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Tribunal Superior de Justícia de Catalunya

Sala de lo Contencioso-Administrativo
Sección Segunda
Vía Laietana, 56
08003 - BARCELONA

Recurso protección jurisdiccional núm. 416/2018

Parte actora: ALLC y AIXECA'T / LEVÁNTATE.


Representada por: RRF
Parte demandada: GOVERN DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA y PRESIDENCIA DE
LA GENERALITAT DE CATALUNYA
Representada por: ADVOCAT DE LA GENERALITAT

A U T O

Ilmos. Sres. Magistrados:


Don S
Don S
Doña S
Doña S

En Barcelona, a veintisiete de julio de dos mil dieciocho.

Dada cuenta; lo precedente únase y

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO.- Por el Procurador de los Tribunales RRF, actuando en nombre y


representación de ALLC Y AIXECA'T / LEVÁNTATE, se interpuso recurso
contencioso-administrativo para la Protección de los Derechos Fundamentales de la
Persona, contra el GOVERN DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA Y
PRESIDENCIA DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA, sobre la resolución de la vía
de hecho que vulnera los art. 14, 16.1 y 20.1 de la Constitución Española consistentes
en permitir que organismos públicos, entes, entidades, vehículos, así como la
indumentaria de algunos empleados y cargos públicos de la Generalitat de Catalunya
se muestre propaganda contraria a la neutralidad institucional.

SEGUNDO.- De conformidad con lo dispuesto en la Ley 29/1998, se dio oportuno


traslado a las partes así como al Ministerio Fiscal por término de tres días a fin de que
pudieran alegar lo que estimaren oportuno sobre la posible causa de inadmisión del
presente recurso, y pudiesen solicitar, en su caso, la comparecencia a que se refiere
el artículo 117 de la citada Ley.

TERCERO.- Recibido el expediente administrativo, y pudiendo considerarse


inadecuado el presente procedimiento de Protección de los Derechos Fundamentales
de la Persona por la no vulneración por el acto impugnado de las libertades públicas y
derechos fundamentes a que se refiere el artículo 53.2 CE, en virtud de lo dispuesto
en el artículo 117.1 y 117.2 de la Ley 29/1998, de 13 de julio, se acordó convocar a las
partes para una comparecencia que tuvo lugar con el resultado que es de ver en las
actuaciones.

Ha sido Ponente del presente recurso el Ilmo. Sr. Magistrado D. S

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO.- Por la representación de AIXECA´T/LEVÁNTATE ASOCIACIÓN CÍVICA


y Dª. ALLC se interpone recurso contencioso administrativo a través de procedimiento
especial para la protección de los derechos fundamentales contra el Presidente de la
Generalitat de Catalunya, su Vicepresidente y el Gobierno de la Generalitat de
Catalunya, frente a la vía de hecho en que a su juicio incurren al permitir que en
organismos, edificios públicos, entes, entidades y sector público empresarial,
vehículos así como también en la indumentaria de algunos empleados y cargos
públicos de la Generalitat de Catalunya muestren: signos de carácter político como
lazos amarillos, carteles con peticiones de libertad de los presos políticos, fotos de los
políticos en prisión preventiva, reivindicaciones políticas en favor de la república
catalana y en general, propaganda de signo, tendencia y sentimiento
inequívocamente de cariz independentista.

SEGUNDO.- Remitido el expediente administrativo, por el Letrado de la Generalitat de


Catalunya se solicita la inadmisión del recurso por falta de legitimación activa de la
asociación recurrente al amparo de lo establecido en el artículo 51.1.b) de la Ley
Jurisdiccional, alegando en esencia que la auto atribución asociativa de legitimación a
partir de la definición de finalidades genéricas en los estatutos de la asociación no es
admisible a la hora de defender derechos y libertades fundamentales de terceras
personas.

De dicha petición se dio traslado al Ministerio Fiscal quién en su escrito de


alegaciones solicita se desestime la alegación formulada por entender que lo
pretendido por la asociación demandante tiene un interés general y legítimo que
resulta afectado por la actuación administrativa.

Asimismo la asociación recurrente en su escrito de alegaciones solicita la


desestimación de la causa de inadmisibilidad alegada por entender que la
administración le ha reconocido tal legitimidad en vía administrativa y por considerar
que las finalidades establecidas en sus propios estatutos acreditan que esta se creó
precisamente para accionar pretensiones ante los tribunales como la presente,
existiendo un vínculo efectivo entre los objetivos de la asociación y los de la demanda
interpuesta.

En relación a la legitimación activa de las asociaciones, la sentencia del Tribunal


Supremo de fecha 19 de mayo de 2000 exponía ya con claridad:

“Esta Sala ha tenido ocasión de establecer reiterada doctrina sobre la interpretación


que había de darse al mencionado art. 28.a) LJ, en relación con los arts. 7.3 y 11.3
LOPJ, que ha de estar orientada en todo caso por los postulados que derivan del
derecho a la tutela judicial efectiva de derechos e intereses legítimos, en lo que se
refiere a su contenido normal consistente en la obtención de un pronunciamiento
judicial, fundado en derecho, sobre el fondo del proceso, lo que ha supuesto un
entendimiento expansivo del concepto de legitimación que puede resumirse en los
siguientes términos:

a) El más restringido concepto de “interés directo” del art. 28. a) LJ debe ser sustituido
por el más amplio de “interés legítimo”; aunque sigue siendo una exigencia
indeclinable la existencia de un “interés” como base de la legitimación. Como
decíamos en nuestra sentencia de 15 de diciembre de 1993, aludiendo a la doctrina
del Tribunal Constitucional sobre la ampliación del interés tutelable, en cuanto
presupuesto de la legitimación, el mismo Tribunal Constitucional ha precisado que la
expresión “interés legítimo”, utilizada en el art. 24.1 de la Norma Fundamental, aún
cuando sea un concepto diferente y más amplio que el de “interés directo”, ha de
entenderse referida a un interés en sentido propio, cualificado o específico (cfr
sentencia del Tribunal Constitucional 257/1989, de 22 de diciembre), lo que en el
ámbito de esta Sala del Tribunal Supremo ha llevado a insistir que la relación unívoca
entre el sujeto y el objeto de la pretensión (acto impugnado), con la que se define la
legitimación activa, comporta el que su anulación produzca de modo inmediato un
efecto positivo (beneficio) o evitación de un efecto negativo (perjuicio) actual o futuro,
pero cierto (sentencia de este Tribunal Supremo de 1 de octubre de 1990), y
presupone, por tanto, que la resolución administrativa pueda repercutir, directa o
indirectamente, pero de modo efectivo y acreditado, es decir, no meramente
hipotético, potencial y futuro, en la correspondiente esfera jurídica- de quiere alega su
legitimación, y, en todo caso, ha de ser cierto y concreto, sin que baste, por tanto, su
mera invocación abstracta y general o la mera posibilidad de su acaecimiento. (SSTS
de 4 de febrero de 1991, de 17 de marzo y 30 de junio de 1995 y 12 de febrero de
1996, 9 de junio de 1997 y 8 de febrero de 1999, entre otras muchas; SSTC 60/1982,
62/1983, 257/1988 EDJ 1988/573 , 97/1991, 195/1992, 143/1994 y ATC 327/1997).

La vigente Ley Jurisdiccional -art. 19.1.a) -, siguiendo las mencionadas pautas


jurisprudenciales y ya sin distinguir entre impugnación de actos -actuación- y
disposiciones, reconoce legitimación a “las personas físicas o jurídicas que ostenten
un derecho o interés legítimo” y, al propio tiempo, a “las corporaciones, asociaciones,
sindicatos y grupos o entidades a que se refiere el art. 18 -grupos de afectados,
uniones sin personalidad o patrimonios independientes o autónomos al margen de su
integración en las estructuras formales de las personas jurídicas- que resulten
afectados o estén legalmente habilitados para la defensa de los derechos e intereses
legítimos colectivos”.
b) Pese a esta amplitud, el concepto de interés legítimo no puede ser asimilado al de
interés en la legalidad, que haría equiparable la legitimación en el orden jurisdiccional
contencioso- administrativo a la legitimación popular, que sólo en los casos
“expresamente” contemplados en la Ley es admisible, conforme actualmente
determina el art. 19.1.h) de la vigente Ley Jurisdiccional. Al respecto, esta Sala, en
Auto de 21 de noviembre de 1997, declaró la imposibilidad de reconocer ese interés
legitimador cuando resultaba únicamente de una autoatribución estatutaria, por
cuanto aceptar tal posibilidad equivaldría a admitir como legitimada a cualquier
asociación que se constituyera con el objeto de impugnar disposiciones de carácter
general o determinadas clases de actos administrativos.

Resulta necesario traer aquí a colación el requisito de que la ventaja o perjuicio en que
se materialice el interés legitimador sea “concreto”, es decir, que cualquiera que sea
su naturaleza -material o moral-, afecte o haya de afectar de forma necesaria a la
esfera jurídica del sujeto de quien se predique su condición de legitimado. Como
dispone el Tribunal Constitucional en su - Auto núm. 327/1997, de 1º de octubre, FI 1º
es preciso que la anulación pretendida “produzca automáticamente un efecto positivo
(beneficio) o negativo (perjuicio), actual o futuro pero cierto en el recurrente...

c) Es cierto que debe mantenerse un criterio interpretativo de los requisitos de


admisibilidad del recurso contencioso-administrativo acorde al principio “pro actione”,
de manera no formalista y de forma favorable a la producción del efecto perseguido
por el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva de derechos e intereses
legítimos sin indefensión a que responde el art. 24.1 de la Constitución; pero ha de
añadirse que una cosa es que una Asociación, constituida para al defensa de
cualesquiera intereses o para el logro de cualesquiera finalidades no delictivas, sin
más límites que los especificados en el art. 22 de la Constitución, resulte legitimada
plenamente para impugnar actos administrativos cuando esos intereses resulten
afectados o, a juicio del propio ente, deban ser defendidos, tal y como se infiere, con
toda claridad, del art. 19.1 aps a) y b) de la Ley de esta Jurisdicción actualmente en
vigor, y otra bien diferente que tal legitimación se reconozca indiferenciadamente
sobre la base de perseguir fines genéricos de carácter reivindicativos o informativos
respecto de la actuación de las Administraciones públicas o la prestación de los
servicios públicos.

d) Otro de los ejes sobre los que se ha producido la expansión del concepto de la
legitimación activa ha sido la acentuación de la presión de intereses colectivos o de
grupo, como refleja la regulación que hoy hace la Ley de la Jurisdicción 29/1998, de 13
de julio, acogiendo la evolución iniciada por la jurisprudencia del Tribunal Supremo y
continuada por el Tribunal Constitucional. Pero también en este aspecto la ampliación
experimentada tiene sus límites.

Y así resulta en cuanto a los intereses colectivos que su diferencia con los intereses
difusos -reconocidos por el art. 7 de la LOPJ, como aptos también para generar un
título legitimador- se encuentra en que se residencian en los entes, asociaciones o
corporaciones representativas que son depositarias de específicos y determinados
intereses colectivos. A diferencia de éstos, los intereses difusos no tienen depositarios
concretos.
Son intereses generales que en principio afectan a todos los ciudadanos y que, por su
interés prevalente, han obtenido reconocimiento público, plasmado en algún
instrumento jurídico del más variado signo, incluso en normas constitucionales, y que
no debe confundirse con la legitimación que nace excepcionalmente de la acción
popular, que corresponde a cualquier ciudadano y que debe ser reconocida
expresamente por la Ley.”.

Y asimismo la sentencia del Tribunal Supremo, Sala Tercera de fecha 12 de


noviembre de 2008 señalaba:

Pero esa fundamentación no era bastante para apreciar la legitimación del entonces
actor, pues la circunstancia aducida por la sentencia podría justificar que le sea
aplicable el acuerdo, pero no que tuviera un interés legítimo para accionar
jurisdiccionalmente en los términos del art. 19.1.a) de la Ley J .C.A., tal como ese
concepto de interés legítimo ha sido interpretado por la jurisprudencia de este
Tribunal, en el sentido de que para ser considerado interesado legítimo y como tal
legitimado para recurrir por la vía jurisdiccional contencioso-administrativo no solo se
exige acreditar una situación objetiva o personal, o de destinatario de la regulación
sectorial que se aplique, singularizada jurídicamente respecto de la generalidad de los
ciudadanos, sino que también se necesita que la persistencia de la situación factica
creada o que pudiera crear el acto impugnado ocasione un perjuicio, con tal que la
repercusión del mismo no sea lejana, derivada o indirecta, sino resultado inmediato de
la resolución dictada o que se dicte (sometida a la impugnación); sin que baste el mero
interés al mantenimiento de la legalidad (sentencia del TS de 16 de 2002).

Y la del mismo Tribunal de fecha 20 de enero de 2009 exponía:

“ La legitimación activa se atribuye por el artículo 19 de la Ley Jurisdiccional en función


de la titularidad de un derecho o interés legítimo que esté en relación con la pretensión
material que sea objeto del proceso.

Está relación implica, según constante jurisprudencia de esta Sala, que de obtenerse
una sentencia favorable, se produciría a la parte recurrente un beneficio o se le
evitaría un perjuicio, patrimonial, moral, incluso profesional o de vecindad, de
contenido concreto y efectivo.

Aunque esta jurisprudencia siempre ha sido proclive a entender la legitimación en un


sentido favorable a su otorgamiento, no puede, sin embargo, ser interpretada en una
forma tan amplia, que conduzca a reconocer una acción pública en defensa de la
legalidad, fuera de los concretos casos en que la Ley expresamente la admita.

Y mas recientemente la cuestión planteada ha sido resuelta por la sentencia del


Tribunal Supremo, Sala Tercera de fecha 13 de junio de 2014 la cual establece:

En realidad, en el caso que enjuiciamos lo que está en juego es la capacidad de los


entes asociativos para, mediante una auto atribución estatutaria basada en el objeto
social, acceder a la jurisdicción.
El objeto social de la recurrente es el amplísimo y genérico que se describe en el
artículo segundo de sus Estatutos, que se reproduce en una de las partes del
fundamento de derecho cuarto de la sentencia recurrida que antes hemos copiado y
que por eso pondría teóricamente en manos de CONVIVENCIA la legitimación para
accionar frente a cualquier actuación que considerase atentatoria a los derechos y
libertades fundamentales, a las virtudes cívicas, a los valores democráticos o al
principio de igualdad, constituyéndose así en auto garante universal de tan nobles
bases de la convivencia nacional, incluidos casos tan concretos y peculiares como el
que soporta materialmente la pretensión ejercitada en este proceso, cual es la de
combatir, por entenderla discriminatoria, que los profesores de los cuerpos docentes
universitarios de las universidades públicas hayan de acreditar el conocimiento
suficiente del catalán en los concursos de acceso convocados por las universidades
catalanas.

Visto en estos términos, es claro que existe una marco delimitado de personas
directamente concernidas por la disposición, marco susceptible de mayor o menor
ampliación y que serían las que en forma individual o asociativa podrían invocar el
interés determinante de su legitimación activa en cuanto que por su profesión, títulos o
actividad pudieran verse favorecidos o perjudicados por la misma, pero dicho interés
no es predicable de una asociación cuya nobleza de fines se articula en términos
abstractos de defensa de valores y normas fundamentales de la Constitución, en la
que pueden integrarse cualesquiera personas físicas mayores de 18 años y por eso
sin delimitación alguna que permita establecer diferencia entre su objeto y el de la
mera defensa de la legalidad, aunque en este caso lo sea referida a básicos pilares
constitucionales, lo que nos lleva a desestimar el motivo, con la consiguiente
desestimación del recurso de casación.

Así hay que considerar que la genérica legitimación establecida en la Ley


Jurisdiccional a favor de corporaciones, asociaciones, sindicatos, grupos de
afectados, uniones sin personalidad o patrimonios independientes o autónomos no
ampara el puro interés por la legalidad, salvo en los limitados casos del acción popular
lo que no es este el caso.

Una cosa es que una asociación como la aquí actora, constituida para la defensa de
cualesquiera intereses o para el logro de cualquier fines, tal y como se desprende de
la lectura de los mismos en el artículo 2 de sus estatutos aportado como documento nº
1 junto con el escrito de interposición, resulte legitimada plenamente para impugnar
actos administrativos, cuando estos intereses resulten afectados o, a juicio del propio
ente, deban ser defendidos, tal como se infiere, con toda claridad, el artículo 19-1 a) y
b) de la Ley de esta Jurisdicción, y otra bien distinta es que tal legitimación se
reconozca indiferenciadamente base a perseguir actos genéricos, respecto de la
actuación de las administraciones públicas o la prestación de los servicios públicos,
cuando, en este caso, el contenido de la actuación impugnada se refiere
esencialmente a la neutralidad política que debe preservar la administración pública,
ya que así lo imponen los artículos 103 apartados 1 y 3 de la Constitución, ( como así
lo entiende la sentencia de la Sección Quinta de esta misma Sala de fecha 5 de julio
de 2018, recurso de apelación 767/2016 ) extremo este no discutido pero que en todo
caso queda al margen de los que es el ámbito del presente procedimiento, sin que de
la lectura del escrito de interposición se acierte a concretar como ninguna de las
actuaciones descritas incide en los fines de la misma o le afectan de modo alguno, y
sin que pueda alegarse como se pretende que la administración va contra sus propios
actos, puesto que la petición formulada en vía administrativa no fue en ningún
momento objeto de respuesta y no existe acto administrativo alguno que de forma
directa o indirecta le reconozca tal legitimación.

Por lo tanto está claro que se ha de acordar la inadmisión del recurso de acuerdo con
lo establecido en el artículo 51.1.b) de la LJCA por falta de legitimación activa de la
recurrente y por inadecuación del procedimiento.

TERCERO.- Cuestión distinta a la anterior es la que se plantea en relación a Dª. ALLC,


que según consta en el escrito de interposición comparece como recurrente no tan
solo como Presidenta de la asociación también recurrente sino en nombre e interés
propio.

A tales efectos por Providencia de esta misma Sala y Sección de fecha 26 de julio de
2018 se convocó a las partes y al Ministerio Fiscal a la comparecencia prevista en los
apartados 1 y 2 del artículo 117 de la Ley Jurisdiccional para la valorar la posible
inadecuación del procedimiento.

Antes de proseguir, debemos recordar que la jurisprudencia del Tribunal Supremo,


recaída en relación al tema, aún siendo generosa en la tutela judicial efectiva de los
interesados, establece unas exigencias mínimas que los recursos interpuestos por
esta vía especial deben cumplimentar.

Así, por todas, la STS de 15 de octubre de 2010, recuerda que:

"Esta Sala ha hecho aplicación en varias de sus sentencias (la de 6 de junio de 2003,
Casación 8163/1999; y la de 22 de octubre de 2008, Casación 6979/2005, entre otras)
de la doctrina sentada por el Tribunal Constitucional en la STC 31/1984, de 7 de
marzo, relativa a los requisitos formales que han de ser cumplidos para que pueda ser
utilizado el procedimiento especial para la protección jurisdiccional de los derechos
fundamentales de la Persona, y a los poderes de que dispone el correspondiente
órgano jurisdiccional para decidir si la elección de tal procedimiento especial se ha
realizado o no de manera correcta, en aras de evitar "ab initio" una indebida o
fraudulenta utilización de dicho instrumento procesal.

El núcleo de esa doctrina se puede sintetizar en la necesidad de que, ya en el escrito


de interposición del recurso contencioso- administrativo, y a los efectos de una
primera constatación de la viabilidad del cauce procesal especial utilizado, se han de
definir los elementos que permitan comprobar que la pretensión procesal es ejercitada
en relación a actos que se considera infringen el derecho fundamental cuya tutela se
postula a través del proceso.

Y esa exigencia formal habrá de considerarse cumplida cuando la fundamentación de


la pretensión incluya estos elementos: la indicación del derecho fundamental (de uno
o varios) cuya tutela se reclama; la identificación del acto que se considere causante
de la infracción de aquel derecho; y, aunque sea mínimamente, una exposición de las
razones y circunstancias por las que se entiende que el concreto acto que se impugna
tiene virtualidad para lesionar de manera directa uno o varios derechos
fundamentales.

Por lo que hace a este último elemento, debe añadirse que habrá de considerarse que
concurre debidamente cuando el escrito de interposición incluya lo siguiente:

(a) una interpretación sobre el alcance de los concretos derechos fundamentales


invocados que, en principio, no resulte claramente desacertada o abiertamente
contraria a la doctrina jurisprudencial existente sobre ellos; y

(b) una descripción fáctica sobre las concretas circunstancias y datos de hecho que la
parte recurrente haya tomado en consideración para considerar que se ha producido
individualmente para ella la violación de esos singulares derechos fundamentales
cuya protección reclama.

Y debe señalarse, por último, que el examen que a estos efectos ha de realizar el
tribunal habrá de limitarse a constatar si la fundamentación de la pretensión incluye
esos elementos que antes han sido apuntados, pero no deberá prejuzgar su
corrección jurídica ni su certeza, salvo cuando la interpretación jurídica avanzada en el
escrito de interposición sea abiertamente contraria a lo que sea ya una línea
jurisprudencial consolidada o, también, cuando los hechos aducidos sean absurdos o
claramente inverosímiles."

En efecto, es sabido que el procedimiento previsto en los artículos 114 y siguientes de


la Ley reguladora tiene por objeto exclusivamente la tutela preferente y sumaria de los
derechos fundamentales reconocidos en la Constitución a los que se refiere su
artículo 53.2. Los demás derechos e intereses legítimos, ciertamente, son también
objeto de tutela por los Tribunales de lo Contencioso Administrativo pero por los
cauces del procedimiento ordinario. De esta manera, si se sigue el primer camino en
demanda de protección de derechos distintos de los mencionados en el artículo 53.2
del texto fundamental, se impone, tras la comparecencia prevista en el artículo 117.2
de la Ley de la Jurisdicción, la inadmisión. Que es lo que ha sucedido aquí porque, ya
a la vista del escrito de interposición se aprecia, sin lugar a dudas, que lo pretendido
por la recurrente no guarda ninguna relación con los derechos fundamentales que
invocó: el derecho a la libertad ideológica ( artículo 16 CE ), el derecho a la igualdad (
artículo 14 CE ) y el derecho a recibir información veraz ( artículo 20.1 CE ), si no que
guarda relación directa como ya hemos avanzado con la neutralidad política que debe
preservar la administración, recogida en el artículo 103 de la CE pero que queda fuera
del ámbito de protección del presente procedimiento

La actuación administrativa contra la que recurrió podía ser combatida por medio del
recurso contencioso-administrativo ordinario sin limitación de motivos. Pero si se
quería utilizar el de protección de derechos fundamentales era imprescindible ofrecer,
ya en el escrito de interposición, además de la invocación de alguno de ellos, una
mínima explicación sobre su vulneración por la Administración. Aquí no sólo no se ha
ofrecido sino que ha quedado de manifiesto que el relato de hechos se refiere a
actuaciones genéricas llevadas a cabo por la administración , pero sin concretar la
incidencia que los mismo tienen en los derechos fundamentales de la recurrente, por
lo que solo cabe acordar la inadmisión del recurso por inadecuación del
procedimiento.

CUARTO.- De conformidad con lo dispuesto en el artículo 139 LJCA, las costas se


imponen a la parte recurrente.

VISTOS los anteriores fundamentos,

PARTE DISPOSITIVA

LA SALA ACUERDA:

PRIMERO.- DECLARAR la inadmisibilidad del presente recurso contencioso


administrativo por la causa prevista en el artículo 51.1.b) LJCA por falta de
legitimación activa de la recurrente, AIXECA´T / LEVÁNTATE ASOCIACIÓN CÍVICA y
por inadecuación del procedimiento.

SEGUNDO.- DECLARAR la inadmisibilidad del presente recurso contencioso


administrativo por inadecuación del procedimiento respecto de Dª. ALLC.

TERCERO.- Imponer a las partes recurrentes las costas del presente procedimiento.

Notifíquese a las partes esta resolución, haciéndoles saber que contra la misma cabe
interponer recurso de REPOSICIÓN ante esta Sala en el plazo de cinco días
siguientes a su notificación.
Conforme a lo dispuesto en el Reglamento (EU) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de abril de 2016 relativo
a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tramitamiento de datos personales y a la libre circulación de estos
datos, en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, a la que remite el art. 236
bis de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, y en el real Decreto 1720/2007 por el que se aprueba el
Reglamento de desarrollo de la LOPD, hago saber a las partes que sus datos personales han sido incorporados al fichero de
asuntos de esta Oficina judicial, donde se conservarán con carácter confidencial y únicamente para el cumplimiento de la labor
que tiene encomendada y bajo la salvaguarda y la responsabilidad de la misma y en donde serán tratados con la máxima
diligencia.

Así lo acuerdan, mandan y firman los Ilmos. Magistrados de la Sección; doy fe.

DILIGENCIA.- Seguidamente se cumple lo ordenado y paso a notificar a las partes,


haciéndoles saber que para recurrir deberán, en su caso, consignar como depósitola
cantidad de 25 euros en la "Cuenta de Depósitos y Consignaciones" de esta Sección
núm. 0663 0000 85 0416 18, concepto recursos 20-Contencioso-Reposición/Súplica;
doy fe.

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