Señalización en una sala de emergencias con la clasificación para los pacientes y
el tiempo de espera estimado para su atención, en función de la severidad de su condición. El triaje (del francés triage, "clasificación", del verbo “trier” separar, clasificar) o protocolo de intervención es un método de selección y clasificación de pacientes empleado en la medicina de emergencias y desastres. Evalúa las prioridades de atención, privilegiando la posibilidad de supervivencia, de acuerdo con las necesidades terapéuticas y los recursos disponibles. Trata por tanto de evitar que se retrase la atención del paciente, que empeoraría su pronóstico por la demora en su atención. Un nivel que implique que el paciente puede ser demorado no quiere decir que el diagnóstico final no pueda ser una enfermedad grave, ya que un cáncer, por ejemplo, puede tener funciones vitales estables que no obligue a ser visto por un médico con premura. Por tanto, evalúa el riesgo inmediato de muerte y las posibles complicaciones derivadas de la espera. En situaciones de demanda masiva, atención de múltiples víctimas o desastre, se privilegia a la víctima con mayores posibilidades de supervivencia según gravedad y la disponibilidad de recurso Triaje de urgencias y emergencias Se trata del proceso de clasificación para los que acuden a un Servicio de Urgencias, hospitalario o extrahospitalario. Entendemos por triaje de urgencias el proceso de valoración clínica preliminar que ordena a los pacientes antes de la valoración diagnóstica y terapéutica completa según su grado de urgencia, de forma que en una situación de saturación del servicio o de disminución de recursos, los pacientes más urgentes son tratados los primeros, y el resto son controlados continuamente y revaluados hasta que los pueda visitar el equipo médico. El triaje de emergencias extrahospitalario tiene dos componentes: (1) Triaje telefónico, entendido como el proceso de clasificación de los pacientes por el Centro Coordinador o Regulador de Emergencias, con base en la valoración protocolizada de su grado de urgencia, de forma que se establezcan los tiempos de espera razonables para ser atendidos y tratados por el equipo sanitario y se active el mejor recurso de atención para su caso y/o el mejor medio de transporte sanitario al centro sanitario más adecuado, independientemente del orden de la demanda asistencial; y (2) el Triaje de Emergencias, entendido como el proceso de clasificación de los pacientes por un equipo sanitario de atención prehospitalaria, de acuerdo a la valoración protocolizada de su grado de urgencia, de forma que se establezca los tiempos de espera razonables para ser atendidos y tratados por el equipo sanitario y el mejor medio de transporte sanitario al centro sanitario más adecuado, siendo el personal de enfermería quienes generalmente lo realizan.
SOPORTE BÁSICO DE VIDA
El soporte vital básico (SVB) es un nivel de atención indicado para los pacientes con enfermedades o lesiones que amenazan la vida, aplicados hasta que el paciente reciba atención médica completa. Puede suministrarse por personal médico capacitado, incluyendo técnicos en emergencias sanitarias y por personas que hayan recibido formación sobre el SVB. Por lo general el SVB se utiliza en situaciones de emergencia prehospitalarias y puede suministrarse sin equipos médicos. Muchos países tienen directrices sobre cómo proporcionar el soporte vital básico que son formuladas por organismos profesionales médicos en esos países. Las directrices describen algoritmos para el abordaje de una serie de trastornos, incluyendo la parada cardiorrespiratoria, asfixia y ahogamientos. El SVB no suele incluir el uso de fármacos o maniobras invasivas y puede ser contrastado con la prestación del soporte vital avanzado(SVA). La mayoría de los ciudadanos legos (no profesional de salud) pueden dominar las habilidades del SVB después de asistir a un curso breve. Por lo general, la Cruz Roja, los bomberos y policías son quienes deben ser certificados en el SVB. Estas medidas son inmensamente útiles para muchas otras profesiones, tales como los empleados de escuelas infantiles, profesores y personal de seguridad o aerolíneas Protocolo de actuación de RCP La reanimación cardiopulmonar es un procedimiento que se utiliza para salvar vidas en el momento que una persona ha dejado de respirar y el corazón ya no palpita. Esto puede ser causado por un ataque cardíaco, descarga eléctrica, ahogamiento o cualquier otra circunstancia que ocasione que se detenga el ritmo cardíaco. Las maniobras destinadas a normalizar el oxigeno que llega a los órganos vitales se conoce como Protocolo RCP. Es muy importante que aprendas a ejecutarlo, ya que en cualquier momento alguien de tu familia puede verse afectado, y lo mejor es actuar antes de que lleguen los médicos. Si en un accidente en el hogar ves a un miembro de tu familia insconsciente y sin respirar, debes comenzar a ejecutar el protoclo RCP: 1. Elimina los objetos que pueden representar un peligro para el paciente. 2. Debes comprobar el estado de consciencia de la víctima. Para ello debes arrodillarte a la altura de sus hombros y sacudirlos con cuidado y suavidad. Acércarte a la cara y pregúnta si está bien. En caso de que responda debes dejarlo en la misma posición y empezar a revisar cómo se encuentra. 3. En caso de que no responda debes pedir ayuda al servicio de emergencias sin abandonar a la víctima. Colócale boca arriba con los brazos y piernas alineados sobre una superficie dura y el tórax al descubierto. 4. Debes cubrir la via aérea, coloca una mano sobre la frente del paciente y con la otra debes tirar el mentón hacia arriba, así se evita que se muerda la lengua y no pueda respirar correctamente. 5. Hecho este paso, debes comprobar si el accidente respira normalmente. Si la víctima respira debes llamar al 112, coloca en posición lateral , y comprueba que sigue respirando. 6. En caso que la víctima no respie, debes hacer 30 compresiones torácicas en el pecho. Y llama al 112 para pedir ayuda urgente. 7. Haz 2 insuflaciones en la frente – mentón, y la nariz tapada. En caso de que el aire no pase, asegúrate de hacer bien las maniobras. 8. Alterna las compresiones e insuflaciones: 30 compresiones y 2 insuflaciones mediante el ritmo de 100 compresiones por minuto. 9. No interrumpas las compresiones hasta que la víctima pueda respirar normalmente o cuando llegue ayuda especializada.