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de oración. Nos sentamos y nos pusimos a conversar con las mujeres que se habían reunido. 14 Una de ellas, que se
llamaba Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura. Mientras escuchaba, el Señor
le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de Pablo. 15 Cuando fue bautizada con su familia, nos hizo la
siguiente invitación: «Si ustedes me consideran creyente en el Señor, vengan a hospedarse en mi casa.» Y nos
persuadió. 16 Una vez, cuando íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una joven esclava que tenía un
espíritu de adivinación. Con sus poderes ganaba mucho dinero para sus amos. 17 Nos seguía a Pablo y a nosotros,
gritando: —Estos hombres son *siervos del Dios Altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación.18 Así
continuó durante muchos días. Por fin Pablo se molestó tanto que se volvió y reprendió al espíritu: —¡En el nombre
de *Jesucristo, te ordeno que salgas de ella! Y en aquel mismo momento el espíritu la dejó. 19 Cuando los amos de la
joven se dieron cuenta de que se les había esfumado la esperanza de ganar dinero, echaron mano a Pablo y a Silas
y los arrastraron a la plaza, ante las autoridades. 20 Los presentaron ante los magistrados y dijeron: —Estos hombres
son judíos, y están alborotando a nuestra ciudad, 21 enseñando costumbres que a los romanos se nos prohíbe admitir
o practicar. 22 Entonces la multitud se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados mandaron que les arrancaran
la ropa y los azotaran. 23 Después de darles muchos golpes, los echaron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que
los custodiara con la mayor seguridad. 24 Al recibir tal orden, éste los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies
en el cepo. 25 A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos
los escuchaban. 26 De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos.
Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas. 27 El carcelero despertó y, al ver
las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada y estuvo a punto de matarse, porque pensaba que los presos
se habían escapado. Pero Pablo le gritó: 28 —¡No te hagas ningún daño! ¡Todos estamos aquí! 29 El carcelero pidió
luz, entró precipitadamente y se echó temblando a los pies de Pablo y de Silas. 30 Luego los sacó y les preguntó: —
Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo? 31 —Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le
contestaron. 32 Luego les expusieron la palabra de Dios a él y a todos los demás que estaban en su casa. 33 A esas
horas de la noche, el carcelero se los llevó y les lavó las heridas; en seguida fueron bautizados él y toda su familia.
En esta serie hemos estado estudiando la forma de como el Evangelio moldea la relación de los
cristianos con el mundo. Nos hemos estado preguntando: ¿Qué pasa cuando llevamos el Evangelio
fuera de nuestras vidas privadas, fuera de la iglesia y lo llevamos dentro del mundo, o Fuera
del salero, dentro del mundo? Hemos dicho que esto significa muchas cosas. Significa compartir el
Evangelio con tus amigos. Significa permitirle al evangelio afectar tu motivación. También significa que el
Evangelio también nos hace preocuparnos por los pobres y la justicia. Hemos estado observando cada
uno de estos aspectos por separados. Pero ahora vamos a observar un emocionante caso de estudio
en el cual podemos apreciar una compilación de todos estos aspectos. Pablo fue enviado por Dios como
misionero a Macedonia, para plantar un iglesia en la ciudad de Filipo. Nosotros también vivimos en una
ciudad y por lo tanto es instructivo para nosotros ver lo que sucedió cuando Pablo llevo el Evangelio
fuera de la ciudad. Vamos a observar lo que le ocurrió a tres personas – Lidia, una esclava y a un
carcelero – y haremos algunas implicaciones.
1. Tres vidas cambiadas
1.1. Lidia (versículos 13-15). En los versículos 13 y 14 se nos ha dicho que Lidia era
una “adoradora de Dios” o una “gentil." Ella fue atraída por el Dios de la Biblia, y se reunía cada Sabbat
para leer la Biblia y orar con los creyentes judíos que estaban en esa ciudad. Ella era “una vendedora de
telas purpuras”, una comerciante. Quizás ella era una persona adinerada. Tenía todo lo que deseaba. Y
aunque era una persona exitosa sabia que había algo que no estaba bien en su vida, y justamente por esa
razón ella estaba buscando al Dios de la Biblia. También se nos ha dicho en el versículo 13 que Pablo y
Silas “…salieron a las afueras de la ciudad, y fueron por la orilla del río, donde esperaban encontrar
un lugar de oración.” Se sentaron y se pusieron a conversar con las mujeres que se habían reunido allí.-
¿Qué le dijo Pablo a ellas (Lidia)? Nuestro pasaje no nos dice mucho lo que Pablo hizo cuando se reunía
con aquellas personas que creen en la Biblia. y el libro de Hechos verdaderamente nos dice muy poco al
respecto. El diría, “sé que estas en busca de la bendición de Dios y estas leyendo todas estas historias
increíbles sobre David, Esther y José. Quizás piensas, “Mira a David. Oh, si fuese tan valiente como él. ¡Mira
a Esther!, oh, si fuese tan dedicada como ella. Mira a José, Si pudiera perdonar tanto como él lo hizo, podría
tener la bendición de Dios.” – “¿Sabes lo que posiblemente les diría Pablo?” Están perdiendo de vista la
idea principal de la Biblia. Para mucho de ustedes, la Biblia es aplastante. Dices, “tengo que hacer aquello y
esto. Tengo que ser como David, Esther o José.” No, para nada. Tienes que creer en aquel que David,
Esther y José fijaron sus ojos y solo de esa manera podrás vivir como ellos; porque tienes esa paz que
sobrepasa todo entendimiento porque sabrás que el gigante del pecado y de la muerte han sido vencidos.
Todo en la Biblia lo señalan y una vez que lo tienes, por fin el Dios de la Biblia es tuyo. Y Lidia dice, “¡Quiero
conocerlo!” se nos dice en el versículo 14, “el Señor le abrió el corazón para que respondiera al
mensaje de Pablo.” La palabra “responder” significa “ser atraído”. A ella le pareció hermosísimo el
Evangelio. Dijo, “esto es lo más hermoso que he oído en toda mi vida” y se convirtió a cristiana.
1.2. La joven esclava (versículos 16-18). Su historia es un poco más dramática. Leemos en
los versículos 16 y 17, “16… nos salió al encuentro una joven esclava que tenía un espíritu de
adivinación…” – pero, ¿Qué paso con la joven esclava? ¿Cómo encontró a Cristo? No lo encontró de la
misma manera en que Lidia lo encontró, no, para nada. Es una persona quebrantada. Es una esclava.
Estaba poseída por un demonio, lo que significa que su maestro era un maestro demoniaco. Estaba oprimida
espiritual, económica y socialmente. Sus amos la estaban explotándola y usándola. Ella no necesitaba un
discurso elocuente como Lidia. Ella necesitaba un encuentro poderoso con Jesús, y eso fue lo que paso. En
el versículo 18 leemos, “Pablo... se volvió y reprendió al espíritu: — ¡En el nombre de Jesucristo, te
ordeno que salgas de ella! Y en aquel mismo momento el espíritu la dejó. Y fue liberada. – Quizás
dirás, “¡¿exorcismo de demonios?! ¿De que se trata todo esto? ¿Que esta pasando? Más allá que hablarte
de exorcismo de demonios, me gustaría acotar que en lo que concierne a la Biblia, la posesión demoniaca es
únicamente en casos extremos, es una realidad que esta presentes en todos nosotros antes de conocer a
Jesucristo. Todos lo que verdaderamente llegan a conocer a Jesús reconocen que eran esclavos
espirituales. Quizás te preguntaras “¿Quién trabaja en eso?” David Foster Wallace dice, “realmente el
ateísmo no existe. No existe tal cosa como la no adoración. Todo el mundo adora algo. La única opción que
tenemos es la de escoger lo que vamos a adorar. Y una razón verdaderamente extraordinaria para escoger
adorar a Dios es que cualquier otra cosa que decidas adorar te devorara vivo.” Rebecca Pippert
dice, “cualquier cosa que nos controles es nuestro dios… aquel que solo busca el poder será controlado por
el poder. Cualquiera que busque aceptación será controlado por aquellas personas a las cuales quiere
agradarles. No nos controlamos a nosotros mismos. Somos controlados por el señor de nuestras vidas…”
Ciertamente, esta joven esclava, es un caso extremo, pero de hecho, hasta que verdaderamente vengas
debajo del Señorío liberador de Jesucristo estarás también espiritualmente oprimido. Necesitas ser liberado.
1.3. El carcelero (versículos del 19 – 33) ¿Quien es el carcelero? Posiblemente era un
exmilitar, un ex soldado romano. En el versículo 23 se nos ha dicho que a Pablo y Silas “23 Después de
darles muchos golpes, los echaron en la cárcel…” -¿Qué obtiene el carcelero? Él no es una persona
que necesita un discurso elocuente o un encuentro poderoso. ¿Qué clase de hombre es el? Él podría ser un
hombre brutalmente práctico, extremadamente rudo y con una actitud cínica frente a la vida. Él lo ha visto
todo. es un pagano. - ¿Sabes lo que él obtiene? Él tiene una visión de como el Evangelio de manera practica
puede cambiar tu vida. Primero que nada, tenemos a Pablo y a Silas en la noche. Han sido golpeados y
puestos en la cárcel injustamente. Están cantando himnos. El carcelero los esta escuchando cantar, y de
repente hay un temblor y las rejas de las celdas son abiertas. El carcelero esta completamente seguro que
todos se fueron y toma su propia espada para suicidarse. Pero entonces, en ese momento Pablo le
dice, “28 ¡No te hagas ningún daño! ¡Todos estamos aquí! ¿Por qué Pablo hizo eso? Aquí esta este
soldado romano y todo lo que él ha visto en su vida es que pagas mal por mal. Y aquí están Pablo y Silas,
están dispuestos a sacrificar su liberta para así poder salvarlo. El dice, “¿Qué pasa con ustedes? Nunca
había visto este tipo de amor.” Dicen, “¿oh, nunca habías visto a nadie vencer el mal con el bien?
Permíteme hablarte de alguien que venció al mal con el bien: Jesucristo. Para variar, el carcelero
responde, “¿Qué necesito hacer para tener a Jesús en mi vida?” el carcelero necesitaba ver eso. “si tengo
esto en mi vida puedo enfrentarme a cualquier cosa.”
2. La importancia de como llevar el Evangelio dentro del mundo.
2.1. El Evangelio es para todo el mundo. Mira quienes son estas tres personas. Lidia era una asiática,
es “de la ciudad de Tiatira.” La joven esclava es griega. EL carcelero romano. Lidia además era una mujer
de negocios. La joven esclava era una persona oprimida y quebrantada. El carcelero es de clase media. Más
diferente de lo que eran imposible. El Evangelio es para todo el mundo.
2.2. El Evangelio es el poder unificador que el mundo necesita. Esto es lo que John Stott dice en
su comentario sobre Hechos 16, “Racial, social y sicológicamente ellos eran de mundos completamente
apartados uno del otros. Y a pesar de ello, los tres fueron transformados por el mismo evangelio y les dieron
la bienvenida en la misma iglesia.” Cuando llevamos el Evangelio dentro del mundo cambia a las personas.,
no solo hace que las personas de diferentes razas, sexo o clases sociales estén unidad, sino que también
transforma la actitud cristiana hacia las personas que están del otro lado de esas barreras sin importar
nada. No hay otra fuente mas poderosa en el mundo para la paz entre las personas como el Evangelio de
Jesucristo.
2.3. El Evangelio es llevado al mundo por personas imperfectas. Dios va a obrar a través de ti
incluso cuando eres imperfecto, débil o un desastre. Observa un par de cosas. ¿Cómo Lidia se convirtió a
cristiana? En el pasaje se nos dice. “el Señor le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de
Pablo.” Pablo no tuvo una idea brillante ese día. Mira a la joven esclava. En el versículo 18 dice: “Por fin
Pablo se molestó tanto...” Él no estaba lleno de compasión en ese momento. Se dejo llevar por la ira. Y
como resultado, el uso la autoridad que le ha sido entregada para echar fuera al demonio. Dios uso la ira
de Pablo para liberar a esa pobre joven. Dios fue detrás de Lidia, de la joven esclava y del carcelero. Dios
uso a Pablo y a Pedro. Dios puede usarte a ti también. Llevemos el Evangelio fuera de la iglesia, dentro
del mundo, fuera del salero, dentro del mundo.