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Crítica de la Teoría del


Desarrollo, P.T. Bauer
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Sobre el autor
Peter T. Bauer (1915 – 2002) nació en Budapest, en la entonces
Austria-Hungría. Bauer es conocido por haber cuestionado la
planificación central, la ayuda externa, los controles de precios,
el proteccionismo y otras formas de intervencionismo estatal
como soluciones a la pobreza. Bauer argumentó de manera
contundente –con sus estudios de campo en África y Asia– que
estas políticas más bien perpetuaban la pobreza y reducían la
libertad individual en los países en vías de desarrollo. Fue Profesor de la London
School of Economics y sus obras se dedicaron a cuestionar la corriente
predominante en la economía en desarrollo en su época: aquella que sostenía que la
planificación central era un requisito para el progreso. Bauer demostró que la ayuda
externa, las restricciones a la inmigración, las políticas de control poblacional y las
barreras comerciales socavan el crecimiento económico.

En Crítica de la Teoría del Desarrollo, Bauer reprochó el creciente uso y abuso de


formalismos matemáticos, mediante los cuales los modelos de crecimiento “se
vuelven farsas” que se utilizan para justificar políticas mal concebidas y dejan a un
lado la observación empírica. En este libro, Bauer también cuestionó el papel de las
juntas de comercialización en el sector agrícola, el supuesto deterioro en los
términos de intercambio, los convenios sobre productos básicos y las crisis de
balanzas de pagos.
    

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Tabla de Contenidos
Introducción
Capítulo Primero. El Círculo vicioso de la pobreza y la ampliación de la
brecha
Capítulo II. Crítica de la teoría del desarrollo
Capítulo III. La economía del resentimiento: colonialismo y subdesarrollo
Capítulo IV. El marxismo y los países subdesarrollados
Capítulo V. Perspectivas asiáticas
Capítulo VI. Una crítica de la UNCTAD
Capítulo VII. La economía como forma de asistencia técnica
Capítulo VIII. El estudio de las economías subdesarrolladas
Capítulo IX. El consenso espúreo y sus antecedentes
Pies de página
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

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Introducción

Tanto el contenido como la presentación de un libro han de valer por méritos propios,
de modo que las introducciones habrían de ser superfluas. Sin embargo, creo que en este
caso unas notas iniciales pueden ayudar a reducir posibles malentendidos y evitar
controversias innecesarias.

Las principales partes de este libro discuten con bastante amplitud la reciente
experiencia y política económicas de los países subdesarrollados; los principales
determinantes del progreso material, y las ideas actuales más influyentes acerca de la
posición económica y perspectivas del mundo subdesarrollado. Algunos aspectos de la
discusión de este último punto pueden sorprender al lector. Varios capítulos de este libro
ponen sobre el tapete críticas radicales de buena parte de la literatura contemporánea sobre
desarrollo. Las principales ideas de esa literatura han tenido tanta publicidad y aceptación
que se las puede denominar la nueva ortodoxia sobre el desarrollo económico. El lector
muy bien puede quedar desconcertado por la crítica radical y sin consideraciones que se
hace a puntos de vista muy aceptados. Pero es que muchas de esas posiciones, que se
supone obtenidas de la experiencia y el análisis, están en conflicto con la evidencia
empírica. Como ejemplos hay que incluir la tesis del círculo vicioso de la pobreza; la
acusación de que los países ricos han causado la pobreza del mundo subdesarrollado; la
idea de que un desarrollo económico sustantivo de los países pobres ha de ir acompañado
por una escasez de divisas; la afirmación de un descenso secular de las relaciones de
intercambio de los países pobres; la insistencia en la supuesta necesidad ineludible de la
planificación central y la ayuda exterior para el avance material de los países pobres; la
opinión de que la naturaleza ha dotado igual a todos los hombres, y que todos tienen
iguales aptitudes económicas; la práctica del razonamiento económico sin hablar de
precios y costes, es decir, la despreocupación respecto a los efectos del precio sobre la
oferta y demanda y respecto a la importancia de los empleos alternativos de los recursos.
A pesar de la preeminencia de esas ideas, la literatura actual no es unánime respecto a
su validez. Pero han sido expuestas por escritores bien situados para alcanzar amplia
audiencia e influir políticamente, de modo que se da la impresión de un consenso de
opiniones sobre estas materias cuando de hecho, como he indicado, hay disconformidad.
Cuando en los capítulos que siguen me refiera a un consenso será más el consenso
aparente que real.

Las nociones aceptadas en ese consenso no deberían ser tema de una controversia
válida, ni más ni menos que cuestiones tales como si la tierra es redonda o llana, si el
mundo fue creado el ario 4004 antes de Cristo o antes, o si las cigüeñas traen a los niños o
nacen de otra forma. Algunas de estas cuestiones han sido tema de legítima controversia

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en el pasado, pero ya se han resuelto. Sin embargo, el análisis económico del desarrollo
sigue cargado con nociones sin sustancia intelectual alguna. Por lo mismo, la refutación de
estas nociones no constituye un gran logro intelectual. Exponerla recuerda algo a la
insistencia del niño en la conocida historia familiar de Hans Andersen sobre el emperador
desnudo. Refleja poco más que la negativa a aceptar un absurdo demostrable y palpable,
por más que se proclame en voz alta y sea generalmente aceptado. El principal problema
al realizar un examen crítico de buena parte de la literatura actual sobre desarrollo no
radica en la dificultad intelectual, sino en el mantenimiento de un adecuado nivel de
discusión sin caer en la trivialidad.

El lector puede preguntar cómo es posible que gente dotada de cualidades intelectuales
e instalada muchas veces en prominentes posiciones académicas o públicas, pueda aceptar
y defender ideas sin contenido.

Hay en primer lugar un fallo importante que subyace a buena parte de la discusión sobre
la economía de los países subdesarrollados. Se trata de la manera en que ha llegado a
utilizarse el concepto de países subdesarrollados. El grupo de países que se incluyen bajo
ese encabezamiento exhiben algunas similitudes: están localizados en climas no
templados; sus sociedades muestran pautas demográficas con algunas semejanzas; la
agricultura de subsistencia o cuasi subsistencia predomina, etc.
Hay en primer lugar un fallo importante que subyace a buena parte de la discusión
sobre la economía de los países subdesarrollados. Se trata de la manera en que ha llegado a
utilizarse el concepto de países subdesarrollados. El grupo de países que se incluyen bajo
ese encabezamiento exhiben algunas similitudes: están localizados en climas no
templados; sus sociedades muestran pautas demográficas con algunas semejanzas; la
agricultura de subsistencia o cuasi subsistencia predomina, etc.
Sin embargo, la literatura académica y popular de los últimos veinte años ha utilizado
el concepto como expresión omnicomprensiva de todo el mundo aparte de unos pocos
países técnicamente avanzados. El grupo ha sido definido de forma negativa. El proceso
de definición negativa es engañoso. No especifica las similitudes y oscurece las
diferencias. Por tanto no puede indicar las limitaciones de las semejanzas ni la amplitud v
profundidad de las diferencias. Establece una tentación de encontrar uniformidades donde
no existen. En una categoría así definida no hay razón para esperar similitud o
uniformidad sustancial que pueda servir de base para generalizaciones válidas o
recomendaciones para una política efectiva. Sin embargo, la aceptación de un concepto
residual, deducido de una definición negativa, induce una creencia en la presencia de esas
uniformidades y ha promovido en este caso una agregación de amplitud mundial
inapropiada.
El atractivo y la aceptación de una definición negativa en este campo reflejan y
refuerza ciertos hábitos mentales que operan ampliamente en la escena contemporánea y
dan cuenta de la peligrosa situación intelectual de buena parte del tema. Nos referimos a la
erosión de las facultades críticas de las personas debido a la rápida tasa de cambio social y

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técnico, a la multiplicidad de preocupaciones y al volumen de informes y admoniciones


sobre temas remotos sobre los que los recipiendarios no tienen información de primera
mano o fiable; a la utilización extensiva en las discusiones de ideas y conceptos
supersimplificados, acompañado de interpretaciones distintas de esas mismas ideas
abstractas. El análisis económico del desarrollo, tema estrechamente relacionado a
cuestiones políticas y prácticas, es especialmente vulnerable a esas influencias generales.
Otras dificultades provienen de las cuestiones controvertidas acerca de la
metodología de los estudios sociales, en especial la negativa demasiado frecuente a
distinguir entre avance del conocimiento y promoción de políticas, acompañado muchas
veces de la subordinación de lo primero a lo último, lo cual ha sido notorio en la economía
del desarrollo. Otras dificultades en este campo se refieren a problemas más complejos de
metodología, entre ellos la determinación del campo y limitaciones del análisis económico
para el examen de los determinantes del progreso material así como en el estudio del
desarrollo histórico de sociedades enteras, desarrollo del cual el progreso material sólo
constituye un aspecto.
Estas dificultades se han ampliado por el olvido de la observación directa y la
confianza en informaciones de segunda o tercera mano. Estos defectos han promovido la
aceptación en los estudios sociales de ideas poco sustantivas, en especial en el análisis
económico de los países pobres y economía del desarrollo, donde la observación directa e
información de primera mano, aunque esenciales para la obtención de resultados válidos,
muchas veces es difícil de obtener o muy cara. Un análisis válido para el estudio de la
sociedad requiere información de base significativa y fiable. Sin esta base, el análisis
podrá ser imaginativo e ingenioso, pero no podrá iluminar. Del mismo modo, si los
conceptos y la terminología empleada son arbitrarios y cambiantes, como muchas veces
ocurre en la literatura sobre el desarrollo, entonces el análisis o no aporta conclusiones o
es engañoso.
En la literatura reciente sobre el desarrollo esos defectos y dificultades se han
exacerbado por la muy rápida expansión del tema y por la intensa preocupación por
cuestiones prácticas y políticas. La potencialidad de la economía del desarrollo en cuanto a
la promoción del progreso material se ha vendido a un público crédulo exagerándola aún
más que la de otras ramas de la economía, situación que se añade a la dificultad de
mantenimiento de mínimos estándares de discusión. La categoría alcanzada por la
economía del desarrollo es indebidamente elevada, mientras que su nivel es indebidamente
bajo.

Estas diversas influencias explican en parte la preponderancia en la economía del


desarrollo de ideas claramente inválidas. Pero la búsqueda de posibles explicaciones de la
promoción y aceptación en esta esfera de nociones sin contenido manifiesto, sugiere la
actuación de otro posible factor. Algunas de las nociones más investigadas de la
economía del desarrollo, que al mismo tiempo son las menos sustantivas, no reflejan una
divergencia aleatoria de la verdad, sino que muestran un sesgo sistemático. Cuando el

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sinsentido refleja un sesgo sistemático es muy probable que refleje el deseo de conseguir
objetivos no reconocidos con bases políticas o emocionales.

El deseo de conseguir determinados objetivos políticos no reconocidos parece estar


presente en buena parte de la literatura del desarrollo, incluso en la literatura
ostensiblemente académica. Las ideas más ampliamente difundidas en este campo, que
carecen de sentido fáctico o lógico, sirven para promover actitudes y políticas que
debilitan la posición de Occidente. El reconocimiento de esta característica da sentido a
parte del sinsentido y resuelve algunas paradojas. Lo que superficialmente parece ser un
conflicto entre países desarrollados y subdesarrollados constituye más bien un aspecto de
una campaña contra Occidente: hay mucha gente en Occidente que por diversos motivos
ha llegado a detestar de tal manera las principales instituciones de la sociedad occidental,
especialmente la economía de mercado y sus corolarios, tales como la propiedad privada,
que consideran que un objetivo político fundamental ha de ser un debilitamiento radical de
esas instituciones. Muchas de esas personas, influyentes en las universidades, los medios
de comunicación de masas y las organizaciones internacionales, consideran a los países
subdesarrollados como aliados, o más bien instrumentos, en la promoción de sus objetivos.
Muchas veces Occidente, a instigación de esos grupos, suministra los recursos
intelectuales, políticos, administrativos y financieros con que los países subdesarrollados
le atacan. Los recursos militares, políticos y económicos de los países subdesarrollados
por lo general son modestos y negligibles. Pero sus portavoces y partidarios hablan en los
organismos internacionales, en las asambleas, e influyen considerablemente en el clima de
opinión occidental. Esta cuestión importante y compleja nos llevaría a muchos aspectos de
la opinión pública contemporánea; pero no pueden discutirse ampliamente en un libro que
trata sobre todo del desarrollo económico. Sin embargo, nos referimos a este tema otras
veces a lo largo del libro.
No debe malinterpretarse ni el propósito ni el énfasis de las observaciones del párrafo
anterior. Esas personas y grupos tan opuestos al sistema de mercado no forman parte de
una conspiración, y de hecho la mayor parte de las veces no actúan de forma concertada.
Además, son relativamente pocos. Pero están situados en posiciones influyentes y se hacen
notar. Su efectividad se ve amplificada por otros factores diversos, entre ellos la
despreocupación, indiferencia y falta de interés de la mayoría de la gente, así como
extendidos sentimientos de culpabilidad y un sentido de impotencia. Esa efectividad se ve
aún más fortalecida en las discusiones sobre los países subdesarrollados debido a que la
mayor parte de la gente que discute la condición de los países subdesarrollados y sus
relaciones con Occidente, aunque no esté motivada por esos sentimientos, puede ser
influenciada con rapidez dado que cuentan con muy poco conocimiento de primera mano
sobre las condiciones de esos países.
Otra fuerza política y emocional que puede incidir en las discusiones sobre los países

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subdesarrollados es el deseo de sociedades estrictamente controladas, con concentración


intensiva del poder político y administrativo, deseo que proviene de una variedad de
motivaciones. Otro factor, ya mencionado, que opera de forma penetrante en las
discusiones sobre los países subdesarrollados y afectos de forma significativa a su tono,
está menos directamente y obviamente relacionado con los principales temas de este libro.
Me refiero a la actuación de amplios sentimientos de culpabilidad en la sociedad
occidental contemporánea. Esos sentimientos reflejan a su vez probablemente otras
influencias, entre ellas la idea de que la renta y riqueza de los bienestantes de alguna forma
ha sido extraída de otros, en vez de ganada v ahorrada por sus poseedores o antepasados;
la idea de que la riqueza heredada es inmoral (actitud que refleja a su vez el debilitamiento
de los vínculos familiares); sentimientos de inadecuación frente a problemas personales y
sociales que la gente siente que tendría que poder resolver, pero que no puede dominar y
que de hecho son intratables en el plazo temporal que se plantea. Otro factor tras la
emergencia de esos sentimientos de culpabilidad podría ser muy bien la erosión del
sentido del pecado personal, lo que refleja a su vez la pérdida de énfasis en el individuo en
relación a la colectividad y de la responsabilidad personal frente a las influencias del
ambiente. La culpabilidad colectiva ha reemplazado al sentido del pecado personal.
La discusión de los motivos subyacentes tras la emergencia, promoción y aceptación de
ideas es necesariamente especulativa. Estas especulaciones no son significativas respecto
al mérito sustantivo de esas ideas o argumentaciones, pero son relevantes en cuanto a su
atractivo. La aceptación o rechazo de algunos o todos los motivos sugeridos como
explicación del actual estado de opinión en la economía del desarrollo no afecta a la
validez de las ideas ni de sus críticas, ya que esa validez depende de consideraciones
lógicas y fácticas (lo que se llama consistencia lógica y evidencia empírica) y no se ve
afectada por consideraciones de origen o motivos. Sin embargo, la crítica, en especial de
argumentaciones que cuentan con gran publicidad, resulta más creíble y por tanto efectiva,
si se señala el origen del razonamiento y los motivos que hay detrás, por más que esas
reflexiones tengan que ser especulativas. Por este motivo he sugerido algunas de las
influencias que actúan sobre este tema. En los capítulos I y IX se encuentran más
referencias a esas influencias.
Se argumenta a menudo que la validez del razonamiento económico y de sus críticas,
como las que aparecen en este libro, depende de la aceptación de posiciones políticas
particulares, de modo que no puede llegarse a una conclusión. Esta línea de razonamiento
resulta bastante atractiva y aparentemente sofisticada. De hecho es irrelevante, como
resulta obvio tras algo de reflexión. En realidad, si requiere una atención especial sólo se
debe a que ha sido muy difundida y aceptada acríticamente.
El juicio sobre los méritos de diferentes políticas depende, en parte, de las
predicciones de sus probables efectos sobre la situación social total y, en parte, de las
preferencias entre diferentes tipos de sociedad. Las predicciones dependen a su vez de
argumentaciones implícitas o explícitas acerca de los probables efectos sobre la situación
social de los cambios postulados de determinadas variables. El examen de la validez de
tales argumentaciones ha de hacerse sobre una base de observación y análisis; la validez

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tanto de las argumentaciones como de sus críticas depende de las pruebas de consistencia
lógica y evidencia empírica. Cuando discuto cuestiones o propuestas de política a seguir,
examino las argumentaciones y la evidencia aducida en apoyo de acciones específicas,
más que los méritos de las políticas alternativas. Por lo general se considera que esas
argumentaciones están basadas en razonamientos analíticos o evidencia fáctica y que por
tanto pueden examinarse de forma apropiada en ese mismo plano.
La elección de los temas discutidos dentro del área general muchas veces viene
afectada por la posición política. Sin embargo, la fuerza del razonamiento no depende de
esa posición política o de la elección de temas, sino de la consistencia lógica y la evidencia
empírica. Que la posición filosófica y política del estudiante afecta a la elección del tema
de investigación, pero es irrelevante para la validez de los resultados, no sólo es cierto en
los estudios sociales sino también en otras disciplinas. Es poco probable que un
fundamentalista religioso estudie cosmología o biología evolucionista: puede decirse por
tanto que los estudiosos de estas disciplinas cuentan con un parti pris filosófico que no
afecta, sin embargo, a la validez de sus conclusiones. Algunas de mis preferencias
políticas explican la elección de algunos de los temas examinados; pero esas preferencias
son irrelevantes para la valoración del razonamiento.

En este libro no se presenta ninguna teoría del desarrollo. Su ausencia no indica que
se trate de un enfoque no intelectual. Refleja el reconocimiento de que el desarrollo
económico es un aspecto principal del progreso histórico de sociedades enteras; por tanto,
no es susceptible de una teoría general en el sentido en que lo son los fenómenos
estudiados por las ciencias naturales y (en menor medida) sociales. Además, el desarrollo
económico depende en gran medida de determinantes que no pueden analizarse con los
instrumentos de la teoría económica. Este campo de cuestiones se analiza en el capítulo
IX. Se señala allí que la incapacidad de la economía para analizar sistemáticamente los
principales determinantes del progreso material no significa que no pueda contribuir al
análisis de los fenómenos y al juicio sobre la política a seguir. Espero que de la lectura de
este volumen resulte claro que mi escepticismo respecto a una teoría general del desarrollo
(análoga a las teorías de las ciencias sociales y naturales) no significa que creo que no se
pueden explicar los fenómenos o secuencias del desarrollo económico. Como indicaré
repelidas veces, cabe señalar uniformidades y predecir los probables resultados de las
diversas estrategias.
La ausencia de una teoría general del desarrollo y el contenido y tono crítico de buena
parte del libro pueden provocar la crítica de que se trata de un enfoque negativo y no
constructivo. Sin embargo, varios de los capítulos no son de carácter eminentemente
crítico y no constituye una objeción válida a la crítica el decir que no adelanta ideas o
propuestas alternativas a las que examina. En varios contextos a lo largo del libro discuto
los que considero determinantes fundamentales del progreso material y la potencialidad de
las políticas oficiales para influirlos. Esas diversas referencias a la significación de las
aptitudes, actitudes y costumbres personales y de grupo, a las instituciones sociales y
arreglos políticos, a los contactos externos, y la especulación acerca las influencias

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subyacentes tras esos factores, pueden considerarse quizá como los inicios de un enfoque a
la teoría del desarrollo, en la medida en que en nuestro estado actual de conocimientos
pueda proponerse teoría alguna.
Me gustaría señalar aquí algunos puntos de terminología. Muchas de las sociedades
cuya posición constituye el tema principal de este volumen han sido llamadas primitivas,
atrasadas, pobres, subdesarrolladas, en vías de desarrollo y menos desarrolladas. Las tres
últimas expresiones son eufemismos, inducidos en parte por consideraciones políticas,
pero sobre todo por la emergencia y difusión de sentimientos de culpabilidad en la
sociedad industrializada occidental. Pobres o materialmente atrasadas son las
denominaciones más apropiadas: son las que describen mejor la condición que sirve de
base a la clasificación; señalan el hecho de que la distinción es solamente una cuestión de
grado, y son neutrales en el sentido de que no sugieren que la condición descrita sea
anormal y reprensible. (Difícilmente podría ser anormal cuando el mundo subdesarrollado
comprende más de la mitad de la humanidad.) Las expresiones subdesarrollado y en vías
de desarrollo son eufemismos especialmente inapropiados: subdesarrollo porque sugiere
claramente que la situación que describe es anormal, reprensible y quizá fácilmente
rectificable; en vías de desarrollo porque su utilización conduce a contradicciones tales
como las referencias al estancamiento o retroceso del mundo en desarrollo. Sin embargo, a
lo largo de este volumen utilizaré el término subdesarrollados porque es uno de los más
utilizados en la literatura cuyo examen constituye el tema principal de este libro; pero debe
entenderse que utilizo esa expresión como sinónimo de pobres o material o técnicamente
atrasados. Muchas veces utilizo también la expresión países, aunque sería más apropiada
—por razones que se explican en el capítulo IX— la expresión sociedades.

Buena parte de la discusión en este campo está ofuscada porque se elige como norma
a un manojo de sociedades altamente industrializadas, con las mayores rentas per capita en
su medición convencional, considerando entonces que la mayor parte de la humanidad es
anormal. Se toma como norma un extremo. Si se toma a los millonarios como norma, la
mayoría de la población de cualquier país estaría en la pobreza. Una vez adoptada esta
práctica, la utilización del término subdesarrollados para describir la posición de la gran
mayoría de la humanidad apenas es marginalmente más engañosa que la utilización de
otros sinónimos que también implican desviación respecto a la norma.

Utilizaré las expresiones adelanto material y progreso material como equivalentes a


desarrollo económico. Las primeras son más apropiadas porque no sugieren que el
progreso material dependa en gran medida de los factores que los economistas son los
únicos especialmente cualificados para analizar y promover. La referencia al adelanto
material y progreso material pueden ayudar a indicar que el desarrollo económico no es
sino un aspecto de la evolución histórica total de las sociedades, aspecto inseparable de
otros elementos de la vida social a efecto del análisis y de la elaboración de objetivos
políticos. Sin embargo, una vez explicadas estas prevenciones, me referiré a veces al

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desarrollo económico, pues sería pedante intentar ignorar un término tan ampliamente
utilizado.

Repetidamente me referiré a determinadas categorías de características personales y


de grupo que considero constituyen los determinantes principales del progreso material, en
especial, las aptitudes, cualidades, capacidades y facultades; actitudes, costumbres,
valores, objetivos y motivaciones; instituciones y arreglos políticos. Las expresiones que
designan la primera de esas categorías tienen un fuerte elemento personal y se refieren a
rasgos que pueden ser en buena medida hereditarios; en el segundo grupo hay un elemento
social y cultural más importante; en la tercera categoría predominan las influencias
culturales, sociales y políticas. (La mayor parte de esas características personales y
culturales pueden resumirse en la expresión de Alfredo Marshall, el espíritu del pueblo.)
Dentro de cada categoría he intercambiado muchas veces los diversos términos que las
designan de acuerdo con las exigencias del contexto. Estas categorías, claro está, no son
más que una fórmula útil para expresar, en el contexto de la discusión, la relación entre el
individuo y la sociedad; la argumentación no se ve afectada en ningún momento por la
aceptación o rechazo de esta amplia clasificación, o por mi elección de términos dentro de
cada categoría, o por las opiniones que se puedan tener acerca del origen o persistencia de
las características mencionadas. Estas notas terminológicas deben tenerse presentes
siempre que aparezcan esas expresiones, tanto si en aquel momento se especifican las
distintas cualificaciones como si no.
A lo largo del libro todas las referencias a estas características personales o de grupo
se enmarcan sólo en el contexto del progreso material. Muchas de ellas quizá no confieren
felicidad, o dignidad, o sensibilidad, o armonía, a quienes las poseen. Esta idea es obvia,
pero muchas veces no se tiene en cuenta; cuando se capta explica el por qué aquellos que
han conseguido la prosperidad muchas veces no encuentran la felicidad ni el contento que
inocentemente esperaban obtener del progreso material. Esta reserva debe' tenerse también
presente al leer el libro.
En varios capítulos de este libro (en especial el segundo) señalo los efectos de
determinadas políticas sobre los estándares generales de vida. El cambio de los estándares
generales de vida constituye para mí el principal criterio de progreso material, y por tanto
el válido para juzgar las políticas cuyo objetivo es fomentarlo. Muchos escritores sobre
estos temas ponen su énfasis en criterios diferentes (suponiendo que como criterio de
progreso son intercambiables con los estándares generales de vida). Entre esos criterios,
por dar algunos ejemplos, puede citarse la dimensión del sector público, el volumen de la
industria manufacturera, el gasto agregado de inversión, o los logros de determinados
sectores de la economía. En muchos de esos escritos el homenaje verbal que se presta a la
elevación de los niveles de vida se une a menudo a la recomendación de políticas opuestas
a ese ostensible objetivo. El profesor Myrdal, por ejemplo, en sus famosas conferencias de
El Cairo en 1956, al tiempo que defiende el aumento de los niveles de vida de las masas
como objetivo de la planificación central, insiste también en que esa política ha de
fomentar la austeridad, sin resolver esa contradicción. Tales ejemplos de negligencia

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respecto a los estándares generales de vida son inesperados y paradójicos, en un campo de


estudio que parece preocupado sobre todo por el progreso material de una gran parte de la
humanidad. Muchos defensores de políticas drásticas en favor de un desarrollo económico
acelerado son al mismo tiempo críticos verbales de la llamada sociedad de consumo y de
las manifestaciones características de estándares generales de vida bastante elevados.

Se ha generalizado el abuso de denominar defensores del laissez-faire a quienes no


aceptan la ideología de la economía del desarrollo. Por tanto, quiero dejar claro en esta
introducción, como lo haré luego en el texto (por ejemplo en el capítulo II), que soy
partidario de un amplio espectro de tareas públicas apropiadas e incluso esenciales en los
países pobres, espectro lo suficientemente amplio como para exceder a los recursos
humanos, administrativos y financieros de los estados de todos los países pobres que
conozco.
Muchos de los ensayos que siguen se publicaron por primera vez como discusiones
críticas de ideas fundamentales de la literatura del desarrollo. Los diversos capítulos
discuten entonces cuestiones estrechamente relacionadas v que a veces se solapan. He
eliminado o reducido varios ejemplos de tratamiento repetido, pero ha sido imposible
eliminar por completo el solapamiento porque entonces se habría destruido la cohesión
interna de cada capítulo. La alternativa habría sido un sistema de referencias cruzadas, lo
cual además de ser pesado muchas veces distrae la atención. Para comodidad del lector en
ocasiones he señalado algunos de los solapamientos. Espero que el resto no sea excesivo.
Todos los capítulos de este libro (con la excepción del capítulo V) se habían
publicado antes, pero todos se han revisado. Estas revisiones incluyen desde menores
alteraciones de estilo a nueva redacción, elaboración y ampliación en la mayor parte de los
capítulos. Los capítulos I y II son cuatro veces más extensos que en su primera redacción.
De hecho, menos los capítulos VII y VIII, se trata de nuevos ensayos, cuyos originales no
han servido más que de puntos de partida para la discusión. La nota inicial al pie indica en
cada caso donde se publicó la primera versión, pues sería aburrido para el lector
entretenerle con explicaciones de cuáles han sido las cosas revisadas en cada caso.
El razonamiento del libro ha de ser fácilmente accesible al no especialista. La
valoración de los razonamientos y de la evidencia aducida no requiere preparación
especializada y el material técnico se ha confinado a las notas. Sin embargo, no se ha
podido evitar que parte de la discusión esté muy condensada.
En varios capítulos cito con bastante amplitud autores sobre literatura de desarrollo y
otros temas. Algunos de los párrafos se reproducen con amplitud para que no se argumente
que se presentan citas fuera de contexto. Rara vez utilizo estadísticas limitando su
utilización a los casos en que se dispone de datos significativos que sirven para ilustrar el
razonamiento. Como quedará claro en los capítulos I y VI, algunas de las estadísticas más
difundidas acerca de los países subdesarrollados, especialmente las de renta nacional y de
relaciones reales de intercambio, no tienen sentido alguno, incluso cuando no han sido
elaboradas o manipuladas especialmente como tan a menudo ocurre.

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Los capítulos I y VI explican las principales ideas de la literatura del desarrollo. El


tema central de los capítulos VII a IX es el método, en especial el campo y limitaciones
del análisis económico en el estudio y promoción del desarrollo.

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CAPÍTULO PRIMERO
EL CÍRCULO VICIOSO DE LA POBREZA Y LA AMPLIACIÓN
DE LA BRECHA[1] 

    A. El CÍRCULO VICIOSO


    
    La opinión ampliamente sostenida de que los países pobres se encuentran
atrapados en un círculo vicioso de pobreza y estancamiento, o, tal como lo
planteaba el fallecido profesor Nurkse, de que un país es pobre porque es pobre,
no es cierta; esta obra explica por qué. La obra también desmiente la popular idea
de que existe una brecha cada vez más amplia entre las rentas per capita de los
países ricos y pobres y aclara por qué esta afirmación o es falsa o no tiene sentido.
    
     El gran renacimiento del interés por la economía de los países pobres por su
desarrollo en los últimos veinte años no ha producido por ahora muchas
generalizaciones esclarecedoras. La tesis generalmente conocida como el círculo
vicioso de la pobreza pretende ser una de las principales. En la actualidad no
predomina con la misma intensidad que hace algunos años, pero todavía se destaca
en la literatura académica, oficial y popular. Sirve también de precedente, o incluso
de base, para importantes proposiciones y medidas políticas, en particular de la
sugerencia de que en los países pobres un progreso económico apreciable requiere
sacrificios domésticos, complementados con una ayuda exterior en gran escala.
    
    1. ESBOZO DE LA TESIS
    
     La tesis afirma que es la misma pobreza la que erige obstáculos casi insalvables
para su propia superación. La tesis se presenta en varias formulaciones claras y
diferentes, que no se excluyen sino que se complementan. La más corriente es la de
que el bajo nivel de renta impide el ahorro, y por tanto imposibilita la acumulación
de capital necesaria para un incremento de la renta. Otras sugieren además que los
estrechos mercados de los países pobres impiden la aparición y extensión de la
especialización necesaria para las más elevadas; que la demanda es demasiado
reducida para permitir unas inversiones rentables y productivas; que los ingresos del
estado son insuficientes para crear unos servicios públicos eficaces; y que la
desnutrición y mala salud mantienen una baja productividad, que impide un
aumento de la renta. De acuerdo con este razonamiento, la inversión privada
internacional no puede aliviar la situación, puesto que uno de los aspectos del
círculo vicioso es la falta de oportunidades rentables para la inversión privada.
    
    En primer lugar voy a exponer amplias citas extraídas de prestigiosas fuentes con
el fin de mostrar la importancia de la tesis en la literatura, de esclarecer el
razonamiento que se esconde detrás de la misma y para evitar la crítica de que hago

11
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

citas fuera de su contexto. Podemos citar tina concisa formulación de una de las


primeras ediciones del texto del profesor Samuelson:
    
     Estas (las naciones atrasadas) no pueden mantener sus cabezas a flote debido a
que su producción es tan escasa que no pueden destinar nada a la formación de
capital por medio de la cual podría elevarse su nivel de vida.[2] 
    
     El siguiente ejemplo proviene de un estudio presentado a un comité del Senado
de los Estados Unidos por el Centro de Estudios Internacionales del Massachusetts
Institute of Technology, conocida e influyente organización:
    
     [...] la escasez general de casi todos los recursos en relación a la población crea
un; círculo vicioso de la pobreza de carácter auto sostenido. Se precisa capital
adicional para aumentar la producción, pero la misma pobreza impide el que se
lleven a cabo el ahorro y la inversión precisos mediante una reducción voluntaria
del consumo.[3] 
    
     Resulta notable el énfasis en la imposibilidad de una reducción voluntaria del
consumo. Si lo que impide la formación de capital es el bajo nivel de renta, no
queda claro cómo una acción compulsiva aseguraría la obtención de los
recursos precisos.
    
    Otra formulación, que ha sido citada a menudo, pertenece al fallecido profesor
Nurkse, cuyo libro Problemas de formación de capital en países subdesarrollados
es uno de los escritos más conocidos e influyentes en este campo. Bajo
el encabezamiento "El círculo vicioso de la pobreza", escribe:
    
     Una de las frases que aparece frecuentemente en tratamientos del problema del
desarrollo económico es "el círculo vicioso de la pobreza" [...]
    
     Una situación de este tipo (de circulo vicioso de la pobreza), que se refiere a un
país en su conjunto, puede resumirse en la vulgar frase: "un país es pobre porque es
pobre". Quizá alas más importantes relaciones circulares de esta clase son las que
afligen a la acumulación de capital en los países atrasados. La oferta de capital se
halla regida por la capacidad y disposición de ahorrar; la demanda de
capital depende de los incentivos para invertir. Existe una relación circular en
ambos lados del problema de la formación de capital en las zonas del mundo
dominadas por la pobreza.
    
     Del lado de la oferta, hay una escala capacidad de ahorro, debido al bajo nivel
de la renta real. La baja renta real es el reflejo de la baja productividad, que a su vez
se debe en gran parte a la falta de capital. La falta de capital es una consecuencia de
la escasa capacidad de ahorro, y de esta forma se completa el círculo.
    
     Del lado de la demanda, puede que la propensión a invertir sea baja debido al
escaso poder de compra de la gente, debido a su baja renta real, que a su vez

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

proviene de una baja productividad. El bajo nivel de productividad, sin embargo, es


una consecuencia de la escasa cantidad de capital utilizada en la producción, que a
su vez puede ser causada, o por lo menos en parte, por la escasa propensión a
invertir.
    
     El bajo nivel de renta real, que refleja una baja productividad, es un punto común
a ambos círculos.[4] 
    
     Determinadas partes de esta formulación son vagas y por supuesto poco
correctas en su desplazamiento entre lo que ocurrirá, lo que podría ocurrir y lo que
es probable que ocurra. Sin embargo, la conclusión general es clara. Fácilmente se
podrían multiplicar citas así a partir de los escritos de autores tan conocidos como el
profesor Gunnar Myrdal, el doctor H. W. Singer, y otros.
    
     Esta tesis también puede expresarse bajo la forma de un modelo, que consiste en
una expresión analítica que muestra las variables clave para la explicación de
determinados fenómenos. Las variables y relaciones fundamentales en la
mayoría de los modelos de crecimiento son éstas: el crecimiento de la renta es una
función de la tasa de acumulación del capital, esto es, de la inversión; la inversión
depende del ahorro; y el ahorro es función de la renta. Por tanto, el crecimiento de
la renta depende del crecimiento del capital y el crecimiento del capital depende del
crecimiento de la renta. El modelo que hay tras la tesis del círculo vicioso de
la pobreza gira en torno de la noción de que el mismo bajo nivel de renta impide la
formación de capital necesaria para la elevación de la renta. Está pensado para
explicar la continuidad en el tiempo de una tasa de crecimiento nula o despreciable.
    
    2. UNA TESIS NO VÁLIDA
    
     La tesis se demuestra que no es válida por el hecho de que es refutada de forma
concluyente por una obvia evidencia empírica. El modelo que hay detrás de la
misma es defectuoso, puesto que las variables explícitas o implícitas en el mismo, o
bien son relativamente poco importantes como determinantes del desarrollo, o bien
no se influyen mutuamente en la forma que se supone. Aceptando que la tesis fuese
válida, innumerables individuos, grupos y comunidades no podrían haber pasado de
la pobreza a ser ricos, como han hecho en todo el mundo, tanto en los países ricos
como en los pobres. Esto, de por sí, tendría que ser suficiente para refutar la tesis
como proposición de tipo general. Pero la tesis también se refuta por la existencia
de países desarrollados que empezaron siendo pobres, con, rentas per capita bajas
y bajos niveles de acumulación de capital, esto es, con las características que ahora
definen a los países subdesarrollados. A pesar de ello, progresaron, generalmente
sin un capital extranjero considerable e invariablemente sin ayudas exteriores, lo
cual hubiese sido imposible de acuerdo con la tesis del círculo vicioso de la pobreza
y el estancamiento. Puesto que el mundo es un sistema cerrado, la tesis es
inconsistente con el fenómeno del desarrollo. La tesis de un círculo vicioso de la

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

pobreza choca, por tanto, con la evidencia empírica más elemental.


    
    3. EVIDENCIA EMPÍRICA
    
     La tesis también es refutada por el rápido crecimiento económico de muchos
países pobres en los últimos decenios, un fenómeno que tiene un interés evidente en
este contexto general.
    
     Según estadísticas de la Comisión Económica para América latina, el producto
nacional bruto creció en los países latinoamericanos en el período desde 1935 hasta
1953 a una tasa anual del 4,2 por ciento, y la producción per capita en un 2 por
ciento. [5]  En el período desde 1945 hasta 1955 la tasa de crecimiento todavía fue
más rápida, pues la producción total creció casi un 4,9 por ciento anual y la
producción per capita en un 2,4 por ciento, tasa sensiblemente más alta que la de
los Estados Unidos.[6] 
    
     En América latina predomina ampliamente una economía monetaria, de forma
que las estadísticas del producto nacional bruto son más significativas que para la
mayoría de los países subdesarrollados. La constancia de las sustanciales tasas de
crecimiento en las publicaciones de la Comisión Económica para América latina
tiene un interés especial, puesto, que economistas relacionados con dicha
organización han sido destacados exponentes de la tesis del círculo vicioso de la
pobreza.
    
     El sureste de Asia, especialmente Malaya (aproximadamente la actual Malasia) y
el oeste de África son otras regiones subdesarrolladas que han alcanzado un
progreso rápido y fácilmente demostrable a partir de la última parte del siglo XIX.
Sin embargo, no hay series de cifras de renta nacional anteriores a la segunda
guerra mundial para estas áreas y las cifras actuales no son fiables. La renta nacional
per capita en Malaya (producto nacional bruto per capita y año) fue de unas 100
libras en 1961,[7]  último año para el que hay disponibles cifras oficiales, y en
Ghana de unas 75 libras en 1962, siendo también éstas las últimas cifras
disponibles. Son cifras bajas de acuerdo con los estándares occidentales, pero, a
pesar de todo, suponen notables adelantos con relación a principios de siglo, cuando
estos países eran básicamente economías de subsistencia. Por otra parte, las
estadísticas convencionales exageran mucho las diferencias de renta entre los países
desarrollados y subdesarrollados. Esto se trata con mayor amplitud más adelante.
    
     Aparte de las estadísticas de renta nacional existe mucha otra información acerca
del rápido progreso de estas economías en años recientes. La industria del caucho
del sureste de Asia se inició hacia 1900. En 1963 producía cerca de 2 millones de
toneladas de caucho anualmente (a pesar de la desorganización existente en
Indonesia, qué era el país con mayor superficie dedicada al caucho), con un valor de
400 millones de libras. Más de los dos tercios de la producción procede de
explotaciones propiedad de asiáticos. En 1900, Malaya no tenía exportaciones de

14
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caucho; en 1963 sobrepasaban las 800.000 toneladas. En 1900, las exportaciones de


Malaya tenían un valor anual de unos 8 millones de libras; en 1963, eran de unos
300 millones de libras.[8] 
    
     El oeste de África es otra gran región del mundo subdesarrollado donde se ha
dado un progreso material en gran escala desde finales del siglo XIX. En particular,
el progreso de la Costa de Oro-Ghana [9]  y de Nigeria ha sido rápido y está bien
documentado; y en estas áreas, especialmente Costa de Oro-Ghana, las estadísticas
son algo más fiables y significativas que en otras partes de África. A mediados de
los años cincuenta la renta nacional per capita era alrededor de 70-75 libras,
aproximadamente cuatro veces la que había en 1890. La población también
se cuadruplicó aproximadamente entre 1890 y 1960.[10]  El progreso material
también se refleja en las estadísticas de comercio exterior, de ingresos estatales,
tasas de alfabetización, asistencia escolar, salud pública, mortalidad infantil y en
otras por el estilo.
    
     Las estadísticas de comercio internacional tienen un interés particular en el caso
del oeste de África, pues más del 99,5 por ciento de la población es africana: todas
las exportaciones agrícolas (el grueso de las exportaciones) son producidas por ellos
mismos y prácticamente todas las importaciones se destinan a uso propio. En 1890
no había exportación (o producción) de cacao en Costa de Oro; a mediados de los
años treinta las mismas eran de cerca de 300.000 toneladas anuales, y a principios
de los años sesenta de más de 400.000 toneladas, todas ellas procedentes de granjas
creadas, poseídas y dirigidas por africanos; no existen granjas de cacao de
propiedad extranjera. En 1890 las importaciones y exportaciones juntas no
alcanzaban el millón de libras- anuales; hacia 1930 tanto las importaciones como las
exportaciones eran en decenas de millones; a partir de mediados de los años
cincuenta las importaciones y exportaciones han sido de cerca de 100 millones de
libras anuales. En este período hubo un incremento espectacular en las
importaciones de bienes de consumo y de capital. En 1890 no había importaciones,
o en todo caso eran despreciables, de harina, azúcar, cemento, productos
petrolíferos, o hierro y acero. En las últimas décadas, éstas se han hecho a escala
masiva. En los primeros años de 1890 había unos tres mil niños escolarizados; a
mediados de los años cincuenta había más de medio millón. Hacia 1890 no existían
ni ferrocarriles ni carreteras y sólo había algunos senderos en la jungla, y
el transporte de mercancías se realizaba enteramente por medio del acarreo humano
o con canoas. Hacia 1930 existía un kilometraje ferroviario considerable y una
buena red de carreteras; y los viajes por carretera exigían menos horas que días se
hubiesen precisado en 1890.
    
     Básicamente lo mismo puede decirse de Nigeria en el período entre el final del
siglo XIX y 1960, cuando Nigeria alcanzó la independencia. Hacia 1900 las
exportaciones y las importaciones eran ambas de unos 2 millones de libras anuales;

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

hacia 1930 se contaban en decenas de millones, y a finales de los años cincuenta


eran de unos 150- 200 millones de libras anuales. En este caso, una vez más,
prácticamente todas las exportaciones son producidas por africanos y casi todas las
importaciones se destinan para uso propio. En 1900 Nigeria no tenía exportaciones
(o producción) de cacao, y las exportaciones de los productos del aceite de palmera
tenían una décima parte de su volumen a fInales de los años cincuenta. Se dio,
también, a lo largo de este período, un incremento fenomenal de las importaciones
de bienes de consumo de masas y de bienes de capital; en años recientes también ha
habido un incremento sustancial de la producción local de bienes que anteriormente
se importaban.
    
     Por tomar un nuevo ejemplo, en la primera mitad del siglo XIX Hong Kong era
un peñón desierto y estéril. A finales de siglo era un puerto importante con un
centro comercial de segundo orden. Ahora se ha convertido en un centro industrial
muy importante, que exporta productos en gran escala. En todo el mundo occidental
se han tenido que levantar enérgicas barreras para proteger las industrias nacionales
de los Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia de las importaciones que
provienen de la competencia sin subvenciones de las industrias de Hong Kong país
subdesarrollado, a ocho mil millas o más de distancia. Este rápido progreso se ha
dado a pesar de la presencia en Hong Kong de tres características que a menudo se
dice que refuerzan el círculo vicioso de la pobreza a saber, falta de recursos
naturales, presión demográfica extremadamente elevada y mercado interno muy
restringido.
    
     Fácilmente se puede ampliar la información estadística del tipo presentado en
esta sección. Pero por sí sola ni, puede transmitir los profundos y extendidos
cambios que se han dado en muchas partes del mundo subdesarrollado en las
últimas décadas y que han cambiado totalmente sus formas de vida. En muchas
áreas este progreso ha supuesto la supresión de la esclavitud y de las guerras tribales
y la desaparición del hambre y de las peores enfermedades epidémicas y endémicas.
Ha supuesto el desarrollo de las comunicaciones, la sustitución de la autosuficiencia
local por las posibilidades de intercambio, y la aparición y desarrollo de las
ciudades. Por ejemplo, Malaya, que en 1890 era un país escasamente poblado por
caseríos y aldeas de pescadores malayos, ha sido transformado completamente por
el crecimiento de la industria del caucho y se ha convertido en un país de pobladas
ciudades, floreciente comercio y excelente sistema de comunicaciones. En el oeste
de África las redadas de esclavos y la esclavitud todavía se hallaban extendidas a
finales del siglo xix; en 1900 las ciudades del norte de Nigeria, que ahora son
importantes centros del comercio del cacahuete, eran importantes mercados de
esclavos.
    
     Los profundos cambios en las condiciones de vida que se han dado en muchas
partes del mundo subdesarrollado durante el último siglo, afectan mucho también al
sentido de las argumentaciones acerca de si las diferencias de renta real per capita

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de los países ricos y pobres han aumentado o disminuido en este período. De hecho,
hay que dudar de que el concepto de renta como medida convencional sea útil para
indicar o expresar cambios tan profundos.
    
     Por definición, el nivel de renta de los países subdesarrollados es bajo, pero esto
es compatible con el adelanto. incluso rápido, si este adelanto se ha iniciado
recientemente a partir de un nivel bajo. Ésta es la situación de mucho países
subdesarrollados. La tesis del círculo vicioso de la pobreza postula o bien que
niveles medios bajos implican tasas de cambio iguales a cero, lo cual es refutado
rápidamente por la observación, o bien alternativamente que un nivel bajo es lo
mismo que una tasa de cambio igual a cero, lo cual es un simple error de lógica.
Esta confusión entre un nivel y una tasa de cambio se refleja claramente en las
referencias al círculo vicioso de la pobreza en los países en vías de desarrollo.
    
    4. EL EFECTO DEMOSTRACIÓN A ESCALA
INTERNACIONAL
    
     En estos últimos años, una variante de la tesis general del círculo vicioso de la
pobreza ha adquirido una particular influencia. Se sugiere que la existencia de
países desarrollados da lugar al llamado efecto demostración, que se considera
como otro obstáculo mas a la formación de capital y al desarrollo económico, pues,
efectivamente, en el caso de que se lograse romper, de una forma u otra, el primer
círculo vicioso, éste sería Este sería sustituido por otro círculo de pobreza y
subdesarrollo. La idea fue presentada por primera vez al profesor Nurkse, quien
sostenía que el contacto con las economías desarrolladas es perjudicial para los
países subdesarrollados porque aumenta la propensión al consumo a la vez que
desalienta el ahorro e impide la inversión. Textualmente:
    
     El conocimiento o el contacto can nuevas formas de consumo abre los ojos a
posibilidades previamente desconocidas... En los países más pobres tales bienes a
menuda son bienes de importación, que no se producen en el país; pero ésta no es la
única dificultad. El problema básico reside en que la existencia o el mero
conocimiento de nuevos bienes y de nuevas métodos de consumo tiende a elevar la
propensión general al consumo ... El círculo vicioso que mantiene baja la oferta
interior de capital en las unas con rentas bajas es suficientemente malo en sí mismo.
Lo esencial para mí es que tiende a agravarse por causa de las tensiones que se
generan de la pobreza relativa que se diferencia de la pobreza absoluta.[11] 
    
    Sin embargo, los efectos del contacto con países más adelantados son
generalmente muy diferentes de los que se suponen en el efecto demostración
internacional. Los contactos económicos internacionales de forma casi invariable
promueven el desarrollo de las comunidades menos desarrolladas, sugiriendo, en
primer lugar, la posibilidad del cambio y relajando aquellas actitudes y costumbres
que más impiden el progreso material. Estos contactos fomentan también nuevas

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

ideas, actitudes y formas de conducta, así como nuevas cosechas, necesidades y


métodos perfeccionados, además de alentar la producción para la venta. La
existencia de un mercado para las cosechas de exportación ha proporcionado a
menudo una salida para el excedente de mano de obra y de tierra no utilizada, una
válvula de escape para el excedente de acuerdo con la terminología de Adam Smith,
secuencia que ha ayudado al progreso material de muchos países
subdesarrollados.[12]  Dichas secuencias son lugares comunes en la historia
económica. Y todavía son operativas, como se demuestra por el hecho de que hoy
día en todo el mundo subdesarrollado los sectores y zonas más desarrolladas son
aquellas que están en contacto con países más adelantados. 
    
     La formulación corriente del efecto demostración internacional deja de señalar
que sólo pueden adquirirse nuevos tinos de bienes de consumo si antes se han
ganado las renta; necesarias para comprarlos. De hecho, hasta muy recientemente la
ausencia de nuevas necesidades y la rigidez del consumo y de los niveles de vida se
consideraban como los mayores obstáculos para el desarrollo económico, de forma
que se solía recalcar el papel de las nuevas clases de bienes de consumo, a menudo
llamados bienes incentivo o estímulo, como instrumento del progreso económico
Sin duda los contactos con el exterior sugieren, a menudo, nuevas necesidades. pero
al mismo tiempo familiarizan a la población con nuevos métodos que permiten la
satisfacción de estas nuevas necesidades. No resultaría ventajosa la introducción de
nuevos bienes para la población a menos que ésta pudiese pagarlos.
    
     Estos contactos exteriores permiten la transformación del esfuerzo en bienes
deseados en condiciones más interesantes. Este desarrollo generalmente consigue un
rendimiento económico mayor: un mayor esfuerzo (a costa del ocio), un ahorro y
una inversión más productivas, especialmente la inversión directa en la agricultura
para la producción de cara al mercado. Casos especialmente importantes de tales
mejoras de rendimiento son las inversiones directas en la producción agrícola para
el mercado además de la producción para la familia o en vez de la misma. Además,
al crear estos sistemas rentas líquidas también fomentan la inversión en otras partes
de la economía; la inversión pública posibilitada por el incremento de los ingresos
constituye un ejemplo obvio.
    
     Las descripciones usuales del efecto demostración internacional suponen
tácitamente que el nivel de actividad económica, concretamente la oferta de
esfuerzo al sector de intercambio, no se ve afectada por la perspectiva de un más
alto y variado nivel de consumo. A veces estas argumentaciones parecen suponer
que toda la economía se halla va en el sector de intercambio, de tal forma que el
problema de pasar de una producción de subsistencia a una producción para la
venta no se plantea. Tales hipótesis son inadmisibles en las condiciones de los
países subdesarrollados. Esto aparte del hecho de que estas exposiciones también
ignoran los efectos de los contactos exteriores para relajar actitudes tradicionales
contrarias al progreso material, y para transmitir nuevas ideas, cosechas y métodos

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de producción. Además, sus partidarios generalmente no se preguntan por qué el


efecto demostración internacional  solo debería actuar para los hábitos de consumo
de la población y no para los hábitos de producción, ahorro e inversión, o por qué
habría que escoger el efecto demostración internacional para el comentario cuando
también se dan distintos niveles y formas de consumo a nivel local que podrían dar
lugar a tales efectos.
    
     Sin embargo, en el sector público de los países subdesarrollados opera a menudo
un efecto demostración negativo. Los políticos y funcionarios de los países
subdesarrollados parecen ser susceptibles al mismo al adoptar o tratar de adoptar
unos estándares técnicos, educativos y sociales que son inapropiados y
antieconómicos. En estos países, los gobiernos y los funcionarios se hallan
sometidos a presiones para que compitan con los estándares de los países
desarrollados. La rapidez en ceder a estas presiones puede ser una condición para la
supervivencia política; cediendo a estas presiones los políticos y administradores no
gastan sus propios recursos. Pero tal situación es muy diferente del efecto
demostración internacional concebido por el profesor Nurkse y sus seguidores.
    
     Puede señalarse una cualificación al razonamiento general de esta sección que es
más formal y aparente que sustancial. Es posible construir modelos en los cuales el
efecto demostración internacional podría operar en la forma prevista por el profesor
Nurkse y otros expositores. Podría actuar así si la actividad económica no se viese
afectada por las expectativas de un nivel de consumo mayor y más variado; si las
ideas y actitudes de la gente y los métodos y tipos de producción no se viesen
afectados por los contactos externos, sino que sólo resultasen afectados sus hábitos
de consumo; y si el progreso económico dependiese únicamente o en gran medida
del nivel de ahorro. Si bien una tal situación es concebible, no está relacionada con
el mundo real, como se ve claro a partir de la experiencia presente y pasada acerca
de la transmisión del progreso económico.
    
    Y aun suponiendo que existiese una tal situación, ésta revelaría simplemente la
preferencia de la población por el consumo actual en vez de unos beneficios futuros
especulativos e inciertos. La sugerencia de que deberían restringirse los contactos
exteriores (que, como hemos observado, favorecen en gran manera el progreso
material) para privar a la población de oportunidades de consumo, implica que la
elección del consumidor es en gran parte irrelevante cuando se forjan las políticas
de desarrollo. Esta indicación plantea amplias cuestiones acerca del verdadero
significado y finalidad del desarrollo económico que no pueden tratarse aquí, si bien
apuntaremos algunas de estas cuestiones en posteriores ensayos de este volumen.
    
    5. CONSIDERACIÓN DE ALGUNAS OBJECIONES
    
     Voy a tratar ahora tres puntos que pueden encerrar cierto interés en sí mismos,
pero que servirán también para superar posibles objeciones.

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
     En primer lugar, la argumentación anterior no tiene como objetivo sugerir que ha
habido progreso material en todo el mundo subdesarrollado. Hay importantes
grupos y amplias zonas del mundo subdesarrollado que han progresado poco en
tiempos recientes. Incluyen los aborígenes en muchas partes del mundo, las
desamparadas gentes del Sahara y de otras partes y las poblaciones tribales del
centro y este de África. Y en amplias áreas del sur y del este de Asia (incluyendo
grandes extensiones rurales de la India, Pakistán y China), el progreso ha sido
comparativamente lento y en su mayor parte ha sido absorbido por el incremento de
la población. Hay zonas que primariamente tienen una agricultura de subsistencia.
No hay nada anormal o inesperado incluso en la extremada pobreza material de
sociedades materialmente tan atrasadas. Pero las razones de este atraso no tienen
nada que ver con un círculo vicioso de la pobreza generalmente operativo. No hay
ninguna regla general que asegure el que todos los países o regiones deban alcanzar
el mismo nivel de prosperidad económica o el mismo ritmo de progreso en
cualquier momento o a lo largo de cualquier período de tiempo. El éxito económico
y el progreso dependen en gran parte de las aptitudes y actitudes humanas, de las
instituciones sociales y políticas v de los arreglos que se derivan de éstas, de la
experiencia histórica, y, en menor medida, de los contactos externos, de las
oportunidades del mercado y de los recursos naturales. Si estos factores favorables
para el progreso material se hallan presentes, las personas, los grupos e incluso las
sociedades no se estancarán, de modo que es la ausencia de los determinantes
favorables, y no la pobreza, el factor causal del estancamiento prolongado. La
indicación de que es la pobreza como tal la que actúa como principal obstáculo al
progreso material ha desviado la atención de estos determinantes subyacentes del
desarrollo.
    
     En segundo lugar, el reconocimiento del progreso material en tantos lugares del
mundo subdesarrollado no constituye un alegato en favor del laissez-faire o de
cualquier otra política. El adelanto a menudo ha creado formidables problemas que
exigen la acción del estado. Muchas veces el progreso ha sido rápido y
generalmente también desigual; ha afectado antes y más profundamente a unas áreas
y  sectores que a otros y su impacto ha sido mayor en algunas actividades, actitudes
e instituciones que en otras. La diferente incidencia o impacto del progreso material
ha dado lugar a menudo a considerables tensiones. Los problemas resultantes son a
menudo agudos, pero son totalmente diferentes de los del estancamiento. Problemas
de cambios en los arreglos sobre tenencia de la tierra y en los derechos de
propiedad y herencias; problemas personales y sociales derivados de la
transformación de una economía de subsistencia en una economía monetaria y
derivados de la destribalización; la congestión y retraso en los puertos y
ferrocarriles, son cuestiones urgentes en un cierto número de países
subdesarrollados. Los mismos no surgirían en una economía estancada atrapada en
el círculo vicioso de la pobreza. Aquí, una vez más, la insistencia en el círculo

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vicioso de la pobreza ha servido para oscurecer estos otros problemas y para desviar
la atención y las energías de los intentos de ocuparse de ellos.
    
     El tercer punto requiere un tratamiento algo más extenso. A menudo se suele
decir que los sectores relativamente adelantados de los países subdesarrollados,
especialmente de África, son meros enclaves creados a partir de las economías
locales por los países adelantados, o puestos avanzados de las economías
adelantadas que no sirven para mejorar la situación económica o las perspectivas de
la población local.
    
     No es cierto que la población local no participe en estos sectores relativamente
adelantados o que no deriven beneficios materiales de los mismos. Por ejemplo,
cómo va hemos observado, todas las exportaciones agrícolas del oeste de África y
de Uganda son producidas enteramente por las poblaciones locales en sus propias
tierras. Los africanos también tienen una amplia participación en el transporte,
distribución y transformación simple de estas exportaciones, así como en la
distribución de las importaciones. En el sudeste de Asia el grueso de la producción
de caucho se realiza en fincas pertenecientes a asiáticos. Incluso allí donde las
empresas de los sectores adelantados son extranjeras, normalmente cooperan al
desarrollo contribuyendo a los ingresos del estado, propagando técnicas, y
generalmente promocionando los intercambios económicos.
    
     Estos sectores no son, pues, enclaves desligados del resto de la economía, sino
puntos en los que el desarrollo hace su primer impacto. El adelanto económico
siempre afecta primero a ciertas regiones y actividades, a partir de las cuales se
difunde hacia fuera. El tiempo necesario depende, entre otros factores, de las
facultades de la población, de las costumbres y actitudes, de los factores
institucionales y de las comunicaciones físicas. 
    
    La sugerencia de que los sectores relativamente adelantados de las economías
subdesarrolladas son enclaves que no benefician a la población local deriva su
escasa y poco fundada verosimilitud de ciertos rasgos del panorama económico y
social en el mundo subdesarrollado especialmente acusados en África.
    
    Toda África por debajo del Sahara (a excepción de Sudáfrica) es pobre; las rentas
ganadas por los africanos en toda África son bajas; aparte de las minas, propiedades
y compañías comerciales de propiedad europea, la principal actividad económica es
la agricultura en pequeña escala; en 53 sectores adelantados, se destacan el
personal, la iniciativa y el capital extranjeros; y los extranjeros que trabajan en estos
sectores normalmente ganan rentas altas comparadas con las de la población local.
Las altas rentas de los emigrados reflejan, por supuesto, su dominio de unas
técnicas v de un capital que podrían devengar rentas relativamente altas en sus
propios países. Pero queda claro, tanto a partir del argumento general como a partir
de las numerosas pruebas concretas, que ninguna de estas características de las

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economías de los países subdesarrollados justifica la sugerencia de que el progreso


material en los sectores relativamente adelantados de la economía no ha beneficiado
a los niveles de vida o a las tasas de progreso material de las poblaciones locales.
    
    6. ASPECTOS E IMPLICACIONES DEL CAMBIO
    
    El cultivo de cosechas de fácil salida por parte de las poblaciones locales, tanto
para la exportación como para su venta en el lugar. ha sido uno de los principales
instrumentos adelanto material en muchas partes del mundo subdesarrollado, en
especial en el oeste de África, sudeste de Asia y en partes del este de África. Los
principales productos incluyen cacao, cacahuetes, productos del aceite de palmera y
nueces de kola en el oeste de África, y caucho en el sudeste de Asia. Y en el este de
África se ha dado una expansión rápida y en gran escala de la producción de café y
de algodón por parte de la población local. La expansión rápida y masiva de estos
productos tiene un cierto número de interesantes implicaciones.[13] 
    
     En primer lugar, el cultivo de estos productos fue fomentado por los contactos
establecidos por el oeste con estas áreas. Las actividades de los comerciantes
extranjeros y una afluencia de recursos humanos y financieros desde el extranjero
jugaron un papel decisivo. Pero amplios sectores de la población local reaccionaron
rápidamente a las oportunidades que se presentaban. La fenomenal expansión de la
producción de estos bienes desde una cantidad igual a cero o despreciable hasta
convertirse en importantes centros del comercio mundial en pocas décadas acaba de
forma contundente con la idea de que los africanos y los asiáticos no reaccionan
ante los incentivos económicos. También sugiere que ellos pueden producir
competitivamente para los mercados mundiales, aunque la comercialización en el
exterior pueda ser llevada a cabo por emigrados.
    
     En segundo lugar, el establecimiento de explotaciones agrícolas por parte de los
asiáticos y africanos supone una inversión directa masiva en la agricultura. Este tipo
de formación de capital es significativo tanto cuantitativa como cualitativamente en
muchos países pobres. Resulta importante cuantitativamente debido a la relevancia
comparativa de la agricultura y de sus industrias auxiliares en estas economías; y es
importante cualitativamente porque generalmente es necesario para la transición de
una producción de subsistencia a una producción para intercambio más amplio. Esta
forma de inversión es importante en muchos países pobres, pero a menudo se
ignora en las estimaciones de formación de capital. También constituye una nueva
refutación de la tesis de que la pobreza excluye el desarrollo económico.
    
     En tercer lugar, la lograda implantación y desarrollo de estos cultivos demuestra
la posibilidad de un progreso rápido y relativamente uniforme en los países pobres.
La relativa uniformidad de este adelanto mediante la producción de cultivos de fácil
salida no resulta sorprendente, pues supone una ruptura menor con las finalidades y
formas de vida tradicionales de la que implican la fabricación y la minería en gran

22
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

escala. Desde tiempo inmemorial la población local se ha dedicado a varios tipos de


producción de subsistencia; las dificultades de ajuste implicadas en el paso de una
producción de subsistencia a una producción para un intercambio y venta más
amplio no son exacerbadas por cambios violentos de las normas de vida o por la
necesidad adicional de adquirir un rápido conocimiento de técnicas desconocidas.
La relativa uniformidad del adelanto también se demuestra por la implantación de la
industria de la nuez de kola, que ahora constituye una actividad en gran escala en
Nigeria occidental, y que pasó inadvertida en las estadísticas oficiales hasta años
después de que se hubiese convertido en cuantitativamente importante (si bien se
reflejaba en las ganancias del ferrocarril, entre otras pruebas). De forma semejante,
en Sumatra y Borneo la rápida expansión de la superficie dedicada al caucho en
régimen de minifundio también pasó desapercibida durante mucho tiempo en los
años veinte y treinta. En cuarto lugar, la importante inversión directa en las fincas
agrícolas productoras de cultivos de fácil salida también refuta la idea de que los
africanos y asiáticos invariablemente carecen de espíritu emprendedor. Lo que
ocurre es que la forma de sus iniciativas, concretamente el establecimiento y
producción de cultivos de fácil salida, o la actividad de transporte y comercio,
difiere sustancialmente de la que se encuentra en economías más adelantadas.
    
     En quinto lugar, el desarrollo de algunos de estos cultivos de fácil salida refuta
de forma concluyente la sugerencia de que los africanos y asiáticos no pueden tener
o no tienen una visión a largo plazo, opinión que los antropólogos saben muy bien
que es equivocada. Muchos de estos cultivos, especialmente caucho, cacao, nueces
de kola y café, son productos de árboles o arbustos que alcanzan su madurez sólo al
cabo de cuatro a seis años de su plantación. Por tanto, cualquiera que planta estos
cultivos tiene en cuenta el largo plazo.
    
    7. IMPACTO DEL CAMBIO
    
     La ideología u ortodoxia estándar actual acerca de los países subdesarrollados,
de la que la tesis del círculo vicioso es parte integrante y sin duda principal, se
refiere al mundo subdesarrollado casi enteramente en términos de estancamiento,
inanición y retroceso. Sin embargo, también existe una literatura importante y de
autoridad, principalmente de antropólogos, historiadores, administradores e incluso
de algunos economistas, que se preocupa por los rápidos cambios en estos países
desde finales del siglo XIX, y por los problemas causados por los mismos. Esta
literatura resalta las dificultades de adaptación de las instituciones y actitudes a unas
condiciones rápidamente cambiantes; la transición de una tenencia de la tierra
comunitaria a una individual; los resultados de la destribalización y de la
desintegración de los valores y de la vida comunitaria; y las dificultades de la rápida
urbanización. He aquí algunos ejemplos.
    
    En 1926, mucho antes de que el desarrollo africano se convirtiera en una
importante cuestión internacional, el doctor A. Menee publicó un libro con un título

23
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

revelador The Economic Revolution in British West Africa. Los siguientes pasajes
resumen sus conclusiones:
    
    En efecto, el proceso desde los años noventa del siglo pasada ha consistido en la
superposición del siglo XX después de Cristo sobre el siglo XX antes de Cristo, y
gran parte del problema de la política indígena se refiere al choque de culturas tan
ampliamente diferentes y a la protección de los nativos durante las dificultades de la
transición ... La transición ha sido del crecimiento de cultivos de subsistencia y de
la recolección de productos silvestres a la plantación de cultivos para intercambio,
con la necesaria implicación de una transición de una economía "natural" a una
economía ”monetaria", y con las innumerables e importantes reacciones de esta
última fase.[14] 
    
    Sir Keith Hancock, ponderado y crítico historiador del desarrollo africano, llegó a
casi las mismas conclusiones. Esto es lo que dice:
    
    En algunos períodos de la historia europea —en nuestros propios días, por
ejemplo, o en los días de las primeras máquinas de vapor e hilaturas mecánicas—
ha parecido que el mundo europeo quedaba transformado; Europa, sin embargo,
sigue siendo el mismo mundo, aunque hilando mucho más deprisa. Pero en África
cambio significa mucho más que aceleración. El comercio de Europa y sus medidas
en dinero realmente han convertido el mundo africano en un mundo nuevo ...
Retiene algo de sus viejos hábitos y vida social, religiosa y mental —estas cesas
mueren muy lentamente—. pero son muy diferentes de su nueva vida y costumbres
económicas.[15] 
    
    Esta literatura no se limita a África. Los problemas y tensiones de un rápido
progreso son uno de los principales temas en Colonial Policy and Practice de J. S.
Furnivall, que trata ampliamente de la experiencia de Birmania:
    
    La disolución de la estructura política sólo constituyo la primera etapa de la
disolución social, que se completa con la segunda, o etapa económica, disgregando
la aldea en individuos. En este proceso actúan dos factores: se liberan las fuerzas
económicas, y se relajan las vigilancias que controlan su acción ... En tales
circunstancias no queda ninguna personificación de la voluntad social o
representante del bien público para controlar las fuerzas económicas que libera el
impacto del oeste.[16] 
    
    Estos escritores no eran meros sentimentales deplorando el paso de los buenos
tiempos pasados; identificaron los cambios muy rápidos que tenían lugar y
señalaron los problemas que así se creaban.
    
    8. ATRACTIVO DEL CÍRCULO VICIOSO
    
    Nuestra exposición de la tesis del círculo vicioso de la pobreza ha progresado
desde la descripción de la tesis al examen y refutación basada en la evidencia

24
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empírica y en la argumentación analítica; en lenguaje técnico la exposición ha sido


positiva. Ahora quisiera ocuparme de temas más especulativos y considerar cómo
una idea tan tosca corno la del círculo vicioso de la pobreza y del estancamiento ha
llegado a ser ampliamente aceptada. La explicación parece que reside en su
congruencia con ciertas modas intelectuales y métodos de enfoque, y también en su
eficacia en el avance de determinados objetivos políticos, en especial la promoción
de la ayuda exterior interestatal la instauración en los países subdesarrollados de
economías estrechamente controladas por el estado.
    
    La tesis ha sido un factor primordial en la creación de una imagen del mundo
subdesarrollado como una masa sustancialmente homogénea y estancada,
marcadamente diferente del mundo desarrollado. Sin embargo, el mundo
subdesarrollado es un amplio conjunto de gentes, sociedades países diferentes con
posibilidades, actitudes, modos y condiciones de vida muy distintas, así como
densidades de población, niveles de renta y tasas de crecimiento de la población y
de la renta en gran medida diferentes. Incluye zonas en las que el progreso ha sido
relativamente lento, tales como partes de América central, África, India y Pakistán;
países que han avanzado muy rápidamente, como Colombia, Venezuela, Malaya y
Hong Kong; regiones muy densamente pobladas, como Java y la mayor parte de
India y Pakistán, y las escasamente pobladas áreas de Sumatra, Borneo, y la mayor
parte de África y América latina. Incluye sociedades tradicionales y altamente
estratificadas, tales como las de la India, Pakistán y el Oriente Medio musulmán, y
las sociedades mucho más fluidas del sudeste de Asia y de América latina. Incluye
los semidesiertos de Oriente Medio y las junglas tropicales de África, Asia y
América latina; las florecientes y modernas ciudades del sudeste de Asia, las
comunidades tribales de África, y los millones de aborígenes de Asia, África y
América latina.[17] 
    
    Muchos participantes en discusiones acerca del desarrollo económico encuentran
desagradable reconocer esta diversidad, advertir que la situación es compleja y que
ciertas líneas de separación, especialmente entre países desarrollados y
subdesarrollados, son arbitrarias y por supuesto no permanentes. Estos participantes
tienen predilección por las claras Distinciones y alto grado de simplificación que
correctamente caracterizan los métodos de las ciencias naturales y que, en
ocasiones, también son útiles en ciertas ramas de las ciencias sociales. Un alto nivel
de abstracción es un valioso o incluso indispensable recurso científico cuando aísla
las principales variables o aspectos de los fenómenos o procesos en examen. Sin
embargo, en la economía de los países pobres este procedimiento a menudo ha
confundido en vez de aclarar cuestiones del máximo interés.
    
    En las argumentaciones económicas sobre los países subdesarrollados, la
predilección por las distinciones tajantes y por un alto grado de abstracción ha sido
alentado aún más por la práctica de la definición negativa, al tratar al mundo

25
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subdesarrollado como a un residuo, esto es, como el mundo entero excepto América
del Norte, Europa occidental, Australasia y Japón. Hay que tener un cuidado y un
discernimiento especiales en argumentaciones sobre conceptos y categorías
residuales derivados de una definición negativa, especialmente a la vista de las
posibilidades políticas que a menudo se crean por medio de clasificaciones
arbitrarias y cambiantes.[18]  Pero la práctica de la definición negativa tiene un
atractivo en sí misma, pues lleva a un descuido del examen minucioso de
situaciones. También hace más plausible la imagen del mundo subdesarrollado
como una masa uniforme y estancada, que a su vez fomenta la aceptación del
círculo vicioso.
    
    El atractivo intelectual del círculo vicioso queda reforzado por ciertas atracciones
políticas: y los dos conjuntos de influencias se refuerzan mutuamente. La insistencia
en el círculo vicioso de la pobreza y en el estancamiento del mundo subdesarrollado
ha fomentado el flujo de ayuda exterior, que constituye uno de los principales
objetivos políticos para mucha gente, por su propio interés como supuesto
instrumento para fomentar el desarrollo de los países pobres, y corno instrumento
para extender la imposición progresiva del nivel nacional al internacional. La
sugerencia señalada en la pág. 27, de que la actuación del círculo vicioso de la
pobreza impide una reducción voluntaria del consumo y que, por tanto, según cabe
suponer, justifica la coacción, es un ejemplo específico de la base política de la tesis
del círculo vicioso.
    
    Motivaciones políticas conscientes o inconscientes pueden haber jugado también
un papel en la aparición y aceptación de la idea del efecto demostración
internacional adverso (una subespecie del círculo vicioso de la pobreza). Resulta
paradójica la idea de que contactos que amplían las oportunidades de consumo y
producción de la gente perjudicarían sus perspectivas y su situación materiales. Es
una idea que choca con la simple observación con el análisis económico elemental.
Por otra parte. sugerencias acerca de la responsabilidad occidental y especialmente
americana por la pobreza de los países subdesarrollados sirven a menudo para
fomentar o reforzar los sentimientos de culpabilidad en occidente, lo que a su vez
sirve para llevar más lejos varios objetivos políticos, especialmente el flujo de
ayuda exterior.
    
    Una vez más, la idea de que los sectores adelantados en las economías
subdesarrolladas son enclaves extranjeros se ha demostrado aceptable porque parece
que rescata la insostenible tesis del círculo vicioso de la pobreza y también porque
confirma vagamente la infundada pero políticamente efectiva idea de la
responsabilidad exterior por la pobreza del mundo subdesarrollado.
    
    Resulta especialmente paradójico el que la idea del círculo vicioso haya sido
apoyada de la forma más amplia y sin reservas en países con una cultura
protestante, esto es, con una cultura que valora la autorrealización y que, en

26
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

general, se opone a la caridad en la forma de dar algo por nada. Por otra parte, la
cultura protestante parece más vulnerable a sentimientos de culpabilidad y, como
hemos visto, esto ha jugado su papel en los argumentos en favor de la ayuda
exterior.
    
    Por último, la idea del círculo vicioso resulta atractiva y útil para aquellas
personas y grupos numéricamente pequeños, pero eficaces, cuya influencia
señalábamos en la introducción, que se oponen a las principales instituciones de la
sociedad occidental y que conciben a los países subdesarrollados como instrumentos
en el fomento de sus creencias políticas. La utilidad de los países subdesarrollados
para estos fines depende, en gran parte, de su supuesta homogeneidad y de la
supuesta uniformidad de sus intereses en oposición a Occidente. Su utilidad se
reduciría mucho, v en conjunto podría desaparecer, si se reconociesen o admitiesen
las amplias diferencias de condiciones, comportamiento, costumbres y aptitudes, así
como los agudos conflictos en el seno del mundo subdesarrollado.[19]  De ahí la
sugerencia de la fundamental uniformidad del mundo subdesarrollado. Es una
sugerencia que difiere tanto de la verdad, que posiblemente no habría recibido
ningún crédito si no fuese por una predisposición generalizada entre los promotores
de la idea y de la población en general, a creer que la gente del mundo más allá de
los límites de las naciones altamente industrializadas es toda casi igual.
    
    B. ¿AMPLIACIÓN DE LA BRECHA?
    
    1. EL CÍRCULO VICIOSO Y LA AMPLIACIÓN DE LA
BRECHA
    
    La tesis del círculo vicioso de la pobreza sugiere una clara distinción entre países
desarrollados (ricos) y subdesarrollados (pobres), basada en amplias diferencias en
las rentas per capita de estos dos grupos claramente distintos. Además, se sigue de
la tesis que estas diferencias de renta per capita tienen que aumentar, porque
mientras los países desarrollados progresan los países subdesarrollados están
estancados o incluso retroceden. De ahí la sugerencia de una desigualdad
internacional de las rentas siempre en aumento, que familiarmente se denomina la
constante ampliación de la brecha.
    
    El examen de la brecha, amplia y ampliándose, esto es, del alcance de las
diferencias internacionales de renta, y de los cambios en estas diferencias, requiere
el tratamiento de ciertas cuestiones fundamentales, aunque a menudo ignoradas, de
concepto, interpretación, medida y comparación de rentas y de cambios en las
rentas. Tratar del concepto de la ampliación de la brecha no tiene sentido sin
referencia a esta gama de cuestiones; de ahí el amplio tratamiento en posteriores
secciones de este trabajo.
    
     Empecemos con una cuestión de terminología que tiene cierta trascendencia. Las

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comparaciones de renta o riqueza deberían tratarse de forma apropiada en términos


de diferencias más que de desigualdades. El primer término es neutral, mientras que
el último (ciertamente en tratamientos de carácter no técnico) implica una situación
anormal a censurable (impresión que se ve reforzada por la semejanza entre las
palabras desigualdad e injusticia), una consecuencia que a menudo se asocia con la
sugerencia de que la situación se puede rectificar fácilmente. El término diferencia
no prejuzga ni el origen de estas diferencias ni las posibilidades o merecimientos
del intento de su eliminación. Es más, el término desigualdad a menudo es
engañoso, puesto que la igualdad de las rentas según un criterio implica desigualdad
según otros criterios. Así, igualdad de la retribución por pieza de las ganancias por
hora implica diferencias en las rentas anuales. De nuevo, en cualquier comparación
de rentas medias entre poblaciones con unas composiciones de edades diferentes, la
igualdad de las rentas medias en el mismo grupo de edades implica generalmente
diferencias entre las rentas medias de la población en su conjunto.
    
     También es más apropiado hablar de estructura de las rentas que de distribución
de la renta. Para el lector no especializado, al que va dirigida una parte tan
importante de la literatura sobre desarrollo, la última expresión sugiere la
distribución de una renta preexistente, en vez de una gama de rentas ganadas por
los factores de la producción por su participación en la actividad económica.
    
     La mayor parte de las referencias a una brecha amplia y que se ensancha entre
las rentas de los países desarrollados y subdesarrollados se avanzan en el contexto
de proposiciones políticas, especialmente en defensa de la ayuda exterior. Sin
embargo, la mera mención de la ampliación de la brecha no puede servir de base
para una política racional sin el examen de la situación actual, y especialmente de la
conducta de los gobiernos y poblaciones de los países subdesarrollados. Esta
consideración es fundamental para la valoración de proporciones políticas. Por
conveniencia en la exposición primero consideraremos ciertas cuestiones de
concepto y medida necesarias para un tratamiento útil de la brecha, y dejaremos
para secciones siguientes el necesario examen de la conducta de los gobiernos
destinatarios.
    
    2. AMBIGÜEDADES EN EL CONCEPTO DE BRECHA
    
    La noción de la brecha en la renta per capita de los países ricos y pobres y la
sugerencia de su ampliación tropiezan con ciertos problemas básicos de concepto
que a menudo no se reconocen.
    
     Hay que trazar una clara distinción entre diferencias en la magnitud absoluta de
las rentas per capita (esto es, medias) de los países desarrollados y subdesarrollados
y las relaciones entre estas rentas per capita que indican las diferencias
proporcionales o relativas. Esta distinción es evidentemente importante porque los
dos tipos de diferencias invariablemente cambian a tasas diferentes y a menudo en

28
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direcciones opuestas.
    
    Un simple ejemplo numérico ilustrará este punto, obvio pero ampliamente
olvidado. Supongamos dos grupos de personas cuyas rentas medias son 100 y 50
unidades en el primer período y 1.000 y 900 unidades en el segundo período. En
términos absolutos, la brecha en las rentas se ha doblado, pero la diferencia relativa
se ha reducido en cuatro quintos.
    
    Si bien el término brecha sugiere diferencias en las magnitudes absolutas, en la
mayoría de los contextos son las diferencias relativas o proporcionales las que
generalmente se consideran como interesantes o relevantes.
    
    En el Reino Unido en 1970 una diferencia entre las rentas anuales de digamos
10.000 y 8.000 libras se considera menos significativa que la existente entre 1.000 y
500 libras, a pesar de que la brecha absoluta (la diferencia en las magnitudes
absolutas) entre las primeras es cuatro veces la existente entre las últimas.
    
    Más aún, cuando las rentas crecen a una tasa uniforme a lo largo del tiempo, la
brecha entre el nivel absoluto de la renta media entre, digamos, el 10 por ciento
superior de los que ganan una renta y el 10 por ciento inferior aumentará, a pesar de
que ambos grupos estén mejor económicamente. Por tanto, la diferencia absoluta
entre las rentas per capita de la decila más alta y de la más baja de la población
inglesa de hoy día casi seguro que es mayor de lo que era hace doscientos años
debido al alza de los niveles absolutos de la renta; pero la diferencia proporcional o
relativa casi seguro que se ha estrechado con el mejoramiento de la situación de los
trabajadores no cualificados. Las principales influencias que fomentan los
incrementos a largo plazo de las rentas mundiales (especialmente la difusión de las
técnicas y la acumulación de capital) normalmente amplían las diferencias absolutas
en las rentas per capita de grupos escogidos aleatoriamente, pero al mismo tiempo
tienden a reducir la relativa escasez de recursos de las categorías más prósperas
comparado con las de las categorías más pobres.
    
    Los alegatos de una brecha en constante ampliación generalmente no especifican
si los mismos se refieren a cambios en las diferencias absolutas de las rentas per
capita o a cambios en las diferencias relativas. Tampoco es posible examinar ni la
significación ni la validez de estos alegatos, puesto que raramente van apoyados por
datos estadísticos, menos aún por estadísticas sobre el cambio del cociente de las
rentas per capita de los países ricos y pobres.
    
    3. LA DISTINCIÓN ENTRE PAÍSES DESARROLLADOS Y
SUBDESARROLLADOS
    
    La noción de brecha implica una discontinuidad precisa y sustancial en las rentas
per capita de los países desarrollados y subdesarrollados. De hecho no existe una
brecha tan sensible. Hay una graduación continua en las rentas per capita de los

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diferentes países. No hay una diferencia significativa entre la renta per capita del
más pobre de los países desarrollados y del más rico país subdesarrollado
ciertamente cualquier diferencia sería una fracción de los errores y desviaciones de
estas cifras tal como se presentan. Puesto que la línea de división es arbitraria, y los
países no son entes homogéneos, existen grupos y regiones en muchos países pobres
con rentas per capita más elevadas que las rentas per capita de muchos países
clasificados como desarrollados o ricos y a fortiori, por tanto, que las rentas per
capita de muchos grupos y regiones de países desarrollados.
    
    La ausencia de una amplia brecha entre las rentas per capita de los países
desarrollados más pobres y de los países subdesarrollados más ricos y la
arbitrariedad de la línea divisoria entre las dos categorías afecta de forma crucial
esta parte del argumento. La brecha en las rentas per capita (tanto las diferencias
absolutas como las relativas) de las dos categorías globales, el mundo desarrollado y
el mundo subdesarrollado, depende de donde se coloque la línea. En ausencia de
una clara discontinuidad entre las rentas per capita de los países desarrollados más
pobres y de los países subdesarrollados más ricos cualquier línea divisoria en base a
las rentas per capita es arbitraria. Sin embargo, la amplitud de la diferencia de
rentas (la brecha) entre las dos categorías depende de dónde se coloca.
    
    La colocación de la línea divisoria depende muy a menudo de una casualidad, o
de la preferencia personal, pero sobre todo de las presiones políticas. Por ejemplo,
en los tratamientos actuales el mundo subdesarrollado se equipara en gran parte con
países cuyas poblaciones son principalmente de origen no europeo, una forma de
agrupar que refleja la actuación de presiones políticas. Una vez más, los países
comunistas generalmente no se incluyen en el mundo subdesarrollado, si bien en
base a las rentas per capita o niveles de vida varios de ellos podrían clasificarse
adecuadamente como subdesarrollados. Su omisión de nuevo refleja el juego de
fuerzas políticas. 
    
    La naturaleza arbitraria de la actual distinción entre países desarrollados y
subdesarrollados en base a las rentas per capita se complementa con el hecho de
que la renta per capita es en sí misma un índice de desarrollo muy inadecuado. Esta
falta de adecuación a veces es reconocida. Por ejemplo, algunos de los estados
petrolíferos de Oriente Medio, habitualmente y apropiadamente clasificados como
subdesarrollados. tienen rentas per capita que se hallan entre las más altas del
mundo. En muchos, quizás en la mayoría de los contextos, se puede permitir el uso
intercambiado de los términos desarrollado y rico por un lado y subdesarrollado y
pobre por otro. Pero esta práctica, como muestra el ejemplo anterior, es inapropiada
en las discusiones acerca de una amplia brecha de rentas que se fuera ensanchando.
    
     La distinción entre países desarrollados y subdesarrollados en base a las rentas
per capita no sólo es arbitraria sino también cambiante. Resulta completamente
obvio que todos los países desarrollados 'empezaron como subdesarrollados. Y

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

algunos países, tales como Japón e Italia. que hasta fechas recientes se clasificaban
como subdesarrollados, va no son considerados como tales. Estos cambios en las
categorías a lo largo del tiempo impiden cualquier simple juicio acerca de los
cambios a largo plazo en las diferencias de rentas medias entre los países
desarrollados y subdesarrollados.
    
     Como corolario a esta situación, siempre se puede establecer falsamente una
diferencia cada vez más amplia de las rentas per capita a base de cambiar la
composición de los grupos. Por ello, cualquier tratamiento válido de las diferencias
de rentas medias y de los cambios en estas diferencias depende de forma crucial de
la composición de las dos categorías.
    
     La sugerencia de una brecha amplia y que se va ensanchando entre el mundo
desarrollado y el subdesarrollado implica no sólo una clara distinción entre las dos
categorías, sino también una sustancial homogeneidad entre ellas. Ello implica que
los países subdesarrollados son sustancialmente una masa uniforme. Una agregación
forma de promediar a escala mundial tal como ésta no tiene sentido. Los agregados
son extremadamente heterogéneos, categorías arbitrarias y cambiantes cuya
composición es inestable y que constan de elementos componentes que son en sí
mismos colectividades heterogéneas. Un aspecto de esta diversidad es la presencia
de amplias diferencias en las tasas de progreso material dentro de los dos
agregados. Como resultado de estas diferencias en las tasas de progreso material,
las diferencias en las rentas medias (tanto absolutas como relativas) a menudo se
mueven de forma diferente para grupos significativos dentro de las dos categorías.
    
     Ya he señalado algunas estadísticas de las Naciones Unidas según las cuales la
producción per capita en América latina en su conjunto creció más rápidamente
entre 1945 y 1955 que en los Estados Unidos de América, de forma que a lo largo
de este período la diferencia relativa entre las rentas per capita de estas
colectividades disminuyó.[20]  Estadísticas así se pudrían multiplicar rápidamente a
partir de las publicaciones de las agencias internacionales. Otros conocidos ejemplos
de un reciente y rápido progreso material y de un sustancial incremento de la renta
per capita en países pobres fuera de América latina, incluyen Japón, Corea del Sur,
Taiwan, Hong Kong, Tailandia, Costa de Marfil, Kenia, los estados petrolíferos de
Oriente Medio e Israel. Por supuesto, en los años recientes las rentas per capita en
amplias partes del inundo subdesarrollado han crecido más rápidamente que en
muchos países desarrollados, incluido el Reino Unido y los Estados Unidos de
América.
    
     Cuatro países, India, Indonesia, Pakistán y Brasil cuentan con tres quintas partes
de la población del mundo subdesarrollado fuera de China; la India sola, con una
población de 550 millones, cuenta con bastante más de una tercera parte. Por tanto,
una baja tasa de progreso económico en estos países puede encubrir el rápido
progreso de una veintena o más de otros países cuando se agrega su actuación. Y

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

desde 1960 el progreso material de India, Indonesia Y Brasil ha sido relativamente


lento. Una vez más la divergente experiencia de los países subdesarrollados queda
oscurecida por una agregación a escala mundial.[21] 
    
     La elección del período a examen también es fundamental en el tratamiento de la
tendencia en las diferencias de rentas, porque la tasa de cambio de las rentas varía a
lo largo del tiempo. Por ello el período durante el cual se supone que la brecha se
ensancha precisa ser especificado. La relevancia de esta simple conclusión también
resulta clara a partir de los cambios en la posición económica relativa de diferentes
países y poblaciones en el curso de la historia, cambios que incluyen la decadencia
económica, tanto la absoluta como la decadencia respecto a otros países. Estos
fenómenos, señalados a menudo por los historiadores, son inconsistentes con una
brecha siempre deciente entre ricos y pobres como tendencia general. Los alegatos
de una supuesta brecha siempre creciente entre los países ricos y pobres
generalmente no menciona ni el período considerado ni el fenómeno de la
decadencia económica.
    
     El contenido de esta sección no se ve afectado por los amplios márgenes de error
en las comparaciones internacionales de la renta nacional, en particular la
subestimación general de la renta nacional en los países subdesarrollados, que se
señala más adelante en este trabajo. Y se podrían presentar muchos más datos
adicionales para mostrar que la relación de las rentas per capita entre cada país rico
y cada país pobre ciertamente no se ha ampliado en las décadas recientes. Pero lo
anterior tendría que ser suficiente para mostrar que el alegato de una diferencia en
continua ampliación de las rentas del mundo desarrollado y subdesarrollado en el
mejor de los casos no está fundamentada; tal como se presenta, en general no tiene
sentido, y en la medida en que puede ser valorada resulta en gran parte falsa.
    
     Si se considera útil dividir el mundo en dos categorías en base a diferencias en
las etapas de desarrollo (un ejercicio de discutible utilidad), entonces las diferencias
en las variables demográficas, especialmente en las tasas de natalidad, que reflejan
diferencias en las actitudes e instituciones y que a menudo se hallan correlacionadas
con las diferencias étnicas, parecería que aportan una base que en potencia sería
más reveladora que la actual base constituida por las rentas per capita medidas de
forma convencional. Por ejemplo, podría ser útil, como parte de esta base que se
apunta. una distinción entre sociedades en las que las tasas de fertilidad se acercan a
la tasa de fecundidad y aquellas en las que las tasas de fertilidad se hallan por
debajo de la tasa de fecundidad de forma significativa; es más precisa, es más
estable a lo largo del tiempo, se podría dar una visión de los determinantes
subyacentes del progreso material.
    
    4. PROBLEMAS DE LAS COMPARACIONES
INTERNACIONALES DE RENTA
    

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    Las estimaciones de las diferencias de renta per capita y niveles de vida entre los
países ricos y pobres (esto es, las magnitudes cuya brecha se supone que se amplía)
se hallan sujetas a márgenes muy amplios de error bastante mayores de lo que
generalmente se reconoce. En conjunto. sin embargo, el resultado suele ser una
subestimación de la renta de los países pobres y una sobreestimación en los ricos,
exagerando con ello la diferencia de renta y niveles de vida entre los dos grupos.
    
    Para empezar, incluso las estadísticas de población de los países subdesarrollados
implicadas por los cálculos de la renta per capita, que se hallan libres de problemas
conceptuales, resultan excesivamente poco fidedignas. De acuerdo con las
estadísticas oficiales la población de Nigeria en 1963 era de 55.6 millones. El
profesor Peter Kilby, un especialista destacado sobre asuntos nigerianos, la estimaba
en 37,1 millones. El segundo plan quinquenal indio estimaba el crecimiento de la
población en cerca de un 1,25 por ciento anual durante el período de su duración; la
cifra posteriormente se vio que era superior al 2 por ciento, superando por tanto la
estimación en más de cuatro quintos.
    
     Aún más importante cuantitativamente que los márgenes de error de las
estadísticas de población son los enormes márgenes de error y el sesgo estadístico
de las estimaciones de la renta nacional de los países ricos y pobres. Existen muchas
razones para estos errores y sesgos. Esta cuestión es tan fundamental para este
campo de discusión y se valora tan poco que está justificada una consideración
amplia.
    
     Una razón importante de la subestimación de la renta nacional de los países
pobres y de la consiguiente exageración de la diferencia de renta entre países ricos y
pobres es el empleo de tipos de cambio al comparar las rentas nacionales, lo cual
subestima mucho el poder adquisitivo interior de las monedas de los países
subdesarrollados en relación a las de los países desarrollados. Otras razones
incluyen la importancia cuantitativa mucho mayor de los servicios interfamiliares y
también la producción de subsistencia o cuasi subsistencia en los países pobres en
comparación con los ricos, categorías que o bien se ignoran o se subvaloran
sustancialmente en las estadísticas de renta nacional.[22]  Es más, muchos bienes y
servicios incluidos convencionalmente en la renta nacional son más bien costes de
producción que renta, por ejemplo el viaje al trabajo, y estos son relativamente más
importantes en los países ricos que en los pobres.
    
     Estos problemas de comparaciones internacionales se han conocido durante
algún tiempo.[23]  Pero su análisis más completo y metódico sólo se ha producido
hace comparativamente poco tiempo por parte del profesor Dan Usher, que ha
estudiado de cerca el alcance de los principales errores sesgos y las razones tras
ellos. Los siguientes párrafos del reciente libro del profesor Usher The Price
Mechanism and the Meaning of National Income Statistics, resume su postura.[24] 
    

33
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

     Nuestra visión de la vida económica en los países pobres se halla influida
significativamente por estadísticas que demuestran que muchos países tienen rentas
tan reducidas como 50 dólares al año, así corno por estimaciones de la
productividad del trabajo agrícola de menos de un décimo de la productividad del
trabajo en otras partes de la economía. Utilizando Tailandia como ejemplo, este
libro demuestra que estadísticas como esas pueden contener errores de varios
centenares por ciento ... la discrepancia no se debe básicamente a errores en los
datos ... el fallo radica en las normas mismas (de comparación de rentas nacionales)
... que) generan cifras que no consiguen cumplir las implicaciones que se espera de
ellas.
    
     En Tailandia no vi gente rica de acuerdo con estándares europeos, pero sin duda
disfrutaban de un nivel de vida muy por encima de los simples requerimientos de
subsistencia. Muchas comunidades de pueblos parecían haber alcanzado un nivel de
confort material por lo menos tan alto como el de los habitantes de los barrios
pobres de Inglaterra o América. Pero en mi mesa de trabajo calculé estadísticas de
renta nacional real que mostraban a las personas de los países subdesarrollados,
incluida Tailandia, con niveles de pobreza desesperados ya que no imposibles. El
contraste entre lo visto y lo calculado fue tan grande que llegué a creer en la
existencia de algún sesgo amplio y fundamental en la forma de elaboración de las
estadísticas ... Algo hay muy erróneo en esas estadísticas. Si la cifra de 40 dólares
para Etiopía significa lo que parece significar, o sea, que los etíopes están
consumiendo al año una cantidad de bienes y servicios no mayor de la que podría
comprarse en los Estados Unidos por 40 dólares, la mayoría de los etíopes sería tan
pobre que no podrían sobrevivir, y mucho menos incrementar su número ... Las
estadísticas de renta nacional son el principal medio a través del cual vemos el
proceso de crecimiento económico. Caracterizamos a los países como desarrollados
o subdesarrollados de acuerdo con sus rentas nacionales. Las estadísticas de renta
son también componentes de la medición de la productividad de las industrias y de
la equidad de la distribución de la renta. La tesis principal de este libro, deducida
tanto de la teoría como de las cifras, es que el cuadro que transmiten las estadísticas
de renta nacional a menudo está deformado, no porque las estadísticas mismas sean
poco precisas ni tampoco porque dejen de reflejar cánones aceptados de método
estadístico, sino porque atribuimos a las estadísticas de renta un significado social
que no necesariamente poseen. Se supone que renta más elevada significa posición
más desahogada, que mayor productividad significa mayor contribución al bienestar
económico deja comunidad. La parte teórica del libro muestra que esta asociación
puede fallar. La parte empírica muestra que puede existir una discrepancia muy
grande entre estadísticas convencionales y estadísticas revisadas, de forma que
reflejan más estrictamente los hechos sociales apropiados.
    
    Las estadísticas de renta examinadas por el profesor Usher se refieren a cifras per
capita, como los 40 dólares de Etiopía; se trata, por tanto, de promedios. De

34
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

acuerdo con ello una gran proporción de la población tendría rentas


significativamente inferiores, consideración que refuerza la tesis del profesor Usher
acerca de la naturaleza completamente sin sentido de esas recopilaciones. La
referencia del profesor Usher al contraste entre lo que vio y lo que midió supone
una confirmación específica y notable de la importancia de la observación directa
en estos temas y de la naturaleza engañosa de los resultados que aparecen cuando
no se tiene en cuenta esa observación directa.
    
    El profesor Usher escribe en otro lugar:
    
     La comparación convencional muestra que la renta nacional per capita del Reino
Unido es cerca de catorce veces la de Tailandia. Nuevos cálculos realizados por el
autor para tomar en consideración varios sesgos de la comparación sugieren que la
relación efectiva de niveles de vida es de tres a uno. Aunque se doble esta relación
calculada, el cambio del orden de magnitud es lo bastante grande como para que se
vea afectada nuestra forma de pensar acerca de los países subdesarrollados.[25] 
    
    Los sesgos y errores de ese orden de magnitud han de atacar a la esencia misma
de las estadísticas internacionales como índices de productividad o de desarrollo
económico o de niveles de vida comparativos. Estas limitaciones y errores de
comparación son distintos de las inexactitudes en los cálculos de renta nacional de
los países pobres, donde incluso es incompleta una información comparativamente
tan sencilla como las estadísticas de población.
    
     A la luz de la evidencia recogida y analizada por el profesor Usher, parece
dudoso que la comparación internacional de rentas nacionales conserve significado
alguno, a no ser que se restrinja a grupos de países que ya tienen aproximadamente
el mismo nivel de vida.[26] 
    
    Es preciso insistir en la presencia de estos enormes márgenes de error y sesgos en
los cálculos de la renta nacional de los países pobres y en las comparaciones
internacionales. La renta per capita en su medición convencional sirve como base
normal o principal para clasificar a los países como desarrollados o
subdesarrollados, ricos o pobres, así como de criterio fundamental para la
asignación de la ayuda exterior.
    
     Las comparaciones internacionales de renta per capita, de necesidades y niveles
de vida se ven afectadas significativamente, además, por diferencias en la
composición por edades. Si la renta per capita es la misma para un determinado
grupo de edades de dos poblaciones, el promedio para las dos poblaciones en
conjunto diferirá si la composición por edades no es la misma. La composición por
edades de los países subdesarrollados difiere por lo general de forma significativa
de la de los países desarrollados debido a la proporción mucho mayor de niños, con
rentas y necesidades apreciablemente menores que las de los adultos. Las
comparaciones de renta per capita no ajustadas por diferencias de la estructura de

35
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

edades confunden diferencias de nivel de renta con diferencias de edad.[27] 


    
     En las comparaciones internacionales estándar esta complicación también se
ignora. El ajuste preciso para tomar en consideración las diferencias de composición
por edades no es marginal. Las diferencias de estructura por edades entre países
pobres y ricos son sustantivas y también lo son las subestimaciones de renta per
capita de los últimos en relación a los cálculos sobre una base estandarizada por
edades.
    
     Las comparaciones de niveles de vida, como cosa distinta de las comparaciones
de renta per capita, se ven afectadas por las diferencias de requerimientos, por
ejemplo de alimentación y vestido (más bien bajas), así como por la mayor
disponibilidad de ocio de los países subdesarrollados. Por otra parte, la esperanza de
vida es generalmente mayor en los países ricos que en los pobres. Los intentos de
comparación de las condiciones relativas, de bienestar tropiezan con ulteriores y
más arraigados problemas. Procesos económicos diferentes tienen efectos
ampliamente distintos en cuanto al fomento o inhibición de la capacidad y
oportunidades de las personas para el disfrute de sus rentas.
    
     Podemos concluir esta discusión de los problemas de comparación de rentas
anticipándonos a una posible reserva u objeción. La mayor parte de estos problemas
y limitaciones de las comparaciones internacionales afectan tanto a los niveles como
a los cambios de la renta y niveles de vida. Se puede objetar que si esos errores y
sesgos de comparación permanecen constantes a lo largo del tiempo su presencia no
afecta a la sugerencia de que hay una brecha de rentas en ampliación. Tal objeción
no es válida. Primero, el alcance de los sesgos y errores no puede permanecer
constante debido a la existencia de cambios de las condiciones económicas y
sociales, incluyendo cambios de la organización económica y sistema de producción
y consumo en el interior de los enormes agregados que se comparan. Ejemplos
obvios serían los cambios de la tasa de crecimiento de la población o de la
importancia relativa de la producción de subsistencia. Segundo, cuando los errores y
sesgos son tan amplios que afectan incluso a los órdenes de magnitud, la discusión
cuantificada acerca de las diferencias internacionales de renta y acerca de cambios
de estas diferencias pierden gran parte de su interés y significado. Tercero, si se
piensa la brecha en términos de diferencias absolutas de renta, su movimiento
temporal se ve afectado por esos sesgos y errores, aunque permanezcan constantes
como proporción de las rentas per capita estimadas.
    
    5 CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN Y AMPLIACIÓN DE LA
BRECHA
    
    Las estimaciones y comparaciones de los cambios de las rentas per capita y de
los niveles de vida se ven complicadas también por ciertos problemas
fundamentales de concepto y medición (aparte de los tratados anteriormente) que

36
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

surgen a raíz de cambios en las tasas de crecimiento de la población en los países


subdesarrollados, y también a partir de diferencias entre las tasas de crecimiento de
la población en los países desarrollados y subdesarrollados.
    
     A lo largo de los últimos cincuenta u ochenta años, la población de la mayoría
de los países subdesarrollados se ha incrementado en gran manera, en su mayor
parte en un factor entre dos y cinco. Este incremento se ha dado como resultado de
una caída de las tasas de mortalidad, especialmente entre los niños, lo cual implica
una esperanza de vida más larga. La situación de los que no han muerto ciertamente
ha mejorado, tal como lo ha hecho la de aquéllos cuyos hijos continúan viviendo,
una mejora que no se refleja en las estadísticas convencionales elaboradas con base
per capita. De hecho, como veremos en breve, estas estadísticas a menudo señalan
como un empeoramiento cambios que claramente son una mejora. Por tanto, la
forma habitual de extraer conclusiones a partir de la renta per capita oscurece
importantes problemas conceptuales en la definición y medida de la renta por el
hecho de que las satisfacciones derivadas de vivir más tiempo y de tener niños son
ignoradas.
    
     Durante períodos de tiempo considerables, en épocas recientes, en especial desde
aproximadamente 1930, las tasas de crecimiento de la población en muchos países
subdesarrollados han sido más altas que en la mayoría de los países desarrollados.
Una tasa diferencial de crecimiento de la población en los países ricos y pobres, da
lugar a un cambio de las cifras relativas que afecta directamente la medición de las
diferencias internacionales de rentas y de los cambios de estas diferencias. Tanto las
diferencias absolutas como las relativas de rentas per capita [28]  entre los países
ricos y pobres pueden ampliarse aun cuando las rentas per capita de los países
pobres crezcan más rápidamente que en los países ricos, si la tasa de incremento de
la población en los países más pobres dentro del grupo de los países pobres es la
más rápida.
    
     Una vez más, si la población crece más rápidamente en los países pobres que en
los países ricos, la renta per capita puede decrecer en el mundo en su conjunto
aunque no haya incrementado en cada uno de los países ricos o pobres. Más aún, en
cada país la renta per capita puede disminuir, aunque las rentas de todos los
individuos y grupos haya subido, si se incrementa la importancia numérica relativa
de los grupos más pobres. En ausencia de cambios en las actitudes y en los métodos
de producción, la renta per capita también disminuye como resultado de un
incremento de la proporción de niños en una población, puesto que la renta de los
niños generalmente se halla por debajo del promedio global nacional. 
    
     Estas condiciones subrayan una vez más la necesidad de poner atención cuando
nos referimos a los países subdesarrollados. Lo que importa es la situación y
perspectivas de la gente, no del país; como acabamos de señalar, la renta media en
el país puede incluso disminuir aunque todo el mundo tenga una situación material

37
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

mejor que en tiempos anteriores, y el resultado inverso también es posible, si bien,


en la práctica bastante improbable. Estas consideraciones se derivan de resultados
estadísticos corrientes de un cambio de la importancia relativa de los componentes
de un agregado.
    
     Por tanto, cuando cambian las tasas de natalidad y de mortalidad, hay que tener
especial cuidado en las comparaciones e interpretaciones del movimiento a lo largo
del tiempo de las rentas per capita y de las diferencias de rentas. Un incremento de
la tasa de supervivencia de los grupos más pobres generalmente provoca una caída
de las rentas per capita al tiempo que un incremento en las diferencias relativas y
absolutas de renta entre ricos y pobres. A la inversa, un incremento de la mortalidad
entre los países relativamente pobres, o una reducción forzosa de sus tasas de
natalidad por medio de la acción del estado elevaría las rentas medias y reduciría las
diferencias de renta. Sin embargo, los últimos tipos de cambio difícilmente podrán
interpretarse como una mejora en las condiciones de los relativamente pobres.
    
    La mejora sanitaria, la esperanza de una vida más larga y el incremento de la tasa
de crecimiento de la población se han dado, en gran parte, en los países
subdesarrollados, como resultado de contactos establecidos por Occidente. Existen,
pues, muchas más personas vivas en los países pobres de las que habría sin estos
contactos. Sólo en este sentido resulta cierta la noción ampliamente divulgada de
que Occidente ha causado la pobreza del mundo subdesarrollado: ha permitido que
muchas personas relativamente pobres vivan más tiempo.
    
    La caída de las tasas de mortalidad en muchos países subdesarrollados se ha dado
en gran parte por la supresión o reducción del hambre, enfermedad, mortalidad
infantil, trata de esclavos y guerra tribal. Algunos de estos cambios reflejan a su vez
cambios de largo alcance en las condiciones de existencia que se han dado en
muchas partes del mundo subdesarrollado en las últimas décadas. Las estadísticas
convencionales de la contabilidad de la renta nacional no pueden reflejar
adecuadamente tales cambios en su largo alcance y penetración.[29]  Esta limitación
se aparta totalmente de los problemas conceptuales y estadísticos, de los cuales sólo
algunos se han señalado en este trabajo, que surgen cuando el concepto, derivado en
gran parte del estudio de sociedades penetradas por una economía de tipo
monetario, se aplica a sociedades en las que la producción de subsistencia y las
transacciones interfamiliares son importantes; o cuando se aplica a comparaciones
entre tales economías y economías ampliamente monetizadas o industrializadas, o se
utiliza como un índice de cambio en tales economías.
    
    6. ULTERIORES IMPLICACIONES DEL CRECIMIENTO DE LA
POBLACIÓN
    
    La preocupación por las rentas per capita medidas convencionalmente ha dado
lugar a algunas nociones curiosas y paradójicas que tienen relación con el concepto

38
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de progreso económico, de niveles de vida y también de la ampliación de la brecha.


    
    Salud y esperanza de vida, quizás los más importantes componentes del bienestar
fuera del campo de las emociones, no se incluyen en las compilaciones
convencionales de la renta nacional. Por supuesto, mejor salud y esperanza de una
vida más larga a menudo reducen las rentas per capita medidas en forma
convencional (en comparación con lo que hubieran sido de otra manera), con el
paradójico y, sin duda perverso resultado de que lo que claramente es una mejora,
en las condiciones de la gente se presenta como un deterioro.
    
     Las expectativas de una vida más larga de la gente y de sus hijos implica un
beneficio psíquico, un incremento en el bienestar, en la renta psíquica. La realidad
de este beneficio resulta obvia si se reflexiona; y queda claro también a través de la
prontitud de la gente a pagar los servicios de los médicos con el fin de posponer su
propia muerte y la de sus hijos.[30]  La mejora de la esperanza de vida en los países
subdesarrollados (si bien todavía por debajo de la de los países desarrollados), y la
consiguiente supervivencia de gran número de gente, deberían tenerse en cuenta al
medir y estimar la evolución tanto de la renta per capita corno de las diferencias de
renta per capita entre los países desarrollados y subdesarrollados.
    
     En las estadísticas de renta nacional el nacimiento de un ternero representa un
incremento de nivel de vida, mientras que el nacimiento de un niño supone un
descenso. En las discusiones actuales sobre desarrollo económico se considera a los
niños más como una maldición que como una bendición; el crecimiento de la
población se considera como si se tratase del ineludible resultado de factores no
controlados más que de decisiones y acciones humanas. Sin embargo, a gran
número de personas les gusta el acto de procrear hijos y también los hijos mismos.
La procreación y posesión de hijos también rinde una renta psíquica evidente, de la
que !a gente disfruta y que en su opinión supera el coste reflejado en la reducción
de la renta per capita de la familia. Su satisfacción no queda disminuida si la
posesión de hijos reduce el valor numérico del confuso concepto de la renta
nacional per capita.
    
     A menudo hoy día se cree que tener hijos en número que no sea limitado, o
incluso reducido, es un acto antisocial, especialmente en los países
subdesarrollados. Por ejemplo, 'en la conferencia del Movimiento Indio para la
Planificación de la Familia que tuvo lugar en Bombay en diciembre de 1969, se
propuso la adopción del slogan que tener más de dos hijos es una injusticia para la
nación. Este tipo de sugerencia implica que si una familia tiene niños ello supone
una carga para el resto de la comunidad. Pero no es así. No es ninguna carga para el
resto de la comunidad si los padres soportan el coste de criar y educar a los hijos. Si
ellos no soportan estos costes, entonces hay una carga hasta que los hijos se vuelven
autosuficientes. Pero esta carga no se ve afectada por el tamaño de la población
total. Es más, se daría incluso si una familia sólo tuviese un hijo.

39
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    El nacimiento de un niño, pues, siempre reducirá la renta nacional per capita,
incluso si se trata de un solo hijo. El que reduzca o no la renta nacional per capita a
lo largo del período de vida de la persona dependerá de si su aportación personal a
la renta nacional supera o no alcanza al promedio nacional, lo cual depende de
varios factores que no incluyen el número de hijos de la familia.[31] 
    
    7. LA RENTA NACIONAL COMO IDICE DE BIENESTAR
    
    Las deficiencias en las comparaciones de renta y de los cambios en la misma
entre países ricos y pobres ponen también de relieve los fundamentales defectos de
la renta nacional corno índice de riqueza. Las estadísticas de renta nacional resultan
instrumentos valiosos como conceptos contables, primeramente como instrumentos
para estimar las cantidades de bienes y servicios disponibles con distintos objetos en
un país a lo largo de determinados períodos. Su valor con este objeto no está
relacionado con comparaciones internacionales e intertemporales y, a fortiori, a
cuestiones acerca de la medición del bienestar.[32] 
    
     Expresar en una sola cifra de renta los distintos componentes de las condiciones
económicas de una persona va es una simplificación. El elemento de simplificación
es mucho mayor cuando las situaciones de un amplio número de personas y grupos
distintos, que comprenden la población de un país, son promediadas y expresadas
como una única cifra de renta per capita.[33]  Y este proceso de simplificación
todavía se lleva más lejos cuando estos promedios se comparan entre comunidades
que se diferencian en la composición por edades y en las condiciones de vida física
y social, y que disfrutan de cantidades de ocio ampliamente diferentes, de trabajo
con intensidades distintas y cuyos miembros reciben períodos de aprendizaje
distintos (gasto que se incluye en la renta nacional, si bien, gran parte, quizá la
mayor parte del mismo, se consideraría más apropiadamente como coste de
producción que como renta).[34] 
    
     La inadecuación de las simples estadísticas de renta per capita como índice de
desarrollo económico a veces se reconoce implícitamente. Un ejemplo de ello que
ya hemos mencionado es la habitual designación de los estados petrolíferos como
países subdesarrollados a pesar de que sus rentas per capita se hallan entre las más
altas del mundo. Sin embargo, la designación resulta apropiada. Incluso cuando los
gobernantes utilizan sus ingresos petrolíferos en beneficio de sus pueblos, descubren
que la sociedad no puede ser transformada en pocas décadas hasta el punto de
emular las condiciones materiales y formas de vida de las sociedades de tipo
occidental con rentas per capita semejantes, pero con actitudes distintas con siglos
de desarrollo sostenido detrás de ellas.
    
     Las referencias a diferencias en las rentas medias y a cambios en estas
diferencias sólo son significativas si las condiciones de vida social y física de las

40
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

poblaciones de que se trate son claramente semejantes. E incluso si las estadísticas


fuesen mucho más fidedignas y significativas de lo que son, también referidas a
gente que vive en condiciones sociales y físicas muy semejantes, no servirían como
índices de bienestar, porque el bienestar es un estado psicológico. El uso extensivo
pero indiscriminado de la renta per capita en comparaciones internacionales de las
condiciones económicas y de bienestar refleja la ingenua creencia actual de que
virtualmente todos los aspectos de la vida personal y social pueden reducirse
significativamente a unas simples expresiones cuantitativas comprensible para
todos.[35] 
    
     Las comparaciones internacionales tanto de niveles de logro económico y de tasa
de progreso (así como de políticas de desarrollo) en la práctica también se ven
ofuscadas por frecuentes y a menudo inconscientes cambios en los criterios
adoptados para medir el logro económico y el progreso. Los numerosos criterios,
diferentes y variados, incluyen la renta total, la renta per capita, los niveles de vida
(con o sin consideración de la esperanza de vida), magnitudes de la inversión,
producción industrial, comercio exterior, gasto público, y muchos otros criterios.
Tales cambios de criterio comprendían las dificultades de comparación y valoración
presentados por problemas de concepto, medición, interpretación y retardos
temporales.
    
    8. CONSIDERACIONES MÁS AMPLIAS ACERCA DE LA
BRECHA
    
    Una posible interpretación del concepto de ampliación de la brecha que podría
darle un cierto grado de precisión sería el de ampliación de las diferencias relativas
de rentas medias (sean medias, medianas o modas) entre grupos étnicos específicos
a lo largo de un período específico (especialmente si se pudieran hacer los ajustes
precisos para diferencias en la composición por edades). Ciertas poblaciones pueden
mostrar una mayor prontitud y habilidad que otras, bien para promover o bien para
aprovecharse del progreso técnico, debido a diferencias en capacidades, actitudes,
instituciones o políticas oficiales, y también hay diferencias significativas en las
variables demográficas, especialmente en las tasas de natalidad, entre poblaciones
diferentes. Estas distintas diferencias podrían a su vez reflejar factores geográficos,
climáticos, históricos, culturales e incluso biológicos. En estas circunstancias, una
ampliación de las diferencias de renta no sería ni sorprendente ni anormal. Sin
embargo, esta interpretación de la ampliación de la brecha, si bien elimina algunas
de sus ambigüedades, todavía deja intactos algunos grandes problemas de
comparación de rentas y de niveles de vida entre sociedades muy diferentes,
incluyendo el del período a lo largo del cual se supone que se amplían las
diferencias. Dicho desarrollo tampoco implicaría un declive en los niveles de la
vida o en las rentas de los grupos más pobres; resulta perfectamente consistente con
incrementos sustanciales de las rentas reales y de los niveles de vida de estos

41
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

grupos, y aún menos justificaría la sugerencia, que a menudo se halla implícita en


las actuales discusiones acerca de las diferencias internacionales de rentas, de que
las rentas más elevadas de las poblaciones de los países ricos han sido detraídas, en
alguna forma, de las gentes de los países pobres.
    
    Aun cuando el alcance y la dirección de la brecha en los niveles de vida entre
diferentes poblaciones se hallasen claramente definidos a lo largo de un período
específico, y se reconociesen y superasen los problemas conceptuales de base
(condiciones que es muy improbable que se cumplan), la información estadística
seguiría sin revelar nada acerca de las causas bien del alcance o de los cambios de
las diferencias internacionales de rentas.
    
    Además, las políticas nacionales de los gobiernos en los países pobres afectan de
forma apreciable a las diferencias internacionales de renta, si bien esto raramente se
menciona en el contexto. Las restricciones en las actividades de las minorías étnicas
en los países subdesarrollados, a menudo seguidas por su expulsión, son un
ejemplo. El trato a los chinos en Indonesia, de los indios en Birmania, de los
asiáticos en África oriental, de los griegos y armenios en Egipto y de los europeos
en muchos países subdesarrollados, ha reducido las rentas per capita en estas áreas,
donde las rentas de estos grupos se hallaban por encima de la media nacional, y
políticas oficiales tales como éstas, dirigidas contra los grupos más productivos, se
hallan generalizadas, y casi generales, en todo el mundo subdesarrollado.[36]  Estas
políticas no sólo han reducido las rentas per capita actuales; también han retrasado
su tasa esperada de desarrollo, porque estos grupos eran especialmente productivos.
Por tanto, las restricciones oficiales a las actividades de estos grupos, a menudo
completadas con la expropiación y expulsión, amplían al alcance de las diferencias
de rentas per capita entre los países ricos y pobres, tanto en cualquier momento
dado como a lo largo del tiempo.
    
    9. CONCLUSIONES
    
    Las afirmaciones acerca de la ampliación continuada de la brecha ni siquiera
indican a qué se refiere dicha brecha (esto es, si se refiere a cambios en las
diferencias de los niveles de renta per capita o a cambios en la relación entre estas
rentas), entre quiénes se da, y a lo largo de qué período se supone que se amplía.
Sin embargo, el reconocimiento de estas cuestiones básicas es un requisito mínimo
para una discusión razonable de este tema. Un examen digno de consideración
también requeriría el reconocimiento de los problemas básicos de concepto,
medición e interpretación de las comparaciones internacionales de rentas per
capita y niveles de vida. Y para la mayoría de las finalidades también es preciso
que se tengan en cuenta las causas que se hallan detrás de las diferencias en las
rentas per capita y en los niveles de vida.
    
     En la primera parte de esta obra hemos procedido a la descripción y análisis de la

42
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

noción del círculo vicioso con reflexiones acerca de las causas de su atractivo. Aquí
repetiremos este procedimiento y expondremos tras los argumentos positivos (una
vez más en el sentido técnico del término), reflexiones más especulativas acerca del
origen y de las causas para la aceptación de la ampliación de la brecha.
    
     En un importante sentido, la brecha ni siquiera existe, porque, como hemos visto,
hay una gradación continua en la gama internacional de rentas per capita; no hay
una ruptura clara.
    
     Tal como se suele insinuar, la ampliación continuada de la brecha es un simple
tópico, en la misma medida en que lo es la tesis del círculo vicioso de la pobreza,
precursor de la constante ampliación de la brecha. Igual que el círculo vicioso de la
pobreza, la ampliación de la brecha es de hecho aunque aquellas expresiones que
parecen ser afirmaciones descriptivas (positivas), pero que en realidad son
declaraciones prescriptivas (normativas). Parece que describe situaciones, pero
realmente tiene la finalidad de impulsar normas de acción, especialmente la
concesión de ayuda exterior. Principalmente por dos razones alegar una brecha en
continua ampliación resulta incluso más efectivo en la promoción de estas
finalidades que la tesis del círculo vicioso de la pobreza. En primer lugar, sus
defectos y limitaciones no son obvios de una forma tan inmediata y, por tanto, no
pueden exponerse en modo tan breve y concluyente. En segundo lugar, añade una
dimensión de temor a los sentimientos de culpabilidad existentes en Occidente.
Introduciendo en la discusión un factor de tendencia alimenta un sentido de
urgencia, al que acompaña la sensación de una cada vez más precaria situación de
Occidente, a la vista de peligros indefinidos, pero crecientes a medida que se amplía
la brecha.
    

[Ir a tabla de contenidos]


CAPÍTULO II
CRÍTICA DE LA TEORÍA DEL DESARROLLO[37] 

    Las dos partes de este capítulo analizan dos de los principales axiomas políticos
de la literatura contemporánea sobre desarrollo económico, a saber, que la
planificación global y la ayuda exterior son indispensables para el avance
económico de los países pobres.
    
    Planificación global significa en este contexto el control estatal de la actividad
económica con excepción de la agricultura en pequeña escala; y ayuda exterior
significa concesiones y préstamos subvencionados en dinero o en especie de estado
a estado.
    
    La justificación de la planificación global y de la ayuda exterior generalmente se
da por sentada. A veces se apoya mediante argumentos específicos, los más

43
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

importantes de los cuales se examinan en el apéndice a este capítulo (pp. 182-199).


    
    Las expresiones planificación, planificación central, planificación global y
planificación central global se usan generalmente de forma indistinta en los tratados
contemporáneos. Seguiré esta práctica, si bien creo que los intentos de planificación
central global expresan mejor la política considerada.
    
    A. PLANIFICACIÓN CENTRAL GLOBAL
    
    1. ARGUMENTOS AUTOMÁTICOS EN FAVOR DE LA
PLANIFICACIÓN
    
     La tesis de que la planificación central global es imperativa se puede ilustrar con
citas de dos escritores. Citaré primero al profesor Gunnar Myrdal que quizás es el
exponente más influyente, claro y explícito de la necesidad axiomática de esta
política. Escribe:
    
    Hoy día se está de acuerdo en que un país subdesarrollado debería tener ... un
plan nacional global integrado ... Todos los países subdesarrollados están ahora, con
la aprobación alentadora y congratulada de los países adelantados, intentando
proporcionarse dicho plan ... se supone que el gobierno nacional tiene que asumir
mediante el plan … la responsabilidad de la dirección del desarrollo económico
global del país.
    
    La aparición de esta urgencia común por el desarrollo económico como una de
las principales cuestiones políticas en todos los países subdesarrollados y la
definición del desarrollo como elevación del nivel de vida de la gente, el
convencimiento incontestado de que el desarrollo económico es una tarea para los
gobiernos y que los gobiernos tienen que preparar y hacer que se cumpla un plan
económico general, que contenga un sistema de controles e impulsos aplicados de
forma intencionada con el fin de conseguir que comience el desarrollo y de que
continúe, es algo enteramente nuevo en la historia ...
    
    Presenciamos como más de esa mitad del género humano que vive en la miseria
y desgracia no sólo acepta para sí la búsqueda en gran escala de una línea política a
la que, estamos acostumbrados a llamar "socialista", sino que mi consejo positivo y
urgente a hacer esto está siéndoles dado por parte de todos los especialistas y
hombres de estado de los países adelantados ...
    
     La planificación económica central siempre es una cosa difícil y cuando se ha
intentado, no ha constituido un éxito en los países adelantados. Ahora bien, lo que
equivale a una especie de superplanificación tiene que actuarse por países
subdesarrollados con débiles estructuras políticas y administrativas y con una gran
parte de ciudadanos analfabetos y apáticos.
    

44
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    Existen toda clase de razones por las que podríamos esperar numerosos errores y
en muchos casos el fallo total. Pero la alternativa a ese intento heroico es la
continuada conformidad con el estancamiento o el retroceso económico y cultural,
que es políticamente imposible en el mundo de hoy; y esta es, por supuesto, la
explicación del porqué en la actualidad la planificación nacional en gran escala es el
objetivo de los países subdesarrollados en todo el mundo y porqué esta línea
política está refrendada unánimemente por los gobiernos y expertos de los países
desarrollados. [38] 
    
     Escribe en otro lugar:
    
     Los asesores especiales de los países subdesarrollados que se han tomado el
tiempo y la molestia de familiarizarse con el problema, sin importar de quienes se
trate ... todos recomiendan la planificación central como la primera condición del
progreso.[39] 
    
     El profesor H. Kitamura de la Universidad de Tokio aporta una formulación
mucho más sucinta de la supuesta necesidad axiomática de la planificación:
    
     Sólo el desarrollo económico planificado puede esperar la consecución de una
tasa de crecimiento que sea políticamente aceptable y capaz de captarse el
entusiasmo y el apoyo popular. [40] 
    
    La opinión del profesor Kitamura resulta irónica a la vista del progreso
económico del Japón que se consiguió sin las políticas que él designa como
indispensables. Por supuesto, cualquier tasa de progreso se puede describir como
inadecuada o inaceptable de acuerdo con algún criterio u otro; esta supuesta
insuficiencia puede presentarse para criticar los programas sociales o las políticas
del gobierno.
    
    No se trata sólo de las opiniones de partidarios académicos. La planificación
central global constituye la esencia de la política económica en muchas partes del
mundo subdesarrollado, en particular la India. Y puesto que dicha política se
considera en general como una condición del adelanto económico, los gobiernos
que persiguen o tratan de perseguirla son tratados de forma preferencial en la
asignación de la ayuda exterior.
    
    Igual que el amor, la libertad, la democracia, la igualdad, la estabilización y
muchos otros conceptos abstractos, la planificación puede consistir en fenómenos
muy diferentes. Puede significar preparación ordenada de la actuación de las
personas, empresas y gobiernos. Puede describir la coordinación de las actividades
de los diferentes departamentos gubernamentales para reducir la competición entre
ellos por los recursos escasos. Puede indicar planes para establecer etapas en las
políticas fiscales con el fin de evitar fluctuaciones en el gasto privado. En la
literatura actual sobre desarrollo significa el control general del estado, actuado o

45
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

intentado, de la mayor parte de la actividad económica excepto la agricultura en


pequeña escala, especialmente de la composición de la actividad económica en el
sector de intercambio.[41] 
    
     Cito, de nuevo, al profesor Myrdal:
    
     El plan tiene que fijar la cuantía total de la inversión y además tiene que
determinar las proporciones del capital que deberían asignarse en distintas
direcciones: para incrementar las facilidades globales de transporte y producción de
energía; para construir nuevas fábricas y adquirir la maquinaria para las industrias
pesadas y ligeras de los diferentes tipos; para elevar el nivel de productividad en la
agricultura mediante inversiones a largo plazo en planes de regadío e inversiones a
corto plazo en utillaje, maquinaria y fertilizantes; para mejorar Ios niveles sanitarios,
de educación y de capacitación de los trabajadores, etc. Con el fin de que sea
práctico y efectivo, el plan tiene que trazarse no sólo como una estructura general,
sino que esta estructura tiene que llenarse y concretarse con cuidados planes
parciales.[42] 
    
     El profesor Myrdal dice repetidamente que los expertos respaldan unánimemente
estas políticas. Esto no es cierto. Hay muchos economistas, algunos de ellos en
puestos importantes, que no creen que la planificación central promueva el progreso
económico, ni que sea necesaria para ello. Sin embargo, según la definición del
profesor Myrdal no pueden ser expertos cualesquiera que sean sus cualificaciones
técnicas, posiciones académicas o campos de estudio.
    
    Si bien los partidarios de la planificación global dan el caso por sentado, no
existe ningún argumento, prima facie, en favor de su necesidad. No ha jugado
ningún papel en el desarrollo de ninguno de los países altamente desarrollados en la
actualidad. La Unión Soviética no constituye una excepción a esta afirmación: los
niveles de vida generales, patrón de medida usual del desarrollo, son mucho más
bajos allí que en cualquiera de los países desarrollados del oeste. Tampoco ha
jugado la planificación ningún papel en el progreso sustancial de los muchos países
y áreas subdesarrolladas que han avanzado rápidamente desde finales del siglo XIX.
    
    No resulta sorprendente que la planificación global no se considerase necesaria ni
en la historia inicial de los países desarrollados ni para el reciente progreso de
muchos países subdesarrollados. La planificación global no aumenta los recursos.
Sólo concentra el poder. Y por la concentración de poder, dicha política aumenta y
crea poder, porque en un sistema descentralizado de toma de decisiones
normalmente no existen posiciones de poder tales como las creadas por la
planificación global.[43] 
    
    Centralización y, de ahí, creación de poder es, por tanto, una consecuencia
necesaria de la planificación global.[44]  Sin embargo, raramente la discuten sus
partidarios. Por ejemplo, si bien este resultado queda claro en las citas del profesor

46
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

Myrdal reseñadas más arriba, no se señala explícitamente. Por otra parte, los
partidarios de la planificación establecen o implican claramente que la misma en
cierto modo amplía el volumen de recursos productivos, sin explicar ni cómo ni por
qué.
    
    El estado no puede crear nuevos recursos productivos adicionales. Los políticos y
funcionarios que dirigen su política disponen únicamente de recursos desviados del
resto de la economía. Sin duda no está claro por qué saltándose las decisiones de los
particulares debería crecer el flujo de renta, puesto que los recursos usados por los
planificadores tienen que haber sido desviados de otros usos productivos, públicos o
privados.
    
    Todavía resulta menos obvio el porqué el flujo de bienes y servicios que son
deseados por los consumidores y que constituyen el nivel de vida habrían de verse
incrementados por dicha política. Una subida de los niveles de vida generales casi
siempre se pone como ejemplo de finalidad patente de la planificación global. Por
ejemplo, esto es lo que el profesor Myrdal escribe en algunas de las citas que ya he
reseñado. Pero no dice cómo esta política de controles daría hogar a ello; y, por
supuesto, más adelante, en la misma conferencia, escribe que la planificación global
implica la máxima austeridad, sin resolver la contradicción.[45] 
    
    El profesor Myrdal y otros exponentes del argumento axiomático en favor de la
planificación global no hacen referencia a pruebas empíricas en su defensa de la
planificación. Por supuesto, una vez que un argumento se utiliza en forma
axiomática, la evidencia empírica se convierte en irrelevante. Cualquiera que sea el
curso de los acontecimientos, siempre puede esgrimirse en apoyo de una política
que se considera deseable de forma axiomática: si hay progreso se presenta como
evidencia de su éxito; la ausencia de progreso se presenta como evidencia de la
necesidad de su reforzamiento.
    
    2 ALGUNAS ACLARACIONES
    
    Antes de analizar los probables efectos de la planificación global en el progreso
material, me gustaría hacer una digresión acerca de dos puntos: una reciente
reinterpretación del concepto de planificación, y algunas implicaciones de las
referencias a las facultades y actitudes humanas hechas en este libro.
    
     Recientemente ha hecho su aparición en la literatura una reinterpretación del
concepto de planificación. La argumentación central del Asían Drama del profesor
Myrdal es un ejemplo. Concibe la planificación como una transformación total de
las actitudes de la gente, de los valores e instituciones, coactivamente si es
necesario. Esta reinterpretación considera la política no como un control estatal de
la economía sino como un intento de remodelación del hombre y de la sociedad. Si
se persiguiese o se impusiese coactivamente una tal política. Se reduciría la
población al estado de arcilla maleable; tal población es más probable que se

47
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

convierta en una masa inerte que una sociedad vigorosa, capaz de progreso
material.[46] 
    
    Por supuesto, los intentos propuestos de obligar a la gente a cambiar o intentar
que cambie sus creencias, valores, actitudes, costumbres, formas de vida,
instituciones sociales e incluso sus facultades suscitan los mayores problemas
morales y políticos. En efecto, resulta improbable que los gobiernos indígenas, cuyo
personal es extraído de la población local y cuyas facultades y actitudes básicas
ellos, generalmente, comparten, puedan acometer dicha transformación, tan distinta
de la mera introducción de estrechos controles sobre la vida económica para
fomentar la centralización del poder.[47] 
    
     En lo que sigue voy a referirme repetidamente a las aptitudes y actitudes
humanas. Tal como se señala en la introducción, hago sólo referencia a aquellas
aptitudes y actitudes que influyen en la actividad económica. Las actitudes y
motivaciones que fomentan el logro material no son necesariamente, ni incluso en
general, aquellas que confieren felicidad, dignidad, sensibilidad, capacidad de amor,
sentido de la armonía o un cambio de mentalidad reflexiva. Este importante punto a
menudo se pasa por alto.
    
    Una ulterior aclaración puede ser útil aquí. Las referencias en este libro a la
trascendencia del talento, actitudes e instituciones como determinantes del progreso
material no implican que la política oficial no pueda fomentar el adelanto material.
Para empezar, incluso cuando estos determinantes no se ven afectados por medidas
oficiales, estas últimas pueden, a pesar de todo, afectar a la organización de los
recursos humanos, financieros y físicos de la sociedad. Aún más, las políticas
oficiales pueden, a menudo, reaccionar de forma apreciable sobre los determinantes
subyacentes mismos.
    
    3. DETERMINANTES DEL DESARROLLO
    
    Una economía está constituida por gentes cuyas necesidades materiales tiene que
satisfacer y cuya actividad determina, en gran parte, el logro material de la
economía y su tasa de progreso. Esto resulta un tópico. Pero las implicaciones y
corolarios del tópico se descuidan mucho en las argumentaciones sobre desarrollo
económico.
    
     El primer corolario de este tópico es que el logro económico depende
fundamentalmente de las dotes y actitudes de la gente y también de sus instituciones
sociales y políticas. Las diferencias en estos determinantes o factores justifican
ampliamente diferencias en los niveles de realización económica y en las tasas de
progreso económico. Por supuesto es cierto que estos determinantes no sólo se
influyen mutuamente, sino que también se hallan influidos por el progreso material,
una vez está en marcha, porque aquellas actitudes e instituciones que lo bloqueaban
en el pasado tienden a debilitarse aún más. Sin embargo, esta influencia ulterior no

48
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

afecta a la significación de los determinantes.


    
    Los recursos naturales, los contactos exteriores y las oportunidades del mercado
también juegan un papel en el progreso material. Sin embargo, con la posible
excepción del clima y sus efectos en el rendimiento, que pronto voy a considerar (el
clima es un significativo recurso natural, si bien raramente se clasifica como tal), los
recursos naturales sólo han tenido una importancia secundaria, tanto en el desarrollo
de los que ahora son países adelantados como en el de muchos países
subdesarrollados a partir de finales del siglo XIX.[48]  Y la explotación tanto de los
recursos naturales como de las oportunidades exteriores tiene que depender de las
cualidades humanas requeridas.
    
    Los recursos de capital, que a menudo se piensa que son cruciales, generalmente
tienen menos importancia. Además su oferta y productividad depende de facultades
personales, motivaciones y arreglos sociales y políticos. Estos recursos son pues
principalmente un efecto, un resultado, una variable dependiente en el proceso de
desarrollo económico, más que una causa o variable independiente. Cuando los
determinantes básicos son favorables, el progreso material se dará con el transcurso
del tiempo a menos que sea reprimido por la fuerza, en particular por una acción
exterior. Por el contrario, cuando estos determinantes no están presentes, incluso la
abundancia de recursos naturales y de capital (en estas condiciones este último
supondría un legado del pasado o fondos suministrados desde el exterior) no
asegurarán el desarrollo. La existencia de determinantes favorables sirve tanto para
generar fondos invertibles como para dar lugar a su uso productivo, consecuencia
que da una cierta razón al énfasis en el supuesto papel decisivo del volumen de
recursos para inversión como determinante del progreso material.[49]  Pero aun
cuando la oferta de fondos de inversión fuese una variable independiente
fundamental en el proceso de desarrollo, lo cual no es cierto, esto sería irrelevante
en el argumento en favor de la planificación global, tanto porque el ahorro y la
inversión pueden incrementarse sin ella como por el hecho de que gran parte de la
planificación global no está relacionada con un ahorro e inversión crecientes. Estos
temas se tratan en el apéndice a este capítulo.
    
    En la actividad intelectual, artística, política y deportiva, el éxito depende
claramente de las cualidades y motivaciones personales. Esta relación siempre se da
por sabida. Además, las diferencias de resultados son obvias, no sólo entre personas
sino entre grupos, incluyendo grupos étnicos. Mientras la existencia de tales
diferencias se reconoce y acepta casi como algo evidente en actividades ajenas a la
vida económica, la realidad de diferencias en las capacidades actuaciones
económicas a menudo se ignora o se niega o se considera como anormal y
censurable. Este enfoque diferenciado se refleja en las referencias habituales y
significativas a diferencias en el contexto de los resultados de la actividad
intelectual y artística y a desigualdades en el contexto de la actuación económica y

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de las recompensas materiales: diferencia es expresión neutral, mientras que


desigualdad sugiere una situación anormal y censurable.[50] 
    
     Parece que hay varias razones para que la gente reconozca esta relación en otras
actividades y no en la vida económica. La razón más importante quizás es que la
desconsideración de diferencias en las aptitudes y actitudes económicas justifica
falsamente ambiciosas propuestas para una estandarización forzosa de las
condiciones materiales. Tales propuestas ganan en verosimilitud si las diferencias
en la actividad económica se tratan como resultado bien del entorno bien de la
suerte, puesto que entonces parecen ser practicables, justas y también neutrales en
sus efectos sobre el progreso material.[51]  La negativa o la desgana en reconocer la
conexión entre las facultades y motivaciones económicas y la actuación económica
reflejan pues, en parte, la influencia del determinismo ambiental.
    
     El atractivo del determinismo ambiental en las ciencias sociales, incluyendo la
economía del desarrollo, se deriva principalmente del interés político que acabamos
de señalar. La significación de este interés se revela aún más por el descuido de los
científicos sociales por los efectos del clima en la actuación económica y en el
progreso material, una influencia que razonablemente no puede ponerse en duda.
Ciertamente resulta mucho más evidente que la mayoría de las otras influencias
ambientales que a menudo se citan. A pesar de ello, los economistas, incluidos los
partidarios del determinismo ambiental, descuidan habitualmente este factor
altamente significativo. Este descuido a su vez refleja presumiblemente varios
factores, a saber: el clima no puede manipularse rápidamente por medio de la
política; [52]  no es susceptible de análisis formal; y sus efectos en la actuación
económica no pueden cuantificarse fácilmente.
    
    Podemos señalar dos razones más en favor de la mayor aceptación del
determinismo ambiental en economía que en muchas otras disciplinas.
    
    La preocupación por el logro material resulta especialmente pronunciada en los
debates públicos del siglo XX, un período en el que el medio ambiente se ha
resaltado de forma creciente como determinante de la actividad en comparación con
las facultades y motivaciones personales. Así mismo, en los debates públicos la
atención se ha centrado de forma creciente en los fenómenos cuantificables, y los
frutos de la actividad económica, en conjunto, se cuantifican rápidamente y sin
duda mucho más que los de la actividad artística o científica.
    
    Cualquiera que sea su atractivo, las limitaciones del determinismo ambiental son
tan pronunciadas cuando éste se aplica a la actividad económica como a otras
esferas. Sin embargo, su influencia en economía es más tenaz, en parte debido a que
las limitaciones son menos evidentes o demostrables de una forma inmediata en la
actividad económica que en otras partes; y también porque gran parte de su
atractivo tiene un origen más político y emocional que intelectual. Y a su vez, la

50
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

aceptación del determinismo ambiental refuerza otras posibles razones para no


reconocer la conexión entre facultades económicas y actuación económica.
    
    De forma parecida, el papel de la suerte probablemente no resulta, de forma
significativa, mucho más importante en la vida económica que en otras
actividades.[53]  Pero en casos específicos, su papel puede discernirse de forma
más plausible en la actividad económica.[54]  Aunque parezca mentira, los más
hábiles críticos de la actividad económica de tipo occidental, y de los participantes
en la misma que triunfan, nunca dudan de la relación entre capacidad y realización
en sus propios campos.
    
    Qué factores se hallan detrás de los determinantes del desarrollo o justifican las
diferencias étnicas o geográficas en su funcionamiento son cuestiones de las que
poco se sabe y que son muy controvertidas. También resulta una conjetura saber
cómo surgieron y por cuánto tiempo es posible que persistan. De lo que no hay
duda es de la existencia en muchos países subdesarrollados de actitudes, creencias y
tradiciones culturales, muy antiguas e interrelacionadas, en desacuerdo con el
progreso material y, a menudo, también de una debilidad comparativa en las
capacidades personales que lo favorecen. La tradición más autoritaria de la mayor
parte de África y Asia en comparación con Europa occidental probablemente ha
contribuido a la persistencia de actitudes y costumbres que dañan el progreso
material. También es muy probable que, debido a la antigüedad de estos factores en
desacuerdo con el progreso material, no serán eliminados o incluso sustancialmente
reducidos (tomando a la comunidad en su conjunto) a lo largo de un período
comparativamente corto de unos cuantos arios o décadas sin una inmigración o
emigración en gran escala.
    
    Los ejemplos de significativas actitudes, creencias y formas de comportamiento
desfavorables al progreso material incluyen falta de interés en el mismo, combinado
con resignación frente a la pobreza; falta de iniciativa, de confianza en sí mismo y
de un sentido de responsabilidad personal por la prosperidad económica de uno
mismo y de la propia familia; una alta preferencia por el ocio junto con una flojedad
que a menudo se encuentra en los climas tropicales; un prestigio relativamente
mayor de la vida pasiva o contemplativa en comparación con la vida activa; el
prestigio del misticismo y de la renuncia al mundo en comparación con la posesión
y realización; aceptación de la idea de un universo preordenado, estático e
inalterable; énfasis en el cumplimiento de deberes y aceptación de obligaciones, más
que en la obtención de resultados, o la declaración o incluso reconocimiento de los
derechos personales; falta de prolongada curiosidad, experimentación e interés en el
cambio; creencia en la eficacia de fuerzas sobrenaturales y ocultas y de su
influencia en el propio destino; insistencia en la unidad del universo orgánico, y en
la necesidad de vivir con la naturaleza más que conquistarla o utilizarla para las
necesidades humanas, actitud que tiene como corolario la poca disposición para
apropiarse de la vida animal; creencia en la reencarnación perpetua que reduce la

51
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

significación del esfuerzo en el curso de la vida presente; reconocimiento de la


condición de mendigo junto con una falta de deshonor en la aceptación de caridad;
oposición al trabajo de la mujer fuera de casa.
    
    Por supuesto esta lista podría ampliarse mucho. Además, las actitudes y aptitudes
tratadas aquí no son fenómenos superficiales. En amplias zonas, con enormes
poblaciones, especialmente en el sur de Asía, algunas de las actitudes y creencias
dominantes más en desacuerdo con el progreso material se sienten tan
profundamente y se sostienen tan firmemente que se han convertido en parte
integral de la vida espiritual y emocional de muchos millones de personas,
probablemente de centenares de millones. La eliminación forzada de estas
actividades o creencias, o incluso los intentos enérgicos en este sentido,
probablemente darían lugar a un colapso espiritual y emocional en gran escala.[55] 
Los efectos de las actitudes acerca del progreso material a menudo se complican por
los resultados de haber vivido durante siglos o milenios en un clima debilitador. En
África, las actitudes en desacuerdo con el progreso material puede que se hallen
menos enraizadas que en el sur de Asia. Pero en África también hay muchas
actitudes y creencias firmemente sostenidas que son enemigas del progreso material.
Las aptitudes y actitudes personales, las Condiciones culturales y las instituciones
sociales y políticas difieren ampliamente entre sociedades tanto dentro del mundo
desarrollado y subdesarrollado como entre ellas. Como ya hemos citado, el mundo
subdesarrollado no es una colectividad sustancialmente homogénea y estacionaria
de sociedades y seres humanos uniformes, básicamente semejantes y diferentes de
los países desarrollados únicamente por ser pobres. Existen marcadas diferencias en
los determinantes del progreso material entre personas, grupos y sociedades por todo
el mundo. Si la única diferencia relevante entre las gentes y entre las sociedades
fuese la de la renta probablemente nunca habría surgido y de hacerlo no habría
persistido durante mucho tiempo.[56] 
    
    La práctica de la definición negativa,[57]  es decir, el agrupar algunos países con
rentas medidas de forma convencional relativamente altas, ha sido responsable, por
lo menos en parte, del olvido de las diferencias internacionales en cuanto a la
presencia y fuerza de los determinantes del desarrollo. Varias razones políticas, en
especial el deseo de reducir las diferencias internacionales de renta medidas
convencionalmente y, en cierta medida, de estandarizar internacionalmente las
condiciones materiales por medio de una imposición progresiva a nivel
internacional y posiblemente a través de la implantación de controles económicos
supranacionales, también han favorecido la falta de atención hacia las diferencias
entre grupos que no sean las de las rentas medidas de la forma convencional; y estos
mismos motivos han ayudado a promover la práctica de la definición negativa en
este campo.
    
    La importancia de los determinantes del progreso material ha sido subestimada, o

52
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

incluso ignorada, en la mayor parte de la literatura sobre desarrollo de las dos


últimas décadas. Estas influencias o se han ignorado totalmente o, en el mejor de
los casos, han sido tratadas en forma paramétrica. Hay varias razones que pueden
explicar este olvido comparativo. Estos determinantes no se hallan entre las
variables tradicionales del análisis económico; no pueden cuantificarse sin
dificultad, y no pueden ser manipuladas fácilmente por medio de la política oficial.
Pero si bien estas consideraciones pueden tener su importancia en el relativo
descuido de estos determinantes del desarrollo, no afectan a su importancia.[58] 
    
     El olvido de los determinantes básicos del progreso material, junto con ciertas
limitaciones de método (tales como la inclusión forzada en la discusión de objetivos
políticos no reconocidos, o la falta de observación directa o de fuentes originales),
ha dado lugar en la literatura actual sobre desarrollo a un énfasis en temas que
tienen una importancia sustantiva muy limitada en cuanto a las perspectivas de
desarrollo de los países pobres. Como ejemplos pueden citarse las frecuentes y
largas discusiones acerca de la mejora de las perspectivas materiales de los países
subdesarrollados por la internalización de economías externas (esto es,
centralizando las decisiones productivas con el fin de tener en cuenta todos los
efectos desbordamiento de una decisión), o acerca de la confección de elaborados
modelos de programación para la optimización de las decisiones de inversión
pública.[59]  Estos temas, si bien pueden ser útiles en determinados contextos, son
casi del todo irrelevantes como componentes de la actividad estatal destinada a
favorecer el progreso material de sociedades ligadas a actitudes en gran parte
inconsistentes con un progreso material apreciable, o que todavía se hallan muy
atenazadas por lo mágico, o que quizá ni siquiera han alcanzado el nivel de una
cultura tribal. La preocupación por estas cuestiones desvía la atención de los
principales determinantes del desarrollo y de la posibilidad de influir en ellos de
forma favorable, aparte de resultar a menudo en propuestas políticas que de hecho
los afectan adversamente.
    
     Otra razón para el olvido de los determinantes decisivos del progreso material en
estas discusiones es que se hallan muy influidas por los modelos macroeconómicos
modernos, que se refieren a problemas totalmente distintos de los del desarrollo
económico a largo plazo. La irrelevancia de estos modelos para un análisis o
explicación del progreso material resulta perfectamente clara en los supuestos de la
Teoría general de Keynes, obra de la que derivan la mayoría de estos modelos.
    
    Keynes escribió:
    
     Tomamos como dados el grado de capacitación y la cantidad de trabajo
existente, la calidad y cantidad del equipo existente, la técnica existente, el grado de
competencia, los gustos y hábitos del consumidor, la disutilidad de diferentes
intensidades de trabajo y de las actividades de supervisión y organización, así como
la estructura social. Esto no significa que supongamos que estos factores son

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

constantes; sino simplemente que en este lugar y contexto no consideramos o


tenemos en cuenta los efectos y consecuencias de cambios en los mismos[60] 
    
     Por tanto, se toma deliberadamente como dados los principales determinantes del
progreso material. Tales modelos son apropiados, o pueden ser apropiados, para un
análisis de las fluctuaciones a corto plazo del output agregado en sociedades
técnicamente adelantadas. Pero resultan inútiles para un examen de los
determinantes a largo plazo del progreso económico y para delimitar o enmarcar
políticas para su promoción. Un manual sobre conducción de un automóvil o sobre
manejo de un motor no nos dirá nada acerca del proceso de evolución de la
máquina ni acerca de los principios que se hallan tras su construcción.
    
    3. EFECTOS DEL CLIMA
    
    El atraso material se concentra fuertemente en los climas extremados y
especialmente en los trópicos. Esto podría sugerir, a primera vista, que una
residencia prolongada allí, especialmente cuando implica domicilio durante siglos o
milenios, afecta de forma negativa a los determinantes del progreso
material.[61]  Hoy por hoy no hay una evidencia concluyente que permita asumir
que un clima extremado lleva al atraso económico; sin embargo, parece que hay una
relación causal. A pesar de ello, los economistas del desarrollo en gran parte han
ignorado esta posibilidad.
    
    El hecho de que un clima extremado tenga un efecto debilitador ha sido señalado
en el pasado y considerado como algo evidente. Las expresiones de esta opinión no
se han visto limitadas a observadores accidentales, o aplicadas sólo a visitantes
procedentes de climas templados. Cualquier posible influencia negativa, por
supuesto, no afectaría de igual manera a todos los grupos. Ni excluiría la aparición
de especialistas de primera categoría en distintos campos. Pero parece que los
climas extremados afectan negativamente a la energía y vigor de la población en su
conjunto y que llevan comparativamente a la pobreza. Además, aquellos grupos más
interesados en las mejoras económicas, y capaces de conseguirlas, tienen más
probabilidades de dejar una sociedad pobre en busca de mejores oportunidades. Las
condiciones climáticas son relativamente duraderas, de modo que cualquier efecto
negativo del clima en el progreso material de las sociedades puede tener, sobre un
largo período de tiempo, un efecto no sólo importante sino también cumulativo.
    
     En el pasado la inaccesibilidad geográfica había tenido efectos negativos sobre el
progreso material de ciertas sociedades, análogos a los del clima, por el hecho de
que resultan difíciles de superar para una sociedad. Sin embargo, como resultado de
las mejoras en las comunicaciones originadas en Occidente, éste es ahora un factor
mucho menos importante que en el pasado.
    
    Hemos de señalar aquí un punto que se refiere a los posibles efectos duraderos de
factores desfavorables para el progreso material. Si actitudes, costumbres e

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

instituciones no propicias al progreso material han prevalecido durante largos


períodos históricos, con sus correspondientes electos en el adelanto material, puede
ser difícil o incluso imposible invertir sus efectos si no es después de largos
períodos. Incluso si se modifican las actitudes e instituciones, las capacidades
mentales y físicas y las actitudes de considerables sectores de la población pueden
haberse visto afectadas en tal medida que su actividad económica se compare
desfavorablemente con la de otros grupos durante mucho tiempo. Un resultado
como éste es particularmente probable si estos grupos han vivido mucho tiempo en
climas desfavorables y si permanecen en el mismo clima aun después de que hayan
cambiado sus actitudes e instituciones.[62] 
    
    En la práctica, por supuesto, los varios determinantes del desarrollo,
probablemente incluyendo el clima, operan simultáneamente, lo cual hace difícil o
incluso imposible desentrañar su importancia relativa. Un ejemplo nos viene dado
por la actuación de los factores que hay tras las diferencias de fortuna económica
del Pakistán oriental y occidental y de los refugiados procedentes de estas dos áreas
que ahora habitan en la India. Estas diferencias, tanto de renta como de tasas de
progreso, se han convertido en una de las principales cuestiones políticas en
Pakistán. La pauta se ve confirmada por la experiencia de las comunidades
refugiadas en la India. Los refugiados de Pakistán occidental se han adaptado en
conjunto con mucho más éxito que los procedentes de Pakistán oriental. El clima de
las regiones noroccidentales del subcontinente indio se considera en general mucho
menos debilitante que el de Bengala oriental; a lo largo de los siglos ha habido
muchos más matrimonios con grupos étnicos de fuera del subcontinente; y esta
región experimentó una mayor variedad y volumen de contactos exteriores que
Bengala oriental. La importancia relativa de estas influencias, distintas e
interrelacionadas, y tal vez también de otras, probablemente resulta imposible de
determinar. La prosperidad diferencial de las dos regiones y también de los
refugiados procedentes de Pakistán occidental y oriental se ajusta en cierto grado, a
lo que podría haberse esperado de acuerdo con la experiencia pasada. Los punjabís
durante siglos han tenido más éxito como agricultores y artesanos que los bengalíes.
Sin embargo, la valoración de las razones que hay detrás de las diferencias de
actividad económica entre grupos tiene que descansar ampliamente en elementos de
juicio intuitivos.
    
    5. PLANIFICACIÓN Y PROGRESO
    
     Como hemos mostrado, la noción de que la planificación global es indispensable
para el progreso material resulta totalmente infundada. Esto, sin embargo, deja
abierta la cuestión de si es más probable que lo favorezca o que lo retrase. Se puede
demostrar que es mucho más probable que impida el progreso económico que que
lo fomente. Esto resulta particularmente cierto cuando se interpreta el progreso
material como una mejora de los niveles generales de vida.

55
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    El desarrollo económico exige la modernización de la mente. Requiere la revisión
de las actitudes, formas de comportamiento e instituciones contrarias al progreso
material. Las actitudes, costumbres e instituciones de gran parte del mundo
subdesarrollado difieren radicalmente de las que han estimulado el progreso
material en el Occidente del último milenio, especialmente aquellas que han
prevalecido en recientes centurias. Las costumbres e instituciones de las sociedades
subdesarrolladas a menudo se hallan más próximas a las que se dieron en fases
mucho más primitivas del desarrollo en Occidente.
    
    La planificación global no fomenta cambios favorables de estas actitudes y
costumbres. Refuerza la tradición autoritaria de muchas sociedades subdesarrolladas
que impide el desarrollo de facultades y motivaciones acordes con el adelanto
material. La planificación central refuerza el sometimiento del individuo a la
autoridad por la continuación y ampliación del control estatal en todas las capas.
Una evolución así desalienta la confianza en sí mismo, la provisión personal para el
futuro, la curiosidad sostenida y una actitud experimental.
    
    La planificación global significa estrictos controles económicos. Tales controles
restringen los movimientos de recursos en aquellas direcciones en donde serían más
productivos. Impiden la creación de nuevas empresas y la expansión de los
productores eficientes. Este es un resultado corriente de tales medidas. Otros
resultados e implicaciones de tales controles resultan probablemente más
importantes en el contexto del desarrollo económico. Las restricciones en la
movilidad geográfica del empleo impiden el establecimiento de nuevos contactos, el
espíritu de experimentación y las oportunidades de crear nuevas empresas. La
movilidad y experimentación favorecen el adelanto material en formas familiares
que incluyen la erosión de actitudes y costumbres contrarias al progreso material.
    
    Estos controles necesariamente se extienden a las relaciones económicas
exteriores. Por supuesto que el control del comercio exterior generalmente es un
punto central de la planificación global. Las relaciones económicas exteriores, esto
es, las migraciones, el comercio y los movimientos de capital no sólo sirven como
canales y vehículos del movimiento de recursos humanos, incluyendo técnicas,
bienes físicos y transacciones financieras, sino también de nuevas ideas y actitudes,
cosechas, métodos de producción y necesidades. A lo largo de la historia económica
y en el actual mundo subdesarrollado estos contactos a menudo han servido para
fomentar el cambio económico y por supuesto para generar una nueva actitud hacia
el progreso material. Muy a menudo estos contactos han sido para la población la
primera sugerencia de la idea y posibilidad de un cambio en el esquema existente,
incluyendo la idea de mejora económica. Los contactos económicos exteriores
hacen posibles tales cambios mediante una adaptación voluntaria a las nuevas
oportunidades, esto es, sin las privaciones y costes de la coacción. Por tanto en los
países pobres la restricción forzosa de los contactos exteriores es a menudo

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extremadamente perjudicial para el progreso material.


    
    El uso de la coacción para fomentar el progreso material sin duda es a menudo
contraproducente. Aun cuando fuese efectiva, el derecho a utilizarla para el
pretendido beneficio material de aquellos en quienes se ejercita es, en el mejor de
los casos, muy dudoso.
    
    6. ALGUNOS COMPONENTES DE LA PLANIFICACIÓN Y SUS
IMPLICACIONES
    
     Las razones para sugerir que los controles económicos estrictos dificultan el
progreso material se ven reforzadas por el carácter y método de actuación de los
principales tipos de control bajo planificación global. Los controles más importantes
incluyen el confinamiento de las principales ramas de la industria y el comercio a la
condición de monopolios del estado; un amplio régimen de licencias en la actividad
comercial e industrial, incluyendo importaciones, exportaciones y cambios
exteriores; creación de muchas empresas propiedad del estado y dirigidas por el
mismo, incluyendo empresas llamadas cooperativas subvencionadas y dirigidas por
el estado. Algunas de estas medidas, especialmente los monopolios estatales de
exportación de productos agrícolas, presentes en todas partes, y el extendido
régimen de licencias comerciales e industriales, permiten a los gobiernos un control
estrecho y directo sobre los medios de vida de la población. Restringen mucho el
campo de elección de la gente, incluyendo su capacidad para elegir empleados y
también las oportunidades de creación de nuevas empresas. Fomentan economías en
que las oportunidades de la gente como productores, consumidores, trabajadores y
comerciantes dependen en gran medida del gobierno. Estas políticas también sirven
como fuente poderosa de financiación y patronazgo para los dirigentes.
    
    Además, las decisiones bajo planificación central, incluyendo la imposición de
controles, tienen que estandarizarse a escala nacional o regional, y por tanto no
pueden adaptarse a lo local; ello sin referirnos a las diferencias personales en las
condiciones de oferta, incluyendo el acceso a recursos complementarios y a las
necesidades del consumidor. El no tener en cuenta estas diferencias, que a menudo
son amplias, disminuye la efectividad en la asignación de recursos.
    
    La planificación global implica, además, que gran parte de la producción no está
relacionada con la demanda del consumidor y por tanto con los niveles de vida. De
ahí que, aun en el caso de que la política fuese de incremento de la producción total
en relación con lo que hubiera sido en otro caso, lo cual es improbable, este
incremento no estaría relacionado con los niveles de vida, cuya mejora es el
objetivo ostensible de la política. Este divorcio entre producción y niveles de vida es
probable que en sí mismo retrase el alza tanto de la producción como de los niveles
de vida; porque la perspectiva de un nivel de consumo más alto variado
generalmente es un incentivo importante para una mayor actividad económica a

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

través de un esfuerzo, ahorro e iniciativa adicionales. Esto resulta especialmente


cierto en países pobres.
    
    Los controles impuestos bajo planificación global, generalmente no tienen nada
que ver con la subida de los niveles de vida populares. En realidad, generalmente
los rebajan. Se hacen apologías de la mejora de los niveles de vida. Pero este
objetivo raramente se utiliza como prueba de las políticas oficiales. Las pruebas
corrientes son el volumen de expansión de determinados sectores y actividades o el
gasto de inversión o el gasto público. Los amplios controles y la fuerte imposición
establecida bajo la planificación global no sólo no están relacionados con la subida
de los niveles de vida, sino que generalmente son contrarios a este ostensible
objetivo de la política. De hecho se da una situación en la que es la gente la que
está sirviendo a la economía en vez de ser la economía quien sirva a la gente.
    
    7. ALGUNAS CONSECUENCIAS POLÍTICAS
    
     La planificación global sirve para provocar y exacerbar la tensión política, al
menos hasta que se suprime toda oposición política. Cuando el control estatal sobre
la vida social y económica es extenso y estricto, alcanzar y ejercitar el poder
político se convierte en algo importantísimo. Tal situación crea una ansiedad y
preocupación generalizadas acerca de los procedimientos y resultados de la vida
política, especialmente entre los elementos activos de la población. Aumenta la
agudeza de la lucha por el poder político y se intensifican las batallas por el mismo.
Acontecimientos así hacen crecer la tensión política, especialmente en sociedades
que engloban a grupos étnicos, religiosos o lingüísticos distintos. Además, cuando
el control estatal sobre la vida económica es amplio, la población con toda certeza
tiene una inclinación especial a culpar al gobierno de todos los motivos de queja,
sean auténticos o ficticios, incluyendo los efectos negativos del cambio económico;
y prácticamente todos los cambios afectan negativamente a algunos grupos. Esta
asignación de responsabilidades y de culpas puede que esté o no justificada en casos
concretos. Pero se le presta plausibilidad superficial, tanto por el amplio control
estatal de la vida económica como por los argumentos presentados en favor de la
acción estatal por sus partidarios. Tal situación exacerba claramente la tensión
política. Finalmente, cuando la acción política resulta importantísima, las energías y
recursos de los hombres capaces y ambiciosos se desvían de la actividad económica
a la vida política. Y la dirección en que se emplean las actividades de la gente
capaz, enérgica y ambiciosa, resulta de gran influencia en el nivel y progreso de los
logros económicos de una sociedad. Estos importantes corolarios de la planificación
central global y sus implicaciones para el progreso material son ignorados
generalmente en las discusiones sobre este tema.[63] 
    
    Los controles económicos amplios también refuerzan ciertas formas de conducta
corrientes en los países subdesarrollados que impiden el progreso material, a saber,
el trato preferente de parientes en la asignación de licencias y de puestos públicos

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de responsabilidad. La politización de la vida económica también incrementa la


gama de actividades en las que la asignación de puestos y de licencias se determina
por la necesidad de equilibrar o de satisfacer los deseos de los diferentes grupos y
comunidades. En la práctica esto lleva a unos sistemas de cuotas, formales o
informales, con una base comunitaria, superpuestos a las cuotas implícitas en las
licencias de importación, cambio exterior y de otros bienes y servicios controlados.
    
    Las distintas consecuencias e implicaciones de la planificación central señaladas
en las secciones 5 a 7 de la parte A de este capítulo son algunos de los aspectos
accidentales, pero significativos, de la amplia discrepancia entre la formulación
teórica de una política y su implementación en el mundo real. Ésta se ve sujeta a los
procedimientos políticos y administrativos de la sociedad y por tanto difiere
marcadamente del mundo simplificado e idealizado de las formulaciones modelos
teóricos que a veces se invocan en apoyo de la planificación central, [64]  como no
es probable que la vida real llegue a parecerse a la formulación que de los métodos
de planificación se hace en los textos, parecería apropiado que en este caso la
formulación de los mismos intentase aproximarse a la situación de la vida real. 
    
    8. CONSIDERACIÓN DE DOS OBJECIONES
    
    Voy a señalar dos objeciones que se elevan algunas veces contra la
argumentación general de las secciones precedentes.
    
    La primera objeción es que el control estatal de la vida económica en los países
subdesarrollados con ambiciosos planes de desarrollo de hecho es modesto, tal
como se aprecia por el tamaño relativamente pequeño del sector público cuando
éste se expresa como proporción de la renta nacional. Sin embargo,
tradicionalmente gran parte de la actividad económica de estos países lo constituye
la agricultura en pequeña escala. Como porcentaje de la economía de intercambio el
sector público es mucho más amplio de lo que sugieren las estadísticas
convencionales. Y es el tamaño del sector público en relación con la economía de
intercambio y no en relación con la renta nacional total, lo significativo para el
control estatal de la economía.
    
    Además, el tamaño del sector público no indica de por sí la medida del control
estatal de la economía. El gasto del estado puede ser comparativamente pequeño y a
pesar de ello tener el gobierno un estrecho control de la economía, si hay muchos
monopolios comerciales del estado o si hay un régimen generalizado de licencias en
la actividad económica. Por contra, aun cuando el gasto del estado en proporción a
la renta nacional sea importante, el, no implica necesariamente un estrecho control
de la economía si el gasto se refiere a la realización de las funciones tradicionales y
normales del estado. Por tanto, al valorar las implicaciones del control estatal de la
vida económica, es de gran importancia el carácter y la rigidez del control.
    
    En segundo lugar, a menudo se sostiene que muchos de los ampliamente

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

difundidos planes de desarrollo de los países subdesarrollados de hecho, o bien son


ficticios, o ineficaces, o no van más allá de una previsión presupuestaria o de
política fiscal. Puede que esto sea cierto a menudo, pero la opinión dominante de
que la planificación central global es necesaria o indispensable sirve como
justificación ostensible para la imposición y mantenimiento de controles
económicos generalizados y estrictos. Tales controles pueden establecerse por partes
para conseguir objetivos determinados, a saber, para apaciguar determinados
intereses, más que como partes de un llamado plan global de desarrollo. Incluso los
planes ficticios son útiles como justificación espuria de la imposición de controles.
    
    Por tanto, estas objeciones que a menudo se oyen carecen de fundamento.
Además, las mismas no afectan a la validez del análisis de las implicaciones de la
planificación global. Sólo sugieren que el ámbito de la política puede ser modesto o
que la misma no se ha puesto en práctica.
    
    9. PLANIFICACIÓN Y NIVELES DE VIDA
    
     La extensión del control estatal a la vida de la gente constituye la esencia de la
planificación global. La concentración del poder y la creación de situaciones de
poder son sus necesarias consecuencias. Un aumento prospectivo de las rentas y
niveles de vida resulta muy improbable y se basa únicamente en una afirmación no
sustanciada.
    
    La adopción de la planificación global en ninguna parte ha beneficiado los
niveles de vida generales en comparación con políticas distintas. En las economías
de tipo soviético es donde la planificación global es la esencia de la política
económica. Después de décadas de actuación los niveles de vida generales
permanecen extremadamente bajos; casi con toda seguridad, son mucho más bajos
de lo que hubieran sido en sistemas económicos diferentes. El contraste en el
desarrollo de los niveles de vida entre Alemania oriental y occidental hace que este
punto sea aún más revelador, puesto que las poblaciones de las dos Alemanias son
étnicamente idénticas. Por otra parte, la naturaleza y textura de las sociedades
comunistas refleja el carácter omnipresente de la planificación global sostenida. Son
estos países los que tienen estrictos controles fronterizos para evitar que la gente se
marche, lo cual sugiere claramente la general insatisfacción con las condiciones
materiales y no materiales de estas sociedades.
    
    Ya hemos citado al profesor Myrdal, uno de los más ardientes e influyentes
partidarios de la necesidad de la planificación central, en el sentido de que una tal
política implica la máxima austeridad. Y esta sugerencia ha sido ampliamente
Corroborada por la experiencia de la gente en sociedades centralmente planificadas.
Las políticas de austeridad en estos países a menudo se han presentado como una
necesidad temporal de cara a la prosperidad futura. Los acontecimientos posteriores
han desmentido estas promesas. Tampoco sorprende este resultado. Una austeridad

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

forzada actual de ninguna manera asegura la abundancia futura y, en general, ni


siquiera la fomenta. De hecho, las políticas de austeridad presente tienden a
perpetuarla, en una serie de formas distintas: reduciendo la oferta de bienes
incentivos; separando la producción de la demanda del consumidor; politizando la
vida económica; provocando tensiones políticas; y también en distintas otras
formas. Souvent le provisoire dure longtemps.
    
     Cualquier gobierno que controle estrechamente la economía puede expansionar
rápidamente determinados sectores y actividades de ella sacando recursos de la
población o transfiriéndolos de otros sectores. Tales gobiernos pueden por tanto
desarrollar o ampliar determinadas industrias y sectores de la economía y pueden
erigir impresionantes monumentos o crear abundantes máquinas militares. Pero tales
logros no tienen nada que ver con el progreso de los niveles de vida generales.
    
    El desarrollo económico se interpreta apropiadamente y normalmente se entiende
como un incremento de la producción total de bienes y servicios deseados por la
población, lo cual implica un alza de los niveles de vida generales, incluyendo la
esperanza de vida. Su presencia no puede inferirse a partir de un incremento de un
determinado sector hacia el que se han canalizado recursos procedentes del resto de
la economía. Una vez entendido esto, las posibilidades de acción estatal en el
fomento del desarrollo parecen mucho más limitadas de lo que se sugiere
generalmente en las discusiones actuales, en las que las opiniones acerca de las
posibilidades demasiado a menudo se basan, bien en afirmaciones sin fundamento,
o referidas al crecimiento de determinados sectores de una economía, en especial de
ciertos tipos de bienes de capital, sin referencia a los niveles de vida generales. 
    
    10. GOBIERNO Y PROGRESO MATERIAL
    
     Este tratamiento crítico de la planificación como supuestamente indispensable
para el desarrollo, una vez más, no encubre un alegato en favor del laissez-faire. La
preocupación por la planificación central paradójicamente ha contribuido a un serio
descuido, en muchos países subdesarrollados, de funciones estatales esenciales.
Estas funciones incluyen el llevar con éxito los asuntos exteriores; el mantenimiento
de la ley y el orden; una gestión eficaz del sistema monetario y fiscal; la promoción
de una adecuada estructura institucional para las actividades de los individuos; la
provisión de servicios elementales de sanidad y educación y de comunicaciones
básicas; y también trabajo de extensión agraria. Éstas son funciones importantes o
incluso esenciales que corresponden al estado. Y ello por dos razones: en primer
lugar, porque parte de la estructura institucional en la que funciona el sector privado
no surge por la actuación de las fuerzas del mercado y por tanto tiene que
establecerse por ley; en segundo lugar, porque algunas de estas actividades
ocasionan servicios que no pueden comprarse y venderse en el mercado aun cuando
pueda haber una demanda de los mismos. La conservación y estímulo de los
contactos económicos exteriores resulta de especial importancia en las condiciones

61
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de los países subdesarrollados. Para que puedan llegar a ser eficaces para el
progreso material, estos contactos tienen que estar ampliamente diseminados entre
los habitantes del país.
    
    Mediante la ejecución de estas tareas los gobiernos pueden desarrollar mejor la
estructura que permita a la gente mejorar sus niveles de vida, si esto es lo que
quieren. Por supuesto que la gente sólo consigue lograr este objetivo si está
preparada para desarrollar la conducta y costumbres requeridas. Puede suceder muy
bien que sectores significativos de la población no estén preparados para cambiar
sus formas establecidas. A menudo resulta difícil predecir hasta qué punto la gente
está dispuesta en determinadas circunstancias a modificar actitudes y formas de
conducta contrarias al progreso material. Es probable que en muchos países
subdesarrollados un número significativo de personas reaccionara ante un
acrecimiento de oportunidades, especialmente ante las ofrecidas por una ampliación
de mercados y por la aparición de contactos .exteriores. Estos cambios podrían ser
cumulativos, pero para los fines de nuestro tratamiento no es necesario especular
acerca de ellos; lo evidente es que no requieren una planificación global y, sin duda,
los principales componentes de esta política los impiden.[65] 
    
     Esta lista de tareas agota en gran parte las posibilidades de acción del estado en
la promoción de los niveles de vida generales. Estas tareas son extensas y
complejas. Y su realización adecuada emplearía al máximo los recursos humanos,
financieros y administrativos de todos los estados de países pobres. Sin embargo,
los gobiernos frecuentemente descuidan incluso las más elementales de estas
funciones, mientras intentan un estrecho control de las economías de sus países o
incluso, ocasionalmente, proyectan la transformación forzada de las sociedades.
Parecen ansiosos por planificar y no son capaces de gobernar. La realización de las
funciones esenciales del estado es onerosa. Por supuesto, como acabo de señalar,
incluso su adecuada realización emplearía a fondo los recursos de los estados de los
países pobres. Pero estas funciones normalmente no implican un estrecho control de
las vidas y actividades de la gente. Ésta puede ser una razón del porqué los
partidarios de la planificación global a menudo no se inmutan cuando gobiernos
ocupados en ella descuidan estas funciones elementales. Los planificadores parecen
más interesados en controlar la vida de la gente que en liberar sus mentes o en
aumentar sus recursos.
    
    11. ATRACTIVO DE LA PLANIFICACIÓN
    
    La planificación global, por tanto, no ha servido para elevar los niveles generales
de vida en ningún sitio. No existe ninguna razón analítica o evidencia empírica para
esperar que lo haga. Y, en efecto, tanto el razonamiento analítico como la evidencia
empírica apuntan hacia la conclusión contraria.
    
    Pero el fracaso de la planificación global en la elevación de los niveles de vida

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

generales no ha afectado a su atractivo para los políticos, administradores e


intelectuales, esto es, para detentores actuales o potenciales del poder. Resulta
interesante especular acerca de las razones de esto, algunas de las cuales son más
conocidas que otras. Por ejemplo, al menos para los intelectuales, la planificación
parece que implica un control intencionado, racional y científico de la vida
económica, en contraposición con los métodos supuestamente irracionales, ciegos y
fortuitos que prevalecen en su ausencia. Además, una política así llevará a la
creación de situaciones de poder tanto para los políticos como para los intelectuales,
situaciones a las que éstos no podrían aspirar en una sociedad menos centralizada.
Otro factor, algo menos general, pero no sin importancia, consiste en que —al
menos en las etapas iniciales de la planificación— importantes elementos de la
política a menudo benefician a determinadas empresas protegiéndolas de la
competición o incluso dando lugar a beneficios inesperados; estos intereses de los
negocios también pueden suponer un elemento activo e influyente en la sociedad. 
    
     Hemos de considerar otro punto en este contexto. Cuando una política de largo
alcance tal como la planificación global se demuestra muy costosa a largo plazo, sus
partidarios tienen dificultad en poner en duda los principios básicos a partir de los
cuales se han exigido los sacrificios; sin duda, cuanto mayor él coste y más duros
los sacrificios, más rotunda se vuelve la resistencia a afrontar la necesidad de un
reexamen radical de los principios. Los partidarios más efectivos y articulados de la
planificación global, cuya defensa se deriva de motivos políticos y emocionales, no
contrastarán sus resultados con la evidencia empírica. Insistirán en sus beneficiosos
resultados, incluso frente a la más obvia evidencia en contra, actitud que por
supuesto es un corolario del supuesto axiomático de que la política tiene que ser
eficaz.
    
    La planificación central global generalmente se trata como un instrumento para el
desarrollo. Parece que algunos de sus partidarios ruidosos e influyentes tienen otros
objetivos en la mente. En particular, están más interesados en la creación de
sociedades altamente centralizadas, —resultado inevitable de la planificación
central—, que en la elevación de los niveles de vida generales, objetivo aparente,
aunque no puesto en práctica, de esa política. A menudo parece paradójica la
defensa y adopción de políticas calculadas para impedir el alza del nivel de renta y
de los niveles de vida. La paradoja se resuelve reconociendo la prioridad de fines
que requieren políticas no relacionadas con la finalidad aparente del desarrollo
económico y que generalmente chocan con esta finalidad. Podría parecer que
muchos partidarios de la planificación global contemplan la implantación de
sociedades estrechamente controladas más que el alza de los niveles de vida como
objetivo de la política.
    
    Más inesperada e incomprensible que el atractivo por la planificación central de
los intelectuales, políticos y administradores, resulta la aceptación por gran número
de personas, tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados, de

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

políticas encaminadas a dar lugar a un amplio control del estado sobre la vida social
y económica, a restringir las alternativas que se les ofrecen como consumidores,
trabajadores y comerciantes, y, en la mayoría de los casos, a incrementar la
imposición y por tanto, reducir sus rentas disponibles, e incluso, a veces imponer
una austeridad extremada. Una razón que se nos sugiere es que la gente no tiene
una verdadera capacidad de elección en estas cuestiones, que generalmente acepta o
que no tiene otra alternativa que aceptar las políticas de los miembros más
expresivos y efectivos de la sociedad. A pesar de ello cabe todavía que sorprenda el
que la oposición a estas políticas a veces no sea muy fuerte. Una razón puede
residir en ciertos acontecimientos sociales y técnicos de décadas recientes, en
especial el excesivamente rápido ritmo de cambio, el crecimiento de la
especialización y el enorme incremento en el número de mensajes y noticias que
llegan a la gente, a menudo sobre temas que están fuera de su experiencia inmediata
y de su directo interés. Muchos de estos acontecimientos han dado lugar a marcadas
discontinuidades en la vida de la gente, a una contracción en el alcance y la
profundidad de la experiencia compartida por las personas y a una decadencia de las
creencias y actitudes tradicionales. Estos cambios han erosionado la cohesión social
y socavado los sentimientos de comunidad, así como de continuidad, de la gente. El
consiguiente aislamiento del individuo que se ha derivado de todos estos factores,
pero especialmente de la erosión de la cohesión social, a menudo ha producido un
sentimiento de impotencia y por tanto de aceptación pasiva de las políticas de los
grupos poderosos y articulados del país.
    
    Sin embargo, podría parecer, al menos inicialmente, que la aceptación de estas
políticas no es meramente pasiva, que esta aceptación contiene un elemento de
aprobación. Acabamos de señalar que los cambios sociales y técnicos de las últimas
décadas han socavado los sentimientos individuales de continuidad y de comunidad.
Sin embargo, mucha gente, quizá la mayoría de la gente, necesita de este sentido de
continuidad y de comunidad para una vida satisfactoria cumplida, y en su ausencia
experimenta vacío, soledad, desconcierto y desorientación. Este elemento de
aprobación puede explicarse parcialmente por la creencia de que estos valores
perdidos pueden recobrarse en una estructura autoritaria de un sistema político de
planificación central. El hecho de que esta creencia sea equivocada no afecta a su
atractivo, un atractivo que resulta particularmente fuerte cuando el impacto del
cambio en una sociedad ha sido repentino y violento y cuando la desintegración de
las creencias, actitudes y valores tradicionales ha sido rápida.
    
    Esta última consideración también explica, al menos en parte, el especial atractivo
de los intelectuales de los países subdesarrollados hacia la planificación global.
Aparte del atractivo por razones de influencia y poder político, que ya hemos
señalado, los intelectuales también sienten esta pérdida de continuidad y de
comunidad, quizá de forma más pronunciada que el resto de sus compatriotas, si
bien posiblemente en forma subconsciente. Ellos también pueden creer que la

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

planificación global puede servir como sustitutivo de valores perdidos.[66] 


    
    Las razones sugeridas para inclinarse hacia una planificación central ni son
definitivas ni exhaustivas. Pero pueden ayudar a explicar los atractivos de una
política que ha sido un fracaso total en términos de sus pretendidos objetivos.
    
    B. AYUDA EXTERIOR[67] 
    
     El segundo axioma político importante de la literatura actual sobre desarrollo es
que la ayuda exterior es indispensable para el desarrollo de los países pobres. Esta
creencia proporciona el principal argumento en defensa de la ayuda exterior. A
veces se aducen otras varias razones, de las que quizá las más importantes son: que
la ayuda exterior es una ampliación natural de la imposición progresiva; que es un
instrumento para paliar necesidades; y que constituye una forma de satisfacer la
obligación moral de ayudar al pobre. Argumentaré aquí que la ayuda exterior
clarísimamente no es indispensable para el progreso económico y que sin duda hay
muchas probabilidades de que lo dificulte y que las demás razones aducidas también
resultan erróneas.
    
    Sin embargo, antes de volver a la argumentación central me gustaría señalar una
anomalía significativa en las presentes discusiones sobre ayuda exterior. En estas
discusiones la carga de la prueba se ha impuesto a los críticos de la ayuda en vez de
a sus partidarios. Sin embargo, lo apropiado es que recaiga en aquellos que abogan
por una transferencia obligatoria del dinero de los contribuyentes a gobiernos
extranjeros, más que en los críticos de tal política. Esta apreciación acerca de la
asignación de la carga de la prueba hace referencia tanto a la defensa de la ayuda en
su conjunto como a la valoración de argumentaciones específicas. En las
discusiones académicas y populares no se exponen con detalle ni la razón general ni
las específicas en favor de la ayuda. El procedimiento corriente es el dar por
sentada la defensa de la ayuda o bien razonarla sólo en los términos más generales.
    
    1. ARGUMENTACIÓN AXIOMÁTICA EN FAVOR DE LA
AYUDA
    
    Una formulación concisa y conveniente de la defensa axiomática de la ayuda
exterior nos viene dada por un párrafo de una carta del profesor Wolfgang
Friedmann. de la Universidad de Columbia, aparecida en el New York Times: [68] 
    
     Constituye la opinión unánime de todos los expertos en ayuda exterior el que la
cuantía total de ayuda para el desarrollo resulta enormemente inadecuada 'aun para
las mínimas necesidades de los países en desarrollo.
    
    Por tanto, de acuerdo con el profesor Friedmann, aquellos que ponen en duda la
necesidad de la ayuda no pueden ser expertos. Esta afirmación no es más cierta que
los alegatos del profesor Myrdal señalados en la parte A de este capítulo en el

65
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

sentido de que todos los expertos en desarrollo insisten en la planificación global.


Existen muchos economistas, incluyendo algunos que ostentan prominentes puestos
académicos, que no aceptan la ideología imperante acerca de la ayuda exterior y que
ponen en duda que la ayuda sea un instrumento eficaz, y mucho menos
indispensable, para el progreso de los países pobres.
    
    La ayuda exterior es un sistema de donaciones. Este hecho se esconde, sin
alterarlo por ello, a base de llamar a los perceptores socios en la tarea del desarrollo.
Sin duda esta última frase patrocina a los perceptores sugiriendo que ellos no
entienden las simples realidades o que son menores cuyas ilusiones hay que
preservar y cuyas susceptibilidades hay que ahorrarse. La frase también prejuzga los
efectos de la ayuda, implicando que necesariamente fomenta el desarrollo.
    
    Como sistema de donaciones, la ayuda exterior se relaciona más con las limosnas
que con los subsidios. Una limosna generalmente resulta simple caridad; un
subsidio normalmente está ligado a producción o actividad medibles. Por tanto, si
bien el término ayuda exterior ahora se usa de una forma tan extendida que sería
pedante renunciar al mismo, tanto donaciones como limosnas serían preferibles por
razones de lógica como descripción de estas transferencias, puesto que estas
palabras no prejuzgan los efectos de la ayuda.
    
    El argumento de que la ayuda exterior es indispensable para el progreso del
mundo subdesarrollado significa que sin un sistema de limosnas, los países pobres
tienen que estancarse. Según los partidarios de la ayuda exterior, estas limosnas son
indispensables porque la pobreza de los países subdesarrollados impide la
formación de capital necesario para el logro de rentas más elevadas. Se supone que
esta situación es una muestra de la actuación del llamado círculo vicioso de la
pobreza. Sin embargo, esta defensa no es más que una afirmación sin fundamento.
La ayuda exterior está claro que no es, en general, condición necesaria ni suficiente
para dejar atrás la pobreza.[69] 
    
     Tal como hemos visto en el primer trabajo, la ayuda exterior no es necesaria para
el desarrollo económico, como resulta obvio, por ejemplo, por el mero hecho de la
existencia de países desarrollados. Todos ellos empezaron como subdesarrollados y
progresaron sin ayuda exterior. Es más, muchos países subdesarrollados han
progresado muy rápidamente a lo largo de la última mitad o casi de este siglo sin
ayuda exterior, consideración ésta particularmente significativa en este contexto.
Hay muchos países así en el Lejano Oriente y sureste de Asia, este y oeste de África
y en América del Sur.
    
    Tampoco la ayuda exterior es condición suficiente. Por ejemplo, no puede
fomentar el desarrollo si la población en su conjunto no está interesada en el
adelanto material, o si está fuertemente apegada a valores y costumbres
incompatibles con el progreso material. Un ejemplo instructivo nos lo suministran

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

los resultados de la ayuda (interior) americana en gran escala a la población de los


indios navajos, amplio grupo con su propio territorio y gobierno. El gobierno de los
Estados Unidos a lo largo de décadas ha gastado ingentes sumas de dinero en
intentos de mejorar la situación material de este grupo, sin resultados apreciables.
    
    En efecto, los Partidarios de la ayuda como supuesto instrumento indispensable
para el desarrollo de los países pobres se enfrentan con un dilema inevitable,
aunque poco admitido. Si están presentes todas las condiciones para el desarrollo
menos el capital, éste en seguida se formará a nivel local, o el gobierno y las
empresas privadas podrán disponer del mismo en términos comerciales, procedente
del extranjero, financiándolo mediante unos mayores ingresos fiscales o a partir de
los beneficios de las empresas.[70]  Sin embargo, si las condiciones para el
desarrollo no existen, entonces la ayuda —que en estas circunstancias será la única
fuente de capital exterior— necesariamente será improductiva y por tanto ineficaz.
En consecuencia, si los determinantes del desarrollo están presentes, el progreso
material se dará incluso sin ayuda exterior. Si los mismos no existen, éste no se dará
ni siquiera con ayuda. Es cierto que un país que recibe ayuda se beneficia en el
sentido de que obtiene capital barato o gratuito (si bien, tal como veremos, no
pueden darse por sentados sus beneficiosos efectos), pero esto en ningún modo hace
de la ayuda exterior algo indispensable para el desarrollo.
    
    Sólo hay un posible aunque bastante improbable conjunto de circunstancias en las
que la ayuda exterior puede ser eficaz y también parecer necesaria: ello sucede
cuando existen las condiciones necesarias para el desarrollo, pero, debido a razones
políticas exteriores, ni el estado ni las empresas privadas pueden obtener préstamos
del extranjero, y cuando por estas mismas razones la iniciativa y la inversión locales
están frenadas. En estas circunstancias muy excepcionales, la ayuda exterior por
parte de un país políticamente poderoso puede al mismo tiempo aportar el capital
necesario y devolver la confianza. Pero en estas condiciones la ayuda sólo
devolverá la confianza en la medida en que se interprete como garantía de la
seguridad política; la presencia militar en el país perceptor suministrada por el país
donante, devolvería la confianza quizá de forma más efectiva aun sin ayuda.
    
    2. AYUDA EXTERIOR Y PROGRESO MATERIAL
    
     La ayuda exterior, por tanto, indiscutiblemente y en general, no es necesaria ni
suficiente para salir de la pobreza. Que vaya a fomentar o retardar el progreso
material no puede mostrarse en forma concluyente. Se pueden presentar series
temporales del flujo de ayuda y del cambio de otras variables determinadas, como
la renta nacional o la renta per capita; pero no puede averiguarse con seguridad lo
que hubiera ocurrido sin ayuda. Esta dificultad surge en parte debido al problema
corriente de percibir la relación causal, funcional, entre variables específicas cuando
una situación o proceso se ven afectados simultáneamente por numerosas
influencias pasadas y presentes que operan con varios retardos temporales. Y las

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

dificultades son particularmente serias cuando examinamos la marcha de una


economía en su conjunto y tratamos de relacionarla con el funcionamiento de una
determinada variable, en este caso la entrada de ayuda exterior. La marcha y el
progreso económicos de sociedades enteras son aspectos de su desarrollo histórico
general, que depende literalmente de incontables factores pasados y presentes,
muchos de los cuales se hallan fuera del campo del análisis económico. Las
dificultades se complican aún más debido a importantes problemas conceptuales y
prácticos en la interpretación y medición del progreso económico, en especial, las
diferentes y a menudo cambiantes interpretaciones del adelanto económico
frecuentes en discusiones sobre desarrollo; y también debido a los enormes
márgenes de error y sesgos en la estimaciones y comparaciones de renta y niveles
de vida en los países subdesarrollados. Éstas son algunas entre las razones de por
qué es difícil establecer de forma concluyente los efectos de la ayuda en el
desarrollo.
    
    Cuando queremos averiguar cuáles fueron los efectos de la ayuda en la marcha
de -determinadas economías en el pasado, o cuáles serán en su funcionamiento
futuro, resulto necesario actuar con referencia a ciertas consideraciones generales
complementadas con casos concretos de evidencia empírica. Pero es preciso repetir
que las dificultades de establecer de forma concluyente los efectos de la ayuda en la
tasa de progreso de los perceptores se refieren únicamente al problema de averiguar
si la ayuda lo ha acelerado o retrasado. Las mismas no afectan a la crítica de la idea
de que es indispensable para el progreso material.
    
    La ayuda exterior incrementa los recursos de los estados y países perceptores,
esto es, hace posible un consumo e inversión adicionales. Pero de aquí no se sigue
que la ayuda incremente la tasa de desarrollo. El resultado depende del gasto de los
fondos y también de las repercusiones del flujo de ayuda en los determinantes
básicos del progreso material, en particular, actitudes políticas e instituciones.
Algunos de estos efectos y repercusiones son negativos y fácilmente pueden tener
más peso que cualquier resultado favorable del influjo de recursos.
    
    Empecemos con una consideración que entra dentro de la esfera del tratamiento
económico estándar. La productividad económica positiva de una partida de gasto
no puede darse por supuesta. Este punto adquiere particular relevancia cuando los
fondos son gastados por personas que ni soportan el coste ni disfrutan del
rendimiento económico. En estas condiciones, resulta claramente posible una
productividad negativa, especialmente cuando los fondos son donaciones exteriores.
    
    No es nada insólito que los proyectos absorban factores nacionales de mayor
valor que el producto neto, especialmente cuando se tiene en cuenta el coste de
administración de los proyectos y la obligación explícita o implícita de mantener y
reponer los activos fijos donados originariamente. Se han señalado en muchos
países pobres amplias pérdidas en actividades y proyectos financiados con ayuda.

68
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

En efecto, las mismas han sido un tema repetido en los informes oficiales en India y
Ceilán. Si bien resulta difícil estimar exactamente en cada caso qué costes se han
tenido en cuenta en estos documentos, las pérdidas han sido tan enormes que se
puede decir con seguridad que el país se habría encontrado mejor sin el
proyecto.[71]  
    
    Sin embargo, al valorar los efectos de la ayuda sobre el progreso material hay
que considerar unas repercusiones que van más allá de la productividad directa del
gasto y que generalmente son más importantes. Como hemos argumentado en la
parte A de este capítulo, los determinantes fundamentales del progreso material son
las aptitudes económicas de la gente, sus instituciones sociales y arreglos políticos y
en mucho menor grado los recursos naturales y las oportunidades de mercados
exteriores. La ayuda exterior no puede afectar favorablemente a estos factores
subyacentes del desarrollo en medida apreciable. Si un país, o más bien una
población, no puede desarrollarse fácilmente sin donaciones exteriores, es
improbable que se desarrolle con las mismas. Un bajo nivel de realización material
es un síntoma, un efecto, de la ausencia o de la debilidad de las fuerzas que hay tras
el progreso material; la ayuda exterior se centra en síntomas y efectos y desvía la
atención de los determinantes del desarrollo. Por tanto, incluso cuando la ayuda
mejora las condiciones económicas presentes en los países perceptores no
necesariamente fomenta su desarrollo a largo plazo.
    
     La defensa de la ayuda y el flujo de la misma tienden de por sí a crear
repercusiones adversas al progreso material. Sin duda, tal como ha funcionado la
ayuda desde la segunda guerra mundial, éstas probablemente han tenido un mayor
peso que los efectos favorables. Ahora vamos a considerar algunos de estos efectos
adversos, que son frecuentes y quizás, en general, concomitantes con la ayuda. En
apartados posteriores consideramos otras repercusiones más específicas ocasionadas
por los criterios de asignación de la ayuda desde la segunda guerra mundial. La
distinción entre estas categorías es hasta cierto punto arbitrario; sin embargo, esto no
afecta al argumento sustancial y sólo tiene que ver con el orden de exposición.
    
    En primer lugar, los partidarios de la ayuda alientan la creencia infundada de que
los prerrequisitos fundamentales del desarrollo pueden obtenerse gratuitamente, e
ignoran o esconden el hecho de que las mismas poblaciones de los países
desarrollados han tenido que desarrollar las facultades, actitudes e instituciones
favorables para el progreso material Este aspecto de la ayuda se relaciona con una
de las muchas paradojas en este tipo de argumentaciones: la simultánea insistencia
de los partidarios de la ayuda en que la gente del mundo subdesarrollado es igual
que la del mundo desarrollado, o incluso moralmente superior, y también que sin
ayuda en gran escala no pueden conseguir su salvación.
    
    En segundo lugar, la sugerencia de que la ayuda exterior es indispensable para el
desarrollo de los perceptores implica que el progreso de las personas y grupos

69
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

depende de fuerzas externas. Esta sugerencia refuerza la actitud muy extendida en


el mundo subdesarrollado, en especial en el sur de Asia, de que las oportunidades y
los recursos para el adelanto económico propio y de la familia tienen que ser
aportados por otros —por el estado, por los propios superiores, por la gente rica o
desde el exterior. Esta actitud es a su vez un aspecto de la creencia en la eficacia de
las fuerzas externas sobre el propio destino. En partes del mundo subdesarrollado
esta actitud se remonta a miles de años y, especialmente en el sur de Asia, se ha
visto reforzada por la tradición autoritaria de la sociedad. Es una actitud claramente
desfavorable para el progreso material.
    
    La gente reacciona frente a la pobreza y el atraso material en formas distintas.
Algunos puede que ni siquiera se percaten de ello. Tal respuesta puede que forme
parte de una actitud más amplia de aceptación incondicional de la naturaleza de las
cosas, reacción que resulta especialmente probable si no se pueden hacer fácilmente
comparaciones con otras gentes. Algunos puede que acepten la pobreza
conscientemente, bien en la forma de resignación o por falta de deseo de cambiar
formas de conducta. Algunos puede que intenten mejorar su posición por medio de
la mendicidad o el chantaje. Finalmente algunos puede que intenten mejorar su
rendimiento económico. Sólo la última de estas respuestas puede llevar a un
progreso material sostenido. Y es la que tiene menos probabilidades de ser
estimulada insistiendo en la supuesta necesidad de la ayuda exterior para el
adelanto material. Una preocupación absoluta por la ayuda desvía la atención de las
causas básicas de pobreza y de las posibilidades de actuación sobre ellas.
    
    En tercer lugar, los partidarios de la ayuda generalmente no acostumbran a
referirse a las políticas relevantes de los estados perceptores o a la conducta de la
población. Muchos estados perceptores persiguen líneas de conducta que en forma
patente reducen el nivel de renta o retrasan su incremento. Por ejemplo, expulsan de
sus países a los grupos más productivos de la población, o restringen la entrada y la
difusión de capital privado, o la expansión de ciertos tipos de empresa, tanto
nacionales corno extranjeras. Estas políticas no son puestas en duda por los
partidarios de la ayuda. El flujo de ayuda incondicional respalda, asegura y estimula
tales políticas. Y ciertamente no se cuenta con fomentar la revisión de las
costumbres y formas de conducta populares contrarias al desarrollo. En estas
condiciones la ayuda exterior es en el mejor de los casos irrelevante a los efectos
del adelanto económico. Pero tiene más probabilidades de desencadenar respuestas
contrarias al mismo, especialmente estimulando a los gobiernos para que persigan
políticas o insistan en políticas que impiden el avance económico.
    
    En cuarto lugar, la defensa de la ayuda a menudo incluye sugerencias de que las
rentas más elevadas de los donantes actuales o futuros han sido conseguidas a costa
de los países pobres más que producidas por ellos mismos. Tales sugerencias
esconden la naturaleza de los procesos y transacciones económicas. Las mismas a
menudo se vierten en las discusiones internas de los países pobres, en las que llevan

70
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

a la sugerencia de que la prosperidad de las personas y grupos acomodados ha sido


conseguida a expensas del resto de la población. Así mismo aporta verosimilitud a
la imposición de restricciones perjudiciales para los contactos exteriores. Estas
nociones, pues, fomentan políticas nocivas para el progreso material.
    
    Las repercusiones del flujo de ayuda en las motivaciones e instituciones y en la
política gubernamental de los países perceptores (esto es, en los principales
determinantes del desarrollo) normalmente se ignoran, en las actuales controversias
acerca de la ayuda extranjera, que se centran casi enteramente en su efectos sobre el
volumen de recursos invertibles. Esta práctica es un ejemplo de una cuestión más
amplia, señalada repetidamente en este libro, a saber, el descuido de la interacción
entre las variables normales de la teoría económica convencional y los
determinantes básicos del desarrollo. Estos determinantes se tratan
paramétricamente o se ignoran del todo, incluso cuando la política designada para
actuar en las variables convencionales afecta en forma sustancial a los principales
determinantes del desarrollo.
    
    En quinto lugar, la ayuda exterior probablemente ha afectado negativamente las
oportunidades de mercado, y, por tanto, la situación material y las perspectivas de
desarrollo de muchos perceptores de ayuda. Los principales países donantes erigen
importantes barreras frente a las exportaciones de los mismos países
subdesarrollados a quienes están dando ayuda. Estas barreras comerciales reflejan la
actuación de intereses locales en los países donantes. La ayuda exterior disminuye
la resistencia política en los países perceptores a la erección de barreras, tanto
dentro de los países donantes como por parte de los portavoces de los países
perceptores.
    
    Las ideas de que el apoyo financiero exterior es una condición necesaria e
incluso suficiente para el progreso material de los países pobres y de que sus
efectos siempre serán favorables son infundadas. Se derivan una vez más de una
visión —cuyo rechazo es uno de los principales temas de este libro— del mundo
subdesarrollado como -una categoría sustancialmente uniforme y cuya población
difiere de la de los países desarrollados sólo por el hecho de ser pobre, de modo
que las demás diferencias o son despreciables o son irrelevantes para el adelanto
económico.
    
    3. CRECIMIENTO INTERIOR Y DONACIONES EXTERIORES
    
    Existen ciertas diferencias sustanciales entre los recursos obtenidos localmente y
la percepción gratuita de recursos procedentes del extranjero que tienen que ver con
la eficacia de la ayuda como instrumento del progreso material. Cuando los recursos
se reciben del extranjero gratuitamente se pierde el valioso proceso de generación
de los mismos. Cuando los recursos se obtienen y se usan localmente se estimula el
desarrollo simultáneo de las cualidades y aptitudes personales, de las instituciones

71
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

sociales y de las oportunidades económicas precisas para su empleo. La interacción


de estos elementos de componentes y procesos sociales sirve entonces como base
para el ulterior progreso material. Existe claramente una gran diferencia entre la
obtención de recursos y la aceptación de donaciones exteriores.
    
    La interacción señalada en el párrafo anterior también tiene que ver con la
relación entre la acumulación de capital y su uso productivo. Es mucho más
probable que el capital sea productivo cuando es utilizado por aquellos grupos y
personas que lo acumularon, porque la acumulación y el uso eficiente requieren las
mismas habilidades, motivaciones e instituciones.
    
    Las limosnas exteriores también tienden a sesgar el proceso de desarrollo en
direcciones basadas en prototipos exteriores que a menudo son inapropiados y por
tanto perjudiciales. Una secuencia tal retrasa el desarrollo más que fomentarlo y
provoca frustración y tensión política. Son muy probables los resultados negativos
cuando el gasto dentro del país se realiza por personas que no soportan el coste.
Prototipos exteriores inapropiados pueden llegar a ser adoptados en la vida política,
en el sistema legal, en la organización administrativa, así como en muchas formas
de la organización industrial y comercial.
    
    Un punto importante de la adopción de modelos externos inapropiados es el de la
creación y proliferación de universidades basadas en modelos occidentales cuando
no hay oportunidades de empleo para sus graduados. Esta consideración se refiere
especialmente a la orientación vocacional, cuya utilidad se halla estrechamente
relacionada con el esquema ocupacional y la estructura salarial de la sociedad.
    
    El desempleo de graduados es un fenómeno social y político importante del
mundo subdesarrollado. En gran parte es el resultado de esta proliferación de
universidades de tipo occidental en condiciones inapropiadas. En muchos países
subdesarrollados, especialmente en el sur de Asia, el desempleo de graduados ha
movido a los gobiernos a presionar a la gente para que se jubile relativamente
pronto. Como resultado funcionarios, ejecutivos, técnicos y profesores universitarios
experimentados y hábiles han tenido que dejar su puesto a graduados menos
experimentados y calificados [72] 
    
    El número y tamaño de las universidades de tipo occidental en muchos países
subdesarrollados es quizás el ejemplo más característico de la adopción de modelos
exteriores inadecuados. Otros ejemplos corrientes que pueden ser menos
perjudiciales incluyen la proliferación de acererías, obras de ingeniería avanzada, o
líneas aéreas, en países con poblaciones en gran parte analfabetas. Tales actividades
requieren técnicas y experiencia que habrán de obtenerse del extranjero en todo el
futuro previsible.
    
    Estas consideraciones valen también para el suministro de asistencia técnica, que
constituye una parte menor, aunque no insignificante, del flujo total de ayuda.

72
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

Cuando el gobierno perceptor tiene que buscar el dinero para consejo técnico, es
mucho más probable que examine atentamente el gasto para ajustarlo a las
necesidades del país que cuando la asistencia técnica se suministra gratis. En el
medio siglo entre la restauración meiji y la primera guerra mundial el gobierno
japonés contó fácilmente con el apoyo del consejo y la formación técnica
extranjeras. El gasto fue financiado con fondos propios y se demostró muy rentable.
    
    El impacto de la ayuda exterior al sesgar la política de desarrollo en direcciones
inapropiadas es un punto de la cuestión más amplia de las dificultades que se
presentan al transferir instituciones entre culturas y sociedades muy diferentes,
especialmente entre sociedades que, si bien se encuentran en el mundo de hoy, en
realidad no son contemporáneas. No lo son en el sentido de que las creencias,
motivaciones, instituciones y la estructura ocupacional de algunas sociedades, a
menudo están más cerca de las de otras sociedades en etapas mucho más primitivas
del desarrollo. Esta consideración resulta obvia cuando se observan casos extremos
tales como, por ejemplo, las sociedades occidentales y los grupos tribales, que se
hallan presentes ambos en el mundo de hoy, pero que no son contemporáneos en
sentido verdadero. Consideraciones sustancialmente semejantes también son
aplicables a la posición relativa de muchas sociedades, especialmente de sociedades
en el mundo desarrollado y subdesarrollado.
    
    El desarrollo económico es un proceso que requiere mucho más que suministro
de dinero desde el extranjero; en este campo, como en muchos otros campos de la
vida, la experiencia, el tiempo y otras calificaciones y requisitos del éxito no pueden
comprarse. Los procesos sociales generalmente no pueden acortarse por la fuerza sin
que quede afectada su naturaleza así como el resultado de los procesos. El
reconocimiento de la naturaleza no contemporánea de las sociedades tiene que ver
con el funcionamiento de la ayuda exterior Ciertos penetrantes comentarios de Guy
Hunter del London Institute of Race Relations explican algunos de los problemas y
dificultades del traspaso de instituciones entre sociedades. Los mismos muestran los
resultados de crear instituciones para las cuales no existe una demanda efectiva, en
el sentido de un bache que éstas pudiesen rellenar con éxito.
    
    ... Las convenciones morales y sociales en un país en desarrollo pueden ser
totalmente diferentes de aquéllas sobre las que originariamente se fundó la
institución. Los sindicatos, por ejemplo, dependen de un complejo conjunto de
códigos convencionales entre el sindicato y el empresario, desarrollado a lo largo de
un largo período de prueba. Resulta fácil transferir el conjunto de normas que
surgen al final, pero imposible transferir la moralidad y experiencia que hizo que las
normas fuesen aplicables. Una vez más, la universidad en su configuración actual
en los países desarrollados se corresponde a cierto esquema de empleo (y salario)
en la sociedad que la rodea, a un cierto nivel tecnológico, y a cierta proporción entre
el empleo primario, secundario y terciario, con un sector terciario enormemente
amplio. No hay necesidad de señalar el contraste con una sociedad tal como Uganda

73
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

o Birmania o Malawi.
    
    De nuevo, la ayuda supone la importación de recursos no obtenidos en la
economía perceptora. Esto puede significar que las maestrías que habrían ido
generando esos recursos nunca se exigieron o aprendieron, de modo que no se
dispone de las mismas para utilizar los recursos cuando se suministran. En un caso
más complejo, el sistema educativo de un país tiene que pagarse a partir de sus
recursos productivos: a medida que crecen los recursos, se precisan técnicas y la
educación se amplía para suministrarlas; por tanto los graduados tienen
posibilidades de encontrar empleo; pero si se amplía rápidamente la educación por
medio del uso de una ayuda en recursos no ganados (sin el correspondiente
crecimiento de la economía) es muy posible que no haya empleo para sus
graduados y esto está ocurriendo en efecto en muchos países.[73] 
    
     Observaciones de acuerdo con éstas no se limitan a las de los observadores
europeos. Son tratadas repetidamente en las obras de Nirad C. Chaudhuri
especialmente en The Continent of Circe y The Autobiography of an Unknown
Indian. En un contexto africano los problemas han sido señalados clara y
sucintamente por la señorita Noni Jabavu:
    
     ... He pensado acerca de estos y muchos otros aspectos del problema (de
aumentar el bienestar de los africanos en Uganda), sintiéndome más convencida que
nunca de que es imposible dar a conocer a otra gente en otras circunstancias
aquéllas cosas de la vida que uno considera deseables; a esta gente es mejor que se
la deje sola para que encuentre por sí misma lo que le conviene. Ellos entonces
adaptan lo que conocen y quieren a lo que gradualmente descubren que desean, por
prueba y error, en su nuevo marco. Poco se consigue ... por parte de aquellos que
"tienen", siendo compasivos y solícitos con aquellos que parece que "no tienen". En
la vida las mejores cosas se aprenden con esfuerzo. ¿Es preciso que haya
unanimidad acerca de lo que cada uno entiende por "mejor"? [74] 
    
     Los argumentos en favor de la ayuda raramente examinan la presencia,
significación e implicaciones de estas diferencias entre las sociedades. En este
contexto general, se observa en gran parte de la defensa de la ayuda una clara
ambivalencia o incluso inconsistencia, relacionada con la paradoja señalada en la
sección 6 de la parte B de este capítulo, especialmente en la insistencia en su
pretendida necesidad. Los partidarios recalcan el deber de Occidente de suministrar
ayuda. A menudo incluso parece que implican que Occidente tendría que humillarse
ante los países subdesarrollados por su pretendida responsabilidad por su pobreza.
Al mismo tiempo, bajo la sugerencia de que sin ayuda los países subdesarrollados
no podrían conseguir su salvación y de que éstos tienen que seguir nuestra senda y
no pueden progresar sin nosotros, se esconde una clara insinuación de superioridad
occidental. Pero, generalmente, no resulta ni fácil ni apropiado transferir actitudes e
instituciones de una cultura a otro. Esto es especialmente cierto cuando la población

74
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de esta última no ha mostrado buena disposición para aceptarlas.


    
    4. CRITERIOS DE ASIGNACIÓN E IMPLICACIONES
PRÁCTICAS DE LA AYUDA
    
     La ayuda exterior incrementa los recursos de los gobiernos perceptores en
comparación con los del sector privado y por tanto fomenta la concentración de
poder en los países perceptores. Este efecto se ve muy reforzado por el trato
preferencial en la asignación de ayuda a aquellos gobiernos comprometidos en la
planificación global, criterio basado al menos de forma ostensible, en el
razonamiento de que tal política es una condición para el desarrollo
económico.[75]  Sin embargo, como hemos visto en la parte A de este capítulo,
puede mostrarse que una política así no es una condición para el progreso material y
que es mucho más probable que lo impida. Sin embargo, este trato preferencial
hacia los gobiernos comprometidos en la planificación global es probable que
continúe. Como también hemos señalado en la parte A de este trabajo, el fracaso de
la planificación central como fomento del alza de los niveles de vida no disminuye
su atractivo sino que a menudo refuerza el celo de sus partidarios. Al mismo
tiempo, los niveles de vida continuadamente bajos y las persistentes dificultades
económicas de las economías Centralmente planificadas de los países
subdesarrollados sirven como justificación de la ayuda continuada. Este orden de
cosas fomenta una amplia politización de la vida lo cual, por razones anotadas
anteriormente en la parte A, es enormemente perjudicial para el progreso material.
    
    El flujo de ayuda a menudo también está relacionado con los déficits de la
balanza de pagos de los países perceptores. Esto es particularmente cierto cuando
tales déficits se consideran, como a menudo sucede, como inevitablemente
coincidentes con los esfuerzos del estado por acelerar el progreso material por
medio de planes de desarrollo. La aparición de crisis de la balanza de pagos durante
la planificación del desarrollo se ha demostrado especialmente eficaz como base de
llamamientos en favor de afianzar la ayuda exterior. Esta utilidad particular dé las
dificultades y crisis en los pagos ánima a los gobiernos a concebir sus planes de
desarrollo de la forma más ambiciosa que sea posible, a seguir políticas monetarias
y fiscales inflacionistas y a evitar la acumulación de reservas extranjeras. Tales
políticas pueden coincidir con las inclinaciones de los gobiernos, puesto que llevan
a una expansión del sector público y  proporcionan útiles argumentos para la
imposición de Controles tanto internos como externos.
    
    La puesta en práctica de políticas inflacionistas, la repetición de las crisis de la
balanza de pagos, la imposición de mayores impuestos y de controles específicos,
en particular controles de cambios, todo lleva a un sentimiento generalizado de
inseguridad y puede engendrar una atmósfera de crisis. Tales acontecimientos
dificultan el ahorro y la inversión internos y favorecen la exportación de capital.
    

75
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    Prácticamente todos los perceptores de ayuda extranjera imponen severas


restricciones en la entrada y despliegue de capital privado. Por ejemplo, en la India
esta entrada se halla estrictamente controlada. El capital extranjero es excluido de
una amplia gama de actividades industriales y comerciales. La expansión e incluso
las operaciones corrientes de las empresas extranjeras son a menudo severamente
restringidas. A muchas de estas empresas no se les autoriza la expansión aun
cuando estén preparadas para financiarla a partir de sus propios recursos, e incluso
cuando están preparadas a introducir moneda extranjera a tal efecto. Bastante a
menudo, tanto las empresas extranjeras como las nacionales se ven forzadas a
trabajar por debajo de su capacidad mientras el gobierno recibe ayuda extranjera
para expansionar sus propias empresas en competencia con aquéllas.
    
    Restricciones análogas son impuestas por muchos otros perceptores de ayuda.
Raramente se informa al público de los países donantes acerca de estas medidas. El
funcionamiento de estas políticas, facilitado por la ayuda exterior, muestra, una vez
más, que la entrada de ayuda no tiene por qué dar lugar a un incremento en la
inversión neta.
    
    Es muy probable que sin ayuda los gobiernos de muchos países subdesarrollados
habrían pedido muchos más préstamos del extranjero en condiciones comerciales.
Habría sido más caro que las donaciones o préstamos subvencionados por la ayuda
extranjera, pero no hay duda que habría sido utilizado más cuidadosa y
productivamente. Gran parte de la ayuda recibida por países subdesarrollados, por
ejemplo la India, Indonesia y Ghana, lo ha sido en la forma de préstamos
fuertemente subvencionados; pero debido a que el uso de la ayuda no ha servido
materialmente para mejorar la capacidad generadora de renta de estos países, ahora
tienen que cargar con grandes deudas sin un incremento equivalente de la capacidad
para atenderlas. El resultado tiene que ser, bien una disminución de sus recursos o
bien un incumplimiento de sus obligaciones. La realidad de la falta de pago puede
esconderse en parte mediante eufemismos tales como recontratación, remodelación
o armonización de las obligaciones. Pero una suspensión de pagos, aunque se le
llame recontratación, ha de afectar a la fiabilidad futura del país. Además, provoca
asimismo, o refuerza, actitudes dañinas al progreso material, por ejemplo la
disposición al incumplimiento de obligaciones contractuales.
    
    La afirmación de que es necesario financiar ciertos proyectos o tipos de gastos a
través de la ayuda exterior implica la suposición de que el rendimiento será menor,
a menudo significativamente menor, que los rendimientos de mercado del capital
privado, puesto que si no el proyecto o gasto podría haberse financiado
comercialmente, incluyendo el uso de préstamos del estado obtenidos en términos
comerciales. Ya hemos señalado la incapacidad de algunos perceptores para cumplir
incluso con los suaves préstamos de la ayuda exterior; lo que sugiere que el
rendimiento conseguido mediante la inversión de estos fondos es extremadamente
bajo, quizás incluso cero o negativo.

76
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    También es probable que en ausencia de la ayuda, al menos algunos gobiernos de
países subdesarrollados habrían permitido o alentado la entrada y despliegue del
capital privado en mucha mayor medida. El capital privado (incluyendo los
préstamos obtenidos comercialmente en el extranjero por parte del gobierno) tiene
muchas más probabilidades de ser más productivo que la ayuda exterior, porque se
ajusta mucho más estrictamente que ésta a las condiciones específicas del mercado,
tanto en el sentido limitado de existencia de técnicas, recursos naturales y demanda
del producto en el mercado, como en el sentido más amplio de existencia de las
facultades, motivaciones e instituciones apropiadas. Además el capital privado no da
lugar a la creación y concentración de poder en los países perceptores en la forma
que lo hace la ayuda exterior, por las razones y con los resultados ya
señalados.[76]  Sin ayuda no sólo se le daría al capital privado un mayor campo de
aplicación sino que se hallaría menos sujeto a expropiación.[77] 
    
     Aparte de la creación de obstáculos de facto o de iure a la entrada y expansión
del capital privado en los países subdesarrollados, también es probable que el flujo
de ayuda reduzca el volumen de inversión privada exterior simplemente por el
hecho de restringir la oferta de fondos para inversión en los países donantes.[78] 
    
     Por tanto, ciertas repercusiones de la ayuda pueden reducir más que incrementar
la inversión neta de los países perceptores. Y la reducción del ahorro y la inversión
interior, así como la exportación de capital, generalmente afectan a aquellos tipos
de capital y de formación del mismo que es muy probable que sean más productivos
que el gasto financiero por la ayuda exterior.
    
    En muchos casos, por supuesto, los gastos permitidos o facilitados por la ayuda
exterior no están relacionados con tipo alguno de formación de capital. Pueden
servir objetivos tan diversos como el equipamiento de una fuerza expedicionaria
para invadir otro país o los gastos de entrenamiento de los llamados luchadores por
la libertad.
    
    El flujo de ayuda y el trato preferente a los estados comprometidos en la
planificación global, o que experimentan dificultades en la balanza de pagos, ha
reforzado la tendencia de los gobiernos de los países subdesarrollados a descuidar
la agricultura. Suponen que los donantes de la ayuda vendrán en su rescate en el
caso de una importante escasez de alimentos, y, en consecuencia, se sienten más
libres para desviar sus recursos hacia proyectos industriales y de prestigio.
    
     Otro resultado desfavorable de la administración de ayuda ha sido una cierta
desviación del énfasis y de la atención acerca de las condiciones y determinantes del
desarrollo económico. La preocupación por la ayuda, por la planificación y por el
gasto en inversión ha alentado el razonamiento fácil de que el desarrollo económico
es posible sin cambio cultural. Ha impedido la investigación de formas para
promover el cambio institucional orientado al fomento del desarrollo, especialmente

77
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

del cambio sin coacción. En la esfera del cambio institucional, los perceptores de la
ayuda exterior por ahora y en gran medida han limitado sus actividades a la
expropiación de las clases impopulares en nombre de la reforma agraria, de la
justicia social o de la supresión de una supuesta explotación. Tales medidas retrasan
el progreso material.
    
    Los argumentos de las tres secciones anteriores no implican que no exista la
posibilidad de una ayuda exterior que estimule el progreso material de los
perceptores. Pero apuntan a la conclusión de que resulta Infundado suponer que
necesariamente lo haga. Que de hecho lo haga o no depende de circunstancias
específicas para cada caso. Puesto que el volumen de recursos invertibles es mucho
menos importante como requisito previo del progreso material que las actitudes,
motivaciones (incluyendo la dirección de sus actividades). Instituciones sociales y
arreglos políticos de la gente, y también menos importante que un despliegue
eficiente de los recursos, y siendo muy probable que todos ellos se vean afectados
negativamente por la defensa y el flujo de ayuda, no puede haber una presunción
general de que en la práctica sea más probable que la ayuda promueva el desarrollo
en vez de retardarlo. De hecho estas consideraciones sugieren que tal como ha
funcionado y es probable que siga funcionando cualquier presunción general
favorecería la conclusión opuesta. 
    
    5. AYUDA E INFRAESTRUCTURA
    
     Una variante de los razonamientos en favor de la ayuda como instrumento para
promover la inversión, relaciona la ayuda de forma específica con la financiación
de infraestructura (a veces denominada capital social fijo) que se supone necesaria
para el desarrollo de los países pobres.
    
    En este contexto, infraestructura se refiere a instalaciones tales como puertos,
ferrocarriles y carreteras, que no producen bienes directamente, pero que fomentan
la actividad económica general. Se dice a menudo que sin estas instalaciones el
adelanto económico no es posible. Y se argumenta además que su elevado coste las
coloca fuera de los medios de los países pobres, especialmente debido a que el
rendimiento económico, o bien se retrasa demasiado tiempo o bien resulta
demasiado indiscriminado para la financiación privada. Pero estos argumentos una
vez más no son válidos. En primer lugar, los gobiernos de los países
subdesarrollados pueden pedir prestado al extranjero en términos comerciales y
devolver los préstamos por medio de ingresos tributarios, que sin duda es lo que ha
sucedido en muchos países subdesarrollados en el próximo pasado. Además, gran
parte de la infraestructura de los países subdesarrollados ha sido financiada y
administrada en forma privada hasta hace relativamente poco tiempo.
    
    Tampoco es cierto que una importante infraestructura sea condición previa para
el desarrollo. Las infraestructuras de las economías altamente desarrolladas

78
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

representan un capital importante, que ha absorbido gran parte de la inversión total


durante décadas o incluso siglos. La sugerencia de que se precisa de una
infraestructura ya hecha para el desarrollo, ignora el hecho de que la infraestructura
se desarrolla en el curso del progreso económico y no por delante del mismo. La
sugerencia resulta otro ejemplo más de una actitud antihistórica e irreal frente al
proceso de desarrollo. Gran parte de la literatura sugiere que en cierto modo el
mundo se creó en dos partes; una parte con una infraestructura ya hecha de
ferrocarriles, carreteras, puertos, oleoductos y servicios públicos, que, por tanto, ha
podido desarrollarse, y otra a la que el Creador desgraciadamente se olvidó de dotar
de capital social fijo. Ésta no es la forma en que han ocurrido las cosas.
    
    Hoy en día, el problema de financiar la infraestructura se ha vuelto más difícil
debido a varios factores. Uno de tales factores es el pobre historial de muchos
países subdesarrollados en su trato al capital extranjero. Otro factor corriente es la
tendencia a desviar recursos hacia industrias subvencionadas, lo cual reduce los
fondos disponibles para la construcción y mantenimiento del capital social fijo. Pero
estos factores raramente se mencionan en la literatura.[79] 
    
    8. ULTERIORES REPERCUSIONES E IMPLICACIONES DE LA
AYUDA
    
     Las consideraciones reseñadas en las anteriores secciones de este capítulo
aclaran que los posibles efectos favorables de la entrada de recursos por ayuda
exterior pueden anularse, incluso con creces, por significativas repercusiones
desfavorables y también por el uso ineficaz de los recursos mismos. Es probable que
el flujo de ayuda desde la segunda guerra mundial haya dificultado más que
favorecido el progreso material de muchos perceptores.
    
     Hay muchos ejemplos en la experiencia de las dos últimas décadas sobre la
ineficacia comparativa de la ayuda exterior como instrumento para elevar los
niveles de vida y promover el desarrollo a largo plazo de los países pobres. Por
ejemplo, quince años después del comienzo de la ayuda occidental y de los planes
quinquenales, la India experimentó en 1966- 1967, la más aguda de sus crisis
recurrentes de alimentos y de divisas. La India ha dependido durante tanto tiempo
de la ayuda exterior que esta dependencia se ha venido a dar por sentada. Sin duda
la historia económica de este país desde mediados de los años cincuenta ha sido la
de una progresión de la pobreza al pauperismo. Sin embargo, un objetivo explícito
de la planificación india era la reducción o eliminación de la dependencia
económica.[80]  Existen otros muchos perceptores de ayuda cuyos niveles generales
de vida no han mostrado aumento apreciable y que se enfrentan con persistentes
dificultades económicas después de muchos años de ayuda.
    
    Después de más de quince años de ayuda exterior. Forzosamente ha tenido que
reconocerse su relativa ineficacia para fomentar unos niveles de vida más altos en

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

los países pobres. Al mismo tiempo; los partidarios de la ayuda insisten en que la
ausencia de una mejora apreciable de las condiciones económicas de los perceptores
es un argumento en favor de la ampliación de la ayuda exterior en cuantía y tiempo.
Tales peticiones son corolarios de la consideración de su administración como
axiomáticamente beneficiosa y de dar por sentada la argumentación en su favor.
Considerada de esta forma, tanto el progreso corno la ausencia del mismo pueden
invocarse en apoyo de su continuación o expansión: el primero como prueba de su
éxito, la última como prueba de la necesidad de más. Tal como hemos señalado al
tratar de la planificación central, la evidencia empírica y el análisis de la misma
resultan irrelevantes al considerar los méritos de un axioma.[81]    
    
     El supuesto axiomático de que la ayuda exterior es beneficiosa, junto con la
diversidad de sus aparentes objetivos (señalados en la sección 7 de la parte 13 de
este capítulo), son responsables de otra de sus anomalías. En discusiones públicas
sobre la ayuda, se ha llegado a equiparar dar más con la obtención de mejores
resultados sin referencia a las circunstancias de los países perceptores o a los
resultados de la ayuda. Suponer que dar más es lo mismo que obtener más es medir
el resultado por el coste o incluso identificar ambos. Equivale a decir que cuanto
más cuesta un procedimiento mejor es. Tal tipo de enfoque no estimula un uso
efectivo del capital escaso, menos aún cuando se gasta en áreas lejanas y en
condiciones desconocidas, acerca de las cuales el público de los países donantes
tiene escasa información fidedigna.
    
    Nos hemos centrado hasta el momento en ciertas repercusiones anómalas de la
defensa y práctica de la ayuda. Ahora me gustaría señalar otra anomalía
significativa que pertenece al campo de la sicología social. El énfasis en la pobreza,
esto es, el atraso material, del mundo subdesarrollado, y en la pretendida necesidad
de la ayuda exterior para mitigarla, que se halla en el centro de la defensa de la
ayuda, dirige su atención precisamente a aquellos elementos de la vida y actividad
de los países subdesarrollados en los cuales sus gentes se comparan menos
favorablemente con las de los países ricos, y ello es particularmente cierto por les
criterios convencionales adoptados en estas discusiones. Se sugiere que las únicas
diferencias significativas entre la gente son las de renta en su medición
convencional; que, aparte de estas diferencias, la humanidad está hecha de
cualidades homogéneas e indiferenciadas; y que estas diferencias en cierto modo
están correlacionadas con el bienestar, felicidad, satisfacción y la preeminencia en
general.
    
     El énfasis en el carácter indispensable de la ayuda es muy probable que exacerbe
cualquier complejo de inferioridad que puedan experimentar algunos sectores de las
poblaciones de los países subdesarrollados en sus relaciones con Occidente,
complejo que se halla muy extendido, si bien no siempre de forma manifiesta, y que
raramente es reconocido. También acrecienta cualquier complejo de superioridad
que se permitan ciertos sectores de la población de los países ricos, al fomentar una

80
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

actitud protectora hacia los perceptores.[82] 


    
     En los países pobres, la agradable sensación de superioridad que lleva consigo la
entrega de ayuda, y el estímulo de contrapesar cualquier sentimiento de inferioridad
provocado por la aceptación de ayuda, pueden servir conjuntamente para explicar el
fenómeno anómalo de que algunos perceptores de ayuda actúen ellos mismos como
donantes, aunque en pequeña escala. En efecto, parece que la ayuda ha asumido el
papel de un símbolo de estatus internacional, por usar una expresión de la jerga
actual; es un término que describe acertadamente los adornos de una superioridad
que se desea o pretende, más que sentida o lograda.
    
    Sin embargo, por lo que se refiere al flujo de ayuda de países ricos a países
pobres, existen evidentes atractivos emocionales, políticos y financieros para que
los últimos se consideren a sí mismos y sean considerados por los demás como
víctimas de circunstancias fuera de su control, especialmente de opresión y
 explotación exteriores. Viceversa, los sentimientos de culpabilidad que las
alegaciones de opresión y explotación despiertan en las personas y grupos sí
acusados, a menudo se acompañan de un agradable sentido de superioridad por
parte de esa persona o comunidad culpable, puesto que las sugerencias sirven como
indicadores de un poder pasado o presente. Estos variados sentimientos se
manifiestan en discusiones acerca de las relaciones entre colonias y ex colonias y
los poderes de la metrópoli, y entre países ricos y pobres, y su presencia y actuación
es válida para crear tensiones entre donantes y perceptores.[83] 
    
    7. ARGUMENTOS ESPECÍFICOS Y SUBSIDIARIOS EN FAVOR
DE LA AYUDA
    
    El principal argumento o axioma en defensa de la ayuda exterior es la sugerencia
de que aporta recursos indispensables para el desarrollo de los países pobres. Pero
existe también un cierto número de razonamientos subsidiarios o supuestos que a
menudo son más importantes que la misma argumentación principal, especialmente
en tratamientos no técnicos. Sin embargo, también resultan ser meras afirmaciones
acerca de las virtudes y posibles afectos de la ayuda exterior, en vez de argumentos
basados en la razón y respaldados por pruebas. 
    
    Ayuda como redistribución impositiva. — Estos argumentos subsidiarios tienden
a superponerse y reforzarse entre sí.Por ejemplo, a menudo se argumenta que
Occidente tiene un deber moral de ayudar a los países pobres y que debería
ofrecerse ayuda para calmar sus necesidades, especialmente a la vista de la
pretendida brecha, cada vez más amplia, entre países ricos y pobres. Ambas
opiniones llevan a la conclusión de que tiene que elevarse la imposición en
Occidente para financiar la ayuda exterior lo cual, por tanto, se convierte en una
ampliación de la imposición progresiva al campo internacional. En la literatura
sobre desarrollo, la ayuda se ejemplifica como una extensión inevitable y deseable,

81
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

del estado benefactor, de la esfera nacional al plano internacional por medio de la


redistribución impositiva.
    
     Sin embargo, la ayuda exterior difiere radicalmente de la redistribución
impositiva nacional, cualesquiera que sean las virtudes de esta última. La ayuda
exterior la paga un estado a otro estado, no es una redistribución de renta entre
personas y familias. No puede ajustarse a las rentas y circunstancias de los
pagadores y perceptores. Resulta. Por tanto, inevitablemente regresiva en parte,
porque muchos contribuyentes de los países donantes son más pobres que mucha
gente de los países perceptores. Este aspecto regresivo se incrementa en la práctica
por el hecho de que la ayuda exterior beneficia a gentes económicamente fuertes
dentro de los países perceptores, especialmente a los componentes de la población
urbana y en particular a los políticos, funcionarios, universitarios y a ciertos
sectores del mundo de los negocios. De ahí el dicho burlón de que la ayuda exterior
es un proceso mediante el cual los pobres de los países ricos ayudan a los ricos de
los países pobres.[84]  Además, hay que señalar que los grupos materialmente más
pobres del mundo subdesarrollado, los aborígenes, las poblaciones tribales y las
gentes del desierto, difícilmente tienen contacto con la ayuda, si es que tienen
alguno; lo mismo puede decirse sustancialmente de los sectores más pobres del
proletariado rural y urbano, en especial del primero.
    
    Además el argumento en favor de la redistribución impositiva descansa en una
supuesta uniformidad básica de las circunstancias de la gente entre quienes la
misma se va a efectuar. De hecho, sin embargo, las condiciones de vida sociales y
físicas, y por tanto las necesidades, que son razonablemente uniformes dentro de un
país, difieren enormemente entre muchos países ricos y muchos países pobres. De
ahí se sigue que si se juzga deseable la redistribución impositiva, resulta apropiado
llevarla a cabo sobre todo dentro de los propios países más que a nivel
internacional. De hecho, sin embargo, no sólo existe una redistribución impositiva
relativamente pequeña en muchos países perceptores, sino que (tal como hemos
señalado) la ayuda exterior, defendida como instrumento do redistribución
impositiva, beneficia en los países perceptores a los económicamente fuertes. Y aún
más, la repartición del coste de la ayuda entre los donantes no viene determinada
por los cánones y criterios de la redistribución impositiva, sino por presiones
políticas, por los caprichos de la opinión pública y por mera suerte.
    
     La analogía entre la ayuda exterior y la redistribución impositiva también se ve
afectada por los enormes márgenes de error a los que está sujeta la interpretación de
las comparaciones de renta nacional entre países ricos y pobres. Los sesgos y
márgenes de error implicados suponen varios cientos por cien de las estimaciones
convencionales. [85]  Márgenes de error de tal magnitud excluyen una aplicación
valida de la redistribución impositiva entre países desarrollados y subdesarrollados.
Esto aparte totalmente de otras cuestiones más fundamentales que va hemos
señalado, en particular el hecho de que la ayuda intergubernamental no puede servir

82
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

como instrumento de redistribución entre personas y familias.


    
    Como variante menor de la argumentación en el sentido de que la ayuda exterior
es una forma de redistribución impositiva, a veces se trata de convencer afirmando
que la ayuda es análoga al sistema de subvenciones regionales por parte de los
gobiernos centrales de los países adelantados, tales como las subvenciones a las
arcas de desarrollo, y por parte del gobierno británico. Este argumento no es válido.
Las subvenciones regionales reflejan la persecución de una serie de objetivos
domésticos y el funcionamiento de presiones políticas. No suponen redistribución
impositiva, en el sentido de redistribución entre rico y pobre, más de lo que puedan
suponerla las ayudas a determinadas industrias.
    
     Ya hemos señalado que a los grupos económicamente más atrasados no les llega
la ayuda. Al no poder expresarse y no tener fuerza política, su presencia no afecta al
flujo internacional de ayuda ni a la asignación interna de los fondos de ayuda. Con
toda seguridad, debido a sus rudimentarias condiciones, no podrían beneficiarse de
la ayuda más que en formas cuidadosamente adaptadas a sus condiciones. Sin
embargo, los problemas suscitados por su situación y el hecho de que ellos en gran
parte no reciban la ayuda, muestra que la misma difiere fundamentalmente de la
redistribución impositiva.
    
     La preeminencia de aspectos y desarrollos del comercio internacional en las
discusiones acerca de la ayuda exterior subrayan también las fundamentales
diferencias entre redistribución impositiva y ayuda exterior. Por ejemplo, a menudo
figuran, en forma destacada, en la defensa de la ayuda [86]  los cambios de las
relaciones de intercambio de los países subdesarrollados. Esto, una vez más,
muestra que los beneficiarios de la ayuda no son los grupos más pobres; los países y
comunidades más pobres del mundo subdesarrollado no tienen comercio exterior o
prácticamente ninguno; en todo el mundo subdesarrollado los países y grupos
materialmente más pobres son los que tienen menos contactos externos. El
comercio exterior sólo juega un papel significativo en las vidas y actividades de los
países y sociedades relativamente mejor situados.
    
     El argumento general en favor de la redistribución impositiva implica una
uniformidad básica en las condiciones de vida y necesidades de los perceptores de
renta. Pero las condiciones físicas y sociales difieren total y ampliamente entre los
países ricos y pobres. Esto resulta obvio en cuanto a condiciones físicas; pero hay
también amplias diferencias en las expectativas V necesidades exigidas por las
condiciones sociales. El significado y la trascendencia de las diferencias de renta y
de los conceptos de riqueza y pobreza depende mucho del contexto físico y social
específico y, por tanto, a menudo no tienen sentido las comparaciones de rentas
entre personas o grupos en sociedades muy diferentes. Por ejemplo, los perceptores
de la asistencia nacional en el Reino Unido, que normalmente son considerados
pobres, a menudo disponen de rentas, medidas convencionalmente, mayores que

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

muchos terratenientes de la India y, para el caso, que muchos jefes africanos,


personas que son consideradas acaudaladas en sus comunidades. Lo inapropiado de
la analogía entre redistribución impositiva y ayuda exterior refleja los peligros de la
agregación, incluso cuando se aplica a la ayuda bilateral, y todavía más cuando se
consideran agregados globales tales como el mundo desarrollado y subdesarrollado.
    
     Las discusiones acerca de la ampliación de la redistribución impositiva a la
esfera internacional a menudo suponen, explícitamente o mediante claras
implicaciones, que las diferencias de renta per capita son injustas, tanto si son
auténticas como si son meramente aparentes. Una vez más, se supone que la gente
de los países subdesarrollados es como la de los países desarrollados, con la
salvedad de que son más pobres, y que comparte las mismas condiciones de vida.
En breve, las diferencias consideradas como significativas son aquéllas que pueden
cuantificarse en forma verosímil: la oportunidad y trascendencia se igualan a la
cuantificabilidad, real o ficticia.
    
    La defensa de la redistribución internacional de la renta, por tanto, ignora amplias
diferencias en formas de conducta, costumbres e instituciones, así como en
condiciones de vida y necesidades. Esta defensa a menudo llega a implicar que en
cierto modo es censurable el que ciertas sociedades y grupos hayan salido de la
pobreza, y también que estas diferencias de condiciones materiales pueden
eliminarse con relativa facilidad. Sin embargo, las diferencias internacionales de
renta reflejan la actuación de los subyacentes determinantes personales y sociales
del logro material. Por tanto, los intentos de reducir o eliminar estas diferencias
requieren un estrecho e intenso control de la vida de la gente, esto es, la creación de
grandes desigualdades de poder. Cuanto más diferentes sean las condiciones y más
arraigadas las causas de diversidad, más intensa es la coacción precisa para
estandarizarlas. Un importante grado de estandarización de las condiciones
materiales precisa no sólo de un gobierno mundial, sino también de un gobierno
mundial con poderes totalitarios. Con todo, la redistribución internacional producida
por la ayuda exterior es pequeña, en gran parte debido a la ausencia de un gobierno
mundial. Pero si los poderes de las organizaciones y agencias internacionales fuesen
a crecer, podrían esperarse confiadamente ulteriores pasos hacia una estandarización
internacional de las condiciones materiales. Tanto por razones políticas como
psicológicas es probable que un proceso así se esté intensificando y autor
reforzando: cuanto mayores son los recursos de las instituciones dedicadas a
políticas de estandarización, tantas más probabilidades hay de que el proceso se
lleve adelante; una vez conseguido un grado apreciable de estandarización, las
diferencias residuales parecerán aún más molestas y menos defendibles.
    
    La defensa de la ayuda como una forma de redistribución impositiva se
fundamenta a menudo en aseveraciones de una amplia brecha que se ensancha entre
las rentas de los países desarrollados y subdesarrollados.[87]  Tal como mostramos
en el primer capítulo, esta idea de una amplia brecha que se ensancha es falsa en la

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

medida en que se le puede dar cualquier significado definible. También hemos


mostrado que, aun en el caso de que estuviese claramente definida y fuese una
válida descripción de una situación, no serviría como fundamento digno de
consideración para esa política, sin el examen de las políticas oficiales y de las
actitudes y conducta populares en las sociedades más pobres. Aun cuando se
estuviese de acuerdo en que la amplitud y el movimiento de las diferencias de renta
entre grupos de países ricos y pobres es excesivo, según algún criterio específico y
acordado, no necesariamente sería la ayuda exterior la política apropiada para su
reducción, por la simple razón de que la misma no necesariamente fomenta el
desarrollo de los países pobres. La sugerencia de que sí lo hace, prejuzga los efectos
de su actuación.
    
    Si la base de la defensa de la ayuda es simplemente la necesidad de reducir la
pretendida amplia brecha de rentas que se ensancha, entonces tal defensa no se vería
afectada por el reconocimiento de que la ayuda no fomenta necesariamente el
progreso material de los perceptores en la misma medida en que empobrece a los
donantes. Sin duda, la frecuente afirmación de que dar más es hacer mejor, sin
examen de los efectos de la ayuda en el progreso material .de los perceptores,
sugiere que en efecto sea ésa la posición de algunos defensores de la ayuda. Pero
no sólo el empobrecimiento de los donantes no asegura el adelanto material de los
perceptores, sino que ni siquiera asegura la reducción de las diferencias
internacionales de renta: el efecto neto de la ayuda en los países perceptores puede
ser suficientemente negativo como para retrasar su progreso en un grado que en
realidad ampliaría la brecha. Claro está que un resultado así justificaría una vez más
y erróneamente la continuación y extensión indefinida de la ayuda.
    
    Por último, la argumentación general en favor de la redistribución impositiva ni
siquiera es evidente a nivel nacional, por no hablar del plano internacional. La
redistribución impositiva forzosa implica muchos problemas no resueltos. Entre
ellos las dificultades de deslindar la incidencia de un impuesto como algo diferente
de su impacto. Más profundos y significativos son los problemas de equidad
planteados por las diferencias en el volumen e intensidad de esfuerzo que hay
detrás de las diferencias de renta, así corno sacrificio de ocio y placer; el sacrificio
del placer incluye de forma significativa no solo la renuncia a los placeres
inmediatos,  sino también el efecto sobre la capacidad aptitudes subsiguientes de
una persona para gozar de las cosas buenas de la vida.[88]  Estas diferencias en el
coste de obtener renta son ignoradas en la defensa y práctica de la redistribución
impositiva. Otras cuestiones sociales, políticas y económicas importantes que a
menudo se ignoran o se subestiman en discusiones acerca de la redistribución
impositiva van desde las cuestiones relativamente simples de incentivos, a asuntos
mucho más amplios de cohesión social, tensión política y, especialmente en el caso
de obligaciones por causa de fallecimiento, la continuidad de la familia. La
aceptación incondicional del argumento en favor de la redistribución impositiva es

85
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

una faceta más de la creencia de que los únicos aspectos significativos y relevantes
de una situación o fenómeno son los que pueden cuantificarse fácilmente o al menos
con tina verosimilitud superficial. [89] 
    
    El supuesto básico y el objetivo primordial que hay detrás de la redistribución
impositiva, sea en el plano internacional o en el nacional, es que mejora la situación
material del pobre. Pero hacer pobre al rico no hace rico al pobre. A menudo hace al
pobre más pobre. Por ejemplo, los argumentos utilizados en defensa de la
redistribución impositiva internacional, particularmente la sugerencia de que las
diferencias de riqueza son censurables, ayuda a fomentar políticas nacionales
igualitarias (al menos políticas igualitarias aparentes) en los países perceptores, las
cuales retrasan su progreso material, incluyendo la situación y perspectivas
materiales de los grupo; más pobres. A menudo tales políticas impiden el
crecimiento del capital y de la iniciativa y la adquisición y despliegue de técnicas, y
también desvían los recursos humanos y financieros de su uso más productivo hacia
direcciones menos productivas, incluyendo la evasión fiscal.
    
    Alivio de la necesidad. —Otro argumento en favor de la ayuda exterior se basa
en la necesidad. De acuerdo con este razonamiento, tiene que suministrarse ayuda
simplemente por las necesidades de los países pobres, como demuestran Y miden
sus bajas rentas.
    
    Antes de discutir la cuestión de los méritos de este argumento, hemos de señalar
que el alivio de la necesidad y la promoción del desarrollo son completamente
diferentes como bases y criterios para la ayuda exterior. Las donaciones a un
mendigo o a un inválido se atribuyen con bases y criterios muy diferentes que los
préstamos a jóvenes prometedores para su aprendizaje o para montar negocios. Las
expectativas acerca de los resultados y de la duración de los dos tipos de
transferencias monetarias también son muy diferentes. Esta consideración obvia se
ignora, o incluso se oculta, en la terminología y actividades de las organizaciones de
ayuda.[90] 
    
    Simples referencias a la necesidad no aportan ni un argumento ni un criterio en
favor de la ayuda. Su adopción da lugar a absurdos. Por ejemplo. ¿tendría que darse
o incrementarse la ayuda si se reduce la renta, o se limita su crecimiento, por la
expulsión de grupos cuya productividad se halla por encima de la media nacional?
La expulsión de los asiáticos del este de África y de los indios de Birmania redujo
la renta per capita en estos países; en base al argumento de la necesidad, la ayuda
tendría que prestarse o incrementarse en estas circunstancias, lo cual podría alentar
ulteriores expulsiones, que a su vez reforzarían el argumento en favor de la ayuda y
así ad infinitum.[91] 
    
     La expulsión o sacrificio de grupos minoritarios productivos son casos extremos.
Pero, en la práctica, en todo el mundo subdesarrollado los gobiernos restringen las

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

actividades de varios grupos minoritarios productivos, lo que reduce la renta per


capita y retrasa sus tasas de crecimiento.
    
    Consideraciones parecidas son aplicables cuando los gobiernos perceptores gastan
mucho en armamento o en propaganda política dirigida contra los donantes de la
ayuda o contra otros perceptores de la misma. Se podría citar un sinnúmero de
ejemplos de políticas de perceptores que empobrecen a sus propios países o a otros
perceptores de ayuda. Por tanto, la necesidad evidentemente no ofrece un argumento
válido ni un criterio sensato en favor de la ayuda.
    
    Algunas consideraciones que ya hemos señalado en la discusión acerca de la
imposición progresiva, también tienen que ver con el argumento de la necesidad.
Entre ellas la significación de las diferencias internacionales de condiciones físicas
y sociales y, por tanto, en requerimientos; el enorme margen de error y los grandes
sesgos de las comparaciones internacionales de renta; y también el hecho de que a
las comunidades más pobres del mundo subdesarrollado generalmente no les
alcanza la ayuda. Este último punto resulta especialmente oportuno porque muestra
que la asignación de la ayuda no está relacionada con la necesidad.
    
    A menudo se ejemplifica como necesidad especial que exige la ayuda exterior el
rápido crecimiento de la población de los países subdesarrollados. Debido a que
esta cuestión se halla sometida a un amplio debate, la trataremos separadamente en
una subsección posterior, pero podernos señalar aquí que el crecimiento de la
población en sí mismo no puede apoyar el argumento de la necesidad, puesto que
refleja una disminución de la mortalidad y por tanto una mejora de la situación de
la gente. Este argumento en favor de la ayuda se refuerza a menudo con referencias
al hambre e inanición de los países subdesarrollados, que por obvias razones tienen
un atractivo particular. El grado de inanición en los países subdesarrollados es
discutible, especialmente a la vista del rápido crecimiento de la población en todo el
mundo subdesarrollado, lo cual, si hay que tornar la palabra inanición literalmente,
difícilmente se puede justificar, con excepción de supuestos muy peculiares. En
cualquier caso, es irrelevante para la ayuda exterior; gran parte de la misma, o la
mayoría, se destina a apoyar actividades del estado enteramente desligadas del
incremento de la producción de alimentos o de los medios de obtención de
alimentos adicionales.
    
    Un llamamiento en favor de la ayuda pretextando la necesidad debería tomar en
cuenta de forma conveniente la conducta de los gobiernos v de la población de los
países perceptores. Tal como acabamos de señalar, los gobiernos perceptores a
menudo persiguen políticas que reducen la renta corriente y las perspectivas de su
tasa de crecimiento, incrementando de ese modo su necesidad de ayuda. Es más, la
conducta y costumbres de la población a menudo son incompatibles con el progreso
material o inconsistentes con él. En tales condiciones la ayuda tiene que resultar
inapropiada o ineficaz, porque no puede mejorar en forma sustancial los niveles de

87
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

vida o su tasa de crecimiento.


    
     Si el objeto de la ayuda es aliviar la necesidad tienen que existir ciertos
requisitos previos para su efectividad: en primer lugar un examen del destino de los
fondos, en el sentido de que grupos en concreto se benefician; en segundo lugar,
tiene que haber una valoración de las diferencias de nivel de s ida de los donantes y
perceptores s también entre los distintos perceptores actuales y futuros; y tercero, se
requiere un examen de la conducta tanto de los gobiernos como de las poblaciones
de los países perceptores actuales y futuros.
    
    Si se cree que el objetivo principal de la ayuda es el alivio de la necesidad en los
países perceptores, la transferencia de capital resulta inapropiada para este objeto.
Como ya hemos señalado, el capital generalmente es más productivo en los países
desarrollados. Por tanto, si se invirtiese allí y el rendimiento del mismo se
transfiriese a los países subdesarrollados, estos últimos podrían recibir más bienes y
servicios para paliar sus necesidades que cuando el capital se transfiere así.
    
     En la defensa de la ayuda, desde mediados de los años sesenta el alivio de la
necesidad ha ganado importancia en comparación con el desarrollo de los
perceptores. Este cambio de énfasis constituye el paso de una base que al menos
podría denominarse cuasi-intelectual a otra francamente más emocional. Un
llamamiento dirigido primordialmente a las emociones tiende a ser más fuerte que
uno dirigido, al menos aparentemente, a la razón. No resulta por tanto sorprendente
que se haya ido introduciendo en la defensa de la ayuda en los años recientes una
nota cada vez más estridente. El cambio de énfasis del desarrollo a la necesidad
puede reflejar una cierta pérdida de confianza por parte de los defensores de la
ayuda como instrumento para el desarrollo y en el prolongado atractivo de esta base
concreta. Pero la actuación de la ayuda ha dado lugar a varios y poderosos intereses
creados de tipo emocional, político, administrativo y financiero. Debido a la
vigencia de estos intereses, la retirada parcial de la aceptación axiomática de la
ayuda como agente supuestamente necesario y eficaz del desarrollo, ha traído
consigo no un nuevo examen de la argumentación en su favor, sino la búsqueda de
un nuevo motivo fundamental para su defensa.
    
    Problemas de población como motivo de la ayuda.— El rápido crecimiento de la
población unido a la supuestamente grave presión de la población, que desemboca
en una extremada pobreza y en una inanición generalizada, se dice que plantea
problemas y necesidades especiales en el mundo subdesarrollado que exigen la
ayuda de países más ricos. También se sugiere a menudo que estos problemas
invalidan las comparaciones con la experiencia pasada de los actuales países
desarrollados y también socavan la relevancia de las facultades y actitudes
personales como agentes del progreso material. El tema de esta subsección coincide
en cierto modo con el de la anterior, pero lo tratamos aquí, por separado, debido a
la especial importancia que se atribuye a esta garba de cuestiones en las discusiones

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

actuales, y debido a la complejidad de estos temas. Estas consideraciones parecen


también justificar una digresión acerca de ciertas relaciones entre el logro y progreso
material de la población, su número y sus aptitudes y actitudes.
    
    La aceleración del crecimiento de la población en los países subdesarrollados de
por sí no constituye un argumento válido en favor de la ayuda. Refleja un descenso
de la mortalidad y una esperanza de vida más larga, y, por tanto, una mejora de las
condiciones de vida. Resulta discutible en qué medida la gente reduciría el número
de sus hijos si tuviese acceso a métodos más sofisticados para prevenir la
concepción.[92]  Pero incluso ahora no hay razón alguna que impida reducir el
número de hijos, y ciertamente lo hará si antepone al número unos niveles de vida
más altos para ella y para sus hijos. En conjunto, no resulta claro que la aceleración
del crecimiento de la población aporte un argumento en favor de la ayuda.
    
     No obstante, este rápido crecimiento de la población en los países
subdesarrollados figura en forma destacada en la defensa de la ayuda, en la que a
menudo se sugiere que es la causa principal del hambre y la inanición; por razones
obvias, las referencias a inanición y hambre tienen un especial atractivo en esta
defensa. (De paso se puede señalar aquí que existe algo así como una paradoja en la
preocupación a menudo expresada de que la gente de los países subdesarrollados
vive a nivel de subsistencia y bajo la permanente amenaza de la inanición, lo que
entonces se une a expresiones de alarma por el enorme incremento de su número.)
[93] 
    
    La situación, sin embargo, no es evidentemente la de que no haya suficientes
alimentos para la subsistencia de la población o poblaciones existentes. Si ésta fuese
la situación no podría darse el crecimiento en número y mucho menos un enorme
incremento. Si existe inanición en algunos países subdesarrollados esto tiene que
significar que parte de la población no puede ganarse la vida, bien porque carece de
la capacidad de hacerlo, o bien porque mediante factores institucionales tales como
barreras organizadas de entrada al empleo asalariado o restricciones en el acceso a
la tierra le impiden hacerlo. Aparte de medidas de emergencia ocasionales y ad hoc,
la ayuda exterior no tiene que ver con el alivio de la inanición. Tal como hemos
argumentado, beneficia principalmente a los sectores más acomodados de las
poblaciones de los países perceptores, y estos sectores ciertamente no están
amenazados por la inanición. En su mayor parte no afecta a los grupos más pobres y
atrasados —los sectores más pobres del proletariado urbano y rural, y también las
sociedades tribales y aborígenes— que son los más expuestos al hambre. La
combinación de una cantidad global suficiente de alimentos con la presencia —
supuesta o real— de inanición, también plantea la cuestión de por qué se defiende
la redistribución internacional cuando no se lleva a cabo la redistribución nacional
en un grado que evite la inanición; lo cual incidentalmente plantea la cuestión
adicional de que en tales circunstancias cuando la redistribución interna no se lleva
a cabo hasta el punto de aliviar la inanición, la redistribución internacional es

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

improbable que llegue a beneficiar a los grupos más pobres, puesto que se canaliza
a través de los gobiernos de estos países.
    
    Por último, gran parte de la ayuda —probablemente el grueso de la misma—
financia directamente o al menos respalda actividades que ni producen alimentos ni
los medios para comprarlos. Ejemplos corrientes de este tipo de proyectos que la
ayuda financia o respalda incluyen las líneas aéreas subvencionadas por el estado,
complejos siderúrgicos, trabajos de ingeniería pesada y proyectos de prestigio de
todos los tipos.[94]  Al fomentar la desviación de los recursos nacionales hacia estas
actividades, la ayuda exterior reduce las ofertas de alimentos en los países
perceptores y por tanto agudiza la situación de los grupos más pobres. Este efecto
resulta especialmente pronunciado cuando estas actividades se llevan a cabo con tan
grandes pérdidas que los recursos internos ocupados en las mismas tienen una
productividad negativa.
    
    Por tanto, la aceleración del crecimiento de la población no constituye un
argumento válido en favor de la ayuda. Es más, la ayuda exterior rutinaria (a
distinguir de las medidas especiales de emergencia) no tiene nada que ver con la
inanición en el mundo subdesarrollado y sin duda puede agravarla.
    
     Éste puede ser un lugar conveniente para examinar ciertos aspectos de la relación
entre presión demográfica, crecimiento de la población, motivaciones personales y
niveles de vida. La presión demográfica evidentemente no explica ni poco ni mucho
la pobreza del mundo subdesarrollado. La mayor parte de África, de América del
Sur y del sureste de Asia, así como algunas regiones del sur de Asia, están
escasamente pobladas. Los grupos más pobres viven en áreas que en gran parte
están desiertas; y además el número de personas de estos grupos a menudo
permanece estancado. Las amplias zonas a su disposición no les han ayudado a salir
de sus primitivas condiciones, incluso allí donde la tierra es cultivable sin necesidad
de invertir mucho capital. Amplias zonas de estas regiones se hallan
sustancialmente despobladas en el sentido de que la densidad de la población es
demasiado baja para permitir el suministro de simples facilidades sanitarias y de
transporte. A la inversa, algunas de las áreas más adelantadas del mundo
subdesarrollado (así como, por supuesto, algunas de las áreas más prósperas del
mundo desarrollado) tienen una densidad de población muy elevada.
    
    La relación entre densidad de población y niveles de vida no puede analizarse
correctamente sin la consideración de las aptitudes y actitudes económicas de la
gente, que están ligadas de forma inseparable a la actuación económica. Esta
relación se aprecia claramente en las amplias diferencias de prosperidad y progreso
de los diferentes grupos étnicos dentro de un mismo país que pueden observarse
tanto en los países subdesarrollados como en los desarrollados y que son
especialmente pronunciadas en los primeros. Estas diferencias se presentan tanto si
los distintos grupos son indígenas como inmigrantes.

90
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    El crecimiento de la población, el progreso material y la motivación también
están claramente relacionados siendo esta última la variable independiente decisiva.
El carácter decisivo de la motivación queda claro a partir de la consideración va
señalada de que la gente siempre puede escoger tener menos hijos si prefiere unos
niveles de vida en su medición convencional, más altos. La importancia decisiva de
la motivación también viene sugerida por la conexión entre descenso de las tasas de
natalidad y mejora de los niveles de vida que a menudo se ha observado en ciertas
etapas del progreso material. La causalidad o relación funcional en esta secuencia no
es la de una reducción de la tasa de natalidad como consecuencia de una mejora de
los niveles de vida o de la actividad económica general, sino que ambos
acontecimientos reflejan un cambio de perspectiva y de motivación, especialmente
un interés creciente por el nivel de vida. La reducción de la tasa de crecimiento de
la población representa la modificación de una tasa de cambio que en sí misma
(esto es, a menos que se acompañe de otros cambios) no puede dar lugar a una
mejora apreciable de los niveles de vida generales durante algunos años o incluso
décadas y que, por tanto, no puede considerarse apropiadamente corno causa de tal
mejora durante esos períodos.[95] 
    
     Por tanto, ni la aceleración del crecimiento de la población ni la presión
demográfica son una causa significativa e independiente de la pobreza del mundo
subdesarrollado. Son variables dependientes o efectos más que variables
independientes o causas, puesto que hay pobreza extremada incluso en ausencia de
una gran densidad de población o de un crecimiento sustancial de la población; a la
inversa, existe a menudo prosperidad y progreso crecientes en países
subdesarrollados aun cuando la población sea densa y esté creciendo rápidamente.
    
    Ayuda como deber moral. — A menudo se defiende la ayuda exterior como si el
ayudar al pobre constituyese el cumplimiento de un deber moral. Sin embargo, lana
la analogía con la obligación moral. La ayuda exterior es dinero del contribuyente
recaudado obligatoriamente; se halla fuera del área de volición y elección. Sin duda,
los contribuyentes no sólo no pueden elegir sino que generalmente ni siquiera saben
que están contribuyendo.
    
    A veces se insiste en que en una democracia los contribuyentes eligen lo que
devuelve el elemento moral a la ayuda exterior. Esta objeción es superficial. El
contribuyente tiene que cooperar a la ayuda exterior tanto si le gusta como si no y
tanto si ha votado a favor como en contra de la misma.
    
     Las obligaciones morales de ayudar a los menos afortunados no pueden
cumplirse a través de entidades tales como los gobiernos. Sólo pueden cumplirse
mediante personas que estén dispuestas a empobrecerse ellas mismas y a disminuir
su situación material en relación a los demás con el fin de ayudar a sus semejantes
más pobres. Aquellos que desean ayudar a los países subdesarrollados fácilmente

91
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

pueden escribir un cheque en favor de los gobiernos o misiones, escuelas u


hospitales que operan allí.
    
     Existen también otras diferencias entre la ayuda exterior y la caridad voluntaria.
La acción voluntaria puede dirigirse rápidamente hacia las necesidades específicas
de personas o grupos. Crea posibilidades de ajuste a requerimiento y circunstancias
específicas, lo que incrementa la eficacia de la caridad. La ayuda exterior, por otra
parte, se distribuye a los gobiernos y no a las personas u organizaciones voluntarias.
    
    El reconocimiento de la básica diferencia entre ayuda exterior y caridad
voluntaria también tiene considerables consecuencias políticas. La mayoría de la
gente en los países subdesarrollados ignora que sus países reciban ayuda, ni
tampoco pueden distinguir las diferencias entre ayuda exterior y caridad voluntaria.
Pero aquellas personas que en los países perceptores saben acerca de la ayuda
exterior generalmente y acertadamente perciben una diferencia fundamental entre
caridad voluntaria y dinero de los contribuyentes recaudado obligatoriamente; en
consecuencia, recelan de las afirmaciones de que la ayuda exterior viene motivada
por sentimientos humanitarios.
    
    Argumentación en favor del endeudamiento. —Se ha venido a sugerir que la
ayuda exterior es necesaria para permitir a los países subdesarrollados cumplir con
los préstamos subvencionados (financiación favorecida) de anteriores acuerdos de
ayuda exterior. Este argumento, que tal como hemos señalado, implica que se ha de
conceder más ayuda porque la ayuda anterior se ha demostrado improductiva,
recibe un cierto apoyo en el informe Pearson. Esta secuencia implica un círculo
vicioso de endeudamiento: la financiación favorecida utilizada en forma
improductiva lleva al endeudamiento, que se utiliza entonces como argumento para
ulterior financiación favorecida. Este círculo vicioso de ayuda y endeudamiento
parece mucho más real que el ampliamente anunciado círculo vicioso de la pobreza
y el estancamiento. Es más, si las subvenciones, que son donaciones completamente
gratuitas, se usan en forma improductiva, la situación resultante también puede
utilizarse para abogar por ulteriores subvenciones o préstamos subvencionados. Por
ejemplo, las subvenciones pueden usarse para levantar costosas estructuras o
instituciones cuya cara manutención puede entonces decirse que precisa de apoyo
exterior. 
    
     Abogar por más ayuda con el fin de cubrir el endeudamiento contraído por la
ayuda recibida en el pasado es un ejemplo del enfoque axiomático, del que se sigue
que tanto el progreso como el retroceso, el éxito o el fracaso, pueden señalarse
insistentemente como motivos para ulterior ayuda.
    
    Ayuda y estrategia política. — A veces se justifica la ayuda exterior,
especialmente en las controversias americanas, por dos motivos políticos: en primer
lugar, porque representa un valioso instrumento de la estrategia política occidental,

92
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

al mantener a los países subdesarrollados fuera del bloque soviético; y en segundo


lugar, porque mediante el fomento del desarrollo de los países pobres, y por tanto,
reduciendo el alcance de las diferencias internacionales en la renta, evita la
aparición de una situación política explosiva y por tanto ayuda a conservar la paz
mundial.
    
    Consideremos los dos argumentos por turno: el primero se halla en curioso
desacuerdo con los basados en motivos morales y humanitarios; pero, como ellos,
tampoco es sólido. 
    
     a) El argumento supone que la ayuda exterior sirve rápida y significativamente
para elevar los niveles de vida. Además supone que la propensión a aceptar el
comunismo depende en gran parte del nivel de vida. Ninguno de estos supuestos es
cierto. 
    
     b) Con escasas excepciones la ayuda exterior promueve economías centralizadas
y estrechamente controladas. Su actuación, por tanto, favorece y refuerza a
gobiernos que se inclinan hacia el bloque soviético.
    
      c) Los beneficiarios en este campo, como en otros, están en condiciones de
sentir resentimiento contra los donantes.[96]  Debido a este resentimiento, sienten a
menudo la necesidad emocional de reafirmar su independencia respecto al donante,
reacción que en el contexto de la ayuda exterior también puede muy bien ser
políticamente útil, tanto por razones internas como externas.[97]  Este tipo de
resentimiento a menudo se señala en la literatura general, pero raramente se
menciona por parte de los partidarios de la ayuda exterior. Y este resentimiento a
veces se ve exacerbado por una actitud protectora por parte de los donantes hacia
quienes perciben una ayuda exterior ininterrumpida, actitud que, a pesar de los que
la niegan, a menudo se halla presente y no sin que haya que esperarlo.
    
     Varias influencias hacen que sea especialmente posible el que los perceptores de
ayuda exterior reaccionen desfavorablemente respecto a los proveedores de estas
donaciones. La transferencia del dinero de los contribuyentes a los gobiernos
extranjeros levanta sospechas de motivaciones siniestras, en especial de dominación
política. Las refutaciones de tales motivos y el énfasis en los motivos humanitarios
sirven para reforzar estas sospechas. A menudo la ayuda exterior también se
considera en los países perceptores como un instrumento para forzarlos a comprar
lo que de otra forma no podría venderse. Aún más, mucha gente en los países
perceptores considera la ayuda como un reconocimiento de culpabilidad por parte
de los donantes, como restitución parcial por injusticias pasadas. Este punto de vista
está de moda y hace mucho ruido en los países subdesarrollados, donde se hace
correr ampliamente el rumor de que su atraso material es el resultado de la
explotación occidental. Esta opinión se ve reforzada por aquellos sentimientos de
culpabilidad que como hemos señalado consisten totalmente en una actitud

93
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

protectora.
    
    Los métodos de asignación de la ayuda occidental, particularmente la ayuda
americana e inglesa, faltos de sentido crítico en relación a la asignación mucho más
determinada y selectiva de la ayuda soviética, han reforzado algunas de estas
reacciones políticas adversas. Su asignación va desde la indiscriminada (en el
sentido de su falta de consideración hacia los intereses políticos de los donantes),
que levanta sospechas al ser tan incomprensible, a la conciliadora, que consigue el
resultado contrario al que se proponía, porque una respuesta hostil por parte del país
perceptor es más probable que asegure la continuación de la ayuda.
    
     En años recientes ha existido una tendencia creciente por parte de los países
perceptores a fijar las condiciones para la aceptación de ayuda o incluso amenazar
con rechazarla en bloque, tendencia que ha ido acompañada de una actitud cada vez
más conciliadora de los países donantes. Por ejemplo, una noticia para el Financial
Times del 17 de julio de 1970, que informaba acerca de una reunión del consorcio
de Ayuda a la India, afirmaba que "los donantes están llegando al convencimiento
de que no tienen otra alternativa más que la de aceptar a la India tal como es y sin
darle lecciones".[98]  La idea de que los donantes tienen la alternativa de retener la
ayuda aparentemente no se les ha ocurrido a los miembros del consorcio o al autor
del artículo.[99]  Por supuesto que no sólo se prescinde de esta posibilidad, sino que
se han dado casos de países donantes que han solicitado repetidamente a los países
pobres que no rechazasen su ayuda.[100] 
    
     Por estas y otras razones no resulta sorprendente que muchos gobiernos que
reciben ayuda de otros hayan seguido políticas hostiles a los donantes occidentales,
a los que se han opuesto y a quienes han desconcertado y frustrado hasta el máximo
de sus posibilidades. Los líderes y portavoces de muchos gobiernos perceptores han
sido violentos y explícitamente ofensivos con los países donantes: ejemplos de años
recientes son Argelia, Ghana, la India, Indonesia, Tanzania la República Árabe
Unida y Zambia.[101] 
    
     d) Si la ayuda exterior tuviese que servir como instrumento de estrategia política
tendría que ser asignada de forma mucho más selectiva que en la actualidad. Su
asignación también tendría que desligarse de presiones por intereses comerciales en
los países donantes.
    
     El segundo argumento, de que la ayuda impide la aparición de una actuación
políticamente explosiva y que, por tanto, ayuda a mantener la paz mundial, y
particularmente la seguridad de las naciones más ricas, ha alcanzado relieve en años
recientes en las discusiones públicas acerca de la ayuda exterior. Esta
argumentación tan frecuente resulta también sin importancia. En primer lugar y una
vez más, prejuzga los resultados de la ayuda, al dar por sentado que ésta fomenta el
desarrollo de los perceptores. Pero también está expuesta a objeciones más

94
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

fundamentales. Los gobiernos no van a la guerra porque sus países sean pobres: las
dos guerras mundiales, por ejemplo, fueron iniciadas por los países más
adelantados, y combatieron entre ellos. Es más, con la importante excepción de
China, que es uno de los pocos países subdesarrollados que no recibe ayuda de
nadie,[102]  los recursos militares y económicos de los países pobres son exiguos
(por supuesto que su escasez de recursos es básica para defender la ayuda), de
forma que estos países posiblemente no pueden constituir una amenaza militar para
los países desarrollados.[103]  Puesto que sólo los países relativamente avanzados
técnicamente pueden representar una amenaza importante para otros países
adelantados, quienes proponen este argumento específico, si creen que la ayuda
fomenta el desarrollo material y técnico, lógicamente tendrían que argumentar
contra la ayuda exterior a los países subdesarrollados. 
    
     Por tanto, las consideraciones de estrategia política no aportan argumentos
sustanciales a favor de la actual política de ayuda exterior de los donantes
occidentales.
    
    Ayuda, balanza de pagos y barreras al comercio.— El último argumento en
favor de la ayuda que consideraremos aquí constituye una curiosa sugerencia, que a
menudo se ha hecho en el Reino Unido, en el sentido de que la ayuda exterior
fomenta las exportaciones y, por tanto, ayuda a la balanza de pagos. Este argumento
es contrario a la realidad. Afirma que las exportaciones se compran con ayuda; pero
esto equivale a regalar las mismas exportaciones, de forma que no contribuyen en
nada a la balanza de pagos. Y puesto que las exportaciones tienen un contenido
importado y también disminuyen las ofertas internas, las exportaciones que se
regalan agravan el problema de los pagos exteriores y aumentan la correspondiente
necesidad de deflactar la demanda exterior.[104]  Este argumento en favor de la
ayuda es lo mismo que instar a un tendero a que le roben la caja registradora, en
base a que se beneficiará si parte del dinero se gasta en su tienda. Si por otra parte
la sugerencia se refiere al suministro de protección en mercados exteriores a través
de ayuda vinculada, ello implica que es un subsidio a los exportadores británicos,
que no es lo que generalmente se entiende por ayuda.
    
    Al estimar el impacto de la ayuda exterior en la situación de los pagos y en el
progreso material de los países donantes, debería recordarse que la inversión
privada extranjera en las áreas más productivas del mundo se ha visto drásticamente
 restringida recientemente por los gobiernos de los Estados Unidos y el Reino
Unido, mientras que ha continuado el flujo de ayuda oficial al mundo
subdesarrollado. Estas restricciones fueron agravadas y en parte causadas sin duda
por la ayuda exterior. Cabe señalar entre paréntesis que estas restricciones
necesariamente retrasan el progreso material del mundo desarrollado, lo cual a su
vez perjudica las perspectivas económicas a largo plazo del mundo subdesarrollado,
a través de efectos negativos en el coste de sus importaciones, en el mercado de sus
exportaciones, y en la oferta mundial de capital.

95
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    Contrastando con el argumento de que la ayuda beneficia a los países donantes al
estimular su balanza de pagos, existe el argumento de que debería darse para
compensar los efectos negativos para los países subdesarrollados de las barreras
comerciales erigidas por los países desarrollados. Si bien es cierta la afirmación de
que estos beneficios serían mayores en ausencia de barreras comerciales, resulta
una cuestión algo controvertida determinar qué significación tienen estas barreras
como obstáculos para el progreso de los países subdesarrollados. Peso la ayuda
exterior disminuye las perspectivas de reducción o eliminación de estas barreras.
Como hemos señalado ya en este capítulo, el flujo de ayuda dificulta la aparición y
disminuye la eficacia de la oposición política a estas barreras dentro de los países
donantes y posiblemente también dentro de los países perceptores.
    
    8. POSIBILIDADES DE LA AYUDA 
    
     Allí donde están presentes los requisitos previos y básicos de tipo personal,
social y político para el progreso material, el capital preciso para el desarrollo
normalmente se genera con base local o se consigue del extranjero en términos
comerciales, bien sea para el estado, para el sector privado o para ambos. Pueden
darse, sin embargo, circunstancias políticas excepcionales, fuera del control del
gobierno, en que esto no sea así. Taiwán a principios de los años cincuenta puede
haber constituido un caso excepcional de este tipo. La población de este país posee
las facultades y aptitudes precisas para el progreso material y las condiciones
sociales y políticas internas tampoco eran prohibitivas. Pero entonces existía la
creencia generalizada de que Taiwán pronto sería ocupada por la República Popular
de China. En las circunstancias de la época, esta aprensión llevó a una crisis de
confianza que impidió la inversión y la iniciativa. Esta crisis de confianza
probablemente fue aliviada por el flujo de ayuda americana, que se consideró como
una prueba de que el país no sería ocupado por China en un futuro próximo, y que
restableció la confianza. La llegada de ayuda americana también se vio acompañada
por importantes cambios en la política económica interna de Taiwán, en especial la
supresión de algunos de los controles económicos más restrictivos y la retirada del
gobierno de la participación directa en ciertas actividades económicas. Se afirma
que en este caso concreto la influencia americana fue en parte responsable de estos
cambios y la concesión de ayuda facilitó el ejercicio de esta influencia. El progreso
material de Taiwán desde principios de los años cincuenta ha sido sin duda digno
de mención, si bien no en mayor medida que el de Hong Kong y Japón. La ayuda a
Taiwán se cortó en 1964.
    
    El éxito de la ayuda Marshall se cita a menudo como ejemplo de la efectividad
de la ayuda exterior. Pero la analogía entre la ayuda Marshall y los programas de
ayuda para países subdesarrollados es falsa. Las economías de Europa occidental
tenían que restaurarse, mientras que las de los actuales perceptores tienen que
desarrollarse. La gente de Europa occidental tenía las facultades, motivaciones e

96
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

instituciones favorables al desarrollo desde siglos antes de la segunda guerra


mundial. De ahí el rápido retorno a la prosperidad en Europa occidental y la
terminación de ayuda Marshall al cabo de cuatro años,[105]  en contraste con la
situación económica de la India y de muchos otros perceptores de ayuda después de
un período más largo. Y resulta altamente probable, especialmente a la vista del
subsiguiente progreso material de Europa occidental, que se habría recuperado sin la
ayuda Marshall, si bien menos rápidamente.
    
    El efecto de una importante afluencia de donaciones a Israel desde 1948 fue, en
cierto modo, semejante a la ayuda Marshall. La población ya disponía de las
facultades y motivaciones apropiadas para un desarrollo con éxito. Sin embargo, el
país tenía una enorme escasez de capital, especialmente de capital circulante, que
suministraron las donaciones. Las donaciones recibidas por Israel no constituyen por
supuesto ayuda exterior tal como generalmente se suele entender el término, puesto
que se trata de donaciones de particulares o grupos y no donaciones
intergubernamentales del dinero de los contribuyentes.
    
    Aun dejando a un lado estos ejemplos de excepción, la ayuda exterior sin duda
aumenta los recursos de los países perceptores. Sin embargo, hemos indicado que la
afluencia de recursos va acompañada de otras repercusiones que pueden compensar
o más que compensar los efectos favorables de los recursos adicionales. A pesar de
ello, los beneficios derivados de la afluencia de recursos pueden exceder las
repercusiones desfavorables. Pero esto sólo puede ocurrir si ya se hallan presentes
las otras condiciones previas del desarrollo, e incluso en estas condiciones todavía
queda la cuestión de por qué el capital no debería buscarse en términos comerciales
y en cambio recibirse en la forma de subsidios exteriores con las desventajas
políticas y económicas que generalmente acompañan a esta línea de acción. Los
términos comerciales serían más caros; pero, como hemos sostenido, tanto el capital
como la asistencia técnica es probable que sean mucho más productivos que cuando
se suministran gratis o en condiciones subvencionadas.
    
    El reconocimiento de las limitaciones de la ayuda exterior deja todavía abierta la
cuestión de hasta dónde podría mejorarse su funcionamiento: suponiendo que se
continúa suministrando, ¿cómo podrían minimizarse sus efectos perjudiciales e
incrementarse sus posibles beneficios? Parece que hay mucho campo para mejoras
en varias direcciones.
    
    En primer lugar, podrían revisarse drásticamente los criterios de asignación.
Podría asignarse de forma mucho más selectiva de lo que ocurre en la actualidad, de
modo que se favorezca a los gobiernos que dentro de sus recursos humanos
administrativos y financieros tratan de llevar a cabo sus imprescindibles y difíciles
tareas de gobierno y al mismo tiempo, se abstienen de un estrecho control de la
economía. En otras palabras, podría favorecer a los gobiernos que tratan de
gobernar más que de planificar. Del mismo modo, se podría negar a los gobiernos

97
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

que siguen políticas que claramente retrasan el progreso material de sus países;
políticas que, además, agudizan los problemas y dificultades tanto de otros
perceptores de ayuda como, a menudo, también de los donantes. Tales criterios
fomentarían sistemas económicos relativamente liberales en los países perceptores,
minimizarían la coacción y favorecerían el progreso material, especialmente la
mejora de los niveles de vida. Probablemente también reducirían la tensión política
en los países perceptores.
    
    Los criterios propuestos en los anteriores párrafos suponen, por supuesto, que el
motivo de la ayuda es la mejora de las condiciones materiales de la población en
los países perceptores. Pero estos criterios serán inaceptables si el propósito consiste
en algo diferente como es la persecución de objetivos políticos tales como el
fomento de economías y sociedades estrechamente controladas o el incremento de
los recursos y del poder de las organizaciones internacionales. En segundo lugar se
podría prestar mucha más atención a prevenir que la afluencia de ayuda sesgue el
desarrollo de los países perceptores en direcciones basadas en prototipos exteriores
inapropiados. Se podría dar prioridad a los gobiernos más interesados en la mejora
de carreteras y en la ampliación de contactos exteriores que en abrir universidades
de tipo occidental o en crear fábricas de ingeniería pesada o complejos
siderúrgicos.[106 ] 
    
     En tercer lugar, existirían varias ventajas prácticas (algunas de las cuales están
relacionadas) en desvincular la ayuda, esto es, en no insistir en que debería gastarse
en determinados países donantes. La desvinculación de la ayuda prácticamente
eliminaría el elemento de subsidio a los exportadores en los países donantes y por
tanto mediría claramente el coste para los donantes y el subsidio para los
perceptores; separaría el flujo de ayuda de las presiones de los intereses
comerciales, académicos y administrativos, para los cuales a menudo la ayuda
exterior presenta mercados protegidos o empleos agradables; alejaría
considerablemente la sospecha muy extendida de que la ayuda exterior es un medio
de imponer bienes invendibles; y simplificaría la administración de ayuda en los
países donantes.
    
    La sugerencia de que la ayuda debería desvincularse no debe confundirse con la
de que debe canalizarse a través de las agencias internacionales. Esta última
sugerencia, que ahora tiene una amplia publicidad, casi con toda seguridad
produciría resultados extremadamente antieconómicos. Si la ayuda se distribuyese
de esta forma se rompería la conexión entre el suministrador de ayuda y el
perceptor, con el resultado de que el gasto financiado con la ayuda se examinaría
aún menos atentamente que en la actualidad.[107]  El interés del suministrador de
capital en su uso tiende a incrementar la eficacia de su despliegue. Estos posibles
resultados se dan aparte de las más amplias implicaciones políticas del sustancial
incremento de los recursos y poder de las agencias internacionales que les
correspondería si fuesen responsables de la asignación de la ayuda exterior.

98
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    Se puede objetar que la adopción de los criterios propuestos en esta sección para
la asignación de ayuda equivaldría a una interferencia injustificada e inaceptable en
las políticas interiores de los perceptores. Esta objeción es falsa por lo menos por
dos razones. En primer lugar, la ayuda exterior necesariamente afecta las políticas
internas de los perceptores, como resulta obvio en un examen atento y como queda
claro a partir de varios argumentos expuestos en este trabajo. En segundo lugar, la
ayuda exterior representa donaciones de capital escaso. La demanda de ayuda
siempre y necesariamente excede la cantidad disponible, que, por tanto,
inevitablemente se raciona. La ayuda a un perceptor no sólo disminuye los recursos
de los donantes sino que también reduce la ayuda disponible para otros. Y si se
utiliza de forma ineficiente por parte de algunos perceptores, las necesidades futuras
agregadas se incrementarán. Por tanto, los donantes tienen un interés ineludible en
el uso al que se destina la ayuda y deberían interesarse convenientemente por las
políticas económicas de los perceptores. Los otros perceptores de ayuda tienen un
interés análogo. Si algunos gobiernos perceptores persiguen políticas que dañan de
forma manifiesta las perspectivas de desarrollo de sus países, las mismas pueden
afectar negativamente, y por partida doble, las perspectivas de otros países pobres
que reciben ayuda: en primer lugar, aumentando la impopularidad de los programas
de ayuda dentro de los países donantes; y, en segundo lugar, incrementando sus
propias necesidades futuras.
    
    Sin embargo, es improbable que la ayuda se reforme siguiendo las directrices
sugeridas en esta sección. Pero aun en el caso de que lo fuese, la ayuda exterior,
que no afecta ni puede afectar favorablemente los principales determinantes del
desarrollo, es poco probable que sea un instrumento importante, por no decir
indispensable, para el progreso material de los países pobres.
    
    APÉNDICE A LA PARTE A: ARGUMENTOS ESPECÍFICOS EN
FAVOR DE LA PLANIFICACIÓN 108
    
    La mayoría de las discusiones contemporáneas dan por sentada la defensa de la
planificación global. Sólo esporádicamente se presentan argumentos que parezcan
basarse en razonamientos técnicos o tener un contenido especifico Estos se dirigen a
públicos más especializados que el tratamiento axiomático de este tema y, por tanto,
se examinan de forma más apropiada en este apéndice, que está dirigido en primer
lugar al lector especializado, que en el texto del capítulo. La argumentación más
ampliamente divulgada insiste en que se precisa de la planificación para
incrementar el ahorro y la inversión; para desarrollar la industria manufacturera,
especialmente la producción local de bienes de capital (industria pesada); para
subsanar la falta de dotes empresariales en la población; o para asegurar economías
externas.
    
    Elevación del nivel de ahorro e inversión. — El más conocido de los argumentos

99
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

cuasitécnicos en favor de la planificación central global es la necesidad de


incrementar el ahorro y la inversión, que a veces se denomina ahorro forzoso. Este
influyente argumento es irrelevante. En primer lugar, gran parte de la planificación
no tiene como finalidad, incluso ostensiblemente, el incremento de las tasas de
ahorro o de inversión. Piénsese, por ejemplo, en las autorizaciones de la actividad
comercial e industrial. Sin duda, los principales elementos constituyentes de la
planificación global reducen el ahorro y la inversión. Como ejemplos pueden darse
las restricciones al funcionamiento y expansión de empresas industriales
organizadas o las restricciones a la entrada y despliegue del capital extranjero. Estas
políticas son corrientes en países en los que la planificación global es la política
oficial. En segundo lugar, el ahorro y la inversión pueden fomentarse mediante
políticas fiscales y financieras, así como mediante distintas medidas destinadas a
estimular el cambio institucional sin planificación global. Sólo por citar los
ejemplos más evidentes, pueden incrementarse mediante un superávit presupuestario
o mediante incentivos al abono privado.
    
    Totalmente aparte de la inaplicabilidad de esta argumentación existe también la
cuestión más amplia de la justificación del ahorro forzoso. El argumento en favor
de tal política no es más sólido que la defensa del trabajo obligatorio. Si la
población comparte la opinión del gobierno acerca del valor del rendimiento
esperado del gasto en inversión propuesto, el gobierno podría financiarlo mediante
préstamos emitidos en condiciones de mercado, sin controles, imposición especial o
inflación. La detracción forzosa mediante imposición de las ganancias o ahorros de
la gente, con la ostensible finalidad de un incremento futuro del flujo de renta, no se
diferencia en principio del trabajo forzoso. Además, la reducción del consumo es
cierta e inmediata, mientras que el futuro incremento de la renta es especulativo e
incierto.
    
    La relación entre gasto en inversión y desarrollo económico es compleja e
incierta. A menudo se supone que el progreso material de los países pobres depende
principalmente o incluso totalmente del nivel de gasto de inversión. Pero esto es
superficial. No es legítimo suponer que un programa de inversión fomenta el
desarrollo sin investigar acerca de sus rendimientos y repercusiones más amplias.
    
    Las discusiones acerca del desarrollo a mentido suponen una alta tasa de
rentabilidad del gasto total de inversión. La anticipación de un rendimiento elevado
puede ser un criterio Era la valoración de los méritos de determinados proyectos;
pero dar por sentado tal rendimiento confunde un supuesto con un criterio. Esta
cuestión es lo suficientemente importante como para justificar una digresión.
    
    Los méritos de un programa de inversión sólo se pueden valorar apropiadamente
después de estimar los rendimientos esperados o el coste en términos de un uso
alternativo de los recursos. Es más, las repercusiones, tanto de la recogida como del
gasto de los fondos también deben tenerse en cuenta en la medida en que puedan

100
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

averiguarse. Además, el rendimiento se ha de valorar en términos de un incremento


en el flujo de renta total, especialmente de bienes y servicios que componen el nivel
de vida. La expansión de determinados sectores de la economía no indica el avance
económico general.
    
    En lenguaje corriente, todo gasto de dinero que no sea en consumo corriente o
servicios corrientes del gobierno se ha venido a denominar inversión y a
considerarlo generador de renta. Ha surgido un fetiche inversión que ha servido para
justificar falsamente toda clase de gastos y políticas sin consideración del coste,
rendimiento y otras repercusiones. Este enfoque se ha de poner en duda por varios
motivos diferentes.
    
     Incluso la inversión en gran escala no tiene por qué dar lugar a un incremento de
la renta.
    
     1) Las facultades y motivaciones personales, y las instituciones sociales de los
países subdesarrollados, pueden no ir de acuerdo con el progreso material. La
inversión será improductiva sin los necesarios factores o recursos cooperantes, tanto
en la forma de las necesarias ofertas de trabajo como en el sentido más amplio de
las motivaciones y marco institucional apropiados. Salvo en condiciones poco
usuales, la inversión de por sí no fomentará o generará los necesarios recursos
cooperantes o complementarios.
    
     2) La distinción entre inversión y consumo en la práctica es en gran parte
arbitraria. Esta arbitrariedad: que atañe particularmente a los países pobres, tiene
relación con los supuestos méritos de la inversión como instrumento para el
desarrollo económico. Especialmente en los países subdesarrollados es el consumo
y no la inversión el que a menudo sirve para incrementar la capacidad productiva de
los recursos, especialmente de los humanos. Sin consumo, la capacidad productiva
de los seres humanos claramente sería cero. Por tanto, la verdadera cuestión es el
efecto comparativo de distintos esquemas de gasto sobre el nivel de crecimiento de
la renta. Además, la perspectiva de una mejora del consumo constituye a menudo un
incentivo para una mayor actividad económica, tal como se reconoce en el concepto
de bienes incentivo o estímulo. La mayor actividad económica fomentada así, a
menudo toma la forma de esfuerzo adicional o de decisión de producción para la
venta más que para la subsistencia. También puede tomar la forma de inversión
directa adicional en agricultura a costa del tiempo libre. En estas circunstancias, el
consumo y la inversión son complementarios. Tal relación es totalmente normal en
las etapas iniciales del desarrollo económico.
    
    La imprecisa naturaleza de la distinción entre consumo e inversión se ve
subrayada por la arbitrariedad de la distinción entre bienes de capital y bienes de
consumo duradero. La mayoría de los componentes del stock de capital de la
inversión bruta, en especial casas y otros tipos de edificaciones, se ven más

101
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

apropiadamente como conceptos en los que se. gasta la renta, esto es, como bienes
de consumo duradero, que como instrumentos para elevar la renta futura. En
cualquier relación funcional entre inversión y progreso material se ajustan más a
una variable dependiente que a una independiente. Estas formas de gasto de
inversión a menudo representan una proporción sustancial de la inversión bruta
total.
    
    Por el contrario, muchos productos convencionalmente clasificados como bienes
de consumo se parecen más a los bienes de capital productivos en sus efectos sobre
el desarrollo económico, esto es, como instrumento para incrementar el flujo de
renta futura, bien porque sirven de bienes incentivos o bien porque incrementan la
eficacia del esfuerzo, mantienen la salud de las personas de los animales domésticos
o evitan el deterioro de las cosechas y bienes perecederos. Ejemplos corrientes
incluyen los tejidos, artículos metálicos (contenedores, sopletes, bicicletas,
máquinas de coser, herramientas sencillas) e insecticidas. Esta gama de bienes, y las
repercusiones de su uso, son importantes en muchos países pobres. A menudo
suponen una apreciable proporción del gasto total en efectivo y de las
importaciones; y a menudo fomentan de forma sustancial la ampliación de la
producción para el mercado. Por tanto, si se restringe su oferta para estimular la
inversión, ello puede retrasar más que impulsar el desarrollo económico.
    
     3) Tanto las decisiones de inversión públicas como las privadas, pueden no tener
éxito por el hecho de que el rendimiento sea menor que lo esperado o incluso sea
negativo. Tales riesgos son inherentes a las decisiones de invertir. Es menos
probable que los riesgos se puedan aquilatar cuidadosamente si el gasto denominado
inversión se considera productivo per se. El riesgo de fracaso será especialmente
pronunciado y la inversión tendrá menos probabilidades de ser productiva, cuando
aquellos que determinan su volumen dirección no tienen un interés directo en su
despliegue productivo, porque ni soportan el coste ni disfrutan del rendimiento. El
interés del oferente de capital por los costes y rendimientos tiene una gran
influencia en la productividad de la inversión.
    
    Una vez más, los fondos dirigidos públicamente en general no pueden adaptarse
tan estrechamente a la demanda del consumidor o a la oferta de recursos
cooperantes (esto es, a las condiciones del mercado) como la inversión privada, lo
cual es una razón del por qué el gasto de inversión no necesariamente aumenta el
stock de capital generador de renta. Cuando los fondos son suministrados gratis
desde el extranjero, resulta especialmente probable que se malgasten. Es más, aun
en el caso de que el gasto de inversión incremente la producción en comparación
con algunos usos alternativos de los recursos, no se seguirá ningún incremento de
los niveles de vida presentes o futuros a menos que la producción esté relacionada
con la demanda del consumidor.
    
     4) La recolección de recursos para la inversión financiada o garantizada por el

102
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

gobierno a menudo tiene un efecto sustancial de desincentivo al ahorro, esfuerzo y


capacidad emprendedora, debido a los impuestos y controles establecidos con este
objeto. Estos efectos de eliminación del incentivo fácilmente pueden compensar, o
más que compensar, el incremento potencial de renta debido a la inversión. La
aportación de la inversión al desarrollo es un factor neto una vez se han tenido en
cuenta las repercusiones tanto de la recogida como del gasto de los fondos. Estas
repercusiones incluyen no sólo la disminución de recursos en las actividades y
sectores desde los que se han trasladado, sino también las consecuencias de su
recogida sobre el incentivo a ahorrar, a invertir, a asumir riesgos a hacer esfuerzos
y a producir para la venta. Sin embargo, muchas discusiones sobre planificación
consideran el gasto del estado para desarrollo como un simple incremento de los
recursos, sin tener en cuenta el origen de los fondos o las repercusiones de su
recogida.
    
    Este enfoque constituye, en parte, un ejemplo de la práctica de la economía sin
costes, esto es, un tratamiento que ignora los usos alternativos s de los recursos
absorbidos por una actividad. En parte, el enfoque también es un ejemplo de
identificación del estado con el país en su conjunto. Este tratamiento considera los
recursos que llegan al estado como una ganancia nacional y los recursos
decomisados como una pérdida nacional. Por ejemplo, cuando los ciudadanos de un
país logran evadir los controles de cambio y venden moneda directamente a los
compradores extranjeros en vez de venderla a los representantes del control de
cambios, eso se describe a menudo corno un pérdida nacional. De hecho lo que ha
ocurrido es que algunos ciudadanos privados han logrado mantener algunos de sus
recursos fuera del control del gobierno.
    
     El deseo de alcanzar un nivel concreto de gasto de inversión puede servir como
base real o aparente para imponer una serie de controles que a menudo impiden el
crecimiento de la renta. Este resultado resulta particularmente probable cuando los
controles restringen la movilidad ocupacional o geográfica; cuando restringen los
contactos económicos exteriores; cuando exacerban la tensión política; cuando
desvían la energía de la vida económica a la actividad política; y cuando dan lugar a
un sentimiento de inseguridad que afecta negativamente al ahorro y a la inversión
interiores y fomenta la exportación de capital. Todo esto son probables
circunstancias concomitantes de la existencia de amplios controles en los países
subdesarrollados. Estas repercusiones refuerzan los efectos más corrientes de los
controles sobre los incentivos o la asignación de recursos.
    
    5) La preocupación por el nivel de gasto de inversión ha llevado a un descuido de
los principales factores que afectan al desarrollo, tales como la aparición de la
economía de cambio, el establecimiento de adecuados arreglos institucionales, el
progreso del conocimiento técnico y la ampliación de los contactos interregionales.
Estas influencias y desarrollos pueden dar lugar a cambios significativos en las
actitudes y costumbres y a menudo también dan lugar a la aparición de nuevas

103
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

necesidades, métodos de producción y a la introducción de nuevas cosechas. Tales


desarrollos evidentemente pueden mejorar mucho la productividad y recursos,
incluso sin formación neta de capital. Que se den tales desarrollos puede venir
afectado en forma significativa por los costes y repercusiones de un programa
importante de inversiones. Las repercusiones pueden ser favorables o adversas. La
acción del gobierno a menudo es indispensable para la promoción de desarrollos
favorables en este campo. Estas capacidades tienden a ser descuidadas y oscurecidas
por la preocupación por el nivel de gasto de inversión convencional. Por ejemplo,
esta preocupación lleva a un exceso de énfasis en las instalaciones materiales y al
correspondiente descuido del posible desarrollo de los recursos humanos.[109] 
    
    Éstas son algunas de las razones del porqué un programa de inversión en gran
escala no necesariamente fomenta el progreso material de los países pobres y puede
retrasarlo en comparación con un programa menos ambicioso.
    
    Los problemas de valorar los probables resultados de un programa de inversión
lógicamente son distintos de los problemas de determinación de sus resultados. En
la práctica los dos conjuntos de problemas a menudo se hallan interrelacionados y
presentes al mismo tiempo. Cuando en términos generales se supone que el gasto en
inversión es productivo, o más concretamente cuando se considera que esto es así
para cualquier gasto denominado inversión, la valoración objetiva de los
rendimientos de la inversión o de los resultados más amplios del programa resulta
particularmente improbable.
    
    A menudo existen muchas dificultades para determinar los resultados incluso ex
post, por no referirnos a los méritos más amplios de un programa importante de
inversión. Las dificultades incluyen por supuesto los problemas debidos a la
actuación simultánea de innumerables influencias que afectan a los fenómenos
económicos, y al retardo en el tiempo, en la respuesta de los productores y
consumidores a cambios en las condiciones y en las variables. Todos estos
problemas resultan particularmente acentuados cuando se considera el
funcionamiento de la economía en su conjunto y se relaciona con la actuación de
variables concretas.
    
    A veces se sugiere o se da por supuesto que el gasto de inversión da lugar a un
aumento casi simultáneo de la renta. Pero esto resulta claramente infundado. La
inversión sólo puede ser productiva si incrementa la renta por encima del coste de
los activos, cuestión que sólo puede establecerse después de un período de arios y
dependiendo de la duración de la vida de los activos.[110] 
    
     Las dificultades de valorar los méritos y de averiguar los resultados de los
principales programas de inversión en los países pobres se ven exacerbadas por la
presencia de importantes tipos de capital y de formación de capital que a menudo
eluden la observación y medida, y que frecuentemente se descuidan en discusiones

104
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

tanto de la literatura como de las estadísticas convencionales. Con mucho, la más


importante de estas categorías está representada por las propiedades agrícolas
cultivadas. Otras incluyen ganado, estructuras simples y diferentes tipos de equipo y
de stocks comerciales. Muchos problemas conceptuales y estadísticos de la
medición del capital se destacan cuando se consideran estos tipos de capital y
especialmente las propiedades agrícolas.
    
    La formación de capital que supone un incremento de estos activos es importante
cuantitativa y cualitativamente, debido a la importancia relativa de la agricultura y
de sus actividades auxiliares en la economía; y es importante cualitativamente
debido al papel de este tipo de formación de capital en la transición de una
producción de subsistencia a una economía de mercado. A menudo puede ampliarse
el stock de algunos de estos tipos de capital, especialmente las propiedades
agrícolas, o mejorar su productividad, por la aplicación de esfuerzo sin inversión
monetaria.
    
    Estos capítulos descuidados de la formación de capital generalmente se ven
afectados por la política del gobierno, incluyendo la hacienda pública y la
imposición de controles. Si se ignora estos capítulos, las repercusiones de la política
del gobierno sobre los mismos también se pasará por alto. Por consiguiente, la
política no puede estar encaminada a la maximización de resultados favorables
sobre la formación de capital productivo. Resultados desfavorables sobre el
volumen y productividad de estos capítulos de formación de capital y sobre el
crecimiento de la renta son muy probables cuando todo el gasto monetario,
convencionalmente y a menudo arbitrariamente denominado inversión, se considera
productivo; y cuando el consumo es complementario y no competitivo con estos
capítulos descuidados de la formación de capital. Estas dos condiciones se hallan
muy presentes en el mundo subdesarrollado: la primera, como resultado de la moda
actual, y la última, como característica general de las economías que se modernizan.
Esta larga discusión puede resumirse brevemente. La acumulación de capital a
menudo es un poderoso instrumento de adelanto material. Pero la idea de que el
gasto de inversión es prácticamente decisivo en el incremento de la capacidad
productiva precisa para el desarrollo, en el mejor de los casos es una simplificación,
y más a menudo simplemente resulta infundada por el hecho de que no refleja los
hechos.[111]  La inversión es un concepto o categoría demasiado general y vago
como para que aporte criterios válidos para la política de desarrollo.[112]  Antes de
que pueda servir incluso como criterio parcial para esta finalidad es necesario
examinar con detalle los métodos y repercusiones de un programa de inversiones,
incluyendo las repercusiones de los distintos métodos de captación de fondos. Las
ideas de que el gasto denominado inversión es productivo y de que un incremento
del volumen de ahorro e inversión monetarios es necesario y posiblemente
suficiente para el desarrollo material, han causado un enorme despilfarro en todo el
mundo subdesarrollado. En todo caso, no se precisa la planificación central para

105
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

incrementar el ahorro y la inversión, y es mucho más probable que dificulte, en vez


de fomentar, el ahorro e inversión productivos.
    
    Fomento de la industria manufacturera. — El segundo argumento en
importancia, cuasitécnico o específico, en favor de la planificación central sugiere
que esta política es necesaria para acelerar el desarrollo de la industria
manufacturera, que se supone indispensable para el adelanto económico.[113]  Este
argumento, una vez más, no es significativo: el desarrollo de la industria
manufacturera no depende de la planificación central global; y el desarrollo no
depende de la ampliación del sector manufacturero.
    
    A menudo se ha dado desarrollo de la industria manufacturera sin ayuda estatal.
Muchas veces se ha fomentado mediante aranceles u otros subsidios, sin
planificación central en el sentido normalmente aceptado del término. Sin duda
hasta bien entrado el siglo XX la ayuda estatal no estaba ligada a propuesta de
planificación central. Queda claro, pues, que la planificación central global no es
necesaria para el fomento de la industria manufacturera.
    
    La relación entre el nivel de desarrollo económico y la importancia relativa de la
industria manufacturera es mucho menos tajante de lo que a menudo se sugiere en
las discusiones actuales. En términos generales resulta cierto que los países más
ricos están, en conjunto, mucho más industrializados que los países pobres, si bien
existen muchos países (Nueva Zelanda, Canadá, Dinamarca) en los que la
proporción de población ocupada en la industria manufacturera es más baja y la
ocupada en la agricultura más elevada que en otros países en que las rentas per
capita son más bajas (Bélgica, Reino Unido, Hong Kong, entre otros). Sin embargo,
las referencias corrientes a estas relaciones confunden una correlación estadística
con una relación de causa-efecto. Tanto la riqueza relativa como el más alto grado
de industrialización de los países ricos reflejan la posesión de valiosos recursos,
incluyendo técnicas y experiencia. Por tanto, ambos fenómenos son principalmente
variables dependientes de otras influencias. La vulgar sugerencia de que existe una
relación causa-efecto entre el crecimiento de la industria manufacturera y el
desarrollo económico, es análoga a sugerir que debido a que hay más peluqueros,
agentes de seguros y televisores en los países ricos que en los pobres, la promoción
de estas actividades aumentaría la riqueza de los países pobres. Sin duda, este
argumento en favor de la industrialización, como alguien dijo una vez, es análogo a
la sugerencia de que fumar puros caros hará rica a la gente puesto que es la gente
rica la que fuma puros caros.
    
    Además, en la medida en que el porcentaje de gente empleada en las industrias
de servicios en comparación con las manufactureras, es mayor en los países ricos
que en los pobres (al menos de acuerdo con las estadísticas convencionales), los
defensores de la industrialización acelerada deberían proponer apropiadamente el
desarrollo acelerado de las industrias de servicios.

106
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    Finalmente, los actuales países industrializados avanzados, ya eran prósperos
cuando todavía eran predominantemente agrícolas, con rentas mucho más altas de
las que prevén muchos países pobres para las próximas décadas.
    
    Gran parte de la discusión en este campo se ve confundida por una tendencia a
fijarse en determinadas actividades y sectores. La producción de estas actividades o
sectores se trata en cierto modo como si constituyese un incremento neto
equivalente de la producción total. Este enfoque ignora el coste en términos de usos
alternativos de los recursos y también la demanda económica de la producción.
Tener que subvencionar a una determinada actividad económica que da lugar a una
producción vendible, establece una presunción en el sentido de que los recursos
serían más productivos en otro lugar de la economía. No todo tipo de actividades
surgirían sin apoyo gubernamental o planificación central global, pero de esto no se
sigue que su aparición suponga un uso eficiente de los recursos o que fomente el
progreso económico. La misma consideración es aplicable a la defensa de la
sustitución de importaciones patrocinada por el estado.
    
    Una variante del argumento en favor de la industrialización acelerada defiende la
implantación de industrias de bienes de capital, que se consideran necesarias para el
progreso material, al tiempo que la planificación central se juzga necesaria para el
desarrollo de estas industrias.
    
    El establecimiento previo de industrias de bienes de capital no es un requisito
previo del adelanto económico de países particulares. Existen muchos países
adelantados que ya eran muy prósperos antes de que tuviesen industrias locales de
bienes de capital. Sin duda hay muchos países ricos que incluso ahora no producen
sus propios bienes de capital.
    
    La sugerencia de que los países subdesarrollados tienen que desarrollar sus
propias industrias de bienes de capital como requisito previo del desarrollo refleja
un intento de seguir la estrategia de la política económica soviética. Dicha política
no tenía por objeto el fomento de niveles de vida altos sino que perseguía metas
políticas completamente diferentes. Es más, se llevó a cabo en condiciones
radicalmente diferentes de las que prevalecen en los países subdesarrollados donde
se está aceptando este prototipo. Los argumentos que se utilizan en apoyo de la
necesidad de desarrollar  industrias de bienes de capital en estos países raramente
mencionan los costes en términos de uso alternativo de los recursos, o la demanda
de los productos o los efectos del programa sobre el nivel de vida.
    
    Los programas de industria pesada de muchos países subdesarrollados no han
producido rendimientos dignos de consideración y a menudo han tenido
rendimientos nulos o negativos. También han servido para desviar recursos de
bienes de consumo necesitados urgentemente, incluyendo bienes incentivo. Y han
desviado los recursos y la atención del gobierno del gasto en servicios básicos tales

107
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

como industrias de servicios, incluyendo el desarrollo turístico. A menudo estos


proyectos también han hecho cargar al país con organizaciones que no pueden ser
manejadas por el personal local.
    
    Igual que el término inversión, industrialización es demasiado vago para servir de
criterio útil para la política o de índice de progreso material, o incluso como terna
de discusión. A menudo el término se usa indistintamente para significar el
crecimiento a largo plazo de la industria manufacturera; una política de
manufacturación subvencionada; o la modernización general de la actividad
económica y de la sociedad circundante. La expresión no tiene significado a menos
que se aclare en cuál de estos sentidos se emplea.
    
    Pueden hacerse aquí, entre paréntesis, algunas observaciones que se refieren tanto
a la industrialización acelerada como a cuestiones más amplias de política de
desarrollo. Existen varias razones para que en muchos países pobres una gran
proporción de dependencia continuada de la agricultura, en especial de la
producción agrícola para la venta, es probable que suponga la más efectiva
utilización de los recursos con vistas a la obtención de niveles de vida más
elevados. Una razón es el conocido argumento basado en los costes comparativos.
Otra razón, menos conocida, es que la producción de cosechas para la venta
constituye una ruptura menor con los métodos tradicionales de producción que la
industrialización subvencionada o forzosa. La agricultura ha sido la ocupación
principal en la mayoría de estos países durante siglos incluso milenios. Por tanto, en
la producción de cosechas para la venta, las dificultades de la adaptación de
actitudes e instituciones durante la transición de una producción de subsistencia a
una economía de cambio o monetaria, no se ven complementadas por la necesidad
de tener que adquirir al mismo tiempo conocimientos acerca de métodos y técnicas
de producción enteramente nuevos. Después de emplear algún tiempo en el cultivo
de cosechas para la venta, la gente encuentra más fácil acostumbrarse a las formas,
actitudes e instituciones apropiadas para una economía monetaria. Esta mayor
familiaridad con la economía monetaria facilita la industrialización efectiva. En
estas condiciones de transición de una economía de subsistencia a una monetaria,
las condiciones más extendidas en los países pobres, la producción de cosechas de
fácil salida y la industrialización efectiva son, por tanto, complementarias en el
tiempo. El desfavorable contraste que a menudo se establece entre la agricultura y la
industria, en detrimento de la primera, constituye un ejemplo de una aproximación
estática y no histórica al desarrollo económico, una aproximación que resulta
inapropiada para el desarrollo histórico de las sociedades.
    
    Compensando la falta de iniciativa. --Otro argumento que se propone en favor
de la planificación central global cita como ejemplo la supuesta falta de talento
empresarial constructivo en los países pobres, y particularmente la falta de
capacidad por parte de la población para adoptar una visión a largo plazo en la
inversión. La cuestión que se plantea es cómo y de dónde el gobierno puede

108
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

conseguir el talento (incluyendo la inclinación a los negocios) si no se da en la


sociedad.
    
    De hecho, en muchos países pobres existe mucha capacidad de iniciativa, si bien
se muestra en formas apropiadas a estas sociedades, que son diferentes de las de los
países adelantados. La capacidad de iniciativa se manifiesta en la creación v
funcionamiento de empresas comerciales y de transporte-comparativamente
pequeñas y de propiedades agrícolas que producen cosechas para la venta. La
presencia, significación y manifestaciones de estos tipos de iniciativa en los países
subdesarrollados son pasadas por alto por parte de los observadores quienes juzgan
estos asuntos en gran parte con base en la experiencia occidental contemporánea.
    
    Como hemos señalado, importantes tipos de inversión en la agricultura son
ignorados en las discusiones sobre inversión en los países subdesarrollados, y se
excluyen de las estadísticas convencionales. Algunos de estos tipos de inversión,
especialmente la creación y explotación de propiedades con plantaciones de árboles,
reflejan claramente capacidad para adoptar una visión a largo plazo.
    
    Es cierto que existen sociedades en las que hay escaso espíritu de iniciativa. Su
ausencia refleja una sociedad en la que las facultades, actitudes e instituciones son
desfavorables para el adelanto material. No está claro de dónde podría conseguir el
gobierno esa iniciativa en estas condiciones. Por las razones señaladas en el texto, la
planificación global es probable que obstruya más que fomente la aparición de
iniciativa.
    
    Aportación de economías externas. — Otro argumento en favor de la
planificación central sugiere que ésta es necesaria para conseguir los beneficios de
las llamadas economías externas, a veces conocidas como beneficios-
desbordamiento. Se trata de economías que surgen en el proceso productivo, pero
cuyos beneficios totales no revierten en las empresas individuales que los generan, y
que por tanto no se tienen muy en cuenta en las decisiones de las empresas
individuales.
    
    Este argumento en favor de la planificación central da por sentada la cuestión.
Las actividades promovidas por la planificación central implican una transferencia
de recursos a determinados usos y una correspondiente disminución de actividad y
de economías externas en otro punto de la economía. Existe beneficio neto
únicamente si la aparición y crecimiento de actividades fomentadas por la política
producen bienes, servicios y economías externas que exceden en valor a los que se
han perdido en otro lugar a causa de la desviación de recursos, teniendo también en
cuenta las otras varias repercusiones de la transferencia de recursos. Resulta
improbable que vaya a haber alguna economía neta significativa, por no decir
economías suficientes, para compensar los mayores costes e implicaciones de la
política. Las circunstancias muy especiales y excepcionales precisas para satisfacer

109
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

esta condición deberían especificarse con detalle; esto generalmente no se acomete


en la literatura sobre el tema.
    

[Ir a tabla de contenidos]


Capítulo III
LA ECONOMÍA DEL RESENTIMIENTO: COLONIALISMO Y
SUBDESARROLLO [114] 

    1. SITUACIÓN COLONIAL Y PROGRESO MATERIAL 


    
    Durante las últimas décadas, especialmente desde la primera guerra mundial y
aún en mayor medida desde la segunda, han abundado en las publicaciones
afirmaciones y sugerencias, tanto en los países subdesarrollados como en Occidente,
afirmando que las masas de los países subdesarrollados están muy preocupadas por
su pobreza y alegando también que tanto en estos países como en Occidente se
reconoce ampliamente que éste ha causado la pobreza del mundo subdesarrollado,
especialmente a través de varias formas de colonialismo. [115] 
    
     De hecho, resulta muy dudosa la medida en que se hallan extendidos estos
sentimientos en los países pobres. Cierta familiaridad con varios de ellos me
sugiere que la gran mayoría de la gente sabe poco acerca de tales asuntos, no
compara su suerte con la de la población de países lejanos. Y no atribuye ninguno
de sus problemas a acciones presentes o pasadas de los países occidentales. La gran
mayoría están preocupados por sus propias vidas cotidianas; en África y Asia no
cabe duda de que la gran mayoría normalmente sabe o se cuida poco de la política
más allá del nivel tribal o de pueblo. Pero existe mucha gente vocal y políticamente
influyente, tanto en los países subdesarrollados como en Occidente, que han hecho
una eficaz campaña en favor de la noción de la responsabilidad occidental por la
pobreza de los primeros. Han conseguido una amplia publicidad y una considerable
aceptación política de esta opinión, así como de las nociones afines de que las
masas de los países subdesarrollados están resentidas por las diferencias
internacionales de renta que atribuyen a la explotación de Occidente.
    
     La disposición por parte de la opinión articulada de Occidente a aceptar las
afirmaciones de estos grupos ruidosos como representativos de la opinión general
de la gente del mundo subdesarrollado, intensifica la eficacia política de estos
grupos y aporta una falsa verosimilitud a su demanda de representar la opinión
masiva. Pero su éxito político no respalda ni la aseveración de la responsabilidad
occidental ni su pretensión de representar la opinión de la masa; la eficacia política
tiene poco que ver con la valoración objetiva.
    
    Defenderé en primer lugar que no es cierto que Occidente haya causado la
pobreza del mundo subdesarrollado, bien sea a través del colonialismo o de otra

110
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

forma. Examinaré entonces otras cuestiones algo más especulativas, y trataré de


identificar los grupos y sectores, tanto en los países ricos como en los pobres, que
están en situación de obtener ganancias por la aceptación de la idea de la
responsabilidad occidental por la pobreza de los países subdesarrollados; trataré
también de examinar las razones de su éxito en la propagación de esta idea,
especialmente en Occidente.
    
    El decimocuarto principio general de la primera Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), aporta un punto de partida
adecuado para la discusión.
    
    La completa descolonización, en cumplimiento de la declaración de las Naciones
Unidas sobre la concesión de la independencia a los países y hombres colonizados y
la liquidación de los residuos de colonialismo en todas sus formas, es una condición
necesaria para el desarrollo económico y el ejercicio de derechos soberanos sobre
los recursos naturales.
    
    Dejando a un lado, por el momento, las cuestiones de significado e interpretación
del colonialismo (especialmente “colonialismo en todas sus formas"), es falso
afirmar que la situación colonial es incompatible con el progreso material, y que su
eliminación es una condición necesaria para el desarrollo económico. Algunos de
los países más ricos fueron colonias en su historia inicial, en especial los Estados
Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda; y estos países ya eran prósperos
cuando todavía eran colonias.
    
    La situación colonial tampoco ha impedido el progreso material, a partir de
condiciones extremadamente primitivas, de los territorios africanos y asiáticos que
se convirtieron en colonias en el siglo XIX. Muchos de estos territorios tuvieron un
rápido progreso económico entre la segunda mitad del siglo xix, cuando se
convirtieron en colonias, y mediados del siglo XX, cuando muchos de ellos
alcanzaron la independencia.
    
    En el primer capítulo hemos presentado algunas estadísticas de este progreso.
También señalamos que las estadísticas por sí solas no pueden expresar los amplios
y profundos cambios que han tenido lugar en algunas de estas zonas. El impacto de
estos cambios muchas veces ha determinado considerables tensiones debido a
dificultades personales, sociales y políticas de adecuación al rápido cambio,
especialmente la adaptación de las actitudes y de las instituciones sociales. Muchos
de los problemas sociales y políticos de las ex colonias reflejan las dificultades de
un adelanto rápido y desigual y no las del estancamiento y retroceso.
    
    Por tanto, el decimocuarto principio general de la UNCTAD, donde se dice que
situación colonial y progreso económico son incompatibles, resulta claramente
falso. Sin embargo, ha sido anunciado, publicado y divulgado formal y
solemnemente por una conferencia de las Naciones Unidas realizada gracias al

111
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

apoyo financiero y moral de los gobiernos occidentales. No obstante, las enfáticas


declaraciones no proporcionan sentido a lo que de forma inmediata se puede
demostrar que carece de él.
    
    Si bien, tal como hemos visto, no es cierto que la situación colonial es
incompatible con el progreso material, la cuestión de si la situación colonial ha
fomentado el progreso material no puede asegurarse o demostrarse de forma tan
concluyente, puesto que la respuesta a esta cuestión depende en parte de qué
regímenes políticos habrían prevalecido en otras circunstancias en las zonas
coloniales de África y Asia, y también de los supuestos efectos de sus políticas en
el desarrollo económico. Sin embargo, es muy probable que a lo largo del último
siglo el establecimiento del régimen colonial en África y Asia haya fomentado, y no
retardado, el progreso material. Con relativamente escasa coacción o incluso
interferencia en las vidas de la gran mayoría de la gente, los gobiernos coloniales
establecieron la ley y el orden, salvaguardaron la propiedad privada y las relaciones
contractuales, organizaron los servicios básicos de transporte y sanidad, e
introdujeron algunas modernas instituciones financieras y legales. Este medio
también favoreció el establecimiento o ampliación de contactos exteriores, que a su
vez estimularon la entrada de recursos externos, en especial de procedimientos
administrativos, comerciales y técnicos, así como de capital. Estos contactos
también pusieron al corriente a la población acerca de nuevas necesidades,
cosechas, bienes y métodos de cultivo y sirvieron para establecer nuevos mercados
para los productos locales y para abrir nuevas fuentes de oferta de una amplia gama
de bienes. Estos cambios dieron lugar a una nueva visión sobre el progreso material
y sobre los medios para conseguirlo: para bien o para mal, estos contactos
fomentaron el desgaste de los valores, objetivos, actitudes y costumbres
tradicionales que impedían el progreso material.
    
    No es probable (si bien esto no puede probarse de forma concluyente) que en
ausencia del régimen colonial, el medio social, político y económico del África y
Asia colonial hubiera ido más de acuerdo con el progreso material. Sin duda lo que
llevó en muchos casos al establecimiento del régimen colonial fue la presencia de
condiciones desfavorables para el progreso material, especialmente la frecuencia de
las guerras civiles y tribales y el predominio de la esclavitud. Si bien no es cierto
que el colonialismo trajera la pobreza, algo de cierto hay en la noción de que la
pobreza trajo al colonialismo. La presunción de que el régimen colonial ha
fomentado más que retrasado el desarrollo económico durante el último siglo se ve
respaldada por el atraso material de algunos estados independientes en comparación
con ex colonias en la misma región, tales como Etiopía y Liberia en comparación
con Uganda y Ghana.
    
    2. ¿COLONIALISMO COMO EXPLOTACIÓN?
    
    La idea de que el régimen colonial ha impedido o al menos retrasado el adelanto

112
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

económico se deriva de varias fuentes, o más precisamente se compone de varias


ideas distintas pero relacionadas.
    
    La primera de ellas es la supuesta naturaleza explotadora del colonialismo
político o imperialismo. Si bien los conceptos de explotación, colonialismo e
imperialismo son todos ambiguos, su sentido amplio está bastante claro en la
literatura política y económica del siglo XX. La noción de explotación generalmente
no se refiere al saqueo del tipo que a menudo acompañaba la conquista militar antes
del siglo XX, ni siquiera a los impuestos de las colonias para beneficio de la
metrópoli. La supuesta explotación se refiere principalmente a la conquista de
países con el fin de asegurar mercados para el capital y los productos,
supuestamente necesitados por él en otero caso inevitable declive (o incluso
desaparición) de la tasa de beneficio, y por la necesidad pareja de encontrar salidas
para los bienes no vendibles en el país debido a la insuficiente capacidad de compra
de las masas explotadas. Famosos exponentes de este punto de vista incluyen J. A.
Hobson, H. N. Brailsford, Leonard Woolf y sobre todo, Lenin.
    
    El imperialismo, etapa superior del capitalismo, de Lenin, obra de insignificante
calidad intelectual, pero de amplias consecuencias políticas, ha tenido una enorme
influencia tanto en los países desarrollados como subdesarrollados, especialmente
entre los millones de personas que pueden calificarse de lectores por delegación —
aquellos que no han leído el libro pero saben de su contenido sólo de oídas. El libro
es muy inferior a muchos escritos de Marx y Engels y también a otras obras de
Lenin. La principal razón de su influencia es que el autor se adueñó de un enorme
país que, en parte por medio de él, se ha convertido en una potencia mundial y ha
afectado de forma penetrante el curso de la historia contemporánea.
    
    La tesis leninista parece explicar las razones de la expansión europea del siglo
XX en África y Asia, logrando justificar al mismo tiempo el fracaso de las
principales profecías marxistas de baja de los salarios reales, beneficios decrecientes
y crisis cada vez más profundas. Este último aspecto de la tesis del imperialismo
económico tiene un atractivo evidente para los marxistas.
    
    Los defectos evidentes y corrientes de la ideología del imperialismo económico y
de la explotación económica, especialmente en su versión leninista, incluyen, entre
otros, los siguientes: hasta la primera guerra mundial (período cubierto por esta
literatura) la gran mayoría de las exportaciones de capital de los países adelantados
no fue a las colonias sino a países independientes, mayormente a otros países
adelantados; varios de los países más ricos sin duda no fueron exportadores sino
importadores de capital; Reino Unido, la principal potencia colonial, siguió una
política de puertas abiertas, de libre comercio con sus colonias. Además, la mayor
parte de esta literatura no se hace la pregunta obvia: ¿cómo podría gente
extremadamente pobre (o incluso, gente materialmente primitiva como en África)
pagar el capital y los bienes introducidos por la fuerza por capitalistas en busca de

113
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

beneficios? [116]   
    
     La naturaleza inconsistente de la tesis de la explotación imperialista no ha
disminuido su eficacia política. Numerosos ejemplos de esta influencia pueden
encontrarse en las obras de políticos africanos y asiáticos. Por ejemplo, abundan en
los escritos del doctor Nkrumah, que hasta su caída fue uno de los líderes africanos
más influyentes y cuyas palabras se citaban ampliamente y se respetaban mucho, no
sólo en África sino también en Occidente. He aquí algunas observaciones
características:
    
     Por tanto lodos los imperialistas, sin excepción, desarrollaron los medios, sus
políticas coloniales, para satisfacer los fines, la explotación de los territorios
súbditos para el engrandecimiento de los países metropolitanos. Todos fueron
rapaces, todos ellos supeditaron las necesidades de las tierras sometidas a sus
propias demandas; todos ellos limitaron los derechos y libertades humanas; todos
ellos reprimieron, despojaron, degradaron y oprimieron. Cogieron nuestras tierras,
nuestras vidas, nuestros recursos y nuestra dignidad. Sin excepción, no nos dejaron
nada sino nuestro resentimiento ... Fue cuando ellos se hubieron ido y nos
enfrentamos con la pura realidad, como en Ghana al día siguiente de nuestra
independencia, cuando repentinamente nos dimos cuenta de la miseria del país
después de largos arios de régimen colonial.[117] 
    
     Estas observaciones, políticamente efectivas como fueron y todavía son a
menudo, ignoran ante todo el extremado atraso del África subsahariana pre-colonial.
Por ejemplo, aparte de excepciones sin importancia, [118]  en el África
subsahariana no había escuelas; junto a la falta de capacidad para leer y escribir,
prácticamente no había carreteras o incluso caminos y pocos contactos pacíficos
entre las distintas tribus. Los africanos todavía dependen en gran parte de las
comunicaciones construidas por extranjeros.
    
     Estas observaciones características del doctor Nkrumah ignoran también el
rápido progreso de muchas de las zonas con las que Occidente estableció contacto; y
también el hecho de que el Reino Unido, la principal potencia colonial, siguió una
política de puertas abiertas y libre comercio. De hecho sus afirmaciones no guardan
relación con la realidad. [119] 
    
    3. COLONIALISMO Y SOBERANÍA
    
    Un argumento más reciente y menos conocido, aunque influyente y bastante
distinto de la tesis leninista, apunta que el colonialismo político ha retrasado el
progreso económico de las colonias al privarlas de los beneficios económicos de un
estado nacional soberano. Esta opinión se halla claramente implícita en algunos de
los escritos del profesor Gunnar Myrdal. Escribe:
    
     Desde un punto de vista, el efecto más importante del colonialismo se relacionó

114
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

con el hecho negativo de que la nación dependiente fue despojada de su categoría


de nación y no tenía un gobierno propio que pudiese sentir la necesidad de tomar
medidas protectoras y de fomento con el fin de promover el crecimiento equilibrado
de la economía nacional. La falta de independencia política supuso la ausencia de
un propósito unificador e integrador en la colectividad ... La independencia política
que han ganado por sí mismos o que ahora están ganando, constituye su activo más
precioso: el estado nacional. [120] 
    
    Tales sugerencias exageran las capacidades del poder estatal como instrumento de
progreso económico. Una política gubernamental inapropiada puede retrasar el
progreso material o incluso impedirlo enteramente, en especial cuando un gobierno
no puede mantener la ley y el orden o cuando establece un amplio y estrecho control
sobre la vida económica. Pero no existe razón alguna para creer que la conducta de
los gobiernos soberanos hubiera sido más favorable al desarrollo económico a lo
largo del período relevante que la de los regímenes coloniales. La experiencia de los
países independientes en las primitivas regiones coloniales de África y Asia, tanto
en el siglo XIX como en el XX, sugiere firmemente lo contrario.
    
     El profesor Myrdal y sus seguidores con frecuencia culpan a los regímenes
coloniales por su fracaso en perseguir políticas activas de desarrollo económico,
especialmente acometer una planificación central global, que estos escritores
consideran un pre-requisito del adelanto económico. Sin embargo, ya hemos
mostrado que la planificación central ciertamente no es necesaria para el progreso
material y que es mucho más probable que lo retrase en vez de fomentarlo.
    
    Una variante del anterior argumento critica los regímenes coloniales por su
fracaso en ayudar mediante aranceles u otras formas de subvención a determinadas
actividades específicas, especialmente la industria manufacturera o la producción
local de bienes de capital. Totalmente aparte de la cuestión acerca de la capacidad y
disposición de un hipotético gobierno independiente para el fomento de estas
actividades, el desarrollo de industrias manufactureras y de bienes de capital
subvencionados es más probable que retrase y no que adelante el desarrollo
económico en el sentido de una elevación de los niveles de vida. Esta consideración
resulta particularmente válida para África y Asia en el siglo XIX y principios del
XX, donde el fomento de estas actividades habría exigido una fuerte subvención a
costa del resto de la economía.
    
    4. UN LEGADO DEL COLONIALISMO
    
    La situación colonial muy bien puede irritar o incluso humillar a determinados
sectores de la población. Pero de esto no se sigue que esta situación impida el
progreso material. Sugerirlo es exagerar la significación de las formas y derechos
políticos como determinantes del logro económico o del progreso material. Existen,
sin embargo, una gama de cuestiones que tienen que ver con la situación colonial y

115
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

el desarrollo económico y que raramente se discuten en este contexto.


    
    En los últimos años del dominio colonial, especialmente entre mediados de los
años treinta y mediados de los cincuenta, se introdujeron en muchas colonias, como
por ejemplo en el África británica, políticas que han dejado un funesto legado
decisivo. Se introdujo una amplia gama de controles económicos, incluyendo el
establecimiento de monopolios comerciales estatales; extensiva necesidad de
licencias para las empresas industriales y comerciales, así como la importación,
exportación y divisas; y la creación de muchas empresas dirigidas y propiedad del
estado, incluyendo las llamadas cooperativas dirigidas y apoyadas por él. La
introducción de monopolios estatales en todas las exportaciones agrícolas
producidas por africanos fue particularmente importante, puesto que dio a los
gobiernos un estrecho y directo control sobre el sustento de los productores y ha
servido de importante fuente financiera y de patronazgo para los gobernantes.
    
    Los monopolios estatales de exportación agrícola en Birmania y en el este y oeste
de África han retenido a los productores una gran proporción del producto de las
ventas, que totalizó cientos de millones de libras durante poco más de una década.
Esta política ha tenido resultados políticos, económicos y sociales de largo alcance.
Sin duda, la historia política y económica de estos países desde la segunda guerra
mundial, no puede comprenderse sin referencia a estos monopolios de exportación,
que, incidentalmente, han funcionado de forma diametralmente opuesta a las
específicas garantías oficiales dadas en el momento de su establecimiento.
    
    Estas políticas han creado unas economías estrechamente controladas en las que
la vida de la gente y las actividades y alternativas que se les ofrecen como
productores, consumidores y comerciantes (aparte de la producción de subsistencia)
en gran medida son determinados por el estado. De hecho se ha erigido para los
gobiernos entrantes de los nuevos países independientes el armazón ya
confeccionado de un estado dirigista, ya que no totalitario.
    
     Estas políticas han sido activadas por la moda intelectual y por presiones
políticas, administrativas y comerciales, totalmente desligadas del fomento del
adelanto material. Como hemos señalado extensamente en el capítulo 11, tales
políticas tienen muchas más probabilidades de impedir el desarrollo económico,
especialmente una elevación de los niveles de vida, que de fomentarlo. [121] 
    
     Sólo es una conjetura averiguar en qué medida se habrían introducido tales
políticas sin un dominio colonial. Los más expresivos e influyentes críticos
contemporáneos del colonialismo las aprueban y sin duda critican a los gobiernos
por no haberlas introducido antes. Es probable que en los últimos veinte años se
hubiera intentado su introducción, en parte con la ayuda de las agencias
internacionales, incluso sin dominio colonial. Pero resulta dudoso si podrían haberse
introducido tan amplia y efectivamente sin los recursos administrativos de los

116
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

gobiernos coloniales y en ausencia de los ejemplos que ellos dieron. El


establecimiento de estos estrechos controles económicos y sus implicaciones
políticas y sociales de largo alcance se ha demostrado como un importante legado
de los regímenes coloniales.
    
    5. INTERPRETACIONES DEL COLONIALISMO POLÍTICO Y
ECONÓMICO
    
    Las discusiones acerca del colonialismo y subdesarrollo a menudo se refieren a
diversos tipos de colonialismo. El decimocuarto principio general de la UNCTAD
antes citado es uno de los muchos ejemplos.
    
    Si bien el colonialismo político tiene muchas manifestaciones, el concepto tiene
un significado definido. Un gobierno colonial no es soberano: tiene que aceptar las
instrucciones del gobierno metropolitano. En el uso reciente, sin embargo, el
término colonialismo se ha venido a aplicar a situaciones o relaciones sin estos
elementos políticos. El término ha perdido mucho de su significado identificador y
se ha convertido en una expresión de insulto a instituciones, políticas, gobiernos,
relaciones, grupos e individuos que no son del agrado del orador o del escritor,
especialmente de países, organizaciones o grupos técnica o materialmente
adelantados Aquí podemos discutir apropiadamente sobre dos expresiones o tipos de
uso, a saber, colonialismo económico y neocolonialismo.
    
    El término colonialismo económico se utiliza ahora ampliamente para referirse a
relaciones económicas entre países, regiones y grupos más o menos prósperos
relativamente, incluyendo relaciones económicas dentro de un país, como por
ejemplo entre el norte y el sur de los Estados Unidos o entre Pakistán occidental y
oriental. Este uso, que resulta particularmente acentuado en la literatura reciente de
la economía del resentimiento, identifica en efecto situación colonial con pobreza
relativa y, por tanto, despoja al término inicial de su significado normal y particular.
    
    A veces, si bien rara vez con exactitud, colonialismo económico se utiliza con
unas connotaciones o implicaciones más fácilmente identificables. Por ejemplo, se
sugiere muchas veces que las relaciones económicas entre grupos y áreas que
difieren en prosperidad son cuasicoloniales, puesto que se hallan sesgadas en favor
del grupo más rico, cuyos miembros se aseguran la mayoría de los beneficios de la
relación, generalmente debido a la manipulación acertada de las condiciones del
mercado. Este enfoque no distingue entre rentas y precios bajos que reflejan una
abundancia de oferta (tanto de trabajo como de bienes) respecto a la demanda por
un lado, y acción monopolista tendente a afectar las condiciones del mercado, por
otro, distinción que es básica tanto para el análisis elemental como para la política.
Diferencias de riqueza o de sofisticación técnica o comercial no pueden otorgar un
poder monopolístico efectivo, ya que exigen tomas de decisiones centralizadas o
acción concertada de los miembros de un grupo y también restricciones de entrada

117
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

efectivas. Estas condiciones no se hallan presentes en la situación que generalmente


se discute en la literatura sobre colonialismo económico, que no intenta identificar o
analizar las especiales condiciones en que los miembros de un grupo o región más
próspera pueden manipular las condiciones de mercado para beneficio propio.
    
    Se alega muchas veces que la independencia política no es real sin independencia
económica; se supone que la afirmada falta de independencia económica de muchas
ex colonias, igual que de otros países subdesarrollados, representa otra categoría de
colonialismo, relacionada con los otros conceptos e ideas examinados en la sección
precedente.
    
    A diferencia de la independencia o soberanía política. La independencia
económica es un término ambiguo. La interpretación más plausible sería la de
solvencia, esto es la capacidad de un país para pagar bienes y servicios que utiliza
sin recurrir a donaciones o a créditos subvencionados exteriores. Otra posible
interpretación sería la capacidad de resistir cambios adversos en las condiciones
externas sin una confusión sustancial Sin embargo, la literatura sobre colonialismo
económico interpreta la independencia económica de forma completamente
diferente, principalmente porque ha sido influida tan profundamente por la literatura
marxista-leninista.
    
     En esta literatura, cualquier país en el que existe una importante inversión
privada exterior, se considera como económicamente dependiente, puesto que el
rendimiento de dicho capital se ve como una forma de explotación que no se
toleraría por un país verdaderamente independiente. Este argumento, políticamente
eficaz, no tiene fundamento ni en la lógica ni en la evidencia empírica. A menudo
se defiende como criterio de independencia económica la existencia de ciertas
actividades, especialmente la industria manufacturera o la producción de bienes de
capital (industria pesada). El desarrollo en gran escala las industrias domésticas de
bienes de capital ha sido un objetivo importante, componente de la planificación
económica india desde mediados de los años cincuenta. La persecución de esta
política, en gran parte sin contar con el coste métodos del proceso o la demanda del
producto, ha sido un factor importante en la dependencia de la India, desde
aproximadamente 1960, de donaciones exteriores en gran escala de alimentos y
divisas. Resultados algo semejantes han acompañado la persecución de la llamada
independencia económica en un número de otros países subdesarrollados,
especialmente en África.
    
    6. NEOCOLONIALISMO
    
    El neocolonialismo, que también figura destacadamente en la actual controversia,
incluyendo la literatura de la UNCTAD, es otro concepto sumamente vago.
    
    El doctor Nkrumah, portavoz de los supuestos peligros del llamado
neocolonialismo, escribe como sigue sobre este tema:

118
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
     ... nuestros problemas se vuelven más enojosos por las estratagemas de los
neocolonialistas ... En la actualidad el mayor peligro con que se enfrenta. África es
el neocolonialismo, y su principal instrumento, la balkanización. Este último
término resulta particularmente apropiado para describir la disgregación de África
en pequeños, débiles estados … [122] 
    
    En efecto, la división de África en pequeños estados refleja la antigua presencia y
multiplicidad de distintos grupos étnicos y sociedades tribales, una multiplicidad
perpetuada por la virtual ausencia de comunicaciones hechas por el hombre; y las
peticiones de independencia política de estos grupos, que se han vuelto más intensas
al crecer el interés de la lucha por el poder político con la ampliación y aumento de
los poderes del estado. Los efectos económicos de la división de una zona en un
número de estados independientes depende de las políticas perseguidas por sus
gobiernos. Es sabido que incluso países muy pequeños a veces han progresado
rápidamente, como por ejemplo Hong Kong e Israel, o se hallan entre los más
prósperos del mundo como Suiza, Nueva Zelanda y Holanda. Pero, en cualquier
caso, el proceso de subdivisión de África refleja fuerzas y presiones locales, como
se ha visto en las tentativas de Biafra y Katanga para conseguir la independencia.
    
     Es digno de señalar el fracaso del doctor Nkrumah, corno de otros escritores, en
dar al término "neocolonialismo" un significado inteligible, debido a la importancia
asignada al concepto. Su libro Neo-Colonialism [123]  trata del concepto muy
extensamente, pero lo interpreta en gran parte como las actuaciones de grandes
compañías de propiedad extranjera en países subdesarrollados, cuyos beneficios se
dice que reflejan la explotación de la población local. Esta interpretación es, en
efecto, simplemente una aplicación de la idea marxista-leninista de la naturaleza
explotadora de cualquier rendimiento sobre el capital privado.
    
     En años recientes, el término neocolonialismo ha sido introducido en las
discusiones sobre ayuda exterior en los tres contextos. Primero, para protestar contra
la imposición de condiciones en la concesión de ayuda intergubernamental;
segundo, en apoyo de la petición de que la ayuda no debería ligarse a la compra de
bienes específicos o provenientes de orígenes específicos; tercero, especialmente en
apoyo de la ayuda multilateral, con base en que la ayuda bilateral encierra peligros
de neocolonialismo. Cualesquiera que sean los méritos de estos argumentos, el
término neocolonialismo oscurece más que ilumina las cuestiones.
    
    7. SUPUESTAS CAUSAS DE ATRASO
    
     El principal tema consistente de la literatura sobre el colonialismo, colonialismo
económico o neocolonialismo, es el de la responsabilidad, explícitamente declarada,
o claramente implícita, de fuerzas e influencias exteriores, especialmente
occidentales, por el atraso material y la pobreza de las primitivas colonias y de

119
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

forma más general de todos los países subdesarrollados. Si bien esta idea resulta
totalmente falsa (sin duda, lo contrario de la verdad) tiene un poderoso atractivo
político y emocional. Usando una frase feliz de Jacques Barzun, la idea permite
alcanzar a la gente "la situación deseada de víctima". Emocionalmente resulta
reconfortante que se nos diga que factores exteriores explican el fracaso en alcanzar
determinadas metas, incluyendo la prosperidad material.
    
    La idea de que factores externos se hallan tras el atraso material de los países
subdesarrollados se halla estrechamente interrelacionada con la noción de que las
rentas de los individuos y grupos de alguna forma se extraen de otros, más que ser
un rendimiento por servicios prestados por ellos mismos o por sus recursos. Esta
noción tiene una larga y desastrosa historia. A menudo se ha destacado en la
economía en la política de envidia y resentimiento y ha tenido frecuentemente una
gran influencia en la persecución y expulsión de minorías étnicas, en particular
aquellas que han alcanzado la prosperidad a partir de la pobreza: los judíos en
Europa, levantinos e indios en África, chinos en el sureste de Asia.
    
    Mientras esta noción y el asentimiento a ella anteceden en mucho a los escritos
marxista-leninistas, esta literatura, particularmente en su versión leninista, ha
fomentado mucho la difusión e influencia de la idea de que el progreso de los
países desarrollados se ha conseguido a costa del mundo subdesarrollado; que la
riqueza de los primeros se ha extraído de este último; y que el mundo
subdesarrollado, de hecho, es una colonia económica o grupo de colonias
económicas de los países industrializados. En esta literatura, las rentas de la
propiedad privada, por ejemplo el rendimiento del capital privado, implica
explotación; y las industrias de servicios generalmente se consideran improductivas.
Y puesto que las ganancias del capital expatriado y de compañías y comerciantes
emigrados son importantes en muchos países subdesarrollados, de acuerdo con esta
literatura, son causa de explotación y crean una situación de sometimiento
económico.
    
    Estas ideas constituyen una extensión del concepto de la explotación del
proletariado de la esfera doméstica a la esfera internacional, con la población de los
países subdesarrollados (la mayoría de los cuales son, de hecho, agricultores de
subsistencia)*en cierto modo identificada con un proletariado industrial nacional.
    
    La infundada naturaleza de estas alegaciones se aclara especialmente por la
prosperidad de países ricos como, por ejemplo, Canadá, Australia, Japón, Suiza y
países escandinavos, que de forma totalmente obvia no ha sido extraída del inundo
subdesarrollado, ya que hasta hace poco han tenido escasos contactos económicos
con la mayor parte del mismo, incluyendo las partes más pobres. La mayoría de los
países ricos que tiene contactos con países subdesarrollados, cuando entraron en
contacto por primera vez con estos países ya eran materialmente mucho más
adelantados que ellos y a veces incluso más de lo que los mismos países lo son

120
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

ahora. También es significativo, especialmente en el contexto de este trabajo, el que


en vísperas de la colonización, las condiciones materiales fuesen extremadamente
primitivas en las regiones coloniales, especialmente en el África subsahariana y en
el sureste de Asia.
    
    En muchos países subdesarrollados, la idea de que la pobreza tiene causas
externas se ve reforzada por importantes elementos de la cultura tradicional, en
especial la creencia en el poder de fuerzas extrañas, especialmente sobrenaturales,
sobre los destinos de individuos o grupos, y por una tradición paternalista y
autoritaria que fomenta lo creencia de que uno no es responsable de su propia
suerte.
    
    Ciertas influencias contemporáneas operan en la misma dirección. Se dice que los
hombres son creados iguales. Y, sin embargo, los países subdesarrollados son más
pobres que los países desarrollados. Para mucha gente esta situación sugiere la
actuación de fuerzas exteriores fortuitas e injustas: y la sugerencia se ve reforzada
por factores más específicamente políticos. Antes de la independencia, los políticos
locales de muchas colonias atribuían la pobreza y atraso técnico de sus países a su
situación colonial, en especial a la pretextada explotación por parte de los poderes
metropolitanos, atribución que fue reforzada sin fundamento por la presencia en el
país de emigrantes con rentas más elevadas que las de la población local. Los
políticos entonces levantaron infundadas expectativas de la prosperidad que seguiría
a la consecución de la independencia. Puesto que la supervivencia política o incluso
física de los líderes políticos en muchos países subdesarrollados puede depender de
su capacidad para justificar hábilmente el incumplimiento de estas expectativas, su
conducta más simple es la de invocar la responsabilidad exterior, en especial en
vista de la ausencia de eficaces partidos de oposición local y de la presencia
continuada de extranjeros relativamente acomodados. Las alegaciones de
responsabilidad exterior también desvían la atención de los factores reales que hay
tras la pobreza material y de las dificultades de eliminarlo-s. Es más, la supuesta
necesidad de combatir fuerzas económicas y políticas exteriores contrarias y
siniestras, también se puede citar para justificar la introducción de políticas y
medidas para un amplio control estatal de la economía, y por tanto, es bien recibida
por los políticos, administradores y aquellos intelectuales locales que favorecen
tales políticas. Como a menudo sucede, nociones vagas y sin fundamento sirven
para evocar emociones definidas y para fomentar políticas específicas.
    
     En Occidente también hay influyentes intereses políticos, administrativos,
intelectuales y financieros que favorecen la idea de la responsabilidad occidental
por la pobreza de los países subdesarrollados. Las políticas apoyadas por estos
grupos incluyen la ayuda intergubernamental; la ampliación de las actividades de
las agencias internacionales; la extensión de los controles económicos y de la
imposición redistributiva (progresiva) del nivel nacional al internacional o
supranacional, con el fin de estandarizar las condiciones internacionalmente; y de

121
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

forma menos obvia, pero no por ello menos sustancialmente, la ampliación del
control del estado sobre las economías de los países subdesarrollados. Estas
políticas crean numerosas oportunidades lucrativas y puestos influyentes para
políticos, administradores, académicos y hombres de negocios y también fomentan
condiciones políticas y sociales en los países subdesarrollados favorecidas por
mucha de esta gente de los países desarrollados.
    
    La acusación de la responsabilidad occidental en la pobreza de los países
subdesarrollados también engendra o refuerza los sentimientos de culpabilidad en el
mundo occidental, lo cual fomenta el flujo de ayuda exterior. Mucha gente en
Occidente desea reducir la talla e influencia del oeste en favor de las organizaciones
y agencias internacionales y, de todas formas, ostensiblemente, para beneficio de los
países subdesarrollados. Cualquier incremento en la influencia de estos países es
bien aceptado, no sólo por parte de sus propios políticos, funcionarios, asesores y
consejeros, sino también por parte de aquellos grupos e individuos de los países
desarrollados que apoyan el gobierno del mundo por medio de agencias
internacionales. Todos esperan ganar por la aparición o ampliación de los
sentimientos de culpabilidad en Occidente, fomentados por la creencia en la
responsabilidad occidental en la pobreza del mundo subdesarrollado.
    
    La idea de que las rentas y riqueza de personas, grupos y países se extraen de
otros en vez de ganarse a cambio de recursos ofrecidos, proporciona a menudo una
base eficaz al argumento de que los poseedores de rentas altas o de riqueza
sustancial no tienen derecho a ellas y se les deberían quitar. Por tanto, aquellos que
desean fomentar políticas de confiscación en el propio país, encuentran útil,
primero, conseguir la aceptación a nivel internacional de la idea de que las lentas
relativamente altas generalmente se arrancan mas que se ganan. La aceptación de
esta idea, a combinación, facilita su traslado a la esfera doméstica.
    
    Ciertos pasajes de un reciente libro del profesor Peter Townsend aclaran
excepcionalmente el argumento de que las diferencias nacionales e internacionales
de rentas son básicamente análogas, especialmente por el hecho de que la
prosperidad del rico se ha conseguido a costa del pobre. 
    
     Argumenté que la pobreza de las naciones pobres sólo se comprende si la
atribuimos sustancialmente a la existencia de un sistema internacional de
estratificación social, una jerarquía de sociedades con recursos muy diferentes, en la
que la riqueza de algunos se asocia histórica y actualmente con la pobreza de otros.
Este sistema funcionó cruelmente en la era de la combinación colonial y continúa
funcionando hoy, si bien más sutilmente a través de sistemas de comercio,
educación, relaciones políticas, alianzas militares y sociedades industriales. Una
sociedad rica que priva a un país pobre de recursos puede simultáneamente privar a
sus propias clases pobres, a través de una mala distribución, de aquellos recursos
adicionales. [124] 

122
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
     Las diferencias de prosperidad material entre países desarrollados y
subdesarrollados no tiene nada que ver con colonialismo o con "un sistema de
estratificación social internacional". La mayor prosperidad de las sociedades de los
países desarrollados refleja la presencia de recursos más productivos, especialmente
de recursos humanos. Y estos recursos de los países desarrollados han contribuido
mucho al progreso material conseguido en el mundo subdesarrollado. Por tanto, las
afirmaciones sobre este tema en el pasaje que acabamos de citar son lo contrario de
la realidad.
    
    8. LOS QUE AYUDAN Y LOS DESVALIDOS
    
    La creencia en la responsabilidad occidental por la pobreza del mundo
subdesarrollado podría haberse demostrado mucho menos eficaz si no fuera por
ciertos factores ulteriores muy arraigados.
    
    Muchos, quizá la mayoría de los humanitarios y reformadores sociales, y
especialmente los más ruidosos e influyentes entre los mismos, parece que se
interesan en primer lugar por grupos que puedan declararse o clasificarse como
desvalidos.
    
    Estamos familiarizados con la dependencia emocional de los sicoanalistas con sus
pacientes, de los maestros con sus alumnos y de los sacerdotes con los pecadores.
Una relación semejante existe a menudo entre los reformadores sociales y aquellos
grupos cuyas condiciones tratan ostensiblemente de mejorar. Los humanitarios y
reformadores sociales precisan particularmente de gente que pueda ser clasificada
de forma plausible como víctimas indefensas de causas y condiciones más allá de
su control. La clasificación de los grupos como desvalidos fomenta de hecho su
invalidez, y, por tanto, sirve los objetivos sicológicos, políticos y financieros de los
clasificadores. [125] 
    
    Muchos de estos reformadores, particularmente los más ruidosos, parecen mucho
menos interesados en grupos que no pueden clasificarse fácilmente como
desvalidos, por más que tengan que afrontar formidables obstáculos y dificultades, e
incluso si en la actualidad son víctimas de-hostilidad política. Sin duda, grupos e
individuos autoconfiados que son perseguidos salvajemente, tales como las minorías
indias y levantinas en África, o los inmigrantes chinos en el sudeste de Asia, son
vistos a menudo, con indiferencia o incluso desaprobación por parte de los
reformadores sociales e historiadores contemporáneos más ruidosos e influyentes.
    
    La práctica de considerar a la gente del mundo subdesarrollado como víctimas de
factores externos, especialmente de varios tipos de colonialismo, es un ejemplo de
determinismo ambiental, la creencia en el poder dominador del medio ambiente
sobre la decisión y responsabilidad personales. Una vez más esta creencia tiene un
fuerte atractivo emocional y goza del apoyo de poderosos intereses creados. La

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

supuesta impotencia de la gente frente a su medio sirve de base para una defensa de
políticas de largo alcance para moldear el medio social, así como las actividades y
actitudes de las mismas supuestas víctimas.
    
    Aquellos que han diagnosticado la condición de las llamadas víctimas como de
impotencia, exigen entonces la capacidad y el derecho de formular y ejecutar estas
políticas.
    
    Si bien la actividad masiva e influyente de los reformadores sociales,
especialmente en el campo internacional, es relativamente reciente, la necesidad de
reformadores para grupos desvalidos ha sido reconocida desde hace mucho tiempo.
Lord Bristol se supone que dijo en el siglo XVIII: "Il me faut absolument des
malheureux pour en faire des heureux". Esta observación resume gran parte del
sentimiento que hay detrás de la literatura tanto sobre desarrollo como colonialismo.
    
    La sugerencia de la impotencia de la gente desalienta la aparición o desarrollo de
autoconfianza y de previsión personal para el futuro. Esta indicación de la
impotencia también está ligada a la responsabilidad externa por la pobreza material
del mundo subdesarrollado; lo que fomenta o facilita una gama completa de
políticas contrarias al progreso material, incluyendo el establecimiento de amplios
controles estatales sobre la actividad económica, especialmente sobre las relaciones
económicas externas; la imposición de restricciones en las actividades de los
extranjeros y de las minorías étnicas y lingüísticas, y, a menudo, también la
confiscación de sus activos y la expulsión de estos grupos. Estas políticas han
dañado seriamente las perspectivas de desarrollo de los países pobres, debido a la
importancia de los contactos exteriores y de las actitudes de los grupos minoritarios
como agentes del progreso material.
    

[Ir a tabla de contenidos]


CAPÍTULO IV
EL MARXISMO Y LOS PAÍSES SUBDESARROLLADOS [126] 

    1. ELEMENTOS PERTINENTES DEL MARXISMO


    
    Los padres fundadores del marxismo [127]  no se preocuparon mucho por lo que
ahora se llama el mundo subdesarrollado, y sus observaciones sobre el tema son
ambivalentes. Marx acusó a los países metropolitanos de saquear las colonias, pero
también los consideró como una fuerza progresiva en el fomento de la
modernización. Como veremos más adelante, el Manifiesto Comunista paga un
elocuente y quizás incluso extravagante tributo a la capacidad del capitalismo para
fomentar el cambio social y económico de las sociedades atrasadas. En la literatura
marxista posterior los países subdesarrollados son tratados de forma destacada
corno víctimas de la explotación y del imperialismo y como aliados naturales de los

124
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

países comunistas El tema fue una de las preocupaciones principales de Leilin y las
ideas marxistas se transmitieron al mundo subdesarrollado en gran parte a través de
sus obras. Sus escritos no muestran la penetración intelectual de Marx o Engels.
Puesto que sus ideas principales sobre este tema son conocidas, y son de fácil
acceso en un libro pequeño, El imperialismo, estadio supremo del capitalismo, no
preciso resumirlas. A pesar de manifiestos defectos —de hecho, total inadecuación
intelectual— la extensión leninista del análisis marxista ha cobrado una enorme
influencia, no sólo en los países subdesarrollados sino también en la discusión a
nivel mundial de sus economías. Por tanto, resulta útil indicar algunos rasgos
prominentes de la discusión actual que, cualquiera que sea su origen intelectual,
reflejan el análisis marxista-leninista.
    
    En el marxismo-leninismo, la propiedad de los medios de producción por parte
del estado comunista es necesaria para la libertad y el progreso material. Esta idea
general, aplicable tanto a los países desarrollados como subdesarrollados, es
conocida. No voy a discutirla, sino que me limitaré a algunas de las principales
ideas del marxismo-leninismo que se refieren especialmente al mundo
subdesarrollado.
    
    Primero, que el mundo subdesarrollado no sólo es desesperadamente pobre, sino
que está estancado o incluso retrocede; esta idea es la versión actual de la doctrina
de la miseria siempre creciente del proletariado. Segundo, que la explotación de los
países subdesarrollados por los desarrollados es una causa importante de su
pobreza; ésta es la versión actual de la doctrina de la explotación del proletariado.
Tercero, que la independencia política o la libertad no tiene sentido sin
independencia económica; esto es una ampliación de la sugerencia de que la
libertad política y un gobierno representativo no tienen sentido bajo el capitalismo.
Cuarto, que la planificación global del desarrollo es indispensable para el adelanto
económico de los países subdesarrollados y especialmente para la industrialización
precisa para el progreso material. Este último punto, si bien refleja el marxismo-
leninismo de forma menos directa, debe mucho al reconocimiento de las
posibilidades políticas de la planificación económica (como ilustra la experiencia
soviética) y también al énfasis en el proletariado industrial en la estrategia y
literatura comunista. El papel clave de la industrialización se insté antes del
marxismo-leninismo, pero esta ideología lo ha reforzado poderosamente,
especialmente en el contexto de los países subdesarrollados, y la ha identificado
sólidamente con los métodos y políticas distintivos del marxismo-leninismo.
    
    2. EXPLOTACIÓN EXTERIOR
    
    El ya fallecido Paul A. Baran que fue profesor de economía en la Universidad de
Stanford, era un conocido partidario del marxismo-leninismo. Según él, el
capitalismo ha provocado la miseria y estancamiento del mundo subdesarrollado.
    

125
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

     Es en el mundo subdesarrollado donde el hecho central y predominante de


nuestra época se manifiesta al ojo sin prejuicios: el sistema capitalista, en su día una
máquina todopoderosa de desarrollo económico, se ha convertido en un no menas
formidable obstáculo al adelanto humano ... allí (en el mundo subdesarrollado) la
diferencia es entre una miseria abismal y una existencia decente, entre la miseria de
la desesperación y el optimismo del progreso, entre vida y muerte para cientos de
miles de personas Una transformación socialista del oeste desarrollado no sólo
abriría para sus propias gentes el camino hacia un progreso económico, social y
cultural sin precedente, sino que al mismo tiempo permitiría que la gente de los
países subdesarrollados superase rápidamente su actual situación de pobreza y
estancamiento. [128] 
    
     De hecho, como hemos visto, se ha dado un progreso material sustancial en la
mayoría del mundo subdesarrollado desde el final del siglo mi; gran parte de este
adelanto, si bien de ningún modo su totalidad, se refleja en una esperanza de vida
mayor. En muchas zonas el adelanto material ha sido extremadamente rápido. Por
ejemplo, los millones de hectáreas con cultivos para la venta en África occidental y
en el sudeste de Asia, especialmente cacao, cacahuetes, nuez de kola y caucho se
establecieron en pocas décadas después de 1890. La mayoría de estas hectáreas son
propiedad y están explotadas por la población local. La aparición de estos cultivos
ha transformado las condiciones de vida de una gran parte de la población de estas
áreas. [129] 
    
     El progreso material en estas zonas se ha producido en gran medida como
resultado de contactos establecidos por los países más adelantados, en donde las
actitudes e instituciones se han adaptado a lo largo de siglos a una economía
monetaria. La revelación súbita de un sistema económico muy diferente y
materialmente próspero ha creado graves problemas de adaptación de valores,
actitudes, costumbres e instituciones en estas sociedades, muchas de las cuales
habían sufrido escasos cambios durante siglos. El impacto del rápido cambio sobre
gentes materialmente muy atrasadas no sólo ha creado agudos problemas, sino que
(como argumentaré más adelante) también ha ayudado a preparar el terreno para el
apoyo de ideas, especialmente el marxismoleninismo, que paradójicamente niegan
la existencia del crecimiento económico.
    
    Por supuesto, incluso en las zonas del mundo subdesarrollado que han
progresado sustancialmente durante, digamos, los últimos cien años, las rentas
todavía son relativamente bajas (si bien no tan bajas como a menudo se insta,
puesto que las estadísticas convencionales tienden en gran manera a subestimar su
nivel), debido a un comienzo tardío desde un nivel muy bajo. Existen también
amplios grupos que han progresado relativamente poco, tales como ciertas
poblaciones tribales de África y las gentes del desierto y aborígenes de varias partes
del mundo; y en amplias zonas del Asia rural, la producción ha crecido muy
despacio. Pero el atraso material y el progreso relativamente lento de estos grupos

126
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

—en gran parte productores de subsistencia con pocos o ningún contacto comercial
exterior—, están totalmente desconectados del capitalismo, fuerzas del mercado o
explotación por parte de países más adelantados, puesto que los mismos se hallan
en gran parte fuera de la órbita de estas fuerzas e influencias. [130]  Su pobreza
refleja la ausencia de facultades, actitudes e instituciones favorables al progreso
material.
    
    3. INTERPRETACIÓN DEL IMPERIALISMO
    
    La literatura marxista-leninista atribuye la pobreza de los países subdesarrollados
en gran parte a la explotación de los países adelantados, especialmente las potencias
coloniales —ampliación, como acabamos de observar, de la doctrina de la
explotación del proletariado. Esta idea se halla presente en muchas publicaciones
sobre las condiciones económicas en África y Asia. Es el tema principal de las obras
del doctor Nkrumah, al que ya hemos citado en el capítulo III. Esta influencia
leninista se ve especialmente clara en su panfleto Towards Colonial Freedom,
publicado por primera vez en forma de libro en 1962, varios años después de que
fuese presidente de Ghana. He aquí un típico pasaje:
    
     El crecimiento del movimiento nacional de liberación de las colonias revela:
    
     1) La contradicción entre los distintos grupos extranjeros y las potencias
imperialistas coloniales en su lucha por las fuentes de materias primas y por los
territorios. En este sentido, imperialismo y colonialismo se convierten en la
exportación de capital a las fuentes de materias primas, la lucha frenética y
despiadada por la posesión monopolística de estas fuentes, la lucha por una nueva
división de un mundo va dividido —una lucha librada con particular violencia por
los nuevos poderes y grupos financieros que buscan nueves territorios y colonias,
contra los viejos poderes y grupas que se aferran fuertemente a aquello que han
atrapado.
    
    2) Las contradicciones entre el puñado de naciones "civilizadas" dirigentes y los
millones de personas de las colonias del mundo. En este sentido, el imperialismo es
la más degradante explotación y la opresión más inhumana de los millones de
personas que viven en las colonias. El objeto de esta explotación y opresión es
extraer superbeneficios ... La teoría del movimiento de liberación nacional de los
países coloniales procede de (ciertas) tesis fundamentales:  1) El dominio del capital
financiero en los países capitalistas adelantados; la exportación de capital a las
fuentes de materias primas (imperialismo) y la omnipotencia de una oligarquía
financiera (capital financiero) revela el carácter del capital monopolista, que acelera
la revolución de los elementos de la intelligentsia y de la clase trabajadora contra el
imperialismo y les lleva al movimiento de liberación nacional como su única
salvación.  2) El incremento de la exportación de capital a las colonias; la
ampliación de las esferas de influencia y de los dominios coloniales hasta que

127
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

abarquen todo el mundo; la transformación del capitalismo en un sistema mundial


de esclavitud financiera y de opresión y explotación colonial de una amplia mayoría
de la población de la tierra por un puñado de las llamadas naciones
"civilizadas".[131] 
    
     Estas observaciones no guardan relación con la realidad, por razones ya
indicadas en el capítulo III. Ignoran el extremado atraso de África en el siglo XIX,
el adelanto de las zonas en contacto con Occidente y la política de libre comercio,
de puertas abiertas, del Reino Unido, el principal poder colonial.
    
    Una visión bastante diferente de la experiencia de Ghana bajo el régimen colonial
la aportó el representante de Liberia en las Naciones Unidas, en ocasión de la
entrada de Ghana en dicho organismo como estado soberano. Dijo entonces:
    
    El apreciable desarrollo del estado de Ghana cuando se hallaba bajo protectorado
aporta un ejemplo único de lo que puede conseguirse a través de los procesos de
cooperación y buena voluntad entre las gentes.[132] 
    
    4. INDEPENDENCIA POLÍTICA Y ECONÓMICA
    
    La sugerencia, ahora ampliamente aceptada, de que la independencia política no
tiene sentido sin independencia económica, refleja la idea marxista de que fuera del
comunismo ni la libertad ni la democracia son reales. El énfasis en la independencia
económica a veces sirve obvios objetivos políticos: el fomento de una economía
cerrada y, por tanto, más prontamente controlable con preferencia a una con muchos
contactos exteriores, distintos y dispersos; la orientación de los restantes contactos
exteriores hacia países comunistas; y la distracción de la atención de los problemas
internos. Es más, para el marxismo-leninismo ortodoxo, cualquier rendimiento del
capital privado denota explotación y las industrias de servicios se consideran como
improductivas; por tanto, si el capital extranjero obtiene un rendimiento positivo en
los países pobres, o si los extranjeros, incluyendo los comerciantes, obtienen en las
industrias de servicios rentas a resultas de estas actividades improductivas, la
población local es explotada por definición y esto no se toleraría en países
verdaderamente independientes.
    
    I. Potekhin, importante autoridad soviética en asuntos económicos africanos,
escribió ampliamente acerca de la responsabilidad occidental por la pobreza
africana. El siguiente pasaje es característico:
    
     La esencia económica del colonialismo, cualquiera que sea la forma que adopte,
consiste en exportar una parte de la renta nacional de una colonia al país
metropolitano, sin importaciones de retorno de un valor equivalente. Esto explica
por qué los países metropolitanos hicieron tan grandes progresos en su desarrollo
económico durante el último siglo mientras las colonias se rezagaban ... ¿Por qué
hay poco capital en África? La respuesta es evidente. Una parte considerable de la

128
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

renta nacional que se supone que constituye el fondo de acumulación y que sirve
como base material del progreso, se exporta fuera de África sin ningún equivalente.
[133] 
    
     Estas observaciones están una vez más desligadas completamente de la realidad.
No hay pago de dividendos o intereses u otras remesas al extranjero desde la mayor
parte de África y ninguno desde las partes más pobres. Cuando ocurren tales pagos,
representan rendimientos de recursos suministrados desde el exterior y no pagos
extraídos de la población local. La prosperidad de Occidente se ha generado en su
propia población y no se ha conseguido a expensas de África o de otros países
subdesarrollados. Como ya hemos observado en otros contextos, los países
occidentales ya estaban materialmente mucho más adelantados que los países
subdesarrollados, particularmente África, cuando establecieron contacto con estos
últimos en los siglos XVIIIy XIX. Hay muchos países desarrollados, incluyendo
algunos de los más ricos, que tienen escasos contactos económicos con el mundo
subdesarrollado. 
    
     Si la gestión de empresas de propiedad extranjera y la presencia de personal
emigrado en los países subdesarrollados implica explotación de la población local,
se puede decir que la pobreza de estos países demuestra que han experimentado
demasiado poca más que excesiva explotación. Esta conclusión, incidentalmente, se
halla claramente implícita en algunos agudos aunque a menudo ignorados pasajes
del Manifiesto Comunista: 
    
     La burguesía, mediante la rápida mejora de todos los instrumentos de
producción, mediante medios de comunicación inmensamente facilitados, atrae a
todas las naciones, incluso a las más salvajes, hacia la civilización. Los bajos
precios de sus mercancías son la artillería pesada con la que derriba todas las
murallas chinas ...
    
     La pobreza de los países subdesarrollados, especialmente en África, se considera
por la literatura marxista-leninista actual como evidencia o resultado de la falta de
independencia económica. El académico Potekhin aporta una formulación
conveniente de esta opinión y de las condiciones que según ese punto de vista son
necesarias para la independencia económica:
    
     La intención es cerrar todos los canales a través de los cuales la renta nacional se
está fugando de África. Los gobiernos de muchos países africanos ya han abordado
el problema. Permítasenos enumerar algunas de las principales medidas destinadas a
la eliminación de la "hemorragia financiera": nacionalización de las empresas
pertenecientes a compañías extranjeras; reinversión obligatoria de una parte de los
beneficios de las compañías extranjeras; mayor imposición sobre los beneficios;
creación de bancos nacionales y de compañías de seguros; constitución de sus
propias flotas marítima y aérea; y control estatal sobre las exportaciones,

129
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

importaciones y transacciones en divisas. Poco se ha hecho hasta ahora, lo cual es


fácil de entender dado que la mayoría de los países africanos ganó la independencia
política hace sólo un par o tres de años ... Existe una cuestión que tiene que ver con
los dos aspectos de nuestro problema: ¿qué hay que preferir, empresas capitalistas
privadas o la creación de establecimientos de propiedad estatal? En nuestra opinión,
lo último tiene teclas las ventajas en comparación con las empresas privadas. En
resumen, estas ventajas se reducen a las siguientes: el establecimiento de empresas
de propiedad del estado asegura una tasa incomparablemente más alta de desarrollo
económico que la de las empresas privadas. Es la forma más fehaciente de cerrar
los canales de filtración de renta nacional hacia el extranjero y el medio más seguro
para eliminar el dominio de los Monopolios extranjeros. Teniendo en cuenta la
extremada debilidad del capital privado nacional en casi todos los países del
continente, debería admitirse que solamente la constitución de un sector de
propiedad estatal en la economía asegurará la independencia económica en un breve
plazo. [134] 
    
     Aquí no es preciso el examen detallado de estas opiniones. Hay, qué notar que
empresa extranjera se identifica con monopolio; propiedad estatal se identifica con
desarrollo rápido; no hay referencias a la relación entre desarrollo económico,
demanda del consumidor y niveles de vida; y no se hace mención de los costes,
incluyendo los costes de obtención del capital.
    
    La interpretación corriente del término colonialismo económico en la literatura
marxista-leninista y afines, tiene unas ciertas implicaciones políticas muy definidas
y específicas. Cualquier país en el que el capital privado extranjero obtiene un
rendimiento positivo o en donde los extranjeros toman parte en las industrias de
servicios, es una colonia económica; y a la inversa, cualquier país cuyos ciudadanos
han invertido en el extranjero o que llevan a cabo servicios allí, es imperialista
económico o neocolonialista. Los portavoces afroasiáticos constantemente
establecen que la independencia de sus países no se halla segura mientras subsista
el colonialismo en cualquier forma. Mientras, a menudo, esto es sólo un eslogan
conveniente para distraer la atención de las dificultades internas, en especial de la
pobreza continuada, también es un reflejo de la naturaleza mesiánica del marxismo-
leninismo y del anticolonialismo. Un credo mesiánico nunca se considera victorioso
hasta que haya conquistado a todos los enemigos internos y externos a la vista; la
historia de la Revolución francesa es un ejemplo conocido. Si la interpretación
actual del colonialismo económico o del neocolonialismo prevalece, entonces la
descolonización no es completa hasta que todo el capital privado extranjero en los
países pobres haya sido liquidado y hayan terminado todas las empresas y
actividades extranjeras. Es más, puesto que la gente no se siente realmente libre y
verdaderamente independiente más que bajo un estado comunista, la completa
descolonización exige el establecimiento de tales estados en todo el mundo
subdesarrollado. Gran parte de la opinión actual, incluyendo la opinión influyente,

130
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

considera el funcionamiento de compañías privadas extranjeras en los países


subdesarrollados como un ejemplo de colonialismo económico o neocolonialismo.
Esta interpretación presta especial interés a la resolución de la UNCTAD, citada en
el capítulo III, acerca de la liquidación del colonialismo en todas sus formas como
necesaria para el desarrollo económico.
    
    5. PRERREQUISITOS DEL PROGRESO
    
    Hasta el momento en que los medios de producción sean propiedad del estado
comunista, el marxismo-leninismo considera la planificación central global como
esencial para el desarrollo. Baran escribe:
    
     El establecimiento de una economía planificada socialista es una condición
esencial, de hecho indispensable, para la consecución del progreso económico y
social en los países subdesarrollados. [135] 
    
     En esta literatura, la planificación central global se considera necesaria para el
adelanto económico en general, y, en particular, para el fomento de la industria
manufacturera, especialmente la producción de bienes de capital, que son necesarios
a su vez para la independencia y el progreso económico. Por ejemplo, según
Potekhin:
    
     Para desarrollar la minería y las industrias de bienes de consumo, se precisan
máquinas, herramientas y equipos, ¿quién las va a suministrar? Los países
occidentales industrialmente desarrollados quisieran reservarse el monopolio del
suministro de maquinaria a los países africanos ... "La industrialización equilibrada"
implica la creación de una industria que proporcione medios de producción. [136] 
    
     No discutiré estos argumentos en detalle; simplemente señalaré algunos puntos
significativos. [137]   Ni el nivel de prosperidad, ni la tasa de desarrollo, ni la tasa
de formación de capital, ni el posterior desarrollo de la industria manufactorera
dependen del establecimiento previo de una industria de bienes de capital, local o
nacional. En general, tampoco el desarrollo de la industria manufacturera es
condición necesaria de la prosperidad o del desarrollo económico. Los países más
ricos son por lo general (pero no de forma invariable) los más industrializados,
sobre todo porque la tasa de desarrollo más elevada y la presencia de industrias
manufactureras reflejan su posesión de valiosos recursos (incluyendo capital,
destreza, actitudes y experiencia); la presencia de la manufactura no es simplemente
la causa de la prosperidad. En el mundo hay muchas regiones agrícolas muy
desarrolladas y ricas, y áreas industriales relativamente pobres. Los países ricos e
industrialmente adelantados ya eran relativamente prósperos cuando todavía eran
predominantemente agrícolas, mucho más ricos que muchos de los actuales países
pobres.
    
    En la literatura sobre planificación, especialmente en la literatura marxista-

131
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

leninista reciente, el adelanto económico se define generalmente sin referencia a los


niveles de vida generales, sino principalmente en términos de desarrollo industrial,
en especial de las industrias de bienes de capital, o en términos de actividad de
algún otro sector concreto. Los partidarios de la industrialización en gran escala, y
especialmente del desarrollo masivo de las industrias pesadas, casi nunca se refieren
a los precios, rentas, coste, demanda o nivel de vida. Éstos no se mencionan en los
pasajes citados.
    
    Existen obvios motivos políticos tras la insistencia en la planificación global: el
establecimiento de un estado socialista c comunista es mucho más fácil una vez se
han implantado controles económicos estrictos y globales. Tales estados es probable
que apoyen a otros gobiernos comunistas. La literatura marxista-leninista ha
considerado tradicionalmente al proletariado industrial como la vanguardia de la
revolución y el campo de reclutamiento de los miembros más activos, de confianza
y efectivos del partido; también ha considerado al sector industrial como aquél que
más prontamente se sujeta a un control político efectivo. Su énfasis en la
industrialización parece que se deriva en gran parte de tales motivaciones políticas;
así lo sugiere la ausencia en la literatura de los argumentos sofisticados o populares
en favor de la industrialización que se encuentran en los textos de economía o en la
literatura popular no marxista.
    
    Más recientemente la literatura marxista-leninista ha mostrado mucho más interés
en el desarrollo de la agricultura, en la medida en que esto forma parte de la
planificación del desarrollo. Este cambio de énfasis parece que se deriva en parte de
la constatación de que en muchas zonas, especialmente África y gran parte de Asia,
el proletariado industrial es y seguirá siendo durante muchos años negligible, y
también de la constatación de que sin un excedente agrícola importante, todavía no
disponible en muchos países pobres, la industrialización sería políticamente
inoportuna. Además también se ha reconocido la posibilidad de un estrecho control
de los productores agrícolas a través de sociedades cooperativas organizadas por el
gobierno, compañías comerciales estatales y monopolios de exportación estatales.
Mediante estos y otros métodos semejantes es posible, incluso con un aparato
administrativo rudimentario, controlar estrechamente el sistema de producción
agrícola para la venta, los precios y rentas percibidos por los productores y el uso
del excedente agrícola; también es posible evitar la aparición de una población
campesina próspera e independiente o de una clase comerciante o una burguesía. En
la literatura comunista sobre desarrolla agrícola la adopción de uno o mí% de estos
mecanismos (además de la expropiación de las terratenientes que es axiomática)
resulta necesaria; sin tales medidas el desarrollo agrícola se considera un desarrollo
de tipo colonial, incompatible con la independencia económica.
    
    6. RECOMENDACIONES POLÍTICAS DEL MARXISMO-
LENINISMO

132
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    Las opiniones acerca de los países subdesarrollados y las prescripciones políticas
para su progreso descritas aquí como marxista-leninistas se han convertido, de
hecho, en la ortodoxia actual en este campo. Cualquiera que sea el procedimiento
exacto de su deducción intelectual, estas opiniones son expuestas amplia y
frecuentemente por conocidos escritores no considerados como marxistas o
leninistas. Como ya hemos señalado, la literatura actual sobre desarrollo trata la
supuesta discrepancia siempre creciente de las rentas y niveles de vida entre países
ricos y pobres y la inanición o casi inanición de los últimos, de la misma forma en
que el marxismo ortodoxo resalta el abismo entre opresor y oprimido y la siempre
creciente miseria del proletariado.
    
    El profesor Gunnar Myrdal por ejemplo, se refiere a una desigualdad
internacional siempre creciente y alude a Europa occidental, Norteamericana y
Australasia como los países de clase alta y al resto del mundo como los
desheredados:
    
     En la actualidad la tendencia es hacia una mayor desigualdad en el mundo. En
efecto, son los países más ricos los que están avanzando, mientras que lis más
pobres, con mayores poblaciones, están estancados o progresando mucho más
despacio ... Para la humanidad en su conjunto, en realidad no ha habido ningún
progreso (sic). He preferido centrar la atención en un determinado aspecto de la
situación internacional, concretamente las desigualdades económicas muy grandes y
firmemente crecientes entre los países desarrollados y subdesarrollados ... Estas
desigualdades y su tendencia al crecimiento son  realidades flagrantes. [138] 
    
     Escribe más adelante: 
    
    La parte más amplia del resto de la humanidad forma en este sentido una clase
inferior de naciones ... en contraposición a la clase alta de los países adelantados.
De hecho, y considerando sus niveles de vida actuales, el término "proletariado"
sería más apropiado en tal comparación internacional de lo que nunca lo fue, o en
cualquier caso lo es ahora, en cualquiera de los países adelantados. El "gran
despertar" de las naciones atrasadas es lento y también crea entre las mismas una
conciencia de clase sin la cual un conglomerado social es amorfo y desintegrado.
[139] 
    
     Como se ha señalado en otro lugar de este volumen, las afirmaciones sobre una
desigualdad siempre creciente en parte no tienen sentido, en parte son
excesivamente simplificadas, en parte falsas y en general inconsistentes. [140] 
    
    La recomendación política basada en esta descripción o diagnóstico refleja
estrechamente las ideas marxista-leninistas, o la práctica de la Unión Soviética. En
particular, desemboca en una insistencia axiomática en la planificación central
como indispensable para el progreso material.

133
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    La penetrante influencia del marxismo-leninismo, incluso en críticos declarados
del comunismo, se aprecia claramente en un libro titulado África y el mundo
comunista:
    
     El "efecto demostración" del crecimiento económico soviético con toda
seguridad tuvo un profundo impacto en el pensamiento de los líderes de
movimientos nacionales en zonas atrasadas. Pero quedar impresionado (por el
crecimiento soviético) no necesariamente implica convertirse. Evidentemente no es
preciso ser un "marxista-leninista" muy ortodoxo o un "economista burgués"
particularmente heterodoxo para estar de acuerdo con las siguientes afirmaciones
mal especificadas:
    
     1) un rápido incremento de la tasa de crecimiento económico de los países
atrasados, que es indispensable con el fin de romper el círculo vicioso del
estancamiento, exige un marcado incremento en el esfuerzo de ahorro-inversión;  2)
el desarrollo económico está obligado a contar con la industrialización en una etapa
relativamente inicial y también, antes de mucho tiempo, con un crecimiento
relativamente rápido de las industrias nacionales de bienes de capital, siendo ambas
cosas la respuesta al ritmo acelerado de la expansión global y un estimulante
adicional del mismo;  3) la disponibilidad de un volumen de inversión exterior
suficientemente grande y de amplias conexiones de comercio exterior, no siempre se
pueden dar por garantizados;  4) puesto que en los países desarrollados una
tecnología productiva superior supone tanto un desafío como una amenaza, el nuevo
estado deberá intervenir más activamente para fomentar y proteger el desarrollo
económico, de lo que fue necesario en los viejos países industrializados durante
períodos similares de su historia. [141] 
    
     En esta cita, los puntos 1) y 2) son, como se puede demostrar, obviamente falsos;
3) es irrelevante, y 4) es un claro non sequitur. Parecería que, contrariamente a lo
que dicen, estos escritores han sido a la vez impresionados y convertidos.
    
    7. ATRACTIVO DEL MARXISMO-LENINISMO
    
    ¿Cómo podemos explicar la penetrante influencia y atractivo del marxismo-
leninismo? En primer lugar, el marxismoleninismo es una estructura intelectual, que
comprende método, análisis y observación empírica, que se irroga la explicación del
funcionamiento y perspectivas de la sociedad. En segundo lugar, también es una fe
o credo mesiánico secular que cubre todos los aspectos de la vida y que promete la
salvación en la tierra pero en un futuro indefinido, esto es, salvación aquí, pero no
ahora. En tercer lugar, es un programa de acción política. El triple aspecto del
marxismo y  del marxismo-leninismo como estructura intelectual, credo mesiánico y
programa político siempre debería recordarse al valorar su atractivo.
    
    Marx y Engels mostraron una penetración poco corriente en un área amplia y

134
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

diversa, lo cual indudablemente ha contribuido a su atractivo intelectual. Ésta


incluye el reconocimiento explícito (por Engels en el AntiDuhring) del masivo
progreso técnico de Europa en los siglos XIX y XV; el habitual tratamiento de los
fenómenos como parte de un proceso: la valoración de los acontecimientos y
políticas en términos de sus efectos sobre la situación global; y el interés tanto en
microeconomía corno en macroeconomía. A pesar de estos méritos, el marxismo-
leninismo como estructura intelectual presenta grandes deficiencias. El sistema
abunda en inconsistencias internas y sus predicciones más específicas y explícitas
han sido refutadas por los acontecimientos. Los intentos de racionalizar las
contradicciones internas y justificar las desafortunadas predicciones no son
convincentes e incluso son poco edificantes.
    
     Sin embargo, la principal razón del atractivo del marxismo-leninismo se deriva
del credo y del éxito político de los partidos y gobiernos marxistas. El atractivo de
una religión secular, omnicomprensiva y mesiánica que promete la salvación en la
tierra, pero en el futuro, es obvio, y especialmente poderoso en tiempos de rápida
erosión de los valores y creencias tradicionales. El énfasis en el futuro es atractivo,
en parte porque las promesas no se pueden comprobar en la realidad, pero también
debido a su llamamiento al desinterés, esto es, por su preocupación por el futuro en
vez de por el presente. Los adherentes se sienten pertenecer a un movimiento que
está destinado a conseguir la victoria, partícipes activos en la marcha de la historia;
la fe combina con éxito una sugestión de libertad con predestinación —la libertad
es el reconocimiento de la necesidad. La doctrina de la explotación tiene un
evidente atractivo a través de su sugerencia de que la pobreza es el resultado de la
opresión y se puede eliminar mediante la acción humana. Entonces se da el
atractivo casi científico de un sistema que trabaja con unas pocas variables
aparentemente definidas con claridad y que establece relaciones funcionales muy
importantes. La presencia de una estructura lógica, aunque sea defectuosa ha
aumentado el atractivo del marxismo como fe mesiánioa, al hacer su aceptación
intelectualmente más respetable que la de otros tipos de mesianismo. La fe marxista
también ayuda a integrar a los intelectuales y a las masas, levantando un puente
sobre el vacío que se ha creada con la decadencia de la religión y el alejamiento de
la filosofía y arte contemporáneos de la gran mayoría de gente.
    
    Los partidos marxistas, además, han conseguido el control en varios países,
incluyendo dos de los más poderosos y esto tiene un evidente atractivo. On ne juge
pos les vainqueurs. Esto se refiere particularmente a las ciencias sociales,
especialmente a la economía, donde siempre ha habido una ambivalencia entre el
progreso del conocimiento y la promoción de la política. El marxismo-leninismo ha
tenido éxito políticamente; y aquellos que no distinguen entre resultados políticos y
logros científicos son especialmente propensos a aceptar sus afirmaciones
intelectuales. Por supuesto que la aceptación de ideas por los éxitos políticos o
militares de sus partidos más que por las bases analíticas o empíricas de las mismas

135
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

no es nada nuevo. Pero en el siglo XX este fenómeno se ha vuelto notable,


especialmente entre los intelectuales, a quienes gusta ser considerados inmunes a
tales influencias. Cuando el éxito político y militar de los partidarios de una
ideología se relaciona con el atractivo político o emocional de sus elementos
constituyentes, entonces su aceptación a menudo está completamente desligada de
su mérito intelectual. El atractivo y aceptación de las nociones de Lenin acerca del
imperialismo refleja claramente la actuación de estas influencias.
    
    A menudo se sugiere que en Occidente los extendidos sentimientos de
culpabilidad han servido para incrementar el atractivo del marxismo-leninismo,
particularmente en países anglosajones. Existe asociación, pero no está clara la
dirección de la relación causal o funcional. Igual puede que vaya de la aceptación
del marxismo a la aparición de sentimiento de culpabilidad, como en la otra
dirección. Por ejemplo, la noción de que Occidente ha determinado la pobreza del
mundo subdesarrollado puede reflejar la ingenua aceptación y expansión de las
ideas marxistas de explotación y de la naturaleza improductiva de los servicios.
Pero también es posible que un sentimiento de culpabilidad, derivado de una
variedad de influencias, haya facilitado la aceptación sin crítica de la idea marxista
de explotación.
    
    8. ESPECIAL ATRACTIVO EN LOS PAÍSES POBRES
    
    No resulta sorprendente, por tanto, encontrar que en todo el mundo
subdesarrollado la opinión pública sobre temas económicos se halla saturada de
marxismo-leninismo. Esto ha sucedido debido a la actuación e interacción de
distintas influencias: los mismos factores responsables de su atractivo en Occidente,
que acabamos de señalar, son todavía más atractivos; la sugerencia implícita o
explícita de que fuerzas exteriores son responsables de la pobreza del mundo
subdesarrollado; los éxitos políticos y militares de los partidos y gobiernos
marxistas; la planificación económica global de la Unión Soviética, particularmente
el desarrollo en gran escala de las industrias de bienes de capital; la influencia
socialista en el flujo internacional de ideas e información; y el impacto del cambio
rápido determinado por los muy amplios contactos con las economías adelantadas.
    
    La doctrina de la explotación siempre ha sido un factor importante en el atractivo
del marxismo. El leninismo ha ayudado a extenderla a escala mundial, con evidente
atractivo para los líderes políticos e intelectuales de los países subdesarrollados. No
hay necesidad de extenderse sobre la conexión entre esta doctrina de explotación y
las aseveraciones acerca de los resultados del colonialismo y neocolonialismo.
    
     Si bien se puede decir que se halla implícita en la propiedad estatal de los
medios de producción bajo la dictadura del proletariado, la planificación económica
como tal no figura en la literatura marxista-leninista anterior a 1917. Por distintas
razones, sin embargo, se ha convertido en parte integral de la política económica

136
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

comunista. Su influencia atractivo se deriva una vez más de un número de factores


interrelacionados que son sustancialmente semejantes a los factores que hay detrás
del atractivo del marxismo-leninismo en general, tales como la historia de la Unión
Soviética, el atractivo de la ingeniería social, y las ventajas que algunos grupas
influyentes esperan obtener de la concentración de poder. [142]  Estos factores y
otras influencias en el atractivo de la planificación global ya han sido considerados
en el capítulo II.
    
     Este atractivo resulta especialmente fuerte para políticos e intelectuales, puesto
que implica una masiva concentración de poder en manos del gobierno. Estos
grupos creen que ellos pueden y deberían controlar estrechamente el resto de la
sociedad, una creencia incluso más fuerte en los países subdesarrollados que en otra
parte, porque allí estos grupos se sienten muy superiores al resto de la comunidad.
    
    El control gubernamental, estricto e intensivo, de gran parte de la vida económica
y social, fomenta la polarización, política, y de esta forma plantea claras
oportunidades y ventajas para una ideología y un partido revolucionarios. Estas
oportunidades son máximas allí donde la mayoría de la gente tradicionalmente no se
preocupa de política, al menos más allá del nivel de pueblo. Prácticamente en todo
el mundo subdesarrollado la gran mayoría nunca ha conocido gobiernos electos o la
regla de la mayoría y no ha participado en política sino que sólo se ha preocupado
por las tareas de su vida diaria. Los gobernantes o gobiernos, a su vez, mientras no
han sido elegidos, generalmente han tenido poco impacto en las vidas de la gran
mayoría de la gente. Un movimiento bien organizado, ruidoso, que se expresa
claramente y muchas veces bien armado, aunque sea numéricamente pequeño puede
explotar rápidamente tal situación y establecer una sociedad totalitaria con relativa
facilidad. Tanto la ideología como la práctica comunista aseguran que el partido
comunista debería beneficiarse al máximo de las potencialidades de una tal
situación.
    
    Gran parte del atractivo de la experiencia soviética se deriva de su interpretación
por parte de los escritores soviéticos y occidentales. Estas interpretaciones enfatizan
el crecimiento de la capacidad industrial y del poder militar, sin referencia a la
demanda del consumidor, al coste, o bienestar, bien en términos de vidas humanas
(incluyendo las hambres masivas de los años treinta), nivel de vida o falta de
libertad personal; sin referencia a asuntos tan relevantes como la naturaleza
comparativamente adelantada de la Rusia prerrevolucionaria (como se refleja en un
excedente agrícola considerable y una tasa de analfabetismo relativamente baja en
comparación con el mundo subdesarrollado), o la rápida industrialización del país
antes de 1914, o al desarrollo de muchos países subdesarrollados que han
progresado rápidamente sin coacción masiva del gobierno. Estas interpretaciones
tampoco examinan generalmente el significado de las limitaciones de las
estadísticas soviéticas.
    

137
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    A su vez, esta interpretación de la experiencia soviética refleja la fuerte influencia


socialista en los medios de comunicación de masas; esta influencia resulta
particularmente fuerte en la comunicación internacional y especialmente en los
contactos intelectuales entre Occidente y los países subdesarrollados, contactos
prácticamente confinados a los oponentes del sistema de mercado. La situación,
apuntada en un contexto algo distinto por el profesor Hayek, aplica de forma
abrumadora a los contactos intelectuales entre Occidente y los países
subdesarrollados:
    
     En ningún otro campo se ha dejado sentir más fuertemente durante los últimos
cien años la influencia predominante de los intelectuales socialistas que en los
contactos entre diferentes civilizaciones nacionales ... Esto es lo que básicamente
justifica el extraordinario espectáculo de que durante generaciones el pretendido
occidente "capitalista" ha estado prestando su apoyo moral y material casi
exclusivamente a aquellos movimientos ideológicos en los países orientales que
aspiraban a minar la civilización occidental; y que al mismo tiempo la información
que el público occidental ha obtenido acerca de los acontecimientos en la Europa
central y oriental casi inevitablemente ha sido teñida con sesgo socialista. [143] 
    
     Muchas partes del mundo subdesarrollado han experimentado cambios rápidos y
desiguales (desiguales por el hecho de que afectan a algunos aspectos de la vida
más que a otros) en décadas recientes, la mayoría a través del contacto con
economías más adelantadas. Las tensiones y problemas de ajuste resultantes son
particularmente agudos para los intelectuales, que tienen que enfrentarse no sólo
con la súbita erosión o desaparición de creencias y valores tradicionales. Sino ha
mentido con un conflicto de fidelidades y con un distanciamiento del resto de la
comunidad. En todo el mundo subdesarrollado los intelectuales con formación o
semiformación occidental, si bien se sienten muy superiores al resto de la
comunidad, sin embargo están desesperadamente preocupados por pertenecer a la
misma. La brecha quizás es más ancha en las comunidades tribales africanas, pero
también es ancha y profunda en toda Asia. Las tensiones se ven muy intensificadas
por los conflictos de fidelidades que a menudo experimenta dicha gente cuando las
costumbres tradicionales o tribales, o los libros familiares, chocan con obligaciones
impuestas por los ordenamientos legales modernos. Los atractivos de una fe,
omnicomprensiva, penetrante, secular y materialista se comprenden fácilmente en
tales condiciones, pues ofrece un paraíso a gente que ha perdido sus amarras.
Quizás aún más importante, ofrece la perspectiva de reunificación con el resto de la
comunidad.[144] 
    
    Otras consecuencias del cambio rápido tienen relevancia aquí. Tales cambios
invariablemente dan lugar a sensibles cambios en la situación relativa, económica y
social de individuos y grupos. Los cambios de precios siempre afectan
negativamente a algunos grupos de la comunidad; el avance de la economía de
mercado socava la posición y la autoridad de los líderes tradicionales; lo mismo

138
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

produce varios cambios políticos derivados de contactos exteriores. Tales cambios


dan lugar a abundantes oportunidades de queja, particularmente cuando sus causas
no pueden adscribirse a fenómenos naturales, pero al mismo tiempo no se entiende
claramente. Por estas razones los riesgos de una economía de cambio, si bien
mucho menos agudos que los de una economía de subsistencia, se aceptan mucho
menos rápidamente en particular cuando el impacto de una economía monetaria ha
sido rápido y discontinuo. Tales cambios dan lugar a considerables oportunidades
para un partido preparado y decidido a explotar todas las quejas. [145]  La ruptura
de continuidad con el pasado es pronunciada incluso cuando el rápido avance es
mediante la producción de cultivos para la venta que están estrechamente
relacionadas con las actividades y afanes tradicionales de la gente. Resulta mucho
más pronunciado con una rápida industrialización y urbanización, consideración que
puede justificar parcialmente la defensa comunista de tales políticas.
    
    9. DEGRADACIÓN DEL LENGUAJE
    
    En décadas recientes varios escritores destacados, entre los cuales Karl Kraus,
George Orwell, Jacques Barzun y Richard M. Weaver, han discutido agudamente
acerca de lo que ellos han identificado como una degradación del lenguaje (lo que
George Orwell llama abuso) en el sentido de un creciente uso de una terminología
vaga y sin sentido. [146]  La literatura marxista-leninista a su vez ha fomentado y
explotado esta degradación, confiando sistemáticamente en términos generales
vagos cuya interpretación puede variar en distintas circunstancias y adaptarse a la
persecución de metas políticas específicas, mediante el uso de términos en forma
divorciada de su significado aceptado y mediante la incesante repetición de
afirmaciones que se demuestran falsas. Tales prácticas son particularmente efectivas
en los países subdesarrollados, donde una aproximación crítica a la letra impresa o a
la discusión política está menos desarrollada que en Occidente.
    
     La degradación del lenguaje se ha llevado a tales extremos, tanto en la literatura
popular como académica sobre economía del desarrollo, que las palabras han
perdido su significado. De otra forma, ¿cómo es posible que Baran, que, hay que
recordarlo, profesor de economía en la Universidad de Stanford, escribiera de este
modo?:
    
     Al peso muerto del estancamiento característico de la sociedad pre-industrial se
añadió todo el impacto restrictivo del capitalismo monopolista. El excedente
económico del que se apropian en cantidades abundantes los negocios monopolistas
en los países atrasados no se utiliza con fines productivos. Ni se reinvierte en su
propias empresas, ni sirve para desarrollar a otras. [147] 
    
     La afirmación es claramente falsa, porque se han levantado extensos complejos
agrícolas, mineros, comerciales e industriales en todo el mundo subdesarrollado con
la reinversión de beneficios. Tales manifestaciones, son, sin embargo, características

139
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de las obras del profesor Baran, y también en general de la literatura marxista-


leninista en este campo, en el que han sido muy influyentes. La abrumadora
preocupación por alcanzar objetivos políticos y la consiguiente subordinación de la
actividad intelectual a esta finalidad, ha determinado que los escritos marxistas-
leninistas sobre los países subdesarrollados hayan oscurecido el panorama en
muchas más ocasiones que las que lo han iluminado.
    
    La discusión sistemática se vuelve imposible si se atribuyen significados muy
diferentes a la misma expresión o si afirmaciones palpablemente falsas y falsedades
fácilmente demostrables se juzgan admisibles debido a su contribución al objetivo
político: los párrafos de Baran Potekhin citados son algunos entre los incontables
ejemplos. Sin duda, tales escritos son un ejemplo de destrucción del lenguaje. El
marxismo-leninismo acepta y, sin duda, fomenta cualquier uso equivocado del
lenguaje si ello contribuye al objetivo político final. Por tanto ello ha exacerbado las
dificultades del estudio o discusión seria del desarrollo económico.
    

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CAPÍTULO V
PERSPECTIVAS ASIÁTICAS

    En 1968 el profesor Gunnar Myrdal publicó Asían Drama, [148 ] un libro de más
de un millón de palabras en el que había estado trabajando desde 1957 con un
equipo internacional de colaboradores. El tema principal de este trabajo masivo es
la insistencia del profesor Myrdal en la necesidad de una transformación radical del
hombre y de la sociedad en todo el sur de Asia mediante la acción gubernamental.
El texto de este capítulo se dedica al tema central del profesor Myrdal, pero también
reseña algunos de los principales temas en los que se apoya. Algunos otros temas
de estos tres grandes volúmenes, menos estrechamente relacionados con el tema
central, también son notables, especialmente para economistas y para otros
interesados en el estado de la economía del desarrollo, y estos se examinan en el
apéndice a este capítulo. Se han situado allí con el fin de no distraer la atención de
los principales temas.
    
    1. ORÍGENES DEL PROGRESO
    
    Lo que en gran parte determina el progreso económico de los países
subdesarrollados es la gente que allí vive. Si bien generalmente hablamos de países,
economías y naciones subdesarrolladas, estas entidades están constituidas por
personas cuyas necesidades materiales ha de satisfacer la economía y cuyas
facultades, motivaciones e instituciones determinan sustancialmente su actuación.
Pero, a este respecto, la gran mayoría de la gente de los países subdesarrollados
difiere de la gran mayoría de la del mundo desarrollado. El reconocimiento poco
generoso, incompleto, aunque a pesar de todo claro, de estas sencillas verdades —

140
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

ofensivas como son para los intereses políticos, intelectuales y emocionales


influyentes— constituye uno de los principales rasgos del gigantesco estudio del
profesor Myrdal sobre el sur de Asia, desde Pakistán a las Filipinas, como quedará
claro con los párrafos citados en secciones subsiguientes de este capítulo.
    
     Otra contribución significativa es la insistencia del profesor Myrdal en la
inutilidad de algunos de los modelos, métodos de aproximación y principales
conceptos que dominan la literatura actual sobre desarrollo económico, tales como
el uso frecuente de la relación capital-producto (cociente entre el stock de capital y
la producción total o entre cambios en estos agregados); el excedente de trabajo (el
volumen de trabajo rural supuestamente eliminable sin pérdida de producto); y los
precios sombra (precios de equilibrio teóricos para dirigir las decisiones de la
planificación). Sobre estos puntos rápidamente está uno de acuerdo con el profesor
Myrdal; los conceptos y variables más significativos en la literatura teórica sobre
desarrollo, que se emplean ampliamente en la planificación del desarrollo en todo el
mundo subdesarrollado, se hallan desligados en gran parte de los determinantes
personales y sociales del desarrollo. Se escogen por su susceptibilidad de
tratamiento formal, especialmente cuasimatemático, más que por su relevancia para
el desarrollo.[149] 
    
    El profesor Myrdal señala correctamente que la confianza en estos métodos lleva
a descuidar los principales determinantes del desarrollo. Sin duda, en este contexto
se puede ir mucho más lejos de lo que va el profesor Myrdal. Constituye un
corolario de esta negligencia el que el impacto de la política en estos determinantes
también será pasado por alto. Por ejemplo, los controles del comercio y del cambio
exteriores, introducidos para fomentar el desarrollo actuando sobre el volumen y
asignación del gasto interior, en la práctica también influyen en el volumen y la
naturaleza de los contactos exteriores, en la movilidad ocupacional y geográfica
dentro del país, en la oferta de bienes incentivo, en la situación y perspectivas de los
distintos grupos étnicos dentro de un país, en el carácter e intensidad de los
conflictos políticos y en la dirección de las energías de la gente. Estas otras
repercusiones casi con toda seguridad han de ser más importantes que el impacto
directo de los controles.
    
    Entre otras observaciones útiles del profesor Myrdal te encuentra su
reconocimiento de que Marx ha tenido una penetrante influencia en la literatura
actual sobre desarrollo; y también de que muchos liberales comparten con los
marxistas la infundada creencia en la organización económica y en los procesos
técnicos como causas principales del desarrollo económico y de los fenómenos
sociales en general, en contraposición a la naturaleza derivada de las motivaciones,
valores e instituciones. El profesor Myrdal muy justamente critica este enfoque,
cuya irrelevancia es patente en el sur de Asia. Y también señala que en toda esta
región, y especialmente en la India y Pakistán, el aumento del control estatal sobre
la vida económica en los años recientes ha beneficiado principalmente a la gente

141
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

acomodada: políticos, administradores industriales y a los aldeanos que mejor se


expresan. Tal resultado era de esperar debido a las amplias diferencias de eficacia
política entre los distintos grupos sociales y profesionales.
    
    El profesor Myrdal también señala muy acertadamente los efectos del clima sobre
la actividad económica y apunta la ignorancia comparativa del mismo en la
literatura sobre desarrollo. Pero no trata en ningún  momento de reconciliar su
reconocimiento de los efectos adversos del clima tropical con su énfasis en la
desigualdad, el colonialismo y los intereses sociales firmemente arraigados, como
supuestas causas principales del atraso.[150] 
    
    2. REINTERPRETACIÓN DE LA PLANIFICACIÓN
    
     El principal mensaje del profesor Myrdal es la necesidad de una transformación
a fondo del hombre y de la sociedad En todo el sur de Asia, si es preciso por la
fuerza. Considera justificada la fuerza debido a la urgente necesidad de un progreso
material más rápido, que puede que exija una coacción ilimitada tanto en el tiempo
como en intensidad. 
    
     Este drástico mensaje surge de la siguiente forma. De acuerdo con el profesor
Myrdal, la extrema pobreza, el estancamiento e incluso el retroceso caracterizan el
sur de Asia, que contiene una cuarta parte de la población mundial; existen también
amplias desigualdades en la riqueza, renta y posición social de las personas y
grupos; [151]  y la relación entre pobreza y estancamiento, y de ambas con la
desigualdad, refleja lo que él denomina "causalidad cumulativa circular
generalmente en vigor" en la vida económica y social, de forma que, en ausencia de
contramedidas organizadas políticamente, las influencias y tendencias sociales y
económicas se refuerzan a sí mismas. La pobreza, según el profesor Myrdal, no sólo
impide la acumulación de capital, sino que también perpetúa valores e instituciones
que obstruyen el progreso. Argumenta que la desigualdad de posición social y de
riqueza reprime a la gente, quita incentivos, impide un alza de la productividad y
obstruye la aparición y efectividad de políticas que podrían mejorar la situación, en
especial las políticas descritas por el profesor Myrdal como planificación racional.
    
     El atraso, sigue el razonamiento, también tiene que ver con la persistencia de
diferencias étnicas, lingüísticas y de otras diferencias culturales entre países. Estas
distintas diferencias, tanto impiden el adelanto material como retrasan la
consolidación nacional que unificará los mercados y facilitará la planificación. El
colonialismo a menudo ha agra vado la situación generando y perpetuando las
actitudes, instituciones y estructuras sociales enemigas del progreso.
    
    El profesor Myrdal considera la planificación global indispensable para el
fomento de rentas más elevadas. [152]  Además, la planificación también es
deseable en sí misma, básicamente con el fin de fomentar la consolidación nacional,

142
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

que el profesor Myrdal, una vez más, considera tan necesaria para conseguir rentas
más elevadas y tan deseable en sí misma. Por tanto, en su terminología, la defensa
de la planificación central es una premisa de valor a la vez independiente y
derivada.
    
    El profesor Myrdal considera la búsqueda de rentas per capita más elevadas
como un objetivo y criterio de una política gubernamental racional. La persecución
de esta meta requiere cambios fundamentales en las formas de conducta, actitudes e
instituciones de la gente, junto con una eliminación en gran escala o reducción de
las diferencias culturales, étnicas y lingüísticas, así como de las desigualdades de
riqueza, renta y posición social. Estos cambios masivos sólo pueden llevarse a cabo
por medio de la planificación central global.
    
     La literatura actual sobre desarrollo generalmente interpreta la planificación
como el control estatal, real o pretendido, de la economía, excepción hecha de la
agricultura de subsistencia. Nunca se ha aclarado porqué tal política debería
fomentar el desarrollo económico en el sentido de elevar los niveles de vida
generales. El profesor Myrdal reconoce ahora que la planificación central en este
sentido es insuficiente para el progreso material. De ahí su revolucionaria
interpretación de la planificación central como una política para remodelar por la
fuerza al hombre y a la sociedad. El libro constituye pues un hito en su clara
reinterpretación y extensión de la planificación central de un intento de control
estatal a un intento de transformación obligatoria del hombre y de la sociedad.
Reproduciré amplias citas del libro del profesor Myrdal para ilustrar su tesis. Esto
mostrará la significación del nuevo punto de partida y debería prevenir objeciones
de que las citas están fuera de contexto.
    
    ... el éxito de la planificación para el desarrollo exige una disposición en asignar
obligaciones a la gente de todos los estratos sociales en mucha mayor medida de lo
que ahora se hace en cualquiera de los países del sur de Asia. Ello requiere,
además, un riguroso cumplimiento de las obligaciones, en lo cual la coacción juega
un papel estratégico... En  las actuales condiciones del sur de Asia, el desarrollo no
puede conseguirse sin mucha más disciplina social de lo que permite la
interpretación de democracia prevaleciente en la región [153] 
    
     ... existen escasas esperanzas en el sur de Asia de un rápido desarrollo sin una
mayor disciplina social. Para empezar, a falta de más disciplina —que no aparecerá
sin normas respaldadas por la fuerza— todas las medidas de elevación rural serán,
en gran parte, ineficaces. [154] 
    
     En la medida en que estas otras valoraciones (que retrasan el desarrollo) chocan
con los ideales de modernización, las mismas actúan como inhibiciones cuando son
sostenidas por miembros del gobierno y por aquellos que participan en la
elaboración y puesta en práctica de las políticas del gobierno.
    

143
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

     Las mismas son la causa de la indecisión y de la indiferencia al hacer y ejecutar


planes. Cuando sólo están presentes entre la mayoría de la gente que no son activos
participantes en la formulación y ejecución de la política, estas valoraciones
conflictivas actúan como obstáculos ... Los mismos bien tienen que ser superados
mediante medidas políticas que constituyan un plan racional o bien ser salvados, si
la planificación como expresión de los ideales de modernización consiste en
avanzar constantemente ... La distinción en este estudio entre "inhibiciones" y
"obstáculos" es un modelo abstracto, en cierto modo simplificador, si bien nosotros
creemos que constituye un enfoque realista. El mismo contempla un gobierno y su
entorno como un sujeto activo de la planificación y al resto de la gente como a
objetos relativamente pasivos de las políticas que surgen de la planificación. [155] 
    
     En una tal comunidad nacional, las barreras de casta, color, religión, origen
étnico, cultura, idioma, y fidelidades provinciales, serían derribadas, y la propiedad
y la educación no se hallarían distribuidas de forma tan desigual como para
constituir monopolios sociales. Se prevé una nación con una marcada igualdad
social y económica, con una alta movilidad social así como espacial, y con una
firme lealtad de toda la población a la comunidad nacional.[156] 
    
    El tema central y esencial del argumento del profesor Myrdal queda claro, si bien
a veces se ve oscurecido por una exposición vaga, sinuosa o contradictoria.
Consiste en que la planificación no sólo tiene que controlar la economía, sino que
tiene que rehacer a la gente y a la sociedad: la conducta personal y las actitudes
sociales tienen que ser reestructuradas en beneficio, o al menos en el interés
declarado, de unas rentas per capita más elevadas.
    
    El profesor Myrdal deplora lo que él llama el enfoque gradual en la región:
    
     ... la adhesión al enfoque gradual, en tal grado y de esta forma, a pesar del
común reconocimiento de la necesidad del cambio revolucionario, tiene por
supuesto que justificarse por la situación social de estos países, especialmente por
las innumerables inhibiciones y obstáculos con que se encuentra la planificación
racional.[157] 
    
     El uso de la expresión reconocimiento común resulta paradójico particularmente
por el hecho de que el profesor Myrdal a menudo señala que la gente en general no
apoya tales políticas. El reconocimiento común, por tanto, se refiere a un número
relativamente reducido de gente ruidosa e influyente.
    
    En vez de un cambio gradual, se precisa de una transformación rápida y a fondo:
    
    Los cambios mayores y más rápidos generalmente tienen que realizarse alterando
en forma decidida las instituciones dentro de las que la gente vive y trabaja ... Pero
las instituciones generalmente sólo pueden cambiarse recurriendo a lo que en la
región se denomina coacción, estableciendo obligaciones a la gente y apoyándolas

144
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

por la fuerza.[158] 
    
     Pero no sólo es en el sur de Asia que tales políticas se llaman coacción; es
precisamente lo que son y con este nombre se denominarán en cualquier lugar.
    
    Repetidas veces el profesor Myrdal cita con aprobación documentos indios
acerca de la necesidad de remodelar instituciones de forma que las mismas
contribuyan a la "realización de valores sociales más amplios y profundos". En este
contexto, escribe:
    
    Pero las perspectivas de derribar las barreras para el desarrollo en los países
surasiáticos serían completamente diferentes si en un país como la India, por
ejemplo, el gobierno realmente estuviese determinado a cambiar las actitudes e
instituciones prevalecientes y tuviese el valor de hacer los pasos necesarios y de
aceptar sus consecuencias Éstas incluirían la efectiva abolición de las castas,
prescritas por la constitución (india), y medidas, aceptadas en principio, que
incrementarían la movilidad y equidad, tales como reforma agraria y legislación de
arrendamientos efectivas; una política agrícola racional, aunque requiriese la
matanza de muchas vacas medio muertas de hambre en general, puesta en práctica e
imposición a la gente, no sólo de obligaciones fiscales, sino también de todas las
demás que se precisan para el desarrollo.[160] 
    
     Como muchos escritores que tratan del desarrollo económico, el profesor Myrdal
a menudo se refiere a la reforma y modernización de sectores, actividades, creencias
e instituciones. Pero lo que en realidad se discute no es la reforma o modernización
de este sector o de aquella actividad, sino de la gente ocupada en ellos; no de
creencias y valores sino de aquellos que los tienen; no las instituciones, sino de
quienes participan en ellas. El sujeto de la transformación es la gente, esto es,
personas y grupos de personas, no entidades abstractas tales como actividades o
sectores. El profesor Myrdal no explica cómo se ha de llevar a cabo esta
modernización a través de la transformación y la estandarización, más allá de
insistir en que a los gobiernos se les ha de dar poder suficiente para llevar a cabo
estas políticas. No dice cómo se ha de transformar a la gente, mediante qué
políticas específicas y con qué recursos.
    
    Como acabamos de señalar, el profesor Myrdal tiene tendencia a referirse a
sectores, actividades e instituciones más que a gente. Sin embargo, cuando vuelve
su atención hacia las personas, cuyo bienestar se supone que han de fomentar sus
drásticas políticas, el tenor de estas referencias no sugiere ni simpatía ni respeto.
Así escribe: 
    
     Las actitudes y normas prevalecientes de actuación individual en la vida y en el
trabajo son desde el punto de vista del desarrollo deficientes en varíes aspectos:
bajos niveles de disciplina, puntualidad y orden en el trabajo; creencias
supersticiosas y perspectivas irracionales; falta de viveza, adaptabilidad, ambición y

145
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

disposición general al cambio y a la prueba; desprecio del trabajo manual; sumisión


a la autoridad y a la explotación; escasa aptitud para la cooperación; bajos
estándares de higiene personal; y así sucesivamente.[161] 
    
     Estas observaciones en cierto modo puede que expliquen la disposición del
profesor Myrdal a recurrir a políticas drásticas y su falta de preocupación por los
efectos de estas políticas en la población en general, cuestiones que nosotros
consideraremos en este capítulo.
    
    3. TRANSFORMACIÓN DEL HOMBRE Y DE LA SOCIEDAD
    
     El profesor Myrdal contempla una transformación total coactiva de los
individuos y sociedades en todo el sur de Asia. Señala una gran variedad de
costumbres, formas de conducta, actitudes, instituciones y fenómenos que precisan
ser radicalmente modificados o incluso eliminados en la medida en que, en su
opinión, los mismos impiden el progreso material. Casi toda la esfera de la conducta
humana se ve implicada. Dentro de su campo global de reforma existen tres amplias
áreas que cabe distinguir a efectos de exposición: primero, formas de conducta
personal y cultural, valores y costumbres; segundo, diferencias étnicas y
lingüísticas; tercero, diferencias económicas, especialmente en renta y riqueza. Estas
áreas se hallan relacionadas y en cierto modo se solapan. Sin embargo, la
imprecisión de la distinción no afecta al argumento sustancial.
    
    Conducta y costumbres.—La primera categoría incluye elementos tan distintos de
conducta y cultura como resistencia a matar animales; creencia en la eficacia de
fuerzas ocultas y sobrenaturales; objeción a que las mujeres trabajen fuera de casa;
rechazo de la práctica anticonceptiva; gran preferencia por el ocio y el trabajo no
manual; aceptación del sistema de casta; mayor prestigio de la vida contemplativa
que de la vida activa; aceptación de las cosas tal como son; y muchas otras.
    
    El profesor Myrdal es ambivalente en cuanto a la fuerza y profundidad de las
costumbres que impiden el progreso material. A veces sugiere que las mismas no
son más que hábitos y convencionalismos, perpetuados por la influencia del
colonialismo, la inercia y los intereses creados. De acuerdo con esto, lo que se
precisa es meramente la erradicación de la rémora "de creencias irracionales y
valoraciones relacionadas"[162]  Otras veces sugiere que algunas de estas
costumbres y actitudes son profundas y arraigadas. Esta última interpretación se
halla implícita en las frecuentes referencias a la necesidad de la coacción. El
profesor Myrdal se pregunta: 
    
     ... si la gente cambiará en la forma que precisa el desarrollo, y si todos estos
cambios sucederán con suficiente rapidez, sin una reforma deliberada de la religión
popular que eliminaría las creencias supersticiosas y pondría en su lugar los
apreciados ritos, los pensamientos filosóficos y los preceptos morales generales
aceptados por la mayoría de los intelectuales.[163] 

146
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
     Resulta engañoso suponer, como hace el profesor Myrdal, que las creencias,
formas de conducta e instituciones más dañinas para el progreso material en el sur
de Asia, son meros convencionalismos sociales reforzados por intereses creados y
fácilmente eliminables en la persecución de rentas más elevadas. Por ejemplo, ¿de
qué se podrán beneficiar los intereses creados de la resistencia a matar animales, o
de la negativa a matar ganado, o de la preferencia de la gente por el ocio o por la
contemplación en vez de la vida activa? Algunas de las creencias y actitudes que
impiden el progreso material en el sur de Asia son antiquísimas. El culto a las vacas
en la India, por ejemplo, se remonta a unos tres mil arios y refleja el firme apego de
los arios a estos animales, un sentimiento que impregna la cultura de la mayor parte
de la India rural. La inviolabilidad de la vida animal sensible refleja la creencia de
que la naturaleza es algo continuo, sin netas distinciones entre el hombre y el resto
del universo orgánico, y que el hombre debería vivir con la naturaleza en vez de
aprovecharse de ella para sus fines.
    
     La apatía y pereza tan extendidas y fácilmente observables en la población del
subcontinente indio reflejan de alguna manera el debilitante clima, que no sólo
afecta directamente a la energía de la gente, sino que también puede que haya
contribuido a la persistencia de costumbres e instituciones contrarias al progreso
material. En algunas partes de su libro el profesor Myrdal señala explícitamente los
efectos del clima en la actividad económica, pero generalmente los ignora cuando
se refiere a las causas del atraso material y a los medios y capacidades de cambio.
    
    Los efectos de la casta en el progreso material son, en efecto, ambiguos. La casta
impide la movilidad social, ocupacional y geográfica; por otra parte, durante siglos
ha sido una fuerza de cohesión en la sociedad hindú y probablemente ha mantenido
a raya las fuerzas de la anarquía.[164] 
    
     La casta ciertamente se halla profunda e inseparablemente ligada con otros
elementos de la cultura de la India rural, incluyendo el matrimonio, y no se podría
eliminar coactivamente sin destruir la sociedad de gran parte de la India.
    
    Como ya hemos señalado, la postura del profesor Myrdal es ambivalente acerca
de la fuerza de estos obstáculos para el progreso material. Con toda seguridad
subestima en gran medida la profundidad, intensidad y tenacidad de algunas de las
creencias y actitudes que él censura. Esta subestimación en parte refleja el enfoque
no histórico del libro. Corolario de esta desatención hacia la historia de la región es
el hecho de que el libro carece de una base de valoración digna de consideración
acerca de la profundidad y fuerza de las creencias, actitudes e instituciones del sur
de Asia Este enfoque no histórico aplica en parte la exagerada fe del profesor
Myrdal en las posibilidades de la acción estatal para modificar aquellas costumbres
y actitudes que él desaprueba, si bien el excesivo énfasis quizá también puede
reflejar un deseo de instrumentar una defensa en favor de la concesión de amplios

147
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

poderes al estado. A veces el profesor Myrdal presenta curiosos argumentos en


apoyo de su esporádico optimismo acerca de los resultados probables de la
planificación central:
    
     La atención prestada al desarrollo como un fin llevará de forma creciente a que
la gente tienda a asociar un valor independiente, no sólo a la subida de los niveles
de vida —en sí misma una valoración nueva para mucha gente en un país atrasado y
estancado— sino a cambios al alza en todas las otras condiciones del sistema social,
incluyendo actitudes e instituciones. [165] 
    
    Ésta es otra afirmación injustificada. En la práctica, la sugerencia se acerca más a
lo contrario de la verdad. Por ejemplo, en la India, la puesta en práctica de la
prohibición de sacrificar ganado (no sólo de vacas) en Uttar Pradesh, el mayor
estado indio, coincidió con el comienzo del segundo plan quinquenal.
    
     Otro tema importante del libro es la necesidad de suprimir la discriminación en
la vida social y en el comportamiento personal. Este objetivo es inalcanzable y por
supuesto inconcebible. Todas las relaciones humanas implican discriminación, si
bien las distintas gentes discriminan por diferentes motivos y con distintos criterios.
La ausencia de discriminación en un capítulo generalmente implica discriminación
con otro criterio. En el sur de Asia, la discriminación con base en la religión, color,
raza y lengua es prácticamente general en toda la sociedad. La sensibilidad del color
resulta especialmente fuerte en la India y Pakistán. [166] 
    
     La discriminación social —la selección de socios, incluyendo cónyuges, con
base en criterios consistentes— es general no sólo entre los seres humanos sino
también entre los animales superiores; se halla presente de forma menos evidente
entre los animales inferiores. En las sociedades humanas, la adopción de criterios
consistentes con vistas a la asociación es, a menudo, una indicación o presunción de
una base y experiencia en gran medida compartidas. Una base y experiencia
comunes son condición para la cohesión de la sociedad o de los grupos. Esto puede
explicar el porqué aquellos que desean reemplazar las sociedades por una masa
inerte y estandarizada se oponen tan violentamente a la discriminación en el sentido
que acabamos de señalar. La insistencia en la uniformidad étnica y lingüística y en
la ausencia de discriminación dentro de las fronteras del estado, refleja la
predilección del profesor Myrdal por una sociedad en la que no haya diferencias o
distinciones con excepción de las existentes entre el gobierno todopoderoso y la
masa subordinada y homogénea.
    
    Aquí podemos señalar una importante paradoja. La fuerza del argumento en todo
el libro del profesor Myrdal se dirige de forma ostensible en contra de la
diferenciación y discriminación. En efecto, se dirige únicamente en contra de los
tipos de diferenciación y discriminación que son practicados por la gente corriente y
que reflejan sus bases, inclinaciones y preferencias. Por otra parte, favorece las

148
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

preferencias de los grupos políticamente articulados y efectivos. Por tanto, en forma


consistente y tajante discrimina en contra de los valores que tiene la mayoría de la
gente.
    
    Diferencias étnicas y lingüísticas. — El profesor Myrdal contempla la reducción
sustancial o incluso la eliminación de las diferencias y fidelidades étnicas y
lingüísticas. Se opone a estas diferencias porque incrementan las dificultades de la
planificación central y también porque cierran el paso a la consolidación nacional, y
a ambas las considera instrumentos necesarios del progreso material, aparte de ser
deseables por derecho propio. También piensa que estas diferencias restringen el
tamaño de los mercados.
    
     Pero gran número de personas, probablemente la gran mayoría de la población
del sur de Asia, se halla fuertemente apegada a sus características e identidad étnica
y lingüística y le resultaría imposible despojarse de esas características. Por
ejemplo, sería imposible para las comunidades chinas, indias y malayas. El intento
de eliminar estas diferencias plantearía dificultades que con toda certeza serían
formidables y probablemente insalvables.
    
     La mayoría de las fronteras estatales actuales del sur de Asia son recientes y
arbitrarias. Su situación puede que sea útil para los fines de algunos gobiernos y
pueden ser convenientes como punto de partida para la planificación central. Pero
estos países no son estados nacionales en el sentido aceptado del término.[167]  Las
fronteras muchas veces encierran distintos grupos étnicos que no consideran a los
otros grupos como parte de la misma nación o sociedad. Esto es evidente entre las
distintas comunidades de Malasia e Indonesia, pero es sustancialmente cierto en
muchos otros países. La enérgica expulsión de los indios de Birmania y el trato a
los chinos en Indonesia subrayan este punto. Es más, las fronteras no sólo son
arbitrarias sino también móviles. Por ejemplo, Singapur se independizó de Malasia
en 1966. ¿Era Malasia un estado nacional antes de que Singapur se volviese
independiente? ¿O bien Singapur se convirtió en estado nacional de la noche a la
mañana?
    
    Tampoco los llamados estados nacionales existentes en el sur de Asia representan
ni siquiera mercados nacionales únicos. Los mercados están partidos por las grandes
distancias y malas comunicaciones, cuyos efectos se ven reforzados a veces por la
separación física de las distintas partes (Pakistán, Indonesia, Malasia y en cierto
modo la India). Esto se aparta completamente de las diferencias en las normas en
cuanto a requisitos y pautas de consumo de los distintos grupos étnicos y culturales
dentro de las fronteras del estado.
    
     La uniformidad étnica dentro de un país no tiene por qué ser una condición o
incluso un elemento de progreso material. Las diferencias étnicas y las diferencias
culturales asociadas, a menudo llevan a nuevas ideas y métodos, dan lugar a

149
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

comparaciones, y por tanto fomentan el progreso material. Y el apego a ciertos


elementos de una tradición étnica y a la tradición cultural conexa es muchas veces
una fuerza dinámica, puesto que es uno de los ingredientes de motivación y
significación en la vida de la gente. Aun en el caso de que la uniformidad étnica y
lingüística fuese un factor de progreso material, no justificaría ni el uso de la fuerza
sobre poblaciones mal dispuestas ni la aceptación de las actuales fronteras
arbitrarias y accidentales.
    
    Los grupos étnicos y lingüísticos diferentes y, a menudo, antagónicos dentro de
las fronteras de los llamados estados nacionales del sur de Asia, han sido
inconfundibles durante siglos o incluso milenios. Estos antagonismos han sido
exacerbados por el aumento del poder estatal, relación que señala el propio profesor
Myrdal.[168]  La tensión se incrementaría enormemente si el aumento del poder
estatal se utilizase para apoyar intentos sistemáticos de eliminar diferencias étnicas
y lingüísticas profundamente sentidas.
    
    Renta, riqueza y rango. —La misma predilección por la uniformidad es evidente
en la tercera importante esfera en la que el profesor Myrdal prevé una
transformación en gran escala y forzosa, a saber, la esfera económica. En general, el
profesor Myrdal considera las diferencias de renta y riqueza como indefendibles,
anormales, irracionales y contrarias al avance material. Como ya hemos señalado,
habitualmente se refiere a las diferencias económicas como desigualdades. Y
considera la desigualdad como injusta, y de ahí la equiparación de diferencias
económicas e injusticia.
    
    El profesor Myrdal frecuentemente da a entender que rentas elevadas
generalmente son el resultado de privilegio o explotación; y que las mismas de
alguna manera han sido sacadas del resto de la población; y que la actividad
económica es una especie de juego de suma cero en el  que las rentas ganadas por
algunos son perdidas por otros. A veces incluso consigue insinuar que es censurable
para algunos grupos el haber sobresalido de la pobreza circundante.
    
    Sin duda, el profesor Myrdal está obsesionado con diferencias en las condiciones
materiales. Desigualdades de renta incluso entre áreas urbanas y rurales o entre
distintos distritos se señalan con gran amplitud y desfavorablemente. El profesor
Myrdal normalmente no analiza el significado de los datos o las condiciones y
factores que hay tras estas desigualdades.
    
    En el sur de Asia, como en otros lugares, las rentas generalmente no se sacan de
otras personas. Ahí, como en otros sitios, se perciben por actividades realizadas y
por recursos suministrados. Rentas más elevadas reflejan fundamentalmente
capacidades y aptitudes tales como prontitud para percibir y explotar la oportunidad
económica, capacidad para trabajar duro y deseo de ahorrar e invertir.[169] 
    
     Esta sugerencia de que las desigualdades de renta son algo injustas o incluso

150
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

completamente injustas, implica que las facultades, motivaciones, condiciones de


vida y requisitos de la gente son idénticos; y cuando se comparan grupos de gente,
la sugerencia también implica que no existen diferencias de edad. Este enfoque
supone que la gente en cierto modo está hecha de la misma materia prima y que las
únicas diferencias reales y significativas entre la misma son las desigualdades de
renta. De ello se sigue que simplemente por el hecho de nacer todos tienen derecho
a rentas sustancialmente idénticas; que las desigualdades de renta son tanto
anormales como censurables y, al mismo tiempo, prontamente rectificables. Pero las
facultades, motivaciones, intereses, condiciones de vida y requisitos de la gente a
menudo difieren sustancialmente. Y estas diferencias resultan especialmente
pronunciadas cuando se examinan amplias zonas y gran número de personas.
    
    El profesor Myrdal resalta la importancia de la igualdad de oportunidades, así
como de la igualdad de riqueza y renta. Pero las diferencias de facultades y
motivaciones económicas aseguran que la igualdad de oportunidades, para cualquier
significado válido del término, asegurará diferencias de riqueza y renta. La posesión
de las aptitudes económicas precisas, especialmente la prontitud en percibir y
explotar la oportunidad económica, el interés por hacer dinero, la iniciativa y el
puro trabajo, es lo que ha permitido a los extraordinariamente pobres inmigrantes
chinos del sudeste de Asia dejar atrás tanto a la población indígena como a los otros
grupos de inmigrantes. La riqueza de incontables comerciantes, mineros, colonos,
contratistas y de otros empresarios en la región, no tiene nada que ver con los
favores oficiales o incluso con la herencia de riqueza si bien ello puede ser debido
al legado de ciertas facultades).
    
    El profesor Myrdal insiste en que riqueza y rango se hallan correlacionados y que
los ricos tienen un monopolio del poder político. Estas aseveraciones tampoco son
ciertas. En la India, por ejemplo, especialmente en el campo, la posición social de
un brahman relativamente pobre, a menudo es más elevada que la de un próspero
comerciante de una casta más bata. Y resulta evidentemente falso que los ricos
monopolizan el poder político, como evidencia, por ejemplo, el trato dado a los
prósperos chinos en Indonesia y a los indios en Birmania. Este punto se desarrollará
con más amplitud más adelante en este capítulo.
    
    La afirmación de que las desigualdades de renta generalmente retrasan el
progreso material es infundada. No existe una razón general para que la prosperidad
de algunas personas, grupos o regiones tenga que impedir el adelanto de otras. Las
desigualdades de renta son más a menudo una condición de progreso material y
evidencia de su existencia más que un obstáculo para su realización. En Asia, como
en otros lugares, las perspectivas de recompensas materiales han animado a
millones de personas a trabajar firme, ahorrar, experimentar e invertir, a menudo en
países lejanos. En resumen, no es cierto que las desigualdades de renta impidan el
desarrollo económico, o que las rentas elevadas generalmente se saquen de otras
personas, o que las mismas reflejen explotación y privilegio, o que supongan poder

151
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

político.
    
    Existe, sin embargo, una categoría de rentas en el sur de Asia que sí refleja una
situación privilegiada. Se trata de las ganancias inesperadas, a menudo muy
grandes, que han correspondido a los titulares de licencias de comercio exterior y de
importación en la India, Pakistán y Ceilán. En las condiciones que han prevalecido
en estos países en los últimos diez o quince arios, la concesión de estas licencias a
menudo ha equivalido a donaciones de dinero, parte de las cuales puede que hayan
tenido que entregarse a políticos y funcionarios como soborno. Pero estas ganancias
inesperadas no justifican las sugerencias de que las rentas de la gente acomodada
generalmente son el resultado de privilegio más que de actuación económica. Las
ganancias inesperadas simplemente reflejan un aspecto de la utilización de controles
bajo planificación.
    
    Las críticas del profesor Myrdal a las diferencias económicas y a la gente rica
plantean algunas cuestiones obvias, cuya relevancia va más allá del sur de Asia.
¿Por qué todo el mundo habría de tener derecho a una renta básicamente idéntica,
simplemente por haber nacido y sin tener en cuenta la conducta, motivaciones,
facultades y contribuciones a la economía? ¿Por qué habría de ser injusto que gente
que venera la vida animal o que no permite que las mujeres trabajen fuera de casa, o
que ellos mismos no se esfuerzan mucho, tengan rentas inferiores a las de otros que
no se imponen tales condicionamientos? o, ¿por qué tendría que ser injusto que los
chinos de Malasia e Indonesia, o los indios de Birmania, o los europeos del sur de
Asia, ganen rentas más elevadas de las que ganan las poblaciones indígenas, cuando
ellos trabajan más duro, a menudo se enfrentan con grandes privaciones, e incurren
en riesgos lejos de sus países de origen?
    
    4. HOSTILIDAD A LOS RICOS
    
     El profesor Myrdal generalmente es hostil a las personas y grupos más prósperos
y con éxito en lo material, con la excepción de los intelectuales y funcionarios
occidentalizados. Como hemos señalado, da a entender que las rentas de los que
tienen éxito en lo material, especialmente las de los extranjeros, inversores de fuera
del país, comerciantes, prestamistas y terratenientes, en cierto modo se han
conseguido a expensas del resto de la sociedad.
    
     La hostilidad del profesor Myrdal para con la gente adinerada es notable en sus
referencias a los grupos minoritarios asiáticos económicamente prósperos ( a
quienes denomina, a veces, extranjeros orientales), tales como los chinos en todo el
sudeste de Asia o los indios de Birmania. Estos grupos autosuficientes y prósperos,
que han logrado la prosperidad a partir de la pobreza, han contribuido grandemente
al progreso material de las áreas en las que se les ha permitido actuar,
frecuentemente frente a la hostilidad oficial. En años recientes, a menudo han
estado sometidos a expropiación o expulsión.

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    Pueden existir varias razones para esta actitud claramente desfavorable hacia
estos grupos. Cabe que no le gusten al profesor Myrdal porque su actuación rebate
la noción de círculo vicioso de la pobreza; o porque son (o eran) más prósperos que
el resto de la población, cosa que considera poco conveniente; o porque son
autosuficientes y por tanto no precisan de la atención de los reformadores sociales;
o porque, en distintas formas, difieren de la población indígena y él se opone a
diferencias y distinciones; o bien porque se han visto sujetos a expropiación por
parte de los gobiernos con cuyas políticas el profesor Myrdal simpatiza.
    
     El profesor Myrdal, por tanto, describe a los ricos sin ninguna comprensión,
como gente que actúa de forma responsable, pero egoístamente. Por el contrario,
considera al resto de la población como víctimas de las circunstancias generalmente
del entorno social y especialmente de las manipulaciones políticas y económicas de
los ricos. Los menos acomodados se describen como oprimidos y menos
privilegiados. Este último término, ahora tan en boga en la literatura académica y
popular, resulta una expresión sin sentido. La gente privilegiada es objeto de
especiales favores oficiales que se niegan a los demás. Menos privilegiados es, por
tanto, una contradicción en sí misma análoga a menos sobrealimentados.
    
    5. ESTANDARIZACIÓN FORZOSA Y SUS IMPLICACIONES
    
     Como hemos visto, en el sur de Asia se precisa un uso generalizado de la fuerza
con el fin de tratar de conseguir la estandarización de las formas de conducta y
costumbres de la gente y de su condición étnica, lingüística y cultural.
    
    Lo mismo es aplicable al intento de estandarización de las condiciones
materiales, cuando difieren las facultades y motivaciones económicas y los
requisitos físicos y sociales. Tales políticas implican grandes desigualdades de
poder. Cuanto más arraigadas y extendidas se hallen las diferencia de facultades,
motivaciones y requisitos físicos, tanto más intensa es la fuerza precisa para
estandarizar condiciones, y tanto Mayor se vuelve la desigualdad de poder entre
gobernantes y gobernados. Tales desigualdades de poder difieren radicalmente de
las desigualdades de renta, puesto que las primeras implican, y no las últimas, un
grupo sometido, cuya libertad de elección y de acción puede restringirse —y en
general se restringe fuertemente— por parte del grupo más poderoso. Con todo, esta
desigualdad, es decir, la que hay entre los gobernantes y sus súbditos (cuando los
primeros han acometido la planificación global) es la única diferencia o distinción
entre la gente que el profesor Myrdal acepta, y sin duda bien recibida como
imperativo de una ordenación racional de la sociedad.
    
    La insistencia del profesor Myrdal en una estandarización en gran escala de las
condiciones materiales, refleja ciertas nociones relacionadas e influyentes, algunas
de las cuales ya hemos tenido ocasión de señalar: la idea de que la gente tiene

153
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

sustancialmente idénticas capacidades, motivaciones y requisitos y difiere sólo en


las rentas medidas en forma convencional; que las diferencias de renta y riqueza
impiden el progreso material; que estas diferencias reflejan primordialmente la
actuación de factores externos no relacionados con motivaciones y facultades
personales; y también que las rentas de la gente rica han sido conseguidas a
expensas de los más pobres. Se sigue de estas ideas que la eliminación o reducción
sustancial de las desigualdades de renta es justa, relativamente fácil, probablemente
beneficiosa para el progreso material y ciertamente no perjudicial para el mismo.
Como hemos visto, estas nociones no son válidas y tampoco lo son las conclusiones
que se derivan de las mismas.
    
     El profesor Myrdal comenta que las decisiones básicas de planificación para el
fomento del progreso material deberían ser tomadas por parte de autoridades con
amplias zonas y poblaciones a su cargo. Su unidad normalmente es un país bajo un
gobierno central, que él califica de estado nacional. Como hemos visto, esta
terminología es engañosa, puesto que las fronteras estatales en el sur de Asia
generalmente no abarcan estados nacionales en el sentido aceptado del término, sino
grupos distintos cuyos miembros no se consideran entre sí como pertenecientes a la
misma comunidad. La terminología del profesor Myrdal puede reflejar una
inclinación a favorecer amplias unidades con entidades políticamente poderosas o
influyentes. A veces, sin embargo, el profesor Myrdal va más allá del estado
nacional como unidad para la planificación y concibe asimismo una planificación
supranacional.
    
    La insistencia en grandes unidades llene implicaciones políticas importantes que
a menudo se ignoran pero que hay que señalar. Cuanto mayores son las áreas y
mayor es el número de personas sometidas a un mismo gobierno o agencia de
planificación, tanto más diferentes son la gente y las condiciones sometidas a los
mismos controles; de ahí que tanto más intensa es la fuerza precisa para
estandarizar a la gente y a las condiciones o incluso para fomentar objetivos
idénticos. El gran tamaño de la unidad básica también implica que la mayoría de la
población se halla lejos del centro de toma de decisiones. Por tanto, siempre pueden
justificarse falsamente, como supuestamente beneficiosas para otros grupos lejanos
y no especificados, políticas generales o medidas específicas que perjudican a un
número incluso mayor de gente. Referencias a la planificación descentralizada no
afectan estas cuestiones, puesto que sólo significan la ejecución local de decisiones
tomadas centralmente.
    
    Esta conexión entre el tamaño de la unidad básica de la planificación central y la
intensidad de los controles precisos para conseguir la estandarización afecta a las
implicaciones de la preferencia del profesor Myrdal por unidades mayores. También
afecta a la actual defensa de un gobierno mundial, apoyada por el profesor Myrdal,
con la ampliación del papel de las actuales agencias internacionales como primer
paso en ese sentido. Muchos de los abogados del gobierno mundial, incluyendo el

154
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

profesor Myrdal, prevén una reducción sustancial de las diferencias internacionales


de renta como una de sus principales tareas. Debido a las muy amplias diferencias
de condiciones y formas de vida de las incontables sociedades del mundo, que van
desde sociedades aborígenes a sociedades altamente industrializadas, los intentos de
fomentar un nivel significativo de igualdad internacional de las rentas
convencionales no sólo exige un gobierno mundial, sino un gobierno mundial con
poderes totalitarios.
    
    6. ELEVACIÓN DE LA RENTA COMO JUSTIFICACIÓN DE LA
COACCIÓN
    
     El profesor Myrdal considera el incremento de la renta per capita como uno de
los principales y sin duda decisivos objetivos, tanto de una política racional del
gobierno como de una conducta personal racional. Considera que la consecución de
este fin justifica una coacción de gran alcance.
    
     El profesor Myrdal ignora aquí varios problemas fundamentales del concepto de
renta, y de los costes y métodos mediante los cuales puede variar. Por ejemplo, la
renta per capita disminuye por un incremento de los nacimientos y a menudo
también por el alargamiento de la vida de niños y ancianos. Con todo, tal como
hemos señalado repetidamente, a mucha gente le gusta tener niños, les gusta que
sobrevivan y les gusta vivir más años. Estas consideraciones se ignoran en un
tratamiento que se limita a la renta per capita medida convencionalmente. Además,
las rentas convencionales podrían incrementarse forzando a la gente a trabajar más
horas, o a trasladarse a ocupaciones más lucrativas, pero también más arduas o por
alguna otra razón menos preferidas Podría obligarse a las amas de casa a tomar un
empleo remunerado. En efecto, incontable gente, en países ricos y pobres, podría
ser obligada a incrementar su renta convencional forzándola a renunciar a hábitos,
actitudes y creencias de trabajo que ellos aprecian. Resulta grotesco, por no decir
más, describir a la gente como irracional por no tratar de maximizar la renta medida
convencionalmente. Es una visión que no tiene en cuenta las propias preferencias
de la gente en temas tales como la esperanza de vida, procreación de hijos, hábitos
de trabajo, valores personales y costumbres sociales, incluyendo las preferencias
personales de ocio y contemplación en vez de rentas convencionales más elevadas;
tampoco tiene en cuenta consideraciones de seguridad nacional.
    
     La cuestión de los objetivos alternativos evidentemente se halla estrechamente
relacionada con los problemas del concepto e interpretación de la renta. La
búsqueda de rentas más elevadas como objetivo resulta de forma totalmente obvia
demasiado vaga y sin límites fijos como para servir de objetivo primordial de una
política, especialmente como base de una política que supone coacción en gran
escala. [170] 
    
     Aun en el caso de que la coacción se justificase por la búsqueda de rentas más

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

elevadas, lo más probable es que no fuese eficaz para esta finalidad en los
principales contextos previstos por el profesor Myrdal. El empleo de la coacción en
estas esferas es probable que impida el progreso material más que fomentarlo. Los
intentos por la fuerza de eliminación de identidades étnicas, culturales y lingüísticas,
que en cualquier caso no son obstáculos importantes para el progreso material,
recibirían una fuerte oposición. Los intentos de eliminar las diferencias de renta y
riqueza no encontrarían la misma resistencia, pero encontrarían considerables
dificultades, especialmente debido a que estas diferencias generalmente son
fácilmente aceptadas por la mayoría de la población. Por tanto, los intentos de
eliminarlas ciertamente provocarían una tensión política, así como sentimientos
generalizados de inseguridad, que reforzarían otros efectos desfavorables para el
progreso material, tales como efectos adversos sobre el ahorro, la iniciativa privada
y el trabajo.
    
    Las costumbres y formas de conducta ampliamente generalizadas en el sur de
Asia son factores determinantes que retrasan el progreso material. Los intentos de
influir en estos determinantes de la actuación económica plantean problemas
complejos. Como ya hemos sugerido, el derecho a forzar a la gente a cambiar sus
valores, actitudes y conducta, simplemente por el interés de rentas más elevadas, es
discutible. Aparte totalmente de las cuestiones morales implicadas, no está claro que
los intentos para forzar a la gente a abandonar sus formas de conducta y valores que
impiden el progreso material, de hecho fomentasen el progreso. Cuando la gente no
está preparada para cambiar sus creencias y costumbres, los intentos para
modificarlos por la fuerza, con toda probabilidad impedirán el progreso todavía más.
Tales intentos provocarían una intensa resistencia, e incluso podrían dar lugar a una
rebelión activa. Aun cuando se pudiese superar tal reacción, la experiencia se
demostraría traumática y con toda probabilidad reducirían a muchos el estado de
masa indiferente y abatida, con vidas en gran parte sin significado ni propósito, con
el resultado de que la ambición y el logro parecerían casi inútiles. Una población así
no presentaría los caracteres requeridos para el progreso material. Si un gobierno
indio decretase el sacrificio obligatorio de la mayor parte de sus rebaños de vacas,
sería considerado por muchos millones de personas como un desastre total.
    
    Las creencias y prácticas religiosas han aportado inspiración y dinamismo a
muchas culturas. La energía que hay detrás del progreso, tanto material como no
material, puede verse dificultada cuando estas creencias y prácticas tienen que
abandonarse por la fuerza. Tales resultados pueden darse cuando estas creencias y
prácticas se desintegran rápidamente, incluso sin presión del gobierno. El
dinamismo que hay detrás del fenomenal progreso del Japón es muy posible que en
gran parte sea debido al parcial mantenimiento de los valores y creencias
tradicionales durante el proceso de modernización económica y técnica que
incidentalmente se llevó a cabo sin coacción.
    
     La coacción a gran escala también va en contra de la liberación no coactiva de la

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

mente, que puede servir tanto de instrumento como de objetivo del progreso
material. La liberación no coactiva de la mente resulta especialmente importante en
el sur de Asia, debido a la larga tradición autoritaria de esta región, que ha sometido
a sus gentes a la autoridad política y a la costumbre tradicional. Hay que señalar
aquí que la antigua aceptación de la autoridad en el sur de Asia difiere
sustancialmente del sometimiento de la gente a sus gobernantes previsto por el
profesor Myrdal. El sistema tradicional era más personal y encerraba en sí mismo
una mayor parte de voluntariedad. Prácticamente nunca implicaba intentos a gran
escala de transformar coactivamente la conducta y los valores de la gente.
    
     Con excepción de ciertas condiciones especiales muy restringidas (no
examinadas por el profesor Myrdal), existe una inherente contradicción en la idea
de elevación general de los niveles de vida conseguida mediante la coacción, esto
es, contra la voluntad de los supuestos beneficiarios." Resulta adecuado recordar lo
que sir Arthur Lewis escribió en 1955: "La ventaja del crecimiento económico no
consiste en que la riqueza aumenta la felicidad sino que incrementa la gama de
posibilidades humanas".[171] 
    
     Por el contrario, los cambios voluntarios de las formas de conducta o
instituciones no implican estas desventajas o contradicciones. Si la gente renuncia
voluntariamente a sus creencias y formas de conducta para asegurar ventajas
materiales, supone que valoran más lo que reciben que aquello a que han
renunciado. El cambio, por tanto, no dará lugar a gente resentida. En todo el mundo
subdesarrollado hay muchos ejemplos de adopción voluntaria a gran escala de
nuevas oportunidades. Por ejemplo, los contactos exteriores, especialmente los
contactos comerciales, han determinado grandes cambios de actitudes y hábitos en
muchos países pobres. No existe certeza de que la aparición de nuevas
oportunidades dé lugar a tales cambios, si bien resulta notorio que cuando los
contactos exteriores se dan ampliamente y alcanzan a gran número de personas, son
frecuentes los cambios voluntarios de actitud. Pero la incertidumbre no aporta ni
una justificación moral para el empleo de la coacción, ni en sí misma invalida el
anterior análisis de las probables implicaciones y resultados de su utilización. Entre
paréntesis hay que señalar que la actuación de una amplia gama de tareas
gubernamentales bien identificadas y esenciales, generalmente contribuye
sustancialmente a la transformación voluntaria de costumbres y formas de conducta
perjudiciales para el progreso material. La preocupación por la planificación global
de hecho ha impedido la eficiente actuación de estas funciones esenciales del
gobierno.
    
     Las sugerencias drásticas y de largo alcance del profesor Myrdal es improbable
que se lleven a la práctica. Pero el importante movimiento en la dirección prevista
por él que ya ha tenido lugar, generalmente ha sido perjudicial para el progreso
material. Las políticas de planificación en el sur de Asia refuerzan las autoritarias

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

tradiciones de aquellas sociedades y de ahí que desalienten la experimentación, la


confianza en sí mismo y la previsión para el futuro. Los controles restringen la
movilidad interna y los contactos exteriores y por ello retrasan la modernización de
la mentalidad de la gente. Amplían e intensifican el poder de los políticos y
funcionarios sobre la gente, lo cual a su vez provoca e intensifica la tensión política.
En tales situaciones, la energía y la ambición se transfieren de la vida económica a
la vida política. Estos diferentes resultados de la politización de la vida económica
son evidentes en el sur de Asia, desde Pakistán occidental a Indonesia. Aun cuando
estos controles diesen lugar a un incremento de la producción total, cosa por demás
improbable, ello no estaría relacionado con las demandas del consumidor y por tanto
con los niveles de vida. Sin duda, tal como hemos señalado, existe una amplia dosis
de autocontradicción en las sugerencias de una coacción en gran escala para
mejorar las condiciones de vida.
    
    7. PLANIFICACIÓN GLOBAL: OBJETIVOS Y COROLARIOS
    
    Como la mayoría de los demás partidarios de la planificación global, el profesor
Myrdal supone y afirma simplemente que esta política mejorará los niveles de vida
generales. Pero no explica por qué mejorará la condición material de la gente con la
invalidación de sus decisiones, mediante el intento de eliminar sus identidades
étnicas y culturales, o por el intento de transformación coactiva de sus costumbres
conducta. Bien corno instrumento para el intento de remodelación del hombre y la
sociedad, bien como sistema de control estatal de la economía, la planificación
global implica control estatal en gran escala de la vida económica y social. Este
resultado es un corolario central e ineludible del sistema del profesor Myrdal.
Cualquier alza de los niveles de vida es, en el mejor de los casos, dudosa y casi
seguro un resultado muy improbable o incluso imposible de la política.
    
    Ciertos aspectos del tratamiento del profesor Myrdal sugieren que quizás esté
más interesado en este inevitable corolario de sus propuestas que en el improbable
ascenso de los niveles de vida. Por tanto, mientras una elevación de los niveles de
vida es un objetivo explícito de las propuestas del profesor Myrdal, se refiere al
"difícil problema de cómo restringir y forzar el consumo, de forma que dé lugar al
desarrollo.[172]  La simultánea insistencia en niveles de vida más altos y en una
reducción del consumo es tema frecuente en las obras del profesor Myrdal, sin
ningún intento de resolver la contradicción. [173] 
    
     La misma conclusión se deduce también de los elogios del profesor Myrdal a las
realizaciones económicas de la Unión Soviética y de la China comunista. Pocos
lectores del libro del profesor Myrdal podrían sospechar que después de medio siglo
de esfuerzos y coacción masiva, los niveles de vida de la Unión Soviética son
extremadamente bajos —de forma casi inimaginable para los estándares
occidentales— en vivienda, vestimenta y bienes de consumo duradero. (Sólo por
dar dos ejemplos: el número de automóviles por mil habitantes en la Unión

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

Soviética es, sin duda, menos de la mitad de la cifra correspondiente a los no


blancos en Sudáfrica y quizá sólo una cuarta parte. Otro ejemplo nos lo da el
siguiente episodio; en septiembre de 1970 tres hombres fueron sentenciados en
Moscú a períodos de cárcel de tres, cuatro y diez años por un rentable comercio de
mercado negro de ropas de segunda mano y de chicles comprados a los turistas
occidentales; el cabecilla de la "banda", que fue condenado a diez años, era un
estudiante universitario de economía.) Resulta también un hecho ineludible que a
gente normal y políticamente no comprometida se les haya de impedir por la fuerza
que abandonen el país. Como muchos otros comentaristas actuales de los sistemas
económicos de tipo soviético, el profesor Myrdal no analiza los niveles de vida en
estas economías, sino que cuando elogia sus realizaciones hace referencia a otros
criterios enteramente desligados de los niveles de vida. [174]  Es tos elogios del
sistema soviético contrastan con su indiferencia hacia el rápido Progreso material y
alza de niveles de vida generales en mi ichos otros países, como por ejemplo Japón
y Hong Kong, que no se mencionan en este contexto.
    
    8. ORIGEN DE LOS RECURSOS Y PAPEL DE LOS
INTELECTUALES
    
     La remodelación extensiva de la vida personal y social y la estandarización de
las condiciones materiales en el sur de Asia requeriría amplios recursos de personal
y dinero y posiblemente equipo específico. El profesor Myrdal no trata del origen
del personal preciso ni de los recursos físicos y financieros. Desde luego no se
dispone de ellos a nivel local. Parte del personal, así como de la financiación y del
equipo, puede venir del extranjero, pero incluso entonces resulta improbable que los
recursos sean suficientes para la modernización forzosa de la gente y de la sociedad,
si bien pueden llevar o mantener en el poder a gobiernos favorecidos por los países
suministradores. En cualquier caso, debería especificarse el origen probable de los
recursos precisos. 
    
     Si bien el profesor Myrdal no especifica el personal requerido para su ambiciosa
política, da a entender claramente que tiene que provenir de las filas de los
políticos, administradores e intelectuales occidentalizados. Sin embargo, en todo el
sur de Asia estos grupos son débiles tanto en número como por el respeto y apoyo
popular de que pueden disponer. Los intelectuales, tan bien considerados por el
profesor Myrdal, son especialmente débiles en ambos aspectos. Es improbable que
estos grupos, especialmente los intelectuales, retengan el poder durante mucho
tiempo en el sur de Asia, incluso con ayuda exterior, y todavía menos el poder en
gran escala preciso para los objetivos del profesor Myrdal. Es probable que queden
relegados al papel de teólogos de corte, interpretando y desarrollando la ideología
oficial y racionalizando y explicando la política oficial. 
    
     Si en el sur de Asia emerge una tal concentración masiva de poder es fácil que

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

esté en manos de administradores de partido, de militares, o de representantes de los


grupos tradicionales, esto es, de gente que sabe cómo manejar el poder o que
dispone de un apoyo local importante. Los miembros del grupo occidentalizado
pueden ayudar a preparar el terreno a un régimen totalitario, por medio de sus
intentos de eliminación de las diferencias de cultura, creencias, idioma, rango,
riqueza y renta, y también por sus intentos de disolver los elementos vinculantes de
la sociedad. Pero aunque sus actividades llevasen a la aparición del estado
totalitario, no lo gobernarían ellos.[175] 
    
    Las reivindicaciones de los políticos e intelectuales occidentalizados en pro del
derecho a rehacer el hombre y la sociedad del sur de Asia no son ciertamente
modestos. El profesor Myrdal escribe: "Los planes de desarrollo a menudo definen
explícitamente la planificación como un intento global de reforma de todas las
condiciones insatisfactorias".[176] 
    
     Este papel hasta ahora había sido atribuido sólo a Dios y sólo por parte de los
fundamentalistas religiosos. Pero el profesor Myrdal se toma en serio la
reivindicación del mismo.
    
     En conjunto, el profesor Myrdal simpatiza mucho con los intelectuales
occidentalizados a quienes considera como los líderes ilustrados del Asia
progresista. Repetidamente elogia sus actitudes desinteresadas y racionales, sus
esfuerzos y su dedicación al bien común, especialmente mediante el fomento de la
planificación central. En general ve en ellos facultades superiores al resto de la
población. Como hemos visto, describe sus ideas como "apreciables ritos y
pensamientos filosóficos" en contraposición a las "creencias populares religiosas y
supersticiosas del resto de la población". Entre la gente relativamente acomodada
sólo los intelectuales occidentalizados escapan a las críticas del profesor Myrdal.
    
    Esa distribución de elogios y culpas es completamente errónea. Los comerciantes,
prestamistas, administradores coloniales e incluso terratenientes, por lo general han
mejorado más que perjudicado las condiciones materiales de la población local. Los
intelectuales occidentalizados han estado detrás de las políticas de planificación de
las últimas décadas en el sur de Asia, las cuales en la India, Indonesia y Birmania
han sido causa de muchas privaciones evitables a la gente más pobre. Estas políticas
han incluido medidas tan corrientes como la desviación a gran escala de recursos
hacia costosos proyectos de prestigio; el descuido de la agricultura; la restricción de
suministros de bienes de consumo baratos; el fomento de la inflación; la
introducción y actuación de controles, con las consiguientes ganancias, enormes e
inesperadas de los titulares de licencias; y en Birmania la onerosa tributación
especial de los agricultores.
    
     No resulta, pues, adecuado distinguir a esta clase con un elogio especial y mucho
menos concebirla como popular o como instrumento apropiado para la reforma del

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

hombre y la sociedad en el sur de Asia. El profesor Myrdal sobrevalora no sólo la


influencia y categoría de esta clase sino también la amplitud y profundidad de su
compromiso con los hábitos y valores occidentales. Sus simpatías quizá se hayan
visto influenciadas por la concentración de sus contactos con miembros de esta
clase, y también por su prontitud en reivindicar un derecho y una capacidad para
remodelar a sus congéneres, enfoque con el que se identifica el profesor Myrdal.
    
    9. LA PLANIFICACIÓN COMO AXIOMA
    
     El profesor Myrdal considera axiomática la defensa de la planificación central y
como control estatal amplio de la actividad económica y como política para
reformar al hombre y la sociedad. Una vez se considera una línea de acción como
axiomáticamente deseable, entonces todos los desarrollos posteriores pueden servir
como argumentos a favor de una ampliación de dicha política en su alcance,
intensidad y duración: el progreso como evidencia de su éxito y el fracaso como
evidencia de la necesidad de su refuerzo. El profesor Myrdal señala explícitamente
algunas de las principales deficiencias y resultados adversos de la planificación
india; pero da por sentado que debe continuarse y ampliarse tanto en alcance como
en duración. He aquí algunas citas que ilustran esta consecuencia del tratamiento
axiomático de la defensa de la planificación.
    
     En breve, uno de los más graves defectos de la política en los países en que se
ha acometido la planificación global es la falta de una planificación más ambiciosa
y en gran escala. Lo que estos países necesitan es un programa que dé lugar a
cambios simultáneamente en un gran número de condiciones que frenan su
desarrollo. [177] 
    
     Es por esta razón que los países subdesarrollados no pueden confiar en un
enfoque "gradual" y porqué un número creciente de economistas se han decidido a
apoyar el gran plan". El atraso y la pobreza naturalmente dificultan en un país la
movilización de suficientes recursos para un gran plan, pero ellos son precisamente
la razón del por qué el plan tiene que ser grande para ser efectivo. [178] 
    
     La planificación del desarrollo tiene que aspirar, tal como hemos dicho, a sacar a
todo el sistema social de su bajo nivel de equilibrio, poniendo en marcha un proceso
acumulativo ascendente. Con el gran empujón se logran economías. Esfuerzos
menores suponen un despilfarro. [179] 
    
     En una tónica parecida, el profesor Myrdal cita a T. Mende, primero periodista y
posteriormente miembro de la UNCTAD:
    
     Ellos (los gobiernos asiáticos) han abordado un problema cada vez; no los
condeno por ello, puesto que después de todo no tenían ni personal ni capital. Creo
que es importante constatar que para crear el dinamismo general que consigue que
la gente haga milagros —a veces se ve en los países comunistas que la gente hace

161
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

cosas extraordinarias que estadísticamente hablando no se esperan de ellos— es


necesario avanzar abordando todos los problemas simultáneamente y generar este
entusiasmo casi sobrehumano que hace que la gente haga cosas extraordinarias.
Esto no se ha intentado en ninguna parte en el sureste de Asia. [180] 
    
    Ni Mende ni el profesor Myrdal aclaran cómo se han de aportar los recursos para
estas políticas. Pero la opinión general que hay tras de estas citas resulta
razonablemente clara. Consiste en que el sistema comunista consigue maravillas
económicas, en contraposición con las políticas económicas seguidas hasta ahora en
el sudeste de Asia. Ignoran el hecho de que es en el sudeste de Asia, especialmente
Malasia, y no en los países comunistas, donde se han elevado los niveles de vida
generales en las últimas décadas.
    
    10. EL SECTOR RURAL
    
     El profesor Myrdal considera especialmente censurables y perjudiciales las
desigualdades de renta y de posición social en el sector rural. Aparte de numerosos
tratados más breves, dedica un capítulo entero, de la extensión de un libro grueso, a
los problemas rurales. El profesor Myrdal da por sentada la defensa de la reforma
agraria, política que interpreta con poca exactitud como redistribución de la tierra
en favor de los arrendatarios y trabajadores agrícolas mediante la expropiación
parcial o total de los terratenientes. Sin embargo, la tierra para quienes la trabajan
no es más obvio que las fábricas para los obreros o que las oficinas para los
oficinistas. El profesor Myrdal no aclara si el objetivo primordial de la reforma
agraria ha de ser una mayor igualdad de riqueza, o un incremento de la producción
agrícola, o de la renta nacional total. Se trata de tres objetivos completamente
diferentes.
    
    Si el objetivo principal es la redistribución de la riqueza, no hay razón para
seleccionar a los terratenientes para una confiscación parcial. Para esta política, el
criterio apropiado es la riqueza o renta total, no la propiedad de la tierra. Muchos de
los terratenientes afectados por las distintas medidas de reforma agraria en el sur de
Asia que apoya el profesor Myrdal son mucho menos ricos que muchos
industriales, comerciantes o asalariados. La defensa de la expropiación de los
terratenientes en la búsqueda de una redistribución forzosa todavía resulta más débil
en el sur de Asia que en otros lugares, debido a que por lo general no existe mucha
riqueza rústica en la región ni una fuerte concentración de la propiedad de la tierra.
    
    Tampoco queda del todo claro cómo elevaría la reforma agraria la productividad
y la renta agrícola per capita.[181]  Las principales causas de la Pobreza rural en el
sur de Asia no son la falta de posición social o la escasez de tierra, sino los bajos
niveles de técnica, esfuerzo y capital, y éstos a su vez reflejan en gran parte las
actitudes y costumbres imperantes, contrarias al progreso material.
    
     La escasa importancia comparativa tanto de la posición social como de la

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

escasez de tierra viene sugerida por la pobreza de los campesinos propietarios, así
como de los arrendatarios y trabajadores, en la mayor parte de la India y Pakistán, y
también en la mayor parte del sureste de Asia, en donde la tierra generalmente es
abundante y en donde, en muchas áreas, la tierra cultivable es un bien libre. El
profesor Myrdal se refiere explícitamente a la gran pobreza de los campesinos
malayos; [182]  con todo, en Malasia existe abundante tierra cultivable sin utilizar.
    
    El profesor Myrdal condena el absentismo de los propietarios, sin investigar por
qué el absentismo de la propiedad tendría que ser perjudicial en la agricultura, pero
no en la propiedad urbana o en las sociedades anónimas. En efecto, a menudo el
absentismo fomenta la entrada de capital urbano en las áreas rurales. También
critica ampliamente las participaciones sobre cosecha por sus supuestos efectos
desincentivadores para los arrendatarios. Esta crítica habitual resulta superficial una
vez más, porque ignora el hecho de que en la práctica los dueños a menudo cargan
con parte de los costes de explotación de la granja. Lo que es más importante:
tampoco se pregunta por qué persisten los acuerdos de participación en la cosecha,
cuando las dos partes ganarían con acuerdos alternativos si esa participación
realmente desalentase el esfuerzo. [183] 
    
     El profesor Myrdal castiga libremente la relación propietario-arrendatario sin
aclarar por qué tal separación de propiedad y gestión tendría que ser perjudicial.
Sugiere que las rentas elevadas actúan como freno para los arrendatarios,
especialmente desalentando las mejoras, la inversión y el esfuerzo, por miedo de
que se aumenten las rentas. La falta de lógica de esta sugerencia se confirma, sin
embargo, por el hecho de que los campesinos propietarios como grupo no tienen en
cuanto a mejora e inversión una actuación mejor que los arrendatarios en
propiedades comparables. (Si la tuviesen, los propietarios dispondrían de un fuerte
incentivo para vender tierra en vez de arrendarla.) La atribución de los bajos niveles
de inversión y productividad a las rentas elevadas se muestra aún más inadecuada
por la presencia de empresas comerciales prósperas y emprendedoras en locales
alquilados en las ciudades de los países subdesarrollados.
    
    La reforma agraria, que en el sentido corriente implica la confiscación total o
parcial de la tierra a aquellos que la poseen, es muy probable que retrase el progreso
agrícola en vez de fomentarlo. Suscita un sentimiento de inseguridad, desalienta la
inversión y transfiere la tierra a gente menos emprendedora e ingeniosa. Por
supuesto, los trabajadores o arrendatarios sin tierras, propondrán la redistribución de
la tierra, especialmente si ya se halla equipada. ¿Quién no aceptaría un regalo?
    
     El profesor Myrdal señala la presencia de tipos de interés elevados en el sector
rural. Los condena, sin pararse a averiguar en qué medida reflejan la escasez de
capital, la expectativa de inflación, el riesgo de quebranto, el coste de
administración y supervisión de pequeños préstamos, o la situación monopolista del
prestamista.[184]  Es preciso un examen de estas consideraciones para una

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

discusión válida de este tema. El profesor Myrdal pasa por alto todas estas
cuestiones, así como los efectos de la inflación tanto en la renta de los prestamistas
como en la carga de la deuda agrícola.
    
     En muchas partes del sur de Asia el papel del prestamista es mucho más
fundamental de lo que se desprende del profesor Myrdal o de las condenas
corrientes y rutinarias de las actividades de los prestamistas. El prestamista actúa
frecuentemente como canal a través del cual el capital urbano financia las
operaciones agrícolas y los capítulos extraordinarios del gasto de la población rural.
El prestamista, con su propia garantía, puede pedir prestado al sector urbano y
prestar a los campesinos a quienes conoce personalmente. En muchos países
subdesarrollados, incluyendo la India, el pequeño agricultor no puede en absoluto
pedir prestado a un banco. Precisa de unos créditos individuales muy pequeños. La
garantía que puede ofrecer es difícil de comprobar y valorar por parte de
organizaciones importantes que tienen que actuar de acuerdo con reglas formales.
Por estas razones, el coste de administración y supervisión de los créditos a los
pequeños agricultores, y aún más a otros miembros de la población rural, es
prohibitivo, excepto para prestamistas que actúan informalmente, que conocen a los
prestatarios personalmente y que se hallan preparados para afrontar un considerable
riesgo de quebranto en los créditos personales. Por otra parte, los bancos aceptarán
depósitos de los campesinos aunque no les conceda préstamos fácilmente. Por tanto,
el establecimiento de bancos comerciales en el campo sirve para canalizar los
ahorros de la agricultura al sector urbano.
    
    Se puede pensar que las sociedades cooperativas de crédito podrían realizar
eficazmente las funciones del prestamista; pero esto generalmente no sucede en los
países subdesarrollados. Ello se debe a que hay amplias oportunidades en la
actividad económica privada para el talento emprendedor existente, que, por tanto,
no se halla disponible a buen precio para la gestión de sociedades cooperativas. Si
las sociedades cooperativas fuesen económicamente viables no tendrían necesidad
de fuertes subvenciones, como ocurre en todo el sur de Asia y en otros lugares del
mundo subdesarrollado. [185] 
    
     La defensa del apoyo estatal a las empresas cooperativas es otra política que se
da por sentada en todo el libro. Tampoco esa defensa es evidente.
    
     Una sociedad cooperativa es una forma de organización comercial, cuyo capital
es aportado por sus proveedores o clientes. Esta forma de organización no tiene
ningún mérito implícito en relación a la empresa estatal, municipal o privada. Si esta
forma de organización es adecuada para las condiciones de la sociedad, sobrevivirá
sin que se le conceda un apoyo estatal sistemático a expensas del resto de la
comunidad. Éste era el caso de Inglaterra en el siglo XX, cuando el movimiento
cooperativo de consumidores progresó rápidamente por varias razones sociales y
económicas que no son aplicables al sur de Asia o probablemente a ningún lugar del

164
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

mundo subdesarrollado.
    
    En el sur de Asia, y de forma destacada en la India, las sociedades cooperativas
sólo son cooperativas de nombre, puesto que su capital, muchas veces, es aportado
en gran parte o incluso totalmente por fondos públicos y sus operaciones son
supervisadas o incluso administradas por funcionarios. Especialmente en la India el
apoyo del estado a las cooperativas se ha vuelto muy costoso y sin una justificación
económica o social. Por otra parte, esta política puede haber servido a objetivos
políticos no reconocidos, por el hecho de que ha creado una categoría más de gente
que depende del estado y de sus agencias, sin estar abiertamente en el sector
público.
    
    Sin duda, el contenido del amplio tratado del profesor Myrdal acerca de los
problemas rurales equivale a poco más que la afirmación de que el atraso agrícola
refleja diferencias de renta y riqueza y la actuación de intereses adquiridos. El
profesor Myrdal no analiza la actuación de los determinantes más arraigados del
desarrollo en este contexto, ni la actuación de las consabidas variables del análisis
económico. Un tratamiento apreciable de la determinación de la producción, rentas,
precios y tipos de interés no es posible sin un mínimo de análisis sistemático. [186] 
    
    En la región existen importantes políticas que impiden el progreso agrícola. Estas
políticas son ignoradas por el profesor Myrdal o mencionadas sólo por casualidad.
Una lista incompleta incluye la desviación en gran escala de recursos hacia la
fabricación, en particular la industria pesada (esto es particularmente cierto en la
India); fuertes restricciones a la importación o incluso a la producción local de
bienes incentivo baratos (India, Ceilán); concesión restrictiva de licencias de
transporte y limitaciones en el movimiento de las cosechas (India); fuerte
imposición discriminatoria en la agricultura (Birmania); negativa a enajenar para su
cultivo por particulares la tierra no utilizada e imposición por parte de las
autoridades de rentas sobre la tierra enajenada que no guardan relación con la
fertilidad o localización (Malasia); y expulsión de comerciantes extranjeros
(Indonesia y Birmania).
    
    11. EXPECTATIVAS ACERCA DEL CONTROL DE
NATALIDAD
    
    Como muchos otros observadores contemporáneos, el profesor Myrdal resalta la
necesidad del control de la natalidad como instrumento para la elevación de los
niveles de vida. En este contexto no aboga por la coacción, tal como hace con tanta
facilidad en determinadas otras materias. En consecuencia, su tratamiento del
control de natalidad en este sentido no plantea cuestiones políticas y morales tan
fundamentales como algunas de sus otras propuestas y sugerencias. Sin embargo, el
tema se destaca suficientemente en estos volúmenes y posee un interés general tal,
que justifica su tratamiento en el texto de este ensayo más que en el apéndice. El

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

argumento económico tras de la vigorosa defensa del control de la natalidad no


resulta patente. En particular, parece muy dudoso que incluso la adopción general
del control de la natalidad diese lugar a una mejora apreciable de los niveles de vida
en el futuro previsible.
    
     Las razones en favor y en contra del control de natalidad pueden argumentarse
en varios planos distintos. Se puede sugerir que el conocimiento de los
anticonceptivos amplía la gama de alternativas de la gente en aspectos literalmente
vitales de la existencia humana. También se puede insistir legítimamente en que el
conocimiento de los anticonceptivos puede en sí mismo contribuir a un cambio de
actitudes, en especial, un interés creciente por el bienestar material y un sentido de
responsabilidad personal por la situación económica propia y de la propia familia,
en otras palabras, un cambio voluntario de actitudes en direcciones útiles para el
progreso material. Por otra parte, se puede argumentar que su adopción generalizada
incrementaría aun más la marcada discontinuidad con el pasado que ya se ve
fomentada por otros acontecimientos recientes. Discontinuidades bruscas de la vida
personal y social a menudo causan perplejidad o incluso abierta confusión, como es
evidente en la vida contemporánea. Tales resultados, a su vez, a menudo afectan
desfavorablemente al progreso material. Otros varios argumentos de amplia
repercusión política y social se podrían introducir a ambos lados de la controversia.
Sin embargo, el examen de estas cuestiones se hallaría abiertamente fuera del objeto
del presente tratamiento. Aquí sólo estamos interesados en los efectos sobre la renta
per capita de una reducción significativa de la tasa de incremento de los habitantes.
    
    Los niveles de vida generales de la población reflejan la productividad media real
global per capita. Una disminución de la tasa de crecimiento de la población sólo
puede afectar significativamente a los niveles de vida bajo dos condiciones:
primera, si una tasa reducida de incremento de la población afecta de forma
significativa la composición por edades y la productividad per capita difiere
apreciablemente entre grupos de edades; [187]   segunda, si cambios relativamente
pequeños de la tierra y capital per capita afectan sustancialmente a la productividad.
Esta última condición implica una productividad marginal del trabajo fuertemente
decreciente a lo largo de los dos márgenes, extensivo e intensivo, de cultivo.
Pueden darse ambas condiciones o una de ellas. Pero no son generales y su
presencia en casos concretos habría que respaldarla con amplias y detalladas
pruebas empíricas.
    
    Además, cualquier efecto sobre el nivel de renta de una reducción de la tasa de
natalidad sólo sería significativo después de un largo período. Los cambios de las
tasas de natalidad hacen referencia a cambios en la tasa de crecimiento de la
población, los cuales sólo pueden afectar de forma apreciable al nivel de renta
después de un intervalo temporal de varias décadas por lo menos. Tal como se
señalaba en el capítulo II, existen muchos casos comprobados de simultánea
disminución del crecimiento de la población y mejora de las condiciones materiales.

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

Pero la primera no fue causa principal de la segunda: ambas cosas reflejan cambios
de los determinantes básicos del desarrollo, especialmente cambios de actitudes.
    
    Como muchos otros defensores del control de natalidad, el profesor Myrdal hace
referencia a sus beneficios potenciales en términos generales e impresionistas.
Parece muy improbable que en el sur de Asia la reducción del crecimiento de la
población mejorara significativamente los niveles de vida, y mucho menos que
llevara a mejoras comparables a las que se producirían por cambios en las
capacidades, motivaciones, instituciones o políticas oficiales He aquí algunas
razones para estas sugerencias. [188] 
    
    Amplias zonas del sur de Asia, especialmente del sudeste de Asia, están muy
escasamente pobladas, incluyendo áreas en donde la calidad y configuración de la
tierra no son particularmente desfavorables para los logros materiales y el progreso.
Con todo, las poblaciones que viven allí tienen unos niveles de vida sumamente
bajos en el sentido convencional; sin duda niveles de vida que se hallan entre los
más bajos de la región. Ejemplos evidentes incluyen el norte de Tailandia, Borneo,
Sumatra y Birmania, pero lo mismo también es aplicable a partes de la India y
Pakistán.
    
    Ejemplos de otras partes del mundo subdesarrollado, o de países que hasta muy
recientemente eran subdesarrollados, sugieren que la acción de los determinantes
fundamentales del desarrollo afecta mucho más a las rentas per capita y a los
niveles de vida que a las diferencias de densidad de población o de tasas de
crecimiento de la población. Los ejemplos incluyen la experiencia de las islas de las
Indias occidentales, que generalmente se consideran como superpobladas, pero en
las que la actividad económica de los inmigrantes pobres, chinos y libaneses, excede
en mucho la de los indios occidentales. Y el progreso muy rápido de áreas tan
densamente pobladas como Japón y Hong Kong también apunta en la misma
dirección. Tales ejemplos por supuesto podrían multiplicarse rápidamente. 
    
    La reducción en la tasa de crecimiento del número de habitantes es poco probable
que afecte de forma apreciable a las rentas per capita y no puede hacerlo en un
futuro próximo. Los cambios de actitud podrían hacerlo y el uso normal de métodos
anticonceptivos puede servir como uno de los agentes para fomentar tal cambio, si
bien tal efecto es especulativo. [189 ] Pero esta es una cuestión diferente de los
efectos probables de un cambio de número.
    
    12. CAMBIO ECONÓMICO EN EL SUDESTE DE ASIA
    
     En apoyo de su argumento de que la transformación forzosa del hombre y la
sociedad en todo el sur de Asia es necesaria para el adelanto económico, el profesor
Myrdal insiste muchas veces en la básica similitud de condiciones en toda la vasta
región que él examina, en la que explícitamente incluye el sudeste de Asia. He aquí

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

algunos ejemplos:
    
     Existe una similitud en las condiciones económicas básicas de los países del sur
de Asia ... Las desigualdades sociales y económicas son extremas y generalmente es
en los países más pobres donde son más pronunciadas. Todos han soportado un
largo período de estancamiento respecto a la parte principal de sus economías.
[190] 
    
    ... ya hemos señalado la falta de un vigoroso desarrollo en el sur de Asia, eón
excepción quizás en cierta medida de las Filipinas y últimamente de Tailandia.
[191] 
    
    Hablando en términos generales la causa fundamental (del bajo nivel de comercio
interregional) es por sí misma la falta general de crecimiento económico en estos
países.[192] 
    
     Estas alegaciones de estancamiento en toda la región son evidentemente falsas, y
lo son con toda claridad para Malasia, aunque no sólo para dicho país. Su falsedad
queda clara con el evidentísimo testimonio del progreso material del sudeste de
Asia a lo largo de los últimos ochenta años. Por ejemplo, antes de 1890 no existían
en el sudeste de Asia grandes o pequeñas plantaciones de caucho.
    
    Toda la historia económica del sudeste de Asia desde el pasado siglo XIX
contradice varios de los principales temas y afirmaciones del profesor Myrdal.
Expondré sólo una selección aleatoria e incompleta de estas contradicciones.
    
    En muchas partes de esta subregión, especialmente en Malasia y Tailandia pero
no sólo en ellas, se ha dado un rápido y penetrante desarrollo económico, partiendo
de un nivel muy bajo. Este progreso refuta la tesis del círculo vicioso de la Pobreza
y del estancamiento del profesor Myrdal, tema principal de este libro así como de
otras obras de dicho profesor. Asimismo refuta su alegación de que la dependencia
política en gran parte impide el progreso material. Más aún, Malasia y Tailandia son
países con poblaciones diferentes étnica y culturalmente. El profesor Myrdal
considera la diversidad étnica y cultural como un obstáculo significativo para el
progreso material. El rápido progreso material ha puesto de relieve grandes
diferencias entre grupos étnicos y personas en cuanto a facultades económicas tales
como la voluntad y capacidad de percibir y explotar la oportunidad económica, así
como en laboriosidad, frugalidad e iniciativa en general. Estas diferencias son
especialmente evidentes entre los inmigrantes chinos en el sudeste de Asia y otros
grupos étnicos.
    
     Los inmigrantes chinos, originariamente pobres, han acumulado una amplia
riqueza en muchas partes del sudeste de Asia, a menudo en zonas que eran
extremadamente atrasadas cuando ellos llegaron, de forma que sus rentas
evidentemente fueron generadas por ellos mismos y no extraídas de las poblaciones

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

locales. Es más, el hecho de que se distanciasen no sólo de las poblaciones locales


sino también de otros grupos inmigrantes es de gran interés, puesto que muestra las
distintas actuaciones económicas de distintos grupos étnicos. Lo que añade todavía
más interés a la comparación es que en Malasia, por ejemplo, la gran mayoría de
los inmigrantes tanto chinos como indios llegaron como simples jornaleros.
    
     La mayor parte de la superficie dedicada al caucho en el sudeste de Asia se halla
bajo propiedad asiática y sin duda lo ha sido durante décadas. Un árbol de caucho
tarda seis arios en madurar. El dilatado interés asiático en la industria refuta de
forma concluyente el supuesto de muchos observadores exteriores, incluyendo el
profesor Myrdal, de que los empresarios de Asia no son capaces o les falta la
voluntad de tener un horizonte amplio.
    
    Es difícil encontrar una argumentación importante del profesor Myrdal que no
sea refutada de forma obvia y concluyente por la experiencia del sudeste de Asia en
los últimos ochenta arios. También se ve refutada por gran parte de la experiencia
del subcontinente indio, pero la evidencia del sudeste de Asia resulta especialmente
clara y bien definida.
    
    13. RIQUEZA, DESIGUALDAD Y PODER POLÍTICO
    
     Ya hemos señalado las alegaciones del profesor Myrdal de que en todo el sur de
Asia la riqueza y el poder político van juntos, especialmente que la riqueza
proporciona poder político. Pero no es así.
    
     El poder político no es necesario para la consecución de riqueza. Por ejemplo, en
el sudeste de Asia los grupos inmigrantes pobres, como los chinos y los indios en
Malasia, consiguieron una prosperidad considerable sin poder político y a menudo
frente a impedimentos políticos. En este aspecto estaban en la misma situación en
que se encontraban los judíos en Europa y los no conformistas en Inglaterra.
    
     Todavía resulta menos cierto que la riqueza es necesaria para el poder político.
El clero budista, tan poderoso en Ceilán y en el sudeste de Asia, y algunos de los
funcionarios influyentes en la India y Pakistán, no son ricos.
    
    No sólo no es necesaria la riqueza para el poder político, sino que ni siquiera lo
asegura. La relativa prosperidad de los hindúes acomodados en Pakistán, de los
musulmanes de la India, de los indios en Birmania y de los chinos en Indonesia, no
les proporcionó poder político ni siquiera seguridad. Sin duda su relativa
prosperidad concentró en ellos el resentimiento. Aquí, una vez más, hay cierta
similitud con la experiencia de los judíos en Europa. [193]  Tampoco la gran
riqueza de los chinos de Malasia les ha dotado de poder político. En verdad, este
último hecho lo señala el profesor Myrdal, si bien no trata de reconciliar la
inconsistencia. [194] 
    
     Por tanto, en general, no existe relación entre riqueza y poder político. Allí

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

donde están relacionados, la relación causal generalmente es muy distinta de la


sugerida por el profesor Myrdal, y sin duda se acerca más a lo contrario de lo que él
afirma. Los sultanes malayos y los príncipes indios son más ricos que la mayoría de
sus compatriotas: el poder político y militar les proporcionó la prosperidad, no la
prosperidad el poder político. Lo mismo es aplicable a los beneficiarios de licencias
de importación y de licencias de comercio exterior en muchos países del sur de
Asia. Quienes, como el profesor Myrdal, alaban la acción política y menosprecian el
éxito económico y a la gente independiente y próspera, tienen una aptitud especial
para establecer relaciones causales entre riqueza y poder en sentido erróneo.
    
    La preocupación del profesor Myrdal por las fuerzas políticas como supuestos
determinantes del logro material le lleva a atribuir al pasado régimen colonial una
significativa responsabilidad por el atraso económico del sur de Asia. No trata de
reconciliar tales sugerencias con el extremado atraso de países de Asia y de otros
lugares del mundo subdesarrollado que nunca han sido colonias.
    
    El profesor Myrdal culpa específicamente al régimen colonial tanto de intentar
mantener el statu quo, esto es, las organizaciones e instituciones sociales existentes,
[195]  como de destruirlas. [196]  Afirma también repetidamente que la
construcción de una infraestructura es necesaria para el desarrollo. Sin embargo,
cita con aprobación las sugerencias de que los ferrocarriles construidos por los
poderes coloniales o financiados exteriormente drenaron la riqueza de estos países al
transportar productos de exportación.[197]  También pone como ejemplo del
rechazo del capital privado a financiar inversiones arriesgadas la concentración de la
inversión francesa de cartera en proyectos de infraestructura en la Indochina
francesa.[198] 
    
     La relación causal entre pobreza y situación colonial generalmente es contraria a
la contemplada por el profesor Myrdal. La pobreza de algunos países dio como
resultado que se convirtiesen en colonias. Su pobreza no fue causada por su
situación colonial. El régimen colonial generalmente fomentó el progreso material,
especialmente una elevación de los niveles de vida.
    
     Aparte de la crítica a los poderes metropolitanos y a los países desarrollados
occidentales, el tratamiento se caracteriza por la hostilidad hacia las personas y
grupos prósperos, incluyendo hostilidad hacia aquellos que empezaron muy pobres,
y por sugerencias de su responsabilidad por la pobreza del resto de la sociedad.
Existen innumerables ejemplos de desprecio e insinuaciones a costa de todos estos
grupos.
    
     Con la excepción de los funcionarios y de los intelectuales, se afirma que los
grupos con más éxito siempre controlan, dominan o monopolizan las actividades y
sectores en que se hallan implicados. Sería más apropiado decir que ellos los han
iniciado, generado o desarrollado. Es más, como ya hemos señalado en un contexto

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

diferente, el profesor Myrdal por lo general escribe o da a entender que las rentas
de la gente acomodada se reciben gratuitamente o incluso se extraen del resto de la
población, en vez de ser ganadas o producidas por los perceptores. Esta
presentación puede reflejar en parte la idea marxista de que las rentas de la
propiedad implican explotación y de que las empresas de servicios son
improductivas.
    
    14. FALTA DE PERSPECTIVA TEMPORAL
    
     La mayor parte del tratamiento carece de una perspectiva o dimensión temporal.
El profesor Myrdal frecuentemente, o mejor por lo general, escribe o da a entender
que el desarrollo de Occidente empezó en el siglo XVIII o incluso en el XIX.
[199]  Se ignora el período muy largo y complejo de evolución económica de
Occidente antes de la revolución industrial. El profesor Myrdal también ignora la
historia del sur de Asia antes del siglo XIX, o incluso la historia de algún país
anterior a la independencia política. Pero ni la posición actual ni las perspectivas de
desarrollo de la India y Pakistán pueden apreciarse sin una comprensión del pasado.
En particular no puede entenderse la tenacidad de las tendencias y costumbres
hindúes.
    
     El profesor Myrdal menciona, a menudo, las diferencias de lo que él denomina
las condiciones iniciales del desarrollo entre el mundo occidental en los siglos
XVIII y XIX y los actuales países subdesarrollados. Escribe que estas condiciones
iniciales son mucho menos favorables para los países subdesarrollados,
especialmente debido a un supuesto comercio internacional menos boyante. Pero
resulta erróneo referirse a la situación en Europa del siglo XVIII y XIX como
representativa de condiciones iniciales del desarrollo. Por entonces Occidente se
hallaba imbuido de las actitudes e instituciones apropiadas para una economía de
intercambio y para una época tecnológica en medida mucho mayor de lo que hoy
está el sur de Asia. Estas actitudes e instituciones habían surgido gradualmente a lo
largo de un período de ocho siglos. Tal desarrollo secular no ha tenido lugar en el
sur de Asia, lo cual, en gran parte, explica las diferencias entre el clima económico
de Europa en los siglos XVIII y XIX y el de Asia en la actualidad. Las
oportunidades aportadas por los contactos exteriores, especialmente por el comercio
internacional y por la disponibilidad en otros lugares de un conocimiento técnico
más avanzado, favorecen al sur de Asia mucho más de lo que lo hicieron a
Occidente en los siglos XVIII y XIX por las razones ya señaladas anteriormente.
Pero estos contactos exteriores favorables son mucho menos importantes que los
determinantes domésticos del desarrollo.
    
    La ausencia de la perspectiva temporal incide directamente en el tema principal
del profesor Myrdal. Este no especifica el horizonte temporal que él tiene en mente
para la realización de sus reformas. Da a entender una gran urgencia para los
cambios radicales de actitudes; reforma instantánea por decirlo así. Por ello en su

171
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

tratamiento tanto el pasado como el futuro se acortan drásticamente.[200]   La


supuesta o implicada necesidad de cambios inmediatos y totales, sin discusión
específica de su método, coste y posibilidad de actuación, es característica de gran
parte de la defensa contemporánea de políticas drásticas. La supuesta necesidad de
una acción urgente sirve como justificación para la adopción de la coacción.
    
    15. ESQUEMA PARA EL FUTURO
    
    El libro del profesor Myrdal trata de cuestiones reales e importantes, incluso de
cuestiones inmensas y no de asuntos triviales. Resulta por tanto lamentable que a
pesar de su extensión y diversidad, el libro no sea un tratado sobre la economía del
sur de Asia; tanto por su contenido como por su presentación se trata
principalmente de un panfleto político, a pesar de tener más de un millón de
palabras.
    
    El énfasis principal del panfleto es un llamamiento a la constitución de gobiernos
todopoderosos, dedicados a rehacer a la gente y a la sociedad. El segundo elemento
de énfasis, relacionado con el primero, consiste en la insistencia en la supuesta
responsabilidad de los países, grupos y personas más prósperos por la pobreza del
resto.
    
    Asian Drama puede muy bien convertirse en uno de aquellos libros, como el
Imperialismo de Lenin en un campo relacionado, que son leídos por pocos pero que
influyen en muchos. Su tamaño prohibitivo llene que restringir el número de
lectores, a pesar de que su precio es relativamente bajo y de que también existe una
edición en rústica. El grueso bulto de los tres volúmenes, la diversidad de los temas,
el tratamiento inconexo, el molesto estilo serpenteante, la inclusión de un cúmulo de
material irrelevante y las frecuentes contradicciones, todo ello tiene que reducir el
número de lectores que reciben su importante mensaje en una lectura de primera
mano o un examen casual. Si es probable que los lectores sean pocos, los relectores
todavía serán menos. Sin embargo, el argumento central es lo suficientemente
atrayente para importantes intereses políticos, administrativos e intelectuales, y
suficientemente en armonía con el espíritu de la época, como para hacer probable
que a la larga el mensaje sea ampliamente recibido, aunque sólo sea indirectamente.
    
     Ese mensaje, tal como hemos dicho, está a favor de la sustitución de la sociedad
humana por una masa estandarizada, sometida a gobernantes con poder ilimitado.
Un resultado así es el producto lógico de la concepción del hombre y de la sociedad
del profesor Myrdal. Desacreditando las diferencias culturales, étnicas, religiosas y
económicas, y hablando constantemente en contra de la discriminación, trata de
construir una sociedad profundamente deshumanizada. Una sociedad sin distinción,
diferenciación y discriminación, excepto entre gobernados y gobernantes, se
parecerá más bien a la de los insectos.
    
    La costumbre del profesor Myrdal de considerar a la gente más pobre como

172
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

víctimas indefensas de la sociedad también es deshumanizante, puesto que sugiere


que las personas ni tienen ni deberían tener ninguna elección, control o
responsabilidad en cuestiones que afectan a su situación y perspectivas. Su enfoque
y proposiciones son ejemplos de la inhumanidad de muchos humanitarios
declarados, o se debería decir profesionales. Primero deshumaniza a la gente y a
continuación prevé un destino inhumano para ellos.
    
    Si bien el mensaje para una transformación total del hombre y de la sociedad
mediante una acción coactiva es drástico, por supuesto no es nuevo. El régimen
soviético ya lo ha intentado y haciéndolo ha anticipado las principales aspiraciones
del profesor Myrdal. Esa sociedad ha sido descrita sucintamente por T. Szamuely
en un artículo de Spectator en ocasión del 50 aniversario de la revolución
bolchevique:
    
     Nada —ninguna barera, ni ley, ni institución, ni tradición, ni asociación, ni
derechos de propiedad, ni interés de grupo— se alza entre él (el individuo) y el
estado omnipotente. El estado es el único empresario, esto no hace falta decirlo.
Pero el estado también es el sindicato, la caja de pensiones, el comité de arbitraje, el
propietario de la tierra, el promotor deportivo, el único educador, el único
propietario de periódicos, el único editor, el productor cinematográfico, el director
teatral, el tendero de la esquina, el hotelero, la Academia de Ciencias, la lavandería
en seco, el club de la juventud. Es el policía, el juez, el jurado, el fiscal y el
verdugo, todo en uno. Codifica no sólo las leves sino también los estándares
morales y los cambia a voluntad. Tal como afirmó Lenin, no puede haber
restricciones ni limitaciones al poder sin trabas del estado. [201] 
    
     A falta de una considerable intervención exterior es improbable que en el sur de
Asia surja una sociedad de este tipo en un futuro próximo. Sin una conquista
exterior o una entrada en gran escala de recursos exteriores en apoyo de los
gobiernos locales con ambiciones totalitarias, es improbable que las cosas se lleven,
en el sur de Asia, mucho más allá del actual grado de planificación económica, esto
es, más allá del estrecho control de la actividad económica distinta de la agricultura
de subsistencia. Tales políticas continuarán derrochando recursos, impidiendo el
adelanto material e imponiendo privaciones. Pero los resultados de las políticas
propuestas por el profesor Myrdal serían mucho más serios. La insistencia en una
destrucción o erosión forzosa de los valores y creencias profunda e intensamente
sentidos, de actitudes fuertemente arraigadas, de tradiciones o distinciones queridas,
de formas de vida y de conducta practicadas desde hace mucho tiempo y de
instituciones respetadas, así como de diferencias culturales, podría muy bien dar
lugar a un total colapso espiritual y moral de la gente sometida a un tratamiento tan
destructivo.
    
    APÉNDICE: APARATO TÉCNICO Y ALGUNAS

173
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

PREOCUPACIONES DEL LIBRO


    
    Metodología y terminología.—La necesidad de transformar al hombre y a la
sociedad y la exigida planificación central constituyen los muchos temas,
argumentaciones y tópicos que lo respaldan, destacan las discusiones sobre
metodología, puesto que siempre aparecen en las obras del profesor Myrdal. En este
campo el énfasis principal es su insistencia en que la declaración explícita de los
juicios de valor es necesaria y aparentemente también suficiente para establecer
objetividad en el estudio social. Pero esta declaración no es ninguna de las dos
cosas. Es irrelevante para la validez de la argumentación y discusión académica,
que depende de la consistencia lógica y de la conformidad con la evidencia
empírica que nada tienen que ver con juicios de valor. Una declaración de juicios
de valor no confiere validez, rigor u objetividad científica a una discusión. La
historia y teología fundamentalista, la economía leninista y la biología nazi no se
vuelven válidas por la explicitación de los juicios de valor implícitos en ellas.
    
     Incontables ejemplos en este libro demuestran que la declaración de juicios de
valor no asegura la objetividad, rigor o consistencia. Se han señalado ya algunos
defectos del tratamiento general del profesor Myrdal; más adelante en este apéndice
se presenta una larga lista, si bien todavía incompleta, de afirmaciones fácticas
erróneas y elementales errores técnicos. Los principales juicios de valor del profesor
Myrdal tales como racionalidad, modernización, igualdad y no discriminación, entre
otros, son en cualquier caso irremediablemente vagos e incluso sin sentido. Y su
tratamiento de los mismos es inconsistente y contradictorio por el hecho de que su
interpretación de los conceptos cambia y que varios de los conceptos son
mutuamente incompatibles como objetivos políticos.
    
     También hay importantes defectos en la terminología. Por ejemplo,
industrialización se usa indiscriminadamente para calificar el crecimiento de la
actividad manufacturera como parte del crecimiento secular de una economía, pero
más corrientemente para calificar una política de subvención estatal o de
explotación estatal de la industria manufacturera. El término inversión también se
usa indiscriminadamente y a veces de forma ambigua para referirse a una
transferencia de recursos desde el consumo, o a incremento de recursos gracias a
una mejora de la actividad económica, o a recursos suministrados externamente.
Son distinciones de significación analítica y práctica.
    
    El uso de lo que podemos llamar personificación inapropiada es otra
característica del tratamiento. El profesor Myrdal escribe, por ejemplo: " ... el sur de
Asia está tratando de cubrir una enorme brecha de actitudes e instituciones (entre
ella y Occidente)". [202]  Pero ¿quién o qué es el sur de Asia? Aquí el profesor
Myrdal implica una identidad de intereses y una uniformidad de actitudes en todo el
sur de Asia, e implica que las declaraciones oficiales representan y reflejan tal
identidad y uniformidad. Pero como queda claro en numerosas afirmaciones del

174
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

libro (incluyendo el párrafo que precede inmediatamente a la frase que acabamos


de citar), no existe una tal identidad u homogeneidad. Si existiese, las drásticas
medidas de estandarización propuestas por el profesor Myrdal no serían necesarias.
Sin duda, las diferencias de perspectiva, objetivos e intereses, en especial entre los
intelectuales y el resto de la comunidad, son una de las principales preocupaciones
del libro.
    
    La práctica de personificar grupos amplios lleva al profesor Myrdal a la
contradicción incluso en una misma página. Por ejemplo, escribe que todos los
defensores de la planificación económica estatal en el sur de Asia están de acuerdo
en que ésta debe expresar la voluntad de la nación en su conjunto; y escribe en el
párrafo siguiente que la mayoría de la gente en el sur de Asia son tradicionales en
cuanto a perspectivas y desean mantener las cosas tal como están. [203] 
    
     Otra práctica errónea del profesor Myrdal está también relacionada con esta
personificación de grupos amplios. Se trata de la costumbre de referirse a una
situación como monopolista cuando una actividad es desarrollada en gran parte por
un grupo étnico concreto, como por ejemplo, la preeminencia de los chinos en el
comercio mayorista y minorista en ciertos países del sudeste de Asia, o la anterior
preeminencia de los comerciantes indios en Birmania. El uso indiscriminado del
término monopolio oscurece las esenciales diferencias entre situaciones en que la
toma de decisiones se halla efectivamente centralizada, lo cual permite el control
organizado de la oferta y la restricción de la entrada, y las situaciones totalmente
diferentes en que no se dan estas condiciones. Existen muchos otros ejemplos en
este libro donde el uso de una terminología arbitraria y vaga oscurece e incluso
confunde diferencias fundamentales entre situaciones. En muchos lugares, los
efectos de una terminología vaga se ven mezclados con la falta de claridad sobre si
una afirmación se refiere a acontecimientos reales, probables o posibles o si, en
casos concretos, el profesor Myrdal comparte la opinión que cita.
    
     El profesor Myrdal también da por sentado frecuentemente que sus conceptos
vagos y abstractos son claros y firmes, cuando de hecho son susceptibles de
interpretaciones muy diferentes, cambiantes o incluso contradictorias. Por ejemplo,
aprueba explícitamente el supuesto definido apoyo de Tarlok Singh a la justicia
social como requisito previo del progreso económico.
    
    Tarlok Singh, el alma de la Comisión de Planificación India desde su comienzo,
en una discusión radiofónica con el profesor M. N. Srinavas, después de alguna
vacilación, se salió con una clara afirmación del mismo estilo:
    
     —Profesor Srinavas: "¿Estaría Vd. de acuerdo conmigo, señor Tarlok Singh, en
que la justicia es un requisito previo para el progreso económico?".
    
     —Tarlok Singh: "Sí, el progreso económico es esencial para la justicia social y la
justicia social lo es para el progreso económico".[204] 

175
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    La noción de justicia social resulta completamente vaga, por no decir sin sentido,
si bien aquí el contexto sugiere que la justicia social hay que interpretarla como la
estandarización de condiciones materiales impuesta por el estado. Tal política no es
una condición para el desarrollo económico y, como hemos visto, es muy probable
que lo imposibilite. Sin embargo, puede que algunas personas a pesar de todo
favorezcan tal política por otras razones. Quienes así piensen se enfrentan con un
dilema entre dos objetivos, a saber, mejora de las condiciones de vida y
estandarización de las condiciones, esta última equivocadamente denominada
justicia social. El profesor Myrdal ignora este dilema; pero critica alegremente a
aquellos que según él rechazan enfrentarse a elecciones desagradables.
    
    El amplio uso por parte del profesor Myrdal de una terminología vaga y
cambiante es uno de los muchos ejemplos en este libro de la anarquía y barbarismo
intelectuales provocados por el descuido o el rechazo de la distinción entre
economía positiva y normativa. Los defectos de terminología, método, descripción y
análisis se ven oscurecidos por la injustificada pretensión de que la explicitación de
juicios de valor, incluso de juicios totalmente vagos y sin límites, fomentan de
alguna forma la objetividad. Como hemos visto, esta pretensión es falsa.
    
    Hemos señalado en el capítulo IV ciertas conclusiones e implicaciones de la
corrupción del lenguaje. En esta sección hemos citado como ejemplo el uso por
parte del profesor Myrdal de una terminología cambiante y arbitraria, lo cual sin
duda es una característica de la literatura sobre el desarrollo. Las consecuencias de
esta práctica tienen un curioso parecido con las implicaciones de la eliminación
forzosa de las diferencias sociales y culturales. Una terminología arbitraria y
cambiante corrompe el lenguaje y socava la discusión y comunicación efectiva, de
las que depende una sociedad moderadamente libre y sin las cuales es probable que
sea sustituida por un sistema autoritario. El mismo resultado cabe esperar de una
eliminación forzosa de todas las diferencias y distinciones entre la gente, con
excepción de las existentes entre gobernantes y gobernados. La discusión efectiva es
imposible entre gobernantes todopoderosos y sus impotentes súbditos, lo cual
sucede especialmente cuando estos súbditos constituyen una masa estandarizada e
indiferenciada.
    
    Rechazo del análisis económico y de la evidencia empírica. — En el libro del
profesor Myrdal, que está dirigido tanto a lectores académicos como profanos,
existen innumerables errores elementales de análisis y tergiversaciones de hechos
del tipo que a menudo se encuentra en publicaciones ampliamente divulgadas sobre
desarrollo económico. Sólo podemos señalar aquí algunos ejemplos. En el
tratamiento de muchos temas y fenómenos económicos, se descuida o incluso evita
con bastante desprecio, el análisis pertinente y a menudo elemental. Por ejemplo, el
profesor Myrdal escribe: "Precios más elevados no darían lugar a una mayor
producción, como están inclinados a supones los economistas educados en la forma

176
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de pensar occidental".[205]  ¿Por qué entonces los gobiernos de toda la región


ofrecen mayores precios por productos cuyo cultivo desean fomentar y por qué
protegen o bien subvencionan las actividades manufactureras que desean fomentar?
Se puede reconocer la importancia y pertinencia de los factores institucionales como
parámetros de la actividad económica; pero ese reconocimiento no justifica el
descuido del análisis simple y de la evidencia empírica obvia. [206] 
    
     La discusión de la sustitución de importaciones e industrialización y el desarrollo
de la industria pesada se hace casi enteramente en términos físicos, sin ningún
análisis económico y casi sin ninguna referencia a los costes de producción y de
transporte o a la demanda del consumidor.[207] 
    
     Corno ya hemos señalado, no hay prácticamente análisis económico alguno en la
discusión acerca del sector rural, que con mucho es el sector más importante de las
economías del sur de Asia. Los precios y rentas, especialmente en la agricultura, se
tratan como determinados directamente por instituciones, grupos de poder,
costumbre, convención, poder de negociación y cosas parecidas. sin ni siquiera un
simple análisis de la oferta y la demanda y sus parámetros (si bien estos parámetros
pueden sin duda incluir algunas de las influencias institucionales señaladas por el
profesor Myrdal). Los problemas de balanza de pagos, las previsiones de
exportación y sus ganancias, se discuten prácticamente sin referencia al nivel
interior de rentas y precios monetarios, a las políticas monetaria y fiscal o a los
tipos de cambio. Escribe:
    
    Las dificultades del cambio exterior no son una exigencia temporal sino una
condición normal y permanente en los países muy pobres, presionando el
desarrollo económico al límite fijado por todas las circunstancias concomitantes.
[208] 
    
     La cursiva es del profesor Myrdal. Este párrafo parece significar, si acaso, que
las dificultades del cambio exterior son inevitables en el transcurso del rápido
desarrollo económico de los países pobres. Esta afirmación es falsa y por mucho
que se la subraye no se convertirá en verdadera. Existen innumerables ejemplos de
progreso económico rápido de países pobres sin dificultades de cambio. Los
frecuentes problemas de balanza de pagos de los países subdesarrollados en los
últimos años reflejan políticas monetarias y fiscales inflacionarias en condiciones de
tipos de cambio fijos.
    
     Uno de los temas constantes del profesor Myrdal es una supuesta falta de la
adecuada capacidad económica en la gente de la región y especialmente una falta de
capacidad empresarial constructiva. Según él, estas deficiencias hacen precisa la
planificación estatal para el desarrollo de toda una gama de actividades y empresas.
Pero no pregunta si aquellas actividades y empresas desarrolladas bajo los auspicios
estatales debido a la supuesta falta de iniciativa privada son beneficiosas o

177
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

económicamente eficientes; no se refiere ni a los costes de estas actividades y


empresas ni a la demanda del producto. Tampoco investiga cómo conseguirá el
estado la oferta de las capacidades necesarias, especialmente una oferta de talento
empresarial por parte de la población local.[209] 
    
     Las frecuentes referencias a una supuesta rigidez general, social y económica, y
a los efectos de esa rigidez sobre el progreso de toda la región son en su mayor
parte ambiguas o simplemente falsas. Así:
    
    En el sur de Asia, las desigualdades significativas para las perspectivas de
adelanto económico están muy enraizadas. No sólo se trata de desigualdades de
renta, sino, lo que es más importante, de diferencias de estatus y de control de los
activos productivos ... el caso del sur de Asia puede ser, por tanto, uno de aquellos
en que el fomento de la igualdad vicia: y económica sea un requisito previo para
conseguir a largo plazo incrementos sustanciales de la producción.[210] 
    
    La cursiva, una vez más, es del profesor Myrdal. Esta sugerencia contrasta con la
experiencia de toda el área, y en especial del sudeste de Asia. De nuevo: En el sur
de Asia, la posición social y económica de una persona tiende a ser estática; las
limitaciones en los movimientos al alza son importantes. [211] 
    
     Esta afirmación es ciertamente falsa para el sudeste de Asia, como resulta
evidente por la experiencia de las numerosas comunidades chinas e indias de allí.
    
    Vale la pena señalar especialmente la ausencia de análisis elemental y la
desconsideración hacia la evidencia empírica en un libro que propone la
remodelación drástica del hombre y de la sociedad. Una conjunción tal de falta de
análisis y desconsideración de la evidencia empírica, combinada con drásticas
propuestas para un cambio revolucionario, se encuentra a menudo en la literatura
sobre desarrollo, pero raramente en la extremada forma de este libro. 
    
    Factores exteriores y atraso local. — El profesor Myrdal trata del comercio
internacional y de los flujos de capital con una cierta extensión, especialmente en el
capítulo XIII. El énfasis principal se halla en las supuestamente desfavorables
condiciones externas de mercado con que se enfrenta la región, en particular,
relaciones de intercambio desfavorables y que se deterioran persistentemente; baja
elasticidad del precio y renta de la demanda de exportaciones y también
competencia de sustitutivos de las exportaciones del sur de Asia; y una participación
decreciente en el comercio mundial. Tanto por su contenido como por su
presentación, el tratamiento de estos temas por parte del profesor Myrdal es
prácticamente idéntico al tratamiento de las mismas cuestiones por parte de las
organizaciones internacionales, especialmente por parte de la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Las principales ideas de
la UNCTAD se examinan ampliamente en el capítulo VI; por tanto sólo las
señalaremos en este apéndice de forma relativamente breve.

178
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    El profesor Myrdal se refiere sólo a las relaciones de intercambio de bienes, sin
mencionar en ningún lugar las relaciones de intercambio de factores o de renta, que
son en este contexto los conceptos significativos para el bienestar. Las afirmaciones
de una baja elasticidad del precio de la demanda de exportaciones no se reconcilian
con referencias a la competencia de sustitutivos; tampoco se explica por qué una
baja elasticidad del precio de la demanda de exportaciones tendría que ser
necesariamente adversa cuando lo contrario es ciertamente posible e incluso
probable. (El grueso de la capacidad total mundial de la actual producción de las
principales exportaciones de la región se sitúa en unos pocos países, situación que
facilita la acción concertada de los gobiernos para restringir las exportaciones,
actuación que incrementa los ingresos de la exportación si la demanda es inelástica
respecto al precio; una acción concertada así se ha emprendido en varias épocas en
la región y se está acometiendo actualmente con la restricción de las exportaciones
de estaño.)
    
    El profesor Myrdal no aporta ninguna evidencia en apoyo de sus afirmaciones de
una baja elasticidad de renta de la demanda de exportaciones. Estas afirmaciones
casi con toda seguridad no son válidas para las principales exportaciones de la
región, tales como los productos del caucho, estaño, té y cocos. Nadie sabe cuál es
la elasticidad de renta media de la demanda para las exportaciones totales de esta
enorme región. En cualquier caso, su diversidad priva a la agregación de todo
sentido, especialmente desde el momento en que algunos países se hallan entre los
principales importadores netos del mismo bien (por ejemplo, arroz) del que otros
son los principales exportadores netos. La especulación acerca de la elasticidad de
renta media de la demanda de exportaciones de esta región resulta por tanto de
escaso interés, si bien se puede decir confiadamente que, con la posible excepción
del arroz, la elasticidad de renta de la demanda de las principales exportaciones de
la región no es negativa (condición para la que las relaciones de intercambio de
bienes se deteriorarían con toda seguridad cuando se elevasen las rentas per capita
de los países importadores.) También vale la pena señalar que para la mayoría de la
región las relaciones de intercambio de bienes en los años recientes han sido más
favorables que casi en cualquier otra época del pasado de la que se dispone de
información. Y las relaciones de intercambio factoriales han sido mucho más
favorables que las relaciones de bienes.
    
    Tampoco aduce el profesor Myrdal ninguna evidencia en favor de la pretensión
de que la participación de la región en el comercio mundial ha disminuido, ni
indica a lo largo de qué período se supone que ha ocurrido la disminución. No se
percata de que las referencias al volumen de exportación o a la participación de un
país o región en el comercio internacional, tienen poca significación económica sin
el examen de la política monetaria y fiscal y de otros factores que afectan al uso
interno de bienes previamente exportados o de recursos empleados en la producción

179
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de esos bienes. Estos defectos son corrientes en las discusiones de la UNCTAD y


en fuentes semejantes. Pero a veces el profesor Myrdal saca a colación argumentos
o formas de presentación desacostumbrados para apoyar la afirmación de que las
relaciones de intercambio siempre se mueven en contra de los países
subdesarrollados y de los productores primarios, y que en cierto modo Occidente es
responsable de este desfavorable acontecer, así como de otras influencias
perjudiciales. Por ejemplo, escribe: 
    
     Durante los períodos de demanda creciente en Occidente, los precios, tanto de
las materias primas como de los productos manufacturados, tienden a elevarse; pero
cuando la demanda agregada disminuye, los primeros caen mientras que los
segundos no, al menos no lo hacen en la misma proporción. No queda del todo claro
si los precios de las importaciones desarrolladoras subirán menos bruscamente que
los precios de las exportaciones primarias del sur de Asia durante una expansión de
la actividad económica en Occidente, pero está claro que los últimos caerán más
bruscamente durante una contracción. [212] 
    
     Si estas sugerencias fuesen válidas, las relaciones de intercambio de los
productores primarios y del mundo subdesarrollado empeorarían persistentemente y
se hallarían ahora en su nadir, cuando en realidad son desacostumbradamente
favorables.
    
     En la misma página el profesor Myrdal escribe:
    
     La superior adaptación de los países más adelantados les permite responder de
forma más efectiva y rápida a cambios de los precios relativos. Por tanto, los países
adelantados cogen una parte mayor de la producción de los países más pobres
cuando los precios son favorables, pero les dejan aguantar lo peor en los años de
precios bajos. [213] 
    
     Este párrafo es tan oscuro que incita al análisis. Uno podría pensar que cogiendo
una mayor parte de la producción de los países subdesarrollados cuando los precios
son favorables, los países desarrollados les conceden un beneficio especial. Sin
embargo, el párrafo trata simplemente de dar a entender la idea opuesta, es decir,
que las actividades de los países desarrollados (esto es, de Occidente) perjudican a
los países pobres.
    
     A pesar de lo impreciso que resulta el razonamiento, queda clara la exaltada
respuesta que este característico párrafo es probable que consiga. Una vez más se
afirma que la importancia de Europa occidental y de Norteamérica como
interlocutores comerciales del sur de Asia es un legado del período colonial y, en
consecuencia, que afecta de forma negativa a la región. [214]  Las amplias y
prósperas economías de Norteamérica y de Europa occidental han aportado durante
generaciones un gran beneficio material a la región como principales mercados para
sus exportaciones y como fuente de ideas, técnicas, capital y bienes importados. Por

180
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

ejemplo, ¿cómo podría haberse desarrollado la industria del caucho que ha


transformado el sudeste de Asia sin la industria automovilística de Norteamérica y
de Europa occidental?
    
    Se dan innumerables referencias a la supuesta responsabilidad de Occidente por
el atraso material del sur de Asia, especialmente motivado por el colonialismo;
debido a las dificultades colocadas en la vía del progreso del sur de Asia por las
políticas o la mera presencia de los países industrializados; y debido a los
acontecimientos supuestamente negativos en los mercados de sus exportaciones. La
tónica de la mayor parte del largo capítulo acerca del comercio exterior y de los
movimientos de capital es que estos factores externos tienen la mayor parte de la
culpa por la pobreza del sur de Asia.
    
     El profesor Myrdal también escribe que las influencias occidentales han
impedido la cooperación e integración en el sur de Asia. No explica cómo se habría
dado una más estrecha colaboración entre los países del sur de Asia en ausencia de
la influencia occidental, cuando de hecho los sistemas de comunicación por
transporte del sur de Asia fueron implantados, bien por los gobiernos coloniales
(incluyendo el gobierno de la India), o por compañías financiadas por Occidente.
Tampoco explica cómo una más estrecha integración habría fomentado el progreso
material. Como ya hemos señalado, la pobreza material del sur de Asia refleja las
aptitudes, costumbres e instituciones de sus gentes (y, a veces, también la
persecución de políticas gubernamentales perjudiciales para el desarrollo
económico). Estos consabidos determinantes principales del progreso material no
son examinados por el profesor Myrdal en el contexto de su argumentación.
[215]  El relativo atraso de las áreas con escasos contactos exteriores muestra lo
inoportuno que es el énfasis del profesor Myrdal en los factores exteriores adversos.
    
    En efecto, el actual escenario económico internacional presenta oportunidades
excepcionales para los países subdesarrollados. Por ejemplo, pueden beneficiarse de
los frutos del progreso técnico de otras partes, que no estaba a disposición de
Occidente en la época de la revolución industrial por la simple razón de que los
países occidentales se encontraban técnicamente muy por delante del resto del
mundo en aquella época. A pesar de varias restricciones al comercio internacional,
los países adelantados ofrecen enormes mercados y suponen amplias y variadas
fuentes de oferta para los países subdesarrollados, condiciones que no se hallaban
presentes en los siglos XVIII y XIX.
    
    Las afirmaciones de que las relaciones económicas exteriores perjudican a los
países subdesarrollados muchas veces fomentan en estos países políticas que
retardan su desarrollo, tales como restricciones a los contactos económicos.
También desvían la atención de las causas internas de su atraso tales como
objetivos, motivaciones e instituciones sociales y políticas oficiales contrarias al
progreso material. La sugerencia de que los países más prósperos han provocado la

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

pobreza del resto tiende a traducirse en la idea de que en el propio país también la
gente más rica es responsable de la pobreza de los demás, idea que conduce a la
tensión política y a políticas que perjudican el progreso material. Finalmente tales
afirmaciones también oscurecen la presencia de amplias discrepancias entre los
objetivos de los políticos y planificadores y los intereses e inquietudes de la mayoría
de la gente: los primeros a menudo obtienen beneficios políticos y económicos de
los controles al comercio exterior que perjudican los intereses materiales de la
gente. 
    
    Selección de referencias y fuentes. —Señalamos en la introducción a este
volumen que algunas de las ideas más influyentes y ampliamente divulgadas de la
literatura sobre desarrollo no representan la opinión unánime de los economistas en
este campo, y que, en realidad, hay opiniones fuertemente contrapuestas y que la
preponderancia de estas ideas tanto en las discusiones académicas como en las
públicas ha sido fomentada por la desconsideración hacia las opiniones contrarias.
    
    El libro del profesor Myrdal constituye un notable ejemplo de esta situación.
Constantemente ignora las opiniones críticas y contrarias, incluso cuando las
mismas son al mismo tiempo autorizadas y accesibles. Existen en este libro muchos
cientos, posiblemente miles, de referencias a fuentes, escritores y expertos en
política económica india, especialmente en planificación. Muchas de estas
referencias han sido realmente buscadas, tales como comunicaciones privadas, tesis
no publicadas y artículos de periódicos populares, siempre en apoyo de la
planificación central y de sus componentes. Las críticas se ignoran o se rechazan en
términos generales como elementos irracionales u oscurantistas, o como portavoces
de intereses creados. Entre los que se ignoran de esta forma se incluye el profesor
Shenoy (que no se menciona en el libro), crítico sistemático y consistente de la
política de planificación india, quien como miembro del equipo de economistas
asesores del gobierno indio presentó un memorándum de disconformidad con el
segundo plan quinquenal, cuyo razonamiento más tarde quedó totalmente
justificado. Dicho sea en su honor, el gobierno indio publicó oficialmente este
memorándum, mostrándose de ese modo más liberal y objetivo que el profesor
Myrdal. Otras personas no citadas incluyen a Nirad C. Chaudhuri, el observador
más penetrante de la escena india, cuyas opiniones acerca de la historia y el clima
social de la India y acerca de las actividades de los economistas occidentales
visitantes tienen que ver con este libro en muchos puntos. Dos periódicos indios,
The Economic Weekly (moderadamente de izquierdas) y Link (decididamente
izquierdista) se citan muchas veces, pero no se mencionan los más conservadores
Swarajya y Commerce. También hay una serie de citas de agencias internacionales
en apoyo del argumento, algunas tan vagas y banales que resulta cómica su
reproducción.
    

[Ir a tabla de contenidos]

182
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

CAPITULO VI
UNA CRÍTICA DE LA UNCTAD [216] 

    Las ideas sometidas a discusión en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre


Comercio y Desarrollo (UNCTAD) han reavivado la polémica sobre los países
subdesarrollados y sobre la política de desarrollo. Los mejores estudios sobre estas
ideas se hallan en la documentación de la primera conferencia de Ginebra en 1964.
    
    El documento más influyente, Hacia una nueva política comercial para el
desarrollo, generalmente conocido como informe Prebisch, se publicó antes de que
se iniciasen las reuniones. Definió el tono de la conferencia, determinó en gran parte
su agenda, e influyó sustancialmente en sus proposiciones. El doctor Raúl Prebisch,
antiguo secretario ejecutivo de la Comisión Económica para la América Latina
(CEPAL) de las Naciones Unidas, fue el primer secretario general de la UNCTAD
y jefe del secretariado permanente hasta 1968.
    
     El informe ofrece una guía resumida de las ideas de la UNCTAD, de las cuales
solamente algunas pueden discutirse en este trabajo. Muchos otros temas planteados
en la UNCTAD se discuten en otros lugares de este volumen, por ejemplo, el
círculo vicioso de la pobreza en el primer capítulo y la supuesta siempre creciente
desigualdad de rentas también en el primer capítulo. Las ponencias y actas de la
conferencia se publicaron en siete volúmenes en 1964. Los más importantes fueron
el volumen 1, Comercio y desarrollo: acta e informe finales, y el volumen 2,
Comercio y desarrolla: declaraciones de política. Estos volúmenes constituyeron la
base y el punto de partida para la segunda UNCTAD de Delhi en 1968.
    
     Existe una gran dosis de unidad en las ideas y recomendaciones del informe
Prebisch y de la literatura posterior de la UNCTAD. Por esta razón y también
debido a que gran parte de esta literatura es excesivamente vaga, no he citado
pasajes concretos en el texto de este capítulo aunque sí en las notas; en vez de ello
he añadido como apéndice amplios pasajes del informe Prebisch. [217] 
    
    1. RESUMEN DE LAS PRINCIPALES IDEAS DE LA UNCTAD
    
     Los componentes principales de las ideas de la UNCTAD que sirvieron de base
para las principales recomendaciones de la primera conferencia fueron las
siguientes:
    
    La tasa de crecimiento anual del 5 por ciento prevista para el mundo
subdesarrollado en la Década del Desarrollo de las Naciones Unidas es un simple
mínimo y un objetivo inadecuado a la vista de los estándares de vida
extremadamente bajos, del estancamiento casi total, del rápido crecimiento de la
población y de la siempre creciente desigualdad de rentas entre países desarrollados
y subdesarrollados. Su consecución depende en forma crítica de un incremento del

183
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

gasto de inversión y del volumen de importaciones, especialmente de bienes de


inversión, en el mundo subdesarrollado. Aun en el caso de que se pudiese asegurar
inversión suficiente sin necesidad de ayuda exterior, la cual es improbable, el
problema tampoco se resolvería, porque los cobros por la exportación de los países
subdesarrollados no cubren las importaciones necesarias. La diferencia entre
importaciones precisas para un mínimo crecimiento aceptable por un lado cobros
por exportación por otro, se denomina la brecha comercial, estimada en cerca de
20.000 millones de dólares a principios de los arios setenta. Las crónicas
dificultades de pagos de los países subdesarrollados reflejan la contrapartida
monetaria del problema de asegurar las importaciones precisas para obtener una tasa
de desarrollo adecuada.
    
    La consecución de este modesto y, sin duda, inadecuado objetivo está en peligro
por factores externos fuera del control de los países subdesarrollados. Se considera
que hay unas condiciones de mercado externas, responsables de la incapacidad de
estos países para obtener suficientes divisas. El principal factor adverso es el
persistente e inherente deterioro a largo plazo de la relación de intercambio de los
países subdesarrollados (tema principal del informe Prebisch y de la literatura de la
UNCTAD en conjunto). Este deterioro se debe a su vez a varios factores: el gran
incremento del volumen de producción primaria como resultado del adelanto
técnico y de los rápidos incrementos de población en los países productores; la
demanda relativamente estacionaria de exportaciones de productos primarios, lo
cual refleja una baja elasticidad de renta de la demanda de estas exportaciones (que
crece menos que proporcionalmente con incrementos en la renta) y el progreso
técnico de los países desarrollados que ha conducido al desarrollo de sustitutos para
muchas de estas exportaciones y a economías en su uso; y la naturaleza
monopolística de la producción de los bienes manufacturados importados por los
países subdesarrollados, en contraste con la naturaleza casi perfectamente
competitiva de la producción de materias primas que constituyen las exportaciones
de los países subdesarrollados. No sólo disminuyen a largo plazo las relaciones de
intercambio de los países subdesarrollados, sino que la participación de estos países
en el comercio mundial también decrece.
    
    Se afirma que tanto los problemas de pagos como las dificultades de la política de
desarrollo se ven agravados por amplias fluctuaciones de los cobros por
exportaciones, superpuestas a la desfavorable tendencia a largo plazo. Las
fluctuaciones de los ingresos de exportación, en especial las disminuciones súbitas e
imprevisibles, impiden el proceso de planificación gubernamental del desarrollo,
indispensable para el crecimiento económico. Al ser estas disminuciones el
resultado de bajas en la demanda de los países desarrollados, se da aquí otro
ejemplo de su responsabilidad por las dificultades del mundo subdesarrollado.
    
     Los problemas de los países subdesarrollados se agravan todavía más por las
barreras de los países desarrollados a sus manufacturas. Estas restricciones no sólo

184
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

hacen más difícil la obtención de divisas para pagar las importaciones, sino que
también impiden el crecimiento de sus industrias manufactureras, porque los
mercados internos de los países subdesarrollados son demasiado pequeños para las
modernas técnicas de fabricación.
    
     La importancia de los actuales obstáculos exteriores al desarrollo es el principal
tema explícito de la literatura de la UNCTAD. También hay frecuentes sugerencias
de que las actuaciones pasadas de los países desarrollados son en gran parte
responsables de la pobreza presente del mundo subdesarrollado, generalmente a
través del establecimiento de varios tipos de colonialismo, tanto político como
económico. Los factores internos que tienen que ver con el desarrollo económico
también se mencionan, si bien no se discuten sistemáticamente. Pero constituye
tema de comentario adverso la desigualdad en la distribución de la renta y de la
propiedad, especialmente de la tierra, tanto porque se considera como indeseable en
sí misma cuanto porque se afirma que retrasa el desarrollo en distintas formas, por
ejemplo, desalentando las mejoras de producción agrícola por parte de los
arrendatarios agrícolas pobres. Más aún, se afirma que los propietarios y gente
acomodada en general gastan sus excedentes en consumo de lujo en vez de invertir
productivamente.
    
     La literatura de la UNCTAD da por sentado que el desarrollo económico
depende en gran medida de la acción del gobierno y especialmente de la
planificación central global. Aun en el caso de que fuese posible el desarrollo sin
planificación central global, no sería lo bastante general y profundo; el progreso
material que no sea a través de la planificación central se considera inadecuado ya
que no ilusorio. En esta literatura se dan frecuentes cambios acerca de la
interpretación de lo que es progreso económico. Los muchos criterios incluyen:
renta per capita, niveles de vida generales, volumen de la industria manufacturera,
tamaño del sector público e independencia política. La única forma de desarrollo
que se aplaude invariablemente es el crecimiento de la industria manufacturera,
patrocinado o realizado por el estado, generalmente como parte de un programa de
planificación central total.
    
    La principal propuesta política de la literatura de la UNCTAD es la expansión de
la ayuda exterior intergubernamental, que se considera condición sine qua non para
una tasa de desarrollo aceptable de los países subdesarrollados. La UNCTAD de
1964 recomendó formalmente que la ayuda oficial no debería ser menor a un 1 por
ciento de la renta nacional de los donantes, una vez deducidos ciertos flujos
contrarios, a saber, la repatriación de capital extranjero y el retorno y amortización
de préstamos. [218]  Si los pagos de intereses amortización son excesivamente
pesados, debería renunciarse a ellos, escalonarlos a la baja o posponerlos.
    
    Además de este flujo de ayuda, regular y rutinario, deberían prestarse otras
formas de ayuda, denominadas financiación compensatoria, tanto para contrarrestar

185
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

cualquier deterioro de las relaciones de intercambio y para compensar por cualquier


pérdida imprevisible causada por una disminución de los ingresos de exportación
que los gobiernos no hubiesen podido prever razonablemente al establecer sus
planes de desarrollo. Los pagos por todos estos conceptos deberían hacerse a los
estados y no pasarse directamente a los productores individuales, aun cuando los
pagos fueran para compensar una caída de los precios de exportación. Esta
condición se considera importante por dos razones. Primero, si los pagos se pasasen
directamente a los productores individuales, ello daría al traste con los planes de
desarrollo; Y, segundo, los incentivos aportados a los productores agravarían el
deterioro de las relaciones de intercambio al fomentar un incremento de la
producción.
    
    Se insta a los países desarrollados para que apoyen acuerdos sobre productos
destinados a elevar o mantener los precios de las materias primas con el fin de
mejorar las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados; y la
eliminación de los obstáculos de origen gubernamental a las exportaciones,
especialmente de manufacturas, procedentes de países subdesarrollados. No debería
pedirse reciprocidad a los países subdesarrollados, a los que se debería permitir —o
mejor, animar— la protección de sus industrias manufactureras contra la
competición de los países desarrollados, y asignar preferencias a las exportaciones
manufactureras procedentes de otros países subdesarrollados.
    
    2. INVERSIÓN, CAPACIDAD DE IMPORTACIÓN Y
DESARROLLO ECONÓMICO
    
    Las principales propuestas de la literatura de la UNCTAD generalmente suponen
que el desarrollo económico se halla en gran parte limitado por el volumen de gasto
de inversión, que a su vez depende sobre todo de las condiciones de mercado
externas, especialmente las relaciones de intercambio. Cada eslabón de esta cadena
es en el mejor de los casos poco concluyente o engañoso, si no totalmente erróneo.
La última conclusión, de que las limitaciones a la capacidad de importar, impuestas
externamente, son las limitaciones decisivas de la tasa de desarrollo, resulta
totalmente falsa.
    
     El desarrollo económico no es simplemente o ni siquiera en gran parte una
función del gasto de inversión, y menos aún del gasto de inversión que exige
importaciones en gran escala de bienes de capital. La acumulación de capital, si
bien es un poderoso factor del progreso material, no es condición necesaria y menos
aún suficiente. Un incremento de la formación de capital real no depende
necesariamente del volumen del gasto de inversión en el sentido de dinero gastado
que no sea en consumo corriente. De forma especial, el gasto de inversión en gran
escala que exija importaciones en gran escala no es ni necesario ni suficiente para
el desarrollo económico. A menudo, o mejor en general, se han alcanzado altos

186
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

niveles de logro económico y elevadas tasas de desarrollo sin estar condicionados


por el volumen de importaciones.
    
    Existen innumerables ejemplos de rápido adelanto económico sin ayuda exterior
y sin dificultades de pagos, tanto en la historia inicial de los países que ahora son
desarrollados como recientemente en muchos países subdesarrollados. Los muchos
y evidentes ejemplos de estos últimos incluyen el rápido desarrollo de Brasil,
México, Perú, Costa de Oro, Ghana, Nigeria, Kenia, Tailandia, Malaya y Hong
Kong, tanto antes como después de la segunda guerra mundial.
    
     Tampoco es cierto que condiciones de mercado externas y adversas limiten las
importaciones de los países subdesarrollados. La mayor parte de la literatura de la
UNCTAD (y sin duda la mayoría de la literatura sobre desarrollo en general) trata
los problemas del comercio exterior en términos de requerimiento de importaciones
por un lado y de aptitud para exportar o capacidad para importar por otro. Lo
primero se supone que depende del nivel de renta real y de la tasa de desarrollo y lo
último de los mercados exteriores. Se afirma entonces que la naturaleza
desfavorable de estas condiciones causa problemas inherentes de balanza de pagos.
Este tipo de razonamiento no es válido. Ignora los tipos de cambio, el nivel de
precios y costes y el flujo de rentas monetarias, que son los principales
determinantes del volumen de importaciones y exportaciones. Un tratamiento
elemental del comercio exterior y de la balanza de pagos tiene que considerar estos
temas.
    
     En algunas discusiones de la UNCTAD, se señala como evidencia de flojedad de
la demanda exterior el estancamiento o disminución del volumen de exportaciones.
Este razonamiento demasiado corriente ignora el hecho de que estas exportaciones
normalmente representan sólo una parte y en muchos casos sólo una pequeña parte
del total de las exportaciones mundiales de estos bienes y una parte todavía menor
de las ofertas mundiales. Por tanto, el volumen de estas exportaciones s se halla
totalmente desligado de la demanda mundial total de estos productos. Las
exportaciones de un bien por un país particular pueden aumentar porque la demanda
mundial total sea constante o haya disminuido; por el contrario, las exportaciones
provenientes de un origen o fuentes concretas pueden disminuir aun cuando la
demanda mundial total haya crecido. El razonamiento con toda simplicidad
confunde la oferta con un origen particular con la demanda total del bien. El
volumen de exportaciones de una fuente particular depende en gran parte de los
precios relativos a los que el bien se halla disponible en fuentes alternativas de
oferta. Estos precios dependen de los precios interiores del bien y de los tipos de
cambio, siendo normalmente ignorados ambos en estas discusiones. Lo mismo
ocurre con el nivel de la demanda interior del bien en los países exportadores. En
conjunto, esta línea de razonamiento es un ejemplo característico de economía sin
precios o costes; no reconoce que la demanda y la oferta son funciones de los
precios, costes y rentas.

187
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    Por supuesto que muchos países subdesarrollados han experimentado dificultades
periódicas de la balanza de pagos en los años recientes. La razón está clara, las
crisis de la balanza de pagos se hacen inevitables si los gobiernos utilizan políticas
monetarias y fiscales que inflan sus economías más rápidamente que las de sus
relaciones comerciales, mientras el tipo de cambio permanece fijo. Tales políticas
explican los problemas de balanza de pagos ele muchos países subdesarrollados
desde los arios cincuenta. Las escaseces crónicas de divisas y las dificultades de la
balanza de pagos no son corolarios de una tasa de desarrollo satisfactoria. Las
políticas que dan lugar a esas dificultades generalmente retrasan el progreso
material en vez de promoverlo.
    
    3. EVIDENCIA EMPIRICA ACERCA DE LAS RELACIONES DE
INTERCAMBIO
    
    La literatura ONU-UNCTAD [219]  (así como la literatura actual sobre este
tema) trata de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados en gran
parte en términos de relaciones globales de precios entre materias primas y
productos manufacturados; estas relaciones se presentan como base empírica para la
sugerencia de desfavorables y decrecientes relaciones de intercambio de los países
subdesarrollados. Puesto que el objeto de este trabajo es un examen de las
conclusiones ONU-UNCTAD y de los métodos por los cuales se han obtenido,
seguiremos en gran parte esa literatura y nos referiremos a los precios relativos y
cambios de precios de las materias primas y productos manufacturados. Sin
embargo, esto supone una excesiva simplificación. Los países que exportan materias
primas no coinciden con los países subdesarrollados exportadores, porque muchos
países desarrollados son importantes exportadores de materias primas y muchos
países subdesarrollados son importantes exportadores de productos terminados.
Cualquier tratamiento sistemático debería tener en cuenta la extrema
heterogeneidad, tanto de los países productores primarios como del mundo
subdesarrollado. Sin duda a todos efectos tal tratamiento debería limitarse a la
experiencia de un país o de un reducido grupo de países.
    
    Entre los países productores primarios existen diferencias sustanciales en el
movimiento de las relaciones de intercambio de los artículos alimenticios de origen
agrícola temperado, productos tropicales, materiales agrícolas, minerales y
productos petrolíferos. Geográficamente existen diferencias sustanciales entre áreas
tales como Oriente Medio, Asia, África, Australasia y América latina, que en sí
mismas son extremadamente heterogéneas. En las exportaciones de muchos países
subdesarrollados predominan uno o dos productos. Los precios de los productos
individuales se mueven a menudo de forma diferente, con el resultado de que las
relaciones de intercambio de los países subdesarrollados o productores primarios
individuales muestran movimientos divergentes. Por este motivo a muchos efectos

188
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

el tratamiento debería limitarse a países concretos. Por ejemplo, entre 1958 y 1963
las relaciones reales de intercambio de Chile mejoraron casi en 1/5, mientras que las
del Brasil disminuyeron en más de 1/5 debido a amplias diferencias en las
variaciones de precios del cobre y del café. Habida cuenta de las matizaciones y
reservas precisas, resulta fácil mostrar que las afirmaciones de la UNCTAD acerca
del curso pasado y de la situación presente de las relaciones de intercambio del
mundo subdesarrollado no son válidas y sin duda son contrarias a la verdad [220] 
    
     Las relaciones reales de intercambio de los productores primarios han sido más
favorables en años recientes que en ninguna otra época histórica. Sir Arthur Lewis
señaló recientemente:
    
     Las relaciones de intercambio de los productos primarios en contraposición a las
de los bienes manufacturados presentan promedios más altos en los años cincuenta
que en cualquier época de los ochenta años precedentes. La primera mitad de los
años cincuenta fue especialmente buena debido a la guerra de Corea y una elevada
acumulación de stocks en los Estados Unidos y en otras partes. Las relaciones de
intercambio se deterioraron en la segunda mitad de la década y más adelante hasta
1962, y desde entonces se han movido al alza. Sin embargo, incluso en 1962, se
hallaban un 5 por ciento por encima de las de 1929 precedentes a la Gran
Depresión.[221] 
    
     Desde 1962 las relaciones de intercambio de los productores primarios mejoraron
de nuevo apreciablemente. Entre esta fecha y el comienzo de 1964, fecha de la
primera UNCTAD, mejoraron aún más en un 3 por ciento.
    
     La información que acabamos de presentar se refiere a las relaciones de
intercambio de productores primarios, tal como hace la mayor parte del tratamiento
sobre este tema en la literatura de la UNCTAD. Sin embargo, desde 1960 la oficina
estadística de las Naciones Unidas ha elaborado índices de las relaciones de
intercambio del mundo subdesarrollado distintos de las relaciones de intercambio de
los productores primarios fuera de los países comunistas, publicados en el Statistical
Year Book. Si bien se han dado ciertos cambios de cobertura y en el año base, la
serie es sustancialmente continua desde 1950 (aunque su confección sólo empezó
en 1960, las estadísticas se han calculado también para arios anteriores),
apareciendo también como años sueltos 1938 y 1948. De acuerdo con estas
estadísticas, las relaciones reales de intercambio del mundo subdesarrollado
mejoraron de 80 en 1938 a 95 en 1948 y a continuación a 100 en 1963, último año
antes de la primera UNCTAD.[222] En otras palabras, mejoraron en cerca de 1/4
entre 1938 y el último año antes de la primera UNCTAD. De 1963 a 1969
mejoraron ulteriormente en un 2 por ciento.
    
    Por tanto, no se ha dado ninguna disminución persistente o a largo plazo de las
relaciones reales de intercambio de los productores primarios o de los países

189
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

subdesarrollados; por el contrario, estas relaciones son ahora más favorables que
prácticamente en cualquier momento de la historia.
    
    La anterior información se refiere exclusivamente a las relaciones reales de
intercambio sin más. Subestima en gran manera la mejora a largo plazo de la
situación de los países subdesarrollados porque ignora cambios en el coste de
producción de las materias primas, la aparición de nuevos productos finales y
también las mejoras de calidad de los productos finales. En otras palabras, se
ignoran las relaciones de intercambio de factores, que aquí son el concepto
relevante. Si bien la significación de esta omisión se examina con mayor detalle en
una sección posterior de este capítulo, son oportunas aquí algunas observaciones
acerca de ello.
    
    El coste real de producción (el volumen de recursos por unidad de producto) de
muchas, probablemente la mayoría de las materias primas exportadas por los países
subdesarrollados, se ha reducido mucho en décadas recientes. Un ejemplo
característico son los cambios en las condiciones de producción del caucho. A
finales del siglo XIX el caucho se recogía de árboles que crecían espontáneamente
en la jungla, lo que suponía un alto coste; en el plazo de pocos años se llegó a
producir por un coste mucho menor en grandes y pequeñas propiedades. Petróleo,
cacao, azúcar y aceites vegetales son otras exportaciones cuyo coste y métodos de
producción han cambiado gradualmente a lo largo de las últimas décadas. Estas
influencias todavía actúan intensamente. Por ejemplo, el desarrollo de nuevas
técnicas en los años cincuenta y su amplia adopción, ha incrementado grandemente
las ganancias, tanto en las grandes propiedades caucheras como en las pequeñas,
con una reducción sustancial de los  costes. Por tanto, en discusiones sobre renta y
bienestar, tanto en términos absolutos como relativos, las afirmaciones acerca de los
precios de exportación y acerca de las relaciones de intercambio de sus productores
son erróneas a menos que se complementen con informes acerca de los costes; este
punto se desarrollará más ampliamente en el apartado 4 de este capítulo.
    
    Caben consideraciones básicamente semejantes cuando el volumen de
exportaciones cambia mucho. En los años iniciales del siglo, se exportaban
anualmente desde Malaya y las Indias orientales holandesas (la actual Indonesia)
algunos miles de toneladas de caucho de plantación a precios muy altos. Hacia los
años veinte el precio había disminuido mucho, pero las exportaciones anuales eran
de centenares de miles de toneladas, con un impacto mucho mayor sobre la renta y
el bienestar. Aproximadamente lo mismo se puede aplicar a la historia de las
principales cosechas de exportación de África, tanto oriental como occidental, desde
principios del siglo XX.
    
    Las referencias a los cambios de los precios de importación de los productos
manufacturados a lo largo de un amplio período son de escasa significación, incluso
para un solo país, debido a la naturaleza Heterogénea y cambiante de las

190
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

importaciones manufacturadas y a los cambios de calidad. Los precios de


importación generalmente se confeccionan dividiendo el valor total por el peso o
número de elementos importados. Este método, o bien ignora los cambios totales de
calidad y variedad, o sólo tiene en cuenta este factor de forma imperfecta. Estas
limitaciones se refieren básicamente a discusiones acerca de los precios de
importación del mundo subdesarrollado en conjunto, esto es, de más de la mitad de
todo el mundo; sin duda, la agregación y el promedio a este nivel tienen escasa
significación.
    
     La significación de los defectos de esta clase de agregación se ve aumentada .por
los cambios de composición y calidad de las importaciones de los países
subdesarrollados. En décadas recientes han aparecido muchos productos
enteramente nuevos entre las importaciones de los países subdesarrollados,
incluyendo nuevos productos técnicos, nuevos bienes de consumo duradero y una
amplia gama de nuevos productos químicos, siendo quizá los antibióticos la parte
más importante de los mismos. Algunos de estos nuevos productos han mejorado
mucho la vida en muchos países subdesarrollados. Además, el rendimiento y la
calidad de muchos productos corrientes de importación ha cambiado tanto en los
últimos cincuenta años que puede decirse que sólo tienen igual el nombre.
Locomotoras, coches, autobuses y equipo para remoción de tierras son ejemplos
obvios de productos que han cambiado de forma irreconocible desde la primera
guerra mundial.
    
    La mejora de calidad de los productos manufacturados importados generalmente
no se registra en las estadísticas de importación; la aparición de productos
enteramente nuevos no queda reflejada en los cálculos de las variaciones de las
relaciones de intercambio. [223] 
    
     La aparición de nuevos productos sólo constituye un ejemplo de los numerosos
cambios en la composición de las importaciones (o exportaciones) de un país.
Todos estos cambios, que ocurren por supuesto totalmente al margen del desarrollo
de nuevos productos, complican mucho la medición de las variaciones de las
relaciones de intercambio.  Complican aún más la interpretación de las variaciones
de las relaciones de intercambio en su medición convencional. Por tanto, un
deterioro aparente de las relaciones de intercambio puede no reflejar otra cosa que
una desviación en la composición de las importaciones hacia variedades o
categorías de bienes más caros, cambio que quizás haya sido inducido por
reducciones de sus precios en relación con los de las variedades o categorías
desplazadas. Si bien puede que se hayan deteriorado las relaciones de intercambio
tal como se miden, la capacidad de compra de una unidad de exportaciones puede
que haya aumentado o haya permanecido invariada.
    
     Pueden producirse cambios en la composición de las importaciones como
resultado de las políticas del gobierno introducidas por varias razones sociales,

191
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

políticas o ideológicas. Por ejemplo, en los países subdesarrollados se ha dado un


desarrollo generalizado de políticas proteccionistas con la finalidad de estimular la
implantación o crecimiento de actividades manufactureras en sustitución de
importaciones. Tales políticas tienden a cambiar la composición de las
importaciones de un país; por ejemplo, tienden a incrementar la parte de materias
primas, componentes y equipo en las importaciones totales, en relación al total de
productos manufacturados. También tienden a cambiar la composición de las
exportaciones, puesto que no todas las actividades de exportación se verán
igualmente afectadas por los precios más altos de los bienes protegidos o por la
desviación de recursos para su producción. Por tanto, tales políticas pueden dar
lugar a una mejora o a un deterioro de las relaciones de intercambio medidas
convencionalmente. No es válido entonces suponer que el deterioro de las relaciones
de intercambio en su medición convencional sea el resultado de cambios adversos
en las condiciones externas del mercado. Generalmente no puede determinarse sin
ambigüedad el impacto de las políticas del gobierno en las relaciones de
intercambio. Sin embargo, a veces la dirección del impacto queda clara, como en
ciertas formas de control de importaciones. Por ejemplo, a principios de 1967 las
radios o transistores importados por Nigeria procedentes del Japón pudieron
venderse a un precio inferior en un 15 por ciento a los aparatos europeos. Sin
embargo, las importaciones procedentes del Japón han tenido que ser restringidas
por el gobierno nigeriano (como resultado de presiones por parte de ciertos
importadores africanos cuyos contactos comerciales no se extendían hasta el Japón).
Esta restricción empeoró las relaciones de intercambio de Nigeria más de lo que
hubiese sido en otras circunstancias. Los gobiernos de muchos países
subdesarrollados restringen las importaciones de origen a bajo coste por variadas
razones políticas e ideológicas. Estas consideraciones ilustran, de nuevo, las
limitaciones de las discusiones generales acerca de las relaciones de intercambio de
los países subdesarrollados y también la falta de homogeneidad de intereses entre la
gente de cualquier país.
    
    Un punto más debe señalarse. En la medida en que se considere que las
variaciones de las relaciones de intercambio reflejan cambios de la renta o bienestar
de un país, se deja fuera de consideración un tipo de variación adicional relevante.
En muchos países subdesarrollados existen impuestos sobre las compañías
extranjeras y sobre las exportaciones de materias primas, incluyendo las royalties
petrolíferas. Estos impuestos sirven para incrementar los ingresos de estos países
procedentes de sus exportaciones. Los incrementos del nivel de tales impuestos son
semejantes a mejoras de las relaciones de intercambio en sus efectos sobre los
ingresos de divisas (si bien sus efectos a plazo más largo pueden ser perjudiciales
por desalentar la inversión extranjera y el fomento de la búsqueda de fuentes de
oferta sustitutivas o alternativas). Sin embargo, estas mejoras generalmente no se
reflejan en las relaciones de intercambio medidas en forma convencional.
    

192
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

     Por tanto, las variaciones de las relaciones de intercambio en su medición


convencional no sirven como base fiable para un debate o una política económica
sensata. Esta conclusión es aplicable incluso a las argumentaciones basadas en
variaciones de las relaciones de intercambio factoriales, y es aplicable con mucha
mayor fuerza en argumentos basados en variaciones de las relaciones de
intercambio de productos, a las cuales se limita la mayor parte de la controversia
actual y en la que se basan la mayoría de las políticas propuestas.
    
     En los debates acerca de la situación del mundo subdesarrollado, las
proposiciones sobre sus relaciones de intercambio se asocian a menudo con
afirmaciones acerca de la participación de los países subdesarrollados en el
comercio mundial. Como se explicará más adelante, las referencias no cualificadas
a los cambios en la participación de un país, o una región o grupo de países, en el
comercio total, tienen escasa significación. Sin embargo, a la vista de las
alegaciones de la UNCTAD sobre este tema, vale la pena señalar que la
participación del mundo subdesarrollado en el comercio mundial total ha crecido y
no disminuido en el último medio siglo. De acuerdo con las estadísticas recogidas
por P. Lamartine Yates en su estudio en gran escala, Forty Years of Foreign Trade,
[224]   la participación de los tres continentes más pobres, América latina, África y
Asia (excluyendo Japón) en las exportaciones mundiales totales (excluyendo los
países comunistas), se incrementó de un 23 por ciento aproximadamente en 1913 a
cerca de un 28 por ciento en 1953. Si se consideran únicamente las materias primas
(que constituyen los 9/10 de las exportaciones del mundo subdesarrollado), la
participación de estos países en las exportaciones totales se incrementó aún más
durante este período, pasando de un 36 por ciento a cerca de un 49 por ciento.
Durante este largo período el mundo subdesarrollado ganó y no perdió terreno en el
comercio mundial.
    
    El conocido informe del GATT Trends in International Trade [225] indica que la
participación de los países no industriales en las exportaciones globales mundiales
era prácticamente la misma en 1928 y 1957, con cerca de un 30 por ciento del total
mundial. Esta conclusión resulta particularmente notable a la vista de las políticas
inflacionistas y proteccionistas de muchos países subdesarrollados. Tanto 1928
como 1957 fueron años de elevada actividad económica en general, lo cual añade
fuerza a la comparación. [226] 
    
    4. RELACIONES DE INTERCAMBIO: CUESTIONES DE
CONCEPTO Y ANÁLISIS
    
     Las alegaciones en el sentido de que las relaciones de intercambio de los países
subdesarrollados son desfavorables y que se deterioran de forma persistente, han
sido durante casi dos décadas [227]  un tema principal de las publicaciones de las
Naciones Unidas. Fue el asunto preeminente de la literatura de la Comisión

193
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

Económica para América Latina; el doctor Prebisch, como se recordará, fue


secretario ejecutivo de la CEPAL durante muchos años, hasta que se convirtió en
secretario general de la UNCTAD.
    
     Las bases conceptuales, analíticas y empíricas de estas afirmaciones no son
válidas; sus defectos se han expuesto repetidamente en la literatura técnica.[228] 
Con todo, siguen siendo importantes en el informe Prebisch y en otros lugares de la
literatura de la UNCTAD. Son una de las bases fundamentales de las propuestas de
la UNCTAD. Disfrutan de una influencia generalizada, básicamente como resultado
de la persistente propaganda y de la pura repetición. Hace falta una exposición
sistemática de esos puntos.
    
    Lo oportuno para un tratamiento válido de los efectos de las alteraciones en las
relaciones de intercambio sobre las rentas, niveles de vida, bienestar y desarrollo, es
el concepto de relaciones de intercambio factoriales. [229]  Este concepto, que tiene
en cuenta los cambios de costes de producción, indica el volumen de importaciones
que pueden comprarse con el producto de una unidad de recursos del país
exportador. Una disminución de los precios de exportación en relación a los precios
de importación es compatible con una mejora de las relaciones de intercambio
factoriales si el coste de producción de las exportaciones ha disminuido más que el
precio de las importaciones. La literatura de la UNCTAD sólo se refiere a relaciones
de intercambio de productos. No se tratan las relaciones de intercambio factoriales,
lo cual es una omisión crucial.
    
    Con excepción de períodos muy cortos, las relaciones de intercambio factoriales
normalmente mejoran para todas o casi todas las partes comerciantes. Las
alteraciones en las relaciones de intercambio de productos son análogas a juegos de
suma cero en los que las ganancias y pérdidas se compensan. Los cambios de las
relaciones de intercambio factoriales son más parecidos a la actividad económica en
general, la cual normalmente beneficia a todos los participantes directos.
    
    También atañen a la conexión de las relaciones de intercambio con el bienestar
económico las variaciones del volumen total de comercio y las causas de tales
cambios. Aun cuando se hayan deteriorado las relaciones de intercambio factoriales,
corregidas por cambios de calidad, el bienestar económico de la gente de los países
exportadores puede mejorar si se da un gran incremento del comercio total. Un
ejemplo familiar es el de la expansión de una industria, a partir de modestos
comienzos, a una actividad en gran escala bajo el estímulo de elevados precios
iniciales.
    
    Las referencias a relaciones de intercambio desfavorables son, en sí mismas, sin
sentido. Las relaciones de intercambio sólo pueden ser desfavorables en el sentido
comparativo de ser menos favorables que en algún otro momento. Queda claro a
partir de esta consideración elemental que el tratamiento de las relaciones de

194
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

intercambio y de las variaciones de estas relaciones se ve fundamentalmente


afectado por el período base escogido. Arios base distintos dan lugar a resultados
distintos (y lo mismo ocurre con los cambios en la cobertura de país o producto en
la discusión).
    
    Una amplia uniformidad (o al menos importante semejanza de experiencia) entre
los componentes de los grupos cuya situación se examina es condición del interés y
significación de las referencias a alteraciones de las relaciones de intercambio de
grupos distintos. La agregación y promedio de experiencias ampliamente distintas
da lugar a resultados en gran parte sin sentido. Cuanto más heterogénea sea la
composición del grupo y más dispar su experiencia, tanto menos significativas son
las conclusiones. Esta consideración resulta claramente oportuna para la experiencia
comercial del mundo subdesarrollado, grupo que incluye a más de la mitad de la
población mundial. [230] 
    
     Las ambigüedades y problemas conceptuales que acabamos de señalar se ven
potenciados y complicados en las discusiones acerca de la probable tendencia futura
de las relaciones de intercambio. Tales discusiones generalmente se basan en
extrapolaciones de las alteraciones habidas durante determinados períodos en el
pasado. Mediante una prudente selección del período base para la extrapolación
prácticamente puede obtenerse cualquier resultado. Por si no fuese suficiente,
pueden desecharse, por ser sólo temporales, las alteraciones que contradigan a una
determinada previsión, mientras que las alteraciones que la apoyan se pueden aducir
como confirmación.
    
    Hasta ahora la discusión en esta sección ha versado sobre el supuesto deterioro de
las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados. Las alegaciones de que
la participación del mundo subdesarrollado en el comercio mundial muestra una
disminución a largo plazo que es además probable que continúe, y que tal
disminución es perjudicial, también se hallan sometidas a una crítica radical.
    
    Para empezar, como hemos señalado en la sección anterior, no se ha dado una
disminución a largo plazo de la participación del mundo subdesarrollado en el
comercio mundial total. Pero aunque se hubiese dado esa disminución, no podría ser
tratada de forma sensata sin analizar las condiciones económicas internas, y
especialmente las políticas económicas internas de los países a examen, puesto que
estas cuestiones influyen directa y necesariamente en el volumen de comercio
exterior de estos países y, por tanto, en su participación en el comercio mundial.
    
    Es más, la participación de una región en el comercio mundial a menudo cambia
por razones ajenas que no afectan su prosperidad. Por supuesto que la participación
de una región en el comercio mundial total puede declinar, y a menudo lo hace,
como resultado de acontecimientos que afectan favorablemente a su prosperidad. En
años recientes la prosperidad de Europa occidental y del Japón dio lugar a que

195
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

disminuyera la participación en la producción y comercio mundiales de muchos


países y áreas cuyo nivel de renta se beneficia del rápido progreso de aquellas áreas.
    
    Por tanto, ni referencias generales a cambios en la participación de un país o de
un grupo de países, en el comercio mundial, ni estadísticas sin analizar sobre este
tema, pueden servir como base válida para la discusión o la política.
    
    5. EL DETERIORO SUPUESTAMENTE PERSISTENTE DE LAS
RELACIONES DE INTERCAMBIO DE LOS PRODUCTORES
PRIMARIOS
    
     Las bases analíticas para la sugerencia de un deterioro persistente de las
relaciones de intercambio de los países subdesarrollados, tal como hemos señalado,
se deduce de una supuesta baja elasticidad de renta de la demanda de productos
primarios; [231]  el incremento de la población en los países productores primarios;
el progreso técnico por el que se economizan materias primas en los procesos
manufactureros y se amplía el uso de sustitutivos; y el predominio de sindicatos y
de monopolios en las industrias exportadoras de los países desarrollados. Estos
argumentos son inconsistentes.
    
     a) Una baja elasticidad de renta de la demanda (menor que uno) no implica de
por sí un deterioro de las relaciones de intercambio, siempre y cuando no sea
negativa (menor que cero). Se confunden muchas veces las implicaciones de una
baja elasticidad de renta de la demanda con las de una elasticidad de renta negativa.
La elasticidad de renta de la demanda mundial de materias primas ciertamente no es
negativa. Resulta improbable incluso que sea baja para las principales exportaciones
de los países subdesarrollados. Las más importantes de estas exportaciones son
materias primas tales como petróleo, caucho y cobre, para los que la elasticidad de
renta de la demanda mundial es improbable que sea baja. Sin duda es alta (casi con
certeza bastante mayor que uno) para los productos petrolíferos que son con mucho
la exportación individual más importante de los países subdesarrollados: constituyen
la mitad de la exportación total de mercancías de los países subdesarrollados, o la
mitad de los productos primarios exportados por ellos, y más de cuatro veces el
valor de la siguiente exportación en importancia. También resulta improbable que
sean muy bajas las elasticidades de renta de la demanda mundial de productos
alimenticios tan de lujo como el café, el cacao y el té, que son exportaciones
importantes de los países subdesarrollados. La sugerencia de una elasticidad de
renta de la demanda generalmente baja para las exportaciones de los países
subdesarrollados descansa en la identificación injustificada de las exportaciones
totales de los países subdesarrollados con las exportaciones de productos
alimenticios corrientes para los cuales se piensa que la elasticidad de renta de la
demanda es baja para altos niveles de renta. [232] 
    
     Resulta dudoso que la elasticidad de renta de la demanda mundial para

196
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

exportaciones de los países subdesarrollados sea más baja que la de sus


importaciones, la cual, que yo sepa, no ha sido medida. Ya hemos dado razones del
porqué es improbable que sea baja la elasticidad de renta de la demanda de sus
exportaciones; comparándola con la elasticidad de renta de su demanda de
importaciones debería recordarse que una gran proporción de las importaciones de
productos manufacturados por los países subdesarrollados se halla estrictamente
controlada y consiste en productos considerados esenciales por algún criterio u otro.
    
    La dirección del movimiento de las relaciones de intercambio de bienes de los
países subdesarrollados como grupo depende de la tasa de crecimiento de la
demanda de sus exportaciones en comparación con la tasa de crecimiento de la
demanda de importaciones; y las tasas de crecimiento de estas demandas dependen
de las tasas de crecimiento de la renta agregada multiplicada por las elasticidades de
renta de las respectivas demandas. [233] 
    
    Aun cuando la elasticidad de renta media de la demanda de exportaciones de los
países subdesarrollados sea menor que la elasticidad de renta media de su demanda
de importaciones (lo cual, como hemos argumentado, resulta dudoso), sus relaciones
de intercambio de bienes sólo se deteriorarán con seguridad si sus rentas crecen tan
rápidamente como las de los países desarrollados.
    
    Sin embargo, la queja más corriente es que en conjunto sus rentas crecen con
menor rapidez. Las relaciones reales de intercambio del mundo subdesarrollado se
deteriorarán si la relación entre la tasa de crecimiento de la renta agregada de los
países desarrollados y la tasa de crecimiento de la renta agregada de los países
subdesarrollados es menor que el cociente de la elasticidad de renta de la demanda
de exportaciones de los países desarrollados por los países subdesarrollados
respecto a la elasticidad de renta de la demanda agregada de exportaciones de los
países subdesarrollados por los países desarrollados; y mejorarán si la relación entre
estas ratios es la inversa [234]  Como acabamos de señalar, no existe evidencia
empírica acerca de las elasticidades de renta medias de la demanda correspondientes
a exportaciones e importaciones agregadas de los países subdesarrollados. Ni parece
probable que se disponga de dicha evidencia en un futuro próximo. Pero aunque se
dispusiese de ella, sería en gran parte inútil, al menos por dos razones.
    
     En primer lugar, sería inútil porque lo que importa a efectos de desarrollo y
bienestar son las relaciones de intercambio factoriales y no las relaciones de
intercambio de productos.
    
     En segundo lugar, las referencias a las elasticidades de renta de la demanda
mundial total de importaciones y exportaciones de todos los países subdesarrollados
implican la agregación y promedio de elementos tan distintos que ninguna
conclusión tiene sentido excepto la afirmación, que puede hacerse con total
confianza, de que la elasticidad de renta de la demanda mundial total para

197
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

exportaciones del mundo subdesarrollado no es negativa. Con todo, esta condición


es la única que de por sí implicaría un deterioro de las relaciones de intercambio de
productos de los países subdesarrollados a lo largo de un período de elevación de
las rentas medias mundiales.
    
     b) Es probable que la población de los países subdesarrollados continúe
creciendo rápidamente. La renta real per capita en países con oferta de tierra
limitada pueden verse afectadas desfavorablemente por un rápido incremento en la
población. Pero este efecto es distinto de alteraciones desfavorables de las
relaciones de intercambio. [235] 
    
     Un incremento de la demanda mundial total, tanto de materias primas como de
productos manufacturados, determinado por un aumento de la población mundial y
por una renta agregada mundial más elevada, es muy probable que favorezca en vez
de perjudicar a aquellos países subdesarrollados que producen y exportan productos
mineros y agrícolas, porque tenderá a incrementar la escasez comparativa de estos
bienes. [236]  Los favorables efectos de una mayor población mundial y de las
rentas más elevadas sobre las relaciones de intercambio tanto factoriales como de
productos de las exportaciones de productos primarios se verán reforzados si el
incremento de la producción total de bienes manufacturados reduce su coste y
mejora su calidad por la actuación de los rendimientos crecientes.
    
    c) El progreso técnico normalmente afecta a las relaciones de intercambio y los
niveles de vida de los países subdesarrollados en forma exactamente opuesta a la
prevista generalmente en el informe Prebisch y en la literatura de la UNCTAD. El
cambio técnico puede muy bien reducir la cantidad de materias primas precisas en
general en el proceso productivo; pero también reduce el coste real de los bienes
que importan los países subdesarrollados. [237]  El progreso técnico ha sido un
factor importante en el progreso material de los países desarrollados, en el enorme
incremento resultante de la demanda mundial de las exportaciones de los países
subdesarrollados y en la amplia expansión de la variedad y calidad de las
exportaciones de bienes manufacturados que se hallan a su disposición.
    
     Puede que existan varias razones para la insistencia de los representantes de la
UNCTAD en los supuestos efectos perjudiciales para los países subdesarrollados
del progreso técnico de Occidente, especialmente el desarrollo de productos
sintéticos. Entre esas razones puede incluirse la familiar asimetría de percibir los
resultados y elementos competitivos de los fenómenos económicos al tiempo que se
ignoran sus aspectos complementarios. También pueden reflejar la práctica de la
agregación inapropiada de tratar el mundo desarrollado como una entidad
homogénea en términos generales, de forma que cualquier experiencia adversa
(verdadera o falsa) de cualquier pequeña parte puede considerarse como
representativa de las peripecias de los países subdesarrollados.
    

198
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    d) A menudo se argumenta que la situación de los países subdesarrollados se ve


debilitada no sólo por una supuesta baja elasticidad de renta de la demanda de sus
productos de exportación, sino también por una baja elasticidad de precio de la
demanda (esto es, una falta de respuesta comparativa de la demanda a cambios de
precio). Sin embargo, es difícil reconciliar las afirmaciones de que la elasticidad de
precio de la demanda sea baja con las afirmaciones de que el desarrollo de
sustitutivos sintéticos por los países desarrollados es importante: la presencia de
sustitutivos va en favor de elasticidades de precio relativamente altas. Es más, una
baja elasticidad de precio de la demanda no es necesariamente una desventaja
económica. Es cierto que si la elasticidad de precio es baja, un incremento de oferta
como puede ser una cosecha excepcionalmente abundante, dará lugar a una caída
del precio más que proporcional y por tanto reducirá los ingresos totales por debajo
de los que puedan obtenerse con una oferta menor. Pero lo contrario también es
correcto, con elasticidad de precio baja, una oferta menor da lugar a ingresos más
elevados. Una baja elasticidad de precio da lugar a oportunidades para incrementar
los ingresos totales de exportación mediante el ejercicio de un control sobre la
oferta de exportaciones. Los gobiernos actuando mancomunadamente pueden
incrementar las ganancias de exportación —y simultáneamente ahorrar recursos
internos— mediante la imposición de impuestos a la exportación o restringiendo la
oferta de otras formas, como se hace, con varios grados de éxito, con los actuales
esquemas internacionales de control de bienes. Estas oportunidades no existen allí
donde la demanda de un producto tiene una elevada elasticidad de precio.
    
     e) La sugerencia de que las condiciones monopolistas de los países
desarrollados, bien sea en los mercados de trabajo o en los de productos, dan lugar
al deterioro a largo plazo de las relaciones de intercambio de los países
subdesarrollados, es superficial. En primer lugar, resulta dudoso que hoy existan
monopolios o cárteles mundiales efectivos de exportadores de bienes
manufacturados (para ser efectivos tales monopolios deberían ser a escala mundial);
hay una gran diversidad de oferta prácticamente de todas las exportaciones
manufacturadas. Puede que hayan existido casos aislados de monopolios o cárteles
mundiales efectivos de determinadas exportaciones manufacturadas, pero su
impacto en las relaciones de intercambio del mundo subdesarrollado, incluso en el
pasado, habían sido insignificantes. Pero el razonamiento de la UNCTAD, de que
los monopolios en las industrias de exportación de los países desarrollados han
servido para provocar un deterioro persistente de las relaciones de intercambio del
mundo subdesarrollado, se ve expuesta a una objeción más importante. La presencia
de monopolios en los países desarrollados no serviría en sí misma para provocar un
deterioro a largo plazo de las relaciones de intercambio del mundo subdesarrollado.
Tal efecto requeriría un incremento del alcance o eficacia del poder del monopolio a
lo largo del tiempo. No se ha aportado ninguna evidencia de dicha tendencia: a
primera vista existe mayor evidencia en contra.
    

199
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    Para empezar, si bien es cierto que los gobiernos de los países desarrollados
tienden a ser menos hostiles hacia los cárteles de exportación que a los cárteles en
el mercado interior, la creciente hostilidad hacia los cárteles interiores ha debilitado
aún más la actuación y eficacia de cualquier cártel o monopolio de exportación (en
contraposición al fomento de acuerdos sobre productos que cubren las
exportaciones de productos primarios por los países subdesarrollados y otros
acuerdos preferenciales para sus exportaciones). Si bien, en cada país desarrollado,
hay industrias manufactureras altamente concentradas, no existe evidencia de que el
alcance de la elevada concentración se haya incrementado a lo largo de décadas; en
los Estados Unidos, donde existen estimaciones fiables para el último medio siglo o
más, la concentración en el sector industrial parece que ha disminuido. Lo que
probablemente es la influencia más importante en este contexto es que la
proliferación de industrias manufactureras en el mundo desarrollado así como en
algunos países subdesarrollados ha supuesto que los países importadores han tenido
progresivamente un acceso más amplio a fuentes alternativas de oferta, tendencia
que se ha visto reforzada por mejoras en el transporte y las comunicaciones de
modo que la acción de los monopolistas o cuasi-monopolistas en un país se ha
vuelto cada vez más ineficaz. La proliferación de las actividades manufactureras
también ha tendido a debilitar el efecto precio de los sindicatos nacionales en el
comercio internacional.
    
     En breve, se puede desechar que haya habido un incremento secular en el
alcance o eficaz explotación del poder monopolista en la oferta de bienes de los
países desarrollados a los subdesarrollados.
    
    6. LAS ESTADÍSTICAS DE LA UNCTAD SOBRE LAS
RELACIONES DE INTERCAMBIO
    
     ¿De qué forma concreta la literatura de la UNCTAD la inconsistente afirmación
de que las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados o productores
primarios han disminuido persistentemente?
    
     La forma más fácil de adoptar las estadísticas para mostrar un deterioro a largo
plazo o sistemático de las relaciones de intercambio consiste simplemente en omitir
los arios en que han mejorado, recurso frecuentemente empleado en las discusiones
de la UNCTAD. La pretendida disminución secular de las relaciones de intercambio
de los países subdesarrollados recibió por primera vez amplia publicidad en la
literatura de la ONU con base en una serie que empezaba hacia 1870 y terminaba en
1938; en el informe Prebisch y en la literatura de la UNCTAD se obtiene sobre
series que empiezan en 1950 y terminan en 1961. Entre 1938 y 1950 las relaciones
reales de intercambio de los productores primarios mejoró en casi 2/5, incluso sin
ninguna corrección por la mejora de calidad de los productos manufacturados.
Resulta fácil afirmar que las relaciones de intercambio de los productores primarios

200
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

siempre disminuyen si se omiten los años en los que han subido.


    
    Totalmente al margen de la no consideración de los correspondientes cambios de
precios entre 1938 y 1950, también es digna de mención la elección de 1950 como
punto de partida de una tendencia. Este fue el primer año del boom coreano, cuando
los precios de las materias primas crecieron enormemente como resultado de la
acumulación de stocks. Por tanto, se podía esperar una posterior caída relativa; el
período 1950-1961 no puede usarse legítimamente como base para una
extrapolación, aparte totalmente del hecho de que es demasiado corto para servir
como base para una discusión acerca de tendencias a largo plazo.
    
     La injustificada omisión de algunos productos de la lista de importaciones y
exportaciones considerada también sirve para llegar a la conclusión apetecida; por
ejemplo, en el informe Prebisch los productos petrolíferos se omiten de los cálculos
de las relaciones de intercambio (y de la participación de los países
subdesarrollados en el comercio mundial), sin ninguna aclaración. [238]  Con todo,
los productos petrolíferos suponen la exportación más importante del mundo
subdesarrollado y su volumen ha crecido enormemente desde la segunda guerra
mundial. Este enorme incremento, junto con la tributación mucho mayor de las
empresas petrolíferas de propiedad extranjera, ha beneficiado enormemente a estos
países.
    
    En la literatura de la UNCTAD cualquier movimiento adverso de las relaciones
de intercambio de los países subdesarrollados se considera permanente o con
probabilidades de anunciar un deterioro ulterior, mientras que cualquier mejora se
trata como temporal. [239]  Hacia 1964, fecha de la primera UNCTAD, los precios
de las materias primas habían subido desde 1961 respecto a los productos
manufacturados; este movimiento o se pasa por alto o se menciona con probabilidad
de ser únicamente temporal.
    
     Con el fin de dar un significado a esa discusión sería preciso fijar un límite
temporal para la tendencia, puesto que presumiblemente tiene que llegar a término
al tiempo que las relaciones de intercambio se aproximan a cero, cuando el mismo
comercio llegaría también a su final. Tales límites no se especifican en esta
literatura. Leyendo la literatura de la UNCTAD (como la mayoría de la literatura
contemporánea en este campo) se tiene la impresión de que los precios de las
materias primas siempre descienden y nunca suben, de forma que parece
sorprendente que el comercio de materias primas continúe y asombroso que su
volumen se halle actualmente a niveles récord.
    
     En resumen, es falsa la afirmación de una disminución a largo plazo de las
relaciones de intercambio para los productores primarios o países subdesarrollados.
Los conceptos utilizados en las discusiones de la UNCTAD prácticamente no tienen
sentido y el análisis no es válido. La evidencia empírica resumida en las series

201
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

estadísticas de las publicaciones oficiales de las Naciones Unidas, tales como el


Statistical Year Book, demuestran que estas afirmaciones se oponen a la verdad.
    
    7. PRECURSORES DE LAS IDEAS DE LA UNCTAD 
    
    Algunas de estas ideas y métodos sobre el tema de las relaciones de intercambio
de los productores primarios fueron adelantadas en la literatura de la ONU antes del
establecimiento de la UNCTAD, si bien de forma menos descarada.
    
    La supuesta disminución secular de las relaciones de intercambio de los países
subdesarrollados se discutió ampliamente en el informe ya mencionado de la ONU,
Relative Prices of Exports and Imports of Underdeveloped Countries. El
razonamiento se basaba en parte en los cambios de los precios relativos de las
materias primas y productos manufacturados en el comercio mundial entre 1876-
1880 y 1938, y también en los cambios de los precios de las importaciones y
exportaciones británicas (consideradas como típicas de productos primarios y
manufacturados) a lo largo del mismo período. Estas alteraciones se toman como
evidencia de una disminución secular de las relaciones de intercambio de los
productores primarios, lo que a su vez se considera como evidencia de una
disminución de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados. Los
defectos y falacias directas de este razonamiento se han señalado a menudo en la
literatura. [240] 
    
     Estas estadísticas ignoran los precios de importación y exportación y la gran
disminución de los costes del transporte por tierra y mar, que durante varias décadas
superó de forma apreciable la caída de los precios de las importaciones británicas,
de forma que los precios locales de los productos primarios aumentaron mientras
bajaban sus precios en ultramar. De forma parecida, el coste de las importaciones
cayó en los países productores primarios. Por tanto, las relaciones de intercambio de
los productores primarios mejoraron durante este período.
    
    Las importaciones británicas durante este período no fueron en general
representativas de productos primarios, mucho menos que las exportaciones
procedentes del actual mundo subdesarrollado. Por ejemplo, el grueso de las
importaciones británicas hacia 1870 provenía de Norteamérica, Europa,
Escandinavia y Australia. Muchos de los actuales países subdesarrollados o bien no
tenían comercio internacional hacia 1870 o sólo una cantidad insignificante; en
aquella época no había en absoluto exportaciones de caucho de plantación o de
productos petrolíferos, ni de productos agrícolas cultivados o de minerales
procedentes de África.
    
     Se dispone de los precios de las importaciones y exportaciones británicas desde
1801; la relación de precios fue de lo más favorable para los productos primarios
hacia 1870, mucho más que en períodos anteriores, de forma que una disminución
del nivel respecto a 1870 no mide una tendencia secular. Durante el siglo XIX en su

202
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

conjunto hubo una importante elevación de esta relación en favor de los precios de
los productos primarios, aun sin considerar los cambios de los costes de transporte.
Si se hubiese escogido como base 1900, las relaciones de intercambio presentadas
en estas estadísticas hubieran mostrado una gran mejora en el curso del siglo XIX.
    
    A menudo se ha señalado en la literatura técnica, especialmente por parte del
profesor Theodore Morgan, que los países productores primarios son demasiado
heterogéneos como grupo para una agregación sensata, menos aún cuando se basa
en los índices de precios de importación británicos; que las estadísticas disponibles
no muestran ningún empeoramiento general a largo plazo ni siquiera en las
relaciones de intercambio de bienes de los productores primarios, dejando aparte
sus relaciones de intercambio factoriales; que a lo largo de los últimos cien años, en
la mayoría de países para los que se dispone de estadísticas, las relaciones de
intercambio de bienes entre productos primarios y productos manufacturados se
movieron de forma diferente en distintas épocas; y que en los pocos casos de
tendencia continua ésta se produce en favor de los productos primarios (por
ejemplo, para Nueva Zelanda entre 1860 y 1950 y también en ciertas series referidas
a la agricultura americana en la mayor parte de los últimos cien años); que debido a
la gran diversidad de países subdesarrollados y a la preeminencia de un número
relativamente pequeño de productos entre las exportaciones de los países concretos,
las relaciones de intercambio de cada país a menudo se mueven de forma muy
diferente a lo largo del mismo período; que son las relaciones de intercambio
factorial y no las de bienes las significativas para el desarrollo económico y para el
bienestar económico; y que incluso este concepto se ha de completar con
información acerca de los cambios en la composición y calidad de las importaciones
y cambios del volumen total de comercio.
    
     Estas críticas fundamentales a las afirmaciones de la ONU acerca del
decrecimiento de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados
fueron publicadas varios años antes del informe Prebisch. Pero se ignoran en la
literatura de la UNCTAD, que repite y por supuesto mezcla los defectos de las
publicaciones iniciales. Técnicas tales como el olvido de los productos petrolíferos y
la total omisión de períodos en que las relaciones de intercambio de los productores
primarios mejoraron mucho (1938-1950), aclaran especialmente el método y
propósito de estos procedimientos.
    
    8. RELACIONES DE INTERCAMBIO Y PROGRESO
MATERIAL
    
     El supuesto de que las futuras relaciones de intercambio del mundo
subdesarrollado presentarán un descenso secular tampoco tiene fundamento.
    
    Aun en el caso de que la evidencia se recogiese y valorase mucho más cuidadosa
e imparcialmente, las conjeturas acerca del futuro movimiento de las relaciones de

203
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

intercambio para el mundo subdesarrollado en su conjunto serían infructuosas. Este


escepticismo se deriva no sólo de las inevitables incertidumbres, sino también de la
trascendental diversidad de condiciones y composición del comercio exterior de los
diferentes países subdesarrollados, y de los movimientos ampliamente distintos de
sus relaciones de intercambio factoriales y de productos.
    
    Sin embargo, se puede admitir una conjetura restringida. Debido al incremento
cierto de la población mundial en las próximas décadas, al virtualmente seguro
progreso técnico en la industria y al virtualmente cierto incremento de la renta total
mundial, es probable que aquellos países subdesarrollados que producen minerales
y especialmente productos agrícolas para la exportación experimentarán una mejora
de las relaciones de intercambio, tanto factoriales como de productos. Esta
posibilidad subraya la ironía de las actuales discusiones que predicen una escasez
mundial de alimentos y simultáneamente instan a los países subdesarrollados a
dirigir sus esfuerzos y recursos fuera de la agricultura y hacia la industria
manufacturera.
    
    Se puede señalar un punto más técnico. La literatura de la UNCTAD resalta la
importancia del déficit comercial o de divisas (que se dice que proviene en gran
parte de las adversas relaciones de intercambio) como obstáculo clave para el
desarrollo. Se dice que este obstáculo se halla superpuesto a un déficit de ahorro
que representa la diferencia entre la inversión necesaria para una tasa de desarrollo
aceptable y los ahorros internos disponibles. Aparte de la validez o significación del
concepto de déficit de ahorro (esto es, de la noción de que el ahorro potencial es un
estrangulamiento muy importante para el desarrollo), no existe a todos efectos una
sustancial significación práctica de la distinción entre los dos déficits. Ciertamente,
los principales argumentos y propuestas políticas de la UNCTAD no se ven
afectadas por esta distinción. Las importaciones obtenibles con los ingresos por
exportación de un país representan el resultado de la transformación de los recursos
productivos del país en valiosos bienes y servicios. La situación económica de un
grupo se mejora mediante cualquier cambio favorable de las condiciones en que los
recursos pueden convertirse en valiosos bienes y servicios y también se mejora si
recibe o descubre recursos adicionales y valiosos. Pero esta consideración se aplica
igualmente a la transformación de recursos por medio de la actividad interior o por
medio del comercio exterior. El énfasis en un déficit de divisas o comercial
constituye otro ejemplo de énfasis en la responsabilidad exterior por las dificultades
económicas de un país o por una tasa de desarrollo que se juzga inadecuada.
    
     Este largo examen del supuesto decrecimiento secular de las relaciones de
intercambio de los países subdesarrollados era necesario debido a la preeminencia
de este tema en la literatura de la UNCTAD y especialmente por su preeminencia
como base para las propuestas políticas de este organismo. No debería deducirse de
la extensión de la discusión que sea probable que los movimientos en las relaciones
de intercambio sean factores principales en las perspectivas de desarrollo de los

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

países subdesarrollados. Las relaciones de intercambio, en efecto, no están ligadas a


las principales causas de pobreza del mundo subdesarrollado. Resultaría ocioso
pensar que cualquier posible cambio de las relaciones de intercambio de los países
subdesarrollados pudiese afectar de forma sustancial a estas fuerzas subyacentes.
[241] 
    
    9. PARTICIPACIONES EN EL COMERCIO MUNDIAL
    
     Muchas de las críticas a las afirmaciones de la ONU-UNCTAD acerca de las
relaciones de intercambio de los países subdesarrollados también tienen aplicación a
los debates de esta literatura acerca del supuesto decrecimiento de la participación
del mundo subdesarrollado en el comercio mundial. La participación de un país o de
un grupo de países en el comercio mundial total puede cambiar, y a menudo lo
hace, sin afectar de forma sustancial a su situación o perspectivas económicas. Por
ejemplo, puede disminuir, y a menudo así ocurre, como resultado de un incremento
del volumen de comercio entre otros países que no compiten con sus productos. Lo
que tiene importancia en este contexto son los cambios del volumen absoluto y no
de las participaciones relativas. Incluso los primeros tienen un significado muy
limitado sin el examen de los factores que hay detrás de estos cambios. El volumen
de exportaciones de un país puede disminuir por razones tan radicalmente distintas
como un incremento del consumo interno de productos que previamente se
exportaban (como resultado, por ejemplo, de una inflación interior), o la
introducción o intensificación de políticas proteccionistas en el país, o una
disminución de la demanda de exportaciones. Por ejemplo, la disminución de las
exportaciones de cacahuetes indios desde los años cuarenta refleja el incremento del
consumo interno de cacahuetes en una época en que la demanda mundial de aceites
y grasas se incrementó mucho. Las exportaciones de muchos países
subdesarrollados de América latina y Asia se han visto afectadas negativamente por
una combinación de inflación interna y de tipos de cambio sobrevalorados.
    
    La infundada y vacía sugerencia de una disminución de la participación de los
países subdesarrollados en el comercio mundial puede, pues, desecharse con
facilidad. El método utilizado en la literatura de la UNCTAD en este tema es
fundamentalmente semejante al empleado en discusiones acerca de las relaciones de
intercambio. Las afirmaciones se basan en gran parte en la experiencia de los años
que siguieron al boom coreano cuando, desde un nivel tan excepcional, lo menos
que cabía esperar era una baja a corto plazo. Como ya señalamos, el doctor
Lamartine Yates ha demostrado que la participación de los países subdesarrollados
en el comercio mundial no ha disminuido sino que se ha incrementado en las
últimas décadas. Una vez más, en algunas de las discusiones de la UNCTAD sobre
la participación de los países subdesarrollados en el comercio mundial se excluyen
los productos petrolíferos cuyas exportaciones se han incrementado enormemente
desde 1950. Es más, los años cincuenta vieron la reconstrucción de las economías

205
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de Europa occidental y la liberalización del comercio intereuropeo con el


consiguiente amplio incremento del comercio exterior de Europa. También se
produjo un gran incremento del comercio exterior del Japón. Estos acontecimientos
dieron lugar a una disminución de la participación de otros grupos en el comercio
mundial total. El volumen absoluto del comercio de los otros grupos se incremento,
pero menos que proporcionalmente respecto al de Europa occidental y el Japón.
[242]  Por tanto, como queda claro tras algo de reflexión, una disminución de la
participación de un grupo de países en el comercio mundial total no tiene en sí
misma ninguna implicación desfavorable rara el bienestar. Sin el análisis de las
circunstancias específicas, tal disminución no puede servir como indicador ni
siquiera de un cambio histórico en el bienestar económico, por no mencionar de las
perspectivas de desarrollo.
    
    10. LAS PRINCIPALES PROPUESTAS DE LA UNCTAD
    
     Las principales propuestas de la UNCTAD tienen como finalidad el incremento
de las entradas de divisas de los países subdesarrollados básicamente mediante la
ampliación de la ayuda exterior fomentando acuerdos sobre productos y eliminando
las barreras a la exportación de productos manufacturados de los países
subdesarrollados, así como concediendo preferencias a estas exportaciones tanto en
los países desarrollados como subdesarrollados. La ayuda exterior en el sentido de
donaciones intergubernamentales o de préstamos muy subvencionados se toma sin
más por necesaria. [243] 
    
     Ya he argumentado en el capítulo II que la ayuda exterior no es necesaria ni
suficiente para el progreso material. He afirmado además que esta política,
especialmente tal como ha funcionado desde la segunda guerra mundial, es probable
que retrase en vez de fomentar el progreso material de los países subdesarrollados,
particularmente cuando la ayuda se halla ligada a la implantación de la
planificación central global o a las dificultades de la balanza de pagos de los países
perceptores.
    
    La aproximación a la ayuda exterior de la literatura de la UNCTAD es mucho
más probable que retrase en vez de fomentar el desarrollo económico de los países
pobres. Esto sucede por varias razones: prevalece la idea de que las fuerzas
exteriores son responsables de la pobreza del mundo subdesarrollado y que el resto
del mundo debe unos medios de vida a estos países; la falta de consideración de las
capacidades, actitudes y valores de la gente y también de los contactos exteriores
como determinantes del desarrollo; el olvido de la diferencia entre los recursos
suministrados gratuitamente desde el extranjero y los producidos a nivel local; el
fomento de políticas que estimulan la fuga de capitales; la aceptación axiomática de
la necesidad de la planificación del desarrollo y la vinculación de la ayuda a la
misma; y la aceptación sin crítica del fetiche de la inversión, la creencia de que el
desarrollo está determinado básicamente por el gasto monetario en inversión y

206
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

también que implica necesariamente dificultades de pagos.


    
    Las implicaciones de la mayoría de estos defectos se han examinado en el
capítulo II. Pero parece útil señalar ciertos resultados probables de la sugerencia de
que el volumen de ayuda exterior preciso para el desarrollo debe calcularse una vez
habida cuenta de la salida de capital de los países perceptores. La aceptación de esta
sugerencia estimularía la puesta en práctica de políticas destinadas a provocar la
retirada y exportación de capital de los países subdesarrollados porque dicho capital
sería total o parcialmente privado mientras que la ayuda exterior le llega al estado.
Resulta obvio que la actuación del estado fomenta la fuga de capital mediante la
expropiación efectiva o la amenaza de la misma, la imposición de controles o de
fuertes impuestos y la discriminación contra el capital extranjero. La aceptación de
esta sugerencia estimularía todavía más tales políticas. También induciría a los
gobiernos a exagerar la salida de capital, puesto que supondría un incremento de la
ayuda exterior.
    
    En la literatura de la UNCTAD, los pagos de amortizaciones, intereses y
dividendos se consideran importantes cargas para los países subdesarrollados; estos
pagos reciben el nombre de drenajes o incluso de pérdidas. Se sugiere
repetidamente que estos pagos deberían ser renegociados o perdonados, lo cual es
un eufemismo para indicar la falta de pago, y también que la ayuda exterior debería
compensarse tanto por los pagos de amortización como por los de intereses y
dividendos. Este enfoque estimula las faltas de pago en obligaciones contractuales y
por tanto favorece una actitud desfavorable para el progreso material. El tenor de la
discusión también implica que los pagos de amortización, dividendos e intereses
representan pérdidas netas más que reembolso de recursos y ganancias por recursos
suministrados a estos países. 
    
    11. FINANCIACIÓN COMPENSATORIA
    
     Además de la ayuda rutinaria, la UNCTAD propone oficialmente una
"financiación compensatoria" para compensar las pérdidas de los países
subdesarrollados por el deterioro de estas relaciones de intercambio y para
compensarlos por la disminución de los ingresos por exportación por debajo de las
razonables expectativas de los gobiernos, especialmente las abrigadas al estructurar
los planes de desarrollo.
    
     Las discusiones actuales se limitan a las relaciones de intercambio de bienes y en
la práctica sólo contemplan su deterioro. Hay unas pocas observaciones fortuitas en
el sentido de que los pagos compensadores no deberían ser reembolsables si por
casualidad las relaciones de intercambio mejorasen después. Aquí hay campo para
manipulaciones ilimitadas. Mediante acertados cambios del período examinado o de
los bienes incluidos en el cálculo de las relaciones de intercambio, siempre es
posible pretender un deterioro.

207
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
     Otra forma de financiación compensatoria está encaminada a compensar una
reducción de los ingresos de divisas por debajo de expectativas razonables. En el
contexto, la idea de expectativa razonable es ambigua de por sí. [244]  Una
disminución de los ingresos de divisas siempre puede ser provocada por la política
del gobierno, por ejemplo mediante políticas monetarias y fiscales inflacionarias, lo
cual desanima las exportaciones 'y estimula las importaciones, además de fomentar
a veces una salida de capital. Cuanto mayor y más ambicioso sea el plan de
desarrollo, con mayor probabilidad disminuirán las ganancias de exportación por
debajo de unas expectativas razonables, particularmente en relación con el
cumplimiento del plan. Las proposiciones de la UNCTAD no consideran en ningún
momento la acumulación de reservas en las buenas épocas para prevenir
condiciones menos favorables, una norma elemental de confianza en sí mismo y de
prudencia.
    
     La discusión y defensa de la ayuda exterior por parte de la UNCTAD,
especialmente de la financiación compensatoria, se hallan estrechamente ligadas
con los cambios de las ganancias de divisas y de las relaciones de intercambio. Con
todo, aunque se considere deseable la ayuda exterior, no hay razón para adoptar
como criterio de ayuda el nivel de ganancias en divisas o las relaciones de
intercambio o las alteraciones de éstas. Existen otros fundamentos o criterios para la
concesión de ayuda que parecerían menos inapropiados, tales como los niveles
generales de vida o la política gubernamental global de los países perceptores.
Puesto que los países y grupos más pobres en el mundo subdesarrollado son los que
tienen menos o ningún contacto exterior, la asignación de ayuda con base en
criterios ligados al comercio exterior asegura que los más pobres no tengan derecho
a la misma. Aparte de centrar la atención en criterios irrelevantes, el hecho de ligar
cualquier parte sustancial de la ayuda a alteraciones de las relaciones de
intercambio o a disminuciones en las reservas de divisas de los perceptores también
desanima la acumulación de reservas de divisas.
    
    12. ACUERDOS SOBRE MERCANCÍAS
    
    Otra propuesta importante de la UNCTAD es el fomento de acuerdos sobre
mercancías para estabilizar, mantener y elevar los precios de exportación de los
productos primarios. Si bien se menciona a veces la estabilización, se deja en gran
parte sin definir este concepto bastante complejo. Queda claro, sin embargo, que lo
que se contempla no es la amortiguación de fluctuaciones alrededor de una
tendencia, sino el mantenimiento o elevación de precios por encima de lo que serían
en otro caso con el fin de mejorar las relaciones de intercambio de los países
subdesarrollados. Esta propuesta prevé de hecho otra forma de ayuda exterior en la
forma de transferencias de renta de los consumidores y países consumidores a los
países exportadores. Además de las varias objeciones a la ayuda exterior basadas en
criterios ligados al comercio exterior, esta propuesta también se halla abierta a

208
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

ulteriores críticas.
    
    Los gobiernos y productores que se benefician de tales acuerdos se escogen
arbitrariamente. No son ciertamente los países o grupos más pobres ni es muy
probable que los gobiernos y productores perceptores usen los fondos de la forma
más productiva; la selección de los consumidores a quienes se hace pagar precios
más altos también es en gran parte arbitraria. Es más, tales acuerdos generalmente
exigen una restricción organizada de la producción y de la ampliación de capacidad.
Estas medidas tienden a congelar el esquema productivo, a proteger a los
productores con costes más elevados y a restringir la proliferación de oferentes a
coste más bajo. También implican barreras de entrada en las actividades sometidas a
estas medidas, lo que a menudo pesa duramente sobre aquella gente que no tiene
una fuente alternativa y adecuada de renta líquida. Éstos no son detalles
administrativos de tono menor, sino importantes implicaciones de los acuerdos
sobre mercancías.
    
    13. RESTRICCIONES A LA IMPORTACIÓN DE PRODUCTOS
MANUFACTURADOS EXPORTADOS POR LOS PAÍSES
SUBDESARROLLADOS
    
    La UNCTAD urge a los países desarrollados para que eliminen o al menos
reduzcan sus restricciones a las importaciones de productos manufacturados
procedentes de los países subdesarrollados. Se dice que estas restricciones
perjudican sensiblemente las perspectivas de desarrollo de los países pobres al
recortar sus oportunidades comerciales y por tanto su capacidad de importación, y
también al restringir el tamaño del mercado de sus productos manufacturados,
obstruyendo, por tanto, las necesarias economías de escala.
    
    Existen en muchos países ricos importantes barreras bajo la forma de aranceles y
cuotas en contra de las exportaciones de productos manufacturados procedentes de
los países subdesarrollados. La altura de las barreras a menudo es mucho mayor de
lo que parece a primera vista. Las tarifas se expresan como porcentaje del valor del
producto elaborado. Si, como muchas veces ocurre, las importaciones de materias
primas entran libremente o con bajos tipos impositivos, un arancel aparentemente
moderado sobre los productos elaborados supone muchas veces un porcentaje muy
elevado del valor añadido en la elaboración y por tanto igualmente un elevado grado
de protección para estas actividades.
    
    Si bien la erección de estas barreras no significa que los países subdesarrollados
se vean perjudicados por la existencia de países desarrollados, las barreras
indudablemente afectan negativamente a las perspectivas de desarrollo de varios
países subdesarrollados, especialmente en Asia, y su progreso material se ve
retrasado en comparación al que se obtendría sin estos impedimentos al comercio.

209
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

Las barreras impiden o retrasan el desarrollo de actividades que en otras


condiciones serían económicamente viables y así afectan a la tasa de crecimiento de
la renta nacional. Lo que quizás es más importante es que impiden o retrasan el
desarrollo de contactos exteriores, que tantas veces han ayudado a fomentar
cambios favorables de actitudes, motivaciones, métodos de organización e
instituciones y que también han servido para fomentar la entrada de empresas y de
capital extranjero.
    
    La significación de estas barreras como obstáculos al desarrollo no debería, sin
embargo, sobrevalorarse, como se hace en la literatura de la UNCTAD. Su
eliminación total no afectaría de forma sustancial a las causas subyacentes de
pobreza en los países subdesarrollados, puesto que éstas son básicamente internas;
muchos países subdesarrollados no se ven afectados en absoluto por la presencia de
estas barreras. Más aún, las barreras no son insuperables, como demuestra el éxito
de Hong Kong y de Israel, que son destacados exportadores de ciertos productos
manufacturados a pesar de las barreras comerciales con que se enfrentan. El éxito
de los exportadores de estos países se caracteriza por el hecho de que ninguno de
los países tiene un amplio mercado interior ni tampoco importantes recursos
naturales. Sin duda, su éxito como países exportadores les permite importar
materias primas y contribuye al crecimiento de sus mercados interiores. Esta
secuencia confirma que en cualquier relación causal o funcional entre los
determinantes del desarrollo y el tamaño del mercado, este último es básicamente un
efecto o variable dependiente.
    
     La literatura de la UNCTAD ordena a los países desarrollados que no insistan en
la reciprocidad de los países subdesarrollados cuando reduzcan sus propias barreras
a los productos manufacturados procedentes de estos países. A estos últimos se les
ha de permitir o sin duda estimular para que protejan sus propias industrias. Se
aconseja tanto a los países desarrollados como subdesarrollados que concedan
preferencias a las importaciones de productos manufacturados procedentes de
países subdesarrollados. Se recomienda a los países subdesarrollados que intenten
establecer mercados comunes entre ellos con el fin de asegurar mercados más
amplios para sus productos manufacturados.
    
    Ordenando a los países desarrollados que reduzcan o eliminen las barreras contra
las exportaciones de productos manufacturados de los países subdesarrollados, la
literatura de la UNCTAD señala acertadamente que esa política beneficiaría a los
consumidores y a la economía de estos países en  conjunto, si bien perjudicaría
algunos intereses sectoriales. Esta argumentación en concreto sigue las líneas
familiares del librecambio.
    
     Pero la argumentación también es aplicable a los países subdesarrollados. Sin
embargo, la literatura de la UNCTAD contempla y propone el mantenimiento o el
incremento de barreras parecidas en los países subdesarrollados. Salvo en

210
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

circunstancias anormales (cuya existencia debería ser especificada), es improbable


que la producción manufacturera subvencionada en los países subdesarrollados
suponga la asignación más eficiente de sus recursos o el método más efectivo de
promover su crecimiento. Las implicaciones económicas de subvencionar la
producción manufacturera se ven oscurecidas por la costumbre de tratar la
producción como un añadido neto al flujo de renta, ignorando el coste de los
recursos absorbidos por la misma. [245] 
    
     La UNCTAD sugiere que los países subdesarrollados deberían conceder
preferencia a los respectivos productos manufacturados y establecer mercados
comunes entre ellos. Tales políticas es probable que lleven a la proliferación de
industrias de elevado coste a expensas de los consumidores y del crecimiento de la
producción agrícola para el mercado y, por tanto, de la extensión de la economía
monetaria. También es probable que restrinjan los contactos económicos con los
países desarrollados, que son los principales canales a través de los cuales hay
nuevas ideas, métodos, deseos, recursos y actitudes que alcanzan a los países
subdesarrollados. La restricción de estos contactos es extremadamente perjudicial
para el progreso material.
    
     Existe una tendencia a exagerar los beneficios que cabe esperar de los mercados
comunes entre países subdesarrollados. En muchos de estos países no hay motivo
para considerar los beneficios de la integración internacional cuando sus economías
domésticas no se hallan integradas debido a costes de transporte elevados, a
menudo prohibitivos, y debido a barreras tribales, sociales y étnicas a la movilidad
ocupacional o geográfica. Muchos de los mayores países subdesarrollados como
Brasil, Congo, Nigeria, India, Pakistán, Indonesia, a duras penas son mercados
nacionales a todos los efectos. Además, como ya hemos señalado, el éxito de Israel
y Hong Kong como productores y exportadores de productos manufacturados
muestra la poca importancia comparativa del tamaño del mercado interior como
factor importante en la eficiencia económica. Aun cuando la creación de mercados
comunes entre los países pobres no restringiera los contactos económicos con países
más desarrollados, con todo resulta irreal esperar que ello fomente el progreso
material de los países subdesarrollados, puesto que una vez más se trata de una
propuesta que no afecta a los determinantes subyacentes del desarrollo. Una reunión
de gente pobre no suma una sociedad rica.
    
    14. SUGERENCIAS DE LA UNCTAD SOBRE POLÍTICA
INTERIOR
    
     La literatura de la UNCTAD se halla inevitable y principalmente interesada en
los temas internacionales más que en las políticas internas. Sin embargo, aparecen
algunas observaciones sobre política interior acerca de la necesidad axiomática de la
planificación del desarrollo, la necesidad del cambio institucional y la necesidad de

211
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

desarrollar la industria manufacturera. [246] 


    
     Los cambios institucionales previstos no son cambios de costumbres, actitudes y
valores básicos tales como tenencia tribal o comunal de la tierra o la inviolabilidad
de la vida animal, o las restricciones al trabajo de la mujer. Los cambios previstos
se refieren en gran parte a la expropiación de terratenientes o de gente rica en
nombre de la reforma agraria y del fomento de la igualdad. Existen frecuentes
referencias a la necesidad de eliminar el privilegio, tanto por razones sociales como
con el fin de estimular el desarrollo. Sin embargo, como ya hemos señalado, los
ejemplos más marcados de desigualdad material en muchos países subdesarrollados
no tienen nada que ver con el privilegio en el sentido aceptado. En muchos países y
regiones subdesarrolladas, la gente más rica al principio eran inmigrantes, como los
chinos, indios y levantinos, que ciertamente no recibieron favores oficiales y que
fueron generalmente excluidos de los principales sectores de la economía, en
particular la propiedad de la tierra y la administración. Las actividades de estos
grupos generalmente han contribuido grandemente al progreso material de sus
países de adopción y, en muchos casos, incluso fueron en gran parte responsables
del mismo.
    
    La supuesta necesidad de una industrialización patrocinada por el estado se
deriva en gran parte de ciertas ideas generales acerca de la producción
manufacturera y acerca de las economías externas que se piensa generar, tema que
ya hemos discutido en el apéndice al capítulo II. Hay, sin embargo, ciertos
argumentos específicos que destacan en la defensa de la misma por parte de la
UNCTAD.
    
    En primer lugar, sostiene el argumento, es precisa por el deterioro secular de las
relaciones de intercambio de los productores primarios. Como hemos visto, no se ha
producido tal deterioro secular. Cualquier incertidumbre acerca del curso futuro de
las relaciones de intercambio, si bien puede constituir un factor en favor de la
flexibilidad de la economía, no es motivo para una producción manufacturera
patrocinada por el estado.
    
     El segundo argumento en pro de una industrialización subvencionada se basa en
la necesidad de aminorar la presión de la población, especialmente el paro rural,
que se dice se halla muy extendido en los países subdesarrollados. Totalmente
aparte del hecho de que el paro rural no es de ninguna forma general en los países
subdesarrollados (por ejemplo, no constituye claramente un factor importante en las
economías africanas), este argumento no es concluyente, porque no se sigue que la
desviación de recursos hacia la producción manufacturera haya de dar lugar a más
empleo que el gasto en el desarrollo de la agricultura o en la mejora de las
comunicaciones. [247] 
    
     El tercer argumento examinado por la UNCTAD es la utilidad de la producción

212
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

manufacturera para la extensión de las especializaciones técnicas. Pero por las


razones apuntadas en el apéndice al capítulo II, en las condiciones de la mayoría de
los países subdesarrollados es muy probable que la producción agrícola para el
mercado sea más efectiva para el desarrollo de los cambios de actitudes técnicas
precisos para el progreso material que la producción manufacturera
subvencionada.[248] 
    
     La producción manufacturera es simplemente un tipo de actividad económica o
más bien un conjunto variado de actividades. No constituye una categoría analítica;
tampoco ofrece o supone un criterio definido respecto a las actividades que hay que
escoger por ser instrumentos particularmente prometedores para el progreso
material.
    
     La mayoría de las discusiones de la UNCTAD sobre producción manufacturera
se hallan viciadas al tratar sus productos como un añadido neto al flujo de renta, sin
examen del coste económico o de la demanda del producto. Esta deficiencia,
corriente en la mayoría de las actuales discusiones sobre temas económicos, es muy
pronunciada en la literatura de la UNCTAD, especialmente en sus numerosas y
lisonjeras observaciones acerca del rápido progreso económico de las economías de
tipo soviético, sin referencia aquí a los niveles de vida generales.
    
    15. CONCLUSIÓN
    
     Dado que las críticas de este capítulo son importantes, se plantea la cuestión de
si las reuniones u organización de la UNCTAD podría reformarse lo suficiente para
servir la finalidad de fomentar el desarrollo de los países pobres. En principio tal
transformación sería posible. La conferencia o secretariado de la UNCTAD podría
examinar asuntos tales como la asignación de la ayuda, para apoyar aquellos
gobiernos cuyas políticas sea más probable que fomenten y eleven los niveles de
vida generales y el bienestar de sus poblaciones en vez que promover objetivos
totalmente desligados de esas finalidades. También podría analizar seriamente
asuntos como la estabilización de las fluctuaciones de las rentas de los productores
sin control estatal de la economía o las condiciones en que sea más probable que se
reduzcan o eliminen las barreras comerciales. Aplicándose a tales asuntos, la
organización de la UNCTAD podría hacer una contribución pequeña, pero quizá no
insignificante, al progreso material de los países pobres. Sin embargo, la
probabilidad de una tal reconsideración de sus puntos de vista y actividades es
remota.
    
    APÉNDICE: SELECCIONES DEL INFORME PREBISCH
    
    Aparte de excepciones menores, la literatura de la UNCTAD no se cita en este
trabajo debido a que el carácter vago y enrevesado de los principales documentos
habría hecho excesivamente larga la cita de pasajes representativos. Este apéndice

213
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

reproduce algunos pasajes típicos del informe Prebisch sobre los temas relacionados
con la disminución de las relaciones de intercambio, el papel de la financiación
compensatoria y la vinculación de la ayuda a la planificación del desarrollo; con
ello se pretende evitar la objeción de que las opiniones o pasajes discutidos en el
texto no son representativos.
    
    En el informe Prebisch la mejora de las relaciones de intercambio de los
productores primarios entre 1961 y 1964 se señala brevemente, pero se descarta
como temporal. Los siguientes pasajes son característicos: 
    
     ¿Se puede argumentar que la tendencia general finalmente se ha invertido y que
ya no hay ninguna necesidad de preocuparse por la posibilidad de un deterioro
ulterior?  ¿,0 deberíamos, por el contrario, enfrentarnos a este fenómeno con un
gran sentido de previsión?  [249] 
    
     Sin embargo, para que la discusión técnica sea provechosa, tiene que ir
precedida de una decisión política de la mayor importancia, a saber, una decisión de
transferir, de una forma u otra, a los países que exportan productos primarios la
renta adicional que acumulan los países industriales como resultado del deterioro de
las relaciones de intercambio. [250] 
    
     Desde un punto de vista pragmático esto significa reconocer que los países que
experimentan un deterioro de las relaciones de intercambio tienen derecho prima
facie a unos recursos internacionales adicionales, recursos además y por encima de
los que habrían recibido en el curso normal de los acontecimientos. Algunos
aspectos de esta cuestión son bastante delicados y podrían llevar la discusión a un
terreno estéril a menos que mantengamos por encima de todo en nuestras mentes
estas consideraciones pragmáticas (sic). Hablando en forma práctica, la situación es
ésta: las ganancias exteriores de los países-en desarrollo- -han sufrido mucho por el
deterioro de las relaciones de intercambio. A menos que estos países consigan
obtener recursos adicionales, serán incapaces de conseguir la tasa de crecimiento
razonable fijada como objetivo en sus planes. La situación empeorará aún más si las
relaciones de intercambio se deterioran todavía más en el futuro. [251] 
    
     Si bien la discusión acerca de la financiación compensatoria es ambigua en el
informe Prebisch como en otros lugares de la literatura de la UNCTAD, parece que
tal financiación se contempla bajo dos aspectos: compensación por disminuciones a
corto plazo de los ingresos de la exportación que determinen un desequilibrio de la
balanza de pagos y compensación por el deterioro de las relaciones de intercambio.
La última se considera la categoría principal.
    
    La discusión se halla en las páginas 80-83 del informe Prebisch. El primer tipo de
financiación compensatoria se prevé que surja de ciertas medidas ya tomadas por el
Fondo Monetario Internacional. El doctor Prebisch considera útiles aquellas
medidas encaminadas a ayudar a superar disminuciones a corto plazo de los

214
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

ingresos de exportación:
    
    ...pero no van al fondo de los problemas a largo plazo asociados con una
tendencia decreciente de las relaciones de intercambio ... la comunidad internacional
debería reconocer que tiene una clara responsabilidad hacia los países en desarrollo
que han sufrido un deterioro de sus relaciones de intercambio ... ¿Con relación a
qué punta en el tiempo deberían calcularse las pérdidas? ¿Sería suficiente asegurar
a los países en desarrollo que no se verán sometidos a nuevas pérdidas con relación
a los precios actuales? ¿O deberían calcularse las pérdidas en relación a algún año
anterior, cuando las relaciones de intercambio eran menos desfavorables para los
países en desarrollo de lo que han sido recientemente? Compensar las nuevas
pérdidas es importante, pero no es suficiente; se ha de hacer algo para restablecer el
poder adquisitivo de los países en desarrollo y no simplemente evitar que se debilite
ulteriormente [252] 
    
    ... tal enfoque debería basarse en un estudio de los recursos potenciales de
inversión perdidos por cada país como resultado del pasado deterioro real de las
relaciones de intercambio, el impacto de este deterioro en la balanza de pagos, los
efectos de estos dos fenómenos sobre la tasa de crecimiento y cualesquiera otros
factores que pueda ser aconsejable considerar en cada caso particular. Este estudio
sería preciso para determinar qué recursos internacionales adicionales deberían
suministrarse con el fin de compensar a los países en desarrollo por los efectos
negativos de las relaciones de intercambio.[253] 
    
     ... todo esto debería ser estudiado por expertos ... [Sin embargo] con el fin de
evitar que los expertos sigan un camino equivocado, tiene que haber una decisión
política previa acerca de la transferencia de recursos ...[254] 
    
     En otras palabras, el estudio del experto ha de ser un ejercicio de relaciones
públicas con el fin de hacer aceptable y plausible la decisión política de transferir
recursos del mundo desarrollado al subdesarrollado. El flujo de ayuda, tanto general
como financiación compensadora, ha de estar ligado a la planificación del
desarrollo:
    
     El enfoque pragmático al que se acaba de hacer referencia sería más fácil si los
países interesados tuviesen un plan de desarrollo. Un plan de desarrollo
generalmente se basa en el supuesto de que los precios de importación y
exportación actualmente en vigor se mantendrán durante el período del plan. Bajo
este supuesto se cuantifican las posibilidades de movilización de capital interior.
[255] 
    
     La necesidad de financiación compensatoria para mantener la integridad de los
programas de desarrollo resultará por tanto evidente. [256] 
    
     A la vista de esta explicación sobre el estrecho nexo entre la financiación

215
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

compensatoria y los planes de desarrollo, se comprenderá que los recursos en


cuestión no deberían asignarse normalmente de forma directa a los productores
individuales. Si se hiciese así, no sólo se verían afectados negativamente los
objetivos básicos del programa de desarrollo, sino que el problema del deterioro de
las relaciones de intercambio podría veis agravado en el futuro como consecuencia
del incentivo que un rendimiento mayor ofrecería a los productores. [257] 
    
     Los fondos compensatorios deberían constituir una adición neta a este objetivo
(el "objetivo aceptado" del 1 por ciento de la renta nacional de los donantes como
ayuda rutinaria), dependiendo la cuantía de esa adición de las relaciones de
intercambio.
    
    Además, en vista de la pérdida total que representa un deterioro de las relaciones
de intercambio, los recursos compensatorios no deberían adoptar la forma de
préstamos sujetos a pagos de amortización e intereses. [258] 
    
     Es de esperar que los procedimientos de asignación de recursos suministrados
como financiación compensatoria ayudarán a dar a los países en desarrollo toda la
razonable seguridad de que pueden contar con los fondos globales precisos para
llevar a cabo sus planes de desarrollo. [259] 
    
     Al parecer, no están previstas la mejora de las relaciones de intercambio de los
países subdesarrollados o la devolución de la financiación compensatoria a causa de
relaciones de intercambio decrecientes. Además, las relaciones de intercambio
factoriales no se tratan en ningún lugar del informe Prebisch ni, que yo sepa, en
ninguna publicación de la UNCTAD.
    
     A la vista de la tendencia actual de las relaciones de intercambio de los países
subdesarrollados y de su participación en el comercio mundial en las últimas
décadas, el informe Prebisch se tiene que considerar como simple ficción o
propaganda política.
    

[Ir a tabla de contenidos]


CAPITULO VII
LA ECONOMÍA COMO FORMA DE ASISTENCIA TÉCNICA
[260] 

    ¿Hay lugar para el economista en un programa de asistencia técnica? ¿Es el


conocimiento de la teoría y análisis económicos modernos un componente útil o
necesario en un programa destinado a promover el crecimiento económico de una
economía extranjera? Estas preguntas constituyen el tema de las siguientes
observaciones que se refieren a los diversos aspectos de la cuestión y se desarrollan
a distintos niveles de detalle y generalización. 
    

216
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    1. ALGO DE TEORÍA RELEVANTE 


    
    Hace algunos años lord Robbins, en un discurso sobre "El economista en el siglo
XX", [261]  trató de la participación de los economistas en la administración.
Afirmó que el conocimiento de cuatro reglas elementales de economía era
particularmente útil en este campo. En fecha más reciente, el profesor Simon
Rottenberg, economista de gran experiencia en problemas de desarrollo, expresó
fundamentalmente el mismo punto de vista en materia de economía del desarrollo.
[262] 
    
     Por mi parte, coincido con estas afirmaciones. Sin embargo, hay que precisar
qué se entiende por cuatro reglas elementales o simples fundamentos. Creo que con
ello se quiere indicar problemas tales como la consideración de la oferta y la
demanda en su relación funcional con el precio, y el coste como coste de
oportunidad; la teoría de los precios relativos; las implicaciones de las ventajas y los
costes comparativos y las relaciones funcionales entre los flujos de renta monetaria,
el volumen de empleo y la balanza de pagos.
    
    Es evidente que estos principios son aplicables a la elaboración de política
económica, especialmente a la valoración de políticas económicas alternativas y a la
eficacia de diversas medidas específicas. Son aplicables también en hacienda
pública, en particular al calcular la incidencia y otros efectos de los diversos
impuestos y partidas del gasto público. Pero su campo se extiende más allá de estas
importantes esferas. Por ejemplo, el reconocimiento de los efectos de los precios
sobre la oferta, o de la presencia e importancia de los costes. es necesario para
aseverar las consecuencias de medidas tales como la existencia de licencias a las
empresas de transporte o industriales; el establecimiento de estándares físicos
mínimos para los productos de exportación; el pago de precios uniformes a los
productores, sin tener en cuenta su localización; la imposición de salarios mínimos;
la prescripción de rentas o alquileres de terrenos propiedad de la administración a
tasas uniformes, prescindiendo de su fertilidad y situación; y muchas otras medidas
que afectan a las rentas, oportunidades y utilización eficaz de los recursos.
    
    El olvido de la importancia del coste explica en buena parte la contusión entre
eficacia técnica y eficacia económica que va implícita en medidas tales como el
establecimiento de estándares físicos mínimos para los productos de exportación y
otras medidas similares adoptadas en muchos países subdesarrollados, incluidos
aquellos cuyo gobierno dispone de asesores económicos o incluso de servicios de
planificación generosamente equipados. [263]  No obstante, estas medidas, que
pueden ser perfectamente sopesadas sobre la base del razonamiento económico, ya
que no tienen grandes consecuencias políticas y sociales, son a menudo costosas, en
el sentido de que podría obtenerse un volumen dado de producto con un volumen
sensiblemente menor de recursos escasos, y sirven también para retrasar la
expansión de la producción para el mercado y el desarrollo de la economía de

217
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

intercambio en muchos países pobres. Este retraso en el desarrollo de la economía


de intercambio tiene funestos y trascendentales efectos para el crecimiento
económico.
    
    El establecimiento de salarios mínimos por ley, por el trabajo organizado o por
disposición del gobierno, es actualmente casi universal para las principales
actividades de los países subdesarrollados. Estas medidas elevan los salarios por
encima del precio de oferta del trabajo; el precio de oferta indica su máxima
participación en el producto, lo me a su vez refleja su escasez económica. La
regulación de los salarios afecta considerablemente a la tasa de desarrollo, a las
perspectivas de industrialización, al nivel de empleo y a la organización de la
actividad económica en muchos países subdesarrollados. Los efectos e
implicaciones de estas medidas no pueden calcularse debidamente si no se hace
referencia a la teoría económica elemental. Incluso sin una investigación
econométrica o estadística es posible hacerse una idea de factores tan importantes
como la presencia o ausencia de monopsonio, los factores que afectan a la
elasticidad de la demanda del producto, la elasticidad de la oferta de recursos
complementarios o la elasticidad de la sustitución entre recursos. Pero sin un
elemental conocimiento de economía se pasan por alto estos factores, como
generalmente ocurre. Esta omisión hace a su vez imposible una selección de
industrias para la imposición de salarios mínimos que asegure la consecución más
eficaz de determinado objetivo político.
    
    El análisis económico elemental es también conveniente para muchos aspectos
específicos de la asistencia técnica. Por ejemplo, precios, costes y rendimientos son
sin duda apropiados cuando hay que elegir entre técnicas agrícolas o industriales
alternativas. Los costes dependen de los precios de los factores y de las
disponibilidades de recursos, y estas disponibilidades son a menudo distintas para
los diversos tipos de productores, incluso dentro de una misma economía o país.
Así, por ejemplo, la densidad óptima en las plantaciones de caucho es diferente
entre las propiedades que operan con grandes capitales y mano de obra contratada a
precios caros, por un lado, y las pequeñas compañías con capital reducido y sin
mano de obra contratada, por otro; asimismo, la densidad óptima de plantación
varía también con las diferencias previstas de precios y costes. Por ello, la densidad
óptima de plantación tan sólo puede determinarse habida cuenta de los factores
económicos y técnicos.
    
    El restriccionismo se ha extendido considerablemente en los países
subdesarrollados. Se dirige, en primer lugar, contra las minorías étnicas y tribales
distintas de los grupos que disfrutan de poder político; pero actúa de manera
extensiva y no limitada a dichas categorías. Estas medidas restrictivas perjudican
fundamentalmente a las perspectivas de desarrollo de aquellos países, implican
opresión para mucha gente, y con frecuencia exacerban las tensiones sociales y
políticas. Un conocimiento razonable de la naturaleza y fuentes de renta, de la

218
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

teoría de los precios relativos y de las implicaciones de las relaciones competitivas o


complementarias entre los recursos ayuda a comprender las fuerzas que se hallan
detrás de esas tendencias y también a analizar algunos de sus efectos e
implicaciones.
    
    Con pocas excepciones normalmente irrelevantes, las rentas representan la
retribución a los poseedores de recursos productivos por los servicios prestados y no
un dinero sacado de otras personas sin rendimiento alguno. El punto de vista
contrario según el cual las rentas, especialmente las de determinados grupos,
provienen de alguna manera de otras personas es políticamente influyente, popular y
atractivo. Por razones conocidas, el atractivo es particularmente fuerte cuando los
perceptores de renta son minorías étnicas, propietarios o personas relacionadas con
las industrias de servicios, incluido el comercio.
    
     Relacionado con este aspecto de la política práctica, aunque analíticamente
diverso, está la naturaleza complementaria o competitiva de la relación económica
entre diversos grupos, en el sentido del efecto que produce un cambio del volumen
de actividades de un grupo sobre las rentas reales de otros grupos. La gente es
generalmente sensible al elemento competitivo real o potencial de sus relaciones
económicas con otros grupos, pero se halla inclinada a sobrevalorar el aspecto
competitivo y a subestimar el complementario de estas relaciones. Esta asimetría en
la percepción por parte de la gente de los beneficios y pérdidas derivados de las
actividades de otros y la creencia de que las rentas de determinados grupos
proceden de otros sin que haya ninguna explicación económica son a menudo los
principales factores existentes detrás de la justificación gubernamental del
restriccionismo económico y de otras varias medidas contra determinados grupos y
clases. Otros factores subyacentes a estas medidas comprenden el fracaso en
apreciar algunos de los más importantes aunque no inmediatamente obvios efectos
del restriccionismo, tales como la incidencia del coste del restriccionismo sobre
aquellos que se hallan excluidos de la actividad restringida, o los efectos del
restriccionismo sobre el crecimiento de los recursos y el desarrollo en general.
    
    Otro factor determinante de dichas medidas es la creencia de que son necesarias
para disminuir la pobreza o compensar la debilidad del poder de negociación de la
población local frente a los grupos extranjeros y minoritarios. Esta creencia ignora
la incidencia de estas medidas sobre otros miembros pobres de la población local,
con frecuencia más pobres que los beneficiarios. El peligro de explotación depende
de la ausencia de alternativas, no, como a menudo se ha supuesto, de las diferencias
de riqueza o de desarrollo comercial. Otra razón para una fácil aceptación de estas
medidas es la excesiva simplificación del concepto del interés de la población local,
considerado homogéneo y divergente, o incluso opuesto, al interés de los
extranjeros y minorías. Este punto de vista ignora muchas de las complejidades
existentes en el concepto de interés de grupo; por ejemplo, ignora el hecho de que

219
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

las actividades de grupos extranjeros o minoritarios suelen ser complementarias de


las de la mayoría de la población local, si bien pueden ser competitivas con las de
algunos grupos de dicha población. Cuando el restriccionismo se dirige contra
grupos étnicos o lingüísticos distintos del grupo dirigente, juegan también un papel
el tribalismo y la xenofobia. Estas diversas influencias, especialmente la noción de
que las rentas son extraídas de otros en vez de ganadas han contribuido
fundamentalmente a las medidas dirigidas contra grupos favorecidos materialmente
pero desprovistos de poder político en muchos países pobres.
    
     Los simples enunciados de la economía son también necesarios para el uso
eficaz de sus técnicas más avanzadas. Por ello la adopción de técnicas de
planificación sumamente elaboradas o de técnicas de valoración de proyectos es
inapropiada si en el proceso de aplicación a determinados proyectos o sectores se
prescinde de los empleos alternativos de los recursos. No se trata de que los
recientes adelantos del análisis económico no sean importantes y aplicables a los
problemas de los países subdesarrollados, sino que su utilización es errónea o
incluso perjudicial si va acompañada de una negligencia o ignorancia aparente de
las más elementales, pero básicas, consideraciones económicas y de un olvido de las
implicaciones de la base institucional.
    
    Si un conocimiento firme de los principios fundamentales es signo de
experiencia, su olvido refleja falta de experiencia. Parece paradójico que, a pesar de
los importantes adelantos técnicos en muchas ramas de la economía y del enorme
interés (o por lo menos producción) de la economía del desarrollo, exista
actualmente una falta fundamental de experiencia básica en esta rama de la materia.
La avidez con que los especialistas en economía del desarrollo acogen —o parecen
acoger— las últimas sutilezas en teoría y análisis económico está fuera de lugar si al
mismo tiempo olvidan las más elementales consideraciones económicas e
institucionales.
    
    2. ALGUNAS AMBIGÜEDADES
    
     Al igual que muchas otras disciplinas científicas, las ciencias sociales descansan
en gran parte en conceptos abstractos generales. Pero mientras en algunas otras
disciplinas, especialmente en matemáticas y ciencias naturales, los conceptos
abstractos son utilizados de manera coherente y precisa, no ocurre lo mismo en
economía. Términos como capital, inversión, estabilización o planificación, por
ejemplo, se utilizan a menudo en varios sentidos. Planificación y estabilización, en
particular, son objeto de frecuentes interpretaciones diversas e incluso
diametralmente opuestas. Como dice sir Isaiah Berlin, estos conceptos son tan
porosos que prácticamente no existe interpretación que no pueda serles aplicada. La
porosidad de estos conceptos hace que, sin una definición más apurada, sean
inútiles para servir de guía a la política económica o a la adopción de decisiones
específicas: cualquier medida puede hallar su justificación en una u otra de esas

220
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

interpretaciones contradictorias. Estas contradicciones traen como consecuencia una


confusión de los diferentes objetivos políticos y esto, a su vez, lleva a la adopción
de medidas ineficaces, es decir, medidas destinadas a no lograr sus objetivos
específicos. La consistencia en el uso de términos y conceptos puede ayudar a evitar
peligros tales como la yuxtaposición corriente de la idea de que los productores de
los países pobres no responden a los incentivos a la insistencia en que hay que
subvencionar ciertas actividades para fomentar su expansión.
    
     En la discusión económica contemporánea abundan ejemplos de interpretaciones
contradictorias y de la consecuente confusión de objetivos. Por ejemplo, se ha
puesto de manifiesto una confusión de objetivos en las discusiones nacionales e
internacionales sobre la estabilización de precios y rentas: a nivel nacional, entre
una moderación de las fluctuaciones de precios y rentas, por un lado, y ahorro
forzoso o deflación, por el otro; a nivel internacional, entre un alivio de la pobreza,
la moderación de las fluctuaciones y el aumento monopolista de los precios.
    
    3. EL VALOR DE LA HISTORIA ECONÓMICA
    
     La experiencia histórica de algunas economías no ha de servir necesariamente
como base para una determinada política económica en un lugar y tiempo distintos.
Sin embargo, en muchos sentidos es necesario un conocimiento algo profundo de la
historia. En el sentido más amplio, se requiere un conocimiento de la historia, ya de
una economía en particular o de otras economías, para obtener antecedentes ciertos
sobre los aspectos y fases del desarrollo, los orígenes y funcionamiento de las
instituciones, la base, ejercicio y resultados de determinadas políticas y sobre la
conducta y respuesta de individuos y grupos. Generalmente, se requiere un registro
exacto de evidencias empíricas para formular hipótesis válidas, incluidas las
hipótesis acerca de los resultados probables de las diversas medidas que puedan
adoptarse.
    
    Un conocimiento de la historia económica es también útil para ilustrar los
problemas del desarrollo. Habitualmente se requiere un conocimiento de la historia
del país para comprender la fuerza y funcionamiento de muchas de sus instituciones,
que afectan a su desarrollo material. Los orígenes, desarrollo y significado de la
casta y del carácter sacro del ganado en la India indostánica son ejemplos de ello.
Asimismo, un conocimiento razonable de la historia económica de Europa y el
Mediterráneo desde la Edad Media es útil para comprender la transformación
económica y social en muchas partes del mundo contemporáneo. Los ejemplos
comprenden, entre otras cosas, el papel de las minorías (incluidas las minorías sin
derechos políticos) en el desarrollo económico, los acuerdos sociales y políticos más
idóneos para promover el desarrollo material, los efectos de los contactos
económicos internacionales en el desarrollo de sociedades técnicamente más
atrasadas, las interrelaciones entre instituciones sociales, políticas y jurídicas, las
influencias más aptas para modificar las actitudes y valores tradicionales, el papel

221
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de los diversos tipos de capital extranjero en el desarrollo económico y así


sucesivamente.
    
    El reconocimiento de la existencia de muchos siglos de progreso material en
Europa occidental antes de la fecha fijada convencionalmente para la revolución
industrial y del avanzado estado de desarrollo social, económico y técnico de
Europa en los siglos XVII y XVIII o del Japón en el siglo XIX, afecta a muchos
problemas del actual mundo subdesarrollado. De igual modo, al determinar la
aplicabilidad e importancia para los países subdesarrollados de la experiencia de
otros países de Europa occidental, Norteamérica, la Unión Soviética, China o Japón,
se hace necesario un conocimiento razonable de la historia de dichas economías.
Estas cuestiones no pueden valorarse a través del análisis formal, el razonamiento a
priori o la observación limitada al panorama contemporáneo.
    
    En general, un conocimiento de la historia económica resulta útil o incluso
necesario para comprender las exigencias del progreso material y su perspectiva
temporal. Esta consideración abarca aspectos tan diversos, pero tan importantes,
como las cualidades humanas requeridas para la transformación de Norteamérica de
un continente vacío en la economía más avanzada del mundo, el largo período de
desarrollo en Europa y en la región mediterránea antes de la revolución industrial, y
los numerosos ejemplos de decadencia de economías desarrolladas en el curso de la
historia. Este último es un fenómeno casi enteramente ignorado en la literatura
contemporánea sobre desarrollo. Incidentalmente, este fenómeno es compatible con
la tan controvertida noción de una causalidad acumulativa de operación general.
    
    Hay muchos otros aspectos específicos en el campo de la asistencia técnico-
económica que, para poder apreciarse, requieren las perspectivas de la historia
económica. Un conocimiento de la historia de muchas regiones subdesarrolladas
durante el pasado siglo, por ejemplo del África occidental y oriental y de Birmania
desde 1880, ayuda al observador a advertir los problemas que plantea el impacto de
un cambio rápido desigual. De igual modo, un estudio de la historia económica
ayudará también a centrar la atención en nociones tales como la idea tan
controvertida de que los contactos económicos entre países desarrollados y países
pobres perjudica a las perspectivas de estos últimos (la pretendida operación
adversa del efecto demostración internacional), o de que la misma pobreza levanta
obstáculos insuperables para su propia conquista (el círculo vicioso de la pobreza).
    
     A veces también es posible aplicar con buenos resultados técnicas relativamente
avanzadas de análisis económico y econométrico a una situación previamente
puesta de relieve por un cuidadoso estudio histórico, esto es, por una preparación
del terreno mediante un estudio histórico, lo que implica un empleo de las fuentes
primarias. Cuando el resultado es bueno, este procedimiento puede arrojar luz sobre
el proceso de desarrollo en las etapas cruciales del progreso económico de un país,
incluido el análisis de la procedencia de algunos de los recursos que han promovido

222
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

o acompañado estos cambios. [264] 


    
     En conjunto, un razonable conocimiento de la historia económica es un
importante elemento del bagaje intelectual del economista que actúa como asesor en
cuestiones generales de desarrollo (aunque no para aquellos economistas que
trabajan en un campo restringido, como, por ejemplo, los asesores de determinados
proyectos técnicos).
    
    4. EL PROBLEMA DEL "CETERIS PARIBUS"
    
    El interés de la experiencia histórica va unido a una cuestión muy importante,
que cabalga, por un lado, entre la metodología económica y, por otro, los principales
problemas de la política de desarrollo. Esta cuestión es la de la debida utilización
del instrumento del ceteris paribus, "permaneciendo iguales las demás cosas":
¿cuáles son las variables que hay que escoger para su estudio y, a la inversa, cuáles
son lías influencias y factores que pueden omitirse, ya en el sentido de ser
explícitamente señalados como parámetros o de ser totalmente ignorados?
    
    La expresión ceteris paribus resulta necesaria en el análisis económico para
reducir a proporciones manejables la compleja realidad de la vida económica, es
decir, para posibilitar el análisis de la relación existente entre un número limitado de
variables específicas, escogidas entre los numerosos factores que afectan a una
situación dada. La aceptación de esta expresión ha ido a menudo acompañada de
una cierta inquietud, fundada, por un lado, en el hecho de que todos los elementos
de una economía se hallan interrelacionados, de modo que cualquier cambio en uno
de dichos elementos afecta a todo el conjunto (es decir, lo demás no puede
permanecer igual), y, por otro, en el hecho admitido de que las condiciones cambian
constantemente, especialmente en el proceso de desarrollo. Se han formulado
también repetidas dudas acerca de si, admitida la necesidad de adoptar el ceteris
paribus, las variables desechadas pueden tener una significación operativa mayor
que las escogidas para el estudio. Estas consideraciones pueden limitar de manera
sustancial el poder explicativo de un método que descansa fundamentalmente en el
ceteris paribus. Esta limitación es aplicable tanto al análisis del equilibrio parcial
(que ignora las repercusiones de las variables estudiadas sobre el resto del sistema,
así como los cambios en las condiciones básicas del sistema), como a los modelos
macroeconómicos (que ignoran las relaciones entre las variables agregadas sólo con
fines de análisis macroeconómico, así como los cambios en las condiciones básicas
del sistema). Estos problemas y dudas acerca de la adecuación y limitaciones de las
variables escogidas para el análisis frente a las tratadas paramétricamente, son
particularmente significativos en la economía del desarrollo, que trata de sistemas
completos en que los elementos se hallan interrelacionados y examina estos
sistemas en condiciones de cambio.
    
    Necesidades, recursos (especialmente recursos humanos) y tecnología son a

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

menudo tratados paramétricamente en la discusión económica. En muchos casos


esta práctica es buena, si bien, incluso en el análisis de estática comparativa del
equilibrio parcial, no siempre es útil. Por ejemplo, el bien conocido fenómeno de
irreversibilidad de las curvas de oferta y demanda da idea de las limitaciones del
tratamiento paramétrico de las necesidades o de la tecnología en algunas
aplicaciones del análisis del equilibrio parcial. Cuando consideramos problemas de
desarrollo económico, especialmente los de política de desarrollo, debemos notar
que las variables ordinarias del moderno análisis micro y macroeconómico y las
medidas políticas destinadas a actuar sobre estas variables, muy a menudo y quizá
de modo general, afectan a los factores tratados paramétricamente en la teoría
económica. El cambio de las variables afecta también a los parámetros.
    
     En la elección de variables para examen juega un papel tanto la comodidad del
análisis y exposición, como la naturaleza del sistema a investigar y la relativa
significación operativa de sus elementos en el problema objeto de examen. En
buena parte de la literatura contemporánea sobré' planificación del desarrollo y
asistencia técnica, especialmente en los modelos contemporáneos de crecimiento,
que han influido considerablemente en la literatura, las principales variables que se
examinan son generalmente el output total, el stock de capital, el gasto de inversión,
el consumo y la población. Necesidades, recursos y tecnología son a menudo
(aunque no invariablemente) tratados paramétricamente. [265]  Las aptitudes y
comportamientos humanos, las instituciones sociales, las costumbres y actitudes y
los contactos externos, que sin duda tienen gran importancia y a menudo son
factores decisivos en el progreso material, o se encierran conscientemente en ceteris
paribus o suelen ignorarse.
    
     Un tratamiento así quizás pueda ser apropiado (si bien incluso esto es dudoso) en
el análisis de sociedades altamente desarrolladas e industrializadas, imbuidas por la
economía monetaria; pero es ciertamente insuficiente para explicar la tasa de
desarrollo de los países subdesarrollados, o para formular políticas para su progreso.
    
    Estos parámetros y su interacción con las variables convencionales cambian a
través del tiempo de un modo que en general es difícil y a menudo imposible
predecir. Un conocimiento razonable de la historia económica y una buena
observación directa de determinadas sociedades son indispensables para distinguir y
pronosticar de manera eficaz la interacción de variables y parámetros, los cambios
de estos parámetros y también los cambios en su interacción con las variables.
    
    5. VARIABLES Y PARÁMETROS
    
    La acción de las variables convencionales y de las medidas destinadas a influir
sobre estas variables suele afectar, y con frecuencia de modo sustancial, a las causas
determinantes del desarrollo. Estas repercusiones suelen ignorarse en una discusión
convencional. Asimismo, el énfasis puesto en los agregados por los modelos

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

macroeconómicos ha oscurecido la interacción de los componentes de estos


agregados que, a veces, es altamente significativa para el fomento del desarrollo. El
énfasis en los modelos de crecimiento y los agregados ha favorecido también la
expansión de un análisis económico en que los precios y costes absolutos o relativos
carecen de lugar y son simplemente ignorados.
    
     Permitidme gire me detenga en algunas de estas cuestiones, que son sin duda
significativas para el valor de la economía como forma de asistencia técnica. Al
asegurar los principales efectos de los cambios en el nivel y dirección de la
imposición fiscal, del gasto público o del establecimiento o supresión de controles
específicos sobre el desarrollo, no es suficiente examinar los efectos directos sobre
las variables convencionales, tales como el volumen de los fondos para inversión, el
nivel de consumo o la oferta de trabajo. Corno ya hemos señalado en varias
ocasiones, dichas medidas afectan a la movilidad laboral y geográfica (incluido el
incentivo y capacidad de la gente para establecer nuevas empresas), a la dirección y
volumen de los contactos regionales e internacionales y al movimiento de personas,
mercancías e ideas. Estos contactos y flujos afectan, a su vez, al desarrollo de
nuevas necesidades, métodos y producciones e influyen también las actitudes,
costumbres y valores establecidos. Las repercusiones en estas causas determinantes
del progreso material son a menudo más profundas y vastas que los efectos directos
que se producen a través de las variables convencionales. De igual modo, cuando se
examinan los posibles efectos (favorables o desfavorables) en el desarrollo
económico de un aumento del control político sobre la vida económica, deberían
tenerse en cuenta factores tales como las repercusiones en la situación y
perspectivas de las minorías étnicas, la desviación de las energías de los hombres de
empresa, de la vida económica a la política, los efectos en la cohesión social, el
reforzamiento o desintegración de las actitudes tradicionales y los probables efectos
en las diversas instituciones sociales.
    
    Existen dificultades para el tratamiento sistemático o formal de algunas de estas
principales causas determinantes del desarrollo económico, especialmente las
aptitudes humanas, las instituciones y actitudes sociales y el papel de las minorías
étnicas y los inmigrantes. Las dificultades incluyen además el problema planteado
por el espacio de tiempo en el que estos efectos se hacen sentir o manifiestan. Sin
embargo, puede ser eventualmente viable incorporar por lo menos algunos de estos
factores en el análisis económico sistemático del desarrollo, aun cuando la
cuantificación resulte impracticable. El estudio empírico del tipo de bien o servicio
idóneo como incentivo en varias sociedades puede dar resultados interesantes.
    
    Deben recordarse también los peligros de una excesiva simplificación en el
análisis agregado. El importante papel que juega un mayor y más variado nivel de
consumo en la inducción de un mayor esfuerzo económico en materia de ahorro,
inversión, innovación e iniciativa puede muy bien olvidarse cuando se trata el
consumo como un agregado homogéneo sin examinar su composición o la

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

interrelación de sus componentes, o la cuestión de si el consumo y la inversión son


competitivos o complementarios en el conjunto de la actividad económica (en el
sentido de que un aumento de uno de ellos puede originar un aumento o
disminución del otro).
    
    6. SELECCIÓN DE VARIABLES
    
    La economía como forma de asistencia técnica se enfrenta con un buen número
de limitaciones. La primera limitación, o conjunto de limitaciones, es inherente a
toda materia técnica y consiste en la imposibilidad de llevar a cabo una valoración
concluyente de los méritos de cualquier política únicamente sobre la base del
razonamiento técnico. Los méritos de una determinada política, comparados con los
de otras políticas, dependen de sus probables efectos sobre el conjunto de la
situación social. Estos efectos probables no pueden calcularse normalmente con
certeza si se toma únicamente como base el razonamiento técnico, especialmente si
se trata de un informe técnico sobre una cuestión determinada. El razonamiento
técnico puede ayudar a calcular el comportamiento de determinadas variables e
influencias bajo el efecto de una determinada política. Pero estas variables suelen
afectar y a su vez ser afectadas por otros factores, algunos de los cuales se
encuentran fuera de la esfera de acción o de la especial competencia del experto,
que no puede por tanto valorar correctamente los probables efectos de la política
económica en el conjunto de la situación social. Por otra parte, la valoración de los
méritos de diferentes actuaciones depende de juicios de valor, especialmente de
preferencias entre diferentes tipos de sociedades. Y estos juicios de valor influyen a
menudo no sólo en las opiniones acerca de los méritos relativos de los distintos
resultados, sino que pueden también influir, de manera encubierta o
subconscientemente, en el cálculo de los costes probables y de los efectos y
repercusiones de las distintas políticas económicas.
    
     Esta limitación no afecta de manera igual a todas las medidas, propuestas o
discusiones de política económica. Por ejemplo, medidas tales como la prescripción
de estándares físicos mínimos para los productos de exportación pueden valorarse
de manera mucho más eficaz mediante el razonamiento económico que otras
medidas de alcance mayor, como la imposición fiscal especial destinada a
incrementar el gasto de inversión del estado (ahorro forzoso). Pero incluso cuando
el solo razonamiento técnico es insuficiente para valorar los méritos de una
determinada política económica, a menudo es adecuado utilizar dicho razonamiento
técnico para señalar que los argumentos en favor de determinadas políticas
económicas ignoran los costes, o son incompatibles con los argumentos invocados
para sustentar otras políticas, o son susceptibles de interpretaciones
considerablemente distintas o incluso contradictorias. En un sentido más general,
cuando las políticas económicas se hallan sustentadas por argumentos basados en el
razonamiento técnico es justo examinar los argumentos en el mismo nivel.

226
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    Existe un armazón analítico en la economía que le da por lo menos una potencial
firmeza y le sirve para justificar su pretensión de ser la reina de las ciencias
sociales. Pero esto también engendra algunos hábitos y actitudes mentales
característicos de los economistas, especialmente de los economistas teóricos, de
modo parecido a las perspectivas y actitudes de los físicos cuando examinan dichos
objetivos. Por razones que son tema principal de los libros de texto, los economistas
muchas veces tienen que trabajar con modelos enormemente simplificados del
mundo real en los que se formulan unas cuantas hipótesis con el fin de proporcionar
un esquema predictivo mediante el aislamiento de factores implícita o
explícitamente considerados como cruciales o críticos. Sin embargo, de hecho se
escogen las variables más por su conveniencia lógica e idoneidad para su
tratamiento por el moderno análisis económico que por su importancia o
significación como causas determinantes. Estas últimas características son con
frecuencia difíciles de establecer de manera concluyente o convincente ante la falta
de experimentos. Esta dificultad se suma a los atractivos de la simplificación. En
particular, la elección de variables es susceptible de presentar sesgos en favor de las
que permiten y favorecen la simplificación del análisis. La predilección por la
simplificación y el tratamiento mediante el análisis formal ha llevado también a
descuidar la observación directa de la complejidad de situaciones, la importancia e
interés de los antecedentes históricos y la intervención de factores contingentes.
Mientras la elección de variables, fundada en la conveniencia lógica, simplificación
o elegancia del análisis, es a menudo fructífera en las ciencias naturales, no suele ser
así en los estudios sociales, donde el reconocimiento de la complejidad de un
problema es indispensable para la obtención de resultados válidos, especialmente de
resultados con valor predictivo.
    
     Estas consideraciones son particularmente atinadas cuando el análisis debe servir
de base a una actuación y más especialmente cuando se aplica a una situación
institucional fuera de lo ordinario. En la práctica, todo el proceso de construcción de
modelos, especialmente las deducciones sacadas de los modelos, va a menudo más
allá de una simplificación útil y necesaria y llega a conclusiones tan extrañas a la
realidad que son una parodia y no una aclaración de los problemas que se discuten.
En buena parte de la literatura sobre el desarrollo estas conclusiones, destinadas a
servir como base de acción, se hallan con frecuencia lejos de la realidad, primero,
porque los supuestos se separan de las causas determinantes más importantes y,
luego, porque una solución, en el sentido de una resolución o desarrollo de
situaciones sociales y políticas, no puede derivar tan sólo de un razonamiento
técnico. Estos problemas son complejos: se hallan afectados por innumerables
variables de significado diverso, que actúan con distintos retardos temporales; están
sujetos a desplazamientos de parámetros; los parámetros se hallan muchas veces
afectados por las variables y por las políticas económicas destinadas a modificarlas;
y comprenden conflictos de intereses que no pueden resolverse sobre una base

227
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

lógica.
    
    Las principales causas determinantes del progreso material no interesan
actualmente al análisis económico formal; las aptitudes y actitudes humanas, las
instituciones y costumbres sociales, los sistemas y compromisos políticos, el acceso
a los contactos externos y la posesión de recursos naturales y de acceso a ellos.
Como ya he indicado, es difícil decir si estas importantes causas determinantes
pueden sujetarse a las técnicas actuales y a la teoría del análisis económico, pero lo
cierto es que no lo están en la actualidad. La abstracción de estos factores es
apropiada en la mayor parte de la moderna teoría micro y macroeconómica, y la
validez de cuyas conclusiones no es afectada por ello. Pero esto no justifica su
descuido en la economía del desarrollo. Hay aquí un límite significativo a las
potencialidades de la economía, especialmente de la economía contemporánea,
como instrumento de asistencia técnica. Su aplicación puede incluso ser perjudicial
cuando ignora las repercusiones sobre los principales factores determinantes del
desarrollo de las políticas económicas destinadas a influir a las variables
convencionales, menos decisivas.
    
    El objeto e implicaciones de los párrafos precedentes no es una crítica de la teoría
de la abstracción y simplificación, ni de la inclusión de supuestos irrealistas o la
exclusión de supuestos realistas en el análisis económico. La simplificación y la
abstracción son lo que perseguimos en el trabajo científico y su utilidad está fuera
de duda. La crítica se dirige a la construcción y elaboración de modelos que ignoran
de manera evidente factores y fuerzas que deberían tenerse en cuenta. Por otro lado,
estos modelos no han dado lugar a predicciones constatables que puedan ser
desmentidas por los hechos. Hasta ahora tampoco han servido para dar
explicaciones fiables de los acontecimientos históricos y de las situaciones
contemporáneas o, incluso, puntos de vista interesantes. No obstante, se ha llegado
a utilizar estos modelos o sus derivados con gran frecuencia: las principales
políticas y planes se basan en modelos, antes de que se haya establecido de algún
modo su idoneidad, y a pesar de que en muchos aspectos las relaciones implicadas
por los modelos ignoran o tergiversan hechos fácilmente comprobables.
    
    Varios autores, de entre los que más han aportado al desarrollo de los modelos de
crecimiento, reconocen las limitaciones de dichos modelos, especialmente las
derivadas de su carácter sumamente simplificativo y abstracto. Mi crítica se debe
principalmente a que otros autores (y muchas veces influyentes) hayan ignorado
estas limitaciones y en la práctica hayan tratado de aplicar dichos modelos a
situaciones en las que la abstracción y la simplificación que implican los hace
inaplicables: en lugar de tratarse de simplificaciones útiles, que expongan las partes
esenciales de los problemas y de los fenómenos, se convierten en parodias que
apartan la atención de los puntos esenciales y oscurecen los objetivos. Por otro lado,
estos modelos se utilizan a veces para proporcionar una base intelectual espúrea a
políticas económicas capaces de frustrar su propios fines aparentes. Existen

228
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

ejemplos de utilización de modelos que insisten en la importancia de un crecimiento


de la formación de capital como condición para un aumento de las rentas y mejora
de los niveles de vida, insistencia que se utiliza para justificar el trabajo obligatorio,
imposición fiscal especial o una restricción de los contactos externos o de la
emigración, todo ello fundado en el argumento de que el incremento del gasto de
inversión, posible gracias a estas políticas económicas, mejorará en el futuro los
niveles de vida de los pueblos a los que se aplican dichas políticas.
    
    7. IMPORTANCIA DE LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
    
     Hice notar anteriormente la importancia del conocimiento de algunos principios
simples, pero fundamentales, de la economía. Son dos las razones en las que se
funda mi insistencia sobre este asunto; pero me gustaría antes resaltar una
característica de la economía que puede servir para prevenir determinadas
objeciones a lo que sigue.
    
     Esta característica es la de que en economía el progreso va a menudo seguido de
una importante recaída, de una nueva aceptación de errores ya demostrados. Este
fenómeno ha sido notado por economistas tan dispares, en cuanto a perspectiva e
intereses, como D. H. Robertson, el profesor Milton Friedman y el señor G. D. N.
Worswick. Dicha característica revela una dificultad en la utilización de la
economía como forma de asistencia técnica. En tecnología o en una materia técnica
los especialistas se basan en ideas y métodos acordados y establecidos de antemano
y avanzan a partir de estas bases establecidas. Esta condición se da mucho menos
en economía, incluso a nivel elemental.
    
     La primera razón para insistir en los elementos simples de la economía es el
error que cometen a menudo los economistas al valorar las dificultades de los
profanos (incluso si son inteligentes, cultos y experimentados) para el manejo de
ideas y conceptos económicos. Generalmente los que no son economistas, los
políticos y gobernantes en particular, encuentran a menudo difícil considerar la
oferta, la demanda y el precio como una relación funcional, o reconocer o admitir el
concepto de las alternativas sacrificadas, o recordar la consideración conexa de que,
debido a que el problema económico es un problema de asignación y no de
prioridades, el significado económico de una unidad de un bien depende más del
número que de la clase. A menudo también pasan por alto la aplicabilidad de
distinciones tales como la que existe entre rentas de escasez, por un lado, y
beneficios monopolísticos, por el otro.
    
    Estas dificultades explican en parte el carácter artificioso de la economía
elemental que, si bien no presenta serias pretensiones intelectuales, escapa muchas
veces a los profanos que tratan de abordarla, de modo parecido a como una pastilla
de jabón, al caer en la bañera, se escurre entre los dedos de la persona que trata de
cogerla.

229
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    La segunda razón, y mucho más preocupante, que justifica la necesidad de
subrayar la importancia de los enunciados aparentemente trillados y elementales de
la economía residen en el hecho de que en los últimos veinte años los propios
economistas han ignorado a menudo dichos enunciados. Este descuido es
particularmente notable en la literatura sobre el desarrollo, especialmente en las
obras sobre asistencia técnica, que abundan en ejemplos de olvido de las simples
relaciones de la economía elemental.[266] 
    
     Se halla también muy extendida la práctica de tratar una actividad o un output
como una adición neta al output total, renta o riqueza, sin tener en cuenta los
empleos alternativos de los recursos, es decir, el coste. Este procedimiento es casi
universal en la literatura contemporánea sobre la industrialización patrocinada por el
estado y sobre el establecimiento de sociedades mercantiles nacionales, estatales o
subvencionadas por el estado, en que raramente son objeto de discusión las fuentes
o utilizaciones alternativas del capital requerido. Otro ejemplo destacado de la
práctica de descuidar los costes lo ofrece la terminología o nomenclatura de
numerosas organizaciones e instituciones oficiales denominadas bancos de
desarrollo o agendas de desarrollo en los países subdesarrollados. Sus fondos suelen
proceder en gran parte de la imposición (a veces de empréstitos garantizados
oficialmente) sobre actividades productivas, principalmente la producción y
comercialización de cosechas para el mercado, instrumento principal del progreso
material, en los países subdesarrollados. Estas instituciones financian a menudo
actividades políticamente populares pero antieconómicas, o partidos políticos, o el
gasto de personas influyentes. El llamarlas organizaciones de desarrollo prejuzga los
resultados de sus operaciones. Olvidar el coste de los recursos puestos a disposición
de estas organizaciones (en el sentido de usos alternativos de estos recursos) impide
una valoración válida de sus actividades. [267] 
    
     No obstante, un reconocimiento firme de que los recursos son limitados y de que
sus usos tienen que ser valorados en términos de alternativas sacrificadas es quizá la
idea más fundamental en economía. Su omisión afecta al fondo de la ciencia
económica como doctrina sistemática. En general se lee más acerca de necesidades,
demandas y ofertas (casi con un lenguaje militar, y un lenguaje militar pasado de
moda), que acerca de la oferta y demanda como función de los costes, precios y
rentas.
    
    La omisión de las proposiciones económicas elementales se ha extendido
actualmente a la macroeconomía. Un ejemplo, o una serie de ejemplos, lo ofrece la
frecuente —casi habitual— costumbre de tratar la situación de la balanza de pagos y
las perspectivas de los países subdesarrollados sin hacer referencia a las políticas
monetarias, o a los efectos de los precios interiores, rentas o tipos de cambio en el
volumen de las importaciones y exportaciones. Por otro lado, una reducción del
volumen de exportaciones de una mercancía de un país se considera a menudo

230
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

como prueba de una disminución de la demanda de dicha mercancía, lo cual crea


una confusión entre la oferta proveniente de una fuente y la demanda total. Estos
errores se ven muchas veces en obras aparentemente muy elaboradas y técnicas.
Estos y otros de efectos mencionados en este ensayo no se encuentran, desde luego,
en toda la literatura sobre desarrollo, pero están muy extendidos, especialmente en
la literatura académica y oficial más difundida e influyente.
    
    Hay dos puntos relacionados con esta omisión de los métodos y proposiciones
elementales de la economía en los que me gustaría detenerme un momento. El
primero es quizá de aclaración. El peso de mi crítica se dirige al hecho de que
simplemente se ignoren estas importantes proposiciones y no al hecho de que se
examinen de nuevo y se desechen a la luz de la subsiguiente información, o de que
se consideren inaplicables en un caso particular. El segundo se refiere a que este
olvido de los principios elementales de la economía va a menudo acompañado de
un olvido igualmente notorio de la simple evidencia empírica. Por ejemplo, un tema
frecuente de las obras más destacadas sobre desarrollo es la pretendida presencia de
un círculo vicioso de la pobreza, esto es, la idea de que la misma pobreza levanta
obstáculos insuperables a su propia superación, lo cual puede tan sólo remediarse
mediante la afluencia de recursos externos en forma de donación o ayuda. Esta tesis
es incompatible con la evidencia empírica más obvia, incluido el fenómeno del
desarrollo como tal. Estos errores impiden el establecimiento de una base empírica
razonable para la economía del desarrollo y tienen también importantes
implicaciones para la política económica. Por ejemplo, durante la pasada mitad del
siglo, como consecuencia del impacto de un cambio rápido y desigual, han surgido
serios problemas que requieren la intervención del estado en muchos países pobres.
Es evidente que no se plantearían en una sociedad paralizada, atrapada en el círculo
vicioso de la pobreza.
    
     El olvido de proposiciones comúnmente aceptadas de economía elemental y
procedentes de la evidencia empírica ha hecho que muchas de las principales
publicaciones sobre desarrollo sean inútiles o confusas parodias de la realidad: en
lugar de aclarar el panorama confunden los hechos. De igual modo, estas
publicaciones apartan el interés de la importancia de la economía y de las
posibilidades de vigorizar las fuentes del progreso material. Así, buena parte de la
literatura sobre economía del desarrollo en lugar de fomentar ha retrasado el
progreso de un campo de estudio posiblemente de gran interés intelectual e
importancia práctica.
    
    8. MENOSPRECIO DE LOS ESTÁNDARES
    
    Existen serias dificultades para introducir y quizás incluso para mantener unos
estándares seguros y previamente convenidos en análisis económico, en la
utilización de conceptos, procedimientos y en la aceptación de conclusiones. Las
dificultades emanan en gran parte de la falta de experimentos, de la variabilidad de

231
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

los parámetros, de los problemas de selección de las variables apropiadas, de los


usos y limitaciones de la observación directa y de la intrusión de influencias
políticas en una discusión claramente técnica. En la economía del desarrollo la
actuación de estos factores se ve reforzada por la importancia evidente de las causas
determinantes no fácilmente susceptibles de análisis económico, por la interacción
de variables y parámetros, por el desconocimiento de la organización institucional y
por los costes y dificultades especiales de la observación directa, así como por las
escasas garantías que ofrecen las estadísticas recogidas por otros y muchas veces en
circunstancias poco propicias. La observación directa y las fuentes primarias se han
descuidado en buena parte de la literatura del desarrollo. Como resultado de este
descuido, los economistas del desarrollo a menudo analizan sociedades, sistemas y
situaciones que no conocen; literalmente, no saben de lo que están hablando.
    
    Los obstáculos para la adopción de un razonamiento técnico y de las actitudes
apropiadas para ello se ven acentuados en este campo por un interés abrumador por
la política, incluso más intenso y generalmente sentido que en otras ramas de la
economía. Esta preocupación es tan profunda que con frecuencia ha prestado un
carácter evangelizador y casi mesiánico a buena parte de la discusión, lo cual no es
apropiado tratándose de una materia técnica. [268] 
    
     La economía debe mucho, incluido su nacimiento y gran parte de su actual
apoyo financiero, a las preocupaciones por los problemas de política económica,
tanto por parte de los especialistas en la materia como por parte del público en
general. La relación entre el interés público y los recursos disponibles para estudio e
investigación aparece clara en la economía del desarrollo. Este interés ha servido a
veces para fijar la atención en el examen de objetivos esenciales y no en
trivialidades. Pero esta preocupación por la política económica ha contribuido a
crear una confusión entre el desarrollo de la política económica y el progreso del
conocimiento (o, más aproximadamente, a la confusa identificación de estos
objetivos distintos) y ha perjudicado mucho a la economía, en especial a la
economía del desarrollo. Mientras estos inconvenientes y problemas se hallan
también presentes en otras ramas de la economía, son particularmente evidentes en
la economía de los países subdesarrollados, cuyo empobrecimiento y confusión
intelectuales parecen a veces inevitables. Este empobrecimiento se esconde a
menudo tras la fachada de un lenguaje casi matemático, de modo parecido a como
se esconden las barracas de las ciudades de los países pobres tras una hilera de
modernos edificios o de cercas levantadas especialmente a lo largo de las
principales calles o carreteras que llevan a los aeropuertos.
    
    Una fe injustificada en la importancia de la economía para el análisis y fomento
de las fuerzas del desarrollo material e, incluso más, en su utilidad inmediata para
estos fines, ha impedido la realización de sus limitadas pero considerables
posibilidades. Sin embargo, se observan algunos signos alentadores. Algunos de los
trabajos más recientes a cargo de jóvenes intelectuales aparecen llenos de

232
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

inspiración de promesas: reflejan el reconocimiento de la existencia cíe requisitos


previos a todo estudio erudito así como de las limitaciones y posibilidades de la
materia.
    

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CAPITULO VIII
EL ESTUDIO DE LAS ECONOMÍAS SUBDESARROLLADAS
[269] 

    1. LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS ECONÓMICO


    
     El análisis económico es muy importante para la explicación de muchos
fenómenos del mundo subdesarrollado y para la valoración de muchas medidas de
política económica. Por otro lado, el análisis no puede explicar tan fácilmente los
diversos factores que se encuentran en la base del desarrollo económico, ni mucho
menos prever la probabilidad de que ocurra, aunque eventualmente puede que
consiga mejor lo primero, especialmente si se relaciona con otras disciplinas Al
tratar de estas cuestiones, me referirle someramente a varios problemas en lugar de
centrar la discusión en uno solo de ellos. Esto puede ayudar a percibir la amplitud y
diversidad del mundo subdesarrollado, el alcance y variedad de los problemas
teóricos y prácticos que presenta y quizá también la naturaleza amorfa de esta rama
de la economía.
    
    Si bien se oyen todavía voces disidentes, la importancia del análisis económico
para los países pobres es hoy día más fácilmente aceptada que hace diez o veinte
años. Respecto d una larga serie de cuestiones esta importancia no se discute, desde
el momento en que algunas de las proposiciones de la economía derivan
directamente de la limitación universal de los recursos. Los gobiernos de los países
subdesarrollados reconocen tal importancia en su práctica de imposición sobre los
bienes e actividades que deben restringirse y al subvencionar los que deben ser
fomentados. Esta práctica sólo tiene sentido si la demanda de unos bienes
determinados es función positiva y su oferta función negativa del precio y de la
retribución (esto es, si la gente desea alcanzar sus objetivos, cualesquiera que éstos
sean, al mínimo coste en términos de recursos escasos), lo cual concuerda con los
postulados de la teoría económica elemental. En efecto, la aplicabilidad del análisis
económico surge en contextos inesperados. En los años cuarenta en Nigeria los
precios de las prometidas aumentaron considerablemente con el aumento general de
los precios de los bienes. El control del gobierno sobre los precios de las prometidas
fue muy controvertido y discutido oficialmente, pero fue rechazado cuando se
percibieron las dificultades de su fijación.
    
    Los principios básicos de la macroeconomía también han sido aplicados con éxito

233
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

en los países subdesarrollados. En la Costa de Oro, en 1947, el fallecido H. S.


Booker, en un estudio no publicado, predijo que, a menos que se aumentara la
presión fiscal o se relajaran los controles a la importación, se produciría una seria
escasez de bienes de consumo tras la próxima cosecha de cacao, tan grave que
podría dar lugar a disturbios internos. La predicción, basada en gran parte en la
técnica del análisis de la renta y del gasto nacional, no fue tomada en consideración,
pero se cumplió enteramente.
    
    2. DIFICULTADES Y OPORTUNIDADES
    
    El estudio de las economías subdesarrolladas se suele enfrentar con especiales
dificultades, pero al mismo tiempo ofrece oportunidades insospechadas.
    
    Una dificultad evidente es la inadecuación o la falta de determinados tipos de
estadísticas, especialmente demográficas, sobre la renta nacional y el empleo. Aun
cuando se dispone de ellas, están a menudo sujetas a limitaciones conceptuales y
prácticas, especialmente las estadísticas relativas a la renta nacional cuando el
output de subsistencia es importante, y las estadísticas sobre el grado de ocupación
cuando la especialización es incompleta. Por otro lado, como indicaré en breve,
muchas veces se cuenta con estadísticas excelentes e ilustrativas para determinados
sectores de estas economías.
    
    Otra dificultad es encontrar el camino para observar uniformidades en un paisaje
social muchas veces extraño, debido a que las instituciones, y especialmente los
valores y costumbres, difieren de los nuestros, lo cual requiere una adecuación de
nuestros puntos de vista a ellos. En el África oriental con frecuencia se tiene ganado
por razones estéticas o de prestigio; pero también en Occidente se absorben
importantes recursos en el mantenimiento de animales no destinados al trabajo o a
la alimentación. Las diferencias en los valores y las instituciones pueden afectar a la
importancia comparativa de diversas variables económicas, dificultando la
observación de su comportamiento, pero sin influir en la aplicabilidad y validez del
análisis económico. Así, por ejemplo, dentro de las oportunidades que caben, las
respuestas de las personas a los cambios de las variables pertinentes, por ejemplo
precios y salarios, en gran número de países y en cuanto a muchas actividades es
igual que en Occidente y, como acabo de decir, esto se advierte en la política
gubernamental de todo el mundo subdesarrollado. Cuando aparecen nuevas y
ventajosas oportunidades, las respuestas son a menudo masivas y rápidas, como en
el desarrollo del cultivo de productos para el mercado por los pequeños propietarios
de Asía y África o en la emigración en gran escala de los trabajadores del sur da la
India a Malaya y Ceilán, la cual, cuando fue posible, respondió de forma muy
estrecha a los cambios de las respectivas condiciones económicas. Estos grandes
cambios se produjeron en comunidades que se creían rigurosamente sometidas a la
influencia de la costumbre y la tradición.
    

234
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    Con todo, las condiciones de los países subdesarrollados ofrecen algunas


oportunidades útiles y posiblemente inesperadas al economista.
    
    Buena parte de la información de los países subdesarrollados, o acerca de ellos,
es adecuada para que pueda llevarse a cabo un examen de las hipótesis económicas
y para el establecimiento e incluso medición de las relaciones entre las variables
económicas. Esto se debe por lo menos a dos razones. La primera consiste en que
una gran parte del output de estos países procede de productos primarios no
elaborados, lo cual evita algunos de los difíciles o insolubles problemas planteados
por las diferencias y variaciones en la calidad de los bienes y la composición del
output. La segunda razón es que los costes del transporte son a menudo muy
considerables y la comunicación entre los mercados locales muy difícil. Esto da
lugar a situaciones idénticas en todos, o en la mayor parte de los aspectos más
relevantes, salvo en una o dos variables cuyo comportamiento y relación puede
investigarse.
    
    Basta aquí un solo ejemplo. En la compra de cacahuete de Nigeria, la
combinación de una mercancía estandarizada, con submercados claramente
separados, y las diferencias en el número de compradores, han posibilitado la
investigación de los efectos del número de compradores sobre los precios percibidos
por los productores. En Nigeria el cacahuete para la venta se produce en dos
regiones muy distantes. En 1949- 1950, cuando se llevó a cabo la investigación,
mientras en una región había tan sólo dos comerciantes que compraban cacahuete,
en la otra había unos veinte (si bien los números en cada ciudad o poblado eran
considerablemente inferiores). En ambas regiones los precios mínimos a pagar por
los comerciantes fueron fijados oficialmente. En la primera región, los precios reales
de mercado no excedieron en ningún lugar a los mínimos oficiales, mientras que en
la otra región los rebasaron ampliamente en numerosos mercados. Había una
correlación indudable en cada mercado entre el número de comerciantes y el exceso
de los precios reales sobre los oficiales. Este ejemplo ilustra el principio
frecuentemente repetido de que un aumento del número de comerciantes tiende tan
sólo a aumentar los costes, sin mejorar la relación de intercambio de sus clientes.
    
    Puede también observarse muy bien en los países subdesarrollados un importante
aspecto del desarrollo consistente en la interacción de las variables económicas y el
medio ambiente general, es decir, la interacción de rentas, precios, cantidades y
otras variables económicas ordinarias, con otros factores o influencias, tales como
las actitudes, necesidades e instituciones, cuyas variaciones se ignoran
deliberadamente para muchos de los fines del análisis económico. Por ejemplo, en
muchos países subdesarrollados el cultivo provechoso de productos para el mercado
ha provocado la aparición de la propiedad individual de la tierra. En Malaya y
Ghana los árboles de caucho o de cacao son ya de propiedad individual, mientras
que mucha tierra contigua destinada a cosechas de subsistencia se encuentra todavía
bajo algún tipo de propiedad comunal, si bien puede verse que esto va

235
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

desapareciendo. Por consiguiente, en el panorama contemporáneo se observan, y a


veces muy claramente, procesos similares a los que se produjeron siglos atrás en los
países actualmente desarrollados.
    
    En resumen, la economía explica de modo satisfactorio mucho de lo que ocurre
en los países subdesarrollados. Explica fácilmente las grandes fluctuaciones
estacionales y anuales de los precios del producto agrícola local, fenómeno general
en el mundo subdesarrollado que refleja el marcado grado de rigidez de la oferta y
la demanda en períodos cortos. Esto a su vez refleja la estrechez de los mercados en
el espacio y en el tiempo, debida en gran parte al bajo nivel del transporte y de las
posibilidades de almacenamiento. Por otro lado, el análisis económico ayuda a
calcular los efectos de determinadas medidas específicas de política económica, con
las que a menudo se tropieza en los países subdesarrollados, tales como cargar
rentas en las tierras enajenadas oficialmente que varían sólo según la cosecha
cultivada y no según su situación o fertilidad, o la prohibición de exportar por
debajo de determinados estándares, y muchas otras más. El análisis económico es
también claramente apropiado para una valoración de los efectos más simples de las
modificaciones de los impuestos y, ciertamente, de algunas de las principales
consecuencias de políticas de mayor alcance, tales como la imposición para el
desarrollo mediante el ahorro forzoso.
    
    3. DOS ENFOQUES SIN ÉXITO
    
    Todos estos problemas mencionados suelen ser de gran interés, pero no
constituyen el objeto principal del interés de los economistas y de otras personas en
los países pobres. Desde el siglo XVIII por lo menos, el interés primario en este
campo estuvo, y todavía está, entre las causas determinantes del desarrollo
económico, en realidad entre las causas de la riqueza de las naciones.
    
    Dos teorías muy controvertidas respecto a esta serie de problemas no han tenido,
según creo, demasiado éxito.
    
     La primera teoría considera el desarrollo como determinado en gran parte o en su
totalidad por la acumulación de capital, una teoría repetidamente expresada en los
modelos formales de crecimiento. (Estos modelos suelen derivar de los modelos de
crecimiento de Harrod y Domar. Pero estos pioneros y sus seguidores inmediatos no
se preocuparon primordialmente del desarrollo histórico a largo plazo de las
sociedades. Su principal interés se centró en las condiciones del crecimiento
sostenido de las sociedades industriales adelantadas.) [270]  Al hacer hincapié en el
capital, estos modelos ofrecen un cierto parecido con las discusiones de la economía
clásica. Pero este parecido es bastante superficial. Los autores clásicos, incluidos
Adam Smith y Marx, relacionaron estrechamente la acumulación de capital como
motor del desarrollo con las actitudes y conducta de determinados grupos,
organizaciones y clases, como los comerciantes, los gobiernos y la burguesía, y con

236
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

las actitudes, relaciones e instituciones sociales y con sus respectivos cambios.


Algunos de los modelos de crecimiento más influyentes abstraen esas fuerzas y
aparentemente tratan el progreso a largo plazo como dependiente tan sólo del
desembolso de capital, abstracción que diferencia a este enfoque moderno del de los
autores clásicos.
    
     En fechas más recientes, este énfasis en el capital se ha considerado cada vez
más inadecuado, debido a varias razones entre las que figuran el evidente fracaso de
muchos programas de inversión a gran escala, especialmente en los países
subdesarrollados; el reconocimiento del muy limitado poder explicativo de la
relación capital-producto; el renovado énfasis sobre la dependencia de la
productividad de los activos físicos del mercado para su output, y de la presencia de
factores complementarios, especialmente conocimientos prácticos y actitudes
apropiadas; y, en general, el reconocimiento de que un gasto no resulta productivo
por el simple hecho de que se trate de una inversión a plazo.
    
    Estos y otros motivos de escepticismo han sido confirmados por estudios
estadísticos que muestran que ni en el Reino Unido ni en América el crecimiento
del capital físico puede explicar todo o la mayor parte del crecimiento secular de la
renta. Tampoco está claro, en el caso especial pero no insólito de la decadencia
económica, cómo puede encajar en una teoría del desarrollo basada totalmente o en
buena parte en el crecimiento del capital.
    
     El reconocimiento de la inadecuación del capital físico, y a fortiori del gasto de
inversión, ha influido como instrumento de desarrollo en la política económica. Así,
por ejemplo, las propuestas y programas de ayuda exterior admiten cada vez más
que el desembolso de capital por sí solo no conseguirá gran cosa si no va
acompañado de cambios en las instituciones y actitudes.
    
     Así, pues, si bien la acumulación de capital físico puede contribuir
sustancialmente al desarrollo económico, no es un factor suficiente y, muchas veces,
ni tan sólo principal. La apertura de nuevos mercados, el establecimiento de
contactos exteriores, los cambios de actitudes, conducta, costumbres y necesidades,
la expansión de los conocimientos teóricos y prácticos juegan generalmente un
papel tan importante en el desarrollo como el crecimiento de capital físico, en
particular en las sociedades preindustriales y especialmente antes de que la sociedad
haya sido imbuida de economía monetaria.
    
    Otro punto de vista muy discutido, pero a mi entender estéril, acerca de la teoría
general del desarrollo es el de los estadios del desarrollo, que trata de presentar la
historia como una predecible serie de fases sucesivas y necesarias. Esta teoría no es
nueva, pero en general los historiadores económicos no la han encontrado
aclaradora para explicar el desarrollo (o decadencia) de las sociedades. En alguna de
las formulaciones recientes más discutidas no parece claro lo que la teoría dice

237
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

acerca de las causas del desarrollo, va que a veces hace hincapié en ciertas variables
clave, mientras otras veces afirma que el desarrollo depende de un número
indefinido de factores a menudo indeterminados, afirmando de hecho que el
desarrollo depende de la presencia de factores que contribuyen al crecimiento.
Precisamente debido a que el movimiento a largo plazo de cualquier sociedad
depende en gran parte de fuerzas y acontecimientos imprevisibles, la teoría de los
estadios del desarrollo comporta necesariamente formulaciones tan vagas y abiertas
que resultan inadecuadas. Esta consideración señala importantes limitaciones a la
aplicabilidad de técnicas y métodos de pensamiento, incluido el análisis económico,
apropiados para el estudio de fenómenos que en la práctica o en principio se repiten
o son repetibles, como son la mayoría de los fenómenos estudiados por las ciencias
naturales y muchos de los que estudian las ciencias sociales. Sin embargo, el
proceso histórico de sociedades enteras es único en sus principales elementos. Este
problema constituye un aspecto de la radical diferencia entre la valoración de una
situación o la predicción del resultado probable de un cambio de unas variables
específicas, por un lado, y la predicción del futuro desconocido, por otro. No voy a
detenerme en este punto, ya que sería tan sólo una reflexión inoportuna sobre el
tratamiento clásico que el profesor Popper da a este problema. [271] 
    
    4. ALGUNOS EJEMPLOS DE DESARROLLO
    
    Ni los modelos formales de crecimiento ni tampoco las teorías de los estadios del
desarrollo ayudan a explicar o predecir el desarrollo a largo plazo de toda una
sociedad. Pero esto no excluye la posibilidad de generalizaciones específicas acerca
de algunos de los principales aspectos o causas determinantes del desarrollo
material. En efecto, en la tradición de la literatura económica aparecen
generalizaciones específicas sobre estas cuestiones, en vez del establecimiento de
sistemas completos, aun cuando no puedan expresarse en términos de análisis
convencional o formal. Los ejemplos comprenden la relación entre las dimensiones
del 'mercado, la especialización y productividad y la importancia para el desarrollo
de las costumbres de "orden, economía y atención en las que la vida mercantil
forma a un comerciante". [272]  Generalizaciones de este tipo no son tan limitadas
como los modelos de crecimiento preocupados por el desembolso de capital, ni tan
ambiciosas como la reciente teoría universal de la historia reflejada, por ejemplo, en
la teoría de los estadios de desarrollo. Pero tales generalizaciones, si bien
aparentemente simples, pueden revelar algunos factores del proceso de desarrollo.
    
    Para empezar, una afirmación cierta aunque negativa. Los recursos físicos
naturales, especialmente la tierra fértil o los minerales ricos, no son las únicas o
incluso las principales causas determinantes del desarrollo material, si bien la
generosidad desigual de la naturaleza puede muy bien explicar las diferencias de
niveles de vida y bienestar de las distintas partes del mundo subdesarrollado. Se ha
sabido siempre que los recursos físicos son inútiles si el capital o la mano de obra

238
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

no los desarrolla, o si no hay acceso a los mercados. Y se sabe también que la


importancia de la tierra y otros recursos naturales en la producción es cada vez
menor. No obstante, el reciente y rápido desarrollo de algunos países
subdesarrollados, escasamente dotados de recursos naturales, ha constituido una
sorpresa, aunque quizá no habría debido ser así a la vista de la experiencia japonesa.
Un caso reciente, pero ya clásico, es el de Hong Kong que a pesar de no disponer
prácticamente de materias primas, ni combustibles, ni fuerza hidroeléctrica, y tener
muy poco suelo fértil y sólo un mercado nacional muy limitado, ha progresado de
manera inaudita.
    
    La industria del caucho natural, que ha sido la causa principal del rápido
desarrollo de Malaya y de la transformación económica de este país y de buena
parte del sudeste asiático, debe poco a los escasos recursos naturales o a cualquier
otro recurso local. El árbol del caucho, que es de origen sudamericano, no requiere
un suelo particularmente fértil y crece prácticamente en cualquier parte de la selva
bajo la lluvia de los trópicos. El suelo de Malaya y Sumatra, los dos principales
países productores, es generalmente pobre y sus territorios no poseían una mano de
obra notable ni recursos de capital cuando la industria del caucho empezó allí hace
tan sólo unos sesenta años. Las principales causas de este desarrollo fueron la
presencia de comerciantes europeos y de una administración estable, así como el
acceso a grandes reservas de mano de obra en el sur de la India, China y Java y a
los mercados de capital de Europa occidental.
    
    5. DIFERENCIAS DE APTITUDES ECONÓMICAS
    
    Otra serie de cuestiones se refiere a las considerables diferencias entre individuos
y grupos en cuanto a aptitudes económicas, tales como carácter industrioso, espíritu
de empresa, y la curiosidad y capacidad de percibir y explotar las oportunidades
económicas. En una economía de subsistencia estas aptitudes tienen muy poca
importancia y pasan desapercibidas, pero entran en juego muy pronto en las
economías jóvenes, especialmente con el desarrollo de la economía monetaria. Hay
claros ejemplos de ello en el desarrollo de determinados grupos étnicos,
especialmente si son inmigrantes, en un buen número de países subdesarrollados.
En todo el mundo subdesarrollado los inmigrantes, en un principio sin dinero y a
menudo sin cultura, han dejado completamente atrás en pocos años a la población
local.
    
     Dos ejemplos muestran cómo las especiales circunstancias de la sola migración
no explican esto. En Malaya hay una gran masa de población india y china. La
mayor parte de ambas comunidades llegó a dicho país en las últimas décadas como
peones muy pobres y analfabetos. En pocos años los chinos se desarrollaron mucho
más que los indios. Otro ejemplo es Israel. Las autoridades establecieron allí un
determinado número de pueblos separados en la misma región para los inmigrantes
recién llegados procedentes de diversos países, a los que proporcionaron

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

aproximadamente el mismo montante de capital e idéntico equipo por familia. En


uno o dos años aparecieron en la misma región considerables diferencias en cuanto
a prosperidad entre pueblos habitados por judíos europeos y judíos indios.
    
    Las diferencias de capacidad económica se reflejan en muchos aspectos y
problemas del desarrollo económico, incluidos, por ejemplo, los de superpoblación.
Los chinos pueden ganarse la vida en zonas a menudo consideradas
irremisiblemente como superpobladas, como por ejemplo Hong Kong y la India
occidental. En esta última, que se estima generalmente como muy superpoblada, ha
tenido que excluirse por disposición legal la entrada prospectiva de inmigrantes
chinos y libaneses.
    
    Se sabe muy poco acerca de los factores climáticos, biológicos, culturales y
sociales que se encuentran en la base de estas diferencias en las cualidades y
comportamiento económicos, y de su aparición, persistencia o desaparición. Es
probable que los factores climáticos y otros factores geográficos jueguen un papel
importante. Vale la pena notar que, con excepción de unas pequeñas regiones con
las que el mundo desarrollado ha establecido directamente estrechos contactos,
todos los países tropicales son subdesarrollados. Por el contrario, casi todos los
países de la zona templada son comparativamente muy desarrollados. Aun
admitiendo necesidades muy inferiores en cuanto a habitación y vestido, la
concentración de la pobreza en los trópicos es notable Con independencia de la
construcción de importantes monumentos, las diferencias en el desarrollo material
general entre el mundo tropical y las zonas templadas son de varios siglos.[273] 
    
     Por otro lado, muchas de las diferencias que actualmente se observan en cuanto
a prosperidad entre el norte y el sur de Italia se remontan por lo menos a la Edad
Media. Desde entonces el norte ha ido muy por delante del sur en cuanto a progreso
científico, intelectual, artístico, comercial e industrial y fue también la cuna de los
viajes italianos de descubrimiento. Parece desconocerse qué parte del progreso del
norte refleja factores étnicos o climáticos, o qué parte han aportado los inmigrantes
del sur o de otros países.
    
    Aunque algunas de estas diferencias en las cualidades económicas son bastante
constantes, otras, especialmente la capacidad para manipular los instrumentos y
procesos técnicos, pueden cambiar comparativamente muy aprisa. La rápida
aparición del Japón como nación industrial en el siglo XIX es bien conocida. [274] 
Menos conocida, y en algunos aspectos incluso más sorprendente, fue la
transformación económica de Suecia a finales del siglo XIX. Por otro lado, los
pueblos de África al sur del Sahara ni habían inventado la rueda ni, hasta muy
recientemente, la adoptaron cuando llegó a su conocimiento. Actualmente están
aceptando de buena gana los modernos equipos la moderna tecnología. Algunas
actitudes y costumbres, que afectan considerablemente al desarrollo económico,
parecen muy firmes en el propio país, mientras raramente se encuentran en el

240
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

extranjero. Las comunidades del sur de la India establecidas en Malaya procedentes


de algunas regiones de la zona rural de Madras, donde se observa estrictamente el
secular régimen de castas, abandonan este régimen fácilmente cuando salen de la
India.
    
    El estudio de las diferencias étnicas, a menudo pronunciadas en la vida
económica, y de los factores geográficos, climáticos, genéticos y otros varios
factores en los que aquéllas se fundan, puede ser ahora más ilustrativo y
significativo que en el pasado debido a los avances en biología, biométrica, genética
y climatología. Estos avances deberían permitirnos observar, valorar y quizás
incluso controlar algunos de los efectos del clima en la vida económica, incluso
considerada a largo plazo. No hay razón para que nos sorprendamos, ni mucho
menos para que nos indignemos, ante este reconocimiento explícito de las grandes
diferencias existentes en las facultades económicas entre personas y grupos, no más
que ante el reconocimiento de las que existen en los atributos y cualidades físicas o
intelectuales entre personas y grupos. Por otro lado, aunque se descubriera que tales
diferencias son profundas y persistentes, esto no implicaría ninguna regla específica
de política económica.
    
    6. CONTACTOS EXTERNOS Y DESARROLLO ECONÓMICO
    
    En la mayor parte del mundo subdesarrollado, en los trópicos y en cualquier otro
lugar, las regiones y sectores más prósperos actualmente son aquellos con los que
ha establecido contacto el mundo desarrollado: las ciudades y puertos de la India y
su vecindad: las zonas de producción de cosechas para el mercado y los puertos de
almacenamiento del sudeste asiático, de África occidental y América latina; y las
zonas de producción de minerales de África, del Oriente Medio y del Caribe. Por el
contrario, en África, Asia y América latina las poblaciones más pobres y atrasadas
son generalmente las poblaciones con escasos o ningún contacto exterior, siendo los
aborígenes el caso extremo. Aunque puede haber algunas raras excepciones, que
deben incluirse entre los casos curiosos, la conexión general entre contactos
exteriores, en todo caso contactos pacíficos, y el desarrollo económico es corriente
en la historia económica y social. En la Edad Media las regiones más avanzadas del
este y centro de Europa y Escandinavia, que se hallaban entonces atrasadas, fueron
las que mantenían relaciones con Francia, los Países Bajos e Italia. Y la diferencia
de prosperidad material de las regiones costeras y el centro de España ha sido una
característica notable de la historia española y uno de los factores determinantes de
su curso.
    
     La conexión en los países subdesarrollados entre prosperidad material
comparativa y contactos externos no es sorprendente. Estos contactos son los
canales a través de los cuales los recursos humanos y materiales, las capacidades y
el capital de los países desarrollados llegan al mundo subdesarrollado. Estos
contactos abren nuevos mercados y fuentes de oferta y dan a conocer a la población

241
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

local nuevos bienes, necesidades, cosechas y métodos de cultivo. Engendran


también una nueva perspectiva hacia los bienes materiales y los modos de
obtenerlos. Y, quizá lo que es más importante, socavan las costumbres, actitudes y
valores que obstruyen el progreso material. Por otro lado, en los países pobres, los
sectores en contacto con comunidades más ricas atraen también a los grupos e
individuos de la población local más sensibles a las oportunidades económicas. Es
evidente que estas cuestiones afectan grandemente al desarrollo económico de los
países subdesarrollados, especialmente en las primeras etapas del desarrollo. En el
sentido más amplio, estos contactos fomentan una insatisfacción ante la situación
existente, la cual ha sido considerada como primera condición del desarrollo. Su
importancia difícilmente puede ser exagerada.
    
    Algunos de los profundos cambios originados por los contactos externos en el
mundo subdesarrollado contemporáneo, especialmente en el sudeste asiático y en
África occidental, son conocidos. Los contactos externos han transformado
muchísimo estas regiones. Quizá debiera mencionar un ejemplo mucho menos
corriente de cambio debido a contactos externos, que, sin embargo, es fundamental
y digno de tenerse en cuenta y sobre el que ha llamado la atención el profesor H.
M. Robertson de la Universidad de Ciudad del Cabo. [275]  Este profesor ha
subrayado repetidamente los efectos revolucionarios de las actividades de los
comerciantes europeos en la vida de los bantúes de Sudáfrica. El uso de la manta
como adorno se ha considerado a menudo como típico de la tribu de los bantúes;
pues bien, de hecho hasta finales del siglo XIX las mantas habían sido desconocidas
para esta gente, que se cubría con una piel conocida con el nombre de kaross.
Algunos comerciantes emprendedores llevaron las mantas a las tribus africanas y
encargaron especialmente su confección en Yorkshire. Así pues, lo que se considera
como un atuendo tradicional de las tribus fue en realidad ideado en el Reino Unido
a petición de comerciantes deseosos de diferenciar sus productos.
    
    En resumen, estos contactos arrastran partes del mundo subdesarrollado hacia un
sistema más amplio de vida económica internacional; al permitir a sus pueblos
acercarse a los recursos del mundo exterior, les ayudan a desarrollar y mantener su
economía por encima de la producción de subsistencia.
    
    Estas simples consideraciones repercuten en la curiosa y sugestiva teoría de que
la presencia de los países desarrollados y los contactos con ellos perjudican de
algún modo al desarrollo de los países más pobres, idea que es contraria a las
abrumadoras pruebas empíricas, incluida la de la clara conexión entre prosperidad y
progreso económico del mundo subdesarrollado y contacto con los países más ricos,
que ya he mencionado. Dichas consideraciones muestran también las implicaciones
de la ruptura del contacto entre los países subdesarrollados y los países
desarrollados a través de restricciones en la migración, el comercio y los
movimientos de capital, ya debido a la presión de intereses sectoriales o a motivos
políticos más amplios.

242
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
    En realidad, estos contactos ofrecen actualmente oportunidades excepcionales.
Debido a la presencia de países avanzados y de comunicaciones altamente
desarrolladas, el mundo subdesarrollado tiene un acceso más fácil a los frutos del
progreso científico y técnico del que tuvieron en el pasado los países actualmente
desarrollados. El acceso a este conocimiento acumulado podría ser tan útil como lo
fue el acceso a tierras vírgenes para otros países y en otros tiempos. La capacidad de
los países subdesarrollados para sacar ventaja de todo esto depende en gran parte de
las actitudes y aptitudes de sus propios pueblos, así como de las políticas
gubernamentales de promoción o restricción de los contactos internacionales.
    
     Los contactos externos por sí mismos son, desde luego, insuficientes para
garantizar el progreso si faltan los otros factores. La difusión del progreso material
de sectores avanzados a otros sectores depende de los factores humanos,
institucionales, culturales y políticos, además de los obstáculos físicos y
ocupacionales a la movilidad. En América latina los indios del Perú han
permanecido muy pobres a pesar de sus contactos exteriores, mientras que en
México los indios son a menudo importantes y prósperos. Asimismo, en la Edad
Media el norte de África Mantuvo extensos contactos con las regiones prósperas de
Europa, pero estos contactos lío impidieron su decadencia. Ibn Khaldun, el filósofo
e historiador árabe del siglo XIV, atribuía la decadencia del norte de África y el
fracaso de la penetración de las civilizaciones urbanas avanzadas en el mundo árabe
a la actitud débil e indiferente de la población rural reflejada en una vida nómada y
reforzada a su vez por ésta.
    
    Las sociedades, los grupos y las personas difieren en inclinaciones y aptitudes
para aprovecharse de las oportunidades económicas ofrecidas por los contactos con
economías desarrolladas, a través de nuevas ideas, métodos, grupos, bienes y
fuentes de oferta o mercados. Estas diferencias en la magnitud o velocidad de la
respuesta a las oportunidades ofrecidas por el exterior (que son ejemplos de
diferencias de capacidad y buena voluntad para percibir y explotar la oportunidad
económica en general) reflejan aspectos tales como diferencias de interés por el
progreso material o de apego a las diversas costumbres e instituciones contrarias a
él.
    
    7. LAS LIMITACIONES DE LA TEORÍA FORMAL
    
     Algunas de estas observaciones han llevado al lector lejos de las preocupaciones
habituales de la economía contemporánea. El economista puede muy bien preguntar
si dichas observaciones pueden ayudarle en su labor académica o profesional. Creo
que son apropiadas tanto para explicar una buena parte del panorama, como para
valorar las políticas económicas para el fomento del desarrollo económico de los
países pobres, en general, y de algunas regiones, en particular. De todos modos, no
son más que generalizaciones a título de ensayo y comparten este carácter de

243
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

ensayo con la mayoría de las demás generalizaciones sobre el proceso del desarrollo
económico. Cualquiera que sea su validez, la consideración de estas cuestiones
parece necesaria para cualquier estudio sobre el desarrollo que intente presentarse
como serio.
    
     Muchas de estas observaciones y generalizaciones no tienen relación alguna con
el convencional razonamiento económico formal (por lo menos con el análisis
económico formal de las últimas décadas). La insistencia en la gran importancia del
razonamiento económico para explicar los fenómenos de los países
subdesarrollados y aclarar situaciones o explicar algunos de los aspectos y
condiciones del desarrollo es perfectamente compatible con el reconocimiento de
sus limitaciones para predecir el curso del desarrollo. Esto se debe a que el
desarrollo a largo plazo depende en gran parte de las condiciones generales no
susceptibles de análisis económico y, lo que es igualmente importante, de cambios
imprevisibles de estas condiciones. Por consiguiente, sería preferible hablar de
progreso o desarrollo material, más que de desarrollo económico. Y aún más, el
economista no se halla particularmente cualificado para valorar las vastas
implicaciones del desarrollo económico o de los diferentes métodos para
promoverlo, ya en términos de felicidad personal o de resultados sociales y
políticos.
    
    Von Karman, un distinguido físico ya fallecido, solía decir que la profecía no era
una actividad científica y que, por consiguiente, no era cometido de la ciencia. Esta
observación puede aplicarse sin duda a las ciencias sociales. Nuestra labor es en
cierto modo similar a la atribuida por Collingwood a los historiadores, esto es,
"descubrir en la situación actual las características menos visibles para el ojo
indiferente". Esto es muy distinto de la especulación sobre el remoto y desconocido
futuro de una sociedad. Las pretensiones de la química han sido siempre más
modestas que las de la alquimia. Creo que en economía, especialmente en la
economía de los países subdesarrollados, al igual que en otras disciplinas, el
reconocimiento por los especialistas de las limitaciones de su materia es signo de
madurez y no de oscurantismo.
    
    8. COOPERACIÓN ENTRE DISCIPLINAS
    
    En el estudio de las economías subdesarrolladas puede haber un lugar para la
cooperación interdisciplinaria, especialmente entre antropólogos, economistas e
historiadores. Mediante tal cooperación pueden estudiarse de manera fecunda
situaciones y fases del desarrollo hasta ahora comprendidas de manera imperfecta.
Así se pueden estudiar algunas de las numerosas respuestas de diferentes grupos a
los cambios en las condiciones y oportunidades económicas. Por otro lado, dentro
de la serie de importantes e interesantes cuestiones relativas a la transmisión de
conocimientos, aptitudes, actitudes y alicientes entre países y grupos, hay muchos
ejemplos que quizá puedan ser eficazmente investigados por antropólogos,

244
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

economistas e historiadores conjuntamente.


    
     Hay muchos episodios o fenómenos específicos cuyo estudio interdisciplinario
puede resultar ilustrativo. Los ejemplos pueden incluir la rápida expansión de las
cosechas para el mercado producidas por la población local, o la actual
organización de algunas de sus industrias, como la del caucho de los pequeños
propietarios en la Indonesia actual (donde, en poco tiempo, en los años veinte y
treinta, se dedicaron millones de acres al cultivo del caucho por parte de pequeños
propietarios) o la de la nuez de kOla en Nigeria. Éstos son algunos de los ejemplos
de desarrollo masivo de la producción de cosechas para el mercado que pasaron
desapercibidos durante muchos años, y que en el caso de la kola ha implicado un
alto grado de organización de la producción, del transporte y el comercio,
enteramente por parte de la población local. Otro posible caso digno de estudio
sería el del paro de 1937-1936 en el cacao de la Costa de Oro, debido a una famosa
huelga de granjeros que afectó a más de 100.000 productores, quienes durante siete
meses dejaron prácticamente de vender cacao a los comerciantes. Una cuidadosa
investigación interdisciplinaria de este episodio podría dar resultados interesantes
acerca de la transmisión de información, la organización por parte de algunas
personas de un gran número de productores y sobre la capacidad de granjeros y
labradores para obtener víveres y otros bienes. Por otro lado, las enormes
diferencias, frecuentemente aludidas, entre los precios de las sustancias alimenticias
locales en regiones próximas podría también examinarse sobre una base
interdisciplinaria, para determinar hasta qué punto son ilusorias o reales, y si son
reales, hasta qué punto se explican en cada caso por los costes de transporte, la
inercia, la ignorancia, la costumbre, la ausencia de competencia o el casi monopolio,
todo lo cual tiene muy diversas implicaciones. Al hablar de estas cuestiones, puedo
añadir que la discusión seria acerca de los países subdesarrollados y sus problemas
se halla muy afectada por una gran falta dé monografías y ensayos eruditos sobre
países e problemas determinados. La investigación de estas cuestiones o de
problemas similares podría producir resultados ilustrativos; y no cabe duda de que
el proceso de investigación es probable que proporcione buena penetración en
economía.
    
     En el estudio de estos otros aspectos de las economías subdesarrolladas y del
desarrollo económico, la cooperación interdisciplinaria puede quizá proporcionar
otro beneficio incidental, pero posiblemente importante. Puede permitir el
aprovechamiento de la observación directa y del material no elaborado e,
inversamente, que se eviten los peligros que entraña la confianza en material de
segunda o tercera mano, incluidas las estadísticas sin examen de sus fuentes o
procedencia. Las estadísticas son necesariamente una forma de abstracción y se
utilizan de manera más eficaz si otros aspectos de la situación son también
conocidos, es decir, aspectos distintos de los cuantificados en las estadísticas.
    
    Puede que algunos teman que este sistema o método de estudio conduzca a un

245
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

detalle excesivo. Sin embargo, la preocupación por el detalle, en los estudios


interdisciplinarios o de otro tipo, puede ser muy provechosa en nuestro particular
campo de estudio. Creo que en los últimos años se ha hecho hincapié precisamente
en todo lo contrario. Quizá debiéramos recordar la máxima de Bacon
(recientemente citada por el profesor C. H. Philips) que dice que "a menudo ocurre
que las cosas pequeñas e insignificantes descubren las grandes mucho mejor de
cuanto puedan las grandes descubrir las pequeñas".
    

[Ir a tabla de contenidos]


CAPÍTULO IX
EL CONSENSO ESPÚREO Y SUS ANTECEDENTES [276] 

    En las dos partes del capítulo II hemos podido observar algunas referencias por
parte de distinguidos profesores al acuerdo unánime entre los expertos acerca de los
principales puntos de la economía y la política del desarrollo. Ciertamente el tenor
de la discusión pública sobre estas cuestiones principales parece reflejar la
presencia de un consenso de opinión. La naturaleza y contenido de este consenso,
así como sus antecedentes, constituyen el tema de este ensayo.
    
     Como el consenso se refiere a las cuestiones principales de la economía y la
política del desarrollo, varias de las cuales ya han sido examinadas previamente en
otros ensayos, la discusión sobre el consenso debe de algún modo superponerse a
dicho material. Sin embargo, uno de los objetos de este capítulo (especialmente en
esta primera parte) es proporcionar también una visión sinóptica de algunos de los
principales temas de este volumen. El resto del capítulo, sobre los antecedentes del
consenso, trata de las diversas influencias en el estado de opinión contemporáneo, y
de las cuestiones de método en economía del desarrollo que no han sido tratadas
antes en este volumen.
    
     En este capítulo, por tanto, se tratarán las variadas y posibles influencias que
existen tras la aceptación y fomento de las principales ideas de la actual literatura
económica del desarrollo. Como ya se ha observado en la introducción, esta
discusión es necesariamente un tanteo en el sentido de que las afirmaciones que en
ella se hacen no pueden ser demostradas de manera concluyente, como puede
hacerse cuando se trata de examinar la validez de las ideas en sí mismas o una
descripción de acontecimientos y sus consecuencias. Por ello, muchas de las
observaciones que siguen podrían muy bien haberse introducido mediante frases
calificativas (tales como "una posible explicación puede ser la siguiente"); sin
embargo, no he adoptado este procedimiento porque habría alargado una discusión
ya de por sí inacabable, cuya naturaleza de simple intento aparece clara por su
tema; por consiguiente, pido al lector que recuerde esta advertencia ya que no
siempre se la recordaré en el ensayo. Los diversos factores e influencias citados en

246
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

este capítulo se hallan interrelacionados y se refuerzan entre sí. Pero la naturaleza y


alcance de estas relaciones son a menudo difíciles o incluso imposibles de
establecer; y sería ocioso, además de pesado, tratar de indicarlos o especificarlos en
cada caso, de modo que también aquí debe bastar esta observación general.
    
    La discusión en este ensayo es larga, ya que abarca una larga serie de aspectos
del panorama intelectual contemporáneo. El tema del resto del libro —no incluido
en esta edición castellana— no se halla afectado en absoluto por el contenido de
este ensayo, de modo que los lectores no interesados por el examen de las
influencias que se hallan tras las opiniones un tanto confusas que se citan, o la
discusión de las fuentes y métodos, perderán poco con su omisión.
    
    1. UN CONSENSO ESPÚREO
    
    Demostraré, en primer lugar, que el consenso de opinión existente en la economía
contemporánea del desarrollo es espúreo, debido también, contrariamente a las
pretensiones de sus principales exponentes, a que no son ni siquiera generalmente
aceptados. [277]  Examinaré, pues, algunas de las causas que determinaron la
aparición de este pretendido consenso, así como algunas de las consecuencias e
implicaciones de la aceptación de sus ideas desprovistas de valor alguno.
    
    Existe un acuerdo muy pregonado entre los más destacados e influyentes
economistas del desarrollo acerca de las principales características de los países
subdesarrollados, las causas de su atraso material y las políticas apropiadas para su
desarrollo. Tan gran acuerdo acerca de la descripción, análisis y política en una de
las principales ramas de la economía aplicada es inesperado, va que la
imposibilidad (tanto pretendida como real) de llegar a un acuerdo incluso en
análisis, sin hablar de política, ha sido durante largo tiempo uno de los ataques más
corrientes que se han dirigido contra los economistas. Desgraciadamente, este
consenso está constituido por ideas y propuestas que son incompatibles con la
simple observación empírica, con las establecidas y elementales proposiciones de la
economía y también con las conclusiones ampliamente aceptadas y bien
documentadas de disciplinas análogas, especialmente la historia económica y la
antropología social. Esta paradoja y su origen e implicaciones son el objeto
principal de este ensayo.
    
     Mi principal propósito no es criticar las conclusiones de determinados autores o
incluso escuelas de autores sino más bien examinar algunas de las ideas
predominantes en una de las principales ramas de la economía, así como los
antecedentes de su aparición y aceptación. Por consiguiente, no me referiré de
manera crítica a determinados autores, excepto en beneficio de la claridad o de la
exposición, o bien para mostrar que el problema en cuestión ya ha sido
efectivamente tratado. [278]  Este método permitirá centrar la atención en las
principales ideas y aspectos que en una controversia específica se pasarían por alto.

247
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

Por la misma razón me referiré sólo ligeramente a los principales componentes del
consenso, que de todos modos han sido ya tratados en anteriores capítulos.
    
    Existen, desde luego, diferencias en cuanto a énfasis y enfoque entre los
firmantes del consenso; y hay también economistas académicos, a menudo con altos
cargos, que rechazan el consenso. Pero ni las diferencias entre los partidarios ni la
presencia de disidentes han afectado a la sustancia o tenor del fondo de la discusión.
En efecto, destacados exponentes del consenso han llegado incluso a afirmar que la
no aceptación de los principales elementos del mismo refleja falta de competencia.
    
    2. PRINCIPALES ELEMENTOS DEL CONSENSO
    
    Los principales componentes del consenso son los que se examinan a
continuación. Se dice que la primera característica común de los países
subdesarrollados es su extrema pobreza, la cual, por una parte, los distingue de
manera clara del mundo desarrollado y, por otra, establece una semejanza básica
dentro del mundo subdesarrollado a efectos de descripción, análisis y política
económica. El mundo subdesarrollado no sólo es pobre sino que se halla también
paralizado, ya que la pobreza se perpetúa. La pobreza pasada ocasiona la miseria
futura a través de la actuación del círculo vicioso de la pobreza, va que la pobreza
misma levanta obstáculos prácticamente-insuperables, principalmente al impedir la
formación del capital requerido para el aumento de la renta. La pobreza pasada, que
inició el círculo vicioso, es a su vez resultado de un accidente histórico y de la
dominación colonial. Los países ricos de Occidente han contribuido de varias
maneras al estado del mundo subdesarrollado, principalmente a través de la
explotación colonial, a través de la actuación del efecto demostración internacional,
y a través de políticas comerciales restrictivas que restringen los mercados a la
exportación de los países subdesarrollados, lo cual perjudica sus economías de
varios modos, especialmente retrasando el desarrollo de la industria manufacturera y
reduciendo más la desfavorable y deteriorada relación de intercambio de los países
subdesarrollados.
    
    Otras características del atraso del mundo subdesarrollado destacadas por el
consenso incluyen el rápido crecimiento demográfico, los reducidos mercados
interiores, la responsabilidad del sistema de propiedad y de rentas altas por la
paralización de la agricultura, la insignificancia cuantitativa de la industria
manufacturera y la tendencia de la gente acomodada a derrochar sus ganancias en
consumo de lujo, a atesorar sus ahorros o a exportar su capital al extranjero, o bien
a destinarlo a usos socialmente improductivos.
    
    El consenso es sorprendentemente más pronunciado en cuestiones de política
económica que en cuestiones que son claramente descriptivas o analíticas. Los
aspectos más destacados del consenso en materia de política económica son: la
insistencia en una planificación central total (una gran medida de control estatal de

248
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

la actividad económica fuera de la agricultura de subsistencia); el ahorro forzoso


(imposición fiscal especial para el gasto de desarrollo financiado por el gobierno,
aparte de la inversión requerida por las funciones administrativas tradicionales y
necesarias); y la ayuda extranjera en gran escala (mediante donaciones
intergubernamentales o préstamos subvencionados). Estas políticas económicas
nacionales e internacionales son consideradas por el consenso como indispensables
para el progreso material de los países pobres. Otras políticas por las que se aboga
en gran manera comprenden un estrecho control de las relaciones económicas
exteriores, un desarrollo a gran escala de la industria manufacturera patrocinada o
explotada por el estado y una expropiación parcial o total de la propiedad
inmobiliaria.
    
    3. CRÍTICA DEL CONSENSO
    
    Defectos de fondo cometidos. — Una crítica detallada del consenso no es posible
ni apropiada aquí, ya que los principales componentes son examinados de manera
exhaustiva en otros lugares de este volumen. Sus elementos más importantes son
claramente no válidos, al ser incompatibles con la evidencia empírica, la lógica
elemental o los bien sentados principios de la economía. No obstante, las ideas que
de modo más claro carecen de valor son las que más insistente y generalmente han
sido publicitadas. Aquí están algunos ejemplos. El círculo vicioso de la pobreza (la
noción de que la pobreza se perpetúa y de que la pobreza impide a los individuos,
grupos y sociedades mejorar su situación) es claramente incompatible con la
experiencia diaria y las pruebas de la historia económica. La noción de que la mera
presencia de países ricos impide el progreso del mundo subdesarrollado se refuta
por el hecho mismo de que la idea de progreso material es de origen occidental; de
que en el mundo subdesarrollado las regiones más prósperas son aquellas con las
que Occidente ha establecido contactos más estrechos, y las más atrasadas, las que
no tienen contactos exteriores; y finalmente por el hecho del atraso material en que
se encontraba la mayoría de los países subdesarrollados cuando Occidente
estableció por primera vez contacto con ellos.
    
    De acuerdo con el consenso, la planificación central total y la ayuda exterior son
indispensables para el desarrollo económico. Sin embargo, ambos factores de hecho
no constituyeron parte del desarrollo de ninguno de los países hoy día muy
desarrollados, ni del progreso de los numerosos países pobres que han avanzado
considerablemente desde finales del siglo XIX. Los exponentes del consenso
tampoco explican la razón de por qué la sustitución de las decisiones de los
consumidores y productores individuales por las del estado deberían en algún modo
aumentar los recursos y promover un incremento de las rentas o de los niveles de
vida. Por otro lado, el desarrollo y explotación de industria manufacturera
patrocinada por el estado, especialmente de industrias de bienes de capital, se
consideran indispensables para el desarrollo material. Estas propuestas a menudo se

249
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

formulan sin consideración al coste del programa en términos de usos alternativos


de los recursos, ni a la demanda del output. Además, se ignora el hecho de que los
países industrializados eran ya muy prósperos cuando eran todavía agrícolas y
disfrutaban de rentas mucho más elevadas que las que se prevén para los países
pobres en las futuras décadas.
    
    Tampoco es el mundo subdesarrollado una masa homogénea, inmóvil,
diferenciada claramente de los países desarrollados. Los países subdesarrollados
difieren considerablemente entre sí en cuanto a niveles de renta y tasas de desarrollo
material; muchas regiones, especialmente en el Extremo Oriente, en África
occidental y en América latina han progresado rápidamente desde la segunda mitad
del siglo XIX.
    
     Por otro lado, la línea divisoria entre países subdesarrollados y desarrollados es
arbitraria y cambiante, no clara y permanente. Su naturaleza variable es evidente en
la promoción, en los últimos años, de algunos países del grupo subdesarrollado al
desarrollado.
    
    Esta lista de defectos en los principales componentes del consenso podría
fácilmente ampliarse. Y la validez de la crítica es independiente de la situación
política e incluso de los resultados de las políticas propuestas por el consenso.
    
    Defectos de enfoque y omisiones. — Pueden observarse en la exposición del
consenso algunas características, argumentos y puntos de vista fácilmente
reconocibles. En buena parte de la economía del desarrollo se ignora el papel de los
precios y los costes, y se trata a la oferta y la demanda como magnitudes fijas en
lugar de variables relacionadas con los precios, costes y rentas; la demanda se trata
a menudo como necesidad y la oferta como capacidad u output. La importancia de
los precios y los costes para la oferta y la demanda y para el comportamiento
económico es en general ignorada, o descartada como inaplicable a los países
subdesarrollados, por razones tales como rigidez de las condiciones del mercado,
ignorancia comercial o indiferencia de la población local. Un ejemplo destacado de
este punto de vista general es el tratamiento de una actividad o del output de un
bien como incremento neto del output, renta o riqueza total, sin tener en cuenta el
coste, esto es, los usos alternativos de los recursos humanos, financieros o físicos
empleados. Esta práctica es general en la literatura económica sobre sociedades
mercantiles patrocinadas por el estado.
    
    Este criterio es inadmisible. La relación entre demanda, oferta y precios deriva
normalmente de la limitación de las rentas y de la presencia de costes, los cuales
reflejan la escasez universal de recursos. La dependencia de la demanda y de la
oferta de los precios y los costes en los países pobres se apoya en una gran cantidad
de pruebas empíricas, y es incluso reconocida implícitamente por los gobiernos al
subvencionar las actividades que desean fomentar y gravar aquellas que pretenden

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

limitar. El hecho de que una actividad emplee recursos que podrían ser utilizados
en otro lugar y que ello implique unos costes es quizá, como ya hemos hecho notar,
la idea más fundamental en economía. No obstante, mucha de la literatura
económica no lo tiene en cuenta.
    
    Las alegadas dificultades inevitables de la balanza de pagos de los países
subdesarrollados —impuestas por las condiciones exteriores— es otro de los temas
del consenso, frente a los innumerables ejemplos de desarrollo rápido y sostenido
sin problemas de pagos. Se suele tratar de estas dificultades sin hacer referencia al
impacto de la política monetaria y fiscal sobre las rentas y precios interiores, o sobre
el volumen de las importaciones o exportaciones Y, por consiguiente, sobre la
balanza de pagos. Por otro lado, se afirma a menudo que las perspectivas de
exportación de los países subdesarrollados son inherentemente muy pocas, de modo
que la reducción del volumen de las exportaciones de un bien de un país es muchas
veces considerada como indicador de una disminución de la demanda. Este trato
confunde la oferta de un producto procedente de una fuente con la demanda total de
este producto procedente de todas las fuentes. Estos errores, cuya lista podría ser
considerablemente ampliada, son frecuentes en escritos ostensiblemente técnicos y
reflejan un desprecio de los principios fundamentales del análisis económico, así
como de la evidencia empírica más patente.
    
    El uso impreciso de conceptos abstractos generales que caracteriza buena parte
de la literatura del consenso, ha servido para favorecer su aceptación. La naturaleza
vaga de muchos conceptos de las ciencias sociales, incluida la economía del
desarrollo, los hace susceptibles de interpretaciones muy diversas e incluso
incompatibles entre sí; ejemplos corrientes comprenden la igualdad, discriminación,
estabilización e independencia económicas. Además, algunos de los principales
conceptos más claramente definidos por la economía del desarrollo se utilizan a
menudo en sentidos muy diversos en la literatura técnica, a veces incluso en una
misma publicación. Los usos e interpretación del término planificación van desde la
programación del gasto público a un detallado control por parte del estado de las
principales formas de la actividad económica. Los usos del término inversión van
desde el gasto específico destinado a aumentar la capacidad productiva (con el fin
de aumentar el flujo neto de los bienes y servicios deseados) a todos los tipos de
gasto favorecidos por los partidarios de la inversión, o incluso a todo cambio
promovido por ellos. El mismo concepto de progreso económico es a menudo
utilizado bajo numerosos y diversos sentidos: el criterio adoptado comprende
implícita o explícitamente conceptos tan diversos como los de renta per capita,
niveles generales de vida, output industrial, independencia política y otros.
    
    La referencia, a países subdesarrollados ya implica una abstracción sustancial. La
palabra subdesarrollado es susceptible de sugerir la idea de que la situación de
dichos países es anormal y censurable, idea que muchas veces va aparejada con la
implicación de que dicha situación es fácilmente rectificable, nada de lo cual es

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

cierto. Más importantes, pero menos evidentes, son los peligros que encierra la
práctica de referirse a países. La referencia habitual a países puede oscurecer el
hecho de que nuestro interés se centra más en grupos de personas que en entidades
geográficas.
    
    Esta simple consideración tiene varias implicaciones. Las referencias habituales a
la situación y condiciones de los países en lugar de las personas, grupos y
sociedades son particularmente aptas para oscurecer la distinción entre una
colectividad y las personas que la constituyen, lo que a su vez oscurece o incluso
confunde aspectos fundamentales de una situación. La identificación —o más bien
la confusión— del estado con la población, en sentido general, sirve también para
oscurecer la distinción entre los diferentes tipos de fuentes de decisión, y también
entre situaciones radicalmente diversas. [279]  Por ejemplo, las referencias a las
exportaciones de capital de un país oscurecen las diferencias entre situaciones en las
que la decisión es del gobierno, esto es, de una fuente única de decisión (como en el
caso de ayuda de un estado a otro), y las situaciones en que las decisiones se toman
por un conjunto de agentes o fuentes que actúan independientemente.
    
    Por consiguiente, existen buenas razones para insistir en que el interés debe
centrarse en grupos y personas, y no en países. [280]  Hemos tenido ocasión en este
libro de observar repetidamente los resultados de la confusión entre un país y las
personas que lo componen.
    
    El razonamiento sistemático suele requerir conceptos abstractos. En efecto, una
combinación de abstracción y de utilización de lenguaje técnico suele conferir
precisión a la discusión. Pero para que los conceptos abstractos sean válidos hay
que utilizarlos con seguridad, ya que si se utilizan con interpretaciones variables o
inestables pueden resultar inservibles tanto como instrumentos para el razonamiento
sistemático, como en cuanto guías para la política económica. Sin embargo, dichos
conceptos pueden ser instrumentos eficaces para aquellos que aprecian las
posibilidades de variar la interpretación de las nociones abstractas con el fin de
escoger la interpretación específica que en cada caso apoya o justifica las políticas
que ellos preconizan.
    
    La negligencia de las principales causas determinantes del progreso material y el
olvido de los antecedentes históricos son otras características de la literatura del
consenso que se hallan relacionadas con lo dicho anteriormente.
    
    Las publicaciones más influyentes de la literatura del consenso ignoran las
aptitudes y motivaciones de la gente, así como las instituciones y costumbres
sociales que reflejan o bien subestiman en alto grado su significado. Como ya se ha
observado, si bien puede resultar conveniente hablar de la economía de los países
subdesarrollados, de hecho nuestro interés se centra en las condiciones materiales,
actividad perspectivas de las personas, condiciones que se hallan profundamente

252
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

afectadas, e incluso en gran medida determinadas, por las facultades, motivaciones,


y costumbres de la gente. [281] 
    
     Las diferencias en las aptitudes y actitudes de la gente en sus instituciones son
muy grandes y se hallan profundamente enraizadas, y explican en gran parte las
diferencias existentes de actividad económica y de los niveles y tasas de progreso
material. Las principales diferencias entre personas y grupos subrayadas en la
literatura del desarrollo son diferencias de rentas de derechos de propiedad. Si éstas
fueran las únicas diferencias materiales serían accidentales en cuanto a su origen,
superficiales en cuanto a su alcance, temporales y fáciles de borrar. Sin embargo,
las diferencias reales son profundas y estables. Las causas determinantes, que se
olvidan, son indudablemente importantes en el desarrollo, usualmente mucho más
significativas que factores tales como el volumen del gasto de inversión, las tasas de
ahorro, la magnitud del mercado o la disponibilidad de moneda extranjera, factores
que, si bien son cuantitativamente significativos, son tratados más apropiadamente
corno efectos (variables dependientes) del proceso de desarrollo que como causas
(variables independientes).
    
     Mucha de la literatura del consenso olvida los antecedentes históricos de las
sociedades de que se trata y, a fortiori, las diferencias existentes en esos
antecedentes. El conocimiento de la historia es indispensable para una comprensión
del panorama económico de la mayor parte del mundo subdesarrollado. Por
ejemplo, el desarrollo económico de las partes principales de África desde 1880, sus
problemas y perspectivas, no pueden valorarse debidamente sin un conocimiento de
las condiciones extremadamente primitivas, por no decir bárbaras, existentes en el
África al sur del Sahara en el siglo XIX. Tampoco puede comprenderse la situación
y perspectivas económicas de la India sin una valoración de la profundidad e
intensidad de actitudes y valores incompatibles con el desarrollo material que se
remontan a millares de años.
    
    El razonamiento en el que se apoyan los principales elementos del consenso
carece de solidez; se halla bastante lejos del consenso de opinión alcanzado por los
tratadistas y científicos tras el examen e interpretación de los hechos y el análisis de
las conclusiones. Se parece mucho más a los llamados acuerdos de las reuniones de
masas, de las reuniones políticas o de las conferencias internacionales.
    
    4. INFLUENCIAS OPERANTES TRAS EL CONSENSO
    
    La importancia de los antecedentes. —La validez de un argumento no se halla
afectada por los factores y motivos en los que se sustenta. Los antecedentes del
consenso son irrelevantes para la validez de sus argumentos y conclusiones. Sin
embargo, vale la pena proceder a un examen de las razones que abonaron su
aparición. La discusión crítica acerca de opiniones ampliamente sostenidas y muy
controvertidas es más convincente si consigue hacer luz sobre la aparición y

253
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

aceptación de dichas opiniones. Por otra parte, en un campo de estudio en que los
principales aspectos metodológicos no se hallan resueltos, la crítica de teorías
ampliamente aceptadas puede ganar no sólo en credibilidad y por ello en eficacia,
sino también en firmeza, si se contemplan las razones que apoyan dichas teorías y
los métodos mediante los cuales se ha llegado a formularlas.
    
    A continuación se citan los principales factores y causas, a menudo relacionados
entre sí, que parecen hallarse detrás del consenso: la rápida y repentina expansión
del interés por la economía del desarrollo; la preponderancia del fin político en el
razonamiento claramente académico, y el fracaso o negativa a distinguir entre el
desarrollo del conocimiento y el fomento de los objetivos políticos; determinadas
características del panorama cultural contemporáneo, especialmente en Occidente,
incluida la actuación de fuerzas ideológicas; la influencia de motivos políticos y
psicológicos y de intereses comerciales y administrativos que refuerzan estos
motivos; y determinados problemas de metodología en la economía del desarrollo.
    
    La persecución de objetivos políticos. —Los factores políticos y las razones
psicológicas relacionadas con ellos explican cumplidamente el gran aumento del
interés por los países subdesarrollados en las últimas décadas. El reconocimiento de
estos elementos es un principio común entre los que aceptan y los que rechazan el
consenso, si bien los dos grupos se diferencian entre sí en cuanto a la valoración del
significado y validez de las diferentes fuerzas en juego. Éstas parecen comprender
las siguientes: la aparición de numerosos países políticamente independientes pero
pobres; la creación de organismos internacionales generosamente dotados de
personal y recursos; el aumento del poder político y militar de los países
comunistas; la pérdida de equilibrio y seguridad en sí mismos por parte de los
principales países occidentales, una manifestación de lo cual es la aparición de
fuertes y poderosos sentimientos de culpa, especialmente en América y Reino
Unido, hacia el mundo subdesarrollado. Esta culpabilidad y pérdida de equilibrio
reflejan a su vez otros varios factores influyentes, entre los que figura una
desilusión e insatisfacción por los resultados del progreso material; la incertidumbre
frente al rápido colapso de las creencias tradicionales; y las actividades de varios
grupos, incluidos los humanitarios profesionales, ansiosos de fomentar el poder e
influencia de los organismos internacionales y de los países subdesarrollados y,
posiblemente también, de los países del bloque soviético frente a los occidentales.
Estos factores han contribuido a atraer un masivo apoyo financiero para su
aplicación a la economía del desarrollo, la cual en estas condiciones se ha dirigido
principalmente hacia actividades susceptibles de ser políticamente populares y de
producir unos resultados aceptables desde el punto de vista político.
    
    Este apoyo financiero, procedente de una gran variedad de fuentes, explica muy
bien la grande y repentina expansión de la economía del desarrollo desde la segunda
guerra mundial. Esta rápida expansión de la actividad y del output ha dificultado el
establecimiento de estándares críticos válidos. El problema del control de calidad

254
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

en épocas de rápida expansión es corriente en cualquier campo objeto de estudio,


donde la invalidez de las deducciones o la inutilidad de las hipótesis no pueden ser
fácilmente demostradas mediante la experimentación, corno sucede en la economía
del desarrollo.
    
    El interés político y popular por la economía del desarrollo en los países
subdesarrollados ha generado un enorme volumen de publicidad y publicaciones, en
las que incluso el material intelectualmente nulo ha sido tomado en serio con tal de
que fuera políticamente aceptable. La parte buena de este material sirve para ahogar
las voces disidentes. La censura puede establecerse en la práctica ya mediante un
clamor persistente, va mediante un silencio obligado, siendo el primer método
particularmente engañoso porque no se percibe su actuación.
    
    La preponderancia de la política. —El interés por el conocimiento se ha
subordinado en gran parte a la persecución de objetivos políticos en mucha de la
literatura del desarrollo, incluso en la discusión presumiblemente objetiva y técnica.
Este fenómeno, aunque presente en cualquier parte de la economía, se halla
particularmente pronunciado en la economía del desarrollo, ya que el tema se ha
hecho popular en una época en que se ha aceptado por todas partes la
preponderancia de la política —el principio politique d’abord—. El profesor Myrdal
y otros han subrayado en sus obras sobre la economía del desarrollo que el
razonamiento objetivo en economía es imposible, y que la distinción entre búsqueda
del conocimiento y fomento de política es caprichosa, por cuanto los conceptos
referentes al tema y el razonamiento empleados se hallan cargados de valor y
orientados políticamente. Si esto fuera cierto, ni el razonamiento objetivo ni las
conclusiones generalmente aceptadas serían posibles en economía, a no ser que
fueran las llamadas resoluciones unánimes de las reuniones políticas. Ni siquiera
podría distinguirse el desacuerdo entre las cuestiones de lógica y de hecho, por un
lado, y los objetivos políticos, por otro.
    
    Esta postura injustificable ha resultado ser extremadamente influyente en la
economía del desarrollo, donde han aumentado en gran medida las dificultades para
establecer y mantener incluso los mínimos estándares de competencia .e integridad.
La aceptabilidad y eficacia políticas se han convertido a menudo en criterios de
ejecución y valoración intelectual. Las críticas respecto a una afirmación
determinada, por más defectuosa que ésta sea desde el punto de vista lógico o
inexacta desde el punto de vista fáctico, siempre se pueden rechazar bajo la excusa
de que reflejan diferencias políticas, y racionalizar o justificar la afirmación por
referencia a determinados objetivos políticos. La eficacia política de un punto de
vista siempre puede aumentar mediante la idea de que cuenta con el apoyo
universal.
    
     Ejemplos de esta postura abundan en la economía del desarrollo. Una respuesta
habitual a la crítica de la tesis del círculo vicioso de la pobreza es la de que la

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

insistencia en ella ha servido para promover la afluencia de ayuda. Muchas veces


los funcionarios internacionales admiten fácilmente en privado que la presentación
de argumentos económicos y de material estadístico va dirigida a promover lo que
consideran de interés para los países subdesarrollas, porque estiman esta finalidad
como el verdadero objetivo de sus ejercicios económicos y estadísticos. A no ser
por la preponderancia de la política, muchos de los pasajes citados en los primeros
capítulos de este volumen es casi seguro que nunca habrían sido escritos.
    
    La adopción de la eficacia y aceptabilidad políticas como criterios de peso en la
vida académica o intelectual implica una vuelta a la ignorancia. Las consecuencias
de tratar la eficacia política como criterio de valor intelectual, y la correspondiente
falta de estándares intelectuales, fueron claramente reconocidas en la pasada
generación por Ortega y Gasset:
    
     No hay cultura donde no hay acatamiento de ciertas últimas posiciones
intelectuales a que referirse en la disputa ... El viajero que llega a un país bárbaro,
sabe que en aquel territorio ni rigen principios a que quepa recurrir. No hay normas
bárbaras propiamente. La barbarie es ausencia de normas y de posible apelación ...
No, pues, en que se acierte o no —la verdad no está en nuestra mano—, sino en la
falta de escrúpulo que lleva a no cumplir los requisitos elementales para acertar ...
[282] 
    
     Estas observaciones compendian en gran parte la situación de la economía del
desarrollo.
    
    Actitudes menoristas.— La postura política predominante en la economía del
desarrollo ha sido exclusivamente meliorista en cuanto a su carácter. Aunque el
meliorismo es una expresión reconocida y útil, se emplea raramente. Indica la
actitud, creencia o incluso insistencia en que todos debernos trabajar incesantemente
para mejorar la condición humana. Los melioristas se arrogan la capacidad y
derecho de definir e interpretar el significado de mejora, y también de desatender o
calcular su coste. En el campo intelectual subrayan que el verdadero interés se
centra en los resultados prácticos, esto es, en la mejora de la condición humana más
que en el desarrollo de los conocimientos o la comprensión del fenómeno.
    
    El doctor Kenneth Minogue ha examinado el concepto de meliorismo, las
actitudes que indica y algunas de sus implicaciones en su importante libro The
Liberal Mind. [283]  Escribe:
    
     Los efectos de esta doctrina de aspecto inofensivo han sido tan sorprendentes
que ha adquirido un nombre que, a falta de otro mejor, nosotros adoptaremos:
meliorismo. El meliorismo consiste en la aserción de que los pensadores políticos y
sociales deben interesarse más por las "cuestiones prácticas". Es un aspecto especial
de la teoría utilitaria, por la cual el valor de las cosas depende de su utilidad. Por
consiguiente, el valor de las actividades intelectuales estará determinado por su

256
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

utilidad para reformar o mejorar. La crítica intelectual de la política sólo puede


justificarse como una preparación para "hacer algo acerca de ello". [284] 
    
     El meliorismo está a su vez íntimamente relacionado con la doctrina de las
necesidades, la idea de que el hombre tiene en cualquier parte unas necesidades
claramente definibles y similares; y que si en algún lugar éstas no se satisfacen,
existe la correspondiente obligación universal de atender a su satisfacción. La
necesidad se define sin ningún examen del contexto social.
    
    El doctor Minogue señala que estas actitudes fomentan la práctica políticamente
eficaz, pero intelectualmente perniciosa, de la definición negativa, esto es, la de
definir un concepto en términos de lo que no es. Señala que los países
subdesarrollados son un ejemplo de definición negativa en cuanto a que estos países
y sociedades se definen como la totalidad del mundo, salvo un puñado de naciones
industrializadas. [285] 
    
     La presencia muy extendida de esta actitud meliorista ha aumentado muchísimo
el atractivo del consenso. Ha fomentado la creencia, por ejemplo, de que el atraso
material relativo de los países subdesarrollados establece una similitud fundamental
entre ellos, y que las diferencias fundamentales o las únicas diferencias existentes
entre los pueblos son diferencias de renta, las cuales son claramente calculables y
establecen entonces el grado de necesidad. Esta actitud ha desalentado por su
misma naturaleza el examen de las aptitudes, actitudes, creencias y situaciones de
los pueblos, ya que un examen semejante disminuiría la fuerza política de la
doctrina de la necesidad. Los melioristas insisten en que la satisfacción de las
necesidades (en nuestro contexto, la mejora material del mundo subdesarrollado) es
un deber moral as; como un objetivo fácilmente definible y alcanzable; las
complejidades, obstáculos y costes son ignorados o minimizados. La investigación
de las situaciones se subordina al deber moral de satisfacer la necesidad; el trabajo
de investigación se subordina al fin político.
    
     Los melioristas suelen rechazar el examen crítico de sus ideas y proposiciones.
Llaman a la crítica destructiva o negativa, especialmente cuando no propone una
alternativa, por así decir, constructiva. Estas objeciones son inaplicables; nuestra
impotencia para curar el cáncer no significa que no estemos capacitados para
desenmascarar a un curandero. [286]  En efecto, la falta de una solución válida a un
problema hace especialmente importante el que desenmascaremos las respuestas
dadas al mismo por un charlatán, ya que su presencia dificulta que lleguemos a una
solución correcta.
    
    La impopularidad de la llamada crítica no constructiva ha favorecido
inevitablemente la aceptación del consenso sobre el desarrollo, que se ha
beneficiado luego de la idea de que los principales obstáculos al desarrollo material
son fáciles de entender y no demasiado difíciles de hacer desaparecer, siempre que

257
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

exista buena voluntad y sentido práctico. Esta teoría tiene un atractivo especial en
América y en el clima político e intelectual contemporáneo, que se ha visto muy
influido por las ideas americanas.
    
    Los Países subdesarrollados ofrecen un campo abonado para el meliorismo, que
prevé políticas particularmente aceptables para los grupos influyentes no sólo de los
países pobres, sino también —lo que es mucho más importante— de los países
ricos. Los ejemplos corrientes (temas principales de ensayos anteriores de este
volumen) comprenden la planificación total, la ayuda exterior, la imposición fiscal
redistributiva en el plano internacional y la ampliación del papel y poderes de las
organizaciones y oficinas internacionales. Estas políticas de inspiración meliorista
atraen a importantes y eficientes grupos e intereses de Occidente.
    
    Los grupos melioristas influyentes muchas veces dependen emotiva, política y,
con frecuencia, también financieramente de la presencia de los grupos por cuya
situación se interesan. Acogen especialmente a grupos: como los pueblos del mundo
subdesarrollado, que pueden clasificar con visos de superficial probabilidad como
víctimas irremediables de factores que se hallan fuera de su propio control y, por
ello, en especial necesidad de ayuda exterior.
    
    La desilusión en Occidente ante el fracaso del progreso material al no
proporcionar una satisfacción duradera y no poder resolver los problemas internos
(o la negativa a aceptar que dichos problemas no pueden resolverse), ha reforzado
para los melioristas el atractivo de los países subdesarrollados y ha desviado sus
actividades del panorama nacional a la esfera internacional, especialmente hacia el
mundo subdesarrollado. Es una paradoja que, en una época en que es patente y
admitido en Occidente el fracaso del progreso material para proporcionar
satisfacción, exista esta insistencia en las medidas que se cree lo promoverán en
otra parte.
    
    La influencia marxista. —La influencia del meliorismo en la economía del
desarrollo se ha visto reforzada por la del marxismo, que es de por sí una especie
particularmente influyente de meliorismo.
    
     Muchos autores, incluidos los que simpatizan con el marxismo, han señalado la
influencia dominante de las ideas marxistas en la literatura del desarrollo. Esta
influencia es evidente en las afirmaciones acerca de la responsabilidad de los países
occidentales por la pobreza de los países subdesarrollados, en las afirmaciones
acerca de la naturaleza explotadora del capital privado, y en las propuestas de
expropiación de las clases propietarias. Se refleja también en las propuestas de un
comercio de estado y de movimientos cooperativos sostenidos y organizados por el
estado, y en la insistencia en el gasto de inversión como factor crucial del
desarrollo.
    
    Si bien los escritos de Marx y Engels abundan en incongruencias lógicas y en

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

profecías espectacularmente fracasada, estos padres fundadores del marxismo


revelan un conocimiento profundo de los principales fenómenos relativos a la
economía del desarrollo. Eran conscientes del largo período de progreso material de
Europa antes de la revolución industrial y fueron consecuentes en su tratamiento del
fenómeno como parte de un proceso histórico y en su cálculo de los hechos y
políticas en cuanto a sus efectos totales. Sin embargo, la gran influencia de las ideas
marxistas-leninistas en la economía del desarrollo debe poco a sus conocimientos
sobre la misma, ya que su atractivo deriva principalmente de otros aspectos sin
ninguna relación con aquéllos. Estos aspectos comprenden, entre otros, el prestigio
conferido a las ideas marxistas por los éxitos políticos y militares de la Unión
Soviética; el atractivo de una arrolladora fe mesiánica secular; el atractivo que tiene
el hacer responsables del atraso material a los factores ambientales y especialmente
a los externos, un atractivo que está muy claro para los líderes de los países
subdesarrollados pero que afecta también a grupos influyentes de Occidente, los
cuales en algún modo sacarán ventajas de la aparición y extensión de una creencia
en la culpabilidad de Occidente; el atractivo casi científico de un sistema que
funciona con distinciones claras y algunas variables aparentemente bien definidas
para explicar el funcionamiento de la sociedad y el curso de la historia; la promesa
de la integración de los intelectuales con el resto de la comunidad en una sociedad
comunista; la confiada promesa de una victoria final de la revolución; y el atractivo
de una ingeniería social y de un control aparentemente consciente de las fuerzas
sociales y del destino humano. Un ejemplo claro de esta última idea ha sido la
atracción que ha ejercido un sistema político y social que considera y justifica
aparentemente la obligatoria supresión de toda distinción entre las personas y los
grupos, excepto la existente entre los dirigentes políticos y sus súbditos, y que
justifica también la pulverización de las instituciones existentes. Un sistema
semejante atrae particularmente a los que se ven a sí mismos como dirigentes de
dichos cisternas y sociedades.
    
    La preponderancia de los objetos políticos se lleva a su conclusión lógica en la
teoría y práctica marxista-leninista, de acuerdo con la cual la verdad objetiva se
halla, subordinada a la promoción de la causa de la revolución comunista. La
influencia de dicha filosofía ha dificultado inevitablemente el establecimiento de
estándares de razonamiento y certeza en la economía del desarrollo.
    
    La era de la credulidad. — Se han propuesto muchos términos descriptivos para
el siglo XX, incluidos los de era de la credulidad y era de los mensajes. El grado de
credulidad y el volumen de mensajes son factores significativos en el panorama
contemporáneo, y han tenido un papel en la promoción del consenso.
    
     En ciertos aspectos nuestra época es quizá menos crítica y más crédula que
cualquier otra época precedente. En efecto, la gente en la Antigüedad y en la Edad
Media era crédula en muchos aspectos, pero la mayor parte de sus preocupaciones
mundanas se hallaban centradas alrededor de acontecimientos y fenómenos de los

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

que poseían un conocimiento de primera mano. En el siglo XX la gente se halla


sujeta a un torrente de información acerca de una gran gama de acontecimientos y
fenómenos, sobre los cuales sólo poseen información de segunda y tercera mano,
cuyos significado y certeza no pueden determinar. Esta avalancha de información,
mucha de ella perturbadora y falta de significado y que la gente no puede examinar,
parece haber entorpecido el ejercicio de las facultades críticas de la gente sobre una
parte importante de los fenómenos.
    
    Pero no es sólo la cantidad de información, y su alcance, lo que ha entorpecido
las facultades críticas de los hombres. Mucha de la información se presenta bajo
forma tan simplificada (aunque encubierta por una jerga pretenciosa), con miras a
su aceptabilidad política y accesibilidad general, que aspectos importantes y
pertinentes de los fenómenos y procesos descritos se hallan oscurecidos. Y esta
presentación supersimplificada de la información ha derivado en una discusión
ostensiblemente técnica o erudita, particularmente en aquellas ramas de las ciencias
sociales que se encuentran más próximas al escenario político.
    
    La gran expansión de la oferta de información engañosa y excesivamente
simplificada tiene parecido con la actuación y resultados de la devaluación de la
moneda a través de una expansión inflacionista de su volumen: constituye lo que
puede llamarse una devaluación del lenguaje. Esta devaluación del lenguaje socava
la comunicación efectiva, de la que depende en gran parte el funcionamiento
razonablemente tranquilo de la sociedad civilizada. Las palabras son a la
comunicación y discusión lo que las unidades monetarias son al sistema monetario.
La devaluación del lenguaje, como de la moneda, debe provocar la desintegración.
    
    El tenor de la discusión en la economía del desarrollo parece haberse visto muy
afectado por estos factores que actualmente devalúan la moneda intelectual, de
modo que es interesante especular sobre las razones de esta vulnerabilidad del tema
a las tendencias contemporáneas. Éstas parece que incluyen, entre otras, el reciente
y rapidísimo crecimiento del volumen de literatura del desarrollo y la estrecha
conexión entre la economía del desarrollo y las políticas actuales. Estos factores
actúan sobre un tema que resulta particularmente difícil, en términos de oferta de
información fiable, por las distancias físicas y culturales que separan a los
occidentales de los países subdesarrollados y sus poblaciones, y por los numerosos
y complejos factores que existen tras el progreso material.
    
    Todas estas consideraciones ayudan a explicar la visión excepcionalmente
desprovista de sentido crítico que la mayoría de los economistas académicos tienen,
por un lado, de los métodos y conclusiones de la literatura del desarrollo y, por otro,
de la aceptación sin discusión por parte del público de la literatura del consenso.
    
    Descontento en Occidente. — Sin embargo, debe mencionarse otro punto. La
mayor parte de las ideas del consenso, aunque de hecho y en pura lógica carecen de

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

sentido, sirven todas ellas para fomentar actitudes y políticas contrarias a los
intereses de Occidente.
    
     Hemos señalado en precedentes ensayos que muchos de los fenómenos que
aparecen como aspectos de un conflicto entre países desarrollados y
subdesarrollados deben verse como aspectos de un conflicto dentro de Occidente.
Existen en Occidente algunas personas y grupos, influyentes a pesar de ser
numéricamente pequeños, que han llegado a sentir una gran aversión por las
principales instituciones de su sociedad, y especialmente por el sistema de mercado.
Entre estas personas se encuentran numerosos individuos que sienten un oscuro
resentimiento hacia un sistema que no les proporciona oportunidades para dirigir los
negocios de la sociedad y las actividades económicas de sus componentes, a lo cual
creen tener derecho dadas sus cualidades. Estas personas y grupos acogen con
agrado la aparición de cualquier circunstancia que pueda utilizarse para sostener sus
propósitos. Por las razones expuestas en la introducción, las discusiones sobre los
países subdesarrollados han sido particularmente útiles en este contexto.
    
     El reconocimiento de esta situación ayuda a explicar las principales paradojas de
la discusión pública y de la política en el campo de la economía del desarrollo. Ello
explica, en parte, la aparición y aceptación de los principales componentes del
consenso, a pesar de su invalidez o incluso manifiesta absurdidad. Ello explica en
gran parte la paradoja de que Occidente proporcione la mayor parte de los recursos
intelectuales, políticos, administrativos y financieros con los que muchos de los
países subdesarrollados le atacan. Los argumentos utilizados por los portavoces de
los países subdesarrollados para atacar a Occidente han sido proporcionados por los
intelectuales occidentales, del mismo modo que Occidente proporciona ayuda
exterior y personal a los países que luego adoptan políticas hostiles hacia la
inversión extranjera y hacia los intereses económicos y políticos occidentales. Como
hemos señalado en el capitule; I, el mundo subdesarrollado sirve tanto más
eficazmente a los intereses de estas personas descontentas cuanto más se mira a
aquel mundo como una colectividad uniforme y paralizada, que además sólo difiere
del mundo desarrollado por ser más pobre; lo cual explica en parte el que se trate
así al mundo subdesarrollado en la discusión pública.
    
    Algunas de estas personas y grupos, especialmente los comunistas y sus aliados,
reconocen la situación, a veces explícitamente. De hecho, sus políticas han
permanecido estables durante medio siglo. El segundo congreso de la Internacional
comunista en 1920 declaró que los bolcheviques tenían que concluir una estrecha
alianza de todos los movimientos de liberación nacional y colonial con la Rusia
soviética. [287]  En 1924 Stalin, hablando sobre "Los fundamentos del
leninismo [288]  insistió en que la destrucción del capitalismo se conseguiría a
través de una alianza entre la Unión Soviética y los "múltiples centenares de
millones, de asiáticos y africanos que están padeciendo opresión nacional en su
forma más salvaje y cruel". Difícilmente podía prever por aquel entonces hasta qué

261
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

punto los intelectuales occidentales cooperarían en ello al propagar ideas como la de


que Occidente ha causado la pobreza del mundo subdesarrollado, o la de que la
planificación total es indispensable para el desarrollo económico, ideas que aunque
claramente erróneas han sido dadas por buenas en discusiones sobre los países
subdesarrollados, especialmente en la literatura de las Naciones Unidas.
    
    5. OTROS ASPECTOS DEL CLIMA INTELECTUAL
    
    Estas fuertes influencias políticas y sociales habrían sido quizás insuficientes para
lograr una amplia aceptación del consenso espúreo si su efecto no hubiese sido
reforzado por determinados hábitos mentales, predisposiciones y métodos de
enfoque característicos del clima intelectual-contemporáneo, incluido el
menosprecio de la dimensión temporal en los procesos históricos, y la pertinencia y
significación de la cuantificación.
    
    Supresión de la perspectiva temporal. —Hace algunos años, el profesor
Gombrich hizo un comentario acerca de lo que justamente denominaba amputación
de la dimensión temporal de nuestra cultura. [289]  Este significativo fenómeno se
observa en la ignorancia hoy muy extendida tanto del pasado reciente como del más
lejano, en la naturaleza conscientemente efímera del arte contemporáneo, y en la
pérdida de memoria colectiva reflejada en la discusión pública y política.
    
    El pasado histórico es esencial para una discusión válida del desarrollo
económico, que es parte integrante del progreso histórico de la sociedad. Pero
muchos de los escritos más difundidos sobre desarrollo omiten de hecho tanto los
antecedentes históricos como la naturaleza del desarrollo como proceso. Las
discusiones sobre el círculo vicioso de la pobreza son un ejemplo corriente. Otros
ejemplos son las frecuentes comparaciones entre el África y el Asia actuales, por un
lado, y la Europa y Norteamérica del siglo XIX, por el otro, o las comparaciones
entre el proceso de industrialización del Reino Unido del siglo XIX y la Europa
occidental y la industrialización fomentada por los estados del África y Asia
contemporáneos. Estas comparaciones ignoran el estado muy avanzado de las
economías de Europa occidental, Reino Unido y Norteamérica en el siglo XIX,
regiones que contaban con siglos de desarrollo material y con la; instituciones y
actitudes de una economía de intercambio. Algunos autores llegan hasta el punto de
comparar la industria del cacao del África occidental con las industrias exportadoras
de Norteamérica en el siglo XIX, en detrimento de las primeras por no haber
transformado suficientemente a la sociedad de África occidental para poder alcanzar
los estándares materiales de la actual Norteamérica. Este enfoque atemporal de la
economía del desarrollo priva al tema de sus elementos básicos, de forma muy
parecida a como la economía sin precios ni costes vacía la teoría económica estática
de sus principales elementos fundamentales.
    
    Este menosprecio de los antecedentes históricos y de la dimensión temporal del

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

cambio se refleja en las frecuentes peticiones de reforma social inmediata y total en


los países subdesarrollados. Como ha dicho un colega americano, los abogados de
la reforma piden un cambio social inmediato del mismo modo que piden un café
exprés.
    
    Estas peticiones de reforma casi instantánea y de cambio a gran escala a menudo
parecen ser deliberadamente excesivas, de modo que todas las esperanzas populares
que estas peticiones puedan levantar se verán sin duda frustradas. Por consiguiente,
se crea una situación en la que no sólo puede condenarse a la sociedad nacional y la
internacional existentes, sino que los reformadores pueden presionar con mayores
probabilidades de éxito para que se adopten políticas de violencia. Sin embargo, la
discusión en torno a estas peticiones refleja muy a menudo una ignorancia genuina
de la importancia de la dimensión temporal del cambio.
    
    Menosprecio de lo no cuantificable. —Es familiar el atractivo que tiene hoy día
la cuantificación. Se cree generalmente que las influencias, fenómenos o aspectos
de los fenómenos sólo son significativos cuando permiten su cuantificación, ya sea
genuina o espúrea. La cuantificación no guarda relación alguna ni con el significado
ni con la causalidad. Los aspectos más importantes de una situación no son
necesariamente aquellos que pueden ser fácilmente cuantificados. Por otra parte, a
menudo los factores que influyen en una situación no pueden ser cuantificados, aun
cuando la situación o algunos de sus aspectos sí puedan serlo.
    
    El atractivo de la cuantificación es, originariamente, en parte político y en parte
intelectual. El énfasis que se pone en los aspectos cuantificables de una situación
oscurece a menudo las complejidades y los problemas de propuestas políticas tales
como las defendidas por los melioristas. Por otro lado, la insistencia en la
cuantificación favorece los casos de ingeniería social, ya que fomenta el tratamiento
de los seres humanos como unidades estandarizadas o intercambiables.
    
    La cuantificación tiene también ciertos atractivos intelectuales, algunos
sólidamente basados, otros falsos. El atractivo tiene una base sólida cuando los
conceptos cuantificados son firmes y los aspectos cuantificables de una situación
son significativos. En tales condiciones la cuantificación puede mejorar en alto
grado y a menudo de manera decisiva la importancia y significado de una
discusión. Ejemplos corrientes de ello los encontramos en buena parte de la
demografía, de la economía monetaria, de la hacienda pública y del comercio
internacional. Sin embargo, muy a menudo el atractivo de la cuantificación deriva
de la creencia infundada de que el propio proceso de cuantificación puede prometer
o garantizar la precisión, comprensión, fiabilidad y concreción. Desde luego, no
hace nada de ello; la cuantificación lleva consigo a menudo una gran dosis de
abstracción.
    
    En buena parte de la economía del desarrollo el atractivo de la cuantificación

263
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

deriva de una intención política, de ingenuidad intelectual o de ambas a la vez. La


utilización sin crítica de las estadísticas sobre renta nacional para medir las
diferencias internacionales de nivel de vida y bienestar ofrece un ejemplo corriente
de intención política e ingenuidad intelectual. El tratamiento de los países
subdesarrollados como sustancialmente similares entre sí y diferenciados de los
países desarrollados sólo por los niveles de renta es un ejemplo de la creencia de
que las únicas diferencias importantes y significativas son las que pueden ser
cuantificadas con una verosimilitud por lo menos superficial.
    
     Generalmente las capacidades y las actitudes, las costumbres y las instituciones
no pueden ser cuantificadas de modo significativo. No obstante, son los factores
principalmente determinantes de la actividad económica y, por consiguiente, del
progreso material. Los factores personales y culturales han sido hasta fecha reciente
considerablemente ignorados en la literatura del desarrollo. Al no tener en cuenta
estos factores determinantes, ha ignorado en realidad el hecho de que una economía
está constituida por personas. Si bien recientemente estos factores han ganado algo
en cuanto a reconocimiento, todavía se les menosprecia considerablemente. No
obstante, está claro que son mucho más importantes y apropiados al desarrollo que
otros factores como la relación de intercambio, las reservas de divisas, las relaciones
capital producto o las economías externas, temas que llenan las páginas de la
literatura del consenso. [290] 
    
     Es instructivo examinar con mayor detalle estas principales causas determinantes
no cuantificables de la actividad económica, con el fin de demostrar cómo su
menosprecio ha afectado radicalmente la importancia de la literatura del consenso.
Resulta entonces que las diferencias en la acción de los factores determinantes del
progreso material en Occidente y en el mundo subdesarrollado vienen operando
desde hace mucho tiempo. Esta conclusión viene sugerida por el gran uso que se
hizo de instrumentos relativamente complicados y de métodos relativamente
avanzados de construcción en la Europa medieval y renacentista, así como por el
volumen y dirección de los viajes durante siglos antes de la revolución industrial,
que fue en gran parte desde el oeste hacia el este.
    
    La literatura y el arte pueden a menudo explicar la antigüedad de las diferencias
advertidas en el progreso material, tanto con referencia a su presencia, como con
referencia a los factores determinantes del mismo. Las pruebas qué pueden
obtenerse de fuentes artísticas y literarias son particularmente útiles al tratar de
factores determinantes como las actitudes y los objetivos. Estas fuentes deben
utilizarse con cautela y conocimiento de sus limitaciones. Pero esto es una
advertencia que conviene igualmente a elementos de prueba más convencionales,
tales como las estadísticas e informes oficiales, en los que generalmente parece
menos necesaria la cautela.
    
     La antigüedad de estas diferencias entre el este y el oeste ha sido puesta de

264
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

relieve por lord Clark, quien en su trabajo clásico The Nude compara la imaginería
existente en el Museo Británico, de la antigua Grecia y de la India:
    
     Las formas suaves, sin nervio y exuberantes del arte indio hacen resaltar por
contraste las formas tensas, resueltas y sobrias del griego. Sentirnos en cada línea de
estos cuerpos voluntariosos una capacidad de resistencia y autosacrificio, para los
cuales la palabra moral no deja de ser apropiada. [291] 
    
     El comentario de lord Clark acerca del arte indio no hay duda de que es aplicable
a la antigua imaginería india a lo largo de un gran período de tiempo y en un vasto
espacio.
    
    Fuera de la literatura del consenso, se ha reconocido repetidamente el efecto
funesto sobre el progreso material de dos actitudes muy prevalecientes en Asia —
ambas no cuantificables en alto grado—: el prestigio de la vida contemplativa frente
a la vida activa y la repugnancia o negativa a sacrificar un animal o incluso a
utilizar productos animales.
    
     Un buen número de tratadistas de arte, de historia del arte y estética han
subrayado el énfasis que se da en una gran parte del arte asiático a la
contemplación, sosiego y finalidad, frente al desasosiego, movimiento y
experimentación característicos del arte europeo, por lo menos desde el
Renacimiento. Eric Newton sugiere que el arte europeo ha tratado durante siglos de
reflejar el movimiento de una escena a otra, mientras que el arte oriental
tradicionalmente se ha esforzado en reflejar y representar la perfección estática.
[292]  Reflejan también esta diferencia los cambios frecuentes de moda y de formas
de vestir en Occidente, frente a la continuidad mucho mayor en estos aspectos a
través de los siglos en el este.
    
     Los observadores occidentales de Asia también han señalado a menudo los
funestos efectos sobre el progreso material de la creencia en la inviolabilidad de la
vida animal sensible. Con menos frecuencia se nota que esta actitud está relacionada
con la creencia en la unidad de la naturaleza, con la consecuente falta de una clara
distinción entre el hombre y el resto de la creación. Existe una profunda diferencia
entre las actitudes que afirman la unidad del hombre y la naturaleza y las que
establecen una diferencia. Esta diferencia, originada en la era precristiana, tiene
profundas implicaciones para los factores determinantes del progreso material.
    
     La creencia en la unidad del hombre y el universo, y en una fundamental
identidad entre ambos, se refleja en numerosas actitudes, aparte de la creencia en la
inviolabilidad de la vida animal: oposición a una actitud mental objetiva hacia el
mundo, porque tal actitud dividiría la continuidad y unidad fundamentales de la
naturaleza, el reconocimiento de lo cual es considerado como la verdad fundamental
de la existencia y fuente de extrema felicidad; indiferencia hacia toda emoción
mundana, incluida la ambición, y también hacia toda relación que implique intereses

265
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

y actividades externas; una falta sistemática de curiosidad por los fenómenos; el


esfuerzo por cambiarse uno mismo (con el fin de alcanzar la sabiduría y felicidad
últimas), en lugar de cambiar o esforzarse por, cambiar el ambiente; aceptación de
la vida y el mundo tal como son, incluidos sus males; creencia en un universo
exterior y preordenado, incluida la responsabilidad preordenada por la situación y
perspectivas de cada uno; consideración de la vida como un cumplimiento de
obligaciones y una realización de deberes, más que como un compromiso en una
actividad y unos intentos por conseguir unos resultados. [293] 
    
    Esta actitud mental pone todo su acento en la permanencia y se muestra contraria
al cambio, rechazando todo control o cambio deliberado del medio ambiente. Pone
también el acento en la unidad y continuidad básicas y contra toda distinción,
incluso distinciones tales como las existentes entre hombre y naturaleza, bueno y
malo, deberes y derechos. Estas actitudes, creencias o formas de conducta se hallan
muy extendidas y enraizadas en vastas regiones de Asia. Sólo pueden hacerse
conjeturas acerca de su posible duración, pero creo que en la mayor parte del sur de
Asia persistirán todavía durante muchas generaciones. [294] 
    
    En el mundo islámico, por lo menos hasta la masiva penetración de las
influencias occidentales en los últimos decenios, los elementos dominantes en los
sistemas religiosos y filosóficos subrayaban también la naturaleza invariable del
universo y el mantenimiento de una tradición invariable por encima del desarrollo
de la individualidad y de la libertad de elección del hombre. Estas características y
actitudes explican, por lo menos parcialmente, la común cualidad islámica de la
pasividad.
    
    En África, en la región al sur del Sahara, los sistemas principales de pensamiento
han dado también por sentado un universo invariable e imposible de cambiar. El
predominio de la magia, el recelo hacia las personas que lían efectuado cambios y
mejoras y la obligación de compartir toda ganancia con los miembros de una vasta
familia o incluso con toda la tribu, se han señalado también repetidamente como
obstáculos al progreso material en buena parte de África.
    
    Algunas de estas creencias y actitudes, y especialmente la insistencia en la unidad
del hombre y la naturaleza, al tiempo que retrasan todo progreso material conducen
a menudo a la serenidad y armonía espirituales. La tradición occidental de la
subordinación de la naturaleza a los deseos del hombre promueve el avance
material, pero crea también una tensión y desasosiego espirituales. Y así ocurre
también con el espíritu todavía mucho más pronunciado de competencia y
emulación en Occidente, el cual refleja, por lo menos en parte, un énfasis en la
distinción y la división.
    
     La lista de los factores personales y culturales de los países subdesarrollados
contrarios al progreso material, la mayor parte de los cuales no se presta fácilmente

266
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

a una cuantificación, podría alargarse casi indefinidamente. Pueden mencionarse


otros tres ejemplos de factores importantes, no cuantificables, que aparecen
claramente en grandes regiones, pero que son casi ignorados en la literatura del
consenso: la santidad del ganado, la tradición autoritaria y una cierta inactividad o
apatía física y mental.
    
     La santidad del ganado ha sido una característica destacada predominante de la
vida india durante milenios. Esta actitud se halla relacionada con la creencia en la
inviolabilidad de la vida animal sensible, pero deriva en gran parte del apego
invariable de los arios al ganado desde su llegada a la llanura del Ganges, alrededor
de unos mil años antes de Cristo, siguiendo su migración desde Europa a través del
Oriente Medio. [295]  Desde 1949 la santidad tradicional del ganado ha sido
reforzada por las prohibiciones legales de sacrificarlo (las cuales afectan también a
los que no son hindúes) en la mayoría de los estados de la India. La santidad del
ganado tiene enormes efectos contrarios al progreso material, pero su abolición por
disposición legal, inconcebible sin una conquista exterior, podría muy bien producir
un colapso espiritual en el país.
    
     Durante centenares o millares de años la persona individual en África y Asia se
ha hallado mucho más sujeta que en Europa a la autoridad, tanto a la autoridad
política como a la de la sociedad tradicional. La fuerza mucho mayor de la tradición
autoritaria en África Asia se refleja en muchos aspectos de la vida personal,
incluida la elección de la propia esposa. Una tradición autoritaria, como ya hemos
señalado, acentúa las funciones más que los objetivos, y las obligaciones más que
los derechos. Una tradición semejante desaconseja la investigación, la
experimentación, la autodependencia y la preocupación personal por el futuro; por
el contrario, fomenta la falta de curiosidad por las actividades y logros de las otras
sociedades, lo cual conduce al aislacionismo cultural e incluso a la xenofobia. Estos
resultados de una tradición autoritaria se refuerzan con la creencia en lo
sobrenatural, que es todavía relativamente fuerte en África y buena parte de Asia.
    
     Una clara lasitud mental y física entre la mayoría de la población local en
muchos de los países subdesarrollados, especialmente en el Oriente Medio y en el
sur de Asia, ha sido señalada a menudo por los observadores extranjeros y los
naturales de dichas regiones que han contado con algunas bases de comparación.
Nirad Chaudhuri, por ejemplo, ha subrayado esta característica del pueblo indio.
[296] 
    
     El olvido en la literatura del consenso de los factores no cuantificables que
sirven de base a la actividad económica ha dado un aire de incongruencia e
irrealidad a mucha de la literatura contemporánea, tanto teórica como aplicada. Esta
incongruencia ha sido repetidamente señalada por escritores familiarizados con el
panorama social o la historia de los países subdesarrollados. [297]  Una
consecuencia de este olvido ha sido el fomento, intencionado o no, de expectativas

267
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

inseguras e irrealizables de una pronta y considerable mejora de las perspectivas


materiales y de las tasas de desarrollo de los países pobres.
    
     El descuido de las principales causas determinantes del desarrollo en los modelos
más investigados ha impedido también un uso provechoso de la abstracción. Una
abstracción adecuada favorece la precisión en los estudios sociales, al igual que en
otras disciplinas. En la economía del desarrollo ha ocurrido lo contrario, debido a
los efectos combinados del descuido de las principales causas determinantes, de la
confianza en los conceptos abstractos y de las interpretaciones variables de estos
conceptos.
    
    Descuido de los factores geográficos.—No parece claro hasta qué punto la
inercia y algunas otras características y actitudes desfavorables al progreso material
reflejan actuación de los factores geográficos. Es casi seguro que el clima juega un
papel considerable, que ha sido menospreciado a pesar de la evidente concentración
de la pobreza material en los climas extremos.
    
     La conexión entre clima y atraso material es especialmente pronunciada en
algunos de los grupos más pobres del mundo subdesarrollado, especialmente entre
los pueblos del desierto, los esquimales y los pigmeos. Estos grupos, numéricamente
grandes, raramente se mencionan en la literatura del desarrollo, en parte debido a
que no contienen grupos articulados o políticamente activos, y en parte también a
que su existencia pone de relieve tanto una marcada desigualdad dentro del mundo
subdesarrollado como la evidente incongruencia o inadecuación de objetivos
políticos generales tales como la industrialización o la planificación central total.
    
    Sin embargo, aparte de estos casos extremos, la idea de una conexión entre el
clima y la actividad económica aparece al contemplar la concentración de la pobreza
material en los climas no templados. La influencia del clima en la actividad
económica ha sido señalada por escritores no pertenecientes a la literatura del
consenso . [298]  Entre los escritores más recientes, Chaudhuri ha tratado
ampliamente de esta característica de la historia del subcontinente indio y de las
facultades personales de sus habitantes. Escribe, por ejemplo:
    
     Es el vampiro de la geografía quien chupa toda energía creativa y deja a sus
víctimas como sombras indiferentes. Su alta temperatura media, junto con
temperaturas extremas diarias muy acusadas, apenas permite al cuerpo humano
alcanzar otra cosa más fructífera que la adaptación diaria al clima La planicie
inalterada de la llanura encuentra su contrapunto en el embotamiento de la mente,
la monotonía de la experiencia y la estrechez de los intereses ...
    
    Este medio ambiente terrible ha influido en todos los inmigrantes extranjeros en
la India. Aunque esta afirmación haya llegado a ser un tópico, es todavía la verdad
ineludible. No sé qué consecuencias futuras tendrán el aire acondicionado y la
regulación artificial de la temperatura, pero hasta ahora ningún extranjero en la

268
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

India —ario, turco o anglosajón— ha podido escapar a las consecuencias de vivir en


la llanura indogangética. Se ha disipado su energía, se ha minado su vitalidad y
debilitado su voluntad e idealismo. [299] 
    
     El olvido de la influencia del clima es otro factor que contribuye al aire de
irrealidad que rodea la discusión. Prima facie, este olvido es sorprendente, ya que
parece que es un factor que se prestaría fácilmente a un examen sistemático e
incluso, hasta cierto punto, a una cuantificación apropiada. Pero el clima afecta
normalmente a la gente tan sólo después de una prolongada exposición al mismo, y
mucha de la literatura del desarrollo ha sido escrita por gente que permanece poco
tiempo en los países subdesarrollados, generalmente en las estaciones más
agradables, y pasa la mayor parte de su visita en condiciones resguardadas del calor,
en edificios con aire acondicionado. La evidente imposibilidad de modificar
sustancialmente el clima en el inmediato futuro puede haber alentado también el
olvido de un factor que no es susceptible de acción política.
    
    La inadecuación de una definición negativa. —Ya hemos señalado en este ensayo
algunas de las penetrantes observaciones debidas al doctor Minogue sobre los
efectos engañosos y perjudiciales de la práctica de la definición negativa en la
economía del desarrollo, esto es, de la práctica de tratar al mundo subdesarrollado
como si fuera lo mismo que el mundo desarrollado, pero más pobre, y de considerar
a las gentes de los países subdesarrollados como sustancialmente similares entre sí y
diversas de las gentes del mundo desarrollado tan sólo por su pobreza relativa. No
existe base para pensar que los componentes de una categoría descrita por un
proceso de definición negativa deban exhibir uniformidades o similitudes básicas; el
hecho de que ciertos miembros de la categoría no posean determinados atributos,
cuya falta define la categoría, de ningún modo garantiza la presencia de similitudes
o uniformidades o incluso de una presunción en este sentido.
    
     De esto resulta que unas mismas políticas pueden producir resultados muy
distintos cuando se aplican a diferentes miembros de una categoría así definida. Ya
hemos señalado la observación del doctor Minogue de que de nada sirve definir un
caballo y un carro como algo que no lleva motor.[300]   Es inútil esta definición
porque caballos y carros, veleros y camellos, por ejemplo, no son esencialmente
medios idénticos de transporte, a pesar de que ninguna de estas formas de
transporte haga uso de un motor de combustión interna. Aparte de otras
implicaciones derivadas de las diferencias existentes entre estos diversos medios de
transporte, su actuación, incluso para fines determinados, no puede mejorarse
mediante métodos sustancialmente parecidos. En efecto, la utilización de un mismo
método —supongamos, la inyección de suministros adicionales de agua— puede
conducir a resultados diametralmente opuestos. Lo mismo puede aplicarse a las
condiciones de los países subdesarrollados.
    
     Como categorías, los términos rico, acomodado y pobre pueden tener una cierta

269
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

utilidad, a pesar de ser obviamente arbitrarios y vagos por su pertenencia a


categorías continuamente cambiantes. Sin embargo, mando no se toma ninguna de
estas categorías como criterio o norma, en odas palabras, no se usa como definición,
uno se encuentra inmediatamente frente a la inadecuación de la definición negativa
de que ya hemos tratado. Estas inadecuaciones se exacerban si las categorías que
sirven de base a la definición se apoyan en una cuantificación que es en gran parte
espúrea por cuanto se halla sujeta a enormes prejuicios y errores, como son las
estimaciones de rentas per capita que forman la base principal de la división
convencional entre países desarrollados y subdesarrollados. Las inadecuaciones son
además compuestas si la categoría escogida para servir de base a la definición, ella
misma basada en datos no fiables, se encuentra en uno de los extremos del espectro.
Los efectos de la definición negativa, de la creencia en el significado predominante
de los aspectos y causas cuantificables de la situación, del fracaso en la
consideración de la base insatisfactoria de las categorías, y de la elección de una
categoría extrema corno norma, se han reforzado unos a otros al dar una definición
del mundo subdesarrollado que es sustancialmente engañosa y no permite ver ni la
arbitrariedad de la división entre mundo desarrollado y subdesarrollado, ni la
diversidad existente dentro de cada categoría.
    
    Hay diferencias evidentes y sustanciales de capacidades, actitudes e instituciones
económicas del mundo subdesarrollado, como por ejemplo entre los chinos y los
hindúes del sudeste asiático, los hindúes de la India y los pueblos tribales de África
central. La práctica de la definición negativa favorece el olvido de estas diferencias
respecto a las causas determinantes del progreso material. La confusión resultante
de esta práctica ha sido exacerbada por el uso de expresiones tales como no
privilegiado o desposeído, que dan la idea engañosa de que la vasta y heterogénea
categoría ha sido de algún modo en su conjunto víctima de la injusticia.
    
    6. PROBLEMAS DE METODOLOGÍA 301
    
    Tanto en la discusión académica como en la popular, la aceptación del consenso
espúreo se ha visto favorecida por no haber tenido en cuenta algunos importantes
problemas de metodología. Como a menudo sucede, cuestiones aparentemente
abstrusas resultan ser problemas de enorme significación política y práctica. 
    
    Atractivo e inadecuación del historicismo — Mientras la negligencia indebida de
los antecedentes históricos es una de las características de la literatura del consenso,
existe al mismo tiempo un destacado elemento historicista en el consenso que ha
contribuido sustancialmente a su aceptación.
    
     Sir Karl Popper ha acuñado el término historicismo para indicar
    
     … un enfoque de las ciencias sociales que supone la predicción histórica
constituye su objetivo principal, objetivo que se alcanza mediante el descubrimiento
de los "ritmos" o "pautas", de las "leyes" o "tendencias" que sirven de base a la

270
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

evolución de la historia. [302] 


    
     En este sentido el historicismo ha tenido un gran atractivo político y psicológico
durante decenas, por no decir centenares de años, atractivo que es quizá más fuerte
ahora de cuanto lo fue jamás. La principal fuente de este atractivo está clara: la
promesa del establecimiento de leyes universales análogas a las de la ciencia
natural, las cuales se espera que expliquen el pasado y predigan el futuro y quizás
hagan posible el control consciente del curso futuro de los acontecimientos a través
de la manipulación tanto de las personas como del medio. El atractivo de esta idea
es particularmente fuerte cuando el prestigio de las ciencias naturales es alto, y
especialmente en épocas de rápidos cambios sociales y preocupación general sobre
el futuro.
    
    Las predicciones del historicismo han sido completos fracasos y sus pretensiones
lógicas, científicas y metodológicas han sido refutadas repetidas veces de manera
concluyente por destacados historiadores y filósofos, y quizá de manera más
completa y definitiva por R. G. Collingwood y sir Karl Popper. Las conclusiones
fundamentales de Popper pueden fácilmente resumirse en sus propias palabras:
    
     ... el historicista, en realidad, no deriva sus profecías históricas de predicciones
condicionales y científicas ... posiblemente no puede hacerlo así porque las profecías
a largo plazo sólo pueden derivarse de predicciones científicas y condicionales si se
aplican a sistemas que puedan describirse como aislados, estacionarios y
recurrentes. Estos sistemas son muy raros en la naturaleza; y la moderna sociedad
con toda seguridad no es uno de ellos.
    
    ... porque los más destacados aspectos del desarrollo histórico no son repetitivos.
Las condiciones son cambiantes, y las situaciones que se producen (por ejemplo,
como consecuencia de nuevos descubrimientos científicos) son muy distintas de
todo cuanto sucedió con anterioridad. El hecho de que nosotros podamos profetizar
eclipses no proporciona, por ello, una razón válida para que esperemos poder
predecir revoluciones. [303] 
    
     Como Popper ha remarcado acertadamente, aparte de que se produzcan
acontecimientos aleatorios y exteriores, el progreso del conocimiento en sí mismo
impide una predicción racional del futuro desarrollo de la sociedad, ya que no es
posible prever el conocimiento futuro. Pero ni los fallos fácilmente demostrables de
la profecía, ni las refutaciones concluyentes de la lógica, afectan al atractivo
emocional de la profecía historicista. Su defensa por destacados representantes del
consenso ha aumentado la influencia de éste.
    
    El atractivo de la profecía historicista, es mayor gracias a la tendencia meliorista
de alguna de sus principales conclusiones, especialmente la promesa del progreso a,
largo plazo que cabe esperar, en los países subdesarrollados, de la aplicación de las
políticas propuestas por el consenso. El atractivo y prestigio de estas profecías han

271
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

sido muy favorecidos por el uso de migajas de información histórica,


ordinariamente estadísticas bastante simples, y de ciertos conceptos de
macroeconomía, especialmente relaciones agregadas capital producto como base
para la extrapolación. Para el público poco informado, en cuyas opiniones han
influido mucho las discusiones contemporáneas sobre la economía del desarrollo
(incluidas las discusiones claramente académicas), estas profecías parecen combinar
los méritos del saber histórico, de la predicción científica y del conocimiento de la
realidad.
    
     Tales creencias y pretensiones son infundadas. La recolección casual de algunos
datos estadísticos no constituye un estudio histórico serio, ni tampoco la simple
extrapolación de tendencias arbitrariamente escogidas puede reflejar actividad
científica. Muchos de los conceptos utilizados, especialmente las relaciones capital-
producto, son enormemente difíciles de especificar con precisión y de aplicar de
manera eficaz. Aun cuando estas dificultades no estuvieran presentes, dichos
conceptos no podrían servir para la predicción científica por ser simples
descripciones de hechos pasados, y no variables entre las cuales se hayan
establecido relaciones funcionales o causales.
    
     El desarrollo económico es un aspecto del proceso histórico de desarrollo de las
sociedades. Los métodos de investigación apropiados a la explicación del desarrollo
histórico y a la formulación de conclusiones difieren en muchos aspectos de los
métodos idóneos a las ciencias sociales y especialmente a las naturales. [304]  Los
principales aspectos y elementos de los procesos históricos, que diferencian los
fenómenos estudiados por las ciencias históricas de los examinados por las ciencias
naturales, y hasta cierto punto también de los de las ciencias sociales, comprenden:
la dependencia de los resultados de los procesos históricos de la manera como estos
procesos se inician y desarrollan; la no repetición de los principales elementos del
proceso histórico; la frecuente intrusión de factores exógenos en el sistema objeto
de investigación; el carácter único del proceso de la historia, reflejando en parte los
factores que se acaban de mencionar y también la aparición de conocimientos
prácticos e intelectuales; la multiplicidad de —influencias relacionadas y variables
(variables en el sentido de que la fuerza de su acción difiere y varía según el lugar y
el tiempo) afectando simultáneamente al desarrollo de las sociedades; los problemas
planteados por el retardo temporal en la actuación de los diversos factores y el
problema relativo al espacio de tiempo de manifestación de la respuesta; [305]  la
naturaleza muchas veces impredecible de la respuesta de los seres humanos a los
principales cambios de condiciones, lo cual es especialmente importante si un
número relativamente pequeño de agentes ejerce un efecto desproporcionado en el
curso de los acontecimientos, como suele ocurrir en el proceso histórico. Por estas
razones, es difícil o incluso imposible predecir de manera fiable los cambios que se
producirán y que afectarán de manera sustancial al proceso histórico o a la respuesta
de los seres humanos a dichos cambios. Estos factores y complicaciones o bien -se

272
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

encuentran ausentes de los fenómenos, relaciones y situaciones estudiados por las


ciencias naturales y sociales, o están presentes en un grado mucho menor. [306] 
    
     Por estas razones no ha sido hasta ahora posible, y puede que nunca lo sea,
establecer generalizaciones seguras o leyes con valor de predicciones acerca del
curso del desarrollo histórico, esto es, leyes que puedan formularse como hipótesis
comprobables mediante procedimientos científicos, capaces de refutación y aptas
para incorporarse o expresarse en sistemas analíticos.
    
     Esta conclusión no implica que no existan generalizaciones válidas en la
economía del desarrollo: lo contrario está perfectamente claro. Pero el
descubrimiento de uniformidades y su aplicación a condiciones específicas difiere
sustancialmente de los intentos de predecir la futura evolución de enteras
sociedades, evolución que depende de variables que no suelen estar incorporadas en
el análisis sistemático, y que pueden realmente no prestarse a dicho análisis. [307] 
    
     Estas consideraciones de metodología no garantizan tampoco la conclusión de
que el estudio de los procesos históricos no pueda ser objetivo, o de que en este
campo una opinión sea tan buena como la otra, o de que no puedan establecerse
determinadas generalizaciones. Pero los métodos mediante los cuales se consiguen
aquellos puntos de vista y se establecen estas generalizaciones en el estudio de los
procesos históricos difieren de los de las ciencias teóricas, especialmente de las
ciencias naturales. Difieren incluso más de los métodos apropiados a los estudios
matemáticos, que se hallan relacionados principalmente con pautas de ideas,
especialmente con las implicaciones de las expresiones axiomáticas. Los métodos
apropiados para el estudio de los procesos históricos tales como el desarrollo
económico de enteras sociedades comprenden la observación de los fenómenos y de
los acontecimientos susceptibles de ser representativos o determinantes; la recogida
y análisis de información aprovechable para establecer el significado de los
fenómenos y acontecimientos: el descubrimiento de conexiones significativas
mediante la observación o el uso de material documental; y la comparación de la
evidencia con los descubrimientos de las diversas disciplinas. Tales procedimientos
no deben carecer de objetividad, rigor o profundidad.
    
     Resultará que algunas interpretaciones obtenidas mediante estos procedimientos
son más ilustrativas que otras, debido a que son más útiles que las interpretaciones
alternativas para la ordenación e interpretación de un gran número de efectos y
conexiones menos evidentes. Al enunciar la interpretación, para su examen por otros
observadores, con el fin de llegar a un acuerdo, o por lo menos delimitar la zona de
desacuerdo, no es preciso aducir la evidencia en apoyo de dicha interpretación y las
razones que sirven de base a las conclusiones. Las conclusiones difieren de las
ciencias teóricas en cuanto al carácter de las generalizaciones y, en particular,
porque, incluso si son bien acogidas y son ilustrativas, no pueden sujetarse a la
prueba de la refutabilidad.

273
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

    
     Reconocer que el método de obtención de conclusiones y establecimiento de
uniformidades difiere en algunos aspectos entre las disciplinas, y que los métodos
de estudio y los procedimientos de prueba apropiados a algunas disciplinas son
inapropiados en otras, no justifica ni las actitudes antiintelectuales (tales como la
idea de que en realidad en este campo general una opinión es intelectualmente tan
válida como otra cualquiera), ni la idea de que sólo los métodos análogos a los
empleados en la interpretación de la naturaleza son intelectualmente respetables.
    
    Aplicación indebida de las matemáticas y cuantificación y clasificación espúrea.
— Los defectos de la literatura del consenso han estado a menudo disimulados bajo
formas de presentación que ofrecen al público profano una apariencia de rigor
científico, especialmente a través del empleo de técnicas matemáticas y símbolos
algebraicos.
    
     En algunas de las principales ramas de esta literatura, especialmente en la
discusión sobre las causas determinantes del desarrollo, las técnicas de planificación
y los criterios de inversión, el uso de símbolos matemáticos ha sido poco útil y en
realidad engañoso. Para empezar, ha ocultado el estado atrasado de esta rama de la
economía, que hasta ahora sólo ha descubierto unas pocas uniformidades válidas y
todavía un número menor de ellas que pueda servir de base a los sistemas analíticos
susceptibles de beneficiarse de las técnicas matemáticas (uniformidades tales como
la significación de los factores personales y culturales o la importancia de los
contactos externos que no pueden ser fácilmente examinados de manera clara
mediante los métodos matemáticas). Este uso de las técnicas matemáticas ha
ocultado también los problemas presentados por los cambios imprevisibles de los
parámetros (complicados además por los cambios impredecibles de su interacción
con las variables convencionales de las economías), que son característicos del
desarrollo histórico de sociedades enteras, una faceta del cual es el progreso
material. El uso de las técnicas matemáticas ha apartado también la atención de las
principales influencias y causas determinantes, a menudo cruciales, de las
situaciones sociales y del desarrollo económico que no se prestan fácilmente al
análisis formal, y ha influido en la discusión en favor de otros factores que suelen
ser mucho menos significativos, pero más fácilmente tratables por tales métodos.
    
     Estas críticas no se dirigen a todos los usos de las matemáticas en la economía
del desarrollo. Para empezar, en este campo, como en otras ramas de la economía,
es a veces útil poner en forma matemática los descubrimientos realizados a través
de la observación y el análisis (es decir, razonarlos en forma matemática más que
deducirlos de las matemáticas). Asimismo, las críticas no se dirigen a la utilización
de las matemáticas en un campo como el de la demografía, donde los conceptos e
ideas básicas (aunque no necesariamente la información estadística disponible) son
suficientemente firmes para el uso eficaz de aquéllas. Pero unas condiciones
favorables corno estas son excepcionales y no se hallan presentes en muchos

274
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

campos de la economía del desarrollo, como por ejemplo la discusión sobre las
técnicas de planificación o los criterios de inversión, donde las matemáticas se han
aplicado extensamente.
    
     El uso inapropiado o incluso engañoso de las matemáticas ha tendido a
acrecentar el prestigio de los autores, al mismo tiempo que ocultaba las
imperfecciones del consenso, sugiriendo ideas falsas en cuanto al rigor y objetividad
de la teoría y el método. [308]  Resultados en cierto modo similares se han obtenido
mediante ciertas prácticas y métodos de estudio derivados de la obsesión corriente
por lo cuantificable, siendo uno de estos resultados el correspondiente al olvido de
lo no cuantificable, como ya se ha señalado. La misma obsesión explica también en
parte la producción y uso indebidos de estadísticas tales como las empleadas en las
comparaciones en materia de renta internacional, que también hemos señalado.
Igualmente ello explica en parte la confianza excesiva en la correlación y la
clasificación inapropiadas en la discusión sobre el desarrollo, a las que vamos a
referirnos brevemente.
    
    La economía del desarrollo aparece llena de correlaciones espúreas (tales como la
correlación entre la importancia relativa de la industria manufacturera y el nivel de
renta real, o entre cambios del nivel de los precios y la tan de desarrollo) en parte
debido a que muchos autores no distinguen entre relaciones funcionales y
correlaciones estadísticas no analizadas. No obstante, el interés intelectual y el
significado práctico de la correlación estadística dependen en gran parte de la
distinción de un mecanismo de conexión entre los fenómenos correlacionados.
[309] 
    
     Muchas clasificaciones destacadas de la literatura del consenso sugieren
erróneamente la presencia de claras distinciones que pueden servir de base para el
análisis o la política. Son ejemplos corrientes de ello: la división del mundo en
países desarrollados y subdesarrollados; la división de la actividad económico en
actividades primarias, secundarias y terciarias; la distinción entre inversión consumo
(que es especialmente engañosa cuando las perspectivas de un mayor consumó
sirven para promover un nivel mayor de la actividad económica). Las distinciones
implicadas por estas clasificaciones son a menudo arbitrarias y confusas. No
obstante, el proceso de clasificación sugiere, por indebida analogía con la
clasificación de las ciencias naturales, que se han establecido claras diferencias de
significado analítico y práctico.
    
    7. IMPLICACIONES MÁS AMPLIAS
    
    La demanda insistente de los servicios de economistas para trabajar en el campo
de los países subdesarrollados y del desarrollo deriva de la creencia de que los
economistas pueden colaborar sustancialmente en la promoción del progreso
material, creencia que se ve reflejada y favorecida por el uso del término desarrollo

275
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

económico para denotar el progreso material. Esta creencia es en el mejor de los


casos excesivamente confiada, por no decir considerablemente infundada. Pero su
aceptación ha favorecido la influencia de algunas de las principales ideas del
consenso.
    
     El público cree, o por lo menos creyó hasta fecha reciente, que la economía es
más o menos una materia exacta que puede y debería proporcionar respuestas
exactas a una gran variedad de cuestiones y problemas. Y en la economía del
desarrollo muchos economistas confirmaron fácilmente lo que la gente deseaba que
se les dijera, lo cual resultó ser agradable y lucrativo para la profesión, a saber, que
los economistas tienen en gran parte las respuestas a los problemas y, por
implicación, que las variables importantes son aquellas que los economistas pueden
fácilmente analizar y los políticos fácilmente manejar. Lo que el público y los
políticos desean oír es intelectual y materialmente adecuado a los economistas. En
efecto, las propuestas políticas de los economistas del desarrollo, especialmente de
los exponentes del consenso, muchas veces reflejan sobre todo lo que los gobiernos
y las organizaciones internacionales desean que se proponga. Las consecuencias de
una situación semejante para los estándares intelectuales y perspectivas de la
economía del desarrollo están claras. Debido a que los métodos inapropiados de
estudio en una rama de la materia, así como las conclusiones inválidas que de ellos
derivan, son susceptibles de afectar a otras partes de la misma, el significado de los
procedimientos y los resultados de la literatura del desarrollo se extienden a otras
partes del análisis económico.
    
    Al promover la idea, o por lo menos admitirla, de que el progreso material de los
países pobres depende en gran parte de los factores que pueden analizarse con la
ayuda de la teoría económica, y de que el razonamiento económico es útil o incluso
indispensable para promover el progreso material de los países pobres, muchos
economistas han pasado vivir por encima de sus rentas intelectuales, o incluso a
vivir de falsos pretextos. Un destacado escritor de la economía del desarrollo dijo
en un documento de gran difusión que uno de los muchos círculos viciosos que
afligen a los países subdesarrollados es la falta de economistas calificados para la
planificación del desarrollo. En su demanda de economistas esta idea se aproxima a
un falso prospecto de propaganda intelectual.
    
     El razonamiento económico tiene un valor definido pero limitado en este campo
general. Puede ayudar a explicar y a predecir algunos fenómenos y, por
consiguiente, a estimar los resultados probables de determinadas políticas que
afectan de manera notable a la prosperidad de los países pobres. Ejemplos
corrientes de ello son los efectos de los precios relativos y de las variaciones de los
precios sobre el output de los diferentes productos, la incidencia de varias formas
de imposición, y las consecuencias de diferentes políticas monetarias. E incluso en
el actual estado del conocimiento, los economistas pueden en ocasiones ir
legítimamente más allá de estos campos corrientes y examinar los efectos de

276
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

determinadas políticas sobre la oferta de bienes incentivo o sobre los contactos


económicos internacionales, así como las repercusiones de estas políticas en el
comportamiento de la gente y en las instituciones sociales. Estos ejemplos de
utilidad del análisis económico han sido ignorados o incluso oscurecidos por
algunos exponentes del consenso del desarrollo quienes, paradójicamente, mientras
tenían grandes pretensiones respecto a sus propuestas, olvidaban simultáneamente
aplicar el elemental razonamiento económico allí donde es apropiado y útil.
Reclaman el poder de rehacer la sociedad mientras son incapaces o no desean hacer
uso de los instrumentos básicos de su materia.
    
    Por otra parte, el análisis económico ha representado una gran promesa en los
últimos años en direcciones insospechadas, por ejemplo en el desciframiento de
algunos de los factores que sirven de base al nacionalismo económico, en la
investigación de los factores que sirven de base a la aparición de determinados
tipos de derechos de propiedad y también en el análisis e implicaciones de
categorías importantes de acción colectiva. Un ulterior progreso es probable en estas
diversas e importantes direcciones, en especial si el esfuerzo se dirige
principalmente a fomentar el conocimiento más que a señalar fines políticos
específicos. Pero los resultados de un progreso sustancial en esta dirección se
hallarán todavía lejos del desarrollo de un análisis sistemático y completo de las
causas determinantes del progreso material. Aun cuando tal análisis fuera posible,
puede resultar que en muchas sociedades algunos de los obstáculos al progreso
material no sean tratables mediante la acción del estado.
    

[Ir a tabla de contenidos]


[1]        La versión original de este ensayo se publicó bajo el título "The Vicious
Circle of Poverty: Reality or Myth?" en Weltwirtschaftliches Archie, Septiembre
1965.
[2]        Paul A. Samuelson, Economics: An Introductory Analysis, 2a. ed., Nueva
York, 1951, p. 49. (Trad. cast., Manual de economía, Aguilar, Madrid.)
[3]        Study submitted by the Center for International Studies of the
Massachusetts Institute of Technology to the State Committee investigating the
operation of Foreign Ai d, Washington, 1957, p. 37.
[4]        Ragnar Nurkse, Problems of Capital Formation in Underdeveloped
Countries, Oxford, 1953, pp. 4 ss. (Existe traducción castellana editada por el
Fondo de Cultura Económica.)
[5]        Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económicos y
Sociales, Análisis y proyecciones del desarrollo económico. I: Introducción a la
técnica de la programación, Nueva York, 1955, p. 10.
[6]        Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económicos y
Sociales, Panorama económico de América latina 1955, Nueva York, 1956, p.3.
[7]        Las estadísticas de renta nacional per capita de este párrafo están calculadas

277
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

a partir de las cifras de producto interior bruto presentadas en Naciones Unidas,


Year Book of National Accounts Statistics 1963, Nueva York, 1964, pp. 85 y 107, y
de las cifras de población de Naciones Unidas, Boletín Mensual de Estadísticas,
vol. XVIII, Nueva York, diciembre 1964. Desde que se escribió este ensayo se
cuenta con cifras más recientes, pero no afectan a la argumentación.
[8]        El comercio exterior de Malaya y Singapur en 1963 se ha obtenido de datos
aparecidos en el boletín oficial Monthly Statistical Bulletin of the States of Malaya,
Kuala Lumpur, octubre 1964, y del Monthly Digest of Statistics, de Singapur, vol.
III, octubre 1964.
[9]        En este libro nos referimos a este territorio a veces como Costa de Oro, a
veces Ghana, o a veces Costa de Oro-Ghana, según el período a que se refiera el
contexto.
[10]        Pueden encontrarse los detalles en R. E. Szereszewski, Structural Changes
in the Economy of Ghana 1891-1911, Londres, 1966; y en P. T. Bauer, West
African Trade, Cambridge, 1954.
[11]        Nurkse, Problems of Capital formation ..., pp. 61-62 y 70.
[12]        La aplicabilidad del concepto de Adarva Smith de salida para el excedente
a la expansi3n de las cosechas para exportación de los paises subdesarrollados ha
sido señalada en H. Myint, "The «Classical Theory» of International Trade and the
Underdeveloped Countries", en Economic Journal, junio 1958.
[13]        Algunos de los factores subyacentes a la expansión de la producción de
cosechas para la venta en los países subdesarrollados se examinan en H. Myint, The
Economics of the Developing Countries, Londres, 1964, y en "The «Classical
Theory» of ...", cit.
[14]        A. McPhee, The Economic Revolution in British West Africa, Londres,
1926, p. 8.
[15]        W. K. Hancock, Survey of British Commonwealth Affairs, vol. II:
Problems of Economic Policy 1918-1939, 2, Londres, 1942, p. 283.
[16]        J. S. Furnivall, Colonial Policy and Practice. A Comparative Study of
Burma and Netherlands India, Cambridge, 1948, pp. 297-298.
[17]        La diversidad de por sí no impide el establecimiento de generalizaciones
válidas; el reconocimiento de las uniformidades subyacente tras la diversidad
superficial constituye de hecho una tarea fundamental de la actividad científica. Las
economías subdesarrolladas exhiben ciertos rasgos comunes que justifican limitadas
generalizaciones para fines determinados tales como la importancia comparativa de
la producción de subsistencia, n las amplias fluctuaciones de precios inter e intra-
estacionales en los mercados locales, o la amplia proporción de niños en la
población. Sin embargo, para otros muchos fines, entre los que se encuentran las
discusiones sobre la base de la política a seguir y la estructuración de esa política,
resulta esencial recordar su profunda heterogeneidad.
[18]        Una penetrante discusión de algunos de los motivos e implicaciones de la
definición negativa se encuentra en Kenneth Minogue, The Liberal Mind,Londres,

278
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

1963, cap. 4. En diversas partes de este libro, incluyendola segunda parte de este
capítulo y los capítulos III y IX, señalaremos la significación, potencialidades y
peligros de las clasificaciones y distintos que son aparentemente claras, pero de
hecho son arbitrarias.
[19]        Un ejemplo del enfoque señalado en el texto es la discusión en el Reino
Unido sobre el éxodo forzoso de asiáticos desde África del Este y Central en 1968-
1969. Se centró casi por completo en el fracaso del gobierno británico respecto a la
admisión de las personas expulsadas de esas zonas y no en la acción de los
gobiernos africanos al expulsar a esas personas de tan elevada productividad. El
examen de la acción de esos gobiernos africanos y de sus resultados expondría los
conflictos existentes dentro del mundo subdesarrollado, disminuyendo la efectividad
de la sugerencia de que constituyen un grupo homogéneo con intereses opuestos a
los de Occidente y de cuya pobreza es responsable Occidente.
[20]        Estas estadísticas de las Naciones Unidas se refieren a producción, no a
renta per capita, pero la diferencia es inmaterial en este contexto. De hecho, debido
a los favorables cambios de las relaciones de intercambio de los principales países
latinoamericanos en este período, es muy probable que el crecimiento de la
producción per capita subestime la mejora de la posición de América latina en
relación a la de los Estados Unidos entre 1945 y 1955.
[21]        Tengo que agradecer al doctor F. A. Mehta este ejemplo
[22]        La producción de subsistencia y los servicios intrafamiliares no se
mercadean, de modo que todos los precios que se les asignen son ampliamente
arbitrarios. Hay un elemento auto contradictorio en la fijación de precios de
producciones no mercadeadas. Los diversos métodos adoptados en la práctica
tienden a impartir un fuerte sesgo a la baja a las estimaciones de renta y niveles de
vida de los países subdesarrollados en relación a los desarrollados.
[23]        Un estudio pionero en este campo es el de A. R. Prest y I. G. Stewart, The
National Income of Nigeria 1950-1951, Londres, 1953; otra contribución importante
es A. R. Prest, Public Finance in Underdeveloped Countries, Apéndice 1: "La
valoración de la producción de subsistencia", Londres, 1962; otros estudios que
señalan algunos de los problemas conceptuales y estadísticos de las estimaciones de
renta nacional de los países subdesarrollados y de las comparaciones internacionales
de renta, son A. R. Prest, The Investigation of National Income in British Tropical
Dependencies, Londres, 1957; Stephen Enke, Economics for
Development, Englevvood Cliffs, N. J., 1963; y también la importante colección
de ensayos del profesor S. Herbert Frankel, The Economic Impact on
Underdeveloped Societies, Oxford, 1953.
[24]        Oxford, 1968, introducción y resumen.
[25]        "The Transport Bias in National Income Comparisons", en
Economica, mayo 1963, p. 140.
[26]        Los argumentos del profesor Usher y la evidencia que los apoya no sólo
presentan la invalidez de las comparaciones internacionales de renta per capita entre

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

sociedades muy diferentes, sino que también colocan en perspectiva adecuada


nociones tales como la bien difundida sugerencia de los profesores Max F. Millikan
y Walt W. Rostow (en A. Proposal, Nueva York, 1957 en el sentido de que si la
renta per capita de un país subdesarrollado aumentará entre un 1 y 2 por ciento
anual durante cinco años, podría suponerse que ese país está en el punto de
despegue (sea lo que sea lo que eso signifique) y que por tanto se cualificaba para
recibir tanta ayuda exterior como pudiera absorber (en la práctica cantidades
ilimitadas). Así, se supone que cambios del 1 por ciento de la renta per capita han
de servir de base de políticas de largo alcance cuando lasestadísticas sobre esas
rentas están sujetas a errores de varios cientos por cien, y cuando esos errores se
ven ampliados por los grandes márgenes de error en las estimaciones de la
población y de su crecimiento en los países subdesarrollados. Aparte de otras
críticas fundamentales que cabe dirigir a la propuesta de los profesores Millikan y
Rostow, la noción de que pueda determinarse un incremento de un 1 por ciento de
la renta nacional per capita de esos países revela que no se tiene ninguna
familiaridad con sus condiciones. La misma crítica es válida respecto a las
principales recomendaciones del Informe de la comisión sobre desarrollo
internacional (informe Pearson) 1969, que propone ligar la ayuda extranjera a
específicas tasas de crecimiento de la renta nacional de los recipiendarios.
[27]        La cuantificación de los efectos de la composición por edades sobre las
diferencias de renta per capita es difícil debido a problemas estadísticos y
conceptuales, entre los que cabe incluir la interrelación de las diferencias de
composición por edades con diferencias en la duración y eficacia de la educación y
con el período en que se disfrutan los rendimientos de esa educación. Algunas de
estas dificultades se discuten en un importante artículo de la profesora Anne
Krueger, "Factor Endowments and per capita Inerme Differences among Countries",
en Economic Journal, septiembre 1968. La profesora Krueger muestra que a pesar
de un cierto número de complicaciones puede establecerse que las diferencias de
composición por edades explican una parte apreciable de las diferencias de renta
per capita entre los Estados Unidos y los veinte países subdesarrollados examinados
en su estudio.
[28]        El lector técnico notará que esta conclusión es válida tanto si el promedio
se interpreta como media aritmética, o mediana o moda.
[29]        Hay que señalar también un sesgo que muchas veces sobreestima el
progreso material de los países subdesarrollados. El progreso económico de los
países pobres va acompañado por una reducción de la importancia de la producción
de subsistencia, muchas veces infravalorada en las estadísticas de renta nacional. En
estas condiciones, un crecimiento relativo de la producción para el mercado y la
correspondiente disminución relativa  de la producción de subsistencia pueden
sobreestimar el progreso material. El sesgo no es significativo en los períodos
considerados en el texto y no invalida la argumentación.
[30]        Quizá no sea demasiado antojadizo sugerir otro ejemplo más mundano de

280
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

la realidad del beneficio de una más larga esperanza de vida. Implica el consumo
personal de un mayor volumen de bienes y servicios. En este contexto, como en
tantos otros, la discusión no tiene sentido sin considerar la dimensión temporal.
[31]        Esta última cuestión se examina con más detalle en el capítulo V, donde se
señala que las consideraciones aquí listadas no agotan los argumentos en favor o en
contra del control de natalidad.
[32]        Esta argumentación es el tema central de un artículo penetrante, y no
debidamente tenido en cuenta, del profesor S. Herbert Frankel, "Concepts of Income
and Welfare and the 1ntercomparability of National Income Aggregates", en The
Economic Impact on Underdeveloped Societies.
[33]        Por señalar un ejemplo familiar y característico, en los climas fríos las
personas necesitan casas calientes. El coste de instalación, mantenimiento y
funcionamiento del equipo necesario está incluido en la renta nacional, que se ve así
abultada en relación a la de aquellos países en los que el gasto es innecesario. Los
diferentes climas implican distintas necesidades, pero no es legítimo suponer que
esas necesidades se equilibran.
[34]        Quizá sea necesario enfatizar que el reconocimiento de las dificultades y
limitaciones del concepto de renta nacional a efectos de comparación de sociedades
muy diferentes no invalida la utilidad del concepto a otros propósitos, en especial
para la contabilidad nacional.
[35]         La naturaleza engañosa de las estadísticas convencionales de renta
nacional como índices de bienestar se ha ido reconociendo cada vez más en algunos
escritos sobre el progreso material. El doctor E. J. Mishan, por ejemplo, ha señalado
con extensión algunos principales aspectos no cuantificables del crecimiento
económico en su libro The Costs of Economic Growth, Londres, 1967 (existe
traducción castellana por Editorial Oikos). También vienen al caso unas muy
recientes observaciones del doctor Staffan B. Linder. "Como es bien sabido, las
dificultades estadísticas hacen imposible construir un índice del producto nacional
bruto que registre de forma fiable los cambios de nuestro bienestar material ... Pero
una vez construido un índice, con todas sus imperfecciones, asume importancia
propia. Para contrarrestar campañas políticas ... los gobiernos adoptan acciones
diseñadas para la elevación de las cifras del índice en vez de para la elevación del
bienestar de la población" (The Harríed Leisure Class, Nueva York, 1970, p. 139).
[36]        El éxodo forzoso de asiáticos y europeos de muchos países africanos es ya
familiar. El personal sin experiencia y sin preparación enviado por los organismos
internacionales, gobiernos occidentales y fundaciones no sirven para reemplazar a
esos emigrantes ni en número, ni en productividad.
[37]        La versión original de este ensayo, que he redactado de nuevo y ampliado
mucho, apareció en el Scottish Journal of Political Economy, febrero 1969. Dicho
articulo era a su vez una versión revisada de una conferencia dada en la
Universidad de Glasgow en mayo de 1968.
[38]        Development and Underdevelopment, El Cairo, 1956, pp. 63 y 65. La

281
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

cursiva es del original, excepto en el penúltimo párrafo, en que el cambio


tipográfico del "tiene" es mío. Este texto es notable por su insistencia en la
necesidad de emprender la planificación central global sean cuales fueren los deseos
de la población, las capacidades del estado y sin tener en cuenta los probables
resultados de esa política.
[39]        An International Economy, Londres, 1956, p. 201.
[40]        H. Kitamura, "Foreign Trade Problems in Planned Economic
Development", en Kenneth Berrill (ed.), Economic Development With Special
Reference to East Asia, Londres. 1964, p. 202.
[41]         En la sección 2 de este capítulo se señala una reciente reinterpretación del
concepto.
[42]        Development and Underdevelopment, pp. 63-64.
[43]        Poder significa aquí la capacidad de restringir las elecciones abiertas a
otros hombres. En el sistema de mercado existen grandes empresas y hombres ricos;
pero sus recursos no confieren poder en ese sentido material, al menos en la medida
en que lo confiere la planificación global a los políticos y funcionarios.
[44]         De ahí se sigue que la planificación global afecta necesariamente a los
parámetros de las variables económicas convencionales. Este resultado implica a su
vez que el supuesto familiar de que permanezcan iguales las demás cosas es
inadmisible. Más tarde en este mismo capítulo señalaremos algunas de las
implicaciones de este resultado.
[45]        "No existe otro camino de desarrollo económico que un poderoso aumento
de la parte de renta nacional que se retira del consumo y se dedica a la inversión, y
esto implica una política de máxima austeridad ... Frugalidad que tiene que aplicarse
al nivel de vida de las masas populares por el simple motivo de que son los muchos
...", Development and Underdevelopment, p. 64. Como se discute en siguientes
apartados de este capítulo, un incremento en gran escala del gasto. de inversión
mediante un incremento forzado de la ratio de ahorro no es condición necesaria ni
suficiente para el desarrollo económico. Un incremento de inversión tampoco
precisa de una gran austeridad, aunque eso sirva de pretexto para la escasez de
bienes de consumo.
[46]        El establecimiento de servicios obligatorios de trabajo, o el establecimiento
de impuestos por persona para forzar a la gente a buscar un empleo pagado,
plantean cuestiones análogas a las del intento de transformación de los seres
humanos. Sin embargo, la analogía es bastante superficial porque la zona de
aplicación, intensidad y propósitos de la coerción ejercida en los casos de servicios
de trabajo obligatorios siempre ha sido mucho más restringida que la planteada en
las propuestas de intentos de transformación de las personas
[47]        Este tema se analiza extensamente en el capitulo V.
[48]        A veces se presentan como determinantes de la actuación económica
semejantes al clima, la configuración geográfica y la accesibilidad de las diferentes
zonas. En cierta medida es cierto. Sin embargo, como puede apreciarse pensando un

282
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

poco, la accesibilidad, a diferencia del clima, está mucho más influida por la
actividad humana, de modo que se puede decir que depende del esfuerzo humano.
[49]        Esta conclusión es un ejemplo de una regla general. Si a y b juntos,
producen c, y a sin b también produce c, pero b sin a no, podemos considerar a la
causa de c.
[50]        Una razón subsidiaria de por qué las diferencias económicas se llaman
desigualdades puede ser que los resultados de la actuación económica pueden
cuantificarse más fácilmente que los logros en otros campos. Pero ésta no es la
principal razón de la diferencia de terminología. Existen otras muchas diferencias
cuantificables entre las personas que por lo general no se llaman desigualdades.
[51]        El profesor Myrdal ha señalado explícitamente algunos de los atractivos
prácticos del hecho de no tomar en consideración las diferencias de aptitudes: "Sin
embargo, en conjunto, las ciencias sociales, y en particular la teoría económica, se
han adherido tozudamente al postulado naturalista de igualdad en el sentido de que
la naturaleza ha dotado por igual a los hombres; pueden así defenderse de un
enfoque ambientista". Economic Theory and Underdeveloped Regions, Londres,
1957, p. 113. Existe traducción castellana editada por el Fondo de Cultura
Económica).
[52]        La política forestal es una excepción parcial; los esquemas de control
hidráulico en condiciones apropiadas afectan a determinados resultados del clima
mismo, por ejemplo, los proyectos de regadío en climas áridos. El señor Nirad C.
Chaudhuri, escritor cuya captación de los elementos fundamentales de la vida india
es excepcional, ha enfatizado extensamente en sus libros los efectos del clima indio
sobre la actuación económica; discute esta influencia en especial en su libro The
Continent of Circe, Londres, 1965.
[53]        La conocida afirmación de Pasteur de que la suerte visita a la mente
preparada es aplicable a la vida económica como en otros campos.
[54]        A veces se señalan las ventajas que recaen sobre la persona que ha
heredado riqueza como una influencia análoga al funcionamiento del determinismo
ambiental. Muy a menudo se exagera demasiado la significación de la riqueza
heredada; en el contexto del desarrollo económico es de poca significación práctica.
En el capítulo V, apartado 3, se encuentran algunas observaciones sobre este punto.
[55]        Lord Clark ha señalado que el reto de la Reforma a determinados valores,
creencias y prácticas, tales como el culto de la Virgen María y de los santos, fue
experimentado entre los campesinos del sur de Europa como una amenaza a sus
vidas emocionales: "Ha tenido que sentir algo más profundo que un shock e
indignación: ha tenido que sentir que alguna parte de toda su vida emocional estaba
amenazada. Y habría tenido razón" (Kenneth Clark, Civilization, Londres, 1970, p.
177). En el sur de Asia muchas de las actitudes y creencias discutidas en el texto
cuentan con mayor antigüedad, y probablemente mayor fuerza, que las discutidas
por lord Clark en relación al sur de Europa. Otro distinguido historiador del arte, el
profesor Gombrich, ha insistido en que determinadas actitudes y creencias, en

283
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

particular la santidad de la vaca, están profundamente intercaladas en el interior


mismo de las vidas de los campesinos hindi'', (E. H. Gombrich, The Tradition of
General Knowledge, Londres, 1962, P. 7). Es preciso prestar un énfasis especial a la
antigüedad y fuerza de esas actitudes y creencias porque muy bien se las puede
menospreciar o incluso negar, tanto por observadores occidentales como por
muchos intelectuales asiáticos occidentalizados.
[56]        A veces se afirma que la diferente presencia de esos determinantes da
cuenta de las diferencias internacionales en cuanto a los niveles de desarrollo
económico, pero no de las diferencias de tasas de desarrollo en un periodo
especificado. Esta objeción por lo general es superficial. Primero, los niveles de
desarrollo económico reflejan las tasas de cambio anteriores. Segundo, las
diferencias en cuanto a los determinantes del desarrollo afectan a la capacidad de la
gente para aprovechar el cambio de condiciones y por tanto afectan a las tasas de
progreso económico en periodos especificados.
[57]        Hemos señalado ya la práctica de la definición negativa y algunas de sus
implicaciones en la introducción al capítulo I.
[58]        En un escrito presentado a la Conferencia de Viena de 1962 de la
Asociación Económica Internacional, dedicada al desarrollo económico, el profesor
Kaldor escribía: " ... es la limitación de recursos, y no la inadecuación de los
incentivos, lo que limita el ritmo de desarrollo económico". "The role of taxation in
economic development", en E. A. G. Robinson (ed.), Problems in Economic
Development, Londres, 1965, p. 170. "Recursos" parece referirse aquí a dinero e
"incentivos" a actitudes y motivaciones. Este tratamiento caballeroso de las
costumbres e instituciones podía haber sido excusable en los primeros violentos
años de posguerra. cuando casi todo el mundo creía que las importaciones de
capital eran cuanto hacía falta para el progreso material del mundo subdesarrollado.
Pero en 1962, tras el fracaso de los programas masivos de inversión en muchos
países subdesarrollados, tal actitud no puede excusarse. Es una opinión
particularmente sorprendente porque proviene de un economista que visitó la India
bastante tiempo en los años cincuenta, cuando la prohibición legal de sacrificio de
ganado se había levantado en un estado indio tras otro.
[59]        La presencia de objetivos políticos no reconocidos tras discusiones
estériles y aparentemente irrelevantes viene sugerida por el hecho de que las
conclusiones de aquéllas casi siempre apuntan a un mayor control estatal o la
gestión por el estado de las principales actividades económicas. De ahí que la
noción nebulosa e irrelevante (en su contexto) de la internacionalización de las
economías externas lleva a la propuesta de gestión por el estado de las actividades
que producen esas supuestas economías.
[60]        Teoría general. p. 245.
[61]        En el pasado aparecieron en las zonas tropicales y subtropicales elevadas
civilizaciones que produjeron notables monumentos. Pero esas civilizaciones no
produjeron un difundido logro material, ni sus líderes estaban preocupados por esa

284
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

promoción. Los logros de las civilizaciones contemporáneas y los de las elevadas


civilizaciones del pasado se basan en aptitudes y actitudes muy diferentes.
[62]         Estas consideraciones pueden explicar la diferencia de actuación
económica de los emigrantes chinos e indios al sudeste de Asia, lo cual resulta
especialmente claro en Malasia. Ambos grupos entraron en el país como
inmigrantes extremadamente pobres, en su mayoría trabajadores no cualificados. En
ambos grupos había una fuerte representación de las categorías más emprendedoras
de los países de origen. En pocas décadas los chinos superaban con mucho a los
indios. La misma diferencia se refleja en lo que puede llamarse el nivel
microeconómico. Las plantaciones de caucho de Malasia emplean a menudo
trabajadores chinos e indios que utilizan idéntico equipo. Por lo general la
producción de los chinos supera a la de los indios en proporción situada entre 1/4 y
3/4.
[63]        La relación entre controles económicos, actividad política y tensión política
señalada en el texto es un ejemplo de la interacción de las variables de la teoría
económica o de las políticas diseñadas para influir sobre ellas con factores
habitualmente tratados paramétricamente. Un parámetro es un elemento de la
situación que se trata como constante o dado a efectos de un determinado análisis o
discusión. Cuando In manipulación de las variables afecta a los parámetros ya no es
apropiado tratar a estos últimos como constantes. Repetidamente señalaremos en
este libro ejemplos de interacción entre parámetros y variables.
[64]        Los razonamientos de los tres últimos apartados de este capítulo se
refieren a los efectos de la planificación como sistema de control estatal de la vida
económica. Antes (p. 89) hemos señalado una interpretación más amplia, como
intento de remodelación del hombre y de la sociedad. Los razonamientos sobre los
efectos de la planificación. son aplicables con la misma validez a los resultados e
implicaciones de esa interpretación más amplia.
[65]        Lo que nos preocupa aquí son los probables efectos de las diversas
políticas sobre el progreso económico. A los efectos de esta discusión específica no
necesitarnos examinar la cuestión mucho más fundamental del derecho de
determinadas personas o grupos a coaccionar a otros a cambiar su modo de vida
basándose, al menos como presentación ostensible, en que tal cambio es preciso
para el progreso material de la sociedad o sus descendientes. Esta cuestión se
plantea en el cap. V.
[66]        Este punto se desarrolla en el cap. IV, en que entre otras cuestiones se
discute cuál es el atractivo del marxismo-leninismo.
[67]        Cuando en este capítulo hablamos de ayuda exterior nos referimos a
transferencias interestatales y préstamos subvencionados en dinero o en especie, que
es lo que se entiende por ayuda exterior en las discusiones actuales. No se refiere a
préstamos exteriores obtenidos en el exterior por los diversos estados en
condiciones comerciales, ni a la inversión privada exterior, ni a las actividades de
organizaciones voluntarias. Los préstamos obtenidos por los estados en el exterior

285
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

en condiciones comerciales deben incluirse en el capital privado. Unos pocos


créditos e inversiones del Banco. Mundial han ido a parar a empresas privadas o
semipúblicas; pero esas transferencias han tenido que contar con la sanción de los
gobiernos de los países recipiendarios, de modo que esa excepción no sólo es
cuantitativamente despreciable sino también poco significativa. Las discusiones
sobre la ayuda exterior a los países subdesarrollados se refieren por lo general a la
ayuda económica, no a la militar; de hecho, los informes sobre ayuda exterior de los
países occidentales donantes excluyen por lo general la ayuda militar. La distinción
en todo caso es imprecisa porque buena parte de los recursos domésticos de los
países recipiendarios puede desplazarse entre utilizaciones civiles y militares.
Cuando la ayuda militar libera recursos para su utilización civil, las estadísticas
oficiales de ayuda exterior subestiman la cuantía de la misma. Sin embargo, la
discusión de este capítulo no se ve afectada por la validez o significación de , ese
distingo. El único caso en que esa distinción parece significativa es Taiwan; pero la
argumentación no queda afectada en este caso por el hecho de que continuara ayuda
militar específica una vez acabada la ayuda económica. La discusión se refiere
sobre todo a la ayuda occidental a los países subdesarrollados, aunque buena parte
de ella puede aplicarse también a la ayuda provinente de los países comunistas.
Quizá sea apropiado incluir aquí algunas notas acerca de la composición y
valoración de la ayuda exterior. La mayor parte de la ayuda exterior la constituyen
subvenciones. Según el informe Pearson (p. 137), unos 2/3 de la ayuda tienen forma
de subvenciones o contribuciones parecidas Cuando la ayuda adopta la forma de
préstamos subvencionados que se devuelven (es decir, si se cumple con ellos), el
elemento de ayuda es la diferencia entre las condiciones de mercado y las
condiciones subvencionadas. Como las cargas de intereses y amortización de esos
préstamos son extremadamente modestas en comparación a lis condiciones de
mercado, la mayor parte de los créditos de ayuda exterior son muy semejantes a
subvenciones. Cuando la ayuda ha de gastarse en los países donantes, su valor
monetario sobrevalora su valor en términos reales; esa diferencia representa
subsidios a los exportadores de los países donantes Ninguna de estas
consideraciones afecta a la argumentación desarrollada en el texto.
[68]        30 de julio de 1966.
[69]        Esta expresión sólo se introduce cuando sea necesario dar cuenta de
ejemplos extremadamente excepcionales, bastante raros.
[70]        Podría objetarse que el influjo de capital de ayuda podría promover
determinantes favorables al desarrollo al transformar la sociedad. Lo experiencia
hasta el momento apunta en la dirección contraria. Pero aun así, el estado podría
obtener los mismos resultados en condiciones comerciales endeudándose en el
exterior, sin las complicaciones internas y externas derivadas de la ayuda. Por el
gusto de completar, podemos señalar una cualificación o proviso a la argumentación
del texto, que, sin embargo. tiene poca importancia práctica. Pueden darse
condiciones en que el gasto financiado desde el exterior incrementa la renta

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

nacional más que el coste del capital, sin que los ingresos del estado aumenten lo
suficiente para permitir al gobierno el cumplimiento con el capital obtenido en
condiciones comerciales. Sin embargo, la cuantía de los beneficios de ese gasto
financiado con fondos externos ha de ser muy especulativa si esos beneficios no
pueden absorberse mediante impuestos o cargas (bien sea por la naturaleza muy
dispersa de esos beneficios o por otras razones). En la práctica hay que señalar que
un gobierno incapaz de obtener ingresos adicionales de una renta nacional
apreciablemente mayor, bien mediante impuestos o cargas adicionales tales como
precios del ferrocarril o de los bienes de utilidad pública, es poco probable que
pueda utilizar la ayuda de forma productiva.
[71]        La incapacidad de un cierto número de recipiendarios de ayuda para
cumplir con sus créditos suavizados sugiere también la baja o incluso negativa
productividad de la ayuda, aunque hay que reconocer que puede haber otras razones
para la incapacidad o falta de disposición a cumplir con los créditos suavizados.
También hay que reconocer que la capacidad para servir al crédito no es buena
prueba de la productividad de la ayuda.
[72]        Algunos aspectos del desempleo de graduados a primera vista parecen
sorprendentes. Por ejemplo, a menudo hay desempleo importante entre graduados
cuya preparación parece muy escasa en el país. Ahora (1970) se da en la India un
fuerte desempleo de ingenieros, cuando, para un país tan grande, existe un grupo
relativamente pequeño de ingenieros cualificados. Muchas veces la preparación de
esos licenciados deja mucho que desear, pero la razón de ese sustantivo desempleo
es aún más fundamental. Cualificaciones muy elevadas pueden no ser mercadeables
si los servicios auxiliares o la demanda del consumidor son insuficientes. El
volumen de desempleo puede verse adicionalmente incrementado asimismo por
regulaciones formales o informales de salario mínimo, basadas también en modelos
externos inapropiados. El gobierno indio ha anunciado que dará preferencia a los
licenciados de ingeniería en paro en la gestión de las estaciones de petróleo de la
bullan O1, la compañía de petróleos del sector público. Cada uno de esos graduados
cuenta con cinco años de educación universitaria; en la mayor parte de los casos un
propietario razonablemente competente o un conductor de taxis sin ninguna
formación universitaria podría realizar esa gestión mejor y más barato.
[73]        Guy Hunter, memorándum no publicado que gentilmente me ha permitido
consultar y citar.
[74]        Noni Jabavu, Drawn in Colour, Londres, 1960, p. 116.
[75]         Se introduce esa expresión porque algunos defensores de la ayuda
querrían fomentar esas políticas sin consideración alguna a sus efectos sobro el
progreso material.
[76]        Por razones obvias esta consideración es menos aplicable al endeudamiento
del estado en condiciones comerciales que al influjo de capital hacia el sector
privado.
[77]        Muchas veces se financia con ayuda exterior, directamente o atreves de un

287
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

escalón intermedio, las compensaciones parciales por expropiación, lo cual plantea


interesantes cuestiones acerca de la incidencia de la ay oda ligada.
[78]        Debido a que el capital proporcionado como ayuda exterior produce un
rendimiento muy inferior al que habría dado en los países donantes, su nulo reduce
la renta potencial combinada de países donantes y re recipiendarios. Un corolario de
esta utilización no económica del capta: es que se podría dar en principio un mayor
flujo de bienes y servicios a sus presentes recipiendarios si los fondos de ayuda se
invirtieran en los países (Picantes y sus rendimientos se repartieran. Esta idea tiene
considerable interés para la valoración de la política de ayuda exterior, pero tiene
poca importancia práctica.
[79]        A. J. Youngson, Overhead Capital: A Study in Development Economics,
Edimburgo, 1967, examina con percepción las ambigüedades y complejidades del
concepto de infraestructura o capital social fijo, en especial en el contexto del
desarrollo económico.
[80]        La experiencia de la India es instructiva en este contexto. Hasta 1956
aproximadamente, cuando estaba empezando la planificación global y recibía una
sustancial ayuda, la India tenía superávit  en su balanza de pagos en su cuenta
corriente. Durante el segundo plan quinquenal (1956- 1951) aparecieron déficits en
gran escala que han continuado desde entonces. Las exportaciones por cuenta
privada siguen superando a las importaciones, pero se ha producido un gran
incremento de importaciones por cuenta del estado, que hacia la mitad de los atlas
sesenta significaban 3/5 del total de importaciones. Por aquel entonces la mitad del
total de importaciones se Maneaba con ayuda. La ayuda extranjera en gran escala
financió el déficit comercial y permitió el mantenimiento de un tipo de cambio
sobrevalorado, que desanimaba las exportaciones y atraía importaciones. El profesor
P. R. Shenoy La analizado estas relaciones en muchas publicaciones, en especial en
Indian Economic Policy, Bombay. 1968.
[81]        Los defensores de la ayuda arguyen en a menudo que su duración ha sido
demasiado corta y su volumen al menos en una base per capita, demasiado pequeño
para que haya podido presentar toda su efectividad. Esta insistencia en su
inadecuación en tiempo y cuantía es un ejemplo del enfoque automático señalado en
el texto. Si se supone axiomáticamente que la ayuda ha de ser beneficiosa, no habrá
límite temporal o de volumen para la aseveración de sus efectos Tampoco está claro
qué quiere decir "pequeño" en este contexto. Aunque las cifras de ayuda se
expresen en una base per capita, solo son significativas ni cuanto a los efectos de la
ayuda si se muestran como porcentaje de la renta per capita del país recipiendario y
no en términos absolutos o como porcentaje de la ayuda per capita recibida por
otros países. Además, incluso como porcentaje de la renta per capita, sería mejor
relacionarla con la población ocupada que con la población total. También podría
relacionarse al flujo total de ahorro monetario del país recipiendario. Quienes se
quejan del supuesto pequeño volumen de ayuda nunca realizan esos cálculos. Bajo
todos los criterios realmente válidos cabe decir que en los últimos diez años o más

288
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

muchos recipiendarios de ayuda han contado con ella en cantidades sustanciales y,


lo que es más, esperan una indefinida continuación de esa ayuda debido a la
continuación de los bajos estándares de vida y dificultades de balanza de pagos.
[82]        Como dijo Dostoyevsky a través de tino de sus personajes: "... el disfrute
obtenido por la caridad es un disfrute soberbio e inmoral. El gozo del hombre rico
(radica en su riqueza, su poder y la comparación de su importancia con los pobres.
La caridad corrompe de la misma forma al que da y al que recibe; lo que es más, la
caridad no consigue sus objetivos porque tan sólo aumenta la pobreza" (Los
endemoniados). Una actitud de patronazgo hacia los pueblos de los países
subdesarrollados Aparece manifiesta en muchos escritos literarios y académicos,
patronazgo que se refleja en la actitud de que no se puede ni se debe, al juzgar su
actuación económica, aplicar los mismos estándares que con los pueblos de
Occidente.
[83]        Resultados análogos aparecen en la forma en que se discuten en los países
occidentales la posición y perspectivas económicas de las poblaciones inmigrantes
de color.
[84]        La discusión del texto se refiere al valor real de la ayuda que llega a los
países recipiendarios. Si la ayuda es ligada, parte de su valor nominal es un subsidio
de los contribuyentes a los exportadores dentro de los países dominantes.
[85]        Las razones de esos sesgos y errores se han examinado en el capitulo I.
[86]        Las medidas para elevar los precios de exportación de los países
subdesarrollados mediante acuerdos de producto, defendidas muchas veces e
introducidas como una forma de ayuda, benefician claramente a los grupos y países
más pudientes del mundo subdesarrollado. Los más elevados precios de los
alimentos y materias primas constituyen una forma regresiva de imposición en los
países importadores. El funcionamiento de los acuerdos de producto exige por lo
general la restricción o incluso la prohibición total de la creación de capacidad
adicional en los países productores, lo que recae sobre personas excluidas de la
producción de esos bienes, que casi siempre son más pobres que los productores
establecidos. Estas diversas consideraciones muestran una vez más lo poco que
favorece la ayuda exterior a los grupos más pobres de la comunidad.
[87]        Esta argumentación viene apoyada por la insistencia en que la situación es
moral y políticamente intolerable y que se hace cada vez más intolerable a medida
que se amplía la hecha. Más tarde discutimos la cuestión del elemento moral de la
ayuda exterior y sus implicaciones políticas internacionales.
[88]         Esta consideración explica por qué son tan oportunas las referencias al
pobre hombre rico. La argumentación del texto no es aplicable a la riqueza
heredada.
[89]        La cuantificación empleada en la imposición progresiva es muchas veces
incompleta, arbitraria y cruda. Es incompleta porque no tiene en cuenta aspectos
cuantificables de la situación tales como la edad del perceptor de renta. Un hombre
soltero de 21 años con ingresos de 420.000 pesetas está mucho mejor que un soltero

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de 45 con ingresos de 490.000 ptas... y sin embargo este segundo paga más
impuestos. Esta negligencia de las diferencias de edad en la imposición progresiva
también es significativa para la ampliación al campo internacional, debido a las
notorias diferencias de composición por edadess de las poblaciones de distintos
países. La crudeza y la arbitrariedad de sus procedimientos ha de resultar clara por
la negligencia de las consideraciones listadas en el texto.
[90]        Que se considera como funciones diferentes la promoción del desarrollo y
el alivio de la necesidad puede apreciarse en el contenido de la ayuda cuando ésta
se presta en especie.
[91]        Masacres tales como la de los ibos en Nigeria, los chinos en diversas
partes del sudeste de Asia y los árabes en Zanzíbar han reducido también la renta
per capita y sus tasas de crecimiento en esas zonas. Con base en el argumento del
alivio de la necesidad, tales masacres proporcionarían base para solicitar más ayuda.
Quizá no sea muy correcto añadir que ese incremento de la ayuda proporcionaría
bases para masacres adicionales.
[92]        Existen varias razones para creer que una proporción de las poblaciones de
África y Asia no practicará la contracepción al menos por otra generación. Algunas
de esas razones se reconocen, aunque de forma breve e inadecuada, en el informe
Pearson (pp. 197-198).
[93]        La decidida condenación por Occidente de ¡as altas tasas de natalidad de
los países subdesarrollados son otra muestra de la subconsciente actitud paternalista
de los defensores de la ayuda, pues apenas consideran en qué medida esas elevadas
tasas de natalidad reflejan preferencias y decisiones por parte de los padres en esos
países.
[94]        El sustancial gasto militar de muchos países perceptores de ayuda,
orientado en primer lugar contra otros perceptores de ayuda o a la represión de
movimientos secesionistas en sus propios países, presenta anomalías bien conocidas
que habrían de incidir sobre la supuesta relevancia de la ayuda para el alivio del
sufrimiento y el hambre; pero no sería provechoso detenernos aquí a explorar esta
compleja cuestión.
[95]        John Hajnal ha examinado las pautas de matrimonio y fertilidad de un
cierto número de sociedades en un artículo muy importante, "European Marriage
Patterns in Perspective: The Uniqueness of the European Pattern", en D. V. Class y
D.E.C. Eversley (eds.), Population in History, Londres, 1965. Hajnal muestra que
las sociedades de Europa desde el siglo XVIII, y sus descendientes directos en
América y Australasia, representaban hasta hace muy poco el único ejemplo
documentado de sociedades con una apreciable proporción de población núbil
bastante después de la pubertad y con tasas de fertilidad muy por debajo de las tasas
de fecundidad.
[96]        En un discurso en Madras, en enero de 1970, el señor M. R. Masani, ex
alcalde de Bombay, citaba un dicho oriental bastante verídico aunque no sea
totalmente cierto, y que podemos aplicar al contexto de las implicaciones políticas

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de la ayuda exterior: "¿Por qué me odian tanto? Nunca intenté hacer nada por
ustedes".
[97]        En la política interior esta reacción refleja en gran medida el
reconocimiento de la existencia de grupos articulados de la población resentidos
con el donante. La afirmación de Independencia en la política exterior constituye
habitualmente una ventaja, e incluso una necesidad, especialmente para gobiernos
débiles tanto en su país como en el exterior.
[98]        La cursiva es mía.
[99]        Detrás de determinados resultados e implicaciones paradójicas de la
defensa y flujo de ayuda, algunas de las cuales se han señalado en este  capítulo, en
especial al referimos al alivio de la necesidad, subyace la despreocupación respecto
a las políticas de los estados recipiendarios y las condiciones de esos países.
[100]        Ceilán y Birmania son ejemplos de años recientes.
[101]        La conferencia de Tashkent en enero de 1966 proporciona una notable
confirmación de la ineficacia de la ayuda exterior como instrumento de la estrategia
política occidental. Los gobiernos de la India y Pakistán pidieron al primer ministro
soviético que mediara entre ellos acerca de la disputa de Cachemira, a pesar de que
ambos países habían venido percibiendo grandes cuantías de ayuda americana.
[102]        En el pasado China ha recibido ayuda masiva de la Unión Soviética, con
la que mantiene ahora relaciones nada amistosas.
[103]        Cualquiera que sea el poder político que posean los países
subdesarrollados, proviene en gran parte de los desarrollos y disensiones políticas
de Occidente, cuya amplitud y resultado no están relacionados con el nivel de renta
de los países subdesarrollados.
[104]        Se sugiere algunas veces que la ayuda promociona el desarrollo, a largo
plazo de los recipiendarios, con beneficios finales sobre la balanza de pagos de los
donantes. Esta objeción tiene poco contenido. Primero, prejuzga los efectos de la
ayuda. Segundo, ignora los empleos alternativos más productivos de esos fondos,
algunos de los cuales se señalan más tarde en este mismo apartado. Tercero, aun en
el caso de que promoviera el desarrollo a largo plazo de los recipiendarios, no hay
seguridad alguna de que eso dé como resultado mayor gasto en exportaciones de los
donantes.
[105]        En este breve período Alemania occidental ha tenido que absorber
millones de refugiados, entre los que había un número desproporcionado de
ancianos y niños, así como librar reparaciones sustantivas a la Unión Soviética.
[106]        Lo que importa en este contexto es la pauta de política global del
gobierno recipiendario, no la productividad o utilidad en sentido amplio de los
proyectos específicos financiados por la ayuda, pues esa financiación libera otros
recursos domésticos que pueden utilizarse con otros fines.
[107]        Esto es un ejemplo del punto más general de que cuanto más dejado está
el contribuyente del organismo que gasta. menos efectivo es el control sobre el
destino de los fondos.

291
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

[108]        Este apéndice es bastante detallado en algunas partes técnico; el lector


general poco perderá si lo omite
[109]        Las consideraciones listadas en 2) y 5) establecen un presupuesto en
favor de una mayor productividad del gasto privado de inversión en relación al
público en los límites de un mismo campo. Esta consideración, así como otras
argumentaciones de este apéndice, no se refieren a la inversión requerida para las
conocidas tareas estatales señaladas ya en el texto de este capítulo. Son
significativas sobre todo respecto al gasto de inversión realizado fuera de ese campo
de actuación bajo la creencia de que todo gasto de inversión en cuanto tal promueve
el desarrollo.
[110]        La creencia en la expansión de la renta como consecuencia del gasto de
inversión es una aplicación inapropiada de la teoría keynesiana del empleo (donde
se enfatiza la inversión como instrumento para incrementar la demanda monetaria) a
la política de desarrollo (donde se enfatiza la inversión como instrumento pura
incrementar la productividad de los recursos).
[111]        A veces se afirma que todo gasto que aumenta la productividad es
inversión. Incluso se ha sugerido seriamente que todo desarrollo o suceso que
aumenta la productividad es una forma de inversión. En este sentido, un cambio de
actitudes o hábitos es una forma de inversión. Esa utilización tautológica del
término subraya su limitado valor a efectos operativos. Casi todo tipo de gasto o
suceso visto con buenos ojos por su defensor puede llamarse inversión con sólo
suponer o afirmar que aumentará la productividad en algún momento futuro no
especificado.
[112]        Un reconocimiento temprano de las limitaciones del gasto de inversión
como factor del progreso material se encuentra en un artículo de sir Alec
Cairncross, "The Place of Capital in Economic Progress", en L. H. Dupriez (ed.),
Economic Progress, Lovaina, 1955. El ensayo pionero de sir Alec Cairncross ha
sido reproducido en Factors in Economic Development, Londres, 1962.
[113]        Aquí sólo señalarnos las ideas generales más ampliamente difundidas
sobre la necesidad de la promoción de la actividad manufacturera en los países
pobres. En diversos contextos se discuten argumentaciones más específicas. En el
capítulo VI se examinan algunas de las ideas más influyentes en este sentido,
expuestas en la literatura de la UNCTAD.
[114]        La versión original de este ensayo apareció en el Journal of
Contemporary History, enero 1969. 
[115]        Este capítulo examina distintos argumentos acerca de los efectos
económicos del estatuto colonial; no trata de cuestiones más amplias acerca de los
méritos del régimen colonial.
[116]        Estos puntos, así como otras críticas de las tesis leninistas, son ya
conocidos. Pero hay que prestar atención al esclarecedor artículo del doctor R. J.
Hammond, "Economic Imperialism, sidelights on a stereotype“, en Journal of
Economic History, diciembre 1961.

292
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

[117]        Kwame Nkrumah, Africa Must Unite, Londres, 1963, p. XIII. Los
Sentimientos reflejados en esas declaraciones del doctor Nkrumah (típicas de
incontables portavoces asiáticos, africanos y latinoamericanos) pueden interpretarse
como expresiones de envidia o de resentimiento, distinción interesante en algunos
contextos pero no relevante a nuestro razonamiento. En el importante y perceptivo
estudio del profesor Helmut Schoeck, Envy, Londres, 1969, puede encontrarse una
amplia discusión de la envidia y de su papel en las relaciones entre países
desarrollados y subdesarrollados. 
[118]        Antes del régimen colonial había un puñado de escuelas misioneras
establecidas por misioneros europeos y americanos, y en las zonas musulmanas, en
los límites del Sahara, había alguna escuelas coránicas. Había también una pequeña
cantidad de alfabetizados entre las personas de idioma swahili de la costa este de
África en contacto con el mundo árabe; pero en el interior de África no había
alfabetización.
[119]        En el capítulo IV se discuten estos defectos y otras limitaciones do la
posición leninista. 
[120]        Gunnar Myrdal, Development and Underdevelopment, El Cairo, 1956, pp.
54 y 59.
[121]        Los críticos más articulados de los regímenes coloniales han defendido
con énfasis para los países subdesarrollados economías estrictamente controladas.
Parece apropiado recapitular ahora de forma sucinta por qué esa política obstaculiza
el desarrollo económico en esas sociedades. Restricción de los contactos externos y
de la movilidad geográfica y en el empleo; restricción de la oferta de bienes
incentivo; restricciones al establecimiento de nuevas empresas y a la acumulación y
expansión productiva del capital; exacerbación de la tensión política; desviación de
energía y ambiciones de la vida económica a la vida política.
[122]        Africa Must Unite, pp. XV y 173.
[123]        Londres, 1965.
[124]        Peter Townsend, "Measures and explanations of Poverty in High Income
and Low Income Countries: The Problems of Operationalizing the Concepts of
Development, Class and Poverty" (sic), en Peter Townsend (ed.), The Concept of
Poverty, Londres, 1971, pp. 41-42.
[125]        Las potencialidades de la clasificación como un instrumento de estrategia
social y política han sido examinadas en un perceptivo artículo del profesor T. S.
Szasz, "The Psychiatric Classification of Behavior: a Strategy of Personal
Constraint", en Leonard D. Eron (ed.), The Classification of Behavior Disorders,
Chicago, 1966.
[126]         La versión original de este ensayo apareció en Milorad M. Drachkovitch
(ed.), Marxist Ideology in the Contemporary World: Its Appeals and Paradoxes,
Stanford, 1966. 
[127]        Los conceptos marxismo, marxismo-leninismo, leninismo y comunismo
están estrechamente relacionados, pero no son idénticos. Utilizaré la expresión

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

marxismo para referirme en general a las ideas marxistas; marxismo-leninismo para


la ampliación por Lenin de esas ideas; leninismo para las ideas específicamente
leninistas y comunismo para las cuestiones principalmente políticas, prácticas y
organizad; as. Las distinciones a veces son imprecisas, pero esa imprecisión no
afecta a la sustancia cíe la argumentación.
[128]        The Political Economy of Growth, Nueva York, 1957, pp. 299-250.
(Existe traducción castellana editada por el Fondo de Cultura Económica)
[129]        Algunos detalles se presentan en el capítulo I.
[130]        En el mundo subdesarrollado las zonas más atrasadas son las situadas
fuera del sistema de mercado, con pocos o ningún contacto externo. Sin embargo
Baran escribe: "El dilema a que se enfrenta hoy la mayoría de la humanidad es
liberarse de ambos (monopolio y capitalismo) o quedar reducida por ellos al estado
de tullidos (sic)". The Polítical Economy of Growth, p. 248.
[131]        Towards Colonial Freedom, Londres, 1962, pp. 38-40.
[132]        Discurso a la Asamblea General, 8 de marzo de 1957.
[133]        Problems of Economic Independence of African Countries, Moscú. 1962,
pp. 14-51.
[134]        Ibid. pp. 15-17.
[135]        The Political Economy of Growth, p. 261. 
[136]        Problems of Economic Independence of African Countries, p. 10. 
[137]        Algunos de estos puntos han sido ya ejemplificados en el apéndice al
capítulo II.
[138]        An International Economy, p. 318.
[139]        El profesor Myrdal añade (p. 319) que considera que una combinación
efectiva de los países subprivilegiados sería muy importante para aumentar su poder
negociador, aumentar su nivel de vida y promover la integración mundial y la
democracia. Estas ideas se desarrollan más ampliamente en su Development and
Underdevelopment, cit. 
[140]        Véase capítulo 1.
[141]        Alexander Erlich y Christian R. Sonne, "The Soviet Union: Economic
Activity", en Z. Brzezinski (ed.), Africa and the Communist World, Stanford, 1963,
pp. 54-55.
[142]        Se ha señalado a menudo la atracción en este contexto de la ingeniería
social y de un control consciente ostensible sobre la evolución social. Este punto lo
ha discutido, por ejemplo, F. A. Hayek, "The Intellectuals and Socialism", en
George 13. de Huszar (ed.), The Intellectuals, Glencoe, 1060, p. 377.
[143]        Ibid, p. 375
[144]        También estos puntos han sido señalados ya. En Prabhakar Padhye, "The
Intellectual in Modern Asia", en de Huszar (ed.), The Intellectuals, se encuentra una
penetrante discusión del conflicto de lealtades a que se enfrentan los intelectuales
occidentalizados de los países subdesarrollados y su alienación con respecto al resto
de la sociedad. El señor Padhye enfatiza la atracción que tiene para estos alienados

294
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

intelectuales el lugar legítimo y seguro que esperan en una sociedad comunista


planificada. El mismo punto en relación a Europa del Este lo plantea Czeslaw
Milosz en The Captive Mind, Londres, 1953. Deben diferenciarse estas
consideraciones del atractivo que tiene para los intelectuales la perspectiva de un
incremento de poder en una sociedad planificada, atractivo reforzado por las
consideraciones anteriores.
[145]        La determinación de los comunistas a hacerlo es conocida en términos
generales, pro para captarla por entero hay que leer sus escritos, en especial la
Address to the Communist League of Germany, 1850, de Marx, y los principales
escritos de Lenin antes de 1917. 
[146]        Los escritos de Orwell, Barzun y Weaver. Aunque menos conocidos de lo
que debieran, resultan razonablemente accesibles. La incisiva discusión sobre este
tema por Herbert Luthy no está disponible en inglés. Su ensayo, "Fragmente zu
einem Instrumentarium des geistigen Terors", publicado en Suiza en 1945 e
incluido en un reciente compendio de ensayos, Nach dem Untergang des
Abendlandes, Colonia y Berlín, 1964, es una poderosa discusión de las
consecuencias de largo alcance de la decadencia del lenguaje y su explotación
sistemática en los escritos comunistas. El efecto demoledor de la decadencia del
lenguaje fue uno de los principales temas de los ensayos y obras de Karl Kraus, que
escribió en Viena en la primera parte del siglo xx.
[147]        The Political Economy of Growth, p 177.
[148]        Gunnar Myrdal, Asian Drama: An Inquiry into the Poverty of Nations,
Londres, 1968. Este ensayo no habla sido publicado antes, excepto algunos párrafos
en Spectator, 9 de enero de 1969, bajo el titulo "The Million Word Pamphlet".
(Existe traducción castellana, La pobreza de las naciones, Ariel. Barcelona, 1974.'
Las citas se refieren a la edición inglesa.)
[149]        La crítica global, metódica y efectiva de los modelos de moda sobre el
desarrollo realizada por el profesor Streeten en el apéndice 3 es la mejor parte del
libro. El concepto de trabajo agrícola excedente (un supuesto básico de buena parte
de la planificación sudasiática) y los intentos de medición de su amplitud mediante
observaciones casuales frente a las ideas occidentales sobre hábitos de trabajo,
también queda efectivamente criticado en el capítulo XXI y apéndice 6.
[150]        La negligencia comparativa del clima en buena parte de la literatura
actual es indefendible dada la obvia concentración del atraso material fuera de la
zona templada, en especial en los trópicos. El profesor Myrdal señala que las
referencias a elevadas civilizaciones en los trópicos en el pasado son irrelevantes
para las cuestiones planteadas en la literatura sobre el desarrollo. Reconoce que las
aptitudes requeridas para el progreso económico difieren en las condiciones
preindustriales o más modernas y que los efectos del clima sobre la actuación
económica y por tanto sobre los logros obtenidos es muy probable que sean más
importantes en esas condiciones casi modernas. Puede añadirse que los logros y
éxitos materiales de las civilizaciones pasadas consistieron sobre todo en la creación

295
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

de notables monumentos y obras de arte más que logros materiales generales


difundidos. Por último, en algunas zonas donde había habido elevadas civilizaciones
en el pasado se han producido cambios climáticos contrarios al progreso económico.

[151]        El profesor Myrdal cuando se refiere a diferencias de renta y riqueza


habla siempre de desigualdad. En el capítulo I se han considerado las implicaciones
de esta práctica, compartida por la mayor parte de los economistas.
[152]        Sigo al profesor Myrdal en el uso intercambiado de las expresiones
planificación, planificación central, planificación global y planificación central
global.
[153]        Véase p. 67. La cursiva es del profesor Myrdal.
[154]        Véase p. 895. La cursiva es del profesor Myrdal.
[155]        Véase pp. 72-73. El profesor Myrdal pone en cursiva las palabras
"inhibiciones" y "obstáculos". La cursiva en "sólo" es mía.
[156]        Véase p. 60.
[157]        Véase p. 116. 
[158]        Véase pp. 115-116. La cursiva es mía.
[159]        Véase pp. 1.909-1.910.
[160]        Véase p. 1.862.
[161]        Véase p. 105. La cursiva es mía. 
[162]        Véase p. 109. El profesor Myrdal no especifica esos "ritos" del
intelectual. En el contexto de la discusión parece referirse a las propuestas de
transformación y estandarización obligadas de seres humanos.
[163]        El fallecido J. S. Furnivall, tantas veces citado por el profesor Myrdal,
pero no en este punto, lo contemplaba como una fuerza de cohesión. 
[164]         Véase p. 1.883.
[165]        En los dos libros que se indica puede encontrarse una detallada y
perceptiva discusión de la antigüedad e intensidad de la discriminación según el
color en la India. Nirad C. Chaudhuri, The Autobiography of an Unknown Indian,
Londres, 1951, y The Continent of Circe, Londres, 1965; otro libro de un indio que
señala la intensidad de los sentimientos acerca del color en el sur de Asia es,
Prakash Tandon, Punjabi Century 1857- 1947, Londres, 1961.
[166]        El Concite Oxford Dictionary define a la nación como una raza o pueblo
distinto que tiene en común el origen, lenguaje, historia o instituciones políticas.
[167]        Véase, por ejemplo, pp. 382 y 898.
[168]        Mucha gente pudiente se ha beneficiado de la herencia, lo que quiere
decir que parte de sus recursos los generaron sus antepasados. Pero eso no afecta a
la argumentación del texto. La herencia de riqueza no quiere decir que se haya
extraído a otros, y la sugerencia de que no sea equitativo es un juicio de valor. La
idea de que una persona no tenga derecho a acumular riqueza en beneficio de sus
descendientes plantea amplias cuestiones de política social y de la significación del
concepto de familia. Además, vale la pena señalar que la riqueza heredada nada

296
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

tiene que ver con las grandes fortunas del sur de Asia, tales como las fortunas
chinas del sudeste asiático o las recientes fortunas industriales de la India. La
herencia de una inteligencia superior a la media o de un buen aspecto confiere
también ventajas análogas a las de la riqueza material. Pero como otros
reformadores sociales el profesor Myrdal no parece poner objeciones a este tipo de
herencia.
[169]        Equiparar la búsqueda de rentas más elevadas a conducta racional,
negligiendo los métodos y costes de ese incremento, es un ejemplo de la confusión
de la renta como concepto contable de un flujo de bienes y servicios y la renta como
un concepto psíquico de bienestar y satisfacción. Esta cuestión se ha discutido con
detalle en el capítulo 1.
[170]        Parece necesario insistir aquí en que el argumento del texto no es
inconsistente con el reconocimiento de un amplio campo de tareas públicas
necesarias. Este punto se ha estudiado con detalle en el capítulo II. 
[171]        The Theory of Economic Growth, Homewood, III., 1955, p. 420.
[172]        Véase p. 717. 
[173]        Otro ejemplo de esta contradicción se señala en la introducción a este
libro. Puede ser que la argumentación implique que una reducción del consumo
actual haga posible inversión adicional y por tanto mayores estándares de vida en el
futuro. Sin embargo no es una secuencia necesaria. especialmente en los países
subdesarrollados. Por muchas razones, algunas de las cuales se explicitan en el
apéndice al capítulo II, menos jamón hoy no quiere decir necesariamente más jamón
mañana; de hecho, cuando se ha conseguido obligando a la gente, es muy posible
que implique menos jamón también mañana. Si más jamón mañana fuera el
resultado probable de la inversión adicional y fuera valorado así por la población, el
estado podría financiar el gasto mediante empréstitos sin creación inflacionaria de
dinero.
[174]        El profesor Myrdal aconseja repetidamente y explícitamente la rápida
expansión industrial de la Unión Soviética. De forma sorprendente sugiere
asimismo que bajo el sistema soviético todavía es posible "... mantener un nivel de
nutrición bastante adecuado" (p. 1918). Que pueda considerarse como bastante
adecuado el nivel de nutrición de la Unión Soviética para gran parte de la
población, incluyendo los millones de recluidos en campos de trabajo, no deja de
ser un juicio subjetivo. El profesor Myrdal no observa que cualquiera que sea la
(dudosa) validez de su anotación, solo es aplicable a los supervivientes de las
diversas hambres. Considera asimismo que el sistema expresa solidaridad humana
(p. 687) e igualitarismo radical (p. 1363). Cita con aprobación la opinión del señor
K. M. Panikkar de que los planes quinquenales soviéticos convirtieron a una
economía semicolonial en una de las principales naciones industriales del mundo, y
que la China comunista ha promovido la mejora económica del país (p. 727).
También se refiere a un escritor americano que presenta a Occidente y a la Unión
Soviética como ejemplos de éxito en la construcción de una sociedad moderna (p.

297
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

1.366). No menciona las diferencias de nivel de vida ni de los costes de


construcción de esa llamada sociedad moderna. Existen otras muchas referencias
favorables al sistema soviético.
[175]        Si tiene que darse una extrema concentración de poder quizá mejor que
se produzca en las manos de personas que no hayan de llegar a los extremos a que
empujaría a los intelectuales de los países subdesarrollados, quizá mal que en otras
partes, su sentido de superioridad, autoafirmación y el supuesto de infalibilidad. En
los países pobres está especialmente pronunciado el sentido de superioridad del
intelectual sobre sus conciudadanos y su falta de simpatía por el resto de la
población. 
[176]        Véase p. 711.
[177]        Véase p. 1.205.
[178]        Véase p. 1.899. La cursiva es del profesor Myrdal. 
[179]        Véase p. 1.901. La cursiva es del profesor Myrdal. 
[180]        Véase pp. 1.901-1.908.
[181]        En la India se argumenta a veces en favor de la reforma agraria en el
sentido de que los rendimientos por hectárea de las pequeñas propiedades son
mayores que los de las grandes, de modo que una ruptura de las grandes
propiedades aumentaría la producción agrícola. Este argumento es superficial. Aun
en el caso de que los rendimientos por hectárea en las pequeñas propiedades fueran
superiores a los de las grandes —lo que no es necesariamente cierto— ello no
quiere decir que el rendimiento sea mayor para todos los recursos empleados. Si el
cultivo de las propiedades más pequeñas fuera más económico en este sentido
fundamental, y su establecimiento no encontrara otros obstáculos, sería de esperar
que los propietarios de las grandes unidades vendieran parte de sus propiedades o
las arrendaran en unidades menores. Los académicos se han visto tentados a veces
por la construcción de modelos que "explicaran" cómo la reforma agraria puede
promover el adelanto económico. Esos modelos implican supuestos particulares
acerca de las preferencias de los individuos, las oportunidades alternativas que se
les ofrecen y las técnicas agrícolas. Sin embargo, esos modelos son tan relevantes
para las propuestas políticas de reforma agraria como modelos análogos que
"explicaran" las expulsiones de los indios de Birmania, de los chinos de Indonesia,
de los asiáticos del este de África, o, puestos a citar, las expropiaciones de las
revoluciones francesa y rusa o el tratamiento de los judíos en la Alemania
nacionalsocialista.
[182]        Véase p. 382.
[183]        El profesor Steven N. S. Cheung ha mostrado en una monografía
cuidadosa y esclarecedora, The Theory of Share Tenancy, Chicago, 1969, que el
reparto de cosechas no conduce a una utilización ineficiente de la tierra y más en
general que bajo derechos de propiedad privada los diferentes arreglos contractuales
no implican distintas eficiencias en la utilización del suelo. La discusión realizada
por el profesor Cheung se apoya tanto en el razonamiento analítico como en la

298
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

evidencia empírica. Véase también, P. K. Bardhan y T. N. Srinivasan, "Cropsharing


Tenancy in Agrioulture: A Theoretical and Empirical Analysis", en American
Economic Review, marzo 1971.
[184]        Este último factor es el menos probable, porque en el sur de Asia no
existen barreras de entrada organizadas al préstamo de dinero.
[185]        Este asunto se desarrolla ampliamente en el capítulo X de la edición
inglesa, no incluido en esta versión castellana.
[186]        Las instituciones sociales afectan, claro está, a los precios, incluyendo los
salarios y rentas. Lo hacen a través de la oferta y la demanda. No pueden entenderse
esas influencias sin algo de análisis económico.
[187]        Las diferencias de productividad de los diferentes grupos de edad se dan
la mano con diferencias de exigencias de capital. Una proporción relativamente
elevada de niños en la población puede incrementar los requerimientos de capital
per capita especialmente para la construcción de escuelas. Sin embargo, la
formación de capital que representa su construcción, así como los costes de
mantenimiento y funcionamiento y los salarios de los maestros se incluyen en el
cálculo de la renta nacional y, por tanto, en la renta per capita, De esta forma la
necesidad de satisfacción de esos requerimientos no reduce la renta en su medición
convencional. Incluso cuando en la medición de la renta nacional no se incluyen
algunos de esos elementos, ni en la medición del nivel de vida, cualquier efecto
neto de esa omisión habrá de ser pequeño en los países subdesarrollados, incluidos
los del sur de Asia, donde una elevada proporción de niños no va a la escuela, o
sólo asiste por un período muy corto y donde los edificios escolares son estructuras
sencillas y baratas.
[188]        Los dos párrafos siguientes repiten en el contexto presente partes de la
argumentación del capítulo II, apartado 7 de la parte B.
[189]        Ya hemos señalado en el capítulo II, apartado 7 de la parte B, las
importantes observaciones del señor J. Hajnal sobre el carácter único de las pautas
europeas de casamientos y fertilidad que emergieron hace tres siglos. La mejora de
los conocimientos acerca de los métodos anticonceptivos no fue un agente principal
de este desarrollo.
[190]        Véase p. 46.
[191]        Véase p. 571. 
[192]        Véase p. 607.
[193]        El éxito en la consecución de riqueza raras veces está correlacionado con
la obtención de poder político. Los dos objetivos requieren aptitudes distintas. La
preocupación por la prosperidad material no sólo desvía tiempo y energías de otros
menesteres, sino que también limita las facultades requeridas para el discernimiento
de las realidades políticas.
[194]        Sobre este tema el profesor Myrdal se contradice a sí mismo de forma
flagrante en dos frases consecutivas: "Un mayor esfuerzo de defensa por parte de
Malasia implicaría grandes sacrificios para las clases más ricas de la población,

299
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

perspectiva que no acogerían con entusiasmo; esto es importante porque estas clases
cuentan con el monopolio del poder político en todas partes menos en Singapur. La
mayor parte de esa gente rica son chinos; el hecho de que políticamente se
discrimine contra ellos no puede aumentar su entusiasmo para soportar mayores
cargas de defensa" (p. 382).
[195]        "De hecho parte de la política colonial consistía no en «perturbar a los
nativos», sino preservar un medio ambiente tranquilo para una creciente actividad
económica cuyo beneficio primario fuera para el Occidente industrializado" (p.
452). 
[196]        "Además, las formas institucionales heredadas de organización social (en
Birmania) fueron perturbadas o destruidas por el régimen colonial ... El dominio
británico condujo a una crisis muy rápida y casi completa de todas las actividades
populares y cooperativas, excepto en menor medida en la más pequeña unidad, el
villorrio" (p. 859). 
[197]        Véase p. 125. 
[198]        Véase p. 617.
[199]        Véase, por ejemplo, pp. 582, 685-686, 705, 715 y 1.942. A lo largo del
libro es evidente el enfoque ahistórico. También se reconoce explícitamente:
"Somos conscientes de que la falta de profundidad histórica de nuestro enfoque
restringe nuestra comprensión de la realidad social que estamos investigando. Esto
se debe sólo a las limitaciones prácticas de tiempo, facilidades de investigación y
competencia técnica" (p. 43). Estos factores pueden explicar en parte la ausencia de
dimensión temporal y el enfoque ahistórico del libro pero el reconocimiento de los
defectos no elimina su carácter fundamental. 
[200]        Los países del sur de Asia tienen prisa y necesitan una infraestructura
moderna para movilizar el apoyo popular a la planificación y el desarrollo ... El
sentido de urgencia es lógico dados los bajos niveles económicos y el rápido y
acelerado crecimiento de la población de esos países" (p. 869). El profesor Myrdal
cita también repetidas veces a Nehru acerca de la necesidad de una actuación rápida
(pp. 716 y 869, por ejemplo.) ¿Cómo puede decirse que esos países tienen prisa
cuando, como el mismo profesor Myrdal reconoce repetidas veces, su población no
desea el cambio? Una vez más el tratamiento de una población como una única
entidad personificada y su identificación con el gobierno oscurece las cuestiones y
dilemas fundamentales.
[201]        "Russia Fifty Years Alter", Spectator, Londres, 20 de octubre de 1967.
Las posibilidades de emergencia de una sociedad así se diseñan claramente en unos
famosos párrafos del Anclen Regime de Tocqueville, especialmente los capítulos
XV-XX. Unas observaciones menos conocidas del último libro de Charles Dickens
publicado hace aproximadamente un siglo, describen de forma apropiada las
actitudes y actividades de los filántropos con inclinaciones totalitarias (The Mystery
of Edwin Drood, cap. VI).
[202]        Véase p. 691. 

300
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

[203]        Véase p. 710.


[204]        Véase p. 748.
[205]        Véase p. 1.374. 
[206]        Si los productores incurren en costes y las rentas personales son limitadas
(ambas cosas consecuencia de las limitaciones de recursos) la demanda y la oferta
han de estar funcionalmente relacionadas a los precios, aunque puedan no responder
a determinados intervalos de precio, especial. mente en un corto período.
[207]        Véase capítulo XXIV.
[208]        Véase p. 2.082.
[209]        Este punto es de significación general para las discusiones sobre política
de desarrollo. Pero es especialmente pertinente para el tratamiento del profesor
Myrdal, pues éste insiste muy a menudo en que los seres humanos están igualmente
dotados por la naturaleza. Esto no es cierto. Si fuera así, ¿cómo podrían darse
diferencia; de capacidad empresarial dentro y entre comunidades? Hay muchos
miles de comerciantes e industriales en la zona. El profesor Myrdal cita al doctor
Silcock, quien dice que "Malaya sufre de un exceso en vez de una deficiencia de
espíritu de empresa". El profesor Myrdal añade que debe entenderse al doctor
Silcock en el sentido de que "ese espíritu empresarial debería dirigirse de otra
forma" (p. 719). La presencia de espíritu de empresa en el sur de Asia viene
también indicada por la imposición de controles estatales sobre muchas actividades
consideradas indeseables por las autoridades políticas y también por el profesor
Myrdal. Esos controles se imponen para impedir la rápida expansión de actividades
rentables, pero que las autoridades quieren desanimar, secuencia que implica
disposición por parte de la gente a responder a las oportunidades económicas.
[210]        Véase p. 1.369. 
[211]        Véase p. 567
[212]        Véase p. 611.
[213]        Ibid.
[214]        Véase pp. 594-595.
[215]        En otras partes del libro el profesor Myrdal reconoce que los principales
determinantes del desarrollo son interiores.
[216]        La versión original de este ensayo apareció bajo el titulo "UNCTAD and
África", en Afrika Spectrum, 1967/ 2, publicado por el Deutsches Institut für
Afrikaforschung, Hamburgo, por cuya invitación fue escrito. Ha sido muy ampliado
para esta edición. Tengo que agradecer a H. G. Johnson sus útiles sugerencias. Los
apartados 4 y 5 son más técnicos que el nivel general de discusión de este libro; el
lector no técnico puede omitirlos.
[217]        Incluso las propuestas de la UNCTAD son muchas veces vagas y amplias
como para justificar citadas. Las referencias a propuestas son referencias a las
resoluciones aprobadas en la conferencia.
[218]        En la mayor parte de los casos, neto se interpreta descontada la
repatriación de capital por los residentes de los países desarrollados, pero excluidas

301
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

las exportaciones de capital por los residentes locales. Ciertas sugerencias


influyentes en la conferencia apuntaron a la deducción también de las exportaciones
de capital por los residentes de los países recipiendarios. La UNCTAD de 1968 en
vez de un objetivo de un 1 por ciento de la renta nacional de ayuda oficial, propuso
un 1 por ciento del producto nacional bruto, con lo que el objetivo a alcanzar
aumentaba en más de 1/4. El informe Pearson en su p. 144 estima que las
amortizaciones y los impuestos indirectos (que representan la diferencia entre
producto nacional bruto a precios de mercado y la renta nacional), en promedio
suponen al primero en una inflación de 1/ 4 por encima de la renta nacional.
[219]        Me referiré a la literatura ONU-UNCTAD cuando exista evidente
continuidad de ideas entre la literatura de la ONU y de la UNCTAD, mientras que
hablaré de literatura y discusiones UNCTAD cuando las ideas y propuestas sean
más específicas de ésta.
[220]        En diversas fases de este capítulo se señala que promediar la experiencia
comercial de países con pautas de comercio muy distintas produce resultados de
sentido muy limitado. Sin embargo tenemos que utilizar esos conceptos agregados
para examinar las alegaciones de la UNCTAD sobre la posición y perspectivas de
los productores primarios en el comercio internacional o sobre el mundo
subdesarrollado.
[221]        W. A. Lewis, "A review of Economic Development" (Conferencia de
Richard T. Ely en la 75 reunión anual de la American Economic Review, vol. LV, n.
° 2, mayo 1965). La referencia de sir Arthur Lewis a los últimos ochenta años se
refiere a 1870 cuando, como se señala en el próximo apartado, la relación de
precios era excepcionalmente favorable a los productores primarios. 
[222]        Esto en base 1963 = 100. Según una serie anterior con 1958 = 100, la
mejora de 1938 a 1963 fue de 78 a 97.
[223]        Por ejemplo, la eficiencia de uno de los más conocidos tractores para la
remoción de tierras, muy utilizado en África, ha aumentado tanto en los últimos
años, como resultado de cambios de diseño, que en 1967 costaba mucho menos
mover un m2 de tierra que en 1961 a pesar del mayor coste del tractor. En Nigeria
en 1967 los precios de importación de los refrigeradores italianos con capacidad de
4,6 pies cúbicos eran un 30 por ciento inferiores a los precios de los refrigeradores
con capacidad de 2,8 pies cúbicos importados de cualquier otro origen pocos años
antes. Los Índices de precios de importación registran la disminución del precio,
pero en el incremento de capacidad.
[224]        Londres, 1959.
[225]        Ginebra, 1958. 
[226]        La cuestión específica de la participación de los paises subdesarrollados
en el comercio mundial ha sido discutida por el profesor Rómulo A. Ferrero en un
artículo esclarecedor, Trade Problems of Primary Producing Countries,
International Industrial Conference, San Francisco, 1965 (ciclostilado). 
[227]        El supuesto deterioro de las relaciones de intercambio de los países

302
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

subdesarrollados y de los productores primarios ha sido defendido por los


economistas de las Naciones Unidas desde finales de los años cuarenta. Ha recibido
amplia difusión en el informe publicado por el Departamento de Asuntos
Económicos de las Naciones Unidas titulado Relative Prices of Exports and Imports
of Underdeveloped Countries, Lake Success, 1949. Este informe equipara países
subdesarrollados a productores primarios. Se basó a su vez en un informe anterior
de la Liga de Naciones titulado Industrialisation and Foreign Trade, Ginebra, 1945.
El informe Prebisch y buena parte de la literatura de la UNCTAD se basan en la
información proporcionada por el secretariado de las Naciones Unidas sobre este
tema. Se da por tanto una clara continuidad de ideas, fuentes y método.
[228]        Las numerosas críticas incluyen a P. T. Ellsworth, 'Terms of Trade
between Primary Producing and Industrial Countries", en Inter-American Economic
Affairs, verano 1956; Theodore Morgan, "The Long-Run Terms of Trade between
Agriculture and Manufacturing", Economic Development and Cultural Change,
octubre 1959; H. G. Johnson, Policies towards Less Developed Countries,
Washington, 1967. 
[229]        El concepto aquí utilizado es el de relaciones de intercambio de un único
factor. En algunos contextos determinados pueden ser de interés algunas de sus
variantes, tales como relaciones de intercambio de renta o relaciones de intercambio
doble-factoriales. En la mayor parte de los contextos, en especial respecto a las
discusiones de la UNCTAD sobre la posición o perspectivas de los países
subdesarrollados, el concepto aquí empleado es el más significativo, especialmente
cuando también se señalan en el texto los cambios de volumen de comercio.
[230]        Los procedimientos de promediación de las discusiones ONU-UNCTAD
sobre las relaciones de intercambio recuerdan los comentarios de Bohm-Bawerk a
algunos de los procedimientos de promediación de Marx: "De esa forma también se
puede intentar probar la proposición de que animales de todo tipo, incluidos los
elefantes y las mariposas, tienen la misma duración de vida; pues si bien es cierto
que los elefantes viven un promedio de cien años y las mariposas sólo un día, entre
ambas cantidades podemos obtener un promedio de 50 años. Cuantas más veces
viven los elefantes que las mariposas, menos viven las mariposas que los elefantes.
Las desviaciones respecto a esta media "se cancelan mutuamente", de modo que en
general y en promedio puede establecerse la ley de que todos los tipos de animales
tienen la misma duración de vida" (Citado por el profesor P. P. Streeten en Gunnar
Myrdal, Asian Drama, p. 1.990).
[231]        Es decir, que la naturaleza de la demanda es tal que aumenta menos que
proporcionalmente con incrementos de la renta.
[232]        También es dudoso que la elasticidad de renta de la demanda mundial sea
baja para muchos alimentos. Los niveles de renta y la estructura de deseos de una
gran proporción de la población mundial es tal que la elasticidad de renta de la
demanda de muchos productos alimenticios que participan en el comercio
internacional puede ser comparativamente elevada. Determinados estudios de

303
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

América latina y la India sugieren elasticidades de renta de la demanda de alimentos


cercanas a la unidad.
[233]        Suponiendo que no haya cambios en el grado de restricción del comercio.
En la formulación del texto no hay referencia a los cambios de costes a
consecuencia de las relaciones de intercambio debido a que los efectos de esos
cambios se subsumen en los cambios de rentas.
[234]        La tasa de crecimiento de la demanda por el mundo desarrollado de
exportaciones del mundo subdesarrollado puede escribirse Rd Ed , donde Rd es la
tasa de crecimiento de la renta del mundo desarrollado y Rd es la elasticidad de
renta de su demanda agregada de exportaciones del mundo subdesarrollado. La tasa
de crecimiento de la demanda por el mundo subdesarrollado de exportaciones del
mundo desarrollado puede escribirse de la misma forma como Ru Eu. Las relaciones
del intercambio del mundo subdesarrollado mejorarán si Rd Ed > Ru Eu es decir,
si Rd / Ru  > Eu / Ed y se deteriorarán en el caso contrario. Las condiciones
señaladas en el texto determinan la dirección de los cambios de las relaciones de
intercambio de bienes. La cuantía del cambio depende de las elasticidades de la
oferta y demanda domésticas de ambos grupos: cuanto mayor sea el valor numérico
de estas elasticidades menor será el cambio en cada dirección. Una elevada
elasticidad de la demanda como la proporcionada por las posibilidades de
sustitución entre diferentes materias primas (tan citadas en las discusiones de la
UNCTAD) disminuirla la amplitud de las variaciones de las relaciones de
intercambio al incrementar la elasticidad de la demanda por esos productos.
[235]        Una rápida tasa de incremento de la población (en un país particular o en
otra parte) puede afectar adversamente las relaciones de intercambio de bienes y
factoriales de los exportadores de productos muy trabajo intensivos. Tal resultado
sería análogo a una disminución de la productividad marginal debido a
rendimientos decrecientes. Tal resultado nada tiene que ver con el hecho de tratarse
de productos primarios. La producción de petróleo crudo, la exportación más
importante de los países subdesarrollados, es muy capital intensiva.
[236]        Esta última consideración sólo es aplicable en la medida en que los países
subdesarrollados sean exportadores netos de productos primarios. Las exportaciones
de los países subdesarrollados no son un término equivalente a las exportaciones de
productos primarios. Aunque 9/10 de las exportaciones de los países
subdesarrollados sean productos primarios, existen importantes exportaciones de
productos manufacturados de algunos de esos países y esta categoría puede hacerse
más importante en el futuro. Esta consideración no afecta a las críticas a la
argumentación de la UNCTAD presentadas en el texto, porque esa argumentación
se basa en las relaciones de intercambio de los productores primarios. 
[237]        El progreso técnico en el sentido de desarrollo de sustitutivos ha
impuesto un techo sobre el precio de exportaciones determinadas de los países
subdesarrollados. Pero la actuación de este hecho es simétrica y afecta a los
productos que importan igual que a los que exportan, aunque este hecho no se

304
Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

perciba tan fácilmente.


[238]        Informe Prebisch, pp. 18-19.
[239]        En un memorándum presentado por la FAO a la UNCTAD, "International
Commodity Arrangements and Policies" (publicado en Trade and Development:
Commodíty Trade), hay estimaciones de la llamada brecha comercial en 1970. Se
basan en diversos supuestos sobre las relaciones de Intercambio de los países
subdesarrollados en 1970; ninguno de los supuestos considerados contempla la
posibilidad de una mejora de las relaciones de intercambio.
[240]        Dos de las críticas más completas y efectivas son los estudios de los
profesores Ellsworth y Morgan ya citados.
[241]        La significación para un país de las alteraciones de las relaciones de
intercambio depende de la importancia del comercio internacional en la economía
nacional y de los costes de la sustitución de las importaciones. Este punto hay que
recordarlo porque es pertinente respecto a las implicaciones sobre el bienestar y el
desarrollo de las alteraciones de las relaciones de intercambio; pero no hace falta
desarrollarlo más ampliamente aquí porque no tiene relación directa con la
argumentación de la UNCTAD.
[242]        Esta cuestión ha sido cuidadosamente estudiada por el profesor Ferrero
en su artículo ya citado. Ferrero también muestra que desde 1957 la participación
de los Estados Unidos en el comercio mundial total ha disminuido más que la de
los países subdesarrollados. 
[243]        "Si bien se reconoce la importancia de la inversión exterior privada en los
países en vías de desarrollo, no se pone en duda la necesidad de la provisión de
cuantías considerables de recursos públicos" (informe Prebisch, p. 79). Recursos
públicos se refiere aquí a ayuda exterior, no a empréstitos obtenidos por los
gobiernos en los mercados de capitales del mundo.
[244]        En los documentos significativos de la UNCTAD puede apreciarse la
vaguedad del concepto de expectativa razonable y la estricta ligazón entre ayuda
exterior y planificación del desarrollo. Éste es un pasaje típico: "En contestación a
las peticiones de clarificación del concepto de »expectativas razonables» de
ingresos de exportación en su propuesta, los patrocinadores afirmaron que las
implicaciones prácticas de] concepto tendrían que establecerse empíricamente, pero
que estaba ligado a la conveniencia de garantizar la ejecución de sanos programas
de desarrollo" (Trade and Development: Final Act and Report, p. 202. Existe
traducción castellana de este documento a cargo de la propia UNCTAD).
[245]        Sir Arthur Lewis (American Economic Review, mayo 1965) ha observado
que la ventaja comparativa prospectiva para los países pobres en el comercio
internacional puede desplazarse hacia la industria. Esta posibilidad necesariamente
especulativa no justifica subvencionar actividades actualmente antieconómicas.
Apoya la argumentación en favor de hacer las economías de los países pobres
flexibles y adaptables.
[246]        En la literatura de la UNCTAD es axiomática la necesidad de

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

planificación global del desarrollo para el adelanto económico y que la ayuda


exterior ha de estar ligada a la planificación. Por ejemplo: "...como prerrequisito [de
la ayuda exterior], los países en vías de desarrollo tienen que haber establecido
planes de desarrollo con objetivos y límites temporales que cubran todos los
aspectos de su economía..." (Trade and Development: Final Act and Report, p.45.)
" La discusión sobre los problemas de la financiación del desarrollo se centró en la
necesidad de incrementar la ayuda, ligarla a los planes de desarrollo, mejorar las
condiciones de la ayuda y aligerar la actual carga del servicio de la deuda" (Ibid., p.
170).
[247]        A todos los efectos hace falta definir cuidadosamente el concepto de
desempleo rural, lo que no ocurre en la defensa por la UNCTAD de la
industrialización subvencionada. En el contexto de definición de políticas también
hay que preguntarse por qué ese desempleo, cuando existe, no induce a una
disminución de los salarios suficiente COMO para animar industrias no
subvencionadas.
[248]        Esta última argumentación se funde muchas veces con la de la industria
incipiente, también común en las discusiones de la UNCTAD. Esta conocida
argumentación es oscura. Si las incipientes actividades muestran promesas
auténticas podrán ser financiadas por sus partidarios o empresarios sin tener que
recurrir a subvenciones por el resto de la comunidad. Muchas veces las cosas
incipientes no se consolidan y cuando lo hacen por lo general no devuelven a la
comunidad las subvenciones recibidas.
[249]        Informe Prebisch, p. 16. 
[250]        Ibid. 
[251]        Ibid. El "curso normal de los acontecimientos" se refiere aquí a ayuda
rutinaria, no a ingresos por exportaciones
[252]        Véase p. 81.
[253]        Véase pp. 81-82 
[254]        Véase p.82 
[255]        Ibid. 
[256]        Ibid.
[257]        Véase p. 83. 
[258]        Ibid. 
[259]        Véase p. 84.
[260]         La versión original de este ensayo apareció en The Manchester School,
mayo de 1967. Este artículo era a su vez una versión revisada de una charla en un
seminario del personal académico de la Facultad de Ciencias Económicas y
Estudios Sociales de la Universidad de Manchester, de mayo de 1966. 
[261]        Economica, mayo de 1949.
[262]        “Economic Instruction for Economic Growth", Economic Development
and Cultural Change, octubre de 1964.
[263]        Un ejemplo análogo de identificación o más bien confusión entre eficacia

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

técnica y eficacia económica es la prohibición del uso o importación de maquinaria


de segunda mano. Por ejemplo, en los años cincuenta en Egipto estuvo prohibida
durante algunos años la importación de maquinaria de segunda mano. Este tipo de
equipo es a menudo más barato para los países subdesarrollados porque ha perdido
su utilidad en los países avanzados donde los salarios son más altos, mientras tiene
todavía valor en los países donde los salarios son bajos. En estas circunstancias la
prohibición de importar maquinaria de segunda mano priva al país de una adición
relativamente barata a su equipo productivo.
[264]        Un ejemplo destacado de un afortunado intento en este sentido es el
reciente libro del doctor R. Szereszewski, Structural Changes in the Economy of
Ghana. 1891-1911, Londres, 1967.
[265]        Cuando se admiten las necesidades como variables su tratamiento suele
ser engañoso, como ocurre en la bien conocida idea de que la aparición de nuevas
necesidades debido a los contactos exteriores retrasa el desarrollo al aumentar la
propensión al consumo. Aparte de la cuestión del significado del desarrollo si se
separa de las necesidades del consumidor, esta teoría, que influye en la literatura
sobre planificación, ignora los efectos evidentes de las nuevas necesidades de
producción de una mayor actividad económica. A veces se introduce el cambio
tecnológico de manera formal en la discusión, sin examinar cómo ocurre,
procedimiento que no aclara nada.
[266]        Para mencionar uno de los muchos ejemplos: en un bien conocido
informe del Banco Mundial sobre Nigeria figura una larga discusión sobre los
factores que influyen en el output agrícola de dicho país. Los factores enumerados
comprenden las condiciones climáticas, el suministro de agua, las enfermedades de
las plantas, los métodos de cultivo la investigación agrícola. No se menciona el
precio recibido por el productor.
[267]        Otro ejemplo de economía sin costes, análogo a los mencionados en el
texto, es la teoría muy difundida de que la protección de las industrias incipientes
puede aplicarse también a los países subdesarrollados, generalmente debido a que
sus economías son también incipientes. Esta teoría sobre la industria incipiente,
cualesquiera que sean sus méritos, prevé la asistencia a un sector recién creado de la
economía a expensas del resto do la misma. Si se considera toda la economía en
estado de desarrollo, no puede haber ningún sector completamente desarrollado que
cargue con el peso del desarrollo de los demás.
[268]        Dos ejemplos de la literatura claramente técnica o en todo caso
académica ilustrarán este punto. El profesor Myrdal escribe en An International
Economy, p. 322: "No simplemente para salvar el mundo, sino para salvar ante todo
nuestras propias almas, debe haber de nuevo soñadores, planificadores y luchadores
.,. con el fin de evitar a los reformadores el malestar insoportable que proporciona
un clima de fundamental acuerdo". Como el acuerdo fundamental es condición para
la aplicación efectiva de las técnicas, esta teoría, ampliamente compartida en la
discusión contemporánea, es incompatible casi por definición con la economía

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

como forma de asistencia técnica. Nuestro segundo ejemplo procede de A Proposal,


de los profesores Max F. ,Millikan y W. W. Rostow (p. 151), a los que ya nos
hemos referido. Estos autores escriben: " ... la ejecución de las propuestas
presentadas en este libro requiere una nueva y activa dedicación a los principios
fundamentales que han dado a la vida americana su distinción, su calidad
trascendente ... Todo esto es para buen fin, ya que América en todo caso nunca ha
perdido enteramente el sentido de la comunidad del destino humano: Al principio
siempre un pensamiento— que en la nave divina, el mundo, luchando contra el
tiempo y el espacio, todos los pueblos del globo navegan juntos, navegan el mismo
viaje, expuestos al mismo destino".
[269]        La versión original de este ensayo, ahora revisado y en parte ampliado,
apareció en Económica, noviembre de 1963. Este artículo era a su vez la versión
impresa de una conferencia inaugural pronunciada en la London School of
Economics and Political Science en mayo de 1963.
[270]        Estos modelos son en gran parte keynesianos en cuanto a sus principales
objetivos y supuestos. Se refieren especialmente a las condiciones para el pleno
empleo a largo plazo, en particular a la tasa de crecimiento de la renta necesaria
para ello, sin consideración de los cambios (y los efectos de los diferentes tipos de
cambios) de los gustos, conocimientos y otros recursos de las actitudes y
costumbres, del grado de monetización de la economía, de los sistemas políticos y
también de la población y las técnicas. Estas limitaciones reducen muchísimo su
aplicación al estudio del desarrollo económico ya que los modelos tratan como
dados los principales factores determinantes. La formulación de sus supuestos dada
por el propio Keynes, que hemos reproducido en el capítulo II, lo muestra de
manera clara.
[271]        Especialmente The Poverty of Historicism, Londres, 1957. (Existe
traducción castellana.) Se examina con mayor detalle esta cuestión en el capitulo
IX.
[272]        Adam Smith, La riqueza de las naciones, III, cap. 4.
[273]         Existe un curioso contraste que quizá valga la pena señalar en este
contexto, al igual que en otros lugares. Occidente (incluido a veces Levante) ha
realizado muchos viajes y exploraciones en Asia y África, por lo menos desde los
tiempos de Herodoto, y en gran escala desde el siglo XIV. Ha habido en cambio un
movimiento muy pequeño en sentido contrario, incluso si a través de los tiempos
han existido individuos y grupos ricos y poderosos en muchas regiones de Asia y
África.
[274]        El progreso material del Japón en los (Mimos cien años ha sido enorme.
Pero hay que tener en cuenta un dato de importancia antes de considerar su
trascendencia en el mundo subdesarrollado contemporáneo. Los requisitos
económicos y sociales previos al progreso material estaban presentes en dicho país
en un grado mucho mayor que en el actual mundo subdesarrollado. Por ejemplo, en
el siglo XVII se desarrollaron en el Japón instituciones financieras muy avanzadas.

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

[275]        En South Africa: Economic and Political Aspects, Londres, 1957, pp. 19-
20.
[276]         La versión original de este ensayo apareció en E. Streissler (ed.), Roads
to Freedom, Londres, 1969.
[277]        Siguiendo la corriente práctica académica y popular, utilizaré
indistintamente los términos economía o análisis económico del desarrollo y
economía o análisis económico de los países subdesarrollados, si bien una u otra de
estas expresiones es más apropiada en un determinado contexto. 
[278]         Pueden ilustrarse los principales elementos del consenso con
innumerables ejemplos específicos de publicaciones fácilmente accesibles de
escritores académicos, centros e institutos de desarrollo, organismos internacionales
y departamentos gubernamentales. Se reproducen algunos ejemplos en este
volumen, especialmente en los capítulos I, II y VI.
[279]        La confusión del estado con la población probablemente explica en parte
la práctica, universalmente adoptada, pero engañosa, de hacer referencia al sector
estatal o a las empresas estatales como públicas, en contraste con el sector privado o
la empresa privada. La-empresa pública es privada en el sentido de que
normalmente goza de monopolio estatal de modo que ni se admiten otros socios ni
el público puede participar. La empresa privada suele estar abierta a todos los que
deseen establecer nuevos negocios o comprar acciones de las sociedades ya
existentes. Por consiguiente, la terminología usada generalmente da una idea
contraria de la situación real. Lo que suele denominarse sector público debería
llamarse sector estatal o incluso, en algunos casos, sector de monopolio estatal. 
[280]        La costumbre errónea de pensar en términos de países más que de
personas se refleja también en las referencias, frecuentes pero inexactas e
inapropiadas, a la liberación para indicar la consecución de la independencia, esto
es, la soberanía nacional, un concepto que nada tiene que ver con la libertad
personal de los habitantes.
[281]        La literatura del consenso a menudo trata de estos temas como relaciones
entre propietarios y arrendatarios, y la actividad de los intereses en juego. Aparte de
los defectos analíticos y empíricos de muchas de estas discusiones, estos factores
específicos son en general mucho menos importantes como factores del desarrollo
que como facultades y motivaciones personales y tradiciones culturales.
[282]        La rebelión de las masas, Madrid, 1930. 
[283]        Londres, 1963.
[284]        Véase pp. 112-113. El doctor Minogue también observa acertadamente
que prima facie el deber de trabajar para otros no parecería especialmente oneroso,
ya que con nuestras actividades ordinarias de la vida diaria normalmente
contribuimos de manera considerable a la mejora de las condiciones de otras
personas sin abrazar ideas o actitudes melioristas. 
[285]        "El proletariado fue definido (incluso por Marx, que de algún modo fue
perfectamente consciente de esta trampa) como la clase pobre, desposeída y sufrida;

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

en otras palabras, definida en términos de no posesión. La insistencia burguesa en la


posesión personal es tan poderosa como para crear enteras (categorías de)
definiciones que dejan al objeto (de la definición) como un completo misterio.
¿Quiénes son los pobres? Son los que no poseen lo que otros tienen. Esto es en
cierto modo como definir un caballo y un carro como una cosa que carece de motor.
Igualmente es una cuestión de ideología hablar acerca de los 'países
subdesarrollados'. El liberal tiene poco interés en el modo de vivir de las gentes que
viven en estos países; y cuando lo tiene, suele ser el interés sentimental de piedad y
compasión. Se interesa simplemente por el hecho de que en los 'países
subdesarrollados' la gente no vive como él, y debería hacerlo". lbid., p. 106. 
[286]        El doctor Minogue ha resumido muy bien la actitud meliorista respecto a
la crítica: "Una de las maneras más corrientes de escapar a la crítica es la de sugerir
que la crítica no ayuda a la solución de los problemas prácticos, y este sofisma se
halla relacionado con las actitudes hostiles hacia lo que es 'meramente crítico' en
contraste con lo que es 'constructivo', o mejor aún 'creativo'. La versión popular de
esta actitud sería: 'Es fácil criticar, pero lo que necesitamos son propuestas
constructivas'. En otras palabras, si algo es malo, no debe decirse que es malo a
menos que pueda hacerse mejor". Ibid., p. 114.
[287]        Jane Degras (ed.), The Communist International 1919-1943, Londres,
1956, p. 141. 
[288]        J. Stalin, Los problemas del leninismo, Moscú, 1947, p. 59.
[289]        The Tradition of General Knowledge, Londres, 1962, p. 21.
[290]        Un reconocimiento de la importancia de los factores culturales y
personales del desarrollo, normalmente no examinados en la discusión económica,
es la admisión de la aplicabilidad y utilidad del análisis económico en el contexto
de los países subdesarrollados y su desarrollo; véanse los capítulos VII y VIII.
[291]        Kenneth Clerk, The Nude, Londres, 1956, pp. 177-178. 
[292]        Eric Newton, European Painting and Sculpture, Londres, 1941. p. 30.
[293]        V. S. Naipaul describe la siguiente escena típica de la India: "Observad a
estos cuatro hombres fregando las escaleras de un desagradable hotel de Bombay. El
primero echa agua de un cubo, el segundo barre las baldosas con una rama a
manera de escoba, el tercero con un trapo arrastra el agua sucia escaleras abajo y la
recoge en otro cubo, que es sostenido por el cuarto hombre. Tras el paso de los
cuatro, las escaleras están tan sucias como antes; pero ahora, por encima de las
negruzcas baldosas de los lados, las paredes están todas salpicadas de agua sucia. El
baño y los lavabos están sucios; las pegajosas maderas están podridas como
resultado de esta inundación diaria; las paredes de hormigón están recubiertas de un
limo verdinegro. No os quejéis de que el hotel esté sucio. Ningún indio os dará la
razón. Cuatro barrenderos están diariamente de servicio, y en la India basta con que
los barrenderos sirvan. A ellos no se les pide que limpien. Ésta es una parte
subsidiaria de su función, que es la de ser barrenderos, seres degradados, la de
soportar los signos de la degradación". An Area of Darkness, Londres, 1964, p. 79.

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

La presencia en todas partes de la actitud señalada por Naipaul se observa en el


subcontinente indio desde el nivel más alto al más bajo. El énfasis concedido al
desarrollo de las funciones más que al resultado de las mismas parece extenderse
incluso a las actividades de las máquinas. En enero de 1970 viajaba en tren por el
norte de la India en una noche muy fría cuando me di cuenta de que la calefacción
de mi compartimento producía ruido en lugar de calor. Después de 1:amar al
empleado del ferrocarril para que investigara la situación, éste me aseguró que no
había motivo de queja: la calefacción funcionaba, como podía verse por el ruido
que salía de la máquina; la falta de calor no tenía importancia, debido simplemente
al mal funcionamiento de una parte auxiliar. Estas actitudes no son en absoluto
peculiares' únicamente del subcontinente indio; pero es en él donde se hallan
especialmente pronunciadas.
[294]        Estos elementos de las creencias filosóficas sudasiáticas, especialmente
indostánicas, a los que se refiere el texto, han sido a menudo señalados por los
autores asiáticos. Sus implicaciones para la conducta personal y las instituciones
sociales constituyen uno de los principales temas de los trabajos de Nirad C.
Chaudhuri, particularmente The Autobiography of an Unknawn Indian y The
Continent of Circe. Por ejemplo, en The Autobiography of an Unknown Indian
escribe: "Cuanto más leo y aprendo, más aprecio la diferenciación y la complejidad.
Implícitamente creo que la cultura es en realidad la facultad de distinguir. Creo que
incluso en la enseñanza más elevada y característica del hinduismo (aparte de capas
y capas de un primitivismo infinitamente variado que constituyen su fundamento
invisible) hay algo que empuja al hindú hacia lo más simple con preferencia a lo
más complejo, hacia lo sumergido con preferencia a lo visible, y hacia lo general
con preferencia a lo particular. De acuerdo con algunas de las mas nobles
enseñanzas del hinduismo, el universo visible es una ilusión, la realidad última
carece de atributos, y la suprema felicidad del hombre reside en acabar con el ciclo
de nacimientos y muertes, o, en otras palabras, en eliminar precisamente aquellas
particulares formas que poseen atributos sensibles que confieren cualidades y
valores a la realidad y la revisten de atractivo para nosotros. Con esta base
filosófica, no es sorprendente que un hindú tienda a ignorar las distinciones" (p.
448).
[295]        Según Chaudhuri (The Continent of Circe): "A través de su existencia en
la India los hindúes arios jamás han vacilado en su lealtad y adhesión a cuatro
cosas. Han adorado las cuatro de maneras diferentes, y estas lealtades son básicas
para su modo de vivir. I os Vedas, la piel blanca, los ríos y el ganado" (p. 151).
[296]        Hay un capítulo entero sobre este tema en The Continent of Circe. He
aquí algunos de sus pasajes característicos: "Los antiguos moralistas hindúes ya la
habían descubierto (la apatía, que Chaudhuri denomina apatía hindú) aunque como
un estado mental que estaba paralizado más que irritado. Lo llamaban klaivya, que
significaba en primer lugar impotencia en sentido fisiológico y que luego se utilizó
para indicar todas las formas de inercia mental ... Esta apatía en su forma latente

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

puede observarse siempre en la expresión sin vida de hombres y mujeres en los


lugares públicos, y la impasibilidad es más pronunciada en aquellos lugares y
ocasiones en que uno esperaría el mayor despliegue de energía y actividad, como
por ejemplo, en tiendas, oficinas de correos o estaciones de ferrocarril ... El
estatismo masivo ha conseguido incluso quitar la impresión de movimiento de un
lugar a otro, que es la señal distintiva de la vida a nivel animal respecto de la vida
vegetal. Incluso cuando estos hombres caminan parece como si árboles bien
arraigados se mecieran al viento, apenas nada más. Normalmente es imposible tener
la impresión de que se dirigen hacia un objetivo y de que no son simplemente
sonámbulos" (pp. 224-226).
[297]        Esta característica se destaca en las obras de Chaudhuri. Fue señalada
también explícitamente en una comunicación del profesor Max Beloff en
Encounter, marzo de 1968.
[298]         Sin embargo, el profesor Myrdal, en Asian Drama, ha señalado la
relación entre clima y atraso material; capitulo y sección I. 
[299]        The Autobiography of an Unknow Indian, p. 493.
[300]         Véase nota 10 (pp. 453-454).
[301]        El tema de esta sección es en parte técnico. El lector no especializado
puede omitirlo, si lo desea.
[302]        The Poverty of Historicism, Londres, 1957, p. 3 (cursiva de sir Karl
Popper).
[303]        "Prediction and Prophecy in the Social Sciences", en Patrick Gardiner
(ed.), Theories of History, Nueva York, 1959, pp. 279-280.
[304]        Existen también algunas diferencias en los métodos de análisis y de
comprobación y formulación de conclusiones en las ciencias teóricas, especialmente
entre las ciencias naturales y sociales. Pero éstas son probablemente menos
significativas que las importantes diferencias entre las ciencias teóricas, por un lado,
y las ciencias históricas por el otro.
[305]        Se hace aquí referencia a los problemas planteados por los retardos
temporales existentes entre el impacto de un cambio y la respuesta al mismo, y
también entre la respuesta y su manifestación. Estos lapsos hacen extremadamente
difícil observar las relaciones causales o funcionales entre las variables cuando una
situación está afectada simultáneamente por una multitud de influencias pasadas y
presentes, como es siempre prácticamente el caso con los fenómenos del desarrollo
económico. Estos retardos difieren en Cuanto al tiempo y al espacio, lo cual es un
aspecto de la naturaleza no repetitiva de los procesos históricos. 
[306]        A veces se ha pensado que estas dificultades pueden superarse mediante
la aplicación de la ley de los grandes números. Esta objeción carece de base. La ley
de los grandes números es claramente inaplicable a los problemas planteados por la
naturaleza no repetitiva del proceso histórico, y es en gran medida inaplicable a la
actuación de los otros factores enumerados.
[307]        El lector técnico se dará cuenta de que la dificultad señalada en el texto

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Biblioteca de la Libertad: Crítica de la Teoría del Desarrollo

deriva en primer lugar de la actuación de variables exógenas al sistema de análisis,


que no se prestan a una apropiada aleatoriedad.
[308]        La crítica del uso inapropiado y pretencioso de las matemáticas en
algunas ramas de la economía (y en otras partes de los estudios sociales) puede ser
puesta en duda, por considerar que refleja ignorancia u oscurantismo por parte del
crítico. Sin embargo, puedo señalar que esta crítica ha sido formulada por
destacados autores cuyo conocimiento de las matemáticas está fuera de duda. Los
ejemplos comprenden a Keynes (Teoría general, cap. XXI), George J. Stigler (Five
Lectures on Economic Problems, conferencia 4, Londres, 1949), y sobre todo
Norbert Wiener, God and Golem, Cambridge (Mass.), 1964, cap. VII.
[309]        La formulación hecha por Marshall del uso de material empírico sin
análisis se aplica al elaborado análisis de correlación que se encuentra en la
literatura del desarrollo: " …  los hechos por sí mismos no enseñan nada. La historia
habla de sucesiones y coincidencias; pero sólo la razón puede interpretar y sacar una
lección de ellos" (Principios de economía, p. 38).

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