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Pablo Gerchunoff – Lucas Llach

(1998)EL CICLO DE LA ILUSIÓN Y EL DESENCANTO. UN SIGLO DE POLÍTICAS


ECONÓMICASARGENTINAS
Prólogo
El fragmento de la realidad sobre el que trata este libro es amplio por el espectro temporal que cubre
(desde 1880 hasta el ocaso del siglo XX) pero relativamente específico en el área que ocupa (la
política económica de un país mediano como la Argentina)En cuanto a las fronteras temporales,
el momento inicial coincide con la fecha de hito de consolidación de un estado
auténticamente nacional, lo que resulta una elemental precondición si lo que se está
analizando es la política económica de un país. La fecha de finalización es acaso menos
obvia. En las páginas siguientes no hay respuestas ni preguntas acerca de cómo debió haber sido la
política económica sino explicaciones e hipótesis de porqué fue como fue, apareciendo como
causalidades las condiciones locales e internacionales de la economía, las situaciones institucionales
y de poder y el estado del pensamiento económico al momento de formularse las políticas económicas
que van modificándose a medida que los factores que influyen en ella van variando de importancia.

CAPITULO I – LA GENERACION DEL PROGRESO (1880-1914) Bases y puntos de partida para el


progreso argentino
Si bien la Argentina se constituyó como estado políticamente independiente en 1810, ratificándolo
en 1816, una serie casi interminable de luchas civiles e internacionales postergó cualquier
intento de progreso económico sólido durante varias décadas. Recién en 1853 se
conseguiría una Constitución aceptada por las provincias, aunque la incorporación de Buenos Aires
sólo se consumó en la década de 1860, prolongándose la organización nacional hasta 1880.
La prioridad era garantizar la existencia misma del estado argentino mientras se
intentaban sentar los cimientos de un país. De esa época datan los Códigos de Comercio, Civil y Penal
y el impulso a la educación que obsesionó a Sarmiento. E s r e c i é n a p a r t i r
de la presidencia de Roca (1880-
1886) que puede hablarse de un estado nacional cuyos gobernantes fuerana
dministradores y no sólo funcionarios. La fórmula “Paz y Administración” de Roca, estandarte de su
gobierno, fue toda una síntesis de las prioridades de un país. El último censo nacional (1869) mostraba
un territorio bastante desierto y con bajo nivel de instrucción, la tasa de analfabetismo era otro
síntoma de retraso, la llanura pampeana lejos de ser el granero del mundo estaba dedicada a
una ganadería de poca calidad, con predominio del ganado ovino. La agricultura
prácticamente no existía, salvo en los alrededores de la ciudad y para consumo local.
Un obstáculo evidente para el desarrollo económico era la dificultad para transportar los productos
del interior a los puertos y solo con el ferrocarril estas posibilidades comenzaron a abrirse en la
década de 1870.En cuestiones económicas también había desacuerdo y en los debates de política
comercial la discusión se centraba en la Ley de Aduanas, régimen de propiedad de la tierra, el papel
del estado. A partir de estas y otras divergencias se está dando de hablar de la “Generación
del 80” con un sello ideológico liberal, admiraban el pensamiento de Alberdi, aborrecían
la anarquía y el despotismo, creían en las virtudes de la educación, deseaban abrir el país a
los capitales, los hombres y las ideas del exterior. En el ámbito de la política socioeconómica la
noción de progreso más que cualquier otra dominaba el debate, era necesario incorporar rápidamente
la Argentina a la expansión mundial liderada por Gran Bretaña y escoltada por Francia, Alemania y
EE.UU. que se sumaron a la Revolución Industrial. En ese contexto sus ideas eran optimistas y
habrían sido estériles en otro tiempo y lugar.

La economía mundial de la época


La economía mundial en la Argentina comenzó a insertarse después de su pacificación interior, tenía
como rasgos centrales la creciente integración de mercados y el rápido crecimiento de la
producción. Hasta la Primera Guerra Mundial se prolongó esta tendencia decrecimiento
sostenido de la economía que sólo se retomaría alrededor de 1950. En ese contexto Inglaterra jugaba
un rol fundamental., su influencia sobre el resto del mundo no era sólo consecuencia de su riqueza
sino de su particular organización de su economía., con los principios de libre comercio, y la
especialización inspirados en Adam Smith y David Ricardo. Los recursos productivos ingleses se
concentraban en las manufacturas y por consiguiente la necesidad de importar alimentos y materias
primas. Argentina cumplía entonces con las dos condiciones: producía materias primas requeridas
por Inglaterra y demandaba manufacturas por lo que el flujo de comercio era atractivo. Londres era
por esos tiempos el centro financiero mundial y por lo tanto regulador del patrón oro
que regía en el mundo., también efectuaba grandes inversiones en el exterior y sobre éstas se
asentaría el desarrollo económico de Argentina antes de la Primera Guerra Mundial. Las colonias
ya no eran solamente una fuente de materias primas y minerales preciosos sino un
mercado para exportar su producción y su capital y no tanto el dominio político.
Llenando el desierto; inmigración, capitales y tierra
A muy grandes rasgos la posición de Argentina en el mundo a partir del último cuarto del siglo XIX
puede describirse como la aceptación de un lugar bien definido en el sistema de división internacional
del trabajo cuyo centro era Inglaterra: el del productor agropecuario e importador de productos
manufacturados. La impresionante expansión económica tiende entre la consolidación
de la organización nacional en 1880 y la Primera Guerra, estuvo relacionada a un lugar geográfico
(la pampa húmeda), a un par de actividades productivas principales (la ganadería y la agricultura) y a
la incorporación de capitales y trabajo extranjeros, manifiesta en la instalación de ferrocarriles en
una gran inmigración. Era todo un desafío para los gobernantes de las décadas finales del
siglo XIX coordinar esa incorporación de recursos de modo de cristalizar los ideales
de progreso, las tierras ya estaban ahí con una gran fertilidad. Pero nada podía lograrse
si no se acortaban las distancias entre la vasta llanura y el puerto. El ferrocarril sería el encargado
de esa tarea, si falta alguno sólo de los factores tierra, trabajo y capital no se habría hecho posible esa
transformación. La estrategia fue que las sucesivas administraciones fomentaran el importante papel
que cumpliría el gobierno (1880) ya que la acción privada todavía era muy débil

La Argentina para los europeos, la inmigración


Una de las condiciones para crecer era por lo pronto poblar el desierto, según el lema
alberdiano “gobernar es poblar”, ya que el crecimiento surgido de las tasas de natalidad
y mortalidad siempre era insuficiente, era inevitable entonces recurrir a la inmigración y para1876 se
crea el Departamento General de Inmigración, las estadísticas indican que las ventajas
económicas harían variar los flujos de inmigración que crecía cuando se agrandaba las condiciones
de empleo y de salario entre el país de origen y la Argentina (aquí había más empleo y mejor
pagado).Las tareas rurales eran las que absorbían este aumento de población, los años 80 vieron todo
el esplendor de la “pampa gringa” gracias a una mayor expansión ferroviaria y al final de
las incursiones de indios y de langostas. Las obras públicas fueron otra fuente de empleo para el
inmigrante, por otro lado la naciente industria en los grandes conglomerados cercanos a Buenos Aires
tuvo una gran participación de extranjeros, siendo especialmente de Italia y España.; Inglaterra en
cambio contribuyó con pocos inmigrantes a pesar de los fuertes lazos entre ambas economías.

El desembarco latino
Distribución de los inmigrantes por país de origen, 1871-1914
La emigración italiana se debió en parte a la crisis agrícola de fines del siglo XIX, que sumado a una
creciente presión demográfica hizo que dejaran la península. En cuanto a la emigración española
también hubo un empuje por la misma causa, el emigrante español ya no elegía Cuba porque la había
perdido de su Imperio y se dirigía la próspera Argentina. Las provincias de nuestro litoral y la zona
pampeana fueron la más favorecidas especialmente Santa Fe, La Pampa y Entre Ríos por su
proximidad con el puerto, otros polos de atracción fueron Mendoza (actividades vitivinícolas)
y Tucumán (azucareras).El caudal inmigratorio se detuvo con la Primera Guerra Mundial, pero la
influencia de la inmigración no fue puramente económica sino que se reflejó en las artes,
ciencias, política, ideologías, etc., el trabajo de los inmigrantes fue imprescindible para
el crecimiento y prosperidad económica que estas tierras nunca habían visto entre 1880-1914.

El capital extranjero y los ferrocarriles


Los inmigrantes permitieron superar la falta de mano de obra rural y favorecer el desarrollo agrícola,
pero un papel no menos crucial fue el que cumplieron los ferrocarriles ya que con ellos se disminuyó
el costo del transporte del producto exportable entre el campo y los puertos, acortando las distancias
entre el productor argentino y el consumidor europeo. También se perfeccionó con tecnología el
transporte por el Atlántico con técnicas de enfriamiento y congelamiento de carnes.

EL ESQUEMA AGROEXPORTADOR
El primer tren (1857) fue el Ferrocarril Oeste (39 Km.) financiado en parte por el gobierno que asumió
su propiedad en 1863 a partir de esos años la gran extensión ferroviaria fue
solventada y administrada por los ingleses. En 1870 el Ferrocarril Central Argentino
unía Córdoba y Rosario, incorporándose así otras zonas a la producción para exportación y también
Tucumán y Cuyo al circuito económico nacional. Las tierras cercanas al ferrocarril se fueron
valorizando. La diferencia con EEUU era que esta poseía río y lagos navegables tan eficientes como
el tren, en Argentina el ferrocarril fue un componen esencial para el crecimiento durante la gran
expansión. La manufacturas inglesas que llegaban al puerto eran así fácilmente transportables y a
bajo costo hacia otros centros de consumo fuera de Buenos Aires. La construcción del país requería
mejorar los puertos, rutas, instalar tranvías sistemas de comunicación redes de agua y electricidad;
los recursos eran insuficientes y se necesitaba capital de inversión extranjera o empréstitos externos.
También los capitales foráneos se ligaron a la industria de exportación (frigoríficos), el comercio y
los bancos. El capital de inversión más importante fue el inglés, aunque también invirtieron Alemania
y Francia. Recién finalizada la Primera Guerra Mundial terminaría el ciclo inglés y en su reemplazo
entraría EE UU para proveer capital.

El capital extranjero en la Argentina


La presencia del capital externo se reflejó en el pago de los servicios de la deuda externa y
de dividendos al exterior llegando a representar un 40% de las exportaciones, mientras crecieran las
exportaciones y hubiera ingreso del capital extranjero la balanza de pagos estaría a salvo. Sólo con la
combinación de ambos se podría lograr la expansión productiva que finalmente se consiguió, pero a
un cierto precio para el país pues los intereses y remesas de los inmigrantes a sus familiares en su
tierra de origen se acrecentaban y el dinero salía del país. Sólo en el largo plazo la capacidad
exportadora y el ahorro nacional aumentarían.

La tierra en las pampas: expansión y distribución


La siempre amenazadora presencia del indio y la ausencia del valor económico de la tierra
determinado en fronteras en Buenos Aires hasta el río Salado, y parte de las provincias de Santa Fe y
Córdoba; en cambio una gran parte de Buenos Aires, La Pampa y la Patagonia eran todavía desierto.
Después de medio siglo se puede hablar de consolidar la frontera ya que la Campaña del Desierto
eliminó el peligro del indio (1879). Esta expansión de la geografía política y económica está
relacionada con las necesidades de una ganadería en expansión, en la p a m p a h a b í a e s c a s a
población y por ello el desarrollo de la agricultura estaba limitado por la
e s c a s e z d e m a n o d e o b r a . A l c a e r mundialmente la demanda de carne y cueros
ovinos (vacas) se extiende el ganado ovino (ovejas) a zonas nuevas al sur y al oeste,
en cambio las tierras del litoral, norte de Buenos Aires y Santa Fe eran más aptas y fértiles para la
agricultura, base de muchas fortunas a medida que la rentabilidad agropecuaria mejoraba. Es
necesario admitir que en el momento de repartirse la mayor parte de las tierras que luego serían el
“granero del mundo “éstas todavía no eran codiciadas ya que la llanura pampeana en la época
colonial era despreciada por carecer de minerales y no se la apreciaba en
su potencial agrícola-ganadero. En el siglo XIX fue muy frecuente la cesión de tierras públicas a
manos privadas por la Ley de Enfiteusis (en tiempos de Rivadavia) y otras leyes bajo el gobierno
de Rosas. Cuando no se regalaban las tierras eran vendidas a precios ínfimos con el
simple propósito de financiar desequilibrios fiscales. Durante la Campaña del Desierto muchos
militares se beneficiaron con estas compras masivas. No había general una justicia distributiva. La
difusión del arrendamiento agrícola (alquiler de tierras) practicado por los inmigrantes
es otra evidencia de la distribución poco equitativa de la propiedad con una eficiencia
productiva aceptable. Concentrada en pocas manos la tierra daba lugar a oligopolios
impidiendo el mercado competitivo, solo se valorizaban las tierras cerca del ferrocarril y la
posibilidad de exportar carne enfriada de alta calidad. Este régimen de tenencia de la tierra ocasionó
una distribución del ingreso muy desigual en las zonas rurales, así este sector rural con el tiempo sería
identificado con la oligarquía terrateniente y cualquier medida que favoreciera el campo sería
considerada contraria a los intereses de la población más pobre.

El desarrollo agropecuario
Hasta la década de 1870 la ganadería extensiva especialmente ovina era la actividad más importante
de la zona pampeana. Mientras el descubrimiento del potencial agrícola fue en realidad bastante
tardío. Tanto la expansión de ferrocarril como la inmigración fueron los dos acontecimientos para
demostrar que este potencial agrícola existía, con ello se superaba la escasez de mano de obra y se
integraba la región pampeana al comercio internacional, al facilitar el traslado de
hombres y productos, asumiendo la agricultura un carácter netamente comercial y no sólo
de consumo de los colonos como en otros países. El trigo fue el símbolo de la revolución agrícola
argentina y encontró en la llanura pampeana un suelo fértil y un clima favorable, tierra
blanda y pastos bajos para el arado sumándose a ello una moneda depreciada lo que
favorecía la exportación. El costo de traslado hasta Europa era más bajo que el del trigo
norteamericano porque a su vez eran más bajos los fletes desde el campo al puerto y ello compensaba
la mayor distancia transatlántica. Un rasgo singular de la producción rural en la Argentina fue la
interacción entre la ganadería y la agricultura originándose una competencia espacial, la ganadería
tuvo que desplazarse al sur y al oeste y dando lugar al establecimiento agropecuario con rotación
entre ambas actividades. Hasta la aparición de la cámara frigorífica las posibilidades de exportar se
reducían sólo al tasajo (carne salada) y al ganado en pie o a la exportación de lanas queso hizo muy
importante y en menor medida la de cueros.
El panorama cambió radicalmente hacia 1877 donde comenzó el transporte de carne congelada a
Europa, en pocos años frigoríficos ingleses, argentinos y norteamericanos se instalaron cerca de los
puertos y en las zonas de Avellaneda, Zarate y Campana. Como EEUU no podía abastecer su
demanda local de carne, Argentina tomó su lugar en abastecer a Inglaterra en la carne enfriada. La
agricultura y la ganadería eran el sustento del modelo de crecimiento económico basado en la
explotación de recursos naturales y que parecía capaz de prolongarse en el tiempo. El descubrimiento
del petróleo en 1907 ofrecía posibilidades nuevas y de esa expansión del sector rural daba sus
primeros pasos la industria argentina.
La industria durante la expansión: un exceso de librecambio?
Uno de los mayores cuestionamiento al modelo agroexportador ha sido la concentración de
la mayoría de los recursos productivos en las actividades primarias impidiendo la instalación de
industrias manufactureras con mayor potencialidad de crecimiento a largo plazo, las que crecieron
sólo fueron consecuencia del desarrollo del sector agroexportador y ello se conoce
como eslabonamiento que puede ser “eslabonamiento hacia adelante” (se expande una
actividad gracias a la disponibilidad de un insumo = industria molinera, de cerveza, frigoríficos,
molinos azucareros) y “eslabonamientos hacia atrás” (progresa una industria y genera una demanda
de insumos = talleres de reparación de material ferroviario). Al expandirse el mercado interno la
industria y el sector rural fueron complementarios.

Los primeros pasos de la industria argentina


El debate entre el proteccionismo y el librecambio fue discutido por los economistas del siglo XIX y
asumió en cada país características distintas. Es difícil reconocer como estrategia de desarrollo la
política comercial de la época. El manejo de los aranceles no parece el resultado de un planeamiento
a largo plazo, ni preindustrial ni anti industrial; eran los partidos opositores al gobierno los que
levantaban la bandera de la libertad comercial y de la reducción de aranceles especialmente los
socialistas. La presencia de altos aranceles en algunas actividades es explicable por la fuerte presión
de grupos de interés u otras veces guiadas para protección de la competencia exterior o
por necesidades fiscales. Esas deficiencias no eran producto de una deliberada acción contra la
industria así como la política aduanera, sino medidas parciales que respondían a las presiones antes
mencionadas.

La puerta hacia la especialización: el comercio exterior


El análisis del comercio exterior argentino evidencia que la economía seguía un patrón de crecimiento
basado en producir bienes primarios intercambiarlos en el exterior, representando las exportaciones
agropecuarias el 95% del total de las ventas externas. De un lejano sexto lugar como país exportador
de granos en 1888 la Argentina pasó al tercer puesto en 1907 siendo sólo superada por EE UU y
Rusia. En cuanto a las importaciones cumplían con los consumidores de productos no fabricados en el
país, habiendo una etapa de importaciones fuertes de bienes de capital (maquinarias, herramientas
por ejemplo) que coincidieron con el auge del tendido del ferrocarril.
El comercio exterior durante la expansión
En la década 1880 hubo precios de exportación en crecimiento y precios
de importación estables al tiempo que se producía una fuerte expansión de la economía.
En la década de 1890 la situación se revirtió cayendo los precios de los productos del
campo y también los de importación, con una economía en recesión. La debilidad de la
economía fue explicada por el efecto de la reducción en la entrada de capitales que siguió a la crisis.

Despegue, euforia, crisis: el manejo económico hasta 1890


La política económica sostuvo entre 1880-1914 ciertas líneas básicas, ningún gobierno redujo el
fomento a la inmigración y el capital extranjero ni revolucionó la política comercial, lo más inestable
fue la “cuestión monetaria “ya que la inestabilidad de la moneda argentina no es cosa nueva, las
dificultades por establecer un patrón monetario confiable fueron por largo tiempo insalvables. Hasta
que Roca llegó a la presidencia no existía el dinero nacional en el sentido estricto de la palabra. En el
interior convivían monedas de oro y plata de otros países y algunos billetes provinciales
inconvertibles. La presión del sector agroexportador por una moneda depreciable sería
la pujaconstante. La administración de Avellaneda se distinguió por una política monetaria y fiscal
de corte conservador, buscando la unificación de una moneda definitiva. El “pesos oro” (1881) fue la
primer unidad de dinero completamente nacional y serían acuñados por la flamante Casa dela
Moneda. La reforma monetaria no fue el único ni más importante avance económico de la presidencia
de Roca (1880-1886) ya que las obras públicas, la vías férreas y el desarrollo veloz como el
crecimiento de la deuda crecían sin pausa, ocasionando déficit fiscal (la gente no pagada impuestos
por invertir en infraestructura (se ensanchaba el puerto del Riachuelo) o estar endeudados con
préstamos). Había un exceso de importaciones sobre las exportaciones lo que alteraba la balanza de
pagos, todo se hacía pensando que la prosperidad futura brindaría los recursos necesarios para pagar
las deudas. El sistema monetario en el que se habían puesto las esperanzas falló en su base y la paridad
del peso oro con el peso papel moneda nacional sólo se mantuvo 17 meses, además nunca creció tanto
la deuda externa como el los finales de la década del 80.A Roca le siguió Juzrez Celman (1886-1890)
con una política imprudente y ultra expansiva del gasto público financiado con préstamos exteriores,
también apostando al futuro promisorio. A pesar de privatizar algunas líneas de ferrocarril y obras de
salubridad se tuvo que recurrir a la emisión de moneda y por consecuencia se cae en la inflación., el
gobierno pagaba las deudas en pesos papel y perdían así los acreedores creciendo la desconfianza en
el sistema. La responsabilidad de manejar la crisis recaería en Carlos Pellegrini

Catarsis, austeridad y crecimiento: la política económica en 1890-1899


La sensación de inseguridad monetaria se extendió al sistema bancario y los retiros
de depósitos provocaron la caída de los bancos Provincia, Nacional e Hipotecario. Los
salarios reales cayeron y aumentó la desocupación. El Ministro de economía Vicente Fidel
López(conservador) redujo los sueldos de los empleados estatales pero también bajaron
las pensiones y jubilaciones y el presupuesto de los ministerios. Más tarde se crearon
impuestos y se dispuso el aumento de aranceles. La caída de las importaciones hizo
que la aduana recaudara menos, se crea el Banco de la Nación Argentina para ganar la
desconfianza al sistema financiero nacional, poniendo límite estricto al crédito para obras
del gobierno tratando el gobierno de. Inclinarse al equilibrio fiscal. Y a la prudencia monetaria
tratando devolver a la paridad al menos en un largo plazo. Y Argentina se reintegraba al sistema
mundial del patrón oro. El oro estaba en baja lo que perjudicaba a los exportadores.

Con el esplendor del Centenario


La nueva convertibilidad tuvo un comienzo difícil pues el país recién se estaba
recuperando de la recesión de origen interno, con el agravante de una cosecha pobre y la
posibilidad de un conflicto armado con Chile. El sistema monetario se mantuvo inconmovible durante
una década y media pero gracias a las coyunturas históricas de la historia argentina
y no por su solidez. El oro en manos de la Caja de Conversión crecía sin pausa lo mismo que
las exportaciones y la inmigración volviendo la confianza en la Argentina.

La Argentina en crecimiento 1900- 1913


El entusiasmo por el joven país de cien años que habían soñado Alberdi y Sarmiento era contagioso,
ni siquiera un presidente prudente como Roque Sáenz Peña en 1913 podía sustraerse al optimismo de
la época. Pero el sombrío panorama internacional y una crisis de orden interno se combinaron para
interrumpir el más prolongado período de prosperidad que conoció este país.

Progreso para todos?


Los salarios altos explicaban las masivas migraciones desde Europa a estas tierras, ello se debía a la
alta productividad del trabajo agrícola donde la tierra de calidad era abundante. Como país productor
de materias primas los bienes rurales eran baratos y los bienes industriales caros. La abundancia de
alimentos hizo del problema del hambre en la Argentina un problema menor y ello atraía a los
inmigrantes de las zonas pobres de Europa, que pronto lograron una mejor posición económica,
dominaron el comercio y la industria. La ganadería en tanto seguía siendo una actividad reservada a
los terratenientes. Mérito del gobierno fue el progreso educativo así como la urbanización trajo
mejoras en las viviendas, más el problema habitacional recrudeció con el ininterrumpido arribo de
inmigrantes que vivían en conventillos por los que pagaban altos alquileres. Es probable que las
pobres condiciones de salubridad tuvieran bastante que ver con las enfermedades contagiosas. A
pesar del cuadro general de progreso se acentuaron las condiciones de desigualdad, especialmente
diferencias entre el litoral y Buenos Aires y las provincias del noroeste. El poder económico ya no
estaba en las minas del Alto Perú como en los tiempos coloniales, sino en las fértiles llanuras cercanas
a los puertos, allí se instalaban casi todas las industrias por estar más cerca de los centros de consumo.
El ferrocarril fue para todos el símbolo del progreso y los productos importados competían con los
locales sobre todo las artesanías que en muchos casos cesaron. Pronto aparecieron con las
actividades industriales, los sindicatos especialmente dominados por socialistas y
extranjeros por lo que el gobierno con la Ley de Residencia trató de echar a los extranjeros
perturbadores del orden social. No tuvieron una acogida favorable las mejoras laborales en
horario y regulación de los gremios perdiéndose una posibilidad de consolidación del
consenso en torno al modelo socioeconómico de la Generación del 80.

CAPITULO II – ÚLTIMAS IMAGENES DE UN MODELO (1914-1929) El legado de una


generación
Las cuatro o cinco décadas anteriores a 1914 fueron para el mundo tiempos de progreso y relativa
paz, está claro que en ese medio siglo anterior a la Primera Guerra Mundial el mundo se hizo para
bien o para mal, más “moderno”. La Argentina que no fue de los primeros países en entrar a ese
circuito comercial en expansión, tardó bastante poco en encontrar su propio lugar una vez que tuvo
la posibilidad deshacerlo. Los mecanismos empleados para conseguir la integración internacional de
la Argentina fueron simples y eficaces, se ampliaron puertos, los campos sembrados o de pastoreo
se iban extendiendo al sur o hacia el oeste, miles de inmigrantes llenaron el desierto, y según el censo
nacional de 1914 fue increíble el aumento del número de habitantes comparado con cualquier nación
en cualquier tiempo. Las cifras de aumento de la población eran por entonces una medida
significativa del desarrollo económico de un país, pero el reclamo principal de la principal
fuerza de oposición no era económico sino político, la fraudulenta máquina electoral consolidada por
el roquismo fue denunciada insistentemente por los radicales, la prédica de Alem continuó
con Irigoyen. La llegada de Roque Sáenz Peña a la presidencia en 1910 permitió que el viejo ideal
radical de competencia electoral limpia se realizara, en1912 el voto fue por primera vez secreto,
universal y obligatorio.

La apertura democrática
Porqué se negaría el electorado argentino a dar su voto de confianza al Partido Autonomista
(oficialismo R.S.Peña) si fue la única fuerza política que podía enorgullecerse de sus logros? El
oficialismo no podía mirar con tranquilidad las futuras elecciones. El triunfo de los radicales en 1916
ge bastante contundente, era el principio de una hegemonía del radicalismo que se extendería hasta
el final de los años20 y que solo pudo ser cancelada por las malas con el golpe militar de 1930.

El predominio radical
Ese predominio de los radicales se sostenía tanto en aciertos propios como en errores
ajenos. Además supo identificarse con la nueva argentinidad hija de la inmigración. A
Irigoyen le tocó asumir la presidencia en medio de la Primera Guerra Mundial que estaba obligando
Argentina a definir su posición internacional. Debido a la cantidad de extranjeros aquí radicada la
decisión era muy delicada, eso influyo para mantenerse neutral y este criterio persistió una vez
terminada la guerra. La política también abundó en conflictos de los conservadores y el radicalismo
con influencia en la relaciones entre el gobierno nacional y los provinciales, siendo frecuentes las
intervenciones federales a las provincias donde los conservadores predominaban. Otro ámbito donde
se desmanteló la estructura anterior al radicalismo ge la universidad a través de la
Reforma Universitaria.
Pero más grave aún fueron las facciones internas dentro del oficialismo (radicalismo) siendo la línea
más importante el grupo azul que se diferenciaba más que nada por su oposición a la figura
omnipresente de Irigoyen, y ge definida también como antipersona listas.
La elección plebiscitaria de Hipólito Irigoyen en 1928 daría al personalismo (irigoyenistas) la
victoria final de esa contienda. Del segundo presidente radical – Alvear – se ha dicho que estuvo
acompañado por la buena suerte, entre 1922 y 1928 no hubo grandes cuestionamientos políticos
o grandes perturbaciones económicas.

El final de la buena fortuna


Los trastornos que la Primera Guerra Mundial generó en la Argentina empezaron antes que la propia
guerra., la suerte que antes le había sonreído a Argentina permitiendo una rápida integración al
comercio mundial ahora parecía serle esquiva. Había serias dificultades para el financiamiento
externo y un déficit comercial provocado por las bajas exportaciones, generó una salida de metálico a
través de patrón oro(para pagar las deudas e importaciones) lo que se tradujo en una caída bastante
importante de la circulación monetaria, aumentaron las tasas de interés para captar depósitos o
inversiones y muchos negocios quebraron si no podían hacer frente a sus deudas. Era la primera gran
recesión desde 1890 y sería la mayor de todo el siglo XX, hasta el final de la guerra la Argentina
mantuvo su cuadro depresivo.

Primera guerra, primera depresión


Durante los años de guerra la Argentina acumuló enormes excedentes come
r c i a l e s . E n 1 9 1 5 l a s e x p o r t a c i o n e s d o b l a r o n a l a s importaciones, algo que solo se
repetiría en la Segunda Guerra Mundial, pero la economía argentina se enfrentó a una restricción de
oferta derivada de las dificultades para conseguir importaciones y tuvo que cerrar su economía,
depender más de sí misma para procurarse las manufacturas, la competencia extranjera ya no
afectaría a la naciente industrialización por sustitución de importaciones, m á s l a recesión
interna y las dificultades para conseguir insumos afectarían al país. Diversas ramas
industriales se destacaron, pero la más importante ge la textil y las de alimentos como provisión
a las naciones en guerra, mientras la metalurgia, cerveza y galletitas entraron en crisis porque
dependían de los insumos externos que faltaban (hierro, malta y lúpulo, hojalata para envases
etc.).Las limitaciones impuestas por la guerra se reflejaron en el cese de la inversión extranjera, ya
sea directa o indirectamente en formad e préstamos para obras públicas, paralizándose por ej. Las
obras del ferrocarril. También los ingresos fiscales que descansaban sobre los impuestos al comercio
exterior fueron corroídos por la guerra desplomándose la recaudación de derechos de importación. A
pesar de la reducción del gasto público no se pudo evitar el desequilibrio fiscal.

El déficit de guerra
La crisis de las finanzas públicas dio lugar a una serie de debates legislativos en torno al presupuesto,
los socialistas se oponían a los altos aranceles aduaneros alegando que afectaban en el
consumo de las familias más pobres y proponían en cambio un impuesto sobre las
exportaciones, con lo que se esperaba bajara el precio interno de los alimentos (menos se exportaba
si tenía que soportar un impuesto extra más quedaba en el país para consumir, por lo que los precios
bajarían). Todos los proyectos no prosperaron por demasiados intereses contrarios. Esta sensación de
crisis se reflejó en el sector obrero, con un salario deteriorado por los aumentos de precios que
reproducían la inflación mundial. Entre 1914 y 1918 ge mayor la cantidad de emigrantes que
inmigrantes y la desocupación aumentó hasta convertirse en un grave problema social.

Consecuencias económicas de la guerra


Entre 1917 y 1919 el clima de protesta obrera alcanzó su punto álgido y ganó las calles,
creciendo el enfrentamiento entre grupos contestatarios opuestos al oficialismo. A partir del
final de la guerra las condiciones generales del país mejoraron, calmándose la agitación gremial, aún
no estaba definido el papel del estado en la relaciones trabajadores y patrones.

Un mundo en busca de la estabilidad perdida


Con el Tratado de Versalles quedó claro que la victoria en la guerra otorgaba derechos. La
recuperación de postguerra de Alemania fue muy lenta y en pocos años cayó en la inflación.
Tanto Austria, Hungría, Polonia y Rusia tuvieron que recurrir al crédito interno para
financiar los desequilibrios que había deja la guerra, A través de la depreciación los países con
moneda débil ganaban una ventaja en las exportaciones y sus competidores les hacían represalias
comerciales (bloqueos). Pero muchos se resistían al cambio de circunstancias, Gran Bretaña se
empeñó en volver al orden de preguerra con una política de altas tasas de interés para atraer el oro y
valorizar la libra hasta tratar de llegar a una relación de igualdad. La Conferencia de Génova (1922)
aconsejó una variante “patrón cambio – oro”, las reservas de los países estarían respaldadas por el
oro y la libra en combinación ambas monedas. Hacia 1928 este tipo de respaldo fracasó. Inglaterra
de posguerra ya no podía aspirar a ser el centro financiero mundial por el simple hecho que el mayor
poder económico estaba ahora en manos de EE UU que vivía un auge económico de proporciones
inéditas (en la agricultura estaba la prosperidad americana) y era el principal acreedor mundial
situación que ejerció sin muchas contemplaciones hacia sus deudores europeos.EE UU aplicaba un
proteccionismo furioso y por ello prohibió la compra de carne cuyas condiciones sanitarias fueran
sospechosas. Con la Gran Depresión se abandonaría definitivamente cualquier ilusión de volver al
añorado equilibrio de preguerra.

Los prósperos años de Alvear


Además del rotundo éxito norteamericano hubo otra importante economía de América
que mostró hacia la década del 20 tasas decrecimiento del ingreso” la Argentina” que creció
más que EE UU, Australia o Canadá. Un país tranquilo, sin huelgas y con distensión social legisló
para conceder derechos a los trabajadores, reglamentó el trabajo de mujeres y niños y la jornada de
8 has. Y el pago de sueldos en efectivo y no con vales de alimentos de las industrias empleadoras. El
motor de la expansión económica de los años 20 ge una liberal política de gastos públicos. El impulso
de la sustitución de importaciones terminó al finalizar la guerra pero nuevas inversiones en
la década siguiente se hicieron con capital norteamericano especialmente manufacturas.
La mayor parte de la riqueza argentina aún se generaba en el campo en un modelo de país que no
difería demasiado del delos hombres del 80.

Producir, exportar, importar


A pesar de las fluctuaciones cíclicas que afectaron el intercambio comercial entre Argentina y el
mundo la tendencia básica es un aumento en el volumen del comercio, pero tuvo que ver más con las
compras que con las ventas porque las importaciones eran la reanudación de los envíos suspendidos
durante la guerra.

Comerciar, esa costumbre argentina


Las comparaciones con el resto del mundo confirman que la Argentina era, para su tamaño una
economía que participaba activamente en el comercio internacional. Terminada la guerra los
agricultores argentinos tuvieron que enfrentar la misma caída de precios que sus colegas
norteamericanos prolongándose las dificultades hasta 1923. A partir de entonces se mejoró la balanza
comercial.

Negociando en mejores términos


Mientras que Inglaterra siguió siendo el mercado más importante para los productos
argentinos EE UU se convirtió en el principal proveedor. Con la Gran Depresión ya no sería
buen consejo exportar sin mirar a quien, a partir de entonces se impondría la política de “comprar a
quien nos compra”. En Argentina siguió insinuándose de exportaciones de productos agrícolas
reemplazando a los ganaderos, no es que el comercio de carnes estuviera estancado sino
que La carne enfriada de mejor calidad, terminó de desplazar a la carne congelada,
pero el grueso de los envíos se centró en el trigo, maíz y lino, en ese orden de
importancia. Las pampas seguían siendo manejar marca nacional, el granero del mundo.

Ocaso en la pampa húmeda


Luego de la guerra había cesado la fiebre del ferrocarril, además las zonas más fértiles del país ya
casi habían completado su cruzamiento en vías férreas que las conectaban con el comercio
mundial., ya no se podía como en décadas anteriores agregar más tierras al área de
cultivo y alcanzarlas con el tren.

Mientras el área sembrada apenas aumentaba la producción seguía creciendo


No deja de sorprender que a pesar del estado estacionario de la superficie el sector rural pampeano
aumentara su producto en todos los rubros principales, capitalizándose por las importaciones de
máquinas para la agricultura y un aumento de la tecnología antes de la Gran Depresión. .En el caso
de la agricultura la expansión fue en parte el resultado del aumento del área sembrada.

Gracias a los altos rendimientos


Según el gobierno radical las actividades primarias merecían un trato benévolo,
en muchos proyectos se nota la preocupación por la situación del arrendatario rural aunque
las leyes del régimen de propiedad de la tierra no fueron muy integradoras. Solo después de 1921una
nueva iniciativa de reforma previó una compensación por las mejoras realizadas en el período
del alquiler y la Junta Rural o la creación del Banco Agrario y Banco Hipotecario para facilitar los
créditos al agro, ya que los anteriores proyectos no habían prosperado. Más atención prestaba el
gobierno a los debates en torno a l comercio de carnes debido a las sospechosas actividades de los
frigoríficos, disponiendo la creación d en frigorífico estatal en el Cap. Federal, que impuso un precio
mínimo para la venta de ganado por kilo vivo., las presiones obligaron a Alvear a suspender
su aplicación. Lejos de Bs.As. Las legumbres, vid, frutas, algodón, caña de azúcar, tabaco, yerba se
beneficiaban con la ampliación del mercado interno sostenida por el aumento de población siendo las
necesidades internas las que daban impulso a la industria manufacturera.

La industria en los 20: inversión externa y políticas públicas


En los años 20 la vida económica nacional aún giraba alrededor de la producción primaria, pero la
importancia del campo era cada vez menor respecto a la de la industria

El avance de la industria
Durante la guerra de 1914 algunos productos europeos no se pudieron transportar y bajo la
competencia con los locales tanto que se ha fechado esa década del 20 como origen de la
industrialización argentina que se dirigía al mercado local pero parte era con inversiones foráneas
instalándose empresas extranjeras (norteamericanas y alemanas) siendo las actividades preferidas
químicos, metales y artículos eléctricos y al petróleo (1913) naciendo los primeros
conflictos entre YPF
(nacional) y el capital petrolero.nortemericano que atrajo actividadesautomotrices y
de caminos Las políticas gubernamentales para proteger a la industria local eran complejas ya que los
bienes importados tenían un impuesto que no se calculaba sobre su valor real sino sobre un
valor oficial estimado llamado “valor de aforo”. La reforma de 1923 ge una acción
oficial significativa. Quien más se perjudicaba con la instalación de empresas de otros países en la
Argentina era Inglaterra como proveedora del mercado argentino. La maquinaria importada para esas
empresas extrajeras hacía que las divisas se derivaran a otro país perjudicando a Inglaterra. Alvear no
sólo veía favorable a las industrias que estimulaban la demanda por la producción primaria local sino
que veía con buenos ojos las manufacturas en general, no había en Argentina demasiado interés por
las novedosas experiencias de la Unión Soviética en materia de apropiación pública de excedente
agrícola.

Un equilibrio delicado
Las inversiones británicas habían sido uno de los pilares en la expansión argentina hasta la Primera
Guerra Mundial siendo los ferrocarriles el rubro de mayor importancia y la medida en que el progreso
económico había dependido del financiamiento exterior, la interrupción de este capital británico desde
1914 fue probablemente la consecuencia más perjudicial de la guerra para la economía nacional, la
posibilidad de seguir financiando el crecimiento argentino con préstamos e inversiones ingleses
estaba descartada tanto que en 1818 Argentina le concedió un crédito a Inglaterra para la
compra de cereales. El candidato a reemplazar a Gran Bretaña como proveedor de
capital era obviamente EE UU que no ge invertido en infraestructura sino en el sector industrial
tratándose desde los años 20 la instalación de Krysler,General Motor IBM Good Year. El impacto de
una reducción de inversión extranjera sobre las perspectivas de crecimiento de un país depende de la
magnitud de ahorro nacional, los bajos niveles de ahorro e inversión menores a otros países
(Australia) han sido explicados como resultado de una población con una mayor tasa de
dependencia causado por la tendencia cultural de inmigrantes latinos a tener muchos
hijos a diferencia que los pueblos anglosajones.

La despreocupada administración de la prosperidad


La propensión de Argentina a consumir mucho y ahorrar poco en épocas de optimismo se notó
también en el Estado gastando por demás delos ingresos impositivos. Durante la Primera Guerra la
dependencia de los ingresos públicos respecto de los impuestos al comercio había reflejado un
aumento del endeudamiento público, siendo alta la deuda flotante originada en desequilibrios
imprevistos (colocaciones acorto plazo). El manejo fiscal durante Alvear fue ordenado pero no
austero siendo esta deuda flotante convertida en obligaciones de más l a r g o p l a z o , e s t e
deterioro en la situación presupuestaria se potencia con la Gran Depresión
h a s t a c o n v e r t i r s e e n c a r g a p a r a l a s administraciones de los años 30, para solucionarlo no
bastaría con emparchar el sistema fiscal que dependía de los impuestos al comercio exterior. La
Depresión sería el empujón final al sistema monetario que venía decayendo.

Avatares de la moneda
El abandono de la convertibilidad de 1914 no derivó en una desvalorización del peso,
al contrario al reducir importaciones durante la guerra se ahorraron divisas traducidas en
excedentes comerciales. A partir del 20 cambió comenzando a deteriorarse la balanza de
pagos(deuda externa, transferencia de dinero de inmigrantes a familias en
el exterior, etc.) Una vez más los eventos externos liberaron al gobierno de la
responsabilidad de alterar el tipo de cambio. Hacia 1924 hay una recuperación de precios en productos
agropecuarios que inaugura otra etapa favorable. Con el aumento del valor dólar las exportaciones
podían venderse al exterior en condiciones más favorables reflejándose en el mercado interno este
aumento así la caída del peso estaba asociada a precios más altos de alimentos, las fluctuaciones
del peso pueden verse como un síntoma de dependencia externa de la Argentina de entonces.

Hacia el abandono definitivo de la convertibilidad


Cuando Alvear decide retomar la paridad $ 2,27 papel por pesos oro en 1927 Argentina se integra al
sistema de patrón oro que regía en los países más importantes y que permitía alentar una esperanza
de estabilidad como había sido antes de la Primera Guerra, pero el optimismo esta vez ge breve, ya
que los mercados de bienes y capitales de los que dependía el equilibrio externo empeoraron
rápidamente además la buena campaña agrícola de Europa perjudicó la exportación argentina,
mientras la demanda interna todavía impulsaba a las importaciones, la balanza de pagos comenzó a
tener signos de debilidad creciente. Temiendo los efectos internos una contracción monetaria brusca
Irigoyen suspende la convertibilidad antes de finalizado 1929.

Un modelo agotado?
El estancamiento en el área sembrada se ha considerado como un indicio de que ya no
había posibilidad de desarrollarse dedicando la mayoría de sus recursos al
sector agropecuario, de hecho los años 20 muestran que la atracción para las nuevas inversiones no
venían tanto del sector rural como industrial, pero la producción primaria siguió siendo la actividad
clave gracias a precios de exportación favorables además los terratenientes no se mostraron
propensos a involucrarse en actividades industriales. Esta idea de demora en la transformación
económica a una economía más industrial lleva implícita una crítica de porqué los gobiernos
siguieron depositando las esperanzas en un esplendor rural que comenzaba a ser un recuerdo. El
desarrollo de actividades manufactureras durante la primera década de entreguerras ge bastante
importante. Las ventajas comparativas de la Argentina estaban cambiando a favor de la industria y
el gobierno debía actuar en consecuencia. Un primer desafío a la teoría de la demora consiste en
discutir que la política económica fue librecambista, por el contrario afirmar que fueron anti
industrialistas es exagerado, pero lo más acertado es que la industria recibió apoyo oficial en la
época radical. Esquer, además de los interese privados afectados por la política
económica estaban en juego las convicciones acerca de que un mercado librado a su
propio arbitrio es capaz de organizar la producción de la mejor manera. Los proteccionismos del
exterior perjudicaban a un país dependiente de sus exportaciones mientras que las posibilidades de
seguir creciendo en base a agricultura eran mínimas ya que estaba estancada. Una política
económica que impulse la industrialización implicaba un realineamiento internacional, al cerrarse la
economía sede pendería menos de la importaciones de Inglaterra y de las exportaciones a ese país,
por otro lado se estimularía con ello la inversión directa de capitales extranjeros sobre todo de EE
UU en el sector industrial emergente y acercarse al más poderoso. La ausencia de políticas de
industrialización no es la única, el bajo nivel de ahorro nacional y dependencia del mercado inglés y
problemas fiscales fueron herencia que pesaron sobre los gobiernos posteriores a 1930. Era
inevitable el derrumbe del sistema que se había montado hacia el 80? Y en ese caso. Había en la
década de los 20 signos perceptibles que anunciaran ese derrumbe? Ningún gobierno
ni economistas podrían prevenir turbulencias futuras.

CAPITULO III
POLITICA ECONOMICA EN TIEMPOS DE CRISIS (1929-1940) El retorno de la vieja política
Hipólito Irigoyen debió enfrentar algunos problemas y oposición en sus dos primeras
administraciones 1916-19220, 1928-1930. Tras la p r o s p e r i d a d
y calma política de Alvear Irigoyen volvió al poder con un masivo apoyo
e n l a o p i n i ó n p ú b l i c a y s u c a í d a n o g e u n acontecimiento del todo impopular. La crisis
de esta tercer gobierno radical se debió a errores propios pero también a culpas ajenas, el poder
ejecutivo se contagió de inacción de su jefe e impotente a una oposición creciente, el desgaste de su
gobierno se acentuó con la prédica de los socialistas independientes y en menor medida demócratas
progresistas y comunistas. Fuera del propio gobierno no había nadie con voluntad suficientemente
fuerte como para contrarrestar la conspiración contra el presidente que preparaba Uriburu a inicios
del30, suma a esto la sensación de crisis económica generaba descontento hacia el gobierno, así el 6
de setiembre de 1930 Uriburu toma el poder sin derramar sangre. Este golpe fue el primero de una
larga serie, más allá del derrocamiento de Irigoyen los objetivos de distintas facciones militares eran
conflictivos en cuanto al tipo de gobierno que debía llevarse adelante, los partidarios de Justo
buscaban legalidad sin Irigoyen, Uriburu pretendía reemplazar el sistema de partidos por uno de
representación corporativa, este sueño duró poco ya que el radicalismo antiirigoyenista tuvo una
actitud de oposición al régimen y acercamiento a los derrotados, imponiéndose Justo en las elecciones
de 1932 . Su administración fue una restauración de formas y proyectos de gobiernos anteriores al
predominio radical, no mostró mayor aprecio por las prácticas democráticas que Roca
fraguando resultados electorales como “fraude patriótico”. Federico Pinedo fue
suministro de Hacienda. Los 30 se cerraron con la débil presidencia de Ortiz cuya oscura elección no
impidió intentar un retorno a prácticas electorales saludables, renunciando en 1940. La
Segunda Guerra Mundial y ausencia de un liderazgo abrieron camino al golpe de estado de1943 que
daría ascenso a Perón.

Un diluvio universal: la gran depresión


Durante la década del 20 el desempeño económico mundial no tuvo la solidez previa a 1914,
Argentina retomó la senda del crecimiento interrumpido durante la guerra recuperándose algo
el comercio internacional, Inglaterra perdió a manos de EE UU el liderazgo económico mundial,
nadie previó la tormenta que se avecinaba, el derrumbe de la Bolsa de Valores en 1929 ge el primer
signo de lo que se vendría, muy pronto esta pesadilla sería la Gran Depresión, al principio se pensó
que era una nueva recesión pero la caída de precios de las acciones entre 1929 y 1933 fue solo un
síntoma del cataclismo que vivió el sector de la economía, la inversión se desplomó. La discusión de
las causas de la depresión han sido polémicas, según Keynes, el ánimo inversor de los empresarios
tuvo una recaída en tiempos de crisis, este descenso se transmitió a la producción y
el empleo. Otra versión apunta a la disminución del consumo como causante de la crisis
productiva, la tesis monetarista acusa al Reserva Federal por no haber prevenido y corregido los
quiebres bancarios que generaron contracción del crédito impidiendo
el financiamiento normal a inversores y consumidores. Si bien el origen de la crisis
estuvo en problemas internos de EE UU se trasmitió al resto del mundo, cada país
intentó evitar la competencia de importaciones extrajeras.

Repercusiones de la crisis en un país expuesto


Argentina había aunado el papel de exportador de alimentos e importador de manufacturas en el
sistema de división internacional de trabajo que giraba alrededor de Gran Bretaña, las exportaciones
eran importantes para mantener altos niveles de empleo y además para importar aquellos bienes
que Argentina no producía , más importante aún que los bienes industriales de consumo
era la maquinaria y equipo necesario para las inversiones urbanas y rurales e insumos usados
por la industria cada vez mayor, la Depresión afectó las posibilidades de importaciones del país
cayendo los precios de los productos de exportación. La mejora de métodos de
producción agrícola ganadera, utilización de abonos, y mecanización más eficiente de la
producción generaron un aumento de oferta mayor a la demanda que baja el precio de las materias
primas. La crisis del comercio no fue la única fuente de problemas para la balanza comercial, antes
del 30 el país tuvo interrupciones de los flujos de capital siendo el golpe de gracia al sistema
monetario; teniendo dificultades para obtener financiamiento siendo perjudicial
por endeudarse en la década de la crisis.

Primeras reacciones: el control de cambios y disciplinas presupuestarias


Los motivos que tenía el gobierno para la defensa del peso era el temor a que la depreciación
dificultara los pagos de la deuda ya que el gobierno recibía ingresos en pesos y pagaba sus deudas
en moneda fuerte, quienes retiraban sus depósitos en pesos del sistema bancario generaron una
delicada situación e iliquidez restringiendo el crédito y el normal funcionamiento de la economía.
Los bancos comenzaron a tener problemas y el gobierno se vio obligado a emitir dinero sin respaldo
a través de la Caja de Conversión, la expansión de oferta de dinero sin respaldo acentuó la
depreciación del peso. El control de cambio ge un intento a frenar esto sin achicar el
crédito ni perder reservas siendo la Comisión de Control y Cambios la encargada de centralizar
y distribuir esas divisas asegurando a gobiernos municipales, provinciales y nacionales la moneda
extranjera necesario para su pago de la deuda externo, luego se usaba para importaciones de
materia prima y bienes de consumo indispensables. En seguida surgió el problema de fondos
bloqueados teniendo que esperar los proveedores del exterior los pagos remitidos por Argentina por
las ventas efectuadas a ésta. Obligadamente se redujo las importaciones derrumbándose la
recaudación en la aduana, otras medidas fueron crear un impuesto a las transacciones de empresas,
impuesto al ingreso y gravamen al combustible como fuentes de recaudación. En cuanto a los gastos
los salarios públicos se redujeron, economía en costos de administración traduciéndose en una
menor inversión pública. Cerrado el financiamiento externo y con la negativa del Banco Central a
adelantar créditos al gobierno se decidió la emisión monetaria para cubrir necesidades fiscales.

El impacto social
Los problemas de los balances de pago y cuestiones presupuestarias no mostraron el grado más
terrible de la depresión, al desmoronarse el comercio se derrumbó la producción sin embargo la caída
del ingreso no ge tan profunda en comparación a otros países (EE UU, Chile),
La consecuencia más dramática fue la aparición de desempleo
Invirtiéndose las posibilidades de trabajo de la inmigración del 80 a 1914 a una desocupación masiva,
las compañías ferroviarias inglesas arreglaron con los sindicatos sistemas de salarios solidarios
que combinaban reducción de horas con recortes de salarios para evitar despidos masivos tanto
urbanos como rurales.

Las nuevas ideas económicas


Se deja de lado la idea de que los ingresos del estado debían cubrir todos los gastos porque esto no
refleja la realidad.
La nueva receta keynesiana
De compensar la caída del gasto privado con un aumento de compras gubernamentales o sea aumentar
el gasto público para crear empleo no tuvo aceptación. El recrudecimiento del desempleo y
dificultades de muchas industrias para seguir exportando mostraron que el apego al patrón oro
no fue la mejor política en el marco de la tendencia recesiva de la economía británica,
pasando los países europeos a un sistema monetario más flexible y menos vulnerables a las
fluctuaciones externas. En el ámbito del comercio internacional fueron desafiados la doctrina
del libre comercio universalmente aceptada, se sostenía que con el acceso de más
países al progreso tecnológico se disminuían las diferencias internacionales de productividad, las
economías se diversificaban, ser reducían los incentivos comerciar. El intercambio comercial entre
naciones pasó a ser fruto de acuerdos bilaterales de preferencias aduaneras, EE UU e Inglaterra, los
dos principales socios comerciales de Argentina contribuyeron al florecimiento del proteccionismo
en sus países.

El comercio triangular y el pacto anglo argentino


Esta dificultad de los productos argentinos por encontrar mercados de exportación generada por la
caída de demanda se vio agravada por la escalada proteccionista de Europa y EE UU,
Inglaterra era más importante como comprador de productos que como vendedor en la
Argentina de manufacturas siendo la balanza comercial con Inglaterra con saldo positivo mientras
que EE UU era inversamente ya que tenía un sector rural importante y era más difícil la colocación
de productos primarios argentinos en ese país sobre todo después de que se resistiera a la importación
de carnes con la excusa del control sanitario. Los británicos argumentaban que las importaciones
argentinas debían recaer más sobre los ingleses más que sobre los norteamericanos. El
otorgamiento de privilegios a las importaciones desde Inglaterra era una valiosa prenda de
cambio que convencía a los británicos a levantar sus barreras a las carnes y otros productos argentinos
en el caso de una eventual negociación; en cambio los industriales se encontraban con que las
restricciones a las importaciones puestas por la depresión alejaban la competencia extranjera y
permitían mayor expansión de sus actividades. El Pacto Roca-Raciman fijó un sistema de cuotas
decreciente para las carnes argentinas en el mercado inglés, los ganaderos argentinos querían revertir
esa situación, su presión a favor de un tratado comercial con Inglaterra se resumía a “comprar a quien
nos compra”. La concesión de preferencia a las importaciones inglesas era la carta de negociación
argentina. La razón de la presión inglesa por rebajas arancelarias preferenciales era por la
necesidad de atender algunas de sus industrias de exportación, también demandaron
una rápida solución al problema de los fondos bloqueados, deudas en libras de productos británicos
que el control de cambio había impedido girar a Inglaterra y además promesas mutuas de trato
benévolo a los productos del otro país. El Pacto Roca-Raciman privilegió ante todo el interés
ganadero influyendo estos ganaderos en el gobierno para que éste otorgara concesiones muy amplias
a Inglaterra. Las autoridades argentinas fueron débiles en las negociaciones y el cumplimiento no ge
recíproco. Pero en otros ámbitos hubo concesiones no estipuladas explícitamente por el Tratado como
el otorgamiento de cambio especial para las importaciones ferroviarias y la discriminación en contra
de terceros países en la distribución de divisas Fue conveniente el acuerdo Roca-Runciman? No fue
conveniente porque el gobierno era débil y se recostó en su socio más antiguo e importante aunque
las condiciones no fueran del todo favorables a Argentina, dándose paso en el país designado como
granero del mundo a otro más moderno basado en las fábricas.

Un gobierno en acción
A mediados del 1933 Justo designa en el Ministerio de Hacienda a Pinedo este gabinete aprovechó el
acuerdo Roca-Runciman para tomar medidas más consistentes en respuesta a la crisis, la acumulación
de fondos bloqueados hacía necesario rediseñar el sistema de control
dec a m b i o s l a s p r i n c i p a l e s m o d i f i c a c i o n e s f u e r o n : a ) e s t a b l e c i m i e n t o d e u n
p e r m i s o p r e v i o p a r a l a i m p o r t a c i ó n e n f u n c i ó n d e l a s disponibilidades de divisas
del país; b) se abandona el control absoluto y se controla sólo lo que se puede controlar, lo demás se
deja afuera en un mercado libre ; c) el desplazamiento de los tipos de cambio abandonando el tipo
bajo para reemplazarlo por un nivel más acorde a las circunstancias. El mercado cambiario se
desdobló en oficial y libre. Las importaciones de Inglaterra tenían garantizado su participación en el
mercado oficial. En el mercado oficial pasaron a cotizarse dos tipos de cambio distintos: vendedor y
comprador. El gobierno con lo obtenido del margen de cambio ayudó a los productores agrícolas y
ganaderos que sufrían la caída de precios mundiales de alimentos. Secreta la Junta Nacional de
Granos que compra los cereales a precio superior al mercado y los vende cuando se presenten las
condiciones favorables.

Las conversiones de deuda y el manejo fiscal


La deuda interna flotante era una carga más pesada que la deuda externa, se dio a los tenedores de
títulos nacionales la posibilidades defenderlos al gobierno o canjearlos por un nuevo papel
que pagada un menor interés anual pero durante un período más largo, la conversión de
la deuda interna generó un ahorro para el Estado y aceptación de los acreedores, esto mejoró la
situación fiscal, la austeridad del gobierno se reflejó en políticas impositivas y reducción del gasto
eliminando organismos superfluos pero lo más importante en materia presupuestaria fue la
unificación de impuestos internos que reemplazó a gravámenes provinciales y nacionales permitiendo
reavivar la inversión pública principalmente la red vial.
La creación del Banco Central
Las entradas y salidas esporádicas del patrón oro habían impedido institucionalizar un régimen
monetario ordenado durante los períodos de inconvertibilidad, se entregaban pesos contra
oro en las ventanillas de las Cajas de Conversión. El control de la solidez bancaria,
del préstamo a los bancos y el manejo de títulos del gobierno eran funciones realizadas por distintos
organismos cuya centralización en una sola institución Banco Central evitaría incoherencias políticas
creándose en 1935 el Banco Central. Su función era concentrar reservas para moderar las
consecuencias de las fluctuaciones de las exportaciones y de las inversiones de capital extranjero
sobre la moneda, crédito y actividades comerciales, regular el crédito y los medios de pago,
controlar a los bancos, actuar como agente financiero y aconsejar al gobierno en la emisión
de empréstitos y operaciones de crédito. Esta ley de bancos fue complementada con la creación del
Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias para sanear el sistema bancario, para absorber los
activos de muchos bancos que estaban en problemas. El Banco Central se convirtió en uno de los
instrumentos fundamentales de la política económica.
Nuevas turbulencias, los ciclos del 34 al 39
A partir del 34 los capitales extranjeros volvieron a entrar creciendo la producción desde el 33 y en
el 35 se había superado el nivel previo a la crisis, también se revirtió la balanza de pagos. El Banco
Central recomendó a otros bancos una política de préstamos conservadora y un fortalecimiento de
sus reservas Esta recuperación se detuvo con una nueva recesión mundial a la crisis de EE UU se
sumó cosechas pobres nueva baja de precios cayendo nuevamente las exportaciones y el peso se
depreció en el mercado libre, la actividad interna también se resintió. Las autoridades ensayaron
medidas compensatorias: en Banco de la Nación inició una política liberal de préstamos
incentivado por una ley de crédito agrario, pero temían resultados contraproducentes
ya que la expansión del crédito aumentaba la demanda y demoraba la necesaria
reducción de las importaciones. La idea era que el poder de compra creado por el
crédito se desviara hacia la demanda de bienes nacionales. Debido a que Europa marchaba hacia
la guerra ya no se podría volver a la normalidad.

Argentina industrial
Pese a su falta de carbón y hierro Argentina se hubiese convertido en el país más industrializado
después de Brasil en Sudamérica. Este desarrollo industrial no se limitaba como antes
a frigoríficos, ingenios, bodegas (actividades primarias tradicionales destinadas a la
exportación), florecieron industrias manufacturas para satisfacer el consumo interno, textiles, vidrio,
papel, caucho, aparatos eléctricos, etc. dependiendo menos de lo importado. Se considera la era de
los 30 con la del gran saldo de la industria argentina, otros son el período previo a 1914, los años 20
y Segunda Guerra Mundial contribuyendo más que la agricultura el crecimiento del producto todo
gracias al derrumbe del comercio exterior. Las políticas de gobierno especialmente el control de
cambios garantizó que la crisis de exportaciones se tradujera en una caída no menor de
importaciones. Esa restricción de la competencia externa en los productos manufacturados generó
lo que se llamaría una industrialización por sustitución de importaciones que ya no entraba al país.
El sistema discriminatorio de cambios y privilegios arancelarios para productos británicos
favorecieron a la producción de artículos y competían con los norteamericanos ya que las
importaciones de ese origen resultaron castigadas instalándose así empresas estadounidenses
directamente en Argentina saltando barreras aduaneras y de cambios. La reducción en las
importaciones ge lo que hizo aumentar la producción manufacturera: tejidos de algodón,
neumáticos, extracción y refinamiento de petróleo lideraron la expansión también la elaboración de
algunos alimentos como conservas de frutas tomates y aceites comestibles., del mismo modo se
vendieron productos manufacturados en el exterior pero esto se observó a partir de la Segunda
Guerra Mundial, sobre todo para reemplazar a proveedores habituales ocupados en la producción
bélica. Esta idea de restricción de importaciones para mejorar la industria local y competir con el
extranjero llevaría con el tiempo a un proteccionismo demasiado forzado pero en el 30aparecía
razonable.
El crecimiento industrial fue causa y consecuencia de un acentuado proceso de urbanización
lacrisisdelsector a g r o p e c u a r i o e x p u l s ó a t r a b a j a d o r e s r u r a l e s a l a s c i u d a d e s d o n
d e e l c o m p o n e n t e e x t r a n j e r o d e f u e r z a l a b o r a l f u e d e c r e c i e n d o paulatinamente,
el aumento del empleo urbano da mayor impulso a la actividad gremial, el cerrado partidismo ge
reemplazado con una actitud menos doctrinaria que valora las concesiones a los
trabajadores. El estancamiento de la inversión fue provocado por las dificultades para
importar bienes de capital.

Una década de innovadores ?


Cuanto más altas las tarifas de comercio, más depreciado el peso y más estricto el control de cambios
menos efectiva era la importación y rentable su sustitución por productos nacionales. El objetivo
explícito del control de cambios ge el racionamiento de las importaciones para detener el déficit de
la balanza de pagos. La mejor prueba de que el gobierno no buscó alterar la estructura agraria del país
ge la firma del Tratado Roca-Runciman, los privilegios concedidos a Inglaterra concedidos en estas
cláusulas son una muestra que tenía el gobierno para resucitar el comercio exterior.
Los gobiernos del 30 manejaron el ciclo económico estimulando la actividad interna a través
del gasto público esto se refleja en un programa de rutas y caminos y aumento del aumento
estatal con una política prudente.

El control de cambios, Banco Central, Juntas Reguladoras de Granos y el impuesto al ingreso fueron
creación de esos años representando la herencia de diseñadores de la política económica de
administraciones posteriores.

La guerra y el plan Pinedo 1940


El final de la década del 30 fue convulsionado en la Argentina, el temor de una nueva Depresión se
propagó pero se estaba mejor preparado y el Poder Ejecutivo presentó al Congreso un plan de
reactivación económica derrotado en el Parlamento el principal problema era la crisis del comercio
exterior con las influencias sobre la actividad interna. Este plan recomendaba compra
de cosechas invendibles y mayor restricción de importaciones a esto se le suma las
construcciones populares para alentar la ocupación y mayores facultades al Banco Central para
regular el crédito, este apoyo a la construcción lograría mantener y desarrollar la demanda de artículos
industriales. No se trataba de un intento de industrialización ligado a la sustitución de importaciones
y al desarrollo del mercado interno al contrario reforzaba el fomento de las exportaciones industriales
que se había iniciado con el control de cambios del 33, ante un problema similar al30 la política
económica respondió de manera distinta ya no se trataba de equilibrar el presupuesto
y tomar medidas de emergencia esperando una vuelta al paraíso sino que se reconociera una
mayor incumbencia del Estado en materia de asuntos económicos este reclamo de intervencionismo
se convertiría en política oficial hacia el 40.

YRIGOYEN Y EL MOVIMIENTO OBRERO (1)


Crónicas proletarias

En 1912, el gobierno oligárquico instauró el sufragio universal


y secreto para los argentinos nativos. Las mujeres no podían
votar. Por esta ley electoral, la oligarquía logró apartar al
radicalismo de su política de levantamientos militares, y lo
llevó a transformarse en una fuerza electoral. En 1916 la
Unión Cívica Radical ganó las elecciones y, por sólo dos votos,
el Colegio Electoral eligió a Hipólito Yrigoyen como presidente,
que asumió en octubre de ese año.
La llegada de Yrigoyen al gobierno estuvo marcada por un
impresionante auge de luchas a nivel internacional y nacional,
con hechos como el fin de la primera guerra mundial, el triunfo
de la Revolución Rusa, procesos revolucionarios en Alemania y
Hungría, y grandes huelgas y puebladas insurreccionales en
nuestro país. En esos años se fundó el Partido Socialista
Internacional, luego Partido Comunista. Intentaremos dar un
pantallazo de cómo recibieron las distintas corrientes del
movimiento obrero la llegada del radicalismo al gobierno.
El Partido Socialista tenía un viejo enfrentamiento con los
radicales, a los que consideraba parte de una despreciada
“política criolla”. No hay que olvidar que el principal dirigente
del PS, Juan B. Justo, era crítico del radicalismo ya desde la
“Revolución del Parque”, en 1890.
Es importante entender que ni socialistas, ni anarquistas ni
sindicalistas tenían al marxismo como guía para analizar la
sociedad, por lo que les resultaba imposible hacer una
correcta caracterización de clase del gobierno que asumía.
Esto se evidenció en el tratamiento del Partido Socialista hacia
Yrigoyen. En la campaña electoral previa centraban en
desenmascarar el supuesto “obrerismo” radical, denunciando
que sus diputados impulsaron quitar el derecho de jubilación a
los trabajadores ferroviarios y tranviarios que participaran en
huelgas. La Vanguardia, diario del PS, describía al radicalismo
como “un pérfido enemigo del Partido Socialista”.
Como Yrigoyen en sus primeros tiempos tuvo gestos hacia
algunos gremios, recibiendo a sus dirigentes (particularmente
ferroviarios y marítimos), e interviniendo en los conflictos, el
Partido Socialista lo caracterizaba como “un gobierno de
fuerza y misericordia, en que la magnanimidad y el buen
corazón de altos funcionarios componentes hacen ‘pendant’
con su intolerancia y su fuerza”. La Vanguardia agregaba que
esto llevaba a confusión del pueblo “obligado a fluctuar entre
movimientos de admiración y alarmante perplejidad”, y
acusaba a Yrigoyen de tener un trato distinto hacia los gremios
según sus intereses electorales.
La UCR en el poder: cambios en el régimen oligárquico

El radicalismo surge a fines del siglo XIX. Su aparición en la vida


política nacional se da al calor del cuestionamiento de las formas
restrictivas del régimen conservador que excluye de la participación a
sectores amplios de masas, en particular de la creciente clase media,
pero también de la intervención en el gobierno de sectores de la propia
oligarquía dominante a través de mecanismos electorales fraudulentos
que conservaban el ejercicio del poder político en una reducida elite.

La ley electoral que amplía la participación política, la Ley Sáenz Peña,


se dicta en 1912. Tres levantamientos radicales la precedieron
levantando como bandera la reforma política (en 1890, el que dio
origen a la Unión Cívica Radical poco después, en 1893 y en 1905). La
decisión de la oligarquía de modificar las formas de representación
política responde también a la necesidad de encontrar una válvula de
escape a la aguda lucha de clases protagonizada por la combativa clase
obrera, uno de cuyos momentos más álgidos tuvo lugar en los
enfrentamientos del Centenario, un par de años antes.

Medidas de carácter coercitivo adoptadas desde el Estado, como la Ley


de Residencia (1902), la Ley de Defensa Social (1910), aunque
golpearon ferozmente a los sectores más combativos de la clase obrera,
se habían mostrado insuficientes. La Ley Sáenz Peña esperaba
responder a la crisis de legitimidad del régimen político como modo de
garantizar la estabilidad del sistema incorporando sectores más
amplios a través de mecanismos de consenso (1).

La puesta en práctica de la ley electoral consagra el triunfo de Hipólito


Yrigoyen como presidente en 1916 culminando la transformación del
régimen y abriendo, al mismo tiempo, un escenario diferente para la
lucha obrera. La clase trabajadora no enfrenta ahora a un régimen de
"pura coerción", sino a una nueva forma de dominación burguesa que
combina la represión contra sus elementos más combativos con
concesiones y políticas de cooptación hacia ciertos sectores del
movimiento sindical y de masas.

Los límites del cambio

Con la llegada de Yrigoyen al poder, por primera vez la oligarquía tiene


que aceptar a disgusto la participación política de sectores de masas, de
las clases medias, de los trabajadores y de los sectores “plebeyos”, y un
gobierno que no es, de forma directa, “su gobierno”. Sin embargo, los
límites de esta “experiencia democrática” aparecen a primera vista.

Desde el punto de vista de las demandas democráticas más


elementales, Yrigoyen mantiene los límites de la ley electoral que
excluye de la participación a mujeres y extranjeros, quienes
constituyen una enorme proporción de la población trabajadora. En
relación con la Iglesia, el gobierno radical muestra su contenido
reaccionario cuando veta la nueva Constitución de la provincia de
Santa Fe, que estable una separación de la Iglesia y el Estado, o cuando
se niega a legalizar el divorcio. Pero el mayor límite del “primer
gobierno democrático” de la historia argentina está dado porque
mantuvo intactos los pilares de la dominación de la oligarquía
terrateniente y el modelo primario-exportador.

Dos tareas fundamentales están planteadas en la Argentina si se


pretende una “democratización” del país: liquidar la gran propiedad
terrateniente y romper la subordinación con el imperialismo inglés que
ahogaba la nación, cuestiones que no están dentro de los objetivos del
gobierno radical. Durante sus tres administraciones (entre 1916 y
1930, incluyendo la versión más “aristocrática” expresada por Alvear
entre 1922 y 1928), la concentración de la propiedad agraria aumenta
considerablemente y la renta extraordinaria no es tocada. Los “dueños
de la tierra” continúan siendo los verdaderos dueños del poder en la
Argentina, aliados al imperialismo inglés. Yrigoyen incorpora en su
Gobierno a reconocidos integrantes de la oligarquía, expresión de que
su poder sigue intacto; en su primer gabinete 5 ministros están
relacionados con el sector exportador o son directamente ganaderos
bonaerenses. El ministro de Hacienda, Salaberry, ligado al negocio
exportador; Honorio Pueyrredón, un gran terrateniente, ministro de
Agricultura y luego de Relaciones Exteriores; y otro terrateniente,
Federico Álvarez de Toledo, es el ministro de Marina; el ministro de
Obras Públicas, Torello, es un hacendado, al igual que Carlos Becú, el
primer ministro de Relaciones Exteriores.

El gobierno radical y el movimiento obrero

La reactivación económica y del trabajo industrial permite una mejor


posición para la lucha de los obreros que buscan mejorar sus salarios y
condiciones. Bajo el impacto de la radicalización a nivel mundial
iniciada al final de la guerra que tuvo su mayor hito en la Revolución
rusa, a partir de 1917 se desarrolla un ascenso de la lucha de la clase
obrera. Este ascenso tuvo tres expresiones centrales, la Semana
Trágica, la Forestal y la Patagonia Rebelde, pero incluye un salto en el
número de huelgas y la cantidad de huelguistas por año, alcanzando, en
1919, la cifra de 300.000 trabajadores, con los conflictos de
municipales, ferrocarriles, frigoríficos y marítimos, hasta 1921.

Yrigoyen despliega una política hacia el movimiento obrero que


contiene aspectos novedosos. Situándose como "árbitro", definiendo a
favor de los trabajadores en algunos casos y permitiendo por primera
vez la circulación de dirigentes obreros por los pasillos de la Casa
Rosada, el gobierno radical evidencia nueva formas de relación con la
dirigencia sindical, que no dejan de provocar resquemores en sectores
de la oligarquía frente a la presencia de la “chusma” en la casa de
gobierno.

Yrigoyen desarrolla una doble política, concesiva y negociadora, por un


lado, y represiva, por otro. Su aspecto represivo, siempre presente, se
demuestra abiertamente frente a los conflictos más radicalizados como
la huelga de los talleres Vasena (la Semana Trágica) y la de los peones
rurales de la Patagonia, actuando con la más brutal represión,
propinando derrotas ejemplificadoras.
De conjunto, su política tiene un objetivo acorde con las necesidades de
las clases dominantes y con el proceso que, desde la reforma electoral,
lleva al poder al radicalismo: disciplinar al movimiento obrero,
despojarlo de las tendencias combativas y cuestionadoras del orden
social que viene desarrollando en la etapa previa. Su vínculo con las
direcciones hegemónicas del movimiento obrero cumple aquí un rol
central.

Radicalismo y sindicalismo

Durante el primer gobierno radical la corriente sindicalista se hace


hegemónica en el movimiento obrero mientras profundiza su deriva
reformista, de creciente adaptación al Estado unida a una concepción
corporativa y economicista de las organizaciones sindicales. Los
sindicalistas encuentran en Yrigoyen un Gobierno dispuesto a dialogar,
estableciendo una relación en la cual el apoyo político y el
mantenimiento de la paz social ofrecido por la dirigencia sindical es
retribuido con la mediación gubernamental favorable en determinados
conflictos y el otorgamiento de ciertas concesiones, como ocurre en los
conflictos protagonizados por los marítimos, sector, además, clave en la
economía.

Mientras tanto, el Partido Socialista profundiza su estrategia


parlamentaria y se establece una suerte de “división del trabajo” entre
socialistas y sindicalistas, que impide que las organizaciones obreras
adopten una perspectiva política revolucionaria. El anarquismo
continúa su retroceso, aunque durante el período 1917-1921 vuelve a
tener protagonismo en algunas luchas radicalizadas, sostiene una
posición sectaria que no considera los cambios en el régimen y su
impacto sobre la clase obrera. El nuevo impulso industrial de los años
20 será aprovechado sobre todo por el Partido Comunista, que
fundamentalmente desde 1925, comienza su creciente penetración en
el movimiento obrero, pero lo hacen al mismo tiempo que profundizan
su deriva estalinista, expresada en esta etapa en la orientación sectaria
de formación de "sindicatos rojos”, sin aspirar a disputar la dirección a
los sindicalistas (2).
Así, la política estatal de la mano de los gobiernos radicales fortalece a
las direcciones más conciliadoras y disciplina y reprime a los sectores
más combativos.

Yrigoyen será derrocado, en su segundo gobierno, por un golpe de


Estado. En plena crisis capitalista, su dependencia de una base electoral
y sus arrebatos populistas lo hacían poco eficaz para sostener las
ganancias terratenientes; sin embargo, había hecho un gran servicio a
las clases dominantes. El movimiento obrero llega debilitado,
fragmentado y desarmado políticamente frente a la crisis de 1929 que
se descargará sobre sus hombros y sin oponer resistencia frente al
golpe de 1930.

La década del 30 planteará nuevas oportunidades para que el


movimiento obrero construya una alternativa revolucionaria que
enfrentara la consolidación de una nueva variante burguesa como será
el peronismo

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