Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
El fallo Blanco consagra la responsabilidad del Estado, poniendo fin a una larga historia de
irresponsabilidad, de la que no hay excepciones más que en cuestiones de responsabilidad contractual
o intervención legislativa, tal como la ley de 28 de Pluvioso VIII que regula los daños a obras públicas.
Sin embargo, se somete esta responsabilidad a un régimen específico, considerando que la
responsabilidad del Estado por el servicio público no puede regirse por los principios establecidos en
el Código Civil para las relaciones entre particulares. La necesidad de aplicar un régimen especial, se
justifica por las necesidades que el servicio público mismo implica. El corolario de la existencia de reglas
especiales reside en la competencia de la jurisdicción administrativa para conocer de dicha
responsabilidad conforme a la ley 16 y 24 de agosto de 1790, que impone a los tribunales la prohibición
de “perturbar de cualquier manera de las operaciones de los órganos administrativos”. Más allá de la
responsabilidad misma, el fallo reconoce al servicio público, como la materia de competencia del
Tribunal Administrativo por otra parte reconoce la especificidad de las reglas aplicables a los servicios
públicos y establece un vínculo ente el fondo del derecho aplicable y la competencia de la jurisdicción
administrativa.
Fija la relación entre competencia y el fondo: fija la relación directa y recíproca entre la
competencia de la jurisdicción administrativa y el contenido del derecho administrativo al aplicar
reglas autónomas exorbitantes del derecho privado y la jurisdicción administrativa. La sentencia
en blanco establece límites, por una parte, a la competencia por el legislador y por la
jurisprudencia, por otra parte, al fondo.
Delimita el Contenido del Derecho Administrativo: El carácter de las reglas aplicables a los
servicios públicos se elabora en la sentencia Blanco, mediante la confirmación de la autonomía
del derecho administrativo, al derogar el derecho civil y crear un sistema propio con una lógica
propia y sus propias soluciones, las cuales justifican esos remedios por las necesidades de los
servicios públicos por lo que se afirma que “No se le puede aplicar al Estado las reglas válidas
para las relaciones de particulares a particular”.