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La columna de opinión es un artículo fácilmente identificable dentro de un medio escrito dado que
tiene características muy definidas:
Dado que este artículo representa la visión particular del columnista, se escribe en primera
persona y no necesariamente necesita validar todas sus opiniones con argumentos sólidos y
profundos como el editorial. En muchas ocasiones puede sustentar sus dichos sólo en base a sus
propias experiencias de vida o simplemente entregar una opinión sobre un tema sin más.
El objetivo de este tipo de artículos también es un gran elemento diferenciador, dado que el
columnista no requiere abordar temas trascendentes para la sociedad. Las columnas más bien
persiguen entregar momentos de recreación, motivo por el que se encuentran en un género
híbrido entre la literatura y el periodismo.
Sus temáticas por lo mismo son mucho más variadas que las de los editoriales, que sólo abordan
noticias que poseen una gran relevancia. Así, los temas en las columnas van desde el más serio al
más cotidiano: de humor, culturales, políticas, económicas, sociales, deportivas, de modas, música,
etc.
Por último, el estilo del columnista es más libre e informal que los editorialistas, quienes siempre
están sometidos en su escritura a cierta solemnidad. El columnista en cambio puede elegir el tono,
la perspectiva, la seriedad, etc, con la que piensa dirigirse a sus lectores. De hecho, no es raro que
hagan uso frecuente de la ironía. Este estilo es lo que les permite establecer una fuerte
identificación con el lector.
En el caso de las columnas de opinión, dado que los ámbitos de los temas son tan variados, no
necesariamente el columnista va a abordar una temática que va a ser de interés general para
todos.
En este caso, se cambia el concepto de interés general o trascendencia por interesante. Es decir,
que logren desarrollar una columna que pueda ser entretenida y que aporte algo al lector, aún
cuando sea, sólo un poco de humor.
Por lo general la gran fuerza de las columnas de opinión reside en la figura del autor, ya que se
trata de un personaje socialmente legitimado para opinar sobre el tema que aborda en su texto.
De hecho, su credibilidad y su capacidad de influir radican en el prestigio y la autoridad que tiene
su firma para los lectores.
No todas las columnas son escritas por periodistas, porque cualquier otro profesional puede
expresarse mediante un artículo de opinión. Pero independiente de la profesión de quien escribe,
suelen ser personajes con muchos años de experiencia y una trayectoria conocida por la opinión
pública.
Así, un columnista -sea periodista o especialista- puede practicar el periodismo cuando logra que
muchas personas lean sus escritos, dado que el público le reconoce autoridad y competencia para
interpretar los hechos.
Los periodistas profesionales quienes obtienen la información que desarrollan a través del
contacto personal con las fuentes vivas de información. Aunque también la recaban mediante el
estudio bibliográfico y documental constante. Sus juicios están basados en el conocimiento que
tienen del asunto en cuestión y de la experiencia que la misma profesión les provee.
Los colaboradores que son especialistas que tienen una profesión distinta al periodismo, es decir,
especialistas en la materia acerca de la cual escriben -economía, política, jurisprudencia,
psicología, medicina, sociología, etc.-, y por lo mismo son autoridades en el tema.
Las opiniones que entregan y los análisis que realizan están basados en sus conocimientos
profesionales y sus artículos, por lo general, están ligados a temas actuales y de interés general.
¿Cómo se escribe la columna?
A la pregunta de cómo se escribe una columna de opinión se puede responder con una obviedad:
se escribe opinando, comentando cosas. Se parte de un hecho que llama la atención al columnista,
de acuerdo a la especialidad de la columna, y sobre el cual tiene suficientes antecedentes que le
permiten desarrollar una opinión al respecto.
De manera general, las columnas de opinión se desarrollan con bastante libertad en cuanto a su
estructura, aunque se puede utilizar como modelo, lo convencional en un artículo de opinión:
•Opinión u apreciación sobre el tema y en este caso, no siempre van apoyadas con argumentados,
como se les exige en el editorial. El columnista informa y analiza en forma breve y mediante un
lenguaje personal, haciendo de la condición subjetiva la característica más relevante de sus
escritos.
•Cierre.
La columna tiene una gran libertad para redactarla. Tiene pocas exigencias, dado que depende
mucho del estilo propio del columnista. Pero si se espera que la redacción sea ágil y claro y con
belleza sus ideas, de manera que logre captar el interés del público.
¿Cómo diseñar, entonces, las instituciones ambientales? Una ¿Cómo diseñar, entonces, las instituciones
clara posición al respecto la exponen los profesores ambientales? Creo que se debe responder como
de derecho de la Universidad de Chile cuando se solían hacerlo mis profesores de derecho: "Hay
refieren al tema: "Hay que distinguir". Hay que distinguir que distinguir". Hay que distinguir entre las tres
entre las tres dimensiones de la regulación ambiental: dimensiones de la regulación ambiental: política y
política y normas ambientales, gestión y fiscalización. normas ambientales, gestión y fiscalización.
Desde un punto de vista literario, el columnista tiene un mayor margen para expresarse, usando
palabras de tipo coloquial, pero siempre en un tono respetable.
El tipo de lenguaje que utilice dependerá exclusivamente del columnista, del estilo de su columna y
del de tema que trate. Comparen los dos estilos de redacción en las siguientes columnas:
Sin embargo, existen algunos parámetros básicos que pueden ayudar a hacer más atractiva una
columna:
Usar un lenguaje sencillo. Qué es un lenguaje sencillo: aquel que entiende todo el mundo. Es
simple y llanamente, llamar las cosas por su nombre, eligiendo la palabra más apropiada, la más
bella, la más armónica, la más sonora para que el lector al mismo tiempo que se entretiene con el
contenido goce con la lectura.
Escoger temas relevantes. La columna tendrá mucha mejor acogida si se trata de un tema que la
comunidad ya conoce, pero que el columnista aborda desde un nuevo enfoque que no ha sido
cubierto o simplemente realiza un análisis con cierta emoción. También el autor puede ‘levantar’
un tema desconocido, pero que es tan novedoso e interesante que despierta atracción en el lector.
Utilizar un poco de humor. La gente suele leer las columnas ya que esperamos que sean de humor
e inesperada. Si los lectores se ríen, incluso aunque leyendo una columna de opinión política, el
columnista se comenzará a hacer un nombre y los lectores empezar a esperar su próximo artículo.
El humor debe ser sutil, y quizás sobre la base de eventos locales que el público conoce. Esto le da
una ventaja personal y la sensación de una broma en la que la comunidad puede compartir.
Usar un tono personal. El estilo de la columna no debe ser impersonal como el de un editorial,
sino que por el contrario se cultiva el tono familiar, cómplice con los lectores, como si el columnista
se dirigiera a un grupo de amigos.
EJEMPLO:
Ecología y política.
1. PRESENTACIÒN
Hace varios años, el príncipe Carlos de Inglaterra comenzó a lanzar discursos críticos contra el
urbanismo moderno y los abusos que dañaban el medio ambiente. El año pasado, en la
conferencia de gobernantes de todo el mundo, reunidos en Londres para tomar medidas contra
el agujero de ozono en el área nórdica, el heredero de la corona inglesa pronunció un discurso
ecológico.(...)
2. OPINIÒN
Si hay algún patrimonio que representa un bien (o un mal) común, ese es el medio ambiente.
De ahí la sensibilidad popular hacia este tema, que con los años ha conseguido aumentar su
presión sobre los Gobiernos para que adopten medidas adecuadas. (...)La contaminación
provoca graves daños crónicos y tiene un carácter permanente en las grandes ciudades. Nada se
hace por evitarlo, excepto implantar algunas medidas simbólicas que se extreman en
los períodos álgidos. La masificación aumenta la contaminación.(...)
3. CIERRE
Algunas fuerzas políticas han utilizado la ecología para hacer política. Es previsible que ahora se
sumen otras. Pero los movimientos ecológicos reales son los que dedican todo su esfuerzo al
cuidado del medioambiente. Existe una alta responsabilidad política y social para ase-gurar la
naturaleza en que vivimos.
Antxon Sarasqueta(Adaptación)