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FACTORES DE RIESGO DEL CÁNCER DE MAMA

En este capítulo se revisan cuáles son los aspectos que


podemos modificar para reducir el riesgo de
padecer cáncer de mama.
¿PUEDE PREVENIRSE UN CÁNCER DE MAMA?
El cáncer de mama no se puede prevenir, sin embargo estudios recientes
parecen demostrar que el riesgo de padecer cáncer de mama se puede
reducir realizando ejercicio físico de forma regular (al menos 4 horas a la
semana), evitando el sobrepeso y la obesidad tras la menopausia y el
consumo regular de alcohol.
Además, se ha podido demostrar mediante estudios epidemiológicos, que el
uso de tratamientos hormonales sustitutivos durante la menopausia se
asocia a un incremento del riesgo de padecer cáncer de mama. El descenso
de número de mujeres que reciben este tipo de tratamientos sustitutivos ha
coincidido con un descenso proporcional en el número de casos nuevos de
cáncer de mama. Por tanto: Evite el tratamiento hormonal sustitutivo tras
la menopausia.
Si existe una historia familiar de cáncer de mama es conveniente que se
pida Consejo genético, que permitirá determinar si se asocia con una
mutación genética (BRAC1, BRAC2).
En mujeres con riesgo muy elevado de desarrollar cáncer de mama existen
varias opciones terapéuticas. La paciente, junto con su médico debe valoar
las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas y decidir qué opción es la
más adecuada.
Las posibilidades terapéuticas son las revisiones frecuentes la mastectomía
profiláctica y la quimioprevención.

¿QUÉ ES EL CONSEJO GENÉTICO?


Se habla de Consejo genético al estudio del patrón genético de un paciente
con un tumor, en este caso cáncer de mama. En primer lugar se realiza una
historia familiar para conocer el número de familiares afectados, la edad en
la que fueron diagnosticados del tumor maligno y el grado de co-
sanguineidad.
Es posible conocer algunas alteraciones genéticas que puedan existir en
familiares cercanos, estudiándolas en células de sangre periférica. Con ello se
puede saber si una persona es portadora de mutaciones en algunos genes,
como los BRCA-1 y BRCA-2, relacionados con el cáncer de mama, cáncer de
ovario y otros.

Consejos prácticos
La Oncología Médica está impulsando y promoviendo la formación y
funcionamiento de Unidades de Consejo Genético y los servicios de
información para pacientes y familiares afectados por una mutación del gen
BRCA.
En estas Unidades de Consejo Genético se determinan los programas de
seguimiento más adecuados para cada paciente. Se ofrecen consejos
individualizados sobre cómo modificar los factores de riesgo que puedan
influir en el riesgo de cáncer de mama (tratamiento anticonceptivo,
embarazo, etc.), cómo realizar un diagnóstico precoz y apoyo en la toma de
decisiones preventivas quirúrgicas, como mastectomíau ooforectomía o
farmacológicas.

FACTORES DE RIESGO
Un factor de riesgo es cualquier cosa que incrementa la posibilidad de tener
una enfermedad, como el cáncer.

Cada tumor tiene unos factores de riesgo conocidos y que pueden ser
diferentes unos de otros.
Tener un factor de riesgo, o varios, no significa que vaya a aparecer la
enfermedad. Además, muchas mujeres que tienen cáncer de mama no
tienen factores de riesgo aparente o conocido. Poseer un riesgo mayor para
el cáncer de mama no implica la certeza de que se vaya a padecer la
enfermedad en algún momento de la vida, sólo indica cierta predisposición.
Se han identificado una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de
desarrollar un cáncer de mama a lo largo de la vida. Algunos factores son
más importantes que otros y pueden variar con el tiempo. En el 50% de los
casos no se observa ningún factor de riesgo.

FACTORES QUE NO SE PUEDEN CAMBIAR


En esta sección se revisan los aspectos no modificables en una persona en
concreto, como son el sexo, la edad, la raza, antecedentes familiares o
genéticos, factores hormonales endógenos o enfermedades previas sobre la
mama.

 Sexo

El ser mujer es el factor de riesgo más importante. Las mujeres tienen una
glándula mamaria más desarrollada que los hombres, pero lo importante es
que las células de esta glándula están sometidas al estímulo constante de los
factores de crecimiento hormonales, los estrógenos y la progesterona. Los
hombres pueden tener cáncer de mama pero la incidencia es muy baja: 100
veces menor que en la mujer.

 Edad

El riesgo de padecer cáncer aumenta con la edad. Alrededor del 18% de los
cánceres de mama se diagnostican en la década de los 40 y el 77% por
encima de los 50 años. Por encima de los 75 años el riesgo disminuye.

 Raza

Las mujeres de raza blanca son las que tienen un riesgo más elevado de
padecer cáncer de mama. Las asiáticas y africanas son las que tienen menor
riesgo. Las razones verdaderas son desconocidas todavía. Hasta ahora se
considera que la relación con el estilo de vida es la razón más importante.

 Hereditarios (factores genéticos y familiares):

Se refiere a la herencia genética: Al estado de los genes y a su expresión. Los


factores hereditarios se identifican a través de la historia familiar. Una
historia familiar de riesgo de padecer cáncer de mama es:

1. Tener dos o más familiares, de primer grado (madre, hermana, hija) o de


segundo grado, de línea materna o paterna (abuela, tía), con cáncer de
mama o de ovario.
2. Familiares con cáncer de mama y ovario simultáneamente.
3. Aparición del cáncer de mama en el familiar a una edad anterior a los 50
años.
4. Tener un familiar varón con cáncer de mama.

Así, el riesgo de tener un cáncer de mama es 1,8 veces superior si se tiene un


familiar de primer grado con cáncer de mama u ovario, y de 2,9 si son dos
familiares. Si el tumor del familiar apareció a una edad temprana, antes de
los 40 años, el riesgo se incrementa en 5,7 veces. Alrededor del 30% de las
mujeres con cáncer de mama tienen un familiar con esta misma enfermedad.
Estudios recientes muestran que alrededor del 5 al 10% de los cánceres de
mama son hereditarios como resultado de una alteración en los genes
(mutaciones). Los más conocidos son: BRCA 1 y BRCA 2. Las mujeres que
tienen mutaciones en estos genes tienen un 80% de posibilidades de
desarrollar cáncer de mama durante su vida, y a una edad más joven. Las
mutaciones en estos mismos genes también son factores de riesgo para el
cáncer de ovario. Otros genes involucrados son p53, ATM, PTEN, MLH1,
MLH2 y CHEK-2. Las mujeres con cáncer en una mama tienen un riesgo
elevado de padecer esta enfermedad en la otra mama: de 3 a 4 veces
superior.
En España existe la posibilidad de participar en un estudio multi-institucional,
si eres postmenopáusica y tienes antecedentes familiares de primer grado de
cáncer de mama u otros factores de alto riesgo de tener esta enfermedad,
podría valorarse tu inclusión en este estudio.

 Enfermedades benignas de la mama:

Incrementan el riesgo aquellas enfermedades benignas que presentan un


aumento del número de células con alteraciones (proliferación atípica). El
riesgo se aumenta en 4 a 6 veces. El resto de enfermedades benignas no
parece que incrementen el riesgo de cáncer de mama, como la enfermedad
fibroquística o los fibroadenomas.

 Factores hormonales endógenos:

La exposición prolongada a altas concentraciones de estrógenos incrementa


el riesgo de cáncer de mama. La producción de los estrógenos endógenos
está modulada por la función del ovario: menarquia, embarazo/s,
menopausia.
Tras la menopausia la fuente de estrógenos está en la glándula suprarrenal,
con una modificación en el tejido graso de la hormona que se produce en
esta glándula a estrógenos (estradiol y estrona). Se considera que:

1. Disminuye el riesgo:

 Primera regla después de los 12 años.


 Menopausia antes de los 55 años.

2. Aumenta el riesgo:
 Primera regla antes de los 12 años.
 Menopausia después de los 55 años.

Se estima que la ooforectomía bilateral (extirpación de ambos ovarios) antes


de los 40 años de edad reduce el riesgo de padecer cáncer de mama en un
50%.

FACTORES QUE SE PUEDEN CAMBIAR

Existen una serie de factores de riesgo que podemos modificar, y por tanto
contribuir a la prevención del desarrollo del cáncer de mama. Estos son lo
relacionados con la descendencia, factores hormonales exógenos, así como
la dieta y el ejercicio físico.

 Descendencia

Las mujeres que no tienen hijos tienen un riesgo aumentado de cáncer de


mama respecto a las que sí los tienen. Este riesgo aumentado es de 1,2 a 1,7.
Por el contrario las mujeres con múltiples embarazos tienen un riesgo
reducido de cáncer de mama.
La edad del primer embarazo también tiene influencia en el riesgo. Si el
primer embarazo ocurre a una edad superior a los 35 años el riesgo de
padecer cáncer de mama es de 1,6 veces superior al de la mujer que lo tiene
a la edad de 26 -27 años. Mientras más temprano sea el embarazo menor
riesgo de desarrollar cáncer de mama. Esto posiblemente se deba a que,
durante el embarazo, las células de la glándula mamaria se diferencian
completamente. Algunos estudios sugieren que la lactancia puede disminuir
el riesgo de cáncer de mama, pero solamente si la lactancia es prolongada,
durante 1,5 a 2 años. El riesgo se reduce en 4,3% por cada 12 meses de
lactancia, sumándose otro 7% de reducción del riesgo por el parto. Los
mecanismos por los que la lactancia previene del cáncer de mama son el
retraso en el restablecimiento de la función ovárica, por un lado, y la
disminución en los niveles séricos de estrógenos, por otro. Por tanto se
considera que:

1. Disminuye el riesgo:

 Primer embarazo a edad temprana.


 Lactancia materna (si se da durante tiempo prolongado).

2. Aumenta el riesgo:
 Edad primer parto después de los 35 años.
 Ausencia de embarazo.

 Factores hormonales exógenos

Nos referimos aquí a los tratamientos hormonales como los contraceptivos


orales, terapia hormonal sustitutiva en la menopausia y tratamientos para la
infertilidad.
Tratamiento hormonal sustitutivo
La administración de tratamiento hormonal sustitutivo para tratar los
síntomas de la menopausia está claramente desaconsejado.
Se ha demostrado un aumento del riesgo de cáncer de mama, estimado en 3
casos adicionales al año por cada 1.000 mujeres, o un incremento individual
del riesgo del 0,3%.
Este aumento del riesgo de desarrollar cáncer de mama se relaciona más con
la terapia hormonal sustitutiva que combina estrógenos y progestágenos y
cuando este tratamiento es de larga duración (más de 15 años). El riego
puede aumentar hasta un 83%.
Por tanto, en la actualidad, se recomienda evitar el uso de tratamiento
hormonal sustitutivo para combatir los síntomas de la menopausia.
Solamente en las mujeres sin antecedentes de cáncer de mama y con
síntomas menopáusicos severos se puede valorar la realización de un
tratamiento hormonal sustitutivo a dosis bajas y durante el menor tiempo
posible.
Tratamiento de la infertilidad
No se ha demostrado ningún efecto en el riesgo de desarrollar cáncer de
mama. Estudios muy recientes y amplios lo han confirmado.

 Factores dietéticos y ejercicio físico

Se puede decir que:

1. Disminuye el riesgo:

 Dieta rica en fibra (frutas y verduras).


 Realización de ejercicio físico.
2. Aumenta el riesgo:

 Obesidad (fundamentalmente en mujeres posmenopáusicas).


 Alcohol.
 Posiblemente dietas ricas en grasas saturadas (origen animal),
especialmente en mujeres premenopáusicas.

Las mujeres obesas posmenopáusicas tienen unos niveles séricos de


estrógenos elevados, debido a la conversión de los andrógenos suprarrenales
a estrógenos en el tejido graso. Este parece ser el mecanismo de su riesgo
más elevado. El alcohol es un factor de riesgo claro. Las mujeres que
consumen de 2 a 5 bebidas alcohólicas al día tienen un incremento del riesgo
de 1,5 veces. Cada vez hay más evidencia de que el ejercicio físico reduce el
riesgo de cáncer de mama, aunque todavía no se sabe cuantificar ni decir
cuánto ejercicio hay que realizar para que esta reducción del riesgo sea
evidente. Se aconseja pasear, a paso rápido, durante alrededor de 2 horas a
la semana.

FACTORES INCIERTOS

No existen actualmente datos totalmente concluyentes respecto a la relación


con la incidencia de cáncer de mama de diversos aspectos de la vida diaria
con la polución ambiental, hábito de fumar, ingesta de algunos productos
como café, fitoestrógenos o antiinflamatorios, utilización de desodorantes
antitranspirantes o colocación de implantes mamarios.
Tabaco: Tanto para las fumadoras activas como para las pasivas el riesgo
parece estar aumentado.
Cafeína: Ningún estudio ha demostrado una relación clara entre su ingesta y
el riego de cáncer de mama.
Polución ambiental: No hay estudios concluyentes sobre este tema.
Desodorantes antitranspirantes: Tampoco hay estudios concluyentes sobre
este tema.
Implantes en las mamas: No hay evidencia de que exista un incremento del
riesgo de padecer cáncer de mama. Pero sí hay que tener en cuenta que los
implantes mamarios hacen muy difícil estudiar el tejido mamario en una
mamografía.
Ingesta prolongada de antiinflamatorios: No se ha observado ninguna
relación con el riesgo, a diferencia del papel protector que parece existir en
el cáncer de colon.
Fitoestrógenos: En los países Orientales, como China ó Japón la incidencia de
cáncer de mama es la más baja. Se ha atribuido a la alta ingesta de soja,
desde la infancia, que contiene estrógenos débiles. Sin embargo no hay
estudios concluyentes sobre el probable efecto protector de estas sustancias.
No hay ninguna evidencia de que el consumo de soja o productos derivados
de la misma aumente la incidencia o el riesgo de cáncer de mama.
Golpes en las mamas: No se conoce ninguna relación entre la presencia de
un traumatismo sobre una mama y el posterior desarrollo de cáncer de
mama. Un fuerte golpe puede producir un hematoma que posteriormente se
reabsorba pero que deje una zona de tejido de cicatrización. Es posible que
en las mamografías se pueda observar esta lesión en el futuro y que pueda
dar lugar a dudas sobre su naturaleza.
Aros en los sujetadores: No está demostrada ninguna relación entre el uso
de sujetadores con aros y cáncer de mama.
Depilación de las axilas (de cualquier tipo, principalmente laser) : No hay
ninguna evidencia de que pueda existir alguna relación entre la depilación y
el cáncer de mama. Mamas de diferente tamaño: No hay ninguna evidencia
de que pueda existir alguna relación. El tener una mama ligeramente más
grande que otra es frecuente en las mujeres.
Tamaño del pecho: No hay ninguna evidencia de que pueda existir alguna
relación entre el tamaño del pecho y desarrollar un cáncer de mama.
Telefonía móvil: No hay ninguna evidencia de que pueda existir alguna
relación.

FACTORES AMBIENTALES

La exposición a las radiaciones ionizantes está relacionada con una mayor


incidencia de cáncer de mama, especialmente si ocurre antes de los 40 años
de edad.
La edad de mayor susceptibilidad a las radiaciones ionizantes, en cuanto a la
relación con el riesgo de cáncer de mama, es entre los 10 y 14 años.
Las radiaciones ionizantes más dañinas son por:
 Accidentes nucleares.
 Tratamientos con radioterapia en el área de la mama.

QUIMIOPREVENCIÓN PARA MUJERES DE ALTO


RIESGO DE CÁNCER DE MAMA
La quimioprevención puede ser considerada para reducir el riesgo de
cáncer de mama en mujeres con lesiones benignas de la mama de alto
riesgo y lesiones proliferativas, el Tamoxifeno es el tratamiento estándar.
Definición de alto riesgo
Las mujeres que se han reconocido como de mayor riesgo, que la media de la
población, para desarrollar cáncer de mama han sido identificadas como:
1. Aquellas asociadas con una elevada exposición (ó larga exposición) a
niveles de estrógenos circulantes, incluyendo:
 Edad avanzada.
 Menarquia precoz y menopausia tardía.
 Nuliparidad.
 Edad avanzada para el primer embarazo a término.
 Historia de tratamiento hormonal sustitutivo actual o pasado
(conteniendo estrógenos y progestágenos).
2. Además, también se consideran de alto riesgo aquellas mujeres con:
 Una historia familiar de cáncer de mama.
 Historia personal de biopsia/as de mamas previas.
 Diagnóstico de enfermedad benigna de la mama de carácter
proliferativo.
 Historia personal de exposición a radiaciones.
 Mujeres que tienen mutaciones genéticas específicas (BRCA1, BRCA2,
p53 ó PTEN).

Modelos predictivos del riesgo


El modelo más utilizado es el modelo de riesgo de GAIL. Expresa el riesgo de
desarrollar cáncer de mama invasivo a los 5 años. Este es un modelo
predictivo validado, que utiliza 5 factores: edad actual, edad de la menarquia,
biopsias previas en la mama, edad del primer parto de hijo vivo e historia
familiar de cáncer de mama en parientes de primer grado. Un riesgo a los 5
años de 1,66% ó mayor se relaciona con un riesgo elevado de cáncer de
mama y es de considerar para realizar estrategias de quimioprevención.
Otro modelo es el de Claus, que puede proporcionar una estimación de
riesgo de cáncer de mama futuro en mujeres con una fuerte historia familiar
de cáncer de mama.

Lesiones benignas de la mama de alto riesgo y predisposición genética


Recientemente los investigadores han buscado definir los tipos de
enfermedad benigna de la mama, de alto riesgo para el desarrollo de cáncer
de mama.
En un estudio con 9.087 mujeres diagnosticadas de una enfermedad benigna
de la mama, durante un período de 15 años, entre 1967 y 1991, se ha
estimado que:

 Las mujeres con atipia tienen un riesgo relativo de cáncer de mama de


4,2 sobre la población general.
 Las mujeres con cambios proliferativos sin atipia tienen un riesgo
relativo de 1,88 de desarrollar cáncer de mama respecto a la población
general.
 Las mujeres con las lesiones no proliferativas tiene un riesgo relativo de
1,27.
 La historia familiar de cáncer de mama, definida como, al menos, un
familiar de primer grado diagnosticado de cáncer de mama antes de los
50 años o dos o más familiares diagnosticados de cáncer de mama
siendo uno de primer grado, supone un riesgo aumentado que es
independiente de la histología benigna, incluso con histologías no
proliferativas.

Otra cohorte de mujeres de alto riesgo para el desarrollo de cáncer de mama


son las que tienen mutaciones en el gen BRCA. Las portadoras de BRCA1 y
BRCA2 tienen un 80% de riesgo de desarrollar cáncer de mama a lo largo de
su vida. Estas mutaciones también confieren un riesgo de cáncer en la mama
opuesta de aproximadamente un 3% anual.
Tamoxifeno para la quimioprevención
Hay cuatro estudios importantes publicados en la literatura que comparan
Tamoxifeno con placebo en la prevención de cáncer de mama para mujeres
consideradas de alto riesgo. Los dos primeros tienen resultados positivos a
favor de la quimioprevención, y los dos segundos resultados, por ahora,
negativos.

A continuación se realiza una breve descripción de cada uno de ellos:


 Estudio P-1 del NSABP (American Breast Cancer Prevention Trial of
Nacional Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project). Se randomizó a
recibir Tamoxifeno ó placebo, incluyendo a mujeres consideradas de alto
riesgo, definido como: edad superior a los 60 años, ó edad entre 35 y 59
años con valor de GAIL superior a 1,66%, ó edad de 35 años ó mayor con
una historia de carcinoma lobular in situ (LCIS). El estudio fue terminado
precozmente, tras una media de seguimiento de 48 meses, cuando un
análisis interino estableció un beneficio estadísticamente significativo
para el grupo tratado con Tamoxifeno. Se encontró una reducción
relativa del riesgo de desarrollar cáncer de mama invasivo del 49% y una
reducción absoluta del riesgo del 21%, en la cohorte tratada con
Tamoxifeno. Una actualización de este estudio ha mostrado una
reducción del 62% de cáncer de mama invasivo en el grupo de
Tamoxifeno. Es importante tener en cuenta que la incidencia de tumores
con receptores estrogénicos (ER) negativos no varió. Se realizaron
controles históricos para examinar el efecto del tratamiento con
Tamoxifeno sobre la incidencia de enfermedad benigna de la mama en
las mujeres con alto riesgo de cáncer de mama. El riesgo relativo de
cáncer de mama para las pacientes con adenosis, quistes, ectasia ductal,
enfermedad fibroquística, fibroadenoma, fibrosis, hiperplasia o
metaplasia fue estimado para las participantes que recibieron
Tamoxifeno o placebo. Globalmente, el Tamoxifeno reduce el riesgo de
desarrollo de cáncer de mama, en estas enfermedades benignas, en un
28%, ocurriendo predominantemente en el subgrupo de mujeres con
edad inferior a los 50 años.
 Estudio IBIS-I (Internacional Breast Cancer Intervention). Fue llevado a
cabo en Inglaterra, Australia, Nueva Zelanda y en varios países de
Europa, reclutando datos desde Abril de 1992 a Marzo de 2001. Incluyó
a mujeres con edad entre 35 y 70 años consideradas de alto riesgo para
desarrollar cáncer de mama, por una historia familiar positiva o una
historia personal de hiperplasia ductal atípica (ADH) ó LCIS. Se incluyeron
7.152 participantes que se randomizaron a recibir Tamoxifeno 20 mg/día
durante 5 años o placebo. También se demostró una reducción
sustancial del riesgo de desarrollo de cáncer de mama con el uso de
Tamoxifeno. Con un tiempo medio de seguimiento de 50 meses, se
observó una reducción del riesgo de cáncer de mama del 32% en el
brazo de tratamiento. Había una reducción del 31% de tumores
invasores ER positivos con el Tamoxifeno, pero no se demostró una
reducción del riesgo de desarrollar tumores invasores ER negativos.

 Estudio del Royal Marsden Hospital. Se evaluaron 2.471 mujeres con


edad entre 30 y 70 años, con una historia familiar positiva para cáncer
de mama. No se encontraron diferencias significativas en la frecuencia
de cánceres de mama entre el grupo tratado con Tamoxifeno o con
placebo.
 Estudio Italiano (Italian Tamoxifen Prevention). Se incluyeron 5.408
mujeres, con edad entre 35 y 70 años, todas ellas con una histerectomía
previa realizada. También se excluyeron las mujeres con historia de
tromboembolismo. Hasta ahora no se han detectado diferencias en la
incidencia de cáncer de mama entre los brazos de Tamoxifeno y placebo,
tras una mediana de seguimiento de 30 meses.

Los médicos deben de comunicar los efectos secundarios esperados del


Tamoxifeno y realizar un seguimiento y soporte de las mujeres que toman
Tamoxifeno.

Los efectos secundarios esperados incluyen sofocos, riesgo de trombosis


venosas profundas, retinopatía y formación de cataratas. En el seguimiento
se debe de realizar de forma rutinaria un examen oftalmológico para las
mujeres mayores y un examen ginecológico de rutina que incluya examen
pélvico y citología del cervix. El nivel global de sarcoma uterino en los
estudios del NSABP en las mujeres con Tamoxifeno (tanto en el contexto de
prevención como de adyuvancia) fue del 0,17 por 1000 mujeres/año ó
inferior al 1% aproximadamente. El NCCN también destaca la necesidad de
realizar evaluaciones ginecológicas de forma rápida en las mujeres
postmenopáusicas con manchado o sangrado vaginal.

Las pacientes premenopáusicas también pueden beneficiarse de un estudio


de la densidad mineral ósea ya que, paradójicamente, el Tamoxifeno puede
inducir pérdida ósea en las mujeres premenopáusicas, pero incrementa la
densidad ósea en las mujeres postmenopáusicas. Las pacientes también
deben ser aconsejadas para que se realicen mensualmente una
autoexploración mamaria y que eviten un embarazo durante la exposición al
Tamoxifeno. La discontinuación del Tamoxifeno, de forma temporal, está
recomendada si la mujer va a ser sometida a alguna cirugía, y, de forma
permanente, para las mujeres que sufren trombosis venosa profunda,
embolismo pulmonar o shock.
Guías para la quimioprevención
El National Comprehensive Cancer Netwok (NCCN) y la American Society of
Clinical Oncology (ASCO) han establecido unas guías para ofrecer a las
mujeres con alto riesgo de desarrollar cáncer de mama la opción de tomar
Tamoxifeno como quimioprevención, después de que las opciones
quirúrgicas hayan sido consideradas. Se aconseja para mujeres con patología
mamaria ADH ó LCIS y las que tienen un Indice de GAIL a los 5 años > 1,7%,
con una expectativa de vida de 10 años o mayor. La duración del tratamiento
con Tamoxifeno debe ser de 5 años y siempre que no existan
contraindicaciones para recibir Tamoxifeno.

Estudios en marcha
Los estudios en marcha están evaluando a otros fármacos: Los moduladores
selectivos de los receptores estrogénicos (SERMs) o a los Inhibidores de la
Aromatasa (AIs). El Raloxifeno, es un SERM, que está aprobado para el
tratamiento y prevención de la osteoporosis en mujeres postmenopáusicas.
Se han realizado dos estudios:

 El estudio MORE (Multiple Outcomes of Raloxifene Evaluation) mostró


una reducción significativa de la osteoporosis en postmenopáusicas, así
como una reducción en la incidencia de cáncer de mama, en las mujeres
tratadas con Raloxifeno. En este estudio 7705 mujeres
postmenopáusicas con osteoporosis fueron randomizadas a placebo, 60
mg/d de Raloxifeno ó 120 mg/d de Raloxifeno durante 3 años. Tras una
media de seguimiento de 40 meses, las mujeres tratadas con Raloxifeno
tuvieron una reducción del riesgo de fractura y un incremento en la
densidad mineral ósea al compararlas con las que recibieron placebo.
Además, el uso de Raloxifeno mostró tener una capacidad de reducción
del riesgo relativo de desarrollo de cáncer de mama invasivo del 76%,
con una reducción del riesgo, principalmente, de cánceres ER positivos.
Los efectos secundarios debidos al Raloxifeno fueron: sofocos, edemas
periféricos, calambres en las piernas, problemas tromboembólicos
(trombosis venosa profunda y embolismo pulmonar) pero ningún
incremento en el riesgo de cáncer de endometrio.
 De forma similar el estudio CORE (Continuing Outcomes Relevant to
Evista) evaluó el efecto de 4 años adicionales de tratamiento con
Raloxifeno sobre la incidencia de cáncer de mama invasivo en las
mujeres postmenopáusicas con osteoporosis, con una reducción del
riesgo del 55% y una reducción en la incidencia de cánceres de mama ER
positivo del 66%. Los efectos adversos fueron similares a los
encontrados en el estudio MORE.

Estos estudios han estimulado la realización del estudio STAR (Study of


Tamoxifen and Raloxifene) por el NSABP, que fue iniciado en 1999 y que
incluyó a 20.000 mujeres postmenopáusicas con alto riesgo de desarrollar
cáncer de mama. Los resultados, aun no publicados, sugieren que el número
de cáncer de mama invasivo fue similar con ambas drogas pero que la
incidencia de carcinoma ductal in situ fue más baja con el Tamoxifeno.
Además, el desarrollo de cánceres de útero, trombosis venosa profunda y
embolismo pulmonar fue más bajo con el Raloxifeno que con el Tamoxifeno.

También están en marcha otros estudios de quimioprevención con otros


SERMs.

El uso de AIs hasta ahora ha demostrado que reduce el riesgo de recurrencia


de cáncer de mama y el riesgo de cáncer de mama contralateral en el ámbito
de la adyuvancia,en mujeres postmenopáusicas con la superioridad de
Anastrozol sobre Tamoxifeno llevada a cabo en el estudio ATAC
específicamente en el subgrupo de mujeres con cáncer de mama receptores
hormonales positivos. El estudio IBIS-2 (Internacional Breast Intervention
Study-2) está actualmente en marcha y busca la evaluación de la reducción
del riesgo de cáncer de mama en 10.000 mujeres con el uso de Anastrozol
versus placebo. Otro estudio en marcha es el Excel con Examestano versus
placebo.

Conclusiones
La quimioprevención puede ser considerada para reducir el riesgo de cáncer
de mama en mujeres con lesiones benignas de la mama de alto riesgo y
lesiones proliferativas, siendo Tamoxifeno el tratamiento estándar. Datos
más limitados sugieren que el Tamoxifeno puede ser considerado en las
mujeres que son portadoras de mutaciones de los genes BRCA1/2.
Es muy importante que los riesgos y el perfil de efectos secundarios del
tratamiento con Tamoxifeno sean considerados de forma individualizada y
que los modelos de riesgo sean presentados a los pacientes así como un plan
terapéutico con la programación de las mamografías, exámenes físicos y un
apropiado seguimiento auxiliar. En los estudios futuros se espera la
contribución de otros SERMs y de los Inhibidores de la Aromatasa en reducir
el riesgo de cáncer de mama.
¿Se puede prevenir el cáncer de
ovario?
La mayoría de las mujeres presenta uno o más factores de riesgo de cáncer de ovario.
Sin embargo, la mayoría de los factores comunes aumenta el riesgo de la mujer sólo
ligeramente, de manera que explican sólo en parte la frecuencia con que se presenta
esta enfermedad. Hasta ahora, lo que se conoce sobre los factores de riesgo no se ha
traducido en formas prácticas de prevenir la mayoría de los casos de cáncer de ovario.

Usted puede reducir el riesgo de padecer el tipo de cáncer de ovario más común, el
cáncer ovárico epitelial. Se sabe mucho menos acerca de las maneras para reducir el
riesgo de padecer tumores del estroma y de células germinales de los ovarios, de
modo que esta información no aplica a estos tipos. Es importante entender que
algunas de estas estrategias reducen su riesgo sólo ligeramente, mientras que otras lo
reducen mucho más. Algunas estrategias son fáciles de seguir, mientras que otras
requieren cirugía. Si está preocupada por su riesgo de cáncer de ovario, consulte con
los profesionales de la salud, ya que ellos le pueden ayudar a considerar estas ideas a
medida que apliquen a su propia situación.

Evite ciertos factores de riesgo


Algunos factores de riesgo para el cáncer de ovario, como envejecer o tener
antecedentes familiares, no se pueden cambiar. Sin embargo, las mujeres podrían
disminuir ligeramente su riesgo evitando otros factores de riesgo, por ejemplo,
mantener un peso saludable, o no recibir terapia de reemplazo hormonal después de
la menopausia. Para obtener más información, consulte Factores de riesgo para el
cáncer de ovario.

Anticonceptivos orales
Usar anticonceptivos orales (píldoras anticonceptivas) reduce el riesgo de padecer
cáncer de ovario para las mujeres en riesgo promedio y portadoras de la mutación
BRCA, especialmente en mujeres que los usan por varios años. En comparación con
mujeres que nunca tomaron anticonceptivos orales, las que sí los tomaron por 5 años
o más tienen aproximadamente 50% menos riesgo de padecer cáncer de ovario. Aun
así, las píldoras anticonceptivas conllevan algunos riesgos y efectos secundarios graves,
como un riesgo ligeramente mayor de padecer cáncer de seno. Las mujeres que
consideran tomar estos medicamentos por alguna razón deben hablar primero con sus
médicos sobre los posibles riesgos y beneficios de los mismos.

Cirugía ginecológica
Aunque la ligadura tubárica y la histerectomía pueden reducir la probabilidad de
padecer ciertos tipos de cáncer de ovario, los expertos concuerdan que estas
operaciones se deben hacer sólo en caso de razones médicas válidas y no por sus
efectos en el riesgo de cáncer de ovario.

Si usted se va a someter a una histerectomía por una razón médica válida y tiene un
antecedente familiar contundente de cáncer de ovario o de seno, es posible que usted
quiera considerar la extirpación de ambos ovarios y las trompas de Falopio
(salpingooforectomía bilateral) como parte de ese procedimiento.

Aun cuando usted no tenga un mayor riesgo de padecer cáncer de ovario, algunos
médicos recomiendan que se extirpen los ovarios y el útero si la mujer ya comenzó la
menopausia o está próxima a comenzarla. Si usted tiene más de 40 años y se va a
someter a una histerectomía, debe consultar con su médico sobre los riesgos y
beneficios potenciales de la extirpación de sus ovarios.

Otra opción para las mujeres de riesgo promedio que no desean la extirpación de sus
ovarios porque no quieren perder la función ovárica (y pasar temprano por la
menopausia) consiste en extirpar solamente las trompas de Falopio (una
salpingectomía bilateral) junto con el útero (una histerectomía). Estas mujeres pueden
optar por la extirpación de sus ovarios posteriormente. Esta opción no ha sido
estudiada tan bien como la extirpación de ambos ovarios y las trompas de Falopio al
mismo tiempo, pero hay bastante información que puede considerarse una opción
para reducir el riesgo de cáncer de ovario en mujeres de riesgo promedio.
Estrategias de prevención para mujeres que
tienen antecedentes familiares de cáncer de
ovario o mutación BRCA
Si sus antecedentes familiares sugieren que usted (o un familiar cercano) podría tener
un síndrome asociado con un alto riesgo de cáncer de ovario, puede que quiera
considerar la asesoría y las pruebas genética. Durante la asesoría genética (por un
asesor en genética o un profesional de la salud con capacitación en la evaluación del
riesgo genético), se revisa su historial clínico y familiar. Esto puede ayudar a predecir si
es probable que usted tenga una de las mutaciones genéticas que está asociada con un
mayor riesgo de cáncer de ovario.

El asesor también le orientará sobre los beneficios y las desventajas potenciales de las
pruebas genéticas. Las pruebas genéticas pueden ayudar a determinar si usted o sus
familiares tienen ciertas mutaciones genéticas que causan un alto riesgo de cáncer de
ovario. Aun así, los resultados no siempre son claros, y un asesor genético puede
ayudarle a entender lo que los resultados significan para usted.

Para algunas mujeres con fuertes antecedentes familiares de cáncer de ovario, saber
que no tienen la mutación que aumenta su riesgo de esta enfermedad puede ser un
gran alivio, tanto para ellas como para sus hijos. El hecho de saber que sí se tiene esa
mutación puede ser estresante; sin embargo, para muchas mujeres esta información
es muy útil para tomar decisiones importantes sobre ciertas estrategias preventivas
para sí mismas y sus hijos. Si desea obtener más información, consulte Genética y
cáncer.

Una manera en la que las mujeres de alto riesgo (mujeres con mutaciones BRCA1 y
BRCA2) pueden reducir el riesgo de padecer cáncer de ovario es mediante el uso de
anticonceptivos orales. Sin embargo, los anticonceptivos orales pueden aumentar el
riesgo de cáncer de seno en mujeres con o sin estas mutaciones. Este riesgo es más
alto mientras las mujeres están activamente tomando pastillas anticonceptivas, pero
puede continuar incluso después de suspender las pastillas. La investigación continúa
para conocer más sobre los riesgos y los beneficios que tomar anticonceptivos orales
representa para las mujeres que tienen alto riesgo de padecer cáncer de ovario y de
seno.
La ligadura tubárica también puede reducir eficazmente el riesgo de cáncer de ovario
en las mujeres que tienen mutaciones BRCA1 o BRCA2. Generalmente este tipo de
cirugía no se hace sola y normalmente se hace por razones distintas a la prevención del
cáncer ovario.

A veces una mujer puede desear considerar la extirpación de los ovarios y las trompas
de Falopio (una salpingooforectomía bilateral) para reducir su riesgo de cáncer de
ovario antes de que incluso se sospeche de cáncer. Si los ovarios son extirpados para
prevenir el cáncer de ovario, la cirugía se llama reducción de riesgo o profiláctica. Por
lo general, la salpingooforectomía se puede recomendar en mujeres con un riesgo muy
alto después de haber terminado de tener hijos. Esta operación reduce el riesgo de
cáncer de ovario en gran manera, pero no lo elimina por completo. Esto se debe a que
algunas mujeres con un alto riesgo de este cáncer ya tenían cáncer al momento de la
cirugía. Estos cánceres de ovario pueden ser tan pequeños que sólo se pueden
encontrar cuando se observan los ovarios y las trompas de Falopio en el laboratorio
(después de haber sido extirpados). Además, las mujeres con las mutaciones
genéticas BRCA1 o BRCA2 tienen un mayor riesgo de carcinoma peritoneal primario.
Aunque el riesgo es bajo, este cáncer aún se puede presentar después de extirpar los
ovarios y las trompas de Falopio.

El riesgo de cáncer de trompa de Falopio también es mayor en las mujeres con


mutaciones en BRCA1 o BRCA2. Algunas veces los cánceres de trompa de Falopio en
etapas tempranas se encuentran inadvertidamente cuando se extraen las trompas de
Falopio como parte de una cirugía de reducción de riesgo. De hecho, algunos cánceres
que se pensaban eran de ovario o cánceres peritoneales primarios pudieron en
realidad haber comenzado en las trompas de Falopio. Por esta razón, los expertos
recomiendan que a las mujeres con alto riesgo de cáncer de ovario, a quienes se les
extirparan los ovarios, también se les extirpen por completo las trompas de Falopio
(salpingooforectomía).

La investigación ha mostrado que las mujeres premenopáusicas con mutaciones del


gen BRCA a quienes se les extirparon los ovarios el riesgo de cáncer de seno se reduce,
así como el riesgo de cáncer de ovario. El riesgo de cáncer de ovario se redujo de 85%
a 95%, y el riesgo de cáncer de seno disminuyó 50% o más.

Algunas mujeres que presentan un alto riesgo de cáncer de ovario debido a


mutaciones genéticas BRCA sienten que la extirpación de sus ovarios y trompas de
Falopio no es una medida adecuada para ellas. A menudo, los médicos recomiendan
que esas mujeres se realicen pruebas de detección para tratar de encontrar temprano
el cáncer de ovario.

Lactancia materna
Durante los primeros seis meses de vida, el mejor alimento que podemos ofrecer a
nuestro bebé es la leche materna.
Así coinciden tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Comité de Lactancia
Materna de la Asociación Española de Pediatría, como asociaciones y organizaciones
de peso en temas de lactancia de todo el mundo, expresando que la lactancia materna
es la manera normal y natural de alimentación y debe ser el método de elección para
alimentar a todos los bebés de manera exclusiva durante los seis primeros meses de
vida.
A pesar de que la leche materna es el único alimento que toma el niño en esta etapa,
cubre todas la necesidades de energía y nutrientes que necesita el bebé para un
óptimo crecimiento y desarrollo, adaptándose a éste en cada momento. Para que así
sea, la lactancia materna debe ser exclusiva y a demanda.

Composición de la leche materna


Por ello, la leche materna se comporta como un fluido vivo y cambiante según los
requerimientos del niño, modificándose así, tanto en composición como en volumen
en función de las necesidades. Esta regulación la lleva a cabo sobre todo la demanda
del niño y la succión que éste efectúe sobre las glándulas mamarias. Una mayor
succión aumenta los niveles de prolactina y la secreción láctea de la madre, es decir, a
mayor succión mayor producción de leche.
De aquí, que sea un alimento superior frente a los sucedáneos de la leche materna
pues varia su composición a lo largo de la lactancia, a lo largo del día e incluso varia a
lo largo de la toma.
Podemos encontrar diferentes tipos de leche producidas por la glándula mamaria:
 Calostro: fluido amarillento y espeso, rico en proteínas, vitaminas liposolubles (E, A, K) y
minerales como zinc, hierro, selenio, manganeso y azufre. También tiene un elevado
contenido en inmunoglobulinas (IgA) entre otros factores defensivos que protegen al bebé
al inicio de la vida. Su producción dura unos 4 días después del parto.
 Leche de transición: es la que se produce entre los días 4 y 15 después del parto. El inicio de
este tipo de leche es el que denominamos la subida de la leche, y su volumen y
composición irán cambiando hasta alcanzar la composición de la leche madura.
 Leche madura: es un alimento completo ya que contiene agua (88%); proteínas en cantidad
adecuada para el crecimiento óptimo del niño, con una fuente importante de aminoácidos
esenciales; hidratos de carbono, con la lactosa como principal azúcar entre otros
oligasacáridos; grasas, que se encuentran en una proporción elevada (40-50%) ya que será
la principal fuente de energía del bebé. También contiene todos los minerales y vitaminas
que el niño necesita.
En cuanto a la relación entre la alimentación de la madre y la composición de la leche,
existe una correlación en las cantidades de vitaminas, que variaran en función de la
ingesta de la madre y en la calidad de los ácidos grasos, sobre todo por la ingesta de
ácidos grasos esenciales. También puede verse afectada la cantidad de yodo y flúor en
la leche dependiendo de la ingesta materna.
El resto de nutrientes y principios inmediatos (hidratos de carbono, proteínas y grasas)
mantienen unos niveles constantes en la leche materna a pesar de una deficiencia en
la ingesta de la madre ya que para la producción de leche se utilizan los existentes en
la circulación materna procedentes de sus reservas.

Influencia de la hidratación en la leche materna


De la misma manera la cantidad de líquidos ingeridos no influye en el volumen de la
leche, aunque las mujeres suelen sentir más sed durante la lactancia. Una importante
deshidratación de la madre disminuirá el volumen de la orina de esta pero apenas lo
hará el volumen de la leche.

Beneficios de la lactancia materna


Actualmente, hay estudios y evidencias científicas de sobra que enumeran todos los
beneficios, a corto y largo plazo, que aporta la leche materna tanto al bebé
amamantado como a la madre que amamanta. Entre ellos destacan:
 Alimento inocuo, asequible y fácil de conseguir
 Se adapta a las necesidades de cada momento
 Contiene componentes inmunológicos
 Es de fácil digestión
 Presenta una baja carga de solutos
 Reduce el riesgo de presentar síndrome de muerte súbita
 Propicia una buena salud durante toda la vida a los niños
 Mejores resultados en pruebas de inteligencia para adolescentes y adultos que fueron
amamantados
 Ayuda a reducir la hemorragia postparto
 Favorece la involución del útero de la madre
 Ayuda a la madre a recuperar más rápido su peso normal y reduce las tasas de obesidad
 Reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario en el futuro
 Crea un vínculo afectivo madre e hijo
Sin embargo, los estudios más recientes se centran en mostrar los posibles riesgos que
pueden producirse con una alimentación a partir de sucedáneos de leche materna.
Como conclusión de estos, existe evidencia suficiente para afirmar que los lactantes no
amamantados están expuestos a un mayor riesgo de morbimortalidad y generan un
importante coste económico y social.
No obstante, si tu elección es no dar el pecho, estás en tu derecho y es tan respetable
como la que decide sí darlo. Es importante que si esta es tu decisión, sea una decisión
libre y tomada después de haber recibido toda la información sobre los beneficios de
la lactancia materna y los riesgos que puede comportar los sucedáneos de leche
materna así como los inconvenientes añadidos de esta última (mayor gasto económico
familiar entre otros), de manos de un profesional sanitario especializado en temas de
lactancia materna.

En qué casos la lactancia materna no es la


mejor opción
Por otra parte, también existen los casos en los que la lactancia materna no está
aconsejada y podría causar serios problemas tanto al bebé como a la madre. La
Organización Mundial de la Salud (OMS), en una de sus publicaciones sobre “La Salud
de la madre, el recién nacido, del niño y del adolescente”, describe cuales son estas
condiciones de salud en las que no amamantar, de manera temporal o permanente,
podría estar justificado:
 Lactantes que no deben recibir leche materna ni otra leche excepto fórmula especializada:
 Lactantes con galactosemia
 Lactantes con enfermedad de orina de jarabe de arce
 Lactantes con fenilcetonuria
 Recién nacidos para quienes la leche materna es la mejor opción, pero pueden necesitar
otros alimentos por un periodo limitado:
 Lactantes con un peso menor a 1500g
 Lactantes con menos de 32 semanas de gestación
 Recién nacido con riesgo de hipoglicemia
 Afecciones maternas que podrían justificar que se evite la lactancia permanentemente:
 Infección por VIH
 Afecciones maternas que podrían justificar que se evite la lactancia temporalmente:
 Enfermedad grave como por ejemplo septicemia
 Herpes simplex Tipo I (HSV-1)
 Medicación materna:
 Medicamentos psicoterapeúticos sedativos, antiepilécticos, opioides y sus
combinaciones
 El uso de yodo radioactivo-131
 Uso excesivo de yodo o yodóforos tópicos
 Quimioterapia citotóxica

Situación actual de la lactancia materna en


España
Por último, para ver la situación actual de lactancia materna, el Grupo de Trabajo
Español de la iniciativa Global de la Lactancia Materna (Global Breastfeeding Iniciative)
presentó el pasado mes de julio los resultados de la “Encuesta Nacional sobre Hábitos
de Lactancia”.
En dicha encuesta se observó que el 89% de las mujeres estaba dando o había dado el
pecho y tan sólo un 11% había optado por no darlo principalmente por haber tenido
problemas en lactancias anteriores y porque no le había subido la leche.
Del 89% de las mujeres que sí amamantaron, tan sólo el 38% lo había hecho hasta los 6
meses y un 18% hasta los dos años. Entre los principales motivos para suspender la
lactancia materna encontramos, por tener menos leche seguido de la necesidad de
incorporarse a la actividad laboral.
Pese a ello, las madres son conscientes de que la lactancia materna es la mejor forma
de alimentar a su hijo ya que consideran que lo protege de enfermedades e
infecciones y es el método más natural.

Conclusiones
Para eliminar las posibles barreras que dificultan la lactancia materna y que esta sea lo
más satisfactoria posible es importante la ayuda de profesionales sanitarios, de la
familia y de los grupos de apoyo que acompañan a la madre en toda esta etapa. En
Alimmenta podemos ayudarte a conseguir una lactancia materna exitosa.

El cuidado de su bebé al nacer


Después de meses de espera, acaba de nacer su bebé y estará ansiosa por tenerlo en brazos por primera
vez. Antes de conocer a su recién nacido, verá que los médicos y enfermeras atienden bebé durante los
primeros minutos de nacer para cerciorarse de que sea sano y estable.

Antes de que nazca el bebé, aprenda más sobre lo que sucede durante este control médico. Esto le
ayudará a:

 Entender lo que se está haciendo


 Entender por qué se está haciendo
 Sentirse más relajada mientras se examina al bebé
 Hacer preguntas
Primer llanto del bebé

Es una buena señal escuchar llorar al bebé en la sala de parto. El llanto le ayuda a eliminar el exceso de
fluidos que posiblemente aún tenga en los pulmones, la nariz o la boca. Por este motivo, los médicos
suelen animar al bebé a que llore. Si el bebé tiene problemas para respirar, el profesional médico hará la
reanimación cardiopulmonar.

Conexión con la mamá

Cuando el bebé estaba en el vientre, recibía nutrición y oxígeno por el cordón umbilical que lo
conectaba a usted. Ahora que el bebé ha nacido y respira por sí mismo, la corriente sanguínea se
reencauza a los pulmones; entonces el personal médico puede cortar y colocar una pinza en el cordón
umbilical.

Mantener al bebé abrigado


Cuando el bebé nace, está mojado por el líquido de la matriz y puede enfriarse fácilmente. Las
enfermeras lo secan, lo envuelven en una manta, le colocan un gorrito tejido e incluso pueden aplicarle
lámparas de calor para tenerlo abrigado. Para ayudar a mantenerlo calentito, usted puede sostener al
bebé en brazos para que su piel toque la de él.

Puntuación Apgar

La puntuación Apgar fue creada para controlar el estado del bebé al primer minuto y a los 5 minutos de
haber nacido. Se controlan cinco cosas del bebé:
A – Actividad; tono muscular
P – Pulso; frecuencia cardíaca
G – Gesto; irritabilidad refleja Ésta se mide colocando una jeringa de bulbo o aspirador nasal en la nariz
del bebé para ver su reacción.
A – Apariencia; coloración de la piel
R – Respiración

A cada categoría se le asigna una puntuación de 0 a 2. Luego se suman los números para calcular la
puntuación final. Los bebés con una puntuación Apgar de 7 o más probablemente hayan pasado sin
problemas por el parto y están en buenas condiciones de salud. Los que tienen puntuaciones más bajas
deberán ser vigilados atentamente o atendidos especialmente aunque la mayoría de ellos no tendrá
problemas.

Inyección de Vitamina K

Al bebé se le dará una inyección de vitamina K inmediatamente después de nacer. Durante los primeros
días después del parto, los recién nacidos no pueden elaborar vitamina K, la cual es necesaria para
coagular la sangre. La inyección protege al bebé contra problemas de sangrado graves y poco comunes
que pueden afectar a los recién nacidos.

Gotas para los ojos

Se tratarán los ojos del bebé con gotas o ungüento medicado. De esta forma se protegen los ojos de las
infecciones bacterianas que pudo haberse contagiado durante el parto.

Pruebas de detección para los recién nacidos

Se hará una punción en el talón del bebé para sacar unas gotas de sangre. Esta muestra de sangre se
analiza para detectar trastornos genéticos y bioquímicos. Es posible que estos defectos de
nacimiento en el bebé no sean obvios al principio. Pero, a menos que se detecten y traten pronto,
pueden causar problemas físicos, retraso mental y, en algunos casos, la muerte. La mayoría de los bebés
tiene buenos resultados en estas pruebas.

También es posible que le hagan una prueba de audición al bebé. Ésta mide cómo el bebé responde a
los sonidos. Se coloca un auricular o un micrófono pequeño y suave en el oído del bebé. Sin esa prueba,
no se puede detectar por lo general la pérdida de la audición hasta que el niño tenga aproximadamente
2o 3 años de edad. Para ese entonces, es posible que el niño ya tenga problemas del habla y lenguaje. El
tratamiento temprano ayuda a prevenir estos problemas.

Actualmente cada estado o región maneja su propio programa de pruebas de detección para recién
nacidos. Los programas estatales varían en la cantidad y tipo de condiciones para las cuales se realizan
pruebas. March of Dimes recomienda que se les realicen a todos los bebés pruebas para al menos 31
trastornos, incluso la pérdida de la audición.

Lo más probable es que los resultados de las pruebas indiquen que su bebé está saludable. Pero para los
pocos bebés con resultados distintos, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden
significar la diferencia entre el desarrollo sano y problemas de por vida.

Vacuna contra la hepatitis B

Es probable que su bebé reciba la primera dosis de la vacuna contra la hepatitis B. Esta inyección
protege al bebé contra el virus que puede provocar daños graves en el hígado.

Otros cuidados del recién nacido

 Medidas: Se medirá el peso, la altura y el tamaño de la cabeza del bebé para verificar que esté
dentro del rango saludable según las semanas de embarazo.
 Baño: Una vez que la temperatura corporal del bebé sea estable, se le dará su primer baño.
 Huellas del pie y brazaletes médicos: Como parte del primer historial médico del bebé, se le
tomarán las huellas del pie y se añadirán al expediente médico. Por lo general, se le colocan dos
brazaletes de identidad al bebé, uno para el pie y el otro para el brazo. A usted también le darán un
brazalete igual al del bebé.
Cuidados especiales

Algunos bebés se enfrentan a ciertos desafíos después de nacer. Los bebés que necesitan cuidados
especiales se llevarán a la unidad de cuidados intensivos neonatales (NICU). Es un área del hospital
donde reciben cuidado por parte de profesionales médicos especialmente capacitados y se les atiende
con tecnología avanzada.

Tener un bebé en la NICU puede crearles estrés y tristeza a muchos padres. Si bien estará separada de
su bebé durante un tiempo, reconfórtese al saber que aun así podrá establecer un lazo afectivo
importante con él. Quédese tranquila porque los adelantos científicos en este campo médico están
ayudando a más bebés a sanar y regresar pronto al hogar.

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