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PASAJE BÍBLICO: Marcos 6:30-34, 53-56

Comentario (Estudio de la Biblia):


MARCOS 6:30-56. UN RESUMEN

La lección del Evangelio este domingo se compone de dos pasajes ligados por su contenido
– la historia de Jesús y sus apóstoles alejándose a un lugar aparte para descansar juntos, pero
interrumpidos por las multitudes y sus grandes necesidades (vv. 30-34) – y la historia de las
multitudes acercándose a Jesús en Genezaret para ser curadas (vv. 53-56). Entre estos dos
pasajes Marcos relata el alimentar de los cinco mil (vv. 35-44) y Jesús caminando sobre el
agua (vv. 45-52). Esto es un ejemplo de una historia (o historias) dentro de otra – un género
favorito de Marcos. En este caso, Marcos liga historias del ministerio de Jesús de enseñanza
y de sanar (vv. 30-34, 53-56) con la historia de Jesús proveyendo pan – una historia con tono
eucarístico (vv. 35-44).

Estos pasajes nos tocan, porque nos demuestran cómo se deberían haber sentido los
discípulos – apresurados y atormentados. Las necesidades eran muchas; las multitudes
grandes; y los discípulos no encontraban tiempo ni para comer. Si estar ocupados ya era un
problema para ellos, ahora parece aún peor. Nuestro problema es un mundo en el que
expertos han conseguido eliminar toda flexibilidad. Los electrodomésticos no nos ahorrar
trabajo – nuestra comunicación tecnológica (mensajeros, por ejemplo) crea más barreras entre
nosotros en vez de unirnos – y nuestro tiempo de ocio se llena de tareas.

¡Peor aún son las interrupciones! Si nos pudiésemos concentrar en lo que estamos haciendo
en el momento, podríamos terminar el trabajo. Si solo pudiésemos planear nuestro trabajo y
llevar a cabo nuestro plan, la vida sería más simple. ¡Si no fuera por el teléfono – y la persona
con una pregunta – y el requisito imprevisto de otro informe – y la cola de gente en el
mostrador!

Y estos pasajes nos tocan, porque hemos sentido lo que sentía la gente que se acercaba a
Jesús. Nosotros también, hemos estado enfermos física y espiritualmente – con desesperada
necesidad por sentir el tacto de Jesús para sanarnos. También nosotros nos hemos
apresurado a buscar ayuda – rogándole a Jesús que nos deje tocar solo el borde de su vestido
para ser sanados.

MARCOS 6:30-32. Y LOS APÓSTOLES SE JUNTARON CON JESÚS


30Y los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que
habían enseñado. 31Y él les dijo: Venid vosotros aparte al lugar desierto, y reposad un
poco. Porque eran muchos los que iban y venían, que ni aun tenían lugar de comer. 32Y se
fueron en un barco al lugar desierto aparte.

Marcos 6:7-13 cuenta como Jesús mandó a los Doce de dos en dos con la autoridad de regir
sobre espíritus inmundos. Predicaban arrepentimiento, sacaban demonios, y sanaban
enfermos. En versículos 14-29, Marcos interrumpe esta historia para contarnos de la muerte
de Juan Bautista. Ahora, en versículos 30-34, Marcos regresa a la historia de los Doce,
quienes relatan a Jesús los resultados de su misión. Éste es otro ejemplo, entonces, de una
de las historias de Marcos dentro de otra – la historia de Juan Bautista situada dentro de la
historia de la misión de los Doce.

“Y los apóstoles se juntaron con Jesús” (v. 30). Jesús les mandó como “los Doce” (v. 7), pero
ahora Marcos les llama apóstoles (v. 30). Éste es el único lugar en este Evangelio donde
Marcos utiliza la palabra “apóstoles” (excepto en 3:14, donde se disputa la palabra). La palabra
“apóstoles” es particularmente apropiada en versículo 30, porque viene de la palabra
griega apostello, que significa “mandar” – y fue esa palabra la que Marcos utilizó en versículo
7 al hablar de mandar a los Doce. Apóstol es “un término técnico para los misionarios cristianos
de la temprana iglesia, esto indica que son agentes oficiales (…saliah)” (Perkins, 600). Se
considera que tal persona tiene la autoridad y la estatura de la persona a quien representa.

“Venid vosotros aparte al lugar desierto” (v. 31). Jesús ve que los discípulos están cansados
después de su misión, y le invita a un lugar aparte donde puedan descansar. Pronto Jesús
tendrá compasión por la multitud, pero primero tiene compasión por sus apóstoles, que todavía
no habían tenido tiempo para comer. La obra de un discípulo debe equilibrar tiempo de servicio
con tiempo de renovación física y espiritual. Vincent de Paul aconseja, “Ten cuidado de cuidar
tu salud. Es una trampa del demonio, empleada para engañar almas buenas, para instigarles
a hacer más de lo que pueden, para que llegue el momento en que no puedan hacer nada.”

MARCOS 6:33-34. Y TUVO COMPASIÓN DE ELLOS


33Y los vieron ir muchos, y le conocieron; y concurrieron allá muchos a pie de las ciudades, y
llegaron antes que ellos, y se juntaron a él. 34Y saliendo Jesús vio grande multitud, y tuvo
compasión (griego: esplanchnisthe) de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor;
y les comenzó a enseñar muchas cosas.

Las multitudes ven hacia dónde va el barco, y se mueven en esa dirección para interceptar a
Jesús. Cuando Jesús llega al lugar donde han de descansar, una gran multitud le espera.

Jesús y sus discípulos tienen razones para estar molestos. No han comido (v. 31), y
necesitaban descansar aún antes de remar el barco a su destino. Esperaríamos que hombres
cansados y hambrientos respondiesen con enfado a esta inesperada demanda que requiere
más de su ya escasa energía. Marcos no nos dice cómo responden los discípulos, pero Jesús
tiene compasión de la multitud, porque son “como ovejas que no tenían pastor” (v. 34). Jesús
tiene respuestas directas para los que buscan su propia satisfacción, pero también tiene un
corazón blando por los necesitados. Él “nunca parece molestarse por nuestras interrupciones,
nuestra constante necesidad de su compasión y enseñanza. Este texto afirma su
extraordinaria disponibilidad” (Brueggemann, 436). También afirma la profundidad de sus
sentimientos por gente necesitada. La palabra traducida “compasión, ”esplanchnisthe, es
también la palabra para entrañas – tripas, y describe un sentimiento de simpatía que comienza
en la parte más profunda de una persona.

Las palabras “ovejas que no tenían pastor” (v. 34) nos recuerdan a Moisés pidiendo que Dios
designara un líder para continuar guiando al pueblo después de él para que “la congregación
de Jehová no sea como ovejas sin pastor” (Números 27:17). Dios eligió a Josué, cuyo nombre
es una variación del nombre Jesús.
“Ovejas que no tenían pastor” también nos recuerda de las palabras de Ezequiel al profeta,
que dijo, “Y están derramadas por falta de pastor; y fueron para ser comidas de toda bestia
del campo, y fueron esparcidas. Y anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en
todo collado alto: y en todo el haz de la tierra fueron derramadas mis ovejas, y no hubo quien
buscase, ni quien requiriese” (Ezequiel 34:5-6).

Ovejas necesitan un pastor que les guíe por sendas seguras, que les ayude a encontrar
comida, que les defienda contra el peligro, que les encuentre cuando se desvían, y que le
devuelva al rebaño. “Pastor” es una palabra que a menudo se utiliza en la Biblia como
metáfora:

• Para reyes fieles o infieles, sacerdotes y profetas (2 Samuel 5:2; Salmos 78:70-72;
Isaías 56:11-12; Jeremías 3:15; 10:21; 23:1-4; 50:6).
• Para Dios (Salmos 23:1-4; 28:9; 80:1; Isaías 40:11; Jeremías 31:10).
• Para Jesús (Mateo 26:31; Juan 10:11-18; hebreos 13:20; 1 Pedro 2:25; Revelaciones
7:17).
• Para líderes de la iglesia (Juan 21:15; Hechos 20:28ff; 1 Pedro 5:2-4). (Myers, 939-
940).

Las palabras “ovejas que no tenían pastor” implican una reprensión sobre los líderes religiosos
de su día, quienes han fallado en su papel como pastor.

Y Jesús “les comenzó a enseñar muchas cosas” (v. 34). “Aquí el énfasis de Marcos en la
enseñanza es evidente… Ahora, en respuesta a una multitud que seguramente busca un
milagro, Jesús ofrece enseñanza” (Williamson, 126). Marcos no nos da a entender, sin
embargo, que la multitud esté decepcionada. Como pronto veremos, seguirán viniendo (vv.
53-56).

Enseñanza (v. 34), alimentar (vv. 35-44), y sanar (v. 56) demuestran la preocupación de Jesús
por el bienestar físico y espiritual de su gente. Esto provee un modelo del ministerio que ha
servido bien a la iglesia a través de los siglos. Palabra y sacramento constituyen el centro de
nuestro ministerio, pero pan y mantas son casi tan importantes.

MARCOS 6:53-56. COMENZARON A TRAER ENFERMOS EN LECHOS


53Y cuando estuvieron de la otra parte, vinieron a tierra de Genezaret, y tomaron puerto. 54Y
saliendo ellos del barco, luego le conocieron. 55Y recorriendo toda la tierra de alrededor,
comenzaron a traer de todos partes enfermos en lechos (griego: krabattois), a donde oían que
estaba. 56Y donde quiera que entraba, en aldeas, o ciudades, o heredades, ponían en las
calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que tocasen siquiera el
borde (griego: kraspedou) de su vestido; y todos los que le tocaban quedaban
sanos (griego: esozonto – de sozo – sanar o salvar).

Tras alimentar a los cinco mil (vv. 35-44) y caminar sobre el agua (vv. 45-52), Jesús viaja por
barco con sus discípulos a Genezaret (v. 53), una planicie fértil de unas tres millas de largo y
una de ancho entre Capernaum y Tiberio en la orilla del oeste en el Mar Galileo. La gente
reconoce a Jesús y se apresura a traerle los enfermos. La imagen es horrible pero maravillosa
a la vez – horrible porque docenas o hasta cientos de personas penosas se juntan en un sitio
buscando la ayuda de Jesús – maravilloso por la fiel devoción de gente que no desperdicia ni
un esfuerzo para ayudar a sus seres queridos – y maravilloso porque todo el que toca solo el
borde de su vestido queda sano (v. 56).

Los lechos en que traen a los enfermos se conocen como krabattois – colchones normalmente
utilizados por los pobres. Los pobres y necesitados a menudo son más receptivos hacia Jesús
que las personas más prósperas. Nosotros también somos más receptivos cuando nos
encontramos con una enfermedad seria.

“El borde (kraspedou) de su vestido” (v. 56). Este borde seguramente se refiere al borde o a
las borlas usadas por hombres judíos según la ley del Tora para recordarles de los
mandamientos de Dios (Números 15:38-39; Deuteronomio 22:12) – esto, por lo tanto, designa
a Jesús como judío que practica su fe, y que se preocupa por obedecer la ley del Tora. Es
significante anotar que Marcos pronto nos contará de fariseos y escribientes que rechazan a
Jesús y a sus discípulos por no conformar con la “tradición de los ancianos” (7:5) – en este
caso, el rito de lavarse las manos. “La referencia al borde del vestido de Jesús, entonces,
provee una buena transición para un pasaje en el que designará el mandamiento divino sobre
las tradiciones de humanos cuyos corazones se han alejado de Dios” (Marcus, 439).

“Quedaban sanos” (v. 56). La palabra es sozo, que también significa salvado. Cualquiera que
ha sobrevivido una enfermedad grave sabe que ser sanado significa ser salvado, no solo de
la muerte sino del sufrimiento y la incapacidad, que pueden ser aún peor que la muerte.

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