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La historia de Gedeón nos enseña que Dios siempre nos mira con mejores
ojos que nosotros mismos. Dios NUNCA mira lo que somos, quien somos o
cómo somos. Dios mira nuestro POTENCIAL, aquello que el hombre
desconoce de sí mismo pero que Dios conoce, aquello que Dios coloca
dentro del hombre, en su corazón, cuando éste se entrega a su voluntad.
Dios llama las cosas que no son como si fueran (Romanos 4:17)
Gedeón era un joven de familia muy humilde entre los de su pueblo, era el
menor de los hermanos de su casa, era muy trabajador, pero no tenía
ninguna experiencia de guerra. Creía en el Dios de Israel, Jehová de los
Ejércitos, pero su padre tenía otras creencias.
Este relato de la vida de Gedeón nos enseña en detalles que Dios valora el
hombre aún cuando él mismo no se valora, que Dios bendice al hombre aún
cuando él mismo se maldice, que Dios cree en el potencial del hombre aún
cuando él no cree en sí mismo, Dios tiene misericordia aún del que duda,
Dios hace fuerte al que se siente débil, Dios levanta al que está caído, Dios
premia al humilde, Dios exalta al que se humilla, Dios da victoria aún al que
ya se consideraba vencido.
Dios usa aquella persona que todos desechan, Dios usa aquella persona que
todos desprecian, Dios usa aquella persona fea, chueca, ignorante, pobre,
inútil o de poco valor... según la vista de los demás.
"Dios no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está
delante de sus ojos, pero Dios mira el corazón." (1º Samuel 16:7)
Estas pocas y primeras palabras del relato de Gedeón nos dan ejemplo para
HOY de una gran cantidad de creyentes cristianos que viven en familias
donde la religión principal no es el Evangelio de Jesucristo. Muchos
hombres y mujeres tienen sus cónyuges ateos o de otra religión. Muchos
jóvenes que se convierten al cristianismo no tienen el apoyo de sus padres
o familiares. Muchas mujeres luchan solas en su fe para permanecer firmes
en el Señor y en la Iglesia con la esperanza que un día Dios va convertir
toda su familia... hay muchos Gedeones hoy que necesitan la visitación,
confirmación y unción de Dios.
Dios había elegido al joven Gedeón para ser un guerrero. Era astuto y
valiente, era trabajador y esforzado, era fiel y verdadero... condiciones
básicas muy importantes que Dios considera y siembra en el corazón del
hombre, antes de seleccionar sus escogidos para la tarea que les asigna. Lo
interesante de esta historia era que el propio Gedeón no sabía que él era
todo eso. Dios lo sabía. El corazón de Gedeón era tal cual Dios lo necesitaba
y cuando llegara el momento de la prueba, sabía que Gedeón no iba a
retroceder, sino avanzar.
No es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos. (1ºSamuel 14:6)
"No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu..." (Zacarías 4:6)
Lo que Dios usa para mostrar su Poder es justamente la debilidad y la
fragilidad del hombre. Para que nadie diga "yo lo hice" Dios lleva al hombre
hasta situaciones de necesidad y debilidad extremos (muerte, debilidad,
hambre, escasez, enfermedad, adversidad, soledad...). Para que los
enemigos no digan "dónde está tu Dios que te ayuda?" Dios hace notorias
sus maravillas y su grandeza, hace cosas que nadie puede explicar, hace
cosas que nadie puede lograr, hace cosas que son imposibles para el
hombre, pero nada es imposible para Dios y entonces él se glorifica.
Al morir Josué, Israel se corrompió yendo tras los ídolos de los pueblos de
la tierra. Una y otra vez Dios permite que el pueblo sea vencido por el
enemigo y luego envía "jueces" para hablarles de parte de Dios y sacarlos
del problema, pero siempre volvían a caer en pecados.
El Ángel lo saluda con estas palabras: "Jehová está contigo, varón esforzado
y valiente" (Jueces 6:12). Gedeón queda perplejo, no entiende nada.
Más allá de su humilde condición, cree las palabras del Ángel. Hace una
ofrenda a Jehová, le pide una señal de confirmación e inmediatamente
comienza a actuar según las instrucciones que recibe de Dios.
Esta osadía casi le costó la vida al joven Gedeón, pero Dios ya sabía todo lo
que iba a suceder, como siempre, y lo defiende poniéndolo en situación
favorable apaciguando la ira de todos que estaban contra él.
Cuando Gedeón edifica altar a Jehová, el Espíritu de Dios viene sobre él con
poder. Esto es UNCIÓN, el Poder y el Respaldo de Dios en nosotros. (Hechos
1:8) Este breve hecho nos enseña que: "edificar altar" es nuestra
CONSAGRACIÓN; "el Espíritu de Jehová viene sobre él" es EL BAUTISMO
DEL ESPÍRITU SANTO.
¿Qué hizo Gedeón para lograr que todos lo siguieran? Tuvo FE. Creyó a
Dios. Fue obediente y fiel a la Palabra de Dios y a la guía de su Espíritu
Santo. Lo demás lo hizo Dios. (Salmo 144:1,2)
Cuando alguien recibe una misión, Dios dirá exactamente qué hacer, cómo
hacer, dónde hacer y con quién hacer.... si Dios no habla, entonces hay que
esperar, orar más y buscar la guía del Espíritu Santo. El que se impaciente,
se equivocará, no estará actuando espiritualmente sino carnalmente (por
sus instintos humanos) o emocionalmente (por el deseo de su alma).
En todas las cosas buenas y malas, pequeñas y grandes Dios prueba nuestra
fidelidad y nos hace ver lo que hay en nuestros propios corazones.
El hombre necesita entender que para que Dios lo use, él debe dejarse usar.
Dios dispone las personas que van a estar juntos en la tarea, lo que hay que
hacer es orar que Dios nos muestre quienes son, y cuando recibimos
nombres y caras, pedimos confirmación, como hizo Gedeón en cada
situación.
Nadie que sale a buscar "seguidores" le irá bien, si Dios no lo mandó. Nadie
que se apresure a elegir sus "ayudantes" le irá bien si Dios no lo confirma.
Seguramente se meterá con personas que después le causen problemas.
Dios mismo siempre nos coloca en gracia delante de los hombres, y donde
estemos habrá personas con corazón dispuesto a apoyarnos y
respaldarnos con sus acciones, sus recursos y su oración.
Cuando todos se alejan y nadie nos apoya, esto también proviene de Dios y
tiene que ver con el plan de Dios. Debemos actuar como Dios nos manda.
Muchas veces los cristianos enfrentarán oposición y soledad en sus
misiones y visiones. Eso no es motivo para desalientos ni auto-compasión...
es motivo para depositar toda confianza únicamente en Dios y fortalecerse
en el poder de su fuerza!!!
SAN MATEO 10:32-33
10:32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo
también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
10:33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le
negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Cuando hacemos lo que Dios dice, aún pareciendo locura o algo peligroso,
Dios nos respalda. Cuando hablamos la verdad en el nombre de Jesús, duela
a quien duela y ofenda a quien ofenda, Dios nos respalda. Jesús enseña esta
dura verdad a los que querían seguirle: "El que se avergüence de mí y de
mis palabras, yo me avergonzaré de él..." (San Lucas 9:26)
Gedeón ahora está listo para llevar a cabo una sublevación contra los
Madianitas, pero Dios no quiere que la gente piense que ellos lo hacen con
su propias fuerzas. Dios le dice a Gedeón que reduja el ejército de 32.000
hombres a solamente 300.
Gedeón una vez más pide una confirmación de parte de Dios, en cuanto a
su victoria. Una cosa es DUDAR y otra cosa es ESTAR SEGUROS una y otra
vez. Si alguien duda, no creerá las señales de Dios aunque le mande muchas,
pero si alguien cree que Dios hará algo, las confirmaciones fortalecen el
ánimo y el espíritu, fortalecen la fe, derriban todo argumento contrario y
mueven hacia adelante!!!
Pero para poder recibir esa confirmación, Gedeón tiene que primero poner
su valentía y su fe a prueba. La FE y la VALENTÍA caminan juntas, de la
mano siempre, si falla una de las dos, todo falla.
Jueces 7:12 "Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban
tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran
innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud."
Las armas que Dios entrega a Gedeón no son aptas para una batalla física,
no sirven para vencer a un enemigo de carne y hueso. En una mano
llevaban cántaros de barro con teas ardiendo dentro y en la otra mano
trompetas. Tienen que ser, entonces, ARMAS ESPIRITUALES (2ºCorintios
10:4).
Gedeón y sus 300 debían primero tocar las trompetas. Luego quebrar los
cántaros para que aparezca el fuego. Entonces gritar: "Por la espada de
Jehová y de Gedeón" (Jueces 7:20). Permanecer cada uno en su puesto y
volver a tocar las trompetas.
Seguramente muchos de los que están leyendo estas líneas, están en el plan
de Dios para llevar su pueblo a la victoria, y se han sentido identificados
con Gedeón en uno o más aspectos de su vida.
Una sola cosa Dios pide HOY: que tengamos FE, que creamos en Él.
Y todo lo demás, Él hará.
Amén.
Amén.