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Novela hispanoamericana La novela hispanoamericana sufre un desarrollo tardío, es a mediados del siglo XX

cuando llega boom, hasta entonces está muy influida por la novela extranjera y los autores no tienen
conciencia crítica ni de su naturaleza.
Hasta 1945 hay influencias realistas, naturalistas y modernistas, trata conflictos sociales, explotación,
colonización, revoluciones, la independencia y la lucha contra la naturaleza y hay personajes tipo como el indio
explotado, el hacendado tirano o la mujer que rige la hacienda. Mariano Azuela Los de abajo, Martín Luis
Guzmán Memoria de Pancho Villa, Arturo Uslar Pietri Las lanzas coloradas, Alcides Arguedas Raza de bronce,
Jorge Icaza Huasipungo y Miguel Otero Silva Fiebre (dictaduras militares). La novela regionalista hace una
descripción de la naturaleza hispanoamericana, que atrae al individuo, deshumanizándolo y condicionándole.
José Eustasio Rivera La vorágine, Rómulo Gallegos Doña Bárbara y Ricardo Guiraldes Don Segundo Sombra.
De 1945 a 1960 los autores son reconocidos internacionalmente, se introduce el realismo mágico que mezcla
lo real y lo fantástico, hay preocupación por la forma, un interés por lo urbano, se defienden los derechos
humanos y se habla de las dictaduras. Hay influencia surrealista y expresionista, se busca una renovación
técnica que inician Miguel Ángel Asturias El señor Presidente y Alejo Carpentier Écue-Yamba y continúan Jorge
Luis Borges que usa como referencia mitos clásicos, abundantes símbolos y metáforas y una narración lenta de
tintes barrocos El Aleph, Juan Carlos Onetti El astillero, Ernesto Sábato concibe la novela como medio de
conocer y corregir el mundo aspirando a la libertad Sobre héroes y tumbas, Julio Cortázar Rayuela (búsqueda
existencial), Juan Rulfo Pedro Páramo de estructura fragmentada y con temas como la muerte y la
desesperanza, Augusto Roa Bastos Hijo de hombre, Mario Benedetti El país de la cola de paja y Adolfo Bioy
Casares La invención de Morel.
En los 60 la novela adopta identidad propia, se mezcla lo nuevo y lo antiguo y una madurez en los autores. Se
consolida el realismo mágico, desmitificando lo militar y lo religioso, mitificando lo cotidiano y analizando la
realidad de forma crítica. Sin abandonar los aspectos tradicionales, se continua experimentando, rompiendo
con la novela lineal, la presencia de varios narradores y su alternación con el monólogo interno es frecuente,
así como encontrar términos en otras lenguas, palabras inventadas o no respetar las normas de puntuación. La
ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa estudia la conducta de los individuos y la sociedad La fiesta del
Chivo, Gabriel García Marques Cien años de soledad (Realismo mágico) presenta a través de Macondo la
historia de Hispanoamérica y tiene carácter circular, Crónica de una muerte anunciada, Carlos fuentes La
muerte de Artemio Cruz y Guillermo Cabrera Infante Tres tristes tigres.
En la novela contemporánea no hay características plenamente definidas, destacan los aspectos orales, la
preocupación por la sociedad y el anhelo de libertad, Isabel Allende La casa de los espíritus, Laura
Esquivel Como agua para chocolate, Luis Sepúlveda Un viejo que leía novelas de amor y Cristina Peri Rossi La
nave de los locos.

Lírica Hispanoamericana La lírica hispanoamericana de principios del siglo XX tiene un marcado carácter
modernista, que va decayendo y generando diversos tipos de poesía de influencia vanguardista, menos
brillante, pero más intimista, humana y experimental, se rompe con la linealidad del poema, abandonando la
estrofa tradicional por el verso libre, donde más que decir, el autor intenta sugerir.
Surgen nuevos temas vinculados al futurismo, el urbanismo y aspectos cotidianos, aunque también sigue
presente la poesía social y comprometida. La poesía está en continua evolución, atravesando varias etapas.
A principios de siglo encontramos una poesía posmodernista, influida por Rubén Darío como Crepúsculos del
jardín de Leopoldo Lugones, a partir de la segunda década aparece una poesía mas intimista, Gabriela
Mistral Desolación y Ramón López Velarde El son del corazón.
Durante los años 30 se empiezan a introducir aspectos influidos por las vanguardias, como el creacionismo
según el cual el poeta es el creador absoluto (Vicente Huidobro Temblor de cielo), el ultraísmo (Jorge Luis
Borges, Ricardo Güiraldes) que gusta de la metáfora, el verso libre y temas futuristas, rompiendo con la
estructura lineal, el estridentísimo vinculado al progreso y el surrealismo (Octavio Paz, Pablo Neruda, César
Vallejo) poesía surgida del subconsciente.
Se aspira a la poesía pura, influida por las vanguardias y vinculada a la generación del 27 y a Juan Ramón
Jiménez, la poesía negra, puramente hispanoamericana gira entorno a su cultura y costumbres, con gran carga
social, Motivos de son Nicolás Guillén. La poesía social, muy comprometida y crítica, trata las dictaduras, la
opresión y las revoluciones.
César Vallejo, su poesía de influencia surrealista, está marcada por su sentimiento de culpa, Los heraldos
negros (modernista), Trilce y España aparta de mí este cáliz, más social y comprometida. Pablo Neruda tiene
una poesía de tintes modernistas y románticos en su juventud Veinte pomas de amor y una canción
desesperada, que evoluciona en busca de la innovación formal a campos más vanguardistas y
comprometidos Tercera residencia, presenta también poema de carácter épico Canto general, y de temática
variada Estravagario.
Durante la segunda mitad del siglo se afianzan las aspiraciones vanguardistas, como la antipoesía de Nicanor
Parra que ofrece una visión desenfadad e irónica , con un lenguaje coloquial conocido (poesía de revelación).
Octavio Paz tiene poemas de influencia barroca Luna silvestre, existencialista Entre la piedra y la flor y
surrealista Topoemas.

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