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ANÁLISIS DE LA MALNUTRICIÓN

INTRODUCCIÓN

La humanidad está dividida en dos grandes bloques. En uno, se sitúan los que tienen recursos
económicos, alimentos suficientes y un sistema sanitario desarrollado que permite cubrir sus
necesidades perfectamente; al otro pertenecen todos aquellos seres humanos que carecen de
lo más mínimo para vivir, no cuentan con un sistema sanitario o éste es precario, no tienen
alimentos suficientes en cantidad y la calidad del agua es muy mala.

OBJETIVOS

 Dar un análisis sobre la problemática de la malnutrición.


 Averiguar sobre la malnutrición.
 Buscar una alternativa que contrarreste la malnutrición.

MARCO TEORICO

I. MALNUTRICIÓN
Aunque rara vez aparece citada como causa directa, la malnutrición está presente en más de la
mitad de las muertes de niños. Muchas veces, la falta de acceso a alimentos no es la única causa
de malnutrición. También contribuyen a ella los métodos defectuosos de alimentación o las
infecciones, o la combinación de ambos factores. Las dolencias infecciosas -sobre todo la diarrea
persistente o frecuente, la neumonía, el sarampión y la malaria- deterioran el estado de nutrición
del niño. Los métodos defectuosos de alimentación (como el hecho de amamantar
incorrectamente, elegir alimentos inadecuados o no asegurarse de que el niño haya comido lo
suficiciente) contribuyen a la malnutrición. (OMS, 2016)

Etapas de la malnutrición

Si analizamos las etapas en el desarrollo de la malnutrición, podemos llegar fácilmente a la


conclusión de que debemos ser educados respecto a la alimentación y la nutrición, con el fin de
disminuir los riesgos de la malnutrición y las consecuencias que trae aparejadas.

Malnutrición no siempre es hambre, tal como estamos acostumbrados a pensar. También puede
existir por exceso de alimentos o por falta de equilibrio entre las sustancias que aportan los
alimentos.

Según veremos en la Figura 1, dos situaciones primarias pueden producir malnutrición:

 Escasa ingesta de alimentos, provocada por una situación de precariedad.


 Inadecuada ingesta de alimentos, provocada por un exceso de los mismos o por mala
combinación entre ellos (dieta no equilibrada).

La primera presenta una deficiencia en la cantidad de alimentos necesarios que aporten los
nutrientes imprescindibles para cubrir los requerimientos del organismo. Ante esta situación, lo
primero que experimentamos es hambre.

En la segunda existe una cantidad suficiente de alimentos, a veces excesiva, pero no


proporcionados entre sí (desequilibrio nutricional), pues no están combinados de forma
equilibrada. No sentimos hambre porque podemos comer bastante cantidad de pasta, carne o
dulces, pero no consumimos verduras o frutas, por ejemplo, cuyo principal aporte son las
vitaminas y minerales, que regulan todo el funcionamiento orgánico y el aprovechamiento
correcto de los demás nutrientes.
Cualquiera de las dos situaciones, o ambas combinadas, dan como resultado una ingesta
inadecuada de nutrientes. Las consecuencias pueden ser dramáticas en el niño, al no poder
contar con la «materia prima» (proteínas, calcio, fósforo, vitaminas C y D) necesaria para su
crecimiento y desarrollo.

En el adulto, puede haber pérdida de las reservas necesarias para que se repare el desgaste
diario que sufre el organismo con el continuo funcionamiento. ¿Qué ocurriría si estas situaciones
se prolongasen en el tiempo más de lo que la resistencia natural admite?

Se puede llegar a una lesión bioquímica. Casi con seguridad, es posible asegurar que todos los
individuos nos encontramos en esta situación. Deficiencias hepá- ticas y renales, cardiopatías,
diabetes, fracturas, visión deficiente, defensas disminuidas contra las infecciones,
convalecencias difíciles, envejecimiento prematuro y hasta problemas de conducta pueden
tener su origen en una alimentación y nutrición deficientes.

En la Figura 1 vemos que la lesión clínica es inmediatamente posterior a la lesión bioquímica. El


paso de una a la otra puede ser largo o corto. También puede ocurrir que no se produzca. Pero
la única manera que tenemos, por ahora, de disminuir tales riesgos es comenzando por el
principio, es decir, por la ingesta adecuada de alimentos en cantidad y calidad adecuados.

Fig. 1. Etapas en el desarrollo de la malnutrición


Si prestamos atención a los procesos que determinan la naturaleza del hombre, desde el punto
de vista físico, comprobamos que éste no es más que alimento transformado: «somos lo que
comemos». Incluso la primera molécula que comienza a generar vida, ya sea en el reino animal
o en el vegetal, es alimento transformado. Si entendemos esto, entenderemos también que el
hombre es, en definitiva, el resultado de su alimentación.

CICLO ECONÓMICO DE LA MALNUTRICIÓN

No sólo para la salud es importante asegurar un buen estado nutritivo, ya que éste también
influye en la economía, en el desarrollo integral de las personas y en el progreso de los pueblos
y los países. Un individuo mal nutrido es más vulnerable y tiene una mayor morbilidad y, como
consecuencia de ello, mayor absentismo laboral, lo que incide negativamente en su economía.
También tendrá más riesgo de mortalidad. (Figura. 2).

En nuestra cultura, el hombre encuentra


alimentos procesados fáciles de preparar y cuyo
consumo crece alarmantemente. Son los llamados
alimentos basura o alimentos servicio, casi
siempre acompañados de campañas publicitarias
que incitan a su consumo, sobre todo dirigidas a la
población más vulnerable (niños y ancianos), y
que contienen nutrientes inadecuados en su
naturaleza y distribución calórica, principalmente
de azúcares refinados y grasas saturadas.

Los seres vivos han sido dotados por la naturaleza


de mecanismos que aseguren el suministro de los
alimentos y de los nutrientes contenidos en ellos,
para garantizar su supervivencia. En los seres más
primitivos y menos evolucionados, es la sed y el
hambre lo que les induce a la búsqueda del
alimento. Esto mismo ocurre con algunos seres
humanos que no eligen bien los alimentos que
consumen, o que no los consumen de la manera
más conveniente y solamente cubren su
necesidad básica de alimentarse.
Fig. 2. Ciclo económico de la malnutrición

DESNUTRICIÓN EN PUNO-PERÚ

En el Altiplano, los niños no están en buenas condiciones de salud. Y es que, 26 mil 189 menores
de cinco años (17.9% de la población de esa edad) padecen de desnutrición crónica. Mientras
que 92 mil 905 niños (63. 5%) del mismo grupo etario; tienen anemia.

Recientes cifras del Instituto Nacional de Informática y Estadística (INEI) evidencian que la
desnutrición infantil en la región Puno ha disminuido.

De acuerdo a los datos proporcionados por el ente a cargo de los censos en el Perú, la tasa de
desnutrición crónica infantil en los últimos cinco años en el departamento altiplánico disminuyó
5,5 puntos porcentuales, pese a dicha disminución, en 2015 se registró que el 14.5% de la
población de niños y niñas menores de cinco años conllevan retardo en su crecimiento y
registran tallas inferiores a las que corresponde a sus respectivas edades.

EN CIFRAS. El jefe del INEI, Aníbal Sánchez Aguilar dio a conocer que en los últimos tres años, la
desnutrición crónica infantil definida como el retardo en el crecimiento de la talla para la edad
en niñas y niños menores de cinco años, disminuyó 3,1 puntos porcentuales a nivel nacional, al
pasar de 17,5% en el 2013 a 14.4% en el 2015. Cabe precisar que durante los últimos cinco años
se redujo en 5,1 puntos.

En el 2015, la desnutrición crónica infantil en niñas y niños menores de cinco años en el área
rural alcanzó 27,7%, como se ve los datos muestran que en los tres últimos años se redujo este
flagelo en 4,6 puntos y 9,3 puntos en los últimos cinco años.

En el área urbana, la desnutrición crónica infantil disminuyó en 1,1 puntos en los últimos tres
años.

II. ALTERNATIVA DE CONTRARRESTAR LA MALNUTRICIÓN

Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2009, en el Perú, el 18,3% de niños menores
de 5 años tiene desnutrición crónica. Este porcentaje es paradójico, considerando que el Perú
cuenta con alimentos altamente nutritivos y económicos: los cereales andinos.

El Instituto Nacional de Salud (INS) y otras instituciones promueven el consumo de son cereales
como quinua, kiwicha o cañihua los cuales se caracterizan por su alto valor alimenticio.

“Estos cereales son una buena alternativa nutricional sobre todo para niños y adultos mayores
y destacan por su excelente calidad de proteínas y minerales”

El INS recomienda incluir estos cereales en la alimentación del adulto mayor, pues son una
importante fuente energética y de fibra insoluble, la cual previene enfermedades degenerativas
(diabetes, cáncer de colon, etc).

BIBLIOGRAFÍA

La malnutrición. (2011). Recuperado de:


http://assets.mheducation.es/bcv/guide/capitulo/8448198867.pdf

Verendrí. (2012). granos andinos que pueden formar parte de una dieta para la desnutrición.
Recuperado de: http://infoandina.mtnforum.org/fr/content/%E2%80%9Cgranos-andinos-
pueden-formar-parte-de-una-dieta-contra-la-desnutrici%C3%B3n%E2%80%9D

ONS. (2016). Salud de la madre, recién nacido y del adolescente, malnutrición. Recuperado de:
http://www.who.int/maternal_child_adolescent/topics/child/malnutrition/es/

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