Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
CLOV (mirada fija, voz monocorde): Terminó, se terminó, va a terminar, quizá esté
por terminar. (Pausa.) Grano sobre grano, uno a uno, y un día, de pronto, forman
un montón, un pequeño montón, el imposible montón. (Pausa.) No puedo seguir
siendo castigado. (Pausa.) Voy a la cocina, tres metros por tres metros por tres
metros, a esperar a que me llame con el silbato. (Pausa.) Bonitas dimensiones;
me apoyaré en la mesa, miraré la pared, esperando a que me llame.
HAMM: Ahora… (bostezos) es mi turno. (Se quita los anteojos, se frota los ojos, la
cara, limpia los anteojos, se los pone, dobla cuidadosamente el pañuelo y lo
coloca delicadamente en el bolsillo superior de su robe de chambre. Carraspea,
une las puntas de los dedos.) ¿Puede exis… (bostezos) tir miseria más… más
grande que la mía? Sin duda. En otras épocas. ¿Pero hoy? (Pausa.) ¿Mi padre?
(Pausa.) ¿Mi madre? (Pausa.) ¿Mi… perro? (Pausa.) ¡Oh!, admito que sufren
tanto como pueden sufrir criaturas semejantes. ¿Pero acaso digo que nuestros
sufrimientos pueden compararse? Sin duda. (Pausa.) No, todo es ab… (bostezos)
soluto. (Orgulloso). Más crecemos más llenos estamos. (Pausa. Sombrío.) Y más
vacíos. (Pausa. Estornuda.) ¡Clov! (Pausa.) No, estoy solo. (Pausa.) ¡Qué
sueños! ¡Esos bosques! (Pausa.) ¡Basta! Es hora de que esto termine, también en
el refugio. (Pausa.) Y sin embargo, vacilo, vacilo en… en ponerle punto final. Sí,
es eso, es hora de que esto termine y, sin embargo, todavía vacilo en… (bostezos)
ponerle punto final. (Bostezos.) ¡Oh! ¡Dios! ¿Qué me pasa? Sería mejor que me
fuera a acostar. (Llama con el silbato. En seguida entra Clov. Se detiene junto al
sillón.) ¡Apestas! (Pausa.) Ayúdame, voy a acostarme.
HAMM: ¿Y entonces?
CLOV: No puedo levantarte y acostarte cada cinco minutos, tengo que hacer.
CLOV: No.
HAMM: Mientras dormía, ¿nunca sentiste curiosidad por quitarme los anteojos y
mirar mis ojos?
HAMM: Te los mostraré un día. (Pausa.) Parece que son totalmente blancos.
(Pausa.) ¿Qué hora es?
CLOV: La misma de siempre.
HAMM: ¿Miraste?
CLOV: Sí.
HAMM: ¿Entonces?
CLOV: Cero.
CLOV: No va a llover.
(Pausa.)
CLOV: Sí.
CLOV: Sí.
CLOV: Puede terminar. (Pausa.) Toda la vida las mismas preguntas, las mismas
respuestas.
CLOV: Sí.
CLOV: Entonces no moriremos. (Pausa.) Voy a buscar la sábana. (Se dirige hacia
la puerta.)
HAMM: No vale la pena. (Clov se detiene.) Te daré un bizcocho por día. (Pausa.)
Un bizcocho y medio. (Pausa.) ¿Por qué te quedas conmigo?
(Pausa.)
HAMM: No me quieres.
CLOV: No.
CLOV: ¡Antes!
CLOV: No es eso.
CLOV: Sí.
HAMM (aliviado): ¡Ah! ¡Menos mal! (Pausa. Fríamente.) Perdón. (Pausa. Más
fuerte.) He dicho perdón.
CLOV: No.
(Pausa.)
CLOV: Mal.
CLOV: Sí.
HAMM (con violencia): Entonces, ¡camina! (Clov va hasta la pared del fondo, se
apoya en ella con la frente y las manos) ¿Dónde estás?
CLOV: Aquí.
(Pausa.)
HAMM: Es imposible.
CLOV: Cuando todavía había bicicletas, lloré por tener una. Me arrastré a tus pies.
Me mandaste al diablo. Ahora ya no hay más.
CLOV: A veces, a caballo. (La tapa de uno de los tachos de basura se levanta y
aparecen las manos de Nagg aferradas al borde. Después emerge la cabeza,
cubierta con un gorro de dormir. Tez muy blanca. Nagg bosteza. En seguida,
escucha.) Te dejo. Tengo que hacer.
CLOV: Sí.
HAMM: Fuera de aquí es la muerte. (Pausa.) Bueno, vete. (Clov sale. Pausa.)
Esto va mejor.
NAGG: ¡La sopa!
HAMM: ¡Ah! ¡Basta de viejos! ¡Comer, comer, no piensan en más que en eso!
(Pitada. Entra Clov. Se detiene al lado del sillón.) ¡Vaya! Creí que me
abandonabas.
HAMM: Dale un bizcocho. (Clov sale.) ¡Fornicador maldito! ¿Cómo están tus
muñones?
HAMM: ¡Enciérralo!
HAMM: Cada uno su especialidad. (Pausa.) ¿Alguien llamó por teléfono? (Pausa.)
¿Reímos?
CLOV: Sí.
HAMM: Ya no resulta tan gracioso. (Pausa.) Al final del día siempre es así,
¿verdad, Clov?
CLOV: Siempre.
(Pausa.)
(Pausa.)
(Sale.)
NAGG: Bésame.
NELL: No se puede.
NAGG: Intentemos.
(Pausa.)
NELL: ¿Cuándo?
NAGG: ¿Qué?
NAGG: Mal.
NELL: Sí.
(Pausa. Se apartan)
NAGG: Recuerdas…
NELL: No.
(Ríen.)
NELL: Sí.
NELL: No sé.
(Pausa.)
NELL: No es aserrín. (Pausa. Con cansancio.) ¿No podrías ser un poco más
preciso, Nagg?
NELL: Es importante.
(Pausa.)
NELL: Sí.
NELL: No.
HAMM (con cansancio): Hablen más bajo. (Pausa.) Si durmiera, quizá podría
amar. Andaría por los bosques. Vería… el cielo, la tierra. Correría, escaparía si
alguien me persiguiese. (Pausa.) ¡Naturaleza! (Pausa.) Hay una gota de agua en
mi cabeza (Pausa.) Un corazón, un corazón en mi cabeza.
(Pausa.)
NELL: No hay que reír de esas cosas, Nagg. ¿Por qué ríes siempre?
NELL (sin bajar la voz): Nada más gracioso que la desgracia, de acuerdo. Pero…
NELL: Sí, sí, es lo más cómico del mundo. Y los primeros días nos reíamos, nos
reíamos con ganas. Pero es siempre lo mismo. Sí, como aquella bonita historia
que nos cuentan demasiado a menudo: siempre nos parece buena, pero ya no
reímos. (Pausa.) ¿Tienes algo más que decirme?
NAGG: No.
NELL: Me voy.
NAGG: ¿Puedes rascarme antes de irte?
NAGG: En la espalda.
NELL: ¿Dónde?
NAGG: ¿No puedes? (Pausa.) ¿No quieres que te rasque a ti? (Pausa.) ¿Otra
vez lloras?
(Pausa.)
(Pausa.)
NAGG: ¿Qué quiere decir eso? (Pausa.) No quiere decir nada. (Pausa.) Voy a
contarte el cuento del sastre.
NAGG: Siempre te ha hecho reír. (Pausa.) La primera vez pensé que te morías.
NELL: Fue en el lago de Como. (Pausa.) Una tarde de abril. (Pausa.) ¿Puedes
creerlo?
NAGG: ¿Qué?
NELL: Que hemos paseado por el lago de Como. (Pausa.) Una tarde de abril.
NAGG: Nos habíamos casado en la víspera.
NELL: ¡Casado!
NAGG: No, no, la causa fue mi cuento. La prueba es que ríes todavía cada vez
que lo repito.
NELL: Era profundo, profundo. Se veía en el fondo. Tan blanco, tan claro.
NAGG: Escúchalo una vez más. (Voz de narrador.) Un inglés (imita el rostro de un
inglés, retoma su expresión) que necesitaba urgentemente un pantalón de fantasía
para año nuevo, va a ver a un sastre, quien le toma las medidas. (Voz de sastre.)
“Ya está. Vuelva dentro de cuatro días, estará terminado.” Bueno. Cuatro días
después. (Voz del sastre). “Sorry, vuelva dentro de ocho días, los fondillos me
salieron mal.” Bueno, hacerlos bien no es fácil. Ocho días después. (Voz del
sastre.) Discúlpeme, vuelva dentro de diez días, se estropearon las entrepiernas.”
Bueno, de acuerdo, las entrepiernas exigen un trabajo delicado. Diez días
después. (Voz del sastre.) “Lo lamento mucho, vuelva dentro de quince días, me
salió mal la bragueta.” Bueno, de acuerdo, no es trabajo fácil. (Pausa. Voz
normal.) Lo cuento mal. (Pausa. Triste) Lo cuento cada vez peor. (Pausa. Voz de
narrador.) En fin, entre una y otra cosa, llega Semana Santa y el sastre todavía no
hizo los ojales. (Rostro, voz del cliente). “God damn Sir, no, realmente esto es
indecente! ¡Hay límites! Dios hizo el mundo en seis días, me comprende, seis
días. ¡Sí, señor, EL MUNDO! ¡Y usted no es capaz de hacerme un pantalón en
tres meses! (Voz del sastre, escandalizado) “¡Pero, Milord! ¡Milord! Mire (gesto
despreciativo, con asco) el mundo… (Pausa.) y mire… (gesto amoroso, con
orgullo) mi PANTALÓN.”
(Pausa. Mira a Nell, que ha permanecido impasible, la mirada perdida. Ríe aguda
y forzadamente, se interrumpe, trata de acercar la cabeza a Nell, ríe nuevamente.)
HAMM: ¡Basta!
HAMM (exasperado): ¿No han terminado? ¿No van a terminar nunca? (De pronto,
furioso.) ¿Nunca van a terminar? (Nagg se hunde en el tacho de basura. Se tapa.
Nell permanece inmóvil.) ¿Pero de qué pueden hablar? ¿De qué pueden hablar
todavía? (Frenético). ¡Mi reino por un zarrapastroso! (Silbato. Entra Clov.) ¡Llévate
esa basura! ¡Arrójala al mar!
CLOV: No.
CLOV: No comprendí.
CLOV: Sí.
CLOV: Sí.
HAMM: Habrá que soldar las tapas. (Clov se dirige hacia la puerta.) No hay apuro.
(Clov se detiene.) Mi cólera se apacigua, tengo ganas de hacer pipí.
CLOV: Sí.
CLOV: Sí:
HAMM: ¡Stop! (Clov detiene el sillón cerca de la pared del fondo. Hamm apoya la
mano contra la pared. Pausa.) ¡Viejo muro! (Pausa.) Más allá… el otro infierno.
(Pausa Con violencia.) ¡Más cerca! ¡Más cerca! ¡Completamente pegado!
CLOV: Saca la mano. (Hamm retira su mano. Clov pega el sillón contra la pared.)
¡Así!
HAMM: ¿Oyes? (Golpea con el nudillo. Pausa.) ¿Oyes? Ladrillos huecos. (Golpea
otra vez.) ¡Todo está hueco! (Pausa.) ¡Basta! Regresemos.
HAMM: Llévame a mi lugar. (Clov lleva el sillón hacia su lugar. Lo detiene.) ¿Es
este mi lugar?
CLOV: Aquí.
CLOV: Aquí.
(Pausa.)
HAMM: Siento que estoy demasiado a la izquierda. (Clov mueve apenas el sillón.
(Pausa.) Ahora siento que estoy demasiado a la derecha. (Lo mismo.) Siento que
estoy demasiado adelante. (Lo mismo.) Ahora siento que estoy demasiado atrás.
(Lo mismo.) No te quedes allí (Detrás del sillón), me das miedo.
(Pausa.)
CLOV: Ya la he mirado.
(Sale.)
HAMM: ¿Por qué? ¿Te has empequeñecido? (Clov sale, tiene el catalejo en la
mano.) Esto no me gusta. No me gusta.
(Sale.)
CLOV: Esto se está poniendo divertido. (Sube. Apunta con el catalejo hacia
afuera. El catalejo se le escapa de las manos, cae. Pausa.) Lo hice a propósito.
(Baja, recoge el catalejo. Lo examina, apunta hacia la sala.) Veo… una multitud
delirante. (Pausa.) Como catalejo, es un buen catalejo. (Baja el catalejo. Se vuelve
hacia Hamm.) ¿Qué pasa? ¿Ya no te ríes?
CLOV: Cer…
HAMM (con violencia): ¡No te estoy hablando! (Voz normal.) Todo está… todo
está… todo está… ¿cómo? (con violencia) ¿Todo está cómo?
CLOV: ¿Cómo está todo? ¿En una palabra? ¿Es eso lo que quieres saber? Un
segundo. (Apunta con el catalejo hacia afuera, mira. Baja el catalejo, se vuelve
hacia Hamm.) Mortibus. (Pausa.) Y ahora, ¿estás contento?
(Pausa.)
(Pausa.)
HAMM: Se terminó, Clov. Hemos terminado. Ya no te necesito.
(Pausa.)
HAMM: Sí. (Pausa. Con fuerza.) ¡Sí! (Pausa.) Con todo lo demás, al final, las
sombras, los murmullos, todo el mal, para terminar. (Pausa.) Clov… (Pausa.)
CLOV: ¡Cariñoso!
CLOV (canta):
Anida en su corpiño,
Pausa.
¿Es suficiente?