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11.

SENTENCIA Y ACUSACIÓN

9-97 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las doce
horas y cinco minutos del día quince de febrero de dos mil dos.
Un proceso termina normalmente cuando en él se pronuncia sentencia de fondo, es decir, se entra
a conocer el asunto o tema decidendi para estimar o desestimar lo pedido, según la competencia
material del respectivo tribunal.

Termina anormalmente, en cambio, cuando la pretensión que le ha dado origen es rechazada en


cualquier tiempo porque en la configuración existe un vicio de forma o de contenido tal que
provoca imposibilidad de conocer el asunto, o cuando determinadas circunstancias procesales o
extraprocesales hacen imposible o innecesario el pronunciamiento de fondo, no obstante la
competencia material.

Por ello, se ha sostenido en la doctrina que el término “sentencia” debe ser exclusivo de la que
comúnmente se ha denominado “definitiva”, que así, sin adjetivos, tiene un significado propio: acto
a través del cual concluye el proceso.

Finalmente, se ha afirmado que el acto de terminación normal del proceso debe denominarse
“sentencia satisfactiva”, pues es en él donde se entra a satisfacer la pretensión, desde un punto
de vista jurídico.

Independientemente de su denominación, lo cierto es que la sentencia puede ser estimativa, si se


le da la razón o se estima la pretensión del actor; o desestimativa, si sucede lo contrario.

El art. 143 CPP, expresa: Las decisiones del juez o tribunal se denominarán sentencias, autos o
decretos. La sentencia es la que se dicta luego de la vista pública para dar término al juicio o al
procedimiento abreviado, así como la que resuelva el recurso de apelación o casación…”.

Pero el proceso puede concluir no sólo de manera normal, sino también de modo anormal a través
de diversas figuras, como la “Suspensión condicional del procedimiento (art. 24 CPP)”. “Extinción
por mediación y conciliación”, art. 38 CPP”. “Sobreseimiento, art. 350 CPP”.

La sentencia responde a una estructura lógico-racional.

199-CAS-2005

La sentencia como acto de decisión definitivo, responde a una estructura lógico-racional. Implica
que el sentenciador al pronunciarse sobre el caso objeto de su conocimiento, deberá fundamentar
su fallo sobre premisas verdaderas para que éste sea considerado válido; de ahí que sus
enunciados tienen que obedecer tanto a la norma objeto de decisión, como a los hechos que
forman parte de la hipótesis acusatoria.

De modo, que éstos sólo pueden tenerse por probados o no, una vez que el juez haya efectuado
una valoración integral de toda la prueba aportada al proceso, cuya producción tenga su origen en
el debate; de no ser así, el juzgador tendría una visión parcial de la realidad y su decisión
resultaría inconsistente, dado que se asentaría sobre premisas fácticas incompletas.

381-CAS-2004

Motivación de la sentencia

Motivar la sentencia constituye una garantía y consiste en que, mientras por un lado se deja al
juzgador la libertad de apreciación de la prueba de acuerdo a las reglas de la sana crítica, por
otra, éste queda en cambio, obligado a expresar la correlación lógica de los argumentos,
demostrando su conclusión a efecto de prevenir la arbitrariedad.

La motivación debe responder a las máximas que presiden el entendimiento humano, estructurada
de acuerdo a los principios de identidad, contradicción y tercero excluido; y además debe ser
concordante y derivar de elementos de convicción verdaderos, suficientes y por supuesto que
hayan sido incorporados legalmente al juicio, respetando el principio de razón suficiente,
constituido por inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones
que en virtud de ellas se vayan determinando, a la vez que de los principios de la psicología y de
la experiencia común.

De ahí que, si los juicios emitidos en la sentencia, están apoyados en elementos probatorios
inexistentes o falseados en su contenido o significado, la motivación será ilegítima, por tanto,
existe la necesidad, así como el deber, de que los hechos acreditados en la sentencia tengan su
sustento en la prueba que se incorpora legalmente al juicio, a lo cual se le denomina
Fundamentación probatoria, misma que se divide en: Fundamentación descriptiva y
fundamentación intelectiva.

La fundamentación probatoria descriptiva obliga al juez a señalar en la sentencia, uno a uno,


cuáles fueron los medios probatorios conocidos en la vista pública y en su caso, el contenido de
los mismos.

Luego el Tribunal tiene la obligación de expresar en la sentencia la fundamentación probatoria


intelectiva, que es la apreciación de los medios de prueba y su vinculación con el resto de
elementos de juicio obtenidos de otros medios probatorios. De tal manera que, si se omite el
hecho histórico habrá falta de fundamentación fáctica; si hay defecto en el resumen o relación de
la prueba y su contenido, existe falta de fundamentación probatoria descriptiva; y si hay omisión
de valoración de la prueba, habrá falta de fundamentación probatoria intelectiva.

Sobre este punto, es preciso distinguir que, una cosa es que falte la fundamentación probatoria
intelectiva, que consiste en que los jueces del tribunal A quo no entraron a valorar la prueba; y otra
muy distinta es que, el tribunal entre a valorar la prueba, pero aplicando indebidamente las reglas
de la sana crítica, lo cual deviene en una fundamentación probatoria intelectiva insuficiente e
ilegítima.

C185-01

Adecuada fundamentación involucra señalamiento de razones para fijación de determinada


pena.

La adecuada fundamentación de una sentencia involucra el señalamiento de las razones por las
cuales el tribunal fijó la pena en un monto determinado, no siendo necesario un exhaustivo y
pormenorizado análisis de cada aspecto o situación valorada, ya que en ciertos casos la lectura
de algunas sentencias se torna tediosa, dado lo extenso de su redacción, sobre todo cuando se
incluyen numerosos conceptos y citas doctrinarias, algunas veces innecesarios.

Basta con hacer aunque breves, pero puntuales y acertados los razonamientos atinentes a la
individualización de la pena, lo suficiente para contraargumentar en torno a cada una de las
valoraciones.

381-CAS-2004 Adolece de deficiencia insubsanable cuando jueces no realizan valoración


probatoria intelectiva de elementos de prueba.

La garantía de motivar las resoluciones judiciales, consiste en que, mientras por un lado se deja al
juez la libertad de apreciación de la prueba de acuerdo a las reglas de la sana crítica, por otra,
éste queda en cambio, obligado a expresar la correlación lógica de los argumentos, demostrando
su conclusión a efecto de prevenir la arbitrariedad.

La motivación debe responder a las máximas que presiden el entendimiento humano, estructurada
de acuerdo a los principios de identidad, contradicción y tercero excluido; y además debe ser
concordante y derivar de elementos de convicción verdaderos, suficientes y por supuesto que
hayan sido incorporados legalmente al juicio, respetando el principio de razón suficiente,
constituido por inferencias razonable deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones
que en virtud de ellas se vayan determinando, a la vez que de los principios de la psicología y de
la experiencia común.

De ahí que, si los juicios emitidos en la sentencia, están apoyados en elementos probatorios
inexistentes o falseados en su contenido o significado, la motivación será ilegítima, por tanto
existe la necesidad, así como el deber de que los hechos acreditados en la sentencia tengan su
sustento en la prueba que se incorpora legalmente al juicio, a lo cual se le denomina
“Fundamentación Probatoria”, misma que se divide en: Fundamentación descriptiva y
fundamentación intelectiva.

La fundamentación probatoria descriptiva obliga al juez a señalar en la sentencia, uno a uno,


cuáles fueron los medios probatorios conocidos en la vista pública y en su caso, el contenido de
los mismos.

Luego el Tribunal tiene la obligación de expresar en la sentencia la fundamentación probatoria


intelectiva, que es la apreciación de los medios de prueba y su vinculación con el resto de
elementos de juicio obtenidos de otros medios probatorios.

De tal manera que, si se omite el hecho histórico habrá falta de fundamentación fáctica; si hay
defecto en el resumen o relación de la prueba y su contenido, existe falta de fundamentación
probatoria descriptiva; y si hay omisión de valoración de la prueba, habrá falta de fundamentación
probatoria intelectiva.

Sobre este punto, es preciso distinguir que, una cosa es que falte la fundamentación probatoria
intelectiva, que consiste en que los Jueces del Tribunal A quo no entraron a valorar la prueba; y
otra muy distinta es que, el Tribunal entre a valorar la prueba, pero aplicando indebidamente las
reglas de la sana crítica, lo cual deviene en una fundamentación probatoria intelectiva insuficiente
e ilegítima.

332-CAS-2006

Al redactarla el juzgador debe consignar los datos indiquen el objeto del proceso y la
determinación circunstanciada del hecho acreditado.

Al redactar la sentencia el juez debe consignar los datos necesarios que de manera clara e
inequívoca indiquen el objeto del proceso y la determinación precisa y circunstanciada del hecho
que se estima acreditado; esta exigencia no implica fórmulas sacramentales, ni presupone la
reiteración de lo enunciado en la acusación fiscal; la obligación se cumple, toda vez que se
expresen aunque sea en forma breve y sencilla la individualidad de cada hecho, determinando en
lo posible su tiempo y oportunidad.

505-CAS-2005.

Al ser una unidad lógico jurídica, hay posibilidad de subsanar cualquier omisión o
insuficiencia si consta en otra parte de la misma.

La sentencia es una unidad lógico jurídica, un todo armónico, de tal forma que cualquier omisión o
insuficiencia puede ser subsanada si consta en otra parte de la misma.

Se debe plasmar en la sentencia en una secuencia ordenada de todo el material probatorio que
fue legalmente incorporado al proceso y que al valorarlo este sea concatenado, analizando los
elementos de juicio con que contaba, hasta llegar a tener la certeza de que fue el imputado el
autor del delito que se le atribuyó, es decir, la sentencia debe contener una fundamentación
fáctica descriptiva, intelectiva como jurídica, pues la falta de motivación debe ser de gran entidad
para que el fallo resulte privado de razones aptas para justificar el dispositivo.

La mención del hecho que el tribunal ha tenido por acreditado o comprobado forma parte del
contenido extrínseco de la sentencia, elemento de vital importancia pues las formas esenciales
constituyen el marco referencial a partir del cual los jueces realizan un ejercicio intelectual
exhaustivo, coherente y motivado conducente a la decisión respectiva.
Ref. 339-CAS-2006

Argumentación supone la expresión de la valoración probatoria que le merece al a quo


cada uno de los elementos de prueba.

Respecto a la ilegitimidad de la sentencia debido a la ausencia de valoración probatoria. La


ilegitimidad, validez y eficacia de toda sentencia supone la expresión escrita de una doble
operación intelectual, llevada a cabo por el a quo, al momento de dictar el pronunciamiento
respectivo; por una parte se requiere que éste verifique la adecuación de los hechos objeto de la
acusación a la prueba legal practicada en juicio, lo que equivale a la fundamentación fáctica, y por
otra, que al tenerse por acreditados determinados hechos, verifique la adecuación de los mismos
al tipo penal, lo que implica el razonamiento jurídico.

La argumentación de las resoluciones judiciales, como tal, supone entre otras cosas la expresión
de la valoración probatoria que le merece al A quo cada uno de los elementos de prueba que se
vertió en juicio, siendo necesario para ello que éste exprese a través de un análisis lógico,
conforme a las reglas de la sana crítica y sobre la base de los mínimos niveles de intelecto judicial
que el momento procesal demanda, la acreditación o no que le merece cada uno de los elementos
de cargo y de descargo, no siendo necesario que dicho estudio sea exhaustivo, ya que el deber
de motivación no le exige al juzgador una determinada extensión, intensidad o alcance en el
razonamiento empleado.

ACUSACIÓN

294-CAS-2005

El proceso penal tiene como objeto la comprobación de un hecho histórico que se presume
tipificado en la ley como delito, así como la determinación de la participación para aquellos a
quienes se les impute su realización para el establecimiento de las consecuencias jurídicas
aplicables.

En razón de ello, el juzgador debe obtener un estado de certeza acerca de la existencia del
acontecimiento sobre el cual deberá efectuar la adecuación típica del mismo a los supuestos
establecidos en la norma sustantiva.

La conclusión definitiva acerca de la existencia, participación y consecuencias jurídicas del factum


sometido a juicio, deberá establecerse de forma clara, expresa, completa, lógica y legítima en la
fundamentación de la sentencia.

Partiendo de lo antes dicho, y así lo reconoce la doctrina, la motivación de la sentencia penal, se


divide en cuatro momentos esenciales:

 Fundamentación probatoria descriptiva;


 Fundamentación probatoria intelectiva;
 Fundamentación fáctica y,
 Fundamentación jurídica

La fundamentación fáctica está compuesta por el conjunto de hechos y circunstancias, que para
efectos procesales se constituyen como una unidad de hecho histórico o acontecimiento, sobre el
cual deberá recaer la aplicación del derecho.

Atendiendo al orden cronológico en el que se produce esta fase de la motivación, se entiende que
la acreditación cierta de los sucesos formulados en la hipótesis de la acusación y delimitados por
el auto de apertura a juicio, se tienen plenamente establecidos una vez que respecto a ellos se
haya desarrollado toda una actividad probatoria, en la cual el juez apreciará las pruebas de
acuerdo a las reglas de la sana crítica, y en cumplimiento a los principios de contradicción,
inmediación, comunidad, legalidad de la prueba, y continuidad del debate.

Sólo de esta forma, el tribunal de juicio puede llegar a una conclusión de certeza acerca de qué
hechos estima acreditados, y cuáles no; por falta, insuficiencia o ilicitud de la prueba.
El establecimiento inalterable de los hechos probados constituye los cimientos sobre los cuales se
harán descansar todas las calificaciones y posibles consecuencias jurídicas derivadas del
supuesto fáctico objeto del proceso.

Por otro lado, la fundamentación jurídica es la etapa de la actividad sentenciadora del juez en la
que se hace la subsunción del hecho acreditado a la norma sustantiva, y de la que se deriva la
correcta calificación, después de analizadas las posibles opciones.

La adecuación típica del hecho, en principio, viene determinada en el dictamen acusatorio, lo cual
no obsta para que en la audiencia preliminar o en la misma etapa del juicio pueda variar siempre y
cuando se cumplan los requisitos previos para ello.

Se entiende que la calificación definitiva es la que hace el tribunal de sentencia en su fallo, la


cual, en la mayoría de las veces, coincide con la hecha provisionalmente por el ente acusador, por
el juez instructor; o bien, puede ser producto de una advertencia previa de modificación a las
partes o de algún incidente promovido por alguna de ellas.

Pero, si al inicio de la etapa del juicio, alguna de las partes no concuerda con la tipificación, es
necesario tomar en cuenta que la fundamentación jurídica de la sentencia y su consecuente juicio
de tipicidad, en ocasiones, sólo puede precisarse cuando se han probado plenamente los hechos.

Es oportuno, entonces, que en caso de controversia acerca de la calificación promovida por


alguna de las partes, el tribunal difiera su decisión para el final de la actividad de producción de
prueba, pues sólo en ese entones, será aceptable afirmar que el juzgador, oídos los argumentos
de las partes y atendiendo a los hechos probados, pueda tomar una decisión de certeza.

C65-02

La valoración de las pruebas y la determinación de los hechos que constituyen el objeto procesal
corresponden exclusivamente al tribunal de sentencia.

La sentencia no podrá declarar como probados otros hechos o circunstancias que los descritos en
la acusación, salvo cuando favorezcan al imputado.

El art. 397 CPP, expresa: “La sentencia no podrá dar por acreditados otros hechos u otras
circunstancias que los descritos en la acusación y admitidos en el auto de apertura a juicio o, en
su caso, en la ampliación de la acusación, salvo cuando favorezcan al imputado. En la sentencia,
el tribunal podrá dar al hecho una calificación jurídica distinta a la de la acusación o del auto de la
apertura a juicio, o aplicar penas más graves o distintas a las solicitadas. El imputado no podrá ser
condenado en virtud de un precepto penal distinto del invocado en la acusación, su ampliación o
en el auto de apertura a juicio, si previamente no fue advertido sobre la modificación posible de la
calificación jurídica; la regla comprenderá también a los preceptos que se refieren sólo a la pena,
cuando se pretenda aplicar una más grave a la solicitada”.

El juez de sentencia puede hacer una interpretación más flexible del art. 397 CPP, pese a no
haberse ampliado la acusación, ni haber hecho el tribunal la advertencia a que se refiere la
disposición legal citada, es posible la condena por un delito distinto del que fue objeto de la
acusación, toda vez que entre éste y el considerando en la sentencia exista uniformidad, de tal
claridad o condición que no dé lugar a ninguna duda.

Se dice que son delitos homogéneos los que pueden constituir modalidades distintas pero
cercanas dentro de la tipicidad penal, de tal manera que están contenidos todos los elementos del
segundo tipo en el tipo objeto de la acusación, además, que la calificación correcta sea más leve,
y que no haya ningún elemento nuevo del que el acusado no ha podido defenderse.

0401-64-2006 TRIBUNAL DE SENTENCIA DE SANTA TECLA; Departamento de La Libertad,


a las catorce horas y treinta minutos del día nueve de octubre dos mil seis.
El principio de congruencia, consiste en que el contenido fáctico de la imputación que accede al
juicio oral y que en consecuencia, en cuanto conforma la acusación es el que se expresa en el
auto de apertura del juicio.

Reflejado el principio acusatorio a lo largo de la celebración de la audiencia en la construcción del


debate a la prueba de los hechos consignados en dicho autor, su observancia por la sentencia
exige que en la misma no puedan declararse como acreditados hechos o circunstancias que no
aparecieran en aquel auto.

Así pues, esta base fáctica de la acusación vincula al tribunal, de modo que éste no puede
introducir en la sentencia ningún hecho nuevo en perjuicio del reo que antes no figurase en la
acusación.

El art. 384 CPP, establece la posibilidad de ampliar la acusación para cumplir con elementales
razones de congruencia sistemática que la propia disciplina legal admita la posibilidad de incluir en
la sentencia hechos que, no estando contenido en el auto de apertura del juicio, fueran objeto de
la ampliación de la acusación.

83-CAS-2006

El dictamen de acusación, es delimitar el objeto del debate en juicio, a efecto de mantener la


inmutabilidad de los hechos y así vincular al tribunal a los mismos, pero sin dejar de lado que
forman parte de una pretensión punitiva del ente promotor de la acción penal, la cual puede o no
concretarse.

SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: Antiguo Cuscatlán, a las once


horas del día veintitrés de abril de mil novecientos noventa y nueve.

El fiscal debe cumplir con los requisitos previstos para la acusación, para cuyo efecto tiene
aplicación el art. 356 CPP, disposición que exige el riguroso cumplimiento de las formalidades ahí
expresado bajo pena de inadmisibilidad.

La inadmisibilidad es una sanción procesal por incumplimiento de requisitos de fondo y forma,


pero en el procedimiento por delitos de acción privada en que se permite la presentación de un
escrito de acusación incompleta sujeta a la realización de diligencias por intermedio del auxilio
judicial, la resolución que declara tal inadmisión de manera inmediata es incongruente con la
naturaleza de dicho procedimiento especial y afecta el derecho a la tutela judicial efectiva.

Acusación

C51/02 SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las


once horas del día catorce de abril de dos mil cuatro.

De conformidad al artículo 193.3.4 de la Constitución de la República, es potestad exclusiva del


Fiscal General de la República promover la acción penal, la que desde luego comprende el acto
procesal de acusar a quien se le atribuye la comisión de un delito, para lo cual dispondrá él o sus
delegados, de la logística y estrategia que mejor le parezca apropiada a los intereses que
representa.

Ello, en su caso, lo desarrolla la parte final del art. 6 del Código Procesal Penal, al disponer que la
carga de la prueba corresponde a los acusadores.

La formulación de la acusación como presupuesto necesario e ineludible para posibilitar en


principio el debate, debe responder a la triada siguiente: a) el aseguramiento de la garantía de
defensa, lo cual se cumplirá circunstanciando lo diferentes recaudos que se exigen para la
configuración de la acusación; b) al limitarse la acusación a aquellos casos en los que
verdaderamente proceda; y, c) se evitará también el dispendio de los recursos del Estado, en la
investigación del delito, los cuales en consecuencia, pueden reservarse para los casos que
efectivamente lo ameriten.
La estructura de la acusación es el punto medular de la garantía de la acusación, pues de la
sustanciación de ésta, dependerá hacer efectiva la garantía de defensa en juicio, pues sólo una
acusación que se baste por sí sola, permitirá que el acusado, ejerza correctamente su derecho de
defensa, al conocer de manera amplia y precisa, cuáles son los hechos de los que se le acusa.

Atinente a ello, el art. 356 CPP, dispone que la acusación cumpla con una serie de recaudos, que
no son potestativos, para el sujeto que formula la acusación, sino por el contrario, tienen el
carácter imperativo, pues de no satisfacerse, la acusación se vuelve inadmisible de conformidad
con el artículo comentado.

C51/02

SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las once


horas del día catorce de abril de dos mil cuatro.

Cuando se oferta prueba fuera del período indicado para su proposición debe rechazarse porque
el período indicado ya expiró y la extemporaneidad se traduce en la preclusión de oportunidades
procesales de aportación u ofrecimiento de prueba (arts. 330 inciso 2 CPP, en relación con el art.
316 CPP.).

Sin embargo, cuando se trata del acusado y es en el ejercicio del derecho de su defensa, éste lo
puede ejercer a lo largo de todo el proceso, en cualquiera de sus fases o incidentes, por lo que los
jueces en aplicación de las disposiciones que favorecen el ejercicio del derecho de defensa
material deben admitir y requerir las pruebas que pudiera ofertar el acusado. Debiendo hacer los
jueces una interpretación extensiva del número 13 del art. 316 en relación al inciso último del art.
259 CPP, tal como lo dispone el inciso segundo del art. 17 CPP, puesto que con ello se favorece
el ejercicio de las facultades conferidas al imputado en su derecho de defensa en juicio, y a su vez
en conformidad al art. 333 CPP, para garantizar la igualdad procesal y el principio de contradicción
de la prueba, pudiéndose suspender perfectamente de manera temporal la audiencia para la
recolección de las evidencias ofrecidas por el imputado y la preparación de la parte acusadora
para contra argumentar tales pruebas.

Cuando se niega una incorporación de pruebas pertinentes y decisivas que puedan conducir al
alivio del imputado, así como también cuando no se realiza una valoración de prueba de forma
integral y de acuerdo a las normas de la sana crítica puede resultar violado el derecho de defensa.

Lo siguiente no es de la sentencia referenciada en párrafo anterior.

El art. 355 CPP, dispone que la acusación podrá proponerse hasta cinco días después de
concluida la instrucción.

Si no se presenta en ese plazo por negligencia o fuerza mayor, el juez deberá intimar al fiscal
superior para que lo haga dentro de tres días; de no hacerlo, se declarará extinguida la acción
penal, art. 31.11 CPP.

Requisitos de la acusación, art. 356 CPP.

1) datos personales del imputado, o si se ignoran, los que sirvan para identificarlo.

116-CAS-2009

SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las ocho


horas y ocho minutos del día nueve de diciembre de dos mil diez.

Identidad nominal: consiste en la indicación de la persona por el nombre y sus generales, que
sirven para distinguirla de otras.

El proceso constituye contra la persona no contra su nombre.


En un juicio lo esencial es la relación entre el imputado y el hecho que se le atribuye, y no entre el
hecho y el nombre del imputado.

El nombre no es más que un modo o uno de los modos más conocidos civilmente, para la
identificación de las personas no el único y exclusivo.

7-CAS-2016

SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las ocho


horas con treinta y cinco minutos del día veintidós de agosto de dos mil dieciséis.

El término identificar puede entenderse también como reconocer si una persona o cosa es la
misma que se supone o busca.

En el proceso penal se habla de “identificación nominal o formal” y de “identificación física”.

Identificación nominal o formal consiste en obtener el verdadero nombre y apellido del imputado,
así como el resto de sus datos personales que lo ubiquen en el medio social.

Identificación física: exige que la persona que interviene en el hecho objeto del proceso debe ser
idénticamente la misma, contra la que se dirige la imputación y no otra.

El Código Procesal Penal, entre otros mecanismos, para lograr la identificación de un imputado,
contempla la posibilidad de practicar el reconocimiento en rueda de personas, -art. 253 CPP-, y/o
el reconocimiento por fotografías –art. 257 CPP-, sin embargo, la práctica de uno u otro no es
antojadiza.

Así el reconocimiento en rueda de personas, supone que la persona a identificar esté presente, lo
que no significa que esté detenido, pues bien puede encontrarse en libertad y ser citado a fin de
que comparezca voluntariamente o negarse a hacerlo y ser compelido a comparecer, incluso
utilizando la fuerza pública.

Una nota característica de la procedencia de este reconocimiento, es la existencia de duda o


incertidumbre acerca de la identidad de la persona a quien se atribuye el delito investigado, a los
efectos de identificarla o establecer que quien la menciona o alude efectivamente la conoce o la
ha visto, art. 253 CPP.

Ante este aspecto, es preciso traer a cuenta el art. 400.1 CPP, que habilita la apelación cuando el
imputado no esté suficientemente identificado.

Sin embargo, ese vicio no corresponde a cualquier defecto u omisión en la designación del
imputado, sino que se refiere a aquel de tal gravedad que provoque duda por cuanto que se
desconozca o carezca en la investigación la debida individualización e identificación de la persona
que ha sido señalada como autor del hecho punible.

2) Relación clara, precisa, circunstanciada y especifica del hecho atribuido.

610-CAS-2006

SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, San Salvador, a las doce


horas del día treinta de mayo de dos mil ocho.

Como punto de partida, es oportuno señalar que la hipótesis fáctica incluida dentro del
requerimiento y la acusación fiscal se construye a través de los datos aportados por los testigos y
de la totalidad de los elementos probatorios que se recolectaron en la etapa destinada a la
investigación, es decir, la instrucción.

Desde luego, esta hipótesis por una parte debe ser clara, ya que es la base de la acusación
formulada en contra del imputado, no obstante ello, puede ocurrir que la circunstancia fáctica no
sea clara, ni precisa, circunstancias que provocan la nulidad tanto del dictamen acusatorio como
del auto de apertura a juicio, en tanto que vulneran la garantía de defensa del imputado.
Por otra parte, está sujeta a comprobación y a contradicción de las partes, especialmente del
imputado, quien puede alegar en atención al derecho de defensa, la concurrencia de atenuantes o
excluyentes que modifican la responsabilidad penal.

532-CAS-2005

SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las diez horas
y veintitrés minutos del día diecinueve de junio del año dos mil seis.

El incumplimiento de que la acusación no sea clara, precisa, circunstanciada y específica del


hecho atribuido, conlleva a una flagrante violación al derecho de defensa del imputado, pues el
objeto procesal está constituido por la representación conceptual de acontecimiento histórico del
hecho de la vida en torno del cual gira el proceso, de manera que al omitirse ésta, el acusado
desconoce a cabalidad la imputación que sobre él pesa, lo que acarrea la nulidad no sólo del
debate sino que del auto de apertura a juicio, la audiencia preliminar y la misma acusación fiscal,
conforme los arts. 346.7 CPP., para que estos actos procesales sean repuestos en miras de
asegurar el cumplimiento de las garantías constitucionales del juicio previo que sobre el acusado
recae.

3) Fundamentación de la imputación, con expresión de los elementos de convicción que la


motivan.

La imputación en el sistema acusatorio es un acto formal mediante el cual la FGR o el Juez le


comunica a una persona determinada que lo investiga como presunto autor o participe de un
delito, diligencia rodeada de garantías a favor del imputado y en presencia de un juez de control
de garantías.

En la imputación el fiscal o el juez debe explicar al ciudadano imputado la hipótesis delictiva que
se le atribuye mediante la narración completa de los hechos jurídicamente relevantes, y que
deben subsumirse, desde el punto de vista fáctico en una norma penal, con fundamento en los
elementos materiales y evidencias de convicción aportados a la investigación.

Los hechos, que constituyen la teoría fáctica deben ser claros, precisos, comprensibles y
jurídicamente relevantes, de tal manera que puedan ser entendidos por la persona a quien se le
hace la imputación.

Esta audiencia de imputación se requiere de manera obligatoria la presencia física del indiciado,
que a partir de esta audiencia se denomina imputado.

La FGR, una vez formulados los cargos, debe solicitar al imputado si los acepta o no totalmente o
de manera parcial, como en los casos en que el imputado alegue a su favor la concurrencia de
alguna causal de justificación del hecho que se le imputa.

Cuando el imputado no está presente es necesario para que proceda la imputación que se le
declare previamente por el mismo juez como persona ausente y lo declare rebelde en su
oportunidad.

Una acusación sin el fundamento requerido por la ley, se traducirá en una fallida pretensión por
parte del fiscal del Ministerio Público, en tanto que la correcta presentación de las evidencias o
elementos de convicción servirá para determinar los hechos, comprobar la existencia de un delito
y sus respectivas circunstancias, e imputar su comisión a una persona determinada. De no
hacerse así su pretensión acusatoria resultará inútil, pudiendo producirse un pronunciamiento
judicial a favor del sobreseimiento de la causa.

El juez de control, al serle presentado el escrito de acusación, deberá determinar si existen o no


elementos suficientes para llevar al acusado a juicio, tomando como base la imputación hecha por
el representante del Ministerio Público.

Debe el fiscal ser preciso en su fundamentación, volcando en el escrito acusatorio el extracto de


aquellos elementos de convicción que le sirvieron para hacerla. Esta falta podría generar dudas
respecto al tipo de delito por el cual se hace la imputación, o a la ausencia de responsabilidad del
inculpado dentro del delito que se le atribuye.

La motivación y fundamentación de todo escrito fiscal debe contener:

a. El hecho de que la ley prescribe una forma escrita reducida inspirada en los
principios de celeridad procesal, no significa que los escritos hayan de ser
inmotivados y no llenen los requisitos formales de un escrito de cargos.
b. Es oportuno recordar el deber que corresponde al representante del Ministerio
Público, como parte de buena fe en el proceso penal, de narrar, tanto en el escrito
de cargos, como en el de abstención, los hechos tales como aparecen demostrados
de los autos, sin incurrir en tergiversaciones, agregaciones u omisiones de partes
esenciales de los elementos probatorios, debiendo en todo caso, ajustarse
fielmente al contenido de las actas procésales.
c. Cuando el Fiscal del Ministerio Público solicita la aplicación de alguna disposición
legal, lo debe hacer con la certeza previa al conocimiento de la causa, es decir, que
cuenta con suficientes fundamentos para su invocación, por estar dados los
extremos necesarios que tal norma exige para ello, y así debe ser expresado, y no
invocarlos sin indicar las razones en que se funda para solicitar su aplicación.
d. Es deficiente el escrito de cargos en que se omita la exposición de los fundamentos
en que se apoya la calificación fiscal.
e. Como puede observarse, la motivación y fundamentación de los escritos fiscales es
un requisito que no puede ser obviado, toda vez que ella determina el que la
actuación del fiscal esté o no ajustada a derecho.

4) Calificación jurídica, con expresión precisa de los preceptos legales aplicables.

La expresión de los preceptos jurídicos aplicables; Esto requiere, por parte del fiscal del
Ministerio Público, una correcta adecuación de los hechos con la norma jurídica contentiva del tipo
penal que considera aplicable al caso concreto, dadas las características del mismo. La expresión
en el escrito de acusación de los preceptos jurídicos aplicables, se traducirá entonces en las
razones de derecho que le dan vida al ejercicio de la acción penal. Esta labor de adecuación de
los hechos para establecer la exacta aplicación de la norma jurídica, es de especial relevancia,
habida cuenta de que la falta de especificación del hecho, con el expreso señalamiento del lugar,
modo, tiempo y demás circunstancias de la comisión del delito, y su adecuación a la norma
jurídica, no sólo afectará el derecho a la defensa del imputado, sino que además será aleatoria al
principio de congruencia que debe existir entre la acusación y la sentencia.

Congruencia entre sentencia y acusación. La sentencia de condena no podrá sobrepasar


el hecho y las circunstancias descritas en la acusación y en el auto de apertura a juicio o, en su
caso, en la ampliación de la acusación.

Por tanto, si no existe en la acusación una descripción circunstanciada del hecho, y su


adecuación a la norma contentiva del tipo penal de que se trate, será imposible dictar una
sentencia válida, ya que ésta sólo podrá recaer sobre los hechos y circunstancias señaladas en la
acusación por el representante del Ministerio Público.

En el ofrecimiento de los medios de prueba que se presentarán en juicio, el juez debe


decidir acerca de la pertinencia y necesidad de la prueba, lo cual se revierte en la obligatoriedad,
para el fiscal del Ministerio Público, de señalar, en forma sucinta y breve, la relación existente
entre el medio de prueba ofrecido y el hecho imputado.

fase preliminar del proceso, no existe actividad probatoria como tal, se trata de meros
elementos de convicción en los cuales, como ya se dijo, sustentará el fiscal su acusación, ya que
su obligación como tal, se dirige a comprobar o al menos establecer la probabilidad de certeza de
la comisión de un hecho punible y la imputación del mismo a quien resultare ser su autor, con
fundamento en la asociación lógica de los hechos con el supuesto de hecho de la norma jurídica y
los elementos de convicción recabados durante la investigación.
Ahora bien, esos elementos de convicción deben ser llevados a juicio, para lo cual debe el
fiscal establecer la relación de cada uno de ellos con el medio de prueba que resulte idóneo para
tal fin.

El fiscal tiene la obligación de ofrecer los medios de prueba que llevará a juicio, lo cual no
debe concretarse al mero señalamiento de las mismas, sino que, también tiene que expresarse en
la acusación el porqué de tal ofrecimiento, a fin de no dejar dudas sobre la necesidad y pertinencia
de su práctica en el juicio oral, dada su relación con el objeto de la investigación y en virtud del
hecho de que, a excepción del incidente que puede plantear ante el juez de sentencia, ésta es la
única oportunidad que tiene el fiscal para ofrecer los medios de prueba, por lo que es de suma
importancia señalar, en el escrito de acusación, su necesidad y pertinencia.

El fiscal o el querellante podrán en su acusación, señalar alternativamente, las


circunstancias del hecho que permitan calificar el comportamiento del imputado en un delito
distinto. Además deberán fijar, el monto de la reparación civil de los daños. Las mismas
exigencias en cuanto a las pruebas y la cuantía tendrá el actor civil respecto de su pretensión.

Presentada la acusación o las otras solicitudes, el juez dentro de las 24 horas pondrá a
disposición de todas las partes las actuaciones y las evidencias, para que puedan consultarlas en
el plazo común de 5 días. Finalizado éste, el juez señalará día y hora para la audiencia preliminar
en un plazo no menor de 3 ni mayor de 15 días.

Facultades y deberes de las otras partes art. 358 CPP. (Leerlo y luego explicar).

Ofrecimiento de prueba, art. 359 CPP.

Para ofrecer prueba testimonial será necesario presentar la lista de testigos, con indicación
del nombre, profesión, domicilio, residencia o el lugar donde puede ser localizado.

Se presentarán también los documentos que no han sido ingresados antes, o se señalará
el lugar en donde se hallan, para que el juez o tribunal los requiera.

Toda clase de prueba será ofrecida con indicación de los hechos o circunstancias que se
pretenden probar, bajo pena de inadmisibilidad.

¿Cómo se oferta un testigo?

La testimonial a cargo de José Antonio Ramos Gutiérrez, quien tiene su domicilio en Paseo
General Escalón número 134 en esta ciudad, quien lo presentaré a rendir su declaración, previa
protesta legal, para el día y hora fijados que tenga lugar la audiencia de juicio. Esta prueba tiene
por objeto que el testigo declare cuáles fueron las circunstancias en que se desarrollaron los
hechos que se le imputan al ahora procesado JOSE LUIS HERNÁNDEZ CRUZ, en la causa
penal al rubro o referencia indicada.

La PERICIAL

A cargo del perito en (DROGAS) ALBERTO JIMENEZ MARTINEZ, quien es de veintinueve


años de edad, técnico en xxxxxxxx, del domicilio de San Salvador, con post grado en xxxxxx,
quien testificará respecto al procedimiento realizado a la sustancia controlada y la forma y manera
en que llegó a la conclusión de que la sustancia se trata de Cannavis Sativa.

Los medios de prueba son ofrecidos en forma escrita, indicando con claridad y precisión:

 De qué medio de prueba se trata: testigo, perito, reconocimiento


judicial, reconstrucción de hechos, careo, etc.
 Se debe indicar el nombre completo, nombres y apellidos de los
testigos y peritos, así como el documento de identidad que el mismo utiliza. Se
debe ser cuidadoso de que coincida el nombre señalado con el que aparece en el
documento relacionado.
 Indicar la forma de diligenciamiento y el hecho o circunstancia que se
pretende probar con cada uno de ellos.
 Para mayor facilidad en el desarrollo de la audiencia preliminar es
conveniente llevar consigo un listado de los distintos medios de prueba a ofrecer y
una copia del mismo para entregar al juez, listado que será de gran ayuda en el
momento de resolver.

El juez admitirá o rechazará la prueba ofrecida para la audiencia. El secretario dispondrá la


organización de la audiencia y la producción de la prueba.

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