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AKAL / BÁSICA DE BOLSILLO

Maqueta: RAG
Porcada: Sergio Ramírez

lmmanuel Kant

Pedagogía

Edición de
Mariano Fernández Enguita
l.•edición: 1983
2.• edición: 1991
3.• edición: 2003
© Ediciones Akal, S. A., 2003
Sector Foresta, 1
28760 Tres Cantos
Madrid - España
Tel.: 91 806 19 96
Fax: 91 804 40 28
Traducción
Lorenzo Luzuri aga
ISBN: 84-460-2086-6
José Luis Pascual
Depósito legal: M. 31.601-2003

Impresión:
Fernández Ciudad (Mad rid)

Impreso en España

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libertad quienes reproduz.cansin la preceptiva autorizacióno plagien, en todo o en parte,
-Bkal-
._,11111(,r

una obra literaria, artística o científica,fijadaen cualquiertipo de soporte. ~


CRONO LOGIA

1724. Nace el 22 de abril, en Konisberg -Prusia-, lnnmanuel Kant,


en el seno de una familia numerosa de la pequeña burguesía local.
1734/ 40. Cursa sus primeros estudios en el Collegium Friedricianum,
dirigido por Albert Schultz -pietista, como la familia del
filósofo-. En 1837muere la madre de Kant, Regina Reuter, cuya re-
ligiosidad había marcado profundamente su infancia.
1740. Kant ingresa en la Universidad de Konisberg, siguiendo los cur-
sos de filosofía y ciencias -física y matemáticas-. Su maestro
Knutzen, leibniziano, le influiría decisivamente.
1746. Termina sus estudios universitarios; publica su primera obra,
Reflexiones sobre la verdadera naturaleza de las fuerzas vivas, en la
que intenta conciliar a Descartes y Leibnitz en el campo de las cien-
cias físicas. En este año muere el padre del filósofo.
1747/55. Ejerce funciones de preceptor en diversos lugares de Pru sia
-Jüdschen, Armsdorf y Rautenburg entre otros-.
1755. Obtiene el doctorado en la Universidad de Konisberg con una
tesis titulada Acerca del fuego, y 'publica -anónimamente y dedica-
da a Federico II de Prusia- su primera obra de importancia, la His-
toria natural y teorfa general del cielo, adelantándo se a Laplace en su
teoría del origen del universo -estado nebuloso de la materia prime-
ra, del que deriva todo el sistema gravitacional mediante las dos fuer-
zas de atracción y repulsión-; esta tesis mecanicista se inspira en la
mecánica newtoniana. En otoño de este año es habilitado para la do-
cencia con su Nueva dilucidación de los primeros principios del co-
nocimiento metafísico.
1756/70. Ejerce durante todo este período como Privat-dozent en
Konisberg, manteniendo cursos libres de enseñanza, siendo directa-
mente retribuido por sus alumnos. En 1756 le niegan la cátedra que
deja libre su antiguo maestro Knutzen; en 1758 tampoco le conceden
la cátedra de Lógica y Metafísica a la que había optado; en 1763Te 1788. Es reelegido Rector de la Universidad y publica otra de sus
ofrecen una cátedra de Poesía, pero Kant la rechaza por no conside• obras fundamentales, la Crítica de la razón práctica, en la que expo-
rarse capacitado para impartir la enseñanza de esta materia; en 1766 ne una nueva metafísica dogmática, fundándose en el -para él-
obtiene una plaza de bibliotecario del palacio y por fin, en 1770, ob- hecho absoluto de la ley moral. En el Deutsche Merkur de Wieland
tiene la cátedra de Lógica y Metafísica, coqienzando sus cursos el 20 aparece su colaboración titulada Sobre el uso de los principios teoló-
de agosto. gicos en filosofía.
1756. Publica su Monadologfa física. 1790. Edita su Crítica del juicio, en la que se plantea, en sus aspectos
1763. Ve la luz su Ensayo para introducir en la filosoffa el concepto estéticos y teleológicos, la facultad de Juzgar.
de cantidades negativas, y publica la obra titulada El único funda- 1792. Es nombrado Decano de su Facultad, así como Presidente de la
mento posible de una demostración de la existencia de Dios. Kant ha Academia de Berlín.
recibido ya la influencia de los empiristas ingleses Hume y Locke, así 1794. Publica su libro La religión en los límites de la simple razó~,
como de J. J. Rousseau, autores que estudia a partir de 1760, unien- única de sus publicaciones que le acarreará proble~as con las aut~n -
do su influjo al anterior de Descartes, Leibnitz y Newton. Va aban- dades. Kant es amonestado por el gobierno prusiano, que le exige
donando el racionalismo dogmático y distinguiendo cada vez más una justificación.' Abandona entonces el estudio de 18: teología ra-
entre el plano lógico y el plano de la existencia, lo que repercute en cional. La Academia de San Petersburgo le nombra miembro de su
todas sus concepciones.
corporación. _ .
1764. Publica Lo bello y lo sublime, ensayo de estética y moral. 1795. Publica su Proyecto para una paz perpetua , pequeno e intere-
1766. En Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la sante panfleto pacifista. Kant abandona la docencia privada , que
metaffsica, profundiza y continúa la dirección antes apuntada. hasta entonces había desarrollado.
1770. Abre su curso como catedrático con un escrito titulado Sobre la 1796. Kant abandona por completo su actividad docente.
forma y los principios del mundo sensible e inteligible -más tarde 1797. Publica su obra Metafísica de las costumbres, en la que profun-
conocido como Disertación de 1770--. Esta Disertación se considera diza sobre los principios metafísicos de la moral y de la ley. .
como la frontera entre el período precrítico del joven Kant y el llama- 1798. Escribe sus cartas Sobre la industria del libro. Pubh ca su
do período crftico, en el que edita sus grandes obras de madurez. Es- Antropología considerada desde el punto de vista pragmáti co. Es
tablece entonces la idealidad de los conceptos de espacio y tiempo, de nombrado miembro de la Academia de Viena.
forma definitiva. /
1800. Publica su Lógica.
1772. Renuncia a su plaza de bibliotecario. 1803. Aparece la Pedagogía, según apuntes tomados por Rink en las
1776. Publica sus dos artículos sobre El instituto filantrópico de Des- clases de Kant, edición autorizada por el filósofo.
sau, en los que expone su proyecto pedagógico. 1804. Muere en Kónisberg el 12 de febrero.
1780. Entra a formar parte del Senado Universitario.
1781. Publica la Crítica de la razón pura en la que trata de dar solu-
ción sistemática aJ problema del conoc.imiento, limitando la razón al
uso científico o experimental.
1783. Publica sus Prolegómenos a toda metafísica futura que haya de
presentarse como ciencia.
1785. Aparece su Crítica de la obra de Herder titulada Ideas sobre la
filosofía de la historia de la humanidad. -Herder había sido
discípulo suyo, en KOnisberg-. Publica en la Berlinische Monát~s-
chrift sus colaboraciones tituladas Los volcanes de la Luna, De la 1le•
gitimidad de la imitación de los libros, y Definición del concepto de
la raza humana. Edita finalmente su Fundamentación de la
metafísica de las costumbres, en la que su obra gira ya en torno al es-
tablecimiento y concrección del deber moral.
1786. Ingresa en la Academia de Berlín, y es nombrado Rector de la
Universidad de KOnisberg. Publica sus Primeros principios
metafísicos de la ciencia de la naturaleza.
PROLOGO

Está fuera de duda que Kant no fue un pedagogo, y, sin


embargo, su influencia en la pedagogía ha sido inmensa. Si
entre sus obras figura la que hoy se publica, la Pedagogía,
puede decirse que ha ocurrido malgré lui. En la universi-
dad de Konigsberg, en la que fue profesor ordinario desde
1.770, Kant, como el resto del claustro profesoraL_ debió
impartir por turno las clases de pedagogía, materia que se
consideraba complementaria hasta el punto de no contar
con profesor específico. De estas lecciones, recogidas en
apuntes por su alumno Friedrich Theodor Rink y publica-
das en 1.803 con la autorización del maestro, nació la
Pedagogía . Los apéndices que añadimos son textos meno-
res: dos artículos sobre el Instituto Filantrópico de Dessau
dirigido por Basedow, publicados en 1.776, y otros dos
fragmentos pedagógicos.
Su influencia en la pedagogía posterior cuenta con una
motivación general y dos motivos particulares. En primer
lugar, hay que contar con la influencia general de la
filosofía crítica kantiana, que va mucho más allá del círculo
de personas que pudieron leer y entender sus obras. Por un
lado , en cuanto que su filosofía expresa el sentir de la
sociedad culta de su época, especialmente preocupada por
salvar las ideas de la libertad, la existencia de Dios y del
alma, etc., en un momento en que el empirismo inglés y el

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materialismo francés parecían avasallarlo todo y la metafí- Discursos a la nación alemana, quien se creía a sí mismo el
sica alemana semejaba haber agotado su capacidad de mejor y más fiel continuador de Kant -aunque éste no
respuesta. En la medida en que estos problemas han creyera lo mismo sobre el discípulo- vio siempre en
permanecido irresueltos prácticamente, el kantismo ha Pestalozzi la mejor traducción del maestro al terreno de la
podido renacer una vez tras otra sobreviviendo ·con mu cho educación.
al filósofo de Konigsberg. Por otro lado, hay que pensar Los dos motivos especiales que han abonado la influen-
que Kant tuvo una influencia capital en la sociedad cia kantiana en la educación son su fundam entación de la
alemana, es decir, que su obra, hermética en sí misma moral y su rechazo de, al menos, cierta forma de enseñanza
-aunque no tanto como se pretende, o al menos no la que de la religión. Lo primero, porque de la moral kantiana hay
forma parte de la línea abierta por la Crítica de la razón que decir, sin que ello suponga menospr ecio de su aparato
práctica-, fue vulgarizada por multitud de autores y apli- filosófico, que se adapta como un guante a las inquietudes
cada a esferas a las que el maestro no se había siquiera éticas del buen burgués. En cuanto a lo segundo, buena
asomado. parte de los reformadores y educadores del siglo XIX
Con una clarividencia poco habitual en él, Ortega creyeron encontrar en Kant la mejor defensa de la necesi-
y Gasset escribiría algo en lo que no se le puede dejar de dar dad de una escuela laica -religiosamente neutral- que
la razón: «En la obra de Kant están contenidos los secretos permitiera la educación conjunta de niños pertenecientes
decisivos de la época moderna, sus virtudes y limitaciones o destinados a credos distintos; inquietud bastante menos
( ...) _Con gran esfuerzo me he evadido de la prisión sentida, por cierto, en la España católica, apostólica y ro-
kantiana y he escapado a su influjo atmosférico. No han mana que en los pluriconfesionales países del centro de
podido hacer lo mismo los que en su hora no siguieron Europa .
largo tiempo su escuela. El mundo intelectual está lleno de
gentileshombres burgueses que son kantianos sin saberlo,
kantianos a destiempo, que no lograrán nunca dejar de II
serlo porque no lo fueron antes a conciencia. Estos
kantianos irremediables constituyen hoy la mayor rémora La moral kantiana tiene su fundamento último en la
para el progreso de la vida y son los únicos reaccionarios teoría del conocimiento, en la Crítica de la razón pura.
que verdaderamente estorban .»1 Kant fue un testigo descontento de la arremetida contra la
Uno de los mejores ejemplos que pueda hallarse de metafísica que comienza con Locke y terminaba, por
«kantiano sin saberlo», de kantiano espontáneo, es el de entonces con Hume. <<Parececasi digno de risa», escribe,
Pestalozzi, que con Leonardo y Gertrudis, Cómo Gertru- «que, mientras todas las ciencias progresan incesantemen-
dis educa a sus hijos, Mis investigaciones sobre el curso de la te, la que se tiene por la sabiduría misma, cuyo oráculo
naturaleza en el desarrollo del género humano y con sus todos los hombres consultan, dé vueltas siempre en la
escuelas de Burgdorf e Yverdon, marcó el futuro de la misma dirección, sin poder avanzar un paso.» 1 El proble-
educación y la pedagogía alemanas. Fichte, quien también ma que él se plantea es cómo hacer posible la metafísica
tuvo una influencia considerable en la materia con sus como ciencia, y a esta cuestión pretende responder toda su
1.. J. Ortcp_ y Gasset, Kant, reflexumes de centenario,en Tríptico,pp. 65-66, Espasa Calpc, 1. I. Kant, Proleg6menos a toda metafísicafutura que pueda presentarsecomociencia,p. 21,
Madrid, 9• cd1c16n,1.972. Porrúa, México, 1.978.

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obra del periodo crítico (desde 1.769, desde la disertación ellos) o bien otras cosas posibles que no son objet? de
De mundi sensibilis atque intelligibilis forma et p.rincipii, nuestros sentidos poniéndolas frente a ellos; como ob¡etos
hasta su muerte, periodo al que pertenecen las tres Críticas, pensados por el entendimiento; y los llamados entes
los Prolegómenos a toda metafísica futura que quiera inteligibles (noumena).» 1 ,
presentarse como ciencia, los Fundamentos de la metafísica La ciencia y el conocimiento muestran que todo feno-
de las costumbres, La religión dentro de los límites de la meno tiene y se debe a una causa. En e! camp.o de la
mera razón, la Metafísica de las costumbres, Por la paz experiencia, la causalidad i~pera y ~aceros1ble la libertad.
perpetua, sus escritos sobre el derecho, etc., y, en fin, la Pero la categoría de causalidad, al 1gua que sol~mente es
Pedagogía). posible gracias a la experiencia, sólo a ella es aplicable. El
No es preciso recorrer aquí todo el proceso analítico hecho de que la causalidad impere entre los fenóm_enos no
kantiano. Con Hume, acepta que el conocimiento no implica que también haya de hacerlo entre los noumei:ios,
puede ir más allá de los límites impuestos por la experien- las cosas en sí. Los fenómenos tienen causa, son determina-
cia, pero, a diferencia de aquél, hace girar la experiencia en dos. Los noúmenos no la tienen, son libres. Los primeros
torno al entendimiento en vez de al contrario, en base a lo integran el mundo sensible, sometido a la causalidad. Los
que denomina elementos a priori de la sensibilidad y del segundos forman el mundo inteligible, reino de la libertad.
entendimiento. «Por medio de la sensibilidad nos son Nótese que Kant no pretende haber _dem.o~trado la
dados objetos y ella sola nos proporciona intuiciones; por existencia de los noúmenos, el mundo mtehg1ble o la
medio del entendimiento, empero, son ellos pensados y en libertad. Se limita a mostrar su posibilidad y señalar su
él se originan conceptos.»' El conocimiento, repetimos, no conveniencia. Si los fenómenos fueran las cosas en sí, o si
puede ir más allá de los límites que le marca la experiencia. las cosas en sí estuvieran sometidas a las mismas relaciones
Ahora bien, si prescindimos de las intuiciones sensibles no de causalidad que los fenómenos, no habría lugar para la
por ello desaparece el objeto de nuestro conocimiento; libertad. Si ambos mundos estuvieran desconectados, la
queda siempre su sustancia, porque, si el entendimiento libertad sería algo etéreo e inútil. Si la libertad desaparece,
solamente proporciona por sí mismo formas de la intui- la moral se derrumba, por no hablar ya de la r~li_g_ión, o al
ción o conceptos, éstos no pueden crear por sí el objeto, menos de la religión cristiana . La incognosc1b1h~ad del
sino 9ue _la existencia del objeto es presupuesto de la noúmeno de la cosa en sí, es la única forma posible de
expenenc1a. conciliar Ía libertad con una concepción de la causalidad
Llegamos así a la distinción entre fenómenos y noúme- tributaria del materialismo francés. Kant no tiene empacho
nos, entre mundo sensible y mundo inteligible. El concep- en argumentar en favor de su antinomia « un cierto interés
to de noúmeno va implícito en el de fenómeno. «Cua ndo práctico, en que toma parte con gran placer todo hombre
a ciertos objetos, como fenómenos, les damos el nombre sensato que comprende su verdadero interés. Que el
de entes sensibles (phaenomena) distinguiendo entre nues- mundo tenga un comienzo, qu~ ~i yo p~nsante s~a de una
tro modo de intuirlos y su constitución en sí mismos, ya en naturaleza simple, y, por cons1gu1ente, mcorrupt1?le, que
nuestro concepto va implícito el colocar, por decirlo así, sea al mismo tiempo libre en sus acciones voluntanas, aun
frente a ellos, o bien esos mismos objetos refiriéndonos a sujeto a la naturaleza, y que en consecuencia el orden total
su constitución en sí mismos (aunque ésta no la intuímos en de las cosas que constituye el mundo derive de un ser
l. l. Kant, Criticad~ la razón pura, p. 41, Porrúa, Méx.ico, 1.977.
1. Ibfd., pp. 148-149.

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primero a que todo sujete su unidad y su enlace, en vista de La libertad kantiana queda así fundada en la distinción
los fines; he aquí otras tantas piedras angulares de la moral entre mundo sensible y mundo inteligible, el segundo de
y de la religión. La antítesis, al menos, levanta o semeja los cuales puede ser pensado, pero no conocido. Jacobi ya
levantar estos firmes cimientos.» 1 apuntó que sin la cosa en sí no se podía entrar en el sistema
A partir de aquí, cada cosa debe ser considerada en sí kantiano, pero que con la cosa en sí era imposibl e perma-
y como fenómeno: «entonces tendríamos en un objeto del necer en él. Engels se limitó a comentar lacónicamente que
mundo sensible primero un carácter empírico por el cual the proof o/ the pudding ú in the eating. Plejanov, sin
sus actos como fenómenos estarían absolutamente encade- esforzarse demasiado, fue algo más explícito: «¿Qué es un
nados con otros fenómenos, siguiendo las leyes constantes fenómeno? Es un estado de nuestra conciencia (Bewust-
de la naturaleza ... Es preciso atribuírle después un carácter sein) producido por la acción sobre nosotros de las cosas en
inteligible, por el cual sería la causa de sus actos, como sí. Así lo dice Kant. De esta definición del fenómeno se
fenómenos, aunque él mismo no estaría sometido a las sigue que prever un fenómeno es prever la acción sobre
condiciones de la sensibilidad y no sería un fenómeno. Se nosotros de la cosa en sí. ¿Podemos prever ciertos fenóme-
puede también nombrar al primero: el carácter de esta cosa nos? ¡Ciertamente! Nuestra ciencia y nuestra tecnología lo
en el fenómeno, y al segundo, el carácter de la cosa en sí.»2 garantizan. Eso significa, por consiguiente, que prevemos
Lo mismo reza con respecto a las personas: «Según el la acción sobre nosotros de la citada cosa. Pero si podemos
carácter empírico, el sujeto estará, pues, como fenómeno, prever su acción, conocemos al menos algunas de sus
sometido a todas las leyes de la determinación operada por propiedades. Y desde el momento en que conocemos
el enlace causal, y no sería a este título sino una parte del algunas de sus propiedades, no tenemos derecho a califi-
mundo sensible, cuyos efectos, como otro fenómeno, se carla de incognoscible. Este «sofisma» de Kant cae derri-
derivan inevitablemente de la naturaleza (... ) Según su bado por la lógica de su propia doctrina. He aquí lo
carácter inteligible, al contrario (aunque de la verdad que quería decir Engels con su budin.» 1 Althusser tam-
nosotros no podemos tener sino el concepto general), el bién ha dedicado algunas páginas al «argumento gastro-
mismo sujeto debía, sin embargo, ser libertado de toda nómico».
influencia de la sensibilidad y de toda determinación por «Si la libertad ha de ser una propiedad de cierta causa de
los fenómenos, y puesto que no ocurre nada en él en tanto los fenómenos», escribe Kant, «debe ser, en relación
que es noúmeno ... este ser activo sería, en sus acciones, a estos últimos como hechos, un poder de empezarlos por
independiente y libre de toda necesidad natural, como la sí misma (sponte), esto es, sin que la causalidad de la causa
que se encuentra únicamente en el mundo sensible.» 3 Para misma. necesite empezar, y, por consiguiente, sin que sea
terminar, Kant aplaude su propio artilugio: «Así libertad necesario algún otro fundamento que determine su co-
y naturaleza, cada una en su sentido perfecto, se encontra- mienzo.»2 Hay «en nuestra voluntad una causalidad capaz
rían juntas y sin conflictos de ninguna especie, en las de producir, independientemente de estas causas naturales
mismas acciones, según que se les aproximara a su causa (y a pesar de su poder y su influencia), alguna cosa
inteligible o a su causa sensible.» 4 determinada en el orden del tiempo, según las leyes
1. Ibíd., p. 221. empíricas, es decir, capaz de comenzar una serie de
2. Ibíd., p. 249.
3. Loe, cit. 1. G . Plejanov, O,uvres Philosophiqu es, vol. II, p. 429, Progreso, Moscú, s/ f.
4. Loe . cit. 2. Proleg6"!enos ... , cit., p. 84.

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acontecimientos completamente por sí misma.»' El noú- c_onstitutivo~sino simplemente como un principio regula-
meno -o, a lo que nos interesa, el hombre como parte del tivo y negativo de la razón especulativa».'
mundo inteligible- comienza una serie de fenómenos
sometidos a la ley de la necesidad natural; pero la causa,
y su causalidad, no lo están. III
Probablemente lo más parecido que se puede encontrar
a esto en la historia de la filosofía sea el mito platónico de Si la li~ert~1 del hombre ~o.nsiste en no estar sujeto
Er. Muerto Er en la batalla, abandonado su cadáver a determmacion alguna provmiente del mundo sensible
durante diez días y encontrándose al doceavo sobre la pira }como parte del mun_do inteligibl ~), habrá pues de mani-
mortuoria, vuelve a la vida y refiere a los presentes lo que ~sta:se ~n su capacidad para orientar su conducta sin
su alma ha visto durante esos doce días. Llevado junto con n~~n tipo de dependencia fenoménica. Esto es lo que
otras ante las tres Parcas, se les dio la oportunidad de distmgue a los seres racionales de los que no lo son: la
elegir, para una nueva vida, entre un haz de destinos vol~nt~d, «una facultad de no elegir más que lo que Ja
arrojados a sus pies. Pueden elegir el que quieran, pero una ra~o~, mdependient emente de la inclinación conoce como
vez elegido habrán de cumplirlo. Tras la elección son pract~camente ~ecesario, es decir, bueno.» 2
llevadas a la llanura del Leteo (olvido), donde beben las Existen dos tipos de normas. Las subordinadas a un fin
aguas del río, pierden la memoria de todo lo visto y son que puede _ser_ la felicidad, el_bienest~r, etc._,a las que pued~
dispersadas hacia los lugares en que deben renacer. Antes llamarse tecmcas: so.~ los imperativos hipotético s. Y la
de permitirles elegir destino, Laquesis les ha adverti- {jue, al orden~r la accion, no ~one como con_diciónningún
do: «Cada cual es responsable de su elección, porque ~n a conseiriir, que no se refiere a la materia de la acción
Dios es inocente.» 2 Tanto Platón como Kant compren- sm~ a su án!mo: éste _es_el imper':'tivo categórico. «Si pienso
den que la absolución de los dioses o de cualquier ins- un imperat1v~ catego~1co,ya se al punto lo que contiene.
tancia supraindividual (por ejemplo, las leyes de la ma- Pues como ~1imperativo, aparte de la ley, no contiene más
teria o la sociedad) exige la responsabilización del indi- que la necesidad de la má:eima ~e conformarse con esa ley,
viduo. ~ la_ley,empero, no contiene nmguna condi ción a que esté
El que esta libertad esté o no determinada desde otras limitada, no queda, pues, nada más que la univer salidad de
alturas es un problema que no interesa a Kant: lo que una le}:en general, a la que ha de conformarse la máxima de
importa es que no lo está desde éstas. La razón pura no la accion, y esa confor~ idad es lo único que el imp erativo
puede demostrar la existencia de la libertad, pero tampoco representa como propiamente necesario.»
puede refutarla, y con eso es suficiente. «El concepto de . «El imper~tivo c;ttegórico, e_s,pues, único, y es como
libertad es un puro concepto de razón (... ), del cual no si~ue: okra solo segun una maxima tal que puedas querer al
puede ofrecerse ningún ejemplo adecuado en ninguna mismo ~tempo que se torne ley universal. »3 « Obra como si
experiencia posible, que no representa, por tanto, ningún la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad ,
objeto de un conocimiento teórico posible para nosotros,
y que no puede ser considerado como un principio 1.. l. Kant, Intr oducción a la teoría dt l dt rtcho, p. 59, Instituto de Estudios Políticos,
Mad rid, 1.954. ·
1. Crítica de la raz6n pura, cit., p. 247, , 2 . l. Kant, F11
ndammtadón de la mtt afisica de las co1tu mbrts, p. 34 , Po rrúa, México, 1.977.
3. lbíd., p. 39.
2. Platón, L,, Repúbliu, pp. 297-303, Espua -Calpe, Madrid , 13• edición , 1.979,

14 15
ley universal de la naturaleza.» 1 « Obra de tal modo que siendo lo primero (la legalidad) posible, aun cuando sólo
uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la las inclinaciones hubiesen sido los fundamentos de deter-
persona de cualquier otro, siempre com~ un fin al mism_o minación de la voluntad; lo segundo, empero (la morali-
tiempo y nunca solamente como un medio.» 2 « Obra se~un dad), el valor moral tiene que ser puesto exclusivamente
máximas que puedan al mismo tiempo tenerse por ob¡eto en que la acción ocurra por el deber, es decir, sólo por la
a sí mismas, como leyes naturales universales.»3 «Obra con ley. »1
respecto a todo ser racional - a sí mismo y a los demás - de Este actuar conforme a y por el deber, es para Kant
tal modo que en tu máxima valga al mismo tiempo como sinónimo de libertad y autonomía. De libertad porque, al
fin en sí.»• «Obra según una máxima que contenga en sí al igual que ésta era para la razón pura independenci a
mismo tiempo su validez universal para todo ser racio- respecto de la causalidad que reina en la experiencia, en el
nal.»5 «Obra como si tu máxima debiera servir al mismo mundo sensible, es para la razón práctica independencia de
tiempo de ley universal -de todos los seres racionales.» 6 las inclinaciones sensibles. Y, por la misma razón, autono-
«Obra por máximas de un miembro legislador universal en mía de la voluntad respecto de toda determinación sensi-
un posible reino de los fines.» 7 El contenido de la moral ble, por oposición a la heteronomía consiste en la depen-
kantiana es siempre el mismo: ninguno -de momento. dencia de lo fenoménico.
La acción moral es la que está presidida por una máxima Nada podía convenir más a los problemas de conciencia
acorde con la ley moral. No basta con a~tuar d~ acue~~o del pequeño y el gran burgués. ¿Qué es el imperativo
con la ley; hay que actuar así por la ley misma. S1la acc1on categórico sino la posibilidad de poder actuar de acuerdo
del hombre es conforme a la ley moral (ley práctica, con una moral abstracta sin tener que entrar a discurrir ni
imperativo categórico) porque la máxima que la inspira lo a discutir sobre ningún aspecto concreto de la moral, sobre
es entonces la acción es moral, cae dentro de la moralidad. ninguna moral concreta? ¿Qué es la autonomía de juicio
S¡'es conforme a la ley moral pero no por la ley moral en sí kantiana sino la traducción al plano filosófico-moral de la
misma, sino determinada por otras causas, entonces la supuesta autonomía económica y social del poseedor de
acción es legal, cae dentro de la legalidad. Legalidad mercancías? ¿Qué otra cosa es la consideración de cada
y moralidad son cosas distintas: la moralidad incluye la hombre como legislador moral sino la versión al terreno de
legalidad, pero no así en sentido inverso. «El concepto del la ética del modo en que el burgués se representa a sí mismo
deber exige, pues, a la acción objetivamente, la concordan- las relaciones mercantiles y _lademocracia política, en las
cia con la ley, pero a la máxima de la acción, subjetivamen- que cada sujeto es «soberano >>?No hay nada de extraño en
te, el respeto hacia la ley, como el único modo de la naturaleza de los ejemplos que Kant escoge para explicar
determinación de la voluntad por la ley. Y en esto descansa su moral: que el dinero debido debe ser devuelto y no
la diferencia entre la conciencia de haber obrado conforme entregado al necesitado que se nos cruza por el camino,
al deber y por deber, es decir, por respeto hacia la ley, que el depósito indemostrable debe ser declarado, que el
t. Ibíd., p. 40. contrato tiene fuerza de ley entre las partes (pacta sunt
2.
3.
Ibíd., pp. 44-4S.
lbíd., p. 50.
servanda), etc. Como tampoco en que el derecho positivo
4. Loe. cit. entre de nuevo por la puerta de atrás: «Lo propio de la
5. Loe. cit.
6. -Loe. cit.
7. Ib¡d., p.51. l. I. Kant, Critica dt la razón práaica, pp. 147-148, Porrúa, México, t.9n.

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legislación ética es, en efecto, realizar acciones sólo porque egoístas debe necesariamente encontrar, todo s los talento s
son obligatorias, convirtiendo en motivo referente del permanecerían eternamente encerrados en sus gérmen ~s
arbitrio el principio de la obligación, sea cu~l s~a la en una vida pastoral arcádica de perf ecta armonía , fru ga_h -
procedencia de ésta. Hay, por eso, muchas obliga ciones dad, amor recíproco: los hombres, buenos com? las º :"eJaS
éticas directas, pero la legislación interna convierte tam- a las que llevan al matadero, no darían a su existencia un
bién todas las demás en obligaciones éticas indirectas.» 1 En valor mayor que el que tiene éste su animal doméstico; no
general, «el convertir en máxima para mí el obrar de satisfarían el voto de la creación respecto a su fin de seres
acuerdo con el derecho es una exigencia que la ética me racionales. ¡Dense pues gracias a la natural eza po r la
formula ».2 intratabilidad que genera, por la envidiosa emulación d~ la
Sin duda es una forma grosera de crítica, y quizás no sea vanidad, por la codicia nunca satisfecha de posesión
esto lo que se espera leer en la presentación de un libro, o incluso de dominio! Sin éstas , todas las excelent es
pero conviene no olvidar que excelsos epigramas como «el disposiciones naturales puestas den~ro d~ la humanid ad
cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí », o «¡Deber! permanecerían eternamente adormecidas sm desarrollar se.
Nombre sublime y grande», etc., ni siquiera la cons~ante El hombre quiere la concordia, pero la ~aturalez~ sabe
insistencia en que la moralidad deriva del carácter racional mejor que él lo que es bue _no pa~a.su e_spec1e: ella qui ere la
del hombre, que es característica de todo ser racional, lo discordia. El hombre quiere vivir comoda y agradabl e-
que hizo a Schopenhauer ironizar sobre las relaciones de mente, pero la naturaleza quiere que, salido del estad<;>de
Kant con los ángeles y a los kantianos ver la profecía de la pereza y satisfacción inact_iva, afronte dol?re s y fatigas
existencia de vida racional en otros mundos; nada de esto, para que tenga todavía que i~~entar los ~edio s por los qu e
decimos, debe hacer olvidar la firme convicción kantiana liberarse de ellas con su habilidad. Lo s impul sos natural es
de que ni las mujeres ni los criados debían tener derecho ~l que lo estimulan a eso, las fuentes de la insociabilidad y ~e
voto en la república, ni su identificación de la democracia la rivalidad general, son causas de muchos males, ·pero sm
con el despotismo, ni su sumisión al rey de Prusia , ni su embargo éstos empujan a una nueva tensión de esfuer zos,
poco disimulado racismo, reflejado en esta observación: a un mayor desarrollo de las dispo siciones natural es, lo
«para ahorrar palabras, baste decir que el mozo era negro que revela el orden de un sabio Creador Y:no la mano de un
de los pies a la cabeza; clara señal de que lo que decía era espíritu maligno que haya dañado o arrumado por celos la
una simpleza». 3 obra magnífica del universo. »' Es ~ifícil evitar q~e la
Una muestra más, la última en que nos detendremos, del lectura del párrafo anterior nos traiga a la memoria la
estrecho acuerdo de Kant con el «espíritu de la época», nos «mano invisible» de Adam Smith, que conducía a cada cual
la ofrece su descripción de lo saludable que resulta esa a «promover un fin que no entraba en su propó sito ».
bellum omnium contra omnes que es la sociedad burguesa
como motor de la historia social: «Sin la condición, en sí
ciertamente no deseable, de la insociabilidad, de la que IV
surge la resistencia que cada uno en sus pretensiones Hay otro leit motiv en la obra kantiana que mere ce ser
l. /ntrod,.cci6nII L,. ttoria dd dtrtcho, cit., p. SS. tomado en con sideración cuando se tiene la vista puesta en
2 . lbíd., p. 81. ¡ bl ' 6 p · t. I, K ant , Idea de un11historia "niflers11/ d~s! e el p unto de vista cos'!"opoli
t~,en Scríttipol!"ticí
3. I. Kan t, Obseni11cio nes sobre el sentimiento de lo bello y o s" ,me, p. 1 4, orr ua,
Mlxico, 1.978 .
t difi/ oso/(11della storiae del diritto, p. 128; cd1c16n a cargo de N . Bobb10, L. Firpoy V. Mach,cu,
Uni o nc Tip ogrlfi co-Editricc Torinese, 1.956.

18 19
la educación. Se trata de la intensa creencia en una cierta hombres se comporten cada vez mejor». 1 El progreso que
forma de progreso o, para decirlo con sus propias palabras, Kant quiere, por otra parte, es un progreso de la humani-
en el «progreso del género humano hacia lo mejor». Se dad, pero no de todos los hombres: «en el hombre, que es
puede decir que Kant hereda esta idea del que fuera su la única criatura racional de la tierra, las disposiciones
maestro, el racionalista Wolff -al que sigue en el primer naturales, dirigidas hacia el uso de su raz ón, tienen su
periodo de su filosofía-, en el centro de cuyo sistema está desarrollo completo sólo en la especie, no en el indivi-
la «perfectibilidad » del hombre. duo».2 No es el individuo, mortal, sino la especie, inmor-
Es curiosa la actitud del filósofo de Konigsberg ante la tal, quien ha de alcanzar el final de esta serie constante
revolución francesa. Hombre moderado y amante del hacia lo mejor (alcanzar, por otra parte, solamente en el
orden como era, tras depositar inicialmente en ella la sentido en que la suma infinita de partes infinitesimales
esperanza de ver realizada su particular versión de la tiene por resultado un número finito, vale decir acercarse).
república de la igualdad y la libertad, pronto se sintió La clave de este progreso es una vez más la «insoci abili-
alejado de sus objetivos y, sobre todo, de sus métodos, del dad» humana -o, como dice Colletti, la «insociable
terror. Reza el anecdotario que Kant, cuya vida seguía una sociabilidad»-: «La condición formal bajo la cual tan sólo
regularidad tan pasmosa que servía a los burgueses de puede la naturaleza alcanzar su última intención es aquella
Konigsberg para poner el reloj en hora, sólo una vez dejó constitución de las relaciones de los hombres unos con
de hacer sus visitas cotidianas, cuando se enfrascó en la otros, que permite oponer en un todo, llamado sociedad
lectura del Emilio, y sólo una vez se desvió del itinerario civil [en alemán: bürgerliches Gesellschaft,sociedad bur-
habitual en su paseo vespertino: para recibir anticipada- guesa, M. F. E.], una fuerza legal a los abusos de la libertad,
mente la prensa francesa que traía noticias de la revolu- que están en recíproco antagonismo, pues sólo en esa
ción. Lo importante para él, sin embargo, no era tanto constitución puede darse el más alto desarrollo de las
la revolución misma como las expectativas que desper- disposiciones naturales. » 3
taba y el calor y la atención con que era seguida, indicios
de .esa tendencia de la humanidad a progresar hacia lo
me1or. V
Para Kant, el hombre es lo que la educación hace de él.
En esa perspectiva de progreso, por consiguiente, la Hemos aludido, en fin, al valor atribuído a Kant por los
educación juega un papel primordial. «Arrebata imagi- defensores de cierta idea de escuela laica. Es una necesidad
nar», escribe en la Pecfagogía-o hace escribir a Rink-, de la moral kantiana que sea formulado el postulado de la
«que la naturaleza humana se desarrolle cada vez mejor libertad, pues sin ésta no es posible moralidad alguna. No
mediante la educación y que ésta pueda adquirir una forma lo son tanto los postulados de la existencia de Dios y la
adecuada para la humanidad. Esto nos abre la perspectiva inmortalidad del alma, que probablemente responden,
de un futuro género humano más feliz.» 1 paradójicamente, a necesidades más prosaicas. Pero, ci-
Pero el progreso que embelesa a Kant no ·es un progreso ñéndonos a nuestro autor, Dios aparece de nuevo como la
•material ni intelectual, sino, naturalmente, moral: «que los J. I. Kant, ¿En qué comiste el progresode la humanidad hacia lo mejor?,en Scrittipolitici...,
cit., p. 231.
l. I. Kant, Pidagogik, en Kants Werke, vol. IX, p. 444; edición en curso de la Academia de·· 2. Idea de una historia universal... , cit., p. 125.
Berlín, Waltcr de Gruyter, West Berlín, 1.968. 3. l. Kant, Critica del juicio, p . 363, Porrúa, México, 1.978.

20 21
voluntad humana, no necesita ni debe ser reforzada con la
condición que permite que el hombre asuma como deber idea de un ser supremo (aunque esto paree~ es~ar en
lo que debe llevarle a la perfección, así como hace que tal contradicción con los argumentos de conveniencia que
perfección se convierta en objetiva de la voluntad del acabamos de citar). En todo caso, se llega a Dios a través de
hombre. «En efecto, ni en la teología trascendental ni en la la moralidad, pero no se debe llegar a la moralidad,ª través
teología natural, tan lejos como la razón puede conducir- de la religión. Esta es la idea que Kant desarrollo en ~a
nos, encontramos ningún motivo importante que nos religión dentro de los límites de la mera ra~_ón,obra_e~c:i,ta
autorice a admitir un ser único y no tendríamos ninguna pocos años antes de su muerte y que le vaho la prohibic!o_n
razón suficiente para colocarlo en la cumbre de todas las de enseñar sus ideas religiosas desde la cátedra, prohibi-
causas naturales, y para hacer depender, al mismo tiempo, ción a la que se atuvo pero sin retractarse. «La moral», dice
todas estas causas bajo todas las relaciones. Al contrario, Kant «en la medida en que se funda en el concepto del
cuando desde el punto de vista de la unidad moral como hombre como un ser libre, pero también, por lo mismo,
ley necesaria del mundo, pensamos en la sola causa que atado, por su razón, a preceptos. impres~indibles, no
puede hacerle producir todo su efecto proporcionado, necesita ni la idea de otro ser por encima del el (el hombre)
y por consiguiente, darle una fuerza obligatoria para para reconocer su deber, ni ningún otro estímulo que ~l
nosotros, no debe haber, por tanto, más que una voluntad precepto mismo para cumplirlo. Por lo menos es su propia
única suprema que comprende en sí todas estas leyes.» 1 En culpa si surge de él tal necesidad, que entonces no pueda
otras palabras: la moralidad no se sostiene sin Dios; o, si ser satisfecha con ninguna otra cosa; porque lo que no
los hombres son inocentes, Dios debe ser responsable, si la surja de sí mismo y su libertad, no ofrece ninguna compen-
moral no puede encontrar en sí misma la fuerza que la sación para las carencias des~ m?ralidad (,;-) ~or tanto, en
convierta en obligatoria, la religión deberá encargarse de absoluto necesita para la fmalidad de. si_misma (tanto
ello. El postulado de la inmortalidad del alma se infiere objetiva, relativa al querer, como su~Jetiva, relativa al
para Kant, simplemente, de que, siendo objetivo de la conocer) de la religión, sino que, mediante la razón pu~a
voluntad del hombre el progreso moral hacia la perfección, práctica, es autosuficiente.» 1 La religió~, r:omo el imperati-
no puede aceptar que esta corta y pobre vida sobre la tierra vo categórico, es única, pero pueden existir muchos c~e~?s
sea la única, por lo que el alma debe ser inmortal. La religiosos, que se acercarán más o menos a la rehg10n
artificiosidad de la construcción es evidente, hasta el punto verdadera.
de que el mismo Cassirer haya debido admitir que el Pero la verdadera religión estriba en la perfección mo-
carácter de los postulados de la razón práctica no parece ral, no en el rito. «Todo lo que el hombre, aparte de la
estar fuera de toda duda, ni siquiera dentro del sistema buena conducta, se figura que puede hacer para agradar
kantiano. 2 a Dios, es mera ilusión religiosa y adoración espúrea de
En cualquier caso, Kant retoma de alguna form~ la idea Dios.» 2
roussoniana de la religión natural y la de la conformidad de Si la verdadera religión es la perfección moral, y la
la religión con la razón de Locke, al menos en sus efectos. moralidad es el distintivo de los seres racionales, es claro
.La moral, puesto que se basa en el carácter autónomo de la
.; ~.
t. I. Kant, Die Religion inner der Grenzer der blossen Vemunft, p. 3, Felix Meiner,
.1,Critica de la raz6n pura, cit.,p. 353. . , · 978 Hamburgo, 1.956.
2. Cf. E. Cassirer, Kant, .,;da y doctrina, p. 309, Fondo deCultura Econ6m1ca, Mex1co, 1. •
2. lbíd., p. 91.

22 23
que debe ser posible una enseñanza religiosa basada en la seau, hay que contar con la de Basedow, ~tro ferviente
moralidad y no en la teología, válida par'a todas las ilustrado y apóstol -no así Kant- de la filan~ropía, es
confesiones religiosas sin estar al servicio de ninguna en decir de la idea de hacer más feliz a la humamdad, por
particular - excluyendo, por tanto, a las demás. Esto es lo medí~ de la educacióO: instrumentada mediante un llama-
que permite a Kant proponer que la enseñanza religiosa miento a los poderosas (Relación a los filántropos y a los
propiamente dicha, i. e. teológica, sea postergada para no potentados sobre las escuelas, sobre el estudio y sobre su
estorbar la formación moral, y lo que hace de él un influencia en el bienestar público es -más o menos- el
partidario de la escuela laica, entendiendo como tal una título de su principal escrito, que recuerda la Carta a los
escuela neutral entre las confesiones. magistrados de todas las ciudades alemanas para que
construyan y mantengan escuelas de Lutero) . En 1.774,
habiendo ganado a sus ideas al príncipe de Anhalt, Base-
VI dow fundó en Dessau el instituto Filantropinum, al que
Kant dedicaría los dos artícu los que se incluyen como
En general, la teoría de la educación de Kant, y sobre apéndice a la Pedagogía. También el Libro del método,
todo sus propuestas de concreciones prácticas, pueden ser obra de Basedow, fue utilizado por Kant en sus clases
inscritas sin dificultad dentro de la corriente de la Ilustra- sobre la materia.
ción, lo mismo que el conjunto de su filosofía . La influen- Sin embargo, Kant se separó de Basedow en lo que hoy
cia de Rousseau es especialmente significativa. Y a hemos podemos considerar el punto más importante de éste.
citado la anécdota de la lectura del Emilio, y, a pesar de su Como los filántropos a quienes Basedow requería resul~a-
exageración, hay mucho de cierto en la afirmación de que ron no ser tantos ni serlo tanto como su empresa educativa
Kant fue «eldiscípu lo más aventajado de Rousseau». Esta exigía, pues pretendía una reforma escolar radical fundada
influencia se nota en algunos tópicos de la Ilustración que en la creación de grandes escuelas populares de base a las
ambos autores comparten, pero también en particular, que todos pudieran acudir (al Filantropicum acudían gra-
y sobre todo, en el tema de la religión, las referencias a la tuítamente estudiantes pobres), hubo pronto de volver sus
«educación negativa» en los primeros años, algunas invec- reivindicaciones hacia el Estado. Kant, en cambio, descon-
tivas aisladas -y poco acordes con la línea general de Kant, fiaba de los fines de los príncipes y prefería las escuelas
que le dedicó mucho esfuerzo propio- contra el desarro- privadas, como podrá comprobar el lector de la P~d~gogía.
llo de las ciencias, etc. Si hab laba de escuelas públicas, era en contrapos1c1ón a la
Con el conjunto de los ilustrados comparte el objetivo enseñanza doméstica -pues desconfiaba igualmente de los
de desarrollar en el alumno una autonomía de juicio, la padres-; esto es, el término «púb lica» tenía para él un
idea de enseñar a pensar en vez de enseñar pensamientos significado muy distinto del que hoy le damos. Al hacer
hechos, cierta tolerancia, cierta repugnanc ia por los casti- esta opción, Kant se coloca a sí mismo por detrás de
gos y la primacía de la formac ión ( educación moral en Basedow, de Comenio y de otros reformadores prot_estan-
Kant, cultivo de la virtud en Rousseau, formación de las tes alemanes. No dudamos de su acierto al desconfiar del
costumbres en Locke ...) sobre la instrucción, cuando Estado como educador, pero tampoco cabe la menor
menos. sombra de duda de que una educación abandonada a la
Junto a la influencia indudable e indubitada de Rous- «iniciativa privada» significaba - hoy también, pero mu-
24 25
cho más entonces- una educación minoritaria. En este ( ... ). No es suficiente pensar que se tienen ante sí hombres:
s~ntido, el referir la educación a las necesidades y disposi - es menester no perder de vista que estos hombres no son de
c10~es de los ~eres humanos en general, incluso de los seres una misma clase.
ra~iona~es m_a~en_ieneral todavía, representa en Kant la »(... ) El bello sexo tiene tanta inteligencia como el
misma identificacion entre el mundo burgués-nobiliario masculino, pero es una inteligencia bella; la nuestra ha de
Y el mundo tout court que es característica de todos los ser una inteligencia profunda, expresión de significado
pensadores -grandes y pequeños, pero particularmente equivalente a lo sublime.
los grandes de la burguesía. »(...) El estudio trabajoso y la reflexión penosa, aunque
Par~ terminar, debemos señalar, aunque sólo sea para una mujer fuese lejos en ello, borran los méritos particula-
patentizar un agravio hi~tórico más que añadir a la lista, res de su sexo ( ...). A una mujer con la cabeza llena de
que todo lo que Kant dice sobre la educación se refiere griego, como la señora Dacier, o que sostiene sobre
fundamentalmente a los hombres, no a las mujeres. En la mecánica discusiones fundamentales, como la marqu esa de
Pedagogía, efectivamente, no aparece en ningún momento Chastelet, parece que no le hace falta más que una buena
el t~ma _espe~ífico de la educación de la mujer. De ahí es barba( ...). La mujer, por tanto, no debe aprender ninguna
posible mfenr dos cosas: o que es igual a la del hombre, por geometría; del principio de razón suficiente o de las
lo cual no es preciso especificar, o que no debe ser educada. mónadas sólo sabrá lo indispensable para entender el
Sin _ir tan leios, pare~e que hay derecho a suponer que la chiste en las poesías humorísticas( ...)
~uJer necesita también de una educación moral; pero es »(... ) El contenido de la gran ciencia de la mujer es lo
mdudable que para Kant no necesita una educación como humano, y entre lo humano, el hombre ( ...)
ciudad~na - lo que constituye buena parte de la llamada »(...) Del universo, igualmente, sólo es menester que
educación moral-, puesto que no tiene ni debe tener conozcan lo necesario para hacerles conmovedor el espec-
derecho al voto; en cuanto a la educación de la habilidad es táculo del cielo en una hermosa noche ( ...).» 1
decir, la instrucción, ni el papel pasivo que se le asigna e~ la Etcétera, etcétera. He aquí, efectivamente, al «discípulo
sociedad ni las profesiones a las que estaba llamada en la aventajado» de Rousseau.
época crean demasiada necesidad de ella.
Concretamente, para encontrar una referencia a la edu-
cación de la mujer hemos de volver la vista atrás hasta una
obra escrita en 1.764, las Observaciones sobre el ;entimien-
to de lo b~llo y (o sublime, en particular el capítulo III,
So~re la diferencia entre lo sublime y lo bello en la relación
reciproca de ambos sexos. Extraeremos de ahí un sabroso
pasaje que nos exime de todo comentario:
«~ esto [la dif~rencia entre lo bello -femenino- y lo
~u.b~1me-masculmo-, M.F. E.] deben dirigirse todos los
JU1ciossobre las do_smitades de la especie humana ( ... ), esto
han de tener a la vista toda educación y enseñanza y todo
l. Obseroacwnts sobre el sentimiento ..., cit., pp . .147-149.
esfuerzo por fomentar la perfección moral de una y otra

26 27
INTRODUCCION

El hombre es la única criatura que ha de ser edu cada.


, Entendiendo por educación los cuidados (sustento, manu -
tención), la disciplina y la instrucción, juntamente con la
educación 1 • Según esto, el hombre es niño pequ eño ,
educando y estudiante .
Tan pronto como los animales sienten sus fuerza s, las
emplean regularmente, de modo que no les sean perjud i-
ciales. Es admirable, por ejemplo, ver las golondrin as
pequ~ñas, que, apenas salidas del huevo y ciegas aún,
saben, sin embargo, hacer que sus excrementos caigan
fuera del nido. Los animales, pues, no necesitan cuidado
alguno; a lo sumo, envoltura, calor y guía, o una cierta
protección . Sin duda, la mayor parte necesitan que se les
alimente, pero ningún otro cuidado. Se entiende por
cuidado (Wartung), las precauciones de los padres para
que los niños no hagan un uso perjudicial de sus fuerzas. Si
un animal, por ejemplo, gritara al nacer, como hacen los
niños, sería infaliblemente presa de los lobos y otros
animales salvajes, atraídos por sus gritos.
La disciplina convierte la animalidad en humanidad. Un
animal lo es ya todo por su instinto; una razón extraña le

1. Como ni en ésta ni en las restantes obras se encu entr a una distinción P.recisaentre Bildung,
formación , y Er:zi.e
hung, por educación, se ha tr aducido frecuememencc BiUung por educación,
a fin de evitar confusiones. (N. del T.)

29
ha provisto de todo. Pero el hombre necesita una razón noble inclinación hacia la libertad, como creen Rousseau
propia; no tiene ningún instinto, y ha de construirse él y otros muchos, sino una cierta barbarie: es que el animal
mismo el plan de su conducta. Pero como no está en aún no ha desenvuelto en sí la humanidad. Por esto, se ha
disposición de hacérselo inmediatamente , sino que viene de acosumbrar al hombre desde temprano a someterse
inculto al mundo, se lo tienen que construir los demás . a los preceptos de la razón. Si en su juventud se le dejó a su
El género humano debe sacar poco a poco de sí mismo, voluntad, conservará una cierta barbarie durante toda su
por su propio esfuerzo, todas las disposiciones naturales vida. Tampoco le sirve de nada el ser mimado en su
de la humanidad. U na generación educa a la otra. El estado infancia por la excesiva ternura maternal, pues más tarde
primitivo puede imaginarse en la incultura o en un grado no hará más que chocar con obstáculos en todas partes
de perfecta ~ivilización. Aun admitiendo este último como y sufrir continuos fracasos, tan pronto como intervenga en
anterior y primitivo, el hombre ha tenido que volverse los asuntos del mundo.
salvaje y caer en la barbarie. Este es un defecto habitual en la educación de los
La disciplina impide que el hombre, llevado por sus aristócratas; pues por nacer destinados a mandar, nunca se
impulsos animales, se aparte de su destino, de la humani- les contraría . Es preciso desbastar la incultura del hombre
dad. Tiene que sujetarle, por ejemplo, para que no se a causa de su inclinación a la libertad; el animal , al
encamine, salvaje y aturdido, a los peligros . Así, pues, la contrario, no lo necesita por su instinto.
disciplina es meramente negativa, esto es, la acción por la El hombre tiene necesidad de cuidados y de educación.
que se borra al hombre la animalidad; la instrucción, por el La educació n comprende la disciplina y la instrucción.
contrario, es la parte positiva de la educación. Ningún animal, que se sepa, necesita de ésta; ninguno de
La barbarie es la independencia respecto de las leyes. La ellos aprende nada de los viejos, excepto los pájaros, que
disciplina somete al hombre a las leyes de la humanidad aprenden su canto. Aquéllos instruyen a los jóvenes, y es
y comienza a hacerle sentir su coacción . Pero esto ha de delicioso verlos, como en una escuela, cantar con todas sus
realizarse temprano. Así, por ejemplo, se envían al princi- fuerzas delante de los p equeño s, y a éstos afanándose en
pio los niños a la escuela, no ya con la intención de que sacar el mismo sonido de sus gargantas. Para convencerse
aprendan algo, sino con la de habituarle s a permanecer de que los pájaros no cantan por instinto, sino que
tranquilos y a observar puntualmente lo que se les ordena, realmente aprenden -vale la pena de comprobarlo- se
para que más adelante no se dejen dominar por sus quitan la mitad de sus huevos a un canario y se cambian por
capric ho s momentáneos. otros de gorrión, o mejor aún, se sustituyen sus pequeñu_e-
Pero el hombre tiene por naturaleza tan grande inclina- los por gorrioncillos. Si se les coloca entonces en una caJa,
ción a la libertad, que cuando se ha acostumbrado durante donde no puedan oir los gorriones de fuera, aprenderán el
mucho tiempo a ella, se lo sacrifica todo. Precisamente por canto de los canarios, y de este modo se tendrán gorriones
esto, como se ha dicho, ha de aplicarse la disciplina desde que canten. Es admirable también, que cada género de
muy temprano, porque en otro caso es muy difícil cambiar pájaros conserva un cierto canto característico en todas sus
después al hombre; entonces sigue todos sus caprichos. Se generaciones, siendo esta tradición la más fiel del mundo.
ve también entre los salvajes que, aunque presten servicio U nicamente por la educación el hombre puede llegar
durante mucho tiempo a los europeos, nunca se acostum- a ser hombre. No es, sino lo que la educación le hace ser. Se
bran a su modo de vivir; lo que no significa en ellos una ha de observar que el hombre no es educado más qu e por
30 31
hombres, que igualmente están educados . De aquí, que la disposición de realizarlo. Tampoco hay que tener la id ea
falta de disciplina y de instrucción de algunos, les hace por quimérica y desacreditarla como un hermoso sueñ o,
también, a su vez, ser malos educadores de sus alumnos. Si aunque se encuentren obstáculos en su realización.
un ser de una especie superior recibiera algún día nuestra U na idea no es otra cosa que el concepto de un a
educación, veríamos entonces lo que el hombre pudiera perfección no encontrada aún en el experiencia . Por
llegar a ser. Pero como la educación, en parte, enseña algo ejemplo, la idea de una república perfecta, regida por las
al hombre y, en parte, lo educa también, no se puede saber leyes de la justicia, ¿es por esto imposible? Basta que
hasta dónde llegan sus disposiciones naturales. Si al menos nuestra idea sea exacta para que salve los obstáculos que en
se hiciera un experimento con el apoyo de los poderosos su realización encuentre. ¿Sería la verdad una mera ilusión
y con las fuerzas reunidas de muchos, nos aclararía esto lo por el hecho de que todo el mundo mintiese? La idea de
que puede el hombre dar de sí. Pero es una observación tan una educación que desenvuelva en los hombres todas sus
importante para un espíritu especulativo, como triste para disposiciones naturales, es, sin duda, verdadera.
un amigo del hombre, ver cómo los poderosos, la mayor Con la educación actual no alcanza el hombre por
parte de las veces, no se cuidan más que de sí y no completo el fin de su existencia; porque, ¡qué diferente -
contribuyen a los importantes experimentos de la educa- mente viven los hombre s! Sólo puede haber uniformidad
ción, para que la naturaleza avance un poco hacia la entre ellos, cuando obren por los mismos principios ,
perfección. y estos pr incipios lleguen a serles otra naturaleza . No so-
No hay nadie que haya sido descuidado en su juventud, tros podemos trabajar en el plan de una educación confor -
que no comprenda, cuando viejo, en qué fue abandonado, me a un fin y entregar a la posteridad una orientación que
bien sea en disciplina, bien en cultura (que así puede poco a poco pueda realizar. Las orejas de oso,por ejemplo,
llamarse la instrucción). El que no es ilustrado es necio, cuando se las trasp lanta, tienen todas el mismo color ; al
quien no es disciplinado es salvaje. La falta de disciplina es contrario, cuando se siembran, se obtienen colores dife-
un mal mayor que la falta de cultura; ésta puede adquirirse rentes. La Naturaleza, por tanto, ha puesto en ellas los
más tarde, mientras que la barbarie no puede corregirse gérmenes, y basta para desarrollarlas, su siembra y tras -
nunca. Es probable que la educación vaya mejorándose plante convenientes. Lo mismo sucede con el hombre.
constantemente, y que cada generación dé un paso hacia la Se encuentran muchos gérmenes en la humanid ad;
perfección de la humanidad; pues tras la educación está el y a nosotros toca desarrollarlos, desplegar nuestras dispo -
gran secreto de la perfeccióp de la naturaleza humana. siciones naturales y hacer que el hombre alcance su
Desde ahora puede ocurrir esto; porque se empieza a juz - destino. Los animales lo realizan por sí mismos y sin
gar con acierto y a ver con claridad lo que propiamente conocerlo . El hombre ha de intentar alcanzarlo ; p ero no
conviene a una buena eduación. Encanta imaginarse que la puede hacerlo, si no tiene un concepto de él. La adqui si-
naturaleza humana se desenvolverá cada vez mejor por la ción de este destino es totalmente impo sible para el
educación, y que ello se puede producir en una forma individuo. Aun admitiendo una primera pareja realm ente
adecuada a la humanidad . Descúbrese aquí la perspectiva · educada, todavía es preciso saber cómo ha educad o sus
de una dicha futura para la especie humana. alumnos. Los primeros padres dan ya un ejemplo a sus
El proyecto de una teoría de la educación es un noble hijos , éstos lo imitan y así se desarrollan algunas dispo si-
ideal, y en nada perjudica, aun cuando no estemo s en ciones naturales. Todas no pueden ser cultivadas de esta
32 33
man~ra, pues lo n_iños,la mayor parte de las veces, sólo ven nosotros mismos no lo hemos podido obtener en toda su
los e1emplos ocas10nalmente. Antes no tenían los hombres pureza. ¿Debe imitar la educación en el individuo la
ningún concepto de la perfección que la naturaleza huma- cultura que la humanidad en general recibe de sus diferen-
na puede alcanzar. Nosotros mismos no lo poseemos aún tes generaciones?
con pureza. Pero es asimismo cierto, que obrando aislada- El hombre puede considerar como los dos descu-
mente los hombres en la formación de sus alumnos no brimientos más difíciles: el arte del gobierno y el de
podrán conseguir que éstos alcancen su destino. No 'son la educación y, sin embargo, se discute aún sobre estas
los ~ndividuos, sino la especie humana quien debe llegar ideas.
aqu1. ¿Por dónde, pues, empezaremos el desenvolvimiento de
. La educación es un arte, cuya práctica ha de ser perfec- las disposiciones humanas? ¿Debemos partir del estado
c~onada por muc~as_generaciones. Cada generación, pro- inculto, o por uno ya cultivado? Es difícil imaginarse un
vista de los conocimientos de las anteriores, puede realizar desarrollo partiendo de la barbarie (por esto lo es también
constantemente una educación que desenvuelva de un el concepto de los primeros hombres), y vemos que,
~odo proporcional y conforme a un fin, todas las disposi- iniciándose aquél en semejante estado, se ha vuelto siem-
c10nes naturales d~l hombre, y conducir así toda la especie pre a caer en la animalidad, y que otra vez se han necesitado
humana a su desuno. La Providencia ha querido que el numerosos esfuerzos para elevarse. En los más antiguos
hoI?-bre d,eba sacar el bien de sí mismo y le habló, por informes escritos dejados por pueblos muy civilizados,
decirlo asi: «¡Entra en el mundo!; yo te he provisto de encontramos que estaban en una gran proximidad a la
todas las disposiciones para el bien. A ti toca desenvolver- barbarie -¿y qué grado de cultura no supone ya el
las, y, po_r tanto, depende de ti mismo tu propia dicha escribir?- tanto que respecto al hombre civilizado, se
y desgracia.» podría llamar al comienzo del arte de la escritura el
. El hombr~ deb_edesarrollar sus disposiciones para el principio del mundo.
bien; la Providencia no las ha puesto en él ya formadas; son Toda educación es un arte, porque las disposiciones
meras disposiciones y sin la distinción de moralidad. El naturales del hombre no se desarrollan por sí mismas. -La
h~mbre debe hacerse a sí propio mejor, educarse por sí Naturaleza no le ha dado para ello ningún instinto. -
mismo, y, cuando malo, sacar de sí la moralidad. Meditán- Tanto el origen como el proceso de este arte es: o bien
dolo maduramente, se encuentra esto muy difícil: la mecánico, sin plan, sujeto a las circunstancias dadas,
educación es el problema más grande y difícil que puede o razonado. El arte de la educación, se origina mecánica-
ser propuesto al hombre. La inteligencia, en efecto, depen- mente en las ocasiones variables donde aprendemos si algo
de de la educación, y la educación, a su vez de la es útil o perjudicial al hombre. Todo arte de la educación
i1:1-teligencia.
De aquí que la educación no pueda ~vanzar que procede sólo mecánicamente, ha de contener faltas
smo poco a poco; y no es posible tener un concepto más y errores, por carecer de plan en que fundarse. El arte de la
exacto de ell~~de otro mo~o 9ue por la transmisión que educación o pedagogía, necesita ser razonado, si ha de
cada generac10n hace a la s1gu1entede sus conocimientos desarrollar la naturaleza humana para que pueda alcanzar
Y.experiencia, que, a su vez, los aumenta y los pasa a las su destino. Los padres ya educados son ejemplos, confor-
s1gu1entes. ¿Qué cultura y qué experiencia tan grandes no me a los cuales se educan sus hijos, tomándolos por
supone este concepto? No podía nacer sino muy tarde; modelo. Si éstos han de llegar a ser mejores, preciso es que

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la Pedagogía sea una disciplina; sino, nada hay que esperar a reglas. En los hombre s solamente hay gérmenes para el
de ellos, y los mal educados, educarán mal a los demás. En bien.
el arte de la educación se ha de cambiar lo mecánico en ¿De dónde debe venir, pues, el mejor estado del mundo?
ciencia: de otro modo, jamás sería un esfuerzo coherente, ¿Delos príncipes o de los súbditos?¿ Deben éstos mejorar-
y una generación derribaría lo que otra hubiera cons- se por sí mismos y salir al encuentro, en medio del camino ,
truído. .. de un buen gobierno? Si los príncipes deben introducir la
Un principio de arte de la educación, que en particular mejora, hay que mejorar primero su educación; porque
debían tener presente los hombres que hacen sus planes es durante mucho tiempo se ha cometido la gran falta de no
que no se debe educar los niños conforme al presente, sino contrariarles en su juventud. El árbol plantado solo en un
conforme a un estado mejor, posible en lo futuro, de la campo, crece torcido y extiende sus ramas a lo lejos; por el
especie humana; es decir, conforme a la idea de humanidad contrario, el árbol que se alza en medio de un bosque, crece
y de su completo destino . Este principio es de la mayor derecho por la resistencia que le oponen los árboles
importancia. próximos, y busca sobre sí la luz y el sol. Lo mismo ocurre
Los padres, en general, no educan a sus hijos más que en con los príncipes. Sin embargo, es mejor que los eduque
vista del mundo presente, aunque esté muy corrompido. uno de sus súbditos, que uno de sus iguales. Sólo podemos
Deberían, por el contrario, educarles para que más tarde esperar que el bien venga de arriba, cuando su educación
pudiera producirse un estado mejor. Pero aquí se encuen- sea la mejor. Por esto, lo principal aquí son los esfuerzos de
tran dos obstáculos: los particulares, y no la cooperación de los príncipes, como
a) Los padres sólo se preocupan, ordinariamente, de que pensaban Basedow y otros; pues la experiencia enseña que
sus hijos prosperen en el mundo , y b) los príncipes no no tienen tanto a la vista un mejor mundo como el bien del
consideran a sus súbditos más que como instrumentos de Estado, para poder alcanzar así sus fines. Cuando dan
sus deseos. dinero con este propósito hay que atenerse a su parecer,
Los padres, cuidan de la casa; los príncipes, del Estado . porque trazan el plan. Lo mismo sucede en todo lo que se
Ni unos ni otros se ponen como fin un mejor mundo refiere a la cultura del espíritu humano y al aumento de los
(Weltbeste), ni la perfección a que está destinada la huma - conocimientos del hombre. El poder y el dinero no los
nidad y para lo cual tiene disposiciones . Las bases de un crean, a lo más, los facilitan; aunque podrían producirlos,
plan de educación han de hacerse cosmopolitamente. ¿Es si la economía del Estado no calculara los impuestos
que el bien universal es una idea que puede ser nociva únicamente para su caja. Tampoco lo han hecho hasta
a nuestro bien particular? De ningún modo; pues aunque ahora las Academias, y nunca ha habido menos señales que
parece que ha de hacerse algún sacrificio por ella, se hoy de que lo hagan.
favorece, sin embargo, el bien de su estado actual. Y enton- Según ésto, la organización de las escuelas no debía
ces, ¡qué nobles consecuencias le acompañan! Una buena depender más que ' del juicio de los conocedores más
educación es precisamente el origen de todo el bien en el ilustrados. Toda cultura empieza por los particulares, y de
mundo. Es necesario que los gérmenes que yacen en el aquí se extiende a los demás. La aproximación lenta de la
hombre sean cada vez más desarrollados; pues no se naturaleza humana a su fin, sólo es posible mediante los
encuentran en sus disposiciones los fundamentos para el esfuerzos de las personas de sentimientos bastante grandes
mal. La única causa del mal es el no someter la Naturaleza para interesarse por un mundo mejor, y capaces de
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concebir la idea de un estado futuro más perfecto. No también un criterio con arreglo al cual sólo escoja los
obstante, aún hay más de un príncipe que sólo considera buenos. Estos buenos fines son los que necesariamente
a su pueblo, poc~ más ~ menos, como una parte del reino aprueba cada uno y que al mismo tiempo pueden ser fines
natural, que no piensa smo en reproducirse . Le desea a lo para todos.
más1 cierta habil~da~, pero solamente para poder ser~irse
de e_l,como 1:1e1ormstrumento de sus propósitos. Los
part1cular~s, sm duda, han de tener presente, en primer Al hombre se le puede adiestrar, amaestrar, instruir
lugar, el fm de la naturaleza; pero necesitan mirar, sobre mecánicamente o realmente ilustrarle. Se adiestra a los
todo, el desenvolvimiento de la humanidad, y procurar caballos, a los perros, y también se puede adiestrar a los
que ésta 1;º s?!º. llegue a ser hábil, sino también moral y, lo hombres .
que es mas dificil, tratar de que la posteridad vaya más allá Sin embargo, no basta con el adiestramiento; lo que
de lo que ellos mismos han ido. importa, sobre todo, es que el niño aprenda a pensar. Que
Por 1~ ~d~cación, ~l ~oi:nbre ha de ser, pues: obre por principios, de los cuales se origina toda acción. Se
~) IJ_iscipltnad~.D1sc1plinar es tratar de impedir que la ve, pues, lo mucho que se necesita hacer en una verdadera
arnmalidad se extienda a la humanidad, tanto en el hombre educación . Habitualmente, se cultiva poco aún la morali-
individual, como en el hombre social. Así, pues, la discipli- zación en la educación privada; se educa al niño en lo que
na es meramente la sumisión de la barbarie. se cree sutancial, y se abandona aquélla al predicador. Pues
b)_Cultivado. La _cultura co??prende la instrucción y la qué, ¡no es de una inmensa importancia enseñar a los niños
ensenanza. Proporciona la habilidad, que es la posesión de a aborrecer el vicio, no sólo fundándolo en que lo ha
una facultad por la cual se alcanzan todos los fines prohibido Dios, sino en que es aborrecible por sí mismo!
prop1;1estos.Por tanto, no determina ningún fin, sino que De otro modo, les es fácil pensar que podrían muy bien
lo de1a a merced de las circunstancias. frecuentarlo, y que les sería permitido, si Dios no lo
. Algunas habilidades _s~n buenas en todos los casos; por hubiera prohibido; que, en todo caso, bien puede Dios
e1emplo, _elleer y e~cnb1r; otras no lo son más que para hacer alguna excepción en su provecho. Dios, que es el ser
algunos fmes, por e1emplo, la müsica. La habilidad es en más santo y que sólo ama lo que es bueno, quiere que
cierto modo, infinita por la multitud de los fines. ' practiquemos la virtud por su valor intrínseco y no porque
e) Es preciso atender a que el hombre sea también él lo desee.
prudente? a que se ad~pte a la _sociedad humana para que Vivimos en un tiempo de disciplina, cultura y civilidad;
sea q~endo y tenga mfluencia. Aquí corresponde una pero aún no, en el de la moralización. Se puede decir, en el
especie de enseñanza que se llama la civilidad. Exige ésta estado presente del hombre, que la felicidad de los Estados
b~enas maneras, amabilidad y una cierta prudencia, me- crece al mismo tiempo que la desdicha de las gentes. Y es
d1an~elas cua~es pueda servirse d~ todos los hombres para todavía un problema a resolver, si no seríamos más felices
sus fmes. Se nge por el gusto variable de cada época. Así, en el estado bárbaro, en que no existe la cultura actual, que
agradaban aún hace pocos años las ceremonias en el trato en nuestro estado presente. Pues ¿cómo se puede hacer
social. felices a los hombres , si no se les hace morales y prudentes?
a) Ha y que atender a la moralización. El hombre no sólo La cantidad del mal no disminuirá, si no se hace así.
debe ser hábil para todos lo fines, sino que ha de tener Hay que establecer escuelas experimentales, antes de

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9-uese P~_edanfundar escuelas normales. La educación y la nace la diferencia entre el instructor (Informator), que es
mstruccion no han de ser meramente mecánicas sino simplemente un profesor, y el ayo (Hofmeister), que es un
d_escansar.sobre principios. Ni tampoco sólo razo~adas, director. Aquél educa sólo para la escuela; éste, para la
smo, en cierto modo, formar un mecanismo. En Austria vida.
casi no hay más que escuelas normales establecidas confor~ La primera época del alumno es aquella en que ha de
me,ª un plan, _en contra del _cual se dice mucho, y con mostrar sumisión y obediencia pasiva; la otra, es aquella en
razo~, reprochandosele especialmente el ser un mecanis- que ya se le deja hacer uso de su reflexión y de su libertad,
mo ciego. Las otras escuelas tenían que regirse por ellas, pero sometidas a leyes. En la primera hay una coacción
y hasta se rehusaba colocar a la gente que no hubiera estado mecánica; en la segunda, una coacción moral.
allí. _Muestr~n s~mej;mtes prescripciones lo mucho que el La educación puede ser privada o pública. La última no
gobierno se mm1scma en estos asuntos; haciendo imposi- se refiere más que a la instrucción, y ésta puede permanecer
ble con tal coacción que prosperase nada bueno . siendo pública siempre. Se deja a la primera la práctica de
Se c~ee comúnmente? que los experimentos no son los preceptos. U na educación pública completa es aquella
necesario~ en la ~ducac1ón, y que sólo por la razón se que reune la instrucción y la formación moral. Tiene por
puede ya Juzgar s1 u~a cos~,será o no b1:ena: Pero aquí se fin promover una buena educación privada. La escuela en
padece una gran eqmvocac1on, y la experiencia enseña, que que se hace esto se llama un instituto de educación. No
de nuestros ensayos se han obtenido, con frecuencia, puede haber muchos institutos de esta clase; ni puede ser
efectos completamen~e contrarios a los que se esperaban. tampoco muy grande el número de sus alumnos, porque
Se ve, P.~es, que, naciendo de los experimentos, ninguna son muy costosos; su mera instalación exige ya mucho
genera~10:1puede present~r un plan de educación comple- dinero. Estos institutos vienen a ser como los asilos
to. La uruca escuela experimental que, en cierto modo, ha y hospitales. Los edificios que requieren y el sueldo de los
comenzado a abrir el camino, ha sido el Instituto de directores, inspectores y criados restan ya la mitad del
Dessau. Se le ha de conceder esta gloria, a pesar de las dinero destinado a este fin; y está probado que los pobres
muchas faltas que pudieran achacársele; faltas que, por estarían mucho mejor cuidados, enviándoles este dinero
otra parte, se encuentran en todos los sitios donde se hacen a sus casas. También es difícil que la gente rica mande sus
ensayos; y a él se le d~be asimismo que todavía se hagan hijos a estos centros.
otros nuevos. Era, en cierto modo, la única escuela en que El fin de tales institutos públicos es el perfeccionamien-
los p~ofeso 7es tenían la libertad de trabajar conforme a sus to de la educación doméstica. Cesarían sus gastos si
propios metodos y planes, y donde estaban en relación estuvieran bien educados los padres o los que les ayudan en
tanto entre sí, como con todos los sabios de Alemania. , la educación. En ellos se debe hacer ensayos y educar
individuos, y así crearán una buena educación doméstica.
De la educación privada cuidan, o bien los mismos
La educación comprende: los cuidados y la formación. padres, o bien otras personas, que son auxiliares asalaria-
?Sta_es: a) negativa, o sea la disciplina, que meramente dos, cuando aquéllos no tienen tiempo, habilidad o gusto;
1~pid~, la· faltas; ~) positiva, o sea la instrucción y la pero en la educación dada por éstos, se presenta la
direcc10n; perteneciendo en esto a la cultura. La dirección dificilísima circunstancia de hallarse dividida la autoridad
es la guía en la práctica de lo que se ha aprendido. De ahí entre los padres y los ayos. El niño debe regirse por las

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inst~cciones de los ayos y seguir al mismo tiempo los de estar privado de algo y de adquirir para ser indepen-
caprich?s de los padres. En una educación de esta clase es diente.
necesario que los padres cedan toda su autoridad a los Aquí es preciso observar lo siguiente: a) que se deje libre
preceptores. al niño desde su primera infancia en todos los momentos
, ¿P_eroen, qué puede aventajar la educación privada a la (exceptuados los casos en que pueda hacerse daño, como,
publica o esta a. ~qué~a~ Parece ser más ventajosa, en por ejemplo: si quiere coger un cuchillo afilado), con tal
general, la ed~cacion pub~i~aque la privada, no sólo desde que obre de modo que no sea un obstáculo a la libertad de
el ~unto de vista de la habilidad, sino también por lo que se otro, por ejemplo : cuando grite o su alegría sea tan ruidosa
refiere.ª} caráct~r ~el ciudadano. Es muy frecuente que la que moleste a los demás; b) se le ha de mostrar que no
educacion domestica no solamente no corrija las faltas de alcanzará sus fines, sino _dejando alcanzar los suyos a los
la familia, sino que las aumente. demás, por ejemplo: que no se le concederá gusto alguno si
¿C:uánto debe durar la educación? Hasta la época en que no hace lo que se le manda, que debe aprender, etc.; c) es
la rp1sma Naturaleza ha decidido que el hombre se con- preciso hacerle ver que la coacción que se le impone le
duzca por sí mismo, cuando se desarrolla en él el instinto conduce al uso de su propia libertad; que se le educa para
sexual; cuand? él mismo pueda llegar a ser padre y deba que algún día pueda ser libre, esto es, para no depender de
educ~; aproXlilladamente hasta los dieciséis años. Pasado los otros . Esto es lo último. Los niños tardan mucho, por
este tiempo, se puede emplear aún los recursos de la ejemplo, en hacerse cargo de que más tarde están obligados
cultura_y aplicar una disciplina disimulada, pero no una a preocuparse de su sostenimiento. Creen que sucederá
educacion regular. siempre lo mismo que en casa de sus padres, donde reciben
La sumisión del alumno puede ser, o bien positiva: la comida y la bebida sin tener que cuidarse de ello. Si no se
~uando ha d_eh~cer lo que se le ha prescrito, por no poder les trata así, continúan siendo niños toda su vida, como los
Juzgar por si mismo y por tener aún la facultad de imitar habitantes de Otahití, particularmente los de padres ricos
º.neg_ativa:cuando necesita hacer lo que deseen los demás: y los hijos de príncipes. La educación pública tiene aquí
si quier~, a su vez, que éstos hagan algo por complacerle. sus más evidentes ventajas, pues en ella se aprende a medir
En el primer ~aso ~e aplica ~l castigo; en el segundo, no se sus fuerzas y las limitaciones que impone el derecho de
hace lo que el quiere; aqui está pendiente de su placer, otro; no se disfruta de ningún privilegio porque se halla
aunque ya pueda pensar. resistencia por todas partes, y no se sobresale más que por
U1;1?de lo~ más grandes problemas de la educación es el propio mérito; es la educación que mejor imagen da del
conciliar, baJO 1;1nalegítima coacción, la sumisión con la futuro ciudadano .
faculta~ de se;"irse de_su voh~ntad. Porque la coacción es Pero todavía hay que resolver una dificultad que se
necesaria. ¿Como cultivar la libertad por la coacción? Yo presenta aquí: consiste en anticipar el conocimiento sexual
debo ~costu?1brarle a sufrir una coacción en su libertad, para impedir el vicio antes de entrar en la pubertad. Más
y al mism_otiempo debo guiarle para que haga un buen uso adelante se hablará de ello.
de ella. Sm esto, t~do es un mero mecanismo, y una. vez
acabad~ su educac1on, no sabría servirse de su libertad . Ha
de ~entir desde el principio la _i~e.vitable resistencia de la
sociedad para que aprenda lo dificil de bastarse a sí mismo
'
42 43
TRATADO

La Pedagogía o teoría de la educación es o física


o práctica. La educación física es aquella que el hombre
tiene de común con los animales, o sea los cuidados. La
educación práctica o moral es aquélla mediante la cual el
hombre debe ser formado para poder vivir, como un ser
que obra libremente. (Se llama práctico a todo lo que tiene
relación con la libertad). Es la educación de la personali-
dad, la educación de un ser que obra libremente, que se
basta a sí propio, y que es un miembro de la sociedad, pero
que puede tener por sí mismo un valor intrínseco.
Así, pues, esta educación se compone: a) de la formación
escolástico-mecánica, que se refiere a la habilidad; entonces
es didáctica (instructor); b) de la formación pragmática,
que se refiere a la prudencia (ayo); c) de la formación
mora~ que se refiere a la moralidad.
El hombre necesita de la formación escolástica o ins-
trucción para llegar a alcanzar todos sus fines. Le da un
valor en cuanto a sí mismo como individuo. La educación
por la prudencia le hace ciudadano, porque adquiere un ·
valor público. Aprende con ella, tanto a dirigir la sociedad
pública a sus propósitos como a adaptarse a ella. Finalmen-
te, por la formación moral adquiere un valor en relación
con toda la especie humana.
La formación escolástica es la primera y más antigua.

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Pues toda prudencia supone habilidad. La prudencia es la DE LA EDUCACION FISICA
facultad de aplicar bien la habilidad. La formación moral es
la última, en tanto que se apoya en principios que el
hombre mismo debe comprender; pero hay que practicar-
la desde luego , igual que la educación física, mientras sólo
descanse en el sentido común; de otro mod~, fácilmente
arraigarían las faltas, en las que todo esfuerzo de la
educación es inútil. En cuanto a la habilidad y a la
prudencia, ha de ser contínua la labor. Apenas si vale más
ser, de niño, hábil, prudente, benigno, astuto, al modo de
un hombre, que infantil de car-ácter cuando adulto.

Aun cuando el que se encarga como ayo de una educa-


ción no toma al niño bajo sus cuidados lo bastante pronto
para que pueda cuidar asimismo de la educación física,
conviene saber sin embargo, todo lo que es necesario
observar en la educación desde el principio hasta el fin.
Puede ocurrir, aun no siendo ayo más que de niños
mayores, que nazcan en la casa otros niños, y, si se
conduce bien, convertirse en el íntimo de los padres, que le
pedirán entonces consejo sobre la educación física de sus
hijos, ya que con frecuencia es el único entendido en el
hogar. Por esto necesita el ayo tales conocimientos.
La educación física propiamente no consiste sino en los
cuidados de los padres, nodrizas o niñeras. La leche de la
madre es el alimento que la Naturaleza ha destinado al
niño. Es un mero prejuicio creer que chupa su carácter con
la leche; muchas veces se oye decir: ¡Tú lo has mamado con
la leche de tu madre! Lo más ventajoso para la madre y el
niño es que ella misma lo críe. Sin embargo, también hay
en esto excepciones: en casos extremos, por enfermedad.
Se creía antes que la primera leche después del parto,
serosa, era perjudicial para el niño, y que la madre había de
suprimirla antes que pudiera mamar. Pero Rousseau fue el
primero que llamó la atención de los médicos, sobre si esta
primera leche podría también ser buena, pues la N aturale-

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za no ha dispuesto nada en vano. Y se ha encontrado vino, especias, sal, etc. Es extraño, sin ei:nbargo, que los
realmente que esta leche (llamada por los médicos meco- niños tengan tan grande afán por estas ~osas. Ello es
nium) es la que mejor quita las inmundi cias que se debido a que proporcionan a sus sensacion .~s, aún confu-
encuentran en los recién nacidos, siendo, por lo tanto, muy sas, una irritación, una animación que les son agrada_bles.
conveniente para los niños. Los niños rusos reciben, sin duda, de sus madres el mismo
Se ha suscitado el problema de la posibilidad de criar gusto que tienen éstas por beber aguardiente, y se observa
mejor al niño con la leche de animal. La lech.e humana es que los rusos son sanos y fuertes. Bien es ci~rt~,, que lo~
muy diferente de la leche de los animales. La de todos los que lo resisten han de tener muy buena constitucion; y as1
herbívoros se cuaja muy pronto cuando se le añade algún mueren muchos que no haciendo esto, hubieran podido
ácido, por ejemplo, el tártrico o el cítrico, y particularmen- vivir; pues tal prematura irritación de los neryios produce
te el ácido que se llama cuajo. La leche humana no se cuaja. muchos desórdenes. Hay que preservarlos cu1dadosam~n-
Pero cuando la madre o la nodriza comen sólo vegetales te hasta de los alimentos o bebidas calientes, pues también
durante algunos días, la leche se cuaja del mismo modo que les debilitan.
la de vaca, aunque vuelve a ser tan buena como antes, si no Se debe evitar, además, no mantener al niño muy
comen más que carne durante algún tiempo. De esto se ha caliente, pues su sangre lo está ya por sí misma mucho más
deducido que lo mejor y más provechoso para el niño es que en los adultos. El calor de la sangr_ede los niño~pega
que su madre o su nodriza se alimenten de carne durante el a 110º Fahrenheit, y la de los adultos solo a 96°. El mno se
tiempo que crían. Pues si el niño devuelve la leche, se ve asfixia en una temperatura en que otros de más edad se
que está cuajada. El ácido de su estómago tiene que encuentran perfectamente. La habitación fresca general-
favorecer el cuajamiento mejor que los demás; sino, en mente hace fuerte al hombre. No es bueno tampoco para
modo alguno podría cuajar la leche humana. ¡Qué mal se los adultos abrigarse demasiado, cubrirse con exceso
haría si se diera al niño una leche que por sí misma ya se y acostumbrarse a bebidas muy calientes. Por tanto, hay
cuajara! Pero se ve en otras naciones, que no depende todo que tener al niño en lecho fresco y duro. Lo_sbaños fríos
únicamente de esto. Los tunguses, por ejemplo, apenas son buenos también. No se debe emplear excitante alguno
comen más que carne, y son gentes sanas y fuertes; sin para despertar el apetito de los niños; ha de nacer sól<?de la
embargo, todos estos pueblos no viven mucho, pudiéndo- actividad y de la ocupación . No se debe dejar que el mño se
se levantar con poco esfuerzo a un gran muchachote acostumbre a nada, pues la costumbre se convierte en
a quien, al verle, no se le creería tan ligero. Los suecos , necesidad. Aun para el bien, no se le ha de hacer de todo un
y particularmente lo s indios, por el contrario, no comen hábito por medio del arte. .
casi ninguna carne, y sin embargo se crían muy bien. Los pueblos bárbaros no envuelven en mantillas a sus
Parece, pues, que esto sólo depende de la salud de la niños. Los salvajes de América, por ejemplo, hacen para
nodriza, y que el mejor alimento es aquel que sienta mejor. sus hijos hoyos en la tierra; cubren el fondo con polvo de
Aquí se pregunta: ¿con qué se ha de alimentar al niño los árboles carcomidos para que absorba la orina y demás
cuando termine la leche de su madre? Desde hace algún secreciones y permanezcan secos lo~ niños, f, des~ués, los
tiempo se ha ensayado toda clase de papillas; pero no es cubren con hojas; pero, por lo demas, les deJan el libre uso
bueno alimenta r al niño, al principio, con tales cosas. de sus miembros. Nosotros envolvemos a los niños como
Particularmente, se ha de evitar darle excitantes, como momias por nuestra pura comodidad, para no cuidar de
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que se hagan daño; lo que, no obstante, sucede con las de su cuerpo. También se les perjudica mucho acudiendo
mantillas, que además les causan mucho temor y les hacen a ellos cuando gritan, cantándoles algo, por ejemplo, como
caer en una especie de desesperación, impidiéndoles a me- tienen costum bre de hacer las amas; ésta es habitualmente
nudo hacer uso de sus miembros; se cree entonces poder la primera perversión del niño, pues al ver que todo viene
apagar sus gritos con meras palabras; ~er_oque ~e envue~~a a sus gritos, los repite con más frecuencia.
tan sólo una vez a un hombre, y se vera st no gnta tamb1en Se puede decir con verdad, que los niños de la gente
y no cae en la angustia y en la desesperación. vulgar están peor educados que los de los señores, porque
En general, es necesario observar que la primera educa- la gente ordinaria juega con sus hijos como los monos: los
ción sólo tiene que ser negativa, es decir, que no se ha de cantan, los zarandean, los besan, bailan con ellos; piensan
añadir nada a la previsión de la Naturaleza, sino únicamen- hacerles algún bien corriendo a ellos cuando lloran, for-
te impedir que se la pueda perturbar. Si hay un arte zándoles a jugar, etc.; pero así gritan más a menudo.
permitido en la educación, es sólo el ~el en~urecimiento: Cuando, por el contrario, no se atiende a sus gritos, acaban
una razón más para desechar las mantillas. S1,no obstante, por callarse, pues ninguna criatura se toma un trabajo
se quiere tomar algunas precauciones, lo más conveniente inútilmente. Si se les acostumbra a ver realizados todos sus
es una especie de caja guarnecida en la parte alta por caprichos, después será demasiado tarde para quebrar su
correas. Los italianos la usan y la llaman arcuccio.El niño voluntad. Dejándoles gritar, se cansan ellos mismos; mas si
permanece siempre en esta caja, y allí se le deja hasta para se satisfacen todos sus caprichos en la primera juventud, se
amamantarle. Se impide a la vez con ella que la madre pervierte su corazón y sus costumbres.
pueda aplastar al niño si se duerme por la noche. Entre El niño, sin duda, no tiene aún ningún concepto de lo
nosotros mueren muchos niños de esta manera; semejante moral; pero se tuercen sus disposiciones naturales porque
precaución es, pues, mucho mejor que las mantillas, hay que emplear después castigo s muy duros para volver
porque los niños tienen más libertad y les impide defor- bueno lo corrompido. Cuando después se quiere desacos-
marse, como frecuentemente ocurre con ellas. tumbrar a los niños de que se acuda presurosos a sus
. Otra costumbre d~ la p_ri~era educación es el mecer a los deseos, manifiestan un furor tan grande en sus gritos ,
mños . El modo mas fac1l es el que emplean algunos como sólo son capaces de mostrarlo las personas mayores;
campesinos. Suspenden la cuna, mediante cuerdas, de una faltándoles sólo las fuerzas para traducirlo en obras.
viga, y no tienen más que empujarla para que se mueva de Mandan de modo completamente despótico, en tanto que
un lado a otro. En general, no sirve de nada el brizar a lo s no tienen más que gritar para conseguirlo todo. Es muy
niños; pues el vaivén les es perjudicial. Se ve hasta en las natura l que se enojen ante la pérdida de este dominio, pues
personas mayores que el columpiarse les produce vértigos aun las personas mayores, cuando han estado mucho
y un movimiento como para vomitar . De _este modo se tiempo en posesión de un poder, les es muy difícil
quiere aturdir a los niños para que no gnten; pero los deshabituarse de pronto.
gritos les son saludables. Tan pronto como salen del seno Lo s niños no ven bien al principio, aproximadamente
materno, donde no han disfrutado ningún aire, respiran el hasta los tres primeros meses; tienen, en efecto, la sensa-
primero . Alterado c_on ello, el curso de la sangre. les ción de la luz, pero no pueden diferenciar unos objetos de
produce una sensación dolorosa; pero por sus gritos otros. Para convencerse de ello basta enseñarles una cosa
desarrolla el niño mejor sus partes interiores y los canales brillante; no la siguen con los ojos . Con la vista aparece
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también la facultad de reir y de llorar . Cuando el niño se De ordinario se dice qu~ los niños caen muy pes~damen-
encuentra en este estado, grita con reflexión, sea ésta todo te; pero sin contar que no siempre sucede eso, no les hace
lo oscura que se quiera. Entonces cree que siempre se le daño caerse alguna ve'.4,-Así aprenden a guardar mejor el
hace daño . Dice Rousseau, que cuando se pega en la mano equilibrio y a hacer ·· que la caída no les perjudique.
a un niño de seis meses, grita como si le hubiera caído en Habitualmente se les pone las llamadas chichoneras, que
ella un tizón ardiendo. Realmente aquí supone ya la idea de son lo bastante salientes para impedir que el niño nunca
una ofensa . Comúnmente los padres hablan mucho de pueda caer sobre su cara. Es una educación negativa
quebrar la voluntad de los hijos. No hay que contrariarles emplear instrumentos allí donde el niño los tiene naturale s.
más que cuando previamente se les ha corrompido. Pues la Aquí lo son las manos, que el niño pone ante él en las
primera corrupción nace de acceder a la voluntad despóti- caídas. Cuantos más instrumentos artificiales se usen,
ca de los niños, en tanto que pueden conseguirlo todo con tanto más dependerá el hombre de ellos.
sus llantos. Después es muy difícil reparar este mal, En general, lo mejor sería usar menos instrumentos al
y apenas se llega a conseguirlo . principio y dejarles aprender más por sí mismos; lo
Puede muy bien lograrse que el niño esté tranquilo; pero realizarían más sólidamente. Sería así posible, que el niño
en tanto, consume su cólera y mantiene más y más su rabia aprendiera, por ejemplo, a escribir solo, pues alguien lo ha
interior. Así se le acostumbra al disimulo y a las emociones inventado una vez, y esta invención tampoco es muy
internas. Es muy extraño, por ejemplo, que los padres difícil. Bastaría decirle, v. gr., cuando quiere pan: ¿Podrías
exijan a sus hijos que les besen la mano después de haberle pintarlo? Entonces dibujaría una figura ovalada. Se le
pegado con la palmeta. De este modo se les habitúa al podría decir que no se sabe si representa un pan o un canto
disimulo y a la falsedad; pues la palmeta no es un .regalo tan rodado; trataría después de dibujar la P y llegaría de esta
hermoso que hayan de agradecerlo, y es fácil pensar con manera a inventar con el tiempo su propio A B C, que más
qué corazón besarán entonces la mano. tarde podría cambiar por otros signos.
Para enseñar a andar a los niños se emplean ordinaria - Algunos niños vienen al mundo con ciertos defectos.
mente los andadores y los carretones. Es chocante que se ¿No hay medio de corregir sus formas defectuosas a éstos
quiera enseñar a andar a un niño; como si un hombre no mal conformados? Los trabajos de muchos sabios escrito-
pudiera ·andar por falta de instrucción . Los andadores, res han probado que el corsé no sirve en este caso más que
especialmente, son muy perjudiciales. Cierto escritor se para empeorar el mal; para impedir tanto la circulación de
quejaba un día de asma, que no atribuía sino a los la sangre y de los humores, como la muy necesaria
andadores. Pues como el niño todo lo coge y arrastra por el dilatación de las partes exteriores e interiores de nuestro
suelo, apoya el pecho en los andadores, y como el pecho cuerpo. Cuando se deja en libertad al niño, ejercita todavía
está tierno aún, se aplasta y después conserva esta forma. su cuerpo; siendo el hombre que lleva corsé mucho más
Los niños no aprenden con tales auxilios a andar tan débil cuando se lo quita, que otro que no se lo haya puesto
firmemente como si hubieran aprendido ellos solos. Lo nunca. Quizá se pudiera auxiliar a los que han nacido
mejor es dejarles que se arrastren hasta que empiecen ladeados, colocando mucho peso donde los músculo s sean
a andar poco a poco, por sí mismos . Por precaución se más fuertes. Pero esto es también muy peligro so; pues
puede guarnecer el cuarto con cobertores de lana para que ¿qué hombre puede determinar su equilibrio? Lo mejor es
no se claven astillas, ni caigan en duro. que el niño se mueva por sí mismo y tome una postura, aun

52 53
cuando le sea molesta, pues todas las máquinas no consi- para el sueño. El hombre debía también acostumbrarse
guen nada en este asunto. a hacerlo a horas fijas para no perturbar al cuerpo en sus
Todos estos aparatos artificiosos son tanto más perjudi- funciones. En cuanto a que los niños puedan comer
ciales, cuanto más en contradicción están con el fin de la a cualquier hora, no se puede alegar aquí el ej_emplode l~s
naturaleza en los seres organizados y racionales; en conse- animales. Porque siendo lo que comen los animales he~~1-
cuencia, hay que dejarles la libertad de aprender a usar sus voros poco nutritivo, el comer les es una ocupac1on
fuerzas. Sólo se debe impedir en la educación que los niños ordinaria. Pero es muy conveniente para el hombre comer
lleguen a ser flojos . El endurecimiento es lo contrario de la en tiempo determinado. Asimismo, quieren muchos pa-
molicie. Se arriesga demasiado queriendo que los niños se dres que sus hijos puedan soportar grandes fríos, mal<;>s
acostumbren a todo. La educación de los rusos va en esto olores, toda clase de ruidos, etc. Esto no es necesario
muy lejos. Pero también muere allí un número increíble de cuando no se les ha acostumbrado a nada. Y para ello,
niños. El hábi to es un goce o una acción que se ha conviene mucho colocar al niño en distintas condiciones.
convertido en necesidad por la frecuencia de repetir el U na cama dura es mucho más sana que una blanda.
mismo goce o la misma acción. A nada pueden los niños Generalmente una educación dura sirve mucho para el
habituarse con más facilidad (y por eso nada se les tienen fortalecimient~ del cuerpo. Entendemos por educación
que dar menos) que a las cosas excitantes, por ejemplo, las dura el mero impedimento de la co~odidad. Para la
bebidas calientes, el aguardiente, el tabaco. Es muy difícil confirmación de este aserto, no faltan eJemplos notables,
después deshabituarse de esto, y al principio va unido sólo que no se atienden o, dicho más exactamente, no se
a molestias, porque el placer repetido produce un cambio quieren atender.
en las funciones de nuestro cuerpo. En lo que se refiere a la educación de_lespíritu, que_,en
Un hombre es tanto menos libre e independiente, cierto modo, también se puede llamar física, se ha de cuidar
cuantos más hábitos tiene. El hombre, como todos los ante todo que la disciplina no esclavice al niño; éste debe,
demás animales, conserva cierta inclinación a lo que se le por el contrario, sentir siempre su libertad, de tal modo
ha acostumbrado desde el principio. Impídase, pues, que que no impida la de otro; por lo que ha de e~contrar
los niños se habitúen a alguna cosa y que nazca en ellos resistencia . Muchos padres rehusan todo a sus h1JOSpara
ninguna costumbre . ejercitar su paciencia, exigiéndoles much~ má~_de la que
Muchos padres quieren acostumbrar sus hijos a todo . ellos mismos tienen: esto es cruel. Que se de al nmo todo lo
Pero esto nada vale, porque . la naturaleza humana, en que necesita y que se le diga después: ¡tienes bastante! Pero
general, y la de los individuos, en particular, no se deja es absolutamente necesario que esto.~eairr~vocable. No se
acostumbrar a todo, y muchos niños se quedan en el preste atención a los lloros de los nmos, m se ac~eda a sus
aprendizaje. Quieren, por ejemplo, que puedan dormir deseos cuando quieran alcanzar algo por sus gnto_s; pero
y levantarse a cualquier hora o que coman cuando ellos lo déseles cuando lo pidan amigablemente, si les conviene. El
exijan. Para poder sobrellevarlo es necesario un modo niño se acostumbrará por este medio a ser sincero, y como
particular de vida, un régimen que fortalezca el cuerpo no importuna a nadie con sus g~itos,. cualquiera, en
y que repare el mal que aquello ha ocasionado. Sin cambio, les será benévolo. La Prov1denc1a parece haber
embargo, encontramos también en la Naturaleza mucha dado a los niños un aire agradable para que puedan mo-
periodicidad. Los animales tienen un tiempo determinado ver a la gente en su favor. Nada más perjudicial para rom-
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per su obstinación, que una disciplina servil y estrecha . las otras cosas. Pero como las nodrizas muestran su terror
Se dice ordi~ariamente a los niños: ¡Uf, avergüénzate! en su aspecto ta1;1pronto com~ ven ~na ar~ña, este terror
¡Qué indecente es esto!, etcétera. Pero semejantes expre- obra sobre el ruño por una cierta simpatia. Muchos, lo
siones no debieran encontrarse en la primera educación . El conservan durante su vida y permanecen en esto siempre
niño no posee todavía idea alguna del pudor ni de la niños. Porque, en efecto, las arañas son peligrosa s para las
decencia; no tiene por qué avergonza rse, no debe avergon- moscas, su picadura les es venenosa; pero al hombre no le
zarse; así no se hará más que un huraño . Quedará perplejo perjudican. Y un sapo es un animal tan inocente como un a
a la vista de los demás, y se ocultará gustoso de la gente. De hermosa rana verde u otro animal cualquiera.
tal modo, adquiere una reserva y un disimulo perjudicia-
les. No se atreve a pedir nada y debía pedirlo todo; oculta
su carácter, parece siempre de otro modo que es, y debería La parte positiva de la educaci?n es la c':"ltura.El
poder decirlo todo con franqueza. En vez de estar siempre hombre se distingue por ella del arumal. Con s1_s te, sobre
con sus padres, huye de ellos y se arroja en los complacien- todo, .en el ejercicio de las facultades de su espín tu, por lo
tes brazos de los criados. cual, los padres han de proporcionar o~as~onesfavorab_les
Los mimos y caricias ininterrumpidas no son nada a sus hijos con este fin. La ~rimera y pn~cipal regla aqu1 e_s
mejor que esta educación estecha. Esto fortifica al niño en que se prescinda, en lo posible, de to~o mstrum~nto. As1,
su propia voluntad, le hace falso, y como le revela una al principio, no se usan andadores m carretonc1llos, y se
debilidad de los padres, les roba la estimación necesaria deja arrastrar al niño por el suelo hasta que aprende a andar
a los ojos del hijo . Pero cuando se le educa de modo que no por sí mismo, que es como andará más fi~memente_._Los
pueda conseguir nada con sus gritos, es libre, sin ser instrumentos no hacen más que destruir la habilidad
impertinente, y discreto, sin ser tímido . No se puede sufrir natural. Y así, cuando se usa un cordel para medir una
a un hombre atrevido. Muchos, tienen un rostro tan extensión, pudi éndolo realizar muy b_ien calculand_o a
insolente, que ante ellos se teme siempre una grosería; así simple vista; cuando se emplea un ~e~~J para determmar
como se ven otros, por el contrario, a quienes se cree el tiempo, bastando para ello la pos1ci?i:1del sol; cuando
incapaces de decir una inconveniencia a nadie. Se puede se sirve de un compás para saber el sit10 de un bosqu e,
parecer siempre franco, cuando a ello va unida cierta pudiéndolo hacer asimismo por el sol, de día, y por las
bondad . La gente dice, con frecuencia, de los hombres de estrellas de noche. Hasta se puede decir, que en vez de usar
alto linaje, que tienen un aire de realeza; pero la mayor una barca para ir por el agua, se pued~ nadar. El ilustre
parte de las veces éste no es sino una cierta mirada altanera, Franklin se extrañaba de que no aprendiera a nadar todo el
a la cual se han acostumbrado desde su juventud, porque mundo siendo no obstante tan agradable y útil. Citaba
no se les ha rehusado nada. tambié~ una manera fácil para aprender a nadar por sí
Todo lo dicho se puede considerar como perteneciendo mismo: se pone un huevo en un arroyo, en cuyo fondo
a la educación negativa. Pues muchas debilidades del descansa el individuo, teniendo, por lo menos, la cabeza
hombre, vienen no de que se le enseñe nada, sino de fuera del agua. Se int enta entonces cogerlo; al agacharse,
comunicarle impresiones falsas. Así, por ejemplo, las suben los pies por alto y se echa la cabeza sobre la nuca
nodrizas hacen que los niños teman las arañas, sapos, etc. para que el agua no entre en la boca, y así se tiene la postura
Los niño~ podrían ciertamente coger las arañas igual que que es necesaria para nadar; basta ahora mover las manos

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y se nada. No se trata, sino de cultivar la habilidad clase. El baile artístico parece prematuro para los niños
natural. Frecuentemente, se necesita una instrucción pa- propiamente dichos.
ra esto; a menudo, también el niño mismo es bastan- El juego de lanzar, ya a lo largo, ya para dar en el blanco,
te rico en invenciones, o encuentra él solo los instru- tiene también como fin el ejercicio de los sentidos, y en
mentos. particular, el de la vista. El juego de la pelota es uno de los
L~ q1;1eha de observarse en la educación física y, por mejores juegos infantiles porque origina una carrera salu-
cons~~iente, en lo referente al cuerpo, se reduce, o bien al dable. En general los mejores juegos son los que, a más de
mov_imiento voluntario, . o bien a los órganos de los desenvolver la habilidad, ejercitan también los sentidos;
s~nt1dos. Se_tra~, en el primer caso, de que el niño se baste por ejemplo, los ejercicios de cálculo a simple vista para
siempre a si mismo. Para ello necesita fuerza habilidad juzgar exactamente sobre la lejanía, el tamaño y la propor-
agilidad y seguridad; por ejemplo, que pueda a~dar por u~ ción; para encontrar la situación de lo s lugares según las
sendero es:recho, por una altura escarpada, donde ante sí regiones, en lo cual tiene que ayudar el sol, etc.; todos éstos
vea un abismo, o por un suelo vacilante. Cuando un son buenos ejercicios. También es muy ventajosa la imagi-
hom~re no pueda hace 7 esta~ cosas, no es todo lo que nación local, que consiste en la habilidad de representarse
podna _ser. Desde que dio el eJemplo el Philan-tropinum, todo en los lugares en que realmente se han visto; por
de Dessau? se han hecho m_uchosensayos de esta clase en ejemplo, el placer de encontrar la salida de un bosque,
otros Institutos. Es maravilloso leer, cómo los suizos se observando los árboles por los cuales se pasó antes. Lo
aco~t~mbran desde su juventud a ir por las montañas y la mismo sucede con la memoria localis, mediante la cual, no
habilidad que _esto les da; pudiendo pasar con la más sólo se sabe en qué libro se ha leído alguna cosa, sino
completa se~ndad por los más estrechos senderos y saltar también el lugar donde está. Así, el músico tiene la
sc_:>bre
los abismos, habiendo previamente juzgado a simple representación de las teclas, para no tener que mirarlas.
vista que pueden salvarlos sin riesgo. Pero la mayor parte También es necesaria la cultura del oído de los niños a fin
de los hc_:>mbres temen una caída imaginaria, y este temor de que conozcan por él si una cosa se encuentra lejos
les paraliza de tal modo los miembros que les hace muy o cerca y el sitio en que está. '·
peligroso el andar de esta manera. 'Este temor crece El juego de la gallina ciega, era ya conocido por los grie-
generalmente con la edad, y abunda sobre todo, en los gos; lo llamaban µ-utvoa. Los juegos de los niños son muy
hombres acostumbrados a trabajos intelectuales. generales; los de Alemania se encuentran también en Ingla-
terra, Francia, etc. Se fundan en una ciert a tendencia natural
~ales ensayos co,n los. niños no soD: realmente muy
peligrosos, porque estos tienen, en relación a sus fuerzas, de los niños; en el de la gallina ciega, por ejemplo, compren-
un peso mucho menor que los hombres, y por eso no caen den cómo podrían arreglarse si estuvieran privados de un
tampoco de un modo tan pesado. Además sus huesos no sentido. El peón es un juego particular; sin embargo, estos
son ni tan se~os ni ta~ frágiles como lo lleg;rá~ a ser con la juegos de niños proporcionan materia a los hombres para
edad. Los mismos ruños ensayan sus fuerzas. Así se les ve más vastas reflexiones, y a veces también, ocasión para in-
frecuentemente trepar sin propósito alguno. El correr es ventos importantes. Así, Segner ha escrito una disertación
un movii:nie1:1t?saluda~le y que robustece al cuerpo. Son sobre el peón, y el peón ha dado motivo a un capitán de na-
buenos eJercic1ostambién, el saltar, levantar llevar lanzar vío inglés para inventar un espejo, mediante el cual se puede
arrojar hacia un objeto, luchar, correr y todos lo; de est; medir sobre el barco la altura de las estrellas.

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. Los niños gustan. de los instrumentos ruidosos, por pero en la sociedad, donde el mundo ha de ser bastant e
eJemplo, las trompetillas, los tamborcitos, etc . Pero éstos grande para él y para los demás .
no valen nada, porque importunan a los demás. No Toby, en Tristram Shandy, dice a una mosca, que le
obstante, ya sería otra cosa si ellos mismos aprendieran había molestado mucho tiempo y a la que deja salir por la
a cortar una caña para poder tocar . ventana: « Vete, perverso animal, que el mundo es bastante
El colump~~ es también un buen ejercicio, los mismos grande para mí y para ti» . Y esto podría tomarlo cada uno
adultos lo utilizan para su salud; sólo necesitan los niños por lema. No debemos importunarnos unos a otros; el
que se _le~vigile, porque puede llegar a ser muy rápido mundo es bastante grande para todos.
el ~ovimiento. La co1?_eta es igualmente un juego ino-
fensivo; educa la habilidad, porque el levantarla muy
alta depende de la posición que se tome respecto al Llegamos ahora a la cultura del alma, que, en cierto
viento. modo, también se puede llamar física. Hay que distinguir
El muc:11achose ap~rta de otras necesidades por el placer la naturaleza de la libertad. Dar leyes a la libertad es mu y
de estos Juegos, y as1 aprende poco a poco a pasarse sin otra cosa que formar (bilden) la Naturaleza. La naturaleza
otras más graves. Además, adquiere la costumbre de una del cuerpo y la del alma están de acuerdo en que se ha de
o_cupación continua . Tampoco deben ser meros juegos, impedir perturbar su recíproca educación, y en que el arte
smo que han de tener una intención y un fin. Cuanto más aún ha de añadir algo tanto a una como a otra. Por
se fortif~ca y se curte de. t~l modo su cuerpo, se asegura consiguiente, -de alguna manera- puede llamarse física
tanto mas contra los permciosos resultados del mismo. La a la educación del alma como a la del cuerpo.
gimnasia_sólo debe gui_ara la Naturaleza; no debe producir La formación física del espíritu se diferencia de la
una gra~ia forza~,ª· Primeramente ha de venir la disciplina formación moral en que ésta no se refiere más que a la
y no la mstrucc1on. Pero es preciso considerar, que en la libertad y aquélla sólo a la naturaleza. Un hombre puede
cul~ura del ~uerpo del niño se le forma también para la estar físicamente muy cultivado, puede tener el espíritu
sociedad. Dice Rousseau: «No llegaréis a formar hombres muy formado, pero estar moralmente mal educado y ser
enteros si no hacéis _antespillos». Se puede hacer mejor de una mala criatura.
~n _muchacho despierto un hombre de bien, que de un Hay que distinguir la cultura física de la práctica, que es
md1screto un hombre que obre prudentemente. El niño no pragmática o moral. La última tiene por fin la moraliza-
?e
~a ser importuno en sociedad, y menos, adulador; será, ción y no el cultivo del hombre.
Dividirnos la cultura física del espíritu en libre y escolar.
mc1ta~o _por lo~ de~ás, confiado sin importunidad, fran-
co_, sm impertu~enc1a. El medio de conseguirlo es no La libre, poco más o menos, no es más que un juego; la
mu~arle nada, m darle un concepto de las conveniencias escolar, por el contrario, supone un proceso; la libre es la
sociales, porque se volverá tímido y silvestre o le sugerirá que se ha de seguir siempre en el alumno; se le considera en
P.º:otra parte, la idea de hacerse valer. Nada hay má; la escolar como sometido a la coacción. Se puede estar
nd1culo que la presuntuosa modestia o la indiscreta vani- ocupado en el juego, lo que se llama pasar el tiempo, pero
dad de los niños . En este último caso, hemos de hacerle también se puede estarlo por la coacción, y esto se llama
~ot~r sus faltas,. ~ero si? que sienta mucho nuestra supe- trabajar. La educación escolar debe ser un trabajo para el
nondad y domm10, a fm de que se forme por sí mismo, niño; la libre, un juego.

60 61
Se han trazado distintos planes de educación para para con nosotros preparándonoslo todo, sin que tuviéra-
buscar, lo que es muy loable, cuál es el mejor método. Se ha mos que trabajar; porque el hombre h_ade ~star ocup~~o,
pensado, entre otros, hacer que los niños aprendan todo aun en aquellas cosas que llevan consigo cierta ~oacc10~.
jugando. Lichtemberg se burla, en un número del M agazin Es falso asimismo, creer que al haber permanecido Adan
de Gotinga, de la ilusión de que los muchachos lo hagan y Eva en el Paraí~o, no hubi~ran hecho más que estar
todo como juego, en vez de acostumbrarles desde tempra- juntos cantar canc10nes pastoriles y contemplar las belle-
no a los negocios, porque alguna vez han de entrar en la zas de ia Naturaleza. En tal estado les hubiera atormentado
vida activa. Esto produce un resultado absurdo . El niño el aburrimiento, lo mismo que a los demás hombres.
debe jugar, debe tener sus horas de recreo; pero tiene El hombre ha de estar ocupado de tal modo que, lleno
también que aprender a trabajar. La cultura de su habilidad del fin que tiene a la vista? casi no se ~ienta a sí m!s~o; su
es, sin duda, tan buena como la del espíritu; pero ambos mejor descanso es el que sigue al traba JO.Por cons1gmen_te,
modos de cultura han de practicarse en diferente tiempo. se ha de acostumbrar al niño a trabajar. ¿Y dónde meJor
Y a es una gran desgracia para el hombre ser muy propenso que en la escuela debe cultivarse la afición al trabajo? La
a la ociosidad. Cuanto más ha holgazaneado, más difícil le escuela es una cultura coercitiva (zwangmassige). Es de lo
es decidirse a trabajar. más perjudicial habituar al niño a que mire todas las cosas
En el trabajo, la ocupación no es agradable por sí misma, como un juego. Ha de tener un rato para recobrar fuerzas,
si no se emprende con otro propósito. La ocupación del pero es preciso también_ que _tenga sus mome?-tos_ de
juego, por el contrario, es agradable en sí, sin que haya trabajo. Si no comprende mmed1~t~mente para q~e le sirve
necesidad de proponerse para ello ningún fin. Cuando se esta coacción, más tarde adverura su gran utilidad. En
va a pasear, el propósito es el mismo paseo, y por esto, general, se acostumbraría a los niños a la indiscreción, si se
cuanto más largo es el camino, tanto más agradable nos contestara siempre a sus preguntas: ¿para q_u~es esto? ~y
resulta. Pero cuando vamos a algún sitio, sea a la sociedad aquello? La educación tiene que ser coerc1t1va, pero sm
que se encuentra en tal punto, sea otra cosa el objeto de que por ello haya de esclavizar a _los niños. , .
nuestro paseo, escogemos con gusto el camino más corto. En lo que se refiere a la cultura h~re del esp1~i~u?se ha de
Lo mismo pasa con el juego de cartas. Es realmente observar, que continúa siempr~. Tiene que_dmiirse pr~-
singular, ver cómo hombres razonables son capaces de piamente a las facultades superiores. Se cultivaran ademas
estar sentados, mezclando las cartas, horas y horas. Esto
prueba que los hombres no dejan de ser niños tan fácil-
f
las inferiores, pero sólo ~n vi_stad~ aquéllas; el in~en!o, ºr
ejemplo en vista de la mtehgenc1a. La regla prmc1pa en
mente. Pues ¿aventaja en algo este juego al de la pelota de este asdnto es que no se ha de cultivar aisladamente
los niños? No quiere decirse precisamente que las personas ninguna facultad, por sí misma, sino cada una en relación
mayores monten a caballo en los bastones, aunque cabal- con las demás; la imaginación, por ejemplo, en provecho
gan en otras manías. del entendimiento .
Es de la mayor importancia que los niños aprendan Las facultades inferiores no tienen por sí solas ningún
a trabajar. El hombre es el único animal que necesita valor, v . gr.: un hombre de mucha memoria, pero ~in
trabajar. Ha de estar muy preparado para que pueda gozar ningún juicio. Semeja?te indi':i?uo no es m~s que un léxico
de su sustento. Se contesta, sin duda, negativamente, a la viviente. Son necesarias tamb1en estas bestias de carga del
pregunta de si se hubiera mostrado el cielo más propicio Parnaso, porque, aunque no realicen nada razonabl e por
62 63
sí, arrastran materiales con los cuales otros pueden produ- osadía; y la declamación, por otra parte, no :~nviene más
cir alguna cosa buena. El ingenio hace grandes necedades, que a los hombres . Aquí pertenecen tamb1en toda s las
cuando no le acompaña el juicio. El entendimiento es el cosas que no se ~prenden más que~ª:ª un/uturo examen
conocimiento de lo general. El juicio es la aplicación de lo o en consideración al futuran oblivionen . No se ha de
general a lo particular . La razón es la facultad de compren - emplear la memoria más que en las cosas c_~yaconser:7a-
der la unión de lo general con lo particular. Esta cultura ción nos sea conveniente y que tengan relac1on con la vida
libre sigue su curso desde la infancia hasta que cesa toda real. Es perjudicial a los niños la lectura de novelas, porque
educación. Cuando un joven, por ejemplo, aduce una regla no les sirven más que de distracción mientras las leen;
general, se le puede hacer citar casos de la historia , de la debilita también la memoria, pues sería ridículo retener la
fábula en que esté disfrazada, pasajes de los poetas donde novela y quererla contar a los demás. Se ha de retirar, po~
esté expresada, y proporcionarle de este modo ocasión de tanto, toda novela de manos de los niños. Mientras las leen,
ejercitar su ingenio, su memoria, etc. imaginan en ellas otra novela, porque se representan de
La máxima tantum scimus, quantum memoria tenemus 1 otro modo las circunstancias, divagan y quedan como
tiene, sin duda alguna, su exactitud, por lo cual es muy aturdidos.
necesaria la cultura de la memoria . Todas las cosas están No se han de permitir nunca las diversiones, a lo menos
dispuestas de tal modo, que el entendimiento ha de seguir en la escuela, pues acaban por producir cierta i~clin~ción,
las impresiones sensibles y la memoria, conservarlas. Esto cierto hábito a ellas. Los que ~on dados a las d1ver~:ones,
sucede con las lenguas. Se las puede aprender, bien de pierden sus más hermosas cualidades. Aunque los_m~osse
memoria -formalmente- o mediante la conversación, distraigan en sus juegos, vuelven pronto al recog1m1ent~;
y este último método es el mejor en las lenguas vivas. El cuando preparan una mala partida, se les ve con frecuencia
estudio de los vocablos es realmente necesario, pero es distraídos pues entonces reflexionan cómo han de ocul-
mucho mejor, que los aprendan los niños cuando los tarla o re~ararla. En estos momentos , no oyen m_ásque la
encuentren en un autor, que se les ha mandado leer. La mitad de lo que se les habla, responden al reves, no se
juventud ha de tener una tarea fija y determinada. Se enteran de lo que leen, etc. .
aprende mejor la geografía por un cierto mecanismo. La La memoria se ha de cultivar desde muy temprano, sm
memoria prefiere particularmente este mecanismo, que es olvidar tampoco la inteligencia.
también muy conveniente en una porción de cosas. Hasta Se cultiva la memoria: a) Reteniendo los nombres que se
ahora no se ha encontrado todavía ninguno a propósito encuentran en las narraciones; b) mediante la lectura
para la historia; se han ensayado unas tablas; sin embargo, y escritura, pero ejercitándolas reflexivament~ y no por el
parece que no dan buenos resultados. La historia es un deletreo; e) mediante las lenguas, que los mños han de
excelente medio para ejercitar en el juicio al entendimien- aprender hablándolas, aúr_i_antes de 9-ue lleguen a leer.
to. La memoria es muy necesaria, pero no vale absoluta- Puede prestar un buen serv1c10,convementemente arr~gl~-
mente nada, cuando se hace de ella un mero ejercicio; por do, el llamado orbis pictus, pudiéndose comenzar pnnc1-
ejemplo, cuando se hace aprender los discursos de memo- palmente por la botánica, la mineral~gía y la física. _Al
ria. En rigor, esto no sirve más que para favorecer la hacer una indicación en estas materias, se da motivo

1. El conocimiento está en relación directa con la m.em.oria.(N. del T.) 1. Qu e se ha de olvidar. (N. del T .)

64 65
a modelar y dibujar, para lo que se necesitan las matemáti- A) La cultura general de las facultades del espíritu,
c~s. ~? más C?~venie~te es que la primera instrucción diferente de la especial. Tiene por objeto la habilidad y el
científ1~~ se dmJa hacia la geografía, tanto matemática perfeccionamiento; no enseña en particular al alumno,
como fmca. Los relato s de ~iajes, explicados con grabados sino que fortifica las facultades de su espíritu. Es:
Y mapas, conducen en seguida a la geografía política. Del a) o física, dentro de lo que todo descansa en el ejercicio
estado actual ~e la superficie terrestre, se vuelve al primiti- y en la disciplina, sin que los niños necesiten conocer
vo Y se llegara a la geo~rafía e historia antiguas. ninguna máxima; pasiva para el alumno, que ha de seguir la
.!fay que tratar de umr lentamente en la instrucción del dirección de otro; otros piensan por él:
mno el sab~r y ~1poder; L_asmatemáticas parecen ser, entre b) o moral, no se apoya en la disciplina, sino en
todas !as cienci~s, el ~meo medio de satisfacer este fin. máximas. Todo se pierde, si se quiere fundarla sobre
Ad~mas, e~preciso ~~r el saber y el idioma (la elocuencia, ejemplos, amenazas, castigos, etc. Sería entonces mera
dec_1ry 1aretorica). También ha de aprender el niño
el b_ie1;1 disciplina. Se ha de procurar, que el alumno obre bien por
a. ~istmguir claramente el conocimiento, de la mera opi- sus propias máximas y no por costumbres; que no sólo
mon Y.de_1acreencia. De este modo, se prepara un recto haga el bien, sino que lo haga porque es bueno. Pues el
entendimiento y un gusto, no fino o delicado, sino exacto. único valor moral de las acciones está en las máximas del
Hay que .preparar antes el gusto de los sentidos sobre todo bien. La educación física se diferencia de la moral en que
el de la vista, y, en último lugar, el de las ide'as. aquélla es pasiva para el alumno, mientras que ésta es
Ha ?e. haber reglas en todo lo que deba cultivar al activa. Ha de comprender siempre el fundamento y la
e~ite_ndimiento.Es ~uy útil_a~straerlas, para que el enten- derivación de los actos por la idea del deber.
d_rm1entono obre solo mecamcamente, sino con concien- B) La cultura particular de las facultades del espíritu.
cia de una re~la. Es !ambién muy conveniente cristalizar A ella pertenece la cµltura de las facultades del conoci-
las reglas en ciertas formulas y confiarlas así a la memoria. miento, de los sentidos, de la imaginación, de la memoria,
Nosotros tenemos las reglas en la memoria y no las de la atención y del ingenio, en lo que concierne a las
encontram _ospronto cuando descuidamos usarlas. Se pre- facultades inferiores del entendimiento. Se habló ya ante-
gunta aqui: ¿deben preceder las reglas in abstracto? · se riormente, de la cultura de los sentidos, por ejemplo, de la
deben apren~er como co~secuencia del uso? ¿las reglas; el vista. Por lo que hace a la cultura de la imaginación, es
~s~ deben 1r a pasos iguales? Esto último es lo que preciso observar lo siguiente: los niños tienen una imagi-
u1;11camenteconviene. En otro caso, el uso es muy largo nación extremadamente fuerte, y no hay que excitarla
e mseguro hast~ que no se llega a alcanzar las reglas. Han y alimentarla con cuentos. Más bien se la ha de sujetar
de aprenderse estas ocasionalmente, pero también clasifi- y someter a reglas; pero sin dejarla del todo desocupada .
cadas, 1;ues no se pueden retener, cuando no están unidas Los mapas tienen cierto encanto para todos los niños,
entre s1. Por eso, ha de preceder algo la gramática en el hasta para los más pequeños. Aun fatigados, aprenden algo
estudio de los idiomas . todavía, cuando se usan. Es ésta una labor, que no deja
vagar su imaginación, antes bien, la detiene en ciertas
figuras. Podría hacérseles comenzar por la geografía, y al
También es preciso dar un concepto sistemático del fin mismo tiempo unir a ésta, figuras de animales, vegetales,
completo de la educación y del modo de alcanzarlo. etc., que la vivifiquen . La historia vendría después.
66 67
En cuanto a la atención, obsérvese que es preciso vado, da Sócrates -que se llamaba la partera de los
fortificarla. U na persistente aplicación de nuestro entendi- espíritus- el ejemplo de cómo las ~e.ntes de edad pu;den
miento a un objeto, revela, más que una buena condición, sacar mucho por sí mismas de su espmtu. Se usa la razon de
debilidad de nuestro sentido interno; porque en tal caso los niños en muchas cosas que no debía usarse. No han de
pierde la flexibilidad y no se puede emplear a voluntad. La razonar en todo. No deben conocer los fundament~s ~e
distracción es enemiga de toda educación. Y en la atención aquello que se emplea para educarlos; pero _sí,los_pr~nci-
descansa la memoria. pios en cuanto se trata del deber. Se ha de mirar pnncipal-
Lo relativo a las facultades superiores del espíritu men~e en esto, no meterles los conocimientos raciona~e~,
comprende la cultura del entendimiento, del juicio y de la sino más bien sacarlos de ellos mismos. El método socrau-
razón. Al principio también se puede educar el entendi- co debía dar la regla al catequístico. ~quél es, sin duda,
miento, en cierto modo, pasivamente, citando ejemplos lento y difícil de acomodar para que, mientras se sacan los
para la regla, o al revés, encontrando reglas para los casos conocimi~nt~s a unos, P.~edan aprende_ralgo los ~t~os. En
particulares . El juicio indica el uso que se ha de hacer del muchas ciencias es tambien bueno el metodo mecamco-ca-
entendimiento. Es necesario comprender lo que se apren- tequístico, por ejemplo, en la exposición de ~a reli~ión
de o se habla, y no repetir nada sin que se comprenda. revelada. En la religión universal, por e~contrario, _setiene
¡Cuántos leen y oyen sin comprender, aun creyéndolo así! que usar el método socrático. Se recomienda espec1al~en-
Para evitar esto, se necesitan imágenes y cosas. te el método mecánico-catequístico para lo que se tiene
Mediante la razón se comprenden los fundamentos; que enseñar históricamen~:· ., . .
pero hay que pensar que se habla aquí de una razón aún no Corresponde aquí tamb1en la educac10n del_senumien~o
dirigida. El niño no debe querer, pues, razonar siempre; de placer y de disgusto. Tiene qu_es~r n~~auva, pero si_n
tampoco ha de razonar mucho sobre lo que supera a nues- halagar el sentimiento mismo. La mclmac1on a la comodi-
tras ideas. Aún no se trata en este sitio de la razón dad es para el hombre peor, que todos los males de la vi~a.
especulativa, sino de reflexionar sobre lo que procede Por eso es de una extrema importancia, enseñar a trabaJar
según sus causas y efectos. El niño tiene una razón práctica a los niños desde el principio. Cuando no está_n ya
en su economía y organización . mimados, les gustan las diversiones a ~ascuales va umda la
Se educan mejor las facultades del espíritu, haciendo por fatiga y las ocupaciones en que_nec.~sitanfuerzas. No ha_y
sí mismo todo lo que se pretende, por ejemplo, cuando se que dificultarles sus placeres m deJarselo_~escoger. s>rd1-
pone en práctica la regla gramatical que se ha aprendido. Se nariamente las madres educan mal a sus h1JOSy los miman.
comprende mucho mejor un mapa, cuando se le puede Y no obstante, se observa que los niños, en particular los
hacer por uno mismo. El mejor recurso para comprender, hijos, quieren a sus padres más que a sus madres. Esto nace
es producir. Lo que, más o menos, se aprende por sí de que las madres no les dejan saltar, corretear, etc., por
mismo, es lo que se aprende más sólidamente y lo que temor a que puedan hacerse daño. El p_adre,que, por el
mejor se conserva. Con todo, sólo algunos hombres se .
contrario , los riñe , los pega cuando han sido malos, a veces
encuentran en esta situación: se les llama autodidactas los lleva al campo y allí los deja corretear, Jugar y estar
(&u'toat6axm). contentos, como es propio de su edad.
En la cultura de la razón se ha de proceder socráticamen- Se cree ejercitar la paciencia de los niños haciéndoles
te. En los diálogos que Platón, de algún modo, ha conser- esperar las cosas mucho tiempo. Sin embargo, esto no debe

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ser necesario. Pero sí necesitan la paciencia en las enferme- Se mima a los niños, cuando se satisface sus gustos, y se
dades, etc. La paciencia es doble. Consiste o bien en les educa de un modo completamente falso, saliendo al
renunciar a toda esperanza, o bien en recobr;r un nuevo encuentro de su voluntad y de sus deseos. Esto sucede
valor. La J?rimera n'? es n_ecesariacuando sólo se pide lo ordinariamente, cuando los niños sirven de juguete a los
que es posible, y se tiene siempre la última cuando se desea padres, particularmente en la época que comienzan a ha-
sólo lo que es justo. La desesperación agrava tanto las blar. Pero esto mismo les causa un gran mal durante toda
enfermedades, cuanto las mejora el buen valor. Pero su vida. Efectivamente se les impide mostrar su enojo,
¿quién es capaz de hacer comprender a los enfermos, saliendo al encuentro de su voluntad, pero entonces se
que no abandonen la esperanza de su estado físico o enfurecen más y más interiormente. Aún no ha~ p~dido
moral? conocer el modo cómo deben portarse; por cons1gmente,
Tampoco ha de hacerse tímidos a los niños. Sucede esto la regla que se ha de observar con los niños desde su más
princ~palmente, cuando se les dirige injurias y se los tierna infancia, es auxiliarles cuando griten y se crea que
averguenza con frecuencia. Aquí encajan particularmente algo les hace daño, pero no hacerles caso cuando mera-
las palabr~s de muchos padres;«¡Puf; avergüénzate!» No mente griten por cólera. Más tarde, se observará de modo
se ve propiamente de qué debían avergonzarse, por ejem- continuo una conducta semejante. Es del todo natural, la
plo~ cuando tienen los 1edos en la boca, etc. Se les puede resistencia que encuentra el niño en estos casos, y es
decir: esto n~ ;s conveme1!-te,pero no se les debe dirigir un propiamente negativa, _sólo porque __ no se ~cude a sus
«¡puf, averguenzate!», mas que en el caso de mentir. La súplicas . Por el contrario, muchos nmos obtienen de sus
N~u~raleza ha dado _al hombre el rubor para que le padres todo lo que piden. cuando ruega?. Dejánd~le ~
tra1c10ne en cuanto mienta. Por eso los padres no deben conseguirlo todo con sus gntos, se encolerizan, pero si lo
hablar nu?ca de la vergüenza a los niños, más que en el caso obtienen con ruegos, llegan a hacerse blandos. Hay que
de que 1;mentan,y de este m~do conservarán el rubor para acceder a las súplicas de los niños si no_ se tiene ~in-
la mentira durante toda su vida. Pero si se están avergon- guna razón importante en contra; pero habiendo mottvos
zando constantemente, adquirirán una timidez que con- para no ceder, tampoco hay que_deja!se conmover _por
servarán toda la vida. ' sus muchas súplicas. U na negativa tiene que ser irre-
E~_preciso n?romper la voluntad de los niños, como ya vocable. Esto lleva a no tener que negar frecuente-
se d1!0 antes, smo sólo guiarla de modo que ceda ante los mente.
obstaculos ~aturales. Al principio, el niño tiene que Suponiendo que existiera en el niño una inclinación
obedecer a ciegas. No es natural que mande por sus gritos natural a la obstinación, lo que sólo se puede aceptar como
y que el fuerte o~~dezca al déb~. Nunca, pues, habrá que extremadamente raro, el mejor modo de proceder, es no
complacer a los nmos por sus gntos, aun en su infancia ni complacerle en nada, cuando tampoco nos haga nada con
dejarles conseguir nada por este medio. Ordinariament; se gusto. - El quebramiento de la volunta~ le pro~uce u_n
equivocan los padres en este asunto, y quieren más tarde modo servil de pensar; por el contrario, la res1stenc1a
repararlo, negándoles en absoluto todo lo que desean. Es natural ocasiona la docilidad.
muy absurdo negarles sin motivo alguno lo que esperan de La cultura moral tiene que fundarse en las máximas, no
la bondad de sus padres, sólo por contrariarles y hacer -a en la disciplina. Esta impide los vicios, aquélla forma el
los débiles- sentir su superioridad. modo de pensar. Ha de mirarse, pues, a que el niño se
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habitúe a <;>br:ar_pormáximas y no por ciertos estímulos. do sólo de seguir constantemente después lo que hicieron
Co~ la d1sc1plma sólo queda una costumbre que se una vez por las leyes. No hay que formar en los niños el
ex~~gue con l~s a~o.s. El niño debe aprender a dbrar por carácter de un ciudadano, sino el de un niño .
max.unas, cuy~ J_ust1c1a
comprenda él mismo. Fácilmente se Los hombres que no se han propuesto ciertas reglas son
ve, que es d1f1c1l_
~onseguir es.to con los niños pequeños, veleidosos; ocurre con frecuencia, que no se les puede
Y que la educac1on moral ex1ge la mayor ilustración de entender ni conocer nunca bien cómo son. En efecto, se
f
parte de los adres y de los maestros. censura a menudo a la gente que obra siempre por reglas;
C_uand~ e niño miente, por ejemplo, no se le ha de por ejemplo, al hombre que fija un tiempo para cada obra;
casu~ar, smo acogerle con desprecio, decirle que no se le pero muchas veces es injusta esta censura; esta precisión
creera en lo futuro, etcétera. Pero si se le castiga cuando asienta una disposición favorable para el carácter, aunque
obra mal o se le recompensa cuando obra bien hará lo parezca meticulosidad.
bueno para que se le trate bien. Más tarde :endrá al Es necesario, ante todo, la obediencia en el carácter de
mundo en que no sucede así, donde puede hace~ el bien sin un niño, particularmente en el de un alumno. Esta es
hna recompen_sa,Y ~1mal sin ':Incastigo, y entonces será un doble; en primer lugar, una obediencia absoluta al direc-
ombre que_solo mire el medio de prosperar, y será bueno tor, y luego, a la razonada y recta del que dirige. La
o malo, s~gun lo encuentre más ventajoso. · obediencia puede nacer de la coacción y entonces es
Es preciso que las máximas nazcan del hombre mismo absoluta, o de la confianza y entonces es razonada. Esta
En la cultura moral se debe inculcar pronto a los niños ei obediencia voluntaria es muy importante, pero aquélla es
concepto de lo 9ue es bueno o malo. Si se quiere funda- en extremo necesaria, porque prepara el niño al cumpli-
mentar la moralidad, no hay que castigar. La moralidad es miento de las leyes, que después tiene que cumplir como
algo tan santo .Ytan sublime, que no se la puede rebajar ciudadano, aunque no le agraden.
Y fuoner a la m1sma altura que la disciplina. Los primeros Por eso, los niños han de estar sujetos a una cierta ley de
es , erzos de 1~ educación moral son para fundar un necesidad. Pero esta ley tiene que ser universal, en vista de
ca:a~ter. Cons1s~e ~s~e en la facilidad para obrar por · la cual hay que obrar siempre en la escuela. El maestro no
maxima~. Al prmc1p10 son las máximas de la escuela ha de mostrar entre varios niños predilección ni afecto
Y despues, las de la humanidad. El niño en los comienzo; alguno de preferencia por uno determinado, pues si no, la
obe?e~e a _las1ey~s. Las máxi~as tambi~n son leyes, pero ley deja de ser universal. El niño se vuelve rebelde en
subJet1vas, se derivan 1e1 propio entendimiento del hom- cuanto ve que no se somete a todos a la misma ley.
bre. No ha de quedar impune ningún quebramiento de la Se habla constantemente de que se ha de presentar todo
ley de_la escuela, aunque el castigo tiene siempre que ser a los niños de modo que lo hagan por gusto. En mucho s
apropiado a la transgresión. casos esto es bueno sin duda, pero hay que prescribirle s
Al fo_rmar el ~arácter de los niños, se trata de hacerles también muchas cosas como un deber. Después les es esto
perceptible un ciert<;> plan en todas las cosas, ciertas leyes de la mayor utilidad en toda su vida; porque sólo el deber,
que tien~n que s~gu1r pu~to por punto. Así, por ejemplo, y no la inclinación, nos puede conducir en los puestos
se les sen~la u~ t1empo f1Jopara el sueño, para el trabajo, públicos, en los trabajos del oficio y en otros muchos
para las d_1ve~s1ones y esto no se ha de alargar O acortar. En casos. Suponiendo que el niño no comprendiera el deber,
las cosas mdiferentes se les puede dejar la elección, habien- lo mejor es hacerle entender que tiene deberes como niño,
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puesto que es más difí_cilCJUecomprenda, que los tiene contraproducentes . Los niños no los ven ent?nces más que
como hombre. La obediencia sería más completa si pudie- como efecto de la pasión de otro, y ellos m!smos se creen
ra comp!ender. ~sto, que sólo es posible con los años. objeto de esta pasión. En g~neral, los castigos se h~n.de
Toda _mfr~ccionpor un niño de lo mandado es una falta aplicar siemp re con prude?c1a, par~ que vean que el u~ico
de º?ediencia, _que lle_,,:aconsigo un castigo; tampoco está fin de éstos es su me1oram1ento.Es msensato -y convierte
dema~ en 1a infra~cion de un a orden cuando es por en esclavos a los niños- cuando tienen que agradecerlos,
descuido: Este castigo es, o bien físico o bien moral.
besar las manos, etc. Se hace tercos a los niños aplica_ndo
Se castiga moralmente cuando se contraría la inclinación a menudo los castigos físicos; cuando los padres cast1ga_n
a ser ..respetad<;>~y q1;1e:~dos,cuando, por ejemplo, se a sus hijos obstinadamente, sólo les hacen ser cada vez mas
averguenza al nmo, _rec1_ biendole con tono frío y seco. Hay testarudos. Los tercos no son siempre los peores hombres;
que conservar esta mc~nación en cuanto sea posible. Por a veces se conducen fácilmente por buenas representa-
ello_~ste modo de_castigar es el mejor, porque viene en c10nes. .
au_xiliode la mora~dad; v. gr., cuando un niño miente, una La obediencia del joven es diferente de la del mño.
m~rada d~ desprecio es un castigo suficiente y aun el que
mas conviene. Consiste en la sumisión a las reglas del deber. H~ce~ a!g?
por deber es obedecer a la razón. Es un trabaJO muul
El ~ast~g_ofísico consiste en no acceder a sus deseos, 0 en hablar al niño del deber; acaban por verlo como algo a cuya
la ap~1cacionde una pena. El primer modo de castigar es
infracción sigue la palmeta. El niño podría ser guiado por
seme!ante al moral y, además, negativo. Los demás casti- sus meros instintos; pero en cuanto crece hay que darle el
~os tienen q_u_e usarse.con prudencia para no producir una concepto del deber . T~mpo~o se ha de acudir al re~urso de
indo/e~ servz/is. C~nv1ene no conceder recompensas, por - la vergüenza con los mños, smo solamente en los ai:iosde la
que asi s~ hacen mteresados y se les causa una indo/es juventud. Esto no puede hacerse hasta que la idea del
mercenaria.
La obediencia es, además, o bien del niño O bien del honor haya echado raíces. . . .,
La veracidad es otro rasgo pnnc1pal en la fundacion del
muchacho. A la in~racción de ella sigue el castigo, que es, carácter del niño . Es lo básico y esencial de un carácter. E!
o nat'!'ra4 que el mismo hombre contrae con su conducta hombre que miente, apenas tiene carácter alguno; y si
por eJemplo: cuando el niño enferma por haber comid~ posee algo bueno , únicamente lo debe as~ temperamento.
much?, Y éstos son ~os mejores, porque el hombre los Muchos niños son inclinados a la mentira, que procede
expen~e~1ta toda su v1day no sólo mientras es niño Obien
es artificial. ' frecuentemente de una imaginación viva. Es asunto de los
padres procurar que los niños no se acostumbren a ella,
La inclinación a ser apreciado y querido es un medio
pues las madres, ord~nariament~, lo miran como una cosa
s~guro de hacer permanentes los castigos. Los físicos sólo
de ninguna o escasa rmp?rtan~1~; encuentran_en esto una
tienen, que ser un ~omplemento de los morales. No se
prueba lisonjera de las disposiciones y capacidades supe-
llegara a formar_ rungún carácter, cuando los castigos riores de sus hijos. Este es el momento de hacer uso de la
morales ape~a~ s~an y se tenga que acudir a los físicos. vergüenza, pues ya comprende bien el niñ_o.El rubor nos
p ero al P:mcipio tiene que suplir la coacción física a la falta traiciona cuando mentimos, pero no siempre es una
d e reflexión de los niños. .
prueba de ello. Nos ruborizamos a menudo de la i1:3pr~-
Los castigos que se aplican con señales de cólera, son dencia con que otro nos acusa de una falta. Por rungun
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motivo hay que tratar de arrancar la verdad a los niños U nicamente se ha de instruir a los niños en las cosas
media12te~oscastigos; su mentira debiera arrastrar consigo convenientes a su edad. Se complacen muchos padres en
un dano igual, y entonces este daño los castigaría. La oír hablar a sus hijos como sabios precoces. Pero tales
pérdida de 1~estimación es el único castigo que conviene niños ordinariamente, no llegan a ser nada. Un niño ha de
para la mentira. ser sóio prudente como un niño. Nunca tiene g~e reme1ar.
T ª1:l?ién se pu~den dividir los castigos en negativos Está completamente fuera de su edad el n!no. p~ovisto
y posttt7:os. Se apl~carían los primeros a la pereza o a la precozmente de juicios morales, qu~ no son smo 1~itad_os.
~nmo~ah_d_ad; por eJempl?: en la mentira, la descortesía y la No debe tener más que el entend1m1ento de un nmo, m lo
msociab1hdad . Los castigos positivos sirven para la mal debe mostrar temprano. Un niño semejante no será nunca
intencionada ira. Hay que guardarse, ante todo de tener un hombre de inteligencia y de entendimiento sereno. Es
rencor a los niños. ' asimismo insoportable un niño que quiera ya seguir todas
.:--ª sociabilidad ha ~e ser un tercer rasgo del carácter del las modas; por ejemplo, acicalarse, llevar puños y hasta
nmo . Ha de tener amistad con-los demás y no ser siempre tabaquera. Así se convierte en un ser afectado, cosa que no
sólo para él. Muchos maestros se oponen a ello en la es propia de un niño. .
escuela, pero muy sin razón. Los niños se deben preparar U na sociedad culta le es una carga, y al fm le falta
a la más dulce satisfacción de la vida. Los maestros no han completamente el valor de hombr~. Por esto ~am~ién se le
de preferir a ninguno por su talento, si no solamente por su ha de impedir muy pronto la vamdad, o meJor dicho, no
carácter, pues, de lo contrario, nace la envidia contraria darle motivo a que llegue a ser vanidoso. Sucede así cuando
a la amistad. ' se les dice que son hermosos, que les sienta de un modo
· Los niños tienen también que ser francos, y sus miradas, encantador este o aquel adorno, o cuando se les promete
tan serenas como el sol. Un corazón contento es el único y se les da uno. Los adornos no convienen a los niños. Sólo
capaz de encontrar placer en el bien. La religión que hace al han de conservar sus vestidos limpios y sencillos, como
hombre sombrío es falsa, pues él tiene que servir a Dio s una cosa necesaria . Pero tampoco han de dar.se los padres
con el corazón contento y no por la coacción. No es a sí propios ningún valor, ni mirarse al espejo, puesto en
necesario conservar siempre el buen humor en la coacción esto, como en los demás, el ejemp~o es todopoderoso
de la escuela, pues en este caso se la derribaría pronto; se y afirma o destruye las buenas doctrinas.
rehace cuando hay alegría. Para esto sirven ciertos juegos
en los que hay animación, en que el niño se esfuerza por
hacer algo antes que los demás. Entonces el alma vuelve
a serenarse.
Mucha gente mira a los años de su juventud como los
mejores y los más agradables de su vida; esto no es cierto:
S(:>n_lo~ más fastidiosos, porque se está tan sujeto a la
disciplina, que es raro tener un amigo verdadero, y más
raro aún tener libertad . Ya dice Horacio: Multa tulit
/ acitque puer, sudarit et alsit•.
l. El niño ha soportado mucho y mucho ha hecho, ha sudado y se ha helado. (N. del T.)

76 77
DE LA EDUCACION PRACTICA

La educación práctica comprende: a) la habilidad; b) la


prudencia; e) la moralidad. En lo que se refiere a la
habilidad, se ha de procurar que sea sólida y no fugaz. No
hay que adoptar aire de conocer cosas que después no se
pueden realizar. Hay que buscar la solidez en la habilidaq,
y que llegue a ser esto, poco a poco, por hábito en el modp
de pensar. Es lo esencial del carácter de un hombre. La
habilidad es necesaria para el talento.
Por lo que toca a la prudencia, consiste en el arte de
colocar nuestra habilidad en el hombre; es decir, ver cómo
puede servirse de los otros para sus intenciones. Requiere
esto varias cosas. Propiamente, es lo último en el hombre;
pero por su valor merece el segundo lugar.
Si se ha de dejar al niño la prudencia, tiene que hacerse
disimulado e impenetrable, pero pudiendo examinar cui-
dadosamente a los otros. Tiene particularmente que ocul-
tarse en lo que se refiere a su carácter. Los modales son el
arte de la apariencia exterior, y éste le ha de poseer. Es
difícil penetrar en los otros, pero se ha de lograr necesaria-
mente el arte de hacerse impenetrable. Para ello se necesita
disimulo; es decir, ocultar sus faltas y su apariencia
exterior. El disimulo no es siempre el fingimiento, que se
puede permitir a veces, aunque confina con la impureza. El
fingimiento es un medio desesperado. La prudencia pide

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no pre_cipitarse_fácilm~nte, pero ~o hay que caer tampoco r
los firmes designios para querer ha~er algo, ~ambién e~ la
en la mdolenc1a. Valiente, es diferente de violento. Un ejecución real de los mismos; Vir prop?szti tena~, dice
hombre bravo (strenus) es el que goza queriendo. Esto es Horacio, y éste es el buen carácter. Por eJemplo: s1yo he
relativo a la moderación del afecto; la prudencia corres- prometido algo, he de ma!1tenerlo, aun cua_nd~ pueda
ponde al temperamento. perjudicarme. No puede fiarse mucho de si mismo el
La moralidad concierne al carácter. Sustine et abstine es hombre que, haciendo propósito de a~~o, no lo hace.
prepararse a una prudente moderación. Para formar un Acaba por desconfiar de sí el que propomendos~ levantar-
buen carácter es necesario suprimir las pasiones. Hay que se temprano siempre para pasear, para. estudiar o para
acostumbrar al hombre a que sus inclinaciones no lleguen hacer esto o aquello, se excus_a,en la pn~a~era, co~ que
ª.se: pasiones, y a pasar sin lo que se le niegue . Sustine, aún son frías las mañanas, pudiéndole pequdicar elf no; en
sigrufica: soporta y acostúmbrate a soportar. verano con que es bueno dormir, siéndole el sueño
Es necesario valor e inclinación para aprender a privarse agradable, y aplaza de este modo su propósito de un día
de algo. Hay que acostumbrarse a las respuestas negativas, para otro. • l
a la resistencia, etcétera . Lo que es contrario a la moral qued~ exclmdo de ta e~
La simpatía pertenece al temperamento. Ha de prevenir- determinaciones. En un malvado, el caracteres muy malo,
se a los ruños contra una compasión anhelante o lánguida. pero aquí se le llama tenacidad, y aun entonces agrada ver
La compasión es realmente sensibilidad; concuerda sólo que cumple su pro~ósito ,Y es co~stante, aunque fuera
c~mun carácter sensible. Es también distinto de la piedad, mejor que se conduJese asi en el bien.
siendo un mal lamentarse meramente de una cosa. Se debía No hay que contar mucho con ~l que aplaza constante-
dar dinero a los niños para gastos menudos, con los que mente la ejecución de sus prop_ós1tos:Esto ocurre con la
pudie_ran socorrer a los ~ecesitados, y entonces se podría llamada conversión futura. Es imposible que pueda con-
ver si son o no son piadosos; pero cuando sólo son vertirse en un instante, como quiere, el hombre que fue
dadivosos con el dinero de sus padres, pierden esta virtud. siempre vicioso, al no suced~r ':n~ilagro para 9ue de_una
La máxima festina lente indica una actividad continua; vez sea como aquel que cammo bien toda su vida y siem-
hay que apresurarse a aprender mucho; es decir, festina; pre pensó honradamente. Tamp?co _sepuede esperar na-
pero también hay que aprender con fundamento, y por lo da de las peregrinaciones, mortificaciones y ayuI?o.s;no se
tanto emplear tiempo en esto; es decir, lente. Se ocurre concibe cómo pueden hacer de un hombre ~ic10so un
preguntar si es preferible dar una gran cantidad de conoci- hombre noble las peregrinaciones y otras prácticas seme-
miento o sólo una pequeña, pero sólidamente. Es mejor jantes.
s~ber poco, pero con fundamento, que mucho y superfi- ¿Qué hace por la honradez y corrección ayunar todo el
cialmente, pues al fin se advertirá en el último caso lo poco día, comiendo, en cambio, a la noche, o impo~er _una
prof~ndo de esto. Como el niño no sabe en qué circuns- expiación a su cuerpo que en nada puede contribuir al
tancias tendrá que usar este o aquel conocimiento, lo mejor cambio del alma?
es que sepa algo de todo con solidez; de lo contrario, sólo Para fundar un carácter moral en los niños hay que
seducirá y deslumbrará a los demás con sus conocimientos observar lo siguiente: .
superficiales. Enseñarles en lo posible, el deber que tienen que
Lo último es la fundación del carácter. Consiste éste en cumplir, mediante ejemplos y disposiciones. Los deberes
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que el niño ha de cumplir son sólo los deberes ordinarios y hacerle sentir cuán c<:>ntrariaal de:echo de los h_ombres
h~cia sí mismo y hacia los demás. Es preciso deducir estos era su conducta. Los mños apenas tienen genero sidad:_Se
deberes de la naturaleza de las cosas. Aquí tenemos que puede ver esto, v. gr., cuando los padres m~ndan a sus h1JOS
considerar inmediatamente: que den a otro la mitad de su tostada, sm que, vuelvan
a) Los deberes para consigo mismo. No consisten en a recobrarla; entonces, o no lo hacen o lo hacen muy
procurarse un magnífico traje, comer deliciosamente, etc., raramente y de mala gana. Tampoco, se les p~ede hablar
aunque haya que ser limpio en todo, ni en buscar el mucho de generosidad, porque aun no tienen nada
contento de sus apetitos e inclinaciones -por el contrario, propio.
hay que ser muy moderado y sobrio-, sino en que el Muchos han pasado por alto o han explicado falsamente ,
hombre tenga en su interior una cierta dignidad que le . como Crugot, la parte de la moral que ~ontiene la teorí~ d~
ennoblezca ante todas las criaturas, siendo su deber no los deberes para consigo mismo . Consiste el deber hacia ~i
desmentir esta dignidad de la humanidad en su propia mismo, como se ha dicho, en conservar en su pr<:>pia
persona. persona la digni~ad humana. El _hombrese ce?sura _temen-
Pero nosotros nos separamos de esta dignidad de la do a la vista la idea de humamdad. En su idea tiene un
humanidad cuando, por ejemplo, nos entregamos a la original con el cual se comRara. Cuando ~um~nta_,el
bebida, realizamos actos contra naturaleza , cometemos número de años, cuando empieza a nacer la mclmac1on
toda clase de excesos, etc.; todo lo cual coloca al hombre ·sexual es el momento crítico en que la dignidad humana es
mucho más bajo que los animales. No es menos contrario la úni;a capaz de conservar en sus límites al joven. Ha y que
a la dignidad de l_ahumanidad el hombre que se rebaja a los advertirle temprano el modo de preservarse de esto
otros y les hace siempre cumplimientos, imaginándose que o aquello.
se captará su voluntad con conducta tan indigna. Apenas hay en nuestras escuelas una cosa que promo ve-
Habría también que hacer sensible la dignidad humana ría la educación de los niños en la honradez, a saber: un
a l<;>sniños en sí mismos; por ejemplo, en el caso de catecismo del Derecho. Habría de contener casos popula-
s~ciedad, que, por lo menos, es indecoroso para la huma- res que sucedieran en la vida ordinaria, y en los c~ales
mda~i. ~ero cuando realmente se coloca el niño por bajo de entrara siempre, naturalmente, la pregunta: ¿es est~ ¡usto
la digmdad humana, es con la mentira, pues ya puede o no? Por ejemplo: cuando uno se conmueve a la vista de
pensar y comunicar sus pensamientos a los demás. La un necesitado, teniendo que pagar aquel día a _suacreedor,
mentira hace ~l hombre objeto del menosprecio general, y le da la suma de que e~ ~eudor y que debia pagar, ¿es
y es un med10 que le roba a sí mismo la estimación justo o no? No; esto es m¡usto, pues para ha_cerbuenas
y crédito que cada uno debiera tener consigo mismo. obras tengo que ser libre. Cuando doy el dmer? a los
.!') Los deberes para con los demás. Hay que enseñar al pobres, hago una obra meritoria; pero al p_agarm1_deuda
nmo desde muy pronto la veneración y respeto al derecho hago lo que debía ~e hac_e~.Se preguntana ade1:1as : ¿es
d_elos hombr~s y procurar que lo ponga en práctica; si, por permitida una mentira ofic10sa? No; no se concibe caso
eJemplo, un mño encuentra a otro niño pobre y, orgulloso alguno en que convenga la e~cus:, por lo menos ant: los
le ª:roja de sí o del camino o le da un golpe, no se le ha d; niños, pues de otro modo m~r~~iancom<:>una necesida~
decir: «~o hagas es~, le haces daño, sé compasivo, es un cualquier bagatela y se perm1tman _ment1: ª.menudo. S1
pobre mno », etc., smo tratarle con la misma altanería hubiera tal libro, se le pod ría destmar d1anamente una
82 83
hora C<;>nmucha utilidad, para conocer y aprender de ción, sólo se produce la envidia. Aún podría servir de algo
memo:ia el derecho de los hombres -esta pupila de Dios la emulación en el caso que se tratara de convencer
en la tierra. a alguien de la posibilidad de una cosa: por ejemplo:
. La obligación de socorrer no es más que una obligación cuando yo exijo al niño aprender una determinada tarea
imperfecta. Tampoco hay que ablandar el corazón de los y le muestro que otros pudieron hacerlo. .
niños para que se afecte por la suerte de los demás sino En modo alguno hay que consentir que un niño aver-
más bien hacerle fuerte. Que no esté lleno de sentimiento güence a los otros. Es necesario ahogar todo orgullo
sino de la idea del deber. Muchas personas llegan a hacers; fundado en la superioridad de la fortuna. Pero, al mismo
d_urasde corazó~, porque habiendo sido compasivas ante- tiempo, se ha de crear la franqueza en los niños, que
riormente, se vieron engañadas con frecuencia. Es inútil consiste en una discreta confianza en sí mismo. El hombre
querer hacer comprensible a un niño lo meritorio de las se pone mediante ella en situación de mostrar conveniente-
acciones. Los eclesiásticos, frecuentemente, se equivocan mente sus dotes. Se ha de diferenciar de la impertinencia,
al presen~ar las obras de beneficencia como algo meritorio. que consiste en la indiferencia respecto al juicio de otro.
· Aun sabiendo que no podemos cumplir nunca nuestras Todos los deseos del hombre son formales (libertad
obligaciones con relación a Dios, no hacemos sino cumplir y poder) o materiales (referentes a un objeto), deseos de
nue_stro deber cua1:do socorremos a los pobres, pues la opinión o de goces, o bien, finalmente, se refieren a la mera
desigualdad del bienestar nace sólo de circunstancias duración de ambos, como elemento de la felicidad.
ocasionale~. Así, pues, si yo poseo una fortuna, sólo la Los deseos de la primera clase son la ambición, el deseo
tengo gracias a que estas circunstancias fueron favorables de mando y la codicia. Los de la segunda, el goce sexual
P.ara mí o para mis predecesores, continuando siempre (lujuria), el de las cosas (bienestar) o el de la sociedad
siendo la misma la relación con el todo. (gusto en la conversación). Por fin, los deseos de la tercera
Se excita la envidia de un niño, haciendo que se estime clase son: el amor a la vida, a la salud, a la comodidad
por el valor de los otros. Debe estimarse principalmente (despreocupación de cuidados para lo futuro).
por ~os_conceptos de su razón. La humildad no es, por Los vicios son: o de maldad, o de bajeza, o de pusilani-
consiguiente, más que una comparación de su valor con la midad. A los primeros pertenece la envidia, la ingratitud
perf:,cción moral. La _religión cristiana, por ejemplo, no y la alegría por el mal ajeno; a los segundos, la inju~tic~a,la
ensena tanto la humildad, cuanto hace humildes a los infidelidad (falsedad), el desorden, tanto en la prodigalidad
hombres, por tener que compararse con el más alto de los bienes como en la de la salud (intemperancia) y en la
modelo de perfección. Es absurdo asentar la humildad en del honor. Los vicios de la tercera clase son la dureza, la
apreciarse menos que los demás: «¡Mira cómo se conduce mezquindad y la pereza (molicie).
tal o cual niño!», etc. Hablarles de este modo, sólo les Las virtudes son: o virtudes de mérito, o meramente de
prod~ce maneras innobles de pensar. Cuando el hombre deber o de inocencia. A las primeras pertenece la generosi-
aprecia su valor por los otros, trata, o bien de elevarse dad (vencimiento de sí mismo, tanto en la venganza como
sobre los demás o de disminuir el valor de ellos. Esto en el bienestar y en la codicia), la caridad y el dominio de sí
último es la envidia. Entonces sólo pretende atribuir faltas mismo; a las segundas la honradez, la decencia y el carácter
a los demás; de otro modo no podrían compararse con pacífico, y, finalmente, a las últimas, la probidad, la
ellos: sería el mejor. Aplicando mal el espíritu de emula- modestia y la sobriedad.
84 85
¿El hombre es por naturaleza, moralmente bueno niños no vieran acto alguno de veneración al Ser Supremo
o malo? Ninguna de las dos cosas, pues no' es por ni oyeran nunca el nombre de Dios, sería adecuado al
naturaleza un ser moral; sólo lo será cuando eleve su razón orden de las cosas llevarle primero a los fines y a lo que
a lo_sconce_ptosdel deber y de la ley. Entretanto, se puede conviene al hombre, aguzar su juicio, instruirle en 1a
decir que tiene en sí impulsos originarios para todos los belleza y orden de las obras de la Naturaleza, añadir luego
vicios, pues t~ene inclinaciones e instintos que le mueven un conocimiento más profundo de la fábrica del universo
a un lado, mientras que la razón le empuja al contrario. y, por ello abrirles la idea de un Ser Supremo, de un
Sól<;>por la virtud puede devenir moralmente bueno, es legislador. Pero como esto no es posible en nuestro estado
decir, por una autocoacción, aunque puede ser inocente actual, sucedería que, cuando más tarde se les quisiera
sin los impulsos. enseñar alguna cosa de Dios, como le oyen nombrar
La mar?: parte ~e los vicios nacen de la violencia que el y presencian manifestaciones de veneración hacia El, le
estado civilizad<;>eJerce sobre la naturaleza, y, sin embar- produciría indiferencia o ideas equivocadas; por ejemplo:
go, nuestro destino como hombres ha de salir del estado de un temor ante su poder. Como hay que procurar que estas
naturaleza en que estamos. El arte perfecto vuelve a la ideas no aniden en la fantasía del niño, ha de enseñárseles
naturaleza. pronto las ideas religiosas para preservarles de aquéllas. Sin
En .ed~c~ci~n, todo estriba en asentar por todas partes embargo, no ha de ser esto obra de la memoria, pura
los prmc1pi?s Justos y en hacerlos comprensibles y agrada- imitación o mero mimetismo; el camino que se escoja ha de
bles a los mños. Han de aprender a sustituir el odio por el ser adecuado a la naturaleza. Aun no teniendo los niños
~bor:ecimiento de lo repugnante y absurdo; con el horror una idea abstracta del deber, de la obligación, de la buena
mtenor, el exterior de los hombres y castigos divinos; con o mala conducta, comprenderán que existe una ley del
la propia estimación y la dignidad interior, la opinión de deber, que no es la comodidad, la utilidad, etc., quien debe
los hombres; con el valor interno de la acción y la determinarla, sino algo universal que no se rige por el
con ducta, el de las palabras y movimientos del corazón· capricho de los hombres. El mismo maestro se tiene que
con el ~ntendimiento, el sentimiento, y con una alegrí; hacer esta idea.
y una piedad en el buen humor, la triste, tímida y sombría Primeramente hay que atribuir a Dios todo lo de la
devoción. Naturaleza, y después ésta misma; como, por ejemplo,
Pero, ante todo, se les tiene que preservar de que no está todo colocado para la conservación de las especies y su
aprecien demasiado la meriata fortunae. equilibrio, pero también remotamente, para que el hombre
Por lo que se refiere a la educación de los niños en vista pueda hacerse feliz por sí mismo.
de la religión, el primer problema es ver si es posible Se podría, desde luego, hacer más clara la idea de Dios
ense~arle.s pronto los conceptos religiosos. Sobre esto se comparándola con la del padre bajo cuyos cuidados
ha discutido ~ucho en Pedagogía. Los conceptos religio- estamos, con lo cual se podría indicar provechosamente la
sos suponen siempre alguna teología. Ahora bien;¿ se debe unidad de los hombre s, formando como una familia.
enseñar una teología a la juventud que no conoce el ¿Qué es, pues, la religión? La religión es la ley que está
?1undo, que tampoco se conoce a sí misma? ¿Podría la en nosotros, en tanto que nos imprime fuerza mediante un
Juventud,. que. no conoce aún el deber, comprender un legislador y juez; es una moral aplicada al conocimiento de
deber hacia Dios? Es verdad que si fuera posible que los Dios. No uniendo la religión con la moralidad, es sólo

86 87
mera aspiración al favor divino. Los salmos, las súplicas, el etc. Los salmos son un narcótico para la conciencia de
ir a la iglesia, únicamente deben dar a los hombres nuevas algunos y un cojín sobre el cual deben dormir tranquilos.
fuerzas, nuevo valor para su mejoramiento, o ser la Los niños no pueden comprender todos los conceptos
expresión de un corazón animado por la representación religiosos, a pesar de lo cual ~ay que ense_ñ~rlesalgu1;1-os,
del deber. Sólo son preparación a las buenas obras, pero sólo que han de ser más negativos que pos1t1vos. No sirve
no por sí mismas buenas obras, y no se puede ser agrada- de nada hacer rezar a los niños, que no les produce sino una
ble_al Ser Supremo más que convirtiéndose en un hombre falsa idea de la piedad. La verdadera veneración hacia Dios
meJOr. consiste en obrar por su volunta d, y esto hay en enseñárse-
Con el niño hay que empezar por la ley que tiene en sí. lo a los niños. Se ha de procurar, tanto con los niños como
El hombre se juzga despreciable cuando es vicioso. Este consigo mismo, no usar a menudo el nombre de Dios. Es
desprecio tiene su fundamento en él mismo y no en que asimismo un abuso usarle en las felicitaciones, aun cuando
Dios haya prohibido el mal, pues no es necesario que el se haga con intención piadosa. Cada vez que los hombres
legislador sea a la vez el autor de la ley. Así, puede un pronuncian el nombre de Dios debían estar penetrados de
príncipe prohibir el robo en su país, sin que por esto se le su idea con un profundo respeto; por esto debían usarlo
puéda llamar el autor de la prohibición del robo; y así raramente y nunca con ligereza. El niño tiene qu e aprender
aprende el hombre que sólo su buena conducta le hace a sentir veneración hacia Dios como señor de la vida y del
digno de la felicidad. La ley divina tiene que parecer a la mundo entero; además, como cuidador de los hombres y,
vez como ley natural, porque no es voluntaria . La religión finalmente, como su juez. Se cuenta que, siempre que
se necesita para toda moralidad. Newton pronunciaba el nombre de Dios, se detenía
Pero no hay que empezar por la teología. La religión que y reflexionaba algún tiempo.
se funda meramente en la teología nunca puede contener El niño aprende tanto mejor el concepto de Dios y del
algo moral. No habráenellamásquetemor,porunaparte, deber por una explicación de los cuidados ~ivi~o~ ~:specto
y sentimientos y miras interesadas, por otra; y esto sólo de las criaturas, y se le preserva de la mclmac1on a la
produce un culto supersticioso. Así, pues, tiene que destrucción y a la crueldad que manifiesta a menudo
preceder la moralidad y seguir la teología, y esto se llama atormentando a los animalitos. Asimismo, se debía ense-
religión. ñar a la juventud a descubrir el bien en el mal; los animales
La ley en nosotros se llama conciencia . La conciencia es de rapiña y los insectos, por ejemplo, son modelos de
propiamente la aplicación de nuestras acciones a esta ley. limpieza y de asiduidad. Despiertan a los hombres malos
Los reproches de la conciencia quedarán sin efecto si no se las leyes. Los pájaros que persiguen a los gusanos son los
los piensa como representantes de Dios, cuyo asiento defensores de los jardines, etc .
elevado está sobre nosotros, pero que también ha estable- Por consiguiente, hay que enseñar a los niños algunas
cido en nosotros un tribunal. Cuando la religión no ideas del Ser Supremo para que cuando vean a los demás
procede de la conciencia moral, queda sin efecto. La rogar, etc., puedan saber hacia quién y para qué lo hacen.
religión sin la conciencia moral es un culto supersticioso. Pero estas ideas tienen que ser poco num erosas y, como se
Se quiere servir a Dios, por ejemplo, alabándole, ensalzan- ha dicho, meramente negativas .
do su poder, su sabiduría, sin pensar en cumplir las leyes Se ha de empezar a enseñárseles esto desde su más
divinas, hasta sin conocer e investigar su.poder, sabiduría, temprana edad; pero hay también que mirar que no
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est~~en sólo a los hombres por el cumplimiento de su ya desarrollado y la naturaleza los ha preparado para la
religión, pues, a pesar de la diversidad de religiones, hay época en que se les puede hablar de esto.
una unidad de religión en todas partes. Nada debilita tanto el espíritu y el cuerpo del hombre
como esa clase de voluptuosidad dirigida a sí mismo (die
auf sich selbst gerichtet ist) y en completa lucha con la
Finalmente, queremos hacer aquí algunas advertencias naturaleza humana. Pero tampoco hay que ocultársela al
que debía observar especialmente la niñez al entrar en la adolescente. Se le ha de presentar en su completo horror,
adol~scenci~. Emp~eza el adolescente en este tiempo a ha- y decirle que así se inutiliza para la propagación de la
cer ciertas diferencias que antes no hacía. Primeramente la especie; que las fuerzas de su cuerpo marchan directamen-
diferencia sexual. La Na tu raleza ha extendido sobre esto el te a su ruina; que contrae una temprana vejez; que sufre su
velo de! secreto, como si hubiera en ello algo no del todo espíritu, etc.
conv~ruente para ~l ho!Ilbre y no fuera más que una mera Esa instigación se puede evitar mediante una ocupación
necesidad de la arumahdad humana. Ha tratado de unirlo constante, por lo cual es preciso que no consagre al sueño
con toda clase de moralidad posible. Aun las naciones y a la cama más tiempo del necesario. Con estas ocupacio-
salvajes se conducen aquí con una especie de pudor nes hay que procurar que abandone esos pensamientos,
y recato. Los niños hacen a veces preguntas a los mayores pues aunque el objeto sólo quede en la imaginación, no por
sobr~_este asunto; po~ eje~plo, dicen, ¿de dónde vienen eso deja de corroer la fuerza de la vida. Cuando su
los runos? Y se les deJa fácilmente contentos, o bien con inclinación se dirige al otro sexo, siempre puede encontrar
r~spuestas absurdas, que no significan nada, o bien respon- alguna resistencia; pero cuando se dirige a sí mismo, puede
diéndoles que eso no es una pregunta de niños. satisfacerla en toda ocasión. El efecto físico es del todo
El desarrollo de estas inclinaciones en el adolescente es perjudicial, pero son mucho peores las consecuencias con
mecánico; se r_eali~a, com_o todos los instintos que se relación a la moralidad. Se traspasan aquí los límites de la
desarrollan_ en el,_sm necesidad de conocer su objeto. Es, naturaleza y la inclinación se desencadena sin trabas,
por ~ant?, impo~ible conservar al adolescente en la igno- porque no encuentra ninguna real satisfacción. Hay maes-
rancia e mocenc1a que en él están unidos. Con el silencio, tros que a jóvenes ya desarrollados han formulado esta
no sólo se hace el mal, sino que se empeora. Se ve en la pregunta: ¿se permitirá que un joven se relacione con el
educación de nuestros antepasados. En la de nuestro otro sexo? Cuando necesariamente haya de optarse entre
tiempo se admite con razón la necesidad de hablar al ambas, preferible es esta última solución. En lo primero ,
adolescente francamente y de un modo claro y preciso. Sin obra contra la naturaleza; en lo último, no. La naturaleza le
duda éste es un punto delicado, porque no se hace de él ha llamado para ser hombre en cuanto es mayor de edad,
gustosamente un objeto de conversación pública. Pero se y propagar así su especie; pero las necesidades que tiene el
obrará perfectamente hablándole con digna seriedad de hombre necesariamente en un estado civilizado hacen que
ello y entrando en sus intenciones. no pueda siempre educar a sus hijos; de este modo comete
A los trece o catorce años es ordinariamente el momento una falta contra el orden civil. Lo mejor es, siendo además
en que se desenvuelve en el adolescente la inclinación
sexua~ (cuando . sucede más temprano es por haberles
i su deber, que espere el joven hasta que esté en situación de
casarse regularmente. Obra entonces, no sólo como un
seducido y perdido con los malos ejemplos). Su juicio está buen hombre, sino también como un buen ciudadano.

90 91
Que el adolescente aprenda pronto a estimar al otro Han de mirarse muchas cosas siempre como deber. Un~
sexo, a adquirir en cambio la misma consideración por una acción ha de serme valiosa, no porque concuerde con m1
libre actividad y aspirar así a encontrar el alto premio de inclinación, sino porque mediante ella cumplo mi deber.
una feliz unión. También se ha de desenvolver el amor a los otros
En la época que entra el adolescente en sociedad co- y después los sentimientos cosmopoli_tas.
mienza a hacer una segunda diferenciación; consiste en el Hay algo en nuestra alma qu; hace mteres~rnos: a) por
conocimiento de la diferencia de los estados y de la nosotros mismos; b) por aquellos entre quienes hemos
desigualdad de los hombres. No hay que hacérselos notar crecido, y c) por el bien del mundo. Se ha de hacer
cuando niño. A esto hay que añadir que no mande a los familiares a los niños estos intereses y templar en ellos sus
criados. Si ve que los padres lo hacen, se le puede decir en almas. Han de alegrarse por el bien general, aun cuando no
rigor: «Noso tros les darnos el pan, y por eso nos obede- sea el provecho de su patria ni el suyo propio.
cen; corno tú no se lo das, tampoco tienen que servirte». Que pongan escaso valor en el goce de los placeres de la
No conocen ellos nada de esto, si los padres no inculcan vida. El temor infantil ante la muerte cesará de este modo.
esta ilusión a los niños. Hay que mostrar al adolescente Se ha de mostrar al adolescente que el placer no propor-
que la desigualdad entre los hombres es una situación que
ciona lo que a la vista pro?1ete. . . ., . .
nace de haber buscado uno alcanzar ventajas sobre los Y, por último, la necesidad de ~na hqmd~c10n diana
otros. Se les puede formar poco a poco la conciencia de la consigo mismo, para que pueda al fmal de la vida hacer un
igualdad de los hombres en la desigualdad civil. cálculo de su valor.
Se ha de procurar que el adolescente se estime por sí
mismo y no por los otros. La estimación de otro, en la que
no se determina el valor del hombre, es vanidad. Además,
hay que incitarle a tener conciencia de todas las cosas y a no
esforzarse sólo en parecer, sino en ser. Hay que prevenirlo
para que en ninguna circunstancia se convierta e~ vana
resolución la resolución que haya tomado . Es prefenble no
formar ningún proyecto y dejar la cosa en duda. Hay que
enseñarle la sobriedad en las circunstancias exteriores y la
paciencia en los trabajos: sustine y abstine; también la
frugalidad en las diversiones. Se llegará a ser un miembro
apto de la comunidad y se preser vará del fastidio, no sólo
no deseando los placeres, sino también siendo paciente en
sus tareas.
Hay que enseñar, además, al adolescente la alegría
y buen humor. El gozo de corazón nace de no tener que
reprocharse nada, así como la igualdad del humor. Se
puede llegar por el ejercicio a mostrarse siempre de buen
humor en sociedad.

92 93
APENDICE I

1.

Dessau 1776

Primer número del Archivo Filantrópico, que los


amigos de la juventud hermanados ofrecen a los
educadores de la humanidad, especialmente a aque-
llos que emprenden una reforma de la escuela, y a los
padres y madres que tienen la intención de enviar
a sus hijos al Filantrópico de Dessau.

Nunca, en efecto, se ha hecho al género humano una


propuesta más atinada, ni se le ha prestado de manera
altruísta un beneficio tan inmenso y tan desplegador de sí
mismo, como el realizado aquí por el Sr. Basedow, el cual
se ha entregado así de lleno, junto con sus renombrados
colaboradores, al bienestar y perfeccionamiento de los
hombres. Aquello que durante siglos ha estado gestándose
en buenos y malos cerebros, pero que hubiera continuado
otros tantos siglos en la esfera de los píos deseos, de no ser
por el ímpetu y el tesón de un solo hombre inteligente
y emprendedor, es decir, la institución pedagógica perfec-
ta, concorde tanto con la naturaleza como con los objeti-
vos todos del ámbito social, se hace realidad ahora con

95
unas consecuencias inmediatas no previstas y reclama
colaboración externa únicamente para crecer tal y como
f
ahora es, esparcir su simiente por otros aíses y perpetuar
l (tal como se anunciaba en el último periódico) el Filantró -
pico tenga asegurada su pervivencia gracias a una ayuda
generosa proveniente de altas esferas. En tales circunstan -
su especie. En efecto, lo que es sino e desarrollo de las cias, no cabe tampoco ninguna duda que no deberían
aptitudes naturales existentes en la humanidad, en una cosa apresurarse pensionistas de todas las regiones con el ánim o
coincide con la común madre naturaleza: en que no deja de asegurarse en esta institución las plazas de las que tal vez
morir sus semillas, sino que se multiplica y mantiene su muy pronto se carecería; por el contrario, lo que pare ce
especie. A los poderes públicos y al cosmopolita les es de exigir una inmediata atención y apoyo generoso por part e
sumo interés conocer una institución gracias a la cual de protectores adinerados es aquello que sienten en lo
emerge una ordenación radicalmente nueva de los asuntos profundo de su corazón quienes desean una rápida e_xpan-
humanos (sobre la misma es posible informarse en este sión del bien, es decir, el envío a Dessau de candidat os
Archivo y en la obra de Basedow Lecturas para cosmopoli- adecuados para que se instruyan y ejerciten en el métod o
tas y que, si se extiende con rapidez, ha de producir, tanto pedagógico filantrópico, único medio de disponer en
en la vida privada como en la esfera social, una reforma tan breve de buenas escuelas en todas partes. Con la esperanza
grande y de miras tan amplias, que no es fácilmente de que este deseo se cumpla también pronto, hay que
imaginable a primera vista . Por eso es también deber recomendar encarecidamente a todos los maestros tanto de
inalienable de todo filántropo dispensar cuidado y protec - la enseñanza privada como pública que se sirvan de los
ción, dentro de sus posibilidades, a este embrión, todavía escritos de Basedow y de los libros de texto publicados por
frágil, o, cuando menos, encomendarle encarecidamente él, útiles para perfeccionamiento propio y, en el caso de
a la tutela de aquellos que a las buenas intenciones suman la estos últimos, para ejercitación de la juventud a ellos
capacidad de obrar el bien; pues si, como cabe esperar de encomendada, y de esta forma practiquen ya ahora, en la
su buen comienzo, aquél llega alguna vez a su completo medida que les sea posible, una enseñanza de orientación
desarrollo, sus frutos se extenderán rápidamente a todos filantrópica . Cuesta 15 gruesos en la librería Kant.
los países y a las generaciones venideras. El 13 de mayo es
en este sentido una fecha importante. Ese día, el hombre
experto en su materia invita a los individuos más ilustrados 2.
y entendidos de las ciudades y universidades cercanas
a que contemplen lo que difícilmente podrían ser induci- A los poderes públicos
dos a creer sólo por referencias. U na vez visto, el bien
posee una fuerza irresistible. La voz de los beneméritos En los países europeos adelantados no se anda escaso de
y auténticos représentantes de la humanidad (de los cuales instituciones educativas, ni falta por parte de los prof eso-
esperamos un buen número en este congreso) debería res buena voluntad de ser útiles a todo el mundo en este
llamar la atención de Europa hacia aquello que tan de cerca campo. Sin embargo, es de sobra comprobado_que tod? se
le atañe e incitar a la participación activa en una institución viene abajo al primer contratiempo, que, debido preci sa-
de tanto interés público. Ahora, para todo filántropo debe mente a que todo en ellas opera en contra de la naturale za,
suponer ya una gran alegría y una no menos grata esperan- no se obtiene del hombre, ni mucho menos, el bien par a el
za de que tan noble ejemplo será imitado, el hecho de que que la naturaleza le ha dotado, y que , si se generali zase el

96 97
método pedagógico sabiamente deducido de la naturaleza países y al mismo tiempo mantenerla a ella misma, que
y no proveniente de la vieja costumbre ni imitado rígida- debe ser el primer modelo integral y vivero de la correcta
mente de épocas incultas, muy en breve veríamos a nuestro educación, en la mayor de las penurias mientras dura su
alrededor hombres radicalmente diferentes, ya que sólo proceso de perfeccionamiento, es lo mismo que enterrar la
por la educación nos convertimos de criaturas animales en semilla antes de sazón para después cosechar maleza.
hombres. Semejante institución educativa no es ya sólo una bella
Es vano, empero, esperar este mejoramiento del género idea, sino que se muestra realmente, con prueba s evidentes
humano de una reforma paulatina de la escuela. Estas de la viabilidad de aquello que ha sido durante largo
tienen que transformarse de raíz, si se quiere que de ellas tiempo deseado, en pruebas actuantes y evidentes. Es,
salga algo bueno, ya que están viciadas desde su constitu- ciertamente, un fenómeno de nuestra época, que, aunque
ción original y sus mismos profesores han de recibir una desapercibido para las miradas corrientes, para el observa-
nueva formación. No es una lenta reforma, sino una rápida dor entendido e interesado activamente en el bienestar de
revolución, la que puede conseguir esto. Y para ello se la humanidad debe ser mucho más importante que la
requiere, ni más ni menos, que una escuela que se organi- esplendente nada sobre el siempre cambiante escenario del
zara de nuevo desde la base según el método correcto, que gran mundo, con la cual evidentemente no se hace avanzar
fuera regida por individuos ilustrados, impulsados más ni un ápice, por no decir que se hace retroceder, lo mejor
por la grandeza de ánimo que por la obtención de un del género humano.
salario, y que durante su proceso de madurez fuera La opinión pública y particularmente los comentarios
observada y enjuiciada por la mirada atenta de los entendi- unánimes de conocedores competentes e instruidos ha-
dos de todos los países, pero que a la vez estuviera brán dado ya a conocer a los lectores de este periódico el
protegida y ayudada, hasta que llegara a su plenitud, por la Instituto de educación de Dessau (Philanthropin), mos-
colaboración unánime de todos los filántropos. trándole como el único que lleva en sí tales distintivos de
U na escuela como ésta no es sólo para aquellos a los perfección. Y entre ellos no es el menor el que, por su
cuales educa, sino que, y esto es infinitamente más impor- misma constitución, debe eliminar espontáneamente de
tante, a través del gran número de¡ersonas a las que va forma natural los defectos que todavía le acompañan en sus
dando en su seno la oportunida de formarse como comienzos. Por el contrario, los ataques surgidos aquí
maestr~s de acuerd_ocon el método pedagógico correcto, y allá y los esporádicos libelos difamatorios (uno de los
se conv~erte en semilla de la cual en breve tiempo surgirá, si cuales ha sido respondido hace poco por el Sr. Basedow
se la cuida convenientemente, una gran multitud de maes- con la dignidad característica de la integridad) son manio-
tros bien preparados que pronto cubrirán de buenas bras de la manía de criticar y de la vieja costumbre, que se
escuelas todo un país. hace fuerte en la propia mierda, tan frecuentes, que una
Los esfuerzos de- los poderes públi cos de todos los serena indifer encia debería producir, en gente de este tipo,
países deberían orientarse primordialmente a prestar apo- que continuamente arroja miradas maliciosas sobre todo
yo en todas partes a una escuela como ésta, con el fin de aquello que aparece como bueno y noble, alguna sospecha
ayudarla a conseguir pronto su completa perfección, cuyo a causa de la mediocridad de ese bien que se presenta.
germen ella misma contiene ya en su seno. Querer implan- Ahora se presenta la ocasión de prestar alguna ayuda
tar apresuradamente su organización y diseño en otros (que puede ser pequeña por sí sola, pero importante si se

98 99
suma a otras) a este Instituto, que está dedicado a la del Instituto, que está a punto de alcanzar la madurez, p~ro
humanidad y al interés de cada cosmopolita. Si se quisiera que no ha sido ayudado oportunamente con las aportacio-
hacer un esfuerzo de imaginación para idear una ocasión nes esperadas. Puesto que, como el Sr. D. C. R. Bü~ching
en que con una aportación reducida se promoviese el dice (Wochen tl. Nachr., 1776, número 16) los gobiernos
mayor bien general posible y el más duradero, ciertamente de nuestra época parecen no tener dinero para mejoras
sería aquella en que la semilla del mismo bien pudiese ser escolares, a la postre corresponderá a los particulares
cuidada y alimentada para que con el tiempo se expanda acomodados, si se quiere que aquéllas se lleven a cabo,
y perpetúe. favorecer ellos mismos con aportaciones desinteresadas
De acuerdo con estas ideas y con la buena opinión que una oportunidad de carácter general tan importante como
tenemos del número de personas bienintencionadas de ésta.
nuestro Estado, queremos referirnos al número 21 de este La suscripción por adelantado en esta localidad se
periódico literario y político, con el correspondiente entrega, contra recibo de pago por adelantado, ante el
suplemento, y esperamos con ansia una gran cantidad de profesor Kant durante las clases de la mañana, desde las 1O
pagos por adelantado: de todos los componentes del hasta la 1 de la tarde, y en la libería Kant a cualquier hora.
estamento clerical y docente, de los padres en general, a los
cuales no puede resultarles indiferente aquello que redun-
de en una mejor formación de sus hijos, e incluso de
quienes, aun sin tener hijos, recibieron educación como
niños y precisamente por ello reconocerán la obligación de
colaborar personalmente, si no a la propagación, sí a la
formación de los hombres.
El pago por adelantado de esta revista mensual publica-
da por el Instituto de educación de Dessau bajo el título de
ConsideracionesPedagógicassupone, en nuestra moneda,
2 táleros y 10 gruesos. Pero como a causa del número de
páginas, todavía no definitivo, a finales de año tal vez sea
preciso algún desembolso suplementario, acaso fuera lo
mejor (mas esto se deja al buen criterio de cada cual)
dedicar por adelantado un ducado a la promoción de esta
obra, teniendo en cuenta que posteriormente la cantidad
sobrante se devolvería a tiempo a todo aquel que la pidiera.
Y es que el referido Instituto abriga la esperanza de que en
todos los países haya muchas personas de elevados pensa-
mientos que aprovechen de buen grado una oportunidad
como la presente para añadir con tal motivo, además de la
cantidad desembolsada de antemano, un pequeño obse-
quio voluntario como colaboración para el sostenimiento

100 101
APENDICE 11

Fragmentos Pedagógicos 1

La habilidad es lo primero en que hay que pensar, pero


no lo más importante. De igual modo, el pan es lo primero
en el matrimonio, pero no lo más importante. Lo primero
es aquello que contiene la condición necesaria del fin, pero
lo más importante es el fin.
El hombre debe ser disciplinado, pues por naturaleza es
salvaje, y debe ser informado, pues es bruto . En el orden
natural es bueno, pero malo en el orden moral. Debe ser
formado para la virtud . Su educación no es solamente
negativa. Debe sentir coacción, pues estará sometido a la
·' coacción social. ¿Educación libre? El hombre debe ser
educado, amaestrado (proceso adecuado).
El niño debe ser educado libremente (de forma que
permita a otros ser también libres). Debe aprender a sufrir
la coacción a que la libertad se somete en bien de su propia
subsistencia (no sentir subordinación bajo sus órdenes ).
Así pues, debe ser disciplinado. Ello precede a la instruc-
ción. La formación es aquello que debe continuar ininte-
rrumpidamente. El niño debe aprender a soportar priva-
ciones y a mantener al mismo tiempo el ánimo sereno. No
t. Publicados por Benno Erdmann, Reflexionen Kanr.s zur Anthropologie, 194-197, y en
otros lugares.

103
debe ser obligado a simular sentir horror, y un horror Su educación no es instrucción, sino conducción. Deben
inmediato, a la mentira, aprender a respetar el derecho de conocer más a los hombres que a los libros. El honor es su
los hombres, de fo.r:maque sea para él un muro infranquea- mayor virtud, y el hogar, su mérito.
ble. Su instrucción debe ser más negativa. No debe Los padres son demasiado indulgentes con las hijas, las
aprender religión antes que moralidad. Debe ser delicado madres lo son con los hijos. Cada uno debe disciplinar a su
pero no mimado (afeminado). Debe aprender a hablar con sexo.
franqueza y a no adoptar una falsa vergüenza. No debe Se suscita la cuestión de hasta qué punto debe ser
aprender modales finos antes de la adolescencia, la inteli- mecánica la educación y la instrucción y dónde la forma-
gencia es lo primero. Así pues, es bruto durante algún ción ha de realizarse -por medio de razonamientos. Esta
tiempo, pero pronto útil e inteligente. últim~ presupone siempre razonamientos. Así como el
Ambos sexos deben ser educados y disciplinados. Los lenguaje y el cálculo pueden aprenderse mecánicamente, lo
hombres, para la sociedád, necesitan lo primero más que mismo ocurre con la historia, si bien siguiendo un plan
las mujeres. trazado por la razón. La moral y la religión deben ser
La interesante idea de Rousseau, según la cual la forma- tratadas lógicamente.
ción del carácter de las muchachas durante la educación Voluntad buena y recia. El mecanismo debe preceder
tiene un influjo grandísimo en el sexo masculino y en a la ciencia. ¿También en moral y religión? Demasiada
general sobre las costumbres, es digna de ser estudiada. En disciplina coarta y mata la habilidad. La cortesía no
la actualidad, las jóvenes son educadas en lo que concierne concierne a la disciplina, sino al refinamiento, por tanto
a los buenos modales, y no para la virtud y los buenos debe ir en último lugar.
pensamientos: religión; honor que está dirigido a lo que No refinan las ciencias, sino las escuelas públicas. Las
otros, aunque no sea más que uno, piensan. ciencias pulen y civilizan, las universidades refinan, la
Hasta que no hayamos estudiado mejor la naturaleza corte enseña buenos modales y cortesía . Toda ordinariez
femenina, se hace bien confiando a las madres la educación proviene de la engreída independencia de no querer ligarse
?e las hijas y eximiendo a éstas de libros. A la belleza y a la por el bien del otro.
Juventud no sólo les es natural sino tambien conveniente El hombre es siempre de buen corazón, es demasiado
ser c<?r:é.s,complaci~nte y dulce, pues es un honor el poder bueno para hacer algo malo. El bien es considerado en el
ser dmg1do por medio de afables sugestiones; y la aspereza corazón solamente como algo sensorial o físicamente
de la coacción brusca es poco honrosa. bueno; pero el mismo hombre puede hacer, sin mayores
En 1~~abitación de las damas, cuando éstas se entregan reparos, algo moralmente malo. Un hombre bondadoso
a las af1c1onesde su sexo, todo es más artístico, delicado ) no castiga de buen grado, sí realiza buenas acciones con
y ordenado que en el caso de los hombres; pero, además, g_usto;pero tal vez miente y se pone del lado del miserable
poseen la facultad de modelar estas aficiones por medio de que no tiene razón. Es muy pernicioso pretender desarro-
la razón. La mujer necesita, pues, mucha menos crianza llar el buen corazón antes que el buen carácter. Hay qu e
y educación que el hombre, así como menos enseñanza; considerar al primero como una menudencia en compara-
y los defectos de su natural serían menos visibles si tuviera ción con este último, pero no por ello totalmente despre-
más educación, si bien no se ha encontrado todavía ningún ciable en sí.
proyecto educativo acorde con la naturaleza de su sexo. Primero, formar un carácter; después, un buen carácter.
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Lo primero se lleva a cabo con la práctica, proponiéndose- comienza a fluir libremente de nuevo el impulso vital. Se
lo firmemente y adoptando algunas máximas emanadas de siente la supremacía del pro~io impu_lso vital;_el adulto
la reflexión. experimenta, por el .c~ntrano, los mconvemente~ del
En el carácter del hombre debe hallarse un germen de mismo y el restablecimiento es lento y l?ºr ello mismo
cada bien, de otro modo nadie podrá hacerle salir. Si carece imperceptible . Los adultos ~~mpoco necesitan de aquellos
de él, se sustituye por estímulos análogos, honor, etc. cambios anímicos que lo dificultan. .
Los padres tienen tendencia a preocuparse por el talento Los jóvenes, por ser alocados, aman el patetismo~ y, en
y habilidad de sus hijos, y si acaso por sus sentimientos, virtud de su elasticidad, la impresión desaparece de mme-
pero jamás por el corazón o el carácter. diato debido también a que no conocen todavía el val~r de
El carácter significa que la persona deduce la regla de sus mant~ner el ánimo bajo dominio propio y no deJarle
acciones a partir de sí misma y de la dignidad del género a merced del dominio ajeno. . , .
humano. El carácter es el principio, de vigencia universal Las cabezas pensantes perten:c~n a un mu?do c1ent1fi~o
en el hombre, de la utilización de los talentos y atributos de inmerso en interdependencias mmterrumpidas, por mas
éste. Es, pues, el modo de ser de su voluntad, sea bueno que algunos siglos proyecten su sueño e~tre :~las. D_ees~a
o malo. Un hombre que no tiene ningún principio estable forma, los adultos pertenecen al mundo c1entif1coo filoso-
de sus acciones, ni uniformidad alguna, no tiene carácter. fico moderno, y los jóvenes al antiguo, pa~a .entender
El hombre puede tener un buen corazón y, sin embargo, adecuadamente, si se aprovechan de las opm1ones del
carecer de carácter, ya que depende de los caprichos y no mundo antiguo. Se debe tener, P';1es_, respeto para el
obra por máximas . Conciernen al carácter la estabilidad mundo científico antiguo y agradec1m1ento para con los
y unidad de principio. El carácter se desarrolla tardíamente adultos.
y perdura hasta el final, la benignidad se pierde con el buen
humor y la sociabilidad, particularmente en las mujeres,
y ellas tienen poco carácter en general.
Cuanto más presupone uno que su fuerza le basta para
poner por obra lo anhelado, tanto más práctico es el deseo.
Si considero a alguien insulso, no puedo sacar de él ningún
deseo práctico de comprender los argumentos de mi
verdad. Si considero a alguien abyecto, no puedo sacar de
él deseo alguno de obrar el bien.
Cuando las camas están bien vareadas, ellas solas se
vuelven a ahuecar rápidamente después, gracias a su propia
elasticidad. En los colchones viejos, las marcas permane-
cen, solo se recomponen con lentitud . Esta es la diferencia
en el modo de recibir fuertes impresiones por parte de los
jóvenes y por parte de los adultos. Estos poseen sensibili- J
. dad para las impresiones, pero carecen de elasticidad para
rehacers e. El plácido abatimiento es el momento en que
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APENDICE 111

Fragmentos Pedagógicos 1

La Sagrada Escritura es más eficaz para mejorar las


facultades sobrenaturales; la buena educación moral lo es
más si todo debe ocurrir de acuerdo con la naturaleza.
Confieso que con la última no podemos producir ninguna
santidad que justifique, pero sí generar una bondad natural
coram foro Humano, y ésta es preferible a aquélla.
¿Puede haber algo más absurdo que contar a los niños,
apenas acaban de llegar a este mundo, algo sobre los
demás?
El cristiano, se dice, no debe poner su corazón en cosas
temporales. Lo cual se interpreta como si hubiera que
evitar desde un principio que se produjera una dependen-
cia de este tipo. Ahora bien, fomentar estas inclina ciones
y después esperar ayuda sobrenatural para dirigirlas, es
tentar a Dios.
Hay una gran diferencia entre superar estas inclinacio-
nes y extirparlas, es decir hacer que las perdamos. También
es preciso distinguir entre esto último y mantener las
1. Publicados por Schubert en la primera parte del tomo II de la edición completa realizada
por Rosenkranz-Schubert, 1.842. Se encuentran diseminados entre las anotaciones que Schubert
publicó, pág. 221-261, bajo el título de «Anotaciones a las observaciones sobre el sentimiento de Jo
bello y lo sublime•. Aquí están ordenados de forma que se logre una cierta homogeneidad de
contenido entre todos ellos.

109
tendencias a raya, es decir, hacer que alguien no adquiera Se requiere una gran maestría para evitar la mentira en
nunca tales inclinaciones. Aquello es necesario para los los niños. En efecto, como tienen que conseguir muchas
adultos, esto para los jóvenes. cosas y son demasiado débiles para dar respuestas negati-
El hombre tiene sus propias inclinaciones y, de acuerdo vas o librarse del castigo, sienten una tendencia a mentir
con su albedrío, una voluntad natural de seguir a ésta en mucho más fuerte que la que ningún adulto haya sentido
sus acciones, de dirigirla. Y nada puede ser más terrible que jamás. Y ello debido, sobre todo, a que no pueden
el que las acciones de un hombre estén bajo la voluntad de procurarse nada por sí mismos, como los adultos, sino que
otro. De ahí que no puede haber ninguna repugnancia más todo depende de cómo presenten algo, de acuerdo con las
natural que la que un hombre siente contra la esclavitud. inclinaciones que observan en los demás. Sólo se les puede
Por eso mismo, llora y se enfurece un niño cuando se ve castigar, pues, por aquello que no pueden negar de ningu-
obligado a hacer lo que otros quieren , sin que se haya na manera, y no puede consentírse les algo por motivos
preocupado nadie de hacérselo apetecible. Y lo único que razonables.
desea es ser pronto hombre y obrar libremente según su Si se quiere educar la moralidad, en modo alguno han de
voluntad. aducirse motivaciones que no convierten a la acción en
El hombre sencillo tiene muy pronto su sentimiento de moralmente buena, tales como castigo, recompensa, etc.
lo que es recto, pero tarde o nunca un concepto de ello. Por ello, se debe, asimismo, presentar la mentira como
Aquel sentimiento debe desarrollarse mucho antes que el aborrecible en sí misma y, como de hecho es, no subordi-
concepto. Si se enseña a desarrollarle según reglas desde narla a ninguna otra regla de moralidad, por ejemplo, el
muy pronto, nunca tendrá sent imiento s. Una vez que las deber para con los demás. No se tiene ninguna obligación
inclinaciones han progresado , es difícil formarse una idea para sí mismo, pero sí se tienen obligaciones absolutas que
del bien o del mal en otra situación. existen en sí y para sí mimas: obrar el bien. Es absurdo,
Yo no puedo convencer a otro a no ser por sus propias igualmente, que en nuestra moralidad raras veces dependa-
ideas: debo suponer, pues, que el otro tiene buenas mos de nosotros mismos.
entendederas, de otro modo es inútil esperar que podrá ser El hombre puede trabajar todo lo que quiera, pero no
convencido por mis argumentos. De igual manera, no puede forzar a la naturaleza a introducir otras leyes. Debe
puedo conmover moralmente a nadie si no es a través de trabajar él en persona, u otros trabajar por él: y este trabajo
sus propios sentimientos: debo suponer, pues, que el otro robará a otros tanta felicidad como él pretenda elevar la
tiene una cierta bondad de corazón, ya que, de no ser así, suya propia por encima del término medio.
por mi descripción del vicio nunca sentirá en sí mismo Se debe enseñar a respetar la inteligencia media, tanto
aversión hacia éste y mi elogio de la virtud no le hará sentir por motivos morales como lógicos.
ningún impulso hacia ella. Puesto que es posible que en él El objeto último de las ciencias es o eruditio (recuerdo)
se encuentre algún sentimiento moralmente recto o puede o speculatio (razón). Una y otra deben tener como finali-
sospechar que su sentimiento coincida con el de todo el dad hacer al hombre más razonador (inteligente, sabio), en
género humano, así como que su mal sea realmente malo, la medida que corresponde a la naturaleza humana, y al
por eso mismo debo concederle el bien parcial allí existente mismo tiempo más satisfecho. El gusto que es moral hace
y describir como engañosa en sí misma la ambigua seme- qu~ se considere de poco valor la ciencia que no aporta
janza entre la inocencia y el crimen. me¡oras.
110 111
1
Los , jóvenes tienen mucho sent1m1ento, pero poco
gusto.
En 'todo aquello que se refiere al sentimiento bello
o sublime, lo mejor\que podemos hacer es dejarnos guiar
por los modelos de los antiguos: en la escultura, arquitec-
tura, literatura y oratoria, en costumbres tradicionales y en
constitución política antigua. Los antiguos estaban más
cerca de la naturaleza; nosotros hemos interpuesto entre la INDICE
naturaleza y nosotros mucha frivolidad, mucha opulencia,
mucha depravación esclavizante. Nuestra época es el siglo
de las bellas minucias, de las bagatelas, de las quimeras
sublimes . ·
En antinatural que un hombre tenga que emplear gran
parte de su vida para enseñar a un niño cómo debe vivir
algún día. Algunos preceptores como Jean Jacques están Cronología ................................... •••••••••••••••••· · · · · I
afectados por ello. En una situación modesta, a un niño se Prólogo ............................................................ . 17
le prestan sólo unas pocas atenciones: en cuanto tiene algo Introduccióh ....................................... •••••••••••.. ••· 29
de fuerza, él mismo realiza pequeñas acciones de utilidad Tratado ............................................................ . 45
De la educación física ..................... ....... •••. •••••••••••• 47
propias de los adultos, como ocurre entre los campesinos 79
y los artesanos, y va aprendiendo poco a poco lo demás. De la educación práctica .............. ........ ...... ••••••••••••
Apéndice ......................................................... . 95
De todos modos, está bien que un hombre dedique su vida Apéndice .......... ............................................. . 103
a enseñar a muchos a la vez a vivir y que después el Apéndice ..................... ................................. . 109
sacrificio de su propia vida, por el contrario, no sea tenido
en cuenta. Las escuelas son, por ello, necesarias, pero para
que sean posibles hay que educar a Emilio. Sería de desear
que Rousseau mostrase cómo podrían surgir de ahí escue-
las. Los predicadores rurales pueden empezar esta tarea
con sus propios hijos y los de sus vecinos.

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