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Síntomas
Complicaciones
La consecuencia más grave de la prediabetes es la evolución a diabetes tipo 2. Esto se
debe a que la diabetes tipo 2 puede provocar lo siguiente:
Presión arterial alta
Nivel de colesterol alto
Enfermedad cardíaca
Accidente cerebrovascular
Enfermedad renal
Ceguera
Amputaciones
Las investigaciones indican que la prediabetes generalmente se asocia con ataques
cardíacos no reconocidos y puede dañar los riñones, incluso si la enfermedad no ha
evolucionado a la diabetes tipo 2.
Diagnóstico
La Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association, ADA)
recomienda que el análisis para la detección de glucosa en sangre en adultos se realice a
partir de los 45 años o antes si tienes sobrepeso u otros factores de riesgo para padecer
prediabetes o diabetes tipo 2.
Existen diversos análisis de sangre para la prediabetes.
Prueba de hemoglobina glucosilada (A1C)
Este análisis muestra el nivel promedio de glucosa en sangre de los últimos dos o tres
meses. Específicamente, el análisis consiste en medir el porcentaje de azúcar en sangre
unido a la proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno (hemoglobina).
Cuanto más alto sea el nivel de glucosa en sangre, mayor será la cantidad de
hemoglobina con glucosa.
En general:
Un nivel de A1C por debajo del 5,7 por ciento se considera normal.
Un nivel de A1C de entre 5,7 y 6,4 por ciento se considera prediabetes.
Un nivel de A1C de 6,5 o más en dos análisis separados indican que tienes diabetes tipo
2.
Algunos trastornos hacen que la prueba de A1C sea imprecisa, por ejemplo, si estás
embarazada o si tienes una forma poco frecuente de hemoglobina (hemoglobina
variante).
Tratamiento
Síntomas
Visión borrosa
Fatiga
Infecciones frecuentes, entre ellas las de vejiga, vagina y piel
Aumento de la sed
Incremento de la micción.
Causas
Las hormonas del embarazo pueden bloquear el trabajo que hace la insulina. Cuando
esto sucede, los niveles de azúcar en sangre de una mujer embarazada pueden
incrementar.
Usted está en mayor riesgo de padecer diabetes gestacional si:
Tiene más de 25 años al quedar embarazada
Proviene de un grupo étnico con un mayor riesgo, como latino, afroamericano,
nativo americano, asiático o de las islas del Pacífico
Tiene antecedentes familiares de diabetes
Dio a luz a un bebé que pesó más de 9 libras (4 kg) o que tuvo una anomalía
congénita
Tiene hipertensión arterial
Tiene demasiado líquido amniótico
Ha tenido un aborto espontáneo o mortinato de manera inexplicable
Tenía sobrepeso antes del embarazo
Aumentó excesivamente de peso durante su embarazo
Presenta síndrome de ovario poliquístico
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento son mantener los niveles de azúcar en la sangre (glucosa)
dentro de los límites normales durante el embarazo y asegurarse de que el feto esté
saludable.
Diagnóstico
Existen tres criterios para establecer el diagnóstico de diabetes durante el embarazo:
elevación inequívoca de la glucosa plasmática de 200 mg/dL o mayor y síntomas
clásicos de diabetes; glucosa plasmática en ayunas mayor de 126 mg/ dL en dos o más
ocasiones y uso de la curva de tolerancia a la glucosa (prueba de 100 gramos).
Debe corroborarse el diagnóstico en pacientes con: síntomas clásicos (3 "P") poliuria,
polidipsia, polifagia, factores de riesgo existentes, glucemia sérica en ayuno >126
mg/dL (corroborada en 24 horas), glucemia >200 mg/dL casual y pacientes con
glucemias de 192 a 126 mg/dL.
Causas
La diabetes tipo 1 puede ocurrir a cualquier edad. Se diagnostica con mayor frecuencia
en niños, adolescentes o adultos jóvenes.
La insulina es una hormona producida en el páncreas por células especiales, llamadas
células beta. El páncreas está localizado por debajo y por detrás del estómago. La
insulina se necesita para movilizar el azúcar de la sangre (glucosa) dentro de las células.
La glucosa se almacena dentro de las células y luego se utiliza para obtener energía.
Con la diabetes tipo 1, las células beta producen poca o ninguna insulina.
Sin la insulina suficiente, la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo en lugar de
entrar en las células. Esta acumulación de glucosa en la sangre se denomina
hiperglucemia. El cuerpo es incapaz de usar esta glucosa para obtener energía. Esto
lleva a los síntomas de diabetes tipo 1.
La causa exacta de diabetes tipo 1 se desconoce. La más probable es un trastorno
autoinmune, Esta es una condición que ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por
error y destruye el tejido corporal sano. Con la diabetes tipo 1, una infección o algún
otro desencadenante hace que el cuerpo ataque por error las células productoras de
insulina en el páncreas. La tendencia de desarrollar enfermedades autoinmunes,
incluyendo diabetes tipo 1, puede ser transmitida a través de las familias.
Síntomas
NIVEL ALTO DE AZÚCAR EN LA SANGRE
Los siguientes síntomas pueden ser los primeros signos de diabetes tipo 1. O pueden
ocurrir cuando el nivel de azúcar en la sangre está alto:
Estar muy sediento
Sentirse hambriento
Sentirse cansado a toda hora
Tener visión borrosa
Sentir entumecimiento u hormigueo en los pies
Perder peso sin proponérselo
Orinar con mayor frecuencia (incluso el orinar de noche o mojar la cama, esto
sucede en niños que no lo hacían antes)
Para otras personas, estos síntomas serios de advertencia pueden ser los primeros signos
de diabetes tipo 1. O pueden presentarse cuando el nivel de azúcar en la sangre está muy
alto (cetoacidosis diabética):
Respiración profunda y rápida
Boca y piel seca
Cara enrojecida
Aliento con olor a fruta
Náuseas o vómitos; incapacidad para retener líquidos
Dolor de estómago
NIVEL BAJO DE AZÚCAR EN LA SANGRE
COMPLICACIONES
Cuando una persona tiene una diabetes mellitus tipo 1, puede tener dos tipos de
complicaciones: las agudas y las crónicas.
Complicaciones agudas
Se producen en un determinado momento en el tiempo y son básicamente dos:
Hipoglucemia.
Presencia de hiperglucemia con cetonas (que puede derivar en una cetoacidosis aguda).
Ambas situaciones si no se manejan de la manera adecuada pueden comportar un
importante riesgo vital. Afortunadamente, respecto a las hipoglucemias, la mayoría de
las personas saben prevenir y remontar correctamente una bajada de azúcar. Por otro
lado, saben que la presencia de cetonas debe alertarlos y llevarlos a consultar con su
equipo sanitario.
Complicaciones crónicas
Lo que preocupa más a las personas con diabetes y sus familias es la posibilidad de
complicaciones crónicas. El aumento persistente de azúcar en sangre hace que los vasos
sanguíneos se vayan taponando, de manera que cada vez es más difícil que la sangre
circule hacia un órgano determinado (los ojos, el riñón, etc.). Esto hace que esos
órganos dejen de funcionar bien. Está claro que aquellos vasos sanguíneos que son
estrechos y pequeños se obstruirán antes y por eso las complicaciones más precoces son
las microvasculares, con afectación de ojos o riñón, por ejemplo.
Se llaman complicaciones crónicas porque se deben a la presencia de la enfermedad
durante muchos años. Cuantificar al cabo de cuántos años surgen las complicaciones es
difícil, depende de cada persona y de su control metabólico. Muchos estudios han
demostrado que el riesgo de sufrir estos problemas aumenta con el mal control
glucémico, la larga duración de la enfermedad, una mayor edad y una historia familiar
de complicaciones de la diabetes. Es evidente la tensión arterial alta, el colesterol alto o
el tabaquismo empeoran todavía más el riesgo de sufrir estas complicaciones.
Por eso es muy importante intentar mantener un buen control glucémico y evitar otros
problemas añadidos que aumentarán la posibilidad de tener problemas en el futuro. La
suerte o la desgracia es que la persona con diabetes no tendrá síntomas hasta que no
haya desarrollado ya la complicación. Es decir, la persona no se encontrará mal por
tener glucemias altas, pero sus vasos sanguíneos estarán empezando a sufrir. Hay que
prevenir y evitar la complicación para no tener síntomas después.
Complicaciones microvasculares
Las complicaciones microvasculares son más comunes en la diabetes tipo 1 que las
macrovasculares. Son:
Retinopatía diabética: es la afectación ocular y puede conducir a una ceguera.
Las recomendaciones actuales incluyen evaluar el fondo de ojo anualmente en el
adolescente tras dos años de evolución y tras cinco años en los niños
prepuberales.
Nefropatía diabética: es la afectación del riñón y puede acabar produciendo una
insuficiencia renal, es decir que los riñones dejen de funcionar. El primer signo
que encontramos es la presencia de microalbuminuria, dicho de otro modo,
pérdida de proteínas por la orina. Debe evaluarse siguiendo la misma frecuencia
que la retinopatía diabética y se realiza analizando una muestra de orina.
Neuropatía diabética: es la afectación de los nervios y con el tiempo puede
provocar dolor en piernas, sensación de hormigueo, problemas musculares, etc.
Complicaciones macrovasculares
Las complicaciones macrovasculares afectan a los vasos sanguíneos más grandes como
la aorta, la carótida o los vasos sanguíneos de las extremidades. El daño originado en
estos vasos más grandes puede provocar:
Mala irrigación de la sangre en las piernas principalmente.
Infarto de corazón.
Infarto cerebral.
La enfermedad cardiovascular es la mayor causa de mortalidad en el adulto con diabetes
mellitus tipo 1, sin embargo, es raro que aparezca en personas jóvenes.
Así que, aunque el autocontrol glucémico de pereza y seguir las pautas no parezca
importante en nuestro día a día, es muy importante mantenerse firme en la lucha diaria
para conseguir un buen control metabólico y evitar el riesgo de complicaciones
vasculares en el futuro.
Tratamiento
Éstos son cuatro pasos importantes que los niños que padecen diabetes tipo 1 deben
seguir para mantenerse sanos:
inyectarse insulina o usar una bomba de insulina
tener una alimentación saludable y seguir un plan de comidas
medir los niveles de azúcar en sangre
mantenerse activos mediante el juego o la práctica de ejercicios
Diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 es el tipo más común de diabetes. Millones de estadounidenses han
recibido un diagnóstico de diabetes tipo 2, y muchos más desconocen que tienen un alto
riesgo de tenerla. Algunos grupos tienen mayor riesgo de tener diabetes tipo 2. Este tipo
es más común en afroamericanos, latinos/hispanos, indígenas americanos,
estadounidenses de origen asiático, nativos de Hawái y otros isleños del Pacífico, como
también entre las personas mayores.
Con la diabetes tipo 2 el cuerpo no produce suficiente insulina o las células no hacen
uso de la insulina. La insulina es necesaria para que el cuerpo pueda usar la glucosa
como fuente de energía. Cuando usted come, el cuerpo procesa todos los almidones y
azúcares, y los convierte en glucosa, que es el combustible básico para las células del
cuerpo. La insulina lleva la glucosa a las células. Cuando la glucosa se acumula en la
sangre en vez de ingresar a las células, puede producir complicaciones de diabetes.
Síntomas
A menudo, los signos y síntomas de la diabetes de tipo 2 se manifiestan de forma lenta.
De hecho, puedes tener diabetes de tipo 2 durante años y no saberlo. Presta atención a lo
siguiente:
Complicaciones
Puede ser muy fácil ignorar la diabetes de tipo 2, especialmente en las etapas iniciales,
cuando te sientes bien. Pero la diabetes afecta muchos de los órganos principales, como
el corazón, los vasos sanguíneos, los nervios, los ojos y los riñones. Si controlas tus
niveles de azúcar en sangre, puedes ayudar a evitar estas complicaciones.
Si bien las complicaciones a largo plazo de la diabetes se pueden desarrollar de forma
gradual, en última instancia pueden conducir a la pérdida de capacidades o, incluso, a la
muerte. Las siguientes son algunas de las complicaciones potenciales de la diabetes:
Tratamiento
El control de la diabetes de tipo 2 incluye:
Alimentación saludable
Actividad física regular
Posiblemente, medicamentos para la diabetes o tratamiento con insulina
Control de la glucosa en sangre
Estos pasos ayudarán a mantener tu nivel de azúcar en sangre más cercano al normal, y
esto puede retrasar o evitar complicaciones.
Alimentación saludable
En contra de la creencia popular, no existe una dieta específica para la diabetes. Sin
embargo, es importante que la base de tu dieta esté centrada en los siguientes alimentos
de alto contenido de fibra y bajo contenido de grasa:
Frutas
Verduras
Granos integrales
Además, deberás comer menos productos de origen animal, hidratos de carbono
refinados y dulces.
También puede ser útil consumir alimentos de bajo índice glucémico. El índice
glucémico es una medida que indica con qué rapidez un alimento provoca aumento del
nivel de azúcar en sangre. Los alimentos con alto índice glucémico elevan rápidamente
el azúcar en sangre. Aquellos con bajo índice glucémico pueden ayudarte a mantener un
nivel de azúcar en sangre más estable. Los alimentos que tienen bajo índice glucémico
son, típicamente, los que tienen un alto contenido de fibra.
Actividad física
Todos necesitan hacer ejercicio aeróbico con regularidad, y los diabéticos con diabetes
de tipo 2 no son la excepción. Obtén la aprobación de tu médico antes de comenzar un
programa de ejercicios. Luego elige actividades que disfrutes, como caminar, nadar y
andar en bicicleta. Lo más importante es que incorpores la actividad física en tu rutina
diaria.
Recuerda que la actividad física reduce el nivel de azúcar en sangre. Controla tu nivel
de azúcar en sangre antes de cualquier actividad. Es posible que necesites comer un
refrigerio antes de ejercitar, para prevenir un nivel bajo de azúcar en sangre, si tomas
medicamentos a fin de reducir este nivel.
Control del nivel de azúcar en sangre
Según tu plan de tratamiento, quizá debas controlar y anotar tu nivel de azúcar cada
tanto, o bien, si estás usando insulina, varias veces al día. Pregunta a tu médico con qué
frecuencia desea que controles tu azúcar en sangre. Un control catento es la única
manera de asegurarte de que tu nivel de azúcar en sangre se mantenga dentro de tu
rango objetivo.
En ocasiones, los niveles de azúcar en sangre pueden ser imprevisibles. Con la ayuda de
tu equipo de tratamiento de la diabetes, aprenderás cómo cambia tu nivel de azúcar en
sangre en respuesta a los alimentos, el ejercicio, el alcohol, las enfermedades y los
medicamentos.
Entre los tratamientos posibles para la diabetes de tipo 2 se cuentan los siguientes:
Inhibidores de la SGLT2. Estos son los medicamentos para la diabetes más nuevos del
mercado. Actúan evitando que los riñones reabsorban azúcar en la sangre. En lugar de
esto, el azúcar se excreta en la orina.
Tratamiento con insulina. Algunas personas con diabetes de tipo 2 necesitan, además,
recibir tratamiento con insulina. Anteriormente, el tratamiento con insulina se utilizaba
como último recurso; pero, gracias a sus ventajas, actualmente se receta mucho antes.
Debido a que la digestión normal interfiere con la insulina administrada por boca, la
insulina se debe inyectar. Según tus necesidades, tu médico puede recetarte una
combinación de tipos de insulina para que uses durante el día y la noche. Con
frecuencia, las personas con diabetes de tipo 2 comienzan a utilizar insulina con una
inyección de acción prolongada por la noche.
Para las inyecciones de insulina se usa una jeringa y una aguja fina o una pluma
inyectora de insulina; un dispositivo que parece una pluma de tinta, salvo que el
cartucho está relleno con insulina.
Existen muchos tipos de insulina, y cada uno actúa de manera diferente. Algunas
opciones son: