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ANÁLISIS AL PROLOGO DE LA OBRA “MORAZÁN: LAUREL

SIN OCASO

Morazán como toda una eminencia política puede ser analizado, básicamente,
desde dos enfoques. De modo tal que, cada enfoque difiere uno del otro en la
medida en que se tenga la simpatía o el odio hacia su figura por parte de
quienes lo analizan.

Para el caso, los coetáneos de Morazán encargados de relatar los hechos


correspondientes del momento evidencian un sesgo difícil de no percibir.
Aparece, entonces, un Manuel Montufar, un José Arce y un Miguel García
Granados con una descripción de los hechos de manera parcializada. Esto
debido a los efectos negativos que para ellos tuvieron las hazañas llevadas a
cabo por el paladín centroamericano.

La lucha de Morazán quedó inconclusa. Y la razón es casi incuestionable. La


pequeñez de las elites locales se impuso ante la magnificencia de los proyectos
unionistas morazánicos y acabaron por pulverizar sus ideales, e incluso, de
manera literal, privándole la vida un 15 de septiembre de 1842.

A pesar de la no concreción de los proyectos morazanistas, Francisco Morazán


vive. Los fines que en su momento percibió hoy son objeto de veneración por
las generaciones actuales. El paladín sigue siendo un ejemplo
centroamericano, un orgullo nacional, padre de un legado del que nos
consideramos indignos, dado su grandeza visionaria ante la nimia aspiración
de algunos por consolidar una patria fuerte y respetada.

La vida de Morazán inspira. Nos ayuda a comprender que “nuestro afán en la


vida no debe consistir en alargarla, sino en engrandecerla”.

Ortega R Miguel, Morazán: Laurel sin ocaso (1992), 2da. Edición, Tegucigalpa,
Honduras, C.A.
ANÁLISIS AL PROLOGO DE LA OBRA
“LA POSTERIDAD NOS HARA JUSTICIA”

La huella indeleble de Francisco Morazán en Centroamérica es capaz de


desmantelar la subjetividad debida, al momento de hacer referencia a tan
insigne hombre de intelecto conspicuo. Y de ello no tiene duda alguna el
escritor José Rafael Cordero al prologar la obra enunciada anteriormente. De
hecho, Cordero afirma haberse “enfrentado siempre a los que injustamente han
tratado de desmerecer su imborrable obra”.

Aunque Morazán vive en la memoria de las colectividades, algunos todavía


anhelan vehementemente liquidar cualquier referencia a este personaje. De
ello da fe esa especie de “Leyenda Negra” que obscurece el paisaje
costarricense (cuna del escritor del prólogo) y que ha alcanzado proporciones
increíbles.

No obstante, todo esfuerzo por erradicar de la memoria colectiva el


pensamiento Morazánico deviene en una serie de efectos contraproducentes
para quienes lo pretenden. La figura de Morazán, lejos de minimizarse, se
engrandece cada día. A manera de ejemplo, es bastante placentero saber que
muchos sitios de Costa Rica aún portan orgullosamente el nombre de
“Francisco Morazán”. La “Leyenda Negra” de Morazán puede revertirse, para
transformarse en un relato multicolor, paisajísticamente florido.

Resta únicamente, seguirle dando vida a Francisco Morazán a través de la


devoción a sus principios libertarios, unionistas y transformadores. Por lo tanto,
es imprescindible tratar siempre de “mantener viva la llama de UNION,
JUSTICIA Y LIBERTAD que para bien de todos los centroamericanos, nos legó
el mas civilista de los militares conocido hasta la fecha: el General Francisco
Morazán Quesada”.

Cálix Suazo Miguel, La posteridad nos hará justicia (1995), 1ra. Edición, San
José, Costa Rica, C.A.
ANÁLISIS AL PROLOGO DE LA OBRA
“FRANCISCO MORAZAN EN LA LITERATURA HONDUREÑA”

Innegablemente, Francisco Morazán constituye una “obligada referencia” en la


producción literaria de la región.

Su importancia en la literatura es doblemente valiosa. Por una parte, su


abnegado espíritu de lucha ha alimentado la inspiración de muchos escritos
ajenos. Por otra parte, él mismo “asumió la tarea de interpretar su propio papel
en los hechos trascendentales de la Centroamérica del siglo XIX. Así, Morazán
puede ser analizado doblemente: como autor o como protagonista de una
historia que no se terminó de escribir.

En vista de la no especialización del publico, esta obra de Hellen Umaña


excluye las “tecnocracias de la literatura” para lograr una mayor divulgación de
sus ideas literarias respeto al prócer hondureño y centroamericano. No
obstante, no existe ningún tipo de desprecio a la estética literaria.

La literatura morazánica es valiosa a pesar del escaso valor estético que en


ella se perciba. A fin de cuentas, lo que realmente interesa es el grado de
identificación con sus luchas llevadas a cabo.

Tributar a Morazán sus grandezas mediante la literatura es una necesidad


histórica, una respuesta ética. Es por ello que, el respeto de la escritora hacia
quienes a través del arte literario consagran sus ideas en torno a la figura
morazánica no se hace esperar.

Umaña Hellen, Francisco Morazán en la literatura hondureña (1995), 1ra.


Edición, SPS, Honduras, C.A.

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