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un término que está conformado por la suma de dos vocablos latinos. Así, es fruto de la unión
de trans– que es sinónimo de “al otro lado” y del verbo tornare que puede traducirse como
“girar o tornear”.
El término trastorno tiene diferentes usos. Puede hacer referencia a una alteración leve de la
salud o a un estado de enajenación mental, por ejemplo. Trastorno es, por otra parte, la
acción y efecto de trastornar (invertir el orden regular de algo o perturbar el sentido o la
conducta de alguien).
Un trastorno psicológico, por ejemplo, hace referencia a un desequilibrio del estado mental
de una persona. Por lo general, quien sufre de este tipo de trastornos acude a un especialista
(el psicólogo) para recibir tratamiento (a través de la psicoterapia y otras técnicas).
En el caso de los citados trastornos psicológicos podemos determinar que los mismos se
pueden clasificar en dos grandes categorías. Por un lado estarían los trastornos psicóticos, que
son aquellos que se caracterizan porque la persona que los padece sufre alucinaciones, una
importante alteración afectiva especialmente a nivel de relaciones y también delirios. La
esquizofrenia es quizás el trastorno de este tipo más significativo.
Por otro lado, estarían los llamados trastornos neuróticos. Estos se definen porque el paciente
condiciona no sólo su pensamiento sino su realidad y sus relaciones sociales. A este punto llega
por culpa de determinadas fobias o a la ansiedad, entre otras cuestiones.
El trastorno bipolar es una alteración del estado del ánimo de un sujeto que pasa de la fase
de depresiva (periodos de depresión repetitivos) a la fase maníaca (periodo de gran
euforia) de forma sucesiva. Se origina por un desequilibrio químico en los neurotransmisores.
La bulimia y la anorexia, por ejemplo, son dos de los trastornos alimentarios más usuales y
que afectan a miles de personas en todo el mundo. La primera se puede definir que es trastorno
que tiene toda persona que se da atracones comiendo y que luego, para poder contrarrestar
todo lo que ha ingerido y evitar engordar, se provoca el vómito o recurre a la ingesta de
laxantes. La anorexia, por su parte, se define por el hecho de que la persona que tiene este
trastorno come muy poco, o nada, y además para seguir bajando de peso realizando
innumerable ejercicio físico, se provoca también el vómito…
La vigorexia, obsesión por el aspecto físico que lleva a una adicción por la musculación, la
megarexia y la ortorexia son otros de los trastornos alimentarios más frecuentes.
Lee todo en: Definición de trastorno - Qué es, Significado y Concepto
http://definicion.de/trastorno/#ixzz4Fiqd6dR8
Los trastornos mentales producen síntomas que son observables para la persona afectada o
las personas de su entorno. Entre ellos pueden figurar:
Los signos precoces específicos varían de un trastorno mental a otro. Las personas que
presentan uno o varios de los síntomas enumerados deben consultar a un profesional si esos
síntomas persisten, provocan un sufrimiento importante o interfieren con las tareas
cotidianas.
La salud mental está condicionada por múltiples factores entre ellos los de
carácter biológico (por ejemplo, factores genéticos o en función del sexo),
individual (experiencias personales), familiar y social (el hecho de contar con
apoyo social) o económico y medioambiental (la categoría social y las condiciones
de vida).
Trastorno de personalidad
Fundamentación
A diferencia de la dimensión cognitiva (percepciones, memoria, atención, inteligencia,
creatividad, lenguaje), al hablar de personalidad se les da preferencia a los procesos
emotivos y tendenciales del individuo, aunque los diferentes factores ejercen una influencia
directa entre sí.
Los obstáculos que impiden que una personalidad se desarrolle eficazmente se conocen con
el nombre de frustración, y esta corresponde a las circunstancias que determinan que una
necesidad o motivo fracasen en ser satisfechos. El estado emocional que acompaña a este
hecho se denomina presión psicológica, tensión o ansiedad.
Los trastornos de personalidad hay que limitarlos, por tanto, a problemas emocionales,
afectivos y sociales. Estos últimos sólo cuando haya evidencias de que fueron causados por
perturbaciones emocionales o afectivas subyacentes, y no cuando son producidos por
situaciones ambientales propiamente, aunque sea muy difícil separar en ocasiones el origen
y las consecuencias de estos trastornos, que son, más bien, una red compleja en la que es
difícil determinar las causas y los efectos.
Clasificación
Los dos principales sistemas de clasificación, el CIE y el DSM, deliberadamente han
fusionado sus diagnósticos hasta cierto punto, pero aún sigue habiendo diferencias. Por
ejemplo, el CIE-10 no incluyen el trastorno narcisista de la personalidad como una
categoría distinta, mientras que el DSM-IV no incluye la transformación persistente de la
personalidad tras experiencia catastrófica o tras enfermedad psiquiátrica. El CIE-10
clasifica el trastorno esquizotípico de la personalidad del DSM-IV como una forma de
esquizofrenia y no como un trastorno de la personalidad. El DSM-IV sitúa los trastornos de
personalidad como entidades separadas de los trastornos mentales (Ejes), mientras que el
CIE no utiliza un sistema multiaxial. El diagnóstico y agrupación de los trastornos de
personalidad genera controversia y polémica, pues no están bien definidos los criterios para
diferenciarlos de otros trastornos mentales o distinguir las categorías particulares de
trastornos de la personalidad unas de otras.9
Este grupo de trastornos se caracteriza por un patrón penetrante de cognición (por ej.
sospecha), expresión (por ej. lenguaje extraño) y relación con otros (por ej. aislamiento)
anormales.
Se puede decir que una persona tiene trastornos de personalidad cuando refleja cambios de
conducta repentino de lo pasivo a lo agresivo.
Diagnóstico
DSM-IV
El DSM-IV enumera los criterios diagnósticos generales que debe cumplir un trastorno de
la personalidad, además de los criterios específicos para cada trastorno de la personalidad
en particular:
1. Cognición (p. ej., formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los demás y a
los acontecimientos).
2. Afectividad (p. ej., la gama, intensidad, labilidad y adecuación de la respuesta
emocional)
3. Actividad interpersonal.
4. Control de los impulsos.
CIE-10
El CIE-10 introduce los diagnósticos específicos de cada trastorno de personalidad con
unos criterios de referencia generales que son similares:
Adaptativa.
Flexible.
Funcionamiento autónomo y competente en diferentes áreas de la vida.
Habilidad para establecer relaciones interpersonales satisfactorias.
Capacidad para conseguir metas propias, con el consiguiente sentimiento de
satisfacción subjetiva.