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La expresión “efectos ex nunc” (palabra latina que significa “efectos desde ahora”)
alude a los efectos no retroactivos de una normativa o acto jurídico. Así las cosas, la
decisión que posea esos efectos se aplicará hacia adelante en el tiempo, tomando como
referencia la fecha de la misma o la de su publicación. Las situaciones nacidas con
anterioridad a tal fecha se regirán por la normativa o acto vigente en el momento de
ese nacimiento.
En el ámbito del derecho procesal constitucional, sobre todo en los sistemas de control
sucesivo, una cuestión de la máxima relevancia es la eficacia temporal de las
decisiones, sobre todo de las sentencias. Dicha eficacia temporal se traduce
técnicamente en efectos ex nunc, si la sentencia es irretroactiva, o efectos ex tunc, si
la misma es retroactiva. Esta cuestión ha sido debatida doctrinalmente, sin llegar a
una postura común, como lo demuestra el derecho comparado, en el que hay ejemplos
diversos de ambos efectos. Sin embargo, como reflejamos en el comentario de la voz
de los efectos ex tunc, entendemos que técnicamente la declaración de
inconstitucionalidad de una ley debe tener efectos retroactivos, los propios de la
nulidad.
De cualquier forma, Kelsen defendió un esquema en el que los efectos eran ex nunc,
o sea, irretroactivos. La razón de ello era la configuración del tribunal constitucional
como legislador negativo, configuración superada en la actualidad.
A pesar de que, superado Kelsen y, como ya dijimos, lo más correcto desde un punto
de vista técnico es el efecto retroactivo para la declaración de inconstitucionalidad, no
existe unanimidad en este sentido. De esta forma, en diversos ordenamientos el efecto
general de esta declaración es la irretroactividad. En Europa nos referimos a Albania,
Austria, Chipre, Croacia, Eslovenia, Grecia, Macedonia, Moldavia, Polonia y
Rumania (en este caso, tanto para las sentencias estimatorias como desestimatorias).
No obstante, en Grecia, el art. 51 de la ley que regula el Tribunal Especial Superior
habilita a éste a dotar de retroactividad su decisión de inconstitucionalidad, al tiempo
que permite la introducción de demandas destinadas a revisar sentencias firmes.
Además, la administración está obligada a retirar los actos administrativos tomados
con base en la ley ilegítima. De igual forma, los arts. 139.6 y 140.7 de la Constitución
austríaca también posibilitan a su Tribunal Constitucional a decretar la retroactividad.
Asimismo, el art. 132.2 de la carta magna albanesa permite al Tribunal Constitucional
fijar la fecha en la que la decisión de inconstitucionalidad adquirirá fuerza.
Efectos ex tunc
En este orden de cosas, el art. 78 de la Ley del Tribunal Constitucional alemán obliga
a declarar la nulidad de la ley considerada inconstitucional. En la misma línea se
expresan los arts. 39.1 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional español y 282
de la Constitución portuguesa. La retroactividad de esta declaración está clara en
Bélgica, España (interpretando a contrario sensu el art. 40 de la Ley del Tribunal
Constitucional) y Portugal (aunque el párrafo cuarto del art. de la Constitución lusa
acabado de citar permite al Tribunal dar un alcance más restrictivo a la
inconstitucionalidad en razón de la seguridad jurídica, la equidad o el interés público).
Por su parte, los arts. 136 de la Constitución italiana y 30 de la Ley reguladora del
Tribunal Constitucional italiano no resultan tan nítidos al indicar, el primero, que la
declaración de ilegitimidad constitucional de una disposición legislativa o de un acto
que tenga fuerza de ley supone que esa disposición cesa de estar en vigor desde el día
siguiente de la publicación de la decisión, y, el segundo, que no puede recibir
aplicación a partir de la misma fecha. No obstante, la jurisprudencia italiana (al igual
que, entre otras, la alemana y española) confirma lo dicho sobre el carácter retroactivo
de los pronunciamientos de inconstitucionalidad.
La tentativa de eliminar los efectos que ha dejado la ley inconstitucional, por mor de
la sanción de nulidad que técnicamente debe aplicarse, tendría que dar lugar a que las
normas derogadas por la ley inválida vuelvan a entrar en vigor. Así lo establecen los
arts. 282.1 de la Constitución portuguesa y 140.6 de la Constitución austríaca (salvo
que en el fallo se disponga otra cosa), y ello a pesar de que en el país centroeuropeo
la sanción es de anulabilidad. Ésta es una solución poco extendida porque, al margen
de otras consideraciones, resulta demasiado agresiva con la seguridad jurídica. En este
sentido se expresa el art. 83 del Código Procesal Constitucional del Perú, donde se
establece que por la declaración de inconstitucionalidad no recobran vigencia las
disposiciones legales que ella hubiera derogado.