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Una familia
Era una familia formada por un niño y sus papás. Su mamá se llamaba Ana Caterina, su padre se llamaba Rui Pedro
y el hijo, que soy yo, se llamaba Juan Pedro. Vivían en una ciudad que tenía casas y montañas. Rui Pedro trabajaba
en las obras construyendo casas y puente. Ana Caterina iba a trabajar a Via Moda.
Yo iba todos los días al colegio a trabajar. Mi profesora se llamaba Maite y mis mejores amigos Renzo, Sergio,
Adam, Joaquín, Dani, Joao, Armand y Jordi. Juntos jugábamos al futbol y al escondite. De mayor me gustaría ser
futbolista del equipo del Barça y de Argentina.
Pasados muchos años después de haber estudiado mucho al fin mi sueño se hizo realidad, conseguí jugar en un
gran equipo con los mejores jugadores del mundo, Christiano Ronaldo y Mesi. Me había costado mucho pero al fin
podía decir que el esfuerzo había valido la pena.
Juan Pedro
Laura
Erase una vez una niña que se llamaba Laura. Vivía en Inglaterra, sus padres eran ricos y ella tenía mucho dinero, compraba todo
lo que miraba, no paraba de comprar, tenía 3 armarios llenos y no le entraba más ropa. Sus padres decidieron quitarle sus tarje-
tas de crédito para que no pudiera comprar más cosas porque se estaban quedando sin dinero. Un día decidieron decirle que
parara de comprar cosas, que no merecían la pena, pero ella seguía comprando y sus padres le quitaron todo su dinero. Laura se
llevó un gran disgusto y un día se dio cuenta de que se pasaba comprando y decidió vender sus cosas. Hizo un tenderete en el
jardín de su casa y todas las cosas que había comprado en la semana las vendió. Sus padres estaban muy muy felices porque
todo el dinero que había gastado en ropa, joyas…lo tenían y ahora solo tenía un armario. Este cambio hizo pensar a Laura cosas
que nunca había pensado.
Se dio cuenta de lo afortunada que era y de que no todos los niños tenían su misma suerte. Comprendió que las personas afortu-
nadas deberían tener la obligación de ayudar a los demás.
Después de pensarlo mucho habló con sus padres y les dijo que con el dinero que había conseguido de vender sus cosas quería
comprar cosas para los niños pobres así que les pidió permiso a sus papás.
Sus padres se sintieron muy orgullosos de los nuevos sentimientos de Laura.
Decidieron visitar juntos un orfanato y llevaron mucha ropa, zapatos, libros y juguetes a todos los niños. Los niños lo agradecie-
ron mucho y Laura estuvo toda la tarde hablando con los niños y aprendió de ellos una gran lección. Para ser feliz no es necesa-
rio gastar dinero, tan solo es necesario compartir y querer a los demás. Laura regresó a casa más feliz que nunca y decidió re-
petir su acción todos los meses. Hizo muchos amigos.
Vega