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Del contexto sociohistórico a las estructuras textuales-

Interdiscurso y morfogénesisis
algunas precisiones sobre el proceso de transcodificación que opera en la morfogénesis.

En este artículo Edmond Cros prosigue el examen de algunas nociones

fundamentales de su teoría y más especialmente de la morfogénesis.

Precisa que este término se refiere al proceso de transcodificación,

en las estructuras textuales, de las estructuras socio discursivas que

operan en el contexto. Con algunos ejemplos demuestra cómo el texto

transcodifica un enunciado estructural inicial y programador en

campos discursivos diferentes regidos por unas aplicaciones

respectivas diferentes. A partir de un elemento embryonario único,

este proceso produce entidades transformadas desemejantes llamadas

fenotextos per Edmond Cros.

Palabras claves : Morfogénesis, Fenotexto, Transcodificación,

Estructuras Textuales, Capitalismo mercantil, Saussure, Freud,

Alemán, Guzmán de Alfarache

Las investigaciones de Hermann Von Helmotz en el campo de la Óptica fisiológica

(Óptica fisiológica, 1856-1866) han llevado a una definición radicalmente nueva de los

mecanismos de la percepción y, luego, a una nueva problemática de lo visible. En un

estudio anterior (Cros : 2012) había observado yo cómo, de 1860 a 1914, una estructura

céntrica del discurso científica (Impresión vs sensación), redistribuida por una instancia

intermediaria, la Estética científica, articula los dos niveles de la infraestructura y del

campo cultural ( aparición del psicoanálisis y de la semiología, principios del

estructuralismo, poesía simbolista, pintura abstracta) Para una mejor comprensión de lo

que viene a continuación, tengo que remitir a la primera parte de este estudio que se

refiere a la relación que se tiene que hacer entre las nociones de imagen sonora de

Freud y de imagen acústica de Saussure.

A primera vista lo que llama la atención en este amplio panorama es la verdadera

revolución que afecta la definición y el estatuto de aquello que Saussure va a llamar

significante. Freud cuestiona la relación entre el objeto y el signo que lo designa al


estimar que la representación consciente « asocia la representación de la cosa y la

representación del vocablo correspondiente » y llama ‘afasia simbólica’ a la

consecuencia de una alteración o de una ruptura de esta articulación. (Huot : 1987, 66) .

En el relato que hace de sus estudios sobre la histeria observa atentamente la nitidez

plástica de las representaciones que aterrrorizan a los enfermos y nota que estas

representaciones se van esfumando conforme ellos las van describiendo. En su

Contribución a la concepción de la afasia propone « un esquema psicológico de la

representación de la palabra » que pone de manifiesto la indisolubilidad de los dos

elementos que integran la misma entidad (imagen sonora del vocablo+ imagen visual del

objeto) :

Comenta de la manera siguiente este esquema : « La representación de la palabra se nos

parece como un complejo representativo cerrado, la representación del objeto en cambio

como un complejo abierto. La representación de la palabra no está relacionada con la

representación del objeto por todos sus elementos constitutivos sino sólo por la imagen

sonora. De entre las asociaciones de objeto son las visuales las que representan el

objeto así como la imagen sonora representa la palabra. » (Freud : 1983, Paris PUF,127 ;

en este artículo todas las traducciones son de mí).

No se trata luego de una sencilla equivalencia en la cual uno de los dos elementos podría

sustituir al otro sino de una entidad indivisible. Cuando uno de los dos elementos está

alterado o cuando esta entidad constituida por la imagen visual del objeto y la imagen

sonora del vocablo se desagrega , se trata para Freud de una afasia simbólica.

Esta definición por Freud nos remite a la definición similar que propone F. de Saussure el

cual utiliza la expresión de ‘imagen acústica’ para definir lo que terminará por llamar

significante :

El signo linguístico une no una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen

acústica. Ésta no es el sonido material, cosa puramente física, sino la grabación psíquica

de ese sonido, la representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentidos ; es

sensorial y si a veces la llamamos « material » es sólo en este sentido y por oposición al

otro término de la asociación, el concepto, generalmente más abstracto. El carácter

psíquico de nuestras imágenes acústicas aparece claramente cuando observamos

nuestro propio lenguaje. Sin mover los labios ni la lengua, podemos hablarnos a nosotros

o recitarnos mentalmente un poema.Y porque las palabras de la lengua son para

nosotros imágenes acústicas, hay que evitar hablar de los « fonemas » de que están

compuestas. Por implicar este término una idea de acción vocal, no puede convenir más
que a la palabra hablada, a la realización de la imagen interior en el discurso. (Saussure :

2005, 98 ; la traduccción y el subrayado son de mí)

Este pasaje ha sido muchas veces citado, sin que se haya sin embargo, que yo sepa,

subrayado lo que en él me interesa, o sea la distinción que hace el autor entre el

fenómeno físico ( el sonido material) y el espacio psíquico ( la grabación psíquica de este

sonido) en el que se construye una « representación sensorial », una « imagen interior »,

o sea, literalmente, una sensación. La imagen acústica – el signo – es, para Saussure, un

fenómeno psíquico. Las dos definiciones, del signo por Saussure y de la palabra por

Freud, son perfectamente similares : en ellas se plasma la oposición formulada por la

óptica fisiológica entre la impresión y la sensación : la grabación psíquica del sonido, «

realización de la imagen interior en el discurso » y cuya naturaleza es sensorial da

cuenta de un recorrido similar a aquel recorrido sacado a luz por la óptica fisiológica que

a partir de la impresión en la retina produce esta « obra del cerebro » que es la

sensación. Se trata para mí de dos microfenómenos discursivos que presentan una

significación histórica especialmente densa. Más allá del discurso científico de Freud

que de esta forma, comenta los resultados de sus investigaciones clínicas referente al

funcionamiento del cerebro, la una y la otra remiten en efecto a un contexto socio

discursivo más amplio y, por más señas, al discurso científico producido por la Óptica

fisiológica. En el caso de Freud la filiación genética es evidente : hay que recordar que se

dedicó a la investigación experimental durante seis años en el instituto de fisiología de

Viena dirigido por el Doctor Brücke, el cual pertenecía a la escuela del gran fisiologista

Hermann von Helmhotz cuya Óptica fisiológica (1856-1866) fue traducida al francés por

E. Javal y E.T. Klein en 1867. Georges Roque observa que la óptica fisiológica se ha

desarrollado de manera espectacular en la segunda mitad del siglo XIX, y más

especialmente merced a los trabajos de Hermann von Helmholtz :

Como lo ha explicado Georges Ghéroult, que tradujo al francés la Teoría fisiológica de la

música, los rayos luminosos producen en el ojo ‘una impresión que los nervios de la

retina transmiten al cerebro en forma de sensación. Hay que distinguir dos procesos

distintos : la impresión, grabación pasiva por la retina, y la sensación, resultado de la

transformación de esta impresión por una serie de mecanismos neurológicos en los que

interviene la memoria. Otro discípulo de Helmholtz, Augusto Laugel, afirmaba más

claramente todavía que la sensación no es la obra del nervio óptico sino del cerebro

(Roque : 203b, 51 )
Freud toma parte pues en una investigación colectiva que llevará a cabo una concepción

radicalmente nueva de lo que es la percepción y cuyos efectos se pueden rastrear en

varios campos culturales de la época ( los últimos decenios del siglo diecinueve) y más

especialmente en los ensayos teóricos que se refieren al arte abstracto. (Véase infra)

Las expresiones de imagen sonora e imagen acústica remiten también a la noción de

sinestesia cuyo término y cuya problemática aparecen por los años 1860, primero en los

campos clínico y científico de las teorías de la percepción y después, en los ensayos

teóricos que se refieren a la producción artística. Se evocan y comentan frecuentemente

las correlaciones intersensoriales en los últimos decenios del siglo XIX. Marcella Lista

señala, por ejemplo, que se debe el primer reparto de los colores por las grandes familias

de los timbres al pintor y músico alemán Johann Leonard Hoffmann (Lista, 2003, 216). A

principios del siglo XX, en 1904, el biologista Le Dantec piensa que « quizás la ciencia

nos permita algún día conocer todos los fenómenos del mundo por medio de uno solo de

nuestros sentidos » y a la noción anatómica de sentido sustituye la de lenguaje

(lenguaje-color, lenguaje-timbre, lenguaje-palpar, lenguaje-olor, lenguaje-sabor). La

reversibilidad de un lenguaje a otro permite concebir ‘una lengua universal de las

sensaciones’. ( Roque 2003 y Rousseau, 2003). Para Kupka en La Creación en las Artes

plásticas, « la realización de una obra plástica requiere la colaboración de todos los

sentidos » y con la memoria de los sentidos « se alargan nuestras impresiones

confiriendo de esta forma aspectos colorados a los olores, asimilando a los colores unos

sonidos que los matizan, los vocalizan, los enriquecen por medio de semitonos

cromáticos etc. »

Cuando, en los últimos decenios del siglo XIX, está evocada una ‘armonía de los colores’

o una ‘música de los colores’ no se trata de sencillas metáforas sino de expresiones que

debemos entender literalmente y que transcriben de otra forma lo que significan las

expresiones de Freud o de Saussure que estoy comentando. En su Psicología natural

(1898) escribe William Nicati que « las longitudes de onda de los principales matices

forman en conjunto una progresión geométrica exactamente como las octavas en

música.» Esta cita de Nicati pone de manifiesto que la noción de sinestesia se ha

desarrollado merced a dos paradigmas dominantes : el modelo de la transformación

eléctrica de las sensaciones y, sobre todo, sin lugar a duda, el de la teoría de las

vibraciones divulgada precisamente, en 1853, por la Óptica fisiológica de Helmholtz. ( En

este particular, véase Roque : 2003b y Rousseau : 2003). Para Saussure además, el signo

linguístico « no es el sonido material, sino la grabación psíquica de este sonido. », lo

cual evoca las investigaciones dedicadas a tratar de traducir de manera gráfica las

sensaciones auditivas y que han desembocado en la invención, en 1877, por Charles Cros
del fonógrafo . (Éste deposita el 18 de abril de 1877 en la Academia de ciencias de París

un sobre sellado en el que describe el funcionamiento teórico del fonógrafo). Se puede

reseñar por lo tanto una serie de realizaciones discursivas en las cuales resultan

transcodificados los términos de un discurso científico con que se plasma una matriz

semiótica (impresión vs sensación) : gramófono, imagen sonora, imagen acústica, Colour

Music (Remington, 1912)…

La re-organización de la concepción, hasta ahora vigente, del proceso de la percepción,

cuyo impacto se puede observar en el advenimiento de la semiología, en el arte

abstracto y en la génesis del psicoanálisis, es luego el producto, en gran parte por lo

menos, del avance de las ciencias y, en última instancia, de la infraestructura. Provoca

dos importantes consecuencias : una renovación de la problemática de lo visible y una «

nueva interpretación cognitiva de las relaciones entre el mundo exterior y el individuo

que imponen las lecciones de la fisiología naciente, valorando el imperio de lo subjetivo

en la percepción de lo real » (Rousseau : 2009, 19) Pero esta nueva interpretación se

expresa, al nivel discursivo precisamente, por la oposición que acabamos de ver varias

veces operar en cada uno de los campos culturales evocados ( psicoanálisis, linguística

general, o semiología, pintura abstracta, poesía simbolista) entre la impresión y la

sensación que es el producto de un proceso cognitivo en el que intervienen la

experiencia personal y la memeoria ( Cf Cros :2012)

Se puede asimilar el funcionamiento de esta estructura al funcionamiento de la

morfogénesis textual cuyo proceso operativo ya examiné en varios casos. Por lo mismo,

al afirmar que el núcleo del foco morfogenético, en el caso del campo cultural implicado,

se organiza en torno a la estructura impresión vs sensación, los microfenómens

discursivos que vienen ser las definiciones del vocablo respectivamente dadas por Freud

y Saussure por ejemplo (imagen sonora/imagen acústica) pueden calificarse de

fenotextos y estos fenotextos transcodifican unos elementos fundamentales del discurso

científico. (Véase infra la definición por Saussure de la imagen acústica)

Se ha de recalcar la expresión de transcodificación ya que es un elemento esencial de mi

postura sociocrítica propia. Remite en efecto a las polémicas sobre los modos de

inscripción de la materia socio histórica en los textos literarios.Se le reprochó muchas

veces con razón a la crítica marxista tradicional su planteamiento demasiado mecánico.

Pero, precisamente, la sociocrítica ha respondido a esta crítica al optar por un

planteamiento mucho más complejo del problema basado sobre la valoración de las

mediaciones sociodiscursivas e institucionales que operan en la producción de sentido.

El término de reflejo quedó rechazado y fue substituido por transcripción el cual vale si

con él se evoca la significación que se le da en el campo léxico de la música « partitura


adaptada a un instrumento, una voz o un grupo de instrumentos distintos del original o de

los originales. » (El subrayado es de mí). Por su parte, Lucien Goldmann vacila entre

transposición y homología cuando se refiere a la forma novelesca, la cual sería para él «

la transposición en el campo literario de la vida cotidiana en una sociedad individualista

edificada por la producción por el mercado. Existe una homología rigurosa, prosigue

Goldmann, entre la forma literaria de la novela […] y la relación cotidiana de los hombres

con los bienes, de manera general, y, por extensión, de los hombres con los demás

hombres en una sociedad que produce para el mercado. » ( El subrayado es de mí) Esta

observación es muy sugestiva pero se refiere a un problema algo distinto de lo que de

momento me interesa. No se trata en efecto para mí de hacer constar que existe une

relación directa entre dos elementos sino de observar, por una parte, el funcionamiento

de un proceso de producción de sentido que implica una serie de instancias

intermediarias y, por otra parte, el estatuto semiótico de las mediaciones que para mí

son otros tantos sistemas, cada vez epecíficos, de codificaciones, diferentes los unos de

los otros. Se me podría objetar sin embargo que los fenómenos producidos por una

morfogénesis determinada son homólogos los unos de los otros , por lo menos si nos

atenemos al significado que se da a la palabra homólogo en los campos respectivos de la

fisiología [ « Órganos que tienen una estructura fundamental idéntica, un origen

embrionario idéntico y las mismas conexiones pero cuyas funciones respectivas pueden

ser diferentes. »] o de las matemáticas [« Se aplica en matemáticas al transformado de

un elemento o de un conjunto por una aplicación determinada » (Diccionario Larousse :

1987 ; la traducción y el subrayado son de mí. María Moliner sólo menciona el uso en la

química :’ Se aplica a los cuerpos que tienen funciones iguales y estructura

semejante’].Veamos lo que pasa en el caso que nos interesa, reanudando con la

definición que Saussure da de la imagen acústica : « Ésta no es el sonido material, cosa

puramente física, sino la grabación psíquica de ese sonido, la representación que de él

nos da el testimonio de nuestros sentidos ; es sensorial. » En esta definición Saussure no

se aparta del campo del discurso científico, pero sabemos que muy pronto va a cambiar

el término de imagen acústica por el de significante. Con este cambio de significante

desplaza su definición a otro campo al cual va a llamar semiología y en el que se pierden

el significado y el origen de la expresión original de imagen acústica. Si no se conoce el

nuevo sistema del linguista el vocablo significante no tiene sentido y entre imagen

acústica y significante no hay ninguna conexión semántica. La primera expresión

describe un fenómeno científico complejo sin lugar a duda pero cuyos datos, tales como

vienen presentados en la expresión, son claros. La segunda (significante) oculta este

origen, transcodificando literalmente esta primera noción en un sistema que queda por
construir y que va organizando sus propias regularidades. Significante y significado son,

en efecto, en el sentido que les da Saussure en su época dos neologismos.

Tomemos otro ejemplo : el esquema freudiano de la representación de la palabra (Véase

más arriba). Se nota en este esquema una entidad de dos caras que no son disociables :

la representación del objeto+ la representación de la palabra, de manera que cualquier

alteración de una de las dos representaciones afecta también a la otra . La Óptica

fisiológica, al cuestionar, por medio de la oposición entre la impresión y la sensación, el

estatuto de lo visible, del objeto y, luego del significante que lo representa, lleva a

destruir este objeto cuyos componentes (formas y colores) resultan desligados, y, por lo

mismo, queda aniquilado el significado también. En adelante la palabra, ya desconectada

de las « asociaciones de objeto » correspondientes, ya no tiene significado. Los valores

plásticos del significante, del color o de la línea se pueden luego contemplar como unos

transformados de la estructura implicada (Impresión/sensación) en los respectivos

contextos de dos partiduras o de dos aplicaciones (Poesía/Pintura) que puedo calificar

también de modelizaciones organizadas en torno a dos sistemas de codificaciones

distintos el uno del otro. Para descartar cualquier ambigüedad, aunque sigo diciendo que

los fenotextos son homólogos, opto por el término de transcodificación ( descartando el

de homología), cuando tengo que evocar el proceso de adaptación de un enunciado

estructural inicial y programador a un nuevo campo discursivo, por medio de una nueva

aplicación que organiza las categorías formales que van a re-configurar el enunciado

inicial. La transcodificación consiste en efecto en transformar una representación de

informaciones organizada por una codificación determinada en otra representación

organizada por una codificación diferente.

¿Es admisible sin embargo la reducción del foco inicial de la morfogénesis a una única

relación estructural entre dos conceptos ? Tengo que recordar que, cuando estoy

formulando una relación de este tipo, presentándola como un eje céntrico de la

producción de sentido en un texto (o de la producción semiótica en un campo cultural,

como se da el caso aquí) estoy formulando con ello el resultado de la convergencia de

una serie de relaciones, calificadas de relaciones primarias constitutivas de una relación

estructural más abarcadora que las incluye, definida por una oposición de conceptos.

Veamos por ejemplo mi estudio de La Vida de Guzmán de Alfarache (España, 1599-1604)

de Mateo Alemán cuya estructura genética inicial es para mí la diálectica de la Justicia y

de la Misericordia. Cabe precisar que en el proceso de mi análisis fueron las

conclusiones sacadas por un previo acercamiento semiótico del texto las que me

llevaron a formular esta estructura, a la inversa de mi actual exposición que acata mis

preocupaciones pedagógicas. Dicho de otra forma, fue despuès de sacar a luz una
estructura considerada en adelante como genética de la producción textual cuando me

interesé por el contexto sociohistórico para tratar de entender y explicar su origen. En

este contexto observé las tres problemáticas siguientes :

Esta formulación (Justicia vs Misericordia) se presenta como un producto reconstituido a

partir de varios transformados de esta dialéctica o, mejor dicho, de la transcodificación

de esta estructura básica en ( y por) tres sistemas que corresponden a las problemáticas

siguientes cuyos importancia e impacto son manifiestos en el contexto sociohistórico de

la aparición de La Vida de Guzmán en el último decenio del siglo XVI en Castilla (Cros :

1971)

1- un debate sobre el libre albedrio y la gracia, la querella De auxiliis gracia. En pocas

palabras, se trata de opinar sobre si el hombre se salva porque se lo merece o por la sola

misericordia de Dios, cuestionamiento que lleva a Santo Tomás a distinguir la gracia

eficaz y la gracia suficiente.

2- Un debate sobre la reforma de la beneficencia que surgió en las sociedades luterianas

del norte de Europa y que se transplantó en Castilla, particularmente por medio del libro

de Vives, Del socorro de los pobres . En este debate se cuestiona la concepción católica

tradicional de la limosna (dar al pobre es prestar a Dios), oponiéndole la postura de los

protestantes que prohiben el pordioseo a cualquier pobre apto para el trabajo, ya que en

el caso contrario el rico compra sus salud a expensas del pobre válido que, negándose a

trabajar, pierde su salvación.

3- A nivel de la forma, ya había demostrado, en 1967 (Cros :1967), el impacto manifiesto

de la Retórica en la composición y la escritura del texto de Mateo Alemán. Y la práctica

discursiva judicial es por antonomasia el espacio en el que el fiscal que exige la justicia

se confronta con el abogado que pide la misericcordia.

Se trata de tres campos discursivos distintos administrados por tres aplicaciones, o tres

voces, distintas que producen transformados respectivos distintos de un solo elemento

embrionario. El objetivo de mi análisis consiste en tratar de identificar este elemento,

que, en el caso presente, es precisamente la dialéctica de la Justicia y la Misericordia.

Llamo morfogénesis al proceso complejo que opera la transcodificación de este

elemento. Veamos entonces cómo , en cada uno de los tres casos que acabo de evocar,la

transcodificación viene a desconstruir este elemento embrionario.

En el primer caso, se trata de una relación individual con Dios ; la justicia es el producto

de una relación entre la práctica de unos valores morales y religiosos y la salvación del

alma . Dos tesis teológicas se enfrentan. La Misericordia y la Justicia son puros atributos

de Dios y por lo tanto dos valores absolutos. El segundo caso tiene que ver con un

problema de organización de la sociedad y aunque está implicada en última instancia la


religión, se trata de dos valores relativos con arreglo a las circunstancias y a las

personas implicadas. Son verdaderos instrumentos que permiten comprar su salvación y

luego valores degradados. La dialéctica, por otra parte, presenta opciones

contradictorias cuyos límites son dificiles de precisar : ¿en qué circunstancias soy más

justo o más misericordioso con el pobre ? ¿cuando le doy una limosna o cuando me niego

a dársela ? ¿Significa mi comportamiento de persona supestamente justa que critico a la

persona misericordiosa ? Lo mismo pasa con la gracia : ¿cuándo pasamos de la gracia

suficiente a la gracia eficaz ? ¿Cuándo pasamos de la misericordia a la justicia o de la

justicia a la misericordia ? Las modalidades de las prácticas de estos dos valores son

diferentes : en los dos primeros casos , ‘cada uno es hijo de sus obras’, aunque los

considerandos son diferentes ; el destino del sujeto depende de sí mismo y, en última

instancia , de Dios. En el tribunal es un juez quien ha de decidir despuès de escuchar al

fiscal y al abogado. Se me podría objetar pues que las equivalencias que establezco son

discutibles, más especialmente cuando asiento por ejemplo una equivalencia entre, por

una parte la misericordia de Dios que perdona al pecador, la compasión del hombres

piadoso deseoso de aliviar el sufrimiento de los pobres, la solicitud que aboga por la

clemencia de los jurados, y, por otra parte, el mérito, intrínseco o no, del hombre, la

recompensa en el más allá, el castigo de un crimen o una solicitud de clemencia. Pero

precisamente no quiero asentar equivalencias de valores sino equivalencias de

relaciones entre dos valores . Esta relación sigue igual en los tres casos ; sólo cambian

los contenidos léxico-semánticos de las relaciones implicadas. Estas diferencias se

explican por la presencia y la intervención de tres operaciones de transcodificación que

remiten a tres prácticas sociales y discursivas diferentes. Estas constituyen espacios

discursivos respectivos que no se confunden el uno con el otro : distribuyen los mismos

significantes pero el mismo significante ( (justicia o misericordia por ejemplo) remite a

significados distintos en el contexto de cada uno de los tres sistemas cuyo

funcionamiento es cada vez específico. Es lo que acabamos de notar al distinguir la

misericordia de Dios de la compasión cristiana y de la clemencia solicitada por el

abogado. Cada sistema (religioso, social o judicial) organiza sus propias asociaciones de

signos, sus propios trayectos semióticos y sus propias regularidades con arreglo a una

verdadera clave de sol que precisamente hace posibles las adaptataciones a una

partidura o a otra, a una voz o a otra. Remito a lo que decía arriba de los fenotextos

homólogos. La estructura, que es siempre la misma, representa el elemento embrionario.

Los contenidos que esta estructura organiza remiten a unos elementos que han servido

para construir tres fenotextos distintos. Las relaciones calificadas de primarias son

inferidas de los análisis respectivos y objetivos de cada uno de los tres sistemas.
Ateniéndome a este tipo de funcionamiento en el análisis de la morfogénesis puedo

identificar su punto de convergencia y definir a éste como una relación estructural

dialéctica entre la misericordia y la justicia. La estructura fundamental que se concreta

en las relaciones que califiqué de primarias sale a luz, se revela, gracias a la manera

como estas relaciones se organizan entre sí. Se nota pues obviamente que este punto de

convergencia no es el producto de un proceso argumentativo reductor sino que, al

contrario, es un foco dinámico y polifónico que multiplica los espacios en que se graban

los impactos de la inscripción de la materia socio histórica en el texto.

Pero, precisamente, ¿ cómo explicar la coincidencia en el texto de Mateo Alemán de las

trazas del impacto de estos tres campos discursivos (teológico, reformista, retórico) ?

¿ Trátase de una postura teórica y subjetiva del analista o, éste, al contrario, tuvo

simplemente que levantar acto de un tipo de funcionamiento semiótico propio de la

producción de sentido ?

Para construir mi argumentación seguí considerando hasta ahora esta estructura

genética como un dato objetivo sacado a luz a partir de mis estudios anteriores y traté

de examinar el proceso de transcodificación a partir de los contextos sociodiscursivo y

sociohistórico de los cuales se supone que emerge esta estructura. Ahora hay que

recorrer el camino a la inversa y tratar de demostrar su presencia y su estatuto en el

mismo seno del foco intratextual que programa la morfogénesis. Queda por mencionar

con esta perspectiva otra característica del texto que había sacado a luz en1973 en una

conferencia leída en un congreso de la Sociedad de los Hispanistas Franceses (SHF) en

Grenoble, o sea que el texto de Mateo Alemán transcribe el impacto del capitalismo

mercantil. Esta sugerencia quedó confirmada por la excelente y nutrida tesis de Michel

Cavillac (Cavillac :1983). Por mi parte, estudié con esta perspectiva ya en 1983 (y retomé

este enfoque varias veces tratando cada vez de profundizar y precisar mis primeras

observaciones) un pasaje de la Segunda Parte de La Vida de Guzmán de Alfarache. [La

última versión de este estudio salió en El Sujeto cultural (Cros : 2005)] En este pasaje el

narrador describe al verdadero amigo como quien lo da todo sin esperar ninguna

compensación ; compara en este sentido al verdadero amigo con la generosidad de la

Tierra , lo cual lo lleva a convocar y a desconstruir el mito de la Edad de Oro. Tal es el

tema explícito desarrollado en unas veinte líneas. Pero para tratar este tema, el narrador

maneja un material semiótico muy sorprendente en este contexto : la escritura en efecto

emplea un conjunto organizado de términos y expresiones que proceden del campo

léxico de la actividad comercial y del derecho mercantil. No se puede imaginar más

evidente contradicción entre lo que se quiere decir y la manera como se dice. (Véase :

www. sociocritique.fr Cros, E., « Towards a Sociocritical Theory of the Text »). Al te doy y
tú me das que implica fundamentalmente el comercio se opone la abnegación y la

verdadera generosidad del amigo que te lo da todo sin esperar ninguna compensación.

Esta realización semiótica (Cambio vs Oferta gratuita) se puede examinar desde dos

puntos de vista : por una parte añade una nueva relación primaria a las dos anteriores

( la práctica discursiva del mundo del comercio) ; es, por otra parte, el producto de la

estructura que presenté más arriba como abarcadora. Podemos completar con ella

nuestras dos series de valores : misericordia divina, compasión cristiana, clemencia

solicitada por el abogado + auténtica generosidad vs mérito, recompensa en el más allá,

castigo de un delito + intercambio en el contexto del capitalismo mercantil. Recuerdo sin

embargo que es a partir de esta última oposición sacada a luz por el estudio semiótico

del texto (Cambio vs Oferta gratuita) como convoqué en el contexto las otras tres . Pero,

en esta perspectiva, el mérito, la recompensa, el castigo son unas manifestaciones

diferentes de un significado idéntico, que es la justicia ; o, dicho de otra forma, un

significado idéntico que es el te doy y tú me das que, obviamente, podemos relacionar

con el capitalismo mercantil y el valor de cambio. La expresión dialéctica Cambio vs

Oferta gratuita se presenta como un transformado del elemento embrionario identificado

hasta ahora por la oposición entre la justicia y la misericordia. Sólo difieren las

formulaciones y estas diferencias de formulaciones proceden de las diferencias que

separan los códigos que operan en las prácticas socio discursivas respectivamente

implicadas en los campos religioso, social, judicial o económico.

Pero, en el transfondo de esta relación embrionaria asoma otro esquema en el que se

oponen por una parte los valores auténticos (la compasión, la misericordia,, la

indulgencia, la abnegación) y, por la otra, los valores degradados por ser utilizados como

intrumentos en servicio de una finalidad, tales como el yo te doy y tú me das, en los

cuales se plasma el valor de cambio que nos remite a un tiempo histórico específico

dominado por el capitalismo mercantil en el contexto de la formación social

correspondiente. Con esta formación social corresponde une formación discursiva

dominada por el discurso del modo de producción dominante. La formación discursiva e

ideológica que se articula sobre la formación social se estructura por lo mismo en torno

a la dialéctica Cambio vs Oferta gratuita que viene a ser el elemento dominante del

sistema a nivel de la superstructura y la dialéctica de la Justicia y de la Misericordia

(que se plasma en torno a la querella De auxiliis gratiae, la polémica sobre la

beneficencia y el arte de la Retórica) se manifiesta como el transformado de la

estructura abarcadora.

En este caso para dar cuenta del foco morfogenético es lícito vacilar entre dos

formulaciones : valor auténtico vs valor degradado o bien : valor de uso vs valor de


cambio ? ¿Cuál de las dos hay que privilegiar ? La una y la otra transcriben el mismo

significado aparente, situado sin embargo en dos campos diferentes : el de la ética (valor

auténtico vs valor degradado) y el de la economía (valor de uso vs valor de cambio). Pero,

como lo acabamos de observar, esta aptitud para deslizarse de un campo a otro es un

efecto del proceso de la producción de sentido. Este modo de funcionamiento presenta el

valor de uso como un valor auténtico, articulando de esta forma lo ético y lo económico.

Esta observación nos lleva a otro cuestionamiento teórico que se refiere al

funcionamiento de la morfogénesis : ¿Cuáles son las consecuencias de estas

contaminaciones fenotextuales ?

Para tratar de contestar hay que evocar primero aquella red semiótica compleja que

hemos solicitado más arriba. Una vez distribuidos por la escritura, los impactos de estas

prácticas discursivas no actúan con arreglo a las regularidades de los respectivos

campos de donde proceden. En el texto no existe ningún espacio en el que tal o cual

campo podría operar, de manera autónoma, acatando su lógica interna. Los elementos

que participaban hasta ahora de las microsemióticas de cada una de estas prácticas

organizan en el texto nuevas asociaciones desconectadas de cualquier dependencia de

su original organización y en el contexto de las cuales tal o cual significante puede ser

atrapado por otros conjuntos de signos. Esta autonomía, que de cierta forma es

aparentemente –y sólo aparentemente- caótica, concierne todo el material semiótico de

los campos sociodiscursivos implicados, incluso los elementos más o menos explícitos

de las problemáticas en torno a las cuales se han organizado inicialmente. Afirmar lo

contrario nos llevaría a imaginar el espacio intratextual como un espacio inerto en el que

estarían almacenados conjuntos semióticos milagrosamente conservados intactos que

se podrían reseñar y recolectar, así, sin más. Con arreglo a estos fenotextextos el

esquema estructural funciona a manera de un conmutador o cambio de agujas que

provoca los deslices semióticos y la permeabilidad de los discursos. Eso se puede

concretar , por ejemplo, en unos espacios en los cuales vendrían a coincidir elementos

aislados procedentes de la problemática de la reforma de la beneficencia y otros del

universo del comercio o del debate sobre la eficiencia de la gracia, otros tantos

elementos que, en última instancia, remiten más o menos directamente a la fractura de

la Reforma, que pone en tela de juicio la autenticidad de la fe y la degradación de las

prácticas religiosas, y a la Contra Reforma.

Como lo afirmaba más arriba, no se trata para mí de establecr equivalencias de valores

sino equivalencias de relaciones entre valores. Es esta relación entre el uso y el cambio

[o lo auténtico vs lo degradado] lo que, en el seno de la morfogénesis, es el elemento

embrionario. Y esta dialéctica señala que en el texto opera una dinámica de la


confrontación que cuestiona el valor de cambio desde el punto de vista del valor de uso o

el valor degradado desde el punto de vista del valor auténtico. Cuestiona pues, en última

instancia, el campo económico a partir de una postura teológica. Es este

cuestionamiento el soporte fundamental de la inscripción de lo social en el texto en la

medida en que transcribe una fase especialmente importante del desarrollo del

capitalismo cuyos efectos son perceptibles en el campo de la espiritualidad y de lo

religioso.

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