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2011/11/los-contratos-asociativos-
una-forma-de-desarrollar-negocios-
sin-necesidad-de-constituir-una-
sociedad-anonima.html
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Muchas veces nos topamos con oportunidades de negocios que nos son imposibles de desarrollar en forma
individual, necesariamente tenemos que asociarnos con otras empresas o con otras personas que
complementen los servicios o productos que nuestra empresa pudiera estar ofreciendo.
Ocurre, sin embargo, que muchas veces no conocemos lo suficiente a estas empresas o a estas personas
como para constituir una nueva persona jurídica como una sociedad anónima o que tal vez el negocio a
desarrollar sea muy específico y de corto plazo.
Ante tal situación una forma de desarrollar ese negocio es mediante el uso de los llamados contratos
asociativos siendo los más conocidos el de Asociación en Participación y el Consorcio.
Estos contratos asociativos se encuentran regulados en la Ley General de Sociedades y como regla general
se debe de tener en claro que no genera una persona jurídica, deben constar por escrito y no requieren ser
registrados.
La idea central de este tipo de contratos consiste en que las partes se juntan para desarrollar un negocio
específico en interés común de todos los intervinientes.
En estos contratos las partes deberán de regular la forma que participarán en el negocio, qué es lo que
aportarán cada una de ellas, como se distribuirán las utilidades que se generen entre otros aspectos
singulares a cada proyecto de negocios.
La Ley General de Sociedades regula dos formas de contratos asociativos el contrato de Asociación en
Participación y el contrato de Consorcio.
La característica principal del contrato de Asociación en Participación es que existe una parte denominada
"asociante" quien es la parte que "dará la cara" frente a los potenciales clientes mientras que los "asociados"
permanecen ocultos frente a los terceros.
Dada esta característica especial, el único que responderá frente a los terceros será el "asociante" sin
perjuicio que en la relación interna con sus asociados se establezca una corresponsabilidad entre ellos.
Al respecto resulta muy útil para aclarar esta explicación el artículo 441 de la Ley General de Sociedades que
a continuación transcribo:
Contrato de Consorcio
En el contrato de consorcio, las partes se asocian y participan directamente en el desarrollo del negocio
exponiéndose todas ellas frente a los terceros. Es decir, a diferencia del contrato de Asociación en
Participación no existen asociados ocultos sino que todos ellos participan directamente frente a los terceros.
Transcribo el artículo 445 de la Ley General de Sociedades que regula precisamente el contrato de Consorcio:
"Artículo 445.- Contrato de Consorcio
Es el contrato por el cual dos o más personas se asocian para participar en forma
activa y directa en un determinado negocio o empresa con el propósito de obtener un
beneficio económico, manteniendo cada una su propia autonomía.
Corresponde a cada miembro del consorcio realizar las actividades propias del
consorcio que se le encargan y aquéllas a que se ha comprometido. Al hacerlo, debe
coordinar con los otros miembros del consorcio conforme a los procedimientos y
mecanismos previstos en el contrato."
De estos dos tipos de contratos cada uno de ellos tiene sus ventajas y desventajas y dependerá de cada
negocio en concreto cuál de dichos contratos elegiremos con la finalidad de desarrollar un proyecto
determinado.
Existen además aspectos tributarios que se deberán de analizar cuidadosamente para evitar cualquier
incidencia tributaria excesiva en el negocio.