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CONFRATERNIDAD (SALMO 133:1)

La vida está supuesta a ser compartida. La intención de Dios para nosotros


es que experimentemos la vida juntos. La Biblia llama esta actividad de compartir
experiencias “comunión”. Sin embargo, en el día de hoy, esta palabra ha perdido
casi todo su significado bíblico. Por "comunión" hoy se entiende generalmente que
significa conversación casual, socializar, comer y tener diversión juntos. Sólo
porque asistimos a una iglesia o porque nos quedamos después de la reunión de
adoración para tomar un refrigerio, no quiere decir que estamos teniendo
comunión con otros. La verdadera comunión es más que sólo asistir a las
reuniones de adoración. Es experimentar la vida juntos. Esto incluye amar
desinteresadamente, compartir sinceramente, servir prácticamente, dar
sacrificadamente, consolar comprensivamente y todos los otros mandamientos de
"... unos a otros" que se encuentran en el Nuevo Testamento.

En lo que concierne a la comunión, el tamaño es importante: cuanto más


pequeño, mejor. Se puede adorar en una multitud, pero no se puede tener
comunión en ella. Una vez que un grupo tiene más de diez personas, alguien
dejará de participar – generalmente la persona más callada – y unos cuantos
dominarán el grupo. Jesús hizo su ministerio en el contexto de un grupo pequeño
de discípulos. El podía haber escogido más, pero él sabía que si todos habían de
participar, doce es aproximadamente el número máximo que se puede tener en un
grupo. El Cuerpo de Cristo, como el cuerpo de usted, es en realidad una colección
de muchas células pequeñas. La vida del Cuerpo de Cristo, como el cuerpo de
usted, está contenida en las células. Por esta razón, todo cristiano necesita estar
envuelto en un grupo dentro de su iglesia, ya sea un grupo hogareño, una clase de
la escuela dominical, o un grupo de estudio bíblico. Aquí es donde ocurre la
verdadera comunidad, no en las grandes reuniones. Si se imagina a su iglesia
como un barco, los grupos serían los botes salvavidas. Dios ha hecho una
increíble promesa con respecto a los grupos de creyentes: "Porque donde dos o
tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos." 1
Desdichadamente, aún cuando sea parte de un grupo no hay garantía de que
experimentará la comunidad verdadera. Muchas clases de la escuela dominical y
otros grupos están atascados en la superficialidad y no tienen idea de lo que
significa experimentar la comunión genuina. ¿Cuál es la diferencia entre la
comunión genuina y la superficial?

En la comunión genuina, las personas experimentan autenticidad. La


comunión auténtica no es tener conversación superficial e inconsecuente. Es
compartir genuinamente, de corazón a corazón, y a veces desde lo más profundo
de nuestro ser. Esto ocurre cuando las personas comparten sinceramente acerca
de quiénes son y qué está pasando en sus vidas. Comparten sus heridas, revelan
sus sentimientos, confiesan sus fracasos, exponen sus dudas, admiten sus
temores, reconocen sus debilidades y piden ayuda y oración. La autenticidad es
exactamente lo opuesto a lo que encuentra en algunas iglesias. En lugar de
encontrar un ambiente de autenticidad y humildad, lo que hay es orgullo,
hipocresía, politiquería y una cortesía superficial con conversación trivial. Las
personas se ponen máscaras, no bajan su guardia y actúan como si todo en sus
vidas estuviera de maravillas. Estas actitudes son mortales a la comunión genuina.
Es solamente a medida que nos hacemos más abiertos con nuestras vidas que
experimentamos la comunión genuina.

La Biblia dice, "Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, podemos
compartir en comunión los unos con los otros... Si decimos que no tenemos
pecado, nos estamos engañando a nosotros mismos." 2 El mundo piensa que la
intimidad ocurre en la oscuridad, pero Dios dice que ocurre en la luz. Usamos la
oscuridad para esconder nuestras heridas, nuestras faltas, nuestros temores,
nuestros fracasos y nuestros defectos. Pero en la luz, los sacamos y los
exponemos y admitimos en realidad quiénes somos. Es de esperarse que para ser
auténtico se necesita valor y humildad. Significa encarar nuestros temores a ser
expuestos, ser rechazados y ser heridos una vez más. ¿Por qué alguien se
tomaría un riesgo tan grande? Porque es la única manera de crecer y de
mantenerse emocionalmente en buena salud. La Biblia dice, "Hagan de esto una
práctica común: confiésense sus pecados unos a otros y oren unos por otros para
que puedan vivir juntos – sanados y en buena salud." 3 Solamente crecemos
cuando nos arriesgamos y el mayor riesgo es ser sincero con nosotros mismos y
con otros.

En la comunión genuina, las personas experimentan mutualidad. La


mutualidad es el arte de dar y recibir. Es depender el uno del otro. La Biblia dice,
"La manera en que Dios diseñó nuestros cuerpos es un modelo para entender
nuestras vidas unidas como iglesia: cada parte es dependiente de las otras." 4 La
mutualidad es el corazón de la comunión: es edificar relaciones recíprocas,
compartir responsabilidades y ayudarnos los unos a los otros. Pablo dijo, "Quiero
que nos ayudemos los unos a los otros con la fe que tenemos. La fe de ustedes
me ayudará y mi fe les ayudará." 5 Todos nosotros somos más consistentes en
nuestra fe cuando otros caminan con nosotros y nos dan aliento. La Biblia ordena
el mutuo rendir de cuentas, el mutuo dar de aliento, el mutuo servicio y la mutua
honra. 6 Más de cincuenta veces se nos manda en el Nuevo Testamento que
hagamos diferentes tareas "los unos a los otros" y "los unos por los otros." La
Biblia dice, "Hagan el esfuerzo posible de hacer lo que conduce a la paz y a la
edificación mutua." 7 Usted no es responsable por todos en el cuerpo de Cristo,
pero es responsable a todos ellos. La expectación de Dios es que haga todo lo
posible para ayudarles.

En la comunión genuina, las personas experimentan simpatía. La simpatía


no es dar consejos ni ofrecer ayuda rapidita y cosmética; la simpatía es
identificarse y compartir en el dolor de otros. La simpatía dice, "Entiendo lo que
estás pasando, y lo que sientes no es raro ni es una locura." Hoy algunos llaman
esto "empatía," pero la palabra bíblica es "simpatía." La Biblia dice, "Como pueblo
santo... tengan simpatía y sean bondadosos, humildes, mansos y pacientes." 8
Hay diferentes niveles de comunión y cada uno es apropiado en su tiempo. Los
niveles más simples de comunión son la comunión de compartir y la comunión de
estudiar la Palabra de Dios. Un nivel más profundo es la comunión de servir, como
cuando ministra junto con otros en viajes misioneros o en proyectos de caridad. El
nivel más profundo, el nivel más intenso, es el de la comunión del sufrimiento, 9
que ocurre cuando nos identificamos mutuamente en el dolor y la pena y nos
ayudamos mutuamente a sobrellevar las cargas. Los cristianos que entienden
mejor este nivel de comunión son aquellos que en el mundo son perseguidos,
odiados y muchas veces mueren como mártires por su fe. La Biblia nos ordena:
"Compartan sus dificultades y problemas los unos con los otros y así de esta
manera obedezcan la ley de Cristo." 10 Es en los tiempos de profundas crisis, dolor
y duda que nos necesitamos los unos a los otros. Cuando las circunstancias nos
aplastan hasta el punto que nuestra fe flaquea, entonces es cuando más
necesitamos amigos creyentes. Necesitamos un grupo de amigos que tenga fe en
Dios por nosotros y que nos sostenga. En un grupo, el Cuerpo de Cristo es real y
tangible aún cuando Dios parezca lejano. Esto es lo que Job necesitaba
desesperadamente durante su sufrimiento. El sollozó, "Un hombre desesperado
debería de tener la devoción de sus amigos, aún cuando él abandone el temor del
Todopoderoso." 11

En la comunión genuina, las personas experimentan misericordia. La


comunión es un lugar de gracia, donde no somos acusados por nuestros errores
sino que somos perdonados. La comunión ocurre cuando la misericordia gana
sobre la justicia. Todos necesitamos misericordia porque todos tropezamos y
caemos y necesitamos ayuda para ponernos en el camino otra vez. Necesitamos
ofrecernos misericordia unos a otros y estar dispuestos a recibirla unos de otros.
Dios dice, "Cuando las personas pequen, deberían de perdonarlas y consolarlas
para que no se den por vencidas en desesperación." 12 No puede tener comunión
con otros sin perdonar. Dios dice, "No guarden rencor," 13 porque la amargura y el
resentimiento siempre destruyen la comunión. Porque somos personas
imperfectas y pecadoras, inevitablemente nos vamos a herir unos a otros cuando
estamos juntos por un largo tiempo. Algunas veces nos herimos unos a otros
intencionalmente y a veces sin intenciones, pero de una manera u otra, se
necesitan cantidades masivas de misericordia y de gracia para crear y mantener la
comunión. La Biblia dice, "Tienen que aceptar que van a cometer faltas unos
contra otros y tienen que perdonar a la persona que los ofende. Recuerden, el
Señor los perdonó, por tanto tienen que perdonar a otros." 14 La misericordia de
Dios para con nosotros es la motivación para demostrar misericordia a otros.

Recuerde, nunca se le pedirá que perdone a otra persona más de lo que


Dios ya le ha perdonado a usted. Cuando es herido por alguien, tiene que tomar
una decisión: ¿Usará sus energías y sus emociones para la represalia o para la
reconciliación? No puede hacer ambas. Muchas personas son renuentes a
mostrar misericordia porque no entienden la diferencia entre la confianza y el
perdón. El perdón es dejar ir el pasado. La confianza tiene que ver con el
comportamiento que se verá en el futuro. El perdón tiene que ser inmediato, ya
sea que la persona lo pida o no. La confianza tiene que ser reconstruida con el
tiempo. Necesita ver consistentemente buen comportamiento. Si una persona lo
hiere repetidamente, Dios lo manda a que perdone instantáneamente, pero no
espera que confíe en ella inmediatamente y no espera que continúe dejándola que
le hiera. La persona tiene que probar que ha cambiado con el tiempo. El mejor
lugar para restaurar la confianza es dentro del contexto de apoyo de un grupo que
nos ofrece aliento y al que nos hacemos responsables.

Hay muchos otros beneficios que experimentará al hacerse parte de un


grupo comprometido a la comunión genuina. Es una parte esencial de su vida
cristiana que no puede pasar por alto. Por más de 2000 años los cristianos se han
reunido asiduamente para experimentar la comunión. Si nunca ha sido parte de un
grupo o de una clase con estas cualidades, en realidad no sabe de lo que se está
perdiendo. Espero que esta reflexión le haya dado hambre de experimentar la
autenticidad, la mutualidad, la simpatía y la misericordia de la comunión genuina.
Usted fue creado para estar en comunidad. **
**TOMADO DEL LIBRO UNA VIDA CON PROPOSITO DE RICK WARREN
Notas
1. Mateo 18: 20
2. 1 Juan 1: 7-8
3. Santiago 5: 16a
4. 1 Corintios 12:25
5. Romanos 1: 12
6. Romanos 12:10
7. Romanos 14:19.
8. Colosenses 3: 12
9. Filipenses 3: 10; Hebreos 10: 33-24.
10. Gálatas 6: 2
11. Job 6:14
12. 2 Corintios 2: 7
13. Colosenses 3: 13
14. Colosenses 3:13

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