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DROGAS ILÍCITAS Y NARCOTRÁFICO.

Rodolfo Benítez Verson, garante de Cuba en los diálogos, fue el encargado de hacer el
anuncio en rueda de prensa sobre la solución al problema de las drogas ilícitas.

Entre los acuerdos logrados, Benitez Verson aseguró que el Gobierno deberá poner en
marcha un programa de sustitución de cultivos de uso ilícito y se elaborarán programas de
prevención del consumo y salud pública. Asimismo, se le dará solución al fenómeno de
producción y comercialización de narcóticos.

"La persistencia de estos fenómenos está ligada a la existencia de condiciones de pobreza,


marginalidad y débil presencia institucional, además de la existencia de organizaciones
criminales dedicadas al narcotráfico", afirmó Verson.

Y agregó que "las políticas que se emprendan deben tener un enfoque territorial, basado en
la participación ciudadana y en la presencia y fortalecimiento de las instituciones,
especialmente las responsables de la atención social y de la seguridad y protección de las
comunidades, para construir soluciones sostenibles y garantizar los derechos de los
ciudadanos y el no resurgimiento del problema".

En términos generales, el Gobierno y la guerrilla de las Farc acordaron la puesta en marcha


de un nuevo Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de uso Ilícito, en
cabeza de la Presidencia de la República, la cual tendrá como objetivo "generar condiciones
de bienestar y buen vivir para las poblaciones afectadas por cultivos de uso ilícito y
eliminar de manera definitiva y sostenible los cultivos de uso ilícito".

Según este acuerdo, el programa debe contribuir al cierre de la frontera agrícola, la


recuperación de los ecosistemas y el desarrollo sostenible.

"Se promoverá la participación efectiva de la mujer y, en general, el fortalecimiento de las


normas del Estado Social de Derecho. De esa manera se asegura una solución sostenible y
definitiva al problema de los cultivos de uso ilícito".

Verson señaló que deberá existir un compromiso pleno de no cultivar ni de estar


involucrado en labores asociadas al cultivo, ni de participar en la comercialización ilegal de
las materias primas derivadas de los cultivos de uso ilícito. En caso de que algunos
cultivadores incumplan los compromisos adquiridos, "el Gobierno procederá a su
erradicación manual, previo un proceso de socialización que tenga en cuenta la información
de las comunidades".

Asimismo, se acordó que la protección de las comunidades, la garantía del derecho a la


vida y el bienestar de la población rural requería también asegurar el desminado, por lo que
el Gobierno y la guerrilla se comprometieron a suministrar información sobre los sectores
donde se encuentren estos artefactos.

Por su parte, Dag Nylander, delegado del Gobierno de Noruega, afirmó que otro de los
acuerdos logrados es en torno a los consumidores de drogas.

En cuanto al consumo, las delegaciones acordaron que el problema requiere un tratamiento


prioritario y se manejará como una política de Estado.

"(comprometiéndose) con la promoción en salud, prevención, reducción del daño, atención


integral e inclusión social de los consumidores", afirmó el delegado.

"Se creará un sistema nacional de atención al consumidor de drogas ilícitas", agregó.

Según Nylander, el programa buscará garantizar el diseño y puesta en marcha de una


política pública, con acciones sostenibles en el tiempo de manera articulada y coordinada
según las competencias de cada institución.

También se acordó establecer los mecanismos necesarios para luchar de manera efectiva
contra el tráfico de insumos.

Al término de este anuncio, Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador del Gobierno,
dijo que la meta acordada con las Farc se basa esencialmente en un programa de sustitución
voluntaria y que el objetivo de este acuerdo era liberar a Colombia de los cultivos ilícitos
así como "trabajar con la gente, trasformar el campo y abrir nuevas oportunidades para los
colombianos rurales".
"Nos sentimos satisfechos con lo acordado porque beneficia a Colombia (...) invito a los
colombianos a participar del proceso de paz con sus propuestas y críticas", afirmó De la
Calle.

El anuncio, que estaba previsto originalmente para el 22 de mayo, se hace el mismo día
que las Farc y el ELN decretaron una tregua unilateral debido a las elecciones
presidenciales del 25 de mayo.

Este es el comunicado conjunto del Gobierno y las Farc

"La Habana, Mayo 16 de 2014

Las Delegaciones del Gobierno y las FARC-EP informan que:

Hemos llegado a un acuerdo sobre el cuarto punto de la Agenda contenida en el "Acuerdo


General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera",
tercero en discusión, denominado "Solución al problema de las drogas ilícitas".

Hemos logrado acuerdo sobre los tres sub puntos del Acuerdo General:

1. Programas de sustitución de cultivos de uso ilícito. Planes integrales de desarrollo con


participación de las comunidades en el diseño, ejecución y evaluación de los programas de
sustitución y recuperación ambiental de las áreas afectadas por dichos cultivos.

2. Programas de prevención del consumo y salud pública.

3. Solución al fenómeno de producción y comercialización de narcóticos.

Lo que hemos convenido, reconoce que para sentar las bases de una paz estable y duradera
en Colombia es necesario encontrar una solución definitiva al problema de las drogas
ilícitas.

Que la persistencia de estos fenómenos está ligada a la existencia de condiciones de


pobreza, marginalidad y débil presencia institucional, además de la existencia de
organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico.
Que la producción y comercialización de drogas ilícitas ha tenido graves consecuencias
sobre la población colombiana, tanto en el campo como la ciudad, afectando el goce y
ejercicio de sus derechos y libertades.

Que el cultivo, la producción y comercialización de las drogas ilícitas han atravesado,


alimentado y financiado el conflicto.

Que el fin del conflicto representa una oportunidad para construir una solución conjunta e
integral al problema de las drogas ilícitas.

Que esta nueva visión implica buscar nuevas alternativas basadas en la evidencia, que
diferencie en su tratamiento el fenómeno del consumo y el problema de los cultivos de uso
ilícito, del problema de la criminalidad organizada asociada al narcotráfico.

Que las políticas que se emprendan deben tener un enfoque territorial, basado en la
participación ciudadana y en la presencia y fortalecimiento de las instituciones,
especialmente las responsables de la atención social y de la seguridad y protección de las
comunidades, para construir soluciones sostenibles y garantizar los derechos de los
ciudadanos y el no resurgimiento del problema.

En particular, se acordó en primer lugar la puesta en marcha de un nuevo Programa


Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, en cabeza de la Presidencia de
la República, cuyos objetivos son generar condiciones de bienestar y buen vivir para las
poblaciones afectadas por cultivos de uso ilícito y eliminar de manera definitiva y
sostenible los cultivos de uso ilícito y la ilegalidad asociada a estos en todo el territorio. El
programa debe contribuir también al cierre de la frontera agrícola, la recuperación de los
ecosistemas y el desarrollo sostenible.

No se trata de tener solamente territorios sin coca, sino también dar garantías plenas a las
comunidades para el ejercicio de sus derechos y libertades.

El Programa hace parte de la Reforma Rural Integral, acordada en el primer punto de este
Acuerdo.
Esta solución definitiva será posible si es el resultado de la construcción conjunta entre
comunidades y autoridades, mediante procesos de planeación participativa,de Planes
Integrales Comunitarios y Municipales de Sustitución y Desarrollo Alternativo, para lograr
la trasformación estructural del territorio, y generar condiciones que les permita a los
cultivadores de coca desvincularse definitivamente de esa actividad y a todos los habitantes
de las zonas afectadas de esos cultivos, gozar de condiciones de bienestar y buen vivir. Se
promoverá la participación efectiva de la mujer y, en general, el fortalecimiento de las
normas del Estado Social de Derecho. De esa manera se asegura una solución sostenible y
definitiva al problema de los cultivos de uso ilícito.

Las FARC-EP participarán en el programa y contribuirán a la solución definitiva del


problema de los cultivos de uso ilícito.

Un principio fundamental del programa es la sustitución voluntaria. La decisión y la


manifiesta voluntad de las comunidades de transitar caminos alternativos a los cultivos de
uso ilícito, es la condición necesaria para garantizar la sostenibilidad de las acciones que se
implementen y la solución definitiva del problema, así como el compromiso del Gobierno
de poner en marcha los planes de asistencia inmediata y los procesos de planeación
participativa para generar condiciones dignas de vida y de trabajo.

Las medidas de apoyo por parte del programa estarán condicionadas al cumplimiento del
cronograma de compromisos adquiridos por los cultivadores en el marco de los acuerdos de
sustitución y no resiembra. Lo anterior en el entendido de que el proceso de sustitución y su
sostenibilidad requieren del apoyo del Gobierno en los términos acordados con las
comunidades. En todo caso deberá existir un compromiso pleno de no cultivar ni de estar
involucrado en labores asociadas al cultivo, ni de participar en las comercialización ilegal
de las materias primas derivadas de los cultivos de uso ilícito.

En los casos donde, en el marco de la suscripción de los acuerdos con las comunidades en
el marco del programa, haya algunos cultivadores que no manifiesten su decisión de
sustituir los cultivos de uso ilícito o incumplan los compromisos adquiridos sin que medie
caso fortuito o fuerza mayor, el Gobierno procederá a su erradicación manual, previo un
proceso de socialización que tenga en cuenta la información de las comunidades.
Pendiente párrafo 4…

La construcción conjunta de soluciones depende también del compromiso de comunidades


y autoridades, en particular de alcaldías y gobernaciones, con la elaboración y puesta en
marcha de los Planes Integrales Comunitarios y Municipales de Sustitución y Desarrollo
Alternativo, en el marco y con el apoyo del Programa.

Para el cumplimiento de sus objetivos, el programa requiere de la provisión de garantías y


condiciones de seguridad para las comunidades y los territorios afectados por los cultivos
de uso ilícito, mediante el fortalecimiento de la presencia institucional del Estado y de sus
capacidades de protección de las comunidades.

Acordamos que la protección de las comunidades, la garantía de derecho a la vida y el


bienestar de la población rural, requieren también asegurar el desminado. Este es un
propósito mancomunado al que contribuirán Gobierno y FARC-EP por diferentes medios y
en lo que corresponda a cada cual, incluyendo el suministro de información.

Para la ejecución de los planes de sustitución se privilegiará la contratación de las


organizaciones comunitarias y se promoverá la generación de empleo en las áreas de
aplicación del mismo.

En cuanto al consumo, este constituye una preocupación creciente de las familias


colombianas y un desafío de la sociedad. Se acordó que requiere un tratamiento prioritario
sobre la base del compromiso y el trabajo conjunto entre las autoridades, la comunidad y la
familia en torno a una política de Estado, más comprometida con la promoción en salud,
prevención, reducción del daño, atención integral e inclusión social de los consumidores
que debe tener un enfoque diferencial y de género con especial énfasis en niños, niñas y
adolescentes.

Esta política se concibe en el marco de un enfoque de derechos humanos y de salud pública


basado en la evidencia.

Se acordó crear un programa de alto nivel para articular las instituciones nacionales y
regionales con competencia en la reducción del consumo y coordinar un proceso
participativo de revisión, ajuste e implementación de una política en esta materia.
El programa busca garantizar el diseño y puesta en marcha de una política pública con
acciones sostenibles en el tiempo de manera articulada y coordinada según las
competencias de cada institución.

Para garantizar la participación de las comunidades, los consumidores y expertos en la


materia, acordamos que se creará una instancia nacional representativa, que coordine dicha
participación y formule unos lineamientos que sirvan como insumo al Programa para el
rediseño de la política nacional frente al consumo sobre la base de análisis territoriales.

Se acordó promover y fortalecer la atención institucional en los territorios en materia de


consumo y elaborar planes participativos que se adecuen a las realidades de cada territorio
y su población, e incluyan acciones para prevenir el consumo basadas en la evidencia, para
reducir el daño y minimizar el impacto negativo del consumo y para ampliar y mejorar el
acceso y la oferta en atención y asistencia cualificada de los consumidores, entre otros.

Un complemento fundamental de la solución al problema de las drogas ilícitas es la lucha


contra la lucha contra la producción y comercialización.

Se acordó que el Gobierno Nacional, en el marco del fin del conflicto, pondrá en marcha
una estrategia de política criminal de alcance nacional con enfoque territorial, que
fortalezca la efectividad institucional y concentre sus capacidades en la investigación,
judicialización y sanción de los delitos asociados a cualquier organización criminal
relacionada con el narcotráfico, en especial aquellas que en los territorios constituyen una
amenaza para la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz. Esto, de forma
paralela a la implementación de una estrategia integral de lucha contra la corrupción.

Adicionalmente, acordamos que se pondrá en marcha una estrategia contra los activos
involucrados en el narcotráfico y el lavado de activos que incluya, entre otros, el mapeo de
la cadena de valor del narcotráfico sobre la base de un nuevo modelo basado en el trabajo
de un grupo de expertos; un nuevo estatuto de prevención y lucha contra las finanzas
ilícitas que permita articular y fortalecer toda la normatividad en la materia en todos los
sectores que se puedan ver afectados por el lavado, sobre la base del trabajo de una
comisión de expertos; rediseño o creación de nuevas instancias de investigación,
supervisión o control financiero de las redes de crimen organizadas asociadas al
narcotráfico; una campaña nacional contra el lavado de activos para generar una cultura de
prevención y rechazo al lavado de activos; puesta en marcha de una nueva estrategia para
garantizar la aplicación efectiva de la extinción de dominio en casos asociados al
narcotráfico.

También se acordó establecer las normas y mecanismos necesarios para luchar de manera
efectiva contra el tráfico de insumos.

Como parte de su compromiso de lucha contra la corrupción, el Gobierno desarrollará una


estrategia integral de lucha contra la corrupción asociada al narcotráfico, sobre la base de
las recomendaciones de expertos que incluya el establecimiento de grupos
interinstitucionales para atacar las distintas expresiones de la corrupción y sus responsables
y contribuir a mejorar el desempeño institucional.

Se acordó que el Gobierno promoverá en el marco del fin del conflicto, una conferencia
internacional en el ámbito de la ONU para hacer una evaluación objetiva de la política de
lucha contra las drogas y avanzar en la construcción de consensos en torno a los ajustes que
sea necesario emprender, teniendo en cuenta la perspectiva y la responsabilidad compartida
entre países productores y consumidores.

Por último, acordamos que todo lo anterior solo es posible con el compromiso efectivo de
todos:

•El compromiso del Gobierno Nacional de poner en marcha las políticas y programas de
este punto, de intensificar y enfrentar de manera decidida la lucha contra la corrupción en
las instituciones causada por el problema de las drogas ilícitas, y de liderar un proceso
nacional eficaz para romper de manera definitiva cualquier tipo de relación de este flagelo
con los diferentes ámbitos de la vida pública.

•El compromiso de las FARC-EP de contribuir de manera efectiva, con la mayor


determinación y de diferentes formas y mediante acciones prácticas con la solución
definitiva al problema de las drogas ilícitas, y en un escenario de fin del conflicto, de poner
fin a cualquier relación, que en función de la rebelión y en razón del conflicto, se hubiese
presentado con este fenómeno.
•El Gobierno Nacional y las FARC-EP manifiestan su firme compromiso con la solución
definitiva al problema de las drogas ilícitas.

•El compromiso de toda la sociedad en su conjunto, incluyendo sus diferentes formas de


organización política o social, de rechazar toda relación con el problema de las drogas
ilícitas y los dineros provenientes del mismo.

• Por último, la construcción de una paz estable y duradera supone la disposición por parte
de todos de contribuir con el esclarecimiento de la relación entre el conflicto y el cultivo, la
producción y la comercialización de drogas ilícitas y el lavado de activos derivados de este
fenómeno, para que jamás el narcotráfico vuelva a amenazar el destino del país.

Lo convenido hasta ahora forma parte de un acuerdo más amplio que esperamos lograr
prontamente el cual contiene seis puntos.

Recordamos que uno de los principios que guían La Mesa de Conversaciones es que "Nada
está acordado hasta que todo esté acordado". Esto significa que los acuerdos que se
construyen, están condicionados a un pacto sobre la totalidad de la Agenda y que se pueden
ajustar y complementar.

Resaltamos el aporte de la Oficina de Naciones Unidas en Colombia y el Centro de


Pensamiento Para la paz de la Universidad Nacional en la organización de los foros que se
realizaronsobre este tema de cultivos ilícitos.

Agradecemos a los miles de colombianos y colombianas, y organizaciones sociales que nos


han hecho llegar sus propuestas y opiniones sobre los puntos de la Agenda a través de los
foros, la Página Web o los formularios que están disponibles en alcaldías y gobernaciones.
Todas y cada una de estas propuestas han sido recibidas, leídas y tenidas en cuenta por las
delegaciones en La Habana.

Queremos agradecer a Cuba y Noruega, países garantes de este proceso, por su apoyo y por
el ambiente de confianza que propician. Igualmente agradecemos a Chile y Venezuela,
países acompañantes, a quienes las delegaciones informan periódicamente sobre la marcha
de los diálogos.
Estos cuatro países conforman un grupo de naciones amigas del proceso que valoramos de
manera especial, al igual que agradecemos las expresiones de apoyo de otras naciones,
organismos y líderes internacionales.

Estos acuerdos fundamentales son el resultado del intenso trabajo realizado a fondo por
ambas Delegaciones, pensando siempre en el anhelo de paz de los colombianos."

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