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EL HALLAZGO DE FANTASÍAS INCONSCIENTES A LA MANERA DE UN

SUEÑO AMENAZANTE EN UN GRUPO HOMOGÉNEO DE PACIENTES


DIALIZADOS EN ESPERA DE TRANSPLANTE RENAL.

Antonia Staforelli Mosca - Luis Suárez Gaensly

1.-Introducción

El presente escrito surge del interés de los autores que participaron en la


experiencia de una Psicoterapia Analítica breve de grupo, con un conjunto
de pacientes dializados por daño renal crónico y en espera de transplante
renal.
Ambos vivimos este experiencia en el transcurso del año 1997, en el
Servicio de Psiquiatría de Enlace (Servicio de Psiquiatría Hospital El
Salvador de Santiago de Chile)
En este lugar tuvimos la oportunidad de observar las demandas de
ayuda psicológica formuladas por el equipo y pacientes, de transplante del
hospital, y las dificultades de ser atendidas por el equipo psicoterapéutico
de dicho centro.
Ante la problemática y conociendo la eficacia de la técnica grupal
psicoanalítica nos aventuramos en este desafío que iremos relatando a
continuación.

2.- Obstáculos y Dificultades: figura y fondo.

Dentro de las dificultades con que nos enfrentamos, dos de ellas se


presentaron desde un comienzo: por un lado, la limitación del tiempo de que
disponíamos, que se resolvió adoptando un modelo de psicoterapia grupal
dinámica breve, siguiendo a Nacher y Camarero(1995).
Además pudimos enfrentar este dificultad a través del conocimiento de la
experiencia de William Piper (1995), quien trabaja en terapias breves de 12
sesiones, con pacientes que han experimentado dificultades en la
elaboración de la pérdida de uno o más personas.
A favor de la brevedad y del privilegio que queremos dar a nuestra
experiencia clínica con este grupo particular de pacientes, no nos
extenderemos en lo que podría ser una explicación del ¿por qué grupo?
¿y/o por qué breve?
En principio, tan sólo quisiéramos señalar que numerosos autores
concuerdan que, dentro de las terapias grupales, se puede producir una
aceleración de los procesos de toma de conciencia de roles, basada en lo
que puede ser entendido por el concepto de transferencia múltiple, de la
que, aludiendo a imágenes gráficas, podríamos decir que "el análisis
individual es un espejo, al que tenemos que poner en distintos ángulos para
verlo todo, mientras el grupo es una habitación toda tapizada de espejos,
donde no podemos mirar ningún lado sin vernos reflejados". (1959).

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En cuanto a la brevedad o tiempo limitado, pensamos junto a Nacher y
camarero (1995), que la "controversia en torno a su utilidad está lejos de
apagarse".
No entraremos en este debate, pero quisiéramos recordar que Freud ya
en 1937, en análisis terminable e interminable, describe una modificación
técnica usada por él, entre otros casos, en el muy conocido "hombre de los
lobos". Se trata, como ya sabemos, de "fijar un límite al tratamiento". Por
otra parte, Jones, nos cuenta en su biografía de Freud que hacia 1910 se
encontró con Gustav Mahler, afecto de una neurosis obsesiva y de una
impotencia sexual pasajera.
Conversaron cuatro horas, con resultados ya conocidos.
La segunda dificultad que nos parece importante, ya que hizo peligrar la
consecución de la tarea, se podría comprender como un desprestigio de lo
psicológico en la cultura hospitalaria, - entendido por nosotros como una
merma en la importancia de la relación médico- paciente, con un sesgo
hacia la posición de la parcelación del ser humano - que ha sido tema de
conflicto en numerosos centros hospitalarios.
En su resolución apuntaría a una cura tomando en cuenta, al decir de
Parada(1997), a "la persona sufriente", y no sólo los cuerpos como único
interés.
El reflejo de lo anterior se pudo ver en intervenciones del personal
médico y paramédico.
En la primera de las sesiones, después de una larga espera, se nos
comunicó que la sala en la cual habíamos sido citados, había sido ocupada
para una reunión de carácter médico, "más importante".
En otra ocasión, se sugiere que la terapia sea hecha durante el período
en que se dializaban los pacientes, porque: "algunos se aburren tanto, así
se les pasaría más rápido el tiempo".
De un modo similar, se les comunicaba a los potenciales integrantes del
grupo que debían asistir a unas "charlas", que tenían que ver con el
transplante y que si no lo hacían, no podrían transplantarse.
Todas estas intervenciones, muchas veces bien intencionadas en el
dominio consciente, nos mostraron la posibilidad de la existencia de un
conflicto de tipo inconsciente no resuelto en relación con nuestra tarea,
donde por una parte surge la necesidad de ayuda psicológica en un campo
médico y por otra parte aparece la desvalorización.
Al decir de Liberman (1976), habría en este tipo de comunicación, una
perturbación a predominio pragmático.

3.- Hipótesis de trabajo: Lo onírico y lo regresivo en lo grupal.

Para Freud el sueño no es solamente un fragmento de nuestra vida


infantil rechazado, sino que retoma y recopila las fases primitivas de la
historia humana, utilizando las teorías Darwinianas de la horda primitiva,
aportando nuevos desarrollos a la teoría psicoanalítica de la figura fraterna,
de la incorporación oral, de la identificación, de la culpa, del padre muerto
simbólico, de la teoría religiosa etc.
El concepto de regresión, no sólo se relaciona con el concepto biográfico
ontogenético, sino con lo filogenético.

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Freud estableció este paralelismo, correlacionando el fenómeno onírico
en la coordenada ontogenética, con la primitivización de las funciones
psíquicas de fácil evocación filogenética.
Nos parece importante recordar aquí, que este término lo toma de
Nietzsche, quien concibió al sueño como un retorno a modos de
funcionamiento mental prehistórico.
Por otra parte, la regresión traduce un acontecer fenomenológico en el
sujeto en general y en este grupo en particular, como un modo defensivo
y/o adaptativo a la realidad pulsional interna y ambiental plagada de
requerimientos nuevos y desbordantes.
El proceso regresivo desata la prevalencia de modos figurativos y
sincréticos de expresión, que son parangonables al sueño, aunque sin ser
alucinatorios.
Desde Freud la regresión formal, se complementa con la regresión
temporal, por cuanto se recuperan contenidos y deseos, así como huellas e
imágenes correspondientes a la vida del infante.
Además, se añade la regresión topográfica por cuanto se retoman
formas de representación y figuración que resultan parangonables al sueño
y a la alucinación.

La información que teníamos acerca de este grupo homogéneo de


pacientes era que manifestaban una alta incidencia de trastornos
depresivos, presentes durante todo el tiempo en que eran dializados, que se
mantenía durante el período en que estaban en espera de transplante renal
y que experimentaban un aumento en el período pos transplante, que
sorprendía no sólo al equipo de médicos, sino también al propio enfermo.
La comprensión basada en el sentido común de esta depresión pos
trasplante se explicaba con distintas hipótesis hechas por el equipo de
transplante.
La más socorrida era: "se acostumbran a funcionar como niños, siempre
cuidados y a que les hagan todo. Después, les cuesta volver a ser
independientes".
Aceptamos como premisa fundamental que es un grupo de pacientes
traumatizados por los numerosos duelos que les ha tocado experienciar, a
partir de la pérdida primera que sería la de su función renal. Luego, se suma
una cadena de pérdida: laborales, afectivas (amistades, pareja, familia),
sociales, recreación, etc., por la disminución de su tiempo útil, entre otras
causas, que terminan desencadenando un aislamiento que implica perder
su red de apoyo y finalmente su proyecto de vida.
Nuestras hipótesis de trabajo se fundamenta en que esta cadena de
pérdidas descritas anteriormente y el hecho de conectarse a la máquina de
diálisis, produce en este grupo de pacientes, una regresión que podría
homologarse a la dependencia extrema que implica la lucha por la vida y el
temor a la muerte, que aparece en los primeros estadios del desarrollo
descrito por M. Klein.
En este momento el bebé requiere para su desarrollo, la función de una
mamá continente capaz de una función de reveriè, tal como lo describiera
W. Bion.
Análogamente, estos pacientes podrían sentir esta máquina dializadora,
como una madre que desintoxica; pero en este estado de extrema

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dependencia generaría un conjunto de ansiedades de carácter muy
primitivo que no son metabolizadas y que podrían desencadenar distintos
procesos psicopatológicos, llegando incluso a la posibilidad de un rechazo
al implante renal.
Nuestra labor, entonces, se situaría en un intento de posibilitar esta
desintoxicación mental, ubicándonos desde una posición terapéutica
facilitante de un ambiente continente, que permitiera una circulación de las
ansiedades esquizo-paranoides, acumuladas por las condiciones descritas
anteriormente.
Compartimos con Ganzaraín (1995), las distintas tendencias que existen
dentro y fuera de lo psicoanalítico, y con Sandler (1983), que cualquier
posición teórica, frecuentemente permanece implícita.
Nuestra formación particular, se asienta fuertemente en los aportes pos
freudianos de Klein y Bion y otros autores ulteriores.
Es así como con Parloff (1968), combinamos sucesivamente
interpretaciones que abordan lo intrapersonal y lo interpersonal, con
aquellas que toman al grupo-como-un-todo, en un enfoque no exclusivista, y
cuando lo hacemos, lo entendemos, siguiendo a Davanzo (1998), que esto
es una estación de paso, en el trabajo recurrente de la interpretación y el
working-through", destacando el "insight" que descubre un común
denominador entre los contextos de la experiencia externa contemparánea
y la infantil, con su aporte genético. Cuando este "padrón vincular" es
enriquecido mediante el impacto de la interpretación transferencial, es decir,
lo experienciado en el "aquí y ahora" de la sesión, ayuda a no incurrir en la
intelectualización.

4.- Desarrollo

Nuestro grupo se constituyó con las dificultades ya señaladas. Se


entrevistó previamente a los pacientes para descartar la patología que
hiciera imposible esta experiencia terapéutica. Reunimos a once paciente,
de los cuales dos desertaron tempranamente, (en la segunda sesión), por
"cambio en el horario de diálisis", que le hacía imposible concurrir, por
coincidencias de horarios.
En la primera sesión se les señalaron las reglas de la terapia, la duración
de la misma (14 sesiones) y se les instó a comunicar con libertad todo
aquello que se refiriera a sí mismos como a los otros y luego se les invitó a
presentarse, "quién soy y qué me pasa". Las interpretaciones estuvieron
centradas tanto en el individuo como en el grupo como un todo, incluyendo
las relacionales.(H. Davanzo).
El régimen fue en coterapia y hubo dos observadoras, ambas psicólogas
en práctica.
El grupo se movió desde el comienzo en un supuesto básico de
dependencia, donde surgen ansiedades psicóticas primitivas, relativas a
vivencias angustiosas de vida o muerte frente a la diálisis que tres veces
por semana deben realizar, con una duración de 4 horas por vez.
Los contenidos expresados en la primera sesión hablan de una diálisis
idealizada.
Los integrantes del grupo se esforzaban por mostrar a los terapeutas y a
sus compañeros, que rápidamente se sintieron mejor tras las primeras

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diálisis, que no tenían problemas de ningún tipo con ella porque: "si no fuera
por la diálisis, estaríamos muertos". Además, daban cuenta de que era
tratados con cuidado y afecto. Otras frases dichas por los pacientes
evidenciaban lo anterior: "desde que me empecé a dializar, volví a vivir",
"uno puede comer de todo antes de la diálisis, total, la máquina se
encarga", etc. No hubo en esta sesión la comunicación de aspectos
negativos.
En la segunda sesión ya comienza a aparecer algo distinto, lo que nos
permite pensar que lo ocurrido en la primera sesión tiene que ver, según
nuestro parecer, con la necesidad de negar la realidad psíquica sufriente,
que esconde contenidos altamente primitivos.
Como veremos en el desarrollo de esta comunicación, este juego
dialéctico de resistirse a la experiencia emocional y desearla por otro lado,
está siempre presente. Esta dialéctica también la podemos entender en los
conceptos teóricos - técnicos "Bionianos" como la relación entre la aparición
de los "supuestos Básicos" y el "Grupo de trabajo".
Dicho de otro modo, el trabajo terapéutico se mueve constantemente
entre la defensa y la interpretación, que daría paso a la emergencia de
material reprimido(H. Davanza, 1998).
Siguiendo con la segunda sesión, después de un silencio prolongado,
aparecieron algunas tendencias temáticas, tales como el presentarse con
una "máscara" ante los otros, como en la diálisis: "uno no puede mostrarle
ni decirle a su familia lo que a uno le pasa, se hundirían".
Lo anterior se aprecia como una "actitud" que fue desvaneciéndose poco
a poco y que fue reiteradamente señalada e interpretada y, que consistía
en: "mostrarse a los demás compañeros y a los terapeutas, con una sonrisa
amable, como si nada les pasara o molestara".
Luego, poco a poco, se hace patente el estado de confusión, como una
defensa para no experimentar dolor psíquico.
Lo recién descrito está ligado a la huida de angustias de fragmentación
subyacentes.
A modo de ejemplo una paciente dice: "yo no tengo ningún problema,
porque sólo confío en dios", para luego mostrar su brazo deformado por una
fístula, con expresiones que denotan su rabia por esta condición,
exponiendo acto seguido contenidos como "la mentira de la fístula".
Más tarde se genera una conversación grupal en torno a cómo se
relacionan con el personal de diálisis, por ejemplo: "Yo siempre le llevo
regalitos a la enfermera", y luego: "a veces no puedo y se queda como
esperándolo con mala cara".
Otro paciente interrumpe y dice que las enfermeras son muy cuidadosas,
para inmediatamente después referir que a veces los ponen en cualquier
lado: "me ponen cerca de las ventanas, en las corrientes de aire, no les
importa si me agarro una pulmonía".
Lo descrito anteriormente relacionado al personal de diálisis, se
interpreta en la transferencia, luego de la aparición de un relato que hace
una paciente que resultó muy eficaz para la comprensión de lo que estaba
pasando más profundamente.
La paciente dijo que en una oportunidad le ocurrió lo siguiente: "me
estaban dializando y vomité todas las lentejas, y salieron disparadas para
cualquier lado".

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Esto se interpreta como el temor a expresar en el grupo sus protestas y
emociones que son sentidas como vómitos, y que ella no sabe si van o no a
ser toleradas y acogidas por los terapeutas y el resto del grupo.
Esta interpretación se formula reiteradamente y de diversas formas y en
distintos momentos, dada la resistencia grupal.
Después de un arduo trabajo, aparece la idea portada por un miembro
joven del grupo, que bordeaba los 30 años, en que relata:
"Yo no tengo que estar agradecido a nadie, yo no tengo porqué hacerle la
vida grata a ellos( doctores y enfermeras)".
"Admiro que ella dé gracias a Dios, cuando yo lo primero que perdí fue
la fe, antes era bien allegado a la Iglesia, ahora no paro de llorar ni un día
desde que me conectaron a la máquina. Uno nunca lo acepta, nadie, nunca
lo podría aceptar. Les va a costar entenderlo, hay que estar en el puesto de
uno. Yo creo que nadie puede ser indiferente, después de esto... mi vida
cambió"
Esto se interpreta como el temor a lo que podría ocurrir si se conectan
acá, al grupo - máquina: ¿cómo van a quedar ellos?, ¿Irán o no a ser
beneficiados? ¿O más bien se va a repetir una experiencia dolorosa que
podría quedar camuflada por una sonrisa o un aparente buen humor?
También interpretamos si tal vez van a poder "vomitar las lentejas", sin
que nos asustemos por estos contenidos que provienen de sus interiores, o
si no vamos a estar capacitados para comprenderlos, si nosotros "no
estamos en su pellejo".
Este joven paciente responder que eso es cierto, con el asentimiento no
verbal del resto del grupo.
Esto nos parece importante, al decir de Claudio Neri (1995). Lo que ha
ocurrido aquí es un relato o narración eficaz, (el subrayado es nuestro), es
decir, aquel relatar que logra establecer un contacto directo con las
personas que escuchan.
Este paciente agrega que perdió su trabajo y rompió su relación de
pareja, "porque no quería que fuera por lástima que estuvieran conmigo".
Agrega que " vine a terapia porque mis padres me lo pidieron, a probar, mis
papás andan nerviosos todo el día por mí, me tratan con lástima, lo que
odio... pienso que Uds. (dirigiéndose a los terapeutas), no podrán
entenderlo".
El anterior relato es confirmado por los restantes miembros, ya sea
verbalmente o asintiendo con movimientos de cabeza.
Luego, en un clima emocional distinto, se habla de los miedos, las
angustias, la soledad que este estado provoca y la necesidad de tener un
espacio como éste para "vomitar lentejas".
Este último momento emocional se conecta con la idea de un estado
germinativo del grupo -concepto de Foulkes- que significa acercarse al
grupo con la imagen del ovario en la que están presentes numerosas
células - huevo y la del terreno germinativo.
Este concepto evidencia la dimensión germinativa del grupo y su
carácter contenedor, en el interior del cual podrían tomar forma los
elementos que aún no han sido individualizados (1995).
Sin embargo, nos parece que lo expresado por Parthenope Bion Talamo
(1995), en cuanto a que la mentalidad de grupo de trabajo y la mentalidad
primitiva - que se expresan como instancias co - presentes y contrapuestas-

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dan mejor cuenta de los movimientos manifestados en estas primeras
sesiones, ya que junto con la aparición de los supuestos básicos -
especialmente el de dependencia, que recorrerá el proceso terapéutico, y el
de ataque y fuga - aparece el rudimento de un pensamiento colectivo de lo
que estaría significando el "conectarse" a la máquina de diálisis y
"conectarse" al Grupo.
Este rudimento de pensamiento colectivo marca el transcurso de la
terapia, en el cual se desarrolla el modelo transferencial del grupo-como-un-
todo, relacionándose en primer lugar con los terapeutas como una máquina
de diálisis que, además de beneficiarlos les puede dañar.
Este temor paranoide se oculta tanto ante los terapeutas, como ante el
personal de la Unidad de diálisis, a su vez, por temores retaliativos o
vengativos.
El monto agresivo de estas percepciones deformadas proviene de la
rabia que le provoca depender extremadamente de una máquina-
terapéutica-mamá, que activa angustias tempranas de posición esquizo-
paranoide.
Esto interesa a fines de comprender el proceso de este grupo, como
podemos ver en la sesión número 10, en vísperas de Navidad (24 de
diciembre), en donde emergen y profundizan fantasías de tinte persecutorio
ligadas a la angustia medular y más representativas de este grupo particular
de paciente.
La sesión se caracteriza por la baja asistencia, menor que el promedio
( 7 personas).
Lo anterior se interpreta como una comunicación no verbal de
contenidos que podrían ser muy difíciles de expresar. Esto es más
notorio al relacionarlo con las peticiones directas hechas a los
terapeutas para que en vísperas de las festividades, no interrumpiera la
terapia, porque para ellos estas fechas son "como cualquier otro día".
Una paciente responde por el grupo diciendo: "bueno, en las fiestas hay
muchos accidentes, tal vez no vinieron porque están esperando en sus
casas que los llamen". (Se refiere a la espera de un donante).
El grupo responde con risitas nerviosas y expresiones faciales de
espanto.
Esto se interpreta del siguiente modo: "parece que lo que es difícil hablar
acerca de esta espera y el deseo de que haya accidentes para poder tener
un órgano para serles transplantado".
Después de un silencio cargado de emoción, interpretamos que "parece
que el gran deseo de encontrar este órgano los hace sentir culpables de
cualquier accidente que se produzca en estas fechas".
Una paciente responde: "Hay...no lo habíamos pensado nunca, pero se
me imaginan unas hienas esperando sus presas".
Otra paciente opina: "hay que seguir viviendo, hay personas que donan
sus órganos en vida y otros que los hacen sus familiares y se pueden
seguir viendo y tener muy buena relación, así que no sé cual es el
problema, yo no veo el problema".
Esto lo interpretamos señalando que "parece que necesitar y desear un
órgano trasplantado para seguir viviendo, los hace sentir como hienas,
animales rapaces, no sintiéndose ya como seres humanos".

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Después de un largo silencio volvemos a interpretar: "parece que es
difícil integrar deseos naturales de querer seguir viviendo, de preservar la
vida y por lo tanto desear órganos en estas fechas, ya que los hace
sentirse culpables frente a los familiares, las personas donantes y los
riñones y esto se muestra en el deseo de congraciarse y de este modo,
como las hienas, mantener las "risitas en pleno festín".
Otro miembro agrega: "no sé, yo creo que uno tiene derecho a vivir, yo
lo encuentro así como lo de los uruguayos ¿se recuerdan?, ellos tuvieron
que comer a sus amigos para poder sobrevivir".
A esto sigue una interpretación de nuestra parte: "parece ser que a
pesar de que la incorporación del riñón es por vía quirúrgica, Uds. lo
pueden vivir como devorar a otro ser humano, y esto lo pueden sentir como
si dentro de su cuerpo este órgano se vengara y atacara".
Alguien responde: "yo no lo había pensado nunca, pero esto es lo más
importante de lo que hemos hablado en esta terapia". Otra persona agrega:
"sí", pero me da cosa, me da miedo".
En otra dirección, otra paciente expresa: "creo que se pude tomar al
riñón como a un bebé, hay que cuidarlo y acogerlo".
Nosotros decimos que la dificultad para recibir al riñón - bebé
cariñosamente es por la culpa que se genera al no poder diferenciar entre
el deseo de un órgano como un hecho legítimo y, mágicamente, unir esto a
la culpa de que alguien muera por este deseo.
La respuesta es un silencio y terminamos la sesión interpretando la
dificultad de anidar al riñón como un bebé querido cuando aparecen culpas
de origen mágico.
La sesión termina en un clima emocional muy intenso, pero muy
cercana.
En las tres últimas sesiones se elaboraron los sentimientos ligados a la
separación y sus angustias correspondientes, donde los terapeutas
aparecen ligados a imágenes egoístas y frías, ya que no nos interesarían
ellos y sus problemas, sino la ciencia y nuestros éxitos personales.
Se les interpretó lo costoso de esta separación y cómo dicha dificultad
puede estar relacionada con:
"Sentimos metafóricamente como órganos - terapeutas-trasplantados-
rechazantes, que no quieren seguir anidando en sus mentes y no quieren
seguir desintoxicándolos de sus fuertes emociones".
Se produjo un silencio lleno de significado.
Los terapeutas vuelven a interpretar: "parece que junto a estos penosos
sentimientos anteriormente dichos, está en sus mentes la esperanza de
que esta experiencia haya sido como un buen trasplante y que nosotros
estemos anidados en sus mentes largo tiempo"... "Y tal vez para siempre
ayudando a aceptar y limpiar muchas emociones que son normales y
comunes entre las personas que viven esta situación".
Posteriormente, después de un silencio, una paciente expresa: "Creo
que esta terapia ha sido muy buena para nosotros, nadie nos ha
escuchado como lo han hecho ustedes, esto debería seguir haciéndose".
Otro agrega: "Deberían hablar con el jefe o plantearlo al Ministro de
Salud".
Seguidamente otro paciente agregó: "yo quiero decir algo que a lo mejor no
tiene nada que ver pero es verdad, va a quedar como un vacío, un espacio

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que vamos a tener que llenar, por ejemplo, yo ese día que no hubo terapia
fui a renovar mi carnet de identidad...".
Los terapeutas, con cierta emoción, les acogen la dificultad que tienen
en separarse y expresan que hay deseos de continuar, pero que al mismo
tiempo el grupo, siente que ha conseguido un nuevo carnet como una
nueva identidad, la cual había sido tapada por esta enfermedad.
Se produjo un clima emocional profundo y luego un secreteo con risas
entre un integrante y otra mujer.
Seguido se les invitó a compartir esto. La mujer revela que trataba de
saber si este miembro masculino del grupo había cumplido con lo que
muchas veces, en tono de broma, el grupo le pedía hacer como tarea.
Esta consistía en tener una relación sexual y luego contarle al grupo
cómo le había ido.
(Esto puede ser observado como la aparición del supuesto básico de
apareamiento, y entendido como una defensa contra las angustias
depresivas en torno a la separación).
Después de muchas risas y otro silencio emotivo, los terapeutas
interpretan: "al parecer la enfermedad que ustedes tienen ya no la sienten
como una hiena hambrienta que les quita todo, hasta su deseo sexual y
ahora, pueden recuperar su condición de personas que sientes, y una
gama muy amplia de sentimientos y deseos que ahora pueden aceptar y
anidar mejor dentro de sí".

5.- CONCLUSIONES

Al comienzo de este trabajo de psicoterapia breve grupal el equipo de


trasplante del hospital Salvador nos había comunicado que no existían
publicaciones en ningún Centro de Trasplantes, dentro del país ni fuera de
él, que mostraran alguna experiencia similar.
Dicha información había sido buscada especialmente por el médico Jefe de
equipo, dado el inquietante número de cuadros psiquiátricos que se
presentaban previos al período de trasplante y, lo que era aún más
desconcertante, la existencia de un número sustancial de cuadros
especialmente depresivos, después de trasplantes exitosos desde el punto
de vista médico.
No podemos negar que por un tiempo nos motivó sentirnos "pioneros",
sin embargo rápidamente esto dio paso a un sentimiento de estar perdidos,
lo cual no sólo tiene que ver con lo anterior, sino con intensos sentimientos
contratransferenciales.
**Estos sentimientos dicen relación de estar vinculados con un grupo de
pacientes -hijos voraces, cuyas demandas parecen ser siempre imposibles
de ser satisfechas, los que nos hizo sentir una pareja de padres siempre
insuficientes, como sus riñones.
Finalmente, poco antes del término de la psicoterapia, encontramos en
el "International Journal of Group Psycotherapy" (1995), valiosa
información acerca de la existencia de un trabajo multidiciplinario donde se
incluye una psicoterapia grupal como parte del programa de trasplante
referida tanto a los pacientes en lista de espera como a los que ya han sido
trasplantados. Esto se realiza en Washington, en el Howard Univercity
Hospital desde el año 1984.

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Nuestras ideas y observaciones coinciden en muchos aspectos con las
desarrolladas en el Centro antes mencionado y pensamos que los
pacientes con daño renal que, por la gravedad del mismo deben someterse
a diálisis, experimentan un gran número de cambios que están constituidos
principalmente por pérdidas a distintos niveles "del ser y hacer humano".
Estas pérdidas masivas hacen que el psiquismo y su identidad sufran
grandes alteraciones. Stewart, Kelly, Robinson y Callander, del referido
centro hospitalario(1995), señalan, cuando hacen referencia a dichos
pacientes cambios metabólicos importantes, que producen también
cambios sustanciales en la corporalidad, llegando incluso a generar daño
orgánico cerebral.
También señalan que aproximadamente un 25% de los pacientes
presenta trastornos depresivos, un 3% sufre desórdenes psicóticos y el 1%
comete suicidio.
A nuestro entender lo que les ocurre a dichos pacientes se asemeja a lo
descrito en los duelos patológicos.
Más adelante, pensamos que la idea esperanzada de un trasplante, no
es suficiente para mitigar la enfermedad, la cual a estas alturas ya no sólo
consiste en la pérdida de la función renal sino también de funciones
mentales debido, entre otras cosas, a una regresión a estadios primitivos
del funcionamiento mental, tales como idealizaciones primitivas y
pensamiento mágico que hacen que la idea del trasplante sea vivenciado a
niveles más inconscientes con terror y culpa persecutoria.
Por otra parte es efectiva la cadena de pérdidas que terminan con un
proyecto de vida y su red de apoyo.
Muchas veces, tal vez las más, por el "exceso" de apoyo por parte de
familiares y amigos que hacen que se sientan humillados, apareciendo la
defensa narcisística de la "máscara! En donde "todo está bien".
De lo anterior se desprende es estado de aislamiento y soledad que van
sintiendo estos pacientes, que hace que pierdan toda comunicación
auténtica con sus seres queridos y su entorno social.
Sin embargo, paralelamente, se refugian en una regresión de
dependencia idealizada y total con la diálisis, que es investida con
pensamientos mágicos como salvadora de sus vidas, al igual que la espera
del riñón.
Esto los lleva a sentirse totalmente pasivos, convirtiéndose en cuerpos
sufrientes como si carecieran de deseos y emociones, propias de cualquier
otro ser humano. Nuestro trabajo poco a poco fue centrándose en la
recuperación de la persona, del sujeto que depende, sin embargo también
poseedor de libertad y capacidad de sentir, de pensar, lo cual no puede ser
hecho por la máquina de diálisis o el riñón, ni por otro que no sea él mismo.
Lo mencionado anteriormente se va logrando en el proceso terapéutico,
en un clima continente, haciéndose posible la "desintoxicación" mental a
través de estos terapeutas -máquina - dializadora- madre en función de
reveriè.
Es así como pudo ser dicha la fantasía más aterradora en la espera de
un riñón: sentirse como hienas, animales rapaces que deseaban la muerte
de otro, para lograr sobrevivir.

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Esto es vivido en la fantasía de un modo mágico, donde la vivencia es
de una incorporación oral canibalística, con la consecuente destrucción
objetal y miedo retaliativo.
Así, se desencadena no solo la culpa persecutoria, productora de
posibles estados psicopatológicos, como los cuadros depresivos antes
mencionados, sino que también puede generarse una dificultad psicológica
en poder recibir un órgano implantado, lo que podría influir en
complicaciones post operatorias y eventuales rechazos.
La elaboración de estas fantasías y concomitante elaboración del duelo
por el término de la terapia, pudo permitir el pasaje a una posición más
realista y auténtica, pudiendo aceptar demandas de ayuda psicológica,
pudiendo también asumir sus capacidades, valores, autoestima y derechos
que habían sido perdidos junto a su función renal.
Además se atrevieron a expresar adecuadamente la rabia por el término
de esta experiencia y sus necesidades y deseos de recibir mucha más
ayuda.
El contexto de este trabajo se desarrolló bajo una fuerte alianza
terapéutica, en un clima cercano, que constituyó para nosotros una
verdadera experiencia emocional en el encuentro con estas mentes
sufrientes, que al decir de Gerardo Stein (1991), nos hace pensar con él,
que "ayudar a descubrir el inconsciente del otro, y aprovechar el auxilio de
otro para descubrir algo propio, es una tarea que acontece en lo cotidiano,
en toda relación donde prevalezca la ética del amor al objeto, sobre la ética
del amor al poder" (El subrayado es nuestro).
De este modo compartimos con este autor que "lo más importante de la
vida es la gente y no el poder sobre ellas" (El subrayado es nuestro).

RESUMEN
El siguiente artículo muestra el trabajo realizado con un grupo
homogéneo de pacientes dializados en espera de trasplante renal.
Esta experiencia se realizó en una modalidad de terapia psicoanalítica
grupal breve de 14 sesiones. Esto permitió que en un clima continente,
circularan ansiedades esquizo-paranoides inducidas por este estado de
salud.
Se descubrió que la fantasía central tenía relación con una regresión oral
canibalística vinculada a la espera de un donante.
Dicha espera desencadena una compleja red de sentimientos
ambivalentes en tanto implica la muerte de otro para desear sobrevivir.
Se trabajó desde el marco teórico de las relaciones objetales, haciendo
interpretaciones al grupo como un todo, al individuo y a las interacciones
durante las sesiones. Se tuvo especial cuidado en la interpretación de las
resistencias.
Se dio una buena alianza que permitió el trabajo terapéutico
evidenciándose cambios atribuibles a la terapia.
Palabras Claves: Pacientes dializados, trasplante renal, ansiedades
primitivas, clima continente, cambio emocional.

ABSTRACT:

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The following article shows the performed with an homogeneous group of
dialyzer´s participants waiting for a renal transplant. This experience was
carried out whithin a brief psychoanalytical group methodology, wich
consisted of 14 sessions. This allowed that, within a continent atmosphere,
esquizo-paranoid anxieties inducted to an oral cannibal regression, linked to
the of a donor. This expectation originates a complex net of ambivalent
feelings, wich includes the desire of somebody ele´s death in order to
survive.
The work was perfomed within the teoretical frame of objetables relaions,
obtaining interpretations of the group asom each individual, and from all the
interactions observed durig the sessions. For the resistances, special care
was taken.
There was a good work team, wich allowed the therapeutical work;
clearly showing impottant changes thanks to the therapy.
Key words: Dialyzer´s patient, renal trasplantation, primitives anxieties,
continent atmosphere, emotional changres.

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Antonia Staforelli Mosca, Psicóloga, Psicoterapeuta analítica, Candidata


Instituto de Psicoanálisis de Chile. Rosa O´Higgins 375 Las Condes. Fax
3421132 Fono 02-2019288.

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Luis Suárez Gaensly, Médico Psiquiatra, Psicoterapeuta analítico,
Candidato Instituto de Psicoanálisis de Chile. Rosa de O´Higgins 375 Las
Condes. Fax 3421132. Fono 02-2019288 E-Mail: l.suárez@interactiva.cl

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