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Estrategias de innovación en CT & I

1. CONCEPTOS Y NUEVOS AVANCES SOBRE LAS ESTRATEGIAS


DE CT&I: UNA MIRADA SISTEMICA

La amplitud de conceptos asociados a cadenas de valor en que los actores son


principalmente el recurso humano (Zumelzu, 2011), la infraestructura, el entorno
empresarial, el financiamiento, el mercado, la comunidad territorial, etc., muestra los
distintos ámbitos de creatividad que involucran procesos para la I+D+i+e (Investigación
y Desarrollo, innovación y emprendimiento). El creciente interés en los últimos años en
estas áreas ha implicado la participación de una gran variedad de actores y contextos en
que se establece la definición de diferentes visiones respecto de la innovación, lo cual
permite focalizar en el análisis de "sistema de innovación", "red de innovación" y
"ecosistema de innovación". En general, la literatura converge en destacar estas
tipificaciones (D´Auria et al, 2017), que son la base de los modelos, estrategias y
acciones conducentes al logro de innovación para la competitividad con base científica
y tecnológica.

Por ejemplo, si abordamos un enfoque de red para el estudio de cambio tecnológico,


necesariamente debemos prestar atención a inventores o creadores, rompiendo
esquemas de conocimientos en que tradicionalmente se sustentan, dado que los cambios
implicarán consolidaciones o desestabilizaciones de tecnologías corrientes.

La medición de los cambios muchas veces nos obligará a analizar perspectivas


empíricas que apoyan el desarrollo teórico en los estudios de la innovación, el espíritu
empresarial, la tecnología de la estrategia, la ciencia política y teoría de redes sociales
(Funk, et al., 2017). Vale decir, un contexto complejo que se verá facilitado en sus
resultados si está asociado al trabajo en equipo, la evaluación del riesgo, la realidad de
los mercados y la influencia de la innovación abierta.

Innovación Abierta es un concepto acuñado por Henry


Chesbrough que aporta una nueva perspectiva de la
innovación donde se aprovecha el enorme potencial que
las ideas externas pueden aportar a los procesos de
innovación de una compañía (No todas las buenas ideas
provienen del interior de la organización).

Los monopolios del conocimiento que mantenían muchas


compañías industriales se han visto desafiados por las
políticas antimonopolio gubernamentales, pero muy a
menudo, por la avalancha de nuevas pequeñas empresas
surgidas de la creciente calidad y productividad de la
investigación universitaria. La innovación abierta es un
enfoque de distribución del conocimiento que ayuda a
generar procesos de innovación más ricos, aunque
implique modelos de gestión más complejos.
Fig. 1: Representación de la innovación Abierta para
capturar las mejores Ideas

Es necesario reconocer que en muchos países de Latinoamérica todavía hay poca


comprensión de los mecanismos para desarrollar alianzas entre las Instituciones de
Educación Superior (IES) y las empresas. En Europa y Norteamérica hay avances
notables para fomentar la colaboración de la industria a nivel estratégico y operativo, así
como evaluar su relación con iniciativas que involucran la innovación.

Por esta razón, se resalta la importancia de la combinación de apoyos en los planos


estratégicos y operativos, y el papel crucial del compromiso de la alta dirección en todas
las actividades de colaboración Universidad-Empresa, lo que descansa en
responsabilidades y compromisos de los administradores y responsables políticos
(Galán-Muros, et al. 2017). Sin embargo, la complejidad de muchos sistemas de
innovación radica en encontrar una forma de transformar la naturaleza de la
interdependencia. Para ello, algunos autores sugieren propuestas como, por ejemplo,
decorticar los complejos sistemas en cuatro problemas distintos pero interdependientes
que se deben establecer y resolver: el proyecto, el sistema de conocimiento, la
estrategia y las conexiones ecológicas (Dougherty, 2017). Estos aspectos se deben
considerar en nuestras propias realidades.

Un ejemplo conocido es la metodología que recomienda el principal organismo que


financia la innovación para la competitividad en Chile, el Consejo Nacional de
Innovación para el Desarrollo, organismo de carácter público-privado, que ha
permitido que el país lidere en los rankings de innovación en Latinoamérica y el Caribe.
Fig. 2 Propuesta sistémica de I+D+i que recomienda CNI de Chile (Lasaf, 2015)

Otro aspecto a tener en cuenta es en qué medida los esfuerzos internos de I+D y los
diferentes tipos de fuentes externas de conocimiento afectan de manera conjunta el
desempeño de la innovación de las empresas en las economías emergentes. Al respecto
Es interesante mencionar un ejemplo de empresas chinas en el cual, basados en una
encuesta sobre las actividades de adquisición de conocimiento externo de las empresas
innovadoras, clasificaron las fuentes externas de conocimiento en cuatro grupos: socios
científicos; conexiones horizontales; socios de la cadena de valor y la tecnología de los
proveedores de servicios; y encontraron que tanto las actividades internas de I+D como
la adquisición externa de conocimiento tienen un efecto positivo en el rendimiento de
las empresas de innovación (Chen et al, 2016).

Otro antecedente relevante es la Hoja de Ruta (Roadmapping), que es un instrumento


de gestión aplicado ampliamente para el desarrollo e implementación de empresas de
tecnología y de estrategias de innovación. Durante los últimos años, instancias
nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) y responsables políticos se han
dado cuenta del potencial de las Hojas de Ruta para las estrategias tecnológicas y la
gestión de la innovación.

En este aspecto, son válidos los desarrollos con un enfoque estructurado, integrado y
flexible para hojas de ruta de políticas de CTI, denominadas Políticas de Hojas de
Ruta Inteligentes, ITS (Carayannis, et al.2016). Su valor está en el enfoque hacia una
innovación abierta y en el diseño para permitir la integración en la toma de decisiones
políticas más amplias y con diferentes niveles de implementación de la estrategia de
ITS. En este sentido, empresas líderes vienen desarrollando modelos Responsables de la
Investigación e Innovación (RRI) diseñados para generar ciencia, tecnología y estrategia
de innovación, así como procesos de guía de la tecnología de la innovación y la
tecnología de hojas de ruta por las empresas que impulsan innovaciones sustanciales y
radicales.

Paredes-Frigolett, (2016) proponen un modelo para la toma de decisiones estratégicas


de las empresas que trabajan bajo el enfoque de la cuádruple hélice de sistemas de
innovación. La idea es analizar cómo las empresas innovadoras pueden incorporar,
funcional y orgánicamente, procesos más amplios de deliberación asociados con el
responsable de investigación y de la innovación, que involucre actores de los sectores
público y privado, así como organizaciones de la sociedad civil.

En cuanto a las estrategias tecnológicas es fundamental un conocimiento sobre los


desarrollos existentes, el contenido, los objetivos y las funciones de la gestión
tecnológica; lo que permitirá al sistema de estrategias tecnológicas identificar objetivos,
procesos, funciones, filosofía de los recursos y los enfoques competitivos.

Hay experiencias de principios y métodos de obtención y aplicación de las decisiones de


gestión complejas, destinadas al uso eficiente de los recursos tecnológicos disponibles y
desarrollo tecnológico de la empresa. Estas experiencias dan visibilidad al efecto de la
gestión tecnológica (Ligonenko, 2016), el cual es principalmente el desarrollo
tecnológico de las empresas. El objeto de dicha gestión se define como: los procesos
tecnológicos, condiciones previas (potencial tecnológico) y las consecuencias de su
aplicación (competitividad tecnológica de la empresa).

Hay características claves de interrelación de los tres niveles de gestión tecnológica


específicos: estratégica, táctico y operativo. La gestión tecnológica debe ser continua, en
todas las etapas del ciclo de vida de las tecnologías que se utilizan en una empresa en
particular. Junto con lo anterior, debemos además considerar otros factores como:
diagnósticos tecnológicos, auditoría tecnológica, previsión tecnológica, estrategia
tecnológica, de marketing tecnológico y otros (Paredes-Frigolett, 2016).

Por ejemplo, los resultados de una encuesta a 248 empresas de alta tecnología
industriales españolas (Cruz-Gonzalez, 2015) mostró que el uso de estos mecanismos
modera positivamente la relación entre la adquisición de conocimientos de los
proveedores y competidores y el desarrollo de nuevos productos, pero modera
negativamente el efecto de la adquisición de conocimientos de las universidades y no
tienen efecto sobre el conocimiento adquirido de los clientes.

Es necesario subrayar que la investigación sobre el espíritu empresarial ha florecido en


los últimos años y está evolucionando rápidamente (Carlsson, et al, 2013). El dominio
de la investigación ya no es propiedad de la universidad solamente y su situación actual
como campo académico trasciende también al sector productivo privado. Se constata
cómo el espíritu empresarial se ha desarrollado en muchos subcampos de varias
disciplinas, principalmente la economía, la administración y gestión de negocios, la
sociología, la psicología, la antropología económica y cultural, la historia de los
negocios, la estrategia, el marketing, las finanzas, y la geografía, lo que representa una
variedad de investigaciones tradicionales, perspectivas, y métodos.

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