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Enemigo Invisible
Introducción
Los virus son patógenos infecciosos demasiado pequeños para ser vistos en el
microscopio óptico, pero que a pesar de su tamaño son capaces de causar un caos. Las
formas más simples de virus están compuestas por una pequeña porción de ácido
nucleico rodeado de una cubierta proteica (o envoltura proteica o cápside). Como en el
caso de otros organismos, los virus portan información genética en sus ácidos nucleicos,
los cuales típicamente codifican tres o más proteínas. Todos los virus son parásitos
obligados que dependen de la maquinaria celular de sus hospedantes para reproducirse.
Los virus no son activos fuera de sus hospedantes (o huésped u hospedero), lo cual ha
llevado a que muchos sugieran que no son organismos vivos. Todos los tipos de
organismos vivos incluyendo animales, plantas, hongos y bacterias son hospedantes de
virus, pero la mayoría de los virus infecta solo un tipo de hospedante. Los virus causan
muchas e importantes enfermedades vegetales y son responsables por pérdidas en el
rendimiento y la calidad de los cultivos en todas partes del mundo.
El objetivo de este capítulo es brindar una sinopsis del fascinante mundo microscópico
de los virus vegetales y describir el concepto básico de virus, la estructura de las
partículas y genomas virales, los ciclos de vida de los virus, la evolución y diversidad de
los virus vegetales, así como también las más comunes presentaciones/manifestaciones
de las enfermedades virales en plantas y los principales enfoques para el manejo de las
mismas. Esperamos poder transmitir al lector nuestra frustrante admiración por estos
pequeños patógenos y su éxito en la manipulación de sus hospedantes.
Historia
Los comienzos de la virología vegetal se remontan a finales del siglo XIX, cuando el
microbiólogo holandés Martinus Beijerinck y el científico ruso Dmitrii Iwanowski
investigaban la causa de una misteriosa enfermedad del tabaco (Scholthof 2001). Estos
investigadores, en forma independiente, describieron un agente inusual que causaba la
enfermedad del mosaico en tabaco (Zaitlin, 1998). Lo que distinguía a este agente de
otros agentes causales de enfermedades era su tamaño mucho menor al de otros
microorganismos. Este agente, posteriormente denominado “virus del mosaico del
tabaco” (Tobacco mosaic virus, TMV), fue el primer virus en ser descrito. Desde
entonces, un gran número de diversos virus han sido encontrados en plantas, animales,
hongos y bacterias. El número actual de virus reconocidos es cerca de 4,000, de los
cuales cerca de 1,000 son virus vegetales. La principal razón por la cual estudiamos los
virus vegetales es el impacto negativo que las enfermedades virales tienen en la
producción de los cultivos. Históricamente, los virus han sido percibidos como una
amenaza casi exclusiva a la sanidad humana, animal y vegetal. Sin embargo, los
recientes progresos como resultado de un mayor entendimiento de las interacciones
virus-hospedante han transformado a los virus en importantes herramientas biomédicas
y biotecnológicas. Por ejemplo, los virus vegetales se usan para producir en las plantas
grandes cantidades de proteínas de interés (Pogue et al. 2002) y para desarrollar vacunas
seguras y de bajo costo contra virus humanos y animales (Walmsley and Arntzen 2000).
Biología Básica
Los virus representan no sólo otro grupo de patógenos, sino una forma de vida
fundamentalmente diferente. A diferencia de otros organismos vivos, los virus son no-
celulares. En contraste a las células, que se multiplican dividiéndose en células hijas, los
virus se organizan a partir de sus propios componentes estructurales. Las partículas
virales maduras están inactivas; se activan y replican sólo dentro de las células
infectadas. En otras palabras, los virus son parásitos obligados que no pueden ser
mantenidos en los medios de cultivos apropiados para células bacterianas, fúngicas,
vegetales o animales. Todos los virus están desprovistos de las maquinarias celulares
para sintetizar proteínas y producir energía. Como regla general, las partículas virales
son inmóviles fuera del hospedante infectado; necesitan de la ayuda de otros
organismos o del ambiente para su diseminación.
Morfología
Hay un simple principio estructural que se puede aplicar virtualmente a cualquier virus
en su forma madura. Las partículas virales (viriones) están compuestas por dos partes
principales: el genoma compuesto de ácido nucleico, y una cubierta proteica, la cual
proteje la particula viral. Además, algunas partículas virales están recubiertas por una
membrana externa compuesta de lípidos y proteínas (o membrana lipoproteica). Las
cubiertas proteicas (o cápsides) de los virus vegetales se ensamblan siguiendo uno de
dos tipos fundamentales de simetría. El primer tipo de virión es helicoidal (casi
elongado). Hay dos variantes principales de virus elongados: los “bastones” (o barra o
vara) rígidos (Figura 1) y los filamentos flexuosos (Figura 2). En ambas variantes, el
ácido nucleico está altamente organizado: toma la misma conformación helicoidal que
la cápside proteica. El segundo tipo de partícula viral es icosaédrica (casi esférica,
Figura 3); las variantes de esta forma básica incluyen a los viriones baciliformes (Figura
4) y los viriones gemelos compuestos por la unión de dos icosaedros incompletos
(Figura 5). En los viriones icosaédricos, el ácido nucleico genómico forma una esfera
parcialmente organizada dentro de la cápside proteica. Tanto los viriones icosaédricos
como los elongados pueden auto-ensamblarse en un tubo de ensayo si el ácido nucleico
y las subunidades proteicas se incuban bajo condiciones.
Figura 1 Figura 2
Figura 3 Figura 4
Figura 5
Los virus son los organismos conocidos más pequeños. El diámetro típico de un virus
vegetal esférico es aproximadamente 30 nm. La partículas rígidas, en forma de bastón,
del TMV miden 300 x 18 nm y consisten de un genoma de ARN de alrededor de 6,400
nucleótidos encapsulados por 2,130 copias de la cubierta proteica del TMV. Algunos de
los virus filamentosos alcanzan una longitud cercana a los 2000 nm o 2 µm. A modo de
comparación, el tamaño típico de una célula de mesófilo foliar mide alrededor de 50
µm.
Replicación
Como en cualquier otro organismo, la información para la replicación de los virus está
contenida dentro de sus genomas (Figura 6).
Figura 6
Dado que los virus vegetales son parásitos biotróficos obligados, sus ciclos de vida
comienzan con la penetración del virión a la célula. Los virus vegetales no pueden
penetrar por sí solos la cutícula y la pared celular de las plantas. Se cree que el virión
ingresa al citoplasma de la célula en forma pasiva, a través de heridas causadas por daño
mecánico en la cutícula y pared celular. El paso siguiente en la infección viral es la
remoción parcial o total de la cubierta proteica del virión en el citoplasma. Luego, la
célula interviene en la expresión del genoma viral proveyendo un aparato de
transcripción (para los virus de ADN) y un aparato de traducción (para todos los virus).
Los virus de ADN deben ser transportados al núcleo para la transcripción y de esta
manera tener acceso a las proteínas celulares necesarias para la producción de ARN
mensajero a partir de ADN viral. La traducción de ARN viral en el citoplasma produce
proteínas virales que son necesarias para completar el ciclo de vida del virus.
Todos los virus deben formar al menos tres tipos de proteínas: proteínas de replicación
esenciales para la producción de ácidos nucleicos, proteínas estructurales que
conforman la cubierta proteica y otros componentes de los viriones, y proteínas de
movimiento que sirven de intermediarias en el transporte de los virus entre las células
vegetales (Figura 6). Las proteínas de replicación viral se combinan con las proteínas
celulares para producir un complejo de proteínas que fabrican múltiples copias del
genoma viral. Estos nuevos genomas interactúan con las proteínas estructurales para
formar nuevos viriones. El siguiente diagrama (Figura 7) ilustra los pasos que se dan
dentro de la célula durante la replicación del virus del mosaico del tabaco (TMV).
Figura 7
Figura 8
Virus multiparticulados
Son virus con genoma segmentado y cada uno de los fragmentos están encapsidados en
una partícula independiente. El Virus del Mosaico de la Alfalfa (AMV, Bromoviridae)
tiene dividido su AN en cuatro partículas y para poder causar infección requiere que
estén presentes las cuatro partículas; a cada una de las partículas virales que están
seccionadas se les conoce con el nombre de Virión. Otro virus que tiene seccionado su
AN es el Virus del Mosaico del Chícharo de Vaca (CwMV, Comovirus) y la que
codifica la infección es la partícula del medio; el Virus del Cascabeleo del Tabaco
(TRV, Tobravirus) está dividido en dos partículas y si sólo se inocula una se codifica la
información para la reproducción de síntomas y no para la formación de proteína por lo
que se deben de inocular ambas.
• Begomovirus.
• Comovirus.
• Bromoviridae
Viroides
Satélites
Infección y transmisión
Supervivencia y diseminación
La supervivencia a largo plazo (incluso por décadas) de relativamente pocos virus, tales
como TMV, se da en el ambiente o por la transmisión mecánica pasiva de una planta a
otra (Ford and Evans, 2003). La mayoría de los virus vegetales son transmitidos en
forma activa de una planta infectada a otra sana por un organismo vivo, llamado vector.
Los artrópodos herbívoros, nematodos, y hongos fitófagos son los principales tipos de
vectores de virus vegetales (Walkey, 1991). Entre ellos, los áfidos y las moscas blancas
(Figuras 10A, B, C) tienen la capacidad de transmitir el mayor número de especies de
virus. La mayoría de los virus se transmiten activamente por vectores a plantas sanas en
cuestión de segundos, horas o días. Además, algunos virus se transmiten a partir plantas
infectadas cuando éstas son propagadas vegetativamente, por ejemplo, como tubérculos
o injertos. También, puede haber transmisión “vertical” a partir de semillas o polen de
plantas infectadas. Este tipo de transmisión es particularmente importante para la
supervivencia invernal de los virus.
Figura 10
Figura 11
A estos virus, les toma cerca de 12 horas circular dentro de su vector (áfido) antes de
poder ser transmitidos a otra planta (Gray and Gildow, 2003). Para otros vectores de
virus vegetales, la relación es muy “íntima” y los virus en realidad se multiplican dentro
de las células de sus insectos vectores. Por ejemplo, el virus del marchitamiento
moteado del tomate (Tomato spotted wilt virus) se multiplica en las células de su vector
(thrips), y una vez que los thrips adquieren el virus lo pueden transmitir mientras vivan
(Sherwood et al. 2003). A estos virus vegetales que se multiplican en sus insectos
vectores se los consideran virus de plantas y de insectos simultáneamente. Debido a que
las prácticas de manejo de enfermedades con frecuencia están diseñadas para controlar a
los vectores, entender el proceso de transmisión viral es de suma importancia para el
desarrollo de estrategias efectivas de manejo de enfermedades causadas por virus
vegetales.
Interacciones Planta-Virus
En teoría, los virus pueden infectar todas las especies de plantas cultivadas y silvestres.
Sin embargo, los rangos de hospedantes de cada virus son variables, pudiendo ser muy
reducidos o muy amplios. Por ejemplo, el virus de la tristeza de los cítricos (Citrus
tristeza virus) infecta solamente a pocas especies del género Citrus, mientras que el
virus del mosaico del pepino (Cucumber mosaic virus) afecta a más de 1000 especies en
85 familias de plantas. La susceptibilidad o resistencia de las especies y cultivares
vegetales a los virus está determinada principalmente por el genotipo del hospedante.
Las plantas poseen mecanismos activos y pasivos para prevenir la infección viral. Las
defensas pasivas se dan cuando la planta no produce uno o más de los factores
requeridos para la reproducción del virus y su dispersión en el hospedante. Las defensas
activas incluyen la detección y destrucción de células infectadas con el virus, y son
producidas por genes de resistencia específicos en la planta. Normalmente, los genes de
resistencia son efectivos solamente contra un virus en particular. Además, las plantas
poseen un sistema general de defensa comparable con el sistema inmune animal. La
principal diferencia entre ambos es que el sistema inmune animal actúa sobre las
proteínas del patógeno, mientras que el sistema de defensa vegetal, conocido como
silenciamiento por ARN (“RNA silencing”), detecta y degrada las moléculas de ARN
viral (Wassenegger and Pélissier 1998).
Figura 12
Los síntomas foliares típicos de enfermedades virales incluyen patrones de mosaico
(Figura 9), lesiones cloróticas o necróticas (Figura 13), amarillamiento, estrías o franjas
(Figura 14 y 15), descoloración y formación de bandas en las nervaduras (Figura 16)y
enrollamiento y curvatura foliar (Figura 17). Los síntomas florales incluyen
deformación y cambio en el color de las flores, con posible mosaico, llamado
“corrimiento” o “quebrado” del color (Figura 18 y 19). Los síntomas en frutos y otros
órganos vegetales incluyen patrones de mosaico (Figura 20), achaparramiento,
descoloración o malformación (Figura 21), y anillados cloróticos (Figura 22 y 23). Los
tallos de las plantas pueden desarrollar quebraduras, hundimientos y tumores en
respuesta a la infección viral (Figura 24).
Figura 13
Figura 14
Figura 16
Figura 15
Figura 17
Figura 18
Figura 20
Figura 19
Figura 21 Figura 22
Figura 23 Figura 24
Los síntomas inducidos por los virus vegetales conllevan a una reducción de la calidad
y rendimiento de los cultivos. La importancia de estas pérdidas queda demostrada por
los tres siguientes ejemplos. En África, el virus del hinchamiento de los brotes del cacao
(Cacao swollen shoot virus) (Bowers et al. 2001) causa, aproximadamente, pérdidas
anuales de 50,000 toneladas de granos de cacao lo cual representa un valor estimado de
$28 millones de dólares. En el sudeste asiático, la infección del arroz con el virus del
tungro del arroz (Rice tungro virus) provoca una pérdida anual estimada de $1.5
billones de dólares (Hull 2002). El virus del marchitamiento manchado del tomate
(Tomato spotted wilt virus) infecta a una amplia variedad de plantas, incluyendo tomate,
maní y tabaco (Sherwood et al. 2003), y las pérdidas anuales mundiales estimadas
debido a la infección por este virus rondan el $1 billón de dólares (Hull 2002).
Figura 25
Figura 26
5. Propiedades de la cubierta proteica. Técnicas inmunológicas. Estos experimentos
se basan en la identificación de un virus (el antígeno) a través de la reacción con sus
anticuerpos específicos. Los anticuerpos específicos son producidos por un animal
cuando proteínas foráneas son introducidas en éste. Para obtener anticuerpos que
reaccionen específicamente con un virus vegetal en particular, los investigadores
inyectan una preparación purificada del virus vegetal en el animal (generalmente un
ratón o conejo). Varias semanas después de la inyección, se colecta la sangre del
animal y los anticuerpos se separan de ella. Estos anticuerpos reaccionan
específicamente con las proteínas virales que fueron inyectadas en el animal, y los
investigadores usan la ventaja de esta interacción específica para diseñar técnicas de
laboratorio para la detección de estos virus vegetales.
Uno de los métodos más utilizados para el diagnóstico de virus vegetales está
basado en el uso de anticuerpos. Este método es el ensayo de inmunoabsorción de
enzima ligada, o ELISA (nota del traductor: del inglés: “Enzyme-linked
immunoabsorbent assay”). Un ejemplo de uno de los tipos del método de ELISA se
ilustra en la Figura 27. En este ensayo, un extracto de tejido vegetal en evaluación
para la presencia de virus se incuba en uno de los orificios o pocitos (“wells”) de
una placa plástica microtitulada, y los viriones presentes en el extracto se unen a la
superficie del orificio. Luego, el anticuerpo del virus es agregado al pocito y el
anticuerpo se une a las partículas virales. Un segundo anticuerpo que ha sido
conjugado, o ligado, a una enzima es agregado al pocito donde se une al primer
anticuerpo. Después de un lavado para remover el conjugado no ligado de enzima-
anticuerpo, se agrega un sustrato incoloro para la enzima. La enzima procesa el
sustrato produciendo un compuesto coloreado (por ejemplo, amarillo). La presencia
del color indica la presencia del virus, y la intensidad del color puede usarse para
estimar la concentración viral. El método ELISA es, por lejos, la técnica
inmunológica más utilizada en agricultura para la identificación de virus.
Figura 27
Muchos años antes de que se descubriera que los viroides son patógenos especiales y
diferentes a los virus vegetales, las enfermedades causadas por viroides eran clasificadas
como enfermedades virales. Una razón para esta confusión es que los tipos de síntomas
inducidos por viroides en las plantas son similares a aquellos inducidos por virus
vegetales. Estos síntomas pueden verse listando los nombres imaginarios otorgados a
ciertos viroides (cabe mencionar que los viroides se nombran de manera similar a los
virus vegetales, con la diferencia de que el nombre terminar en “d”): el viroide del
tubérculo ahusado de la papa (Potato spindle tuber viroid, PSTVd), el viroide de la piel
cicatrizada de la manzana (Apple scar skin viroid, ASSVd) (Figura 29), el viroide de la
quemadura de sol del aguacate (o palto) (Avocado sunblotch viroid, ASBVd), y el
viroide del cancro pustuloso de la pera (Pear blister canker viroid, PBCVd) A pesar de
ser muy pequeños, la importancia económica de los viroides puede resultar devastadora.
Se estima que más de 30 millones de palmas cocoteras en las Filipinas han muerto como
resultado de la enfermedad causada por el viroide cadang-cadang del cocotero (Coconut
cadang-cadang viroid, CCCVd) (Figura 30)
Figura 29 Figura 30
Conclusiones
Los virus vegetales y los viroides son grupos de agentes fitopatógenos diversos e
inusuales que infectan y causan enfermedades en muchos cultivos vegetales. Debido a
que estos patógenos dependen de la maquinaria celular normal de sus hospedantes para
poder reproducirse, es difícil eliminarlos sin dañar al hospedante. Por lo tanto, la mayor
parte de estrategias de manejo para las enfermedades causadas por virus vegetales y
viroides están apuntadas a prevenir la infección de la planta.
Tabla 1. Sitios web de interés con información de virus fitopatógenos (en inglés)
Nomenclatura Virus vegetales “online”, http://image.fs.uidaho.edu/vide/refs.htm
Viral descripciones y listas de la base de
datos VIDE