tres aspectos esenciales para cualquier teoría del conocimiento.

3.1. Grados de conocimiento.

Según Kant, la combinación de los planos subjetivo y objetivo da lugar a tres grados de conocimiento: opinión, creencia
y saber en sentido estricto.
** La opinión es un estado de conocimiento en el que el sujeto considera algo como verdadero, pero no tiene seguridad
de ello.

- Desde el punto de vista objetivo, no encuentra ninguna justificación que pueda comunicar a los demás de modo que
tengan que aceptarla. Una justificación es objetivamente válida cuando tiene que aceptarla cualquier ser racional que la
examine.

- Desde el punto de vista subjetivo, no se atreve a afirmar que está convencido de ello, por eso se suele expresar
diciendo «opino que» y no «estoy convencido de que».

** Cuando alguien está convencido de que lo que piensa es verdad, pero no puede aducir una justificación que pueda
ser aceptada por todos, entonces cree que eso es verdadero: su modo de conocer es la creencia. La seguridad es sólo
subjetiva; lo que creemos no tiene una justificación objetiva suficiente.

** El saber en sentido estricto es una opinión fundamentada tanto subjetiva como objetivamente. Es decir, quien afirma
«yo sé que X» está subjetivamente convencido de ello y, además, tiene razones para convencer objetivamente a los
demás. Sería absurdo decir que sé algo y, a la vez, pensar que es falso o que estoy equivocado en mi conocimiento.
Saber algo significa poder dar razón de ello ante los demás.

ACTIVIDAD:

3. Señala las semejanzas y diferencias entre la opinión, la creencia y el saber

3.2. Fuentes del conocimiento.

Desde las primeras reflexiones de los filósofos griegos, ya con Parménides, se introdujo la distinción entre las dos
fuentesprincipales de conocimiento: la sensibilidad y la razón. La importancia de una y otra ha variado con las
diferentes propuestas filosóficas que se han sucedido a lo largo de la historia.

El conocimiento racional se entiende como aquel que nos proporciona lo que hay de permanente y de fundamental en
las cosas. El conocimiento sensible, por el contrario, pone de manifiesto los aspectos cambiantes de las cosas. Sin
embargo, uno y otro, se dan siempre mezclados.

La sensibilidad proporciona la experiencia básica acerca de las cosas, pero sus datos han de incluirse en un contexto
teórico-racional que los haga inteligibles. Sin dicho contexto la experiencia sensible no aportaría más que una colección
de informaciones inconexas y carentes de significado cognoscitivo. Así se hablar de la experiencia entendida como
experimento (en las ciencias), y de experiencia cotidiana: religiosa, estética, amor...

La razón produce también diferentes formas de conocimiento: una inmediata, como la intuición (conocer algo de forma
instantánea, sin razonamiento); otras mediatas, como la inducción (mover a que se haga o piense algo), la deducción, la
reflexión, etc., que están ligadas a algún tipo de experiencia.

Unas propuestas filosóficas han dado mayor peso a la experiencia y otras a la razón. Las dos fuentes cumplen su papel
en los distintos tipos de conocimiento, entre los que podemos distinguir al menos los siguientes: el conocimiento
precientífico, también llamado saber cotidiano, el científico, el técnico, el filosófico y el religioso.

ACTIVIDAD:

4. Señala las semejanzas y las diferencias entre el conocimiento sensible y el conocimiento racional

3.3. Los intereses del conocimiento.

Todo conocimiento está guiado por intereses: nos interesa conocer para resolver problemas, para aumentar nuestro
bienestar, para acrecentar nuestras posibilidades. Ahora bien, los intereses pueden ser particulares, propios de un
individuo o grupo, o comunes a todos los seres humanos por pertenecer a la razón. ¿Cuáles son estos últimos? Según
Kant, la razón humana se pone en movimiento por dos intereses:

• Un interés teórico por lograr la perfección lógica del conocimiento. De él surge el conocimiento acerca de la naturaleza.

• Un interés práctico por descubrir qué debemos hacer y qué podemos esperar si obramos bien. De este interés brota
el saber acerca de la libertad que da lugar a la ética y la religión.
En nuestros días, Apel (1922) y Habermas (1929) han elaborado una teoría de los intereses del conocimiento que
distingue tres tipos:

● El interés técnico por dominar y explotar la naturaleza. Sirve de guía a las ciencias empírico-analíticas, como la física
y la biología.

• El interés práctico, orientado a la comunicación y al entendimiento entre los seres capaces de comunicarse. Por él se
guían las ciencias histórico-hermenéuticas, como la historia.

• El interés emancipativo por liberar a los seres humanos de la dominación y la represión. Hace de guía de las ciencias
sociales críticas, como la psicología cognitiva o la crítica de las ideologías.

Entre estos intereses existe una jerarquía, porque todos han de ponerse al servicio del interés supremo de todo
conocimiento, que es la liberación de los seres humanos.

ACTIVIDAD:

5. Explica los intereses del conocimiento según Kant

6. Explica los intereses del conocimiento según Habermas

4. Posibilidad del conocimiento.

El problema más radical que presenta el conocimiento es si es posible conocer. Esta decisiva cuestión ha provocado al
menos seis tipos de respuesta:

• El dogmatismo: actitud de quienes están seguros de conocer, y presuponen la capacidad de nuestras facultades
cognoscitivas. Se basa en la afirmación de principios considerados evidentes y ciertos que la razón es capaz de conocer.
Admiten conocer las cosas en su verdadero ser, y creen en la razón como órgano de conocimiento.

• El escepticismo: considera imposible obtener conocimientos fiables y piensa que nunca hay una justificación suficiente
para aceptar algo como verdadero. La verdad no existe o, si existe, el hombre es incapaz de conocerla.

• El subjetivismo y el relativismo, que niegan la posibilidad de alcanzar verdades universalmente válidas. Para el
subjetivismo, averiguar qué es verdadero depende de cada sujeto. El relativismo entiende que reconocer algo como
verdadero o falso depende de cada cultura, época o grupo social.

• El pragmatismo identifica lo verdadero con lo útil.

• El criticismo representa la posición intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo. Es posible obtener


conocimientos verdaderos, pero siempre que realicemos al menos una de las dos tareas siguientes: A) que tratemos de
aclarar hasta dónde pueden llegar nuestras facultades de conocer; B) o bien que intentemos contrastar críticamente
nuestros conocimientos con la realidad. El primer tipo es el criticismo kantiano y sugiere una crítica de la razón para
averiguar hasta dónde puede conocer. El segundo es propio del racionalismo crítico de nuestro siglo y sostiene que todo
saber es falible (provisional e inseguro), y, por eso, tiene que ser puesto a prueba. Sus principales representantes son
Karl Popper y Hans Albert.

ACTIVIDAD:

7.¿Es posible el conocimiento? Razona tu respuesta

5. Modelos explicativos del conocimiento.

• El perspectivismo, propuesto por José Ortega y Gasset (1883-1954), mantiene que sí se puede llegar al conocimiento
de la realidad, pero conjugando diferentes perspectivas. Entiende la verdad como una conjunción de perspectivas, dado
que cada uno de nosotros y cada generación histórica descubre una nueva perspectiva de la realidad.
Si se acepta que es posible conocer, surge la necesidad de explicarlo. Éste ha sido uno de los empeños constantes de
la filosofía; disponemos de muchos modelos que se diferencian por conceder distinta importancia a los elementos que
integran el conocer, sobre todo al sujeto y al objeto. Veámoslos.

5.1. Realismo / idealismo.

El realismo defiende que la realidad, es decir, el objeto del conocer, existe por sí misma, independientemente del sujeto.
Lo único que podemos hacer los seres humanos, según el realismo, es captar o conocer la realidad, pero eso no la altera
ni la modifica, no la afecta de ninguna manera ni en grado alguno.

Las explicaciones realistas del conocimiento suelen entender que la mente humana funciona como un espejo en el que
hay que procurar que se refleje la realidad de la forma más fiel posible.

El realismo tiene su formulación más característica en Aristóteles y pervive hasta hoy con matices muy diversos.

El idealismo subraya que la realidad no existe independientemente del sujeto que la conoce. Lo indudable, según este
modelo de conocimiento, es la existencia de la conciencia, la seguridad de que yo estoy pensando o conociendo.
Podemos dudar de que existan más allá de nuestra conciencia los objetos que pensamos o conocemos, pero no de que
tenemos conciencia y conocimiento de ellos. Por tanto, en el proceso de conocer es el sujeto quien tiene una relevancia
especial.

Las explicaciones idealistas del conocimiento entienden que la realidad no es directamente alcanzable por nuestro
conocimiento o pensamiento. Para poder conocer o pensar precisamos de unos elementos intermedios. Descartes,
fundador del idealismo en el conocimiento, denominó a estos elementos «ideas», queriendo decir que no pensamos o
conocemos «cosas», sino sus representaciones mentales, las ideas. Por eso se puede decir que el proceso del
conocimiento es un proceso de construcción o de organización de los datos que nos llegan procedentes de la realidad.
De aquí que lo que entendamos por realidad no puede ser considerado como independiente del sujeto que la conoce, es
decir, que la organiza, que la construye.

Para el realismo el pensamiento depende de la realidad: pensamos así porque la realidad es así, nuestro pensamiento
no es más que un reflejo de la realidad, mientras que para el idealismo el sujeto construye la realidad: la realidad es así
porque así la pensamos. Defienden este modelo Descartes, Kant, Hegel, entre otros.

5.1. Fenomenología / hermenéutica.

A finales del siglo XIX y principios del XX, con la intención de superar la división y oposición entre realismo e idealismo
en el conocimiento, aparecieron tanto la fenomenología como la hermenéutica.

El lema de la fenomenología es «ir a las cosas mismas» (tomar las cosas en su especificidad, la realidad tal y como es),
es decir, pretende conocer lo que son las cosas en su puro y simple presentarse a la conciencia, al sujeto. Así intenta
mediar entre idealismo y realismo: da prioridad a la conciencia porque en la conciencia se capta la realidad (en esto se
opone al realismo); pero también considera que los objetos no se adaptan al sujeto, sino que se le manifiestan (con lo
que se diferencia del idealismo). El fundador de la fenomenología fue el filósofo alemán Edmund Husserl (1859-1938), y
le sigue otro filósofo alemán llamado Max Scheler (1874-1928).

Para conocer con objetividad es preciso despojarse de todos los prejuicios, teorías e interpretaciones y, mediante un
proceso de abstracción, que realiza la razón, llegar a lo universal y esencial de todo fenómeno particular.

La hermenéutica (interpretar, comprender), aunque estrechamente ligada a la fenomenología, guarda con ella
diferencias significativas. La hermenéutica pretende interpretar-comprender las acciones humanas y la realidad histórica
interpretando cada acontecimiento en su singularidad, tratando de captar su sentido. Por eso dice que no hay hechos
desnudos, puros, como pretendía la fenomenología, sino hechos ya comprendidos, es decir, interpretaciones. El padre
de la hermenéutica es el filósofo alemán Hans G. Gadamer (1900-2002). Otros filósofos que defienden esta corriente son
Friedrich Schleiermacher, Dilthey, Paul Ricoeur, M. Heidegger...

Para comprender es preciso percatarse de que siempre comprendemos desde una situación histórica, desde un lenguaje,
desde un pueblo, desde una familia, desde unas tradiciones, partiendo de prejuicios, es decir, de juicios previos que
hemos adquirido por educación, cultura, socialización, etc. De ahí que, frente a la fenomenología, considere que los
prejuicios son constitutivos del conocimiento y que la razón no es pura, sino impura, pues cuando conocemos no podemos
eliminar factores sociales, culturales, sentimentales, de lengua...

ACTIVIDAD:
8. ¿Cómo explican el conocimiento los siguientes autores: Aristóteles, Descartes, Husserl y Gadamer?
6. Conocimiento y lenguaje.

El lenguaje, entendido como la capacidad humana para expresar y comunicar pensamientos mediante un sistema de
signos, mantiene una relación muy estrecha tanto con la actividad de conocer como con su resultado, el conocimiento.

A nivel de conocimiento, lo adquirimos por vía lingüística (cuando leemos o escuchamos); lo conservamos también
gracias al lenguaje (en el lenguaje natural de los libros o en los códigos artificiales de la informática); y lo compartimos
con otras personas gracias a que podemos comunicárselos. Siendo muy importantes estas tres relaciones entre el
conocimiento y el lenguaje, no son las únicas. Hay otra faceta especialmente importante, que se encuentra en una
relación prioritaria con la actividad de conocer: la constitución y la categorización lingüísticas del conocimiento.

6.1. La constitución lingüística del conocimiento.

Esta expresión significa que no es posible conocer al margen o independientemente del lenguaje. Es decir, no es posible
realizar la aprehensión de un objeto por parte de un sujeto si éste no dispone de algún código lingüístico. El lenguaje
proporciona a los seres humanos la posibilidad de organizar la sucesión inconexa de percepciones que tenemos. El
lenguaje es el medio en el que tiene lugar la actividad de conocer. Lo cual es tanto como afirmar que no hay conocimiento
más allá o fuera del lenguaje. Podemos concluir que nuestro conocimiento de la realidad no es independiente del
lenguaje, sino que está condicionado, e incluso limitado, por él. Más aún, el conocimiento no sería posible sin el lenguaje:
éste es la condición de posibilidad de aquél.

6.2. Las categorías.

La palabra "categoría" significa «manifestar públicamente» o «testificar» que algo es de una determinada manera y no
de otra. Etimológicamente, con las categorías «manifestamos» que un predicado pertenece a un sujeto, porque dice algo
que es ese sujeto. Las categorías son conceptos que no se extraen de la experiencia, son los conceptos más generales
con los que ordenamos la realidad, la conocemos y la expresamos: sustancia, cantidad (unidad, totalidad, pluralidad),
cualidad, relación, causalidad, situación... Por ejemplo, cuando decimos «esa flor es roja» estamos predicando algo
(«roja») de algo («flor»), con lo que ponemos de manifiesto la esencia de la cosa («ser flor») y su cualidad («ser roja»).
Esencia, cualidad, cantidad y otras son categorías que atribuimos a la realidad de las cosas. Las categorías tienen una
dimensión lingüística, pues son conceptos mediante los que organizamos y expresamos nuestro conocimiento del mundo
o realidad. Las dos formas más representativas de comprender las categorías son las de Aristóteles y Kant.

• Aristóteles concibe las categorías como los modos originarios de ser. Están relacionadas con nuestros conceptos y
con nuestro lenguaje, pues Aristóteles emplea el término «categoría» en el sentido de atribuir un predicado a un sujeto.
Distingue diez categorías: la primera es la sustancia, que es el primer modo de ser o manifestarse la realidad; las otras
se dicen de esta primera, y son: cantidad, cualidad, relación, lugar y tiempo, acción, posesión

• Kant, por el contrario, entiende que las categorías no son modos del ser mismo, sino conceptos puros (los que no
proceden de la experiencia, son a priori) de nuestro entendimiento de los que nos servimos para organizar los datos de
los sentidos (la experiencia) y poder alcanzar el conocimiento. Estos conceptos los pone el entendimiento a priori, es
decir, con anterioridad a la experiencia, y sirven para unir entre sí los fenómenos de modo que, en vez de presentársenos
de forma caótica, nos aparezcan ordenados. En Kant son: cantidad (unidad, totalidad, pluralidad), cualidad, relación,
modalidad... Por ejemplo, si percibo primero fuego y después humo, puedo relacionarlos mediante la categoría de causa,
diciendo que el fuego es la causa del humo; o bien, si veo una semilla y más tarde, en el mismo lugar, una planta, uno
los dos fenómenos diciendo que, a pesar de los cambios accidentales, la sustancia que permanece es la misma y por
eso hay una conexión entre semilla y planta. Causa, sustancia, accidentes son, entre otras, categorías que pone el
entendimiento.

6.3. La construcción lingüística de la realidad.

Los conocimientos están relacionados entre sí, con el lenguaje y con la realidad, al igual que las palabras están
relacionadas unas con otras. De la misma manera que las palabras se integran en frases y forman unidades de significado
mayores, todos los fenómenos que conocemos y que podamos conocer se encuentran ligados entre sí, formando una
apretada red de interconexiones, una trama simbólica o un universo simbólico compartido, al menos, por todos aquellos
que hablan un mismo idioma. En realidad, es a esta trama a lo que llamamos «mundo» o «realidad». Porque nuestro
conocimiento tiene lugar necesariamente en el medio lingüístico y está constituido por vivencias y experiencias, unas de
carácter más individual y otras asimiladas culturalmente en el proceso de socialización.
ACTIVIDAD:

9. ¿Qué relación hay entre el lenguaje y el conocimiento?

10. ¿Podemos hablar de conocimiento independiente del lenguaje? Razona tu respuesta

11. ¿Qué son las categorias para Aristóteles? ¿Y para Kant?

12. Explica la relación entre el conocimiento, el leguaje y la realidad

7. Origen y límites del conocimiento.

Uno de los temas fundamentales tratados en filosofía acerca del conocimiento se resume en dos cuestiones ¿cuál es
origen del conocimiento? ¿tiene límites?

Acerca de estos problemas se han pronunciado algunos filósofos a través de la historia del pensamiento que se agrupan
en movimientos filosóficos. Estamos hablando, por ejemplo, del racionalismo y del empirismo.

7.1. El Racionalismo.

El racionalismo representa la firme creencia en la capacidad de la razón humana para alcanzar la verdad. Sometida a un
riguroso método, la razón humana nos permite afirmar la validez de sus conocimientos sobre el mundo, un mundo regido
a su vez por estrictas leyes racionales.

Entre los autores racionalistas destacan Spinoza, Leibniz y Descartes.

Descartes se propone como tarea fundamental establecer un fundamento sólido para las ciencias, con el fin de eliminar
sus errores e imperfecciones, y así lograr un conocimiento cierto. Y para este propósito considera que el instrumento más
apropiado es la propia razón dirigida por un método seguro.

Este método descarta por dudoso todo aquello que conocemos por experiencia. Los sentidos son poco fiables y a menudo
nos inducen a error. Debemos basarnos exclusivamente en la razón, que es capaz de intuir los primeros principios
indudables o ideas innatas (Según el racionalismo, existen ideas en nuestra mente que no provienen de la experiencia,
sino que son producidas por la sola facultad de pensar. Los ejemplos clásicos son las ideas de "dios", "sustancia" o
"causa", que se imponen a nuestro pensamiento como principios universales e indudables) y deducir, a partir de ellos, el
resto de conocimiento.

En cuanto a los límites del conocimiento, los racionalistas afirman que el conocimiento humano es potencialmente
ilimitado. Si utilizamos bien la razón, de ahí la importancia del método, podremos alcanzar cualquier conocimiento. El
error no es fruto de nuestras limitaciones o imperfecciones, sino de una incorrecta utilización de nuestras facultades
cognoscitivas.

En definitiva, al subrayar el carácter racional de la realidad, los racionalistas no ven ningún obstáculo insalvable para
alcanzar la verdad por medio de la razón. El hecho de lograrlo o no responderá únicamente a nuestra voluntad y
perseverancia para dirigir correctamente nuestra razón.

7.2. El empirismo.

En la otra orilla epistemológica, el empirismo sitúa la experiencia como origen, posibilidad y límite de todo nuestro
conocimiento. Todo conocimiento, pues, comienza y acaba con la experiencia.

La razón, por sí misma, es incapaz de producir ningún conocimiento. A lo sumo, puede reflexionar sobre los datos que le
proporciona la experiencia, ya sea por medio de la observación o de la experimentación.

Algunos pensadores empiristas son Locke, Hume y Berkeley.

7.2.1. Los orígenes del conocimiento.

J. Locke(1632-1704) establece los principios clásicos del empirismo moderno. Su afirmación básica es que no existen
ideas innatas, que el entendimiento antes de toda experiencia no es más que un papel en blanco y que todo conocimiento
comienza con los sentidos. No hay más fuente del conocimiento que la experiencia externa (sensación) o la interna
(reflexión).

Cuando pensamos no hacemos más que combinar ideas cuyo origen está en la experiencia. Siguiendo a Locke, D
Hume(1711-1776) afirma que nuestra mente recibe de la experiencia un haz de impresiones y las organiza por medio de
las leyes de asociación de ideas, constituyendo así todo tipo de ideas complejas e incluso imaginarias.

7.2.2. Los límites del conocimiento.

Hume mantiene también que la experiencia es el límite de todos nuestros conocimientos. Todos los conocimientos se
reducen a impresiones e ideas. Además, hay que tener en cuenta que las ideas son simplemente imágenes de las
impresiones que se producen en nosotros cuando reflexionamos sobre aquéllas.

Por ello, toda idea de la que no encontremos la impresión de la que deriva puede ser rechazada. Así sucede con ideas
como la de sustancia, ya sea material o espiritual, a las que no corresponde ninguna impresión, consistiendo únicamente
en ideas complejas creadas por nuestra imaginación. Al criticar los conceptos de Dios, sustancia y alma o yo, las ideas
innatas cartesianas, Hume da un golpe mortal a la metafísica racionalista y reduce considerablemente el alcance de
nuestro conocimiento.

Sólo nos queda, por lo tanto, aceptar lo que proviene de la experiencia. El hábito, la costumbre y la creencia son los que
nos permiten construir un mundo con existencia en sí mismo más allá de las impresiones actuales, único conocimiento
cierto.

7.3. Kant.

I. Kant (1724-1804) tiene en cuenta tanto las ideas propuestas por los racionalistas como las planteadas por los
empiristas, y formulará el problema de los orígenes y limites desde otro nuevo punto de vista, preguntándose cómo el
individuo construye el objeto de conocimiento.

Para Kant el objeto de conocimiento es el resultado de una síntesis entre aquello que nos es dado, el conjunto de
impresiones sensibles que captamos, y aquello que nuestra mente pone en sí misma, un conjunto de estructuras formales
que ordenan las impresiones brutas.

La cosa conocida (fenómeno) resulta de la elaboración de los datos de los sentidos por nuestra forma de conocer. La
experiencia y la razón, pues, se necesitan mutuamente con objeto de poder producir conocimiento.

Por otro lado, Kant establece límites al conocimiento humano. Estos límites vienen dados por la experiencia, por un lado,
y por nuestra subjetividad, por el otro. Sólo conocemos de la realidad los fenómenos, es decir, aquello que yo percibo y
tal como yo lo percibo.

Sin embargo, lo que la realidad sea en ella misma (noúmeno) resta para nosotros un completo misterio. No podemos
despojarnos de nuestra subjetividad para captar las cosas-en-sí o noúmenos. Debemos conformarnos con un
conocimiento limitado por nuestra propia forma de percibir.

La teoría de Kant puede ser discutible, pero, a partir de él, ha quedado establecida definitivamente la necesidad de tener
en cuenta que el conocimiento posee limites que están relacionados con la misma forma de ser del ser humano, cuyo
conocimiento parte de las sensaciones y que posteriormente elabora con su razón.

Ésta constituye la principal contribución que Kant aportará a la teoría del conocimiento o epistemología.

ACTIVIDAD:

13. ¿Cual es la posición de Descartes ante el origen y los límites del conocimiento? Explícate

14. ¿Y la de Hume?

15. ¿ Y la de Kant?

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