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CULTURA CHAQUEÑA

INTRODUCCION
Contrariamente a lo que de manera común se cree en el exterior, Bolivia es
un país con una gran diversidad de ecosistemas, pues normalmente se
considera al país como predominantemente andino o altiplánico, sin embargo
posee una gran extensión de territorio amazónico, de valles interandinos y
una región perteneciente al ecosistema chaqueño que es compartida con
Argentina, Paraguay y, según algunos estudios, también con el Brasil, en la
región de los pantanales.

Efectivamente, de los 1.100.000 km2 que conforman el Gran Chaco


Americano, Bolivia posee alrededor del 15 % de superficie chaqueña. A
diferencia del resto de países con territorio chaqueño, el de Bolivia a su vez
se divide en tres unidades fisiográficas cada una de ellas con características
específicas en función al clima, demografía y dinámicas socio-económicas.

Así, el subandino o Chaco serrano está conformado por serranías y valles,


con una altura que va desde los 800 hasta los 2.000 msnm. En tanto que el
pie de monte es una zona de transición de las últimas estribaciones del
subandino hacia la llanura chaqueña. Finalmente, la llanura chaqueña que se
extiende desde el pie de monte hacia la Argentina y el Paraguay.

Del mismo modo la región chaqueña en Bolivia, en lo político y


administrativo, se encuentra dividida en tres Departamentos: Chuquisaca,
Tarija y Santa Cruz y, al interior de ellos en 16 municipios mayoritariamente
rurales. Las ciudades intermedias más importantes de la región son Yacuiba,
Camiri, Villamontes y Monteagudo. Entre las que destaca Yacuiba por los
altos índices de crecimiento demográfico que ha experimentado en las
últimas décadas especialmente debido a la dinámica económica generada
por su condición de frontera con la Argentina.
Una característica distintiva del Chaco es la gran diversidad natural y étnica
que posee. En efecto la región está considerada como una de las más ricas
en biodiversidad del país y de esta parte del continente. Con ríos que
pertenecen a la cuenca del Plata y del Amazonas entre los que se destacan
el río Grande que nace en los Andes, el Parapetí que drena sus aguas en los
bañados del Izozog y el Pilcomayo que naciendo en la altiplanicie boliviana
en territorio chaqueño es compartido con Argentina y Paraguay.

Pero la riqueza natural chaqueña está permanentemente amenazada por


actividades económicas extractivistas, especialmente de corte empresarial,
que están ocasionando importantes impactos ambientales y sociales en una
región que comienza experimentar procesos de desertificación acelerados, la
destrucción de su flora y fauna y la contaminación de sus ríos. Producto de
ello, gracias a la iniciativa de organizaciones no gubernamentales grandes
extensiones de territorio chaqueño han sido declaradas áreas de protección,
es el caso del Parque Nacional y area Natural de Manejo Integrado Kaa-Iya,
la reserva Privada de Patrimonio Natural El Corbalán, el Parque Nacional
Aguaragüe y la Reserva del Quebracho Colorado.

En este ecosistema habitan pueblos indígenas como los guaraníes,


weehenayek, tapiete, ayoreo y chiquitanos. Cada uno de ellos con elementos
culturales y sociales propios, mayormente determinados por la zona que
habitan, así por ejemplo los indígenas weehenayek que se encuentran en la
llanura chaqueña en las márgenes del río Pilcomayo, tiene como principal
actividad la caza, la recolección de frutos silvestres y la pesca,
especialmente del sábalo.

Es importante destacar que los pueblos indígenas del Chaco boliviano, frente
a los graves problemas sociales, económicos y ambientales que tienen que
enfrentar, han desarrollado la iniciativa de articularse en la Comisión de
Pueblos y Comunidades Indígenas del Chaco Boliviano (CPI-Chaco).
Experiencia de articulación interétnica que actualmente se ha extendido
hacia Argentina y Paraguay. De esa manera, con el bagaje de la memoria de
lo que fue, pero muy concientes de los desafíos que traen aparejados los
tiempos que vivimos, las comunidades indígenas chaqueñas de Argentina,
Bolivia y Paraguay, a partir de sus propios procesos nacionales, se lanzaron
a la construcción de un espacio de articulación trinacional, en el entendido
de que muchos de los problemas que hoy enfrentan rebasan las fronteras
nacionales y requieren de un accionar conjunto.

Esta iniciativa de organización indígena transfronteriza sin duda recoge otras


experiencias similares que se dieron en diversas latitudes del continente,
especialmente en la amazonia, sin embargo, como no podía ser de otro
modo, ha sido concebida a partir de un nuevo y desafiante contexto, donde
el fenómeno de la globalización está produciendo grandes impactos sobre la
vida e identidad de las poblaciones nativas.

En efecto, en los últimos años la región chaqueña está viviendo grandes


cambios, especialmente la que corresponde al departamento de Tarija,
debido fundamentalmente al auge que progresivamente está cobrando la
actividad hidrocarburífera, pues más del 80 % de las reservas gacíferas del
país, las segundas en importancia del continente después de Venezuela, se
encuentran precisamente en este ecosistema. Sin embargo, si bien es la
actividad hidrocarburífera la de mayor relevancia económica, es la
agropecuaria la que mayor cantidad de empleo genera.

El impacto que están causando las actividades de exploración, explotación y


transporte de los hidrocarburos en los territorios indígenas es de grandes
dimensiones. La apertura de brechas, continuas explosiones, transito
permanente de equipo pesado, despido de desechos tóxicos, etc están
afectando el hábitat de diversas especies animales que tradicionalmente
servían de sustento para las comunidades indígenas. Del mismo modo el
vertido de residuos tóxicos en cursos de agua está profundizando la
contaminación del río Pilcomayo, principal fuente de agua y de recursos
piscícolas para las poblaciones ribereñas. Las comunidades indígenas,
particularmente el pueblo weenhayek, debido a que no practican la
agricultura poseen como principal estrategia económica la comercialización
de peces del Pilcomayo, los que también constituyen su principal fuente
alimenticia. Asimismo la apertura de brechas para el tránsito de vehículos y
la construcción de ductos ocasionan el talado de superficies considerables
de bosque nativo, especialmente de especies que sirven para el alimento y la
elaboración de enceres y artesanías de las comunidades, labor de la que
mayormente se ocupan las mujeres indígenas.

En resumen, la región del Gran Chaco boliviano es actualmente considerada


como una de las macroregiones más dinámicas del país y progresivamente
está siendo conceptualizada como uno de los grandes potenciales que posee
Bolivia para una inserción en términos aceptables con las nuevas propuestas
de integración subregional que se están suscitando en esta parte del
continente. Fruto de ello el primer intento desde el gobierno nacional de
lograr una planificación a partir de regiones que comparten un mismo
ecosistema fue el Plan Macroregional de Desarrollo Económico y Social del
Chaco Boliviano, formulado por el Viceministerio de Planificación y
Ordenamiento Territorial del Ministerio de Desarrollo Sostenible y
Planificación en coordinación con las Prefecturas de los departamentos de
Chuquisaca, Tarija y Santa Cruz,

ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Creación de las colonias-cantones en el Chaco.
La Ley 686 de 1874 sancionada bajo la presidencia de Sarmiento, creando
cuatro colonias-cantones en el Chaco, inicio el proceso de la colonización y
la radicación de los colonos de origen europeo en nuestro territorio, cuya
avanzada fueron las primeras familias procedentes de Údine (Italia) que
llegaron a Resistencia en 1878.

Fue el Presidente Avellaneda quien, conforme con esta ley, designó a los
miembros de la Comisión Exploradora encargada de localizar y mensurar
esas colonias en Marzo de 1875. Estos eran: los ingenieros Arturo
Seelstrang y Enrique Foster, quienes con el apoyo del Jefe Político Aurelio
Díaz y del Comandante de la Frontera Norte Cnel. Manuel Obligado, trazaron
en octubre de 1875, la Colonia “Resistencia” en el paraje “San Fernando” a
unos 8 kilómetros del Río Paraná y frente a la ciudad de Corrientes. Este
paraje era el centro de numerosos obrajes que daban trabajo a una
población criolla principalmente de origen correntino, de unas 800 personas
dedicadas al corte de las ricas maderas de la zona. Entre los empresarios
radicados allí se encontraban: Ávalos, Seitor, Andriani, Vázquez, Quijano, y
Sicard, entre otros.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD CHAQUEÑA


La provincia del Chaco fue el territorio de recolección, caza y pesca de varias
familias de pueblos, conocidos con el nombre común de guaycurúes, y que
comprendían por lo menos a los abipones, mocovíes, tobas, mbayaes y
pilagas.
Abipones y mocovíes habitaban las regiones selváticas del oeste, por lo que
tardíamente entraron en contacto con los conquistadores y misioneros
europeos, los restantes grupos subsisten todavía en el noroeste de Chaco y
Formosa.1

Todos vivían de la recolección del fruto del algarrobo, el mistol, el molle y el


chañar; de los higos de tuna, los cogollos de palmera y de varias especies de
raíces.

Los mocovíes del sur, organizaban cacerías de venado, pecaríes, tapires y


avestruces, usando el destructivo método de incendiar las praderas. En
cambio para la pesca eran más cuidadosos y usaban el arco, la flecha y la
lanza.

Cuando los guaycurúes del Chaco adoptaron el caballo, que los españoles
habían diseminado desde Asunción, las formas de vidas de los aborígenes
se transformaron. De caminadores que eran se convirtieron en jinetes,
adoptaron sus armas a las nuevas exigencias de las guerras encuentres de
malón, y su alimentación se hizo carnívora.

Los primeros europeos que avistaron nuestras tierras, fueron los que
llegaron con Sebastián Gaboto en 1528, que recorrieron el Paraná y el
Paraguay hasta la desembocadura de Bermejo.

También exploraron estas tierras Juan de Ayola y Domingo de Irala. La


primera fundación europea en tierras del Chaco fue realizada por Alonso de
Vera y Aragón el 14 de abril de 1585, con el nombre de Nuestra Señora de la
Concepción de Bermejo.

1
Autora: Prof. María C. R. de Godoy - obtenido de la página principal
"Leopoldo Marechal": Historias del Chaco
En menos de 50 años la población creció y se convirtió en un centro
comercial para la región; pero en 1632 un terrible ataque de los abipones
obligó a los habitantes a trasladarse a Corrientes.

Por su parte la acción de la iglesia se inició en 1590 por obra de los


misioneros Alonso de Barzana y Pedro Añasco. Desde entonces fueron
múltiples las expediciones de viajeros y misioneros que, partiendo de
Asunción o de Salta, recorrieron los bosques y sabanas chaqueños y
costearon y navegaron los dos grandes ríos hasta su desembocadura en el
Paraguay o los remontaron desde ellas.

Las primeras exploraciones del río Bermejo datan de 1780, cuando navego
sus aguas el franciscano Francisco Morello a quien siguieron muchos otros.

Después de la revolución de mayo, Pablo Soria remonto el río en tres


oportunidades: en los años 1812, 1824 y 1826; hasta que en la ultima el
dictador Francisco del Paraguay lo encarcelo durante 5 años. Las
expediciones se reiniciaron en 1854 y 1863 con los viajes de José Lavallero
en el vapor "El Gran Chaco".

Después la guerra de la Triple Alianza (1865-1870) se inició la ocupación del


territorio situado al norte del río Salado.

El presidente Sarmiento, creo el territorio Nacional de Gran Chaco con


capital en Villa Occidental, hoy Villa Hayes, el 31 de enero de 1872 y designó
primer gobernador a Julio de Vedia. En realidad, la primera campaña militar
en el Gran Chaco, fue la que realizo en 1870 y repitió en 1872, el teniente
coronel Napoleón Uriburu hasta el pasaje llamado La Cangaye, la antigua
reducción de Nuestra Señora de los Dolores, fundada en 1781 en los
alrededores de la Confluencia de los ríos Teuco y Bermejo. Desde entonces
se multiplicaron las exploraciones y los asentamientos.

Sobre las ruinas de la Reducción de San Fernando del Río Negro, se


asentaron en 1872, el Coronel José María Avalos con un grupo de italianos y
correntinos. Allí formaron una pequeña colonia que en 1875 debió resistir a
la gestión de cacique Leoncito, en recuerdo de lo cual el asentamiento
comenzó a llamarse "LA RESISTENCIA".
El 27 de enero de 1878 se aprobó la mensura de la Colonia y se decretó la
fundación, días después llegaron al lugar sesenta familias italianas de Udine,
con lo que comenzó la colonización de ese origen en el Chaco.

La llamada "Conquista del Chaco" culmino con la campaña de 1884, dirigida


por el ministro de guerra y marina de presidente Roca, general Benjamín
Victoria. El plan de ministro tenia como objetivo que confluyeran sobre la
Cangaye varias columnas expedicionarias que debían partir de Córdoba,
Resistencia y Formosa.

Acompañó a las fuerzas militares una comisión científica que acomodaba el


Capitán de la Marina, Ceferino Ramírez. La campaña se inicio el 17 de
octubre de 1884, y en el orden general se estableció que debían fundarse
tres pueblos: El Timbo y se llamaría Puerto Bermejo, el segundo en Puerto
Expedición y el tercero en la confluencia interior del Teuco con el Bermejo y
se llamaría Presidencia Roca.

Entre tanto las fundaciones continuaron en las costas del Paraguay. En 1882
se fundo Las Palmas, el primer ingenio azucarero del territorio, donde se
instalo el primer ferrocarril de trocha angosta hasta el lugar.
Otras fundaciones se realizaron en el interior: Charadai en 1905, El Zapallar
en 1909, Makalle en 1910, Presidencia Roque Sáenz Peña que fue el primer
centro algodonero, Quitilipi y Gancedo en 1912.

Por Ley nacional 1532, el 10 de octubre de 1894, llamada "DE


ORGANIZACIÓN DE LOS TERRITORIOS NACIONALES", el Gran Chaco
quedo dividido en dos gobernaciones: la de Formosa, al norte del río Teuco-
Bermejo y la del Chaco al sur de ese curso de agua.
El último gobernador del GRAN CHACO fue Ignacio FOTEHERINGHAM, que
pasó a ejercer la primera magistratura en Formosa.

El primer gobernador del Chaco fue MANUEL OBLIGADO a quien


sucedieron en 1887, ANTONIO DONOVAN y en 1893 ENRIQUE
LUZURIAGA.

La primera división departamental establecida durante el gobierno de


Donovan abarca 5 jurisdicciones: Resistencia, Guaycurú, Florencia, Florida,
Solalinde, Cambaceres y Timbo o Martínez de Hoz.

En 1862 fueron federalizadas la tierras que no estaban comprendidas por las


provincias. Por Ley Nacional 1262, en 1882 se creó el TERRITORIO DE
CHACO, que abarcaba la actual provincia de Formosa, hasta que dos años
más tarde se agregaron y se le dio el rango de gobernación por Ley Nacional
1532.
En 1951 por Ley 14037, se estableció la provincialización de esta unidad
política que en la actualidad se encuentra organizada en veinticuatro
departamentos.

HISTORIA DE MI TRADICION CHAQUEÑA


Luego del receso radiofónico impuesto por el Gobierno de René Barrientos
Ortuño en 1964, se inician los trámites ante la dirección general de
comunicaciones, para obtener la licencia de funcionamiento de lo que sería
RADIO FRONTERA, que luego de una larga espera ocacionada por la
burocracia administrativa, recien sale al aire oficialmente un 4 de Agosto de
1968, para permanecer en el éter chaqueño hasta la fecha. Entre las
principales metas de su propietario Juan Castillo Ruíz, estuvieron las de
promover el desarrollo agropecuario, la cultura y la defensa de los recursos
naturales. Como un logro está el haber conseguido la recuperación de la
música chaqueña, con la grabación del primer disco en vinilo en 1969,
interpretada por Fortunato Gallardo en el violín y Alberto Choque en el
bombo, conocidos como el "Dúo del Pasacanal" cuando la misma era
desconocida hasta en su propio medio. La entrega de los discos a las
diferentes emisoras del país, las que por ese tiempo poca importancia y
cobertura le dieron, motivó la conformación, que teniendo como instrumentos
musicales el violín y el bombo, de grupos folklóricos como Los Ilachas, Los
Guadalupanos y el que pudo imponer la música a nivel nacional como Los
Canarios del Chaco, que al decidir radicarse en la ciudad de La Paz le dieron
el impulso necesario.

La fiesta de la tradición del Palmar, con los primeros festivale en 1981,


recuperamos la danza y las tradiciones, que hoy son el atractivo de la vecina
localidad de El Palmar, y que por ordenanza municipal se constituye en La
Capital Folklórica del Gran Chaco.

La designación del 12 de Agosto de 1876 como aniversario de la creación de


la provincia, lo que se festeja a partir de 1976 en su primer centenario
organizado por esta emisora, esto después de una larga investigación, en la
que se buscaba la fundación de Yacuiba, en el colegio Franciscano de Tarija,
Prefectura, Obispado de Cuevo, al no haber sido encontrada la misma y con
el propósito de que sea una celebración, no solo de Yacuiba, sino de todos
los chaqueños, es que Radio Frontera , impulso la celebración de esta fecha.
Constante Apoyo a la instalación de la fábrica de aceite, la que debió ser
instalada en Yacuiba, por que los estudios de prefectibilidad solicitados por
sus autoridades e instituciones así lo establecieron pero que por razones que
desconocemos el Gobierno de 1971, ordenó su instalación en Villamontes.

Así mismo Radio Frontera estuvo en la primera línea de la lucha por


conseguir la construcción de la carretera asfaltada, Yacuiba-Santa Cruz, en
su primer tramo Yacuiba-Palmar Grande, logrando su propietario como
dirigente cívico presente en el parlamento se autorizara la inversión de los
recursos económicos. Largo sería enumerar en sus 38 años, los tantos
logros en beneficio de esta frontera patria, es por eso, que con orgullo y
satisfacción podemos decir que esta casa radial no vivió en vano, la nueva
generación de Radio Frontera, tiene otros desafios desde estos micrófonos a
partir de la fecha

ABORIGEN DEL CHACO


Para referirnos a los primeros pobladores de esta región debemos
remontarnos a los tiempos de la colonia (siglos XVI a XIX), en cuyo periodo
histórico las expediciones realizadas por españoles en busca de riqueza
minerales como el oro y la plata originaron que los grupos arawak y tupí-
guaraní (desde el punto de vista lingüístico) se radiquen en los valles de
las Sierras de Aguaragüe, Ipaguazú, de Lapachal y de Durán.

Al producirse los primeros contactos con los españoles, el hábitat de


los chané se encontraba ubicado en la región del Chaco Boreal, es decir, en
el actual territorio boliviano, y en los últimos contrafuertes de la Cordillera
Oriental, entre los ríos Guapay y Parapeti. Su límite más austral era la zona
de los ríos Itáu, Caraparí y Pilcomayo. Se trata de un grupo amazónico
perteneciente al subgrupo lingüístico Arawak que había venido
desde América Central al Mato Grosso y desde allí al Chaco Boreal,
perseguidos por la conquista de su hábitat por parte de los Caribes. Fueron
posiblemente los primeros indígenas que conoció Colón.[cita requerida] Poseían
técnicas agrícolas para el cultivo y una alfarería de gran factura,
comerciaban activamente con el Incavio a través del enclave
de Sumaypata en el Cordillera Oriental boliviana, especie de verdadera feria
franca entre los pueblos. Esta cultura chaquense-prehispánica fue dominada
por el pueblo guaraní, los chiriguanos, que llegaron a la región en sucesivas
oledas pre- y poshispánicas (segunda mitad del siglo XV hasta la segunda
mitad del siglo XVI).

Su asentamiento en la región del Chaco Boreal motivó la leyenda sobre la


metalurgia del pueblo Inca y también por su propia leyenda
del Candiré (‘tierra sin mal’), según la narra Garcilaso de la Vega en
sus Comentarios Reales. De tal manera, estas migraciones sucesivas fueron
permitiendo la conquista violenta de la Cordillera Oriental y de los llanos del
Chaco Boreal, y la sujeción de todos los pueblos allí existentes, entre otros,
de los chané.

Con la conquista del Chaco los aborígenes matacos, en busca de un nuevo


hogar llegaron al lugar afincándose en las zonas más llanas. A principios de
siglo los indios chané(arawak) fueron los de mayor influencia en el radio
pedemontano que al mestizarse con los chiriguanos dieron origen a los
chané chiriguanizados por un lado y el grupo chiriguano por el otro. Los
primeros fueron los que más fácilmente se adaptaron a la sociedad urbana al
constituirse muchos de ellos en mano de obras de los obrajes y aserraderos
y otros como empleados en la construcción. Sin embargo, la principal
actividad practicada es la agricultura y la alfarería.
En 1901 los Chané recibieron 90 000 ha de tierra, otorgadas por el
subprefecto del Gran Chaco, don Juan Soruco, al cacique Guarumbaque, por
orden del presidente de BoliviaGran José Manuel Pardo.

Al respecto, José Antonio Guantay aporta que «el General Magariños cedió a
los chanés cuatro leguas cuadradas: Campo Durán, Tobantirenda, Capiazuti,
Tuyunti y Nacatimbay», y agrega que «posesionó al cacique Guarumbaqué
como capitán y a todos los clanes de las tierras de Campo Durán», acotando
que ese nombre «probablemente se debe a algún cacique de nombre Durán
y a los indios de esta zona se les llamaba duranes». Los Chiriguanos
también recibieron tierras en esta zona por concesión del gobierno boliviano,
aproximadamente a fines de la primera década de este siglo por haber
colaborado con el ejército boliviano en la represión a uno de los tantos
alzamientos de tobas, en la zona de la Angostura del Itiyuro (5 km al este de
Campo Durán). Todas estas posesiones pierden vigencia al firmarse
el Tratado de Límites Diez-Carrillo en 1925.

A fines del siglo XIX había cruentos combates entre los primitivos pobladores
y los criollos afincados en la zona, precisamente en Aguaray. Los aborígenes
liderados por el cacique toba Taicolique se alzaron en varias oportunidades
contra los invasores de sus tierras. En uno de esos combates muere
Taicolique y en represalia a su muerte, se produjo un alzamiento de tobas y
chulupíes desde Villa Montes (Bolivia) y el mismo fue rechazado con éxito
por los criollos con la ayuda de los chiriguanos, a quienes, en
agradecimiento, el gobierno boliviano les entregó tierras para sus
asentamientos.

ORIGEN Y CLASIFICACIÓN DE LOS GRUPOS INDÍGENAS


Origen y clasificación de los grupos indígenas Origen y clasificación de los
grupos indígenas A partir del momento en que los españoles toman contacto
con las culturas aborígenes chaquenses del actual territorio argentino (Siglo
XVI), se pueden distinguir tres núcleos étnicos, que a su vez corresponden
con tres familias lingüísticas bien diferenciadas: Guaycurú, Mataco-
Mataguayo y Lule-Vilela. Los dos primeros son los llamados "Chaquenses
típicos". EI tercer núcleo ocupaba un territorio no totalmente chaqueño y sus
integrantes eran ajenos cultural y racialmente a los chaquenses típicos;
vinculándose más bien a los pueblos andinos pues se hallaban ubicados en
la región del Sudoeste chaqueño, llegando hasta el territorio semimontañoso
de Tucumán y Salta. Pertenecen a la familia Guaycurú los Mbayaes,
Payaguáes, Abipones, Tobas, Pilagáes y Mocovíes; los dos primeros no sólo
han desaparecido hace tiempo, sino que su hábitat se encontraba fuera del
territorio argentino, en el Chaco paraguayo. De los restantes también los
abipones pertenecen al pasado. A los Matacos – mataguayos, según unos, o
Mataco-maccá según otros, pertenecen los Matacos, Chorotís, Ashluslay y
Maccáes. Según Imbelloni, también los Noctenes, Vejoces y Mataguayos.
Los Lules-Vilelas constituyen un complejo étnico integrado por Tonocotés,
Lules y posteriormente los Vilelas. Imbelloni hace comprender dentro de los
Lules a las siguientes tribus: Isistinés, Tokistiné, Oristiné, Tonocoté y Matará,
todas al igual que los Lules, actualmente extinguidas. Los guaycurúes
habitaron desde el comienzo de los tiempos históricos el área oriental del
Chaco, ocupando en territorio argentino una amplia faja sobre la margen
derecha de los ríos Paraguay y Paraná, desde el Pilcomayo hasta Santa Fe.
A estos pueblos del Chaco Oriental, se les dio en la época hispánica el
nombre de "Frentones" por la costumbre muy generalizada entre ellos de
raparse la parte anterior de la cabeza, dando la impresión de una amplia
frente. La denominación actual de Guaycurúes tuvo su origen en el apelativo
de una subdivisión de los Mbayaes del Paraguay, que después se generalizó
a toda la familia. Además los primeros cronistas españoles les aplicaron una
gran diversidad de gentilicios muy difícil de ubicar en las divisiones que
actualmente se hacen de estos pueblos. Según Kersten "los Abipones como
también los Mocovíes y los Tobas muestran desde el Siglo XVll hasta
mediados del Siglo siguiente una tendencia constante a la migración del
Norte hacia el Sur que debemos relacionar con introducción del caballo...
Recién con el estrechamiento de la zona que habitaban, alrededor de 1750,
las tribus Guaycurúes han pasado forzosamente de un estado nómade a un
mayor sedentarismo". 2

Los abipones están muy relacionados con la historia colonial de Santa Fe,
Corrientes y Chaco. En 1750 se fundó con ellos la Reducción de San
Fernando del Río Negro, en el lugar que hoy ocupa la ciudad de Resistencia.
Estos aborígenes habitaban primitivamente la ribera Norte del Bermejo
inferior. A comienzos del Siglo XVII adoptaron el caballo traído por los
españoles y en sus correrías ocuparon extensas zonas del Chaco y
destruyeron a otras poblaciones indígenas, llegando a atacar las poblaciones
de los españoles posteriormente. A principios del Siglo XVIII se desplazaron
más hacia el Sur e invadieron la provincia de Santa Fe, algunas regiones de
Santiago del Estero y Córdoba, llegando a incursionar en las regiones
mesopotámicas. Hacia mediados del Siglo XIX todavía quedaban restos de
estos aborígenes en el norte santafesino, e incluso los mapas argentinos
seguían registrando su presencia al norte del Río Salado, hasta fines de ese
Siglo. Hoy se los da como desaparecidos.

EVOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD CHAQUEÑA – COMIENZOS DE LA


COLONIZACIÓN
Rasgos etnográficos de los primeros pobladores

2 Blog de Historia de Paraguay. http://paraguay-historia.blogspot.mx/2009/12/la-


dictadura-del-doctor-francia.html
La provincia del Chaco fue desde sus comienzos un territorio apto para la
recolección, caza y pesca de las familias aborígenes, primeros pobladores
del inmenso monte chaqueño.

Si bien el Chaco es una de las zonas menos estudiadas de la Argentina y


Bolivia, se puede afirmar que fue fuente de gran variedad de recursos y
materias.

En esta gran extensión boscosa existieron tres grandes familias lingüísticas:


la Guaycurú, la Mataco-Mataguayo y la Lule-Vilelas. Los guaycurúes estaban
conformados por varias tribus: mocovíes, tobas, pilagáes y abipones. De
estas solo existen en la actualidad en la región los Tobas, en donde la gran
mayoría vive en el monte sin ser propietarios de las tierras que ocupan.

Los Tobas, eran llamados también en aquella época "kom". Eran cazadores-
recolectores nómades, habitaban chozas de madera en aldeas protegidas
con hileras de troncos. Formaban una sociedad igualitaria, poseía una
cosmovisión compleja, presidida por un ser superior.

Todos estas tribus recolectaban los frutos del monte como ser el fruto del
algarrobo, los higos de tuna y diferentes especies de raíces. Los del sur se
dedicaban principalmente a la cacería de animales.

La vida social de estas tribus, se puede resumir básicamente en los


siguientes puntos:
 La familia era de base monogámica aunque los caciques
acostumbraban a tener dos o tres mujeres.
 En algunas tribus se practicaba el casamiento por compra
 En el caso de los Tobas, el pretendiente debía mostrar
sus productos para ver si podía mantener a la mujer.
 La educación del niño se basaba en las prácticas con armas,
en cambio la niña debía aprender los quehaceres domésticos.
 Existía el cacicazgo hereditario.
 La propiedad de la tierra era comunitaria.

Al adoptar el caballo (guaycurúes) que los españoles habían traído


del Paraguay las formas de vida de los aborígenes se transformaron de
caminadores a jinetes, adoptaron las armas y su alimentación se hizo
carnívora.
Comenzaba a partir de aquí las primeras expediciones y conquistas en las
que nuestros aborígenes sufrirían el sometimiento de los españoles y el
intento de cristianizarlos por parte de los misioneros.

Exploraciones y exploradores durante el siglo XVI


Como sabemos la ambición y la codicia fueron los principales incentivos para
realizar estas expediciones.
Los conquistadores españoles conocieron el Gran Chaco en el siglo XVI,
pero fue muy difícil la formación de asentamientos.

El primer europeo que incursionó en el Gran Chaco fue Alejo García, que a
través de algunos aborígenes se había enterado de la existencia de grandes
cantidades de plata en el cerro Potosí. 3

Otros europeos que avistaron tierras chaqueñas, fueron los que llegaron con
Sebastián Gaboto en 1528, que recorrieron el Paraná (llegaron hasta el
actual Itatí en Corrientes) y el Paraguay hasta la desembocadura del
Bermejo.

3 La Prehistoria Argentina. Prof. Carlos Punta de la página de Internet


argentinaxplora.com
También exploraron estas tierras Pedro de Mendoza (1536); Juan de Ayolas
(designado por Mendoza); Domingo de Irala; Alvar Núñez Cabeza de Vaca,
entre otros.

Primera fundación
A mediados de Marzo de 1585 salió de Asunción una de las más numerosas
expediciones y mejor equipadas de todas las que partieron de aquella ciudad
para fundar ciudades en el Río de la Plata.. La comandaba el capitán Alonso
de Vera y Aragón. Esta fuerza expedicionaria debió afrontar a lo largo de su
viaje los ataques de las tribus.

Podemos decir entonces que la primera fundación europea en tierras del


Chaco fue la realizada por Alonso de Vera y Aragón el 14 de abril de 1585,
con el nombre de Nuestra Señora de la Concepción del Bermejo, el propio
fundador trazó simbólicamente con su espada los límites de la ciudad, se fijó
además el sitio para la iglesia, bajo la advocación de Nuestra Señora del
Rosario, se repartieron también solares y tierra para labranza.

En menos de cincuenta años la población creció y se convirtió en un centro


comercial para la región; pero en 1632 un terrible ataque de los abipones
obligó a los habitantes a trasladarse a Corrientes, "... una triste caravana de
pobladores partió en marcha penosa a pie y portando las pocas pertenencias
que pudieron reunir.

Primeras acciones de la Iglesia


Se puede decir que la acción misional coincide prácticamente con la
fundación de Concepción del Bermejo. El franciscano que se destacó fue
San Francisco Solano, recordado por su santidad y amor a los aborígenes.
Mediante las gestiones del Obispo del Tucumán, Mons. Francisco de
Victoria, llegaron en 1585 los primeros misioneros de la Compañía de Jesús:
los padres Alonzo de Barzana y Francisco de Angulo.

En 1590 llegaron los padres Pedro Añazco y Juan Font sumándose a la tarea
de evangelizar a los chaquenses.

Los misioneros Alonso de Bárzana y Pedro Añasco (1593), no realizaron solo


tareas de conversión de los indígenas sino que también se ocuparon de
estudiar sus costumbres, su lengua, su psicología y sus antiguas creencias.
También comprobaron el efecto negativo que las encomiendas producían
sobre los aborígenes.4

Desde entonces fueron múltiples las expediciones de viajeros y misioneros


que, partiendo de Asunción o de Salta, recorrieron los bosques y sabanas
chaqueños, costearon y navegaron los dos grandes ríos hasta su
desembocadura en el Paraguay o los remontaron desde ellas. También
fueron muchas las reducciones que se fundaron en nuestro territorio, como la
Reducción de San Francisco (1616).

Sin embargo, el Gran Chaco permanece vedado a la acción misional hasta el


siglo XVIII, el motivo: la falta de un plan evangelizador y también la falta de
apoyo a los misioneros que quedaban librados a su suerte una vez en el
interior del Chaco.

Expediciones durante 1800


El Gran Chaco fue durante las primeras décadas del siglo XIX objeto de
exploraciones que intentaron develar los secretos que encerraba la región y
sobre todo aprovechar sus vías navegables y sus recursos naturales.

4 Historia del Chaco, Altamirano-Sbardella-Dellamea de Prieto, Pág40


Después de la Revolución de Mayo, Pablo Soria remontó el río en tres
oportunidades: en los años 1812, 1824 y 1826; hasta que en la última el
dictador Francisco del Paraguay lo encarceló durante cinco años.

Durante la década de 1840 fueron los bolivianos los que intentaron navegar
el río Pilcomayo pero no pudo lograr su objetivo. Al año siguiente enviaron al
explorador Van Nivel, pero las grandes dificultades que encontraron los
obligaron a regresar. Quien con mayor profundidad analizó el Chaco fue
José Idelfonso Alvarez de Arenales.

El territorio Nacional del Gran Chaco con capital en Villa Occidental fue
creado el 31 de Enero de 1872 y tenía como gobernador a Julio de Vedia, el
presidente de esa época era Sarmiento.

En realidad, la primera de las campañas militares en el Gran Chaco, fue la


que realizó en 1870 y repitió en 1872, el Teniente Coronel Napoleón Uriburu
hasta el pasaje llamado La Cangayé, la antigua reducción de Nuestra Señora
de los Dolores, fundada en 1781 en los alrededores de la Confluencia de los
ríos Teuco y Bermejo.

Fundación de Resistencia
Hasta el año 1873 la capital del Chaco era Villa Occidental, en donde
residían las autoridades, entre ellos el Gobernador Gral. Vedia. El 18 de
marzo de ese mismo año se le informa al Gobernador de la existencia de una
población de entre 400 y 500 habitantes, un número mayor trabajaba en los
obrajes que allí se habían instalado, ese lugar por supuesto no tenía
una autoridad legal como tampoco los obrajeros eran los dueños de las
tierras. En un principio se le dio a la población el nombre de "San Gerónimo",
era sin duda alguna San Fernando.
Enterado el gobernador decide pedir al gobierno nacional la autorización
para designar autoridades. San Fernando en ese momento era más grande
que la propia capital.

Sus habitantes debieron enfrentar, desde el principio, los ataques de los


aborígenes, las tribus se habían unido para atacar a San Fernando; el
cacique Leoncito y su grupo fueron los únicos que respondían a las
autoridades del gobierno, si bien en un momento actuaron contra la colonia
influenciados por las demás tribus, el cacique terminó por someterse al
gobierno. Los años 1875 y 1876 fueron muy duros para la colonia, pero se
resistieron desde el primer momento, de allí su nombre actual.

"La Comisión Exploradora del Chaco llegó a Corrientes el 25 de septiembre


de 1875 y el 6 de octubre sus miembros se trasladaron a San Fernando para
determinar el lugar preciso para asiento de la colonia".5

Se determinó como lugar apropiado lo que había sido en su momento la


reducción jesuítica de San Fernando del Río Negro. El 15 de octubre se
inicia la mensura de la nueva colonia, bautizada con el nombre
de Resistencia en homenaje a los pobladores que había hecho defensa al
ataque de los aborígenes.

Después llegaron al lugar sesenta familias italianas de Udine, con lo que


comenzó la colonización de ese origen en el Chaco.

La mensura definitiva de Resistencia se realizó recién en el año 1882 por el


agrimensor Carlos Tassier.

5 Historia del Chaco, Altamirano-Sbardella-Dellamea de Prieto, Pág137-138


Llegada de las primeras familias colonizadoras y fundación de los
primeros pueblos y colonias
En el siglo XIX se produce la gran entrada al país de inmigrantes
procedentes de Europa, en busca de un mejor futuro para sus familias, la
industrialización en sus países, había desplazado las inversiones de capital
del campo, por lo que el empobrecimiento de todos los campesinos se hizo
inevitable.

Arribaron a la Argentina inmigrantes de los países más afectados por


la crisis, como Italia, España y Francia.

En 1876 Jaime Sosa realiza gestiones ante las autoridades


de Inmigración para traer familias de colonos de inmigrantes al Chaco, pero
no pudo obtener buenos resultados, recién en el año 1878 se logra ese
objetivo.
Las primeras familias en llegar al Chaco eran procedentes de la provincia
italiana de Udine, quienes después de la larga travesía y de atravesar la
tupida vegetación del río Negro en el vapor "Río Paraná" arribaron al puerto
de San Fernando.

Pero este no fue el único grupo que llegaría al Chaco este año. También lo
hicieron contingentes de la región de Friul, Italia, y también de la región de
Tirol, ubicada en la frontera con Austria.

El problema que se plantea de inmediato era el de repartición de tierras, ya


que se volvía dificultoso mensurar las parcelas porque se habían perdido los
primeros mojones, y también la ubicación de las familias que se habían
instalado antes de la mensura resultó un problema.
Los recién llegados debieron afrontar los cambios en el clima y la
alimentación. Además sufrieron en esa época la crecida del Paraná lo que
ocasionó que aparecieran las pestes.

Pero esta no fue la única colonia fundada en esta época, fueron muchos
otros los grupos que se instalaron en la región, algunos de los que aún en la
actualidad existen son, en orden cronológico:
- Las Palmas (1882) en este lugar se instaló el primer ferrocarril y fue el
primer ingenio azucarero del territorio;
- General Vedia (1888) es otro de los más antiguos del Chaco
- Margarita Belén, mensurada en 1891 y Colonia Benítez (1895) estas
dos son muy importantes en la historia del Chaco, porque allí se
hicieron las primeras plantaciones de algodón, el que sería la base de
la economía chaqueña hasta hace unos años,
- Puerto Tirol, se le impuso el nombre en 1891
Otras fundaciones se realizaron en el interior: Charadai en 1905, El Zapallar
en 1909, Makallé en 1910, Presidencia Roque Sáenz Peña que fue el primer
centro algodonero, Quitilipi y Gancedo en 1912.

Creación del territorio nacional del Chaco


La colonización se había iniciado ya en el año 1878 con la llegada de las
primeras familias de inmigrantes, por lo que el Gran Chaco ya no se podía
regir por su primer estatuto legal (ley 576) creado en el gobierno de
Sarmiento. El proyecto para la creación de la nueva ley fue motivo de
muchas discusiones y de muchas idas y venidas de las autoridades. La Ley
nacional 1532, llamada "De Reorganización de los Territorios Nacionales"
fue aprobada por los tres poderes el día 16 de octubre de 1884.

El Gran Chaco quedó dividido, entonces, en dos gobernaciones: la de


Formosa, al norte del río Teuco-Bermejo y la del Chaco al sur de ese curso
de agua. El último Gobernador del Gran Chaco fue Ignacio Foteheringham,
que pasó a ejercer la primera magistratura en Formosa.

El primer Gobernador del Chaco fue Manuel Obligado a quien sucedieron


años más tarde Antonio Dónovan, Enrique Luzuriaga, entre otros.

Así el Chaco iba perfilándose para llegar a ser lo que hoy es, una Provincia
de la República Argentina, pero para esto faltaba aún algunos años.

Por Decreto del 21 de febrero de 1885 se divide al territorio en los siguientes


departamentos: Resistencia, Florencia, Las Toscas, San Antonio de
Obligado, Ocampo, Presidente Avellaneda, Guaicurú, Saladillo y Coronel
Martínez de Hoz. Un artículo de este Decreto establecía además a
Resistencia como capital del Territorio.
Años mas tarde llegaría la provincialización del Chaco, exactamente en 1951
por Ley 14037, se establece como provincia a esta unidad política que en la
actualidad se encuentra organizada en veinticuatro departamentos.

Características generales de las culturas precolombinas del chaco


boliviano
De acuerdo con el etnólogo alemán, Walter Krickeberg, en su obra
titulada Etnología de América,2 hace una descripción general de las culturas
del Gran Chaco, enfatizando las siguientes características generales:
 Debido a las características del terreno, no existió gran desarrollo de la
agricultura. La mayoría de las etnias estaban conformadas por
cazadores-recolectores-pescadores.
 La miel era un producto que se recolectaba en toda la región.
 El arma principal de los cazadores era el arco.
 El perro es el único animal doméstico conocido antes del contacto con los
europeos.
 Las chozas eran cupuliformes de ramas encorvadas y paravientos.
 Tenían rituales de nacimiento, inicio de la pubertad y muerte. Se permitía
el aborto y en algunos casos, el infanticidio.
 La pesca es de gran importancia. Se usaban buitrones (redes
sumergibles)
 Sus utensilios para preparar alimentos eran quijadas de piraña, valvas de
concha y puntas de hueso.

Caduveos
Los caduveos se denominaban así mismos como cadiguegodí.3 Su ubicación
principal fue en Brasil,especialmente en Mato Grosso del sur. Actualmente
se dividen en cuatro aldeas principales: Bodoquena, Campina, Tomázia y
Sao Joao. Pertenecen a la familia lingüística mbayá-guaycurú. Son
reconocidos como los últimos sobrevivientes de ésta familia lingüística. Se
les conoció también como "indios caballeros" por el gran uso y
domesticación que le dieron a los caballos, y por ésta razón, utilizaban más
las lanzas que los arcos para la cacería. Vivían de la recolección de frutos
silvestres, y se permitían la práctica del infanticidio y el aborto. Claude Lévi-
Strauss les dedica un capítulo entero en su libro Tristes Trópicos,4 donde
hace un análisis detallado sobre una de las características culturales
principales de los caduveos: la pintura corporal. Dentro de éste estudio, Lévi-
Strauss hace las siguientes observaciones:

 Se mostraba la jerarquía de los nobles por medio de las pinturas


corporales hechas con plantillas o tatuajes.
 La cara y a veces el cuerpo se cubrían por una serie de arabescos
asimétricos.
 Podían hacerse en pintura o tatuajes.
 Se divide la cara en cuatro partes para ser decorada.
 De acuerdo con el misionero jesuita Sánchez Labrador (1760), las castas
nobles sólo se pintaban la frente y sólo los cautivos se pintaban la cara
completa.
 De igual forma, solamente las mujeres jóvenes eran las que seguían esa
tradición.
 Actualmente, las pinturas solamente se realizan por placer, y pueden ser
temporales o permanentes.
 La tinta estaba hecha del fruto del árbol Jenipapo, ó Genipa Americana y
usaban espinas de pescado para realizarse los tatuajes.

CONQUISTA DEL GRAN CHACO Y REDUCCIONES JESUITAS Y


FRANCISCANAS
Para otros usos, véase también Conquista del Chaco Misiones jesuíticas en
América.

El caso de Chaco favorecido por la impenetrabilidad de su territorio y la


férrea resistencia de sus habitantes quedaría como propiedad de las culturas
originarias por tres siglos más. En 1524 Alejo García, fue el primer europeo
en internarse en el Gran Chaco. Penetró en el Chaco llegando hasta las
estribaciones andinas. Juan de Ayolas, Alguacil Mayor. Se interna en el
Chaco llegando hasta Bolivia. Muere en manos de los nativos en el viaje de
regreso (1540). El 11 de marzo de 1542 llega a Asunción Alvar Núñez
Cabeza de Vaca intenta llegar a la Sierra de la Plata. El capitán Hernando
Ribera fue enviado al norte y remontó el río Paraguay.

A continuación, se presenta un cuadro con las principales misiones


realizadas por jesuitas y franciscanos en el área del Chaco.

LAS CULTURAS ABORÍGENES DEL GRAN CHACO


Rasgos etnográficos.
Tecnología y subsistencia, Rasgos etnográficos. Tecnología y subsistencia,
sociedad, creencias y ciedad, creencias y costumbres costumbres. La
generalidad de los autores está de acuerdo en que la base de la economía
de los pueblos chaquenses, estaba dada por la recolección de frutos
silvestres, la caza y la pesca. La agricultura se practicaba en forma muy
rudimentaria y en poca escala. Entre los grupos Matacos se producía el
acondicionamiento de su economía al medio en que habitaban: las tribus que
vivían en los bosques practicaban la caza y los que moraban en la ribera de
los ríos se dedicaban a la pesca durante casi todo el año.

Los frutos silvestres más buscados durante la tarea de recolección eran la


algarroba, el chañar, el molle, la tusca, frutos de tuna, porotos del monte,
tasi, como también diversas raíces y cogollos de palmeras. Urna funeraria
La labor de recolección estaba a cargo de las mujeres, quienes partían por la
mañana en pequeños grupos, se dedicaban a la exploración sistemática y
por sectores de los alrededores de la toldería, de modo que en el término de
un mes hubieren recorrido los cuatro puntos cardinales hasta una jornada de
distancia, a partir del lugar de residencidencia. La recolección era la principal
actividad de los Matacos, siendo la caza y el cultivo actividades secundarias.
La algarroba, que madura de noviembre a febrero era el principal alimento,
pues este período junto con el de la pesca intensiva de los meses de abril a
junio, constituían la época de mayor abundancia de alimentos.

Es importante señalar que la recolección de algarroba en el período de su


fructificación no estaba destinada exclusivamente a cubrir Ias necesidades
del consumo inmediato, sino que una parte considerable era almacenada en
trojas que construían junto a las viviendas, en previsión de los períodos de
escasez. Los Matacos eran también muy aficionados a la miel silvestre de la
cual conocían 16 clases distintas; su extracción requería cierta habilidad
pues frecuentemente debían trepar a los árboles altos y llenar sus calabazas
o bolsas de cuero sin perder el precioso líquido. Los Mocovíes por su parte,
recogían grandes cantidades de langostas que le servían de alimento, ya
sean tostadas al fuego o cocinadas en una olla con un poco de agua. La
caza era una actividad común a todos los pueblos chaquenses. Su práctica
se efectuaba en forma individual o colectiva y puede decirse que no tenía
una época determinada. EI indio siempre estaba dispuesto a cazar y en toda
familia había un individuo que se dedicaba permanentemente a esta
actividad. Las carnes más preciadas eran las del ñandú, el tapir, el venado,
la corzuela, y el pecarí. Poseían diversos métodos de caza. Para la del
avestruz empleaban un disfraz consistente en un armazón cónico de hojas y
ramas que les permitía acercarse a las aves sin ser descubiertos hasta
tenerla a tiro.

También empleaban perros para cercar a la presa o bien preferían acecharla


en las aguadas. Además, utilizaban el fuego para incendiar la pradera,
sacando de sus escondrijos a los animales y obligándolos a dirigirse hacia
donde los acechaba el cazador. Los antiguos Mocovíes eran muy afectos a
la cacería de los pecaríes, los cuales eran acorralados con la ayuda de los
perros y luego ultimados a golpes de macana. Las armas utilizadas para la
caza eran, por lo general, el arco y la flecha, además la lanza y la macana o
maza de madera. Los arcos poseían sección rectangular y la cuerda era de
tiras de piel trenzadas. Su tamaño era relativamente corto. Las puntas de
flecha eran antiguamente de madera, pero posteriormente se usó el hierro,
por comercio con los blancos. También eran utilizadas trampas consistentes
en lazos de cuerda accionados por varas flexibles. La pesca ocupaba un
lugar importante en la economía de aquellos pueblos que habitaban la ribera
de los grandes ríos como el Bermejo o el Pilcomayo.

Su práctica se efectuaba de diversas maneras. Por medio de un arpón que


consistía en una vara larga de 5 metros, en cuyo extremo estaba atada una
varilla sobre la que descansaba flojamente la punta del arpón, hecha del
extremo agudo de un cuerpo de vacuno. Esta punta se hallaba sujeta a la
mano del pescador por medio de una cuerda que corría a lo largo del palo.
Una vez lanzado el artefacto contra la presa, el arpón penetraba en la carne
del pez y se desprendía del palo. El pescador dejaba desenrollar la cuerda
que tenía en la mano y luego atraía a la presa con breves tirones. Otro
sistema utilizado era el de la pesca con red. Consistía en atar por los
extremos dos varas largas y flexibles de la que pendía la red. El pescador
entraba al río, abría su red, la sumergía, y cuando notaba que había
atrapado a algún pez, la retiraba del agua. Una variante colectiva de este
sistema era la que llevaba a cabo un cierto número de hombres que,
colocados en fila, avanzaban en posición transversal al curso del río y en
sentido contrario a la corriente y sumergían sus redes tirando en la orilla los
peces que recogían, la fila de pescadores se cerraba posteriormente sobre la
costa y acorralando una gran cantidad de peces que eran atrapados con
rapidez. En el Pilcomayo y el Bermejo todavía se practican estos métodos de
pesca.

La agricultura era una actividad secundaria entre las tribus chaquenses. Su


conocimiento debió venirles por vía de contacto con otros pueblos,
culturalmente más evolucionados, como los Lule-Vilelas por el Oeste y los
Guaraníes por la cuenca del Paraguay y del Paraná, por el Este. Por eso las
tribus chaquenses más sensibles a esas influencias eran las más dadas a la
agricultura, como los Matacos y Pilagáes del ángulo Noroeste de la región
chaqueña. Las áreas de cultivo eran muy reducidas (no pasaban de 15 m. de
largo por 6 m. de ancho) y estaban ubicadas en lugares recónditos o bien
protegidas por cercos de ramas espinosas. Los hombres eran los
encargados de la plantación y el cuidado de las huertas, las mujeres de la
cosecha. La siembra se efectuaba sin ningún orden y por medio de hoyos
practicados en la tierra con palas de madera. Desconocían el riego, la
extracción de malezas y la remoción de la tierra. El producto era consumido
por la familia que sembraba compartiendo con algunos amigos, siendo su
volumen escaso pues suministraba alimento por unas pocas semanas al año.
Las especies más cultivadas eran el maíz, la calabaza y el tabaco. Según las
antiguas crónicas, la vivienda de los Guaycurúes consistía simplemente en
dos esteras desarmables y portables que utilizaban como paravientos. Este
tipo de vivienda que no desapareció del todo, fue reemplazado por otro
consistente en armazones de ramas cubiertas con paja, de planta ovoide de
2 a 3 metros de ancho por 15 metros de largo.

Los Matacos construían chozas cupulares hemisféricas de planta circular,


cuyas dimensiones eran de 2 a 3 m. de diámetro. Mientras que entre los
Guaycurúes cada unidad podía albergar de 20 a 30 individuos y todas se
agrupaban en semicírculo o en línea recta, entre los Matacos cada choza
albergaba una sola familia y el conjunto de viviendas no guardaba orden
alguno. El armazón de las viviendas entre Guaycurúes y Matacos, consistía
tradicionalmente en ramas encorvadas que se cubrían con paja, dejando un
espacio abierto para la entrada. Posteriormente se adoptó, tal vez por vía de
préstamo, el caballete como elemento principal, sobre el cual se asentaron el
ramaje o la paja. El moblaje era precario. Bolsas de caraguatá conteniendo
utensilios pendían de horquetas enclavadas en el piso. La cama era un cuero
tendido en el suelo; vasijas de barro que contenían agua colgaban de las
paredes o se amontonaban en un rincón. Las armas se acomodaban entre
las pajas de la techumbre. Por influencia de los Chiriguanos se usaba en
algunas tribus del Chaco Occidental, taburetes de madera liviana para
sentarse. Es interesante destacar que entre el grupo de chozas quedaba
siempre un espacio libre donde jugaban los niños, se realizaban los bailes y
en ocasiones las borracheras colectivas. La vestimenta entre Matacos y
Guaycurúes no difería mucho. La prenda típica usada desde época muy
antigua era el manto de pieles de origen patagónico. Consistía en varios
cueros de nutria, venado o zorro cosidos entre sí con el pelo hacia adentro y
la parte exterior decoradas con figuras geométricas negras y rojas. Por
influencias andinas fue usado el manto de lana, especialmente por los
hombres. Esta prenda se llevaba sujeta por medio de una faja de lana tejida.
Las mujeres, por su parte, usaban un trozo de piel sujeta por un cinturón del
mismo material.

Posteriormente también esta prenda fue confeccionada con tejidos de lana,


caraguatá o algodón. Entre los Matacos era común el uso de una camiseta
tejida al "crochet" con fibras de caraguatá. Completaban la vestimenta de
estos pueblos, vinchas de color, aderezos de plumas en la cabeza y en los
tobillos, además mocasines cuyo uso era frecuente entre los pilagáes y la
ojota de cuero de vaca o tapir de origen andino. Eran muy aficionados al
tatuaje facial y a las pinturas corporales. Entre sus adornos característicos se
contaban el tarugo cilíndrico en el lóbulo de la oreja y el barbote en el labio
inferior, también llamado "Tembetá" por los guaraníes (barbilla). La alfarería
y el tejido constituían las principales artesanías de los aborígenes
chaquenses. La alfarería estaba más difundida entre los Matacos, Pilagáes y
Mocovíes. Las mujeres generalmente eran las encargadas de estas tareas.
Empleaban el procedimiento del rodete en espiral, fabricaban piezas de
forma subglobular de amplio cuerpo y cuello estrecho, con dos asas
pequeñas por donde pasaba el hilo que servía de sostén. También se
fabricaban piezas con forma de escudilla, ollas, cántaros de boca ancha y
vasos globulares, que según Palavecino éstos serían de influencia andina.
La decoración no era frecuente en las vasijas de estos aborígenes consistía
fundamentalmente en impresiones dactilares o con series de pequeñas
bolitas cuando la arcilla estaba aún húmeda.

Vasija funeraria arqueológica procedente arqueológica procedente de


Corzuela, Chaco de Corzuela, Chaco La técnica más primitiva para el tejido
era la que empleaba la fibra del caraguatá. Una vez extraída ésta de la hoja
se retorcía en cordones de distintos grosores según los tejidos por
confeccionar. Estos se realizaban al "crochet" fabricándose bolsas y
camisas.

El empleo de hilos teñidos facilitaba la obtención de dibujos decorativos.


Esta industria estaba muy difundida entre los Matacos. Utilizaban un telar
muy primitivo cuya técnica era de procedencia andina y confeccionaban
ponchos y fajas de fina hechura con dibujos gigantescos muy variados
realizados en lana. La familia era de base monogámica, aunque los caciques
acostumbraban tener dos o tres mujeres de diferente edad. La mujer tomaba
generalmente la iniciativa en las relaciones amorosas con el hombre y pese
a que, no le estaba vedada la vida sexual antes del matrimonio, una vez
casada permanecía por lo general fiel a su marido. Entre los Abipones se
practicaba el casamiento por compra y entre los Tobas era común que el
pretendiente se presentara en la casa de la pretendida mostrando los
productos de su caza, para hacer ver que podía mantener a una mujer. La
educación del niño estaba destinada a prepararlo para la vida adulta. Con
ese fin aprendía el manejo de las armas y la práctica de la caza y de la
pesca; así se fortalecía para soportar los rigores del medio y las privaciones.
La niña acompañaba a su madre a todas partes y aprendía a sobrellevar las
tareas domésticas de la mujer de la tribu. La organización social de los
pueblos aborígenes chaqueños estaba basada en el cacicazgo hereditario.
No obstante, su estructura no era muy coherente puesto que el cacique
detentaba en tiempos de paz un poder limitado. Todas sus decisiones debían
ser consultadas previamente con los jefes de familia. Además la sucesión
recaía en el hijo mayor o pariente cercano del cacique siempre que fueran
considerados aptos para ejercer el mando. De no ser así se elegía cacique a
aquel que reunía las siguientes condiciones: conocer los lugares de caza y
pesca y destacarse por su habilidad y arrojo. La propiedad de la tierra era
comunitaria y las tribus se distribuían los respectivos territorios de caza.

DESARROLLO DEL TEMA


EL CHACO BOLIVIANO
El Chaco boliviano es una vasta región, semiárida a semihúmeda y con baja
densidad de población, conformando una porción de la parte boreal del Gran
Chaco. El Chaco boliviano comprende una superficie de 127 755 km².

El Chaco fue escenario de la última guerra por territorios que tuvo lugar
en Sudamérica (1932-1935), la guerra del Chaco, un conflicto bélico
entre Bolivia y el Paraguay.

La población rural del área está compuesta en su mayoría por ganaderos y


pequeños agricultores. Los pueblos nativos, que continúan viviendo en la
zona conservando sus tradiciones e idioma, son los chiquitanos, los ayoreos
y especialmente los guaraníes, que se integran en su entorno natural.

El Gran Chaco (término generalmente aceptado como proveniente de


las lenguas quechuas chaku: «territorio de cacería») es una región
geográfica así como un área cultural de América del Sur, ubicada al norte
del Cono Sur, que se extiende por parte de los actuales territorios de
la Región del Norte Grande Argentino, Bolivia, el centro — sur de Brasil,
específicamente la región de Mato Grosso y Mato Grosso del Sur, entre los
ríos Paraguay y Paraná y el Altiplano andino.

El Chaco boliviano cubre la región oriental y suroriental de los


departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija. Es una continuación de
las planicies del Beni que presenta también serranías y pequeñas montañas.
La población rural del área está compuesta en su mayoría por ganaderos y
pequeños agricultores. Los pueblos nativos, que continúan viviendo en la
zona conservando sus tradiciones e idioma, son los chiquitanos, los ayoreos
y especialmente los guaraníes, que se integran armónicamente en su
entorno natural.

Ubicación
Se ubica al centro — sur de América del Sur. Se caracteriza por tener
amplias extensiones boscosas. Se extiende desde los 16° 55´latitud Sur, en
la región tropical, a los 33° 52´de latitud Sur, en la región templada, y desde
los 67° 50´ de longitud Oeste al pie de los Andes, hasta los 57° 50´de
longitud Oeste de la provincia de Corrientes. El Gran chaco sudamericano
posee una superficie aproximada de 1.144.520 km2.

Es dividido de Norte a Sur en:


 Chaco Boreal, que se extiende desde el río Pilcomayo hasta el paralelo
16° S. Bolivia y Paraguay
 Chaco Central, que se extiende entre el río Pilcomayo hasta el antiguo
cauce del río Bermejo es decir el llamado por los guaraníes Ypitá (Agua
Roja), Argentina y Bolivia.
 Chaco Austral, que se extiende desde el río Bermejo hacia el Sur hasta
los entornos de la laguna de Mar Chiquita y la confluencia del río Salado
con el río Paraná, o aproximadamente el paralelo 30° S, Argentina,
Bolivia, Brasil y Paraguay

Las subregiones centrales y austral conforman en Bolivia y la Argentina


la Región Chaqueña.
Ríos y Sierras de la región
Dentro de los ríos y sierras que se ubican dentro de la región del Chaco,
están los siguientes:
 Ríos: Timane, Parapeti, Paraguay, Pilcomayo, Teuco, Bermejo, Paraná,
Salado y Dulce.
 Sierras: Sierras Pampeanas y Serranias Subandinas.
 Lagunas: Laguna de Mar Chiquita.

EL HIMNO AL GRAN CHACO


El Himno a la Provincia Gran Chaco, fue estrenado el día 12 de agosto de
1977 en la Plaza “Tte Oriel Lea Plaza”, fue interpretado por primera vez por
el Coro Polifónico de Niñas del Colegio “Sagrado Corazón” de Yacuiba, la
letra pertenece al R.P. Oliverio Pellicelli y la música al padre franciscano
Juan Scannerini. Se difundió por los establecimientos educativos de la
Provincia Gran Chaco, en la actualidad, su ejecución es imprescindible en
todos los actos públicos. Forma parte del patrimonio cívico y cultural del
pueblo chaqueño.

LA BANDERA
La Bandera del gran Chaco, nace oficialmente como emblema regional por
Ordenanza Municipal 013/94 del 14 de abril de 1994, aunque su uso
provenía de casi dos décadas atrás. Luce dos franjas horizontales, la
superior de color verde y la inferior de color blanco. El color verde hace
alusión a la exuberante vegetación. Hay verdor en las esperanzas de un
destino mejor. El Color blanco es la impoluta pureza de su cielo, de su aire y
de sus ancestrales alimentos. El blanco es la expresión de la transparen cia
del alma chaqueña, benevolencia y receptividad con propios y extraños; es
también la inocencia chiriguana que en sus sanas intenciones defendió su
suelo, pagando con sangre su libertad.
En Villa Montes, este anhelo se manifestó a parir del año 1942,
identificándose con los colores verde y blanco para la bandera provincial. El
15 de marzo de 1947, se funda en Yacuiba el Centro de Acción Chaqueña,
asumiendo estos colores para los símbolos de su bandera institucional; el 9
de octubre de 1994, mediante O.M. 019/84, se hace el primer intento, pero
fracasa el proyecto. No obstante que sus colores se enarbolaban en las
justas cívicas de 1975-1976, luego con motivo de la preparación y
celebración del Primer centenario de la Fundación de la Provincia Gran
Chaco, los residentes chaqueños en Tarija llegaron con los colores de esta
bandera para adherirse a los festejos.

EL ESCUDO DE ARMAS
Oficialmente el Escudo de la Provincia Gran Chaco, es aprobado por
Ordenanza Municipal 080/94 de 25 de noviembre de 1994. La idea y
concepción artística data del 24 de julio de 1992, elaborada y presentada
ante el Directorio del Comité Cívico de Yacuiba por el Profesor Nicolás
Cardozo Iñiguez, artista que logra plasmar las aspiraciones de todo un
pueblo. En la ciudad de Villa Montes, el año 1942 surgía el anhelo de los
colores y del emblema; mientras que en Yacuiba el año 1957 era presentado
el primer diseño por el destacado docente Cardozo Iñiguez, luego su autor
fue modificando los originales los años subsiguientes 1961, 1967, 1976,
hasta llegar al actual modelo.

El Escudo de la Provincia, inmediatamente es reconocido por la población


como suyo, a la vez que es adoptado con alborozo y simpatía. Actualmente
se encuentra en la institución cívica, junto a la bandera tarijeña y boliviana.
Asimismo, impreso en los membretes oficiales de la Provincia, además es
exhibido en las oficinas, establecimientos educativos públicos y privados.
LA FLOR SIMBÓLICA
Todos los pueblos del mundo con identidad propia y que valoran su cultura,
han adoptado símbolos con significación convencional, cuya esencia los une,
fortifica y conduce hacia objetivos comunes. En tal sentido, el Gran Chaco,
ha logrado identificarse plenamente en la Flor del Lapacho (Tabebuia ipe),
planta típica, florece en el invierno y antes que aparezcan las hojas luce sus
hermosas y llamativas flores, las hay moradas, rosadas, amarillas y blancas;
árbol altivo y recto, su madera es fuerte y dura, coloración verde-amarillento.
El símbolo regional, se instituyó el 12 de agosto de 1976, en ocasión de la
celebración del Primer centenario de la Creación de la Provincia.

30 DE AGOSTO, “DÍA DE LA CULTURA CHAQUEÑA”


Este 30 de agosto se conmemora el “Día de la Cultura Chaqueña”, y desde
el Instituto de Cultura de la Provincia se organizó el “9no Congreso Provincial
de Cultura”, evento donde se hacía entrega de menciones a los Hacedores
Culturales de al menos 40 localidades. Las Breñas, aunque habiendo una
Profesora Promotora designada, por razones ajenas a la organización no se
pudo presentar.

Desde el 29 de junio de 2005 está vigente la Ley 5560, legislación que


instituye como “Día de la Cultura Chaqueña” el 30 de agosto de cada año,
iniciativa tenida en cuenta en homenaje a los Pro-Hombres “Intelectuales del
´37” que promovieron el nacimiento y constitución del Ateneo del Chaco esta
misma fecha, pero del año 1938.

En conmemoración a esta fecha tan especial, el Instituto de Cultura desde el


año 2014 otorga el premio “Hacedor Cultural Destacado”, teniendo como
base el trabajo y desarrollo cultural que llevan a cabo en todo el territorio de
la provincia. Durante el 2014 fue entregado a los diferentes responsables de
las áreas de cultura de los municipios de la provincia. Durante la edición del
2015 este premio estaba destinado para los Hacedores Culturales
Independientes de las diferentes localidades.

Por ello el instituto de Cultura del Chaco estableció el reconocimiento al


Hacedor Cultural Destacado, quienes aportan desde sus saberes, su arte y
su esfuerzo a la cultura y a su identidad, manteniendo en alto la reflexión, la
investigación y la imaginación estética, que reivindica la libertad, las causas
democráticas, participativas y equitativas, no solo como espectadores sino
también como practicantes.

El Ateneo del Chaco, llamado a ser la representación del espíritu en el plano


artístico y científico en el entonces Territorio Nacional del Chaco, quedó
definido por Torres en el primer acto público de la institución: "El Ateneo del
Chaco se presenta a ocupar un terreno baldío y se lanza a la búsqueda del
paisaje chaqueño, dividido en dos grandes secciones: una de artes y otra de
ciencias, con valores positivos como supervisores en cada una de ellas...
Para que 'hacer Chaco' no sea la expresión de un acto fenicio o una
intención sin contenido, será indispensable que se busque la manera
de sostener a los artistas y a los hombres de ciencia, los únicos que
ensanchan el horizonte, le dan contenido, lo pueblan de héroes, de leyendas,
de santos.

HACEDOR CULTURAL DE LAS BREÑAS


40 hacedores culturales de nuestra provincia fueron reconocidos durante
este Congreso Provincial de Cultura, habiendo sido electa por Las Breñas
la Profesora Gestora Ana Adelaida Medina, la que habría sido designada
desde la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Las Breñas por la
destacada labor cultural en el último año, según los criterios establecidos
para la designación por el Instituto de Cultura.
Por razones ajenas a la organización, la mujer no estuvo presente para
recibir este galardón tan importante en lo que ha sido el “9no Congreso
Provincial de Cultura …hacia la comunidad organizada”, luego de que se
habría tenido en cuenta sus capacidades culturales, como en otras
localidades personas destacadas en rubros de Danzas, Teatro, Músicos,
Muralistas, Escritores, Comunicadores Sociales, Artesanos entre otros,
desconociéndose desde esta editorial de quien se trataría, en qué rama del
arte y la cultura trabajaría, motivos por los cuales se decidió su designación,
lo que motivará seguramente un fuerte llamado de atención a quienes
trabajan constantemente desarrollando este tipo de labores en nuestra
ciudad.

ETNOGRAFÍA DEL CHACO


El llamado Gran Chaco Gualamba es una vasta región con una
unidad ecológica, que abarca más de 1.000.000 de km2 en el centro
de América del Sur.1 Abarca las llanuras centrales de América del Sur
limitada al Oeste por la Precordillera de los Andes o Cordillera Oriental, al
Norte por los llanos de Chiquitos y las prolongaciones serranas del Mato
Grosso, al Este por el eje Paraguay –Paraná y al sur por la zona de
transición señalada por el río Saladillo o río Dulce.

Se pueden distinguir tres zonas: Chaco Boreal, Chaco Central, y Chaco


Austral.
Dentro de la provincia de Salta encontramos dos subáreas desde el punto
vista goehumano. La primera, paralela a las Sas. Subandinas, es un gran
valle fértil de clima tropical y grandes bosques. Su subsuelo es rico
en hidrocarburos. Es la zona más poblada. Se destacan las
comunidades chiriguanas. La segunda, está constituida por la llanura
chaqueñasemiárida que se extiende hacia el Oeste siendo poblada por otros
grupos aborígenes típicamente chaquenses y campesinos. Su suelo arenoso
y gredoso es de difícil acceso en épocas de lluvias (verano) y su vegetación
es la típica del monte bajo y achaparrado.
Toda la región se halla en el piso altitudinal de los 200 y 500 msnm hasta
alcanzar las estribaciones de las Sas. Subandinas cuya altitud promedio
oscila entre los 1000 y 1200 msnm.

Las Comunidades Chiriguanas se extienden en una línea que sigue paralela


a la RN 34 desde la localidad de Prof. Salvador Mazza hasta el paraje
denominado El Cruce, próximo a Pichanal.

NACIÓN CHANÉ
La familia lingüística Tupí – Guaraní se halla diseminada a través de una
discontinua extensión de territorio sudamericano. Se divide en varias ramas y
numerosos grupos que, dentro de una gran uniformidad cultural y lungüística,
se distinguen por pequeñas diferencias.

Los Guaraníes – según Salvador Canals Frau - representan la rama


meridional de esta interesante familia lingüística. Ella se extiende por la
mayor parte del Paraguay y porciones considerables del sur de Brasil, Bolivia
y Argentina. Está integrada por cinco grupos: Los Chandules, los
de Carcaraña, los de Santa Ana (Corrientes), los Cainguás (Misiones), y
los Chiriguanos.

Existe otra clasificación, desde el punto de vista racial señalada por Antonio
Serrano en su libro “Estudios Etnográficos y Antropológicos sobre los indios
del Chaco”. En ella establece tres grupos: Matacos – Mataguayos, Guaycurú
y Charrúa.

Por último, otra clasificación desde el punto lingüístico reconocida por


la etnografía para América del Sur, a saber:
Caribe: no se encuentran representados en nuestro país.
1. Arawak o Arwak: sus representantes son los chané guaranitizados.
2. Tupí - Guaraní: están incluidos los Chiriguanos y los grupos guaraníes
dispersos por Brasil, Paraguay, Argentina y Bolivia.
3. Mataco – Mataguayo: Matacos, Chorotes y Chulupíes.

El hábitat de éstos se encuentra en su mayor parte en Bolivia, desde


inmigraron desde el Paraguay, hacia 1522. Y en territorio argentino ocupan
solamente una pequeña parte del chaco salteño en la zona de Orán.
Penetraron ahí en tiempos históricos, superponiéndose a los Chané, pueblo
aruac o arawak que antes ocupaba el territorio, y al que sojuzgaron y
guaranizaron. Es este el grupo que tanto por su situación al pie mismo de los
Andes, cuanto por convivencia con los mentados Aruac, más se ha
diferenciado culturalmente del resto de los guaraníes. Sobre todo la cerámica
chiriguana ha sido influida reciamente por las culturas andinas.

De acuerdo a los estudios realizados por Alfredo Metraux, los chiriguanos,


pertenecientes al grupo lingüístico Tupi – Guaraní, “el itinerario es dudoso.
Solo se sabe que atravesaron las regiones desérticas del Chaco. Los
pueblos de quienes tomaron las tierras eran chané”.

Existen varias hipótesis acerca de cómo se produjeron las migraciones. Una


de ellas hace referencia a motivos religiosos, otras al carácter bélico de las
expediciones españolas y portuguesas y algunos piensan “que se debieron a
la presión ejercidas por los mamelucos del Brasil que realizaban frecuentes
ataques a las misiones jesuíticas y comunidades libres del Paraguay”. 3 De
todas maneras, los movimientos migratorios chiriguanos provocaron en las
tribus chané el exterminio de sus representantes. Solo quedan en su estado
puro en Tuyunti y en Campo Durán.
Pero el desencadenante de la penetración a territorio argentino, sobre todo
al norte salteño, fue la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, de la cuál
Argentina fue árbitro (1932 –1935). La mayoría de los chiriguanos se
integraron a la misión del Río Caraparí, fundada por el padre Francisco
Colagrossi en el año 1931, otros se ubicaron en predios fiscales o se
incorporaron a las nuevas que se iban creando. La más moderna es la
Misión de San Francisco cerca de Pichanal (Salta) fundada en el año 1964
dirigida por el padre Roque Chielli. 4
El permanente contacto hizo que estos se guaranitizaran y a la vez, los
chiriguanos adoptaran costumbres chané. Sin embargo, los chiriguanos no
han perdido su sentido de identidad étnica.

Las diversas influencias recibidas se han estructurado conforme a las


necesidades, configurándose una cultura con características muy peculiares,
donde coexisten elementos a lo tradicional, con los pertenecientes a otros
grupos étnicos y a los que se sumaría el resultado de las relaciones con los
españoles, el sector religioso misionero y la sociedad moderna que es la que
opera actualmente en forma notoria.

La delimitación de los distintos aportes había sido ya intentada por


Nordenskiöld. De lo que este autor expusiera, se visualizan en la actualidad
la pervivencia de elementos propiamente amazónicos tales como graneros
sobre pilotes, morteros de madera, escabel de madera de una sola
pieza, hamaca y cernidor de palma tejida.

De los correspondientes a indígenas de la región andina se encuentran los


siguientes: ganchos de madera para colgar pertenencias, azada de
madera, coca, tambor de membrana y el uso de la sandalia de cuero.
Como importante factor de cohesión se encuentra el uso de la lengua
tradicional, que se mantiene con la modificación en la acentuación de los
vocablos que es grave y no aguda como en el guaraní original, cambio
producido por la influencia de los grupos andinos.
Estos grupos, cuyas características físicas son similares a la de los
guaraníes, son más bajos, rondando los 1,62 m los hombres y un poco más
bajas las mujeres.

A diferencia de otros grupos, también se diferencian en la nariz, que es más


recta y menos ancha. Las demás particularidades son similares. Caderas y
hombros anchos, musculatura maciza y redondeada, cabeza y cara redonda
y manos y pies pequeños.

Estos grupos, fueron los que mejor desarrollaron el arte de la alfarería y el de


los tejidos, sobre todo el de lana y algodón, por su contacto con los pueblos
ándidos del pedemonte salto jujeño y boliviano.

Dentro de la vestimenta, usaban las mujeres una especie de cubresexo


denominado tanga, confeccionado en algodón. Los hombres andaban
desnudos. Con la llegada de los españoles, los hombres comenzaron a usar
tabarrabos de cuero o de algodón y las mujeres el tipoy, 6 una especie de
túnica de algodón sin mangas.

También, con la llegada de los conquistadores y evangelizadores, se dejó de


practicar la antropofagia.

En el aspecto político, eran dirigidos por un tubichá o cacique de carácter


hereditario, que tras la conquista, solo tuvo un valor simbólico, pero no
perdió su valor de guía espiritual y político, rol que cumple en la actualidad
en esta comunidad.
En lo religioso creían en un Alto Dios, Tumbá al que no le rendían culto. 7
Practicaban el animismo y el shamanismo. Una de sus manifestaciones
animistas más importantes es el baile del pim – pim que representa la lucha
entre el toro y el tigre.

KAA IYA, GUARDIAN DEL CHACO


Kaa Iya significa, en lengua guaraní, "Protector del Bosque". Con este
hermoso nombre indígena se creó, en 1.995, el Parque Nacional y el Área
Natural de Manejo Integrado Kaa Iya del Gran Chaco, que con sus 4.441.115
Has. constituye el Parque Nacional más grande de Sudamérica y el bosque
tropical seco mejor preservado del Chaco Boreal. Ubicado al sur del
Departamento de Santa Cruz, el Kaa Iya está asentado en una de las
regiones científicamente más interesantes de Sudamérica.

El área presenta dos categorías distintas de protección. La mayor parte de la


misma es Parque Nacional, destinado a la conservación de los recursos
biológicos, geomorfológicos, escénicos y paisajísticos chaqueños, mientras
que otra porción del mismo, con categoría de ANMI (Área Natural de Manejo
Integrado) tiene por objeto compatibilizar la conservación de la diversidad
biológica con el desarrollo sostenible de la población local.

La variedad florística es destacable en el área, registrándose casi 900


especies vegetales, aunque se estima un promedio de 1.500 especies de
plantas superiores. Destacan el quebracho colorado (Schinopsis quebracho-
colorado), el soto negro (Schinopsis cornuta), el cuchi (Astronium
urundeuva), el toborochi (Chorisia speciosa), el saó (Trithrinax schizophylla),
el carandá (Copernicia alba) y el guayacán negro (Izozogia nellii), endém ico
del Parque, entre otras.
Se cuenta aproximadamente con 350 especies animales registradas.
Algunos mamíferos destacables son el chancho tropero del Chaco, endémico
de la región (Catagonus wagneri), así como el armadillo (Cabassous
chacoensis), el tapir (Tapirus terrestris), el jaguar (Panthera onca) o el puma
(Felis concolor). Entre las aves, la pava pintada (Crax fasciolata), el águila
harpía coronada (Harpyhaliaetus coronatus) y el halcón viuda (Spizastur
melanoleucus) son especies de gran interés.

EL OASIS CHAQUEÑO
De entre todas las maravillas naturales de esta área, hay una que merece
especial atención. Con 615.882 hectáreas, los Bañados del Izozog -un tercio
de los cuales se halla en el Parque Nacional- y con ellos el río Parapetí,
fueron declarados sitio Ramsar (Humedal de Importancia Internacional
especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas) en 2001, constituyendo uno
de los humedales más relevantes del Bolivia. Su conexión hidrológica con la
cuenca del Amazonas lo convierte en parte de un corredor biológico que
permite la circulación de especies entre el norte húmedo y las zonas áridas
del sur. Al ser la única fuente de agua dulce en una región seca, cuando no
llueve es vital para grandes mamíferos vulnerables o en peligro como
armadillos, panteras, pecaríes y tapires.

LA MANO INDÍGENA
Una de las mayores concentraciones humanas del área, que se halla casi
despoblada, se encuentra en los Bañados del Izozog, donde viven 25
comunidades guaraníes. Estos indígenas, junto con el SERNAP (Servicio
Nacional de Áreas Protegidas) y organizaciones no gubernamentales,
administran el Kaa Iya a través de la Capitanía del Alto y Bajo Izozog (CABI),
organización indígena a la que pertenecen. El gran logro de estos nativos es
demostrar que los pueblos originarios pueden gestionar con éxito las áreas
protegidas a través de técnicas de manejo sostenible que, basadas en siglos
de sabiduría, aseguran el futuro de sus hábitats naturales.

SALVAR EL CHACO
A pesar de todos los esfuerzos, los ecosistemas chaqueños son frágiles: sus
suelos son mayormente arenosos y pobres en nutrientes, las precipitaciones
son escasas, los vientos son fuertes, las temperaturas elevadas, y el
pastoreo y la tala, excesivos.

Ante la necesidad de detener esta grave degradación, Argentina, Bolivia y


Paraguay manifiestan la necesidad de trabajar en forma conjunta. Tanto es
así que en estos días se puso en marcha el Proyecto de Manejo Sostenible
del Gran Chaco Americano, del Fondo Internacional para el Medio Ambiente,
en el que participan los tres países. El objetivo es preparar un proyecto
integral para la región del Gran Chaco que permita el manejo sostenible de
los recursos. Se espera finalizarlo a fin de año para que lleve a cabo su
ejecución en los próximos 4 a 5 años.

Así, con la ayuda de organizaciones gubernamentales y no


gubernamentales, de los habitantes de la zona y de los visitantes que llegan
a conocerlo y aprenden a valorarlo, el Chaco podrá seguir siendo tan grande
como siempre fue.

RECURSOS CULTURALES
Cualquier lugar que sea visitado con afán turístico o de cualquier otra índole
encierra de por sí un interés cultural muy grande. Cada sitio tiene historia,
por más pequeño y poco importante que sea desde el punto de vista
poblacional o económico. Allí, en esa tierra, hay seguramente cenizas de
hombres que han pisado ese suelo y cada uno de ellos, en sus años de vida,
creó cosas, fabricó objetos elementales para su supervivencia, cazó
animales, sufrió enfermedades que habrá intentado mitigar de alguna forma,
rezó a algún dios, festejó o celebró hechos de su vida y murió un día. Esto
se hace más evidente cuando esas personas dejaron vestigios de su andar
por el mundo, ya sea bajo la forma de armas, utensilios, construcciones,
modificaciones en el terreno o cualquier otro elemento.

Si se acepta la teoría del ingreso del hombre a América a través del actual
estrecho de Behring, en la zona que hoy ocupa el Parque Nacional Chaco
hubo habitantes desde hace varios miles de años. Si bien las opiniones de
los arqueólogos están divididas respecto de la época en que se produce ese
ingreso, muchos toman como válida la que transcurre entre los 15.000 y
20.000 años AP. Teniendo en cuenta el gradual desplazamiento poblacional
hacia el sur, los restos paleontológicos y arqueológicos indicarían que el
territorio argentino fue ocupado desde hace unos 10.000 a 12.000 años y
aún más (hay dataciones de restos líticos en Santa Cruz de 12.800 años de
antigüedad) (Aschero, C., 2000). La ocupación paulatina de nuestro
hemisferio es un tema de estudio complejo que escapa al tenor de este
trabajo. Sólo comentaremos que algunos grupos étnicos pasaron de largo
por estas latitudes, o se quedaron poco tiempo, en tanto otros se radicaron
paulatinamente hasta formar distintas entidades. Considerados en forma
conjunta, podemos decir que se trataba de grupos nómades o seminómades,
cazadores de pequeños animales y recolectores. A ellos agregaron, poco a
poco, grupos amazónicos de agricultores itinerantes (arawakos y guaraníes)
y pueblos de procedencia andina, que dejaron sus aportes culturales. En la
zona de lo que hoy es territorio chaqueño habitaba una extensa familia
lingüística conocida como Guaycurú, proveniente de la Patagonia. Los
grupos que pueden considerarse integrantes de esta familia son los
abipones, los mbayáes, los payaguaces, los mocovíes, los tobas y los
pilagáes (Canals Frau, 1986).
Estos pueblos permanecieron en la zona hasta tiempos relativamente
recientes. Los mbayáes y payaguáes se ubicaron bastante más al norte del
actual territorio argentino. Los abipones, que estuvieron hasta tiempos más
próximos, también se desplazaron hacia otros territorios. Así, los que más
perduraron, incluso hasta nuestros días, en la región del chaco húmedo –
donde se ubica el Parque Nacional– son los mocovíes, los tobas, los
pilagáes y los matacos o wichís. Si bien tienen caracteres peculiares, estos
pueblos comparten un rasgo importante en lo que respecta a su forma de
subsistencia: fueron cazadores, pescadores y recolectores.

Actualmente, la población aborigen de la provincia del Chaco es de unas


35.000 personas. Los mocovíes ocupan varios asentamientos como
Tolderías, Villa Ángela, San Bernardo y La Tigra. Los wichís habitan las
márgenes de los ríos Bermejo y Teuco y las principales comunidades están
en El Sauzalito, Misión Nueva Pompeya, Tres Pozos, Fortín Belgrano y
otros. Los más numerosos son los tobas (unas 50.000 personas), que
ocupan algunas tierras fiscales en los alrededores de los centros urbanos y
en algunas misiones religiosas.

El primer europeo en arribar a la zona fue el español Sebastián Gaboto en


1528, aunque por algunos documentos se presume que pudo haber estado
antes el capitán portugués don Alejo García, y que 40 años después fue
explorada en forma más pormenorizada por el capitán Juan Gregorio Bazán.
Luego, estos territorios fueron menos explorados que otros por las
dificultades propias del terreno y por la tenaz resistencia a la invasión que
oponían los primitivos habitantes.

La mayor inquietud de los colonizadores era conocer el curso de los ríos


Bermejo, Pilcomayo y sus afluentes para evaluar su navegabilidad. Con tal
fin, el coronel José Arenales, alrededor del año 1830, navegó el río Bermejo
y en 1833 escribió un detalle de las zonas recorridas que publicó en
Montevideo en 1850.
Anteriormente, Pablo Soria había navegado el mismo río en bote hasta su
unión con el río Paraguay, donde fue capturado por el dictador paraguayo
Francia desde 1826 a 1831. Luego, Soria también escribe sus crónicas de
este viaje. Otra exploración relevante fue la que realizó en 1854 el
norteamericano Thomas J. Page, quien recorrió ampliamente el río Bermejo
y sus márgenes para luego también escribir sus experiencias en una obra
que tituló “La Confederación Argentina y el Paraguay”.

El río Pilcomayo fue tal vez más explorado que el Bermejo, destacándose la
expedición del coronel Jorge Fontana, que pretendía encontrar a su
predecesor, el francés A. Crevaux.

Podría decirse que la más trascendente de todas las expediciones fue la que
Benjamín Victorica realizó en 1884, con el fin de terminar con la belicosa
resistencia de los grupos nativos que defendían a ultranza sus territorios. En
esta expedición iban científicos de distintas disciplinas que elaboraron un
informe general muy completo sobre los detalles del lugar.

Entre los viajeros célebres que realizaban expediciones con fines


exploratorios, en las que siempre estaba presente la inquietud científica y el
afán de desentrañar las costumbres y formas de vida de los lugares que
visitaban, se destaca la presencia en la zona chaqueña del francés Alcide
D’Orbigny, del inglés William Mac Cann, que escribe sus vivencias en el libro
que tituló “Viaje a Caballo por las Provincias Argentinas”, de excelente
contenido, de Jules Huret, otro viajero que nos dejó interesantes relatos, y
uno de los precursores de la ornitología argentina, don Félix de Azara, cuyos
relatos y descripciones de nuestras aves han servido de base para el estudio
de las mismas.

Estaría incompleta esta reseña histórica si no hiciéramos mención a la etapa


siniestra en la que se explotaron nuestros principales bosques de quebracho
colorado con total desaprensión y sin reparar en las consecuencias
ecológicas, con repercusión económica, que iba a producir la no
reforestación de los montes. Esto ocurría hacia fines del siglo XIX y
principios del XX, cuando la compañía inglesa La Forestal Land, Timber and
Railways Company Limited, se instaló en el norte santafesino y extendió la
extracción de madera más allá de las fronteras de esta provincia, con lo cual
el territorio de la actual provincia del Chaco fue uno de los que más sufrió el
impacto de esa actividad.

EL GRAN CHACO
El Gran Chaco es una extensa planicie en el interior de Sudamérica, que
ocupa territorios de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay. Limita al oeste con
los primeros contrafuertes andinos, al sur con la cuenca del río Salado, al
este con los ríos Paraguay y Paraná y al norte con el Planalto Central
(Escudo Brasileño). Incluye los Llanos de Chiquitos (Bolivia) y el Pantanal
Matogrossense (Brasil) áreas de transición entre el Gran Chaco y la
Amazonia, donde predominan los aspectos del bioma chaqueño.

La región puede definirse como una llanura boscosa y de parque que se


extiende desde latitudes tropicales hasta ambientes subtropicales, incluye
múltiples climas y relieves que dan origen a diversos hábitat: desde esteros y
bañados, pastizalaes y sábanas -secas e inundables- hasta salitrales,
serranías, ríos de llanura y de montaña, y una gran variedad de bosques.
Pertenece a las planicies centrales del continente que forman las regiones
más extensas y menos pobladas.
La continentalidad y los regímenes de vientos -especialmente los
procedentes del sur- producen amplias variaciones térmicas diarias y
estacionales. Las lluvias predominan en el verano, por lo general los meses
de invierno son secos, existiendo épocas -vinculadas a las oscilaciones de El
Niño- de importantes sequías.

Se trata de un área rica en términos de biodiversidad, alberga una flora y una


fauna muy diversificada, se han relevado más de 3.400 especies de plantas,
unas 500 especies de aves, 150 de mamíferos, 120 de reptiles y más de 100
de anfibios.

Los quechuas llamaban "chacu" a los grupos que se reunían para cazar
vicuñas y guanacos, el español corrompió el nombre en "chaco".

Gran parte del territorio permaneció anegado hasta el año 7.000 a.C., la
presencia de los primeros cazadores se ha detectado hacia el año 3.000
a.C.; paulatinamente se fueron poblando los diferentes ambientes
desarrollándose culturas asociadas a los recursos de los mismos.
Tardíamente fue ocupado por grupos provenientes de la selva tropical
sudamericana -llamados amazónicos- y otros se "andinizaron" por el
contacto con los diaguitas.

El conocimiento sobre los pueblos indígenas del chaco, comienza a ser


construido con las crónicas jesuitas del siglo XVIII. Las vastas extensiones
de montes cerrados fueron un albergue ideal para muchos pueblos
desplazados por españoles y criollos entre los siglos XVI y XVIII y por los
ejércitos nacionales posteriormente. Estos desplazamientos rediseñaron el
mapa étnico, provocando fusiones y mestizajes con implicancias culturales y
lingüísticas.
Aún perviven grupos aislados, indígenas en aislamiento voluntario, luchando
contra el avance de los desmontes, las fincas agroindustriales y la ganadería
intensiva, para mantener el modo de vida ancestral.

BIBLIOGRAFIA
ALTAMIRANO, MARCOS A.; SBARDELLA, CIRILO; DELLAMEA DE PRIETO
ALBA
Historia del Chaco Actualizada
Cosmos Editorial; 2da.Edición; Buenos Aires, junio de 1994; Pp. 16-44, 93-
102, 131-151, 176-180
MAEDER, ERNESTO J. A.
Historia del Chaco
Plus Ultra Editorial; Buenos Aires; Julio de 1997; Pp. 123-128.
Las páginas de Internet consultadas:
webchaco.com Prof. María C. R. de Godoy
argentinaxplora.com Prof. Carlos Punta

1. Culturas del Gran Chaco Sudamericano.


2. Volver arriba↑ KRICKEBERG, Walter, Etnología de América. México,
Fondo de Cultura Económica, 1946.
3. Volver arriba↑ Introducción > Kadiwéu
4. Volver arriba↑ LÉVI-STRAUSS, Claude, Tristes
Trópicos : http://www.lasonora.org/pdfs/album5/Tristes-Tropicos.pdf
5. Volver arriba↑ Reducciones Jesuitas y Franciscanas. Gran Chaco y
regiones fronterizas.
6. Volver arriba↑ Blog de Historia de Paraguay. http://paraguay-
historia.blogspot.mx/2009/12/la-dictadura-del-doctor-francia.html
7. Volver arriba↑ Atlas del Gran Chaco. Gobierno de Bolívia [en línea]
disponible en: http://redaf.org.ar/wp-
content/uploads/2008/02/ATLAS_GRAN_CHACO_ES.pdf, pp. 52
8. Volver arriba↑ DURANTE, Santiago, Las lenguas del Gran Chaco:
situación sociolingüística y políticas. Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica de la República de
Argentina: http://elies.rediris.es/Language_Design/LD13/DURANTE_L
D13.pdf
9. Volver arriba↑ Atlas del Gran Chaco.Gobierno de
Bolívia,http://redaf.org.ar/wp-
content/uploads/2008/02/ATLAS_GRAN_CHACO_E

1.

«El Gran Chaco». Portal Cuenca del Plata – Gran Chaco.


2. Volver arriba↑ Alfredo Metraux: Migraciones Históricas de los Tupí –
Guaraní. Programa de Capacitación Docente del Ministerio de
Educación de la Nación. Universidad Católica de Salta.
3. Volver arriba↑ Alfredo Metraux: Op. cit.
4. Volver arriba↑ El Complejo Chiriguano. Módulo I . Programa de
Capacitación Docente del Ministerio de Educación de la Nación.
Universidad Católica de Salta.
5. Volver arriba↑ Salvador Canals Frau: Las Poblaciones Indígenas de la
Argentina. Pag. 343 Ed. Hyspamerica 1986
6. Volver arriba↑ Salvador Canals Frau: Op. Cit. Pag, 343
7. Volver arriba↑ Salvador Canals Frau: Op. Cit. Pag, 346
8. Volver arriba↑ Revista “Transferencias” U.N. de CORDOBA. Instituto
de Antropología dependiente de la Fac. de Filosofía y Humanidades.
Diciembre de 1978.
9. Culturas del Gran Chaco Sudamericano.
10. Volver arriba↑ KRICKEBERG, Walter, Etnología de América. México,
Fondo de Cultura Económica, 1946.
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12. Volver arriba↑ LÉVI-STRAUSS, Claude, Tristes
Trópicos : http://www.lasonora.org/pdfs/album5/Tristes-Tropicos.pdf
13. Volver arriba↑ Reducciones Jesuitas y Franciscanas. Gran Chaco y
regiones fronterizas.
14. Volver arriba↑ Blog de Historia de Paraguay. http://paraguay-
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15. Volver arriba↑ Atlas del Gran Chaco. Gobierno de Bolívia [en línea]
disponible en: http://redaf.org.ar/wp-
content/uploads/2008/02/ATLAS_GRAN_CHACO_ES.pdf, pp. 52
16. Volver arriba↑ DURANTE, Santiago, Las lenguas del Gran Chaco:
situación sociolingüística y políticas. Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica de la República de
Argentina: http://elies.rediris.es/Language_Design/LD13/DURANTE_L
D13.pdf
17. Volver arriba↑ Atlas del Gran Chaco.Gobierno de
Bolívia,http://redaf.org.ar/wp-
content/uploads/2008/02/ATLAS_GRAN_CHACO_ES.pdf

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