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I.- INTRODUCCIÓN.

1.- La Raíz del Problema.

Desgraciadamente, los jóvenes de nuestro país no han desarrollado el


“don” de la palabra.

El vocabulario es cada vez más pobre: No emplean más de ¡600 palabras!,


de las más de 500 mil disponibles en todo el mundo hispano parlante (Ojo, no confundir
la cantidad de palabras que se usan, que la cantidad de palabras que se entienden). Las
“muletillas” están a la orden del día. La “lógica” discursiva es elíptica y caótica. No
existe, casi en absoluto, la capacidad de razonar y argumentar...

Esta penosa realidad, es una de las razones que ha motivado el “Proyecto


Platón”. Es imperativo enseñar a los jóvenes a emplear el lenguaje, con sus múltiples
posibilidades, de manera eficiente.

El Proyecto Platón pretende enseñar a los estudiantes a debatir. Pero, a


debatir con todas las herramientas posibles que nos brinda el lenguaje.

En lo específico, esta iniciativa pretende implementar un programa de


capacitación, sobre técnicas de debate, para los profesores y alumnos de la enseñanza
media, de colegios ubicados en las comunas de Maipú y de la Florida.

Esta actividad obedece a la necesidad de desarrollar y potenciar


habilidades cognitivas y dialécticas en los alumnos. Aspectos fundamentales en el
desarrollo educativo y personal de los adolescentes a quienes se dirige esta iniciativa.

2.- Objetivos del Proyecto Platón.

2.1. Potenciar el desarrollo de equipos de debate, como una actividad permanente al


interior de los colegios que sirva de base para el desarrollo y perfeccionamiento de
habilidades comunicacionales de los alumnos.
2.2. Enfatizar el uso adecuado del lenguaje individual, la capacidad de argumentar,
discusión racional, manejo y transmisión de la información, y oratoria.
2.3. Crear espacios reflexivos, dentro de los cuales los alumnos sean capaces de
analizar crítica, racional y argumentadamente, la realidad social contingente.
2.4. Potenciar el desarrollo del conocimiento, a través del uso adecuado de la palabra.
2.5. Incentivar el trabajo en equipo de investigación, lectura, y debate.

3.- Beneficios del Proyecto Platón.


3.1. Si se logran los objetivos descritos, se obtendrán resultados favorables en el
desarrollo de las competencias argumentativas y discursivas de alumnos y
profesores.
3.2. Se potenciará el manejo eficiente del lenguaje.
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3.3. Los ejercicios prácticos que se realizarán a lo largo del curso, redundarán en el
refuerzo de la autoestima y desplante, de quienes, enfrentados a un público,
demuestran timidez, al defender sus puntos de vista.

4.- El origen de la Oratoria o Retórica.

La comunicación... Ese conjunto de actos, palabras o gestos que venimos


realizando, aún desde antes de nacer; ha sido motivo de reflexión constante entre los
seres humanos.

Sin embargo, a lo largo de la historia, son pocos los intentos por


comprender y sistematizar este proceso teóricamente. Tal vez, porque estamos tan
inmersos en el hecho cotidiano de comunicarnos - si es que nos comunicamos - que nos
cuesta mucho reflexionar acerca del porqué o cómo lo hacemos.

Uno de los primeros intentos por entender o -más bien- definir cómo
funciona el proceso comunicativo, nación en el siglo V a.c. y se denominó “Arte de la
Retórica”.
En términos generales, la Retórica es el arte de la persuasión mediante la
palabra. Una técnica tal que -al ser aplicada al discurso- permite convencer al oyente;
incluso, si aquello de lo que hay que persuadir, es falso.

Sobre este punto, es importante reflexionar. Ya desde las primeras técnicas


que el hombre descubre y organiza, en función de persuadir por medio del lenguaje;
aparece el dilema ético, que sólo puede resolver la conciencia de quien aplica dicha
técnica, en función de un propósito definido: “Convencer al oyente, incluso si aquello de
lo que hay que persuadirlo, es falso”.

En un sentido amplio, la Retórica fue una disciplina que reinó en


occidente, desde el siglo V a.c., hasta fines del siglo XIX d.c., cuyo objeto de estudio fue
el efecto persuasivo del lenguaje.

Es decir, cuando hablamos de Retórica, NO estamos hablando del proceso


comunicativo en su totalidad; si no, de aquella parte de él, que hoy denominamos
“comunicación persuasiva”. Si lo miramos desde nuestra propia experiencia, veremos
que no siempre nos comunicamos con un objetivo tan preciso como “convencer al
oyente”. Por lo tanto, podemos deducir que la totalidad del proceso de la comunicación,
es mucho más complejo y fascinante. Hoy, sólo comenzaremos a conocer UNO de sus
aspectos.

La presente iniciativa lleva por nombre Proyecto Platón, nombre del


conocido filósofo, discípulo de Sócrates y por boca de quien, este último se hiciera
popular, al emprender la no menor tarea de recopilar y escribir la obra de su maestro
quien, en vida no dejara nada escrito.
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La obra de este insigne filósofo ateniense se divide en 3 grupos de
diálogos: Juveniles, Intermedios y Últimos. Ahora bien, qué es un ¿Diálogo? Y, ¿Cuál es
su relación con el tema que nos convoca?: ¿la argumentación?

La palabra diálogo proviene del latín dialogus y expresa la plática, entre


dos o más personas, que manifiestan sus ideas o afectos. Constituye una forma de
expresión, de un modo de pensar dialéctico.

En el diálogo hay por lo menos dos logoi. Razones, que se contraponen


entre sí, sin que necesariamente ambas posiciones sufran un desplazamiento y alcancen
un principio de acuerdo en el desacuerdo. Cuestión que sí sucede, en un proceso
dialéctico. Por lo tanto, el proceso dialéctico siempre supone la presencia de un diálogo.
Pero, no todo diálogo es dialéctico.

Tanto en “La Apología” como en “El Critón”, se describen los dramáticos


episodios que antecedieron a la muerte de Sócrates, maestro de Platón. En “El Critón”, a
través de un diálogo cargado de emotividad, éste expone una serie de argumentos en
razón de los cuales la fuga de Sócrates y su salvación de la pena de muerte, constituirían
actos moralmente no reprochables.

Sócrates, por su parte, contra-argumenta con una vehemencia y convicción


admirables, y acaba por convencer a su amigo de que, lo más justo y adecuado a las leyes
de la polis, es acatar la sentencia que lo condena a la pena capital.
Hemos enunciado que los diálogos platónicos están cargados de
argumentos y contra-argumentos, estableciendo una relación lógica entre estos
conceptos. Analicemos ahora, ¿Qué es un argumento? y ¿En qué consiste argumentar?

El sentido más general del término argumento (del latín argumentum) es el


razonamiento mediante el cual se intenta probar o refutar una afirmación, convenciendo a
alguien, de la verdad o falsedad de la misma. A este respecto se emplea también el
vocablo argumentación.

Cuando se habla de argumento se puede también considerar:

• Lo que Aristóteles llamaba también “pruebas dialécticas”, por medio de las cuales
se intenta refutar a un adversario o convencerlo de la verdad de la opinión
mantenida por el argumentador.
• Razonamiento, o pseudo razonamiento encaminado -ante todo- al conocimiento o
la persuasión.

Es importante enfatizar que, a muchos siglos, podemos ver -a través de un


conjunto de personas que organizaron su experiencia, esta serie de técnicas- de qué
modo, en el proceso de persuasión, se entrecruzan múltiples elementos del proceso
comunicativo.
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Además, con los siglos, las diferentes partes que componen la Retórica se
fueron fundiendo en la literatura, la gramática, la psicolingüística y muchas otras áreas y
materias que hoy son nuestro objeto de estudio.

• ¿Cómo y dónde nació la retórica?


• ¿Quiénes eran los hombres que recurrían a ella?

Históricamente, las raíces de esta TÉCNICA se remontan a Sicilia. Había


allí muchos juicios populares en los cuales, los ciudadanos tenían que defenderse a sí
mismos, sus causas y sus derechos. Muchas veces, de la capacidad de persuadir a los
jueces, dependía la vida de un acusado, en dichos juicios.

Como esta “habilidad” era importante, rápidamente, quienes la manejaban,


hicieron de ella un medio de subsistencia. Aparecieron, entonces, personas que se
especializaban en el Arte de Hablar en Público. Y, también aparecieron, aquellos que
cobraban por redactar discursos.

Igual importancia adquirió la capacidad de convencer, para los


comerciantes y políticos. Así, lentamente, esta práctica que surgió como forma de vivir
en esas comunidades; comienza a convertirse en una “Ciencia”, con forma y estructura
propia.

Córax, un estudioso Siciliano, fue el primero en establecer ciertas reglas


claras, al definir las partes de que constaba un discurso. De acuerdo a este autor, eran
cinco: a) Exordio b) Narración c) Argumentación d) Digresión y e) Epílogo.
Él y otros autores sicilianos, establecieron que el objetivo de la Retórica
era el de persuadir. Y que, esta persuasión provenía de lo “verosímil”.

Al hablar de lo verosímil, se referían NO a la verdad absoluta; Si no, más


bien, a la verdad “aparente”. Aquella que hacía que el orador fuera CREÍDO y seguido
por quienes lo escuchaban.

Fue Georgias, Embajador de Atenas, el que introdujo la Retórica entre los


Griegos, hacia la mitad del s. V a.c. Él era un brillante orador. “Capaz -según cuentan los
cronistas de la época- de cambiar la apariencia de los hechos, mediante la fuerza de su
discurso". Importante habilidad para un diplomático.

La democracia griega fue el terreno más apropiado para el desarrollo de la


Retórica. El discurso era un instrumento político y el “Arte de Hablar”, un medio para
conquistar y conservar el poder.

Paralelamente, la Retórica se convirtió en el “Arte de los Sofistas”. Ellos,


fanfarroneaban con su habilidad en el uso del lenguaje, como instrumento de persuasión.
Sin comprometerse con ninguna causa, decían ser maestros de la elocuencia y capaces de
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hacer -a cualquier persona- cambiar de opinión. Hábiles en el arte de persuadir, podían,
según decían, transformar la peor causa, en la mejor.

Es evidente que este enfoque plantea un problema ético. Los sofistas de


ayer, serían hoy, aquellos comunicadores que no poseen ningún parámetro moral:
Dispuestos a manipular las conciencias de las personas, en cualquier sentido; Sin otro
objetivo que el propio provecho.

Platón criticó duramente este abuso del Arte Retórico y planteó que
existían DOS clases de Retórica: Una FALSA y otra AUTÉNTICA. La auténtica Retórica
-según Platón- era la RETÓRICA del DERECHO, cuyo objetivo sería la búsqueda de la
verdad y el bien. Ésta era la retórica filosófica, basada en la búsqueda de la sabiduría y la
virtud.

Para Platón, la forma fundamental del discurso era el diálogo, en función


de encontrar la verdad y el pensamiento compartido...

5.- El Enfoque Platónico.

Al estudiar este enfoque, consideraremos 3 elementos:

• Marco General.
• Estructura interna.
• Etapas de argumentación.

5.1. Marco General.

En el caso que se analiza estamos en presencia de una forma de


argumentación oral espontánea, donde opinión y razones se expresan verbalmente. A este
componente del marco se le denomina modalidad.

Encontramos también un tema sobre el que se habla: La condena a muerte


de Sócrates.

Otro de los componentes del marco general, son los participantes de la


argumentación, quienes desempeñan distintos roles.

En términos generales, Critón es quien, en un comienzo, conduce la


argumentación, tratando de convencer a Sócrates sobre la validez de la tesis planteada: la
huida. Por su parte, Sócrates adopta un rol activo en el diálogo, formulando preguntas y
contra-argumentando.
Además de estos factores, el marco incorpora características del contexto
en que tiene lugar la argumentación y que pueden ser importantes para entender porqué
se argumenta sobre un tema específico y de un modo particular.
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En el caso que se analiza, la argumentación ocurre en la madrugada, antes
del cumplimiento de la sentencia que condenará a muerte a Sócrates y en la celda, en
donde permanece privado de libertad.

Estos factores condicionan el desarrollo del diálogo y los argumentos


vertidos: el tiempo es poco, sólo restan unas horas para el dramático desenlace. Critón ha
conseguido la entrada a la prisión, mediante un engaño al celador. Sólo dispone de un par
de horas para llevar a cabo su cometido.

En este caso, todos estos factores de contexto juegan un rol fundamental


en el desarrollo de la argumentación y la condicionan de un modo tal, que acaban por
determinar el resultado del diálogo.

5.2. Estructura Interna.

Para tratar de convencer a Sócrates, Critón emplea un razonamiento:

El 1º componente de éste lo constituye la tesis: La condena a Sócrates es


injusta y por ello debe huir. Una tesis es una proposición u opinión sobre algún tópico,
que se mantiene con razonamientos. En ningún caso representa una afirmación
necesariamente verdadera; sino que, resulta abiertamente debatible: Sócrates puede estar
de acuerdo con lo que señala Critón, o discrepar al respecto y, aún cuando esté de
acuerdo, puede discrepar en los razonamientos que sirven de fundamento a la tesis. Toda
tesis tiene, en cualquier caso, su contraria llamada antítesis.

5.2.1. Dado que Critón debe convencer a Sócrates para que huya, emplea bases
que apoyan su razonamiento:

5.2.1.1. La condena es injusta y se funda en hechos falsos, por ello la huida es una
opción válida y no reprochable desde el punto de vista moral.
5.2.1.2. Es preciso huir, y arrastrar en la huida a la familia, pues de esa forma los
hijos de Sócrates no perderán a su padre.
Critón elige los argumentos en función de su interlocutor y del contexto en
que el diálogo se desarrolla, entregando una serie de fundamentos que sirven
de apoyo a su razonamiento.

Cuando Critón señala que la condena a muerte, basada en hechos falsos,


como la acusación de corromper a la juventud e introducir nuevos dioses a la polis; es
injusta. Por ello, se hace inminente la fuga. Pretende convencer a Sócrates, emitiendo un
razonamiento que, a su juicio, resulta más válido que ningún otro: salvar la vida está por
sobre la obediencia a la ley.

Pero, Sócrates rechaza el argumento de Critón y contra-argumenta a su


favor:
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5.2.1.3. Ante todo, le resulta consecuente obedecer la ley, aún reconociendo que la
sentencia que le condena es injusta.
5.2.1.4. Ante la fuerza de tal argumento, Critón recurre a razones emotivas: El
cuidado de la familia.
5.2.1.5. Pero, nuevamente Sócrates, con una vehemencia arrolladora, invierte el
argumento de Critón:
5.2.1.6. Si él creció, se educó y enseñó bajo las leyes de la polis y, cuándo lo hacía,
éstas no le parecían injustas. Más aún, siempre estimó que ellas se debían
obedecer, por el valor de seguridad social que conllevaban. ¿Cómo entonces
explicará a sus hijos y a quienes solían escucharle y seguir su ejemplo, que
nada de aquello ahora tiene valor, y que esas mismas leyes se han
transformado en mandatos injustos, que merecen desobediencia?
5.2.1.7. Para dejar suficientemente clara la relación que existe entre la tesis y las
bases, Critón explicita una serie de garantías que van unidas a ellas: las
sentencias injustas no deben ser obedecidas, pues no cabe reproche moral
por la no observancia de una norma injusta. Asimismo afirma que es
preferible salvar la vida, en lugar de morir como héroe.

Puede advertirse que Sócrates es quien, tras escuchar las razones de Critón
y exponer sus argumentos, contribuye de manera trascendental al desarrollo del diálogo,
determinando y condicionando también su final.

5.2.1.8. Por último Critón entrega respaldos a Sócrates que apoyan sus garantías. No
obstante, éstos resultan débiles, insuficientes e inconsistentes, frente a la
racionalidad y consecuencia avasalladora de los argumentos de Sócrates.

Y es que los respaldos de Critón se basan en aspectos puramente emotivos


tanto que, mientras Critón persuade, Sócrates convence.

5.3. Etapas de la argumentación.

Finalmente podemos reconocer distintas etapas en la argumentación:

5.3.1. Primero hay una introducción en que se plantea el tema: La condena a muerte de
Sócrates fundada en una sentencia por corrupción de jóvenes e introducción de
nuevos dioses a la polis. La tesis de Critón es que las sentencias injustas no deben
cumplirse, y por ello propone a Sócrates la huida.
5.3.2. Luego, hay un desarrollo, en donde se entregan las bases a favor de la tesis.
Encontramos aquí los contra-argumentos de Sócrates, y el del diálogo, hacia un
curso que Critón no esperaba. Es más, desconocía completamente.
5.3.3. Por último encontramos una conclusión: Critón, vencido ante la racionalidad y
fuerza de los argumentos de Sócrates advierte que, lo más consecuente con las
enseñanzas del filósofo, es aceptar su muerte, que se presenta como algo
inminente.
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6. El discurso argumentativo.

El tema ha de ser controversial o polémico y ha de permitir diversos


puntos de vista o enfoques; de modo que, los interlocutores, puedan sostener variadas
formas de resolución del problema en cuestión. La finalidad de este tipo discursivo, es
convencer o persuadir a nuestro interlocutor de la validez de lo que se dice. Es decir, se le
puede convencer con razones o bien, se le puede persuadir por medio de los afectos para
que adhiera a un punto de vista, o para que modifique sus opiniones o comportamiento.

Los interlocutores de esta situación comunicativa, son ambos protagonistas


de ella (emisor-receptor), puesto que manifestarán una determinada posición frente al
tema polémico. El discurso argumentativo posee un carácter eminentemente dialógico,
puesto que obliga al emisor y al receptor a confrontar sus posiciones y argumentos.

El canal, el medio por el cual se transmite el mensaje, nos dirá cómo se


realiza la argumentación, lo que será de gran importancia a la hora de evaluar su calidad.
Puede tratarse de situaciones comunicativas orales o escritas o bien a través de los
medios de comunicación social. El contexto de producción de un discurso argumentativo,
o sea, el momento y el lugar en donde se realiza, será también parte determinante de su
calidad; también el grado de formalidad de la situación, el tiempo del que se dispone, etc.
Algunos autores plantean que se puede definir los tipos de argumentación, según sean los
objetivos que se persigan:

CONVENCER

• Proceso racional y reflexivo


• Supone un receptor activo.
• Prima la razón.
• Ámbito de las ciencias y el conocimiento

PERSUADIR

• Proceso irracional e irreflexivo


• Receptor pasivo
• Priman los “motivos” sobre las razones.
• Ámbito del gusto y las convicciones.

Ahora bien, argumentar supone un proceso mental de razonamiento. Sin embargo, esto
nos supone una pregunta básica: ¿Es lo mismo razonar que argumentar?

7.- Razón, Razonar y Razonamiento.

7.1. Razón.
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Llamamos razón a una cierta capacidad que tiene el hombre para discurrir.
O sea, para desarrollar un estado mental que pueda explicar una creencia, apoyar un
deseo, dar sustento a una preferencia o justificar una acción o decisión cualquiera.
Aunque, también llamamos razón o razones, al resultado que se obtiene de
poner en marcha esa capacidad de discurrir. Es decir, llamamos razón, tanto a la
capacidad de reproducir ciertos argumentos o demostraciones; como a los propios
argumentos y demostraciones que resultan, luego de haber utilizado esa capacidad.

En el primero de estos dos sentidos, o sea como capacidad de discurrir,


aparece empleada la palabra razón. En el segundo sentido cuando decimos, “Pedro tenía
una razón para actuar del modo que lo hizo”.

7.2. Razonar.

Ahora bien razonar es un verbo que designa una acción que es algo más
que discurrir, razonar. Es, también, exponer y aducir razones.

En un alcance como este, vemos fundamentos para distinguir entre razonar


y argumentar

7.2.1. “Razonar” designa un proceso puramente interior del sujeto. No conlleva la


segunda. Es decir se puede razonar sin argumentar o, si se prefiere, se puede tener
razones y no comunicarlas.
7.2.2. En cambio “argumentar” designa la acción de comunicar razones previamente
discurridas por el sujeto. Lleva implícita la primera.

Si razonar se entiende restrictivamente, como la mera acción de discurrir o


producir internamente razones para algo; razonar no es lo mismo que argumentar. Pero si
razonar es el sentido amplio de discurrir razones y comunicarlas; entonces, razonar es lo
mismo que argumentar. De este modo, argumentar es una acción que efectuamos por
medio del lenguaje, de lo que se concluye que una de las funciones del lenguaje es
argumentar. O sea, producir razones a favor de lo que decimos, mostrar qué razones son
pertinentes y por qué, rebatir otras razones que justificarían una conclusión distinta, etc.

7.3. Razonamiento.

Esta palabra designa la acción y el efecto de razonar. Se trata de una


operación que consiste en discurrir y dar razones.

Así, un razonamiento es una serie ordenada de conceptos destinados a


demostrar una cosa, a persuadir a otro, a dar base suficiente a una preferencia o decisión
cualquiera.
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Es, como dice Manuel Atienza, un encadenamiento de proposiciones,
dispuestas tal manera que, de una de ellas (las premisas) se desprenden otras (las
conclusiones).

II.- EL PROCESO DE COMUNICACIÓN.

Como es obvio, todo razonamiento implica comunicación. Y, uno de los


grandes problemas que existen para ser eficientes, en el proceso persuasivo, es que no se
conoce cabalmente todo lo que implica el proceso de la comunicación humana, con cada
uno de sus elementos.

1.- Definición.

Es el proceso de pensamiento y expresión, a través del cual


intercambiamos información, establecemos compromisos y manifestamos nuestras
emociones, mediante el uso de la palabra (oral y escrita) y de los gestos. Gracias a la
comunicación conseguimos relacionarnos con otros y logramos, de mejor forma, lo que
nos proponemos.

Reiteramos, para poder ser eficientes en el proceso persuasivo, dentro del


contexto del Proyecto Platón, dentro de un contexto profesional o personal; es
imprescindible conocer y manejar integralmente un modelo de comunicación que permita
distinguir y aplicar, cada uno de sus elementos.

Por esta razón, a continuación se desarrolla un modelo de comunicación


“funcional”. O sea, que está al servicio de la aplicación comunicativa y, no meramente
para teorizar o aprendérselo de memoria. En este caso, está al servicio de un objetivo
pedagógico.

2.- Modelo Funcional del proceso de Comunicación Humana.

¿Para qué sirve un modelo de comunicación? Muy simple, es como un


mapa. El mapa de la ciudad de Santiago NO es la ciudad de Santiago. Pero, representa la
ciudad y nos permite ubicarnos en ella. En el mapa de Santiago, NO aparecen los árboles
de tu calle, la panadería de la esquina o el maravilloso olor de la primavera... Pero sí, se
representan las calles, los cerros, el río, los puentes... Usando, entonces, el mapa, puedes
guiarte y explorar la ciudad. Sin embargo, es necesario tener presente que existen
DISTINTOS tipos de mapas, con objetivos distintos. Que muestran DISTINTAS
COSAS. Mapas físicos, políticos, ecológicos, turísticos, etc.

Como se dijo, cada ciudad posee mapas diferentes. Distintas calles,


organización urbana, distribución, sistemas de transporte, etc. Pero, en definitiva, todas
las ciudades poseen RASGOS COMUNES. Todas poseen calles (¿Podría funcionar una
ciudad, sin calles?). Todas poseen sistemas de transporte y evacuación de aguas lluvia,
etc.
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El presente es un modelo estrictamente pedagógico, y su propósito


fundamental es que los estudiantes tengan una especie de “mapa” que les oriente en sus
propios procesos comunicativos.

Este modelo está compuesto por doce elementos y, en general, están


incluidos casi todos los elementos que se describen en otros modelos, de distintos
autores.

I(p) F E C C M C/M D R E FB

Condiciones

El significado de cada una de estas “partes” o elementos, es el siguiente:

I (P) Intención o propósito para comunicar.


F Fuente (s) de información (es).
E Emisor.
C Codificador.
C Código.
M Mensaje.
C/M Canal o Medio de comunicación.
D Decodificador.
R Receptor.
E Efecto.
F.B. Feed Back, Retroalimentación o Retrocomunicación.
C Condiciones.

2.1. I (P) Intención o propósito.


Cualquier comunicación humana, siempre implica algún tipo de propósito
o intención o, si se prefieren, un objetivo que se pretende alcanzar, como resultado de la
acción de comunicar. Intenciones y propósitos son inconmensurables. Hay buenas y
malas intenciones; hay objetivos loables, propósitos altruistas y también propósitos
inenarrables.

Por lo tanto, en este texto, sólo ilustraré con dos tipos de ejemplos, con el
fin de poder comprender a cabalidad, cada una de estas “partes” o elementos del modelo,
de la siguiente manera:

• Aplicaré el modelo, a una comunicación de tipo publicitaria (Abreviado como


“Pu”). Porque, junto con la propaganda, son dos disciplinas que están cercanas al
Proyecto Platón. Vale decir, debatir, para convencer y/o persuadir a determinados
receptores.
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• También, ejemplificaré con la actividad del periodista (Abreviado como “Pe”), con
el fin de que se conozca la diferencia entre comunicación “informativa” y
comunicación “persuasiva”.

2.1.1. Para el Publicista (Pu), la intención o propósito es crear, cambiar o enfatizar,


actitudes de compra, de productos o servicios.
2.1.2. Para el Periodista (Pe), la intención o propósito que, por lo demás debería
enseñarse en las escuelas de periodismo, es: Informar, veraz, objetiva y
oportunamente, además de educar y entretener (“Esto último se denomina también,
magazine”).

2.2. (F) Fuente(s) de Información.

El segundo elemento del modelo, es la Fuente o Fuentes de información.


Con el propósito de ilustrar mejor este punto, permítanme aludir al segundo “Pecado
Capital del Mal Comunicador” ¡¡¡Sin buena información, no hay buena comunicación!!!
Sobre todo en un debate, donde los argumentos que se esgrimen, deben estar sustentados
en MUY BUENA INFORMACIÓN.

En cualquier tipo de comunicación, por muy trivial que sea, siempre


“sacamos” la información de “alguna parte”. Por ejemplo, en primer lugar, está nuestra
experiencia de vida. Todo lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra existencia, ES
fuente de información (buena o mala), para las comunicaciones que establecemos. Pero,
es importante establecer que, a veces, las fuentes que conocemos o manejamos, no
siempre son buenas y, entre otras posibilidades, pueden afectar nuestra imagen.

Por ejemplo, si un estudiante “aprendió” que se decía: “hubieron”


(...muchos alumnos ese día), o “Nadien” (fue a clases); o, pronuncia ciertas palabras con
la “ceashe” o, “muestra la hilasha” en cualquiera de sus formas; Ese alumno, tiene muy
malas fuentes de información y, por lo tanto, los demás se formarán una muy mala
imagen. Lo cual puede traer como consecuencia que: No hagan trabajos con él, que lo
discriminen, que lo “pelen”, etc. ¡¡Cuidado, entonces con lo que proyectamos, con el
buen o mal empleo del lenguaje (oral, escrito, vestimentario, etc.)!! Cabe aconsejar,
entonces, que: Hay que evitar el “Pecado mortal” de la autorreferencia. ¡Pidamos opinión
a aquellos que nos quieren, acerca de ¿“Cómo lo estamos haciendo”?... (cualquier cosa
que sea la que se está haciendo). Hay que buscar información, aunque no se sepa que la
necesitamos

Reiteramos, cualquier cosa que hagamos: Hablar, escribir, vestirse, tipo de


opiniones, vocabulario, maquillaje, muletillas, etcétera; Hay que hacerlo bien. No
obstante, como muchas veces no tenemos conciencia del error, debemos pedir opinión.
Pero, las personas siempre pensamos que “lo hacemos bien”: Que somos
inteligentes, simpáticos; que tenemos buen gusto, etc. (Es decir, somos auto-referentes).
Por cuanto, seguir haciendo algo que pensamos que está mal, es TONTO. Pero, como
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pensamos que “lo estamos haciendo bien”, seguimos haciéndolo. Con todas las
consecuencias que, muchas veces, no tenemos idea de lo que provocamos en los demás.
Así, perfectamente, podemos NO darnos cuenta de que estamos siendo
catalogados (aunque no nos lo digan) como: majaderos, tonto, rotos, flojos, patanes,
egoístas, competitivos, etc. etc.

O, por el contrario, si tenemos conciencia y manejo eficiente de nuestras


emisiones comunicativas, podemos ser catalogados como “inteligentes, cultos,
entretenidos, etc.”.

Pero, en fin, en esta parte del modelo, nos encontramos con que, las
Fuentes clásicas de información para el publicista, son las siguientes:

2.2.1. Posibles fuentes de Información para el Publicista:

2.2.1.1. El Cliente.
2.2.1.2. El Mercado.
2.2.1.3. Los Consumidores (Perfiles, Estudios motivacionales, etc.).
2.2.1.4. Archivos y bancos de datos del mercado.
2.2.1.5. Archivos propios.
2.2.1.6. Experiencia de vida, etc.

Para el periodista, en cambio, las fuentes, son cualitativamente distintas,


porque ejerce una distinta profesión (actividad), porque de acuerdo a su profesión sus
propósitos son otros, etc.

2.2.2. Posibles Fuentes de Información para el Periodista:

2.2.2.1. Su propia experiencia de vida.


2.2.2.2. Los testigos del hecho noticioso.
2.2.2.3. Agencias noticiosas.
2.2.2.4. Archivos.
2.2.2.5. Fuentes confidenciales.
2.2.2.6. Otras.

2.2.3. Fuentes de información para un debate:

2.2.3.1. Enciclopedias.
2.2.3.2. Libros especializados.
2.2.3.3. Revistas especializadas.
2.2.3.4. Expertos y líderes de opinión.
2.2.3.5. Internet.
2.2.3.6. Otras.

2.3. (E) Emisor.


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En la vida cotidiana, el emisor es aquella persona que tiene la intención de


comunicarse con otra(s).

2.3.1. Pero, en el área profesional, la cosa cambia. El emisor de los mensajes


publicitarios es el cliente que contrata los servicios de la agencia de
publicidad. O sea, la empresa u organización para la cual el publicista está
trabajando: sea la empresa o los productos (marcas) de la misma.
2.3.2. En el caso de los mensajes periodísticos, el emisor de los mensajes
periodístico, es el mismo MEDIO de comunicación específico para el cual
trabaja el periodista. A este medio de comunicación específico, en adelante
llamaremos “SOPORTE”, para diferenciarlo del conjunto de los MEDIOS de
comunicación de distinto tipo. Así, entonces, en el MEDIO de comunicación
REVISTAS, algunos SOPORTES, pueden ser: Caras, Buen Hogar, El Peneca,
Vanidades, Don Balón, etc.
2.3.3. El emisor en un debate.

En el caso de un debate:

2.3.4. Si se trata de un debate entre dos antagonistas, entonces, el emisor es cada


uno de ellos, respectivamente.
2.3.5. Si se trata de un debate entre equipos representantes de algún colegio, el
emisor es el Colegio.

2.4. (C) Código.

Se entiende por código, cualquier sistema de signos. (Ojo con el


concepto de sistema, es vitalmente importante). Por ejemplo, como ya se dijo, existe el
código lingüístico (hablado y escrito). Cada uno de ellos tiene sus propias peculiaridades;
También existe el código icónico (de imágenes), el código gestual o kinético; el código
del tránsito, braille, sonoro, musical, vestimentario, etc. Y, por supuesto, todos los
códigos y sub-códigos involucrados en el acto oratorio o de debate. Enfatizo la palabra
SISTEMA, porque, en su más básica definición, un sistema “es un conjunto de elementos
INTER-RELACIONADOS”.
Por ejemplo, en el caso del lenguaje hablado, en primer lugar, LETRAS
(sonidos) que se van combinando unas con otras, para conformar palabras. Luego, dichas
palabras y unidades gramaticales, se van combinando entre sí, para conformar oraciones;
Estas oraciones y expresiones, se van conformando entre sí, para conformar textos
(frases, argumentos, razonamientos, etc.), y así, suma y sigue. Es, por lo tanto UN
SISTEMA con muchas “partes” inter-relacionadas.

Esto es muy importante para, más adelante, entender otros sistemas


comunicativos: Kinética, Proxémica, código vestimentario, código protocolar, etc. La
comunicación contribuye significativamente en la obtención de un trabajo. Es más, la
imagen personal (vestimenta, colores, moda, cuidado personal, olores). Es la primera
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carta de presentación frente a un futuro empleador. De esta manera, una presentación
adecuada constituye un mensaje para nuestro entrevistador. Además de nuestra presencia
personal, la utilización de un tono de voz apropiado, los gestos discretos pero elocuentes,
que apoyen nuestras palabras y una postura corporal que transmita seguridad y respeto
hacia el otro; juegan un papel importante en la impresión favorable que queremos
transmitir a nuestro interlocutor.

2.4.1. Los códigos que emplea el publicista en sus comunicaciones, son varios,
dependiendo del medio de comunicación que esté empleando. Vale decir,
depende de cada medio, la posibilidad de usar más o menos códigos en él. Por
ejemplo, si el publicista, está usando la TV., podrá utilizar el código icónico,
lingüístico (hablado y escrito), gestual, sonoro, vestimentario y muchos otros.
2.4.2. Los códigos que emplea el Periodista dependen del medio de comunicación
para el cual trabaja. Así, por ejemplo, puede usar - si trabaja para un diario - el
código lingüístico escrito, el código gráfico, código fotográfico, etc. En
cambio, si trabaja para un canal de televisión, usa los mismos que emplea el
publicista, cuando trabaja en T.V.
2.4.3. Los códigos que emplea un equipo (o individuo) de debate, son varios. Por
supuesto, el más importante, el código lingüístico hablado. El kinético,
vestimentario. Incluso el meta-código, es muy importante. Por ejemplo, el
“tono” o el empleo de ciertas palabras y no de otras, podría indicar la
proveniencia de origen de las personas. Sea origen social, geográfico, etc. El
uso de una corbata con diseño o colores chillones, o con el diseño de Yale,
pueden ser importantes elementos de comunicación y, sobre todo, de
credibilidad.

2.5. (c) Codificador.

Es bastante relativo determinar quién es el que codifica los mensajes,


dado que, depende del tipo de comunicación que se esté estableciendo, el quién lo esté
haciendo; de los medios que se empleen e, incluso, de los tipos de propósitos que se
persigan con tal comunicación. Así, por ejemplo:
2.5.1. En el caso de la Publicidad, el codificador (el “experto” en códigos) es el
“publicista” (Hay que precisar que son todos los que trabajan en la agencia de
publicidad, más los expertos externos de la agencia, los que codifican: El
redactor creativo, director de arte, diagramador, fotógrafo, cineasta, etc. Cada
uno de ellos contribuye a crear el mensaje publicitario. No olvidemos que el
EMISOR, en este caso, es el “cliente” o empresa que contrata los servicios de
la agencia.
2.5.2. En el caso de Periodismo, sucede básicamente lo mismo. El codificador es el
periodista, más todos los que trabajan en el medio y que ayudan a estructurar
el mensaje: Diagramadores, reporteros gráficos, linotipistas, camarógrafos,
directores, locutores, etc.
2.5.3. En el caso de un equipo de debate, es importante establecer que el codificador
será cada uno de los miembros del equipo. Sin embargo, también es
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importante establecer que, el equipo mismo debe codificar e, incluso
determinar el “orden” en que se dan los argumentos y “quién” los dirá y en
qué momento (estrategia aconsejada de presentación de argumentos: Desde
los menos relevantes, hasta concluir con los más importantes...”Para que
queden registrados en forma indeleble, en los oídos y en la retina de los
receptores”.

2.6. (M) Mensaje.

El mensaje es, simplemente, el contenido que está codificado en algún


medio de comunicación.

2.6.1. El contenido publicitario es el concepto central creativo que, normalmente


está acompañado de una promesa básica (implícita o explícita), y una
evidencia sustentatoria. O sea ¡¡CONTENIDO!!
2.6.2. En el caso de lo periodístico, es -por supuesto- la “noticia”, artículo, opinión,
reportaje, etc.
2.6.3. En el caso de un debate, el mensaje es el conjunto de argumentos ofrecidos
que defienden un determinado punto de vista con respecto al tema que se
debate.

2.7. (C) Canal o Medio de Comunicación.

En este punto es imprescindible hacer una aclaración, porque, hay


demasiada controversia conceptual.

Por un lado, hay autores que hacen la diferencia entre canal y medio de
comunicación. Por ejemplo, algunos dicen que el “canal” son las ondas hertzianas que
van desde el sitio de emisión de la señal, hasta el monitor. Y, agregan, el medio de
comunicación es el conjunto del sistema: Todos los elementos involucrados desde el
canal (completo) hasta el monitor. Lo mismo sucede con la prensa, el canal
correspondería a la empresa distribuidora y el medio es todo el diario (empresa).

Para nuestro propósito pedagógico, definiré “MEDIO” de una manera


bastante tosca: “Cualquier “objeto” que pueda contener uno o más códigos”. Esta
definición, a pesar de ser poco ortodoxa, es muy completa porque, desde este punto de
vista, puede haber multiplicidad de medios: Diarios, revistas, radio, televisión (Estos son
los medios masivos); pero, también puede haber medios selectivos: Folletos, catálogos,
afiches, gigantografía, volantes, etc. Y también, todo tipo de objetos: Poleras, murallas,
jeans, todo tipo de elementos de promoción, etc. etc.

En cada uno de ellos, se puede incorporar código lingüístico escrito o de


imágenes.
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También hay que afirmar que existen muchas formas de clasificación de
medios: Masivos v/s selectivos; Formales e informales; Dinámicos y estáticos;
cualitativos v/s cuantitativos; etc.

2.7.1. En el caso de la publicidad, los medios que ella emplea dependen de lo que se
denomina estrategia de medios. Vale decir, cualquier medio o soporte posible,
formal e informal; masivo o selectivo, etc.
2.7.2. El periodismo, por su parte, emplea sólo el mismo medio de que se trata. Si es
el soporte “La Tercera”, el medio es: Diario. Si el soporte es Canal Trece,
entonces, el medio es televisión, etc.
2.7.3. En el caso de un equipo de debates, se trata de una comunicación “cara a cara”
(face to face), por lo tanto se trata de todo el equipo, con cada uno de sus
integrantes, el medio de comunicación. Hablan, se visten de cierta manera,
llevan elementos de identificación (chapas, corbatas, etc.); comunican y
metacomunican (por ejemplo, si todos llevan lentes ópticos, podrían enviar el
metamensaje de ser todos muy inteligentes...).

2.8. (D) Decodificador.

Sólo en algunos casos, se hace la diferencia entre un decodificador y un


receptor. Porque, normalmente, un receptor es -a la vez- decodificador del mensaje que
va dirigido a él.

Pero, en otros casos, hay una diferencia en lo que se denomina


“Comunicación en Dos Pasos”.

Por ejemplo, si los receptores de una determinada comunicación son todas


las familias de una población “x”. Y, por alguna razón, no conviene utilizar radio ni
prensa, ni siquiera volantes (puede haber mucho analfabetismo y por lo tanto el mensaje
no serviría). Entonces, se procede a juntar, en un solo lugar físico, a todos los líderes
institucionales (Que poseen un cargo dentro de la comunidad: El curita, los Presidentes
de juntas de vecinos, Presidentes de clubes deportivos, centros de madres, club de cacho,
etc.
Además de juntar, también a los líderes naturales: Que poseen alguna
cualidad física o psicológica que los distinga de los demás y que les permite influir sobre
el resto: El señor que está jubilado y que lee el diario todos los días y siempre está muy
bien informado de todo lo que acontece; el “fortachón” del barrio, las niñas más “regias”,
el convidado de toda fiesta (Bueno para contar chistes y/o para cantar y pasarlo bien),
etc.

A todos ellos, se les junta en un lugar físico y se les da el mensaje,


asegurándose el emisor, de que lo comprendan bien y se motiven.

De este modo, se tendrá casi la certeza de que el mensaje llegará, en breve


tiempo, a todos los miembros de la población que son, en definitiva, los receptores.
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2.8.1. En el caso de la publicidad, normalmente se hace la diferencia entre distintos


tipos de receptores y decodificadores. Por ejemplo, a veces, se envía el mensaje
al “influyente” para que éste, lo “comente” al receptor final. El caso de
campañas en que se da mensajes a los niños (Detergentes: elementos para
recortar y pegar) para que éstos, influyan sobre su mamá para que ésta compre
ese detergente y no otro (Porque “El niño” lo desea). En otros casos se hace la
diferencia entre el “Comprador” y el “Usuario”; entre el “potencial” el
“objetivo”, etc.
2.8.2. En el caso del periodismo, tampoco es frecuente que se haga la diferencia entre
el decodificador y el receptor.
2.8.3. En el caso de una competencia de debate. Uno de los decodificadores más
importantes, es el jurado. Pero, también lo es el o los equipos contrarios. Y, por
supuesto, el público general. Todos ellos decodifican e interpretan el mensaje.
Sin embargo, también, todos son los receptores...

2.9. (R)Receptor.
Como ya se dijo, el receptor es la o las personas a las cuales va dirigido
un determinado mensaje.

2.9.1. En publicidad se habla de “consumidores” (ya se dijo, también, que hay


muchos posibles tipos de consumidores). En propaganda, se habla de
“receptores”,
2.9.2. En periodismo se habla de “lectores”, “televidentes” o “auditores”, etc. En
periodismo, los receptores se miden, ya sea por “venta efectiva” y/o “tiraje”
(Cantidad de ejemplares editados); o, sea por ratting (Puntos: Del total de
televisores prendidos, una determinada cantidad está sintonizando un
determinado canal). Sin embargo, ahora con el “cable”, esto es bastante más
difuso.
2.9.3. En la competencia de debate, todos los presentes son receptores. Sin embargo,
dependiendo de lo especializado del lenguaje empleado; podría suceder que
algunos sean decodificadores para otros y le “expliquen” ciertas palabras o la
“lógica” de cierto argumento que no es de fácil comprensión.

2.10. (E) Efecto(s).

Existen varios tipos de efectos posibles, en cualquier tipo de


comunicación. Las clasificaciones son distintas, según lo que se pretenda describir. Por
ejemplo: Efecto Mediato (a largo plazo relativo) y Efecto Inmediato; efecto perceptible e
imperceptible (Que se pueda o no “ver” u observar). También puede haber efecto
Cognitivo (conocimiento, aprendizaje), efecto emotivo (emociones: miedo, angustia,
alegría), efecto sentimental (amor u odio) y efecto sensorial (calor, frío, sed, etc.).

2.10.1. Desde el punto de vista publicitario, el efecto que se espera lograr como
resultado de la acción de comunicar es “crear, cambiar o enfatizar actitudes de
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compras de productos, servicios o adhesión a determinadas doctrinas o
ideologías” (en el caso de la propaganda).

Es importante enfatizar que, el objetivo (efecto de la publicidad) NO es


vender. Este último objetivo es de marketing (Armonizando todas las variables de
marketing [una de las cuales es la publicidad] se conseguirá -eventualmente- el objetivo
de vender.

2.10.2. Desde el punto de vista periodístico, el efecto que se espera alcanzar es


VENDER periódicos, aumentar el ratting o la audiencia. Es decir, uno de los
efectos es que las personas deseen exponerse a los mensajes de ese determinado
soporte. Pero, en último término los objetivos son que, ojalá, se correspondan
con la intención o propósito del determinado soporte de comunicación:
2.10.3. Que el receptor final quede bien informado.
2.10.4. Educar.
2.10.5. Entretener.

Sin embargo, hoy en día, existen algunos efectos “colaterales” que están
directamente en función del negocio periodístico o negocio del soporte en cuestión:
Sensacionalismo, crónica roja, farándula (chismes y “pelambres”), “cebollismo”, etc.
Forman parte integral de lo que se denomina elegantemente “Línea Editorial”.
El negocio del medio radica en tener ventas (directas [tiraje y venta
efectiva] e indirectas [avisos publicitarios]). También, un efecto muy deseado es influir
en la opinión pública (con contenidos políticos, religiosos o de otra naturaleza). Por lo
tanto, a muchas veces se persiguen efectos subsidiarios o espurios. Algunos medios
“periodísticos” son, abiertamente propagandísticos y sesgados.

No obstante, hay que hacer notar, que los medios de comunicación


deberían una función social que cumplir y que, además, está la ética de por medio [o
debería estar al menos]. De allí que el periodismo implica medios de comunicación
social: porque tienen una responsabilidad social que cumplir.

2.10.6. En el caso de una competencia de debate, el efecto más importante, aunque no


el único, es convencer a los jurados, a los oponentes y al público general, de
nuestro punto de vista con respecto al tema que se debate (Efecto cognitivo).
Sin embargo, hay que tener siempre presente que en este “juzgamiento” de
resultados, muchas veces el argumento para decidir quien lo hizo mejor, es
puramente emotivo. Por eso, se debe estructurar el discurso de manera de
incorporar elementos, tanto racionales como emocionales. Incluso, a veces, las
pausas retóricas, provocan un gran efecto en la recordación y en el juzgamiento
final del debate.

2.11. (F B) Feed Back.


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Este elemento es denominado, en algunos casos, feed back. En otros,
retroalimentación, retrocomunicación y también comunicación de retorno.

Sin embargo, hay que decir que algunos autores, hacen la diferencia entre
feed back y comunicación de retorno. Dicen que el primero es inmediato y no implica
costos. Y que, el segundo, es mediato e implica costos (Investigación).

Se trata de métodos y mecanismos que pueden ser utilizados por el


emisor de un mensaje, para evaluar, medir, cuantificar, calificar, etc., un determinado
mensaje.

2.11.1. En el caso de una comunicación “cara a cara”, (como un debate o un discurso)


el feed back se evidencia en la kinética del receptor (asombro, atención,
bostezos [aburrimiento], etc.); En el caso de la radio, por ejemplo, se mide por
la cantidad de llamadas telefónicas después de algún programa; En el caso de
la televisión por el people meter, llamadas telefónicas, respuesta a concursos,
etc... Por lo tanto, aquel que esté exponiendo, en un determinado momento,
debe estar muy atento a las “señales” que envía el público presente. Si, por
ejemplo, no hay silencio absoluto y, por el contrario, hay mucho “rumor en el
ambiente”; deberíamos preocuparnos, ya que hay mucha distracción (La cual
podría ser provocada por lo monótono o aburrido de nuestra exposición); En
cambio, “si no vuela una mosca”, significa que los tenemos “comiendo de
nuestra mano”...
2.11.2. En el caso de la publicidad, se puede observar la eficiencia de una
determinada campaña, por el aumento, mantención o disminución de las
ventas, grado de recordación de producto, etc.
2.11.3. En el caso del periodismo, se puede medir por la venta efectiva de periódicos;
por el ratting de un noticiero o la audiencia de una radio en programa
periodístico, etc.

2.12. (C) Condiciones.

Finalmente, el último elemento de este modelo -aunque no menos


importante- es el de las condiciones. En efecto, pueden ser condiciones ambientales,
psicológicas, económicas, políticas, sociales, culturales, geográficas, etc. Etc. Todo ello
puede afectar la recepción y efectividad de una comunicación. Por ejemplo, si hace
mucho frío y no hay estufa, no se podrá llevar a cabo una buena clase. O, si se hace una
referencia a comida (cuando no se ha almorzado), es distinto si se ha comido.
No es lo mismo un aviso publicitario de helados, en invierno que en
verano. Tampoco si es a fin de mes o mediados de mes (salario, capacidad de compra);
No es igual conversar en el patio, que en la biblioteca o en una sala; porque, hasta la
acústica, es distinta.

No es lo mismo enviar un mensaje en un velorio que en una fiesta. No es


bueno, no considerar las condiciones, en un mensaje político si, muchos jóvenes “no
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están ni ahí con la política”. No es lo mismo enviar un mensaje “culto formal” a obreros
de la construcción, que a una audiencia de profesores. No da lo mismo enviar un mensaje
“patriótico” a un militar que a un comunista. Un habitante de alto Palena o un chileno en
el extranjero, no recibirán de la misma manera un mensaje acerca de si ganó o no la
selección nacional de fútbol, etc.

En torneos de debate, es imperativo ser proactivos. Vale decir, anticiparse


a que las condiciones para nuestra exposición sean óptimas. Desde todo punto de vista, se
debe “manejar” el entorno: Ambientación, ubicación espacial de elementos, vestimenta,
estufas, luces (o sombras), etc.

3.- Corolario comunicativo.

Como se puede ver, si un comunicador no toma en cuenta las


condiciones en que se emite un mensaje, casi con toda certeza, ese mensaje no va a ser
eficiente.
Por lo tanto, para un estudiante del Proyecto Platón, es vital conocer y
manejar todas las variables posibles que conforman las condiciones en que va a
producirse cada debate. Pero, más aún, es imperativo que conozca y maneje con
eficiencia CADA UNO DE LOS ELEMENTOS DEL MODELO DE COMUNICACIÓN,
descrito.

Ahora bien, se dijo al comienzo de este texto que, de cada una de las
partes del modelo, se desprenden una serie de unidades de materias de todas o casi todas
las carreras o asignaturas de las carreras de ciencias sociales.

A continuación nombraré sólo algunas, para que quede claro el punto.

3.1. Intención o propósito: Todo lo que tenga que ver con metodología y planificación
de trabajos, pruebas y tareas. Pero, una vez que se investiga HAY QUE
ESTABLECER OBJETIVOS muy nítidamente, a fin de asegurarse de ser
eficientes.

3.2. Fuentes de información: Muchísimas, para los distintos propósitos: Archivos y


documentación, Internet, diccionarios, manuales, personas con autoridad, etc.

3.3. Emisor: En el caso de que estemos trabajando, toda la empresa. Su organización,


estructura, filosofía y cultura, y - en general la totalidad de su gestión - Hay que
conocer integralmente a la empresa que nos contrata, de lo contrario corremos el
riesgo de ser ineficientes. En el caso del Proyecto Platón, las consignas son:

• “Hay que verdaderamente conocerse”.


• “Hay que desarrollar todas nuestras potencialidades comunicacionales”.
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3.4. Códigos : Es evidente que, en una comunicación de trabajo, muchas veces
encontrará lenguaje escrito: Memos, circulares, cartas, memorándums, revistas
institucionales, boletines informativos, comunicados de prensa, manuales de
imagen corporativa, manuales de inducción, folletos, catálogos, etc.

En el caso del Proyecto Platón, es indudable que los estudiantes (potenciales


profesionales exitosos), DEBEN desarrollar el empleo eficiente de todos los
códigos posibles: Oral y escrito (además de idiomas), kinético, vestimentario,
protocolar y, sobre todo retórico.

3.5. Codificador: Es evidente que, en muchos casos, cada uno de ustedes será
codificador de mensajes. Pero, si no es así, tendrá que SABER de otros códigos
para poder pedir a otros profesionales, lo que necesita: No será diseñador, pero
tendrá que saber de diseño; no será marketero, pero tendrá que saber de marketing;
no será publicista, pero tendrá que saber de publicidad; no será director de cine o
de video, pero tendrá que saberlo (Videos institucionales, diaporamas, etc.).

La única manera de ser un eficiente codificador, es practicar, practicar y practicar:


Además de evaluar (personal o colectivamente).

3.6. Mensaje: Hay mucho que decir sobre los mensajes, contenidos, estilos, etc. Por
ejemplo, Semiótica (de la...), semiología, propósitos, etc. Literatura (Arte),
Funcionalidad (persuasión), estructura (del razonamiento), Psicología (del
receptor), etc.

3.7. Canal o Medio de comunicación: Mucho se ha dicho de esto. Clasificación de


medios: Formales e informales; “fríos” o “calientes” [Marshall Mac Luhan “El
medio es el mensaje”], cualitativos v/s cuantitativos; masivos v/s selectivos. Por
otra parte, se habla también de estrategias y planes de medios (y criterios para
realizarlos). Diferencias entre medios y “soportes”. Cualidades y características de
cada cual, etc.

Pero, en el Proyecto Platón, reiteramos, el canal o medio de comunicación será,


fundamentalmente, la comunicación “Cara a Cara”. Esto implica que es TODO el
cuerpo, con cada uno de los códigos que usted utilizará, son el “medio” para hacer
llegar un mensaje persuasivo.

3.8. Decodificador: Teoría de la comunicación en dos pasos. Importancia del liderazgo


en la comunicación, idiomas, intérpretes, etc.

Pero, es muy importante, en un debate, utilizar palabras cultas, pero


comprensibles; formales, pero no rebuscadas. “Verbigracia, no se debe emplear lexemas
que no formen parte del acerbo lingüístico del receptor”. Porque, se corre el riesgo de
que EL MENSAJE NO CUMPLA EL OBJETIVO QUE SE PRETENDE.
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Además, se debe tener conciencia de que TODO LO QUE HACEMOS


durante nuestra exposición, es DECODIFICABLE por el receptor. Hasta, los más ínfimos
detalles (una corbata de “mal” gusto”, la mala pronunciación o dicción, el tono
discursivo, las pausas retóricas, gestos, posturas corporales, etc.).

3.9. Receptor: Psicología, motivaciones, estructura mental, tipos de (influyente,


comprador, grupo objetivo, etc.) Tipos y clases de receptores: periodístico,
publicitario, propagandístico, opinión pública, obligado, interesado,
comprometido, culto, no culto, etc.

En el caso del Proyecto Platón, se debe realizar un perfil lo más completo posible
de los receptores que participarán en los debates. Tanto, de nuestros contrincantes,
como del público asistente y profesores.

3.10. Efectos: Muchos posibles efectos y contenidos. Cognitivos, sensoriales,


emocionales o sentimentales. Mediatos o inmediatos.

Pero, en el Proyecto Platón, el efecto final que se debe lograr es persuadir a


nuestros oponentes de nuestro enfoque y puntos de vista con respecto a los temas
en debate.

3.11. Feed Back: Muchas maneras y modos de medirlo. Ratting, tiraje, venta efectiva,
ventas, etc.

En el caso de nuestro proyecto, hay que estar permanentemente atento a las


reacciones corporales que podamos percibir en nuestros receptores. De este modo,
si es necesario, podríamos reformular nuestro discurso, poner énfasis, subir la voz,
cambiar el tono, etc.

3.12. Condiciones: Estacionales, psicológicas, económicas, sentimentales, pedagógicas,


culturales, sociales, etc.

En el Proyecto Platón, es imperativo formar equipos de trabajo, para


INVESTIGAR TODOS LOS ASPECTOS INVOLUCRADOS EN LOS
DEBATES. Hay que investigar integralmente a nuestros oponentes, a los
asistentes; incluso a los jueces del evento.

3.13. Competencias Comunicativas.


Siendo un poco más específico, a continuación se describen algunas
deseables competencias comunicativas:

3.13.1. Expresarse con claridad en forma oral y escrita:


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3.13.1.1. Expresarse con claridad supone, por ejemplo, utilizar un lenguaje formal si
se está en un ambiente impersonal. O informal pero, respetuoso, si se está
entre conocidos cercanos; también implica transmitir las ideas en forma
ordenada, haciendo uso de un vocabulario amplio y destacando los
contenidos esenciales por sobre lo anecdótico y accesorio.
3.13.1.2. Cuando se trata de una comunicación escrita, la precisión del mensaje es
todavía más importante, porque no existe la manifestación corporal que
ayuda a transmitirlo. Además, los documentos dejan huella, quedan como
testigos de lo dicho, por lo que hay que ser muy cuidadoso sobre las
repercusiones de su contenido.
3.13.1.3. Si uno se expresa con claridad, logra que el interlocutor interprete mejor el
mensaje, escuche con atención, valide y respete a la persona con quién se
está relacionando y, por ende, que se establezca una interrelación de mayor
calidad.
3.13.1.4. Por el contrario, si no nos expresamos con claridad, es probable que no se
nos escuche, que se distorsione el verdadero sentido de lo que queremos
decir, que se descalifiquen nuestros mensajes y que no logremos influir con
nuestras opiniones.

3.13.2. Comunicar con lenguaje no verbal.


Podríamos decir que comunicar con lenguaje no verbal es como saber otro
idioma. Es el complemento necesario para lograr calidad en nuestra
comunicación cara a cara.
3.13.2.1. Utilizar un tono de voz acorde con la fuerza que se le quiere imprimir a un
mensaje.
3.13.2.2. Utilizar los gestos apropiados, pararse con seguridad, sentarse con la espalda
erguida, mirar al interlocutor a los ojos, son todas manifestaciones de
nuestros sentimientos y emociones. Nuestra timidez o seguridad, nuestra
rabia o aceptación, nuestra ansiedad o paciencia se irá manifestando a través
de la comunicación no verbal.
3.13.2.3. Un buen manejo de expresiones corporales permite que tengamos mayor
control de lo que queremos transmitir. Si tenemos rabia y sabemos que ello
no debe incidir en un diálogo, nuestra expresión corporal no debe dar cuenta
de esa emoción; si una conversación nos produce aburrimiento y tenemos
control de esa sensación, nuestra postura no debe reflejar la condición de
fastidio.
3.13.2.4. Por el contrario, si desconocemos la importancia que tiene nuestra expresión
corporal en la calidad de la comunicación, frecuentemente estamos diciendo
en palabras algo que nuestro timbre de voz, mirada o gesticulación de manos
irá desdiciendo.

3.13.3. Ser asertivo.

3.13.3.1. En lo fundamental ser asertivo consiste en decir honesta y directamente


nuestra opinión, siempre con respeto. Es saber decir “NO”, cuando es eso lo
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que se quiere expresar; y “SI”, cuando es ese nuestro deseo. Es expresar sin
rodeos nuestra voluntad.
3.13.3.2. Ser asertivo significa ganarse el respeto de los otros con claridad y
honestidad con que transmitimos nuestras certezas, si atropellar la
sensibilidad de quién esta recibiendo nuestro mensaje.
3.13.3.3. Cuando somos asertivos, nuestro interlocutor no tiene dudas respecto de lo
que creemos y pensamos y esa claridad le permite interactuar en
consecuencia; se nos respeta por lo claros, honestos y directos que somos.
3.13.3.4. Cuando no somos asertivos decimos lo que sabemos que es aceptado,
aunque no nos interprete y poco a poco vamos perdiendo la credibilidad. O
bien, decimos nuestra opinión sin considerar el respeto que le debemos a
toda persona, ganándose fama de conflictivos.

III.- LA RETÓRICA ARISTOTÉLICA.

Les invito ahora a detenerse en este recorrido histórico, para


introducirnos de lleno en la RETÓRICA ARISTOTÉLICA, que es la antesala de los
actuales planteamientos sobre comunicación persuasiva.

ARISTÓTELES: EL TEÓRICO DE LA PERSUASIÓN.

Luego de recopilar y criticar los tratados de Retórica de su época,


Aristóteles escribe “El Arte de la retórica” (Tejné Retoriké), en el año 323 a.c. En él,
desarrolla lo que hoy podríamos denominar “Teoría de la Persuasión”. Plantea, además,
un tipo de comunicación orientada hacia el receptor.

Para Aristóteles, el discurso -en este contexto- es aquella pieza oratoria, a


través de la cual se intenta persuadir. Se concibe como un mensaje que es enviado desde
un emisor a un receptor. (Quién, dice Qué a quién).

Con respecto al “Mensaje”, al que Aristóteles denomina “Qué”,


deberíamos preguntarnos: ¿Cómo organizo mis ideas? ¿Qué pongo primero?, ¿Cómo lo
digo?, ¿Será adecuado el lenguaje y las palabras que estoy empleando?, etc. En relación
al “Receptor”, debemos preguntarnos: ¿Quién es?, ¿Cómo es?, ¿Qué hace?, ¿Con quién
lo hace?, ¿A qué hora?, ¿Son jóvenes?, ¿Qué les interesa?, ¿Están dispuestos a
escucharme?, ¿Qué motivaciones tiene?, ¿Qué necesidades poseen?, etc.

O sea, CONOCER REAL E INTEGRALMENTE AL RECEPTOR, LOS


CÓDIGOS QUE VOY A EMPLEAR Y, SOBRE TODO, CONOCERME A MÍ MISMO.
Volvamos a Aristóteles. Él define la Retórica como la “Facultad de
conocer, en cada caso, aquello que puede persuadir”. Y, agrega que “el orador es el que
debe descubrir el modo adecuado para persuadir, a cada público o receptor específico”.
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1.- El Principio de lo Verosímil.

La Retórica Aristotélica se basa en el principio de lo verosímil. Es decir,


en DEMOSTRAR -mediante el razonamiento lógico- AQUELLO QUE LA GENTE
CREE POSIBLE. Para ello, ocupa una “lógica” INTENCIONADAMENTE poco
rigurosa. Es la “lógica” que genera el “sentido común”. Una lógica adaptada a los
criterios de la “opinión pública”. Es una regla Aristotélica, aquella que señala que: “Más
vale un imposible, verosímil; que un posible, inverosímil”.

Para persuadir, entonces, -desde la perspectiva aristotélica- es preferible


decir aquello que la gente CREE posible; Aun cuando esto sea “realmente” imposible. Es
preferible lo anterior, a decir lo que de hecho, es posible (La verdad) si es poco creíble o,
si no es lo que la gente está dispuesta a creer. No se trata de mentir, sino de poner en
evidencia lo que, comúnmente, es la creencia de la gente.

2.- La Estructura Retórica.

Aristóteles define, para la Retórica, una estructura formal compuesta de


tres etapas básicas:

2.1. LA INVENCIÓN: Se trata de encontrar “QUÉ DECIR” y establecer las


PRUEBAS y ARGUMENTOS necesarios para persuadir. Es el “Cuerpo lógico” y
“Psicológico” del discurso. SU CONTENIDO.

2.2. LA DISPOSICIÓN: CONSISTE EN DEFINIR “CÓMO” vamos a presentar los


argumentos o pruebas que respaldan nuestra posición. En qué orden entregaremos
los argumentos. Cuál es la forma en que los diremos, etc.

2.3. LA ELOCUCIÓN: Consiste en elegir las palabras adecuadas para expresarse (Se
debe recordar que aquí se está hablando de discursos orales, que se decían a viva
voz). Entonces, también importa la entonación, las inflexiones de la voz, las
pausas, los énfasis y todo aquello que, desde la forma, puede contribuir al poder
persuasivo del discurso.

En comunicación, LA FORMA ES TAN IMPORTANTE COMO EL


CONTENIDO. De hecho, una presentación ágil, cuidadosa, entretenida y donde, el
expositor se “vea” seguro; Tiene, ciertamente, mayores posibilidades de éxito que una
presentación que no responda a estas características.

A esto se refiere Aristóteles cuando define la Elocución como una parte


fundamental del discurso. La Elocución es la parte “estética”. Lo que se diga, debe ser
dicho de una manera hermosa, atractiva y “emocionante”.
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Ahora, trataré de profundizar un poco en cada una de las etapas.
Entendiendo que, un buen discurso retórico, presenta las tres etapas básicas.

3. La invención: Convencer y Emocionar.

A esta etapa es a la que Aristóteles dedica su mayor interés. Constituye


-por así decirlo- el CUERPO LÓGICO Y PSICOLÓGICO de un discurso. Es el
CONTENIDO. El qué decir.

Según Aristóteles, lo espontáneo e intuitivo; la improvisación y el


impulso, en el proceso persuasivo, NO produce buenos resultados. Para este autor,
cuando alguien se propone persuadir a otro u otros, acerca de algo; debe lograr en ellos,
dos cosas: Convencerlos y emocionarlos.

Sobre el emocionar, un punto resulta particularmente interesante. La


emoción NO es igual a la tristeza. La ira, la risa, el golpe de efecto; son también -entre
muchas otras- emociones. Lo importante es que el receptor no permanezca indiferente y
se quede escuchándonos no sólo por obligación o gentileza.

3.1. Acerca del convencer.

Para convencer, se necesita un conjunto lógico de pruebas que permitan


persuadir a quien nos oye, mediante el poder del razonamiento. La fuerza lógica de
nuestros argumentos, debe pesar sobre quien está escuchando. En este punto específico
no se consideran las características del oyente; sino, sólo su capacidad de razonar. Al
respecto, según Aristóteles, existen DOS TIPOS DE PRUEBAS que el orador puede
emplear en su discurso: Pruebas Técnicas y Pruebas Extratécnicas.

3.1.1. Pruebas Extratécnicas.


Son aquellas que se encuentran “más allá del orador”. NO son producto de su
experiencia o creatividad. El orador sólo puede usarlas, pero NO inventarlas. Es
el caso de las leyes o contratos, estadísticas, encuestas de distinto tipo,
investigaciones, dichos, proverbios, publicaciones, personas con autoridad en el
tema, etc.

3.1.2. Pruebas Técnicas:


Son preparadas e inventadas por nosotros. Son creadas a partir de nuestra
propia experiencia u observaciones. Para ello -dice Aristóteles- sólo hay dos
caminos: Se demuestra, mediante el EJEMPLO y mediante el SILOGISMO.
(No hay otros medios, aparte de éstos dos).
3.1.2.1. El Ejemplo.
El ejemplo es una forma de inducir al pensamiento de quien nos está
escuchando y, su capacidad de persuadir radica en la similitud de
características, entre hechos distintos.
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Aristóteles relata una fábula que ilustra esta idea: Un hombre defendía a
un rico hacendado, a quien se acusaba de robo. Para probar su inocencia, contó lo
siguiente: “...una zorra, mientras atravesaba un río, fue arrastrada hacia un remolino y
como no lograba salir de ahí sufrió largo rato. Aprovechando la situación, muchas
garrapatas se adhirieron a ella. Pasaba por ese río un erizo, el cual, cuando la vio, movido
por la compasión se propuso arrancarle las garrapatas. Pero, la raposa se negó, diciendo:
“Ellas están satisfechas de mí y me chupan poca sangre; Pero, si las sacas, vendrán otras
hambrientas y se beberán toda mi sangre”. Pues bien, -dijo el defensor a los jueces-,
Señores, este hombre, ningún daño os hará en adelante, pues, YA es rico. Sin embargo, si
le dierais muerte; vendrían muchos pobres a arruinaros, dilapidando vuestro tesoro y el
tesoro público”.

3.1.2.2. El Silogismo.

El silogismo, en cambio es un proceso de deducción, mediante el cual, a


partir de ciertas premisas propuestas, se deriva una conclusión “lógica”. Es una forma
“lógica” de razonar.

Hay dos tipos de silogismos: El Silogismo RIGUROSO y el Silogismo


Retórico o ENTIMEMA.

Ambos tienen la misma estructura: Dos premisas de las cuales se extrae


una conclusión. La diferencia radica en que, en el silogismo riguroso se parte de
PREMISAS DE VALIDEZ UNIVERSAL. En cambio, en el Entimema, se parte de una o
dos premisas NO necesariamente verdaderas. Estas premisas se ACEPTAN porque están
sustentadas en el “SENTIDO COMÚN”.

3.1.2.2.1. Ejemplo de entimema.

(Premisa 1) Todas las madres cuidan a sus hijos.


(Premisa 2) Julieta es madre. .
(Conclusión) Julieta cuida a su hijo.

Como se puede ver, la primera premisa es APARENTEMENTE


VERDADERA, es verosímil que las madres cuiden a sus hijos. Y es verdadera en la
mayoría de los casos. Pero NO siempre. No tienen validez universal. Este tipo de
silogismo cumple la función de persuadir, induciendo a quien escucha, a seguir el
razonamiento que -aparentemente- nos conduce a una conclusión obvia.

3.1.2.2.2. Ejemplo de Silogismo Riguroso:

(Premisa 1) Todos los hombres son mortales.


(Premisa 2) Juan es hombre. .
(Conclusión) Juan es mortal.
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La conclusión es VERDADERA universalmente, aunque nos guste o no.
Sin embargo, a veces la semántica nos puede transformar un silogismo riguroso, en un
entimema. Ejemplo:

(Premisa 1) Todos los hombres son mortales.


(Premisa 2) Eliana es mujer. .
(Conclusión) Eliana es inmortal.

Observen el primer silogismo: ¿Es verdad que todos los padres cuidan a
sus hijos? Entonces, ¿Cómo se explica el maltrato a algunos niños? ¿Qué pasa con el
niño que cuida tu auto a las tres de la mañana? ¿Qué pasa con los niños que duermen
bajo los puentes del Mapocho?... ¿Son cuidados por sus padres?

La mayor parte de los padres, efectivamente cuidan a sus hijos: No es el


hecho de ser padres, el que nos permite afirmar que Julieta cuida a sus hijos. El
Silogismo Retórico nos proporciona la posibilidad de construir argumentos que hagan
aparecer como verdaderas, cosas que sólo son probables. Y, por otro lado, nos
proporciona la posibilidad de mirar y evaluar, desde otra perspectiva, los argumentos que
otras personas nos proporcionan, para persuadirnos.

El Entimema, es el gran argumento sobre el cual descansa el Arte de la


retórica. Permite, a quien esté hablando, persuadir, a partir de lo que el público piensa;
Deriva sus conclusiones, de las premisas compartidas por el sentido común. El orador o
el escritor, no hacen sino demostrar aquello que es aceptable a los ojos de su público.
Además, siempre se tiene la alternativa de argumentar lo contrario, sin faltar
-aparentemente- a la verdad.

3.2. Acerca del Emocionar.

Esto constituye lo propiamente psicológico en el Arte Retórico. Una vez


que se ha definido lo que se desea comunicar y se ha determinado cómo se va a sustentar
lo que se dirá (¿Cuáles serán mis pruebas técnicas y Extratécnicas?, ¿Qué ejemplos
usaré?, ¿Me apoyaré en entimemas?, ¿Sólo usaré silogismos rigurosos?, etc.). Es
necesario pensar el discurso, según el receptor al que se enfrenta.

Aquí, simultáneamente con definir la FORMA en que expondré mis


argumentos; es necesario que adapte el discurso a las características de personalidad del
que escucha.

Para conmover, es necesario pensar el mensaje según el estado de ánimo,


carácter, intereses y motivaciones del receptor; con el fin de elegir las pruebas objetivas
(Extratécnicas) y “subjetivas (Técnicas) que, en estas personas o grupo de personas,
resulten convincentes.
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Aristóteles divide las pruebas psicológicas que el orador ofrece al
público, para dar credibilidad a su discurso, en dos CLASES a) El carácter moral del
orador y b) Las pasiones. Cuando este autor habla del “carácter moral”, se refiere a las
características del orador que DEMUESTRAN (o no) como digno de ser creído. Porque,
dice Aristóteles “A las personas buenas, les creemos más y con mayor rapidez;
Principalmente.

O sea, en este punto, usando otro lenguaje, Aristóteles nos está hablando
de la “Imagen Personal” del orador. Esta imagen está sustentada en lo que el orador ha
hecho en su vida y que ha mostrado (premeditadamente o no) hacia la sociedad. Como
dice el proverbio “Obras son amores y no buenas razones”. “Por sus hechos los
conoceréis”. “Hechos y no palabras”, etc. La sabiduría popular, tiene mucho que decir al
respecto.

En cambio, a aquellos que no han proyectado una buena imagen o,


aquellos de los cuales NO tenemos referencia; pero que, NO tienen “buena pinta”, o “no
hablan bien”, o “son patudos”, etc. A aquellos, NO les creemos. Aristóteles nos dice que
hay tres características que le dan autoridad moral y credibilidad al orador:

3.2.1. La prudencia o cualidad de deliberar juiciosamente, entre el bien y el mal.


3.2.2. La cualidad de expresarse abiertamente y sin temor a las consecuencias.
3.2.3. La cualidad de complacer al auditor.
3.2.4. Las Pasiones.

“Se persuade -señala el filósofo- por medio de la disposición de los


oyentes, cuando fueren conmovidos por el discurso; Porque, no juzgamos de igual
manera, cuando estamos tristes, que cuando estamos alegres; Cuando amamos, que
cuando odiamos... Pues, son las pasiones, la causa de que los hombres difieran en sus
juicios; Porque ellas -las pasiones- los transforman diversamente”.

Esto, dicho hace tantos siglos -traducido al lenguaje comunicacional de


hoy- es lo que se llama “orientación hacia el receptor”.

Aristóteles estudia cada pasión (Hoy se habla de emociones y son un


importante campo de estudio de la Psicología Moderna) y las analiza, según el estado de
ánimo propio de cada una de ellas: La alegría o la ira, provocan, por ejemplo, la
excitación. La tristeza, induce a la pasividad, etc.

Este filósofo busca determinar cual es el motivo que las induce y,


además, analiza cómo se presentan, dependiendo de a quién van dirigido el mensaje.
Analiza cada pasión, según lo que cree que son, De modo que el orador
pueda argumentar de acuerdo a esa creencia. Veamos, por ejemplo, la gratitud: Si un
auditorio cree que es bueno ser agradecido o se siente -de algún modo- en deuda; ese
sentimiento debería ser explotado en un discurso.
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También define los caracteres, según la edad de las personas (Juventud,
madurez, vejez, etc.) y según su nobleza, riqueza o poder. De los ricos, dice: (...) los ricos
son insolentes y orgullosos. Porque, la riqueza es como una medida de valor de las demás
cosas; por lo cual, parece que todo puede evaluarse por ella”.

En resumen: Hasta aquí hemos hablado de la primera etapa definida por


Aristóteles, para el discurso retórico: La INVENCIÓN. Función central de esta etapa:
Elegir QUÉ diré a mi público, sobre un determinado tema, para persuadirlo. Y, para
lograr esto, es necesario convencer (a través de la razón) y emocionar simultáneamente
(manejando las pasiones propias y la de quienes nos escuchan). Para lograr estos dos
objetivos, se propone una serie de técnicas con las cuales es posible construir un
discurso.

4. La Disposición.

Al llegar a esta etapa, ya hemos descubierto los argumentos lógicos y


psicológicos adecuados y apropiados, para cada caso particular. Ahora es necesario
determinar el lugar y orden que ocuparán en el discurso.

La disposición tiene que ver con la estructura de nuestra argumentación.


Sus grandes “partes” fueron proporcionadas por Córax. Aristóteles no las varió
substancialmente; Sólo eliminó una: La Digresión. Pero, veamos en detalle:

4.1. Exordio.
Es una introducción, en la cual el orador enuncia el tema que va a tratar;
Señala por qué es importante y -a grandes rasgos- puntualiza los aspectos que abordará.
Al mismo tiempo, intenta “seducir” a su auditorio y hacerlo su cómplice, Despertar su
curiosidad, volverlo receptivo e inclinarlo a su favor.

Un ejemplo demasiado utilizado, es cuando un orador dice: “Aunque no


venía preparado” (Y saca un discurso escrito). Este exordio se puede hacer con humor,
con dramatismo, etc. Pero, lo más importante, se hace con creatividad e inteligencia.

4.2. Narración.

En este punto se “relata” los hechos, expone lo sucedido, da referencia


acerca del tema. Debe ser verosímil, claro, breve y preparar el terreno para la
argumentación.

4.3. Demostración.

Comienza por definir la “causa” que va a ser discutida y luego expone


los argumentos, en relación a esa causa. Aquí se desarrolla lo dicho, en cuanto a
CONVENCER. Es el momento en el que se despliegan las pruebas “lógicas”.
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Pero no se debe descuidar lo referente al emocionar “(...) cuando se
excitan las pasiones, no hay que usar entimemas, recomienda Aristóteles, porque, o se
desalojará la pasión o el entimema habrá sido dicho en vano”.

4.4. Epílogo.

Se retoma y resume lo expuesto y se finaliza el discurso; Utilizando los


recursos para emocionar al público e inclinarlo en favor del orador.

Se trata de traer, nuevamente a la memoria, las cosas más importantes.


Excitar las pasiones y -mediante esto- predisponer al público a favor de quien les está
hablando y en contra de sus adversarios o, eventualmente, de posiciones contrarias a las
que el orador defiende.

4.5. Locución.

En este punto -que es muy importante para el discurso retórico- nos


debemos ocupar del aspecto ESTÉTICO. Equivale a elaborar cuidadosamente el aspecto
formal de la presentación. Un discurso, oral o escrito, tiene muchísima más posibilidades
de resultar persuasivo si es - además- atractivo y “bello”.

Se debe usar un lenguaje fluido, con color y matiz, figuras retóricas


hermosas y NUEVAS; Hay que evitar, como a la plaga, los “lugares comunes”, Se puede
usar alusiones, descripciones, analogías, etc. El cómo se dice es tan importante como la
manera en que se dice.

Además, para el buen orador, son fundamentales las inflexiones de la


voz, la postura del cuerpo, las formas en que maneja el espacio (Proxémica), etc.

4.6. Comentario Final Acerca de la Retórica Aristotélica.

Como se puede ver, en la Retórica Aristotélica, el éxito o el fracaso de un


proceso persuasivo, depende enteramente del orador o emisor. Esto es característica de
los “Modelos lineales” de comunicación, que conciben el proceso comunicativo como un
conjunto de acciones que se desarrollan a partir de alguien que, con una intención
específica y clara, dirige su mensaje a otro u otros.

Hoy, las modernas teorías y modelos de comunicación, plantean que el


proceso comunicativo es más complejo y que en él, intervienen muchas otras variables y
factores; Aparte de la habilidad del orador.

IV.- SÍNTESIS, ASPECTOS PRÁCTICOS Y EJEMPLOS CONCRETOS.

1. Argumentación.
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“La argumentación es una actividad social, intelectual y verbal que sirve
para justificar o refutar una opinión y que consiste en una constelación de enunciados
dirigidos a obtener la aprobación de la audiencia”.

1.1. Características principales del argumento.


La intención, cual es lograr la adhesión de los receptores, intencionalidad
persuasiva. Y las estrategias, recursos y procedimientos tanto lógicos como
discursivos del emisor, apuntan a la demostración razonada y ordenada.
1.2. ¿Cómo construir un argumento?
Para conseguir construir buenos argumentos se debe seguir un conjunto de
acciones generales que coadyuvan al desarrollo de la habilidad de argumentar
como parte del pensamiento lógico:
1.2.1. La interpretación del punto de partida.
La palabra interpretación proviene de la voz latina “inter-pres”, la cual procede
del griego “meta fraxtes”, con lo que se quiere significar “al que se coloca entre
dos que hablan para hacer conocer a cada uno de ellos lo que el otro ha dicho o
está diciendo”.

Interpretar, es declarar, explicar o fijar el sentido o alcance de algo, en este caso,


de nuestro punto inicial, en el cual exponemos una premisa controvertida que
pretendemos sea adoptada por nuestro contrincante.

1.2.2. La investigación de diversas fuentes que sirvan para corroborar el punto que
pretende ser demostrado. En este sentido baste recordar, que la base de un
discurso racional supone proposiciones cuyo fundamento resulte válido no a
partir de nuestra propia emotividad, sino a partir de hechos susceptibles de
comprobarse empíricamente.

1.2.3. Selección de los mecanismos o reglas lógicas que sirven de base a la proposición.
Para lograr estas acciones es necesario seguir un procedimiento adecuado, que
consiste en:

1.2.3.1. Respecto de la proposición:

1.2.3.1.1. El planteamiento de un problema en forma clara y precisa (asertividad).


1.2.3.1.2. La recopilación de la información pertinente al tema.
1.2.3.1.3. Considerar que un buen argumento tiende a la búsqueda honesta de la
verdad, y no obedece a intereses personales.
1.2.3.1.4. Probar la posición que se asume en discusiones con otras personas, de modo
de poder retroalimentar nuestras argumentaciones ampliando nuestras
perspectivas.

1.2.3.2. Respecto de las razones:


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1.2.3.2.1. Utilizar fundamentos lógicos y razonables; Es decir, que tengan sentido y
apelen a la inteligencia.

1.2.3.3. Cita de las Evidencias:

1.2.3.3.1. Se recomienda apoyar los argumentos en ejemplos. El ejemplo refuerza el


todo, es decir, la proposición.
1.2.3.3.2. La proposición debe estar referida a hechos, toda vez que sólo éstos pueden
ser comprobados. Si los argumentos se basan en opiniones éstas no pueden
ser comprobadas.
1.2.3.3.3. Conviene reforzar nuestras proposiciones con el testimonio de expertos, vale
decir, de autoridades reconocidas en la materia de que se trate, o de personas
que han tenido experiencias personales en el tema que se aborda.
1.2.3.3.4. Cuando se argumenta acerca de algún tópico personal conviene hacerlo en
forma descriptiva y ejemplar.

1.2.3.4. Refutar la oposición:

1.2.3.4.1. Los buenos argumentos jamás ignoran la oposición. Un modo de reforzar el


argumento es refutarlo para demostrar la debilidad de la oposición. Ello se
consigue cuando en el propio argumento se expone la oposición e
inmediatamente se responde. Ello demuestra que el sujeto que argumenta ha
pensado en ambos puntos de vista.

1.2.3.5. Otras recomendaciones:

1.2.3.5.1. Se debe evitar pasar del conflicto de proposiciones al conflicto de personas.


1.2.3.5.2. Atacar al oponente en lugar del problema.
1.2.3.5.3. Evitar las falacias.

1.3. Elementos léxicos.


Además de estas recomendaciones se deben utilizar distintos elementos léxicos:

1.3.1. Conectores:

1.3.1.1. De contraste y concesión:


Pero, sin embargo, sino que, aunque.
1.3.1.2. De causa:
Porque, puesto que, pues, ya que.
1.3.1.3. De consecuencia o de efecto:
Luego, entonces, por lo tanto, de ahí que, así pues.
1.3.1.4. De restricción:
Incluso, al menos, con todo, después de todo.
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1.3.1.5. Otras expresiones conectivas que puede utilizarse en los discursos
argumentativos son:
En primer lugar, principalmente, en síntesis, en resumen. Para añadir:
además, sin lugar a dudas, especialmente, en efecto, la verdad sea dicha,
enfatizo, reitero, destaco.

1.4. En Conclusión.

La pobreza de los argumentos esgrimidos en un discurso o conversación se debe al


desconocimiento de una variedad de estrategias argumentativas útiles a la hora de
defender la opinión propia. En este sentido encontramos recursos retóricos, tales
como las descripciones detalladas de lo que se pretende defender, las
comparaciones, las ejemplificaciones, las ilustraciones y las demostraciones del
porqué de la postura asumida en relación al tópico abordado.

1.5. La composición de un Argumento Corto:

Un argumento corto es una proposición que ofrece sus razones y pruebas de una
manera breve; usualmente con pocas frases o en un párrafo. Son los argumentos
más comunes y forman parte de nuestra conversación diaria.

1.5.1. 1º Paso: para construir un argumento es preguntarse: ¿Qué estoy tratando de


probar? ¿Cuál es mi conclusión? Ejemplos:

1.5.1.1. Sea optimista. No resulta de mucha utilidad ser de otra manera.


En este argumento la premisa y la conclusión son bastante obvias.
1.5.1.2. Un perro estaba encerrado en los establos, y, sin embargo, aunque alguien
había estado allí y había sacado un caballo, no había ladrado....Es obvio que el
visitante era alguien a quien el perro conocía bien.
En este argumento se observan dos premisas: una es explícita, el perro no
ladró al visitante. La otra es un hecho general acerca de los perros que
presume que nosotros conocemos: los perros ladran a los desconocidos.
Ambas premisas juntas implican que el visitante no era un desconocido.

1.5.2. 2º paso: Presente sus ideas en un orden natural.

1.5.2.1. Los argumentos cortos se escriben en uno o dos párrafos. Ponga 1º la


conclusión seguida de sus propias razones, o exponga 1º sus premisas y
extraiga la conclusión final.
1.5.2.2. Exprese sus ideas en un orden tal que su línea de pensamiento se muestre de
la forma más natural posible. Ejemplo:
1.5.2.2.1. “Los males del mundo se deben tanto a los defectos morales como a la falta
de inteligencia. Pero la raza humana no ha descubierto hasta ahora ningún
método para erradicar los defectos morales...
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1.5.2.2.2. La inteligencia, por el contrario, se perfecciona fácilmente mediante métodos
que son conocidos por cualquier educador competente. Por lo tanto, hasta que
algún método para enseñar la virtud haya sido descubierto, el progreso tendrá
que buscarse a través del perfeccionamiento de la inteligencia antes que del de
la moral” (Bertrand Russell).

1.5.3. 3º paso: Parta de premisas fiables.

Aún si su argumento, desde la premisa a la conclusión, es válido, si sus


premisas son débiles, su conclusión será débil. Ejemplo:
Nadie en el mundo es realmente feliz en la actualidad. Por lo tanto, parece que
los seres humanos no están hechos precisamente para alcanzar la felicidad.
¿Por qué deberíamos esperar lo que nunca podemos encontrar?

En este ejemplo hay que preguntarse si la premisa: ¿Nadie en el mundo es


realmente feliz? Es una plausible. Esta premisa necesita, al menos, una
justificante, y es probable que no sea precisamente verdadera; por lo que, este
argumento, no puede demostrar que los seres humanos no estamos hechos
para alcanzar la felicidad, o que no debemos esperar ser felices.

1.5.4. 4º paso: Use un lenguaje concreto, específico, definitivo. Evite términos


generales, vagos y abstractos. Ejemplo:
“Caminamos horas bajo el sol”, es mucho mejor que: “Fue un prolongado
período de esfuerzo laborioso”.

1.5.5. 5º paso: Evite un lenguaje emotivo.


No se trata de caricaturizar al oponente. Es conveniente defender una premisa
con razones serias y sinceras. Intente comprender las premisas contrarias
aunque no esté de acuerdo con ellas. Si no logra imaginar cómo podría
alguien sostener el punto de vista que Ud. está atacando, es porque aún no lo
ha entendido bien. Ejemplo:

El sabotaje electoral jugó un papel importante en la guerra secreta en Brasil.


La CIA invirtió unos 20 millones de dólares para financiar a los
conservadores en la elección brasileña...El dinero fue usado para comprar a
los candidatos en 8 de las 11 elecciones a gobernador...

Enunciado en un lenguaje más asertivo: La CIA trató de influir en la elección


brasileña entregando dinero a los candidatos conservadores.

1.5.6. 6º paso: Use términos consistentes.


Utilice un solo conjunto de términos para cada idea. Los términos consistentes
son especialmente importantes cuando su propio argumento depende de las
conexiones entre las premisas. Ejemplo:
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Si Ud. estudia otras culturas, entonces comprenderá que hay una diversidad
de costumbres humanas. Si comprende que hay una diversidad de costumbres
humanas, entonces cuestionará sus propias costumbres. Si cuestiona sus
propias costumbres, entonces se volverá más tolerante. Por lo tanto, si Ud.
estudia otras culturas, entonces se volverá más tolerante.
En este ejemplo una premisa implica a la otra, por ello es vital la consistencia
de los términos empleados.

1.5.7.1. 7º paso: Use un único significado para cada término.

La tentación opuesta es usar una sola palabra en más de un sentido. Esta es la


falacia clásica de la “ambigüedad”. Ejemplo:

Las mujeres y los hombres son física y emocionalmente diferentes. Los sexos
no son “iguales”. Entonces, y por lo tanto, el derecho no debe pretender que
lo somos. En este argumento se está utilizando el término igualdad en sentidos
diferentes, en un caso se alude a la igualdad física y en otro a la igualdad ante
la ley.

1.6. Argumentos mediante ejemplos.

Los argumentos mediante ejemplos son aquellos que ofrecen uno o más
ejemplos específicos en apoyo de una generalización. Ejemplo:

En épocas pasadas, las mujeres se casaban muy jóvenes. Julieta, en Romero y


Julieta de Shakespeare, aún no tenía 14 años. En la Edad Media, la edad
normal del matrimonio para las jóvenes judías era de 13 años. Y durante el
Imperio romano muchas mujeres romanas contraían matrimonio a los 13
años, o incluso más jóvenes.

Este argumento generaliza a partir de 3 ejemplos: Julieta, las jóvenes judías en


la Edad Media, y las mujeres romanas en el Imperio romano, a muchas o a la
mayoría de las mujeres en épocas pasadas.

Para verificar de manera adecuada una generalización hay que partir de


premisas fiables; Pues, si ninguna de las premisas puede sustentarse no hay
argumento. Para comprobar los ejemplos de los argumentos o para citar
buenos ejemplos, se debe investigar un poco.

Las generalizaciones acerca de grandes conjuntos de casos requieren la


selección de una “muestra”. Ésta ha de ser representativa del conjunto de la
población acerca de la cual se generaliza. La investigación es clave para
argumentar correctamente en estos casos. El uso de contraejemplos y la
honestidad garantizan un buen argumento.
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La información de trasfondo resulta fundamental para poder evaluar el


conjunto de ejemplos.

Es importante comprobar las generalizaciones preguntándose si hay


contraejemplos:

Si yo enuncio: “La guerra del Peloponeso fue causada por el deseo de Atenas
de dominar Grecia”. “Las guerras napoleónicas fueron causadas por el deseo
de Napoleón de dominar Europa”. “Las dos guerras mundiales fueron
causadas por el deseo de los fascistas de dominar Europa”. En general,
entonces, las guerras son causadas por el deseo de dominación territorial.

En la generalización anterior habrá que preguntarse si todas las guerras son


causadas por el deseo de dominación territorial, para luego analizar si la
generalización empleada es o no demasiado amplia.

Se podría citar como contraejemplos las revoluciones, que tienen causas


completamente diferentes, o las guerras civiles, que también presentan causas
diferentes.

En caso de que surjan contraejemplos, a la generalización que se quiere hacer,


es necesario revisarla. Trate también de pensar en contraejemplos cuando
evalúe los argumentos de cualquier otra persona. Analice si las conclusiones
de esa persona deben ser revisadas y limitadas o si tienen que ser retiradas por
completo. Se debe aplicar iguales reglas tanto a los argumentos propios como
a los de otra persona.

1.7. Argumento por Analogía.

Los argumentos por analogía, en lugar de aumentar los ejemplos para apoyar
la generalización, pasan de un caso o ejemplo específico a otro; argumentando
que, dado que ambos ejemplos son semejantes en muchos aspectos, son
también semejantes en otro aspecto específico.
Cuando un argumento acentúe las semejanzas entre dos casos, es muy
probable que sea un argumento por analogía. Ejemplo:

“Sucedió ayer en Roma: Adam Nordwell, un jefe indio de los chipewa


estadounidense, ejecutó un acto notable al descender de su avión proveniente
de California completamente vestido con los trajes e insignias de la tribu.

Nordwell anunció, en nombre del pueblo indio estadounidense, que estaba


tomando posesión de Italia “en virtud del derecho de descubrimiento”, de la
misma manera que lo hizo Cristóbal Colón en América. “Yo proclamo este día
el día del descubrimiento de Italia”, dijo Nordwell.
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¿Qué derecho tenía Colón a descubrir América, cuando ya estaba siendo


habitada desde hacía miles de años? El mismo derecho que ahora tengo para
llegar a Italia y proclamar el descubrimiento de su país”.

Explicación: Nordwell está sugiriendo que su descubrimiento de Italia es


similar al descubrimiento de América por parte de Colón en, al menos, un
aspecto importante: ambos, Nordwell y Colón, reclamaban un territorio que
ya estaba siendo habitado por su propio pueblo desde hacía siglos. Entonces
Nordwell insiste en que tiene tanto “derecho” a reclamar Italia como lo tenía
Colón para pretender América. Pero por supuesto, Nordwell no tenía derecho
a reclamar América.

La primera premisa del argumento por analogía formula una afirmación


acerca del ejemplo usado como analogía. La segunda premisa afirma que el
ejemplo de la primera premisa es similar al ejemplo acerca del cual el
argumento extrae una conclusión. La analogía requiere un ejemplo similar de
manera relevante, es decir, los ejemplos utilizados no deben ser absolutamente
idénticos

1.8. Argumento de Autoridad.

A menudo tenemos que confiar en otros para informarnos y para que nos
digan lo que no podemos saber por nosotros mismos. No todo el
conocimiento lo podemos probar por nosotros mismos, ni tampoco podemos
conocer todo de primera mano; En su lugar, tenemos que argüir de la
siguiente forma:

“X (alguna persona u organización que debe saberlo) dice Y, Por lo tanto, Y es


verdad. Los argumentos de esta forma son argumentos de autoridad. Ejemplo:

Organizaciones de DDHH dicen que algunos presos son maltratados en


México. Por lo tanto, concluimos que, efectivamente, algunos presos son
maltratados en México.

Como muchas veces resulta peligroso confiarnos de lo que otros nos dicen, un
buen argumento de autoridad debe satisfacer algunos criterios:
1.8.1. Las fuentes deben ser citadas, salvo en los casos en que las premisas sean
tan obvias que no lo necesiten, por ejemplo, si se dice Julieta amaba a Romeo.

Las citas a las fuentes tienen dos propósitos: ayudan a demostrar la fiabilidad
de la premisa, y por otro lado, el lector u oyente puede encontrar la
información por sí mismo. Por lo tanto, las citas deben incluir toda la
información necesaria. Lo correcto en nuestro ejemplo sería:
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Amnistía Internacional informa, en el número de Amnesty International
Newsletter (vol. 15, nº 1, p.6) de enero de 1985, que algunos presos son
maltratados en México. Por lo tanto, algunos presos son maltratados en
México.
1.8.2. Las fuentes deben estar bien informadas, es decir, ser cualificadas para hacer
las afirmaciones que realizan. Estas fuentes están cualificadas porque tienen
la formación y la información apropiadas.
1.8.3. Un argumento debe explicar brevemente el fundamento o la información de
una autoridad cuando no resultan claros sus fundamentos. Atención: Una
fuente bien informada no tiene que corresponder necesariamente con nuestro
modelo general de lo que es “una autoridad”; e incluso, una persona que se
adapta a ese modelo puede no ser una fuente bien informada.
1.8.4. Desconfíe de las supuestas autoridades que pretenden saber lo que de ninguna
manera pueden saber, por ejemplo, si un libro pretende haber sido escrito
como si el autor hubiese sido una mosca en la pared de la Moneda,
razonablemente puede suponer que se trata de un texto lleno de conjeturas,
rumores y otras informaciones no fidedignas (salvo que el autor compruebe
sus dichos).
1.8.5. Las fuentes citadas deben ser imparciales. Si se trata de un producto de
consumo, por ejemplo, la mejor información proviene de revistas
independientes de consumidores y de los organismos estatales
correspondientes. A este respecto asegúrese que la fuente sea genuinamente
independiente y no de un grupo de interés disfrazado bajo un nombre que sea
independiente. Verifique sus fuentes de datos, sus otras publicaciones, el tono
del informe o del libro que es citado. Asegúrese que la prueba se cita
correctamente y que no está sacada fuera de contexto, y verifique la
información adicional que pueda ser relevante.
1.8.6. Compruebe las fuentes. Antes de citar a alguna persona u organización como
autoridad, debería comprobar que otras personas u organizaciones igualmente
cualificadas e imparciales están de acuerdo.
1.8.7. Los ataques personales no descalifican a las fuentes. Las supuestas
autoridades pueden ser descalificadas si no están bien informadas, no son
imparciales o en su mayor parte no están de acuerdo. Otros tipos de ataques a
las autoridades no son legítimos. Un ataque a la persona de la autoridad puede
ser constitutiva de una falacia ad hominem.

1.8. Las Falacias.

Las falacias son errores en los argumentos. Son tan comunes y tentadoras que
algunas tienen sus propios nombres. Llamar a algo una falacia, normalmente, es
sólo otra manera de decir que viola una de las reglas de los buenos argumentos.
Para entender una falacia hay que entender cuál regla de los buenos argumentos se
viola. Hay dos grandes falacias:
1.9.1. Uno de los errores más comunes es extraer conclusiones de una muestra
demasiado pequeña, por ejemplo, afirmar que todos los italianos son gritones sólo
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porque encontré un par de ellos que efectivamente lo era. Esta es la falacia de la
generalización a partir de información incompleta.
1.9.2. Una segunda falacia común es el olvido de alternativas. No se precipite,
usualmente hay muchas más explicaciones alternativas de las que piensa, esto se
aprecia especialmente cuando estamos tratando de tomar decisiones. Destacan dos
o tres opciones, y sólo esas sopesamos. En cuestiones éticas también tendemos a
olvidar alternativas. Trate de aumentar el número de las opciones que examine ¡no
de disminuirlo!
1.9.3. Algunas falacias usuales (relación de falacias):

1.9.3.1. Ad Hominem, atacar a la persona de la autoridad alegada, en vez de atacar


sus calificaciones.
1.9.3.2. Ad Ignorantiam (apelar a la ignorancia) Sostener que una afirmación es
verdadera sólo porque no se ha demostrado que es falsa.
1.9.3.3. Ad misericordiam (apelar a la piedad) Apelar a la piedad como un
argumento a favor de un trato especial.

1.10. Argumento acerca de las causas.

A veces tratamos de explicar por qué sucede alguna cosa argumentando acerca de
sus causas. Por ejemplo: una persona se pregunta por qué algunos de sus amigos
tienen una mentalidad más abierta que otros. Luego de hablar con ellos descubre
que la mayoría que tienen una mentalidad más tolerante son también personas
cultas, mientras que la mayoría de aquellos que no tienen una mentalidad abierta
no lo son. Es decir, se descubre que hay una correlación entre ser culto y tener una
mentalidad abierta y tolerante.
Entonces, debido a que ser culto parece estar correlacionado con tener una
mentalidad abierta, probablemente concluirá que ser culto conduce (o es causa) a
tener una mentalidad abierta.

En este mismo ejemplo, para informarse acerca de la si la lectura tiende a hacer


que una persona sea de mentalidad más abierta, un psicólogo puede idear una
prueba para saber qué personas son de mentalidad abierta y luego hacer una
encuesta sobre los hábitos de lectura, seleccionar después una muestra
representativa de la población y luego comprobar la relación directa entre lectores
asiduos y sujetos con mentalidad abierta.

Muchas veces resulta difícil saber qué causa qué, por ello, es conveniente tener a la
vista algunas cuestiones importantes:

1.10.1. Los buenos argumentos, entonces, no apelan únicamente a la correlación de


A y B. También explican porqué “tiene sentido” para A causar B. A este
respecto se puede además citar la fuente, y explicar porqué se trata de una
fuente informada.
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1.10.2. Encontrar alguna causa posible no es suficiente. Sino que, se debe demostrar
que esa causa es la más probable. Por ejemplo, siempre es posible que el
triángulo de las bermudas esté realmente habitado por seres sobrenaturales
que protegen sus dominios de la intromisión humana. Es posible. Pero la
explicación sobrenatural es altamente improbable, comparada con otras
explicaciones posibles de la desaparición de barcos y aviones: tormentas
tropicales, vientos, olas impredecibles; etc. Para determinar aquellas
explicaciones más probables una regla es.
1.10.3. Preferir aquellas explicaciones que son compatibles con nuestras creencias
mejor fundadas. A veces es necesario hacer pruebas antes de aceptar
cualquier explicación con demasiada confianza.
1.10.4. Considerar que algunas correlaciones no son más que meras coincidencias,
es decir, la mera correlación por sí misma, no establece una relación de
causa y efecto. En este sentido se debe ser cuidadoso.
1.10.5. Algunos hechos correlacionados pueden tener una causa común, algunas
correlaciones no son relaciones entre causa y efecto, sino que, representan
dos efectos de alguna otra causa. Por ejemplo, tanto ser culto como tener
una mentalidad abierta, pueden ser factores causados por un 3º factor: ir a la
universidad. Por lo tanto, ser culto, tal vez, no conduce por sí mismo, a tener
una mentalidad abierta, sino que además se debe considerar otros factores.
1.10.6. Cualquiera de dos hechos correlacionados puede causar el otro. Ello
significa que la correlación no establece la dirección de la causalidad. Por
ejemplo, si A se correlaciona con B, puede que A causa B, pero también
puede ser que B cause A. Por ejemplo si se establece una correlación que
señala que la televisión está arruinando nuestra moral; también se podría
señalar que nuestra moral está arruinando la televisión. Por ello, siempre es
conveniente investigar las explicaciones alternativas. Sólo si se puede suplir
las conexiones plausibles de A a B, pero no de B a A, entonces parece
probable que A conduce a B y no al revés.
1.10.7. Estimar que las causas pueden ser complejas.

1.11. Argumento deductivos.

Los argumentos deductivos correctamente formulados, son aquellos en los cuales,


la verdad de sus premisas garantiza la verdad de sus conclusiones.
Por ejemplo: Si en el ajedrez no hay factores aleatorios, entonces el ajedrez es un
juego de pura destreza.

En el ajedrez no hay factores aleatorios. Por lo tanto, el ajedrez es un juego de pura


destreza. Si ambas premisas son verdaderas entonces también debe ser verdad que
el ajedrez es un juego de destreza.

Para discrepar con la conclusión también se tiene que discrepar con al menos una
de las premisas.
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Por lo tanto, los argumentos deductivos ofrecen certeza. Pero sólo si sus premisas
son también ciertas.

Esta cuestión se debe relacionar con la fiabilidad de las premisas, requisito que se
debe tener a la vista para construir un argumento sólido.

Los argumentos deductivos correctamente formulados se llaman argumentos


válidos.

Los argumentos deductivos pueden clasificarse en varios tipos, según se


estructuren o enuncien sus premisas:

1.11.1. El modus ponens o modo de poner, atiende al orden de las premisas, puesto
p, se consigue q. Ejemplo. No hay factores aleatorios en el ajedrez, y para
representar q: El ajedrez es un juego de pura destreza.
1.11.2. Modus tollens o modo de quitar, en donde se quita una premisa. Ejemplo: si
p entonces q. No-q, Por lo tanto, no-p. Si el perro no hubiera conocido bien
al visitante, entonces hubiera ladrado. El perro no ladró. Por lo tanto, el
perro conocía bien al visitante.
1.11.3. Silogismo hipotético. Se enuncia: Si p entonces, q, si q entonces r, Por lo
tanto, si p entonces r. Ejemplo: Si Ud. estudia otras culturas, comprenderá
que existe un diversidad de costumbres humanas.
Si Ud. comprende que existe una diversidad de costumbres humanas;
entonces pone en duda sus propias costumbres. Por lo tanto, si Ud. estudia
otras culturas, entonces pone en duda sus propias costumbres.
1.11.4. Silogismo disyuntivo. Se enuncia, p o q. No-p. Por lo tanto, q. Ejemplo:
Esperamos el progreso mediante el perfeccionamiento de la moral, o lo
esperamos mediante el perfeccionamiento de la inteligencia. No podemos
esperar el progreso mediante el perfeccionamiento de la moral. Por lo tanto,
debemos esperar el progreso mediante el perfeccionamiento de la
inteligencia.
1.11.5. Dilema, se enuncia, p o q. Si p entonces r. Si q entonces s. Por lo tanto, r o s.
Ejemplo: Hay un dilema al que cualquier oposición a una injusticia
triunfante, en la naturaleza de las cosas, está sujeta. Si Ud. no hace nada será
considerado un cómplice de las medidas a las que su silencio asiente. Si Ud.
resiste, será acusado de provocar al irritable poder de cometer nuevos
excesos. La conducta de la parte perdedora nunca aparece como correcta.
1.11.6. Reductio ad absurdum. Consiste en la reducción al absurdo, se enuncia: Para
probar p. Se asume No-p (esto es, que p es falso). De esa asunción se deriva
una implicación: q. Se muestra: q es falso (contradictorio, estúpido,
“absurdo”). Se concluye: p.
1.11.6.1. Ejemplo: Para probar: El mundo no tiene un Creador de la manera en que
las cosas lo tienen.
1.11.6.2. Se asume: El mundo sí tiene un Creador de la manera que las casas lo
tienen.
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1.11.6.3. De la asunción se sigue que: Dios es imperfecto (porque el mundo es
imperfecto).
1.11.6.4. Pero: Dios no puede ser imperfecto.
1.11.6.5. Por lo tanto: El mundo no tiene un Creador de la manera en que las casas lo
tienen.

1.12. Algunas Falacias usuales.

1.12.1. Ad populum. Estamos en presencia de esta falacia cuando apelamos a las


emociones de la multitud, o también cuando apelamos a que una persona se
comporta como la multitud, es decir, “Todo el mundo lo hace”, y no
ofrecemos los fundamentos para explicar lo que aseveramos.
1.12.2. Ambigüedad. Usar una palabra simple en más de un sentido.
1.12.3. Causa falsa. Término genérico para una conclusión cuestionable sobre causa
y efecto.
1.12.4. Composición. Cuando se asume que un todo debe tener las propiedades de
sus partes. Por ejemplo, “dado que los miembros del equipo son atletas
magníficos, el equipo debe ser un equipo magnífico”. Esta falacia es opuesta
a la de división.
1.12.5. Definición persuasiva. Definir un término de tal manera que parezca neutral,
pero que de hecho es sutilmente emotivo.
1.12.6. Descalificar la fuente. Usar un lenguaje emotivo para menospreciar un
argumento incluso antes de mencionarlo. Por ejemplo: “confío en que Ud.
no se ha dejado engañar por los dichos de aquella desquiciada mental, que
vive en un mundo irreal”.
1.12.7. Falso dilema. Reducir las opciones que se analizan sólo a dos, a menudo
drásticamente opuestas e injustas para la persona contra quien se expone el
dilema. Por ejemplo: EEUU ámalo o déjalo.
1.12.8. Hombre de paja. Caricaturizar la opinión de un oponente de manera tal que
resulte fácil refutarla.
1.12.9. Non sequitur. Extraer una conclusión que “no se sigue”, es decir, una
conclusión que no es una inferencia razonable de una prueba.
1.12.10. Palabras equívocas. Cambiar el significado de una palabra en medio de un
argumento, de tal modo que su conclusión pueda ser mantenida aunque su
significado pueda haberse modificado radicalmente.
1.12.11. Petitio principii. Usar de un modo implícito la conclusión como una
premisa.
1.12.12. Pista falsa. Introducir una cuestión irrelevante o secundaria y, de ese modo,
desviar la atención de la cuestión principal. Después de esto, por lo tanto,
debido a esto, asumir la causalidad demasiado pronto sobre la base de la
mera concesión en el tiempo.
1.12.13. Preguntas complejas, exponer una cuestión o una pregunta de tal manera
que una persona no pueda acordar o discrepar con Ud. sin obligarse con
alguna otra afirmación que Ud. quiere promocionar.
1.12.14. Provincianismo, error por universalizar un hecho local.
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1.12.15. Suprimir prueba. Presentar sólo un conjunto de datos que apoyen su
afirmación, ocultando las partes que la contradicen.

2.- Expresión corporal.

Puede definirse como la disciplina cuyo objeto es la conducta motriz, con finalidad
expresiva, comunicativa y estética; en la que el cuerpo, el movimiento y el
sentimiento, son instrumentos básicos.
Profundizando algo más en la definición dada, se trata de la Actividad Corporal
que estudia las formas organizadas de la expresividad corporal; entendiendo el
cuerpo como un conjunto de lo psicomotor, afectivo-relacional y cognitivo.

Se caracteriza por la ausencia de modelos cerrados de respuesta y por el uso de


métodos no directivos, sino favorecedores de la creatividad e imaginación; cuyas
tareas pretenden la manifestación o exteriorización de sentimientos, sensaciones e
ideas, la comunicación de los mismos y del desarrollo del sentido estético del
movimiento.

El objetivo que pretende es la búsqueda del bienestar con el propio cuerpo


(desarrollo personal) y el descubrimiento y/o aprendizaje de significados
corporales. Como actividad tiene en sí misma significado y aplicación; pero puede
ser además un escalón básico para acceder a otras manifestaciones corpóreo-
expresivas más tecnificadas.

2.1. ¿A qué contexto social nos referimos?


Nos estamos aproximando a esta materia, principalmente, desde el ámbito
educativo. Pero existen otros contextos (según Jacqueline Blouin le Baron):
2.1.1. Terapéutico: se desarrolla en gabinetes psicológicos y centros terapéuticos; en
ocasiones se relaciona con el psicoanálisis. Las actividades obedecen a fines
curativos o preventivos de dificultades de tipo psicológico, relacional, etc.
2.1.2. Metafísico: relacionado con propuestas orientalistas y experiencias casi místicas;
los fines están próximos a acercarse a lo “supra físico”.
2.1.3. Escénico: ubicado en grupos de teatro u otras manifestaciones escénicas, en las
que interesa un grado de desinhibición, para la mejor aprehensión de un personaje,
para un mejor sentir una coreografía, para una caracterización.

2.2. Finalidades de la Expresión Corporal.

La Expresión Corporal tiene una doble finalidad. Por un lado, sirve como base de
aprendizajes específicos y, por otro, tiene un valor en sí misma; ya que colabora en
el desarrollo del bagaje experimental del ser humano.
2.3. Objetivos generales de la Expresión Corporal.

2.3.1. Desarrollo personal, búsqueda del bienestar psico-corporal con uno mismo.
2.3.2. Aprendizaje de códigos y significados corporales.
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2.3.3. Manifestación y exteriorización de sentimientos, sensaciones, ideas, conceptos,
etc.
2.3.4. Comunicación de sentimientos, sensaciones, ideas, conceptos
2.3.5. Desarrollo del sentido o intención estética (artística, plástica) del movimiento.

2.4. Elementos constitutivos de la Expresión Corporal.


2.4.1. Cuerpo: es el sustento de cualquier conducta motriz; pero lo definimos como
instrumento expresivo por una doble razón:
2.4.1.1. 1º, el cuerpo aún en ausencia de movimiento, es una fuente de información
para el observador externo e incluso para el propio sujeto, que da idea de
estados de ánimo, actitudes, procedencia, etc. Estamos hablando aquí de la
posibilidad comunicativa tan enorme que tiene el cuerpo incluso
involuntariamente.
2.4.1.2. Es un instrumento puesto que puede ser utilizado y estudiado como tal, para
tareas de finalidad expresivo-comunicativa. Por esta razón el cuerpo
humano es importante analizarlo de dos puntos de vista:
2.4.1.3. Anatómico: A partir de un desglose anatómico, cada parte tiene una
funcionalidad y a su vez unas posibilidades expresivas y unos mensajes
específicos. Este análisis segmentario enfocado a la percepción y control del
propio cuerpo permite, por un lado, conocer nuestro propio cuerpo, para
poder desarrollar con él actividades expresivas o de otro tipo y, por otro,
gracias a tareas de expresión y comunicación, podemos colaborar en el
objetivo de conocimiento y control del propio cuerpo.
Ej.: Cerrar el puño con el dedo pulgar extendido y hacia arriba, conlleva un
mensaje totalmente diferente al mismo gesto con el pulgar hacia abajo. En
este ejemplo gracias al trabajo gestual (contenido de Expresión Corporal).
2.4.1.3.1. Actitud postural: Estudio del mensaje emitido por una persona a partir de
una postura adoptada espontáneamente. Ej.: Se entiende que una persona
con piernas y brazos cruzados, muestra una actitud más supuestamente
distante a un orador, que otra persona en actitud de apertura.

2.4.2. Movimiento: El movimiento como el resultado de la actividad corporal, constituye


otro de los elementos de la conducta motriz, en este caso de la expresiva.

La aparición del movimiento permite la presencia de momentos y evoluciones que


en sí mismos muestran distintos significados expresivos: el paso de una postura a
otra se hace mediante el movimiento; la cadencia del movimiento (velocidad a la
que este se produce) según sea, implica unos sentimientos u otros; los
movimientos rectos u ondulados comunican distintas sensaciones, etc.

2.4.3. Sentimiento. Los objetivos de tipo afectivo-relacional están impregnando toda la


Expresión Corporal una de las áreas en las que el sentimiento, la emoción, la
afectividad. En este apartado se interrelacionan los conceptos de sentimiento,
sentido, sensación y emoción. Veamos algunas definiciones:
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2.4.3.1. Sentimiento. Impresión y movimiento que causan en el alma las cosas
espirituales.
2.4.3.2. Sentido. Cada una de las aptitudes que tiene el alma, de percibir, por medio
de determinados órganos corporales las impresiones de los objetos externos.
2.4.3.3. Sensación. Impresión que las cosas producen en el alma por medio de los
sentidos.
2.4.3.4. Emoción. Estado de ánimo caracterizado por una conmoción orgánica
consiguiente a impresiones de los sentidos, ideas o recuerdos, la cual
produce fenómenos viscerales que percibe el sujeto emocionado, y con
frecuencia se traduce en gestos, actitudes u otras formas de expresión”. Para
Ekman y Friessen las emociones básicas son: alegría, tristeza, miedo, asco,
ira y sorpresa. Siendo todas las demás derivadas de éstas.
En resumen podríamos decir que los sentidos provocan en nosotros
sensaciones, que desembocan en sentimientos que provocan en la persona,
emociones.

3.- Expresión oral.

La expresión oral es la transmisión verbal de comunicaciones. Es la principal


forma de relación y de integración social entre los hombres. La comunicabilidad es
una necesidad humana para expresar experiencias, manifestar, opiniones y
transmitir informaciones.

La palabra hablada es el vehículo para expresar, orientar, disuadir o convencer.


Hasta la conversación más trivial, requiere de una capacidad y agilidad del
hablante, para atraerse la atención de los oyentes.

Fundamentos de la expresión oral.

Es importante en la vida actual tener una expresión oral brillante, porque, como la
lectura, es también una herramienta de trabajo “el que sabe hablar casi siempre se
queda con la razón, contra aquel que no sabe”.

Al igual que en la expresión escrita, en el aspecto intelectual, la exposición oral


está íntimamente relacionada con el desarrollo del pensamiento. La falta de un
lenguaje rico dificulta pensar con claridad y precisión. Carecer de medios de
expresión es una traba considerable y contribuye a la confusión de ideas. En
cambio, disponer sin esfuerzo de formas de lenguaje, permite concentrarse más
intensamente sobre la elaboración del pensamiento.

Sin la capacidad de expresarse oralmente, resultaría imposible realizar las


actividades más elementales de la vida de relación. La conversación sirve para que
el hombre comunique sus necesidades e ideas a los otros, esperando de ellos su
comprensión, su cooperación o la ejecución de alguna acción.
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La mayoría de los hombres no conocen que el lenguaje tiene unas funciones
apelativas, expresivas o discursivas. Pero, absolutamente todos saben utilizarlas en
cualquier momento.

En el plano afectivo la comunicación entre padres e hijos, desde el nacimiento del


niño, contribuye a crear sólidos lazos efectivos, al mismo tiempo que ayuda al
desarrollo integral. Porque, el niño recibe estímulos efectivos e intelectuales que
de otra forma no tendría.

Sin duda podemos decir que alguien que domina su capacidad de expresión oral,
aumenta su eficiencia y sus probabilidades de éxito en la vida.
Algunas técnicas para hablar y leer bien.

3.1. Voz y dicción. Aunque el comunicador tenga las ideas claras sobre lo que quiere
decir, la comunicación verbal no se inicia, hasta que el emisor se dispone a hablar
ante el grupo específico, que se apresta a escucharlo y que asume ante él, una
actitud más o menos expectante.
Con muy buen criterio se suele usar la palabra queriéndose significar con ella que
se da una charla, una lectura, un discurso o una conferencias. Es, sin duda, porque
en esta fase de la comunicación esta envuelto un aspecto físico, y en parte material,
constituido por la voz que hemos de emitir.

La voz depende, además, de que el emisor pueda respirar bien. Ello ayudará, no
sólo a atenuar o suprimir su tensión nerviosa; sino que, le permitirá, además,
disciplinar su voz; De forma que pueda imprimirle cambios de intensidad,
expresión y entonación, y graduar los ritmos y pausas, que son obligados en la
comunicación.

Además de ofrecer una imagen favorable del emisor, una buena voz contribuye a
que el hablante puede presentar sus palabras en forma más significante e
interesante. No existe propiamente un mecanismo específico productor de la voz.
La lengua, las cuerdas vocales, por ejemplo, aunque contribuyen a la formación de
la voz, tienen otras funciones principales. Por eso se afirma que el mismo hecho de
que se hable, sea únicamente una función secundaria de estos órganos.

3.2. La articulación. La lengua, los labios, los dientes, el maxilar, el paladar y el velo
del paladar, son agentes capaces de modificar el sonido producido por el
mecanismo de la voz. La calidad del tono se puede lograr cuando, a través del
movimiento del conjunto de dichos órganos, se varía el tamaño y la forma de la
cavidad bucal.

Ha de tenerse en cuenta que, la lengua es el órgano que más contribuye a dar


claridad a los sonidos de las palabras. Porque, aunque la boca tenga la apertura
necesaria, los sonidos producidos no pueden modularse, si la lengua permanece
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inactiva o se mueve con torpeza. La diferencia de los sonidos de las vocales
depende, en parte, de la posición que ocupa la lengua.

Otra de las funciones de dichos órganos, es la formación de los sonidos de las


consonantes, que se logra con el cierre brusco, la apertura súbita y progresiva, o
cualquier otra interrupción del flujo del aire que da forma a los sonidos vocálicos.

La precisión y nitidez de la articulación se logra a través del empleo apropiado de


este conjunto modificador. Un cierto número de sonidos consonantes, tales como
d, z, ch, g y k, dependen del movimiento activo de la lengua.

Los labios también son muy importantes para una pronunciación clara. Si se dejan
excesivamente relajados, el resultado es una serie de murmullos confusos.
Especialmente en la pronunciación de los sonidos p, b, m, f, que exigen una
enérgica acción labial.

Cuando se habla ante un micrófono, debe evitarse, claro está, la emisión


excesivamente explosiva de las consonantes. Pero en otros casos, deben emplearse
los labios con movimientos de mayor firmeza para dar una mayor claridad y
rotundidad de las palabras.

Articular bien, permite, entre otras cosas, hacerse comprender claramente incluso
en voz baja. Una buena articulación, facilita la comprensión de lo que se dice. Lo
cual constituye la única manera de mantener y desarrollar el interés del público.
Las cualidades más importantes de la articulación son: Claridad, Intensidad,
Velocidad, Pausas. Ritmo, Entonación.

3.3. Claridad: Los malos hábitos de pronunciación no corregidos a tiempo son la causa
de una defectuosa dicción. Esta falla en la comunicación, no puede atribuirse al
nerviosismo ni al estado emocional del emisor; puesto que, la dicción defectuosa,
lo es también cuando no hay ningún motivo que justifique el estado de tensión
propio del nerviosismo.

Es preciso hablar despacio para articular con claridad; cuando el maxilar, la lengua
y los labios tengan una mayor flexibilidad y precisión de movimientos, habrá
llegado el momento de aumentar la velocidad. Pero, hasta entonces ha de
mantenerse la calma.

3.4. Intensidad. La forma más habitual de aumentar el sentido y la expresividad de la


palabra consiste en graduar, con pequeños matices diferenciales, la intensidad y el
volumen de la voz. A veces, para atraer más la atención y aún para provocarla, será
necesario bajar mucho el volumen de la voz. En otros casos, será necesario
levantarla más. Ello es un recurso muy eficaz para despertar el interés cuando esté
el público esté languideciendo.
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3.5. Velocidad: Quienes hablan o leen con excesiva velocidad fatigan a quienes
quisieran escucharle, hablar o leer con lentitud, en cambio, puede resultar
desesperante. ¿A qué velocidad debe hablarse o leerse? Esto implica a su vez otras
preguntas. ¿De qué se va hablar? ¿A quién se va hablar?

Se habla con menos velocidad cuando los oyentes están poco familiarizados con el
asunto que se trata, o cuando el nivel intelectual de los receptores es muy diverso.
En cambio, si se trata de un tema sencillo que puede seguirse fácilmente, se
hablará con mayor velocidad que si se tratara de una cuestión más complicada.
Normalmente hablamos a una velocidad de 120 a 180 palabras por minuto, pero no
es posible hacerlo a una velocidad uniforme. Lo correcto es que la velocidad se
ajuste al tipo de pensamiento o sentimiento que el orador trata de transmitir.

3.6. Pausas: Lo mismo que la coma, el punto y coma, y el punto, sirven para separar las
palabras escritas, y contribuyen, por tanto, si se hace buen uso de ellas, a mantener
más viva la atención. Una comunicación oral sin pausas, es de una monotonía
aterradora. El uso inadecuado de las mismas resulta tan perjudicial y confuso para
el oyente, como el uso de inadecuada puntuación en un escrito, En cuanto a las
pausas hay que considerar que las hay de tipo psicológico, respiratorio, afectivas y
lógicas.

3.7. Ritmo: Está íntimamente relacionado con la velocidad en el habla. Hay momentos
en que se ha de hablar con más velocidad que en otros. Los contrastes en el ritmo,
al igual que los contrastes en la modulación de la voz y del acento, tienen gran
importancia para dar expresividad y sentido a nuestra palabra y para retener más
fácilmente la atención del que escucha.

3.8. Entonación. Juega un papel muy importante en la comunicación oral, sobre todo en
la oratoria. Quienes no saben aprovechar la posibilidad de variar su voz, dentro del
tono que les es normal, sino por el contrario hablan siempre en el mismo tono,
logran una exposición monótona y carente de la vivacidad que puede proporcionar
la variación del tono cuando es aplicada hábilmente.

3.9. La entonación puede ser ascendente, descendente y mixta. La ascendente sugiere


interrogación, indecisión, incertidumbre, duda o suspenso. La descendente sugiere
una situación de conflicto o contradicción de los significados. Se unen,
frecuentemente, para denotar ironía o sarcasmo, o para exponer una sugerencia.

4.- Presentación personal y expresión corporal.

El valor del aspecto físico de la actividad corporal es manifiesto. El que escucha,


aprecia el significado de la expresión facial de quien habla, del modo que se sitúa o
se desplaza, de los gestos de la cabeza, los brazos, los hombros y las manos.
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Por otro lado, es un requisito fundamental, cuidar la apariencia física; teniendo en
cuenta a quién se habla o lee, de qué se habla o lee y otros aspectos.

4.1. Recursos para una eficiente expresión oral.


Hablar en público o ante los medios de comunicación provoca, con frecuencia,
nerviosismo y temores. Es una situación lógica para quien no está habituado. Pero
existe un conjunto de recursos, que se engloban en la denominada ciencia de la
retórica, que pueden ayudarnos a vencer esos obstáculos y a mejorar nuestra
confianza y capacidad para hacer llegar nuestro mensaje de forma nítida, precisa y
eficiente.

Descartemos, desde el principio que, hablar en público requiere amaneramiento o


grandilocuencia. Al contrario: lo mejor es la sencillez y la claridad. Es el lenguaje
más común y conocido por el auditorio al que nos dirigimos. Con un límite
infranqueable, la precisión frente a las generalidades; la honestidad de lo que
expresemos frente a demagogias fáciles. El recurso permanente al efectivismo,
descalifica la oratoria más brillante y al orador de mayor perfección lingüística.

En definitiva, para comunicar bien hay que cuidar la forma en que se expresan los
mensajes; Pero, hay que ser rigurosos con el fondo, con el contenido. Es decir, el
buen orador construye sus discursos con respeto escrupuloso. Tanto a la forma (el
lenguaje que utiliza), como al fondo (lo que verdaderamente piensa, defiende y
plantea).

4.2. Características de una buena comunicación.

4.2.1. Claridad: Exponer ideas concretas y definidas, con frases bien construidas y
terminología común y al alcance de los destinatarios. Si hay que emplear palabras
que puedan presentar dudas al auditor, mejor detenerse en explicarlas para que
puedan ser comprendidas.
4.2.2. Concisión. Utilizar las palabras justas. Huir de palabrería. No hay que ser
lacónicos. Pero, tampoco emboscar al destinatario en una farragosa oratoria, por
más que sea preciosista.
4.2.3. Coherencia. Construir los mensajes de forma lógica, encadenando ordenadamente
las ideas y remarcando lo que son hechos objetivos y lo que son opiniones, sean
del orador o de otras personas.
4.2.4. Sencillez. Tanto en la forma de construir nuestro mensaje como en las palabras
empleadas.
4.2.5. Naturalidad. Tal vez, lo más difícil de lograr. Requiere una expresión viva y
espontánea, lo que no implica vulgaridad o descuido. Es la prueba del dominio del
lenguaje y el camino para lograr esa naturalidad, precisamente por una
concienzuda preparación de la intervención. Sólo así, con preparación y ensayo, se
puede asegurar convenientemente que el mensaje llegue a sus destinatarios de
forma precisa y fácilmente comprensible.
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5.- ¿Cómo construir bien el mensaje?

5.1. Recursos estructurales.

De la forma en que se organicen las frases, de las palabras que se utilicen, va a


depender en buena medida que el mensaje sea bien comprendido por los
destinatarios. Al elegir estas o aquellas palabras, y al construir las frases, con una u
otra estructura, se está apostando por una determinada forma de llamar la atención
del oyente, sobre aquellas ideas esenciales que tratamos de comunicar. Equivocar
la forma de expresión oral, equivale a impedir o cortocircuitar las posibilidades de
comunicación. ¿Cómo proceder?

5.1.1. Reglas elementales.

Si se trata de una comunicación coloquial, frases muy cortas, de pocas sílabas. En


un discurso, las frases pueden ser más amplias, pero cuidando en su construcción
las opciones de “hacer pausas” (para respirar, o para remarcar un concepto) que
faciliten su expresión oral, y también su comprensión por el auditorio.

Para enfatizar las “ideas principales”, las repeticiones son una herramienta
fundamental de la expresión oral. Repetición no significa reiteración, o monotonía.
Se recalca una idea. Pero, no necesariamente con las mismas palabras, sino con
sinónimos.

Posibilidades. Empezar varios párrafos con una misma palabra o expresión.


Repetir la última palabra de la frase anterior al comenzar una nueva. Terminar una
frase recalcando la idea con la que comenzamos. Concluir varias frases de la
misma forma. O, repetir un sustantivo, acompañándolo de distintos calificativos.

Para el buen uso de este recurso estructural (sin el peligro de caer en el abuso de
muletillas, frases hechas, o reiteraciones) lo mejor es preparar y ensayar a fondo la
intervención de que se trate. Sólo oyéndonos, seremos conscientes de fallos y
carencias propias, o de las dificultades que entraña su improvisación.

Hacer, periódicamente, recapitulaciones de nuestro mensaje, de las ideas


fundamentales que se están desarrollando en la intervención pública. Estos
resúmenes periódicos evitan que el auditorio se extravíe y aseguran un mejor
seguimiento del hilo argumental.

Exponer paralelismo, o contraposiciones, también ayuda a precisar y clarificar el


mensaje que tratamos de comunicar. Enfatiza lo que pretendemos expresar y nos
permiten dar al mensaje los contornos y matices que queremos trasladar
(razón/emoción; ciencia/experiencia, etc.: contrastes.).
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Amplificar una idea de nuestro discurso, bien recurriendo a la síntesis de lo
expresado y a su repetición resumida. O bien, recalcando dicha idea desde
diferentes puntos de vista. Con ello, se aclara y profundiza el mensaje, y el
receptor podrá captar los matices y el conjunto de la idea expresada. Se amplifica
recurriendo a ejemplos, comparaciones o contrastes, aclaraciones, o, en ocasiones,
con frases hechas.

Construir la intervención (discurso) de menos a más, en orden acumulativo. Las


ideas y mensajes deben seguir un orden ascendente, apoyando cada una de ellas en
las anteriormente expresadas a las que, evidentemente, deben aportar algo nuevo.

Este orden lógico de construcción del mensaje nos permite, además, ir


acrecentando el interés de los destinatarios y mantener su atención a lo largo de la
intervención. Es una forma de evitar que “desconecten”. (En la comunicación
periodística, la gradación es inversa: lo más destacado, al principio, es el titular).

Si se trata de una intervención larga, es preciso marcar de alguna forma las pausas
entre un apartado y otro de la comunicación, entre uno y otro mensaje, en tal caso,
conviene introducir “transacciones”, se resume lo dicho y se anuncia el camino
que va a seguir el discurso; los nuevos conceptos.

6.- ¿Cómo elegir las palabras indicadas?

6.1. Recursos estilísticos.

En la expresión oral, lo recomendable es buscar la claridad, la concisión, la


sencillez y la naturalidad. Todo ello, respetando la coherencia interna del mensaje.
Pero esas características no impiden que cada cual tenga, o trate de buscar, un
estilo propio, fundado en sus específicos recursos y habilidades expresivas.

Recuerde: Para comunicar bien hay que cuidar la forma en que se expresan los
mensajes, pero hay que ser rigurosos con el fondo, con el contenido.

En la expresión oral y pública, el objetivo es comunicar algo de la mejor manera y


con el mayor impacto posible. Para lograrlo, se utilizan recursos estilísticos:
expresiones que buscan la mayor expresividad e impacto para captar la atención, y
que se separan del lenguaje normal.

6.2. Crear imágenes. Una buena manera de captar la atención.

6.2.1. Llamar por su nombre a las cosas, nombrarlas. Con sustantivos y adjetivos bien
elegidos se evoca perfectamente una cosa, una idea.
6.2.2. Definir o escribir una idea de forma sencilla, destacando los rasgos esenciales.
6.2.3. Narrar una acción que queremos evocar.
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6.2.4. Recurrir a la comparación o al ejemplo para precisar la idea que queremos
transmitir. Tanto la comparación como el ejemplo, ayudan a entender lo
desconocido a través de lo conocido; o lo abstracto a través de lo concreto.
También el recurso metafórico ayuda a evocar e identificar aquello que queremos
expresar: Señala la identidad de una cosa o idea con otras mediante la
especificación de sus rasgos comunes. Un recurso contrario es la “antítesis”, en
cuanto aclara lo que queremos expresar, el concepto, por su contraposición o
contraste con otras ideas fácilmente identificables. Es una herramienta que
contribuye además, a que la expresión oral gane en ingenio, sorpresa y
expresividad.
6.2.5. Otros recursos estilísticos serían:

6.2.5.1. La “antífrasis”, que es decir lo contrario de lo que nuestro interlocutor


espera.
6.2.5.2. La “ironía”, combinada con otros recursos gestuales, fonéticos, etc.
6.2.5.3. La “paradoja”, oponiendo dos aspectos contradictorios en apariencia, pero
que no lo son en nuestro mensaje.
6.2.5.4. Los “juegos de palabras”, oponiendo términos que suenan igual, pero que
tienen un significado diferente.

6.2.6. Para dar riqueza, color y expresividad al estilo, también es posible recurrir a
figuras que dan énfasis a aquello que más nos importa destacar.

6.2.6.1. Además de la voz y el gesto, existen recursos estilísticos tales como la


‘hipérbole’ (exageración), que nos permite presentar una cosa o idea
agrandada o empequeñecida, para ganar en expresividad o para ridiculizarla.
6.2.6.2. La ponderación retórica o ‘exageración’ para dar mayor relieve a lo que se
quiere destacar, o la atenuación, que al quitar importancia a lo que se dice,
lo destaca.

6.2.7. Personificar, dramatizar o recurrir a la interrogación son, asimismo, recursos


estilísticos de primera magnitud. Al dar vida a cosas inanimadas, se remarca su
protagonismo y su interés. Al escenificar una historia, haciendo hablar a sus
personajes, ponemos ante los ojos del oyente, de forma gráfica, lo que nos importa
transmitir. Al preguntar en voz alta, se trata de reafirmar lo que decimos,
multiplicar la resonancia de esa afirmación. La expresión, además, gana en
emotividad y persuasión.

6.2.8. En definitiva, existen multitud de posibilidades estilísticas que pueden enriquecer


la expresión oral, y con ello la comunicación personal para conectar con el
auditorio. Se trata de optar por aquellos que, en cada caso, mejor puedan trasladar
nuestro mensaje. Lo que no debe olvidarse es que, por tratarse de un mensaje oral,
el lenguaje ha de ser vivo y natural. Que las palabras han de traslucir frescura y
espontaneidad. Están permitidas, incluso, incorrecciones gramaticales si con ello
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se refuerza la expresividad. Y también, obviamente, las expresiones populares, los
refranes, las frases hechas, etc.

Lo anteriormente expuesto tiene aplicación en el caso de que le toque enfrentar un


debate. Recuerde que éste puede ser muy enriquecedor para las partes
involucradas, si se practica adecuadamente. Se supone que el objetivo del mismo
es llegar al esclarecimiento de algún punto de importancia, y por eso, cuando nos
toca debatir a nosotros, tenemos que tener una buena estrategia para lograr la meta
de convencer a nuestro público u oponente.

Para empezar, es importante asegurarse de que lo que estamos sosteniendo es


verdadero. Los puntos de vista, ideas o emociones no sirven para un debate, dado
que se intenta llegar a una conclusión real y no conversar plácidamente del sentir
de cada quien.

7.- Recomendaciones para enfrentar un debate.

7.1. Usted tiene razón, y es importante que sienta seguridad al respecto. Si no hay tal
seguridad, la posibilidad de convencer al resto es, más bien baja.

7.2. Tenga un argumento central fuerte, en el cual se base cada cierto tiempo, para
debilitar los puntos menores de la oposición. No se trata de repetir como un loro,
sino de volver a la raíz, cada vez que la discusión parece descarrilarse, como es
usual en los debates.

7.3. Refute. Si le han dado un hecho o dato incorrecto, refútelo. Si dan un ejemplo sin
relevancia, refútelo. Usted busca convencer, y para ello es importante recordar el
primer punto: usted tiene razón.

7.4. Si necesita más tiempo, haga un resumen de lo dicho hasta entonces. Un buen
resumen no sólo encuentra puntos a re-considerar, que pueden haberse pasado por
alto, sino que, además, le otorga algo de tiempo para encontrar un nuevo
argumento o rebatir una falacia.

7.5. Nunca insulte a su oposición, no importa cuánto desee hacerlo, ¡no lo haga! Si
desea descargar su enojo, hágalo contra el falso argumento. No use ataques
personales si desea ganar.

7.6. Tenga pasión. Crea en lo que está diciendo y probablemente ganará. Hable desde
su corazón, pero también use el conocimiento lógico y académico que haga falta.

Estos son algunos puntos a considerar para el caso de que usted necesite imponer
una idea por la importancia de la misma, o porque con ello puede conseguir aclarar
un error o demostrar su conocimiento sobre alguna materia.
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Estudiar integral y particularmente el presente apunte; Al mismo tiempo
que usted practica y ensaya, solo y en grupo; le garantizará, sino ganar, al menos hacer
un muy buen papel en cualquier tipo de debate, en el futuro.

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