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Pontificia Universidad Javeriana

Manuela Parra Murillas


Fabio Acevedo Beltran
04 de agosto de 2017

¿Por qué leer los clásicos?


¿Por qué desde que somos niños crecemos pensando que tenemos toda una vida
por delante? Nos formamos idealizando un futuro, construyendo nuestros criterios y
decisiones con base en algo irreal, en algo que no existe, y por qué en vez de solo querer
alcanzar ese ideal de vida buscando “respuestas” en algo inexistente, no tratamos de
conocer un poco aquellas historias que han marcado décadas, siglos, vidas.
Si bien es importante tener metas, y aspirar a ciertas cosas en nuestra vida,
considero que para poder alcanzar todo lo que deseamos es importante conocer cual es
nuestro punto de inicio, pues así será un poco mas sencillo direccionarnos de la manera
que deseamos. Al ser seres sociales por naturaleza el lenguaje no solo nos permite crear
realidades, el lenguaje nos permite evocar al pasado, a la memoria, y aunque la oralidad
ha sido relevante en nuestra cultura, es la escritura la que hace que las historias no sean
efímeras, sino que perduren de forma física y en cierta forma “permanente” a lo largo del
tiempo.

Leer los clásicos nos permite nutrir nuestro presente, porque al ser clásicos nos
cuentan realidades de épocas aisladas a nosotros, son historias contadas con diferentes
letras y significados los cuales permiten romper barreras de tiempo y espacio, y recrear
aquellos momentos que por medio de la escritura se han hecho eternos.
Lo efímero no existe en los clásicos, pues perduraran siempre que haya un lector,
es por eso que nosotros como seres humanos letrados debemos permear estás
maravillosas obras, en las cuales nuestro pasado es su presente, y su realidad es aquello
que consideramos historia.
Los clásicos son lo que son porque existen no solo personas que tienen la valentía
de escribir y trasmitir sus ideas, sino porque hay lectores que deciden conocer estas
historias y perpetuarlas en la memoria y en el colectivo, y para que esas historias se
perpetúen es necesario leerlas hasta el punto de hacerlas propias, de adquirirlas y
transformarlas para poder hallarle un sentido a lo que ha ocurrido en el pasado para
poder entender como afecta nuestro presente y puede contribuir en nuestro futuro.

Leer, no solo los clásicos, sino cualquier tipo de libro es la acción que permite
traducir signos en palabras, y esas palabras en contenidos que intervienen directamente
con nuestra parcialidad, leer nos ayuda a formar criterios, a fortalecer ideas, a forjar
nuestra subjetividad, es por esto que para empezar a construirnos como personas es
importante saber de donde venimos, conocernos a nosotros e identificarnos como
individuos para así poder proyectarnos por el camino de la vida que decidamos
conveniente.

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