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PERÚ
Conocer personajes del entorno de Rosa de Lima nos proporciona nuevas expectativas para conocer la
inagotable vida de la santa americana. En este artículo hará una presentación a través de la institución como fue
la Bula de Cruzada, así como protagonistas que fue el primer contador del Perú. La ciudad virreinal de Lima se
encuentra rodeado de personas excepcionales que han sido enviados por la Corona, Virreyes como Velasco,
prelados como Toribio Mogrovejo, mujeres como Rosa de Lima impregnan la sociedad virreinal del primer
tercio del siglo XVII. También convivirán con personajes como Juan Macías, Martín de Porres, Juan de
Castillo, Santo Toribio, Padre Urraca, Santa Rosa. Un personaje importante Don José Riva-Agüero sentenciará
en su rotonda y fácil prosa: “a esta época de santos y de administradores, de misticismo y funcionarismo,
corresponde un alto y devoto empleado montañés, antecesor común de muy dilatados y notarios linajes
peruanos: D Gonzalo Pérez de la Maza, primer Contador Mayor del Tribunal de Cruzada en Lima, y padrino y
protector de Santa Rosa”.
Gonzalo de la Maza, santanderino enviado a Perú para ponerse al frente de la recién creada Contaduría de
Cruzada en el Perú. Para él tendrá la gracia de poder hospedar en su misma casa, los últimos años de su vida, a
Rosa de Lima, la santa más popular de toda América. Ello no le impedía, más bien le impulsaba, seguir una
vida de militancia cristiana en la que la oración, la lectura espiritual y el ejerció de la caridad eran lo habitual,
convirtiéndole en un contemplativo en la acción, que lo lleva a unificar toda su persona y toda su actividad.
1. TRIBUNAL DE CRUZADA
La Bula de Cruzada es una institución basada en una concesión pontificia por la que se otorga favores
espirituales destinados a quienes se comprometían a participar en la lucha contra los infieles, tanto de forma
directa como indirecta. En un primer momento se encuentra con la institución de la Bula en Indias, llegamos al
año 1573, quizá el año mejor documentado, en el que nos encontramos con el primer asiento, tras la concesión
de Gregorio XIII. Disponemos también de Bulas Pontificias, Reales Cédulas, Instrucciones y ordenanzas,
cuentas, impresiones, etc. M. Mendiburu nos dice que el Tribunal de Perú fue fundado por el virrey Toledo pero
que “se organizó de nuevo en dicho año (1604) el Tribunal de la Santa Cruzada, siendo comisario delegado el
arcediano doctor D. Juan Velázquez de Obando”.
Crónicas como el Fr. Diego de Córdoba Salinas, nos confirma que la fundación sería de Lima en 1603: “el
Tribunal de la Santa Cruzada se fundó el año de 1603 para todas las cosas de la expedición de la bula y
privilegios de ella…el primer comisario de Cruzada que tuvo este Tribunal fue el Doctor D. Juan Velázquez,
Arcediano de la Iglesia de Lima”. El P. Bernabé Cobo, precisa en su información, al hablar de la “fundación de
Lima”, se refiere al tribunal de la Santa Cruzada como “de los más antiguos que se han fundado en esta
republica”, se remonta al 21 de junio de 1537.
5. LLEGADA A PERÚ
EL Subdelegado informa de la llegada del Contador el 29 de febrero de 1601. Sin concederse tregua alguna por
su falta de salud y cansancio, De la Maza comienza su tarea en la capital del virreinato. Así, desde Lima, en
1601, el Contador nos informa de cómo consigue el alcance de 44.130 pesos, por las bulas sobrantes de Potosí.
El 19 de noviembre de 1601 G. de la Maza escribe al Consejo de Cruzada quejándose del poco apoyo del
Virrey y la necesidad de orden real particular para las autoridades.
Un año después se le vuelve a recordar que el modo y manera de tomar las cuentas y lugar por el Contador
Gonzalo de la Maza sea como en la Contaduría Mayor de Castilla, con un oidor y los Oficiales Reales.
9. TESTAMENTO Y MUERTE
“Estando enfermo de cuerpo y sano de la voluntad, el 12 de septiembre de 1628 dicta su testamento”. Nombra
ejecutores del testamento a su yerno Andrés de Zabala y a su esposa doña María de Uzátegui, y como
universales herederos a su esposa e hijos. Era un 10 de octubre de 1628 si nos atenemos a la fe de muerte
levantada por el escribano real Gabriel de Rabandal.
Doña María, viuda del Contador, sobreviviría 16 años a su marido, dictando su testamento en Lima el 14 de
mayo de 1644, ante el notario Diego Nieto Maldonado. Fue enterrada junto a su marido en la iglesia de los PP.
Jesuitas de Lima, al lado del Evangelio, en la capilla de San Ignacio, hasta que, con la construcción del
Monasterio de Santa Rosa – su antigua casa – fueron trasladados sus restos a este lugar en el que actualmente
reposan.