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Servicio Bíblico Latinoamericano

Diciembre de 2017– Ciclo B

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Viernes 1 de diciembre de 2017


Eloy (660)

Dn 7,2-14: Vi venir en las nubes como un hijo de hombre


Interleccional: Dn 3: Ensálcenlo con himnos por los siglos
Lc 21,29-33: Sepan que se acerca el reino de Dios

L a parábola de hoy está dentro del contexto del largo discurso de


enseñanza de Jesús a sus discípulos e interlocutores en el ámbito del
Templo. Las palabras del Nazareno a su auditorio judío no son
demagogia religiosa ni oralidad política, sino formas de
interpretación de la realidad, acontecimiento creativo e invitación a
la trasformación desde la perspectiva del “Reino que ya está cerca”.
Esta es la clave de la parábola. Una relectura para hoy, exige leer
las situaciones de crisis (peligro/oportunidad), de fracaso, pérdida
de sentido de la vida y de pesimismo ante las expectativas humanas
presentes y futuras con los “ojos de Dios” y acciones concretas: a)
manteniendo la cordura y sensatez (21,8); b) actuando en
consecuencia con las decisiones y acciones tomadas (21,13); c)
generando capacidad de brega y perseverancia (21,19); d) no
dejándonos consumir por las preocupaciones de la vida (21,34), y, e)
manteniendo lucidez y arraigo espiritual (21,36). ¿Cultivas y pones
en práctica personal y comunitariamente estas acciones?
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Sábado 2 de diciembre de 2017


Bárbara, mártir (s. IV)

Dn 7,15-27: El poder y el dominio serán entregados


Interleccional: Dn 3: Ensálcenlo con himnos por los siglos
Lc 21,34-36: Estén despiertos y oren

H emos llegado al final del año litúrgico y el evangelio de hoy


continúa con el discurso liberador de Jesús en el Templo y su
mensaje, fundamentalmente eclesial, no podía ser más pertinente y
urgente: animar a los creyentes y a todo ser humano a mantener la
esperanza en medio de las crisis históricas que permita captar las
posibilidades y la novedad contenida en el hondón de la historia. El
Evangelio, la presencia viva y actuante de Jesús en nuestras vidas.
No podemos dejarnos llevar por el decurso y el suceder de la
historia sin más. Estamos llamados a interpretar y dar nuevo sentido
a nuestro presente, a trazar caminos que nos llevan a descubrir y
hacer posible un futuro sostenible, reorientando las expectativas, la
espiritualidad y mística humanas.
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Domingo 3 de diciembre de 2017


Domingo primero de Adviento
Francisco Javier, misionero (1552)

Is 63,16b-17.19b; 64,2b-7: ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!


Salmo 79: Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve
1Cor 1,3-9: Aguardamos la manifestación de Jesucristo
Mc 13,33-37: Velen, no saben cuándo vendrá el Dueño

L a comunidad judía que retorna del exilio enfrenta un gran


desafío: reconstruir los fundamentos de la nación, la ciudad y el
Templo. No era una tarea fácil. La mayoría de los exiliados ya se
habían organizado en Babilonia y en otras regiones del imperio
caldeo. La mayor parte de los que habían llegado desde Judea
cincuenta años antes ya habían muerto y los descendientes no
sentían gran nostalgia por la tierra de sus padres. Los profetas los
habían invitado continuamente a reconocer los errores que habían
conducido a la ruina, pero la mayor parte de los exiliados ignoraban
a los mediadores de Yahvé.
Algunos tomaron entre sus manos el proyecto de reconstruir la
identidad, las instituciones y la vida de la nación. Sin embargo, no
contaron inicialmente con mucho apoyo, Parecía una idea loca e
innecesaria: para qué volver a Jerusalén si ya no haía remedio... Lo
mismo nos ocurre a veces a nosotros, vivimos de la nostalgia del
pasado pero no nos comprometemos a transformar la realidad del
presente. Añoramos otros tiempos en que se vivía mejor, pero no
rescatamos los valores que hacen posible una convivencia humana
justa y equitativa.
Jesús hace a sus discípulos una recomendación que hoy nos
sorprende: mantenerse despiertos. ¡Todo lo contrario de lo que
nosotros haríamos! Pero él tiene sus razones. Si cada día estamos
embargados por las preocupaciones más superfluas, lo más seguro
es que se nos pase la hora apropiada para realizar la misión que
Jesús nos encomienda. Jesús, en el evangelio, nos enseña a estar en
guardia contra los que creen que las enseñanzas cristianas son algo
superfluo. El evangelio debe ser proclamado donde sea necesario,
deber ser colocado donde se vea, debe ponerse al alcance de todos.
Nuestra misión es hacer del evangelio una lámpara que ilumine el
camino de la vida y nos mantenga en actitud vigilante.
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La interpretación que se daba a estos textos del evangelio que
apuntan hacia el futuro o hacia la escatología estuvo casi siempre
revestida de un tinte apocalíptico y de temor: el Señor había
establecido un plazo, que se podría cumplir en cualquier momento,
imprevisiblemente, por lo cual necesitábamos estar preparados para
un juicio sorpresivo y castigador que el Señor podría abrir en
cualquier momento contra nosotros. «Que la muerte nos sorprenda
confesados». Este miedo funcionó durante mucho tiempo, durante
tantos siglos como duró una imagen mítica de Dios, excesivamente
calcada de la imagen del emperador soberano o del señor feudal
que dispone despóticamente sobre sus súbditos. El miedo a la
condenación eterna, tan impregnado en la sociedad cristiana
medieval y barroca, hizo que la «huelga de confesonarios» pudo ser
en determinados momentos un arma esgrimida por el clero contra
las clases altas, por ejemplo por parte de los misioneros defensores
del pueblo contra los conquistadores españoles dueños de esclavos
(recuérdese el film La misión, o la historia del profeta dominico
Antonio Montesinos). Causa sonrisas pensar en la eficacia que una
tal «huelga de confesionarios» pudiera tener hoy día. Y es que la
estrella de la «vida eterna», el dilema de la salvación/condenación
eternas, brillaba con su potencia indiscutible en el firmamento de la
cosmovisión del hombre y la mujer premodernos... Pero son ya
tiempos idos. Sería un error enfocar el comentario a evangelios
como el que hoy leemos en esa misma perspectiva, pensando que
nuestros contemporáneos son todavía premodernos...
El estado de alerta, la mirada atenta al futuro que evita el
adocenamiento o la rutina... sí que es una categoría y una dimensión
del hombre y de la mujer modernos. Si lo interpretamos como
«esperanza», la pertinencia del mensaje aún es más vigente.
¿Qué puede significar «Adviento» para la sociedad actual?
Como nombre de un tiempo litúrgico significa no significa mucho, y
no habría que lamentarse mucho ni gastar pólvora inútilmente, pues
cualquier día –tal vez más pronto que tarde– la Iglesia cambiará el
esquema de los ciclos de la liturgia, que clama a gritos por una
renovación. Lo que importa no es el tiempo litúrgico, sino el
Adviento mismo, el «Advenimiento» –que eso significa la palabra–, el
«noch nicht Sein» como diría Ernst Bloch, aquello cuya forma de ser
consiste en «no ser todavía pero tratando de llegar a ser»... Ateo
como era, Bloch construyó todo su poderoso edificio filosófico sobre
la base de la utopía y la esperanza, y presentó en bellas páginas
inolvidables la grandeza heroica del santo y del mártir ateo, capaz
de dar la vida en aras de su esperanza... Ebeling, en la misma línea
decía: «lo más real de lo real, no es la realidad misma, sino sus
posibilidades»... Lo real más real no es lo real sin más, sino las
posibilidades de ser que lo que hoy es lleva consigo.
Después de los años 90 del siglo pasado, estamos en un tiempo
en el que se dice que se ha dado un «desfallecimiento utópico». Con
el triunfo del neoliberalismo y la derrota de las utopías (no «de las
ideologías», alguna de las cuales siguen muy vivas), la cultura
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moderna –o mejor posmoderna- castiga al pensamiento esperanzado
y utopista. El ser humano moderno-posmoderno está escarmentado.
Ya no cree en «grandes relatos». Se nos ha impuesto una cultura
anti-utópica, antimesiánica, a-escatológica, ¿sin esperanza?, a pesar
de la brillantez de que hacen gala los productos de la industria
mundial del entretenimiento; detrás del atractivo seductor de ese
entretenimiento, la imagen de ser humano que queda está ayuna de
toda esperanza que trascienda siquiera mínimamente el «carpe
diem», el «disfruta la vida». ¿Qué advenimiento («adviento») espera
el hombre y la mujer contemporáneos? ¿Cómo vivir el adviento en
una sociedad que no espera ningún «advenimiento»? Desde luego,
no reduciendo el adviento a un «tiempo litúrgico», o a un tiempo
pre-navidad... ¿Cómo pues?
El Advenimiento que esperamos los cristianos no es la
Navidad... Ni tampoco es «el cielo»... ¡Es el Reino! «No es otro
mundo... es este mismo mundo... ¡pero totalmente otro»! Se puede
ser cristiano sin celebrar el adviento, ¡pero no sin preparar el
Advenimiento! Ser cristiano es hacer propia en el corazón la
nostalgia de Aquel que decía: «fuego he venido a traer a la tierra, y
¡cómo deseo que arda...!». Los cristianos no podemos inculturarnos
del todo en esta cultura anti-utópica y sin «grandes relatos», porque
somos hijos de la gran Utopía de la Causa de Jesús, y tenemos el
«gran relato» del Proyecto de Dios... Podríamos no celebrar el
adviento, pero no podemos dejar de darnos la mano con los santos y
mártires ateos y con todos los hombres y mujeres de la tierra, de
cualquier religión del planeta, para trabajar denodadamente por el
Advenimiento del Nuevo Mundo.
Cada vez se perfila mejor: crear un Mundo Nuevo, fraterno-
sororal y solidario, sin imperios ni instituciones transnacionales o
mundiales explotadoras de los pobres, lo que Jesús llamó malkuta
Yahvé en su boca aramea, Reino de Dios, pero dicho con palabras y
hechos de este ya tercer milenio, ése es el Advenimiento que
esperamos, el sueño que nos quita el sueño, lo que nos hace estar
en «alerta».

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 105 de la


serie «Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «Un
cielo nuevo y una tierra nueva». El audio, el guión y un comentario
teológico–bíblico ad hoc pueden ser tomados de aquí:
https://radialistas.net/article/1o5-un-cielo-nuevo-y-una-nueva-tierra/

Una sugerencia pastoral:


Durante la segunda parte del adviento y también en la navidad,
los evangelios de la infancia van a ser una lectura constante.
Recomendamos estas dos obras como texto-base para las reuniones
de estudio de los grupos de formación en la comunidad cristiana:
• el texto de Leonardo Boff sobre los evangelios de la infancia,
disponible en
Servicio Bíblico Latinoamericano
http://servicioskoinonia.org/biblico/textos/BoffEvangeliosDeLaInfanc
ia.htm
• el libro de John Shelby SPONG, Jesús, hijo de mujer,
disponible en la biblioteca de Koinonía
(servicioskoinonia.org/biblioteca); en el menú “selección por autor”,
seleccionar “todos los autores”, pulsar “ir”, y aparecerá la lista de
obras entre las que buscar, por orden alfabético de autores.
• También podrán ser muy útiles los capítulos dedicados a este
tema en la conocida serie «Un tal Jesús», cuyos textos, audios (mp3)
y comentarios bíblico-teológicos pueden ser recogidos libremente en
https://radialistas.net/category/un-tal-jesus/

Para la revisión de vida


- Adviento = Advenimiento = Esperanza:
- ¿Se puede decir que mi vida espera algún Advenimiento
(con mayúscula)?
- ¿Es mi vida una vida de esperanza, de tensión, de
búsqueda, de utopía, de proyecto histórico? ¿Camino hacia
algún sitio, con algún norte? ¿Cuál? Auscultar realmente mi
esperanza y hacer el ejercicio tal vez de expresarla por escrito
para mí mismo/a.

Para la reunión de grupo


- Hagamos en el grupo un «análisis de coyuntura de la
esperanza»: ¿Cómo está la esperanza en nuestra sociedad? ¿Es
una sociedad de esperanza? ¿Qué esperanzas («largas o
cortas») mueven a las personas hoy? ¿Hay lugar para las
actitudes utópicas? ¿Por qué?
- Hagamos un juicio sobre esa situación de la esperanza
hoy en nuestra sociedad. ¿Qué actitud debemos adoptar los
cristianos ante esta situación? ¿Podemos «inculturarnos» en
esta forma de ser y de vivir?
- Numerosos pasajes del Evangelio contienen una
llamada para que estemos vigilantes; clásicamente nos las
interpretaron como llamados a estar «preparados para la hora
de la muerte»... ¿Será que el Evangelio no tiene otro interés
que el de prepararnos a “bien morir”, a que la muerte no
pudiera «sorprendernos»? ¿No es más cierto que el Evangelio
pretende, sobre todo, enseñarnos a vivir, y a tener una
esperanza que no le tema a la muerte?

Para la oración de los fieles


- Por la Iglesia, para que dé testimonio de la Utopía del
Evangelio y anime con su esperanza a todas las personas.
Oremos.
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- Por todas las situaciones de injusticia, explotación y
violencia en que viven muchas personas, para que
confrontemos con ellas nuestra esperanza. Oremos.
- Por todas las personas de buena voluntad, por los
sencillos, por los hijos del pueblo, para que nunca caigan en la
trampa de renunciar a la utopía y a la esperanza. Oremos.
- Por todos los que nos preparamos a celebrar la Navidad,
para que la preparemos sobre todo en la transformación de
nuestro corazón y nuestra vida. Oremos.
- Por los obreros y campesinos, por los emigrantes, por
los pueblos del tercer mundo, para que dejen de ser las
víctimas del progreso y el bienestar de los países ricos y
poderosos. Oremos.
- Por todos nosotros, para que respondamos a la llamada
a estar vigilantes, no para bien morir sino para bien vivir.
Oremos.

Oración comunitaria
Oh Misterio inefable que sustentas el Ser y la Vida, al cosmos y
al ser humano dentro de él: acoge nuestro deseo de caminar
por la vida confiados en la bondad primordial de tu iniciativa,
que nos antecede y supera, y en la que queremos tener el
coraje de cifrar nuestra esperanza a pesar de todos los signos
de desesperanza que nos rodean. Te presentamos la expresión
de nuestros sentimientos más profundos. Acógela. Amén.

O bien:

Dios, Padre nuestro, al comenzar un nuevo Adviento te pedimos


que avives nuestra fe, fortalezcas nuestra esperanza y
consolides nuestro amor, de modo que podamos celebrar con
verdadero gozo el nacimiento de tu Hijo Jesucristo. Que vive y
reina.
Os judeus que retornam do exílio enfrentam um grande desafio: reconstruir os
fundamentos da nação, a cidade e o Templo. Tarefa bem difícil. A maioria dos
exilados já haviam se organizado na Babilônia e em outras regiões do império
caldeu. A maior parte dos que haviam chegado da Judeia cinquenta anos antes
já tinha morrido e os descendentes não sentiam muita saudade da terra de seus
pais. Os profetas os haviam convidado continuamente a reconhecer os erros que
haviam conduzido à ruína, mas a maior parte dos exilados ignoravam os
mediadores de Javé.

Alguns tomaram em mãos o projeto de reconstruir a identidade, as instituições


e a vida da nação. Entretanto, não receberam inicialmente muito apoio. Parecia
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uma ideia louca e desnecessária: para que volver a Jerusalém se ali não havia
mais nada?... A mesma coisa acontece às vezes conosco; vivemos a nostalgia do
passado mas não nos comprometemos a transformar a realidade do presente.
Sentimos saudade de outros tempos em que vivíamos melhor, mas não
resgatamos os valores que possibilitam uma convivência humana justa e
equitativa.

Jesus faz a seus discípulos uma recomendação que hoje nos surpreende:
mantenham-se vigilantes. Bem o contrário do que nós faríamos! Mas ele tem
suas razões. Se cada dia estamos embargados pelas preocupações mais
supérfluas, é quase certo que passará despercebida a hora apropriada para
realizar a missão que Jesus nos encomenda. Jesus, no evangelho, nos ensina a
vigiar contra aqueles que vêem os ensinamentos cristãos como algo supérfluo.
O evangelho deve ser proclamado onde for necessário, deve ser colocado onde
possa ser visto, deve ser posto ao alcance de todos. Nossa missão é fazer do
evangelho uma lâmpada que ilumine o caminho da vida e nos mantenha em
atitude vigilante.

A interpretação que se dava a estes textos do evangelho que apontam para o


futuro ou para a escatologia esteve quase sempre revestida de um tom
apocalíptico e de temor: o Senhor havia estabelecido um prazo, que se poderia
cumprir a qualquer momento, imprevisivelmente, pelo qual deveríamos estar
preparados para um juízo-surpresa e punitivo que o Senhor poderia abrir a
qualquer momento contra nós. "Que a morte nos surpreenda confessados". Este
medo funcionou por muito tempo, durante tantos séculos como perdurou uma
imagem mítica de Deus, excessivamente calcada na imagem do imperador
soberano ou do senhor feudal que dispunha despoticamente sobre seus súditos.
O medo da condenação eterna, tão impregnado na sociedade cristã medieval e
barroca, fez com que a "greve dos confessionários" pudesse ser em
determinados momentos uma arma manipulada pelo clero contra as classes
altas, por exemplo por parte dos missionários defensores do povo contra os
conquistadores espanhóis donos de escravos (recorde-se o filme "A Missão", ou
a história do profeta dominicano Antonio de Montesinos). Provoca risadas
pensar na eficácia que uma tal "greve dos confessionários" pudesse ter hoje em
dia. Ocorre que a estrela da "vida eterna", o dilema da salvação/condenação
eternas, brilhava com seu poder indiscutível no firmamento da cosmovisão do
homem e da mulher pré-modernos... Mas esses tempos já ficaram para trás.
Seria um erro enfocar o comentário a evangelhos como o de hoje nessa
perspectiva, pensando que nossos contemporâneos são ainda pré-modernos...
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O estado de alerta, o olhar atento para o futuro que evita a vulgarização ou a


rotina... é, sim, uma categoria e uma dimensão do homem e da mulher
modernos. Se o interpretamos como "esperança", a pertinência da mensagem é
ainda mais vigente.

Que pode significar "Advento" para a sociedade atual? Como nome de um


tempo litúrgico não significa muito, e não haveria que lamentar-se muito nem
gastar tempo inutilmente, pois qualquer dia –talvez mais cedo do que tarde– a
Igreja mudará o esquema dos ciclos da liturgia, que clama há muito tempo por
renovação. O que importa não é o tempo litúrgico, mas o Advento mesmo, a
"Chegada" –é isso que significa a palavra–, o "noch nicht Sein" como diria
Ernst Bloch, aquilo cuja forma de ser consiste em "não ser ainda mas tentando
chegar a ser"... Ateu como era, Bloch construiu todo o seu poderoso edifício
filosófico sobre a base da utopia e da esperança, e apresentou em belas e
inesquecíveis páginas a grandeza heróica do santo e do mártir ateu, capaz de
dar a vida no altar de sua esperança... Ebeling, na mesma linha dizia: "o mais
real do real, não é a realidade mesma, mas suas possibilidades"... O real mais
real não é o real simplesmente, mas as possibilidades de ser que o que é hoje
leva consigo.

Depois dos anos 90 do século passado, estamos num tempo no qual se diz que
houve um "desfalecimento utópico". Com o triunfo do neoliberalismo e a
derrota das utopias (não "das ideologias", algumas das quais continuam bem
vivas), a cultura moderna –ou melhor pós-moderna- castiga o pensamento
esperançoso e utópico. O ser humano moderno-pós-moderno está escaldado. Já
não crê em "grandes relatos". Foi imposta sobre nós uma cultura anti-utópica,
antimessiânica, a-escatológica, sem esperança, apesar do fascínio dos produtos
da indústria mundial do entretenimento; por trás do sedutor atrativo desse
entretenimento, a imagem de ser humano que fica está desprovida de toda
esperança que transcenda sequer minimamente o "carpe diem", o "aproveita a
vida". Que "Chegada" ("advento") pode esperar o homem e amulher
contemporâneos? Como viver o advento numa sociedade que não espera
nenhuma "chegada"? Desde logo, não reduzindo o advento a um "tempo
litúrgico", ou a um tempo pré-natal... Como pode ser?

A "Chegada" que nós cristãos esperamos não é o Natal... Nem mesmo "o céu"...
É o Reino! "Não é outro mundo... é este mundo mesmo... mas totalmente
outro"! Pode-se até ser cristão sem celebrar o advento, mas não sem pregar a
"Chegada"! Ser cristão é tornar própria no coração a saudade daquele que dizia:
"Eu vim trazer fogo à terra, e como gostaria que já estivesse aceso!". Nós
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cristãos não podemos inculturar-nos nesta cultura antiutópica e sem "grandes


relatos", porque somos filhos da grande Utopia da Causa de Jesus, e temos o
"grande relato" do Projeto de Deus... Poderíamos não celebrar o advento, mas
não podemos deixar de dar-nos as mãos com os santos e mártires ateus e com
todos os homens e mulheres da terra, de qualquer religião do planeta, para
trabalhar com afinco pelo Advento do Mundo Novo.

Cada vez se perfila melhor: criar um Mundo Novo, fraterno-sororal e solidário,


sem impérios nem instituições transnacionais ou mundiais exploradoras dos
pobres, aquilo que em sua boca aramaica Jesus chamou de "malkuta Yahvé",
Reino de Deus, mas dito com palavras e fatos deste já terceiro milênio, este é o
Advento que esperamos, o sonho que nos tira o sono, que nos faz estar sempre
"alertas".
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Lunes 4 de diciembre de 2017


Juan Damasceno (749)

Is 4,2-6: El Mesías será la gloria de Israel


Salmo 121: Qué alegría cuando me dijeron: “¡Vamos a la casa del
Señor!”
Mt 8,5-11: Vendrán de oriente y occidente al Reino

L a propuesta de Jesús de incluir a personas: del norte, sur, este y


oeste en su Reino es motivo de controversia para unos y de alegría
para otros. La Comunidad de Mateo estaba integrada, en su
mayoría, por personas procedentes del Judaísmo, donde la Ley de
Moisés y sus tradiciones eran el modo de demostrar su Fe en el
Dios: de Abraham, Isaac y Jacob. Pronto dicha comunidad, tuvo que
replantearse su misión y aceptar a personas que no pertenecían al
“pueblo de Dios”, y que deseaban entrar en relación con el Dios de
Jesús. La fe que propone Jesús se brinda a todos, sin exclusión de
raza, genero, cultura u orientación sexual. La idea que toda la
comunidad experimente al Dios de Jesús no se basa en méritos, sino
en los deseos de la persona de acercarse al Dios de Jesús para ser
“sanos”. Nuestra misión como comunidad de fe debe movernos a
salir afuera para: buscar, incluir, sanar, a toda la persona que quiera
sentarse con el Dios de Jesús.
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Martes 5 de diciembre de 2017


Sabás (532)

Is 11,1-10: Sobre él se posará el Espíritu del Señor


Salmo 71: Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde
eternamente
Lc 10,21-24: Jesús, se llenó del Espíritu Santo

E n la cultura Greco-Romana del siglo I la figura del “padre” era


vista como autoridad máxima con poder absoluto de gobernar su
casa. Aún más, si se trataba del “Pater Patrie”, al cual todos: libre o
esclavo, le debían lealtad y sumisión. La oración de Jesús al
verdadero Padre, “Señor del cielo y tierra”, podía ser entendida
como una crítica directa a la teología del imperio, su “falso padre”.
Esta oración anuncia la manifestación de Dios en la historia de la
comunidad, obra del Espíritu, que mueve a Jesús a dar gracias,
porque Dios se solidariza con los que no cuentan. Esta oración nos
recuerda la de María (Lc 1,51-53) de anunciar: “Las Buenas Noticias
de liberación”. Tanto la oración de María como la de Jesús provocan
alegría y gozo a las personas que “ven” y “escuchan” a Dios dentro
de su vida. La alegría de “ver” que el Dios de Jesús se revela y se
solidariza con los marginados de la historia, debe ser motivo de
fiesta y compromiso con los más insignificantes de nuestra sociedad.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Miércoles 6 de diciembre de 2017


Nicolás de Bari (350)

Is 25,6-9: El Señor dará una fiesta


Salmo 22: Habitaré en la casa del Señor por años sin término
Mt 15,29-37: Jesús sana a muchos y multiplica los panes

E n un mundo tan precario y necesitado de pan y de posibilidades


de una vida plena para todo el campesinado empobrecido por la
Colonización Romana, la provocativa y revolucionaria propuesta de
Jesús de saciar el hambre de todos, fue sin duda algo revelatorio del
Dios que cuida de sus enfermos. El pan de unos cuantos contrasta
tremendamente con las carencias de los pueblos colonizados. Esta
idea está muy bien reflejada en el evangelio porque las personas
colonizadas además de estar hambrientas están enfermas. ¿La causa
de la enfermedad? la falta del pan. El evangelio de hoy es una fuerte
invitación a proveer a toda la comunidad no solo de pan sino de
posibilidades de una vida vivible. Debemos evitar la tentación de
“enviar” a la comunidad al desierto, llena de discursos teológicos
pero con el estomago vacío. Si queremos ser personas eucarísticas,
tenemos que ser como el pan: tomado, bendecido, partido y
repartido para que toda la comunidad se sacie.
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Jueves 7 de diciembre de 2017


Ambrosio (397)

Is 26,1-6: Que entre un pueblo justo


Salmo 117: Bendito el que viene en nombre del Señor
Mt 21,24-27: El que haga la voluntad del Padre entrará en el Reino

E scuchar y poner en práctica las palabras de Jesús en el


evangelio de Mateo, equivale a “hacer la voluntad del Padre del
cielo”. La Comunidad Mateana al parecer se siente segura en su
relación con Dios, por “tener a Abrahán como Padre” (Mt 3,9). Jesús
desenmascara dicha teología y anuncia con claridad, que no es
confesando su nombre, ni reclamando privilegios, sino escuchando y
poniendo en práctica sus palabras, como garantía absoluta de ser
parte del movimiento alternativo de Jesús. A menudo olvidamos la
fuerte invitación de Jesús de: “escuchar y poner en práctica sus
palabras”. Desde el púlpito y la cátedra hemos “confesado”
demasiado, y quizá, enajenado a la comunidad con grandes
discursos, pero nuestras prácticas no las reflejan. No podemos
engañarnos con falsas espiritualidades distantes de las palabras
liberadoras de Jesús a favor de los pobres. Solo así nuestras
palabras hechas acciones concretas a favor de los insignificantes,
darán la garantía de que nuestra casa, comunidad está realmente
cimentada en Dios.
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Viernes 8 de diciembre de 2017


Inmaculada Concepción

Gén 3,9-15.20: Habrá hostilidades entre tu estirpe y la de la Mujer


Salmo 97: Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas
Ef 1,3-6.11-12: Nos eligió en la persona de Cristo
Lc 1,26-38: Háganse en mí según tu palabra

T anto María como José escuchan a los mensajeros de Dios.


Hablan con ellos como si hablaran con Dios. Es esquema del
“anuncio” a María es semejante a los anuncios del Antiguo
Testamento relativos a Ismael, Isaac, Sansón y Samuel. Según
Lucas, María es la “Hija de Sión”.
“Encarnarse” significa que algo espiritual toma carne en una
realidad material, de ordinario frágil y aun pecaminosa. La
encarnación cristiana indica que Dios asume la condición humana, a
saber: Comparte nuestra pobreza y acepta nuestra miseria, para
elevarnos a su propia vida. Dios se encarna silenciosamente en el
seno de María, mujer sencilla, perteneciente a una aldea
desconocida, al otro extremo de Jerusalén y del Templo judío. María
es invitada por Dios a estar alegre “en el Salvador”; es la
“privilegiada”, la favorecida, la bienaventurada, porque es creyente
y está abierta a la voluntad de Dios.
En el evangelio de Lucas, el diálogo con María comienza con la
exhortación a estar alegre (v. 28). La alegría es, en la Biblia, una
nota característica del cumplimiento de las promesas de Dios.
Puesto que María recibe el favor de Dios, la expresión “llena de
Gracia” reemplaza espontáneamente su nombre; así el alégrate,
María se transforma en “alégrate, llena de gracia”. El Señor está de
su lado: “ella ha encontrado su favor” (v. 30). Todo sucede bajo el
amor libre y gratuito de Dios. La fe es el don que inaugura el
diálogo; Dios confía en María, y esto, a su vez, la hace confiar en El,
la convierte en creyente. No hay razón para el temor, sino mas bien
para la entrega (v. 30). El miedo es precisamente lo que se opone a
la confianza en Dios. La mirada que el Señor pone en María le pide
la fe. Gracias a su respuesta, la joven judía participa en la obra de
Dios.
Lo anunciado será obra del Espíritu Santo, la sombra del
altísimo la cubrirá (vv. 32 y 35). El don de la encarnación ocurre en
la historia, es la síntesis de la fuerza del Espíritu y de la debilidad de
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María. Su hijo será grande y será llamado “Hijo del Altísimo” (v. 32).
La misión de Jesús está marcada por esta responsabilidad, en ella se
cumple el gran proyecto salvador de Dios (Ef 1). María es como la
nueva Eva (Gen 3,20), nombre que parece significar vida, vitalidad;
De ahí la expresión “madre de los vivientes”. Por todo eso, la
maternidad de María más que un don personal es un don a toda la
humanidad en María. Se trata de un carisma, en el estricto sentido
del término, un don que se da a una persona para beneficio de la
comunidad. Todo don exige de nosotros una tarea y una
responsabilidad. Somos cristianos, formamos una Iglesia en función
de otros. De aquellos a los que debemos testimoniar el amor de Dios
en toda circunstancia.
El texto de la carta a los efesios nos presenta el sentido
profundo de la existencia humana. Hemos venido a este mundo para
ser hijas e hijos de Dios (vv. 4 y 5). La filiación divina no se añade
desde el exterior a la condición humana, ella es su razón de ser más
íntima. La gratuidad del amor de Dios es la primera y la última
palabra; pero no podemos aceptar el designio de amor y de paz de
Dios si no lo hacemos carne en nuestro quehacer cotidiano, si no
nos libramos de mezquinas comodidades, si no arriesgamos, como
María.
Para nuestro pueblo María es la Madre (con el niño) que
concibe y fructifica; la Dolorosa (viuda a la que le matan el hijo),
llena de dolores injustamente infligidos, y la Purísima (sin mancha),
inmune a todo pecado por una gracia singular de Dios. Por el
contrario, todos los seres humanos están dañados en su raíz. La
contemplación de una mujer inmaculada, purísima, revela la
decisión de Dios de hacer una nueva creación. La inmaculada es “el
orgullo de nuestra naturaleza corrompida”, la creación nueva sin
pecado.
Todas las festividades marianas tienen una connotación de
fiesta popular dulce y entrañable. María, el polo femenino de un
catolicismo “masculino”, lleva a cabo lo imposible: engendrar bajo la
sombra del Espíritu de Dios. No vive en sueños, sino muy despierta,
siempre receptiva al mensaje de Dios, escuchando y hablando lo
justo, constantemente en movimiento “llevando” o “visitando”, y
vive la entrega hasta el final al pie de la Cruz. Por ser la inmaculada,
es asunta a los cielos.
El compromiso de la vida cristiana es dejarse fecundar por el
Espíritu, escuchando la Palabra de Dios que llega por medio de
mensajeros; teniendo en cuenta nuestra situación y nuestras
fuerzas, pero respondiendo a Dios con confianza y entereza. El
creyente debe dejarse encarnar por la Palabra de Dios. La Iglesia –
con el Espíritu de Dios– debe encarnarse más y mejor en el pueblo.
Así se recibe el anuncio y se anuncia el Evangelio.
Tanto Maria como José ouvem os mensageiros de Deus. Falam com eles como
se falassem com Deus. O esquema do "anúncio" a Maria é semelhante aos
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anúncios do Antigo Testamento relativos a Ismael, Isaac, Sansão e Samuel.


Segundo Lucas, Maria é a "Filha de Sião".

"Encarnar-se" significa que algo espiritual toma carne numa realidade material,
normalmente frágil e até pecaminosa. A encarnação cristã indica que Deus
assume a condição humana, ou seja, compartilha nossa pobreza e aceita nossa
miséria, para elevar-nos à sua própria vida. Deus se encarna silenciosamente no
seio de Maria, mulher simples, moradora de uma aldeia desconhecida, bem
longe de Jerusalém e do Templo judeu. Maria é convidada por Deus a se alegrar
"no Salvador"; é a "privilegiada", a favorecida, a bem-aventurada, porque
acredita e está aberta à vontade de Deus.

No Evangelho de Lucas, o diálogo com Maria começa com a exortação à


alegria (v. 28). A alegria é, na Bíblia, uma nota característica do
cumprimento das promessas de Deus. Visto que Maria recebe o favor de
Deus, a expressão "cheia de Graça" substitui espontaneamente seu nome;
Maria se transforma em "alegra-te, cheia de graça". O Senhor está do seu
lado: "ela encontrou seu favor" (v. 30). Tudo acontece sob o amor livre e
gratuito de Deus. A fé é o dom que inaugura o diálogo; Deus confia em
Maria, e isto, por sua vez, faz com que ela confie Nele, converte-a em
crente. Não há razão para o temor, e sim para a entrega (v. 30). O medo
se opõe à confiança em Deus. O olhar que o Senhor deposita em Maria
exige a fé. Graças à sua resposta, a jovem judia participa da obra de
Deus.

O anunciado será obra do Espírito Santo, a sombra do Altíssimo a cobrirá (vv.


32 e 35). O dom da encarnação ocorre na história, é a síntese da força do
Espírito e da fragilidade de Maria. Seu filho será grande e será chamado "Filho
do Altíssimo" (v. 32). A missão de Jesus está marcada por esta
responsabilidade; nela se cumpre o grande projeto salvador de Deus (Ef 1).
Maria é como a nova Eva (Gn 3,20), nome que parece significar vida,
vitalidade; daí a expressão "mãe dos viventes". Por tudo isso, a maternidade de
Maria mais que um dom pessoal é um dom para toda a humanidade em Maria.
Trata-se de um carisma, no estrito sentido do termo, um dom que é dado a uma
pessoa para benefício da comunidade. Todo dom exige de nós uma tarefa e uma
responsabilidade. Somos cristãos, formamos uma Igreja em função de outros,
daqueles aos quais devemos testemunhar o amor de Deus em toda
circunstância.
Servicio Bíblico Latinoamericano

O texto da Carta aos Efésios nos apresenta o sentido profundo da existência


humana. Viemos a este mundo para ser filhas e filhos de Deus (vv. 4 e 5). A
filiação divina não se acrescenta desde o exterior à condição humana, ela é a
sua razão de ser mais íntima. A gratuidade do amor de Deus é a primeira e a
última palavra; mas não podemos aceitar o desígnio de amor e de paz de Deus
se não o fazemos carne em nossa vida diária, se não nos livramos de
mesquinhas comodidades, se não nos arriscamos, como Maria.

Para o nosso povo Maria é a Mãe (com o menino) que concebe e frutifica; a
Dolorosa (viúva a quem lhe matam o filho), cheia de dores injustamente
infligidas, e a Puríssima (sem mancha), imune a todo pecado por uma graça
singular de Deus. Pelo contrário, todos os seres humanos estão corrompidos em
sua raiz. A contemplação de uma mulher imaculada, puríssima, revela a decisão
de Deus de fazer uma nova criação. A imaculada é "o orgulho de nossa natureza
corrompida", a criação nova sem pecado.

Todas as festividades marianas têm uma conotação de festa popular doce e


entranhável. Maria, o pólo feminino de um catolicismo "masculino", leva a
cabo o impossível: gerar sob a sombra do Espírito de Deus. Não vive em
sonhos, mas bem desperta, sempre receptiva à mensagem de Deus, escutando e
falando o necessário, constantemente em movimento "levando" ou "visitando",
e vive a entrega até o final, ao pé da Cruz. Por ser a imaculada, é assunta aos
céus.

O compromisso da vida cristã supõe deixar-se fecundar pelo Espírito, ouvindo a


Palavra de Deus que chega através de mensageiros, tendo em conta nossa
situação e nossas forças, mas respondendo a Deus com confiança e integridade.
O crente deve deixar-se encarnar pela Palavra de Deus. A Igreja –com o
Espírito de Deus– deve encarnar-se mais e melhor no povo. Assim se recebe o
anúncio e se anuncia o Evangelho.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Sábado 9 de diciembre de 2017


Pedro Fourier, fundador (1640), Juan Diego (1548)

Is 30,19-21.23-26: Se apiadará al oír tu gemido


Salmo 146: Dichosos los que esperan en el Señor
Mt 9,35-38–10,1.6-8: Jesús se compadecía de la multitud

L a compasión de Jesús como se presenta en nuestro evangelio no


tiene límites, ni se entretiene en cuestiones teológicas. Jesús tiene
compasión con el campesinado enfermo, leproso, endemoniado y
extraviado. Israel había tenido la experiencia de contar con muchos
pastores; pero ninguno había sido capaz de mostrarles una
compasión sanadora como la que ofrece Jesús, cuya compasión es la
única garantía de que el “reino de los cielos” está actuando en
medio de nosotros. Quizás sea la compasión que mejor defina quien
es el Dios de Jesús y cómo actúa en la comunidad. La palabra
compasión procede del Latín, cum-passio, hace alusión al
“sufrimiento compartido con otro” Y esto es precisamente lo que
Jesús nos enseña. Tener compasión es sanar el dolor del enfermo,
expulsar los demonios del miedo, compartir las dolencias de la
persona, anunciar gratuitamente el amor incondicional de Dios por
todas las personas. La compasión se presenta como la única
garantía de descubrir a Dios en medio de nuestra comunidad:
sanando y liberándonos de nuestro egoísmo deshumanizador.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Domingo 10 de diciembre de 2017


2º de Adviento
León Magno (461), Eulalia, mártir (304)

Is 40,1-5.9-11: Preparen un camino al Señor


Salmo 84: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
2Pe 3,8-14: Esperemos un cielo nuevo y una tierra nueva
Mc 1,1-8: Allanen los senderos del Señor

E n los tiempos que escribe el profeta Isaías el pueblo de Israel se


encuentra en el exilio de Babilonia y es inminente un posible retorno
a la tierra de Israel. Isaías da aliento a su pueblo diciéndoles que ya
han satisfecho la pena que tenía estipulada por sus culpas,
satisfacción lograda por medio de la esclavitud y los trabajos
forzosos que han vivido en Babilonia. Ahora vendrá un mensajero, al
que el escritor no pone nombre, proclamando que todo monte sea
rebajado, allanando, aplanado para hacer una senda a nuestro Dios
que regresa triunfante a Jerusalén conduciendo a su pueblo como en
otro tiempo lo hizo con los israelitas saliendo de Egipto. El escritor
ha tomado una costumbre de su época, según la cual cuando un rey
ganaba una guerra o una batalla se hacían caminos ceremoniales en
los cuales se celebraba el triunfo del rey sobre sus enemigos.
Asimismo Yahvé es el Señor, el Dios de Israel que retorna glorioso
triunfante a Jerusalén por un camino preparado por Él. El mensajero
anuncia a todo el pueblo esta noticia, noticia de esperanza y de
alegría para una comunidad que vivía marginación y explotación.
Los evangelistas han asociado a este mensajero que prepara el
retorno de Yahvé con Juan el Bautista.
El Salmo canta la esperanza del pueblo desterrado que ahora
retorna. Ellos se preguntan hasta cuándo Dios estará alejados de
ellos, y la respuesta es unánime: Él mora en aquellos que le son
fieles. Ese día Yahvé se hará presente. La justicia y la paz reinarán y
las cosechas, que no han producido lo esperado, prosperarán. Es un
himno al Dios compasivo que ahora retorna a su tierra para hacerla
fructificar. Es la espera y la esperanza en un futuro mejor.
La segunda lectura de la carta de Pedro, nos sitúa dentro del
debate sobre el día de la segunda venida del Señor. La comunidad
para la que esta dirigida la carta de Pedro se preguntaba cuándo
sería ese día en que Jesucristo resucitado volvería. En un principio
se les había dicho que pronto pero pasaba el tiempo y no retornaba.
El apóstol le responde diciéndole que el Señor no se retrasa en el
cumplimiento de la promesa como ellos suponen, sino que usa de la
Servicio Bíblico Latinoamericano
paciencia de los hombres queriendo que todos lleguen a la
salvación; por que un día es como mil años y mil años como un día
para el Señor. En ese día se inaugurara un nuevo cielo y nueva
tierra. Lo que nosotros tenemos que hacer es esforzarnos para ser
hallados en paz ante él, y ésta debe ser una actitud permanente
pues no sabemos el día en que vendrá. Pedro anima a la espera a
una comunidad impaciente, y más que a una espera a vivir
esperanzadamente en un futuro mejor. No niega que haya
problemas en la comunidad (divisiones, persecuciones), pero lo que
nos debe identificar como cristianos es la confianza en un futuro
mejor.
El evangelio de Marcos se centra en la predicación de Juan el
Bautista. En él se cumple la profecía de Malaquías según la cual
vendrá un mensajero delante del Mesías (que sería Elías); y del
profeta Isaías que expresa la misión del precursor preparar el
camino de aquel que ha de venir. Juan proclamaba un bautismo de
conversión el cual era signo del perdón de los pecados y que
implicaba el compromiso de cambio de vida. Predicaba un castigo
inminente de Dios y ante esa amenaza debíamos reconocernos
pecadores, débiles, que hemos fallado, por lo cual el bautismo era
expresión de un real cambio de vida y no solo un simple rito. Esta
predicación era muy aceptada por las gentes de Jerusalén y de
Judea, especialmente los más pobres (luego evangelistas nos dirán
que los fariseos y los doctores de la ley, personas importantes, no
creyeron en él). Caracteriza a Juan su vestimenta y su dieta, que
indicaban su talante profético. Se viste a sí porque las tradiciones
de la época identificaban con estos rasgos a los profetas. La venida
inminente de quien bautizará en Espíritu, es la esperanza que el
grupo de seguidores de Juan arraiga en su corazón.
Como vemos, la liturgia del día de hoy nos invita a esperanza, a
creer que en medio de las dificultades, de las persecuciones, de las
realidades más duras de la vida; es posible un futuro mejor, porque
el Señor es fiel a quienes asumen los valores de la verdad, de la
justicia, de la fraternidad. Todas estas esperanzas que nos invitan
las lecturas, como cristianos, las leemos en Jesús, sobre todo en este
tiempo de espera alegre de la Navidad, espera de un nuevo mundo.
Que nuestra esperanza sepa dar testimonio ante el mundo de que un
futuro mejor, en medio de las difíciles condiciones de nuestra
realidad, es posible.

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 3 de la serie


«Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «Una voz en
el desierto». El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí:
https://radialistas.net/article/3-una-voz-en-el-desierto/
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Para la revisión de vida
- El Señor Jesús, y el Reino que Él anunció, sólo vendrán
por efecto de una acumulación incontenible de deseos de que
Él venga...
- Mi vida, ¿ha hecho de la Causa de Jesús su propia
causa? ¿Puedo decir que el centro de mis ilusiones, que la
sustancia de las esperanzas que explican mi vida está en utopía
del Reino que Jesús anunció? ¿Es esa utopía lo que me sostiene,
lo que da razón de ser y sentido a mi vida?

Para la reunión de grupo


- ¿Estamos en tiempo de exilio o de éxodo, de profecía o
de sabiduría? ¿Hay tiempos de una cosa o de otra? Peligros que
puede tener una opinión u otra.
- ¿Tiene sentido ser personas de «esperanza» en una
sociedad que ya no cree oficialmente en «grandes relatos», que
está de vuelta de toda concepción utópico-mesiánica de la
historia? ¿Tiene espacio la presencia cristiana en esa sociedad?
¿Debe conseguirlo? ¿Cómo?
- ¿Quién asume, y cómo, el papel de Juan Bautista hoy (o
el de Elías), como voz profética que aun en medio del desierto
clame y se enfrente a los grandes clamando por la justicia para
con los pueblos pequeños? ¿Está el cristianismo como conjunto
ejerciendo este papel hoy día en este mundo cada vez más
imperial? ¿Y qué nos corresponde hacer a nosotros, a nuestro
grupo o comunidad, y a cada una de nuestras personas?
- A veces podemos caer en la tentación de pensar que las
cosas no evolucionan, no cambian, de que Dios se ha olvidado
de nosotros... ¿Mantengo viva la esperanza en que el Reino de
Dios va llegando día a día, a pesar de las apariencias, y la fe en
que la promesa de Dios se cumplirá?

Para la oración de los fieles


- Por el Pueblo de Dios, para que dé testimonio ante todos
de la esperanza que lo alienta. Roguemos al Señor.
- Por la sociedad de hoy, para que recupere la esperanza,
el sentido profundo del vivir, más allá del consumismo
individualista y el hedonismo de la vida. Roguemos...
- Por todos los que nos proclamamos discípulos de Jesús,
para que nos comprometamos en la construcción de un mundo
más justo y fraterno. Roguemos...
- Por todos los que han perdido la esperanza, para que
recuperen el ánimo y la ilusión. Roguemos...
- Por todos nosotros, para que la Palabra de Dios nos
transforme y nos anime a luchar por la justicia y la igualdad
entre las personas. Roguemos...
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- Por todos los cristianos, para que seamos conscientes de
que la «preparación de los caminos del Señor» no es sólo
cuestión personal o privada, sino comunitaria y social.
Roguemos...

Oración comunitaria
Oh Dios que nos has puesto en este mundo sin darnos todas las
respuestas a los interrogantes que de él nos brotan sobre él
mismo y sobre el sentido de nuestra propia existencia; te
expresamos nuestro deseo de encarnarnos en él, de buscarte
sumergidos en él, siendo conscientes de las responsabilidades
divinas que contienen para nosotros cada uno de los «afanes
mundanos» que nos has encomendado. Tú que vives y haces
vivir, desde siempre y para siempre. Amén.

O bien:

Oh Dios que has hecho de la esperanza una estructura


indispensable de la existencia humana. Caldea nuestro ánimo y
acaricia nuestro corazón, para que nunca se apague en nuestra
vida el aliento vivo de la esperanza, y para que nuestra
sociedad cansada y deprimida vuelva a encontrar los
imprescindibles motivos para vivir y para esperar. Tú que eres
garantía de toda esperanza, desde siempre y para siempre.
Amén.

O bien:

Dios, Padre nuestro, te pedimos nos ayudes a comprender que


la mejor manera de disponernos a celebrar el Nacimiento de tu
Hijo es preparar y allanar los caminos que pueden hacer llegar
a nuestra Sociedad la Justicia y la Paz que Él anunció. Por
Jesucristo.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Lunes 11 de diciembre de 2017


Dámaso I (384)

Is 35,1-10: Ellos verán la gloria del Señor


Salmo 84: Nuestro Dios viene y nos salvará
Lc 5,17-26: Toma tu camilla y vuelve a tu casa

L os escribas, fariseos y doctores de la Ley interpretan


correctamente que “solo Dios puede perdonar pecados”. Lucas
haciendo uso de una retorica única está afirmando lo mismo, al usar
una oración en el “divino pasivo” –Hombre, se te perdonan tus
pecados– donde el sujeto es Dios quien perdona pecados, no Jesús.
¿Por qué entonces los doctores de la Ley acusan a Jesús de
blasfemia? Jesús en Lucas está actuando con el Poder de Dios, así
que lo que Jesús hace está totalmente legitimado por Dios. Con
entender las enseñanzas de Jesús, deberían aceptar que Dios y Jesús
están unidos a favor de la vida; lamentablemente sus apegos y sus
interpretaciones de muerte no les permiten regocijarse en la
solidaridad de las personas que buscan la salud del enfermo. Ojalá
que nosotros y nuestras comunidades estemos siempre a la escucha
del Dios de la vida y que no nos suceda lo mismo que a los letrados
del tiempo de Jesús.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Martes 12 de diciembre de 2017


Ntra. Sra. de Guadalupe

Zac 2,14-17: Canto de la Hija de Sión


Salmo 95: Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones
Lc 1,39-45: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

L ucas presenta a dos mujeres embarazadas con sus respetivos


niños como símbolo del Dios generador de la vida. María e Isabel
forman la nueva familia que nace de la escucha de la Palabra
transformada en servicio. Estas dos mujeres llenas del Espíritu de
Dios, son bendecidas por ser fieles a la acción del Espíritu Santo.
Dios actúa de una manera única y maternal en estas dos mujeres
para anunciar que el Dios de Israel sigue visitando a su comunidad.
María ha acompañado a la comunidad y a la Iglesia en los momentos
difíciles de su historia. Ante tantos símbolos de muerte que
experimentan las mujeres, necesitamos escuchar nuevamente el
saludo de María y la voz de Isabel que anuncien y afirmen que ¡Dios
nos sigue visitando! Hoy más que nunca debemos regocijarnos en el
Dios de María e Isabel para seguir celebrando que Dios sigue
cumpliendo su Palabra. La presencia de María e Isabel debe ser
motivo de fortaleza de que Dios nunca nos abandona, y sobre todo
de que Dios es fiel a su promesa de amor.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Miércoles 13 de diciembre de 2017


Lucía, mártir (304)

Is 40,25-31: El Señor da fuerza al cansado


Salmo 102: Bendice, alma mía, al Señor
Mt 11,28-30: Vengan a mí los que están cansados

L a imagen del yugo aparece en la Biblia como símbolo de


esclavitud. Así encontramos que el yugo es símbolo de opresión
política (Gén 27,40), del dominio por parte de extranjeros (Dt 28,48;
Is 9,4; 19,10) y de esclavitud (Ez 34,27). Pero al mismo tiempo la
imagen del yugo en la tradición bíblica sirve para manifestar la
unión positiva entre Israel y Dios. El pueblo de Israel era exhortado
a “vivir bajo el yugo de Dios” (Jr 2,20) y el “yugo de la sabiduría”
(Eclo 51,26). Jesús utiliza la imagen del yugo para confortar a todas
las personas oprimidas y agobiadas por los múltiples mandamientos
(Mt 11,28-30). Debemos recordar que el yugo de Dios y de Jesús no
es para oprimir o esclavizar sino para sentir confort y encontrar paz
en nuestra vida. Cualquier yugo que no cumpla esta función no
puede venir de Jesús ni del Dios de Jesús. Como comunidad cansada
y maltratada, debemos acercarnos a Jesús para experimentar su
amor.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Jueves 14 de diciembre de 2017


Juan de la Cruz (1591)

Is 41,13-20: Yo soy tu Redentor, el Santo de Israel


Salmo 144: El Señor es clemente y misericordioso
Mt 11,11-15: No ha nacido uno más grande que Juan el Bautista

S er profeta al servicio del “reino de los cielos” nunca ha sido


fácil. En la historia constatamos que la propuesta de Jesús es causa
de rechazo y violencia. Al mismo tiempo que existe gente violenta a
la propuesta aparece gente como Juan el Bautista y Elías que se
ponen al servicio del reino de los cielos. Tal parece que ambas
realidades de violencia/paz, muerte/vida, oscuridad/luz, están
presente en la comunidad para recordarnos que cada persona tiene
que hacer sus prioridades y opciones de vida. Desde la perspectiva
de Jesús, la propuesta del “reino de los cielos” no obliga a nadie ni
se impone a la fuerza; al contrario, la propuesta se ofrece a la
persona para que se vincule a la acción profética del reino. Ante
tantos problemas y símbolos de muerte que intentan ‘arrebatarnos
el reino de los cielos’, debemos apostarle a la vida y sobre todo
debemos aceptar las exigencias que trae consigo la propuesta del
“reino de los cielos” aunque en ello se nos vaya la vida misma.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Viernes 15 de diciembre de 2017


Ma. de la Rosa, fundadora (1855)

Is 48,17-19: ¡Si hubieras atendido a mis mandatos!


Salmo 1: El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida
Mt 11,16-19: No escuchan a Juan ni al Hijo del hombre

E l evangelio recuerda que no hay una única manera de servir a


Dios. Tanto las personas que realizan prácticas ascéticas (como Juan
el Bautista) o disfrutan de la generosidad del Dios que provee
comida y bebida, pueden agradar a Dios. En la comunidad de Jesús
(¿y nuestra comunidad?) no todos están dispuestos a descubrir a
Dios: en tiempo de escasez como en tiempo de abundancia, en
tiempo en que se toca música alegre o en tiempos de música
fúnebre. Para ese tipo de personas Jesús recuerda que solo la
persona que se alegre en ambas realidades puede ser justificada por
la sabiduría que procede de Dios. En nuestra comunidad de fe,
seguramente nos hemos encontrado con realidades de: escasez,
privaciones, dolor y llanto; también hemos encontrado motivos
suficientes para celebrar la vida en medio de la alegría. En cada
momento debemos celebrar la presencia de Dios que nos invita a ser
solidarios con la persona que sufre, al mismo tiempo nos exhorta
alegrarnos con los que están alegres.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Sábado 16 de diciembre de 2017


Adelaida (999)

Eclo 48,1-4.9-11: Elías volverá


Salmo 79: Oh Dios, restáuranos; que brille tu rostro y nos salve
Mt 17,10-13: Elías vino y no lo reconocieron

E l evangelio manifiesta la preocupación del pueblo en torno a la


llegada del profeta de “los últimos tiempos” simbolizada en Elías.
Esta teología se apoyaba en Malaquías 3,73 donde se informa: “He
aquí que envío mi profeta Elías, antes de que venga el gran y
terrible día del Señor”. El libro del Eclesiástico anunciaba la vuelta
de Elías como unificador y restaurador de todas las cosas y poder
así: “reconciliar a padres con hijos y restablecer las tribus de Israel”
(Eclo 48,10). Ante dichas expectativas Jesús revela “los misterios” y
argumenta que los profetas restauradores “de todas las cosas” han
sufrido la muerte en manos de gente que no los reconocieron.
Muchas veces como comunidad de fe nos volvemos homicidas y
asesinos ante los mensajeros que Dios nos envía, para reorientar
nuestra comunidad y afianzarla en la justicia. En este tiempo de
adviento debemos estar atentos a la presencia de Dios que toma
diferentes rostros e historias y nos exige reconocerlo en todas las
personas.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Domingo 17 de diciembre de 2017


3º de Adviento
Lázaro (s. I)

Is 61,1-2a.10-11: Desbordo de gozo con el Señor


Interleccional: Lc 1,46-54: Me alegro con mi Dios
1Tes 5,16-24: El Dios de la paz los santifique
Jn 1,6-8.19-28: En medio de ustedes hay uno que no conocen

E n la memoria de la gente estaban vivas las figuras del Cristo


(Ungido), de Elías y del Profeta; ellas pertenecen a “los últimos
días”, cuando Dios visite a su pueblo. El sumo sacerdote y el rey
eran consagrados con aceite para dedicarlos a su misión, por eso
eran ungidos. Elías sería el gran restaurador o unificador de las
tribus de Israel (Eclo 48,1-11). Por su parte, Dios había prometido
“levantar” de en medio del pueblo un profeta tan grande como
Moisés (Dt 18,15-18). Juan no es el personaje mediante el cual Dios
visitará a su pueblo, sino el testigo firme de la Luz.
El evangelio de Juan se presenta como un gran proceso judicial
en el que hay que decidir si Jesús ha sido enviado por Dios o es un
impostor. Los jueces son las autoridades religiosas de Jerusalén, y el
lector. Juan el Bautista es el primer testigo; vendrán otros: lo que
Jesús hace, su Padre que lo envió, el Espíritu, etc. Este proceso
viene revestido en lenguaje simbólico; por eso habla de Juan como
testigo de la luz.
Como la luz a nuestros ojos, la verdad atrae siempre a nuestra
inteligencia. Nos repugna la mentira y huimos de la oscuridad. La
mentira insulta nuestro entendimiento y la oscuridad nos apaga el
gusto de vivir. Esto nos descubre nuestras aspiraciones más
profundas y nuestra vocación última: somos personas orientadas a
la verdad y a la luz. Los creyentes en Jesús el Mesías de Dios,
debemos vivir orientados y empapados de la Verdad y la Luz que
Dios nos dio. Nos debemos reconocer como testigos de la Verdad y
de la Luz, como Juan el Bautista.
Por desgracia, muchas veces la mentira y el miedo a perder
nuestras comodidades no nos permiten ser testigos de la verdad ni
de la luz que irradia de Dios. Por lo tanto no nos queda mas que
escuchar la voz de Juan, profeta del Adviento, que nos invita a:
“enderezar el camino de Dios”, para convertirnos al igual que Juan
el Bautista, en testigos de la Luz.
Servicio Bíblico Latinoamericano
El profeta Isaías invita a todo el pueblo que retorna del
destierro, y que ha visto que las promesas con que esperaban
encontrar su tierra no son tan ciertas; lo invita a la esperanza. La
acción de Dios es efectiva y eficaz. La Jerusalén que ahora ven
arruinada, será en un futuro centro de peregrinaciones y a la que
acudirán todas las naciones de la tierra. Es una realidad muy dura
de pobreza, de tristeza y de cautiverio. Por eso, la vocación del
profeta esta dirigida hacia esas personas. Se siente capacitado por
Dios para el anuncio de «buenas noticias» de esperanza a los
marginados del país. Las cosas están difíciles pero podemos salir
adelante, Dios no nos abandona, parece decir el profeta. Aunque
haya dificultades al regreso el Señor ha revestido al pueblo de ropas
de salvación, le ha retornado el don de la tierra, y así como está
hace germinar los frutos, quien hace germinar la justicia y la
alabanza es el Señor.
El salmo recoge hoy la oración de María cuando visita a Isabel,
que la tradición llama Magnificat. La oración esta basada en el
cántico de Ana que encontramos en el 1Sam 2, 1-10. Se centra en
dos grandes temas, por una parte los pobres y humildes son
socorridos en detrimento de los poderosos, y por otra, el hecho de
que Israel es objeto del favor de Dios desde la promesa hecha a
Abraham (Gn 15,1; 17,1). María canta la grandeza de Dios salvador
que se ha fijado en los humildes, especialmente en la pequeñez de
María, y nos muestra que la lógica de Dios no siempre coincide con
la lógica e los poderosos. Precisamente ha hecho una promesa con
un pueblo pequeño cumpliendo la promesa de Abraham, se ha fijado
en la humildad y pequeñez de María, ha derribado del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes. La lógica de Dios pasa por el
reconocimiento de los más pequeños como sujetos preferenciales de
su acción. En eso consiste ser creyente. Esta es la palabra profética
que la tradición pone en boca de María.
En la segunda lectura vemos como el apóstol Pablo invita a la
comunidad de Tesalónica a la fidelidad. La vida de la comunidad
tenía algunas dificultades: problemas con los animadores de la
comunidad, peleas, desánimo, falta de fe, fornicación. Es una
comunidad que se ha convertido del paganismo al cristianismo (1,9)
y que ha dejado los ídolos, sus dioses, para seguir al Dios verdadero,
pero que le cuesta desprenderse del todo de sus tradiciones
antiguas, de su legado cultural. Parece que la exigencia de la vida
de comunidad no le era satisfactoria a muchos que se sentían
desilusionados. Es por esto que Pablo les llama la atención;
reconoce que ha sido una comunidad que se ha esforzado por seguir
a Jesús, que posee el Espíritu del Resucitado, pero que aún puede
dar más. Les llama a estar alegres, a orar constantemente, a no
dejarse desanimar. No se trata de rechazar todo lo que les viene de
fuera y que les impide la vida de comunidad, se trata de examinar
todo y quedarse con lo bueno. Les llama a fidelidad y a continuar en
el camino que han emprendido. No hay que dejarse desanimar por
los problemas, que siempre habrán, se trata de ser fieles al camino
Servicio Bíblico Latinoamericano
emprendido y vivirlo con alegría pues estamos convencidos que es el
mejor camino a la felicidad.
El evangelio de Juan no presenta el testimonio de Juan el
Bautista que ahondaremos a lo largo de esta semana litúrgica. La
lectura nos introduce diciendo que este es el testimonio de Juan y
luego nos cuenta que de Jerusalén los dirigentes judíos enviaron
delegados para preguntarle si era el Mesías o Elías que precedería a
la llegada del Mesías. La respuesta de Juan es ambigua. Si bien no
se reconoce como Mesías tampoco se reconoce como Elías que ha
de venir; sin embargo, sí se reconoce como la voz que clama en el
desierto, que prepara la venida del Mesías. La respuesta genera una
pregunta lógica en los emisarios judíos: si no eres, entonces ¿por
qué bautizas? Su respuesta es parecida a la primera: el bautismo de
agua es un bautismo purificador, si se quiere externo, pero quien
vendrá traerá un bautismo que purificará a todo el ser humano y
ante el cual el bautismo de Juan es solo anticipo. Es claro que la
figura de Juan el Bautista tiene gran importancia para las primeras
generaciones cristianas. Además de homologarlo con el profeta
Elías, muchos de los seguidores de Juan pertenecieron a las
primeras comunidades cristianas. Por otro lado, fue crítico ante el
poder dominante de los romanos y de Herodes, lo que le llevó a la
muerte. Fue un hombre que supo entregarse a su misión y que supo
ver en el futuro que se avecinaba, los tiempos esperados.

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 6 de la serie


«Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «El hacha en
la raíz». El audio, el guión y un comentario bíblico-teológico ad hoc
pueden ser tomados de aquí: https://radialistas.net/article/6-el-
hacha-en-la-raiz/

Para la revisión de vida


La misión de Juan Bautista puede tomarse como símbolo de la
misión de toda persona cristiana: no suplantar a Jesús, sino
gastar la vida en abrirle camino, abriendo camino a su causa,
¡el Reino! ¿Estoy siendo un buen precursor del Reino que Jesús
anunció? ¿Allano montes, relleno hondonadas, abro caminos?

Para la reunión de grupo


- El texto de Is 61,1-2 es muy importante. Expresa la
misión del Mesías tal como fue ya entrevista con siglos de
anticipación por los profetas. Si el Mesías iba a tener una
misión, ésa sería la de ser «buena noticia» para los pobres...
Jesús tuvo que leer y meditar este texto muchas veces, tanto
que lo hizo propio y sintió que se «cumplía» en su vida, que
llegaba a su máximo cumplimiento en su vida (Lc 4, 16). Lucas,
por eso, puso la narración de un comentario que Jesús tal vez
hizo del texto en la sinagoga de su pueblo, como un texto inicial
que daría el sentido a la vida toda de Jesús y a su misión. Y dice
Servicio Bíblico Latinoamericano
(en Lc 7, 18ss) que Jesús mismo apeló a este texto como prueba
de su mesianidad ante la comisión oficial que vino a
preguntarle si era él el Mesías. Preguntémonos:
- Realmente, ¿hemos solido pensar que el signo principal
de la mesianidad de Jesús es el ser «buena noticia para los
pobres»? ¿A qué otras cosas les hemos dado clásicamente más
importancia en la vida de Jesús?
- ¿Qué es una buena noticia para los pobres? ¿En sentido
real o figurado? El catecismo, la doctrina cristiana, el mensaje
que lleva la iglesia, ¿es buena noticia?
- ¿Será que también para la Iglesia la principal señal de
su «mesianidad» sería el ser buena noticia para los pobres?
- ¿Cómo desglosar y explicar el significado de la buena
noticia que Jesús puede significar hoy para los pobres y para la
Humanidad en el mundo globalizado actual?

Para la oración de los fieles


- Para que en este adviento sigamos alimentando nuestra
esperanza, profundizándola y compartiéndola, roguemos al
Señor
- Por todos los que en estos días cercanos a la navidad se
sienten tristes o nostálgicos, lejos de sus familias, en soledad...
para que la potencia de su amor supere todas esas distancias y
les haga sentirse en comunión universal...
- Para que nos preparemos a la celebración de la navidad
con realismo tratando de hacer que "efectivamente nazca
Jesús" a nuestro alrededor...
- Para que la lejanía en que hoy día se ubica la utopía que
todos los soñadores buscamos, no nos conduzca a la
resignación o al fatalismo, sino que quede superada en la
constancia, en la fe sin claudicaciones, en la resistencia y el
esfuerzo por acercar una y otra vez la utopía del Reino...
- Para que en estas vísperas de navidad la austeridad de
Juan Bautista, el precursor, nos recuerde que la sobriedad en el
gasto motivada por el deseo de compartir con los más
necesitados...
- Para que en Navidad y en todos los tiempos la Iglesia
sea, como Jesús, Buena Noticia para los pobres, para todos los
hombres y mujeres necesitados de amor y de justicia...

Oración comunitaria
Oh Dios y Padre-Madre de nuestro Señor Jesucristo: al
acercarse las entrañables fiestas de la navidad te pedimos que
hagas aflorar en nuestras vidas lo mejor de nuestro propio
corazón, para que podamos compartir con los hermanos que
nos rodean tu ternura, tu mismo amor, del que nos has hecho
Servicio Bíblico Latinoamericano
partícipes. Haz que lo vivamos como lo vivió Jesús, nuestro
hermano, que contigo vive y reina, y con nosotros vive y
camina, por los siglos de los siglos. Amén.

O bien:

Dios nuestro, tú que quieres que trabajemos de tal modo que,


cooperando unos con otros, realicemos en esta tierra tu Reino,
ayúdanos a asumir, en medio de nuestros trabajos diarios,
nuestra condición de hijos tuyos y hermanos de todos las
personas. Por Jesucristo, nuestro Hermano y Señor. Así sea.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Lunes 18 de diciembre de 2017


Modesto (634)

Jer 23,5-8: Suscitaré a David un vástago


Salmo 71: Que florezca la justicia y la paz abunde eternamente
Mt 1,18-24: Jesús nacerá de María

L a comunidad de Mateo estaba experimentando momentos de


crisis a causa de sus hermanos de origen Judío que posiblemente no
aceptaban a Jesús como Mesías. Los seguidores de Jesús se están
desprendiendo de sus raíces judías y están buscando y formando su
propia identidad de ser “un nuevo pueblo” guiados por el mismo
Dios de Israel. Para la comunidad de Mateo es importante saber que
Dios sigue siendo el “Emanuel/Dios con nosotros”, que está de su
lado y que nunca les abandona. A través de todo el evangelio de
Mateo, Dios está con la comunidad como el Emanuel. Al principio
del Evangelio se nos informa que Dios es Emanuel (Mt 1,23); cuando
la comunidad se reúne en el nombre de Jesús, Dios esta como el
Emanuel (Mt 18,20); y finalmente cuando el Resucitado envía a la
comunidad a predicar y bautizar, Dios esta como el Emanuel (Mt
28,20). De esto una cosa parece segura, Dios como el Emanuel
siempre está con nosotros, la nueva comunidad, aunque nosotros no
estemos con Dios.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Martes 19 de diciembre de 2017


Nemesio, mártir (250)

Jue 13,2-7.24-25a: El ángel anuncia el nacimiento de Sansón


Salmo 70: Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu gloria
Lc 1,5-25: Gabriel anuncia el nacimiento de Juan

L ucas presenta el nacimiento de Juan en la misma línea de los


nacimientos extraordinarios que aparecen en las Escrituras Hebreas
con la intención de descubrir a un Dios que “quita la humillación
pública”, de las personas justas. Zacarías e Isabel alcanzan el favor
de Dios porque eran “rectos a los ojos de Dios y vivían
irreprochablemente”. Esta es la condición que establece Dios como
requisito de todos los tiempos y para todas las personas que quieran
alcanzar su favor. Dios nunca abandona a la persona que es
humillada por el motivo que sea; al contrario envía siempre a sus
Ángeles para anunciarnos que nuestros ruegos, lagrimas y noches
de desvelos, han sido escuchados. Nuestro Dios no es un Dios
lejano; es un Dios que entra en intimidad, nos escucha, ve nuestras
miserias y viene a recordarnos su presencia en medio de nuestra
vida. Para experimentar la presencia de los mensajeros de Dios,
tenemos que imitar a Zacarías e Isabel, y “vivir irreprochables de
acuerdo a los mandatos de Dios”.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Miércoles 20 de diciembre de 2017


Domingo de Silos (1073)

Is 7,10-14: Miren: la virgen está encinta


Salmo 23: Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria
Lc 1,26-38: Concebirás y darás a luz un hijo

E n el evangelio de hoy Lucas ofrece buenas noticias, porque Dios


escoge lo más humilde, lo que ante los ojos del mundo no tiene
valor. Escoge Galilea (de los paganos) en lugar de Jerusalén, la gran
ciudad. Como si esto no fuera suficiente escoge entrar en una casa
pobre de Nazaret, en vez de entrar en el gran Templo de Jerusalén.
Dios escoge a una niña campesina de Palestina, en lugar de una niña
sofisticada de la ciudad. Recordemos que es Dios quien visita y
quien escoge: ¿quién puede entender los planes de Dios? María tuvo
que ser una muchacha valiente para aceptar ser madre “soltera” y
posiblemente ser señalada por toda la gente de su pueblo, incluso
podía haber sido apedreada por “adultera”. María tiene la certeza
que Dios va a estar con ella, y con Dios aun las cosas imposibles se
hacen posible. Por eso María, fue, es, y será un modelo para imitar y
seguir siempre en cada momento de nuestra vida.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Jueves 21 de diciembre de 2017


Pedro Canisio (1597)

Cant 2,8-14: Llega mi amado, saltando sobre los montes


Salmo 32: ¡Aclamen, justos, al Señor, canten un cántico nuevo
Lc 1,39-45: ¿Quién soy yo para que me visite la Madre de mi Señor?

E sta historia representa a la nueva familia de Dios. Cuando estas


dos matriarcas y líderes de esta familia, se encuentran, el niño de
Isabel “salta de gozo”. En el libro del Génesis (Gén 25,21-26) se nos
narra la historia de Rebeca, que es estéril y le pide a Dios que le de
un hijo. Dios escucha la oración de Rebeca, y le da ¡no un hijo, sino
dos! El vientre de Rebeca alberga dos hijos, que, representan dos
pueblos, uno más poderoso que otro, y el mayor servirá al menor.
Lucas conocedor de esta historia, retoma símbolos, para
presentarnos a dos mujeres con sus niños. Aquí la nueva familia de
Dios no está dividida sino unida. Los niños no pelean. María con su
hijo Jesús, trabajaran en armonía con Isabel y su hijo Juan. Estas
mujeres y sus hijos, anuncian la nueva familia de Dios. Y en ellos,
toda la familia humana es bendecida. Dios visita a su pueblo y nos
llena de su Espíritu, por eso podemos “saltar de gozo”.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Viernes 22 de diciembre de 2017


Francisca Cabrini, fundadora (1917)

1S 1,24-28: El Señor me ha dado el hijo que pedía


Interleccional: 1S: Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador
Lc 1,46-56: Me felicitarán todas las generaciones

M aría, la niña de Nazaret, con su canto denuncia las injusticias


que oprimían al pueblo. La gente no era/es pobre porque Dios así lo
quiere, sino porque alguien los ha empobrecido. María con su
alabanza anuncia que Dios no quiere que unos poquitos tenga todo y
muchos no tenga nada. María nos reta a creer en el Dios de Israel y
en el Dios que ella y su hijo representan, para que la persona y la
tierra vuelvan a ser fecundas y bendecidas. En la Espiritualidad
Mariana, enfatizamos, el “silencio de María” como una virtud a
imitar. Este “silencio de María”, hoy la niña de Nazaret, lo rompe, y
con voz potente, deja escuchar su canto para anunciar que Dios
sigue estando del lado de los que no tienen que comer y de los
pobres. En el canto de María, descubrimos a un Dios en plena
solidaridad con la gente que es oprimida, por sistemas de muerte y
de injusticia. ¡Abramos nuestro corazón para alegrarnos con el
mensaje de liberación que María nos ofrece!
Servicio Bíblico Latinoamericano

Sábado 23 de diciembre de 2017


Juan Cancio (1473)

Mal 3,1-4.23-24: Enviaré al profeta Elías


Salmo 24: ¡Levántense, levanten la cabeza: se acerca la liberación!
Lc 1,57-66: Isabel dió a luz a Juan

C erca al nacimiento de Jesús, Lucas presenta a Juan –cuyo


nombre significa: Dios se ha compadecido–, y a una comunidad que
se pregunta: “¿Qué va a ser este niño? Isabel y Zacarías
comprenden que ellos son los padres biológicos de Juan, pero
entienden que su niño ha sido un regalo gratuito de Dios, por eso se
aferran a reconocer en Juan, “la mano de Dios” En el nombre de
Juan, Lucas nos invita a descubrir la acción generosa y gratuita de
Dios que está siempre con la comunidad. Nosotros, en ocasiones,
como comunidad de fe, no vemos la “acción de Dios” en nuestros
acontecimientos. Es probable que al momento de “nombrarnos” o
“bautizarnos”, no sucedió “nada extraordinario”, ni a “nadie se le
soltó la lengua”. Sin embargo, algo debe quedarnos claro, de que
Dios –al igual que a Zacarías e Isabel– nos trata con misericordia, y
su mano siempre nos acompaña. Este motivo debe ser suficiente
para alegrarnos y compartir la dicha con todas las personas que nos
rodean.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Domingo 24 de diciembre de 2017


4º de Adviento
Gregorio, mártir (303)

2Sam 7,1-5.8b-12.14a.16: El reino de David durará por siempre


Salmo 88: Cantaré eternamente tus misericordias, Señor
Rom 16,25-27: El misterio ahora se ha manifestado
Lc 1,26-38: Concebirás y darás a luz un hijo

L a lectura del segundo libro de Samuel cuenta que deseando


David edificarle una casa (un templo) a Yahvé en Jerusalén (para
que sustituir la tienda de campaña en que había sido venerado por
aquel pueblo itinerante), Yahvé se dirigió al profeta Natán, para
comunicarle que sería al revés: Yahvé le edificará la «casa a David»,
le constituirá en el poder como una dinastía perpetua. V. 13:
«consolidaré tu trono para siempre». V. 16: «Tu casa y tu monarquía
durarán para siempre en mi presencia; tu trono permanecerá para
siempre». V. 9: «Yo he estado contigo en todas tus empresas, he
aniquilado a todos tus enemigos, te haré famoso como a los más
famosos de la tierra». Por toda esta elaboración teológica creada en
torno a la figura de David, éste pasó a ser para los israelitas el rey
más grande de toda su historia, una figura que se coloca sólo por
detrás de Moisés y del profeta Elías. David viene a ser casi un nuevo
patriarca, padre de la gran dinastía de Israel, como Abraham lo
sería del pueblo. Con esa promesa divina la figura de David se carga
de futuro: un «hijo de David» saldrá de sus entrañas como el Mesías
de la nueva Liberación... Todavía hoy, la bandera de israel es... la
estrella de David.
En aquel contexto, los primeros seguidores de Jesús –aunque no
necesariamente los primeros estadios históricos del movimiento de
Jesús, sino la reflexión de los grupos posteriores, hubieron
necesariamente de asumir ese concepto para viabilizar su
comprensión de Jesús: Él sería el Hijo de David, el Mesías enviado,
en el que se cumple la promesa hecha a David, que quedó hecha
añicos cuando Judá fue vencido y desterrado. Jesús será
verdaderamente aquel «cuyo reino no tendrá fin», como rezamos en
el credo.
Pero cabe preguntar: todo lo que dice la Biblia sobre David, ¿es
verdad histórica o elaboración teológica? Quien más nos puede
ayudar hoy es la más reciente arqueología bíblica. ¿Qué nos dice
ésta? En una síntesis muy apretada nos dice que a pesar de ese
versículo 9 más arriba citado –te haré famoso como los más famosos
Servicio Bíblico Latinoamericano
de la tierra– no tenemos más que un solo testimonio extrabíblico
sobre David: un fragmento de una inscripción encontrada en Dan –
extremo norte de Israel– que testimonia que un rey ha vencido a la
«casa de David», sin que sepamos bien a qué hecho se refiere. No
aparece el nombre de David en ningún documento de Mesopotamia,
ni de Egipto ni de los pueblos circundantes (peor parte lleva
Salomón, que no es citado absolutamente por ningún documento
extrabíblico). La arqueología actual piensa que el David que tal vez
existió, tendría muy poco que ver con el grandioso rey de un
poderoso reino que la Biblia nos pinta. Los restos de la Casa de
David, actualmente todavía en estado de excavación en Jerusalén,
confirman palmariamente esa opinión.
Hoy la arqueología y la historia creen que toda esta parte de la
Biblia ha sido escrita, en un primer momento, durante el tempo del
rey Josías, que capitanea el Reino de Judá después de que el Reino
de Israel haya sido deportado por los babilonios, y necesita
aprovechar el momento para expandir el reino del sur, Judá, y para
ello necesita echar mano de una historia de «monarquía unida», a la
que habría que volver, y unir a todos aquellos territorios dispersos
en un único reino panisraelita. Para ello escribieron este libro
dedicado enteramente a David, como también la historia de la
conquista, en la que Josué figura claramente como el anticipo de
Josías, a quien estaría legitimando en sus deseos de expansión por
aquellos mismos territorios supuestamente antes conquistados.
El tema es más que interesante: sorprendente (siempre
habíamos pensado otra cosa, durante más de dos mil años),
desafiante (para el judaísmo, para el cristianismo, para el Estado
mismo de Israel...), y para todos nosotros, creyentes que hemos
estado pensando desde siempre que estábamos respondiendo a una
actuación bien conocida de Dios en nuestra historia. Si la ciencia
(historia, arqueología...) nos dicen que ese «relato» no es histórico,
que es construido, y que tiene otras explicaciones, sin duda algo
entra en crisis y necesita ser repensado.
Estamos en la Navidad, y algo semejante podríamos decir sobre
este símbolo: hoy sabemos que Jesús no nació en Belén (de donde
procedería simbólicamente el Hijo de David), ni nació el 25 de
diciembre (aunque hay que tirar del hilo sobre el significado de esa
fecha que se escogió), y que el llamado «evangelio de la infancia»,
del que hoy leemos un fragmento es también una sofisticada
elaboración teológica, no una literal descripción histórica.
Lo que dicen hoy la arqueología y la historia no es baladí, ni es
algo que «yo ya lo había oído», como dicen los que no quieren
reconocer que estamos en un nuevo nivel de probabilidad científica.
Es un momento nuevo. Toda la historia de los patriarcas, de la salida
de Egipto y de la entrada en Canaán han sido reenviadas al reino de
la leyenda. Podemos seguir creyendo, pero ha de ser sobre otras
bases, diferentes.
Servicio Bíblico Latinoamericano
Obviamente, no es éste el lugar para desarrollar este tema,
pero sí lo es para recomendarnos vivamente a todos la necesidad de
estudiarlo y, sobre todo, replantear las bases de nuestra fe. También
la Navidad, con todo ese gran conjunto de sentimientos
embargadores, recuerdos familiares, imágenes entrañables... que
nos evocan enseguida la vivencia religiosa de nuestra infancia, es un
tiempo bueno para replantearnos la fe: ¿en qué pues estamos
creyendo? ¿En qué consiste creer? ¿Se trata de creer realmente?
¿Cómo entiendo yo a estas alturas de mi vida la fe cristiana que
embargaba mis sentimientos cuando la vivía en el medio familiar
siendo niño/a? El tema del desafío de la arqueología/historia está
ahí, y no son muchos quienes se atreven a afrontarlo. Tal vez estos
días con una oportunidad especial para abordar esa tarea.

Aquí daremos sólo una indicación, que incluye bastante


bibliografía (accesible) que permite ahondar y ensanchar el
pensamiento. Ojalá lo puedan hacer en grupo, en la comunidad. El
texto es: «Nuevo paradigma arqueológico-bíblico». En la red, en pdf,
puede recogerse en https://goo.gl/x9YcxD Como htm puede leerse
en el número 442 de la RELaT (Revista Latinoamericana de
Teología), de los servicios Koinonía
(www.servicioskoinonia.org/relat/442.htm). Para más bibliografía
sobre este nuevo paradigma (y otros), véase
servicioskoinonia.org/BibliografiaNuevosParadigmas.pdf

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 131 de la


serie «Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «Un
niño va a nacer». El guión y su comentario pueden ser tomados de
aquí: https://radialistas.net/article/131-un-nino-va-a-nacer/

Para la revisión de vida


- ¿Cómo voy a vivir estos días últimos de adviento-
navidad?
- ¿Cómo voy a acoger el misterio del «Dios tan humano»
que Jesús nos muestra?
- ¿Cómo vivir y expresar con todos los que me rodean la
ternura de Dios?

Para la reunión de grupo


- Navidad: ¿vuelve a nacer Jesús o se trata de un símbolo,
de una metáfora? ¿Qué es lo que realmente celebramos?
- La Navidad y la Nochebuena están cargadas de
símbolos, de riqueza cultural, de tradiciones familiares, de un
imaginario social, de una tradición social llena de publicidad
comercial... ¿Se puede distinguir el trigo de la paja? ¿Qué sería
lo esencial cristiano de la Navidad?
Servicio Bíblico Latinoamericano
- ¿Qué quiere decir realmente el hecho del nacimiento
virginal de Jesús? ¿Es una afirmación, de qué género: físico,
biológico, histórico, teológico...?
- ¿Cómo conciliar el nacimiento virginal de Jesús, tan
especial, y la voluntad de Dios de encarnarse y anonadarse,
"pasando por uno de tantos"? ¿Están en contradicción?
- El texto de Leonardo Boff sobre los evangelios de la
infancia
(http://servicioskoinonia.org/biblico/textos/BoffEvangeliosDeLaI
nfancia.htm) se presta para ser leído por todos previamente, y
luego tener una sesión de trabajo comentándolo en una especie
de círculo de estudio.
- Tomar cualquiera de los libros principales de la
bibliografía del artículo recomendado más arriba, para leerlo y
comentarlo luego en grupo, ojalá que acompañados por un
animador que conozca el tema. Recomendamos concretamente
el libro de Israel FINKELSTEIN, La Biblia desenterrada.

Para la oración de los fieles


- Por todos los hombres y mujeres del mundo,
especialmente por los más necesitados, para que acojan con
amor y alegría al Dios que a todos sale al encuentro, a cada uno
por sus propios caminos religiosos, roguemos al Señor
- Para que el nacimiento de Jesús nos dé la confianza y el
optimismo de saber que Dios no abandona a la Humanidad, y
que a toda ella la guía y conduce...
- Para que el ambiente social navideño vaya acompañado
en nuestras vidas por una vivencia intensa del misterio de la
navidad, con oración y contemplación llena de paz y de
agradecimiento...
- Por todos los que están lejos de sus hogares, o no tienen
familia, o están en soledad obligada o voluntaria; para que
experimenten gozosamente la comunión y el amor por encima
del cerco soledad que les rodea...
- Para que el ambiente de la navidad propicie en nuestros
hogares el necesario clima de amor y ternura que durante la
vida diaria nos es más difícil...

Oración comunitaria
Oh Dios, que en otros tiempos, y de muchas formas, hablaste
por tus profetas en todos los pueblos y naciones, y que para
nosotros, en nuestro hermano Jesús de Nazaret, hiciste brillar
tu amor de un modo inefable; haz que a la luz de tu Palabra,
diseminada por todo el mundo, todas las religiones acojan el
don de tu Palabra y la pongan en práctica en la fraternidad-
sororidad universal que a todos nos has prometido. Tú que
Servicio Bíblico Latinoamericano
vives y haces vivir, amas y haces amar, por los siglos de los
siglos. Amén.

O bien :

Dios misericordioso, que iluminas las tinieblas de nuestra


ignorancia con la luz de tus Palabras: acrecienta en nosotros la
fe que tú mismo nos has dado, para que ninguna tentación
pueda nunca destruir el ardor de la fe y el amor que has
encendido en nuestro corazón. Por Jesucristo, tu hijo y nuestro
hermano, amén.

(Donde se celebra el día de los emigrantes:)


Mira con piedad a los inmigrantes y a los que no tienen techo
donde cobijarse, para que encuentren pronto el hogar que
desean, y compromete a todos los hombres y mujeres de
corazón generoso para la transformación de las injustas leyes
de extranjería actualmente vigentes en tantos países...
Servicio Bíblico Latinoamericano

Lunes 25 de diciembre de 2017


Natividad del Señor

Is 52,7-10: Verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios


Salmo responsorial 97: Los confines de la tierra han contemplado la
victoria de nuestro Dios
Heb 1,1-6: Dios nos ha hablado por el Hijo
Jn 1,1-18: Prólogo del evangelio de Juan

I nauguramos hoy el tiempo de Navidad, celebrando la fiesta del


nacimiento de Jesús, celebración de júbilo y alegría para los
cristianos, quienes lo reconocemos como iniciador de un camino
religioso universal ofrecido por Dios a toda la Humanidad.
La lectura del libro de Isaías es un canto de alabanza de la
próxima liberación de Jerusalén. Dos imágenes enmarcan la lectura,
por una parte la de los mensajeros que sobre los montes de Judá
traen la noticia de la próxima liberación, y gritan: ¡Yahvé reina! La
segunda imagen es la de los centinelas que prorrumpen en júbilo
porque ven el retorno de Yahvé a Sión y exclaman alborozados como
el Señor ha consolado a su pueblo y ha rescatado a Jerusalén. Y es
que en el momento en que se escribe el libro de Isaías, la mayoría
del pueblo de Israel se encuentra exiliado en Babilonia, son esclavos
de los asirios. Sin embargo, ven como muy positivo que Darío asuma
el poder, pues ponen sus esperanzas en que el será el rescatador,
que les permitirá retornar a su tierra. Esta realidad es inminente
por lo que el escritor canta la alegría del retorno a la tierra. Para
nosotros, hoy, esos pies del mensajero anuncian el nacimiento del
Señor y nosotros, como los centinelas, proclamamos alegres la
presencia del salvador que se hace vida en medio de nosotros.
El salmo responsorial corresponde a un himno de alabanza
dirigido a Yahvé porque ha obrado maravillas y porque ha revelado
la justicia a las naciones acordándose de la lealtad de Dios a Israel.
El salmista invita a toda la creación (mar, ríos y montes) a aclamara
Yahvé que llega a juzgar el mundo con justicia y los pueblos con
equidad. Esa felicidad la compartimos nosotros con el salmista
cuando recibimos a Jesús que llega, que nace. Él es Dios mismo que
se convierte en Buena Noticia, anuncio de salvación para todos los
pueblos, que asume nuestra condición humana y por ello estamos
alegres y cantamos llenos de júbilo y esperanza.
La carta a los Hebreos, que está tratando de animar a
cristianos-hebreos desanimados, elabora su reflexión, a su estilo.
Servicio Bíblico Latinoamericano
Expresa que «muchas veces y de múltiples maneras habló Dios en el
pasado a nuestros padres por medio de los profetas, pero en estos
últimos tiempos nos habló por medio de su Hijo a quien instituyó
heredero de todo»... Hermanos, estamos en los últimos tiempos
pues la revelación a llegado a su plenitud en Jesucristo. Él es
imagen de Dios invisible: quien le ve a él ve al Padre; pues al asumir
la condición humana y al nacer en un establo, como un hombre
pobre, Dios se ha manifestado como solidario con todos los hombres
de la tierra y por medio de Jesús ha mostrado el camino de la
salvación. Es, obviamente, un modo de expresarse, un lenguaje de
aquella época y en contexto teológico judeo-cristiano, tan alejado
culturalmente de nosotros, en el que se mueve el autor.
La liturgia de hoy, además, nos propone el prólogo del
evangelio de Juan para la reflexión. Este himno al Verbo-Palabra de
Dios, a la Verdad, a la Luz, que es Jesús mismo; posee una dinámica
descendente. En el principio la Palabra se encuentra al lado de Dios
y por ella son hechas todas las cosas. Es la Palabra preexistente,
junto a Dios y antes de todos lo tiempos. Esta Palabra, que es Jesús
puso su Morada entre nosotros, se hace carne, asume la condición
humana, se hace uno de nosotros y por que él nos ha comunicado al
Padre hemos visto a Dios. Juan vino a dar testimonio de Jesús, le
preparó el camino, vino antes para anunciar la venida del Salvador.
Vino la Luz que es Jesús y los suyos, que el evangelio de Juan llama
judíos no lo recibieron, pero a los que le acogieron les dio el poder
de hacerse hijos de Dios en el Hijo (hermanos). Como se ve es un
texto teológico muy profundo, en él se expresa el misterio de la
encarnación. Dios se hace hombre, asume la temporalidad y
limitación de los hombres, para hacer infinito e ilimitado al hombre.
Dios se hace hombre, para hacer del hombre imagen de Dios.
Esta es la misma dinámica que estamos invitados a asumir en
nuestra vida como cristianos, encarnarnos, asumir los valores y
realidades de los lugares donde vivimos; mirar hacia abajo, a los que
son vistos por la sociedad como poca cosa, y reconocer que en ellos
la revelación de Dios acontece a los ojos del creyente. Buscamos las
seguridades en nuestras vidas, pero la novedad de la encarnación de
Jesús es el riesgo de abandonar la seguridad del Padre para asumir
la inseguridad de la condición humana y de la condición humana
pobre, por eso es que creer en Jesús implica el riesgo de dejarlo
todo para seguirle.

El evangelio de hoy no es dramatizado en la serie «Un tal


Jesús», pero es fácil escoger algún episodio de la serie relacionado
con la Navidad (https://radialistas.net/category/un-tal-jesus/).
Otra serie de los Hnos LÓPEZ VIGIL, «Otro Dios es posible»,
ofrece varias «entrevistas a Jesús» sobre temas que se pueden
utilizar pedagógicamente en torno a la Navidad: ¿Nació en Belén?
(4), ¿25 de diciembre? (5), ¿Ángeles, reyes y estrellas? (6), ¿Cómo
dio a luz María? (7), ¿Hermanos de Jesús? (9), ¿Anunciación a
Servicio Bíblico Latinoamericano
María? (11), ¿María Virgen? (12), ¿José, esposo de María? (13)... u
otros, según las características del grupo que lo va a trabajar.
Pueden verse fácilmente las 100 entrevistas, aquí:
https://radialistas.net/category/otro-dios-es-posible/

Para la revisión de vida


En todo caso, la Navidad es fiesta de humanización, que
celebra lo más humano de la vida: el amor, la ternura, la
familia, la solidaridad... ¿Qué debo hacer para que no se me
escape una Navidad más, para vivirla a fondo?

Para la reunión de grupo


- Recordemos la «infraestructura» de la fiesta de la
Navidad: coincide con el comienzo del invierno astronómico del
hemisferio norte, cuando allí los días comienzan a crecer, es
decir, cuando el Sol renace, vuelven a crecer los días. Era una
fiesta también romana, y fue la Iglesia quien «cristianizó» esa
fiesta poniendo en ella la celebración del nacimiento de Jesús,
el «verdadero Sol de Justicia»... ¿Qué nos inspira todo esto?
- En el centro de la Navidad está el tema de la
encarnación: Dios se ha hecho ser humano. Si el grupo lo cree
oportuno, comentar el conocido tema de «La metáfora del Dios
encarnado», título del libro de John Hick. (En la RELaT –
www.servicioskoinonia.org/relat- hay dos capítulos del mismo;
ver también latinoamericana.org/tiempoaxial).
- También sobre el tema de la Encarnación, es excelente
el libro de Roger Haight, cristólogo jeuita estadounidense que
escribió un libro famoso con un muy expresivo título: Jesús,
símbolo de Dios. Quienes sientan inquietud ante la forma
clásica como se nos presentó la cristología, podrán encontrar
en él reflexiones iluminadoras; no debemos pensar que la fe
sólo pueda expresarse en categorías griegas y romanas que a
muchos de nosotros ya no nos dicen casi nada; abre caminos
para interpretaciones más adecuadas al siglo XXI. El libro es
técnico y no es fácil, pero con la ayuda de un facilitador que
seleccione las partes adecuadas, puede ser una excelente
ayuda para los grupos más deseosos de hacer una revisión
crítica de su fe (Trotta, Madrid 2007).
- La Navidad es en algunos países el período en que más
suicidios se producen, sobre todo por parte de personas que
viven solas, apartadas de la familia, o sin familia... ¿A qué se
puede deber?

Para la oración de los fieles


- Por todos los hombres y mujeres del mundo,
especialmente por los más necesitados, para que acojan con
Servicio Bíblico Latinoamericano
amor y alegría al Dios que a todos sale al encuentro, a cada uno
por sus propios caminos religiosos, roguemos al Señor
- Para que el nacimiento de Jesús nos dé la confianza y el
optimismo de saber que Dios no abandona a la Humanidad, y
que a toda ella la guía y conduce...
- Para que el ambiente social navideño vaya acompañado
en nuestras vidas por una vivencia intensa del misterio de la
navidad, con oración y contemplación llena de paz y de
agradecimiento...
- Por todos los que están lejos de sus hogares, o no tienen
familia, o están en soledad obligada o voluntaria; para que
experimenten gozosamente la comunión y el amor por encima
del cerco soledad que les rodea...
- Para que el ambiente de la navidad propicie en nuestros
hogares el necesario clima de amor y ternura que durante la
vida diaria nos es más difícil...

Oración comunitaria
Dios, Padre Nuestro, que en Jesús nos has dado tu Palabra,
hecha carne y sangre, fuerza y ternura, muerte y resurrección;
te pedimos nos des la fuerza necesaria para seguir sus pasos
por el camino que él nos trazó para llegar hasta ti, abrazando
en nuestro caminar hacia ti a todos los hermanos y hermanas.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Martes 26 de diciembre de 2017


Ntra. Sra. de Andacollo.

Hch 6,8-10; 7,54-60: Veo el cielo abierto


Salmo 30: A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu
Mt 10,17-22: El Espíritu hablará por ustedes

Q ué ironía de la vida, justamente al día siguiente, cuando aun


tenemos fresco el sabor del nacimiento de Dios, la liturgia presenta
al primer mártir de Cristo. El nacimiento de Jesús con su propuesta
salvadora no es romántica, pues narra el drama de las personas que
reniegan de Jesús. Desde el punto de vista del evangelio: vida y
muerte son dos realidades ante las cuales los seguidores de Jesús
tienen que dar su testimonio, ya sea a favor o en contra. Al igual que
Esteban, Juan, los Santos inocentes, y tantos hombres y mujeres que
buscan justicia, Jesús advierte que su propuesta de seguirle no será
fácil. Aun con las dificultades que podamos encontrar al vivir
nuestra fe, no estamos solos. El “Espíritu” hablará por nosotros”.
Con la certeza y confianza que no caminamos huérfanos, podemos
estar seguros que es posible perseverar día a día con la ayuda de
Dios y así experimentar no solo la tribulación sino también la
salvación que Jesús nos regala.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Miércoles 27 de diciembre de 2017


Juan, apóstol y evangelista (s. I)

1Jn 1,1-4: Les anunciamos lo que hemos visto


Salmo 96: Alégrense, justos, con el Señor
Jn 20,2-8: El otro discípulo llegó primero al sepulcro

E n el contexto de Navidad, ayer reflexionábamos en la muerte de


Esteban y ahora meditaremos sobre la Resurrección, a través de la
fe y del testimonio de Juan. Siguiendo esta dinámica, pudiéramos
decir que: encarnación /muerte /resurrección, son signos del
cristiano. Juan presenta la figura del “discípulo amado” que viendo
los “signos de la muerte” (lienzos, sudario), llega a entender la
resurrección (vio y creyó). La tradición ha asociado la “figura del
discípulo amado” con la persona de Juan. Quizá “el anonimato” del
discípulo amado represente a todos los seguidores de Jesús para que
viendo “las marcas de la muerte de Cristo”, vean y crean, ¡que Jesús
está vivo! Creer en el Resucitado no es tarea fácil, porque
celebramos más la muerte que la vida misma. Al convertirnos en
“discípulos amados” estamos invitados a correr a los sepulcros para
constatar y anunciar que nuestra fe no pertenece a los muertos, sino
a los vivos. Solo así, podemos celebrar que el Crucificado en
realidad es el Resucitado.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Jueves 28 de diciembre de 2017


Santos Inocentes

1Jn 1,5–2,2: La sangre de Jesús limpia los pecados


Salmo 123: Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del
cazador
Mt 2,13-18: Herodes mandó matar a todos los niños

E l evangelio narra con lujo de detalle el drama de la familia


humana (representada en la “sagrada familia”) y las peripecias que
tienen que soportar al migrar a Egipto. En este drama de migración,
vemos como el “ángel” (Dios mismo) se “aparece” y guía a José,
María y Jesús. El Dios defensor de los migrantes, deja escuchar su
voz, para proteger la vida de los inocentes. Egipto, que en otros
tiempos fue lugar de esclavitud, hoy se convierte en lugar de
“refugio” para la familia humana. Y es desde Egipto donde Dios
llama a toda la familia humana a experimentar la libertad y la vida.
Lamentablemente la libertad del pueblo no es tarea fácil porque
siempre hay gente violenta que atenta contra la vida de la persona
migrante y causa dolor a las madres (que al igual que la matriarca
Raquel) siguen llorando por sus hijos e hijas que viven desterrados
(Jer 31,15) y son víctimas de violencia.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Viernes 29 de diciembre de 2017


Tomás Becket, mártir (1170)

1Jn 2,3-11: Quien permanece en él, vive como él


Salmo 95: Alégrese el cielo, goce la tierra
Lc 2,22-35: Será una bandera para clarificar los pensamientos

H oy Simeón presenta a María como modelo discipular que


tendrá que aprender a descubrir la acción liberadora de Dios en
medio del sufrimiento. El papel de María no termina con el
nacimiento, ni la presentación de su hijo en el Templo, sino que
concluirá cuando esté junto a la cruz. Desde la cruz María como
Madre Dolorosa habrá cumplido su misión y desde la cruz será Ella
la que se solidariza con la gente que sufre. Hoy María, como Madre
Dolorosa, personifica a todas las madres que claman al cielo por sus
hijos e hijas asesinados. María mujer de dolor, encarna las lagrimas
de todas las mujeres que han perdido a sus hijos e hijas victimas del
narcotráfico. Nuestra Madre Dolorosa sigue revelando que solo el
amor por todas las personas que sufren, lloran y viven en medio de
la violencia, son capaces de entender y solidarizarse con Su Hijo
que nos amó hasta darnos vida en la cruz.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Sábado 30 de diciembre de 2017


Juan Ma. Boccardo, fundador (1884)

1Jn 2,12-17: El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre


Salmo 95: Alégrese el cielo y goce la tierra
Lc 2,36-40: Ana hablaba a todos del Niño

E n el Evangelio de Lucas llama la atención que el autor presente


a hombres y mujeres realizando las mismas funciones. Ayer
presentaba a Simeón mostrando al niño y hoy presenta a Ana:
“hablando del niño a cuantos esperaban la liberación de Jerusalén”
El evangelio invita a celebrar y a escuchar el mensaje que Ana trae
a las personas que creemos en Jesús. A pesar de que se ha querido
silenciar y negar la experiencia de las nuevas profetisas, el mensaje
de Ana necesita ser escuchado. Hoy más que nunca debemos
celebrar el servicio incondicional que las profetisas al día de hoy
prestan no solo en el templo, sino en la casa, y en la sociedad. Al
igual que Ana nuestra madre profetisa, debemos “dar gracias a
Dios” por los ayunos, las oraciones y los servicios que las mujeres
siguen dando a favor del reino de Jesús. Lucas nos reta a dejar
nuestros miedos, temores y machismo para atender el anuncio de
liberación que Jesús nos ofrece por medio de la profetisa Ana.
Servicio Bíblico Latinoamericano

Domingo 31 de diciembre de 2017


Sagrada Familia de Nazaret.
Silvestre I (335)

Eclo 3,2-6.12-14: El que teme al Señor honra a sus padres


Salmo 127: Dichoso el que respeta al Señor y sigue sus caminos
Col 3,12-21: Sopórtense y perdónense mutuamente
Lc 2,22-40: Jesús niño iba creciendo en edad y sabiduría

C elebramos hoy la fiesta de la Sagrada Familia. Los textos de la


liturgia hacen referencia a temas familiares. En la primera lectura,
tomada del libro del Eclesiástico, escuchamos los consejos que un
hombre, Ben Sirac, que vivió varios siglos antes de Jesucristo, da a
sus hijos. El respeto y la veneración de éstos hacia sus padres es
cosa agradable a los ojos de Dios, que éste no dejará sin
recompensa. Los hijos que veneren a sus padres serán venerados a
su vez por sus propios hijos. Todo estos consejos, aún conservando
hoy plena validez, parecen insuficientes, puesto que están dados
desde una mentalidad estrictamente rural, en donde otros aspectos
de la vida familiar no son tenidos en cuenta. No sólo importa hablar
hoy del respeto que los hijos deber a los padres, sino de la actitud
de éstos con relación a los hijos. Esta insuficiencia resulta
particularmente notable en momentos como los actuales, cuando la
familia tiene planteados problemas de pérdida de sus funciones.
Desde una perspectiva cristiana, la familia continúa teniendo
una función insustituible: ser una comunidad de amor en donde los
que la integran puedan abrirse a los demás con una total sinceridad
y confianza. Dejando aparte los consejos que en último lugar da San
Pablo, y que son puramente circunstanciales y muy ligados a las
costumbres y mentalidad de su época y de la cultura greco-romana,
la exhortación a virtudes como la mansedumbre, a la paciencia, al
perdón y, sobre todo, al amor, es siempre bienvenida
El evangelio de Lucas que hoy meditamos nos cuenta, dentro
del género de los «relatos de la infancia», el rito de la presentación
del niño en el Templo, celebrado también por los padres de Jesús. El
fragmento de hoy concluye con unas palabras muy importantes, que,
junto con otros pasajes paralelos de Mateo, proclaman el “progreso”
en el “crecimiento” de Jesús «en edad, sabiduría y gracia, ante los
hombres y ante Dios».
Tiempos hubo en que la «cristología vertical descendente», la
que fue la cristología clásica, se veía en la necesidad de corregir
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estas palabras diciendo que, obviamente, Jesús no podía «crecer,
progresar en sabiduría ni en gracia», porque ya era perfecto desde
siempre... La cristología renovada, «ascendente» ahora, por el
contrario, se fijó en estos versículos y los subrayó: sería el evangelio
mismo el que nos estaría afirmando que Jesús «fue haciéndose», no
sólo creciendo en edad, sino «en sabiduría» e incluso «en gracia».
Este evangelio, y sus paralelos, es, por ello muy importante, por
cuanto nos insta a desvincularnos de los planteamientos griegos
estáticos, metafísicos. La «encarnación» no se habría dado en un
momento, como un chispazo de conexión instantánea entre dos
«naturalezas», la divina y la humana, sino que, en todo caso, habría
que pensarla como un proceso histórico.
Pablo da algunos consejos para la convivencia con los demás.
Se requiere humildad, acogida mutua, paciencia. Y si fuese
necesario, perdón. Así procede Dios con nosotros, dice Pablo. Su
actitud debe ser el modelo de la nuestra (v. 12-13). Pero, “por
encima de todo”, está el amor, de Él tenemos que revestirnos, dice
Pablo empleando una metáfora frecuente en sus cartas (v. 14). De
este modo “la paz de Cristo” presidirá en nuestros corazones (v. 15).
Si el amor es el vínculo que une a las personas, la paz se irá
construyendo en un proceso, los desencuentros irán desapareciendo
(los enfrentamientos también) y las relaciones se harán cada vez
más trasparentes. En el marco de la familia humana, esos lazos son
detallados en el texto del Eclesiástico (3,3-17).
Lucas nos presenta a la familia de Jesús cumpliendo sus
deberes religiosos (vv. 41-42). El niño desconcierta a sus padres
quedándose por su cuenta en la ciudad de Jerusalén. A los tres días,
un lapso de tiempo cargado de significación simbólica, lo
encuentran. Sigue un diálogo difícil, suena a desencuentro;
comienza con un reproche: “¿Por qué nos has hecho esto?”. La
pregunta surge de la angustia experimentada (v. 48). La respuesta
sorprende: “¿Por qué me buscaban?” (v. 49), sorprende porque la
razón parece obvia. Pero el segundo interrogante apunta lejos: “¿No
sabían que yo debía estar en las cosas de mi Padre?”. María y José
no comprendieron estas palabras de inmediato, estaban
aprendiendo (v. 50), como nosotros.
La fe, la confianza, suponen siempre un itinerario. En cuanto
creyentes, María y José maduran su fe en medio de perplejidades,
angustias y gozos. Las cosas se harán paulatinamente más claras.
Lucas hace notar que María “conservaba todas las cosas en su
corazón” (v. 51). La meditación de María le permite profundizar en
el sentido de la misión de Jesús. Su particular cercanía a él no la
exime del proceso, por momentos difícil, que lleva a la comprensión
de los designios de Dios. Ella es como primera discípula, la primera
evangelizada por Jesús.
No es fácil entender los planes de Dios. Ni siquiera María
“entiende”. Pero hay tres exigencias fundamentales para entrar en
comunión con Dios: 1) Buscarlo (José y María “se pusieron a
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buscarlo”); 2) Creer en Él (María es “la que ha creído”); y 3)
Meditar la Palabra de Dios (“María conservaba esto en su corazón”).

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 138 de la


serie «Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «Un
viejo con esperanza». El audio, el guión y un comentario bíblico-
teológico ad hoc pueden ser tomados de aquí:
https://radialistas.net/article/138-un-viejo-con-esperanza/

Para la revisión de vida


- ¿Cómo vivo mi vida familiar? ¿Pueden mis familiares
estar sufriendo por mí?
- ¿Tengo un desajuste entre lo que digo en la sociedad
pública y lo que vivo en la familia?
- La familia es una realidad estática que pasa por etapas
evolutivas muy diferentes… ¿Cuál es la próxima etapa que
vivirá mi familia? ¿Precisa ya de alguna preparación o
previsión?

Para la reunión de grupo


- El tema de la “defensa de al familia” es un área de
conflicto entre la Iglesia y la sociedad actual. Analizar las
posturas de ambos lados. Por parte de la Iglesia: ¿será que
defiende no la familia sino un modelo concreto de familia?
¿Cómo quedan ahí las relaciones y diferencias entre Iglesia y
realidades autónomas, fe y cultura, pluralismo legítimo,
inculturación… Concretamente: ¿qué actitudes nuevas sería
bueno que tomara la Iglesia en este tema?
- Comparar la migración de Jesús (aunque sabemos que
no es histórica) con la de los millones de desplazados y
migrantes del mundo actual.
- Jesús no destacó por ser un “defensor de la familia”…
Para él, claramente, la familia no es lo más importante en la
vida. Hay valores a los que debe someterse la familia, valores
que uno debe poner también por encima de la relación con su
familia… Comentar la conducta de Jesús.

Para la oración de los fieles


- Por toda la Iglesia, para que los cristianos hagamos de
ella una verdadera familia en la que no haya discriminaciones
sino que reinen la justicia, el amor y la fraternidad. Oremos.
- Por todos cristianos, para que seamos solidarios en la
tarea de hacer de este mundo una única familia humana llena
de paz y fraternidad. Oremos.
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- Por las familias cristianas, para que estén abiertas a
todas las transformaciones positivas que vive hoy la institución
familiar. Oremos.
- Por las familias rotas, los hijos que sufren las
consecuencias de una separación, los que estén alejados de sus
familias, los que no aciertan a saber convivir con los suyos.
Oremos.
- Por las familias sin vivienda, sin trabajo, emigrantes.
Oremos.
- Por nuestras familias, para que vivamos en coherencia
con nuestra fe, trabajando por el Reino. Oremos.

Oración comunitaria
Oh Dios, Comunidad Trinitaria plena, Padre y Madre de toda la
Familia Humana: haz vibrar en todos nosotros el sentido de
pertenencia a la misma y única Familia Universal, para que el
mundo y la humanidad se transformen a la búsqueda de tu
Proyecto de Amor. Tú que vives y haces vivir, por los siglos de
los siglos. Amén.

O bien:

Señor Jesús que quisiste comenzar tu vida como todo ser


humano, en el seno de una familia, necesitado del calor, el
alimento y el apoyo de los más cercanos; comenzando a
aprender a caminar... Danos apreciar las virtudes domésticas y
el valor de autenticidad que da el compromiso en el día-a-día
humilde y oculto. Por Jesucristo Nuestro Señor.
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