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SENTENCIA Y ACUSACIÓN
9-97 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las doce
horas y cinco minutos del día quince de febrero de dos mil dos.
Un proceso termina normalmente cuando en él se pronuncia sentencia de fondo, es decir, se entra
a conocer el asunto o tema decidendi para estimar o desestimar lo pedido, según la competencia
material del respectivo tribunal.
Por ello, se ha sostenido en la doctrina que el término “sentencia” debe ser exclusivo de la que
comúnmente se ha denominado “definitiva”, que así, sin adjetivos, tiene un significado propio: acto
a través del cual concluye el proceso.
Finalmente, se ha afirmado que el acto de terminación normal del proceso debe denominarse
“sentencia satisfactiva”, pues es en él donde se entra a satisfacer la pretensión, desde un punto
de vista jurídico.
El art. 143 CPP, expresa: Las decisiones del juez o tribunal se denominarán sentencias, autos o
decretos. La sentencia es la que se dicta luego de la vista pública para dar término al juicio o al
procedimiento abreviado, así como la que resuelva el recurso de apelación o casación…”.
Pero el proceso puede concluir no sólo de manera normal, sino también de modo anormal a través
de diversas figuras, como la “Suspensión condicional del procedimiento (art. 24 CPP)”. “Extinción
por mediación y conciliación”, art. 38 CPP”. “Sobreseimiento, art. 350 CPP”.
199-CAS-2005
La sentencia como acto de decisión definitivo, responde a una estructura lógico-racional. Implica
que el sentenciador al pronunciarse sobre el caso objeto de su conocimiento, deberá fundamentar
su fallo sobre premisas verdaderas para que éste sea considerado válido; de ahí que sus
enunciados tienen que obedecer tanto a la norma objeto de decisión, como a los hechos que
forman parte de la hipótesis acusatoria.
De modo, que éstos sólo pueden tenerse por probados o no, una vez que el juez haya efectuado
una valoración integral de toda la prueba aportada al proceso, cuya producción tenga su origen en
el debate; de no ser así, el juzgador tendría una visión parcial de la realidad y su decisión
resultaría inconsistente, dado que se asentaría sobre premisas fácticas incompletas.
381-CAS-2004
Motivación de la sentencia
Motivar la sentencia constituye una garantía y consiste en que, mientras por un lado se deja al
juzgador la libertad de apreciación de la prueba de acuerdo a las reglas de la sana crítica, por
otra, éste queda en cambio, obligado a expresar la correlación lógica de los argumentos,
demostrando su conclusión a efecto de prevenir la arbitrariedad.
La motivación debe responder a las máximas que presiden el entendimiento humano, estructurada
de acuerdo a los principios de identidad, contradicción y tercero excluido; y además debe ser
concordante y derivar de elementos de convicción verdaderos, suficientes y por supuesto que
hayan sido incorporados legalmente al juicio, respetando el principio de razón suficiente,
constituido por inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones
que en virtud de ellas se vayan determinando, a la vez que de los principios de la psicología y de
la experiencia común.
De ahí que, si los juicios emitidos en la sentencia, están apoyados en elementos probatorios
inexistentes o falseados en su contenido o significado, la motivación será ilegítima, por tanto,
existe la necesidad, así como el deber, de que los hechos acreditados en la sentencia tengan su
sustento en la prueba que se incorpora legalmente al juicio, a lo cual se le denomina
Fundamentación probatoria, misma que se divide en: Fundamentación descriptiva y
fundamentación intelectiva.
Sobre este punto, es preciso distinguir que, una cosa es que falte la fundamentación probatoria
intelectiva, que consiste en que los jueces del tribunal A quo no entraron a valorar la prueba; y otra
muy distinta es que, el tribunal entre a valorar la prueba, pero aplicando indebidamente las reglas
de la sana crítica, lo cual deviene en una fundamentación probatoria intelectiva insuficiente e
ilegítima.
C185-01
La adecuada fundamentación de una sentencia involucra el señalamiento de las razones por las
cuales el tribunal fijó la pena en un monto determinado, no siendo necesario un exhaustivo y
pormenorizado análisis de cada aspecto o situación valorada, ya que en ciertos casos la lectura
de algunas sentencias se torna tediosa, dado lo extenso de su redacción, sobre todo cuando se
incluyen numerosos conceptos y citas doctrinarias, algunas veces innecesarios.
Basta con hacer aunque breves, pero puntuales y acertados los razonamientos atinentes a la
individualización de la pena, lo suficiente para contraargumentar en torno a cada una de las
valoraciones.
La garantía de motivar las resoluciones judiciales, consiste en que, mientras por un lado se deja al
juez la libertad de apreciación de la prueba de acuerdo a las reglas de la sana crítica, por otra,
éste queda en cambio, obligado a expresar la correlación lógica de los argumentos, demostrando
su conclusión a efecto de prevenir la arbitrariedad.
La motivación debe responder a las máximas que presiden el entendimiento humano, estructurada
de acuerdo a los principios de identidad, contradicción y tercero excluido; y además debe ser
concordante y derivar de elementos de convicción verdaderos, suficientes y por supuesto que
hayan sido incorporados legalmente al juicio, respetando el principio de razón suficiente,
constituido por inferencias razonable deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones
que en virtud de ellas se vayan determinando, a la vez que de los principios de la psicología y de
la experiencia común.
De ahí que, si los juicios emitidos en la sentencia, están apoyados en elementos probatorios
inexistentes o falseados en su contenido o significado, la motivación será ilegítima, por tanto
existe la necesidad, así como el deber de que los hechos acreditados en la sentencia tengan su
sustento en la prueba que se incorpora legalmente al juicio, a lo cual se le denomina
“Fundamentación Probatoria”, misma que se divide en: Fundamentación descriptiva y
fundamentación intelectiva.
De tal manera que, si se omite el hecho histórico habrá falta de fundamentación fáctica; si hay
defecto en el resumen o relación de la prueba y su contenido, existe falta de fundamentación
probatoria descriptiva; y si hay omisión de valoración de la prueba, habrá falta de fundamentación
probatoria intelectiva.
Sobre este punto, es preciso distinguir que, una cosa es que falte la fundamentación probatoria
intelectiva, que consiste en que los Jueces del Tribunal A quo no entraron a valorar la prueba; y
otra muy distinta es que, el Tribunal entre a valorar la prueba, pero aplicando indebidamente las
reglas de la sana crítica, lo cual deviene en una fundamentación probatoria intelectiva insuficiente
e ilegítima.
332-CAS-2006
Al redactarla el juzgador debe consignar los datos indiquen el objeto del proceso y la
determinación circunstanciada del hecho acreditado.
Al redactar la sentencia el juez debe consignar los datos necesarios que de manera clara e
inequívoca indiquen el objeto del proceso y la determinación precisa y circunstanciada del hecho
que se estima acreditado; esta exigencia no implica fórmulas sacramentales, ni presupone la
reiteración de lo enunciado en la acusación fiscal; la obligación se cumple, toda vez que se
expresen aunque sea en forma breve y sencilla la individualidad de cada hecho, determinando en
lo posible su tiempo y oportunidad.
505-CAS-2005.
Al ser una unidad lógico jurídica, hay posibilidad de subsanar cualquier omisión o
insuficiencia si consta en otra parte de la misma.
La sentencia es una unidad lógico jurídica, un todo armónico, de tal forma que cualquier omisión o
insuficiencia puede ser subsanada si consta en otra parte de la misma.
Se debe plasmar en la sentencia en una secuencia ordenada de todo el material probatorio que
fue legalmente incorporado al proceso y que al valorarlo este sea concatenado, analizando los
elementos de juicio con que contaba, hasta llegar a tener la certeza de que fue el imputado el
autor del delito que se le atribuyó, es decir, la sentencia debe contener una fundamentación
fáctica descriptiva, intelectiva como jurídica, pues la falta de motivación debe ser de gran entidad
para que el fallo resulte privado de razones aptas para justificar el dispositivo.
La mención del hecho que el tribunal ha tenido por acreditado o comprobado forma parte del
contenido extrínseco de la sentencia, elemento de vital importancia pues las formas esenciales
constituyen el marco referencial a partir del cual los jueces realizan un ejercicio intelectual
exhaustivo, coherente y motivado conducente a la decisión respectiva.
Ref. 339-CAS-2006
La argumentación de las resoluciones judiciales, como tal, supone entre otras cosas la expresión
de la valoración probatoria que le merece al A quo cada uno de los elementos de prueba que se
vertió en juicio, siendo necesario para ello que éste exprese a través de un análisis lógico,
conforme a las reglas de la sana crítica y sobre la base de los mínimos niveles de intelecto judicial
que el momento procesal demanda, la acreditación o no que le merece cada uno de los elementos
de cargo y de descargo, no siendo necesario que dicho estudio sea exhaustivo, ya que el deber
de motivación no le exige al juzgador una determinada extensión, intensidad o alcance en el
razonamiento empleado.
ACUSACIÓN
294-CAS-2005
El proceso penal tiene como objeto la comprobación de un hecho histórico que se presume
tipificado en la ley como delito, así como la determinación de la participación para aquellos a
quienes se les impute su realización para el establecimiento de las consecuencias jurídicas
aplicables.
En razón de ello, el juzgador debe obtener un estado de certeza acerca de la existencia del
acontecimiento sobre el cual deberá efectuar la adecuación típica del mismo a los supuestos
establecidos en la norma sustantiva.
La fundamentación fáctica está compuesta por el conjunto de hechos y circunstancias, que para
efectos procesales se constituyen como una unidad de hecho histórico o acontecimiento, sobre el
cual deberá recaer la aplicación del derecho.
Atendiendo al orden cronológico en el que se produce esta fase de la motivación, se entiende que
la acreditación cierta de los sucesos formulados en la hipótesis de la acusación y delimitados por
el auto de apertura a juicio, se tienen plenamente establecidos una vez que respecto a ellos se
haya desarrollado toda una actividad probatoria, en la cual el juez apreciará las pruebas de
acuerdo a las reglas de la sana crítica, y en cumplimiento a los principios de contradicción,
inmediación, comunidad, legalidad de la prueba, y continuidad del debate.
Sólo de esta forma, el tribunal de juicio puede llegar a una conclusión de certeza acerca de qué
hechos estima acreditados, y cuáles no; por falta, insuficiencia o ilicitud de la prueba.
El establecimiento inalterable de los hechos probados constituye los cimientos sobre los cuales se
harán descansar todas las calificaciones y posibles consecuencias jurídicas derivadas del
supuesto fáctico objeto del proceso.
Por otro lado, la fundamentación jurídica es la etapa de la actividad sentenciadora del juez en la
que se hace la subsunción del hecho acreditado a la norma sustantiva, y de la que se deriva la
correcta calificación, después de analizadas las posibles opciones.
La adecuación típica del hecho, en principio, viene determinada en el dictamen acusatorio, lo cual
no obsta para que en la audiencia preliminar o en la misma etapa del juicio pueda variar siempre y
cuando se cumplan los requisitos previos para ello.
Pero, si al inicio de la etapa del juicio, alguna de las partes no concuerda con la tipificación, es
necesario tomar en cuenta que la fundamentación jurídica de la sentencia y su consecuente juicio
de tipicidad, en ocasiones, sólo puede precisarse cuando se han probado plenamente los hechos.
C65-02
La valoración de las pruebas y la determinación de los hechos que constituyen el objeto procesal
corresponden exclusivamente al tribunal de sentencia.
La sentencia no podrá declarar como probados otros hechos o circunstancias que los descritos en
la acusación, salvo cuando favorezcan al imputado.
El art. 397 CPP, expresa: “La sentencia no podrá dar por acreditados otros hechos u otras
circunstancias que los descritos en la acusación y admitidos en el auto de apertura a juicio o, en
su caso, en la ampliación de la acusación, salvo cuando favorezcan al imputado. En la sentencia,
el tribunal podrá dar al hecho una calificación jurídica distinta a la de la acusación o del auto de la
apertura a juicio, o aplicar penas más graves o distintas a las solicitadas. El imputado no podrá ser
condenado en virtud de un precepto penal distinto del invocado en la acusación, su ampliación o
en el auto de apertura a juicio, si previamente no fue advertido sobre la modificación posible de la
calificación jurídica; la regla comprenderá también a los preceptos que se refieren sólo a la pena,
cuando se pretenda aplicar una más grave a la solicitada”.
El juez de sentencia puede hacer una interpretación más flexible del art. 397 CPP, pese a no
haberse ampliado la acusación, ni haber hecho el tribunal la advertencia a que se refiere la
disposición legal citada, es posible la condena por un delito distinto del que fue objeto de la
acusación, toda vez que entre éste y el considerando en la sentencia exista uniformidad, de tal
claridad o condición que no dé lugar a ninguna duda.
Se dice que son delitos homogéneos los que pueden constituir modalidades distintas pero
cercanas dentro de la tipicidad penal, de tal manera que están contenidos todos los elementos del
segundo tipo en el tipo objeto de la acusación, además, que la calificación correcta sea más leve,
y que no haya ningún elemento nuevo del que el acusado no ha podido defenderse.
Así pues, esta base fáctica de la acusación vincula al tribunal, de modo que éste no puede
introducir en la sentencia ningún hecho nuevo en perjuicio del reo que antes no figurase en la
acusación.
El art. 384 CPP, establece la posibilidad de ampliar la acusación para cumplir con elementales
razones de congruencia sistemática que la propia disciplina legal admita la posibilidad de incluir en
la sentencia hechos que, no estando contenido en el auto de apertura del juicio, fueran objeto de
la ampliación de la acusación.
83-CAS-2006
El fiscal debe cumplir con los requisitos previstos para la acusación, para cuyo efecto tiene
aplicación el art. 356 CPP, disposición que exige el riguroso cumplimiento de las formalidades ahí
expresado bajo pena de inadmisibilidad.
Acusación
Ello, en su caso, lo desarrolla la parte final del art. 6 del Código Procesal Penal, al disponer que la
carga de la prueba corresponde a los acusadores.
Atinente a ello, el art. 356 CPP, dispone que la acusación cumpla con una serie de recaudos, que
no son potestativos, para el sujeto que formula la acusación, sino por el contrario, tienen el
carácter imperativo, pues de no satisfacerse, la acusación se vuelve inadmisible de conformidad
con el artículo comentado.
C51/02
Cuando se oferta prueba fuera del período indicado para su proposición debe rechazarse porque
el período indicado ya expiró y la extemporaneidad se traduce en la preclusión de oportunidades
procesales de aportación u ofrecimiento de prueba (arts. 330 inciso 2 CPP, en relación con el art.
316 CPP.).
Sin embargo, cuando se trata del acusado y es en el ejercicio del derecho de su defensa, éste lo
puede ejercer a lo largo de todo el proceso, en cualquiera de sus fases o incidentes, por lo que los
jueces en aplicación de las disposiciones que favorecen el ejercicio del derecho de defensa
material deben admitir y requerir las pruebas que pudiera ofertar el acusado. Debiendo hacer los
jueces una interpretación extensiva del número 13 del art. 316 en relación al inciso último del art.
259 CPP, tal como lo dispone el inciso segundo del art. 17 CPP, puesto que con ello se favorece
el ejercicio de las facultades conferidas al imputado en su derecho de defensa en juicio, y a su vez
en conformidad al art. 333 CPP, para garantizar la igualdad procesal y el principio de contradicción
de la prueba, pudiéndose suspender perfectamente de manera temporal la audiencia para la
recolección de las evidencias ofrecidas por el imputado y la preparación de la parte acusadora
para contra argumentar tales pruebas.
Cuando se niega una incorporación de pruebas pertinentes y decisivas que puedan conducir al
alivio del imputado, así como también cuando no se realiza una valoración de prueba de forma
integral y de acuerdo a las normas de la sana crítica puede resultar violado el derecho de defensa.
El art. 355 CPP, dispone que la acusación podrá proponerse hasta cinco días después de
concluida la instrucción.
Si no se presenta en ese plazo por negligencia o fuerza mayor, el juez deberá intimar al fiscal
superior para que lo haga dentro de tres días; de no hacerlo, se declarará extinguida la acción
penal, art. 31.11 CPP.
1) datos personales del imputado, o si se ignoran, los que sirvan para identificarlo.
116-CAS-2009
Identidad nominal: consiste en la indicación de la persona por el nombre y sus generales, que
sirven para distinguirla de otras.
El nombre no es más que un modo o uno de los modos más conocidos civilmente, para la
identificación de las personas no el único y exclusivo.
7-CAS-2016
El término identificar puede entenderse también como reconocer si una persona o cosa es la
misma que se supone o busca.
Identificación nominal o formal consiste en obtener el verdadero nombre y apellido del imputado,
así como el resto de sus datos personales que lo ubiquen en el medio social.
Identificación física: exige que la persona que interviene en el hecho objeto del proceso debe ser
idénticamente la misma, contra la que se dirige la imputación y no otra.
El Código Procesal Penal, entre otros mecanismos, para lograr la identificación de un imputado,
contempla la posibilidad de practicar el reconocimiento en rueda de personas, -art. 253 CPP-, y/o
el reconocimiento por fotografías –art. 257 CPP-, sin embargo, la práctica de uno u otro no es
antojadiza.
Así el reconocimiento en rueda de personas, supone que la persona a identificar esté presente, lo
que no significa que esté detenido, pues bien puede encontrarse en libertad y ser citado a fin de
que comparezca voluntariamente o negarse a hacerlo y ser compelido a comparecer, incluso
utilizando la fuerza pública.
Ante este aspecto, es preciso traer a cuenta el art. 400.1 CPP, que habilita la apelación cuando el
imputado no esté suficientemente identificado.
Sin embargo, ese vicio no corresponde a cualquier defecto u omisión en la designación del
imputado, sino que se refiere a aquel de tal gravedad que provoque duda por cuanto que se
desconozca o carezca en la investigación la debida individualización e identificación de la persona
que ha sido señalada como autor del hecho punible.
610-CAS-2006
Como punto de partida, es oportuno señalar que la hipótesis fáctica incluida dentro del
requerimiento y la acusación fiscal se construye a través de los datos aportados por los testigos y
de la totalidad de los elementos probatorios que se recolectaron en la etapa destinada a la
investigación, es decir, la instrucción.
Desde luego, esta hipótesis por una parte debe ser clara, ya que es la base de la acusación
formulada en contra del imputado, no obstante ello, puede ocurrir que la circunstancia fáctica no
sea clara, ni precisa, circunstancias que provocan la nulidad tanto del dictamen acusatorio como
del auto de apertura a juicio, en tanto que vulneran la garantía de defensa del imputado.
Por otra parte, está sujeta a comprobación y a contradicción de las partes, especialmente del
imputado, quien puede alegar en atención al derecho de defensa, la concurrencia de atenuantes o
excluyentes que modifican la responsabilidad penal.
532-CAS-2005
SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las diez horas
y veintitrés minutos del día diecinueve de junio del año dos mil seis.
En la imputación el fiscal o el juez debe explicar al ciudadano imputado la hipótesis delictiva que
se le atribuye mediante la narración completa de los hechos jurídicamente relevantes, y que
deben subsumirse, desde el punto de vista fáctico en una norma penal, con fundamento en los
elementos materiales y evidencias de convicción aportados a la investigación.
Los hechos, que constituyen la teoría fáctica deben ser claros, precisos, comprensibles y
jurídicamente relevantes, de tal manera que puedan ser entendidos por la persona a quien se le
hace la imputación.
Esta audiencia de imputación se requiere de manera obligatoria la presencia física del indiciado,
que a partir de esta audiencia se denomina imputado.
La FGR, una vez formulados los cargos, debe solicitar al imputado si los acepta o no totalmente o
de manera parcial, como en los casos en que el imputado alegue a su favor la concurrencia de
alguna causal de justificación del hecho que se le imputa.
Cuando el imputado no está presente es necesario para que proceda la imputación que se le
declare previamente por el mismo juez como persona ausente y lo declare rebelde en su
oportunidad.
Una acusación sin el fundamento requerido por la ley, se traducirá en una fallida pretensión por
parte del fiscal del Ministerio Público, en tanto que la correcta presentación de las evidencias o
elementos de convicción servirá para determinar los hechos, comprobar la existencia de un delito
y sus respectivas circunstancias, e imputar su comisión a una persona determinada. De no
hacerse así su pretensión acusatoria resultará inútil, pudiendo producirse un pronunciamiento
judicial a favor del sobreseimiento de la causa.
a. El hecho de que la ley prescribe una forma escrita reducida inspirada en los
principios de celeridad procesal, no significa que los escritos hayan de ser
inmotivados y no llenen los requisitos formales de un escrito de cargos.
b. Es oportuno recordar el deber que corresponde al representante del Ministerio
Público, como parte de buena fe en el proceso penal, de narrar, tanto en el escrito
de cargos, como en el de abstención, los hechos tales como aparecen demostrados
de los autos, sin incurrir en tergiversaciones, agregaciones u omisiones de partes
esenciales de los elementos probatorios, debiendo en todo caso, ajustarse
fielmente al contenido de las actas procésales.
c. Cuando el Fiscal del Ministerio Público solicita la aplicación de alguna disposición
legal, lo debe hacer con la certeza previa al conocimiento de la causa, es decir, que
cuenta con suficientes fundamentos para su invocación, por estar dados los
extremos necesarios que tal norma exige para ello, y así debe ser expresado, y no
invocarlos sin indicar las razones en que se funda para solicitar su aplicación.
d. Es deficiente el escrito de cargos en que se omita la exposición de los fundamentos
en que se apoya la calificación fiscal.
e. Como puede observarse, la motivación y fundamentación de los escritos fiscales es
un requisito que no puede ser obviado, toda vez que ella determina el que la
actuación del fiscal esté o no ajustada a derecho.
La expresión de los preceptos jurídicos aplicables; Esto requiere, por parte del fiscal del
Ministerio Público, una correcta adecuación de los hechos con la norma jurídica contentiva del tipo
penal que considera aplicable al caso concreto, dadas las características del mismo. La expresión
en el escrito de acusación de los preceptos jurídicos aplicables, se traducirá entonces en las
razones de derecho que le dan vida al ejercicio de la acción penal. Esta labor de adecuación de
los hechos para establecer la exacta aplicación de la norma jurídica, es de especial relevancia,
habida cuenta de que la falta de especificación del hecho, con el expreso señalamiento del lugar,
modo, tiempo y demás circunstancias de la comisión del delito, y su adecuación a la norma
jurídica, no sólo afectará el derecho a la defensa del imputado, sino que además será aleatoria al
principio de congruencia que debe existir entre la acusación y la sentencia.
fase preliminar del proceso, no existe actividad probatoria como tal, se trata de meros
elementos de convicción en los cuales, como ya se dijo, sustentará el fiscal su acusación, ya que
su obligación como tal, se dirige a comprobar o al menos establecer la probabilidad de certeza de
la comisión de un hecho punible y la imputación del mismo a quien resultare ser su autor, con
fundamento en la asociación lógica de los hechos con el supuesto de hecho de la norma jurídica y
los elementos de convicción recabados durante la investigación.
Ahora bien, esos elementos de convicción deben ser llevados a juicio, para lo cual debe el
fiscal establecer la relación de cada uno de ellos con el medio de prueba que resulte idóneo para
tal fin.
El fiscal tiene la obligación de ofrecer los medios de prueba que llevará a juicio, lo cual no
debe concretarse al mero señalamiento de las mismas, sino que, también tiene que expresarse en
la acusación el porqué de tal ofrecimiento, a fin de no dejar dudas sobre la necesidad y pertinencia
de su práctica en el juicio oral, dada su relación con el objeto de la investigación y en virtud del
hecho de que, a excepción del incidente que puede plantear ante el juez de sentencia, ésta es la
única oportunidad que tiene el fiscal para ofrecer los medios de prueba, por lo que es de suma
importancia señalar, en el escrito de acusación, su necesidad y pertinencia.
Presentada la acusación o las otras solicitudes, el juez dentro de las 24 horas pondrá a
disposición de todas las partes las actuaciones y las evidencias, para que puedan consultarlas en
el plazo común de 5 días. Finalizado éste, el juez señalará día y hora para la audiencia preliminar
en un plazo no menor de 3 ni mayor de 15 días.
Facultades y deberes de las otras partes art. 358 CPP. (Leerlo y luego explicar).
Para ofrecer prueba testimonial será necesario presentar la lista de testigos, con indicación
del nombre, profesión, domicilio, residencia o el lugar donde puede ser localizado.
Se presentarán también los documentos que no han sido ingresados antes, o se señalará
el lugar en donde se hallan, para que el juez o tribunal los requiera.
Toda clase de prueba será ofrecida con indicación de los hechos o circunstancias que se
pretenden probar, bajo pena de inadmisibilidad.
La testimonial a cargo de José Antonio Ramos Gutiérrez, quien tiene su domicilio en Paseo
General Escalón número 134 en esta ciudad, quien lo presentaré a rendir su declaración, previa
protesta legal, para el día y hora fijados que tenga lugar la audiencia de juicio. Esta prueba tiene
por objeto que el testigo declare cuáles fueron las circunstancias en que se desarrollaron los
hechos que se le imputan al ahora procesado JOSE LUIS HERNÁNDEZ CRUZ, en la causa
penal al rubro o referencia indicada.
La PERICIAL
Los medios de prueba son ofrecidos en forma escrita, indicando con claridad y precisión: