CONSTRUCTOS PERSONALES Y SU RELACIÓN CON LOS CONFLICTOS FAMILIARES

Henry Zaruma
Universidad Central del Ecuador
Informe Final del Trabajo de Titulación de Psicólogo Clínico (Resumen)

RESUMEN

Trabajo de investigación sobre Psicología Clínica, específicamente adolescencia y familia. El objetivo

principal es conocer la relación entre los constructos personales y los conflictos familiares en
adolescentes. La finalidad es probar que: la autoestima, aislamiento social auto-percibido y diferenciación
cognitiva están relacionados con la frecuencia de los conflictos familiares. Investigación fundamentada en
los Constructos Personales de Kelly que enfatiza en la visión personal de los seres humanos al momento
de percibir, sentir, pensar y relacionarse y basa su teoría en un postulado fundamental y once corolarios,
además de otros conceptos adicionales, tratado en tres capítulos. Investigación correlacional, cuantitativa,
no experimental, con método científico, clínico, inductivo-deductivo y estadístico; los constructos
personales fueron evaluados con la técnica de la rejilla y los conflictos familiares con un cuestionario, en
una muestra de 30 adolescentes, varones y mujeres. Se encuentra evidencia a favor de las hipótesis,
concluyendo que las variables de investigación se relacionan inversamente. Se recomienda intervenir en el
mejoramiento de la autoestima y de las relaciones familiares, además de aplicar estrategias de
flexibilización cognitiva en los adolescentes.

Palabras clave: pensamiento posmoderno, constructivismo, psicoterapia, técnica de la rejilla, sistema

familiar, tipos de conflicto.

SUMMARY

This is a research work on clinical psychology, specifically on adolescence and family. The main objective
is to know the relation between personal constructs and family conflicts in teenagers. The purpose is to
demonstrate that self-esteem, self-perceived social isolation and cognitive differentiation are related to
frequency of family conflicts. It was a research based on Kelly’s Personal Constructs emphasizing on the
personal vision of human beings when perceiving, feeling, thinking and get relating; the theory is based on
a fundamental postulate and 11 corollaries, in addition to other definitions, treated in three chapters. It
was a descriptive, correlational, quantitative, non-experimental research, using scientific, inductive-
deductive and statistical methods; Personal constructs were assessed with the grid technique and family
conflicts with a questionnaire in a sample of 30 teenager women and men. Evidence has been found in
favor of the hypotheses; hence, it was concluded that variables are inversely related. Intervention to
improve self-esteem and family relations is recommended; in addition to applying cognitive flexibilization
strategies in teenagers.

Key words: postmodern thinking, constructivism, psychotherapy, grid technique, family system, types of
conflict.

INTRODUCCIÓN cognitiva entre sus sistemas más sobresalientes,

A lo largo del desarrollo de la psicología las
reflexiones acerca del objeto de su estudio, del
abordaje metodológico, así como las leyes,
principios o regularidades que se pueden obtener
de su estudio han sido diversas. Desde la
formalización de la psicología de la consciencia,
pasando por la psicología de los reflejos, del
comportamiento, del inconsciente, humanista y
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la psicología ha provisto diferentes formas de
entender al ser humano y por tanto su objeto de
estudio, así como la metodología más adecuada
para estudiar dicho objeto y el conocimiento
científico que se deriva, se han modificado de
acuerdo al sistema psicológico que lo sustenta,
de tal manera que los investigadores de las
ciencias psicológicas tenían que adscribirse al
sistema, movimiento o escuela que mejor
explicara los fenómenos que pretendían estudiar.
Se evidencia, entonces, que han surgido
diferentes formas de entender al ser humano, es
decir, diferentes paradigmas, por lo que Caparrós
(como se citó en Sánchez-Barranco, 2002) la
considera una disciplina multiparadigmática.
Esta característica multiparadigmática de la
psicología nos permite explicar y describir el
fenómeno humano desde diferentes
perspectivas, sea cual sea que elija el
investigador, es decir, no evidenciará los
mismos fenómenos el psicólogo humanista y el
conductista, ni tampoco utilizará la misma
metodología el psicoanalista y el psicólogo
cognitivo. Existen diversas formas de ver el
mundo que desafían el concepto de objetivismo,
que en términos generales expresa que la
realidad es tal cual es, en donde la subjetividad
del investigador debe evitarse al máximo. Sin
embargo, la psicología por sí misma demuestra
que debido a su diversidad teórica, existen
diferentes formas de entender la realidad y que
dependen del investigador.
Es en este contexto, de reacción al objetivismo,
que aparece el constructivismo como una visión
alternativa de considerar al ser humano y alcanza
expresión en la psicología en las teorías de
George Kelly y Jean Piaget principalmente, y son
parte primordial de esta investigación de esta
investigación los aportes de la Psicología de los
Constructos Personales propuesta por Kelly en
1955.
El conocimiento del paradigma científico que
sustenta nuestras teorías es necesario en la
medida en que puede ampliar o reducir nuestro
entendimiento del ser humano. Una visión
reduccionista del ser humano fue necesaria en el
nacimiento de la psicología como disciplina
científica como condición previa a alcanzar su
establecimiento como ciencia. Los psicólogos de
aquellos inicios se adscribieron a las teorías que
eran aceptadas en su tiempo, escogieron sus
diferentes objetos de estudio, metodologías y
llegaron a constituir un conjunto de principios que
permiten explicar los fenómenos que estudiaban.
De esta manera, surgen diferentes formas de
entender el fenómeno humano y en el caso de la
ciencia, solía ser el investigador el que tiene la
visión más válida. Sin embargo, la ciencia está
2
cambiando, y un cambio importante es la
reflexión acerca de temas epistemológicos en
psicología. Esta reflexión, tiende a ser
reveladora pues moviliza a los investigadores a
entender la realidad desde diferentes puntos de
vista, lo que beneficia su trabajo y por tanto
existen beneficios para la sociedad.
Psicología y pensamiento posmoderno
Han existido confusiones en cuanto al uso del
término posmoderno y por esta razón ha sido
necesario diferenciar entre sus connotaciones,
teniendo en cuenta que su distinción permite
discriminar efectivamente su uso. Botella y
Figueras (1995) describen brevemente las
diferencias entre los términos de posmodernidad,
posmodernismo y pensamiento posmoderno
aludiendo a la posmodernidad como las
“condiciones sociales e históricas de la etapa
posmoderna, el posmodernismo se refiere a las
expresiones culturales en la etapa posmoderna y
el pensamiento posmoderno al discurso filosófico
y científico de dicha etapa (Botella y Figueras,
1995, p. 16).”
El Constructivismo es una postura epistemológica
que busca entender la manera en que los seres
humanos interiorizan lo que ocurre en la realidad,
que en todo caso es independiente y externa al
sujeto que la construye.
El objetivismo en cambio parte de la premisa de
que la realidad es algo que es pre-existente y es
el observador quien descubre dicha realidad, es
decir, el sujeto y el objeto de conocimiento están
separados a fin de asegurar la objetividad de los
fenómenos observados.
El constructivismo puede entenderse en
oposición al objetivismo y se han descrito
diferencias fundamentales entre estas posiciones
epistemológicas que se resumen en la visión del
mundo, concepción del conocimiento, naturaleza
de la justificación y visión del ser humano.
(Botella y Feixas, 2008)
Con respecto a la visión del mundo el objetivismo
se caracteriza por una visión causalista y lineal
de los fenómenos estudiados. Son
representantes de la visión objetivista en
psicología las teorías conductistas y el
psicoanálisis en sus inicios. (Botella y Feixas,
2008). La perspectiva objetivista implica
disyunción que significa separar al objeto y al
sujeto en el proceso de conocimiento; reducción
que significa estudiar los objetos
independientemente del sujeto que lo estudia; y
la abstracción se hace evidente en la necesidad
de reducir los fenómenos naturales a
definiciones, conceptos que no reflejan la
complejidad de los fenómenos biológicos, físicos
y antropológicos tal como afirma Morin (1994). El
constructivismo en cambio se caracteriza por ser
contextualista u organicista (Botella y Feixas,
2008) lo que implica que el conocimiento
depende del contexto en el que ocurre y la
historia que le subyace.
La concepción del conocimiento en el objetivismo
implica que el conocimiento existe con
independencia del observador y mediante la
investigación científica descubre la realidad de tal
modo que el conocimiento se acumula y avanza
hacia la verdad. El constructivismo resalta que el
conocimiento evoluciona constantemente pues el
avance científico provee nuevos marcos desde
los cuales comprender la realidad.
En el objetivismo la naturaleza de la justificación
deviene de criterios de verdad que vienen dados
por la realidad. En el constructivismo el
conocimiento se justifica por criterios propios y el
acuerdo que exista en la comunidad de
observadores.
Finalmente, en el objetivismo el ser humano es
pasivo ante la realidad y tan sólo reacciona ante
ella. En tanto que en el constructivismo el ser
humano se caracteriza por su proactividad,
planificación y su orientación a fines (Feixas y
Villegas, 2000).
Psicología de los Constructos Personales
La Psicología de los Constructos Personales
enfatiza la importancia que tiene cada persona en
dar sentido a su propia experiencia. Kelly enfatiza
la visión personal de los seres humanos al
momento de percibir, sentir, pensar y
relacionarse pues entiende al ser humano como
un científico que tiene una teoría informal
(Sistema de constructos personales) que le
permite generar hipótesis, poner a prueba dichas
hipótesis, y rechazar o aceptar sus hipótesis para
3
de esta manera extraer conclusiones acerca de sí
mismo y de los otros.
Kelly parte de la metáfora del hombre como
científico que permite entender que cada ser
humano tiene una forma particular de ver el
mundo y dicha visión va cambiando a lo largo del
desarrollo vital. De esta manera, la adolescencia
constituye un periodo importante en la
generación de teorías informales debido a los
cambios biológicos, sociales y psicológicos
que ocurren y por tanto implican una forma
particular de considerar los conflictos familiares.
En la presentación de su teoría, Kelly argumenta
acerca del postulado fundamental que: “Los
procesos de una persona se canalizan
psicológicamente por la forma en que anticipa los
acontecimientos.” (Kelly, 2003, p. 7).
“Un constructo consiste en la captación de una
diferencia o un contraste en la experiencia del ser
humano” (Feixas, De La Fuente y Soldevilla,
2003, p. 154). Por ejemplo: Para que tenga
sentido nuestra construcción acerca de lo bueno,
es necesario que hayamos construido
experiencias acerca de lo malo. De esta
manera, los constructos son abstractos y
bipolares. Abstractos porque trasforman la
realidad a través de la síntesis de la experiencia;
y bipolares porque requieren de dos experiencias
que permitan diferenciarlas. Además, un
constructo permite la integración de la
experiencia, esto es, que nos permite hallar
similitudes (Feixas, De La Fuente y Soldevilla,
2003; Bannister, 2003).
En la presentación de su teoría, Kelly argumenta
acerca del postulado fundamental que: “Los
procesos de una persona se canalizan
psicológicamente por la forma en que anticipa los
acontecimientos.” (Kelly, 2003, p. 7).
Para Procter (2009) un constructo es un concepto
que unifica aspectos que aparecen separados en
la psicología y permite un análisis holístico de la
experiencia del ser humano. De acuerdo a su
concepción, un constructo no es sólo personal
sino que implica dar sentido a diversos eventos
que tienen lugar en la vida del ser humano.
De esta manera, el constructo puede entenderse
desde diferentes dimensiones que son parte de
un mismo fenómeno. Al respecto Procter (1996;
2009) analiza el constructo como perceptual,
emocional, concerniente a la acción, narrativo,
personal, situacional, social, interaccional,
posicional y relacional-interpersonal. El
constructo como perceptual implica que somos
capaces de captar diferenciar y similitudes debido
a nuestra capacidad de percibir lo que sucede a
nuestro alrededor a través de los órganos de los
sentidos; el constructo como emocional significa
que determinada emoción es para quien la
experimenta una fuente de significados que
utiliza para entender lo que sucede a un nivel
emocional; el constructo como concerniente a la
acción se refiere a que un constructo puede guiar
la acción mediante la elección que tengamos
ante las circunstancias; el constructo como
narrativa quiere decir que el sujeto cuenta lo que
le sucede a él y a los otros haciendo énfasis en
unos eventos y en otros no tanto; el constructo
como personal enfatiza la diversidad de
experiencias en los sistemas de construcción de
las personas lo que genera tantas visiones
alternativas de los eventos como personas
existen. En lo referido al constructo como
situacional, social, interaccional, posicional y
relacional- interpersonal Procter (2009) extiende
la Psicología de los Constructos Personales
(PCP) a su dimensión social y relacional. El
constructo como situacional se refiere a que
nuestra forma de ser en un momento
determinado depende de la situación en la que
nos encontremos; el constructo como social
implica que el contenido de los constructos
vienen de la cultura y se trasmiten a través del
lenguaje; el constructo como interaccional se
aplica a los grupos sociales, entre ellos la familia
y la forma en que interactúan; el constructo como
posicional sugiere que las personas toman
posiciones de acuerdo al contexto en el que
interactúan; y el constructo como relacional-
interpersonal dice que el sistema de construcción
personal depende de un sistema de construcción
más amplio, que es el socio-cultural y se influyen
mutuamente.
Este sistema de constructos personales tiene
como base las experiencias que ocurren en el
núcleo familiar y la familia tiene sus propias
características dependiendo del ciclo vital familiar
que atraviese. La familia es fundamental en el
4
periodo de transición que ocurre durante la
adolescencia y durante dicha transición suelen
ocurrir conflictos a nivel familiar suelen
expresarse en las actividades de la vida diaria,
sean acerca del orden de la habitación, los
horarios que se deben respetar en casa, la forma
de vestir, las tareas del hogar entre otros.
Adolescencia media
La forma en que los adolescentes dan sentido a
su experiencia, es decir, cómo consideran su
forma de ser y la de los otros, configura un mapa
de ese territorio que significa la adolescencia. El
mapa aquí, se refiere al sistema de constructos
personales (siempre personal) y el territorio es la
realidad en la que nos desenvolvemos. Por otro
lado, los conflictos familiares durante la
adolescencia llegan a provocar cierto malestar en
la familia y es ese malestar el que ha llevado a
los adolescentes y a sus familias a la consulta
psicológica.
Durante la adolescencia ocurren cambios físicos,
cognitivos y sociales que tienen repercusiones
sobre las relaciones familiares, ya sea en el
subsistema parental o en el subsistema fraternal,
de manera que las características de la familia en
un están relacionadas con la forma en que el
adolescente ha construido sus relaciones
familiares con base a sus experiencias.
Para Micucci (2009), en la adolescencia media se
atraviesa por algunos momentos importantes:
Manejar la sexualidad: La orientación sexual es
un aspecto fundamental de la identidad en la
adolescencia y está influida por las relaciones del
adolescente con sus padres y con el grupo de
pares, en donde, las relaciones parentales son
predictores de la conducta sexual del
adolescente. Además, la orientación sexual, sea
homosexual, heterosexual o bisexual es parte de
la identidad sexual y la importancia que tiene
durante esta esta etapa reside en que los
adolescentes de entre 12 a 15 años empiezan a
exhibir conductas sexuales, en lo que se refiere a
las relaciones sexuales y previamente han
reflexionado acerca de su orientación sexual
entre los 8 y 11 años de edad (Papalia, Wendkos,
y Feldman, 2009; Micucci, 2009). Tomar
decisiones morales: El desarrollo moral fue
estudiado por Kolhberg (como se citó en Papalia,
Wendkos, y Feldman, 2009; Micucci, 2009) y lo
divide en tres niveles con seis etapas. El primer
nivel es la moral preconvencional cuya
característica es que la moral es externa al
adolescente y las etapas que le corresponden
son: la de evitar el castigo y la obtener
recompensas y va de los 4 a los 10 años. La
etapa de la moral convencional se caracteriza
porque la persona ha internalizados normas y sus
etapas son recibir aprobación de los otros
significativos y obedecer a las reglas y leyes y va
de los 10 años en adelante. La última es la
moral posconvencional en donde los valores
morales se orientan al beneficio de los otros y
sus etapas son la preservación del bien común y
el cumplimiento de principios éticos universales.
Balancear la autonomía y la responsabilidad:
Promover la diferenciación del grupo familiar de
manera que el adolescente logre su identidad en
la diversidad es parte de la autonomía. Al
respecto, Micucci (2009) afirma que de los estilos
parentales, el estilo autoritativo permite al
adolescente comunicarse abiertamente, expresar
sus preocupaciones, negociar, promueven la
reflexividad entre otras características.
Desarrollar nuevas relaciones con los pares:
Papalia, Wendkos, y Feldman (2009)
describen que conforme los adolescentes van
desarrollando su identidad, cambia el tiempo
compartido con la familia pues se reduce y el
tiempo con los pares va en aumento, buscan a
los pares y amigos como fuente de apoyo
emocional, identificación y diferenciación
grupal.
Conflictos familiares
Conceptualizar el conflicto resulta problemático
en la medida en que los investigadores procuran
precisar el conflicto y por tanto proponer una
definición que capte su realidad. De tal modo que
lograr una definición operacional del conflicto ha
provocado dificultades para los investigadores
pues cada investigador ha propuesto una
definición sin que exista un conceso en la
definición tal como lo evidencia el análisis que
realiza Redorta (2004) acerca del conflicto.
Balarezo (2010) realiza una diferencia entre los
conflictos intrapersonales, que pueden ser
resueltos mediante psicoterapia, y los conflictos
interpersonales que tienen que ver con la relación
5
entre individuos. A este respecto argumenta que
los conflictos interpersonales pueden ser
sustantivos y emocionales. Los conflictos
sustantivos se refieren a desacuerdos sobre
prácticas discrepantes entre las partes en tanto
que los conflictos emocionales implican
sentimientos negativos. Esto es lo que Maturana
(2003) diferencia como desacuerdos triviales
(en el nivel lógico) y desacuerdos relacionados
con las premisas fundamentales o desde la PCP
se diría que están implicados constructos
centrales en el sistema de construcción de la
persona lo que dispone a la persona a actuar
conforme su emocionar y expresar por ejemplo:
miedo, ira, culpa, agresividad u hostilidad. Otro
aspecto válido de señalar en este punto es la
diferenciación que realizan Watzlawick, Beavin y
Jackson (1985) en cuanto a los niveles de la
comunicación enunciados en su segundo axioma.
La comunicación tiene un nivel de contenido y
uno de relación en donde la relación está
supraordenada al contenido. Los conflictos
sustantivos y los desacuerdos triviales tomarían
lugar en el nivel de contenido y su resolución
debería ocurrir en ese mismo en ese mismo nivel
por lo que las consecuencias no deberían ser
mayores. En tanto que los conflictos emocionales
y los desacuerdos relacionados con las
premisas fundamentales están en el nivel de
la relación al depender de la relación entre los
protagonistas de un conflicto, es decir si la
relación se basa en la confianza, respeto y
comprensión o se basa en la agresión, irrespeto
o incomprensión.
Al respecto de los conflictos familiares, las
investigaciones sugieren que suelen ocurrir en
torno a aspectos cotidianos de la convivencia
familiar según Arnett y Noller (como se citó en
Parra y Oliva, 2002). Además, en referencia a los
conflictos familiares, varios autores han
propuesto modelos explicativos acerca del
conflicto familiar durante la adolescencia y al
respecto se conoce que los conflictos suelen
aparecer por la diferencia entre las expectativas
de los progenitores y el comportamiento de los
adolescente, para otros autores la explicación se
encuentra en el desarrollo cognitivo de los
adolescentes pues su desarrollo hacia procesos
de pensamiento formales permitiría a los
adolescentes ser más críticos en cuanto a las
expectativas de sus progenitores (Parra y Oliva
2002).
Las investigaciones en el tema de los conflictos
familiares advierten que se experimenta mayor
conflictividad en la pubertad o porque la pubertad
llega muy tarde o muy temprano. Con respecto a
la trayectoria que siguen los conflictos
durante la adolescencia, se tiene que los
conflictos aumentan durante la adolescencia
temprana y tienden a disminuir hacia la
adolescencia tardía y por el otro lado que los
conflictos familiares disminuyen conforme la edad
aumenta (Jiménez y Oliva, 2002).
La dificultad en el estudio de los conflictos
familiares se refleja en los datos, a veces
contradictorios de las investigaciones, pues se
utilizan diferentes metodologías para la
recolección de datos o porque se parte de la
perspectiva de los adolescentes o progenitores o
ambos (Jiménez y Oliva, 2002). Al respecto de
los conflictos con el padre y la madre, la
investigación llevada a cabo por Motrico, Fuentes
y Bersabé (2001) evidencian que existe mayor
conflictividad con la madre que con el padre
debido a que suelen ser las madres las que viven
en el día a día con sus hijos.
En cuanto a la causa de los conflictos familiares,
se ha propuesto que los conflictos con
consecuencia de la discrepancia en las
expectativas de los progenitores acerca de los
adolescentes o el desarrollo cognitivo durante la
adolescencia (Jiménez y Oliva, 2002), los
cambios biológicos asociados a la edad, cambios
sociales como la necesidad de independencia y
diferenciación del grupo familiar, e incluso
variables relacionadas con los progenitores como
cambios físicos, cognitivos o sociales (Santrock,
2004).
Los conflictos versan sobre situaciones
cotidianas de la vida familiar como la hora de
volver a casa, los quehaceres domésticos, el
tiempo que se tiene en la televisión (Santrock,
2004) es decir que los conflictos giran en torno a
temas domésticos y académicos según informan
Jiménez y Oliva (2002). Sin embargo los
conflictos familiares no sólo tienen que ver con
situaciones de la vida diaria sino que como
proponen Laursen, Coy y Noller (como se citó en
6
Motrico, Fuentes y Bersabé, 2001) se pueden
referir a opciones y costumbres sociales,
responsabilidad, los estudios, relaciones
familiares y valores morales
Los conflictos intensos y prolongados tienen que
ver con temas como irse de la casa, delincuencia,
embarazo precoz, consumo de sustancias,
abandono de los estudios según Brook (como se
citó en Santrock, 2004). Con respecto a la
intensidad emocional de los conflictos Papalia,
Wendkos y Feldman (2009) sugieren que surgen
del proceso de individuación en el que el
adolescente está en busca de autonomía,
identidad o diferenciación del grupo familiar y los
resultados de Jiménez y Oliva (2002) revelan
que la intensidad emocional de los conflictos
transcurre sin muchas diferencias a lo largo de
la adolescencia.
La existencia de conflictos en la familia tienen un
carácter normativo y cumple una función
adaptativa para el adolescente y sus relaciones
familiares (Motrico, Fuentes y Bersabé, 2001)
pues de esta manera se resuelven las diferencias
en un contexto de afectividad y entendimiento.
Se ha considerado a la adolescencia (y a los
adolescentes) como una etapa conflictiva,
estresante y turbulenta (Santrock, 2004) y con
esto la suposición que los conflictos provienen
solamente de los adolescentes, lo que es
incongruente con la propuesta que se ha venido
desarrollando pues en cualquier situación que
ocurra dentro de la familia, cada uno de los
miembros familiares contribuye para que se
mantenga o se supere la situación conflictiva.
Esta tendencia a la patologización mediante el
lenguaje es un efecto de la modernidad (Gergen,
2006) pues ha llevado a los profesionales de la
salud mental a crear un vocabulario de la
deficiencia como baja autoestima, depresión,
angustia, crisis de identidad y entre ellos
conflicto.
No obstante, es evidente que durante la
adolescencia, así como en cualquier otra
etapa del desarrollo, existe vulnerabilidad para la
salud mental de los adolescentes y sus familias y
estas circunstancias pueden desencadenar
en una mayor conflictividad, como por
ejemplo la drogadicción, alcoholismo, anorexia,
depresión, bulimia, delincuencia en donde los
factores biológicos y socio-culturales permiten la
emergencia de lo psicológico como propone
Balarezo (2010) y esta realidad bio-psico-social
es necesario tenerla en cuenta al analizar el
desarrollo durante la adolescencia
MÉTODO
Participantes
En el periodo comprendido entre abril-2014 y
septiembre-2014 la población de adolescentes
atendida por asesoramiento psicológico, peritaje
psicológico y seguimiento terapéutico, de las
edades de 12 años de edad a 17 años de edad
es de 115 personas. La muestra comprende los
casos de adolescentes, varones y mujeres, de 14
años de edad a 16 años de edad, que acuden a
consulta externa de psicología clínica en la
JEPROPENA- P. Además, los adolescentes
investigados han acudido por lo menos a dos
sesiones. La primera entrevista y la evaluación.
Del total de la muestra 11 casos corresponden al
género masculino lo que representa en términos
porcentuales el 37% del total, en tanto que el
63% restante corresponde al género femenino y
son 19 casos. Con respecto a las edades, el 40%
del total está en la edad de 14 años, seguido del
33% que corresponde a la edad de 16 años y el
27% restante a la edad de 15 años de edad.
Instrumentos y medidas
Ficha clínica psicológica: Es el instrumento
utilizado en el departamento de psicología clínica
de la JEPROPENA-P que permite recolectar
información de la entrevista de inicio de proceso
y que consta de las siguientes partes: Datos de
identificación, motivo de consulta, demanda,
historia de la enfermedad, genograma, hipótesis,
diagnóstico, aplicación de test y el posible plan
de terapia.
Rejilla de los constructos personales: La rejilla
de los constructos personales consta de los
elementos, los constructos y la puntuación. Los
elementos se colocan en la parte superior de la
rejilla verticalmente y forman las columnas, los
constructos se colocan en la parte izquierda de la
rejilla horizontalmente y forman las filas. Del
entrecruzamiento entre columnas y filas se forma
una cuadrícula en la que se colocan las
7
puntuaciones. Debido a que la rejilla de los
constructos es un instrumento sujeto a diversas
modificaciones dependientes de los objetivos y
situación de evaluación en la que se requiera
utilizarla (Feixas y Cornejo, 2000) y por tanto es
complejo hablar de validez y confiabilidad debido
a que enfatiza diversos aspectos de la
construcción personal que hacen los individuos
acerca de los acontecimientos, es decir que, lo
ideográfico tiene más relevancia que lo
nomotético. Cuando se utiliza la rejilla de los
constructos personales, el investigador debe
conocer la fase de diseño y administración de la
rejilla para reducir al mínimo los fallos en la
aplicación de la técnica y poder así obtener los
resultados deseados. Se recomienda que el
número de elementos sea de 10 y el de
constructos de 8 para asegurar la validez de una
rejilla (Feixas y Cornejo, 2000). Para la presente
investigación se utilizó una rejilla de 15
elementos por 13 elementos con posibilidad de
aumentar el número de elementos y el número de
constructos.
Cuestionario de conflictos familiares: Se utiliza
el cuestionario de conflictos familiares elaborado
por Jiménez y Oliva (2002) que consta de 14
ítems acerca de situaciones que provocan
conflicto familiar y que permite conocer la
frecuencia (nada, algo, bastante, mucho). Se
aplicó el cuestionario a una muestra similar a la
de esta investigación y se realizaron los cambios
en cuanto a la redacción de los ítems. Para la
presente investigación se utilizó el cuestionario
de conflictos familiares elaborado en la
investigación Comunicación y conflicto familiar
durante la adolescencia llevada a cabo por Parra
y Oliva (2002). La escala de conflictos familiares
consta de14 ítems que estudian la frecuencia con
que ocurren los conflictos. El cuestionario se
aplicó a una muestra de adolescentes sevillanos
por lo que hubo que realizar algunos cambios en
lo que respecta a la presentación de los ítems
para lo cual se aplicó el cuestionario a 30
adolescentes varones y mujeres de un colegio de
Quito y se realizaron cambios en el ítem 5 de
“Los ligues que tienes” a “L@s chic@s que te
gustan” considerando las dificultades de los
adolescentes para responder la pregunta.
Sistema de categorías de contenido para
codificar constructos personales (SCCP):
Mediante el SCCP se pretende analizar los
contenidos de constructos personales de los
adolescentes. El SCCP consta de 45 categorías
que se agrupan en seis áreas que son
jerárquicamente ordenadas: Moral, emocional,
relacional, personal, intelectual/operacional y de
valores e intereses (Feixas, Geldschlänger,
Carmona y Garzón, 2002). Con respecto a la
validez Feixas, Geldschlänger, Carmona y
Garzón (2002) analizaron las correlaciones de los
constructos que fueron codificados en la misma
categoría de contenido de varias rejillas al azar
con el objetivo de determinar la similitud en la
construcción entre individuos. Con respecto a la
confiabilidad se utilizó el método de acuerdo
entre jueces encontrando un porcentaje de
acuerdo del 87,7% y los índices de confiabilidad
son altos entre el 0,90 y el 0,95 lo que evidencia
que el instrumento es válido y confiable aunque
es necesario realizar más investigaciones.
Procedimiento
Entrevista de inicio de proceso: Se refiere a la
entrevista psicológica en la cual es necesario
establecer rapport, llegar a una aproximación
diagnóstica, lograr desinhibición emocional como
una forma de aliviar la ansiedad que presenta el
paciente, emplear estrategias estimulativas o de
apoyo, estructurar y afianzar la relación
(Balarezo, 2010). Es la primera entrevista que se
tiene con el/la adolescente y su familia. Fue
necesario establecer diferencias entre la
entrevista de inicio de proceso y una entrevista
de asesoramiento en la que en la mayoría de los
casos acudían los padres de los adolescentes en
busca de orientación acerca del comportamiento
o problemas con sus hijos sin que se inicie un
proceso de ayuda psicológica. En la segunda
sesión toma lugar la evaluación y exploración de
los constructos personales del adolescente
mediante la técnica de la rejilla.
Técnica de la rejilla: La Técnica de la Rejilla
(TR) es un tipo de entrevista semiestructurada
que pretende conocer cómo la persona da
sentido a su experiencia en sus propios términos,
es decir que, procura conocer los constructos
personales del evaluado (Feixas, de la Fuente y
Soldevila, 2003). En promedio la evaluación
8
mediante la técnica de la rejilla toma 40 minutos y
se recomienda realizar esta evaluación en la
segunda o tercera sesión.
La TR consta de una fase de diseño de la rejilla y
otra de administración de la misma. En la fase de
diseño tiene lugar la selección de elementos,
selección de constructos y selección del sistema
de puntuación.
Finalmente, mediante la TR se pretende
determinar los perfiles de construcción del sí
mismo y determinar la estructura cognitiva en los
adolescentes.
Los perfiles de construcción del sí mismo pueden
surgen de analizar en conjunto los índices de
índices de autoestima, aislamiento social auto-
percibido y adecuación percibida en los otros
(Feixas, de la Fuente y Soldevila, 2003;
Chenevard, Ramón y Feixas, 2012).
Para identificar los perfiles de construcción del sí
mismo Feixas, Sánchez, Laso y Gómez-Jarabo
(2002) establecieron como punto de corte r =
0,20.
Para el análisis de la estructura cognitiva se
tomaron en cuenta dos índices. El de
diferenciación cognitiva y la polarización. La
diferenciación cognitiva “es el grado en que una
persona puede construir su experiencia desde
diferentes puntos de vista” (Feixas, de la Fuente
y Soldevila, 2003, p. 166)
La polarización “hace referencia al grado en que
una persona construye la realidad en forma
dicotómica o polarizada” (Feixas, de la Fuente y
Soldevila, 2003, p. 166), es decir que, evidencia
la tendencia de la persona a construir su
experiencia en términos de blanco o negro o
considerar las posibilidades de grises. El punto
de corte es de 28, 57%, en donde, puntajes
mayores tienden a la polarización y puntajes
menores consideran las posibilidades.
RESULTADOS
Fueron codificados un total de 326 constructos en
sus respectivas áreas y categorías. El área en la
cual se codificaron la mayor parte de los
constructos fue el área emocional con un 34% del
total, seguida del área moral con un 32% y el
área relacional con un 20%. Los resultados
reflejan que los adolescentes dan sentido a su
experiencia mayoritariamente en términos
emocionales. Además, dentro de las categorías
en que más fueron codificados los constructos
son la categoría equilibrada-desequilibrada y la
categoría cálida fría del área emocional con un
12% y 10% respectivamente, seguida de la
categoría altruista-egoísta del área moral con un
10%.
Se evidencia que en el índice de autoestima el
40% de la muestra está sobre el punto de corte lo
que significa que ese porcentaje de adolescentes
tienen una autoestima adecuada, es decir, que
tienden a tener una autoimagen positiva de
sí mismos; el 27% de la muestra de
adolescentes tiene una autoestima normal, lo que
significa que autoestima es equilibrada; y el 33%
restante de la muestra en el índice de autoestima
tiene una visión inadecuada de sí mismo y por
tanto tiende a juzgarse de manera negativa. El
índice de aislamiento social auto-percibido se
observa que 53% de la muestra de adolescentes
se siente identificado con su grupo significativo y
el 47% restante se percibe a sí mismo como
diferente de su grupo significativo lo que
evidencia la tendencia de los adolescentes a
aislarse especialmente de su familia. El índice de
adecuación percibida en los otros evidencia que
el 60% de la muestra de adolescentes siente
satisfacción con la forma de ser de quienes
conforman su grupo significativo en tanto que el
40% restante de la muestra siente insatisfacción
con la forma de ser de los otros debido a que se
tiene una imagen muy elevada de cómo deberían
ser los otros. En términos generales, las medias
de los índices en la construcción del sí mismo
evidencia que los adolescentes tienen una
imagen positiva de sí mismos y se sienten
satisfechos con su forma de ser como lo
evidencia la media del índice de autoestima, en
tanto que en el índice de aislamiento social auto-
percibido se observa una ligera identificación de
los adolescentes con su grupo significativo y en
el índice de adecuación percibida en los otros
muestra que los adolescentes tienden a sentir
satisfacción con la forma de ser de los otros en
su grupo significativo.
9
El perfil de positividad está presente en 9 de los
30 investigados, lo que representa el 30% de la
muestra y evidencia que los adolescentes tienen
una adecuada autoestima, se sienten
identificados con su grupo social y familiar y
además sienten satisfacción en su respectivo
grupo social y familiar. El perfil atípico hace
referencia a aquellos casos en que los índices de
autoestima, aislamiento social auto-percibido y
adecuación percibida en los otros no formó
ninguno de los perfiles propuestos y constituye el
27% de la muestra por lo que se evidencia que
se requiere mayor investigación en esta área. El
perfil de superioridad corresponde al 17% de la
muestra, el perfil de aislamiento el 13%, el perfil
de resentimiento el 10% y el de negatividad el
3%.
La diferenciación cognitiva simple fue el que
apareció con mayor frecuencia, en 24 de los
casos estudiados lo que corresponde al 80% del
total. El perfil de complejidad cognitiva simple
como predominante en el sistema de constructos
de los adolescentes investigados revela la
tendencia de los adolescentes a
considerarse a sí mismos y a los otros
en términos unidimensionales. El perfil
complejo de complejidad cognitiva aparece en
tres de los casos estudiados lo que representa
en 10% de la muestra lo que indica que la
estructura cognitiva de estos adolescentes tendía
a la diferenciación, lo que significa que en la
construcción de sí mismos y de los otros tendían
a utilizar diferentes dimensiones para dar sentido
a su experiencia. Finalmente, la diferenciación
cognitiva normal hace referencia a aquellos
perfiles que no fueron ni simples ni complejos y
aparecieron en 3 del total de casos lo que
representa porcentualmente el 10% de la
muestra.
La polarización en la estructura cognitiva de los
adolescentes muestra valores porcentuales del
53% para la estructura cognitiva polarizada y del
47% en la estructura cognitiva no polarizada. Las
diferencias cuantitativas entre ambos grupos son
cortas, la diferencia en el sistema de construcción
de los adolescentes es importante pues el primer
grupo se caracteriza por construir su experiencia
en términos de blanco y negro y el segundo
grupo tiende a considerar los matices de grises
existentes entre el blanco y negro.
Los conflictos familiares que ocurrieron con
alguna frecuencia en relación con las madres
fueron la hora de volver a casa, a qué dedican su
tiempo libre los adolescentes, las tareas del
colegio y de la casa, l@s chic@s que les gustan,
cómo se visten o se arreglan. El más significativo
de estos y el que más se acerca a conflictos
bastantes frecuentes es el conflicto relacionado
con la hora de volver a casa. Fueron
significativos también, los amigos con los que
salen los adolescentes y los sitios a dónde salen.
Cabe destacar que el consumo de drogas no
provocó ningún conflicto pero sí el consumo de
alcohol y tabaco. En el caso de los padres, los
conflictos familiares que ocurrieron con alguna
frecuencia son las tareas de la casa, la hora de
volver a casa, las tareas de la casa, la forma de
vestir de los adolescentes y a qué se dedica el
tiempo libre.
Los adolescentes perciben que los conflictos con
sus madres y sus padres son en términos
generales algo frecuentes. Los adolescentes
tuvieron conflictos algo frecuentes con sus
madres y padres con respecto a la hora de volver
a casa, las tareas de casa y del colegio. Hubo
diferencias en la percepción de conflictos
familiares por parte de los adolescentes pero se
evidencia una mayor frecuencia de conflictos con
las madres que con los padres.
El valor 3.8 se encuentra en la zona de
aceptación o dentro de los valores -12.6 y 12.6,
por lo tanto queda probada la hipótesis que
dice: “La autoestima está relacionada con la
frecuencia de conflictos familiares.” La relación
es inversa, es decir, si aumenta la una variable la
otra disminuye como se puede ver en las tablas
de cruce de variables.
El valor 0.53 se encuentra en la zona de
aceptación o dentro de los valores -7.8 y 7.8, por
lo tanto queda probada la hipótesis que dice: “El
aislamiento social auto-percibido se encuentra
vinculado con la frecuencia de los conflictos
familiares.” La relación es inversa, es decir, si
aumenta la una variable la otra disminuye como
se puede ver en las tablas de cruce de variables.
10
El valor 1.09 se encuentra en la zona de
aceptación o dentro de los valores -12.6 y 12.6,
por lo tanto queda probada la hipótesis que dice:
“La diferenciación cognitiva se encuentra
asociada a la frecuencia de conflictos familiares.”
La relación es inversa, es decir, si aumenta la
una variable la otra disminuye como se puede ver
en las tablas de cruce de variables.
DISCUSIÓN
Esta investigación ha buscado conocer la
relación entre los constructos personales y los
conflictos familiares en adolescentes. Uno de los
objetivos fue conocer el contenido de constructos
personales de los adolescentes y fueron
codificados un total de 326 constructos en sus
respectivas áreas y categorías. Al respecto se
encontró que en el área emocional, dentro de la
categoría equilibrada- desequilibrada fueron
codificados una buena parte de los constructos
de los adolescentes que incluyen constructos
como tranquila-alterada o relajada-nerviosa lo
que implica que en el sistema de construcción de
los adolescentes es deseable que los otros y
ellos mismos puedan mostrarse como personas
equilibradas. Dentro de la misma área, resultó
importante la categoría cálida-fría lo que
evidencia la importancia de la expresión
emocional de y hacia los adolescentes lo que
explica además el alto número de constructos
codificados en la categoría de emociones
concretas con constructos como alegre-triste o
contenta-insatisfecha. El predominio de esta área
tiene importancia en las relaciones familiares del
adolescente pues implica que es deseable que
las personas significativas para el adolescente
cuenten con las características que son
valoradas por ellos. Sin embargo, sería
interesante investigar cómo construyen los
progenitores a sus hijos e hijas pues en términos
generales los adolescentes los construyen en
términos positivos. Otra área de importancia en el
sistema de construcción de los adolescentes fue
el área moral en la categoría altruista-egoísta con
constructos como comparte-coño o se preocupa-
no está cuando lo necesitan. Esto evidencia que
para los adolescentes es deseable valorar a los
otros y a sí mismos en términos que evidencien
bondad, generosidad u otros. En el área
relacional resultó importante la categoría
extrovertida- introvertida con constructos como
social-antisocial o chévere-odioso. Finalmente,
las áreas intelectual-operacional y la de valores e
intereses tuvieron una baja representatividad en
el sistema de construcción de los adolescentes.
Otro de los objetivos de la investigación fue
determinar los perfiles de construcción del sí
mismo de los adolescentes. Para la
determinación de los perfiles se tomó en cuenta
los índices de autoestima, aislamiento social
auto-percibido y adecuación percibida en los
otros. Se evidencia que en el índice de
autoestima el 40% de la muestra está sobre el
punto de corte lo que significa que ese porcentaje
de adolescentes tienen una autoestima
adecuada, es decir, que tienden a tener una
autoimagen positiva de sí mismos; el 27% de la
muestra de adolescentes tiene una autoestima
normal, lo que significa que autoestima es
equilibrada y el 33% restante de la muestra en el
índice de autoestima tiene una visión inadecuada
de sí mismo y por tanto tiende a juzgarse de
manera negativa.. La evaluación de la autoestima
mediante la técnica de la rejilla es un
procedimiento que se ha utilizado en otras
investigaciones y adquiere su importancia al
utilizar valoraciones que provienen de los mismos
evaluados hacia sí mismos, una característica
que no poseen los tests convencionales al ser los
investigadores quienes dan al evaluado las
características en base a cuales han de ser
evaluados. En lo que respecta al índice de
aislamiento social auto-percibido se observa que
los adolescentes tienden a sentirse identificados
con su grupo significativo (57%) aunque la
diferencia entre la identificación y el aislamiento
(43%) que perciben sea mínima. La percepción
de aislamiento de los otros está representada
especialmente por el grupo familiar. Finalmente,
los adolescentes percibieron a los otros como
adecuados en mayor proporción que percibirlos
como inadecuados, lo que se relaciona con la
identificación que los adolescentes percibieron en
su grupo significativo, es decir que en la medida
en que se sienten identificados con su grupo
significativo, los percibirán como adecuados en
su forma de ser.
Continuando con los perfiles de construcción del
sí mismo, se observó que en mayor porcentaje
11
los adolescentes tuvieron un perfil de positividad
lo que evidencia un autoestima moderada a alta,
identificación con su grupo significativo y
percepción de adecuación en ellos.
La estructura cognitiva no diferenciada, es decir,
simple fue la que apareció con mayor frecuencia,
en 24 de los casos estudiados lo que
corresponde al 80% del total. El perfil de
complejidad cognitiva simple como predominante
en el sistema de constructos de los adolescentes
investigados revela la tendencia de los
adolescentes a considerarse a sí mismos y a los
otros en términos unidimensionales. El perfil
complejo de complejidad cognitiva aparece en
tres de los casos estudiados lo que representa en
10% de la muestra lo que indica que la estructura
cognitiva de estos adolescentes tendía a la
diferenciación, lo que significa que en la
construcción de sí mismos y de los otros tendían
a utilizar diferentes dimensiones para dar sentido
a su experiencia. Finalmente, el perfil de
complejidad cognitiva normal hace referencia a
aquellos perfiles que no fueron ni simples ni
complejos y aparecieron en 3 del total de casos
lo que representa porcentualmente el 10% de la
muestra.
La polarización en la estructura cognitiva de los
adolescentes muestra valores porcentuales del
53% para la estructura cognitiva polarizada y del
47% en la estructura cognitiva no polarizada. Las
diferencias cuantitativas entre ambos grupos son
cortas, la diferencia en el sistema de construcción
de los adolescentes es importante pues el primer
grupo se caracteriza por construir su experiencia
en términos de blanco y negro y el segundo
grupo tiende a considerar los matices de grises
existentes entre el blanco y negro.
Los conflictos familiares que ocurrieron con
alguna frecuencia en relación con las madres
fueron la hora de volver a casa, a qué dedican su
tiempo libre los adolescentes, las tareas del
colegio, l@s chic@s que les gustan, cómo se
visten o se arreglan. El más significativo de estos
y el que más se acerca a conflictos bastantes
frecuentes es el conflicto relacionado con la hora
de volver a casa. Fueron significativos también,
los amigos con los que salen los adolescentes y
los sitios a dónde salen. Cabe destacar que el
consumo de drogas no provocó ningún conflicto
pero sí el consumo de alcohol y tabaco. En el
caso de los padres, los conflictos familiares que
ocurrieron con alguna frecuencia son las tareas
de la casa, la hora de volver a casa, las tareas de
la casa, la forma de vestir de los adolescentes y a
qué se dedica el tiempo libre.
Los adolescentes perciben que los conflictos con
sus madres y sus padres son en términos
generales algo frecuentes. Los adolescentes
tuvieron conflictos algo frecuentes con sus
madres y padres con respecto a la hora de volver
a casa, las tareas de casa y del colegio. Hubo
diferencias en la percepción de conflictos
familiares por parte de los adolescentes pero se
evidencia una mayor frecuencia de conflictos con
las madres que con los padres.
que luego se expresan en las relaciones
familiares.
Los resultados de la segunda hipótesis, que
relacionó las variables de aislamiento social auto-
percibido y la frecuencia de los conflictos
familiares, indican que las dos variables se
relacionan inversamente lo que significa que en
tanto los adolescentes sienten una menor
identificación con su grupo significativo tienden a
tener mayor frecuencia de conflictos familiares.
Las relaciones extra- familiares durante la
adolescencia tienden a tener mayor importancia
de manera que las relaciones al interior de la
familia cambian como una forma en la que el
adolescente gane en diferenciación y autonomía
de su grupo familiar.

Finalmente, las variables puestas a prueba en la
primera hipótesis, que fueron la autoestima y la
frecuencia de los conflictos familiares, muestran
que las variables se relacionan inversamente. La
autoestima es parte fundamental del
autoconcepto y se construye en las relaciones
con los otros. Lo que hace significativos a estos
resultados es que la autoestima ha sido evaluada
a partir de los propios criterios del adolescente en
vez de utilizar criterios externos. Los
adolescentes que tienden a evaluarse de forma
negativa tienen más conflictos intrapersonales
Los resultados de la tercera hipótesis, que
relacionó las variables de diferenciación cognitiva
y la frecuencia de los conflictos familiares,
muestran que aquellos adolescentes cuya
estructura cognitiva tendía a la simplicidad
presentaron mayor frecuencia de conflictos
familiares debido a que la estructura cognitiva
simple se caracteriza por la tendencia a construir
los acontecimientos desde pocos puntos de vista
lo que explica el aparecimiento de conflictos al no
poder considerar otras alternativas.

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