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Sociales
Trabajo Practico N° 2
F-2010/9
2018
1) Las teorías de alcance intermedio, como su nombre lo indica, se diferencian de las
totalizadoras por el área teórica que abarcan. Las teorías totalizadoras aspiran a ser
extremadamente generales, abarcando muchísimos aspectos del comportamiento social.
Este tipo de proyectos son demasiado ambiciosos. Las teorías de alcance medio
proponen estudiar fenómenos sociales bien focalizados y bien delimitados por medio de
datos observables. Algunas teorías de este tipo abordaron la formación de normas
sociales, el grupo de referencia, o la movilidad social. A partir del estudio de estas áreas
se puede producir conocimiento que, más adelante, desarrollar esquemas conceptuales
progresivamente más generales.
No es lo más adecuado, según Merton, elaborar sistemas generales, con mucho
barroquismo conceptual pero científicamente estéril, semejantes a las grandes
especulaciones filosóficas de casi filosóficos, que pretendan explicar el comportamiento
social. Esto obstruye el desarrollo de la sociología, es como un mobiliario incomodo en
una casa pequeña. Es como empezar a construir la casa por el techo querer ir de lo
general a lo particular, hay que empezar al revés.
2) Popper considera el historicismo como una ideología que considera que la historia
del hombre se desarrolla de acuerdo con férreas leyes. Hunde sus raíces en la doctrina
del pueblo elegido, propuesta por el judeocristianismo, hasta llegar a manifestarse, en
épocas recientes, en las ideologías marxistas y fascistas. Las personas que viven la
historia no se dan cuenta del curso que sigue, pero un historiador erudito puede
dilucidarlas
Este historicismo lo contempla Popper en el pensamiento de la antigüedad en la obra
de Platón, que es el exponente de una sociedad cerrada, estructurada en una rígida
división de tres clases sociales (filósofos reyes, guardianes y comerciantes). Esta
concepción es un totalitarismo cerrado, que no admite reforma posible y que es una
falsa idea de la democracia, comparando el diálogo La República con El Capital de
Marx y con Mein Kampf de Hitler.
Este historicismo también es perceptible en el idealismo absoluto de Hegel, que
concibe la historia como un férreo e inexorable desarrollo del Espíritu Absoluto, que se
encarna en un Estado totalitario y prepotente, que no es otra cosa sino una apología del
Estado prusiano en el que Hegel vivió. Su filosofía representa una de las mayores
falsedades que ha contemplado la historia, siendo la fuente de inspiración de todos los
totalitarismos de la Modernidad, tanto del fascismo, el nazismo y el marxismo
dogmático. Precisamente la crítica a Marx la inscribe Popper en este contexto. La
postulación de la sociedad comunista le parece a Popper una expresión paradigmática
del historicismo totalitario, que posee una fe en leyes económicas e históricas absolutas
que cree en el advenimiento de un paraíso en la tierra. Pero la tierra no es un paraíso; y
la función de la política no es ninguna construcción de mundos perfectos.
Todas estas teorías historicistas afirman que la historia tiene una evolución que se
encamina a un fin. Epistemológicamente, ese fin es tan remoto en el futuro y tan
impreciso, y el camino para llegar a él es tortuoso y largo, que es posible acomodar
cualquier acontecimiento histórico a esta teoría según la conveniencia de los ideólogos.
Así, nada puede refutar al historicismo. Este es, en cierto modo, pseudocientífico al no
ser falsable como teoría.