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Universidad Nacional de Cuyo

Facultad de Artes y Diseño


Profesorado de Grado Universitario en Teatro

PSICOLOGÍA DEL ARTE


ANÁLISIS DE LA PERSONALIDAD
CREADORA
HENRI DE TOULOUSE LAUTREC

Lila Medina
2013
“El primer hombre que invento un espejo, lo hizo tan largo como el. El
motivo es muy fácil: Quería verse de cuerpo entero en ese espejo. Tal
espejo es bueno y bello, porque es útil y no quiere ser mas nada que útil.
La invención fue obligada, pero todo lo que surge de una necesidad
interior es bueno y legitimo. Después de ese hombre vinieron otros que se
dijeron: Hasta hoy se ha puesto el espejo verticalmente; pero no se
preguntaron porqué se había hecho al espejo en forma vertical. Se dieron
cuenta de que también se podía poner horizontalmente, por supuesto que
se puede hacer tal caso, pero la pregunta es si tiene sentido e importancia.
Lo hicieron porque era nuevo y porque su novedad les gustaba, pero una
cosa nunca es bella solamente por ser nueva. En nuestro tiempo hay
muchos artistas que hacen algo solamente porque es nuevo; ven en esa
novedad su valor y su justificación, se equivocan.: la novedad es muy rara
vez lo mas importante. De lo que se trata siempre es: la superación de las
cosas desde su esencia”
Henri de Toulouse-Lautrec
1. Crianza y primeros años del pintor. (El complejo de Yocasta. Lo paterno y lo
materno. Lo genético)

Toulouse Lautrec nace un 24 de noviembre de 1864 en la ciudad de Albi, Francia, de la


unión del Conde Alphonse de Toulouse-Lautrec-Montfa y Adèle Tapié de Celeyran,
primos hermanos descendientes de la línea de la nobleza de Carlos V. Era normal en
esta época ver como parientes de hasta la primera línea sanguínea se unían en
matrimonio en pos de conservar sus bienes y fortuna.
Sin embargo, esta combinación genética tenía sus consecuencias en los descendientes,
que muchas veces nacían con retrasos en su desarrollo, dificultades físicas o
enfermedades genéticas.
A los cuatro años de nacido Toulouse nace su único hermano, que muere a la edad de un
año, uno de los factores que termina de consolidar la separación de sus padres.
Nuestro pintor tampoco escapa a la funesta premisa, y los genes venidos de la relación
endogámica se hacen notar cuando a la edad de 13 años Toulouse rompe su primer
fémur y al poco tiempo el segundo. Allí se le hace el diagnóstico de picnodisostosis que
lo acompañaría durante toda su vida.
Es en este momento que la relación nunca estrecha con su padre termina de romperse, al
considerarlo débil e inapto para las actividades a las que el conde era adepto.
Luego de la soldadura de sus huesos rotos, el crecimiento de sus extremidades queda
detenido, resultando en la contextura física pequeña del pintor que vemos en sus
imágenes.
Cuando muy tempranamente el matrimonio de sus padres se rompe, y profundizándose
después del diagnóstico de Lautrec, queda el artista al cuidado exclusivo de su madre,
quien se avoca de tal forma a su protección y formación que comienza a letrarse ella
misma para enseñar a su hijo.
Matthew Besdine hace referencia al vínculo madre e hijo que se observa en la historia
de algunos creadores. Bajo el nombre de “Complejo de Yocasta” pretende evaluar la
influencia de las estimulaciones maternales en el proceso creador.
Phylls Greencare afirma que una madre que se ocupa de su niño contribuye a despertar
la sensibilidad e inteligencia. La sobreestimulación es un poderoso factor de desarrollo
sensorio-motor-intelectual si se produce en un ambiente cálido y afectuoso.
La condesa Ádele se dedicó a su hijo con amor y calidez. Guardándolo del exterior y
propiciando todo para su bienestar. Fue la acompañante fiel de su hijo en su crecimiento
y su musa inspiradora en muchos de sus trabajos iniciales e incluso en algunos ya
avanzada su carrera.
La vida afectiva de la Condesa era definitivamente poco satisfactoria. Freud expone que
la madre que tenga esta característica, realiza un proceso de sobreinvestidura libidinal a
su hijo. Sola y sin la compañía ni de amantes ni de familiares, la madre de Toulouse
desarrolló con él una simbiosis extremadamente prolongada que constituyó un pilar
importante en el crecimiento y confianza de Toulouse, ayudando a experimentar ese
vínculo como un signo de conquista de su cuerpo cuando a él mismo sentir ello le
resultaba casi imposible.
La sensación de ser una extensión de su madre se traduce en el yo piel, viviendo el
lienzo como una extensión de esta relación. El amor maternal produce en los niños
además de la activación libidinal, un reforzamiento en la seguridad narcisista, relaciones
simbióticas con el inconciente y aporta un rico material sensorial.
Sin embargo, a dicha relación simbiótica le es necesario un despegue para que no se
quede solo en las placenteras vivencias, sino que se de un salto a la creación.
En este caso el posteriormente ausente padre si fue una figura importante para Toulouse.
Fue en principio quien lo acercó a la pintura, siendo el mismo un dibujante asiduo. Su
padre resultó ser el cable a lo exterior. Cumplió las funciones paternas necesarias para el
despegue, relacionadas con la relación muscular, lo exterior, y la investigación para
perfeccionar procedimientos y uso de herramientas.
Luego del diagnóstico, Toulouse vió romperse el vínculo con su padre. Quien hasta sus
doce años había intentado vincularse con su hijo mediante juegos y deportes físicos en
el exterior, vio sus deseos frustrados en la incapacidad física de su hijo y terminó de
alejarse de él. Pero, durante los años de contacto, ayudó a darle a su hijo los elementos
que sóo una figura masculina puede aportar en la formación de la personalidad y en el
despegue de los fuertes vínculos maternos.
2. El entorno (Mihaly y Arietti)
“Degas me ha alentado al decirme que mi trabajo de este verano no está mal. ¡Como
quisiera creerlo!” Lautrec
“Él se pone mis trajes, pero cortados a su medida” Degas
Si bien ya desde los 14 años hay registros de Lautrec yendo a instructores, es a los 18
años cuando con ayuda de sus padres va a la ciudad a estudiar bajo la tutela de Bonnat,
un notable maestro de varios creadores cuya propia creación es insignificante y poco
trascendente. Toulouse despertó la envidia de este maestro, que si bien en principio
reconoció su talento, posteriormente criticó fuertemente su trabajo, durante y
posteriormente a tenerlo como alumno. Sin embargo, Toulouse aprovechaba cada
consejo y comentario del maestro, esforzándose por ser cada vez mejor. Luego de que el
estudio de Bonnat cerrara en septiembre de 1882, tuvo que buscar un nuevo maestro.
Decide estudiar con Cormon, quien resulta mucho más benévolo que Bonnat en sus
críticas, algo con lo que a Toulouse le costó llegar a relacionarse, dado que en las
críticas duras de su antiguo tutor encontraba material para mejorar y nutrirse como
artista. Esto pone en evidencia una característica de la mente creadora expresada por
Gardner: la pasión de crear y de aprender. En el estudio de Cormon es cuando Lautrec
comienza a relacionarse con otros artistas importantes del medio.
Si hablamos de artista, debemos hablar de su entorno. En los apuntes notamos reiteradas
alusiones al entorno en el cual se desarrolla el artista, llamándolo por distintos términos
pero coincidiendo en varios puntos del contenido.
Uno de los primeros en hablar de la importancia del contexto es Read, que expone que
“el estado en que se encuentra el arte en una sociedad señala el estado de salud mental
de ese grupo humano.” Desde este puto podemos afirmar que Lautrec creció en una
época de florecientes artistas amparados por una sociedad que le daba a la cultura un
lugar central.
Arietti y Mihaly hablan del campo como uno de los determinantes para la mente
creadora.
Incluso corrientes del psicoanálisis coinciden en que determinadas sociedades
propensan la aparición de géneros.
Arietti apoya la interrelación de la mirada freudiana que afirma que la personalidad
creativa es resultado del método de crianza y de las corrientes libidinosas del hombre,
con la mirada socio psicológica que afirma que la misma es resultado del contacto con
un sistema social.
Desde la mirada integradora de Arietti, podemos afirmar que en Lautrec ambas
corrientes se ven con claridad, es más, el choque de ambas despierta las crisis mas
profundas del pintor y detonan en su arte. La crianza al resguardo de su madre,
protegido contra el entorno que le era hostil a su salud, fue contrapuesta con sus
experiencias en la ciudad, su encuentro con la vida nocturna y sus personajes. Sus
deseos inalcanzables se volcaron a expresarse por el medio de la pintura, lo único que le
era controlable.
Arietti habla de una SOCIEDAD CREATIVOGÉNICA, coincidente en algunos puntos
a los términos acuñados por Mihaly, Campo y Ámbito.
La sociedad Creativogénica tiene como características:
-Disponibilidad de medios culturales y físicos
-Apertura a estímulos culturales
-Importancia al devenir
-Libre acceso a los medios culturales para todos los ciudadanos sin discriminación
-Libertad después de opresión.
-Contacto con culturas diferentes.
-Interacción entre creadores
-Promoción de incentivos y recompensas.
El campo, según Mihaly, está compuesto por una serie de reglas y procedimientos
simbólicos específicos, un conjunto de técnicas y teorías de ese conocimiento y hacer.
El ámbito, por otra parte, incluye a todos los individuos que interactúan como
guardianes de las puertas que dan acceso al campo. Por ejemplo, los otros artistas,
profesores, coleccionistas, directores de museos dueños de galerías y museos, críticos.
La Francia del siglo XIX ofrecía a los artistas un campo ideal para el desarrollo del arte.
Una sociedad que valoraba la cultura y que ofrecía espectáculos para que todos tuvieran
acceso. Esto producía un gran consumo artístico por parte de los nobles que ofrecía
sostén económico a sus artistas. Todos ellos podían interrelacionarse para enriquecerse
(o no) pues París se convirtió en el centro de la acción. Lautrec se relacionó con los
referentes del impresionismo en general, siendo Degas su maestro e inspiración y
encontrando a otros adelantados a su movimiento como lo fue Van Gogh. Despertaba la
admiración y la envidia de sus compañeros y tuvo quienes lo amaban y quienes lo
odiaban. Los impresionistas del ámbito de Henri le ofrecieron la base que él superó
posteriormente siguiendo sus propios instintos.
Como afirma Mihaly, Lautrec es un ejemplo de creativo. Generó ideas y productos que
cambiaron un campo ya existente. Lo transformaron en uno nuevo.
El campo de la pintura ofrece claridad, era central en la cultura francesa y era realmente
accesible, habiendo maestros a disposición por doquier. Un verdadero centro de
formación que aprovechaban los plásticos de todas partes de Europa.
Su ámbito, dividido entre quienes lo apoyaban y quienes lo criticaron hasta su muerte,
desde un principio lo tuvo en la mira, especialmente cuando Lautrec da el salto máximo
de su carrera con la cartelería de Moulin Rouge a la que debe su fama.
Los diarios y la crítica no paraban de alabarlo, lo que le sirvió también como un premio
o reconocimiento externo, su motivación extrínseca, tan necesario a veces para la labor
del artista.
“Recién llego de la inauguración de una exposición en el Cercle, en la que mis
mamarrachos, aunque por colgados no pueden estar, han recibido comentarios
favorables de la critica. Por cierto que después del cartel son muy amables
conmigo en los periódicos. <Le Paris> un diario muy republicano, me ha dedicado
dos columnas donde se desnuda a mi personalidad sin dejar ni un detalle.”
Toulouse fue el rütler alemán. Fue transformador de su cultura, generó nuevas formas
de ver y mostrar el mundo desde una originalidad antes no vista. Presenta rasgos
novedosos que se adelantan a lo que aún no llega, su uso de colores innovador fue un
antecedente para numerosas corrientes artísticas que aparecieron después.
Dijo Meltzer: “Por el sentimiento de envidia que despierta el creador a sus
contemporáneos, sólo serán glorificados después de muertos, porque recién entonces se
los posee. Pero en vida el artista es desplazado al dolor” Henri fue reconocido en vida
por su ámbito. Si bien tuvo aliados y enemigos, su obra en vida fue mostrada y
comentada. El mismo Van Gogh, contemporáneo a Henri hizo notar su agrado por la
obra del mismo: “El cuadro de Lautrec, el retrato de una música, es asombroso, me ha
conmovido” Sin embargo, su entrada a museos y galerías una vez fallecido costó, a lo
que la posición de sus padres ayudó creando propias salas para la exposición de las
obras de su hijo, que posteriormente por supuesto fueron reclamadas por el ámbito. Sus
compañeros lo admiraban y sus profesores lo rechazaban. Debido a su carácter amable y
social, las críticas negativas de sus compañeros no eran usuales.
3. Rasgos de la personalidad creativa y el disparo de la creatividad (Gardner,
Universidad de Berkley)
“No puedo, no puedo y tengo que hacerme el sordo y darme de cabeza contra la pared
–si- y todo eso por un arte que huye de mi y que nunca entenderá todo el mal que por él
me he hecho encima… ¡Ay, querida abuelita, hace usted bien en no entregarse como yo
de tal modo a la pintura! Es más cruel que el Latín, si se la quiere ejercer seriamente
como yo”
Presentaba en su personalidad, características varias que Gardner señala como propias
de la mente creadora.
-Talento innato
-Un ambiente, facilitador y estimulador de la actividad creativa (la sociedad francesa y
su familia, que lo apoyó siempre en su decisión)
-Motivación interna firme, necesidad de plasmar sus angustias
-Poderosa visón interior, conectado con sus lugares siniestros
-Soportar la incertidumbre.
-Pasión de crear, y no sólo pasión, necesidad
-Poder de comunicación trabes de un sistema de símbolos
-Fortaleza Yoica
-Disciplina en el manejo de una técnica especifica
En cuanto a la perspectiva evolutiva, podemos ver que:
A perspectiva del curso vital la vemos en su relación materna y el temprano
descubrimiento de sus facultades.
Los “ciclos de diez años” se dan en Lautrec, pero en períodos más cortos. Murió joven,
según expertos dos años después de haber alcanzado su cumbre artística.
Era tal el pacto faustiano de Lautrec, que llegó a sufrir por el.
Llegó a la adultez enfermo de sífilis por los excesos a los que se entregaba. Más aún, en
1899 se desplomó en medio de la calle victima de sus excesos y a pedido de su familia
fue encerrado en un hospital psiquiátrico. Nada ansiaba tanto el artista como su libertad,
por lo que se dispuso a probar su salud mental con una serie de dibujos para demostrar
su cordura, entregado nada más que a su arte.
Ya hablamos sobre la interacción campo-ámbito-persona, la perspectiva interactiva de
Gardner que se evidencia en la vida de Lautrec.
Por ultimo, en cuanto a la perspectiva multidisciplinar, podemos ver que
a) Nivel subpersonal: ya lo desarrollamos con respecto a la genética y biología del
nacimiento del creador
b) Nivel personal: desarrollado en su perfil psicológico, sus deseos y motivaciones
c) Nivel impersonal: el aceptamiento del ámbito de su cartelería es un hito en este nivel
d) Nivel multipersonal: el campo y su reacción también fueron previamente
desarrolladas.
Desde la perspectiva evolutiva todos los datos de ven en Lautrec.
Sumadas a las características de la mente creadora de Gardner, las encontradas por la
universidad de Berkley también son vistas en Lautrec, un pintor obsesionado y
entregado a su técnica, pero que, a diferencia del punto en que se afirma la pobre vida
social de los creadores, la afirmaba y explotaba en función de su relación con los demás.
La seguridad que tena en su hacer no la tenia en su vivir.
Desde el psicoanálisis vemos que los procesos de la creación se refieren también a los
del sueño y del chiste (condensación-desplazamiento-dramatización-simbolización)
Antes del siglo XX la sociedad era rodeada por paradigmas científicos duros que
ofrecían seguridad estructurada (y falsa) a sus integrantes. Henri creció entre ideas de
verdades y certezas. No vivió para vivir en el nuevo siglo que destruyó lo preconcebido
y descubrió que ni la ciencia puede tener verdades estáticas e inamovibles. Dios todavía
no había muerto y era una presencia que intentaba mitigar los dolores existenciales en
las almas de los artistas. Henri vivió en soledad sus temores, no a la muerte, sino a la
vida que no podría llegar a vivir del modo que quería. Lo efímero se disfrazaba de
eterno. Y hasta el día de su muerte ella le produjo dolor.
Henri alumbró a través de sus pinturas su propio mundo.
4. El proceso creador
“La gente me fastidia. Quiere que acabe las cosas. Pero yo las veo así, y así las pinto.
Mira: es muy fácil terminar las cosas. Te hago sin dificultad un Bastien-Lepage
(después de haberle hecho a su asombrado interlocutor en un abrir y cerrar de ojos, un
cuadro ‘terminado’ en el lienzo mas próximo, dice) ¿Ves? ¡Así de fácil! Nada es más
sencillo que hacer cuadros terminados en un sentido superficial. Nunca se miente tan
sutilmente como entonces”
Con respecto al proceso creativo del artista, Anzieu realiza un esquema que nos servirá
para analizarlo.
El primer momento del proceso esta dado por un SOBRECOGIMIENTO CREADOR.
En Toulouse, los motivos que lo llevan a pintar están relacionados por sus profundos
conflictos interiores. Las oposiciones entre sus profundos deseos y la imposibilidad de
concretarlos en la vida. Su propio cuerpo es el mayor estorbo, uno insuperable. De ahí
explota el sobrecogimiento, la necesidad temprana de plasmar algo de su sentir.
Comienza así la preparación para adoptar un nuevo lenguaje para transmitirlo.
El segundo momento del proceso es, precisamente la TOMA DE CONCIENCIA DE
REPRESENTATES PSIQUICOS INCONCIENTES.
Toulouse es una mente preclara, que es capaz de adueñarse de símbolos latentes en su
entorno, y en él mismo, para transformarlos en contenidos manifiestos. Impulsos
enérgicos de su interior cobran forma y color en sus lienzos.
En este momento entra en juego la figura del amigo. A diferencia de muchos pintores,
Toulouse nunca dejó de ser un ser social en pos de la búsqueda de su creatividad: todo
lo contrario, era su inagotable e incansable intercambio con otras personas lo que hacia
brotar su genio creativo, lo que llenaba su mente de imágenes que luego plasmaría en el
lienzo.
Siguiendo la línea del impresionismo, corriente artística que lo acuna, el concepto de la
percepción es sumamente importante. Como nombran numerosos estudiosos, va mas
allá de la visión que es objeto de la observación, tiene que ver con la imagen que se
construye el artista, la persona, en su cabeza, condicionada por numerosos cosas, su
historia, su mente, sus sentimientos, su entorno. Y es esta la imagen que llegaba
finalmente a las pinturas de los impresionistas.
Las de Lautrec son las reconstrucciones cotidianas de sus percepciones. Son la
plasmación en lienzo de las imágenes de las personas que lo rodeaban según su visión.
Toulouse estaba enamorado de la vida, la ansiaba más que a nada, y por ello su ojo esta
en los personas. Tal era su afinidad con ellas, que a menudo en las memorias de sus
amigos encontramos comentarios referidos a sus cualidades de compañero, a las charlas
que mantenía con ellos sobre el arte, que considera su religión.
Ahora, sus fantasmas personales, sus miedos y complejos los guardaba para si mismo.
Lautrec desarrollo un mecanismo de defensa basado en la ironía y el sarcasmo, en hacer
los comentaros más hirientes sobre si mismo para relacionarse con los demás siendo el
primer comentarista de su obvia situación. Y para compartir su mundo interno nunca
encontró una compañera que lo pudiera acompañar, dato que potenció su encuentro con
uno de los ambientes que más fuerza le dio a su carrera: los burdeles y la vida de las
prostitutas, mujeres a las que adoraba y enternecía con sus cuidados y atenciones.
Volviendo al proceso creativo de Anzieu, su tercer parte es LA INSTITUCIÓN DEL
CÓDIGO, tiene que ver con el acercamiento del pintor a su técnica.
Lautrec fue un investigador e innovador en las formas y en las técnicas. En sus
comienzos tempranos solía representar la naturaleza. Al empezar a estudiar tomo notas
orientales que dieron originalidad a las composiciones formales de su obra, que fueron
complementadas con un sentido de novedad en la creación de los individuos que
llenaban sus cuadros. Excelente en el manejo de la pintura, pionero en el uso de colores
y caracterización, fue un magnifico profesional de su arte, avocado con vehemencia a
perfeccionarse. Innovo en la litografía dándole nuevos usos mas allá de las nuevas
tecnologías que amenazaban con quitar parte de la esencia de la técnica, haciéndola
renacer y reivindicándola en la cartelería de Paris.
Es así que llega al Anzieu llega al cuarto momento, la COMPOSICIÓN DE LA OBRA.
Valiéndose de sus elementos técnicos, de sus fantasmas, de sus miedos y de sus
percepciones, compuso las obras en base a criterios formales acunados en lo japonés y
que sorprendieron a los parisinos.
No tuvo resistencias en el quinto momento, la PRESENTACIÓN. Era el momento en
que podía presentarse ante el mundo como el artista que era, y si bien en sus propias
palabras no era confiado de su trabajo y siempre perseguía el mejorar, si lo compartía
con sus familiares y amigos como momento de afectivo encuentro.
Para Freud la obra de arte es aquella que brota de impulsos biológicos y que el
individuo deseoso de no perder el contacto con la realidad, e incapaz de satisfacer la
gratificación sexual y otros aspectos, encuentra el camino a través de plasmarla en la
obra, en la cual no se evidencia al a motivación, y es lo que la hace una gran obra. Y en
estos aspectos oscuros nuestro artista encontraba su inspiración:
“Siempre y en todos lados, lo horrible tiene sus aspectos mágicos; es
emocionante encontrarlos ahí, en donde nadie nunca antes se había percatado”
Con respecto a los dichos de Fiorini respecto al psiquismo creador, su tópica del proceso
creador muestra el proceso de la mente de Lautrec. Este plantea la existencia de tres
elementos: LO DADO: Constituido por lo ya existente en el medio, que el creativo
investiga, prueba, arma y desarma. Explora esto hasta separarse. El artista debe luego
traspasar LO IMPOSIBLE… Sus trabas, miedos, inseguridades. Si tiene la fuerza yoica
necesaria para superarlas, llega a LO POSIBLE: Su reelaboración y exploración de lo
nuevo, sus ideas. Encuentra su Eureka. Toulouse, superando sus inseguridades físicas y
trabas emocionales, logra hacerse le la técnica y superarla con su talento y visión.
5. La Recepción de su obra
Vigotsky afirma que las obras de arte inducen emociones, las retienen y provocan
complejización tanto del pensamiento como de la vida afectiva. Tanto para el que la
realiza como para el que la mira.
La afectividad es transversal a la existencia misma. Es el color emotivo que la
impregna, compuesta de sentimientos, estados de ánimo y, a mayor nivel, de las
emociones.
Las emociones determinan nuestro pensar y actuar. La vivencia estética es una reacción
orgánica total e integradora. Lautrec era un enamorado de la vida, como dijimos con
anterioridad. Entregado a los mayores placeres, y a los mayores vicios, buscaba en sus
experiencias cotidianas la explosión vital de sus emociones. Su reacción a un entorno
que de muchas formas le era hostil, se traducía en pintura, extensión de su cuerpo.
Tal como afirman todas las corrientes psicológicas, por diferentes que sean, el arte es un
profundo acto de conocimiento humano que permite el desarrollo más integral del
hombre.
Gardner, desde una mirada más cognitiva, muestra tanto al creador como al receptor
artístico. Define al primero como un hombre con suficiente comprensión de las
propiedades de ciertos sistemas de símbolos que le permite crear otros planos
expresivos susceptibles a múltiples estructuras. El perceptor, sensible a un sistema de
símbolos, y a la plenitud y pluralidad de la obra de arte.
La técnica de Lautrec fue impecable, y avanzó en campo de la litografía generando
innovaciones y dándole un sentido artístico que antes había desconocido.
El arte es comunicación intrapsíquica del artista, del artista con la obra, del público con
el artista por medio de la obra, e intrapsiquica del espectador.
Hay dos fuentes que Jung ve para la creatividad: la psicológica (inconciencia y
conciencia del individuo) y una visionaria (inconciente colectivo)
La relación de Henri con los demás, el mutuo afecto que se evidencia entre él y sus
amigos, demuestra que tenía desarrollado el sentido de la empatía. Este elemento
necesario para la comprensión aunque sea superficial de los llamados por Arietti
endoconceptos. Lo interior indecible pero sensible, que busca nuevas formas de
expresión, relacionado con el inconciente colectivo de Jung, un sentir profundo e
inherente a los humanos como grupo humano.
La recepción de su obra: operaciones sensoriales, sensitivas y teoréticas (del ámbito)
La recepción de sus obras fue dispar.
Cuando un artista logra que su audiencia receptora no se aísle en lo estético, que se
conmueva y repulse y adopte y añore, creo que logra traducir lo subterráneo de forma
excelente.
Si bien por el público general fue recibido en ocasiones bien y en otras no, su ámbito
finalmente supo leerlo desde lo teorético como el avanzado que fue.
Todos los niveles: semántico, sintáctico, pragmático, temático y sistémico se conjugan
con en la obra de cualquier buen artista.
6. Conclusión
“¡Mamá, solamente usted! ¡Morirse es terriblemente duro!”
Después de sus encuentros con el alcohol y otros excesos en sus últimos años, donde se
escondía de la misma presión de la creatividad, Lautrec fue internado en un siquiátrica.
Logro salir demostrando su sanidad con sus cuadros, después de que su propio padre
volviera a darle la espalda, y continuó ejerciendo su arte, la sífilis sin curar y su maña
genética volvieron a pasar factura, y en 1901 sufrió una apoplejía que lo dejó paralítico
de la mitad de su cuerpo y confinado a Paris, donde murió al cuidado de su siempre
amante madre en el palacio de su infancia.
La vida de Lautrec fue una vida de pasión, dolor, excesos, deseos y frustraciones, una
vida tan llena de fuerza que emociona. Henri fue un hombre dedicado y abocado a un
arte que le permitía expresar y canalizar, sublimar los fantasmas respecto a la muerte y a
la vida que lo acosaban después de su dolorosa infancia a manos de la enfermedad. Un
hombre que llevó la noción de percepción del impresionismo a nuevos y emocionantes
niveles, con su capacidad de plasmar hasta la esencia de las personas, más con sus
defectos, sus humanidades, que sus virtudes.
No pudo escapar de los excesos que lo llevaron a su muerte, arrastrado a ellos
escapando del dolor de la insatisfacción y lo abrumante de su arte.
Condicionado desde su herencia genética, supo imponerse ante sus contemporáneos con
su talento artístico, y su destreza social para nunca quedar expuesto ni en ridículo.
Su controversial y extrovertido arte lo convierten hoy no sólo en uno de los más grandes
creadores de la Francia del siglo XIX, sino en un referente del perfil del creador entre
todos sus pares.
BIBLIOGRAFÍA
Ápuntes de Cátedra “Psicología del Arte”, recopilados por la Profesora Graciela
Moreschi.
ARNOLD, Matthias, Henri de Toulouse Lautrec - El teatro de la vida, Alemania,
Taschen, 1994.
NATANSON, Thadée, Toulouse-Lautrec, Buenos Aires, Schapire, 1956.
COOPER, Douglas, Henri de Toulouse – Lautrec, Barcelona, Labor,1963

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