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Introducción.
El capítulo 3 presentó un plan para estudiar el OT en el NT. Uno de los pasos cruciales en ese
enfoque debe analizar el uso teológico del escritor NT del OT. Un aspecto de este paso debe
reflexionar sobre si algúnas presuposiciones teológicas o hermenéuticas son la base de alguno
de los usos teológicos. Este capítulo se explicará este aspecto presupuesto particular del paso
teológico. Hay al menos cinco presuposiciones que pueden sostener el uso de un escritor NT del
OT, aunque como aludió a en el capítulo 3, casi cada uno de ellos se debate a un grado o el
otro. Este capítulo comentará brevemente sobre el origen bíblico pretendido para estas
presuposiciones y el significado de las presuposiciones para interpretar el OT en el NT. Es crucial
para nosotros entender estas presuposiciones; sin ellos puede ser a veces difícil entender cómo
un escritor NT interpreta el OT de acuerdo con su sentido original.
Antes de hablar estas presuposiciones, hay una magnífica asunción de todos: Jesús y los
apóstoles creyeron que las Escrituras AT eran “sagradas” y eran la Palabra de Dios. Por lo tanto
toda la discusión teológica autoritaria tuvo que estar basada en y provenir de este cuerpo
sagrado de la literatura. Para Jesús y sus seguidores, lo que el AT dijo, Dios dijo; y lo que Dios
dijo, el AT dijo. Otra asunción que sigue en esto y es casi como última es que los oyentes y los
lectores no podían entender suficientemente a Jesús y las interpretaciones presuppositioand
teológicas de los apóstoles del AT sin la ayuda del Espíritu de Dios. No hablan típicamente de
estas más dos presuposiciones últimas en relación a las cinco presuposiciones siguientes para
elaborarse, y por tanto hemos decidido incluirlos aquí a principios de nuestra discusión sobre
presuposiciones.
En el capítulo 3 sostuvimos brevemente que parece a veces que cinco presuposiciones son la
base de la interpretación de los escritores NT del AT. Aquí éstos se repetirán y su base bíblica
brevemente se elabora:
Es dentro del marco de estas cinco presuposiciones que AT entero se percibió como señalando
al nuevo convenio edad escatológica, tanto vía la profecía directa como vía adumbration
profético indirecto de la historia de Israel. Este punto último es sobre todo significativo: la
historia de AT se entendió como conteniendo modelos históricos que presagiaron el período
del eschaton. Por consiguiente, la nación Israel, sus reyes, profetas, sacerdotes y sus episodios
redentores significativos forma los ingredientes esenciales de esta historia sagrada. Esto es lo
que se ha mandado a antes en el libro como “la tipología”, entre la cual hemos definido antes
como el estudio de correspondencias antes y más tarde hemos escalado acontecimientos,
personas, instituciones, etcétera dentro del marco histórico de la revelación bíblica, y que a
veces desde un punto de vista retrospectivo se percibe tener una función profética. La tipología
a veces se critica para ser no de acuerdo con sentidos AT originales porque a veces se refiere a
acontecimientos puramente históricos como proféticamente “realizados” (cf. la fórmula plēroō
introductoria) cuando parecen no quererse como profecías desde el punto de vista del autor
AT. Pero tal enfoque es comprensible en vista de su asunción foundational que la historia es
una unidad interrelacionada y que Dios ha intentado los inicios corresponder y señalar a las
últimas partes, sobre todo a acontecimientos que han pasado en la edad de la realización
escatológica en Cristo (ver presuposiciones 3–5). Por consiguiente, el concepto de la realización
profética no se debería limitar con la realización de profecías verbales directas del AT, pero
ensancharse también para incluir una indicación de la “relación redentora e histórica de la
revelación nueva, culminante de Dios en Cristo a la revelación preparatoria, incompleta a y a
través de Israel.
La amplia perspectiva redentora e histórica de estas asunciones era el marco dominante dentro
del cual Jesús y sus seguidores pensaban, sirviendo de una guía heurística alguna vez presente
del AT. La matriz de estas cinco perspectivas, sobre todo los últimos cuatro, es la lente a través
de la cual los autores NT interpretaron pasos AT. La consideración del contexto literario
inmediato de versos AT, que es lo que la mayor parte de intérpretes afirman como una parte
esencial del histórico - método gramatical, debería ser por lo tanto complementada por el
contexto literario canónico, sobre todo en la luz de la última presuposición. A este respecto,
tenemos que considerar que el NT puede cotizar un paso AT más temprano, pero entenderlo en
la luz del modo que el paso se ha interpretativamente desarrollado más tarde en el canon AT. A
veces un texto más temprano se puede someter al desarrollo interpretativo por varios textos
AT subsecuentes, de modo que la trayectoria canónica de ese desarrollo pueda tener que bien
tenerse presente en el entendimiento cómo el NT entiende el texto más temprano citado.
Por lo tanto los cambios de la aplicación no tienen que significar una indiferencia para el
contexto AT; esto no es una deducción lógicamente necesaria. Parece probable que unos
confunden la indiferencia para el contexto con el cambio de la aplicación. Asumiendo la
viabilidad de las presuposiciones, aunque las nuevas aplicaciones sean técnicamente diferentes,
sin embargo se quedan dentro de los límites conceptuales del sentido contextual del AT, de
modo que resultados a menudo son una referencia ampliada a o aplicación de un principio que
es inherente al texto AT. Cuando un caso por el estudio del caso se hace, nuestro
reconocimiento de tales presuposiciones entre los escritores NT sin embargo nos ayuda a ver
cómo sus interpretaciones podrían haber sido contextuales desde su punto de vista particular y
por qué habrían sido sensibles a respetar contextos. Aún allí siempre permanecerá algunos
pasos enigmáticos que son difíciles de entender bajo cualquier lectura de perspectival.
Aun cuando hay uso del AT sin el interés aparente a la realización profética, parece haber una
razón fundamental redentora e histórica en el trabajo entre bastidores. Por ejemplo, cuando
una referencia AT sólo se utiliza con el objetivo perceptible de hacer una analogía, una idea en
el contexto AT es por lo general en mente como la característica primaria o principio aplicado a
la situación NT. Estas comparaciones casi siempre ampliamente retienen una asociación
esencial con el contexto OT y comunican principios de la continuidad entre OT y NT aunque se
manejen con la libertad creativa. Esto es verdad hasta en el Apocalipsis, que a menudo
lamentablemente se ve como creativamente manejo del AT en una manera hermeneutically
incontrolada.
Además, es verdad que lo que hace el uso NT del diferente AT de otros usos judíos tempranos
del OT es sus presuposiciones únicas, aunque hubiera un traslapo significativo de
presuposiciones con algunos movimientos judíos tempranos (p.ej., Qumran, que sostuvo de
modos calificados hacia al menos las cuatro primeras presuposiciones).La razón de las
semejanzas de presuposiciones entre algunos de estos grupos judíos es que también
modelaron su enfoque interpretativo en ese de los OT él mismo. Así es difícil decir que las
presuposiciones de la comunidad NT eran radicalmente nuevas y el resultado de su propio
modo de pensar único socialmente construido, que tenía su origen dentro del contexto del
cristiano del primer siglo. Mejor dicho, estas presuposiciones van lejos atrás en el AT y
atraviesan cientos de años.
Así las presuposiciones de la comunidad NT se arraigan en el AT. Por ejemplo, los autores NT
supusieron que vivieran en la edad del eschaton, en parte en la base que el OT predijo que la
edad mesiánica debía ser un período “escatológico” (p.ej., General 49:1, 9–10; Num. 24:14 –
19; Hosea 3:5). Además, el AT también refleja la asunción que la historia es unificada por un
plan divino, de modo que la historia antes bíblica se diseñara para señalar tipológicamente a
partes posteriores de la historia bíblica. Es asombroso, por ejemplo, que la profecía del Criado
de Sufrimiento conocida de Isaiah 53 sea una expectativa tipológica de segundo Moisés
esperado, que debía hacer todo y más que primer Moisés. Por lo tanto el entendimiento de
Matthew de Jesús como una realización tipológica de primer Moisés es de acuerdo con
anticipaciones ya introducidas dentro de las expectativas proféticas del propio ATy en el
Judaísmo. Incluso la noción que Jesús corporativamente representa Israel verdadero es
probable y en parte debida no sólo a la noción que los reyes pasados de Israel representaron y
resumieron a la nación en sí de varios modos sino también que lo mismo era verdad de Moisés
e igualmente se esperó ser verdad del Criado que Moisés tipológicamente esperó.
El OT rootedness de las presuposiciones del NT hace más difícil decir que las asunciones
interpretativas del NT deforman el sentido de textos OT. A este respecto, los autores de ambos
Testamentos son la parte de una comunidad interpretativa ampliamente relacionada que
compartió la misma cosmovisión general y siguió desarrollando sentidos más tempranos con
perspectivas hermeneutical comparables que el tiempo continuó.
Conclusión