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FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES

DEPARTAMENTO DE HISTORIA
AMÉRICA LATINA DESPUÉS DE LA SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL
PROFESOR: DAVID FERNANDO PRADO VALENCIA
ESTUDIANTE: GERMÁN EDUARDO SUÁREZ RODRÍGUEZ

12 de septiembre de 2016

RESEÑA DEL TEXTO: Fuego cruzado. Guerrillas, dictaduras militares y violaciones


masivas de los derechos humanos en época de guerra fría, por Joan del Alcázar
Garrido y Sergio López Rivero.

Es una creencia extendida que la guerra fría es un conflicto meramente ideológico y de


carrera tecnológica entre los bloques oriental y occidental, liderados por la Unión Soviética
y Estados Unidos respectivamente. También se dice que la guerra jamás trasgredió estos
límites hacia un enfrentamiento directo. Tal vez es por el tipo de educación secundaria
alejada de la historia que se incentiva esta creencia.

Pero en las últimas décadas se ha dado un avance en los estudios realizados acerca de
este periodo, gracias al acceso de los documentos otrora clasificados de la URSS, y también
a un revisionismo de la clásica historia episódica de América Latina, que, desconocía
algunos aspectos sociales y culturales de la región. Y gracias a esta revisión se han podido
dar a conocer las influencias de las grandes potencias en los diferentes conflictos y
acontecimientos ocurridos durante el periodo en cuestión.

Y es sin duda la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro el acontecimiento más
relevante para América Latina en tanto que su ideología de izquierda incluía la guerra de
guerrillas para derrotar el gobierno pro norteamericano de Batista y alcanzar el poder. Los
autores resaltan la influencia del traje color oliva y la barba desaliñada como complemento
a la simbología revolucionaria que generó tal aceptación (manifestada en adhesiones
partidarias) en el continente.

El modo de operar de los grupos revolucionarios en Cuba obedecía a una táctica que
consiste en atacar a las instituciones gubernamentales, provocando la adopción de medidas
represivas contra los revolucionarios y los sectores sociales que los apoyaran. Este tipo de
actos represivos causaban que se rechazaran las medidas del gobierno, aumentando su
impopularidad e incrementando en las filas de la revolución el número de guerrilleros
simpatizantes. Esta táctica se convirtió en una forma clásica de operar de las demás
guerrillas nacidas en el continente. Cabe resaltar que la influencia de la Revolución Cubana
indujo a una serie de errores en la propuesta guerrillera como proyecto continental
anticapitalista, pues, Estados Unidos dirigió una política represiva anticomunista conjunta
con los ejércitos de los países latinoamericanos, resultando en un éxito militar indiscutible
no obstante terrible porque impulsó el terrorismo de Estado.

Un error consistió en considerar a las tropas militares de las diferentes regiones de


América Latina homólogas a las derrotadas en Cuba, pues desde finales del siglo XIX las
fuerzas armadas habían sido entrenadas en sobresalientes escuelas militares. Otro consistió
en que algunos focos guerrilleros no consiguieron el apoyo del pueblo por no haber hecho
un trabajo político previo (error que le costaría la vida a Ernesto Guevara en Bolivia). En
los países del cono sur por su contexto se crearon grupos guerrilleros que se desplazaron a
las ciudades donde se agrupaba la población, y ahí es donde debía hacerse la revolución.

Como respuesta a los movimientos guerrilleros y a los movimientos de izquierda, los


Estados tomaron medidas contrarrevolucionarias, interviniendo directamente en el gobierno
o ejerciendo presión desde los cuarteles, el militarismo aparece como una forma
hegemónica en el cono sur, conociendo que no hay militarismo uniforme puesto que hay
que su actuar depende de diversos factores sociales, económicos y culturales. Los autores
distinguen diferentes formas de militarismo: el casi institucionalizado o pretoriano que se
puede evidenciar en los casos argentino y brasilero, el cataclísmico o catastrófico como los
casos uruguayo o chileno, y con respecto a la zona centroamericana y del caribe se
distingue el gansterismo de Estado que se diferencia de los casos anteriores en que los
dictadores, si bien están protegidos por una guardia militar, se encuentran más cercanos al
caudillismo.

La expresión máxima del militarismo es la dictadura y los autores distinguen dos tipos:

Las dictaduras tradicionales: Cuyo origen es un pronunciamiento militar y es efectiva


mientras el poder lo detenten las élites terratenientes integradas a un partido político y que
tengan el apoyo de la iglesia católica.
Las dictaduras de nuevo tipo: Se ha estudiado que a partir de los años sesenta los
miembros de los ejércitos constituyen una élite que facilita la ocupación de altos cargos
públicos estatales. Así pues los militares son autónomos y están desligados d la mayor parte
de la población civil. También se llaman de seguridad nacional. Éstas utilizan la violencia
de manera sistemática entre sus adversarios como entre sus no simpatizantes, además
buscan continuismo en el poder mediante el fraude electoral. Los autores señalan cuatro
fases que han identificado en las dictaduras de nuevo tipo:

Fase reactiva: Se busca eliminar a los adversarios contra los cuales se ha dado el golpe
militar.

Fase transformadora o fundacional: Se crea un modelo de desarrollo y los sectores que


inicialmente apoyaron al régimen tienden a desplazarse hacia la oposición.

Fase de administración de crisis recurrentes: Tras el fracaso de la fase fundacional y su


modelo económico y político y se busca controlar la situación para la supervivencia del
régimen.

Fase terminal: En esta fase final se busca por decisión institucional de las fuerzas armadas,
retirarse por una vía negociada, reconociendo su fracaso y los horrores de la represión
aparecen como obstáculos para la negociación en la vía democrática.

Una vez se han terminado los conflictos en las dictaduras o en las revoluciones se hace
necesario instaurar comisiones denominadas “de verdad y reconciliación” en las cuales los
actores armados mediante la confesión reconozcan la gravedad y extensión de sus actos que
violaron los derechos humanos. De esta manera se observa que mediante la represión del
Estado con su “guerra sucia” o los ataques revolucionarios que buscaban hacer daño a las
instituciones estatales, no formaron una dinámica de enfrentamiento entre dos fuerzas, sino
que se extendió a la población civil convirtiéndola en la principal víctima del conflicto.

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