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ACEPTAR LA DIVERSIDAD

No siempre es fácil aceptar al diferente a mí, pero en realidad esa diversidad es un gran don.

Incluso cuando la diferencia es algo equivocado, siempre debemos creer que el amor es capaz
de provocar cambios positivos en las personas.
El mismo Jesús fue recriminado porque hablaba con prostitutas, se sentaba a la mesa con
pecadores públicos o se hospedaba en sus casas. Pero, muchos de ellos se convirtieron en
sus discípulos, incluso uno de ellos se volvió apóstol y evangelista: Mateo.

El diferente a mí me enriquece justamente por eso, por ser lo que yo no soy, por la posibilidad
que tengo de conocerlo yendo más allá de las apariencias, para descubrir su tesoro.

Ninguno de nosotros es la excepción a la regla, nadie es perfecto y tampoco totalmente


imperfecto.

Además de las apariencias existen en las diferencias, preciosidades a ser puestas en común
para el bien de todos.

Abrazos,
Apolonio Carvalho Nasciment

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