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Entrevista a Enrique Vila-Matas

Entrevistador: ¿Quién es Mac?

E.V-M: Mac es una voz que a su vez es una multitud de voces, en realidad todas las voces de la historia de la
literatura. Al mismo tiem po, es un hombre de carne y hueso, retirado, arruinado, en paro, que se convierte en
un principiante de la escritura, que se dedica a intentar escribir una novela que sea póstuma e inacabada.

E: ¿Y cuál es el contratiempo de Mac?

E.V-M: El contratiempo de Mac, es muchos contratiempos. Yo creo que es el contratiempo que cada uno de
los lectores elegirá. El primer contratiempo pertenece a otro personaje de la novela, que es Walter, que es el
antecedente de Mac. Walter es alguien que es ventrilocuo que tiene un contratiempo, que para ser ventrílocuo
solo tiene una voz propia y no dispone de las voces para los muñecos y este es el contratiempo que tiene
Walter. Pero el contratiempo que tendrá Mac, uno de ellos será, evidentemente, encontrar un contratiempo
necesario: desesperación, muerte, suicidio, para dejar la novela inacabada, a propósito, deliberadamente.

E: Porque hay que recordar que, efectivamente, Mac es una persona arruinada que se ha reconvertido en
escritor principiante, está escribiendo un diario, y además tiene una idea que surge después de escuchar a un
vecino suyo que se llama Sánchez, que es un escritor famoso que está hablando con su librera, vamos a decir
que de cabecera, y le dice que un libro que él escribió, pues hombre como que no le gusta, y él, tiene una idea
con respecto a ese libro, y que tiene que ver con el tema de la repetición, ¿es así?

E.V-M: Sí, Mac vuelve a su casa y decide escribir en secreto la novela fallida treinta años antes del vecino.

E: Pues entremos en el meollo de la cuestión, que tiene que ver precisamente con ese libro, con “Walter y su
contratiempo”, son las memorias de un ventrilocuo, pero a partir de una serie de relatos, que según Mac, están
escritos a la manera de, es decir, como si cada relato, estuviera escrito por ejemplo a la manera de Borges, a la
manera de Hemingway, a la manera de Carver, ¿vamos bien por ahí?

E.V-M: sí, y Mac decide transformarlos, todos los relatos, escribe, lee, y luego piensa en su diario cómo
escribiría esos relatos transformando los del vecino.

E: Y ahí empezamos en un sutil juego metaliterario, algo, por otro lado, ya recurrente también en tu obra, el
tema de la metaliteratura que está presente ahí, y de entrada, lógicamente hay que hablar de la voz narrativa.
Yo no sé si el tema de la voz narrativa está sobrevalorado o ¿es realmente una obsesión de todo escritor?

E.V-M: Sí, bueno no sé si es de todos, pero en mi caso, la voz en mi obra es muy importante, desde el
principio de mi carrera, digamos que de escritor, elegí un estilo muy concreto, que era una voz que habla
desde el lugar del ensayista o del poeta, por eso es un yo siempre visible, pero por eso también, es una voz
que cita muchos libros, puesto que se trata de un ensayista que de vez en cuando incurre en la narración, y
también por eso, se puede leer lo que toda con continuidad, porque esa voz, es la misma y al mismo tiempo
cambia en todos los libros. En este caso, tenemos la voz de Mac, que a su vez es la voz de las voces de la
literatura de todos los tiempos. De modo que, en este sentido, este último libro, Mac y su contratiempo, viene
a ser una síntesis de todo lo que he escrito hasta ahora.

E: Y en ese sentido, todos esos libros que cita y que admira Mac, ¿podríamos decir que forman parte también
del canón literario de Enrique Vila-Matas?

E.V-M: No, en ese sentido jamás porque no hago para nada autoficción, nunca. Precisamente yo me
enmascaro en todo lo que escribo, trabajo con elementos de realidad, pero con la invención, que es como
trabajan en realidad todos los escritores.

“Venimos al mundo para repetir lo que quienes nos antecedieron también repitieron”.

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E:Si tuviéramos que reducir al mínimo la explicación del argumento de esta novela, ya sé que es algo muy
complicado y delicado, ¿podríamos decir que se habla de la repetición y de la inspiración en nuestras vidas
creativas, o en concreto, en las vidas creativas del personaje principal?

E.V-M: Sí, sería válido. Es una persona que lee y lo modifica todo. Ve la televisión y ve las noticias, noticia
por noticia, lo modifica. Es un lector que modifica sin parar.

E: ¿Por qué un ventrílocuo como protagonista? Porque al igual que se dice en la novela, nosotros también nos
da un poco de yuyu este tipo de personajes.

E.V-M: Que pasa que me dio mucho miedo al final la profesión de ventrilocuo, porque me adentré mucho en
este trabajo, busque datos, historias, y todas son terroríficas. Desde por ejemplo, la historia del padre de la
actriz Candice Bergen, que era un famosísimo ventrílocuo que hacía dormir a su hija con el muñeco preferido.
Y tenemos ahí que la hija sabía que el muñeco la envidiaba a ella, y tenía celos de ella, y ella a su vez tenía
celos del muñeco preferido de su padre. Y toda su infancia fue de terror puro debido a esto, ¿no? Porque
dormían juntos y le notaba en la noche a él cabreado de alguna forma.

E: ¿Tú has tenido alguna vez la tentación de escribir el relato de alguien que no te gustaba, como quiere hacer
Mac?

E.V-M: No, porque además Mac copia la de este vecino llamado Sánchez, al que llamé Sánchez en parte por
aquel libro que se llamaba XXXX de Sánchez que me divirtió mucho como título, y también para que
Sánchez fuera una figura abstracta de alguna manera, un poco seca dura en el apellido, para no pensar en
alguien concreto.

E: Es una novela de pocos personajes, hemos conocido ya a Mac, lógicamente, a Sánchez, a ese escritor de
éxito. Hemos conocido a Walter, el protagonista de ese libro que está un poco en el meollo del argumento,
pero luego hay dos personajes más, uno es el de la mujer, Carmen, ¿no? Con ella, yo entraría en el tema de la
simulación que también está presente en la novela.

E.V-M: Bueno interviene, forma parte de un cuento, ¿no?, ella misma, a parte de todo. Es un momento difícil
de explicar aquí, pero… (Entrevistador: para no hacer spolier, claro, sí). De alguna manera, Carmen forma
parte del libro de Walter, forma parte de la lectura del libro que hace Mac y al mismo tiempo está en la vida.
Hay un momento que vida y literatura se mezclan de una manera absoluta, y a partir de ese momento, vemos
como Mac está viviendo la novela de su vecino.

E: Y luego está el sobrino, un personaje que no sé si es el personaje más real o el más literario de todos, o las
dos cosas a la vez, es un personaje muy peculiar.

E.V-L: El sobrino es un verdadero monstruo. Es un personaje que está agazapado en las redes sociales, está
envidiando todo lo que ocurre a todos los demás, etc, y es un personaje siniestro, porque desea el mal de Mac.

E: La novela tiene su Macondo particular, me atrevo a decir que es ese barrio de El Coyote, por cuyas calles y
bares pasea Mac constantemente. ¿Hay algo de homenaje realmente a José Mallorquí el creador de El Coyote
o es solo una anécdota?

E.V-M: No, es una historia real, coincide con el barrio en el que vivo, donde vivió y escribió todo El Coyote
José Mallorquí, es una barrio que hay que decir, que es un lugar inventado, basado en la realidad, pero con
invención, mezcla de realidad y ficción. Habrá personajes que se identificarán con los personajes y se
equivocarán porque les pasará lo mismo que a mí me ocurrió con el mundo de Juan Marsé cuando hice un
reportaje sobre El Guinardó de Juan Marcé que iba preguntando en los bares y en las plazas y todos eran
personajes de Marsé, todos me decían: “–yo soy un personaje de Juan Marsé, –ah sí”, y luego hablé con Juan
y me dijo: –“no, ¡qué va!, son invenciones de mi mundo”.

Cita de Mac y su contratiempo: “Sabía que los efectos de un cuento podían ser arrolladores, pero nunca los
había probado en carne propia” (P. 133).

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E: Ya sé que no es nada contradictorio pero hay que destacarlo a pesar de la seriedad que siempre está
presente en todos libros, también en este, hombre yo creo que ya ha quedado claro que aquí también hay
mucho humor.

E.V-M: Ah… casi estoy a punto de reírme ahora (risas), claro que hay humor, pero el humor sí que es
realmente involuntario en cambio en mí, es decir, es mi estilo, forma parte de mi manera de contar, cuento las
cosas que hace reír en ocasiones sin que yo lo pretenda para nada.

E: ¿Y tú ríes cuando te relees? ¿Cuando relees lo que has escrito?

E.V-M: No, yo ahora busco, como me lo dicen tanto, que reían tanto, busco a ver por qué ríen, dónde ríen, y
no lo entiendo (risas). Es verdad, pero bueno, ahora me río de lo que he dicho, esto sí (risas).

E: Algo que he vuelto a comprobar en este nuevo libro tuyo es esa capacidad que tienes de sacarle
contrapunto literario a cualquier hecho real, anecdótico, cotidiano, de la propia vida. Por ejemplo, estás
hablando de las sopas que hace la hermana de Mac y aparece ahí la premio nobel de literatura Szymborska.
¿Todo tiene su contrapunto literario en tu vida?

E.V-M: Es inevitable. La verdad, con el tiempo se ha vuelto inevitable. Yo salgo de casa, por ejemplo, y al
cabo de un minuto están pasando cosas, no sé por qué, pero pasan cosas. Y cosas que parecen pertenecer a mis
cuentos, no lo sé. En todo caso, es así.

E: Probablemente, eso ligaría con una máxima que aparece también en el libro de Hemingway, que para
comprometerse con la literatura, primero hay que comprometerse con la vida.

E.V-M: Siempre he pensado que de joven hay que hacer el burro al máximo para tener algo que contar más
tarde. Hay una frase que siempre he pensado que la había dicho Buñuel, resulta que no es de Buñuel, pero
debe ser mía. En todo caso, yo creo que es así, es la experiencia de haber hecho el burro a cierta edad, permite
después escribir.

E: En esta novela se habla mucho de la repetición. Hay una creencia más o menos extendida que dice que el
escritor que se repite está perdido y luego hay otra creencia que dice que hay escritores que siempre están
escribiendo la misma novela. Yo no sé, ¿dónde te ubicas tú?

E.V-M: Sí, está cargada de tópicos toda la historia de la literatura. Es un tópico que si un clavo sale al
principio de un cuento luego el protagonista se cuelga del clavo, es una tontería que se supone que dijo
Chéjov, y creo que no, que la dijo (…) (Entrevistador: –estamos descubriendo que muchas de las frases son
tuyas al final. Vila-Matas: –Sí). Y todos son tópicos en realidad que la gente acepta cuando en realidad no…
por ejemplo, “Bartleby el escribiente”, se supone que es un personaje muy interesante, a mí me parece un
pelmazo que está dedicado a comer galletas de jengibre y que es un pesado que, creo que debería ser otro
personaje de Melville el que saliera beneficiado de la fama.

E: Necesito que me cuentes una cosa: “¿Por qué escribir es dejar de ser escritor?” como se dice en la novela.

E.V-M: Porque una cosa es sentirse escritor, yo soy escritor, por ejemplo, y olvidarse de que para ser escritor
hay que escribir, lo cual es diferente, y para escribir hay que entrar en un territorio muy difícil. Para intentar
escribir, hay un defecto de fábrica en la novela de sus orígenes, que es el defecto de fábrica que vio Cervantes,
yo creo que se dio cuenta de que tú no puedes vivir en la vida lo que has leído. Sin embargo, en la novela Mac
y su contratiempo se demuestra que es posible.

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