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XENOTRASPLANTES

La utilización de órganos de animales (xenotrasplantes) permitiría aliviar la escasez de


órganos. Y además esta investigación podría servir tal vez para encontrar soluciones
nuevas al rechazo inmunológico, producir tejidos inmunes a patologías humanas o
aliviar ciertos padecimientos como el Parkinson o las enfermedades genéticas y
carenciales.

Animales utilizables.

Parecería en principio que los primates, por su semejanza con el hombre, son los
animales más deseables. Pero precisamente por eso, la utilización de estos animales
suscita más reparos morales. Y por ser más parecidas también sus enfermedades,
presentan mayor riesgo de contagio infeccioso. Además, sus camadas suelen ser únicas
y sus crías de crecimiento lento.

Y se carece de experiencia con su crianza en cautividad a gran escala. Finalmente,


algunas especies de primates se encuentran en peligro de extinción.

Ninguno de los anteriores inconvenientes aparece en el cerdo, y por eso se considera a


este animal como el más aceptable.

Problemas técnicos.

Existen, hoy por hoy, tres grandes obstáculos al xenotrasplante: rechazo inmunológico,
incompatibilidad fisiológica y riesgo de infección.

Rechazos inmunológicos.

El xenotrasplante de cerdo produce en las primeras horas un rechazo hiperagudo por la


activación del complemento y la presencia de anticuerpos preformados en el receptor.
Este rechazo se puede solucionar produciendo cerdos transgénicos por ingeniería
genética.

Días después del rechazo hiperagudo sobreviene el rechazo xenogénico tardío, y más
tarde aún el rechazo celular. Estos otros tipos de rechazo están siendo más difíciles de
solucionar. Y obligarían a aumentar las dosis de drogas inmunosupresoras con todos sus
efectos indeseables.

Incompatibilidades fisiológicas.

Los órganos responsables de procesos metabólicos o productores de proteínas y


hormonas que pueden tener dificultades de adaptación, incluyendo una falta de
efectividad de sus productos químicos o una falta de sensibilidad a las señales del
receptor.

” Por eso cabe esperar mayor viabilidad de los órganos bioquímicamente más inertes,
como el corazón.
Riesgos infecciosos.

El xenotrasplante, por su íntima conexión con el huésped y por el estado de


inmunosupresión del mismo, se encuentra en las condiciones perfectas para transmitir
infecciones.

Algunas infecciones estarían producidas por toda clase de microorganismos exógenos


oportunistas que llegan con el injerto. Estas infecciones serían bastante previsibles,
extremando la higiene y las medidas de profilaxis.

Más incontrolables serían las infecciones producidas por retrovirus endógenos latentes
en el genoma de las células animales. Estos retrovirus, imposibles de eliminar
previamente, podrían reactivarse o recombinarse en el huésped.

Podrían así producirse enfermedades infecciosas en el receptor, algunas de las cuales


podrían ser nuevas para la especie humana y transmitirse epidémicamente.

Problemas éticos.

Derivados del riesgo epidémico

La historia de la medicina nos recuerda que casi todas las grandes epidemias históricas
han tenido un origen animal.

El riesgo infeccioso de los xenotrasplantes es potencialmente gravísimo y obliga a


extremar las precauciones. Hay quien considera incluso que resulta necesaria una
moratoria que posponga los xenotrasplantes hasta que no se hayan reunido muchas más
pruebas de su inocuidad infecciosa.

En cualquier caso, corresponde a las autoridades sanitarias públicas regular la


investigación y el uso de los xenotrasplantes. Y son necesarios mecanismos estrictos de
control, prevención, seguimiento y vigilancia epidemiológica internacional.

Relacionados con reparos a la quiebra de barreras interespecíficas.

La existencia de leyendas de híbridos y quimeras así como de mitos sobre la fusión del
hombre y la bestia requiere deshacer todos los temores y prejuicios que se asocian con
ello.

El xenotrasplante no parece, desde luego, indigno del ser humano ni capaz de alterar la
identidad o la psicología humana. Habrá que vigilar, no obstante, el posible impacto
psicológico. Y mantener confidencialidad y secreto médico para evitar los juicios
negativos y la discriminación de los receptores.
Vulneración de los derechos o el interés de los animales

Este problema es más acusado con primates que con cerdos. Y siempre obligará a evitar
el sufrimiento animal inútil o desproporcionado.

Consecuencias generales sobre la práctica de los trasplantes

Si en un futuro se llegaran a generalizar los xenotrasplantes, los órganos se convertirían


en productos comerciales de alto coste. Se acabarían las donaciones altruistas y
surgirían los problemas de un mercado sanitario inasequible para los menos ricos.

Directivas éticas y normativas actuales

La OMS recomienda restringir los xenotrasplantes a instituciones sanitarias acreditadas,


en aquellos países que tengan establecidos mecanismos de control y supervisión, y estén
dispuestos a colaborar internacionalmente en la prevención de posibles epidemias.

Algunos países han establecido moratorias para su uso en humanos. En España existe
una subcomisión de xenotrasplante que deberá evaluar todos los ensayos. Antes de
autorizar el trasplante a humanos, exige, entre otras cosas, demostrar supervivencias
mínimas de 6 meses en animales de experimentación y ausencia de transmisión de
agentes infecciosos.

DISTRIBUCIÓN JUSTA DE RECURSOS VITALES ESCASOS

Los recursos vitales que resultan insuficientes para todos no deben distribuirse
siguiendo las reglas del libre mercado.

Es necesario adoptar criterios de justicia distributiva que sean públicamente defendibles


y aceptables.

En el caso de los trasplantes, la justicia y la transparencia son especialmente necesarias


porque el sistema se apoya en la donación altruista. Y sólo habrá donaciones altruistas si
existe confianza en que su finalidad es irreprochable y su distribución es justa.

Dos concepciones de la justicia distributiva

Existen, en esquema, dos criterios de distribución distintos, aunque pueden llegar a ser
complementarios.

1. Una justicia de principios. Es la que parte de alguna concepción “de principio” acerca
de cómo distribuir recursos (según mérito, necesidad, derechos adquiridos,
compensación del infortunio, etc.). El principio más aceptado es el de igualdad, que a su
vez puede ser entendido como derecho a recursos iguales, o como derecho a un nivel de
salud igual, asumiendo gastos diferentes para cada individuo, y dando más al que más
necesita.
2. Una justicia de consecuencias (utilitarista). Es la que persigue el mayor bien del
mayor número. Pero, según el bien que se persiga, hay que diferenciar:

a) Un utilitarismo médico. Es el que pretende optimizar parámetros sanitarios


(esperanza de vida, calidad de vida, m ortalidad...). Es aceptable, aunque con
restricciones, en determinados casos, eligiendo por ejemplo al paciente de mejor
pronóstico médico.

Pero puede inducir a postergar a los pacientes más necesitados o más desfavorecidos
por la suerte, simplemente porque en ellos una misma cantidad de recursos produce
menos resultados sanitarios objetivos.

b) Un utilitarismo social. Es el que persigue beneficios sociales (favorecer a pacientes


más útiles para la sociedad o más valorados socialmente, o por el contrario, posponer a
los pacientes perjudiciales para la sociedad). Este utilitarismo social es mucho menos
justificable.

CRITERIOS DE DISTRIBUCIÓN DE ÓRGANOS

Debe existir un sistema de distribución que sea: equitativo, transparente, eficiente,


adaptado a las circunstancias, consensuado, explícito y supervisado.

Los sistemas nacionales que respetan estas exigencias tienen las siguientes
características:

• Reconocen a todos los enfermos un derecho igual al trasplante,

• Excluyen los criterios sociales o de utilitarismo social.

• Aplican sobre todo criterios médicos como son la necesidad médica del receptor y la
probabilidad de éxito del trasplante.

• Se rigen por normas públicas debatidas, consensuadas y supervisadas por las distintas
organizaciones y asociaciones.

Criterios utilizados de hecho

1. Rescate: concede prioridad a la urgencia vital con riesgo de muerte inminente.

2. Compatibilidad: los órganos son para el grupo de receptores compatibles según grupo
sanguíneo y tamaño.

3. Proximidad geográfica: se concede el órgano al centro o área donde ha sido obtenido,


y después a los más próximos.

4. Antigüedad del paciente en la lista de espera.

Críticas y objeciones posibles


1. Un sistema como el descrito, que prioriza absolutamente la urgencia, no logra el
mayor rendimiento médico de los órganos. Porque los pacientes más urgentes suelen
tener peor pronóstico.

2. ¿Es aconsejable implantar criterios de compromiso, o clientela, que prioricen a los


ciudadanos del país?

3. ¿Son totalmente inadmisibles los criterios sociales y los principios distintos a la


igualdad estricta? Por ejemplo, una madre con una insuficiencia hepática de origen
infeccioso, que está criando a sus hijos, ¿debe tener igual prioridad frente a un trasplante
de hígado que un alcohólico culpable de haber contraído su cirrosis hepática?

SELECCIÓN DE RECEPTORES

Hasta que un paciente recibe finalmente un órgano, debe atravesar un proceso de


selección en dos etapas: selección y asignación.

Primera etapa: selección inicial de candidatos

El candidato es remitido a un centro trasplantador que evalúa los posibles beneficios del
trasplante, teniendo en cuenta que estos beneficios deben ser exclusivamente médicos y
no sociales.

Son admitidos los pacientes que tienen una cierta probabilidad de éxito significativo y
los que forman parte de una investigación que contribuye al progreso científico.

Se desechan los que no tienen indicación médica, o los que tienen alguna
contraindicación.

• Sólo se excluyen los pacientes cuya condición médica o psicopatológica hace muy
improbable, o muy pequeño, el beneficio.

• Algunas contraindicaciones, aunque no sean puramente médicas, pueden llegar a ser


decisivas si empeoran significativamente el pronóstico médico, como puede ocurrir en
casos de: drogadicción, alcoholismo activo, enfermedades psiquiátricas graves, falta de
soporte familiar, obesidad extrema o retraso mental muy importante.

Segunda etapa: asignación final del órgano

Deben existir unos criterios consensuados públicamente, y revisados periódicamente.

En esta etapa son más objetables los criterios puramente utilitaristas y los principios
distintos a la igualdad.

Los criterios de distribución de órganos vitales son:

1. Urgencia vital (también llamada urgencia 0). Constituye prioridad nacional para
enviar el órgano.
2. Proximidad geográfica y grupo sanguíneo compatible. El órgano se ofrece en primer
lugar al centro que lo ha obtenido, después sucesivamente a la ciudad, comunidad, país
y otros países.

Se realiza así la elección final del receptor:

• El centro trasplantador elige al receptor idóneo haciendo un balance entre utilidad


médica y justicia, y evitando criterios sociales.

• La antigüedad en la lista de espera debe ser tenida en cuenta.

ORGANIZACIONES DE CONTROL Y ASIGNACIÓN DE ÓRGANOS

Las altas tasas de donación y el buen éxito de los trasplantes dependen de la existencia
de una organización general unificadora y de una red de hospitales acreditados.

Gracias a estos aspectos organizativos, España mantiene desde hace bastantes años las
tasas de donaciones más altas del mundo. Por lo que el llamado “modelo español” ha
sido recomendado y exportado a muchos otros países.

En España hubo 34,4 donaciones de cadáver por millón de habitantes en el 2009 y 32 en


el 2010, con menos de un 20% de negativas. Lo que contrastó en el año 2010 con los 25
donantes por millón en EE.UU., 18,4 en la Unión Europea, 7,2 en Latinoamérica y 0,8
en Japón.

La Organización Nacional de Trasplantes (ONT)

En España, la ONT es una organización técnica, dependiente del Ministerio de Sanidad,


estructurada en 3 niveles: nacional, regional y hospitalario. Existe un coordinador
nacional que preside la comisión de trasplantes, en la que están representadas las 17
comunidades autónomas por su respectivo coordinador regional.

La oficina central efectúa la coordinación y los cometidos más generales, entre los que
destaca la organización de conferencias y documentos de consenso.

La figura clave del sistema es el coordinador local de trasplantes que existe en cada
hospital, el coordinador local forma un equipo con varias enfermeras, integrando la
unidad de coordinación de trasplantes.

La unidad de coordinación de trasplantes desempeña las siguientes funciones:

Convertir los donantes potenciales en donantes reales: a través de la detección,


obtención del consentimiento y mantenimiento del donante hasta la extracción de
órganos.

• Organización de la extracción.

• Screening de enfermedades transmisibles en el donante.


• Seguimiento postrasplante del injerto.

• Información postrasplante a los familiares del donante.

• Participación en reuniones y actividades relacionadas.

BIBLIOGRAFIA
Sánchez M. 2013. Bioética en ciencias de la salud. Trasplante de órganos. Elsevier
España. Págs. 373-385.

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