Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Si tomas la palabra es porque has tenido una experiencia que los oyentes
desconocen; compártela con ellos. Trata de que sientan lo mismo que tú
sentiste: una profunda emoción, o indiferencia; miedo, o tristeza; fastidio,
o perplejidad.
La primera persona del singular (yo) puede ser un arma eficaz, pero debes
ser cauto y ubicarte correctamente en el espacio, tiempo y tipo de público
que te escucha.
5. Aduéñate de la situación
En los primeros momentos de un discurso se establece el vínculo entre el
público y el expositor. Sonríe, agradece a la persona que te presentó y
luego espera un momento.
6. No leas, habla
Leer ante un auditorio no resulta tan eficaz como hablar directamente y
con el corazón; la expresión espontánea quizá no sea tan pulida, pero
definitivamente es mejor.
7. Relájate
Cuando estamos sometidos a tensión nerviosa, a menudo olvidamos cómo
respirar correctamente. Toda persona que acostumbra presentarse o
actuar en público conoce la importancia de la respiración.
No inhales profunda y forzadamente, ni respires con mayor rapidez que de
lo normal; te puedes hiperventilar. Para relajarte, sólo tienes que mover el
diafragma suave y rítmicamente y dar inhalaciones largas y profundas.
OTROS TIPS
4. Prepara un “Plan B”
Pensar en “qué puede pasar si…” genera ansiedad. “¿Qué pasa si el
computador no reconoce la presentación de PowerPoint?”, “¿Qué pasa si
alguien interrumpe constantemente?” y “¿Qué hago si el proyector no
funciona?” son alguna de las interrogantes que pueden sembrar el pánico
en cualquier orador.
Es por esta razón que debes crear planes de contingencia y así estar más
preparado si ocurre lo peor, aunque probablemente no ocurra.
6. Cuida tu apariencia
Por más que lo más importante es lo que digas y cómo lo digas, tu
apariencia personal no deja de ser un elemento a tener en cuenta a la
hora de dar una presentación eficaz. Cuanto más prolijo y profesional sea
tu aspecto, más confianza sentirás frente a la audiencia. Asegúrate de lucir
lo mejor que puedas.
7. No te excuses
Se suele recomendar a los oradores inexpertos que transmitan sus
inseguridades a la audiencia, es decir, que al comienzo de la presentación
digan cosas del estilo “Perdón, es que estoy nervioso” o “No soy bueno en
esto”. Si puedes evitarlo, mejor. Prepárate lo suficiente para poder hablar
en público sin tener que dar excusas.
Recuerda, sin embargo, que las diapositivas no deben tener mucho texto,
ya que en ese caso nadie escuchará lo que dices. Si toda la presentación te
pasas leyendo directamente de un papel o de las diapositivas, mostrarás
falta de confianza y conocimiento en lo que dices. Es recomendable que
solo uses los recursos visuales como un apoyo extra, no como muletas.
Elige tres personas del público y alterna tu mirada entre ellos, como si
estuvieran teniendo una conversación en un café. Y míralos a los ojos.
12. Sé breve
Lamentablemente, existen muchos oradores que alargan su presentación
hasta lo impensable con discursos de nunca acabar, sin importarles aburrir
mortalmente a la audiencia ni respetar su tiempo. No seas uno de ellos.
Ten claro qué es lo que se espera de tu presentación y respétalo, ni más ni
menos.
13. Relájate
Los seres humanos solemos ser los peores críticos de nosotros mismos. Si
te olvidas de una frase de tus apuntes o si te salteas una diapositiva sin
querer, no es el fin del mundo. Es solo una presentación.