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Lo urbano posee diferencias sustanciales con lo rural. La distinción antes de la Revolución Industrial
entre campo y ciudad es más clara que en la actualidad por razones multifactoriales.
Es posible apreciar que la economía del dinero que se solidifica en el sector urbano estimula la
abstracción y favorece el desarrollo de las facultades intelectuales provocando una despersonalización
de las relaciones humana. Además, podemos mencionar otras características de la ciudad que nos
llevan a pensar que en una gran ciudad la vida es más intelectual; en ellas hay un ritmo de vida más
rápido, por lo tanto hay una intensificación de la vida nerviosa. La gran ciudad estimula las
individualidades de los rasgos de personalidad, lo que lleva a la diferenciación del trabajo y a la
actividad parcelada, como también a la atrofia de la cultura individual. Otras diferencias subrayan la
función política y militar, la presencia de instituciones y una organización social diferenciada. El
modo de vida urbano es un sistema específico de normas, valores, comportamientos, actitudes y
opiniones. Para Wirth, la cultura urbana sería el resultado de 3 factores esenciales: dimensión,
densidad y heterogeneidad de la aglomeración.
Se puede definir también una ciudad por ser una aglomeración de personas, por su aspecto exterior y
por su paisaje urbano que no es uniforme. Es evidente la existencia de servicios altamente
especializados y de una división interna del espacio urbano: edificios, viviendas, así como centros
coordinadores de la región y más. Hay elementos reconocidos por todos dentro de la ciudad:
continuidad de aglomeración y dimensión suficiente.
En base a las definiciones estadísticas, los criterios cualitativos presentes responden al aspecto y las
características urbanas. Y según los cuantitativos estas características corresponden al tamaño del
núcleo expresado en el número de habitantes, la densidad y el predominio de la actividad económica
no agrícola.
En cuanto a las áreas urbanizadas y metropolitanas, son ocupados criterios de población, densidad,
actividad e integración en relación a la existencia de unidades urbanas que rebasan los límites
administrativos del municipio. Dicho todo lo anterior, debemos tener en cuenta que la variedad de
criterios utilizados para definir lo urbano en los diferentes países se une, lo que hace más complejo el
problema, modificándose en cada país.
Nos hemos dado cuenta a lo largo de este resumen que existen aún dificultades para establecer
definiciones por la diversidad de las situaciones sociales; y que de igual manera lo urbano es una
realidad cambiante con modificaciones a lo largo de la historia, partiendo por las funciones que poseía
antes de la Revolución Industrial como posterior a esta y de la manera en que ha extendido sus
dimensiones, entendiendo que cada modo de producción y cada formación social da lugar a un tipo
de ciudad y forma específica de urbanización.
Ante la antigua y tradicional dicotomía que distinguía entre lo rural y lo urbano, debemos aceptar hoy
una diversidad de situaciones caracterizadas por una complejidad creciente desde el punto de vista de
la organización espacial, donde conceptos como “unidad hábitat” (núcleo de poblamiento urbano)
designa a todos los puntos de concentración de la población sedentaria. Por último, cabe mencionar
que si bien la ciudad posee intrínsecamente las características que la definen desde su materialidad,
como comunidad humana y desde si sentido político, aun criterios esenciales para definir lo urbano
es la densidad y la morfología.